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Libro: Educamos para el Buen Vivir

Main Author: Universidad Nacional de Educación del Ecuador
Format: Libros
Published: Universidad Nacional de Educación del Ecuador2017
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Online Access: http://repositorio.unae.edu.ec/handle/123456789/52
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Summary: La primera sección destinada a reflexiones sobre las implicaciones de la creación de una universidad pedagógica para el Buen Vivir. La segunda sección sobre aquellos elementos estratégicos fundamentales para el Buen Vivir. La segunda sección sobre aquellos elementos estratégicos fundamentales para la universidad: su planificación estratégica desde una visión académica, y finalmente una tercera sección destinada a relievar el trabajo de las coordinaciones y direcciones académicas y administrativas de la universidad.

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Fuente: http://repositorio.unae.edu.ec/handle/123456789/52

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Los planes de mejora continua: una hipótesis de la literatura no comprobada en México

Por: Pluma invitada

El plan de mejora continua (PMC) en el ámbito educativo ha sido considerado por la literatura especializada, como una herramienta de planificación fundamental para apoyar a los directores a lograr las metas de los centros escolares. Sin embargo, a dos décadas de su implementación en los centros escolares de la educación media superior en México, la elaboración del PMC ha generalizado una percepción entre los directivos, de ser un documento burocrático desapegado con la complejidad de los centros escolares y el cual hay que realizar para cumplir con la solicitud de las autoridades educativas o de las entidades externas de evaluación.

Con la obligatoriedad y relevancia de los PMC en los centros escolares, plasmado en: La reforma de la Ley General de Educación en México del 2019; Su establecimiento como dominio del nuevo perfil directivo de la Nueva Escuela Mexicana; Y su incorporación como criterio de evaluación para aspirar a cargos directivos, la elaboración de los PMC adquiere nuevamente el carácter de artífice para construir la escuela que todos queremos. De este modo, surge la necesidad de despertar la reflexión colectiva a partir de los cuestionamientos: ¿Cuál ha sido la política pública de la implementación de los PMC en México?, ¿Cuál es la hipótesis que ofrece la literatura de la planificación escolar a partir de la metodología del PMC?, ¿Cuáles son los resultados de la experiencia en México a 20 años de su implementación en planteles de educación media superior?

En principio, la implementación de (PMC) en centros escolares de la educación media superior en México se remonta al año 2000, con el surgimiento del programa federal “Escuelas de Calidad”, el cual tuvo como finalidad incorporar al sistema educativo, un modelo de gestión basado en la planeación y evaluación de la mejora continua. Un proyecto clave del programa fue la certificación en la norma ISO: 9001-2000, en donde se logró la certificación de 74 organismos dependientes de la Secretaría de Educación Pública, incluyendo 18 planteles de Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica, institución del nivel medio superior.

En concordancia con la política educativa del país, en este mismo año, se creó el Consejo para la Acreditación de la Educación Superior (COPAES), constituida como único organismo avalado por la Secretaría de Educación Pública, para otorgar la acreditación de programas a partir de la evaluación en estándares de calidad educativa. Si bien el COPAES, tuvo fundamentalmente la misión de evaluar instituciones del tipo superior, también dirigió sus servicios a instituciones de bachillerato tecnológico, ante la ausencia de un organismo para evaluar a este nivel de estudios.

En el año 2008, con la Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS), se estableció la implementación de los Planes de Mejora Continua en los centros escolares del tipo medio superior en el país, como un mecanismo de evaluación para garantizar la eficacia y mejora de la calidad educativa expresada en dicha reforma. Incorporando de este modo, la elaboración del PMC a los criterios de evaluación de los planteles que deseaban ingresar o permanecer en el Sistema Nacional de Bachillerato y más tarde el Padrón de Calidad del Sistema Nacional de Educación Media Superior.

Dando respuesta al segundo cuestionamiento, la literatura actual sobre los planes de mejora continua en la educación coincide en que, “es una herramienta de gestión para la mejora de los procesos educativos y de aprendizaje para la organización” Bolívar, 2002; Juste, 2001; Cantón, 2004; Pérez & Miguel, 2005); Además las guías de elaboración de (COPAES, 2015; COPEEMS, 2018; CACEI, 2017; DGB, 2019; SEP, 2010). En su estructura, a diferencia de otros modelos de planeación, el PMC parte del contexto, no de una extensa lista de deseos que en la mayoría de las ocasiones no se cumplen. Si bien el PMC plantea objetivos, estos no son propósitos ideales, sino más bien metas posibles que buscan mejorar la situación actual. Así, la planificación para la mejora conlleva a registrar los datos del contexto y volver a él para dar una respuesta lo más ajustada posible a sus necesidades.

Hoy, la elaboración de los PMC en los centros escolares de la educación media superior ha respondido a la solicitud de los organismos evaluadores para solventar las observaciones identificadas por los auditores, durante sus procesos de evaluación, como lo es el caso de los sistemas de gestión de calidad de la norma ISO 9001:2000, acreditación de planes y programas de estudio o por el Padrón de Calidad del Sistema Nacional de Bachillerato.

Como resultado de la implementación de los PMC en México se puede concluir, que los centros escolares han planificado para otros, es decir, para elevar indicadores o entregar y cumplir requisitos administrativos. En este sentido, es muy común encontrar directivos que perciben al plan de mejora continua como un documento, el cual una vez realizado se guarda nuevamente en el cajón del escritorio hasta la próxima solicitud o evaluación. Aunado a lo anterior, la evaluación de los planes de mejora continua en México, en cuanto a su calidad en la elaboración, implementación y su impacto en los centros escolares ha sido un tema que no ha sido estudiando por la investigación evaluativa. Por lo tanto, la eficacia del uso de esta metodología que emana de las teorías de la administración representa una nueva línea de investigación en México.

Para finalizar, algunas pistas internacionales sobre el impacto del PMC en la mejora de los centros escolares las ofrece el Curry School of University of Virginia, en donde se cuenta con una amplia investigación de la influencia de los PMC para revertir los resultados de centros escolares que no funcionan en escuelas del Reyno Unido, Estados Unidos, Irlanda y Jamaica. Sus conclusiones, coinciden con el axioma:  “Les va mejor aquellos que planifican, que aquellos que no lo hacen, incluso si rara vez siguen su plan”. Winston Churchill

Irvin Rodolfo Tapia Bernabé

Fuente: http://www.educacionfutura.org/los-planes-de-mejora-continua-una-hipotesis-de-la-literatura-no-comprobada-en-mexico/

Imagen: https://pixabay.com/photos/writing-write-fountain-pen-ink-1209121/

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Evaluación: el asesino silencioso del aprendizaje

Por: Observatorio de Innovación Educativa

Eric Mazur, profesor de la cátedra Balkanski de Física y Física Aplicada de la Universidad de Harvard, aborda el nacimiento y la función de la instrucción entre pares, el método «justo a tiempo» y los peligros que corre el futuro de la educación.

Transcripción de la entrevista

El nacimiento de la instrucción entre pares

Eric Mazur: Aparté un salón de noche, de 7 pm a 10 pm, revisé cada pregunta, y recuerdo llegar a una pregunta, la cual en mi mente era completamente obvia, de hecho, mientras estaba pensando “¿cómo le voy a explicar a mis alumnos la respuesta?” pensé, “es que así es, no hay nada qué explicar”, así de claro estaba en mi mente. Recuerdo haber dibujado en el pizarrón y decir, sabes, esto era comparando dos fuerzas en una dirección par, recuerdo voltear y decir “por la tercera ley de Newton, estas dos fuerzas son iguales”. Para mí, no había nada más que explicar, y yo tenía como cien, no, como 250 estudiantes en mi salón ese año. Recuerdo haber volteado con el dibujo detrás de mí, mirando a los estudiantes, y ver en sus caras que estaban confundidos, pero yo no podía imaginar qué tenía de confuso, así que dije “¿Hay alguna pregunta?”.

Estaban tan confundidos que no podían articular una pregunta, no podían, no podían pensar en palabras, sabes, cuando estás realmente confundido sobre algo, es difícil articular esa confusión, así que, sabes, pensé “bueno, tal vez les confunde que las fuerzas son las mismas pero el efecto es diferente”, así que borré el pizarrón y comencé de nuevo y, en los siguientes 8 minutos, más o menos, di lo que pensé fue la explicación más brillante posible. Así que el pizarrón completo estaba cubierto en dibujos, ecuaciones y estaba todo ahí, sabes, las fuerzas pueden ser las mismas pero los efectos serían diferentes, y volteé pensando “¡esto es genial!”, sabes, ellos se veían mucho más confundidos. Y no tenía idea de qué hacer. Estaba parado ahí, pensando, sabes, “¿cómo puede ser esto?” y ellos estaban haciendo preguntas, pero yo ni siquiera entendía lo que me estaban preguntando, ¿verdad? Porque su vocabulario era diferente al mío, así que no sabía qué hacer, pero sabía una cosa: sabía que la mitad de los estudiantes me habían dado la respuesta correcta en el examen.

Así que, en un momento de desesperación, les dije “¿Por qué no lo discuten entre ustedes?”, y lo que pasó fue increíble: completo y absoluto caos. Ok, digo, todos empezaron a hablar, se olvidaron de mi frente al salón, y lo que fue más sorprendente fue que en dos minutos ya lo habían resuelto, podías ver a los estudiantes ir, hablar y luego decir… y, por un momento, me sorprendió, pensé “¿cómo puede ser? Yo, el experto, he intentado explicarlo en dos modos diferentes, por como 10 minutos, ¿y ellos lo hablan dos minutos y lo entienden?”.

Pero imaginemos que tú y yo estamos sentados uno al lado del otro, somos estudiantes, ¿verdad? Tú tienes la respuesta correcta porque tú lo entiendes y yo tengo la respuesta incorrecta porque yo no lo entiendo. Hablamos, en promedio es más probable de convencerme que al revés simplemente porque tú tienes la forma correcta de pensamiento. Pero eso no es lo importante, lo importante es esto: tú, como estudiante, eres más probable de convencerme a mí, como estudiante, porque el profesor Mazur frente a la clase lo aprendió hace tanto tiempo, para él es increíblemente claro que él no puede (VOZ EN OFF: no se acuerda cómo es estar confundido) ¡Exacto! ¿Verdad? Algo que mi colega Steven Pinker le llama “la maldición del conocimiento”.

Tiendes a pensar que entre más experto eres, estás mejor posicionado para enseñarlo. Falso, entre más lo sabes, es más probable que hayas olvidado las dificultades de un aprendiz de nivel inicial, aún si tuviste esas dificultades años atrás cuando, y, sabes, hasta cierto grado lo sabemos, ¿verdad? Sabemos que cuando vamos a un coloquio, a un seminario de nuestra propia disciplina y escuchamos, sí, nos emocionamos, pero si nos piden reproducir lo que sea que se dijo, no podemos. También sabemos que, con frecuencia, la gente que está más cercana a la edad de los estudiantes es más efectiva para enseñar que el profesor más viejo. Los estudiantes de posgrado que enseñan en las sesiones de discusión son más cercanos a los estudiantes y son, por tanto, mejores al explicarlo. Así que, ¿por qué no usar a los mismos estudiantes? Así que eso, así es como nació la idea de instrucción de pares, ¿verdad? Cuando vi esa interacción, lo vi, wow, eso es lo que debería hacer.

¿Cómo funciona la instrucción entre pares?

Eric Mazur: El ciclo, déjame describirlo: voy a clase, hablo quizás unos cuantos minutos, hago una pregunta, les doy un minuto para pensarlo, hago que voten, primero usábamos las manos sobre el pecho, con los dedos indicando la elección, después de eso vino el clicker, el cual fue desarrollado en parte en mi salón de clase, y luego las personas adaptaron el clicker, era repensar la pedagogía. Pero, olvida eso, olvida la tecnología. Los estudiantes deben comprometerse con una respuesta, pueden hacerlo en papel, y después de que se hayan comprometido tienen que hallar a un vecino con una diferente respuesta, así que volteo contigo, te pregunto: “¿Qué respuesta tienes? Ah, yo tengo la misma respuesta, gracias”, y volteo con otro vecino, trato de encontrar una persona a mi alrededor con una respuesta diferente. Comenzamos a discutir, y la probabilidad indica que uno de nosotros diga “Ah, sí, tienes razón” y cambiemos la respuesta.

Usualmente, solo entre 30 y 70 % tienen el deseo de responder, entonces, después de unos minutos de discusión, ese 30 a 70 % puede incrementar a casi 100 %, y hay muchos estudiantes que pudieron haber dicho “ah, sí”, y luego, sabes, termino con una pregunta de discusión e inicio el siguiente ciclo, y luego el siguiente ciclo, y así hasta que termina la hora de clase.

El método “Justo a tiempo”

Eric Mazur: Así que, encontré una técnica llamada “Enseñanza Just-in-Time”, la cual usé por muchos años, es esencialmente ofrecer a los estudiantes una zanahoria y un palo. Es sólo en realidad en los últimos 5 años que he podido acertar con este problema, y la forma en la que llegué a esa solución es tan obvia en retrospectiva, verás: trabajé duro en hacer que los salones una interacción social con estudiantes hablando entre ellos, ayudándose entre ellos. Nunca pensé hacer el componente de fuera de clase de la interacción social, digo, de nuevo, si tienes a un estudiante leyendo un libro, es una experiencia aislada y solitaria, ¿verdad? Estás leyendo un libro solo. ¿Qué tal si pudiéramos, de alguna forma, usar la tecnología para unir a los estudiantes?

Así que, desarrollamos una plataforma de aprendizaje social llamada Perusall donde tenemos acuerdos con la mayoría de las editoriales, de hecho, creo casi todas las editoriales que las personas han pedido, y lo que pasas es que los estudiantes leen el libro de texto o las notas o lo que sea que el instructor hace disponible, y si ellos tienen una pregunta pueden resaltar la parte de la pregunta, y abre una ventana de chat, y jala a otras personas, de hecho está ligado a redes sociales, como Twitter, Facebook o cualquiera que estén usando los estudiantes, y luego el estudiante usa la maquinaria de aprendizaje, inteligencia artificial para analizar la interacción de los estudiantes, dar retroalimentación al instructor sobre la interacción de los estudiantes en la plataforma, hallé que, por primera vez, puedo de verdad diseñar nuevos cursos donde, siempre y cuando tenga un buen texto, puedo eliminar por completo la lectura, por completa, pero no fue fácil, incluso en retrospectiva pienso que es un poco obvio, sí, tienes que hacerlo social porque aprender es una experiencia social. 

Evaluación: el asesino silencioso del aprendizaje

Eric Mazur: Tengo una charla sobre evaluación: el asesino silencioso del aprendizaje, porque después de implementar la instrucción entre pares pensé “¡Sí! Cambié el enfoque de la enseñanza”, pero desde el punto de vista del estudiante, la parte de verdad importante es la evaluación, ¿verdad? Y, si de verdad quiero que mis alumnos aprendan, entonces debería ajustar las evaluaciones de modo que promueva el aprendizaje y es, de hecho, una oportunidad de aprendizaje, no un castigo, lo cual desafortunadamente son la mayoría de las evaluaciones. Digo, si le preguntas a algunos de los estudiantes “¿qué piensas de los exámenes?”, es visto como un evento estresante, y los eventos estresantes no son la mejor manera de aprender. Pienso que no solo necesitamos cambiar nuestros enfoques sobre la enseñanza, también debemos cambiar nuestros enfoques sobre la evaluación. La educación está enfocada completamente en el individuo.

Los estudiantes vienen a nuestras universidades, tus estudiantes al Tec, mis estudiantes a Harvard, ellos van a clases y en muchas clases están sentados junto a otros estudiantes pero, sabes, las clases no son interactivas, bueno, creo que el Tec está haciendo las cosas mucho mejor que otras instituciones, pero en mi institución muchas, muchas clases siguen estando basadas en lecturas, así que, sí, están sentados junto a otros estudiantes pero no hablan entre ellos, así que es solitario: se van a casa, estudian solos, van a un examen, son separados de los demás, no tienen permitido hablar con otros, no pueden buscar cualquier información, no pueden buscar nada en internet ni nada, sólo tienen una pluma y papel, y así es como los examinamos, y luego les damos una calificación y un título y los mandamos a la sociedad, ¿y qué pasa? Allá, claro, ellos siempre están trabajando juntos y siempre tienen acceso a cualquier información que quieran.

Así que, de cierta forma, creo que el modelo de educación que la mayoría de las universidades del siglo XXI aún usan simplemente no está en línea con la realidad de la sociedad, la cual es colaborativa y con constante acceso a información cambiante. Así que, yo le doy a mis estudiantes acceso a la información, ellos pueden usar el internet, les doy acceso entre ellos, nunca toman un examen solos, sí, tiene que haber responsabilidad individual pero todo es en equipos, y luego el equipo evalúa cómo contribuyó cada quien en el equipo, así que eso, sabes, no todos lo obtienen, equipo, sí, claro, exacto, pero por lo menos los estudiantes tienen que aprender a trabajar juntos y cómo usar la información en lugar de poner la información en sus cabezas para que la recuerden. 

El futuro de la enseñanza

Eric Mazur: Mensajes como el que hemos estado discutiendo, por lo menos es más escuchado, y más personas piensan “hmm… tal vez deba repensar lo que hago en el salón de clases”. De esa forma, pienso que edX ha hecho un muy buen trabajo. No soy un creyente de edX, pienso que hace muy poco y ha hecho muy poco por la educación, con una excepción: las personas, los académicos que ponen sus cursos en edX, de repente comienzan a pensar, después de poner su curso en edX, “¿cuál es mi rol aquí? ¿Cuál es mi rol dentro del salón de clases?”. Así que espero que, en 10 años, más personas se pregunten, más miembros de la academia, más instructores, más maestros se pregunten “¿cuál es mi rol en el salón?” y “quizás no debería solo estar sermoneando y haciendo cosas que están de fácil acceso en internet y otros lados”. Esa es mi esperanza por el futuro.

Fuente e imagen : https://observatorio.tec.mx/edu-news/entrevista-eric-mazur-evaluacion-aprendizaje

 

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Los y las estudiantes no somos un simple número (calificación), sino algo más complejo (evaluación)

América del Norte/México/12-01-2020/Autor(a): Luis Miguel Alvarado Dorry/Fuente: El autor escribe para Otras Voces en Educación

Por: Luis Miguel Alvarado Dorry

En el contexto laboral de la jefatura de sector número 17 de educación primaria de la ciudad de Ocosingo, Chiapas, México, hablar de evaluación es muy complejo a partir de las realidades de cada uno de los integrantes que laboramos en ella, asimismo de los adscritos. Este centro de trabajo está ubicado en la cabecera municipal de Ocosingo, Chiapas, México tiene a su cargo 110 escuelas, la gran mayoría ubicadas en lugares muy marginados socioeconómicamente; atiende a cinco supervisiones escolares, cuatro dentro de la misma ciudad y una en el municipio vecino de Altamirano, Chiapas.

Las escuelas primarias que tenemos adscritas a esta jefatura de sector están ubicadas a lo largo y ancho del municipio de Ocosingo y municipios circunvecinos (Altamirano, Chilón, Oxchuc) la gran mayoría son en comunidades de difícil acceso por su accidentada geografía, pues éstas, se encuentran en las montañas del oriente del estado de Chiapas, México.

De lo anterior, estos municipios predominan grupos originarios que hablan en su lengua materna el tzeltal; por su diversidad cultural, geológica, social y económica, a los y las docentes monolingües (hablan en su lengua materna el español) se les dificulta mucho tanto adentrase a estos lugares, comunicarse con ellos y ellas, y aprender de sus costumbres, pues estos, generalmente son de otras partes del estado, a pesar de estas inclemencias que obstaculizan el proceso educativo, los y las docentes realizan un arduo esfuerzo por llevar a cabo su labor.

A partir de la siguiente premisa –los y las estudiantes no somos un simple número (calificación), sino algo más complejo (evaluación)- precisaré la problemática que emana sobre la evaluación en el ámbito educativo en un rinconcito de la selva lacandona. En una de sus definiciones de la Real Academia Española la evaluación es connotada como “examen escolar” (Española, 2018); una definición un tanto reduccionista por la complejidad que conlleva éste término en el ámbito educativo.

Lo cual, ha llevado a hacerme las siguientes interrogantes sobre la evaluación educativa desde mi contexto laboral: ¿Qué es evaluar? ¿Qué se evalúa? ¿Para qué se evalúa? ¿Cómo se evalúa? ¿Cuándo se evalúa? ¿Dónde se evalúa? ¿Para quién se evalúa?, que trataré no de definir por las complejidades de ésta, sino de acercarme un poco a las realidades conceptuales que los y las docentes tienen en esta época contemporánea impregnada de hegemonía y emancipación.

La evolución de la connotación de evaluación ha ido cambiando a lo largo de los años, en principio, en el medioevo se utilizó en el sentido de intereses del mercado, es decir, para examinar el valor de productos comprados-vendidos o trabajos terminados. Asimismo, se empezó a usar en China un instrumento excluyente para la selección de individuos inferiores y superiores, llamado “examen” (Ahumada, 2005).

En el México independiente, a mediados del siglo XIX la compañía Lancasteriana se posicionó como el centro más importante y único sobre acreditación del sector privado de su época, usando como instrumento el examen oral, este se trataba de la exposición oral de una persona (que necesitaba acreditación), sobre temas establecidos por este organismo, a personas confinadas a esta tarea (jurado calificador), enfocada más a recitar la información memorizada que a la comprensión, aprehensión y construcción de ésta (Ruíz, 2007).

En el México contemporáneo, el pasado sexenio se consolidó por decreto presidencial la creación del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) en el año 2002 (INEE, 2013) para medir, fiscalizar y dar a conocer resultados de los procesos del sistema educativo nacional diseñando baterías de pruebas estandarizadas dirigidos a docentes y estudiantes.

Lo anterior, con el hito de estimulación social y económica para los y las docentes, si los resultados de los y las estudiantes son favorables o idóneos, mientras que, los y las docentes, nos enfrentaríamos a una prueba estandarizada, punitiva y excluyente que, puso en juego el trabajo colectivo de base, en este sentido, no dista mucho de la conceptualización de la evaluación desde sus inicios, por el contrario, a mi perspectiva, a esto le llamaría calificar y no evaluar.

En pleno siglo XXI en el discurso del plan de estudios 2011 de educación básica aunque mencionan que la evaluación debe ser formativa y, que los y las docentes, deben indagar, obtener información, discernir y tomar decisiones para lograr los aprendizajes esperados en los y las estudiantes (SEP, 2011), al final debe sumarse todos estos elementos para asignar un número con el fin de acreditación, cosificando así al ser humano.

Por el contrario, la evaluación educativa va más allá de una simple asignación de valor simbolizado en un número que, explícita e implícitamente, tiende a ser excluyente, por lo tanto, es un proceso investigativo por parte de los y las docentes que, continuamente, recaban información pertinente de cada estudiante para luego analizarlos e interpretarlos (Álvarez, 2001), la evaluación entonces, busca la inclusión y la atención a lo diverso.

Ante ésta ambigüedad discursiva de la evaluación formativa, legitimada en las políticas públicas en educación, los y las docentes y, los y las estudiantes, se ven forzados a alcanzar estándares rigurosos a nivel internacional recomendados (o bien impuestos) por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE, 2010), a la que nuestro país rinde cuentas.

Este organismo impone a su vez evaluaciones (exámenes) como instrumentos de control, particularmente el Programe for International Student Assessment (PISA), traducido por el INNE como “el Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes” (Gobierno de México, 2015), a partir del año 2000 dirigidos a estudiantes con 15 años de edad, midiendo el rendimiento de las asignaturas de matemáticas, lectura y ciencias.

De lo anterior, se legitimaron otras evaluaciones en los niveles de educación básica y bachilleratos a nivel nacional como lo fueron los “Exámenes de la Calidad y el Logro Educativo (EXCALE), estos se rotaban cada “año grados (de 3º a 6º de primaria y de 1º a 3º de secundaria)”, midiendo la utilidad de las asignaturas de español, matemáticas y ciencias, hasta el año 2013, y la Evaluación Nacional de Logro Académico en Centros Escolares (ENLACE) a partir del 2006 (SEP, 2014) y, el Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (PLANEA)  a partir del 2015 (SEP, 2019), dirigidos a estudiantes de tercero a sexto grados de primaria y de primero a tercer grados de secundaria, midiendo asignaturas de español y matemáticas en específico y, el último grado de media superior en lectura y matemáticas.

Se puede apreciar en los tres distintos exámenes que, en específico, solo miden el rendimiento en las asignaturas de español, matemáticas y ciencias, omiten las asignaturas humanas como artísticas y educación física, pero ¿por qué sucede esto?, sucede por las imposiciones que hacen los organismos financieros internacionales que jerarquizan las asignaturas donde predominan las ya mencionadas, las cuales, instrumentalizan las subjetividades ad hoc al consumismo de las innovaciones tecnológicas.

En esta disyuntiva, la concepción sobre evaluación que tienen la mayoría de los y las docentes de educación primaria de las escuelas adscritas a la jefatura de sector número 17 del estado de Chiapas, es menester con fines de acreditación, es decir, por lo general, evaluar para ellos(as) es saber qué tanto saben (memorización) los y las estudiantes usando los instrumentos tradicionales (exámenes o baterías de prueba estandarizadas) otras(os) incluyen las listas de cotejo y de asistencias para sumarlo con el porcentaje del examen estandarizado, pues así lo dicta el plan de estudios y las autoridades educativas inmediatas (directores de escuelas). Estas costumbres han llevado a una catástrofe educativa teniendo niños y niñas estresados(as), frustrados(as) y excluidos(as), la falta de compromiso investigativo de la mayoría de los y las docentes, los han llevado a ser cómplices de un sistema educativo que forma empleados, desempleados y consumistas infelices para la clase hegemónica contemporánea.

La mayoría de los y las docentes, ve a la evaluación como un rendimiento de cuentas que deben dar a las autoridades educativas de manera ascendente (dirección, supervisión, jefatura de sector, subsecretaría de educación, etc.), asimismo, por la exigencia de las familias de los y las estudiantes, alienándose y alienando así el proceso de evaluación formativa e integral al de examinación y fiscalización por la misma presión que presentan los y las docentes, esto es debido por no tener propuestas de evaluación formativa, o bien, por no salir del estado de confort. Asimismo, como método de control pues, la mayoría de los y las docentes, tienden a sentirse inseguras(os) cuando los y las estudiantes van compartiendo el poder dentro del salón de clases y las(os) desafían.

Por esta conceptualización que tienen la mayoría de los y las docentes, evalúan los conocimientos que los y las estudiantes van adquiriendo a lo largo del ciclo escolar según el programa de estudios vigente, es decir, aparentemente éstos evalúan el aprendizaje, omitiendo su enseñanza, como si estos fueran procesos separados. Como un ordenador donde se copia y pega la información, dejando a un lado lo que caracteriza al ser humano en esencia.

Al evaluar los conocimientos que tienen y adquieren los y las estudiantes a lo largo del ciclo escolar, la mayoría de los y las docentes, lo hacen con el fin de acreditación ahora de manera trimestral (antes era de manera bimestral) para promoción de grado, excluyendo así a estudiantes que por múltiples razones (mal alimentados, problemas emocionales, psicológicos y económicos, ritmos y estilos de aprendizajes, problemas cognitivos, metodologías de enseñanzas, entre otros) van quedando rezagados(as) y son estigmatizados(as) como no idóneos por el o la propia docente y por sus propios(as) compañeros(os), por lo tanto, no acreditan o acreditan con condiciones según las boletas de calificación que otorga el mismo sistema educativo. Evalúan para sancionar y fiscalizar el aprendizaje de los y las estudiantes, dando mayor énfasis a los errores cometidos y por ello son penalizados.

En este sentido, los y las docentes llevan a cabo una simulación de la evaluación formativa sea por ignorancia, o bien,  por mantener el estado de confort; para los y las docentes que se esfuerzan un poco más, llevan a cabo un registro de puntualidad, disciplina, asistencia, trabajo en equipo, trabajo individual, tareas escolares y extraescolares, puntuaciones de los exámenes (mayor porcentaje asignado), entre otros aspectos de manera continua, pero al finalizar el bimestre y el año lectivo, suman todos estos aspectos dando por resultado un número asignado a cada estudiante, los que no hacen ningún esfuerzo únicamente se basan en las baterías de pruebas estandarizadas que diseñan o compran en empresas encargadas de su elaboración, por lo que descontextualizan todo el proceso.

Los y las docentes les dan las fechas a sus estudiantes para la aplicación de los exámenes aproximadamente una semana antes para que estos(as) se preparen, pero, mientras más se acerca el o los días de exámenes, a los y las estudiantes les provoca una serie de emociones que, en lugar de motivarlos, los desaniman sintiendo ansiedad, inseguridad, estrés, frustraciones y desconfianza; en este contexto, los y las estudiantes tienen que prepararse cognitiva, psicológica y emocionalmente para hacerle frente a estas experiencias desde que entran en el nivel primaria, por lo tanto, éstos(as) se alienan a estas imposiciones que emanan del propio sistema educativo operacionalizado(a), por ignorancia o confort, por la mayoría de los y las propios(as) docentes.

Estos hábitos son internalizados en los imaginarios de las y los docentes, estudiantes, autoridades inmediatas (directivos) así como las propias familias, posicionando a la evaluación como un campo problemático donde se emplea mayor tiempo y energías  en obtener y otorgar una calificación que en el proceso de enseñanza-aprender (Álvarez, 2001).

Los y las docentes evalúan habitualmente en tiempos determinados por el mismo sistema fiscalizados por los directores, supervisores, jefes de sectores y familias, la fiscalización que me refiero es, a la entrega administrativa de un formato de promoción y acreditación de manera diagnóstica, trimestral (antes bimestral) y final y, las constantes rendiciones de cuentas que por lo general exigen las familias.

 En este sentido, de manera habitual, se realiza un examen diagnóstico estandarizado a las y los estudiantes que cobertura los aprendizajes esperados del grado anterior cursado, este se realiza al inicio de cada ciclo escolar con baterías de pruebas estandarizadas elaboradas, o bien, obtenidas de manera comercial, esta última se ha venido instaurando en los imaginarios colectivos de la mayoría de los y las docentes que, al parecer, se ha vuelto un hábito no solo la compra de planeaciones, sino también el paquete que incluyen los exámenes de cada período.

Si el examen diagnóstico estandarizado no es acreditado, la mayoría de los y las docentes, lejos de adecuar el proceso dialéctico de enseñanza-aprendizaje a las necesidades e intereses de sus estudiantes, éste(a) se angustia y da por hecho la información (un tanto memorizada) que traen estos(as), esta práctica excluye aquellas(os) que tuvieron dificultades en aprehender la información del grado anterior, por lo tanto, quedan rezagados(as).

Las y los docentes al momento de aplicar el o los exámenes llevan a cabo un hábito establecido de antaño, sientan a sus estudiantes en sillas formando filas y lo más separadas posibles, con el cometido de evitar que los y las estudiantes se copien unas(os) de otras(os); las mochilas y demás útiles fuera del alcance, únicamente con lápiz y borrador, provocando en los y las estudiantes desconfianzas y rivalidades en contra del o la docente, de sus compañeros(as) y de sí mismos(as), emociones que dificultan el verdadero proceso de evaluación.

En esta perspectiva fiscalizadora, excluyente y selectiva, la mayoría de los y las docentes evalúan para rendir cuentas a las sociedades, a las instituciones educativas (dirección de escuela, supervisiones, jefatura de sectores, subsecretarías y secretaría de educación), estas a su vez a organizaciones internacionales (OCDE, FMI, BM y BID), criminalizando así la propia práctica docente, es decir, se antepone la rendición de cuentas (administrativa) al verdadero proceso de evaluación (proceso dialéctico de enseñanza-aprendizaje) olvidando por completo las necesidades e intereses de los y las estudiantes, por lo tanto, culpan a los y las docentes del fracaso educativo.

A partir de estas cosmovisiones conceptuales y procedimentales del proceso de evaluación educativa de los y las docentes que trabajan en las escuelas primarias de la región Selva-Ocosingo adscritas a la jefatura de sector número 17, es evidente el modelo positivista y de la teoría del reflejo, donde solo transmiten, repiten y reproducen las mismas prácticas metodológicas y de contenidos estipulados en los planes y programas de estudios, con el hito de alienar a los y las docentes en la instrumentalización de su labor, omitiendo al docente investigador que llevan en su interior, por lo tanto, internalizan y normalizan hábitos menester del transmisionismo e “instruccionismo” (Mejía M. R., 2011).

En este contexto, la concepción y las prácticas evaluativas que llevan a cabo la mayoría de las y los docentes, preciso las siguientes reflexiones:

  • Evaluar no es solo poner un número que valore cosificando a las personas, por el contrario, la evaluación integral formativa es en esencia, una ardua y continua investigación de recogida de datos que se interpretan y se analizan para tomar las decisiones pertinentes de manera permanente para mejorar el proceso dialéctico de enseñanza-aprendizaje del acto educativo.
  • La evaluación formativa pondera la participación de las y los estudiantes, su empoderamiento, el trabajo colaborativo y permite la intervención oportuna de los y las maestras(os), de esta manera, formamos estudiantes con base en la justicia, se propicia la participación de todos los actores sin distinción, significando esto la atención intencionada a la diversidad.
  • Se evalúa no para generar empleados(as) y desempleados(as) infelices al sistema económico, sino para el desarrollo integral de las capacidades que caracteriza al ser humano: “cognitiva, afectiva, valorativa, volitiva, imaginativa, deseo, trascendente” (Mejía, Cendales, & Muñoz, 2016), para una vida plena y feliz.
  • Los conocimientos emanados del proceso dialéctico de enseña-aprende, el o la estudiante debe emplearlos en su vida cotidiana, si esto no sucediese, entonces el o la estudiante no aprendió, solo memorizó, es inherente que el o la estudiante emplee en su cotidianeidad lo aprendido para que este sea significativo.
  • Las herramientas de evaluaciones existentes como la observación, entrevista, diario de campo, diario del maestro, rubricas, portafolios, producciones, mapas conceptuales, autoevaluación, coevaluación, reflexiones, entre otras, son mínimas pero muy significativas a comparación de la riqueza que se puede suscitar en el proceso educativo, los y las docentes tienen el compromiso de construir alternativas para evaluar a los y las estudiantes, según sus intereses y necesidades.
  • El proceso evaluativo debe ser continuo y permanente para detectar deficiencias en el proceso dialéctico de enseñanza-aprendizaje, el “error” como punto nodal para la toma de decisiones y actuar oportunamente para que ese error se convierta en aprendizaje.
  • La evaluación como proceso de diálogo entre los y las participantes donde se escuchen las voces de las minorías, con el hito de construir y transformar sus realidades.
  • La evaluación como proceso que pondere el aprendizaje en los estudiantes y las enseñanzas del docente, asimismo el aprendizaje de los docentes y las enseñanzas de los estudiantes, ahí la dialéctica.
  • El contexto escolar, la cotidianeidad y lo humano como lugar de enunciación de la evaluación integral formativa.
  • La evaluación que tome en cuenta a los actores del proceso dialéctico de enseñanza-aprendizaje (estudiantes, docentes, familias, directivos, comunidad).
  • La evaluación como lugar de confrontación de saberes donde se dé cabida e importancia a los saberes particulares del contexto y de la historicidad de los y las estudiantes y del propio docente.
  • Una evaluación liberadora que tome en cuenta las negociaciones culturales y sus particularidades, ninguna sobre u oprimiendo a otras, por el contrario, a la par construyendo comunidades de aprendizajes colaborativas, cooperativas y participativas.

Referencias

Ahumada, A. P. (2005). Hacia una evaluación auténtica del aprendizaje. México, D.F.: PAIDÓS.

Álvarez, M. J. (2001). Evaluar para conocer, examinar para excluir. Madrid: Morata.

Española, R. A. (2018). Real Academia Española. Recuperado el 8 de enero de 2018, de http://dle.rae.es/?id=6o0yxYM

Gobierno de México. (02 de Febrero de 2015). www.gob.mx. Obtenido de Documentos. ¿Qué es PISA?: https://www.gob.mx/sep/documentos/que-es-pisa?state=published

INEE. (2013). Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. México, D. F.: INEE.

Mejía, M. R. (2011). Educaciones y pedagogías críticas desde el sur. Cartografías de la Educación Popular. La Paz: Ministerio de Educación. Viceministerio de Educación Alternativa y Especial.

Mejía, M. R., Cendales, L., & Muñoz, J. (2016). Pedagogías y metodologías de la educación popular. «Se hace camino al andar». Bogotá, Colombia: Ediciones desde abajo.

OCDE. (2010). Mejorar las escuelas: Estrategias para la acción en México. Resumen Ejecutivo. París: OCDE.

Ruíz, O. J. (2007). Retorno de la evaluación reduccionista y excluyente. Innovación educativa, 53-67.

SEP. (2011). Plan de estudios 2011. México, D.F.: Secretaría de Educación Pública.

SEP. (2014). www.enlace.sep.gob.mx. Obtenido de ¿Qué es ENLACE?: http://www.enlace.sep.gob.mx/que_es_enlace/

SEP. (2019). www.planea.sep.gob.mx. Obtenido de Planea: http://www.planea.sep.gob.mx/bienvenida/

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Kenia: Los directores de las escuelas quieren nuevos exámenes para estudiantes embarazadas y enfermas

Redacción: All África

Los directores de las escuelas quieren que el Ministerio de Educación elabore una política que permita a los candidatos enfermos y futuros escribir exámenes nacionales complementarios.

Indimuli Kahi, presidente de la Asociación de Jefes de Escuelas Secundarias de Kenia (Kessha), dijo el miércoles que el Consejo de Exámenes Nacionales de Kenia (Knec) debería permitir que los estudiantes realicen los exámenes KCPE y KCSE nuevamente.

«El día de los exámenes, da a luz a las 5 a. M. A las 8 a. M., Aparecimos con un policía y un vigilante le hace un examen. Nunca he estado embarazada, así que no sé los dolores del parto, pero he sido testigo de sufrimiento, «Dijo, señalando que esos candidatos necesitan tiempo para sanar.

«Si esta chica sufrió esos dolores durante toda la noche y dio a luz, ¿crees que tiene la energía para escribir un examen? ¿Es posible? ¿Qué tipo de resultados esperamos de esos niños?»

Sin embargo, Kahi dijo que Knec debería proponer medidas para garantizar que los candidatos no simulen enfermedades, incluida la presentación de pruebas de los médicos.

El presidente de Kessha criticó el proceso de colocación, diciendo que su hijo obtuvo 401 puntos y quería unirse a la escuela secundaria Mang’u pero fue llamado a una institución desconocida.

«¿Cómo es la configuración para la selección de escuelas? ¿Le da al niño una buena oportunidad para hacer una selección informada? Si no, esta conferencia debería [llegar a una resolución para que el ejercicio sea rehecho] para que haya calma en enero. «

El martes, el Secretario del Gabinete de Educación, George Magoha, acusó a los candidatos de una mala selección de escuelas y aconsejó a los padres que los guiaran.

Además aseguró a los candidatos de familias pobres de becas.

Nicholas Gathemia, presidente de la Asociación de Maestros Directores de Escuelas Primarias de Kenia (Kepsha), también instó al gobierno a revisar los criterios de selección.

«Estamos seguros de que se escucharán los gritos de aquellos que lo hicieron bien, pero [fueron llamados a diferentes escuelas]», dijo Gathemia.

Fuente:  https://allafrica.com/stories/201912050704.html

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Libro(PDF): «Culturas evaluativas. Impactos y dilemas del Programa de Incentivos a Docentes-Investigadores en Argentina (1993-2018)»

Reseña: CLACSO

“Para comprender la lógica de funcionamiento de los campos científicos periféricos es necesario tomar distancia de una interpretación simplista sobre la dependencia académica que considera un centro activo y productor de conocimiento y una periferia pasiva receptora e importadora de ideas; y lo mismo cuenta para el caso de la transferencia de estándares internacionales en los sistemas de evaluación de la actividad científica. Las transformaciones recientes en la circulación internacional del conocimiento han diversificado la periferialidad científica. Y es urgente revisar las perspectivas tradicionales que tienden a identificar el desarrollo científico con el crecimiento en términos de publicaciones/impacto en las revistas mainstream.”

Autores (as): Fernanda Beigel. Fabiana Bekerman. [Coordinadoras]

Yamile Socolovsky. [Presentación]

Víctor Algañaraz. Denis Baranger. Paola Bayle. Fabio Erreguerena. Osvaldo Gallardo. Javier Maximiliano Salatino. Roberto Salim. [Autores/as de Capítulo]

Editorial/Editor: IEC-CONADU. CLACSO.

Año de publicación: 2019

País (es): Argentina

Idioma: Español

ISBN: 978-987-722-478-8

Descarga: Culturas evaluativas. Impactos y dilemas del Programa de Incentivos a Docentes-Investigadores en Argentina (1993-2018)

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=1794&orden=&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1348

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Matemática, asignatura pendiente del sistema educativo guatemalteco

América Central/Guatemala/01-12-2019/Autor(a) y Fuente: www.prensa-latina.cu

De 157 mil 318 estudiantes guatemaltecos egresados del Sistema Educativo Nacional, solo el 13,56 por ciento obtuvo calificaciones de excelente y satisfactorio en Matemática, se informó hoy aquí.
Los datos corresponden a la Evaluación obligatoria de Graduandos 2019 del Ministerio de Educación (Mineduc), la cual refleja que si bien es un logro comparado con el 11,44 por ciento de 2018, todavía falta mucho para que esta asignatura deje de ser una piedra en el zapato de los alumnos.

Dentro del total mencionado, un 33,22 por ciento Debe Mejorar y otro 54,21 por ciento clasificó como Insatisfactorio, resultados que dan una idea de los retos en cuanto a calidad educativa.

En el caso de Lectura, las estadísticas arrojan un logro de 37,03 por ciento en comparación con el 34,81 de un año atrás; sin embargo, 28,91 por ciento Debe Mejorar y 34,06 por ciento no aprobó la evaluación.

La evaluación registró avances en departamentos como San Marcos, Huehuetenango, Suchitepéquez y Chimaltenango en el caso del área de Matemática, pero otros como Baja Verapaz y El Progreso tuvieron retroceso.

Izabal, Jalapa, Jutiapa, Retalhuleu, Suchitepéquez y Totonicapán tampoco registraron avances en el caso de Lectura, de acuerdo con el Mineduc.

A juicio de Alan Palala, coordinador de la Unidad de Divulgación de Resultados de Evaluación Educativa, es importante hacer uso de estos datos para tomar decisiones tanto a nivel de escuela y director como de Ministerio.

Además del nivel de desempeño, este año se registró la carrera que los alumnos cursaron, plan de estudios, idioma materno, área de residencia y grados repetidos, entre otros aspectos de interés.

De acuerdo con la base publicada, el 67 por ciento tenía 18 años o menos cuando realizó la evaluación; 26,64 por ciento se autoidentificó como maya y un 70,77 como no indígena, mientras que el otro 2,9 por ciento está distribuido entre garífuna, xinka y extranjero.

Un 91,51 por ciento indicó que su idioma materno era español; el 88,72 por ciento realizó sus estudios en el área urbana y solo el 11,28 por ciento correspondió a zonas rurales.

Asimismo, 73,36 por ciento se acogió a un plan regular o diario, el 24,47 por ciento lo hizo los fines de semana y 2,16 por ciento a distancia.

Las pruebas incluyeron las ramas de bachillerato, perito contador, magisterio y secretariado.

Un mayoritario 73 por ciento incluyó el sector privado, 21 por ciento el público, 4 por ciento cooperativa y 2 por ciento municipal, según la clasificación del Mineduc.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=324746&SEO=matematica-asignatura-pendiente-del-sistema-educativo-guatemalteco
Imagen: Gerd Altmann en Pixabay
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