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“Parte de la deserción escolar en Colombia se da en séptimo grado”, Mónica Ospina

Por: www.elespectador.com

El año pasado el sector educativo fue uno de los más afectados por la pandemia. Para saber qué tanto se perjudicó el proceso de aprendizaje es vital medirnos y esa es una tarea del ICFES. En sus más recientes resultados muestran una disminución en el puntaje de los estudiantes de calendario A. Entrevista con su directora.

La educación es uno de los sectores que más se ha visto afectado por la pandemia. En Colombia, por ejemplo, el Ministerio de Educación autorizó que en 2022 todos los planteles educativos regresaran a la presencialidad; es decir, durante dos años los colegios estuvieron cerrados, generando algunos déficits en el proceso de aprendizaje. Para identificar algunas de esas falencias, el Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación (ICFES) ha adelantado una serie de estrategias. Una de ellas es retomar las pruebas Saber en el grado séptimo, pues según Mónica Ospina, directora del instituto, “había un espacio muy grande entre quinto y noveno y olvidamos que del paso del grado séptimo a octavo hay muchas condiciones que cambian en el ciclo escolar”. (Le puede interesar: En educación hay una obligación urgente)

En entrevista, Ospina cuenta otros de los cambios que surgieron en el ICFES a raíz de la pandemia, como los cuestionarios auxiliares, que son de habilidades socioemocionales y se centran en el contexto de aprendizaje de los estudiantes durante la pandemia. “Incluyen una lectura del contexto de los estudiantes. Se hacen entrevistas a los docentes, rectores y padres de familia”. En cuanto a los resultados de las pruebas Saber 11 de 2021, señaló que se observó una disminución en el puntaje global de dos puntos para el calendario A, “es una reducción leve, no es muy significativa. Y las áreas en las que estamos encontrando esta disminución son matemáticas y ciencias sociales”, señaló.

¿En qué se han enfocado como institución en este tiempo de emergencia sanitaria?

Las pruebas de Estado tienen un rol muy importante en este momento por la urgencia que se tiene de poder cerrar esas brechas de aprendizaje en torno a la presencialidad. Tenemos la prioridad de poder identificar cuáles son esos aprendizajes o cuáles son los estudiantes que se han podido ver afectados en todo su ciclo educativo ligado a la pandemia. En eso el ICFES, en conjunto con el Ministerio, ha venido creando programas y actuando de manera conjunta para poder responder a eso.

¿Cuáles son esas medidas que se han implementado para cerrar las brechas?

Este año se retoman las pruebas Saber en séptimo grado que no se realizaban desde 2017. Se retoman además de manera electrónica, así como se había contemplado en el piloto que se hizo en 2019. (Puede leer: El regreso a los colegios es un hecho: no habrá más restricciones de aforo)

Desde hace diez años no se hacía esta prueba, ¿por qué es importante retomarla?

Esta prueba busca identificar cada uno de los niveles de educación y cuáles son esos déficits. Había un espacio muy grande entre quinto y noveno y olvidamos que del paso del grado séptimo a octavo hay muchas condiciones que cambian en el ciclo escolar. De hecho, parte de la deserción escolar se da mucho en séptimo grado, entonces es fundamental entender qué es lo que pasa en ese paso para los estudiantes.

¿En qué consisten los otros cambios que ha tenido el instituto por la pandemia?

Nos hemos centrado en medir las capacidades de la población con discapacidad. Esto implicó que fuéramos a muchas regiones del país. A pesar de que no se mide a todos los estudiantes, sí se mide toda la representatividad en términos de colegios por tamaño que tenemos a lo largo del país. Esta es una información muy importante que entregaremos al país el próximo año. También continuamos con el programa “Evaluar para avanzar”, que se caracteriza por ser una evaluación diagnóstica en la que todo el control lo tiene el docente. Nosotros desde el ICFES le abrimos al docente toda la información que requiere para construir y diseñar esa prueba y le damos toda la información para que pueda hacer un análisis en términos de competencias y aprendizajes. El objetivo es dar una valoración de aprendizajes que le dice a un docente cuáles son las competencias que puedan encontrarse más rezagadas con respecto a lo que espera para cada uno de los grados. Va desde tercero hasta 11. (Puede leer: Motete: cinco años cambiando la forma de leer en el Chocó)

Uno de ellos es en las pruebas Saber 11…

Sí. Primero hay que entender que los contextos de los estudiantes son muy diferentes en nuestro país y los puntajes deben ser leídos bajo este. Entonces en Saber 11, que es nuestra prueba insignia y la que es más conocida para toda la población, hemos empleado una caja de herramientas que les damos gratuitamente a todos los estudiantes para familiarizarse con la prueba. Esa innovación surge de escuchar en las mesas a los ciudadanos y en poder ofrecer lo que los estudiantes necesitan. Es importante que entiendan que el examen no es un requisito por capricho del Gobierno o de las universidades, sino que realmente es una herramienta muy poderosa para el estudiante, las instituciones de educación superior y el sector con el objetivo de poder focalizar recursos.

La pandemia mostró la importancia de la salud mental. ¿Qué estrategias adelanta al ICFES para protegerla?

Hubo unos cuestionarios auxiliares que son de habilidades socioemocionales y de su contexto de aprendizaje durante la pandemia. Las pruebas incluyen además una lectura del contexto de los estudiantes, porque se hacen entrevistas a los docentes, rectores y padres de familia. Es una evaluación controlada y estandarizada que sí va a dar unos puntajes, pero que tiene un propósito de entender todo el contexto de aprendizaje. Eso se planeó desde 2019 y logramos hacerla este año. Hay una continuidad de ese estudio para el otro año, porque les hacemos un seguimiento a los niños evaluados este año y van a tener un seguimiento durante los próximos ocho años. Esta es una apuesta muy importante de poder entender cuáles son esas condiciones de aprendizaje que están teniendo nuestros niños hoy.

Uno de los retos que tuvieron a la hora de presentar el examen era la conexión a la plataforma. ¿Cómo ajustaron esas fallas?

Todos los estudiantes que tuvieron el problema durante el 26 de octubre fue una caída del sistema de veinte minutos. Los estudiantes que perdieron la conectividad fueron reprogramados y lograron presentar la prueba el 7 de noviembre. Fueron poco menos de 10.000 estudiantes. Fue un hecho que se analizó con detalle y se refuerza para que no vuelva a ocurrir en otra presentación de la prueba.

¿Han pensado institucionalizar el examen del ICFES para que sea virtual o solo será por la emergencia sanitaria?

Nosotros tenemos pruebas de manera virtual y otras que se hacen en papel y lápiz. Todas las pruebas son diferentes y se hacen de acuerdo con las necesidades de población que las presenta. Sin embargo, el ICFES sí está en una transición: habrá pruebas electrónicas que está más acelerada de lo que se esperaba. En nuestro plan estratégico estaba realizar el 5 % de sus pruebas electrónicas para 2023. Pero, a partir del año pasado, que logramos hacer las pruebas TyT y Saber Pro de manera electrónica, logramos más del 40 % de las pruebas de manera electrónica. Instituciones como Pisa, por ejemplo, se han demorado entre cuatro y seis años en hacer esa transición a pruebas electrónicas. Hacerlo implica hacer análisis en términos de que se garantice la comparabilidad de la prueba.

¿Todas las pruebas son aptas para presentarse de manera virtual?

No. Hay pruebas, como la Saber 11, que son muy difíciles de hacer de manera electrónica, por la cantidad de estudiantes que se evalúan. Nosotros podemos tener en calendario A aproximadamente 600.000 estudiantes, por ejemplo. El próximo año volvemos a tenerla como siempre la hemos tenido, en un solo día. Este año la hicimos en dos días, el año pasado la tuvimos que extender a tres días, por todo el tema de distanciamiento, porque ni siquiera los sitios nos daban la capacidad para poder hacerla en un solo día. En las pruebas que hemos podido, como la de tercero, séptimo y noveno, empezamos línea base para que se pueda realizar de manera electrónica, un proceso similar al que se adelanta con la prueba Saber Pro TyT. Una muy buena noticia para los estudiantes de Saber Pro es que a partir del próximo año se va a poder presentar dos veces al año. Una se hará finalizando a mayo y otra finalizando octubre.

Lograron sacar las pruebas en tiempo récord en medio de la emergencia sanitaria, ¿qué lecciones le deja?

Muchas, de hecho, en este momento asesoramos al Gobierno de República Dominicana y hemos hablado con Guatemala, México y Ecuador, que quieren entrar en el proceso de transición y nos consultan. Somos uno de los países en los que hemos podido hacer pruebas de Estado a gran escala. Tenemos dos modalidades: la que es en sitio, que es totalmente controlada, pero también están las pruebas que hacemos en casa. El reto es aprovechar la tecnología para tener un mayor número de preguntas. En un computador se pueden hacer preguntas interactivas. Este año montamos un laboratorio de evaluación, encargado de hacer esa transición, que no es hacer una prueba en un computador, sino aprovechar la tecnología para hacer mejores evaluaciones y evaluar otras competencias. Por ejemplo, Pisa evaluará el otro año pensamiento creativo, un modelo innovador que solo se puede realizar de manera electrónica. Nosotros participamos activamente en la construcción de ese módulo y en su implementación. En el ICFES queremos llegar, en el corto plazo, a medir este tipo de competencias, muy importantes para el mercado laboral y el desarrollo de los estudiantes.

Uno de los retos es garantizar que el examen llegue a todos los estudiantes. ¿Cómo lo lograron este año de pandemia si hay aún muchas zonas rurales a donde no llega el internet y los estudiantes deben realizar largos desplazamientos para poder presentar la prueba?

Los retos vienen desde todos los aspectos, desde la misma construcción de preguntas, como lo pones en una plataforma y todo el proceso de operación cambia. El mismo proceso de instrucción requiere que conozcamos si lo va a hacer en casa, en otro sitio, si tiene condiciones técnicas. Hemos encontrado que aproximadamente el 80 % de los estudiantes tienen equipo y conectividad para hacer una prueba en línea que es demandante. A los que no tienen conexión, nosotros tenemos ítems de aplicación, disponemos de internet, llevamos equipos y router para que los estudiantes puedan presentar la prueba. El reto para tercero, quinto, séptimo y noveno fue gigante, porque hay colegios de solo veinte estudiantes que no tienen ni siquiera equipos. En algunos sitios no logramos conectividad, entonces instalamos un software que permitía hacer la prueba. Luego hacemos un proceso de sincronización. Para estas pruebas hicimos el 60 % con conectividad con los colegios y tuvimos que mover algunos equipos para tener mayor cobertura, porque no había equipos en los colegios para todos los estudiantes y más o menos el 10 % lo tuvo que hacer en papel, porque muchos no tenían energía eléctrica o estaban desconectados. Siempre esas pruebas están acompañadas de un equipo logístico que ha enfrentado estos retos.

Otro de los retos fue el plagio, ¿cómo lograron controlarlo?

Tenemos personas que están vigilando y el software de evaluación que tiene el ICFES consiste en que una vez entras a la evaluación no te permite moverte a ninguna otra página ni abrir otro programa dentro del computador. Para los que están en casa se tiene un sistema de inteligencia artificial que crea unas alertas en tiempo real de si está utilizando el celular o algún otro dispositivo, audífonos, si tiene su cara tapada y no se pueden ver los ojos o la boca, si hay otra persona acompañando, si la persona está ausente o si sale de pantalla sin haber solicitado algún permiso. El sistema también identifica problemas que puede tener el estudiante. Podemos saber si se salió de la prueba porque se le cayó la energía, porque perdió conectividad o por alguna acción que tomó el estudiante.

¿Ya hicieron un análisis de los resultados? ¿Conocen las diferencias en el desempeño académico en comparación con años anteriores o cuáles son las regiones que obtuvieron peor puntaje?

Lo que nosotros estamos observando en los resultados, que salieron recientemente, es la clasificación de planteles. Vemos una disminución en el puntaje global de dos puntos para el calendario A, que es una reducción leve, no es muy significativa. Sobre cuáles son las áreas en las que estamos encontrando esta disminución se da en matemáticas y en ciencias sociales. En lectura crítica se ha mantenido constante y en inglés tuvo un leve aumento. Ahí parte del análisis que se hace desde el ICFES es que todavía no estamos observando unos comportamientos diferentes en términos de aprendizaje, dados estos dos años de pandemia y de no presencialidad. En parte esto se explica porque lo que nosotros medimos en la prueba Saber 11 son competencias que se adquieren a lo largo de la vida, no conocimientos específicos. Nosotros esperamos, y por eso es tan importante para poder entender esas pérdidas de aprendizaje, darles muchísimo foco también a los otros niveles de educación con “Evaluar para avanzar” y con Saber tercero, quinto, séptimo y noveno, y es ahí es donde esperamos ver cambios significativos y donde se deben tomar acciones. Seguramente en Saber 11 también se verán, pero no todavía.

Tras casi dos años de pandemia en donde la educación fue uno de los principales sectores afectados, ¿a qué le apuestan?

En conjunto, como instituto, a lo que le estamos apostando es a mirar a todos los sitios y niveles de educación en conjunto y ver dónde es que tenemos que generar esas mayores prioridades, dándole continuidad a esa prueba Saber 11, que es supremamente importante para poder acceder a educación superior y que además les está dando muchísima información a las universidades. Hemos trabajado muy articuladamente con el Icetex y el Ministerio en todo el proceso de matrícula cero.

Fuente e Imagen: https://www.elespectador.com/educacion/parte-de-la-desercion-escolar-en-colombia-se-da-en-septimo-grado-monica-ospina/

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La USICAMM, sus evaluaciones y una perspectiva democrática para el magisterio

Por:  Arturo Méndez/Agrupación Magisterial y Normalista Nuestra Clase

 

En continuidad neoliberal con la reforma educativa de Peña Nieto, la mejora salarial del magisterio sigue estando sujeta a la evaluación.

 

Del 2 al 4 de julio se realizó el proceso de evaluación para la promoción horizontal en el magisterio, por parte de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (USICAMM). A través de estas evaluaciones, las y los docentes participantes buscan una mejora salarial.

La USICAMM fue creada como parte de la reforma educativa de la 4T. Aunque dicha reforma eliminó la llamada evaluación punitiva, preservó toda la lógica neoliberal de las evaluaciones contenida en la reforma peñista, que sigue colocando al magisterio en un régimen de excepción laboral, con la USICAMM utilizando la misma metodología de lo que fue la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente. Así, maestras y maestros que quieran mejorar sus ingresos, deben someterse a una evaluación y aprobarla.

Esta evaluación está lejos de dignificar al magisterio, pues no representa las necesidades de las y los trabajadores de la educación. Por el contrario, quienes aprueben las evaluaciones para la promoción horizontal, irán subiendo de nivel, generándose así una división perversa y artificial entre maestros “de primera” y maestros “de segunda”, en competencia por aumentar sus ingresos, tal como ocurría con la Carrera Magisterial, muy acorde a la ideología neoliberal que genera mecanismos por competencias, altamente individualistas.

Para quienes no participen o no aprueben las evaluaciones de la USICAMM, lo que se ofrece son salarios de miseria, como lo muestra el raquítico aumento de 3.4% pactado recientemente entre la SEP y el SNTE, luego de un ciclo escolar en el que nuestra jornada de trabajo superó muchas veces nuestro horario laboral.

Claro, también estuvo el bono de $720 otorgado recientemente, que no cubren ni el costo de dos meses de internet, que las y los maestros hemos pagado durante toda la pandemia para garantizar la educación a distancia, enfrentando al mismo tiempo la creciente carestía de la vida.

 

A igual trabajo igual salario

Si ya de por sí condicionar la mejora salarial a la aprobación de una evaluación viola el principio de “a igual trabajo igual salario”, imponerlo en las condiciones actuales resulta todavía más aberrante.

El salario docente -como tendría que ser para cualquier trabajador- debería cubrir mínimamente el costo de la canasta básica familiar y aumentar parejo según las horas trabajadas, así como de acuerdo a la inflación.

Por otra parte, si se tratara realmente de la mejora de la educación, cuestiones como la formación, capacitación y actualización contemplados en el Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros no tendrían que restringirse a quienes participen del mismo, sino que tendrían que generalizarse a todo el magisterio, contemplándose periodos dentro del horario laboral destinados a ello, para no atentar contra el tiempo de descanso y esparcimiento de las y los docentes.

 

Democratizar la escuela

Respecto a la promoción vertical, más allá del escándalo generado por la anulación de resultados para 5 mil 787 docentes que, según la USICAMM, copiaron en sus pruebas para promocionarse a cargos directivos y de supervisión (aunque ya varios maestros y maestras lo han desmentido en redes), opinamos que se trata de un mecanismo que reproduce la estructura antidemocrática de las escuelas.

Ante ello, consideramos que los cuerpos directivos deberían ser elegidos democráticamente mediante el voto de la comunidad escolar, quedando con cargos revocables en cualquier momento y que respondan al mandato de la escuela organizada en asamblea.

 

Una perspectiva de organización y lucha

Como es sabido, los dirigentes charros del SNTE fueron tan cómplices de la reforma peñista como lo son de su continuidad en la reforma actual. Exijamos a los delegados sindicales de nuestras escuelas la convocatoria a asambleas para discutir democráticamente, desde las bases, sobre los problemas de la educación (como los planteados aquí pero también otros como el nuevo calendario escolar y el regreso a clases presenciales anunciado para agosto) y qué salida podemos darles desde el magisterio unido y organizado.

Al mismo tiempo, exijamos a la CNTE, como referente histórico del magisterio democrático y combativo, que rompa la tregua que mantiene con el gobierno de la 4T, que le apueste a la recomposición del movimiento magisterial, llamando a construir un plan de lucha unificado y a la movilización unitaria, junto con madres, padres de familia y otros sectores de trabajadores, para enfrentar el ataque generalizado contra la educación e imponer en las calles nuestras demandas.

 

Fuente e imagen: https://www.laizquierdadiario.mx/

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Perú. Minedu: Estado acogerá a todos los escolares que migren al sistema público

América del Sur/Perú/21-12-2020/Autor(a) y Fuente: www.andina.pe

En mayo de este año 110,000 alumnos dejaron la escuela privado para ingresar al sector público.

El ministro de Educación, Ricardo Cuenca, aseguró que su sector está capacitado para recibir a todos los estudiantes de educación básica de colegios privados que por diversas razones deseen trasladarse al sistema público para el ejercicio del año escolar 2021.

“El Estado está completamente comprometido y seguro en que vamos a poder atender a esta población, porque para empezar es una obligación del Estado proteger el derecho a la educación de los niños, niñas y adolescentes del país”, señaló en entrevista con Latina.

El titular del Ministerio de Educación (Minedu) comentó que al final de la próxima semana, cuando se cierre formalmente el año escolar 2020, se tendrá toda la información cargada al sistema a fin de determinar cómo se aplicarán los diversos escenarios proyectados para el nuevo año escolar.
“En mayo de este año hubo una migración de 110,000 estudiantes de la escuela privada a la pública. La próxima semana vamos a ver cuántos quedaron y a partir de allí determinar si este número que hemos podido manejar de forma remota podrá ser incorporada de forma presencial o semipresencial y ver cómo trabajamos con ellos”, anotó.
Agregó que se está terminando de afinar los mecanismos para acoger a toda la población educativa que dejará la educación privada el próximo año, cuya matrícula representa solo al 23% de población educativa nacional, ya que el porcentaje mayoritario se encuentra en el sistema público.
Dos semanas libres
Indicó que el año 2021 va a ser más parecido al año 2020 que al 2019 porque las condiciones sanitarias están modelando la sociedad y la vida de todos nosotros.
“La novedad es que tendremos para el sector público un régimen muy parecido al privado, en el que tendremos una semana de receso en el mes de mayo y una en el mes de octubre, para revisar lo que se ha hecho. Entre profesores y directores haremos los ajustes del caso para las evaluaciones trimestrales”.
Ante la demanda de parte de algunas familias de materiales educativos gratuitos, el ministro detalló que se está preparando un conjunto de materiales del programa Aprendo en Casa, que se pondrán a disposición de todos.
“Estamos levantando un conjunto de informaciones en este programa que ya no solo son programas de radio, televisión o de plataforma web, sino que incluirán unos repositorios de información para que todos estudiantes que sean de colegios públicos o privados puedan acceder de forma gratuita siempre”.
En dicha plataforma se podrán encontrar textos, cuadernos de trabajo y material didáctico para alumnos de los tres niveles educativos.
“Lo más importante es tener mucha tranquilidad y mucha calma. Lo principal es que ningún niño, niña y ningún joven ni docente, ni personal administrativo de la escuela pueda contagiarse ni contagiar a otros. Si las condiciones sanitarias obligan a que sigamos con la modalidad remota los primeros meses del próximo año, lo haremos así”, manifestó, para agregar que nadie se quedará sin estudiar.
Fuente e Imagen: https://www.andina.pe/agencia/noticia-minedu-estado-acogera-a-todos-los-escolares-migren-al-sistema-publico-826605.aspx
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España: Selectividad a finales de junio y sin pruebas externas: la educación ya nota el coronavirus

Redacción: El Confidencial

En la reunión de la Ministra con los consejeros de Educación de las Comunidades Autónomas se han dado los primeros pasos para atajar educativamente la pandemia actual.

Acaba de darse el primer paso para tomar medidas que hagan frente a la nueva situación educativa propiciada por el coronavirus. Se suspenden este curso las pruebas externas de nivel en Primaria y Secundaria realizadas al final de cada ciclo, que afectan a tercero y sexto de Primaria y cuarto de ESO. Estas pruebas solían realizarse entre finales de abril y principios de mayo. Una medida que no afecta al resto de pruebas que puedan realizarse por parte de los docentes de cada centro para evaluar el progreso del rendimiento de los alumnos y que se realizarán por ahora de forma telemática.

Es la conclusión a la que ha llegado la Conferencia Sectorial de Educación que ha tenido lugar esta misma mañana, dirigida por la Ministra de Educación y Formación Profesional Isabel Celáa y con la participación por videoconferencia de los Consejeros de Educación de todas las comunidades autónomas. Tres semanas después del cierre de todos los colegios españoles, se ha optado por prescindir de las pruebas externas de evaluación establecidas por la LOMCE, cuyo rol iba a ser redefinido por la LOMLOE.

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De esta manera, se impone a nivel nacional el mismo criterio que ya habían adoptado algunas regiones como Cantabria o Madrid. Dichas pruebas carecen desde el año 2016 de efectos académicos, y se trata de herramientas de evaluación que no pueden utilizarse para “clasificaciones de centros”.

El modelo de examen se ajustará a la excepcionalidad que supone el estado de alarma para no perjudicar al alumnado

En la reunión también se ha discutido un nuevo calendario para Selectividad, después de que la pasada semana se acordase el retraso de las pruebas de acceso a la universidad. Las fechas fijadas se encuentran entre el 22 de junio y 10 de julio, con una convocatoria extraordinaria antes del 10 de septiembre. Además, el Ministerio se compromete a un modelo de examen que se ajuste «a la excepcionalidad que supone el estado de alarma para no perjudicar al alumnado».

El curso no terminará en marzo

La posibilidad que, de momento, ha descartado el ministerio es la de cerrar el curso en marzo, tres meses antes de lo previsto, como se había barajado en distintas comunidades y que habría tenido serias consecuencias para miles de profesores interinos. Tampoco nuevas fechas de finalización del curso, un tema que no se encontraba en el orden del día, y que de tratarse, se haría en un momento posterior.

El consejero de Educación Enrique Ossorio reculó y añadió que Madrid solo valora volver a reanudar las clases tras el 11 de abril

“La comunidad educativa tendrá que tomar la decisión sabiendo que habrá que tomar medidas paulatinas de salida de la población ”, dijo ayer la portavoz del gobierno María Jesús Montero sobre un hipotético cierre del curso escolar: “Siendo conscientes de que el confinamiento es necesario para vencer al virus, pero también sabiendo que posteriormente al confinamiento se tendrán que tomar medidas paulatinas, estaremos en mejores condiciones de decidir”.

Este martes estalló otro pequeño desencuentro entre administraciones, después de que el consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, sugiriese la posibilidad de terminar el curso en marzo, durante una entrevista en ‘Onda Cero’. En apenas unas horas, el consejero dio marcha atrás y recordó que “en este momento la Comunidad de Madrid solo contempla el escenario de reanudar las clases presenciales a partir del 11 de abril cuando cese el estado de alarma y sea posible”. “En ningún caso se baraja la posibilidad de cerrar el curso en marzo”, añadía.

Además, ayer el Ministerio de Educación y las distintas comunidades llegaron ayer a un acuerdo en la Comisión de Formación Profesional para flexibilizar las prácticas en el centro de trabajo (FCT), que se limitarán a las horas mínimas (220 horas) y la ampliación el calendario escolar con el objetivo de que los alumnos de FP puedan superar el presente curso y titular. El plazo para el acceso a los títulos de grado medio y superior puede llegar incluso a la primera quincena de julio.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/espana/2020-03-25/educacion-coronavirus-celaa-examenes-ebau_2516915/

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Finlandia – cómo la igualdad de oportunidades ayudó a que se convirtiera en referencia mundial en educación

Finlandia / 30 de septiembre de 2018 / Autor: BBC / Fuente: Intermedia

Los finlandeses conocieron el asfalto en la década de 1920. Hasta principios del siglo XX, lo que conocían era básicamente la pobreza.

Como contraste, cuando en 1909 la avenida Paulista se convirtió en la primera vía asfaltada en la ciudad brasileña de Sao Paulo, en Finlandia predominaba una economía agraria y sus primeros 14 km de autopista no se inaugurarían hasta 1963.

¿Cómo cambiaron estos países en los siguientes años?

Por un lado, Finlandia se transformó con un conjunto de políticas educativas y sociales que crearon uno de lo modelos más celebrados de excelencia en educación pública en el mundo.

Mientras que en Brasil, como en la mayoría de América Latina, reducir la inmensa desigualdad de oportunidades educativas entre niños que nacen en familias pobres y los de familias ricas, sigue siendo uno de los principales desafíos.

El “milagro” finlandés

El conocido milagro finlandés inició en la década de los 70 y cobró fuerza en los años 90 con una serie de reformas innovadoras.

En un lapso de 30 años, Finlandia transformó un sistema educativo mediocre e ineficaz en una incubadora de talentos que encabezó rankings mundiales de desempeño estudiantil y apalancó el nacimiento de una economía sofisticada y altamente industrializada.

Se trata, a primera vista, de un enigma: los finlandeses están haciendo exactamente lo contrario de lo que el resto del mundo hace en la eterna búsqueda de mejores resultados escolares, y está bien.

El recetario finlandés incluye reducir el número de horas de clase y limitar al mínimo los deberes de casa y las pruebas escolares.

Educadores internacionales estudian el paradójico modelo finlandés en busca de la fórmula milagrosa. Y la respuesta de los finlandeses es esta: la educación pública de alta calidad no es el resultado de políticas educativas por sí solas, sino también de políticas sociales.

“El estado de bienestar social finlandés desempeña un papel crucial para el éxito del modelo al garantizar a todos los niños oportunidades y condiciones iguales para un aprendizaje gratuito y de calidad”, dice el educador Pasi Sahlberg, uno de los creadores de las reformas políticas educativas de Finlandia en los años 90, en el libro Finish Lessons (“Lecciones Finlandesas”).

Iguales oportunidades

La preocupación por garantizar que todos los finlandeses tengan oportunidades de desarrollo iguales es visible en las instalaciones de la escuela Viikki, uno de los centros educativos de enseñanza media más importantes en la capital finlandesa, Helsinki.

Como en todas las escuelas de Finlandia, ahí se puede ver al hijo de un empresario estudiando junto al hijo de un obrero.

En el amplio comedor, se sirven a diario comidas saludables de manera abundante a los estudiantes, mientras que los servicios de atención médica y odontológica cuidan de manera gratuita la salud de los 940 alumnos.

Todo el material escolar también es gratuito. Los equipos de pedagogos y psicólogos acompañan cuidadosamente el desarrollo de cada niño para identificar problemas como dislexia y proporcionar apoyo inmediato. Y las matrículas escolares no existen.

Sahlberg destaca además el impacto del ejercicio en la enseñanza en el modelo de igualdad y justicia social creado gradualmente por los finlandeses a partir de la posguerra: salud, educación y vivienda para todos, generosos permisos de paternidad para cuidar a los niños y guarderías ampliamente subsidiadas o hasta gratuitas.

También hay una amplia y solidaria red de protección a los ciudadanos.

“La desigualdad social, la pobreza infantil y la ausencia de servicios básicos tienen un fuerte impacto negativo en el desempeño del sistema educativo de un país”, puntualiza Sahlberg.

La transformación

Hasta finales de los años 60, solo el 10% de los finlandeses había terminado la enseñanza secundaria. Las oportunidades eran limitadas y el acceso, desigual. Muchas familias no podían pagar las instituciones privadas de enseñanza y las escuelas públicas eran insuficientes.

Un diploma universitario era considerado, en ese entonces, un trofeo excepcional: solo el 7% de la población contaba con educación superior. Y en todas las áreas de aprendizaje, Finlandia era símbolo de retraso.

La historia del país, sin embargo, siempre se caracterizó por la resiliencia de su pueblo, que logró su independencia hasta 1917, después de seis siglos bajo el dominio del reino de Suecia y más de cien años como gran ducado del Imperio ruso y sus cinco zares.

En la década de los 70, la nación fue convocada a cambiar. Una educación pública estelar pasó a ser percibida como la base fundamental para la creación de un futuro menos mediocre y desarrollar el capital humano del país se convirtió en la misión primordial del Estado finlandés.

El principio de igualdad e inclusión social marcó el desarrollo de los años 70 de la nueva peruskoulu (educación obligatoria finlandesa), que abarca la enseñanza primaria y la media.

En una decisión histórica del Parlamento finlandés, todos los niños, independientemente de contexto socioeconómico o domicilio, pasaron a tener acceso igualitario y gratuito a escuelas de calidad para cumplir los nueve años de educación básica.

El siguiente paso fundamental fue una valoración sin precedentes del profesor.

Finlandia lanzó programas de formación de excelencia para el magisterio en las universidades del país. Creó condiciones notables de trabajo y amplia autonomía para tomar decisiones en las escuelas, pagando razonablemente bien a sus profesores.

La profesión de maestro se convirtió en una de las favoritas entre los jóvenes finlandeses, por encima de las profesiones en medicina, derecho y arquitectura.

Participación de la sociedad

En los años 90, el país anunció una nueva revolución de la enseñanza.

Las asociaciones de profesores, políticos, padres, miembros de la academia y diferentes sectores de la sociedad fueron llamados a participar en la creación de dos nuevos y revolucionarios paradigmas de la educación en el país.

rechazaron la fórmula convencional aplicada en la mayor parte del mundo como receta para mejorar el desempeño escolar.

“Fue particularmente significativo el papel que desempeñaron varias organizaciones de la sociedad civil”, destaca Sahlberg, quien también fue uno de los consejeros del Ministerio de Educación finlandés en los años 90.

La transformación del sistema fue profunda. Y rápida. Como resultado, a finales de la década de los 90 la peruskoulu finlandesa se convirtió en líder mundial en matemáticas, ciencia e interpretación.

Los primeros resultados del Programa Internacional de Evaluación a Alumnos (PISA por sus siglas en inglés), publicados en 2001, sorprendieron a los propios finlandeses: en todos los ámbitos académicos, Finlandia empezó en la cima del ranking mundial.

Y permanece hasta hoy entre los más destacados miembros del club.

 

Finlandia dice haber aprendido una lección: las políticas de educación efectivas deben ir de la mano con políticas sociales.

“Las personas en Finlandia tienen un profundo sentido de responsabilidad compartida sobre la importancia no solo de la vida propia, sino del bienestar de los demás”, observa Sahlberg en su libro Finish lessons.

“Los cuidados al bienestar del niño comienzan antes del nacimiento y se extienden hasta la edad adulta. Las guarderías públicas son un derecho garantizado para todos los niños, quienes también tienen acceso igualitario a todo tipo de servicio básico. La educación se considera en nuestro país se considera un bien público. Y es, por lo tanto, protegida en la constitución del país como un derecho humano básico”, añade.

La inversión finlandesa en la educación también se considera uno de los motores centrales del desarrollo económico y para poner fin a la pobreza en el país.

Ciudadanos altamente capacitados han aprovechado el crecimiento de la producción y la transformación de Finlandia en uno de los principales polos de innovación y tecnología en el mundo con el nacimiento de empresas como el gigante de las telecomunicaciones Nokia.

Y las políticas educativas crecieron al lado de las políticas sociales.

Igualdad desde la cuna

La vasta red de beneficios sociales en Finlandia es el resultado de la construcción, a partir de los años 70, de un generoso Estado de Bienestar social, financiado por una de las más altas cargas tributarias en el mundo.

La tasa de impuestos sobre la renta individual en el país es hoy del 51.6%, lo que no impidió a Finlandia aparecer este año en la cima del ranking de los países más felices del mundo elaborado por la ONU (World Happiness Report).

Pero ya desde finales de los años 30, Finlandia ofrece a todas las mujeres embarazadas un kit de maternidad con unas 50 cosas básicas para el bebé. El objetivo del regalo es proporcionar a todos un comienzo de vida igual, independientemente de clase social.

Además, cuando un niño nace en Finlandia, la madre tiene derecho a 105 días hábiles de permiso de maternidad. El padre recibe otros 54 días de licencia. Y las parejas pueden dividir entre sí un periodo adicional de más de cinco meses de permiso parental.

Esto significa que la mayoría de los niños finlandeses pueden tener la atención de sus padres en casa durante el primer año de vida.

Después del periodo de permiso de paternidad, uno de los padres tiene derecho a permanecer en casa con el niño, si así lo prefiere, y recibir un apoyo de cerca de 450 euros al mes (US$525). En estos casos, el padre o la madre podrán volver al mismo empleo que tenían antes hasta que el niño cumpla 3 años de edad.

Los padres tienen todavía la opción de regresar al trabajo, pero con carga horaria reducida, y obtener un apoyo parcial del Estado.

La mayoría de los padres y madres regresan eventualmente al trabajo, y cuando deciden hacerlo, el Estado ofrece una red de guarderías especializadas y altamente subsidiadas para cuidar de los niños.

Por ley, todos los niños de 0 a 6 años tienen derecho a un lugar en la guardería, ya sea tiempo parcial o completo. Las tasas varían de acuerdo con la renta de los padres y la zona en la que reside la familia. El valor máximo de la mensualidad es actualmente de 290 euros (cerca de US$338).

Para familias de menores ingresos, las guarderías son gratuitas.

Gratis hasta el final

Al cumplir los 6 años, todos los niños finlandeses tienen derecho a la educación preescolar, que es completamente gratuita. El objetivo de los centros preescolares es proporcionar a cada niño el aprendizaje de habilidades y conocimientos básicos, con el fin de prepararlos para la vida escolar.

Con el acceso gratuito a universidades e instituciones de enseñanza técnica y profesional, la educación de nivel superior también ha sido una oportunidad de igual acceso para todos. La educación en Finlandia es gratuita para todos, desde el preescolar hasta el doctorado.

Las estadísticas apuntan al éxito de la fórmula de aliar políticas educativas con políticas sociales, dice Sahberg.

“Las sociedades igualitarias tienen ciudadanos con el grado de educación más elevado, raros casos de evasión escolar, menores tasas de obesidad, mejores indicadores de salud mental e índices más reducidos de embarazos adolescentes, en relación con los países en los que la brecha entre ricos y pobres es mayor”, enfatiza el educador finlandés.

Innovar, siempre, es importante, enseñan los finlandeses. Ya en los años 90, la reforma educativa conducida por Finlandia sorprendió al mundo académico con una teoría paradójica, que probaría ser visionaria.

Paradoja 1: Los alumnos aprenden más cuando los profesores enseñan menos

La experiencia finlandesa desafía la lógica convencional, que prescribe más horas de clase y mayor cantidad de lecciones en casa como fórmula para impulsar el desempeño estudiantil.

Los días son más cortos en las escuelas de Finlandia, con menos horas de claseque en todas las demás naciones industrializadas, según estadísticas de la OCDE, organización que reúne a los países más ricos del mundo.

“Es importante que los niños tengan tiempo para ser niños“, dijo la profesora Erja Schunk, de la escuela Viikki, situada en un campus de la Universidad de Helsinki. “Lo más importante es la calidad del tiempo en el aula, y no la cantidad”.

En los Estados Unidos, un profesor pasa aproximadamente el doble del tiempo enseñando en el aula por semana, en comparación con un profesor finlandés.

“Dar seis horas de clase al día es una tarea ardua, que deja a los profesores demasiado cansados para dedicarse a otras tareas importantes para el trabajo de un educador, cómo planificar, renovarse y dar atención cuidadosa al alumno”, dice Sahlberg.

En una típica escuela finlandesa, los profesores dan unas cuatro clases al día.

“La preocupación central de la escuela finlandesa no es alcanzar récords de desempeño escolar, sino ayudar a desarrollar las aptitudes de un niño para formar individuos capaces de vivir vidas felices, dentro y fuera del trabajo”, añade Sahlberg.

Los profesores finlandeses tampoco creen que aumentar la carga de tareas a los estudiantes lleve necesariamente a un mejor aprendizaje, especialmente si las lecciones son tediosos ejercicios que no desafían la capacidad creativa del alumno.

Según estadísticas de la OCDE, los estudiantes finlandeses pasan menos tiempo haciendo tareas que los estudiantes de todos los demás países: cerca de media hora al día.

“Los alumnos aprenden lo que necesitan saber en el aula, y muchos hacen el deber de casa aquí mismo, en la propia escuela, así que tienen tiempo para convivir con sus amigos y dedicarse a las cosas que les gusta hacer fuera de la escuela, lo que también es importante “, dijo el profesor Martti Mery en la escuela Viikki.

En la fase preescolar, la prioridad es desarrollar la autoconfianza de los niños. Los días en la escuela se cumplen con tareas como aprender a orientarse sin compañía en un bosque, o atar solos sus patines de hielo.

Paradoja 2: Los alumnos aprenden más cuando tienen menos exámenes y evaluaciones

Los estudiantes finlandeses no necesitan preocuparse por evaluaciones: su sistema educativo no cree en la eficacia de una alta frecuencia de exámenes, por lo que se aplican con poca regularidad.

A pesar de eso, Finlandia brilla en los rankings globales de educación, al lado de los países con mejor desempeño escolar del mundo.

¿Milagro? La filosofía finlandesa es que el objetivo principal de los profesores debe ser ayudar a los alumnos a aprender sin ansiedad, a crear y desarrollar la curiosidad natural, y no simplemente a pasar evaluaciones.

“La presión del modelo tradicional de enseñanza trae consecuencias dramáticas para los alumnos, como el miedo, el aburrimiento y el temor a correr riesgos”, afirma el educador Sahlberg.

Los informes del PISA indican que sólo el 7% de los alumnos finlandeses se siente ansioso al estudiar matemáticas. Mientras tanto, en el rígido sistema de enseñanza de Japón, que ostenta altos niveles de desempeño escolar, se registran récords de suicidio entre estudiantes, con un índice que llega al 52%.

Y en las aulas de la escuela Viikki, el ambiente es tranquilo y relajado. No hay uniformes escolares, y los alumnos estudian descalzos – reflejando el clima de las casas escandinavas, donde nadie usa zapatos.

La escuela primaria es prácticamente un periodo libre de evaluaciones. Con el fin de evitar que los niños se clasifiquen de acuerdo con su rendimiento, el sistema finlandés virtualmente abolió la evaluación por notas escolares en los cinco primeros años de la peruskoulu.

En los años siguientes, la evaluación se realiza con base en pruebas elaboradas por el profesor y en el desempeño del alumno en el aula, además de una amplia evaluación de cada estudiante realizada colectivamente por los profesores al final de cada semestre.

Los que necesitan mayor asistencia en la enseñanza reciben atención particular: la filosofía finlandesa aprecia la creencia de que todos los niños tienen el potencial de aprender, si tienen apoyo y oportunidades adecuadas.

El magisterio en Finlandia se convirtió además en una carrera de prestigio.

Cada primavera, miles de jóvenes solicitan un espacio para estudiar en los departamentos de formación de profesores de las universidades de Finlandia.

Pero sólo los mejores y más preparados estudiantes pueden convertirse en profesores: en el exigente sistema finlandés, sólo cerca del 10% de los candidatos suelen ser aprobados para cursar la maestría obligatoria en la universidad.

El grado de maestría se ha convertido en el requisito básico y obligatorio de un profesor para poder enseñar en las escuelas finlandesas, incluso para la educación preescolar.

Y las innovaciones continúan: el currículo escolar adoptado en 2016 creó, por ejemplo, la enseñanza basada en fenómenos o proyectos, que actualiza la tradicional división por materias y da más espacio para que determinados temas (como la Segunda Guerra Mundial) sean trabajados conjuntamente por profesores de diferentes disciplinas.

Todos los aspectos detrás del éxito finlandés parecen ser, por lo tanto, lo opuesto de lo que se hace en la mayor parte del mundo, donde la competencia, la alta carga de pruebas y clases, la uniformidad de la enseñanza y la privatización son por regla general los principios dominantes.

“Ejercer controles rígidos sobre las escuelas y los alumnos, pagar a los profesores en base al desempeño de los estudiantes, entregar el liderazgo de las escuelas a especialistas en gestión o convertir escuelas públicas en privadas son ideas que no tienen lugar en el repertorio finlandés de desarrollo de la educación” , dice el educador Sahlberg.

Sahlberg resume así el pensamiento finlandés sobre la educación pública de calidad:

“Es una obligación moral, pues el bienestar y en última instancia la felicidad de un individuo depende del conocimiento, de las aptitudes y de las visiones del mundo que son proporcionadas por una educación de calidad. Es también un imperativo económico, ya que la riqueza de las naciones depende cada vez más de las habilidades y el conocimiento”.

Fuente de la Noticia:

FINLANDIA – CÓMO LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES AYUDÓ A QUE SE CONVIRTIERA EN REFERENCIA MUNDIAL EN EDUCACIÓN

ove/mahv

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Fabricio Ballarini: Neurociencia y educación, ¿un vínculo posible?

Argentina/24 de Marzo de 2018/

Agencia Agencia CTyS-UNLaM  Entrevista a: Fabricio Ballarini

Las investigaciones de lo que sucede minuto a minuto en el cerebro humano respecto a la memoria, los recuerdos y el olvido, se plasmaron hace 3 años en un libro titulado “REC” escrito por el doctor en Biología y divulgador científico, Fabricio Ballarini. Tiempo después publicó un segundo libro, “Educando al cerebro I”, fruto de las charlas de divulgación que realizó en escuelas con el propósito de crear puentes entre la comunidad científica y educativa. En el marco de la Semana de la Ciencia, y Agencia CTyS-UNLaM lo entrevistó

En esta entrevista, Ballarini analiza los vínculos entre la neurociencia y la educación, reconoce que es un “terreno fértil” para seguir trabajando, pero advierte el riesgo de que termine siendo “un negocio” de unos pocos “para dictar cursos online que no sirven absolutamente para nada”.

También, alerta sobre la difusión en los medios de resultados de laboratorio que son llevados a la clase: “No se puede transpolar los resultados de investigaciones con ratones directamente al aula”.

¿Qué te aportaron tus libros?

Para mí, los libros tienen como una gran bondad que es acercar la ciencia a un público que normalmente no tiene acceso a ese material científico y que, de tenerlo, lo tiene mal comunicado o digerido. Tanto REC como Educando al Cerebro tienen la particularidad de tratar de comunicar ciencia de manera simple y que, esa comunicación, se haga sin intermediarios: desde el investigador al docente. Por eso, manejan un código muy similar: ambos trabajan con la vocación. Es una comunicación entre una persona que ama su trabajo y una persona que quiere mejorar en lo que hace, así que se da fructíferamente.

¿Cómo empezaste con esta investigación?

Yo vengo trabajando sobre esto desde antes del boom de las neurociencias en las escuelas. Veníamos haciendo jornadas y como notamos que los docentes eran super receptivos nos parecía medio injusto usar el instrumento educativo y sólo hacer un paper sin que ellos reciban algo de lo investigado.  Entonces invitamos a otros investigadores que trabajan con educación, pedimos el aula Magna en el Nacional Buenos Aires y empezamos con “Educando al Cerebro”. La charla funcionó tan bien que tuvimos el apoyo del director del CONICET para llevarla al resto del país.

Hoy en día ¿Qué se puede aplicaren el ámbito educativo de todo lo que se divulga en neurociencias?

Por ejemplo, en redes sociales hay muchas cosas que no tienen evidencia y la gente la consume. La comunicación científica en el ámbito educativo es como una manta corta. Por un lado, necesitas contar que existen evidencias científicas para que docentes y estudiantes entiendan que el rol del científico es buenísimo, pero la gente no tiene paciencia. La ciencia avanza muy lentamente y es limitada, entonces lo que se hace mal es contar resultados que no están realizados en escuelas y son llevados directamente al aula.

¿Hay algún lugar en el mundo donde la neurociencia intervengan en la capacitación o formación docente o en el aula misma?

Que yo conozca no, de hecho, en España ahora hay una revolución pedagógica gigante y hablan de las neurociencias, pero su aplicación es muy escasa. Es un terreno fértil para hacer cosas buenas y también para que sea un negocio que le convenga a 5 personas que dicten cursos online sobre cómo funciona la mielina y esto no sirve absolutamente para nada.

¿Qué papel toma el estado en esta relación?

El rol del Estado a nivel educativo no se discute, lo único que se pone en debate a la sociedad son las paritarias o los problemas del aula, pero no hay una discusión sobre cómo educar, qué cambios hay que hacer. Estamos años luz de que el Estado pueda investigar o implementar sobre estas cuestiones.

En el plano económico, por ejemplo, los subsidios que obtuve son para trabajar en roedores. Hay muy poco apoyo a la profundización de estas iniciativas por fuera del laboratorio por másde que tengan éxito comercial y parezca que el futuro de la educación está ahí. Después, en la práctica, esto se frustra.

Y desde tu disciplina, ¿qué evaluaciones hacen sobre las prácticas pedagógicas?

Voy a dar un ejemplo: en la lógica pedagógica tiene sentido que un chico que corta una pizza se dé cuenta fácilmente que se trata de una fracción. ¿Pero eso está probado? ¿Alguien lo midió? La neurociencia y la educación son dos mundos que se chocan. Estaría buenísimo que esos dos mundos vayan en paralelo, acompañándose, para que la ciencia le brinde información útil a los docentes, y a su vez, desarrollar estrategias para que el sistema científico se nutra de nuevas preguntas,ya que no está presente en el aula. Pero, como es tan nuevo, es difícil convencer a las partes de que es posible, que hay resultados y que puede mejorar el sistema educativo.

Fuente: http://www.aptus.com.ar/neurociencia-y-educacion-un-vinculo-posible/

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Un análisis educativo sobre qué es la inteligencia

Por: Lesbia González

Las notas, los números fríos de evaluaciones académicas restringen las múltiples capacidades humanas.

Una definición de inteligencia podría ser: facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad, así como la posibilidad de selección de las alternativas más convenientes para la resolución de un problema.

Al leerlo parece simple, los investigadores coinciden en que no hay una definición que abarque la misma. La razón si es simple, que a todo le queremos dar una definición, con reglas, orden y por lo demás, más grave una forma estadística que nos englobe a todos para establecer un orden lógico, congruente y un referente.

Usar la inteligencia de esa forma separa a los humanos y antes que reforzar sus capacidades, les impide crear y ser capaces. ¿Por qué lo decimos? Las medidas estadísticas estandarizadas son simples y comparan, el cociente intelectual C.I o IQ (en inglés) y sólo ha servido para dividir a los humanos con epítetos, con inteligencia superior, promedio o inferior, pero no para su desarrollo.

Las notas, los números fríos de evaluaciones académicas restringen las múltiples capacidades humanas.

Surge en los años 60 Howard Gardner y nos habla de inteligencias múltiples y a pesar de los años que hace de este concepto tan valioso, es poco su uso en el ámbito académico. Parece gustarnos mucho dichas evaluaciones, apelan al concepto antropológico de quién es mejor y por eso se queda pegado a nuestra psiquis. Pero al escudriñar más a fondo, ya que nosotros somos más que promedios, nos damos cuenta de que cada ser humano es tan brillante como se le permita ser y crear y los promedios sólo retrasa su avance.

Ojo, porque no sólo a los que promedian bajo, también a los altos, puesto que ellos creen que ya han ganado el mundo con sus notas y el mundo los arrastra a la cruel realidad.

La inteligencia es poder usar todo el potencial que el ser humano posee y la buena noticia es que si lo posee, pero si seguimos evaluando como hasta ahora, cercenamos las posibilidades que subyacen en cada individuo.

Hay que agregar también que el concepto evaluación está unido a poder, por ello es que les hace tanta gracia a muchos evaluadores tener bajo su poder a los evaluados, de ahí los semidocentes que ‘se gozan de aplazar alumnos’, que ríen cuando salen mal o disfrutan maquiavélicamente haciendo exámenes difíciles e incluso otros que dicen que ellos son la máxima calificación y nadie puede llegar a su nivel. Además, existe también la firme creencia de que ser matemáticos, físicos, científicos es sinónimo de inteligencia y que cualquier otra materia es recreacional.

Todas las personas son inteligentes, hoy día ha quedado más que probado que los portadores del síndrome de Down pueden hacer y ser mucho más que lo que antes los tenía atados a su promedio en los famosos test de inteligencia, que no son más que otros marcadores estandarizados de números insulsos y carentes de valor aplicable a la capacidad infinita de cada ser humano.

Cambiar implica mucho esfuerzo que sólo los verdaderos docentes con vocación saben que deben hacer y los alegra hacerlo, puesto que saben que si ayudan a todos a descubrir sus potenciales más allá del constructivismo -que también se puso de moda- y que cada individuo descubra cuán inteligente es a través de metodologías novedosas, que valoren y respeten a todos, que no enumeren y clasifiquen, que no estandaricen; sino al contrario, poder explotar esos potenciales que yacen en el cerebro humano, haciendo que surja la grandiosa inteligencia que todos poseemos.

Fuente: http://laestrella.com.pa/panama/politica/analisis-educativo-sobre-inteligencia/24052216

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