Se trata de una resolución similar a la de Canet de Mar y a la de una treintena de centros, que tienen que dar más horas en español por orden judicial.
Nueva sentencia que cuestiona el sistema de inmersión en Cataluña. El Tribunal Superior de Justicia de esta comunidad ha ordenado a un centro de educación infantil de Cubelles, en Barcelona, que imparta en una de sus clases el 25% de las horas lectivas en castellano. Se trata de una resolución similar a la de Canet de Mar y a la de una treintena de centros, que tienen que dar más horas en español por orden judicial.
El tribunal ha estimado parcialmente en este caso una denuncia de una familia del centro, que pidió la escolarización en catalán y castellano a partes iguales para su hijo. Los padres reclamaban catalán y castellano al 50% y los jueces han resuelto que el porcentaje de asignaturas en castellano sea del 25%. En primera instancia, la familia tramitó la petición a través de la Consejería de Educación, pero al ver que la Administración catalana no atendía sus reclamaciones, optaron por la vía judicial. La Generalitat ya ha confirmado que recurrirá.
Hay unos 35 centros pendientes de aplicar resoluciones judiciales similares y una decena de familias están a la espera de que los jueces resuelvan sus casos. Además, sobre el modelo de inmersión pende una sentencia del TSJC, ratificada por el Supremo, que obliga a todo el sistema escolar, no a casos particulares como Canet o Cubelles, a impartir el 25% de las asignaturas en castellano. La Generalitat está aún en el plazo de dos meses para ejecutar la sentencia pero el Gobierno de Pere Aragonès aún no ha dicho aún si va a acatar.
El modelo actual en Cataluña establece que la única lengua vehicular en la enseñanza es el catalán. En el caso de Canet, la Generalitat sí acató el fallo. Para la treintena de centros prevé incorporar un profesor más para cada aula afectada, de tal manera, que un docente dará la clase en catalán y el de apoyo lo hará en castellano.
Según la sentencia sobre Cubelles, el centro tiene que anular su proyecto lingüístico, «ya que no contempla el carácter vehicular del castellano como lengua oficial conjuntamente con el catalán».
Fuente e Imagen: https://www.elcomercio.es/sociedad/educacion/defensor-pueblo-pregunta-20211223144339-ntrc.html
América del Sur/Colombia/24-12-2021/Auto(a) y Fuente: www.lahora.com.ec
La familia descubrió que en el internado en que se encontraba le amarraban el pene con cabello humano; además, lo ortigaban y lo sometían al frío.
BOGOTÁ. A un niño de 9 años le amarraban el pene con cabellos humanos para que no se orinara y además era azotado con ramas de ortiga, según denunciaron sus familiares en Bogotá (Colombia), un caso que tiene conmocionado al país.
El maltrato supuestamente ocurrió en el Hogar Monserrate, manejado por monjas y ubicado en el municipio de Chocontá, en el departamento de Cundinamarca, cercano a Bogotá. Así lo dijo a FM radio Paola Morales, tía del menor que denunció el caso ante la Fiscalía.
«El menor estaba ingresado en un internado de monjas en Chocontá desde hace 7 meses y el día 15 de diciembre lo recogimos porque le dieron vacaciones para estar en familia en Navidad; el niño empezó a llorar y a sentir un fuerte dolor; el niño fue revisado por la mamá y se evidenció que su pene estaba inflamado y morado», aseguró Morales.
Explicó que cuando el menor fue llevado al médico y le quitaron los hilos y el cabello humano con el que le amarraron el pene, llevaba al menos «10 días sin poder orinar». Eso se «debía a que le habían amarrado el pene para que no se orinara, lo que también le provocó una infección en la vejiga».
El procedimiento fue muy doloroso porque el cabello cortó la piel y tenía heridas profundas que estaban infectadas y ahora está recibiendo apoyo psicológico.
«Se evidencia más maltrato físico, como baños donde le pegaban con ortiga que lo picaban y le ardían en la piel y otras cosas como pararlo muy temprano sin ropita a aguantar frío por más de dos horas a la madrugada; es lo que el niño nos pudo comunicar», dijo la tía.
Afirmó además que la mamá del niño lo llevó a ese internado porque tenía buenas referencias y que allí le podían ayudar a superar los problemas de comportamiento y de lenguaje, así como también podía progresar en lo académico.
«Los médicos hallaron que el pene de mi hijo estaba amarrado con cabellos largos de una persona. Habían amarrado su miembro desde la base y eso le impedía orinar», dijo la mamá del menor al diario El Tiempo.
Incomunicado
Al momento de matricularlo, las monjas le dijeron que solo podían visitarlo cada seis meses y que una vez por semana podían comunicarse por teléfono con el niño. El menor también ha contado que un profesor les daba coscorrones y palmadas en la cabeza, y que a él y a otros niños los castigaba pegándoles con ramas de ortiga.
Ante las denuncias sobre este caso el gobernador de Cundinamarca, Nicolás García, ordenó una visita de inspección al internado por parte de funcionarios de las secretarías de Desarrollo Social y Salud, a fin de verificar las condiciones en que están los menores.
Mientras tanto, la Fiscalía también inició una investigación con expertos en temas de infancia.
«Esto no se puede quedar así. Deben investigar qué más vejámenes han sufrido los niños que se encuentran allí», dijo la mamá del niño. EFE
Fuente e Imagen: https://www.lahora.com.ec/mundo/castigo-monjas-menor-orina-colombia/
La guía Cuentos por la diversidad LGTBIQ+ es una recopilación de títulos que pretende hacer más accesible la realidad de las personas de este colectivo para que puedan tener referentes diversos. Se divide en varias temáticas: “diversidad familiar”, “todas somos diversas”, “rompiendo estereotipos”, “perspectiva de género”, “amor libre” y “por un mundo mejor”. En esta selección de 10 de los cuentos podréis ver algunos títulos que aparecen en la guía.
Familias
Autora: @oh.mamiblue | Ilustradora: Marina Mayor | Editorial: Somos libros (2018)
Las ilustraciones, acompañadas de textos en rima, nos acercan la diversidad familiar y nos plantean a las familias como un espacio de amor y de cuidado. Incluye todos los tipos de familias que podemos encontrar en nuestro entorno reunidas en una cama como escenario principal.
La niña que tenía dos papás
Autor i ilustrador: Mel Elliot | Editorial: Baula (2019)
La historia de una niña que llega nueva a la escuela y conoce a una nueva amiga: Matilda. Pronto su nueva amiga conocerá a sus dos padres y descubrirá, que no son una familia tan distinta a la suya.
Kai está a punto de conocer a su madrastra, la pareja de su madre. Siempre le han hablado mal de las madrastras, pero descubrirá que a él le ha tocado una MAMO, ¡una MAdrastra-MOlona!
Una historia que relata el proceso de tránsito en la transexualidad del personaje protagonista. Un osito, amigo de Martín, está triste y Martín le acompañará en este cambio hacia su felicidad: ser Luisa.
Por cuatro esquinitas de nada
Autor y ilustrador: Jerome Ruillier | Editorial: Juventud (2004)
Una historia muy sencilla que nos explica el concepto de inclusión. El pequeño cuadrado no puede pasar por la puerta redonda… y los círculos le propondrán que se corte cuatro pequeñas esquinas de nada para poder pasar. Pero el pequeño cuadrado no quiere dejar de ser quien es…
Un cuento que nos ayuda a romper estereotipos alrededor de los disfraces de niños y niñas. Kevin quiere disfrazarse de princesa y le dará igual que otros lo entiendan o no. Eso sí, ¡descubrirá también que no es fácil ser una princesa!
Vivan las uñas de colores
Autoras: Alicia Costa i Luís Amavisca | Ilustrador: Gusti | Editorial: Nubeocho (2019)
A Juan le gusta pintarse las uñas y cuando se ríen de él en la escuela, su familia le apoya y se las pintan también. Desgraciadamente no será tan fácil y este tema traerá un buen debate en su entorno…
Rosa Caramelo
Autora: Adela Turin | Ilustradora: Nella Bosnia | Editorial: Kalandraka (2019)
Un cuento para trabajar la perspectiva de género. En este rebaño, las elefantas son de color rosa y sólo pueden realizar algunas actividades. Excepto Guillermina, que no aceptará esta tradición y empezará a generar cambios en su sociedad…
La boda
Autora y ilustradora: Jessica Love | Editorial: Kókinos (2020)
Una historia de pocas palabras que logra decir mucho. En una boda, Julián y su amiga se sumergen en el juego y un pequeño accidente se transformará en creatividad e ingenio. En paralelo, dos chicas celebran su boda rodeadas de amor y diversidad.
La pequeña intolerancia
Autora: Mar Pavón | Ilustradora: Virginia García | Editorial: Tramuntana (2018)
Una historia que hará reflexionar a pequeños y mayores. La pequeña intolerancia va haciendo acto de presencia en los hogares y los niños y niñas las transportarán a sus vidas. Una historia que habla la importancia de los referentes familiares y de cómo las actitudes de los adultos se materializan en los niños.
En Cuentos por la diversidad LGTBIQ+ encontrará muchos más títulos, cada uno de ellos con unas propuestas sobre cuestiones que se pueden trabajar en el aula.
Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2021/11/29/seleccion-de-cuentos-de-la-guia-cuentos-por-la-diversidad-lgtbiq/
De manera reiterada TV Azteca ha lanzado sendos reportajes contra la Universidad Autónoma Metropolitana, primero acusando que en la UAM no había clases y luego afirmando que las autoridades universitarias se oponen al regreso a las actividades presenciales. Falseando la realidad y desconociendo el enorme esfuerzo de miles de estudiantes y profesores que mantienen activos los procesos de enseñanza-aprendizaje, la poderosa empresa televisiva ha encomendado a sus principales locutores que encabecen la ofensiva para golpear a la UAM, se han invertido muchos recursos y dispuesto de tiempo en horarios estelares para publicitar las falsedades contra esta prestigiosa institución de educación superior.
Sin ninguna legitimidad se ha propagado una visión negativa sobre la UAM desprestigiándola ante la opinión pública nacional; estos juicios distorsionados afectan a todas las universidades y su defensa es un compromiso ineludible ante los poderes fácticos. La televisora del Ajusco no puede abrogarse la representación de los alumnos ni hablar en su nombre; tampoco tiene ninguna autoridad académica, científica o ligada al mundo del conocimiento que sostenga sus juicios: es una empresa orientada al lucro y a la enajenación de su público. Entonces, cabría preguntarse por los negros intereses que la orientan para golpear insistentemente a esta universidad pública.
Las acciones emprendidas por la UAM durante la pandemia y ahora en su transición hacia el retorno a las actividades presenciales, como las del resto de las instituciones de educación superior en nuestro país, son encomiables. Sin orientaciones claras en cuanto a políticas educativas, muchas veces sin recursos y sin muchas experiencias previas, las universidades migraron al trabajo a distancia conservando activos los procesos académicos, manteniendo con muchos problemas e improvisaciones, si se quiere ver críticamente, el cumplimiento de sus funciones sustantivas. La educación superior no se detuvo, se continuó con la formación de los estudiantes, la titulación de los egresados, las tutorías y asesorías; el trabajo de investigación tampoco se paralizó, muchos laboratorios continuaron abiertos, los seminarios se desarrollaron en la web, la redacción de informes y resultados se volvió más fluida con los documentos compartidos, se amplió la colaboración virtual y se facilitaron los encuentros académicos por videoconferencia, se siguieron publicando las revistas académicas y se continuaron los trabajos de colaboración y vinculación.
Algunas universidades como la UAM, reconociendo que muchos de sus estudiantes son originarios de los sectores populares y que no disponían de condiciones para enfrentar la enseñanza a la distancia, decidieron ofrecer equipo de cómputo y becas para apoyar la educación mixta de sus alumnos.
Por lo demás, los universitarios y sus familias han hecho, durante la pandemia, enormes esfuerzos para continuar activos en sus estudios y su trabajo académico. Muchos tuvieron que adquirir equipo de cómputo o mejorar el que ya tenían, invirtieron en cámaras, micrófonos, audífonos, luces, y por supuesto sus gastos en conectividad se incrementaron. Miles de jóvenes han seguido las clases, estudiado y realizado sus tareas desde sus celulares. Durante la pandemia los profesores tuvieron que habilitar espacios para impartir sus clases desde sus hogares, muchos aprendimos sobre la marcha el uso de las videoconferencias, hubo poca capacitación y las ofertas institucionales fueron insuficientes. Para los profesores no sólo ha sido complicado preparar las nuevas clases, sino que el tiempo de trabajo se amplificó, pues ahora durante las veinticuatro horas del día reciben y responden mensajes de sus estudiantes y colegas; el llenado de informes y reportes de corte burocrático siguió siendo abrumador en plataformas no siempre muy amigables.
Después de más de un año y medio de pandemia el escenario no es claro; todavía no sabemos si habrá nuevas oleadas de contagio ni hay una propuesta clara de la autoridad educativa para orientar una educación híbrida. Como en otros espacios y según las diversas modalidades en cada estado, el retorno a las actividades presenciales ha tenido que ser negociado con los sindicatos en cada institución.
Una de las fortalezas organizacionales que distinguen a la UAM es la fuerte colegialidad con la que se construyen las decisiones. En esa institución todos los órganos colegiados están involucrados en la implementación de su proyecto de educación mixta, para reconocer la diversidad disciplinaria que exige soluciones diferenciadas. Se trata de una organización cohesionada en torno al cumplimiento de su misión y a dar continuidad a su proyecto académico.
Las universidades se están adaptando a los nuevos tiempos. Durante la pandemia lograron dar continuidad a sus responsabilidades académicas y con imaginación mantuvieron las clases, los proyectos de investigación y las actividades de difusión cultural. Aunque hay mucho por revisar en un balance crítico de lo que ha sucedido con la educación superior durante la pandemia, lo cierto es que las universidades han dado un salto cuántico hacia el futuro.
Quizá la intención de los ataques televisivos contra la UAM sea parte de la zarandeada que ha querido dar el titular del ejecutivo a las universidades. A lo mejor las falsedades que se propagan contra la UAM derivan de la simple ignorancia y de la incomprensión de cómo se desarrollan los procesos educativos en la actualidad. En ambos casos es deleznable la crítica infundada y la descalificación por la mentira.
La defensa de la autonomía universitaria no se reduce al campo político, históricamente incluye al campo económico y al religioso; es una lucha permanente contra el oscurantismo y por la libertad. Hoy que la UAM es objeto de un ataque reiterado debe ser defendida desde todas las trincheras, la universidad pública es la reserva crítica de la nación y no será silenciada.
Hablamos con Gemma Vilanova, madre de un chico con autismo (un ‘hijo inesperado’) y escritora. Considera que «como sociedad, deberíamos mejorar nuestro conocimiento sobre el autismo, más allá de los cuatro tópicos de las películas»
Gemma Vilanova (Barcelona, 1973) es madre de tres hijos, uno de ellos, Josep, con trastorno del espectro autista. Un día, a raíz de una entrevista con una periodista, se dio cuenta de que su cabeza derramaba recuerdos y sentimientos sobre Josep y que tenía que verterlos en un papel. De ahí surgió, en 2019, el libro 1 hijo inesperado y 1 sofá. La vida con #josepvalent (Símbol Editors), cuya versión en castellano acaba de publicarse con el título El hijo inesperado. Comprender el autismo, abrazar la diferencia (Arpa). Entretanto, Vilanova ha seguido reflexionando sobre lo que significa crecer y convivir con un hijo con autismo a través de un blog en el diario Ara, y con su pareja alimentan una página de Instagram (@josep_valent) donde se puede seguir el día en día de un niño (ahora adolescente) con TEA. Todo este material algún día volverá a tomar forma de libro porque, dice Vilanova, al igual que ahora ha relatado la infancia de Josep, espera poder hacer lo mismo con su adolescencia y aún más adelante con su edad adulta.
¿Qué quiere transmitir el libro?
La experiencia de convivir con una persona con autismo. Evidentemente no pensaba sólo en las personas que de alguna manera ya conocen el trastorno, sino también en la gente que no lo conoce de nada, que no ha conocido a ninguna persona con autismo a largo de su vida, o que quizás no se ha dado cuenta de que aquella persona con la que se ha cruzado tiene autismo. Lo que pretende el libro es esto, a partir de nuestra historia y de pequeñas anécdotas que nos han pasado con nuestro hijo Josep: compartir y trasladar la emoción y sentimientos de estas vivencias para que la gente pueda comprender un poco más a las personas con autismo y empatizar con las familias que lo cuidamos.
El libro no es lacrimógeno, sino que más bien tiene una mirada optimista. ¿También hay un mensaje para otras familias con niños con TEA?
Creo que sí, pero está escrito desde la realidad y la experiencia que hemos tenido nosotros. No es un mensaje fabricado para darle esperanzas. La vida va cambiando, ahora Josep acaba de cumplir 14 años y lo escribí cuando tenía 10. Fueron unos años al principio duros, si bien poco a poco fuimos cambiando nuestra mirada y percibiendo a nuestro hijo y nuestra vida de otra forma. Uno de los secretos del libro es que el impacto que supone saber que tienes un hijo con autismo ya estaba digerido cuando lo escribí, lo que te permite explicarlo viendo también las partes positivas.
El libro se cierra con Josep pronunciando sus primeras palabras con 10 años. ¿Esta parte ha evolucionado desde entonces?
Dice algunas palabras más, pero sigue teniendo un lenguaje muy pobre. Prácticamente no tiene. Lo que sí ha mejorado mucho es la comprensión, no sólo del lenguaje -esto le sigue costando mucho-, sino, sobre todo, del entorno, de lo que sucede, de entender qué es lo que está pasando y lo que puede pasar.
Fue muy rápidamente a un centro de educación especial. ¿Cómo ha sido su experiencia escolar?
Durante la etapa de infantil fue a una escuela pequeña, de una sola línea, y cuando ya tenía que empezar primaria tomamos la decisión, conjuntamente con el EAP (equipo de atención primaria), que quizás era más conveniente que fuera a una escuela de educación especial donde pudieran atender sus necesidades específicas. En primaria ya comienza todo el tema de la lectoescritura y todo esto se alejaba mucho de lo que era capaz de hacer y de lo que le interesaba a Josep. Primero hicimos unos meses de escuela compartida, pero esta etapa de transición yo siempre digo que es casi más necesaria para los padres que para los hijos, al menos ésta es nuestra experiencia, porque Josep se adaptó muy bien y rápidamente.
¿Y sigue ahí?
Sí, y estamos contentos. Él va contento.
Pero separando a los niños con autismo al final es mucho más difícil que la sociedad tenga otro tipo de mirada hacia la diversidad, ¿no cree?
Esto está claro. Pero cada niño con necesidades especiales requiere un abordaje a medida. Quizá nuestro caso sea algo extremo, porque el autismo de Josep es muy pronunciado. Yo creo en la inclusión, pero cuando se aplica a actividades en las que se pueda incluir de verdad. Por ejemplo, a Josep el deporte le gusta mucho y tiene facilidad, pues estaría muy bien que pudiera compartir las actividades relacionadas con el deporte en una escuela ordinaria con compañeros que, de otra forma, no tiene oportunidad de conocer ni de que le conozcan. No le acabo de ver el sentido a la inclusión meramente física, es decir, a compartir el mismo espacio pero haciendo cosas distintas.
En el libro se explica que les sorprendió mucho que, como familia, tuvieran que elegir entre dos metodologías distintas, incluso antagónicas, para tratar a su hijo con autismo.
Creo que ahora las aguas están más calmadas, pero en ese momento había una suerte de trifulca entre profesionales o entre entidades que batallaban para que los recursos fueran hacia una determinada forma de tratar el autismo desde la psicología. Hay dos corrientes, una basado en terapias conductistas y, la otra, en terapias psicomotrices, que parten de planteamientos diferentes, pero yo no soy ninguna experta en este tema. Los padres de niños y niñas con autismo sólo queremos lo mejor para nuestros hijos. No queremos ponernos en el bando de unos u otros. Queremos dirigir nuestros esfuerzos hacia todo lo que les permita desarrollar al máximo sus capacidades para adaptarse a un mundo que no está construido a su medida. Por eso solemos probarlo todo. Hay mucho prueba-error en este sentido. Si una terapia o un enfoque no funciona, pues pruebas otro. Lo importante es ver que tu hijo avanza y que es feliz.
Los padres no nos metemos en si la terapia debe ser conductista o psicomotriz, acabamos haciendo prueba-error, porque lo importante es ver que tu hijo avanza y que es feliz
¿Y con qué corriente se quedaron?
La verdad es que a Josep el conductismo no le ha funcionado mucho, siempre que ha visto que teníamos la intención de enseñarle cosas se ha puesto mucho de espaldas. Y tampoco ha funcionado el tema de las recompensas, que es uno de los métodos de este tipo de terapias. Lo que nos ha ido mejor es fomentar su espíritu autodidacta, proponerle cosas que le interesaran y a partir de ahí que él aprendiera a su ritmo y hiciera su evolución. Pero conste que yo no justifico forma alguna de abordar el autismo. Como realmente tampoco sabemos cuál es la causa, y al final es un cajón de sastre en el que ponemos trastornos del neurodesarrollo que tienen síntomas muy parecidos pero seguramente un origen diferente, es muy difícil saber qué es lo que funciona y qué no con el tuyo hijo. Por lo que lo que tienes que hacer es probar y ver si por ahí vamos bien.
¿Mientras escribía no le asaltaba la duda sobre si una cuestión determinada de su hijo es generalizable a todo el colectivo?
Esta pregunta te las haces a menudo. Yo creo que, explicando tu experiencia, al final el lector conecta con el sentimiento y la emoción que quieres transmitir. Y se puede sentir identificado si vive cualquier situación de diversidad, y si no la vive puedes despertarle una emoción o un recuerdo, como ese día que pensaron algo feo de alguien y quizá deberían haber pensado diferente.
¿Qué consejo nos da a las personas que no tenemos a un familiar o conocido con autismo, es decir, qué hacemos mal cuando nos encontramos a una persona con TEA?
A veces, lo primero que hacemos mal es no darnos cuenta de que esa persona tiene autismo. Muchas veces, cuando no entendemos el comportamiento diferente o extraño de alguien, tendemos a juzgarle alegremente, sin detenernos a pensar que desconocemos las circunstancias de esa persona. Como sociedad, deberíamos mejorar nuestro conocimiento sobre el autismo, más allá de los cuatro tópicos que todo el mundo ha visto en las películas, y encontrar esa pausa que nos permita observar, identificar y acercarnos a la diferencia sin miedo. Alguien que no sigue las normas sociales no es necesariamente una persona mal educada, puede ser una persona con TEA. Por otro lado, también deberíamos darles tiempo, porque en ocasiones su respuesta es más lenta de lo que normalmente esperas cuando haces una pregunta o propones algo. Y tendemos a insistir y a querer continuar la conversación muy rápidamente. Creo que les ayuda mucho que no tengamos prisa.
¿Tuvo buena acogida el libro en el mundo de la educación?
Muy buena, especialmente entre los maestros de infantil y los primeros cursos de primaria, momento en el que suelen saltar las alarmas que indican que algo no acaba de ir bien con el desarrollo de los niños con autismo. Cuando se publicó el libro en catalán me di cuenta de que eran un público muy receptivo y con muchas ganas de saber más sobre autismo, para ayudar a sus alumnos y poder comprender mejor el proceso que hacen las familias para aceptar la situación.
El otro día me comentaba Efrèn Carbonell la importancia de anticipar las cosas a los alumnos con autismo.
La anticipación es importante y es un recurso muy útil. Por lo general, a las personas con autismo les cuesta comprender el entorno y el lenguaje. Son prudentes y no les gustan las cosas desconocidas. Por eso se encuentran cómodos y seguros con sus rutinas. Anticiparles lo que sucederá les ayuda a no estar ansiosos y hacer frente a los cambios con seguridad y calma. Nosotros utilizamos fotografías, acompañadas de una explicación oral sencilla, para mostrar a Josep todo lo que vamos a hacer, sobre todo si es algo nuevo, que no conoce o que ha hecho pocas veces.
¿Utiliza pictogramas?
Sí, aunque tratemos de no ser pesados. Con las cosas del día a día, como su comprensión del lenguaje ha mejorado tanto, la palabra suele bastar. Como te comentaba, si vamos a realizar una actividad que se sale de lo habitual, sí que utilizamos fotografías y pictogramas para anticiparle lo que vendrá y que no tenga miedo.
En algunas ciudades y pueblos se han puesto pictogramas en edificios públicos y escuelas, dentro y fuera, para facilitar la identificación de estos espacios. ¿Cree que sería útil generalizarlo?
Podría serlo. Para Josep en concreto no lo sé, porque es una persona que necesita ir acompañada en todo momento y, por tanto, siempre tiene con él un referente que le puede ayudar a comprender su entorno; pero a una persona más autónoma seguramente estas referencias visuales pueden ayudarla mucho. Al mismo tiempo, creo que también crearía una cierta conciencia ciudadana de que hay personas que necesitan de un apoyo visual para comprender su entorno. Todo lo que contribuya a dar visibilidad a la diversidad es muy positivo.
En el libro hay un momento en que Josep y su padre conectan a través del running. ¿Josep sigue corriendo?
Sí, cada miércoles sube con su padre alo alto del Tibidabo (Barcelona), desde plaza Bonanova, y después bajan. Le gusta y le va bien. Todo lo que sea estar al aire libre y el contacto con la naturaleza le entusiasma.
Me causa una sana envidia, porque yo no podría aunque quisiera. Encontrar este clic supongo que fue fundamental.
Compartir esta actividad con él ha sido fundamental, porque es algo que podemos hacer en familia. Muchas veces es difícil encontrar actividades con las que podamos disfrutar todos y correr, en nuestro caso, es una de ellas.
También le debe ir bien por la autoestima, imagino.
Exacto, porque es algo que puede hacer y hace bien. Muchas veces las personas con autismo, o con cualquier otra dificultad, se dan cuenta de que no hacen las cosas tan bien como la gente que les rodea, y en cambio esto es algo que lo hace igual o mejor que muchos niños de su edad.
¿Cree que José es consciente de sus limitaciones?
Creo que lo es, y precisamente por eso es una persona muy prudente. Su hermana pequeña se hace daño mucho más a menudo, corriendo o jugando. Él, en cambio, siempre ha calculado muy bien sus posibilidades antes de lanzarse a hacer algo y muy rara vez se ha caído o se ha hecho daño. Esta prudencia forma parte de su carácter. Sólo hace aquello en lo que se encuentra cómodo y seguro.
A raíz del libro ha conocido y podido compartir ratos con muchas otras familias. ¿Qué le transmiten? ¿Esta sensación de incomprensión es generalizada?
Esta sensación está ahí. De hecho, hay un capítulo en el libro, que se titula Miradas, que es el primero que escribí, sobre un incidente que tiene lugar en la playa, en el que una señora me reprocha el comportamiento de Josep y me acaba diciendo que estoy maleducando a mi hijo. Y este es el capítulo que más habitualmente me comentan otras familias con niños con TEA cuando leen el libro, porque todas ellas han vivido alguna experiencia similar. Y esta situación es fruto del desconocimiento social, de no fijarse en las características de ese niño que está haciendo algo fuera de la norma, de no detenerse a pensar que quizás hay algo más detrás Este tipo de situaciones suelen pasar en una edad muy concreta, que es entre los 3-4 y los 8-9 años, porque son niños de aspecto absolutamente normal pero que parecen ser súper mal educados, entonces es cuando la gente te lanza la caballería y tú, según el día que tengas, o te rebotas, o intentas una salida didáctica, o te hundas en la miseria, depende de tu estado de ánimo.
Muchas familias me comentan el capítulo en el que explico cómo una mujer me acaba diciendo que estoy maleducando a mi hijo, porque todas ellas han vivido experiencias similares
¿Qué más les dicen las familias?
Obviamente existe el tema de los recursos, porque las personas con autismo necesitan un acompañamiento individual prácticamente permanente y terapias muy intensivas, y esto es muy costoso. También existen otras cosas, como la dificultad de encontrar actividades extraescolares o de ocio inclusivas y/o adaptadas. Y después está el tema del futuro. Este es, seguramente, uno de los temas que más me obsesiona actualmente. ¿Qué ocurre cuando los chicos y chicas con autismo se hacen mayores? Veo que cada persona con autismo necesita un proyecto de vida a medida, con lo que la sociedad es todavía muy rígida. Los centros especiales de trabajo y los talleres ocupacionales no me parecen la solución óptima en todos los casos. Y con el autismo se añade la complejidad de que la forma de ver el mundo es absolutamente diferente a la nuestra y todo lo que a nosotros nos llena, puede que a una persona con autismo no lo haga, que no encuentre un sentido a trabajar o producir nada, por ejemplo, porque su mente funciona con una lógica completamente diferente, y encima no nos lo pueda trasladar porque le falta el lenguaje. Quizás ahora estoy poniéndome demasiado filosófica…
Pero sí sabe cuándo algo le gusta y cuándo no.
Esto sí que lo veo. Veo cuándo es feliz y cuándo no lo es, y él también ve si yo soy feliz o no. La comunicación entre nosotros está ahí, pero no de la forma tradicional. Y esto, al final, es lo que complica que le puedas ofrecer la opción de vida que más le encaje.
Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2021/11/09/necesitamos-encontrar-esa-pausa-que-permite-identificar-y-acercarse-a-la-diferencia-sin-miedo/
Los hábitos de estudio son fundamentales para alcanzar un buen rendimiento académico. Ayuda a tus hijos a comenzar cuanto antes con ellos y haz que el inicio de curso sea un éxito.
Adquirir rutinas de estudio es uno de los principales caballos de batalla de los padres, que en numerosas ocasiones no sabemos cómo lograr que nuestros hijos logren los tan importantes hábitos para tener un curso escolar exitoso. Pero, ¿cuándo es el momento idóneo para comenzar con ello? Nuestro experto Miguel Ángel Barbero Barrios, profesor de los grados de Educación de la Universitat Abat Oliba CEU de Barcelona, nos orienta: “No diría que exista una edad ‘prefijada’ para empezar de forma específica a trabajar las rutinas de estudio.Ya nos gustaría a los psicopedagogos tener ese tipo de recetas exactas. Sin embargo, podemos afirmar que los niños o adolescentes que adquieren un buen nivel son aquellos que desde bien pequeños aprenden conductas bien sencillas, con mucha menos complejidad, pero que exigen cierta atención y disciplina, como recoger sus juguetes, ir poniéndose solos ciertas prendas de vestir o con acciones tan aparentemente nimias (pero importantes por los procesos de autonomía que implican para los pequeños) como puede ser colaborar a tender la ropa simplemente dando pinzas a los mayores. Las bases, cuando haya que estudiar, estarán bien puestas si hemos trabajando los pequeños hábitos antes”.
Lo cierto es que es muy importante el papel de los padres para ayudar a sus hijos a que tengan una rutina de estudio en casa; les servirán no solo a progresar en sus metas académicas, sino también, y sobre todo, para conseguir valoración y motivación personales en otros campos de su vida.
Es importante tener en cuenta factores como el acondicionamiento de la sala de estudio que permita crear una zona de estudio confortable, donde el niño tenga todo su material escolar a la mano y le resulte apetecible sentarse a estudiar.
Además, es fundamental que los pequeños no asocien de forma negativa el momento del estudio o la tarea escolar. Es por ello que resulta una buena estrategia para el estudio la vinculación entre la temática que trata el estudiante en su tarea y alguna de sus motivaciones personales. Estudiar puede ser interesante, una actividad no tan alejada del juego o gustos personales.
No más tiempo del necesario
Es bueno que en la rutina diaria entre semana se reserve tiempo para el juego (no electrónico), la lectura lúdica y libre o el deporte. Para disciplinar el tiempo de estudio en casa es aconsejable comenzar con periodos cortos de tiempo, en torno a los 10 o 15 minutos, e ir progresivamente aumentando este tiempo a medida que avanza el curso. “Aquí entran en juego dos necesidades, que por desgracia, solemos vivir desde el conflicto. Por un lado la académica, que demanda consolidación de aprendizajes y la antropológica que exige juego y expansión para el estudiante. Lo ideal sería que pudiéramos alinearlas. Una vez más, si se entrenan ciertos hábitos desde pequeños, mejor si se hace de forma persuasiva y motivante, todo será más fácil”, asegura Miguel Ángel Barbero Barrios. Además, nuestro experto añade: “la clave está en hacer que el niño te diga ‘¿Ya tenemos que parar?’ más que ‘¿Hasta cuándo tengo que estar castigado/a haciendo deberes?’. Las tareas escolares, bien planteadas y sin superar un tiempo razonable y acorde a la edad, no deberían ser tomadas como un castigo, sino como retos que capten su capacidad de trabajo y dedicación.
Distracciones, fuera
Sabemos que los niños se distraen con facilidad, tanto para hacer deberes como para estudiar. Por ello es importante mantener la tele apagada así como los aparatos electrónicos. Es interesante comentar a los niños que los resultados serán mejores si trabajan así, para mantener a raya las distracciones que “luchan” contra los buenos hábitos de trabajo que vamos creando en casa.
Nuestro papel como padres
Es conveniente valorar el esfuerzo y hacer explícitos los progresos y grandes o pequeños avances que van realizando, ya que tras las numerosas horas de colegio y extraescolares, sentarse a continuar con el estudio no es tarea fácil. Darles la enhorabuena o quizá elegir un postre especial para la cena pueden ser una excelente idea para que el niño siga motivado. A este respecto, nuestro experto Psicopedagogo Miguel Ángel Barbero Barrios nos comenta: “Es necesario hacer una pregunta previa a los padres: ¿habéis adquirido vosotros antes hábitos de estudio? Quien dice estudio dice lectura, gusto por la historia, las matemáticas o la lengua; en definitiva, atracción personal por algún elemento del aprendizaje con el que su/s hijo/s van lidiando”. Así y todo, el experto, enfatizando la importancia de los aspectos emocionales que existen en la base de todo hábito plantea “tres preguntas para los hijos: ¿Eres obediente? ¿Eres agradecido? ¿Eres capaz de realizar pequeños esfuerzos por los demás? Si las respuestas a todas estas preguntas es un “sí”, entonces nos podríamos plantear dar a alguien por ‘preparado’ para adquirir hábitos de estudio.
Decálogo para crear hábitos de forma exitosa
Un acompañamiento personalizado nos permitiría aportar consejos vinculados a personas y contextos concretos, cuyo conocimiento es necesario para un verdadero consejo y posible éxito educativo. No obstante, Miguel Ángel Barbero Barrios nos proporciona algunas pautas a nivel general:
1º. Que los padres sean los primeros en fomentar gusto por la lectura en casa. Solo así puede llegar a conseguirse algo parecido a un hábito de estudio.
2º. Utilizar la persuasión y las ventajas del estudio, mucho mejor que el castigo.
3º. No pedir más de lo que el estudiante puede dar. Pero tampoco menos. En otras palabras, retar sin frustrar.
4º. Indicar por qué se esfuerza. Dicho de otro modo, que el estudiante sepa a dónde va y a qué, más allá del “niño, haz los deberes” o “nene, estudia”.
5º. Verdad, bondad y belleza es lo que debería estar detrás de cualquier hábito. Los niños no son una excepción. Y sus sentidos (gusto, oído, vista, tacto, olfato) son una puerta abierta que ayuda a su consecución.
6º. No impostar. El hábito verdadero es el que se consigue no porque lo pidan en el colegio o “toque” por haber llegado a una determinada edad, sino porque nos hace mejores personas, ya sea en casa o en la calle. Creérselo puede marcar la diferencia.
7º. El hábito se consigue poco a poco y a partir de metas alcanzables y progresivas.
8º. La creación de productos en su trabajo visibles y relacionados con sus gustos ayuda a percibir el sentido de lo que hacen.
9º. El concepto ‘hábitos de estudio’ se nos queda muy general para trabajar con ellos. En el tú a tú, en la lidia, tenemos que ser conscientes de que estamos hablando de repetición de acciones positivas.
10º. Tener paciencia y fe. Educar, porque generar hábitos de estudio es educar, merece la pena.
Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-habitos-estudio-como-empezar-curso-escolar-buen-202110230106_noticia.html
El factor destructor principal de un tipo de familia, la familia nuclear, es el machismo y la violencia de género e intrafamiliar.
Continuamente se presenta en la opinión publica y en las redes sociales la culpabilización hacia determinados fenómenos sociales o disposiciones legales como amenazas de destrucción de la familia. El termino destrucción hace referencia a eliminación física y violencia. Estableciéndose así que la familia va a desaparecer. Esta visión omite algunos elementos como los siguientes:
Concepto de familia.
En la perspectiva de la Antropología del Parentesco (Strauss 1972) se conceptualiza a la familia desde la unidad de residencia y se ha excluido de la definición la reproducción que no siempre ha formado parte ni forma parte de varias familias en las diferentes sociedades y grupos sociales.
Desconocimiento sobre la diversidad de estructuras familiares existentes en nuestra historia.
En nuestra historia social hemos contado con familias extensas, familias nucleares (formadas por parejas e hijos/as) familias monoparentales (matrilineales y patrilineales). Estas estructuras tienen raíces históricas y se presentan en la actualidad. Somos una sociedad culturalmente sincrética con un sostén patriarcal que refuerza el machismo y la poligamia-oculta lo que se mezcla con una cultura afrocaribeña que refuerza el tejido familiar extenso desde redes de cuidado y apoyo entre mujeres. Se presentan históricamente hombres jefes de varias familias, ¿cuál de esas familias han contado y cuentan con la presencia de padres físicamente? Gran parte de los matrimonios son uniones consensuales, la poligamia pasa desapercibida y varias familias tienen un mismo padre que está presente para algunas y para otras no.
El factor destructor principal de un tipo de familia, la familia nuclear, es el machismo y la violencia de género e intrafamiliar.
Gran parte de las familias en nuestra sociedad desde los diferentes estratos y contextos sociales cuentan con relaciones basadas en el ejercicio de violencia. Las relaciones entre personas adultas y la niñez al interior de las familias esta sostenidas en violencia psicológica, física y verbal y la ausencia del respeto a los derechos de niños, niñas y adolescentes. Igualmente ocurre en las relaciones de pareja en la que el hombre impone un ejercicio de poder autoritario desde la violencia hacia su pareja femenina desde manifestaciones físicas, verbales y sexuales.
El machismo se convierte en el principal factor “destructor” de la familia nuclear por lo siguiente:
Despoja al hombre de su responsabilidad paterna, no se le educa para ser padre sino para ser “macho” con múltiples parejas sin relación con hijos e hijas desde la afectividad y el acompañamiento educativo.
Genera familias monoparentales como consecuencia de la paternidad ausente y la poligamia
Fortalece la masculinidad violenta en perjuicio de la mujer
Fomenta una relación conyugal en la que los hombres tienen permiso para violentar los derechos de las mujeres
Niega la autonomía que debe tener la mujer sobre su cuerpo y su decisión sobre cuando y como tener relaciones sexuales con su pareja.
Destruye las relaciones afectivas en las parejas al establecer pautas de imposición y poder del hombre sobre la mujer y la cosificación de la mujer en objeto sexual.
Este articulo fue publicado originalmente en el periódico HOY
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