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Los caminos de emancipación de la juventud como hipoteca del desarrollo

Autores: Daniel MacadarFernando FilgueiraVíctor Borrás

Esta nota forma parte de un ciclo de artículos que está publicando la diaria sobre dinámicas de población y su vínculo con el desarrollo, en una iniciativa conjunta con el Fondo de Población de Naciones Unidas.

Hemos hecho mención en diversas notas anteriores a la idea de bono demográfico o la etapa denominada “ventana de oportunidades demográfica”. Estas etapas se cierran en la medida en que los países envejecen y presentan tasas de fecundidad y natalidad cada vez más pequeñas. Una categoría clave de población en estos procesos es la adolescencia y la juventud. Estas poblaciones en nuestro país ya están disminuyendo en términos relativos a la población activa de mayor edad y a la población adulta mayor, aunque aún son una amplia proporción de la población. Entre los 15 y los 29 años se encuentra aproximadamente 22% de la población. En tan sólo diez años es esperable que dicha proporción descienda a 19,7% y hacia 2050, bajo algunos escenarios de caída marcada de la fecundidad como se está constatando en los últimos años, a tan sólo 16,6%. Estas son las nuevas cohortes que estarán ingresando a la vida adulta, laboral, familiar y reproductiva, y que en buena medida y dependiendo de cómo lo hagan, determinarán niveles futuros de productividad, bienestar, desigualdad y pobreza.

Si la primera infancia es clave para generar cohortes futuras integradas, productivas e innovadoras, esta etapa transicional determina si dichas inversiones se cosechan adecuadamente o, por el contrario, se dilapidan. Aún peor en algunos casos, las bajas inversiones tempranas y una matriz de desigualdad que incrementa las brechas en la adolescencia ya determinan que un porcentaje importante de las nuevas cohortes jóvenes pierdan el tren del siglo XXI, perdiendo el país con ello su recurso más y más escaso en el futuro: el humano.

Trayectorias y dilemas: historias imaginadas y sus implicancias

María, de 24 años, es soltera, estudia en la Universidad y empieza a preguntarse, dados los escasos trabajos que ha logrado conseguir, de qué manera podrá independizarse de sus padres. Con su pareja no se plantean aún la unión formal o el inicio de una vida en conjunto. Él cuenta con un empleo estable y ha finalizado estudios terciarios, pero enfrenta limitaciones de progreso laboral. Emigrar está dentro de su horizonte de posibilidades. Más lejos aún está la idea de un hijo o hija.

José, de 20, trabaja desde los 16 años, en changas y empleos inestables. Dejó sus estudios entre 4° y 5° año de liceo y ayuda económicamente en la casa de los padres, aunque cree que es crecientemente más una carga adicional que una ayuda y está viendo cómo alquilar algo básico. Con su novia terminaron la relación hace poco. Ella quería avanzar hacia una vida en conjunto, pero él no ve condiciones de autonomía aún.

Emilia tiene 18 años, está finalizando secundaria, pero quedó embarazada sin planificarlo y no cuenta con una pareja estable, ni mucha voluntad del padre biológico de ser parte de la vida de un hijo que ella ha decidido tener. Ha conseguido un trabajo con un salario bajo, pero estable, pero no ha podido sostener los estudios. No tiene claro si podrá trabajar luego de que nazca su hijo. En la casa de sus padres ella también sabe bien que una boca más es un tema complejo.

Estos ejemplos imaginados reflejan dilemas, tensiones y aspiraciones de los jóvenes en nuestro país en su tránsito a la vida adulta. Expresan también al menos cuatro hitos claves que normalmente son considerados para describir y evaluar la transición a la vida adulta: finalizar los estudios, iniciar la vida laboral, independizarse del hogar de origen e iniciar la vida reproductiva.

Ahora bien, la forma, la secuencia y el timing que asumen estos hitos también tendrán una influencia notoria en el futuro de los jóvenes y en el futuro agregado de la sociedad. Una transición en donde la tenencia de hijos es muy temprana, el ciclo educativo es abandonado mucho antes de su culminación o egreso y la salida del hogar de origen se realiza en un contexto de débil o precaria inserción laboral posee altas probabilidades de condenar a dichos jóvenes a la pobreza o al menos a una muy baja posibilidad de movilidad social ascendente durante su ciclo vital.

Además, si una proporción importante de nuestros jóvenes transitan rutas como la descripta o similares, el país pierde un porcentaje importante de nuevos integrantes del mundo adulto en sectores de baja productividad y en muchos casos con necesidad de apoyos sociales a estos y su descendencia. Otras rutas pueden verse limitadas por las opciones del mercado, empujando a nuestros jóvenes a considerar la emigración o a postergar indefinidamente la emancipación hacia la vida adulta.

Estas rutas no se producen por el libre albedrío de cada joven solamente, aunque las decisiones de los actores son relevantes. Estas están fuertemente matrizadas por los orígenes sociales y la más amplia o más restringida estructura de oportunidades que enfrentan. Con qué Estado, mercado, en qué familias de origen y en qué territorios se transitan estos dilemas no son datos irrelevantes o con efectos aleatorios. Ellos determinarán en buena medida rutas diferenciadas a la vida adulta.

Hitos de la transición a la vida adulta en Uruguay: tendencias y estratificación

Las clases sociales de origen, el nivel educativo propio y de sus progenitores, el sexo de la persona y el lugar en donde habita (grandes áreas urbanas, localidades urbanas medias y pequeñas localidades rurales) posee una fuerte incidencia en las edades a las que los y las jóvenes finalizan sus estudios, inician su vida laboral, se emancipan de sus hogares de origen y tienen su primer hijo/a. Esta pauta fuertemente estratificada ya se había identificado con la primera Encuesta de Juventud en 1990 y se constata nuevamente, aunque con algunos signos alentadores, en la última encuesta, de 2018. Evidencia parcial entre 2018 y 2021 muestra tendencias de las buenas y de las otras.

Foto del artículo 'Los caminos de emancipación de la juventud como hipoteca del desarrollo'

Si bien el acceso al primer trabajo y el abandono del hogar de origen presentan diferencias por estrato social o clima educativo del hogar de origen, son estos otros dos mojones en las transiciones en donde el contraste es más marcado. Más de 50% de las y los jóvenes que tienen hijos declaraban ya ser madres o padres a los 20 años cuando provienen de hogares de bajo clima educativo. En materia de finalización o abandono de ciclo educativo, el contraste es muy marcado. Más de 50% de quienes dejaron el sistema educativo declaran no estar estudiando en hogares de bajo clima educativo a los 16 años, y 11% (lo cual no deja de ser alto) lo hacen a estas mismas edades cuando el hogar de origen posee un clima educativo alto.

Algunas tendencias alentadoras pueden haber mejorado parcialmente estos valores. Entre 2018 y 2021 el embarazo entre 15 y 19 años disminuyó a la mitad prácticamente, lo que estaría indicando una mejora tanto en los valores absolutos de los sectores bajos como en la estratificación en dicho hito transicional. También entre 2018 y 2019 (es difícil evaluar el año pandémico y posiblemente haya generado un importante retroceso) mejoraban los indicadores educativos de acuerdo a la Encuesta Continua de Hogares (ECH).

Foto del artículo 'Los caminos de emancipación de la juventud como hipoteca del desarrollo'

Por otra parte, es importante resaltar que en cuanto a la salida del hogar de origen y tenencia del primer hijo, los sectores medios y altos presentan una pauta bastante dilatada. 35% del total de jóvenes de clima educativo alto recién dejaría su hogar de origen luego de los 30 años. Esta dilatación es más marcada cuando se considera la tenencia de hijos. Más de 50% de los jóvenes de clima educativo alto no ha tenido hijos hasta los 35 años de edad. En materia laboral la pauta estratificada es menos marcada, pero existe. Del total de jóvenes con alguna experiencia laboral en el estrato alto, casi 25% la inicia sólo luego de los 22 años. Estos valores se revierten en los estratos bajos. Menos de 25% de los jóvenes con baja educación no han conocido experiencias laborales a los 18 años.

Existe otra opción no considerada en el análisis precedente que refiere a la opción emigratoria. Ante la pregunta de si en los últimos dos años han considerado la opción de dejar el país, las pautas son muy claras. Cuanto mayor el clima educativo del hogar y mayor la edad, aumenta la propensión migratoria.

En suma, una parte de nuestros jóvenes (al menos 50% de los que pertenecen al clima educativo bajo) está procesando transiciones sumamente vulnerables a la pobreza y la exclusión, además de la reproducción intergeneracional de la pobreza. Son aquellos que declaran haber finalizado su asistencia educativa a los 16 años y ser madres o padres antes de los 20 años. Por otra parte, en donde se concentra el capital humano de nuestra juventud observamos una tardía pauta reproductiva y salida del hogar de origen (y tenencia del primer hijo).

Además de esta clara estratificación en los hitos transicionales a la vida adulta, el sexo y las construcciones de género asociadas importan. Las mujeres tienden a adelantar la salida del hogar de origen en forma moderada respecto de sus pares varones, en parte asociado a un más claro adelantamiento en la faz reproductiva. Por otra parte, los hombres ingresan más tempranamente al mercado laboral y abandonan más tempranamente el sistema educativo. También difieren las trayectorias según el área geográfica de residencia. En particular, los/as jóvenes del interior tienden a salir antes del sistema educativo que los de Montevideo, al tiempo que ingresan también antes al mercado de trabajo.

Inversión en juventud para mitigar la estratificación

Existen al menos siete políticas o áreas programáticas que deberían considerarse para poder enfrentar algunos de los problemas del país en esta materia.

En primer lugar, continuar con una política de Estado que garantice la opción reproductiva en calendario y cantidad es clave. Ello incluye el acceso a educación sexual, métodos anticonceptivos modernos y asistencia reproductiva cuando tal es el deseo, pero la biología es una limitante.

En segundo lugar, lo ya señalado en notas anteriores: combatir la penalización en materia de estudios y muy especialmente empleo e ingresos a la maternidad (y en menor medida a la paternidad). Las licencias, los apoyos monetarios a las familias con hijos pequeños y los sistemas de cuidado son parte de esta estrategia.

Tercero, las políticas educativas, especialmente aquellas orientadas a la retención en el ciclo medio y a una mayor diversidad y flexibilidad de ofertas terciarias, son fundamentales. En la parte baja y aún media de la estratificación es clave lograr mayores niveles de egreso y continuidad educativa con saberes que permitan inserción laboral y continuidad educativa. En la parte alta y en quienes acceden a estudios terciarios es importante diversificar la oferta en modalidades más cortas que el mercado demanda y la oferta educativa hoy no proporciona, y facilitar la complementación de experiencias laborales y continuidad educativa en carreras más largas.

Un cuarto desafío: las políticas activas de empleo deben robustecerse, procurando facilitar experiencias de calidad de primer empleo en todos los niveles sociales. Exoneraciones tributarias, subsidios, pasantías, lógicas de estudios duales que combinan formación con trabajo, tanto en el nivel terciario como en la finalización de ciclos medios superiores, son parte de la batería de opciones.

Foto del artículo 'Los caminos de emancipación de la juventud como hipoteca del desarrollo'

Un quinto y muy complejo desafío refiere a cómo retener a nuestros y nuestras jóvenes más capacitados. Es necesario, sin cercenar las posibilidades de estudios y experiencias laborales en el extranjero, generar incentivos y oportunidades para la permanencia y el retorno de estas juventudes. Ello requiere direccionar adecuadamente parte de la inversión en ciencia y tecnología hacia políticas que eviten el llamado brain drain (fuga de cerebros). Por otra parte, también son necesarias políticas de fomento de la inversión pública y privada (nacional y extranjera) que favorezcan con subsidios o exoneraciones a aquellas que crean y garantizan puestos de trabajo de alta calidad para nuestra juventud. Una economía dinámica y en crecimiento y un mercado laboral con menos barreras de ingreso a los más jóvenes forma parte de dicha estrategia. Lo primero depende de un conjunto complejo de aspectos bajo nuestro control y otros que no lo están. Lo segundo nos obliga a pensar en reglas de mercado laboral que disminuyan la brecha de oportunidades entre los protegidos y los que están a la intemperie.

Un sexto componente sí depende de nuestras capacidades. De la misma manera que existe una mayor propensión migratoria en los y las jóvenes de clima educativo alto, existe una proporción no menor de las olas inmigratorias que están llegando al país jóvenes y con buenos niveles educativos. Su plena integración a la continuidad educativa y a las oportunidades laborales es clave.

Un séptimo componente refiere a las políticas de acceso a vivienda propia y alquileres. Hoy para los sectores medios y altos, ni que hablar para los sectores bajos, el acceso a viviendas autónomas de calidad es extremadamente oneroso. Nuevamente es importante el desarrollo de mercados y ofertas accesibles para esta población.

Puede parecer paradojal que en un país que envejece las principales políticas para transitar dichas etapas supongan una fuerte inversión en infancia, adolescencia y juventud. Cuanto más tarde entendamos esto, menor será el aprovechamiento del bono, de los frutos de este para mejorar la etapa posterior a este, y más corta será la sábana fiscal, ya que la presión sobre el gasto de los adultos mayores se incrementará inevitablemente.

Víctor Borrás es investigador del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República. Fernando Filgueira es jefe de la oficina del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA). Daniel Macadar es investigador de UNFPA.

(*) Esta nota se apoya en el trabajo elaborado por Víctor Borrás para UNFPA, “Transición a la adultez en Uruguay: nueva evidencia en base a la Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud 2018” ; UNFPA 2021, Montevideo, Uruguay.

Bibliografía
Ciganda, D. (2008) “Jóvenes en transición hacia la vida adulta: El orden de los factores ¿no altera el resultado?”, en Varela, C. (coord.), Demografía de una sociedad en transición: la población uruguaya a inicios del siglo XXI, Montevideo: Trilce.

Filardo, V. (2015) “Cambios y permanencias en las transiciones a la vida adulta de los/as jóvenes en Uruguay (2008-2013)”. En Mirada Joven. Cuadernos Temáticos de la ENAJ N°1. Mides/INJU, Departamento de Sociología Facultad de Ciencias Sociales Udelar.

—————(2010) “Transiciones a la adultez y educación”. Cuaderno N° 5 UNFPA. Montevideo.

Filgueira, C. (1998) Emancipación juvenil: trayectorias y destinos. Cepal Montevideo.

Fuente: https://ladiaria.com.uy/politica/articulo/2021/9/los-caminos-de-emancipacion-de-la-juventud-como-hipoteca-del-desarrollo/

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Gran ausencia: La omisión del 6 % del PBI para educación. Perú

América del Sur/Perú/03-09-2021/Autor(a) y Fuente: sutep.org

El jueves 26 de agosto el presidente del Consejo de Ministros, Guido Bellido Ugarte, acudió al Palacio Legislativo para exponer, ante la representación nacional, la política general del gobierno y buscar así el voto de confianza que le dé investidura.

La exposición era determinante no solo porque a partir de ella se establecería qué persigue el gobierno del presidente Pedro Castillo Terrones en relación a lo que este anunció en su primer mensaje a la nación del 28 de julio, sino también porque aclararía ciertas dudas sobre el manejo de los recursos y las prioridades de la administración en este segundo año de pandemia.

Sin duda, para el magisterio peruano uno de los temas más importantes y esperados era el anuncio del incremento de la asignación del Producto Bruto Interno – PBI, para el sector Educación, el cual debía materializarse en el presupuesto del año fiscal 2022.

Lucha por el 6 %

En el 2002, cuando el gobierno de Alejandro Toledo Manrique convocó al Acuerdo Nacional, espacio de concertación entre las instituciones del Estado, los partidos y la sociedad civil, para discutir y delinear políticas públicas, una de las principales banderas que enarboló el SUTEP, como legítimo y mayoritario representante de las maestras, maestros y auxiliares, fue el incremento del PBI para Educación.

De ese modo, el Acuerdo Nacional recomendó que el Perú debía destinar no menos del 6 % del PBI al año para el sector, con el objetivo de poner al país dentro del promedio regional, debido a que la inversión estatal en el ámbito educativo es, hasta ahora, la más baja de América del Sur.

El Banco Interamericano de Desarrollo – BID, señala que el país que más invierte en educación es Bolivia, liderando el ranking con el 6.5 % del PBI, seguido de Brasil (6.1 %), Argentina (5.3 %) y Chile (4.6 %). En último lugar se ubica el Perú, con el 3.7 %.

Desde la recomendación del Acuerdo Nacional, nuestro sindicato ha sostenido 18 años de lucha para que los gobiernos cumplan con el incremento del PBI a Educación. Sin embargo, ningún presidente, de los siete que hemos tenido en los últimos 20 años, hizo efectivo el aumento de recursos.

El artículo 16 

El Congreso incluyó el 6 % del PBI para Educación en la Constitución.

Fue así que el SUTEP, junto a los padres de familia y otras organizaciones sociales, agrupados en la Unión Nacional en Defensa de la Educación Pública – UNDEP, emprendió la ardua lucha para que el 6 % del PBI sea incluido dentro de las reformas constitucionales impulsadas en el Congreso 2020-2021.

En histórica sesión, el 1 de julio del año pasado, el Congreso aprobó con 115 votos a favor, cuatro en contra y cinco abstenciones, destinar el 6 % del PBI para el fortalecimiento de la Educación, reformando de esta manera el artículo 16 de la Constitución Política, que ahora establece:

“La educación es un derecho humano fundamental que garantiza el desarrollo de la persona y la sociedad, por lo que el Estado invierte anualmente no menos del 6 % del PBI”.

Ofrecimiento electoral ¡Palabra de maestro!

Pedro Castillo ofreció el 10 % del PBI para Educación.

Durante la campaña electoral 2021, el entonces candidato Pedro Castillo Terrones señaló reiteradas veces que en su gobierno asignaría el 10 % del PBI para educación, ofrecimiento que desde la posición del SUTEP resulta en cierta medida “populista”, pero que considerando que se trata de la palabra empeñada de quien hoy ocupa la primera magistratura de la república, entonces debe cumplirse.

Frente a ello, considerando el impacto de la pandemia sobre la economía nacional, el SUTEP ha propuesto que en el Presupuesto General de la República 2022 se considere la asignación del 6 % del PBI, y en los años siguientes el incremento sea de un punto porcentual anual, llegando al 2026, fin del mandato de Pedro Castillo, a la meta del 10 %.

Por esta razón se esperaba que el jueves, el presidente del Consejo de Ministros anunciara que una de las acciones del gobierno sería incluir el aumento de recursos en el proyecto de ley del presupuesto para el 2022, que ya fue alcanzado al Congreso de la República para su debate, y que deberá ser aprobado en noviembre próximo.

Empero, Bellido Ugarte optó por omitir tal anuncio, limitándose a señalar que para el sector Educación se ha considerado aumentar en 4.4 % el presupuesto destinado a educación en relación a lo asignado en el presente año. Esto está muy lejos de lo que significa destinar el 6% del PBI, como manda la Constitución.

«Incrementaremos el presupuesto para la Educación Pública Básica y Superior. Para el 2022, se cuentan con S/ 1,151 millones ya aprobados por el MEF para impulsar estrategias de la Educación Básica y Superior», dijo.

Lo cuestionable es que el ofrecimiento del presidente del Consejo de Ministros tampoco se está cumpliendo. Del Presupuesto General de la República 2021, el 17.7 % fue asignado a Educación, mientras que en el proyecto de presupuesto para el 2022, enviado por el gobierno al Congreso, lo destinado al sector es del 18.2 %. El aumento es de apenas 0.5 %.

¿Por qué más recursos?

La brecha de infraestructura educativa asciende a más de 100 mil millones de soles.

Incrementar la dotación de recursos para Educación supone atender las severas brechas que existen en el país, principalmente de infraestructura. En la actualidad, el 60 % de escuelas públicas no tiene servicios básicos, el 43 % carece de acceso a agua potable, el 41 % no cuenta con desagües y el 29.8 % no tiene servicio de energía eléctrica. Por si esto fuera poco, el 50 % de los colegios públicos tiene que ser demolido total o parcialmente, para dejar de ser una amenaza a la seguridad de los estudiantes y docentes. Esto según información del Programa Nacional de Infraestructura Educativa – PRONIED, adscrito al Ministerio de Educación.

Cerrar la brecha de infraestructura demanda S/ 100 mil millones (de acuerdo con PRONIED). Actualmente se destinan tan solo S/ 200 millones al año para dicho objetivo, por lo que tener colegios en buenas condiciones nos tomaría al menos 50 años.

Es de considerar que la emergencia sanitaria representa un gran reto para la educación en el país. Sin agua, desagüe o infraestructura adecuada será imposible asegurar el retorno seguro a las clases presenciales o semipresenciales.

Además, como lo ha recomendado el SUTEP, las medidas de protección y distanciamiento demandan de la construcción de nuevas aulas, que permitan reducir el número de alumnos por grupo de estudios; se requiere de la contratación de no menos de 100 mil maestros y auxiliares, mejorar el acceso a las Tecnologías de Información y Comunicación – TIC, y garantizar la prestación de asistencia en salud emocional y alimentación a los estudiantes, severamente afectados por la crisis.

En consecuencia, resulta una gran omisión de parte del gobierno no haber considerado que desde el 2022 se destine el 6 % del PBI para Educación, pese a que la Corte Suprema de la República ha referido que la Constitución “debe ser cumplida acorde con el grado de compromiso constitucional de los ciudadanos y gobernantes, en el sentido de que todos y cada uno de los preceptos constitucionales tienen la condición de norma jurídica”.

Desde el SUTEP reafirmamos nuestro compromiso de luchar por el cumplimiento del artículo 16 de la Constitución, en defensa de la educación pública, gratuita y de calidad.

¡El magisterio unido por el 6 % del PBI para educación!
¡Viva el SUTEP!

Fuente e Imagen: https://sutep.org/articulos/gran-ausencia-la-omision-del-6-del-pbi-para-educacion/

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Pilar Alegría insta a las CCAA a que inviertan en educación parte de los 13.500 millones que recibirán

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La vuelta a los centros, dentro de un par de semanas, parece que se hará en la práctica normalidad. Al menos, así se desprende de las declaraciones de Pilar Alegría, ministra de Educación y FP, al término de la Conferencia Sectorial que se ha celebrado hoy en el Ministerio y en la que, además de las comunidades autónomas, ha estado presente también la directora General de Salud Pública, Pilar Aparicio.

Durante la reunión, extraordinaria y monográfica, se ha tratado, principalmente, sobre las medidas relativas al inicio de curso, con el documento aprobado a finales de junio en el que ya se contemplaba la máxima presencialidad posible y unas distancias sociales de 1,2 metros si la situación sanitaria lo permitía. Ese parece el escenario más probable, máxime, cuando, según Alegría, los datos de vacunación entre la población de entre 12 y 17 años van avanzando a buen ritmo. Algo más del 60% de las y los jóvenes de esa edad ya tiene, al menos, una de las dos dosis de vacuna. El 10%, las dos.

Eso sí, Alegría se ha referido, de nuevo, a la obligatoriedad de llevar mascarilla a partir de los 6 años, así como a otras recomendaciones como la ventilación cruzada, el lavado de manos o la limpieza de los espacios.

La ministra ha querido destacar, eso sí, que todas las administraciones educativas cuentan con una herramienta fundamental en comparación al curso pasado, es decir, la experiencia de los últimos meses en la gestión de la pandemia en los centros educativos. Y de la mano de esa experiencia, los 13.500 millones que el Gobierno hará llegar a las autonomías en los próximos meses. En septiembre será el 70% y en noviembre, el otro 30%. Eso sí, se trata de una financiación que no será finalista, de manera que cada comunidad autónoma decidirá en qué se invierte. Eso sí, Alegría ha asegurado que «les he pedido que sitúen a la educación como elemento prioritario en el reparto».

Un reparto prioritario que podría ir, por ejemplo, destinado a la contratación de personal docente o de apoyo para la creación de desdobles de grupos. Una cuestión, en definitiva, relacionada con la bajada de ratios que desde hace meses vienen reclamando sindicatos, asociaciones y colectivos de docentes pero a la que las administraciones educativas en general no están prestando atención.

A pesar de la cantidad de millones que se han repartido entre las administraciones públicas, algunos llegados desde los fondos de la UE y otros desde el propio Ministerio de Educación, la tónica entre las comunidades autónomas no parece ser la de mantener estas contrataciones durante el curso que comenzará en unos días.

En un comunicado de prensa emitido por Comisiones Obreras, el sindicato exige ratios por debajo de los 20 alumnos por clase, así como mantener las contrataciones extra y aumentarlas, al menos, en 40.000 docentes más. CCOO entiende que este es el momento para que las administraciones educativas, tanto estatales como autonómicas, apuesten por la educación vía inversión en personal, tambien con la contratación de personal para la atención a la diversidad, así como ampliando la oferta pública educativa.

Desde la Federación de Madrid, su secretaria general, Isabel Galvín, recuerda que las distancias de 1,2 metros que se plantearon ya en junio, al menos en la Comunidad de Madrid y dados los centros educativos existentes, pueden suponer que no todo el alumnado pueda estar en las aulas. Desde la Federación Estatal resaltan que esta posibilidad dejaría la puerta abierta a, entre otras medidas, la vuelta a la semipresencialidad en algunas etapas.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2021/08/25/pilar-alegria-insta-a-las-ccaa-a-que-inviertan-en-educacion-parte-de-los-13-500-millones-que-recibiran/

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El azaroso regreso a clases presenciales

Por: Sergio Martínez Dunstan

Ciertos sectores están a favor de reabrir las escuelas, otros prefieren que se mantengan cerradas, hay quienes están en desacuerdo de manera rotunda al menos que imperen ciertas condiciones…

En nuestro país, ha resultado fallido el regreso a las clases presenciales, hasta en cuatro ocasiones, en el anterior periodo lectivo. Al inicio y al final del mismo y al término de  los periodos vacacionales en diciembre y semana santa. En esta ocasión, para el inicio del ciclo escolar 2021 – 2022, vuelve a intentarse justo cuando sucede el pico más alto de la tercera ola de contagios con indicadores inéditos a lo largo de la pandemia. Al respecto, las opiniones de diversos actores han sido muy diversas y encontradas. Ciertos sectores están a favor de reabrir las escuelas, otros prefieren que se mantengan cerradas, hay quienes están en desacuerdo de manera rotunda al menos que imperen ciertas condiciones, hasta los dicen que “si, pero no así”. La postura gubernamental coincide, está influenciada o simplemente se impuso por organismos internacionales. Por ejemplo, se dio a conocer, el pasado doce de julio, la declaración conjunta (https://bit.ly/3sUlykR) emitida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Ahí se mencionan ciertas expresiones que describen la narrativa oficial. Destaco algunas de ellas:

  1. En muchos casos las escuelas se cerraban mientras que los bares y restaurantes permanecían abiertos.
  2. Los más afectados suelen ser los niños de entornos con pocos recursos y los más pequeños que se encuentran en etapas de desarrollo clave.
  3. Hay pruebas claras que las escuelas primarias y secundarias no están entre los principales impulsores de la transmisión (de la COVID-19).
  4. Todas las escuelas deben proporcionar aprendizaje en persona lo antes posible sin barreras de acceso, incluyendo la no obligatoriedad de la vacunación antes del ingreso antes del ingreso a la escuela.
  5. La reapertura de las escuelas no puede esperar a que todos los profesores y alumnos estén vacunados.
  6. No se puede esperar a que los casos lleguen a cero.
  7. La reapertura de las escuelas para el aprendizaje presencial no puede esperar.

Reafirmo mi sospecha al leer el enunciado siguiente: “instamos a los responsables de la toma de decisiones y a los gobiernos a que den prioridad a la reapertura segura de las escuelas para evitar una catástrofe generacional”.

Sólo detecto un par de diferencias notables. La primera se refiere en un fragmento del comunicado. “La decisión de abrir o cerrar las escuelas debe basarse en el análisis de riesgos y en las consideraciones epidemiológicas de las comunidades en la que están situadas”. Mientras que el Presidente de México decretó el regreso a las clases presenciales en todas las escuelas “llueve, truene o relampaguee”. Y la segunda alude al punto nodal, en mi parecer. “El riesgo de transmisión de la COVID-19 en las escuelas es manejable con estrategias de mitigación adecuadas en la mayoría de los entornos”. Repito algunas palabras a fin de comprender la profundidad del mensaje: es manejable con estrategias de mitigación adecuadas. Aquí se halla el desencuentro entre la postura oficialista y los que están en desacuerdo con ella. En los planes pareciera que así es pero en los hechos, no.

Sobre tan delicado asunto, la Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió un pronunciamiento (https://bit.ly/3gKWcRp). Ahí mencionó el impacto que trae consigo tal circunstancia. Toma de referencia la posición de la UNICEF. Menciona que el cierre extendido de los planteles educativos ha afectado negativamente a toda una generación provocando pérdidas de conocimiento y habilidades, rezago en el desarrollo infantil temprano, aunado a un aumento de deserción escolar. Recomienda que el regreso a las actividades presenciales de toda la comunidad estudiantil debe ir acompañada de un plan de acción y una estrategia que contemple como mínimo ciertos elementos. Los revisaré para contrastarla con la realidad que prevalece en las escuelas, sobre todo las públicas, a manera de lista de cotejo o “checklist”.

  • Capacitación del personal docente y administrativo en relación con el protocolo sanitario a seguir:
  • Vacunación del referido personal docente y administrativo.
  • Sana distancia.
  • Ventilación de espacios cerrados.
  • Privilegiar los espacios al aire libre para las actividades escolares.
  • Controles de temperatura de toda la comunidad estudiantil al ingreso a los planteles escolares y a los salones de clase.
  • Uso de gel antibacterial.
  • Uso de cubrebocas en los espacios cerrados.
  • Grupos reducidos o escalonados.
  • Prever un área específica para separar a los alumnos que presenten algún síntoma o malestar.
  • Abastecimiento de Agus suficiente y necesaria para el lavado de manos y suministro de jabón.
  • Sanitización y limpieza frecuente de los salones de clase.
  • Involucrar a los padres, a las madres, tutores y tutoras para que repliquen en su hogar las medidas a seguir.
  • Prever protocolos especiales para los estudiantes con alguna discapacidad, que requieren un tratamiento especial y apoyo psicológico para el proceso de adaptación de vuelta a la rutina escolar.

Al respecto, ¿qué piensan los docentes y directores escolares? Bien valdría preguntarles. Tendríamos más elementos de juicio para valorar las circunstancias. ¿Están las condiciones para el regreso a clases en la modalidad presencial? En algunas escuelas, quizá sí. En otras, probablemente no. Lo cierto es que el gobierno mexicano está manipulando a su antojo la información al igual que lo ha venido haciendo con las estadísticas de la pandemia. Como en este caso, que retoman los argumentos para fundamentar la decisión de reabrir las escuelas para el regreso a clases presenciales pero dejan de lado los compromisos que deben asumir. Tienen otros datos. Los usan para los fines que mejor les conviene. Alejados del bien común y cercano a sus intereses políticos. Es la lucha del poder por el poder. Esta posición gubernamental provoca incertidumbre, frustración, malestar y desconfianza. Ponen en riesgo el futuro de toda una nación y está en vilo la vida humana. Pareciera un juego de azar similar a la ruleta rusa.

Carpe diem quam minimun credula postero


Facebook: SergioDunstan

Twitter: @SergioDunstan

Blog: http://www.sergiodunstan.net

Fuente: https://profelandia.com/el-azaroso-regreso-a-clases-presenciales/

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Venezuela: Miniguía de emergencia para un regreso a clases en pandemia

América del Sur/Venezuela/03-09-2021/Autora: /Fuente: ultimasnoticias.com.ve

Hace poco más de una semana, el viernes 20 de agosto, el presidente Nicolás Maduro confirmó lo que ya se venía asomando desde hace varios meses: que las clases presenciales se retoman en Venezuela este próximo mes de octubre. Dijo que para los efectos se usará como primera medida de seguridad el método 7+7, es decir, que se trabajará bajo una modalidad híbrida, y que se profundizará la vacunación prioritaria para el personal docente. Es una noticia agridulce, pero al mismo tiempo alentadora para familias, comunidad escolar y sobre todo para quienes son principales sujetos de la medida: las y los estudiantes.

Las niñas y los niños constituyen el segmento poblacional que ha pagado el precio más alto en cuanto a restricciones de socialización en este periodo que lleva la humanidad sumida en la pandemia. Con la vuelta al colegio se alivia la angustia de al menos 17 meses de confinamiento, pero también se reaviva la preocupación por los contagios, especialmente en el marco de la llegada de la variante Delta, que parece ser menos condescendiente con la población joven. ¿Vale la pena correr el riesgo? ¿o a largo plazo el peligro para la salud mental y para la educación propiamente dicha es mayor?

La cuarentena ha garantizado una tasa mínima de niñas y niños contagiados, pero también ha afectado la vida cotidiana de esta población de una manera inédita en la historia contemporánea. Y no solamente en lo que respecta a la socialización. Es un hecho que se han acentuado las desigualdades en el proceso de enseñanza-aprendizaje. La conexión a internet; la disponibilidad de madres, padres u otros familiares para ayudar o no con los deberes; las condiciones materiales que rodean a la familia, así como la capacidad de cada escuela y cada docente para poder ofrecer el programa escolar al alumnado son situaciones determinantes.

Investigamos en fuentes documentales, principalmente en las recomendaciones de la Unesco, y dividimos el corpus en tres grandes temas que engloban las inquietudes protagónicas que rodean este inusual regreso a clases. Son: los problemas para adaptarse a la “nueva rutina” en la “nueva normalidad”, las medidas para minimizar el riesgo de contagio y propagación de la covid-19 y finalmente la preparación anímica, sentimental así como los primeros auxilios psicológicos para atender los casos de niñas, niños y adolescentes con ansiedad o dificultades de adaptación ante este panorama que puede ser abrumador.

Para muchos, esta es la oportunidad ideal para revisar a fondo el modelo educativo hegemónico y reinventarlo, para que se adapte al mundo que vivimos, y sobre todo que soñamos. Mientras tanto, respetar los procesos, encausar los temores y promover la creatividad como herramienta de resistencia ante la realidad agobiante son prioridades.

En lo logístico

“Así como los padres y cuidadores apoyaron en su momento la transición de los niños, niñas y jóvenes a estar en casa durante el Covid-19, pueden ayudarles a prepararse para sentirse sanos y listos para la vuelta a la escuela”, dice el documento de la Unesco titulado Regreso seguro a la escuela: una guía para la práctica.

Para algunas familias lo más retador será tener que madrugar nuevamente, para otras retomar la rutina de llevar y buscar a los niños en el colegio. Otras mamás se preguntan cómo podrán adaptarse sus crías al régimen escolar cuando pasaron año y medio en casa descalzos y comiendo a deshoras. La clave es no esperar hasta el primer día de clases.

Retomar los horarios y las costumbres en casa de forma progresiva hará el choque menos abrumador. Recuperar el momento oportuno de dormir y de despertar de una hora en una hora cada día o cada dos días hasta llegar al horario necesario es una buena táctica para ir regulando el reloj biológico. Por ejemplo, si la hora necesaria para despertar para ir a la escuela es las 6:00 am, pero actualmente sucede a las 10:00 am, cada día o cada dos días se puede despertar a la niña o al niño una hora antes hasta llegar a la programación deseada y luego afianzarla.

Lo mismo con la hora de ir a la cama. Y no solo aplica para estudiantes sino también para los miembros de la familia relacionados con la rutina escolar.

En lo sanitario

A estas alturas es difícil que cualquier niña o niño, al menos en espacios urbanos, no tenga familiaridad con las medidas de bioseguridad necesarias para minimizar la propagación del coronavirus. La distancia social, el uso de la mascarilla y el lavado frecuente de manos se han convertido en las nuevas prerrogativas de la vida cotidiana y la población infantil lo sabe de memoria.

No obstante, recalca la Unesco que es importante recordar a niñas y niños la importancia de mantener estricta atención a estas medidas, pero no desde la perspectiva del miedo sino desde la posibilidad de ser agentes de cambio para prevenir la expansión del virus y salvar vidas. No se trata de protegerse de los demás, sino de proteger a los demás. Visto desde la solidaridad es más fácil de comprender.

También es importante que en la medida de lo posible las niñas y los niños lleven en su morral gel antibacterial y también al menos una mascarilla adicional con la cual contar en el caso de sufrir un accidente con la que llevan puesta desde casa.

Por otro lado, el colegio deberá tomar medidas con respecto al contacto. El manual de la Unesco sugiere, por ejemplo, sustituir los deportes como el fútbol o el voleibol por otros de menos cercanía como los aeróbicos o correr, y siempre al aire libre. De hecho, no escatimar en el uso de espacios abiertos para el mayor número de actividades escolares posibles. Asimismo, la administración de la cantidad de estudiantes por salón, la ventilación de las aulas, evaluar la necesidad real del uso del aire acondicionado, y establecer un protocolo ante el intercambio o préstamo de útiles y manipulación de herramientas o recursos de uso común, así como de los mecanismos para administrar los alimentos.

En lo sentimental

A todas las mamás y a todos los papás se les queda grabado en la mente ese día devastador en el que por primera vez tuvieron que dejar a su cría pequeña en el preescolar. Este regreso a clases puede revivir ese momento, tanto para representantes como para niñas y niños, y hasta en algunos adolescentes.

Acompañar los sentimientos abrumadores de un retorno al colegio luego de una cercanía permanente con la familia y en la seguridad del hogar es vital para que el proceso sea lo menos traumático posible. Por otro lado, es necesario abordar el choque emocional de reencontrarse con amigas y amigos luego de tanto tiempo pero sin poder tocarles o abrazarles, y hablándoles solo a través de la mascarilla. También hay que tomar en cuenta a las y los estudiantes cuyo sentimientos vienen redoblados por la pérdida de familiares cercanos.

Para un reingreso lo más tranquilo posible, la Unesco recomienda en primer lugar compartir con los niños y niñas la información cabal sobre cuándo y cómo será la reapertura de la escuela, y de ser necesario emplear diferentes formatos para comunicarlo —dibujos, canciones, cuentos— para garantizar que se entiendan los mensajes, y sobre todo para generar emociones de expectativa positiva. Tener la información y saber que no habrá sorpresas es una sensación que empodera y otorga confianza, incluso en la niñez.

“Recordar a los niños, niñas y jóvenes los motivos positivos para regresar a la escuela. Podrán jugar con sus amigos, ver a sus docentes y continuar aprendiendo cosas nuevas. Recordarles las personas clave a las que pueden acudir en la escuela si necesitan apoyo. Preguntar a los niños, niñas y jóvenes cómo se sienten sobre volver a la escuela. Asegurar a los niños y niñas que todos los sentimientos son normales”, dice el manual.

En este sentido, continúa: “Tomarse tiempo para consolar a su hijo/a y responder a sus necesidades. No importa cómo de poco realistas sean sus miedos, recordar que sus sentimientos son reales y les aterran. Ayuda a tu hijo o hija a entender sus emociones”, dice.

También es importante que familia y personal docente trabajen en llave. En situaciones normales es desafiante poner a las mamás y a las profesoras de acuerdo, y ahora seguramente lo será más que nunca, pero también más que nunca es vital. Que la niña o el niño tengan instrucciones divergentes en casa y en la escuela sobre situaciones como compartir el desayuno, prestar sus creyones, usar la mascarilla o practicar un deporte en el recreo puede dar al traste con todo el esfuerzo por un retorno tranquilo al aula y generar estrés en el niño o la niña.

Volver al colegio siempre es motivo de alegría, incluso en las circunstancias más difíciles. El funcionamiento de las escuelas habla de las sociedades y el proceso educativo en general es activador de dinámicas que signan la cotidianidad de la población como cuerpo sistémico. Así que más que nunca este reingreso a las aulas cobra significado.

Aún en Venezuela estamos a la espera de las pautas puntuales que indicarán cómo se desplegará este retorno, empero, ir trabajando desde ya y en familia el próximo cambio de rutina será garantía de un proceso armónico.

Fuente e Imagen: https://ultimasnoticias.com.ve/noticias/mas-vida/miniguia-de-emergencia-para-un-regreso-a-clases-en-pandemia/

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El Ritual Escolar: Regla y disciplina

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Los seres humanos no podemos ser por completo obedientes. No podemos nunca ser algo por completo, ni obedientes, ni quietos, ni ordenados… ni buenos, ni malos. Ni todo ni nada.

¿Total obediencia?

Quiero comenzar este artículo (esta fantasía filosófica) hablando sobre los límites de nuestra obediencia. Como todos sabemos, los seres humanos no podemos ser por completo obedientes. Ni siquiera en los regímenes llamados totalitarios (que no son sólo políticos) lo logramos. Y es que, como también sabemos, las personas no podemos nunca ser algo por completo, ni obedientes, ni quietos, ni ordenados… ni buenos, ni malos, ni nada. Ni todo ni nada. Lo sabemos, lo sentimos y además lo hemos oídos siempre en todas partes. La filósofa española María Zambrano lo resume describiéndonos como “una totalidad a la que algo le falta”.  Por eso nos la pasamos fluctuando ―más o menos bruscamente― entre distintas versiones de nosotros mismos, intentando hacer de ese fluctuar un fluir llevadero, manejable, incluso pacífico y, si se puede, feliz de vez en cuando.

Es posible que, con la esperanza de adquirir cierta estabilidad, los seres humanos hayamos creado leyes, inventado penalidades e intentado forjar una disciplina para cumplir con ambas. Sin embargo, las normas y su regularidad siguen siendo algo difícil de establecer y de cumplir. Y aunque hacemos acuerdos unos con otros ―poniendo en ello un denodado esfuerzo―, caemos con frecuencia en la desesperación de no poder tener un refugio permanente.  

Lo receptivo y lo creativo

En el salón de clases los niños y jóvenes se deslizan también entre extremos, por ejemplo, del de la necesidad de resguardo a su opuesto, la de salir al mundo. Estos dos polos dialogan entre sí para que el estudiante aprenda a cuidarse. La escuela busca, en última instancia, contener al alumno y a la vez impulsar su creatividad para que pueda habitar la realidad circundante.

Antiguos filósofos orientales describían ese diálogo (esa comunicación) como un movimiento e intercambio perpetuo entre dos fuerzas, una receptiva y otra creativa, que regían el comportamiento individual y eran también la base de todo lo existente. A esas dos fuerzas las comparaban con lo femenino y lo masculino, la madre y el padre, la Tierra y el Sol, la oscuridad que todo lo resguarda y la luz que todo lo pone al descubierto. Aquellos hombres trazaban analogías entre el mundo exterior y la naturaleza humana, como una forma de comprender y guiar tanto a la persona como a la sociedad.

En un ejercicio semejante, podemos compararnos con un río que nace en el interior de una montaña: ahí el agua pasa largas temporadas acumulándose bajo la tierra, concentrando presión y brotando finalmente a la superficie en forma de manantial. El proceso que sigue se parece a la terquedad infantil y juvenil. El I Ching o Libro de las Mutaciones (texto sagrado de las antiguas doctrinas taoísta y confucianista) nos explica esa necedad más o menos de la siguiente forma: “Al emerger del manantial, de buenas a primeras el agua no sabe adónde dirigirse, pero con su constante fluir va sorteando los obstáculos y rellenando cada hueco que encuentra en el camino. Así acaba por cubrirlo todo y avanzar, obteniendo el éxito”.

El agua, pues, se convierte en río, aumenta su fuerza, entra en calma y en ocasiones se desborda fertilizando el terreno, pero también poniendo en peligro la vida que ella misma ayudó a sostener. Para aquellos maestros chinos, todo lo anterior supone un infinito número de movimientos en que lo receptivo y lo creativo se entrelazan para, como hemos dicho, crear leyes, establecer penalidades y forjar un modelo disciplinario que ayude al cumplimiento de ambas.[i] De acuerdo con este saber milenario, rara vez la disciplina es introyección forzada de una ley o esfuerzo ciego para obtener un logro. Esto se parece más (y probablemente proviene de ahí) a ese pequeño látigo que, en siglos pasados y en lugares como la escuela o el convento, se usaba para reprender a otros y auto-reprenderse.  Se llamaba “disciplina”, y recibir disciplinas era recibir azotes. Es mejor entender el término como perseverancia para armonizar lo personal con lo social, lo natural y lo trascendente, y regir nuestra conducta con base en ello (por ejemplo, contenernos y contener a otros, corregir el rumbo, recuperar fuerzas, arriesgarnos sólo cuando es debido, saber retirarnos, pelear y un largo etcétera antes de alcanzar el éxito).  En resumen, contener y crear ―solos y en comunicación con otros― nuestro flujo vital.

Madre y padre

La época actual se caracteriza por un enfrentamiento arrebatado entre lo femenino y lo masculino, un diálogo controversial para reconsiderar los atributos de ambos. Digo lo anterior porque hablar de función materna y función paterna empieza a sonar un poco anticuado, confuso. Esto, aunque decisivo en la actualidad, no es inédito. Hay que reconocer que desde tiempos inmemoriales existe tanto en la mujer como en el hombre la habilidad de encarnar múltiples matices del espectro femenino/masculino, y que ―hablando específicamente de la crianza de los niños― madre y padre son capaces tanto de proteger a los hijos como de impulsarlos a enfrentar las leyes del mundo. Hoy se busca fortalecer esa equidad, pero los logros son más lentos de lo que se quiere, y todavía hay muchas cosas que no podemos explicar sin la vieja mitología legada en las palabras.

Así, cuando el río se desborda se dice que “se salió de madre”. La frase es sugestiva: de la palabra madre se derivan madera y materia. La madre es la madera, la materia, el soporte; la madre nos otorga un cuerpo, un asidero al cosmos. Salirse de ella conlleva el peligro de desbordarse sin límites, de perderse fuera de uno mismo, de que el río que somos se extienda hasta extraviarse en el mundo.

La madre abraza al hijo como las riberas del río abrazan a éste:

Madre, no es que nos protejas del exterior, es que haces de todo un interior.

Los niños que se salen de madre corren peligro si no está ahí el padre para recibirlos y conducirlos, de la misma forma en que no estarán seguros si no se encuentra ahí también lo materno para recibirlos de vuelta. De la palabra padre viene patrimonio, que evoca aquello que alguien reúne para sí al salir al mundo.  También de ahí viene la palabra patria, mundo exterior al que vamos conociendo, y al que finalmente convertimos en un exterior/interior, llamándole madre patria.

En la escuela también confluyen lo femenino y lo masculino, lo materno y lo paterno. Ahí los maestros nos impulsan a salir a explorar el mundo y nos esperan a la vuelta.  Es el lugar preciso para jugar a extraviarnos y recuperarnos. Si a la lista de los atributos de lo receptivo y lo creativo añadimos los principios básicos de la comunicación (escuchar/ser receptivos, y responder creativamente), comprendemos por qué los docentes cuentan con la comunicación como primera y mejor herramienta para manejar el delicado ir y venir de sus alumnos; comunicación entendida como diálogo donde receptividad y creatividad se unen para conducir nuestro propio andar y guiar a otros.

Exceso y límites

El escritor inglés G. K. Chesterton (a quien algún estudioso llegó a considerar una de las personas más inteligentes de la historia), estaba seguro de su forma de pensar que afirmaba, con su particular humor, que él podría convencer a cualquier persona de sus ideas si pudiera tenerla a su mesa cada noche durante cuarenta años, cenando juntos y platicando.

Pues bien, pongámonos en ese lugar, e imaginemos que somos sabios y que la razón nos asiste. En tal caso quizás, sí, nos bastaría con platicar interminablemente con alguien para conseguir que pensara como nosotros; por ejemplo, para que acatara una regla que estuviéramos seguros de ser justa. Pero como una comunicación así es imposible, aun siendo sabios llega un punto en que, a quien se excede, tenemos que ponerle un “hasta aquí” que lo detenga. Idealmente se trataría de un límite oportunamente impuesto y por completo adecuado a esa persona y a la situación. Pero lo cierto es que ―de nuevo, por sabios que seamos― jamás podremos poner a cada quién el límite perfecto que necesita y merece: no somos Dios y no podemos conocer a nadie como si lo hubiéramos creado. Somos humanos, y en realidad no tan sabios, así que por lo general nos apresuramos a poner un “hasta aquí” severo (de una severidad que nos ayude a ocultar nuestras dudas) o nos ablandamos y aplazamos la determinación, tentados a platicar interminablemente con el infractor hasta convencerlo. Finalmente, salvo en momentos de verdadera inspiración, los límites que ponemos tienen algo de arbitrario y nuestros “hasta aquí” nos hacen dudar.

Tarde o temprano todo maestro, convertido en magister (magistrado), debe tomar la balanza de la justicia en las manos, aguzando el oído para escuchar (siendo receptivo) y disponiendo toda su creatividad para dar respuesta. Sí, incluso si alguien rompe una regla, la comunicación sigue teniendo lugar: la ley nunca es el final del camino, siempre forma parte de la delicada dinámica entre lo receptivo y lo creativo y su intención es corregir el rumbo. Así pues, al menos idealmente ―como también querían los sabios chinos― el lugar del límite debe ser un sitio de paso; un espacio, aunque restringido, internamente ensanchado por la sensación de resguardo, donde de verdad se pueda reflexionar sobre la propia falta y del que la personalidad emerja no sólo entera sino fortalecida.

Pero los maestros no deben sentirse avergonzados si pocas veces atinan a poner el límite justo en el momento exacto. Todos sabemos lo difícil que es poner en equilibrio una balanza. Ejemplos de esa dificultad tenemos todos los del mundo, así que quizás diremos más si mencionamos un caso contrario, uno en que hacer justicia resulta fácil. Yo sólo conozco un ejemplo. Aparece en El Quijote de Cervantes y contiene una enseñanza que siempre podemos tener presente a la hora de juzgar. Se trata del acertijo que unos sujetos bromistas plantean a Sancho Panza cuando éste recibe el cargo de gobernador de una imaginaria isla. El acertijo es, en resumen, aquel del hombre que llega a un puente sobre el que cuelga la advertencia “El que mienta, será colgado”. Desafiando las razones de la justicia, el hombre asegura: “Vengo a que me cuelguen” (si lo cuelgan habrá dicho la verdad, y si no, habrá mentido y tendrían que colgarlo). Es así como, para demostrar sus dotes de gobernante, Sancho tiene que resolver este dilema en apariencia irresoluble. Pero para el ingenuo labrador y escudero no hay dificultad alguna. Incluso se da el lujo de bromear: “Que deste hombre aquella parte que juró verdad la dejen pasar, y la que dijo mentira la ahorquen”. Finalmente presume que resolverá el asunto en dos patadas (véase por favor la nota[ii] al final de este artículo): “Porque si no hay manera de ahorcar a medio hombre dejando en libertad al otro medio; y si la balanza está en el fiel con las mismas razones para condenarle que para perdonarle… lo que sobra es la ley. Con que perdónese a ese hombre, que de doblarse alguna vez la vara de la justicia, más vale que se doble hacia la misericordia y no hacia el castigo”.

[i] Esos movimientos involucran tanto a la persona como a la comunidad y a la naturaleza circundante, y como digo son innumerables. El I Ching reúne 64 especie de parábolas que intentan descifrar esos movimientos. Cada uno de esos relatos se aplica a seis situaciones distintas, y además se transforma, o muta, en otra de las 64 parábolas para añadir algo.

[ii] La presente versión del pasaje de El Quijote está tomada de la obra Sancho Panza en la ínsula, del dramaturgo español Alejandro Casona, que recapitula páginas del original de Cervantes.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/ritual-educativo-regla-y-disciplina
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¿Qué pasa en Afganistán? Libros y películas para entender el conflicto

La cultura es una herramienta fundamental para entender la situación por la que pasa el país de Oriente Medio.

En las últimas semanas, tras la retirada del Ejército de Estados Unidos y la toma de poder por parte de los talibanes en Afganistán, son muchos los que han buscado empaparse a través de películas o libros sobre qué ocurre en el país de Oriente Medio y por qué se ha llegado a esta situación tras 20 años de presencia de tropas internacionales en el país.

Sin embargo, para comprender también esas películas y libros hay que contextualizar el conflicto de Afganistán, pues este país estuvo en guerra mucho antes de que las tropas estadounidenses y sus aliados internacionales entraran en su territorio en diciembre de 2001 (tras los atentados del 11S) con el objetivo de desmantelar a la red terrorista Al Qaeda y la eliminación de los talibanes del poder para hacer de este país un lugar seguro.

Para entender lo que sucede hay que remontarse a los años 80, cuando la URSS invadió el país

Para entender lo que ha sucedido y está sucediendo allí hay que remontarse a los años 80, cuando la extinta Unión Soviética invadió militarmente el país, algo que desencadenó una guerra de 14 años. Tras su fin, en 1992, se abrió un periodo de inestabilidad política en el país en el que un grupo de guerrilleros muyahidines -combatientes por la yihad (guerra santa) armada- toma el control y asienta las bases de lo que posteriormente serían los talibanes.

Thank you for watching

La tercera parte de la saga Rambo (Peter MacDonald) (1988) tampoco pasa por alto el conflicto afgano-soviético, es más, la escena final de la cinta tiene una dedicatoria a los talibanes que ayudaron al personaje de Sylvester Stallone a rescatar al Coronel Trautman de la mano de los soviéticos: «La película está dedicada a los valientes combatientes muyahidines de Afganistán».

Desde el otro lado de la trinchera, el cineasta ruso Ali Khamraev lanzó en 1983 la cinta Hot summer in Kabul, en la que un médico ruso viaja a Afganistán durante la guerra y ve de primera mano la carnicería causada por los muyahidines islamistas hacia el gobierno socialista ruso.

La intrusión de las tropas estadounidenses en Afganistán tras el atentado a las torres gemelas el 11S de 2001 y su permanencia en el país durante 20 años también se ha reflejado en la literatura y en la cinematografía.

Inspirada en hechos reales, Osama (Siddiq Barmak, 2003), cuenta la historia real de una joven que se disfrazaba como un niño para poder trabajar, ya que su tío y su padre habían muerto y sin un hombre en la familia, su madre, su abuela y ella misma ni siquiera podían salir de casa, por lo que estaban condenadas a morirse de hambre. La cinta, ganadora del Globo de Oro 2004, fue la primera filmada íntegramente en Afganistán desde el primer ascenso al poder y la posterior caída de los talibanes.

La afamada novela de Yasmina Khadra Las golondrinas de Kabul se convirtió en un filme de animación dirigido por Zabou Breitman y Eléa Gobbé-Mévellec, donde una pareja de enamorados en el verano de 1998 sueñan con un futuro mejor, a pesar de la violencia y las penurias

Las novelas Cometas en el cielo, Mil soles espléndidos, Y las montañas hablaron, del médico afgano estadounidense Khaled Hosseini, conforman un tríptico inigualable para entender el conflicto afgano, el ultraconvervadurismo talibán y los nulos derechos que tiene la mujer bajo este régimen.

Aunque no es afgana, la pakistaní Malala Yousafzai -Premio Nobel de la Paz 2014- sabe de primera mano lo que es enfrentarse a los talibanes (fue tiroteada en la cabeza por defender su derecho a ir a la escuela). Tras salir del país, la joven escribió Yo soy Malala, una autobiografía que dedica a todas las niñas.

Fuente: https://www.publico.es/culturas/pasa-afganistan-libros-peliculas-entender-conflicto.html

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