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Educación e incertidumbre

Por: Manuel Gil Antón

La siguiente sístole nunca es segura. Puede ocurrir, o no. La fragilidad de la vida es tan cierta que más vale vivir como si no lo fuera, apresados en la angustia. Así vamos, vulnerables siempre sin hacernos cargo de permanecer vivos casi de milagro.

Hay etapas en la historia cuando la conciencia de la finitud se impone: como personas, sociedades y especie. Desde hace más de un año, está abollada, tal vez rota, la soberbia humana del control sobre las condiciones del futuro. La incertidumbre desvanece aquello de “querer ser como dioses”.

¿Acabará la pandemia? ¿Tiene fecha de caducidad? ¿Cuánto dura la protección de la vacuna? ¿Cubrirá todas las variantes? ¿Otro repunte? Si países con tasas de vacunación muy grandes tienen que encerrarse, ¿qué nos depara lo que viene? Añada las preguntas que quiera sobre esta temporada de agobio y la respuesta será semejante: ¿quién sabe?

Cada día averiguamos cómo van los procesos de inmunización; si los primeros vacunados, la vanguardia, aún generan anticuerpos. ¿Va a ser como la del sarampión, que es para siempre? ¿O habrá que vacunar a toda la humanidad cada año?

Pedimos a las autoridades de todos los niveles y campos que digan lo que hay que hacer. Reclamamos la falta de respuesta certera como incumplimiento, pero en muchos casos no lo es: de veras estamos en los tiempos del “no se sabe”.

En materia educativa: ¿cuándo volvemos a clases presenciales? En agosto para iniciar el ciclo 2021-2022. ¿Seguro? No, realmente no, es lo más probable. Depende de cómo vayan los contagios y la vacunación. ¿Será el curso presencial para todos, o salteados, o a veces, o para ciertas asignaturas y no otras? Vaya usted a saber.

Dos cuestiones surgen de los tiempos que vivimos: por una parte, un gran tema para quien concibe a la educación como algo más, mucho más, que la instrucción para el empleo y los exámenes estandarizados; se trata del tema mismo de la incertidumbre, como problema que viene cosido al bies de la falda o la valenciana de los pantalones de quien ha nacido. ¿Qué significa el momento único, la situación límite en que no es posible planear nada por la multitud de factores que intervienen para estabilizar, o no, un contexto social, un proyecto personal? En cada nivel de estudios, el dilema de la contingencia de la vida humana y social ofrecen una veta rica para la lectura, la escritura, el cálculo, la coherencia lógica en la argumentación y una serie de saberes y capacidades que son pilares del conocimiento en la vida: tenemos tema y capacidad para generar proyectos de estudio que lo incluyan, uniendo la experiencia vital, el desarrollo de la reflexión ordenada sobre el asombro de vivir.

Y por el otro, dada la incertidumbre, desechar la idea centralista y miope de un retorno de todos a todas las escuelas, con programas de estudio uniformes el mismo lunes en que la autoridad lo decida. El país es diverso y, en contextos de incertidumbre, lo más adecuado es unir a las y los maestros, las familias y las autoridades locales en zonas escolares específicas, para generar, y probar con paciencia y seriedad, distintas estrategias de recuperación de la escuela como espacio donde se aprende, pero sobre todo se generan las bases de un ánimo y esperanza colectiva en el futuro a través de la educación. No hay mal que por bien no venga: hagamos de la necesidad virtud, de la incertidumbre espacio para la generación de diversos caminos, confiando en el buen sentido de las comunidades escolares. Sería, sin más, extraordinario.

Profesor del Centro de Estudios Sociológicos de

El Colegio de México

mgil@colmex.mx

@ManuelGilAnton

Fuente: http://www.educacionfutura.org/educacion-e-incertidumbre-2/

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Apuntes sobre un barrio

Por: Elisabeth De Puig 

Las niñas ya no sueñan con un príncipe que las rescate en su caballo blanco, sino con ser la mujer de un capo, la amante del dueño del colmadón.

Con solo algunas horas hurgando las interioridades de un barrio marginado se extraen informaciones que ponen en entredicho muchas de las teorías y discursos sobre el desarrollo humano, los derechos de la niñez y la construcción del país que soñamos.

Caso 1

Me topé con un joven de 14 años que abandonó sus estudios hace varios años. En su escuela la psicóloga tenía “otras cosas qué hacer que bregar con mariconcitos”. Andaba apresurado, un tanto provocativo, con los cabellos rojo carmín. Cargaba una fundita de supermercado en la mano.

– Hola P. ¿Qué de tu vida?  ¿Cómo están por allá? ¿Sigues trabajando de noche? (prostituyéndose por la 42 y la Nicolás de Ovando)

– Sí.

-¿Picas algo?

– No.

– Entonces, deberías volver a estudiar.

– Quisiera hacer un curso de globos en una fundación que hay en Capotillo;  tienen más cursos, pero este es el que me gusta más. Como mi mamá está enferma y no puede trabajar,  me va a poner una paletera.

Enseñando la funda.

– Ahora, tengo que dejarla, voy a empeñar la licuadora para la quimio de mi madre (cáncer de mama), no hay dinero para ir al hospital.

En esta casa la abuela paterna se murió de Covid durante la pandemia.

La abuela materna padece cáncer, no tiene seguro y no puede tratarse; la madre tiene cáncer de mamas.

Dos hermanos mayores están en condiciones de calle, son delincuentes.

Un hermanito se murió en el incendio de la casa mientras la madre trabajaba.

También están Pedro, dos hermanitos y una niñita de 6 años.

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Aprendizajes no escolarizados generados por pandemia, se deben vincular con reparaciones educativas y socioemocionales de estudiantes

Por: Erick Juárez Pineda

En el marco de la mesa de análisis «Preparando el regreso a clases», organizado por la Universidad Iberoamericana, investigadores coincidieron que ante el actual contexto de pandemia, la educación y la escuela no solo deben verse como los espacios donde se comparte y construye el conocimiento, sino como un bien común donde se crean fuertes vínculos que trascienden los espacios físicos de las aulas y que impactan positivamente en la vida de la comunidad educativa.

Al respecto, Luz María Moreno Medrano, directora del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación  (INIDE), explicó que actualmente enfrentamos situaciones que han complicado la vida de los estudiantes, especialmente en el aspecto alimenticio, donde el cierre de escuelas afectó los más vulnerables.

Además, explicó que ante este confinamiento se han incrementado las desigualdades de género como los casos de violencia intrafamiliar y la diminución de oportunidades laborales para mujeres, además de las desigualdades educativas, sobre todo, en aquellas poblaciones que no cuentan con los recursos electrónicos para continuar sus estudios.

«Estamos ante un escenario incierto, retador y fuerte , donde extrañamos la escuela como ese espacio donde podemos tener momentos de contención, de socialización y espacios positivos donde poder sanar», añade.

Bajo este contexto, explica, debemos ver a la escuela y a la educación no solo como un lugar donde se recibe y se genera aprendizaje, sino como un bien común que se desarrolle en un clima de confianza y resolución de conflictos.

Por su parte, coordinadora de la Especialidad en Educación Socioemocional de la IBERO, expone que la actual crisis, que nos ha tomado a todos por sorpresa, ha causado malestares y emociones intensas que nos ha llevado a actuar desde la impulsividad, pues se vive un ambiente de incertidumbre y evasión de la realidad.

Advierte que a más de un año de procesos de adaptación e improvisación, estamos en un momento donde podemos recordar experiencias, lo cual, es necesario para sanar y resignificar estas vivencias difíciles.

Ante estas experiencias duras, añade, debemos reconstruir los aprendizajes vividos para, finalmente, poder innovar y dejar a un lado la improvisación.

Bajo este contexto, señala, donde más hubo disparidad fue en el aspecto socioemocional, donde  tenemos más rezagos, incluso, que en los aspectos académicos o de aprendizaje.

Por ello, dice, debemos prestar atención a los riesgos conductuales que ha presentado la mayoría de la población, los cuales, se han agravado por conductas como el sedentarismo, cambios en hábitos de sueño y alimenticios

Finalmente, Luis Medina Gual, coordinador del Doctorado Interinstitucional en Educación advierte que, hasta el momento, no hay información clara sobre los aprendizajes adquiridos o perdidos durante la pandemia.

Sin embargo, propone voltear a ver aquellos aprendizajes que se obtuvieron bajo este contexto y que no se habrían podido adquirir dentro de las escuelas.

«Los aprendizajes no escolares también cuentan y son muy valiosos. Muchas veces este tipo de conocimientos no se pueden ver dentro de las aulas o se ven reflejados en el currículum»
Además, concluye, se deben vincular estos aprendizajes adquiridos con los escolarizados y, así, comenzar a reparar emocional y académicamente a los estudiante para el regreso a las aulas.

Fuente e Imagen: http://www.educacionfutura.org/aprendizajes-no-escolarizados-generados-por-pandemia-se-deben-vincular-con-reparaciones-educativas-y-socioemocionales-de-estudiantes/

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Conversatorio: construyamos una educación no sexista. Chile

América del Sur/Chile/02-07-2021/Autor(a) y Fuente: www.colegiodeprofesores.cl

En el marco del Día del #Orgullo, el Magisterio y la UMCE desarrollaron el conversatorio “Profesores LGTBIQ+: de la teoría a la práctica”. Como educadoras y educadores sabemos que hay mucho por avanzar para impulsar desde las aulas el derecho a la igualdad y la no discriminación de todas las personas; por eso nuestra principal tarea es educar en la diversidad y los derechos humanos.

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«Me han faltado abrazos este curso»

Por: Educación 3.0

El curso 2020-21 ha sido atípico y complejo en todos los sentidos. María José Molina, docente de Infantil, reflexiona sobre lo que ha vivido en su aula y en su centro a lo largo de estos difíciles meses.

Mayo de este atípico curso 2020-21. Me encuentro seleccionando fotos de mis niños para mostrárselas a sus padres y madres en la última reunión general de este curso. La cantidad de fotos que tengo es enorme, nunca había hecho tantas fotos a mis alumnos, nunca había reflejado con mi cámara tantos momentos en un solo año. La razón es sencilla: en cualquier momento sobrevolaba nuestro cole (y otros tantos en el mundo entero) la posibilidad de que la ola de turno nos llevase a todos de nuevo a un confinamiento estricto o que a nuestra aula la mandaran a casa unos días.

Curso 2020-21

Por eso, cuando ahora revivo tantos momentos disfrutados, desde septiembre hasta hoy, los valoro doblemente y me emociono al pensar que ha sido posible disfrutar de los amigos y amigas y que el colegio ha podido desarrollar la irremplazable y valiosísima misión que le da sentido. Además, de valorar que ha podido desplegar las alas que tuvimos que recoger en marzo de 2020. El colegio ha podido acoger con toda su grandeza a tantos niños y niñas que tanto lo necesitan, porque gran parte de su vida la constituye el centro educativo.

Dichas fotos reflejan momentos que la pandemia nos quitó el curso pasado, desde marzo. Pero eso se terminó y en septiembre, volvió el ruido a nuestras aulas, patios y pasillos. Bendito ruido. En mi caso particular, por un lado, estoy muy contenta y orgullosa de haber tenido la oportunidad de ser la maestra de los niños y niñas de 3 años durante este curso tan difícil, porque, a pesar de ser los más pequeños del cole, han demostrado ser igual de ejemplares que los alumnos mayores en el cumplimiento de las normas de la Covid-19.

Sentimientos encontrados y dudas

Este orgullo que siento se mezcla con pena, ya que el curso pasado no pude despedirme de la mejor manera de mis niños de cinco años, con los que compartí tres cursos estupendos y a los que he visto crecer. El tiempo hizo aflorar en nosotros un cariño especial y muchos recuerdos. Ellos han dejado la etapa de Educación Infantil y han comenzado Primaria con su mochila nueva, con su mascarilla y con mucha valentía. Ojalá pudiera darles un abrazo de esos que recargan pilas cuando los veo por el pasillo del cole, para transmitirles seguridad y confianza en que lo harán muy bien en esta nueva etapa.

Curso 2020-21

Y por si el virus no nos había sacado ya de nuestra zona de confort, a las puertas de una tercera ola, en enero, llega la borrasca Filomena. Otra vez la incertidumbre de cuándo podremos volver al cole, de cómo planificar las lecciones online, que no se me vaya la conexión… Y entre medias: el temor a que se congelen las tuberías en casa, la luz que se va varias veces por la humedad… Pero para nuestros alumnos fue toda una aventura: se disfrazaron, nos enseñaron los juguetes de Reyes por la pantalla y eso les encantó. Aunque la clase online no podía reemplazar los momentos vividos en el cole, había que llevarlo de la mejor forma posible, y así lo hicimos. Pero también durante este curso, con la primavera llegó la vacuna, y con ella, poco a poco, la esperanza.

Dificultades y temores, a la orden del día

Este año los profesores hemos tenido que esforzarnos por no dejarnos llevar por el miedo y continuar con normalidad, no había otra opción, había que hacerlo por nuestros alumnos. Hemos mostrado cariño y cercanía a pesar de nuestros propios temores, el miedo a contagiarse y a contagiar. La ilusión y el trabajo bien hecho han ganado al miedo, pero no podemos decir que no nos haya costado. Además, en el caso de las maestras de Infantil, hemos seguido conviviendo con los típicos fluidos habituales (babas, mocos, lágrimas, pis…) y con niños sin mascarilla.

Todo eso ha seguido igual, pero me han faltado otras cosas típicas de nuestra etapa. Han faltado abrazos, besos y muestras de afecto en general. Ha habido contacto físico, pero menos del habitual, y eso no es bueno, porque ese cariño constituye alimento para el alma. En mi caso, he recurrido al uso de un mayor número de palabras bonitas, de guiños de ojos, de miradas cómplices, de sonrisas con los ojos… No he escatimado en halagos, en palabras de ánimo y de consuelo para mostrar, de manera diferente, ese afecto que hemos reprimido tanto desde que comenzó la pandemia. Conectar con los alumnos ha sido más difícil durante este curso que en cualquier otro, pero considero que lo hemos logrado.

Futuro esperanzador

Gracias al esfuerzo de todos: niños, padres y profesores (de todos los niveles educativos) y también de otros muchos miembros de la comunidad educativa hemos salido adelante. Sin olvidarnos del fundamental personal de limpieza que ha echado el resto durante este curso por la seguridad y el bienestar de todos o de los equipos directivos, para los que la palabra responsabilidad ha supuesto un peso mayor del habitual. Este fin de curso estamos ya a las puertas del comienzo de otro capítulo: con muchas personas vacunadas, con una menor incidencia de casos y con la relajación de las normas. En el nuevo capítulo espero que lo que ahora es normal (mascarilla, gel, distancia…) nos deje de parecerlo y lo que antes era normal vuelva a parecerlo de nuevo.

Curso 2020-21

Esta es mi historia, pero puede ser la de cualquier otra maestra de Infantil durante este año. Un curso entero de pasar frío con las ventanas abiertas, de micrófono casi imprescindible, de guantes, de manos agrietadas de tanto lavarlas, con ese olor a gel hidroalcohólico en todas partes o a lejía en la alfombrilla de la entrada, de desinfectar el teclado, la fotocopiadora o el teléfono que había tocado la compañera, con los patios separados por aulas, las entradas y salidas escalonadas o la falta de tutorías presenciales con las familias.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/curso-2020-21/
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El Salvador: Maestros sancionados por Educación tras exponer carencias de escuela

América Central/EL Salvador/02-07-2021/Autora: Susana Joma/Fuente: www.elsalvador.com

El educador lleva dos años tocando las puertas del Ministerio de Educación sin recibir respuesta favorable para mejorar la infraestructura escolar. Sindicatos dicen les han reportado otros casos similares de sanción.

Las gremiales de profesores Simeduco y Bases Magisteriales denunciaron que el Ministerio de Educación (MINED) está aplicando sanciones a docentes por dar a conocer públicamente las carencias que tienen en las instituciones educativas, con lo cual, según expusieron, contraviene lo establecido en el artículo 6 de la Constitución de la República sobre libertad de expresión.

Daniel Rodríguez, secretario general de Simeduco, afirmó que entre los afectados está una persona del Centro Escolar Profesor Saúl Flores, de Zacatecoluca, en La Paz, quien a través de su página de Facebook y medios de comunicación ha dado a conocer, en diferentes oportunidades, las necesidades que afronta la escuela con miras a que las autoridades u otras personas altruistas ayuden.

La última vez que el profesor hizo alusión a la situación precaria de su escuela fue el pasado 2 de junio, e incluyó una galería de fotografías.

Según detalla Rodríguez, a raíz de esa publicación y en el marco del discurso de la ministra de Educación sobre la restricción de acceso a los medios de comunicación, “el director departamental de Educación obligó al director y subdirector del centro escolar para que le levantaran un proceso sancionatorio al maestro; entonces como los obligaron tuvieron que ceder. Lo raro es que el director departamental de la Paz no firma el documento, sino que le echa el clavo al director y subdirector”.

El educador afectado funge en la institución como coordinador de gestión educativa, eso implica que entre sus responsabilidades está precisamente buscar respuesta favorable a la diversidad de requerimientos que tienen, relacionados a la infraestructura, el material didáctico, entre otros, con miras a crear condiciones de enseñanza aprendizaje óptimas para los cerca de 360 alumnos que atienden.

Sin atender solicitud de ayuda

Rodríguez externó que durante dos años el docente afectado, junto al director de la escuela, ha estado haciendo gestiones con el MINED para que le brinden a la institución una solución a las problemáticas de infraestructura que tienen, pero hasta la fecha no ha recibido respuesta, eso a pesar de que la misma departamental de Educación de la Paz, en más de una ocasión, ha utilizado las instalaciones para resguardar materiales didácticos, mobiliario, hacer reuniones, e incluso en la pandemia soldados, policías y agentes del CAM permanecieron resguardados ahí.

La escuela también ha sido utilizada como centro de votaciones y albergue, lo cual le ha generado más deterioro.

Según lo expuesto por este docente de Zacatecoluca, el techo del edificio de la escuela está dañado, por ello cuando llueve el agua se cuela en los salones de clase, por ejemplo en Parvularia, en la administración, la sala de cómputo. Esa situación de goteras obliga a que profesores y alumnos pasen sacando el agua un promedio de 45 minutos, prácticamente el tiempo que lleva una clase.

Las imágenes que el docente presentó evidencian que los ventanales de la escuela requieren reparación, lo mismo las canaletas de agua lluvia.

En la actualidad, como parte de sus responsabilidades en la escuela, el profesor sancionado ha coordinado con los escolares de la promoción de noveno grado para pintar algunas paredes internas en la tercera planta del edificio; sin embargo, el dinero de la pintura ha salido de su bolsillo.

El secretario general del Simeduco hace eco de las palabras de su colega, quien sostiene que se le están violando sus derechos a la libre expresión, al aplicarle un llamado de atención por escrito, argumentando que a la luz del artículo 56, literal 12, de la Ley de la Carrera Docente, ha dado a conocer información sensible de su lugar de trabajo.

Sin embargo, el profesor afectado dejó claro que ha ejercido su derecho de expresarse como establece la Constitución de la República y lo que ha dicho no es ninguna mentira, ni calumnia contra nadie.

“El compañero está respaldado tanto por Bases Magisteriales y por Simeduco. Nosotros seguimos viendo ese caso porque es una violación al artículo No. 6 de la Constitución”, remarcó Rodríguez, al tiempo de cuestionar que la ministra de Educación pretende callar a los educadores e impida el acceso de los periodistas a los centros educativos públicos para que no se conozcan las necesidades que tienen.

Desde el Simeduco no descartan que la amonestación girada por las autoridades educativas esté orientada también a impulsar algún proceso adicional contra el profesor de la escuela, considerando que además es miembro de las gremiales.

Denuncias no tienen trasfondo político

Paz Zetino Gutiérrez, secretario general de Bases Magisteriales (BM), sostuvo que como gremial conoce el caso de maestros, entre ellos el de una en la Libertad que ha sido sancionada luego de que apareció en un reportaje en el que se muestra los esfuerzos que hacen en lo rural por brindar educación a los niños, pese a las difíciles condiciones de vida que enfrentan.

“Estos funcionarios interpretan mal la situación. Creen que las denuncias que se hacen hoy ya es pasándole factura a ellos, salen a la defensiva que acaban de llegar y que esos son problemas heredados; y es que no creo que los maestros hagan (denuncia en los medios) con la intención de generarles problemas políticos, (al contrario) lo hacen con la intención que les resuelvan la problemática; la vida diaria está llena de dificultades y de problemas y en las escuelas peor”, sostiene Gutiérrez.

El dirigente de Bases cuestionó que se esté queriendo sancionar en este caso a los educadores solo por mostrar que dormían en las aulas, porque según indicó los funcionarios no conocen las realidades de las comunidades, “ellos están tranquilos aquí en los escritorios, viven en grandes urbes, viajan en elegantes carros”, además advierte que “deberían ser más tolerantes con la prensa, aunque no les guste la nota”.

De acuerdo a lo externado por el representante de Bases Magisteriales, los centros educativos no solo buscan a los medios de comunicación para hacer denuncias, sino también para que den a conocer actividades positivas de corte académico, deportivo y cultura: “En esos casos la prensa es importante, es necesaria, pero cuando se denuncia que los techos se están cayendo ahh entonces ahí la prensa no conviene que entre. Esa es una cuestión de doble moral”.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/eldiariodehoy/maestros-sancionados-educacion-esponer-carencias-escuela/852234/2021/

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El fin de un año escolar desafiante

Por: Dinorah García Romero

Desafiante, porque pone al Ministerio de Educación ante la necesidad de optar por un sistema de evaluación más integral, innovador y participativo.

El año escolar 2020-2021 está llegando a su fin. El Ministro de Educación de la República Dominicana ha anunciado que será clausurado el 29 de julio. Antes de realizar esta actividad, el Consejo Nacional de Educación ha determinado que se realice la evaluación de los estudiantes, excepto los de Educación Inicial. La evaluación es un proceso muy importante que generalmente despierta la atención, no solo del sector educativo, sino también de la familia y de la sociedad en general. Un aspecto importante es que la promoción de los estudiantes que van a ser evaluados no dependerá de la calificación que obtengan en la prueba que se les aplique; sino que se tendrán en cuenta los trabajos que hayan realizado en el desarrollo del curso. Este hecho es interesante y constituye una oportunidad para que estudiantes y docentes constaten qué tan significativas y efectivas han sido sus experiencias de aprendizajes. Tendrán la ocasión de identificar qué factores contribuyeron efectivamente a la construcción de conocimientos y a la adquisición de aprendizajes con significados para los actores involucrados.

El Consejo Nacional de Educación ha de avanzar hacia una evaluación más sistémica. En un contexto de pandemia, además de los contenidos disciplinares, se han de tener en cuenta procesos, acciones y experiencias resilientes que han convertido a muchos estudiantes y docentes en sujetos más corresponsables, solidarios y comprometidos con el centro educativo y con sus comunidades. Los aprendizajes que derivan de las diferentes disciplinas son fundamentales, pero no excluyen otros que emergen de la interacción de los estudiantes y docentes con su entorno inmediato; y de su capacidad para enfrentar las situaciones difíciles generadas por el contexto pandémico que viven. En todo momento hemos nombrado de forma conjunta a estudiantes y a docentes. Y es que se considera necesario evaluar el trabajo realizado por los docentes y por los gestores de la educación. Hace varios años que se propugna por una evaluación más integral y cada vez menos parcial. Esta integralidad ha de tener en cuenta la diversidad de dimensiones que aportan las ciencias, la calidad del trabajo realizado por los docentes, las condiciones estructurales en las que se realiza el trabajo docente y la calidad de los recursos de apoyo al aprendizaje. Se debe superar la política de una evaluación centrada solo en lo que hace y aprende el estudiante. Sí. El estudiante es la prioridad, pero no el único sujeto que ha de ser sometido a evaluación.

Al clausurar el año escolar se ha de evaluar, también, el trabajo de docentes y gestores; y   de los técnicos distritales y nacionales. Los administradores de la educación a nivel nacional han de ser evaluados. Si la evaluación incluye a los distintos actores y se toman en cuenta la multiplicidad de factores que intervienen en un proceso evaluativo, los resultados de aprendizaje también se pueden constatar de forma más global e integral.

Es tiempo de darle a la evaluación el sitial que merece y necesita. El proceso evaluativo se ha de asumir como una práctica sustantiva del trabajo docente y de los gestores. No tiene sentido huirle a este proceso. Sus aportaciones son imprescindibles para avanzar hacia una docencia y una gestión más innovadoras y transparentes. En este mismo sentido, se ha de realizar una evaluación exhaustiva del alcance, las implicaciones y los resultados de la educación virtual; y de la formación a través de la televisión y de la radio. Se han de evaluar, además, las aportaciones de las familias. Los cuadernillos requieren una evaluación especial. La calidad, la estética y la consistencia de estos materiales demandan una revisión con rigor y orientada a cambios significativos.  Este proceso evaluativo general importa para que el curso escolar 2021-2022 tenga como cimiento buenas prácticas de los estudiantes, de los docentes y de los gestores de la educación.

El fin del año escolar 2020-2021 es desafiante, porque pone al Ministerio de Educación ante la necesidad de optar por un sistema de evaluación más integral, innovador y participativo; y de descartar una práctica que en los tiempos actuales ha de estar en desuso.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/el-fin-de-un-ano-escolar-desafiante-8959213.html

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