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Colombia: autismo político, crisis social y modelo de exterminio

Por: Aram Aharonian|

Más de dos semanas de ininterrumpidas  manifestaciones populares a lo largo y ancho de Colombia evidencian que la crisis económica, financiera, sanitaria  y social provocada por la inoperancia, torpeza y un programa de insultantes privilegios para la oligarquía del presidente Iván Duque, precipitaron el resquebrajamiento del consenso neoliberal y llevaron al baño de sangre con el que el establishment quiso sofocar el estallido social

En Colombia, imperialismo, contrainsurgencia y fascismo  han actuado siempre unidos y/o mezclados. Subsiste una alianza militar-narcomilitar, con impunidad (casi) garantizada por la Fiscalía, que deja cadáveres de cientos de dirigentes sociales, indígenas o campesinos, mientras siguen las desapariciones y los fusilamientos extrajudiciales. Siete bases estadounidenses se alojan en territorio colombiano, asesores estadounidenses e israelíes adiestran a los asesinos de su pueblo.  Se cumplió el paro nacional en Colombia, con imponentes marchas y algunos  choques con la Policía - Télam - Agencia Nacional de Noticias

Colombia es el único miembro suramericano de la OTAN, justificado por los enormes intereses neocoloniales económicos y políticos del complejo militar industrial y financiero nacional y global, además de los intereses geoestratégicos con países limítrofes “desafectos a Washington” como Nicaragua y Venezuela.

Hoy Colombia es más importante para Estados Unidos que su neocolonia de Puerto Rico en la totalidad de los intereses de Washington en la región.  Pero el dato nuevo es que el gobierno de Joe Biden, en lugar del “tradicional apoyo irrestricto al gobierno de Colombia, ha pedido el respeto por los derechos humanos y ha desautorizado los “desmanes” de la fuerza pública, que ellos financian y adiestran que, asociada con el narco paramilitarismo ha reprimido brutalmente –otra vez- y con una violencia aterradora a la actual protesta.

Algunos analistas pecan de optimismo al creer que esta posición desautoriza al expresidente Álvaro Uribe, cabeza de la derecha y del genocidio, -voz de Washington, pero sobre todo del Comando Sur- en su país desde hace dos décadas. Lo que hace el gobierno demócrata estadounidense es evaluar los daños, teniendo en cuenta que para ellos democracia es igual a elecciones (si son amañadas, mejor) y el proceso electoral colombiano ya se está jugando.

Así fue el sobrevuelo del presidente Duque en la vía al Llano -  CABLENOTICIASEsta “nueva” posición de Washington ha obligado a Duque a abandonar el cómodo Palacio de Nariño para ir, humillado y “clandestino”, en horas de la madrugada, a reunirse con sus operadores y agentes represivos, comandados por el general Eduardo Zapateiro, en la ciudad de Cali.  La preocupación del arriba nervioso es que no surge ningún candidato desde la derecha proestadounidense.

Y aquellos que crecieron bajo el ala de Uribe y el narcopoder, tienen muy pocas oportunidades de llegar a la casa presidencial, máxime cuando la encuesta realizada por la revista Semana indicaba que el izquierdista Gustavo Petro ganaría en la primera vuelta y cuando todos son conscientes de que le será muy difícil a Duque gobernar los 18 meses que le restan.

En las próximas semanas ya veremos a quien los magos de Washington tocan con su varita mágica para garantizar la continuidad del uribismo. Alberto Pinzón señala que buscan a alguien con suficiente demagogia populista, imagen de progresista, que asista a los cocteles de la embajada y, sobre todo, que prometa continuar la lucha para llevarle la democracia a Venezuela, restaurar sus antiguas instituciones y suprimir definitivamente ese peligro a la seguridad de los EEUU que declaró el presidente Obama hace seis años.

Pero no hay que quitarle méritos a Iván “el terrible”: Es el único de América Latina y del mundo a quién se le ocurrió subir los impuestos en medio de la crisis social más grande que ha vivido el planeta en un siglo y la peor que ha tenido Colombia en su historia. Duque destinó apenas un 2,8% del PIB a la pandemia (EU dedicó un 24,8%), y casi la mitad de ese 2,8% no es gasto sino un seguro de crédito para la banca privada. 

Hernando Gómez Buendía, director de Razón Pública, señala que Colombia fue víctima de tres cosas: su tradición de buen deudor y seguidor del Fondo Monetario Internacional; la Constitución de 1991, que se hizo para prohibir que el Banco de la República financie el gasto público, y la ideología o rigidez neoliberal del ex ministro de Hacienda Carrasquilla, su discípulo Duque, la Junta Directiva del Banco de la República y el equipo de gobierno en su conjunto.

En las últimas dos semanas, Duque perdió dos ministros. A la salida del impresentable ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla, autor del proyecto de reforma tributaria que disparó el estallido social y al que ni Uribe quería, se sumó la renuncia de la ministra de Relaciones Exteriores, Claudia Blum, dejando en claro que se trata de una crisis política provocada por la arrogancia e insensibilidad de Duque .

La administración derechista se quedó sin proyecto ni respuestas tras fracasar en su intento de trasladar a las mayorías el costo de mantener los ofensivos privilegios de la oligarquía mediante el aumento y la creación de nuevos impuestos. Ya Duque venía en caída libre, acumulando un 70 por ciento de desaprobación.  Tratando de revertir la caída libre, Duque aseguró el 14 de mayo que “la recesión ha terminado” e indicó que por primera vez desde la pandemia Colombia muestra un crecimiento positivo en su economía, 1.1% luego de tres trimestres con cifras negativas. Tardaron muchos días en hacer cuadrar las cifras para mostrar esa mejora que no convenció a nadie.

Colombia: siguen protestas en vísperas de segundo paro nacional | Las  noticias y análisis más importantes en América Latina | DW | 27.11.2019Solo un gobierno con autismo político puede haber anunciado una reforma tributaria que afecta mayormente a las clases medias y populares, en un país que atraviesa el pico de la tercera ola de la pandemia con uno de los niveles de contagios y muertes más altos del mundo, un incremento de las personas en situación de pobreza extrema  y una caída de la economía de casi 7%, dice Ariela Ruiz Caro.

Ese rechazo popular se volcó a las calles, en un país hambriento, desangrado, y los asesores del gobierno creyeron que Duque recuperaría credibilidad llamando a un farsesco diálogo –bien promocionado pro los medios- que no incluía la rectificación de las políticas no sólo neoliberales sino también oligárquicas, que quizá significaran un enfrentamiento con Uribe, su mentor y mandante.

Asimismo, el senador Iván Cepeda, la organización Temblores y organizaciones de Derechos Humanos informaron sobre la denuncia instaurada ente la Corte Penal Internacional y las Naciones Unidas por 1.595 casos de agresiones y violaciones de derechos humanos por parte del gobierno en los primeros 16 días de Paro Nacional.  La denuncia acusa como máximos responsables de las violaciones humanitarias al presidente Iván Duque, al ministro de Defensa Diego Molano; al expresidente Álvaro Uribe Vélez; al general del Ejército Eduardo Zapateiro y al director nacional de la Policía, Jorge Luis Vargas.

Mientras, un críptico tweet en la cuenta de Uribe con una supuesta propuesta de acción política prendió la curiosidad y desató un intenso debate acerca del origen de dicha intervención. Textualmente decía:  “1) Fortalecer FFAA, debilitadas al igualarlas con terroristas, La Habana y JEP. Y con narrativa para anular su accionar legítimo; 2) Reconocer: Terrorismo más grande de lo imaginado; 3) Acelerar lo social; 4) Resistir Revolución Molecular Disipada: impide normalidad, escala y copa”.  Uribe se refería con el último de los términos al concepto repostulado por el neonazi chileno Alexis López, acérrimo defensor del revisionismo del holocausto judío, y conferencista en reiteradas ocasiones, en la Universidad Militar Nueva Granada, donde se forman algunos de los principales cuadros militares de Colombia.

Uribe es conocedor del poder del mercadeo, del valor de la emocionalidad en la construcción de mecanismos de poder y legitimación. Con la deformación del concepto. alimenta su serie de grandes éxitos que se inician con el ‘castrochavismo’ y continúan con otras deformidades tales como aquella de la ‘ideología de género’ o la alargada sombra del Foro de São Paulo, algunos de los argumentos más difundidos para la negativa de apoyo al proceso de paz en el referéndum de 2016.

La teoría ignorante o paranoica de la “revolución molecular disipada” que puso a circular el uribismo deja de considerar que en Colombia hay una sola fuerza organizada y capaz de ocupar esos centros de poder: el Ejército. Y en el caso de Duque, antes que un golpe, tendríamos una militarización completa del país y una violencia de Estado duradera.

La estrategia no es nueva por parte de la derecha: la desinformación se nutre del anonimato en la generación del mensaje y del capital simbólico de la figura que lo difunde. Su único fin es el de crear narrativas paralelas –a través de la apelación a las emociones con la utilización sistemática de la amenaza del terrorismo- y afianzar el pánico colectivo a través de una manipulación consciente de la información falsa presentada como veraz.

Para eso cuenta con asesores colombianos, ecuatorianos, estadounidenses, venezolanos e israelíes, además de los medios hegemónicos para difundir la información falsa,  no solo colombianos sino también latinoamericanos y globales.

El senador Gustavo Petro dejó en claro que Uribe, un siniestro personaje y también su entorno –conformado por la más rancia oligarquía y por los más salvajes grupos paramilitares–recurrieron a tácticas transparentemente fascistas para auparse al poder y crear un sólido consenso social alrededor de sus intereses: desde la satanización y criminalización de cualquier forma de disidencia, hasta la invención de amenazas inexistentes para justificar formas extremas de violencia de Estado.

Ahora se habla de la realidad regional. En las regiones y ciudades intermedias, como Cali, es donde más duro se ha sentido el incendio social, descentralizando la protesta, trayendo a la escena a otros liderazgos sociopolíticos, que ponen en peligro la acumulación de capital conseguido en estos 40 años de genocidio y de despojo millonario de víctimas.

Fuente e imagen: CLAE (estrategia.la)

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OIT: anticiparse a la crisis, los signos de la nueva normalidad

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) alertó sobre la necesidad de que los países pongan en marcha sistemas de seguridad y salud en el trabajo (SST) sólidos y resistentes, a fin de mitigar los riesgos que corren todas las personas en el mundo del trabajo frente a futuras emergencias sanitarias.

El informe Anticiparse a las crisis, prepararse y responder – Invertir hoy en sistemas resilientes de SST ,  publicado en el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, examinan la prevención y la gestión de riesgos relacionados con la pandemia, y se abordan otros riesgos de salud y seguridad asociados a la modificación de las pautas de trabajo, como consecuencia de la adopción de medidas de control del virus.

Según el mismo, es necesario que los países pongan en marcha sistemas de seguridad y salud en el trabajo (SST) sólidos y resistentes, para lo cual será necesario invertir en infraestructuras de estos sistemas e integrarlas en planes generales de preparación y respuesta frente a crisis a escala nacional, con objeto de velar por la seguridad y la salud de los trabajadores y facilitar la continuidad de la actividad empresarial.

«No cabe una demostración más clara de la importancia que reviste contar con un entorno de seguridad y salud en el trabajo sólido y resiliente. La labor de recuperación y prevención requiere la mejora de las políticas y los marcos institucionales y normativos a escala nacional, así como su adecuada integración en los marcos de respuesta frente a la crisis«, señaló Guy Ryder, Director General de la OIT.

Desde que surgió la pandemia de Covid-19, los trabajadores de sectores específicos, en particular los de atención en caso de emergencias, la sanidad y la asistencia social, se han encontrado en una situación particularmente vulnerable frente al riesgo de infección.  Según el informe, 7.000 trabajadores sanitarios han fallecido desde que surgió la crisis, y 136 millones de trabajadores de los servicios sanitario y de asistencia social corren el riesgo de contraer el Covid-19 en el trabajo.

Las presiones y los riesgos que ha afrontado el personal sanitario durante la pandemia también han afectado adversamente a su salud mental: uno de cada cinco trabajadores sanitarios en todo el mundo ha mostrado síntomas de depresión y ansiedad.

Se han producido brotes de Covid-19 en muchos otros sectores, no sólo en el sanitario y el asistencial, especialmente donde los que los trabajadores se encuentran en entornos cerrados o a poca distancia entre sí, así como en situaciones en las que se comparte alojamiento o medios de transporte.

Al analizar los problemas sanitarios relacionados con el enorme aumento del teletrabajo a lo largo de la pandemia, el informe señala que, si bien ha sido primordial para limitar la propagación del virus así como para mantener el empleo y la continuidad de la actividad empresarial y ofrecer a los trabajadores mayor flexibilidad, ha dificultado asimismo la delimitación entre horario laboral y vida personal.

El 65% de las empresas encuestadas por la OIT y la Red de SST del G20 manifestaron que los trabajadores tuvieron dificultades para mantener el ánimo durante el teletrabajo.

Según los resultados del informe, las pequeñas empresas y las microempresas han tenido dificultades con frecuencia para cumplir los requisitos oficiales en materia de SST, habida cuenta de que muchas de ellas carecen de los recursos necesarios para hacer frente a los retos planteados por la pandemia.

Gran parte de los 1.600 millones de trabajadores que desarrollan su labor en la economía informal, en particular en los países en desarrollo, han seguido trabajando pese al confinamiento y las restricciones de desplazamiento e interacción social, entre otras medidas aplicadas.  Debido a ello, han corrido un elevado riesgo de contraer el virus, y la mayoría de ellos carece de protección social fundamental, por ejemplo derecho a baja o a remuneración por enfermedad.

La destrucción y sus consecuencias

Este es el momento de examinar más de cerca esta “nueva normalidad”, y para comenzar la tarea de forjar una normalidad mejor, no tanto para los que ya tienen mucho, sino para las mayorías que tienen demasiado poco.

Esta pandemia ha revelado de la manera más cruel, la extraordinaria precariedad y las injusticias de nuestro mundo laboral. Se trata de la destrucción de los medios de vida de la economía informal –en la que según la OIT, se ganan la vida seis de cada diez trabajadores– la que ha provocado las advertencias del Programa Mundial de Alimentos sobre la pandemia de hambre que se avecina.

Se trata de los agujeros enormes de los sistemas de protección social, incluso de los países más ricos, que han dejado a millones de personas en una situación muy precaria. Se trata de la falta de garantías de seguridad en el trabajo, que cada año condena a casi tres millones de personas a morir debido al trabajo que realizan.

Y se trata de la dinámica incontrolada de la creciente desigualdad que hace que, si bien en términos médicos el virus no discrimina entre sus víctimas, en su impacto social y económico, discrimina brutalmente a los más pobres y vulnerables.

Lo único que debería sorprendernos en todo esto… es que estamos sorprendidos. Antes de la pandemia, la falta de trabajo decente se manifestaba principalmente en episodios individuales de desesperación silenciosa. Ha sido necesaria la irrupción del Covid-19 para sumarlos al cataclismo social colectivo que el mundo afronta hoy. Pero siempre se supo, siempre estuvo presente: sencillamente, optamos por desconocerlo.

En general, las decisiones políticas, por acción u omisión, más que aliviar el problema, lo agravaron. Hace 53 años, en un discurso a los trabajadores sanitarios en huelga, y en vísperas de su asesinato, Martin Luther King recordó al mundo la dignidad inherente a todo trabajo.

En la actualidad, el virus ha vuelto a poner de manifiesto la función siempre esencial, y en ocasiones épica, de aquellos que trabajan en primera lineal  de esta pandemia. Son personas por lo general invisibles, ignoradas, infravaloradas, incluso ninguneadas, que con demasiada frecuencia figuran en la categoría de trabajadores pobres y en situación de inseguridad: los trabajadores de la salud y de los servicios de prestación de cuidados, el de limpieza, las cajeras y cajeros de supermercados, el del transporte.

Hoy, negar la dignidad a estos y a otros tantos millones de personas, es el símbolo del desprecio de la clase política y de nuestras responsabilidades futuras. Pero tendremos ante nosotros la tarea de forjar un futuro del trabajo que resuelva las injusticias que la pandemia ha dejado al descubierto, junto con otros retos permanentes, imposibles de postergar: la transición climática, digital y demográfica.

Esto es lo que define “una normalidad mejor” que ha de ser el legado perdurable de la emergencia sanitaria mundial. La combinación de todos estos retos tienen repercusiones más generales para la justicia y la paz social. Por lo tanto el aumento de la inseguridad y la incertidumbre dan pábulo al aislacionismo y al populismo: por ende al repliegue de las sociedades cohesionadas erosionando la confianza, dando paso al resurgimiento del fascismo.

Fuente: https://rebelion.org/oit-anticiparse-a-la-crisis-los-signos-de-la-nueva-normalidad/

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La asignatura pendiente: un libro para debatir la memoria histórica en el sistema educativo

Por: Tercera Información

Enrique Javier Díez Gutiérrez publica obra con Plaza y Valdés Editores.

“Nuestras sociedades actuales, tal y como nosotros las vivimos y las percibimos, son el resultado de una gran cantidad de fenómenos que ocurrieron en el pasado. No todos estos fenómenos tienen la misma importancia, claro está, pero todos contribuyen a dar forma a las costumbres, normas, leyes y otras instituciones que configuran nuestra realidad cotidiana”. De esta manera inicia Alberto Garzón el prólogo de La asignatura pendiente (Plaza y Valdés Editores) de Enrique Javier Díez Gutiérrez. Se trata, sin dudas, de un libro que abre una nueva vía en la necesaria discusión del sistema educativo.

El pasado y sus consecuencias en el presente se abren paso en esta propuesta editorial. Hoy en día, el resurgimiento y auge del fascismo ha alentado a partidos conservadores y neoliberales a unirse a esos postulados negacionistas y a acusar de «adoctrinamiento» o de «reabrir viejas heridas» a quien pretende recuperar la memoria histórica. Quienes se consideran herederos de la dictadura franquista impulsan denuncias y sospechas contra la escuela pública y sus profesionales. Es el mundo al revés. La memoria histórica democrática sigue siendo una asignatura pendiente en la mayoría de los libros de texto escolares. Nuestro alumnado sabe más del nazismo que del fascismo patrio.

En este siglo XXI, cuando en distintas partes del mundo resurgen voces que extrañan lo peor del pasado, resulta determinante estudiar a fondo la memoria histórica. Pero, ¿se estudia la memoria histórica democrática en los libros de textos escolares? Enrique Javier Díez Gutiérrez logra en La asignatura pendiente compartir situaciones, narrar vivencias, bajo una forma amena y aguda. El lector, en buena medida, se sentirá parte del debate que el autor propone. Díez Gutiérrez comienza el primer capítulo, titulado “La memoria histórica y los libros de texto”, diciendo que “En la propia legislación educativa española se reconoce la importancia del estudio de Historia: es considerada un elemento fundamental de la actividad escolar por su valor formativo… En definitiva, proporciona conocimientos relevantes que ayudan a la comprensión de los fenómenos y procesos históricos del pasado que influyen en la visión colectiva del presente”.Tiene La asignatura pendiente un llamado a dar el cambio que necesitamos como sociedad, desde la educación basada en la discusión de los hechos. Estamos ante un libro honesto que no huye al debate. Abrir sus páginas es asumir un reto que nos convoca a todos. Todos sabemos que hay libros necesarios, este es uno de ellos.

Enrique Javier Díez Gutiérrez.

Profesor de la Facultad de Educación de la Universidad de León. Doctor en Ciencias de la Educación, licenciado en Filosofía y diplomado en Trabajo Social y Educación Social. Ha trabajado también como educador social, maestro de primaria, profesor de secundaria, orientador en institutos y como responsable de atención a la diversidad en la administración. Especialista en organización educativa, desarrolla su labor docente e investigadora en el campo de la educación intercultural, el género y la política educativa. Es también coordinador del Área Federal de Educación de Izquierda Unida a nivel nacional y vicepresidente del Foro por la Memoria de León, que trabaja en la recuperación de la memoria histórica. Entre sus últimas publicaciones se encuentran: La revuelta educativa neocon (Trea, 2019), Neoliberalismo educativo (Octaedro, 2018), La polis secuestrada. Propuestas para una ciudad educadora (Trea, 2018) y La educación que necesitamos, con Alberto Garzón (Akal, 2016).

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/memoria-historica/11/01/2021/la-asignatura-pendiente-un-libro-para-debatir-la-memoria-historica-en-el-sistema-educativo/

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Kurdistán: Guerrilleras de las YJA Star: “Somos la respuesta al patriarcado”

Texto de:  Ruhal Yildiz / Zeryan Rewan


Las guerrilleras de las YJA Star luchan en todos los frentes en el Kurdistán contra el fascismo turco y sus esfuerzos de expansionismo neo-otomano. Al mismo tiempo, son un ejemplo de la autodefensa de las mujeres en la lucha armada e ideológica. En el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el pasado 25 de noviembre, las combatientes de las YJA Star hablaron sobre el movimiento y sus motivaciones con ANF.

YJA Star: “Un ejército de autodefensa para todas las mujeres en el mundo”

Dicle Amed es una de las cientos de guerrilleras de las YJA Star. Habló sobre la importancia de las YJA Star como una organización de autodefensa, y explicó: “Hemos creado nuestro propio ejército y, de esta manera, nuestra propia autodefensa. No se trata solo de un ejército de mujeres kurdas, sino de un ejército de autodefensa para todas las mujeres del mundo. No toleraremos ningún tipo de opresión”.

La guerrillera Amed dijo que la guerra está dirigida sistemáticamente contra las mujeres kurdas, y continuó: “Las mujeres tienen que tomar las calles y convertirlas en terreno de acción. No debe olvidarse que las mujeres son vida, nación, lenguaje, sociedad y cultura. Con los ataques contra las mujeres, se ataca a la sociedad y todos sus valores”.

Conoce al enemigo’

La guerrillera Evîn Efrîn dijo: “Nunca nos inclinaremos ante el sistema fascista. Necesitamos fortalecer nuestra lucha organizada. La lucha armada e ideológica que estamos librando en las montañas en este momento no es sólo para las mujeres kurdas, sino para todas las mujeres de Oriente Medio y del mundo. Las mujeres jóvenes en particular deben estar muy atentas a la guerra especial y desarrollar su autodefensa”.

La victoria se alcanza luchando’

La guerrillera Arzeba agregó: “Partimos como mujeres en las montañas de Kurdistán para encontrarnos con Rêber Apo [Abdullah Öcalan]. Nuestra participación en la lucha por la liberación de las mujeres es la mejor respuesta a la esclavitud de las mujeres. Sin autodefensa, las mujeres no pueden tener una verdadera lucha. Las mujeres necesitan entender su propia fuerza. Hago un llamamiento a todas las mujeres para que participen de una lucha organizada. Alcanzaremos la libertad y la victoria a través de la lucha”.

Fuente e imagen:  ANF

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La democracia despierta en el continente

Por: Dinorah García Romero

Esto ha de aplicarse en la República Dominicana. Ojalá podamos celebrar en la vida cotidiana gestos concretos de resurgimiento de una democracia viva en cada espacio, en cada decisión.

La democracia es un sistema político y social que tiene muchos valores y posibilidades para propiciar el desarrollo ciudadano y de las naciones. Como cualquier sistema, tiene limitaciones propias que no pueden sorprender. Ningún sistema, sea social, político o económico, es perfecto.

El sistema democrático ha estado rezagado y amenazado en América Latina y el Caribe en la última década. Este rezago se evidencia en los múltiples problemas que presenta el sistema democrático en la mayoría de los países de la región. Estas dificultades no la dejan avanzar; la precarizan de tal manera que se vive una democracia recortada; por ello los ataques a la prensa que intenta ser libre y presentarle al pueblo la noticia veraz; la muerte de líderes comunitarios que luchan por la calidad de vida, la integridad de las instituciones y los derechos de sus comunidades como acontece en Colombia y en México; la represión abierta y la violación de  los derechos en Nicaragua; y la emigraciones en masa de pobladores de Centro América, buscando una salida a sus problemas.

A lo anterior se añade la corrupción institucionalizada de Venezuela, República Dominicana, Haití, México y Brasil, que se distancia de los rasgos propios de la democracia, la debilitan y la convierten en un esqueleto que provoca desconfianza y repulsa, por su ineficacia para garantizar un ejercicio ciudadano y un desarrollo integrales. Es una vivencia que viola de manera constante los principios y los valores que constituyen este sistema.

Este ha vivido bajo la amenaza del fascismo; de los altos y bajos del populismo de Bolsonaro y de Donald Trump, dos gobernantes que se han atrincherado en las redes sociales para socavar los cimientos de la democracia, de la paz local y mundial.

Basta con revisar el comportamiento de Bolsonaro con la Amazonía; y de Trump con los inmigrantes, con los musulmanes y afrodescendientes. Las evidencias de un tratamiento antidemocrático y distante de lo humano son palpables y están registradas. Esta manera de liderar constituye una amenaza para la democracia en el ámbito global. Pero la democracia despierta; y esto se expresa en el desplazamiento de uno de los liderazgos más nocivos para la democratización y la dignidad de la Región.

El triunfo de Joe Biden y de Kamala Harris despeja el ambiente de tensión y de inseguridad democrática que se estaba elevando en la zona. Hemos de reconocer que Estados Unidos es un país con amplio poder en el mundo y su incidencia es notable en diversos órdenes de la vida de América Latina y del Caribe; así como en otros contextos de la esfera mundial.

Valoramos significativamente que la democracia de señales de revitalización y desempeñe el rol que le compete en el continente. Esto ha de aplicarse en la República Dominicana. Ojalá podamos celebrar en la vida cotidiana gestos concretos de resurgimiento de una democracia viva en cada espacio, en cada decisión.

Parecen pequeños detalles, pero forman parte de una red que obstaculiza una democracia sana por el impacto en la vida de los ciudadanos y en la institucionalidad. Es necesario que la democracia despierte totalmente y que su credibilidad e incidencia se extienda en la experiencia personal, institucional y social de América Latina y el Caribe.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/la-democracia-despierta-en-el-continente-8881027.html

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La Internacional Fascista En Acción

Por: Atilio Borón


El mismo plan, la misma estrategia, concebida para ser aplicada a escala global. Para neutralizarla, debemos también nosotros actuar en la misma escala, reforzando sin más demoras la articulación internacional de nuestras luchas en contra del fascismo. A continuación, vean estos dos comunicados sobre los ataques de la derecha a periodistas críticos en Argentina y Chile. Vean las similitudes y extraigan ustedes mismos sus conclusiones.

Argentina

POR LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, CONTRA EL AUTORITARISMO y LA MENTIRA CONTUMAZ DE LOS MEDIOS HIPERCONCENTRADOS Y LA JUSTICIA MERCENARIA
Los y las periodistas, comunicador@s, escritor@s, intelectuales y creadores de arte y cultura de la República Argentina abajo firmantes, repudiamos y condenamos las amenazas y ataques mediáticos contra los colegas Miriam Lewin, Roberto Navarro, Ari Lijalad y Franco Mizrahi, y nos pronunciamos absolutamente en contra de las violentas, torpes y antidemocráticas falsas acusaciones en contra de ellos, que son, a la vez, repudiables ataques directos a la libertad de expresión.

La Argentina no merece vivir en estado de zozobra permanente a raiz de las mentiras constantes del sistema comunicacional hiperconcentrado y destituyente.
La Argentina no merece vivir el clima de odio y violencia que promueven los medios antidemocráticos y abusivos.
La Argentina merece y necesita que se respete al gobierno limpiamene elegido por el pueblo.
En estas circunstancias y este momento histórico, Miriam, Roberto, Ari y Miguel somos todas y todos.

Chile, de donde me piden que divulgue lo siguiente:

Estimados y estimadas colegas hoy ha sido amenazada violentamente en su casa nuestra ex presidenta del Tribunal Regional de Ética, Carolina Trejo Vidal. Ella es académica , corresponsal extranjera y periodista en diversos medios de comunicación nacional y comunitarios, de amplia y reconocida carrera profesional. Junto a ella han sido amenazados en sus hogares varios comunicadores sociales. Rogaría difundir y solidarizar. Es una situación de amedrentamiento muy grave que contiene símbolos de la araña de Patria y Libertad. Esto, nos parece un abuso intolerable no solo contra Carolina Trejo, sino que también en contra de quienes ejercen su derecho a informar sobre lo que ocurre en nuestro país. Exigimos una pronta investigación y repudio a estos hechos. Oriana Zorrilla, presidenta Consejo Metropolitano del Colegio de Periodistas de Chile.

Fuente e imagen: https://atilioboron.com.ar/la-internacional-fascista-en-accion/

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Una izquierda brasileña que se resiste a unirse para derrotar al fascismo

Por: Aram Aharonian*

 

En un Brasil jaqueado por el coronavirus, la crisis económica, social y sanitaria, y gobernado por el ultraderechista Jair Bolsonaro y su cohorte de militares y grandes empresarios bendecidos por Washington, el abanico progresista aparece fraccionado de cara a las elecciones municipales del 15 de noviembre, antesala de las presidenciales de 2022.

Las municipales iban a ser en octubre, pero el Congreso aprobó una enmienda constitucional por la pandemia para posponerlas al 15 de noviembre. Para los analistas, los comicios serán una forma de medir hasta dónde llega el declive de una izquierda, que debe enfrentar en sus bastiones tradicionales –como Rio de Janeiro- al discurso social de los poderosos partidos evangélicos, sostén de la ultraderecha.

El escenario político para estas elecciones permanece sombrío y amenazador para las fuerzas progresistas en casi todo Brasil. Una nueva derrota, aun si fuera menor a la de 2016 ocurrida después del golpe parlamentario contra la presidenta Dilma Rousseff, podría ser aún más devastadora para los próximos años.

Pero hay candidatos de sectores progresistas locales que tienen “asegurada” su elección, y no parecen interesados en buscar la unidad en estas instancias municipales.  “No hay unidad en la izquierda. Cada uno va a la suya”, según Carlos Siqueira, presidente del Partido Socialista Brasileño (PSB), sintetizando el  intento frustrado de seis partidos de unificar los discursos en contra de Bolsonaro  en las elecciones municipales. “Tenemos convergencias de pensamientos, pero con relación a la disputa electoral, no conseguimos unirnos”, apuntó Luciana Santos, presidenta del Partido Comunista de Brasil (PCdoB).

El grupo, integrado por los líderes legislativos del Partido de los Trabajadores (PT), del Partido Socialista Brasileño (PSB), del Partido Democrático Laborista (PDT), del Partido Comunista de Brasil (PCdoB), del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y del partido Red de Sostenibilidad (REDE)  estuvo trabajando unido en el Congreso e intensificó las negociaciones para repartirse los mítines en las 92 mayores ciudades de Brasil, ante la posibilidad de ir a una segunda vuelta.

Los motivos que impiden forjar esa alianza contra Bolsonaro son el desinterés del Partido de los Trabajadores de renunciar a su hegemonía en la oposición, las disputas políticas internas en cada municipio y la preocupación de las formaciones más pequeñas por tener una base de apoyo propia para las legislativas de 2022, cuando aumentará el mínimo de votos necesarios para seguir existiendo como partido.  Sólo recibirán financiación pública y publicidad gratuita aquellos que consigan un 2% de los votos válidos a nivel nacional en un tercio de los Estados, con un mínimo del 1% en cada uno, o consigan al menos 11 diputados distribuidos en nueve Estados.

“El gran problema del PT es su cultura hegemónica. Solo piensa en sus candidatos”, señaló Carlos Lupi, presidente del PDT, apuntando directamente a Luiz Inacio Lula da Silva, quien gobernó por dos períodos y que fue preso –sin prueba alguna-  por el lawfare de una justicia más corrupta que la transnacional Oderbrecht con el solo fin de impedirle participar en las elecciones y dejar el camino libre al neofascista Jair Bolsonaro. Claro, antes se produjo el golpe parlamentario contra Dilma Rousseff.

Informe preelectoral: elecciones municipales en Brasil — CELAGEn su reciente mensaje a los brasileños. Lula los llamó a encolumnarse detrás: “Sé, ya sabes, que podemos, nuevamente, hacer de Brasil el país de nuestros sueños. Y decir, desde el fondo de mi corazón: estoy aquí. Reconstruyamos Brasil juntos. Aún nos queda un largo camino por recorrer juntos. Manténte firme, porque juntos somos fuertes. Viviremos y ganaremos».

El exgobernador de Paraná, Roberto Requiao fue más allá y, propuso retomar algunos temas esenciales como la nacionalidad y la soberanía, y manifestarse contra la privatización y entrega de las empresas estratégicas, la recolocación del Banco Central al servicio del desarrollo del país y no de la especulación financiera y, sobre todo, la propuesta de un plan de acción mínimo que una a todos los brasileños.

Requião exigió un plan que incluya un referendo revocatorio de todas las medidas antinacionales, antipopulares y antidemocráticas aprobadas desde el golpe de 2016, medidas de emergencia para la creación a corto plazo de millones de empleos, salarios y pensiones dignas, recuperación de los presupuestos para la salud, educación, vivienda popular, saneamiento básico e infraestructura, y una política en defensa de la Amazonia.

El 22 de septiembre, Lula atacó el discurso de Bolsonaro en Naciones Unidas, lanzando un proyecto de reconstrucción del Brasil, en especial en lo referente a la educación, la salud, las relaciones internacionales, comercio exterior, industria y empleo, y cultura.  Pero el PT ha decidido que necesita tener el mayor número posible de candidatos para poder defenderse. “El PT necesita tener voz. Hablar de su legado, de las experiencias que ya ha tenido en las administraciones municipales, para defenderse de los ataques”, afirmó la presidenta del partido Gleisi Hoffmann. “Desde 2013, las fuerzas de derecha han intentado anular al PT. En un frente, es más difícil hacer una defensa individual”, agregó.

“No pueden querer que el PT renuncie a esa grandeza que le dio el pueblo a cambio de nada. O tiene un candidato más grande que el PT o no tiene ninguna posibilidad”, dijo, por su parte, el expresidente Lula. En estas elecciones, el PT presentará candidatos en 1.531 de los 5.570 municipios de Brasil que, juntos, representan el 60% de la población. En 2016, las últimas municipales, el PT presentó 993 candidatos.

Los analistas de la izquierda se preguntan si queda tiempo para impedir un nuevo desastre en estos comicios. Forum 21 señala que la sociedad brasileña está siendo empujada a un ciclo de violencia política, que la truculencia en el poder anuncia e incentiva. El empeño liberal de la centroderecha en exagerar moderación en el caos y en la represión, apenas robustece ese riego con una tónica de complicidad, añade.

Aún hoy, el líder más fuerte del progresismo sigue siendo Lula y aunque tenga una imagen negativa alta, no habrá un gran acuerdo sin su aval ni su colaboración. Pareciera que separar a las izquierdas del lulismo es misión imposible. Por eso mismo, parece difícil la constitución de un frente electoral de izquierda en las municipales aunque quizá se logren acuerdos para la segunda vuelta (hay ballotage en los comicios para los alcaldes).

Obviamente, la fragmentación de la izquierda fortalece el proyecto autocrático y neofascista que se viene implantando en Brasil. Revertir la ruta neoliberal y neofascista y repolitizar la agenda del desarrollo económico-social, secuestrada integralmente por la “razón del mercado”, requiere que las ideas progresistas demuestren pertenecer al mundo real a través de la acción, alertó Forum 21.

Cambia, todo cambia. 

KELP.cl | Portal en español sobre graffiti meets design™ desde 2004Los vientos progresistas en Brasil se han convertido en brisas dispersas. Quedaron lejanas las victorias de cuatro elecciones presidenciales consecutivas, de triunfos en gobiernos de las ciudades más importantes como Rio de Janeiro, Sao Paulo o Belo Horizonte.   Lo cierto es que la mayoría de las izquierdas, incluídas las fuerzas  más influyentes, viene subestimando a Bolsonaro desde 2017, pero no se han animado a hacer una autocrítica de la gestión de 13 años de gobierno, partiendo de la desmovilización de los movimientos sociales y la cooptación de sus dirigentes para cargos públicos, abandonando la calle a manos de la derecha.

Aquel poder político del abanico progresista, -desde el centro, pasando por el partido de los Trabajadores hasta las organizaciones más radicales- parece haber quedado en el pasado. Hoy la izquierda –o mejor dicho el progresismo, que no es lo mismo ni es igual- está en la oposición no sólo a nivel federal sino también en los gobiernos de los principales estados y ciudades.

La combinación de varios factores, como la cuestión ética que acompañó el derrumbe del Partido de los Trabajadores (PT) -que gobernó sucesivamente con Luiz Inacio Lula da Silva y Dilma Rousseff por cuatro períodos- un sistema electoral centrífugo y un gobierno federal que potencia a los gobernadores, dejan poco margen para un progresismo que está lejos de los principales cargos ejecutivos.

Una de las razones es la nueva ley electoral aprobada en 2017, que impide la formación de coaliciones electorales en elecciones para cargos legislativos municipales, estatales y federales. Esto ha dificultado la coordinación entre los grupos: cada uno quiere imponer su candidato. Es difícil entender la falta de coordinación en un momento en que la Presidencia está ejercida por un político de extrema derecha”, señala el doctor en Ciencia Política y profesor de la Fundación Getulio Vargas, Octavio Amorim Neto.

Otra razón para el fraccionamiento es la disputa por la hegemonía, en un momento en que el PT está en declive, lo que ha acelerado la competencia entre éste y las otras dos grandes fuerzas progresistas: el Partido Democrático Trabalhista (PDT) y el Partido Socialista Brasileiro (PSB).  Hay que añadir la mala relación entre Lula y el líder del PDT, Ciro Gomes (quizá el referente más nítido), desde que el primero rechazó apoyar la candidatura presidencial del segundo. Gomes, exministro, exdiputado y exgobernador de Ceará, dirige un partido personalista, donde todo el poder recae en él y en su hermano.Elecciones brasileñas: Ciro Gomes, férreo opositor a privatizaciones - BNamericas

El otro referente en ascenso de la izquierda es el senador Randolfe Rodrigues (del despoblado estado Amapá) , de la ambientalista Red Sustentabilidade, con escasa proyección nacional y poca estructura fuera de su región.

Los analistas llaman la atención  sobre el futuro de la izquierda en el Partido Socialismo e Liberdade (PSoL), que viene recogiendo a muchos desencantados del PT. Allí surge el liderazgo de Flavio Dino, gobernador de Maranhão y miembro histórico del Partido Comunista. Dino, exjuez que logró echar a la familia Sarney del poder de su estado, insiste en la construcción de una gran coalición de izquierdas.

La pérdida de la calle

Los medios hegemónicos se abstienen de difundir la información de los grupos progresistas: los invisibilizan. Y es que durante tantos años de gobiernos del PT poco se avanzó en la democratización de la comunicación. La izquierda teme hablar de democracia participativa y busca eslogans que puedan calar publicitariamente en la población.

Pero tampoco es que éstos hayan presentado programas y propuestas que tengan que ver con la vida cotidiana y el futuro de los ciudadanos, como trabajo, educación, salud, vivienda, saneamiento, acceso al agua, apoyo a las minorías, defensa del medio ambiente –la Amazonia y el pantanal, incluídos-, presupuesto participativo, formación de concejos de ciudadanía, entre otras temas.

La crisis social es inmensa. La parte de la población económicamente activa con contratos de trabajo se limita a menos de la mitad: poco más de treinta millones en el sector privado y doce millones en la administración pública. Otros cuarenta millones no podrían ni siquiera sobrevivir sin el apoyo del Estado.

La resolución del Directorio del PSOL sobre las elecciones abre un camino peligroso - Izquierda Web

Quizá, el análisis del liderazgo progresista fue que la combinación de una calamidad humanitaria y una crisis económica dejaría debilitado al gobierno bolsonarista. Con unos 145 mil muertos por el covid-19, decenas de millones de desempleados, una grave crisis social y, por lo tanto, una oportunidad, pensaron. Este pronóstico se confirmó durante los primeros cuatro meses. Pero en el último mes, la situación ha cambiado, y Bolsonaro se ha recuperado.

El desafío es averiguar porqué la mayoría de la clase trabajadora organizada, ancla social del PT desde los años 1980, no se movilizó para defender el gobierno de Dilma Rousseff. Como resultado, la izquierda moderada abrazó la táctica quietista de apostar para derrotar a Bolsonaro en las elecciones de 2022, calculando que se acumularía un desgaste inevitable, señala Valerio Arcary, miembro de la Coordinación Nacional de Resistencia, tendencia del PSOL.

La simple respuesta de la izquierda radical es que Bolsonaro fue, esencialmente, un accidente electoral: las fuerzas de la clase trabajadora estarían intactas, y el derrocamiento de Bolsonaro está aún por construirse, porque falta la disposición de las direcciones más influyentes. Lo preocupante son las dificultades para aceptar que se enfrentan a una fuerza política neofascista de base social.

Con la pandemia, las posiciones de Bolsonaro convirtieron la crisis sanitaria en una crisis política al despreciar la gravedad de la pandemia, mientras aprovechaba para incorporar al gobierno a miles de oficiales de las Fuerzas Armadas; forzar la renuncia del ministro de Justicia Sergio Moro (eventual competidor como candidato presidencial), y favorecer las movilizaciones que propugnaban un autogolpe.

La pandemia también significó la imposibilidad de la izquierda de contar con movilizaciones masivas en las calles mientras se producía la naturalización de la pandemia, especialmente entre los partidarios de Bolsonaro, al menos a un tercio de la población (más hombres que las mujeres, más mayores que jóvenes, más entre los menos educados que los más educados), y más en el sur que en el noreste.

La banalización de la pandemia, manejada por los medios hegemónicos de comunicación, refleja la tendencia a quitarle a los gobiernos la responsabilidad de la calamidad sanitaria, a la par de una presión para reactivar la actividad económica, mucho más intensa entre los propietarios de pequeñas empresas y los trabajadores informales y una fatiga por la cuarentena después de seis meses y ansiedad por volver a una rutina de vida normal.

Éste no es un ensayo

Hay quienes entiendan que el PT insistirá en la polarización contra los bolsonaristas como un ensayo para las elecciones generales de 2022. Para el politólogo Leandro Consentino, “al PT la polarización le va muy bien. Bolsonaro y el PT son mejores amigos cuando se trata de mantener el statu quo”, mientras que Valdir Pucci, de la Universidad de Brasilia, señala que “tanto el PT como Bolsonaro ven en el otro el enemigo capaz de aglutinar a sus huestes”.

Hay otros, como Pedro Ivo Batista, portavoz  de la Red de Sostenibilidad, que sostienen que lo ideal sería que los partidos progresistas se unieran ya en la primera vuelta. “Brasil nunca ha tenido un gobierno neofascista como éste. Lo ideal sería unirse más para evitar este peligro de fuerzas totalitarias”.

Polarização com Bolsonaro explica alta rejeição de Marina, diz porta-voz da RedeQuien no está de acuerdo con la tesis de que este año será un ensayo del 2022, es el presidente del PSOL, Juliano Medeiros, quien prefiere verlo como un termómetro. “El fortalecimiento de la oposición y el debilitamiento electoral del bolsonarismo, por ejemplo, no garantizan la derrota de la extrema derecha en 2022, pero indican un escenario más favorable para las fuerzas populares”, analiza.

Los indígenas

El avance de las invasiones a tierras indígenas, la deforestación, el acoso a organismos públicos como la Fundación Nacional Indígena (Funai) por parte de ruralistas como el secretario de Tierras Nabhan García y la pandemia del covid-19 que los sigue diezmando, son algunos de los escenarios que preocupan a los pueblos originarios .

En un contexto de amenazas y muchas veces desligados y olvidados por el progresismo, los candidatos indígenas comenzaron a movilizarse en todo el país para las elecciones municipales. este año.

La Articulación de Pueblos Indígenas de Brasil (Apib) reunió virtualmente a cientos de precandidatos indígenas y presentó una plataforma de apoyo a las postulaciones, coordinada por Mídia Ninja. El objetivo es reunir a candidatos indígenas de todos los sectores progresistas y apoyarlos con cursos de capacitación en política, herramientas de comunicación y otras estrategias para ayudar a construir campañas democráticas y diversas.

Los pueblos indígenas de Brasil encabezan la protesta mundial del “Enero Rojo” - Survival InternationalEn las elecciones municipales de 2016, el número de candidatos indígenas correspondió al 0,35% del total, según el balance del Tribunal Superior Electoral . De los 496,900 candidatos para las elecciones de ese año, solo 1,700 eran indígenas. Con la preparación de las precandidaturas, Apib espera que este número de candidatos a concejales, alcaldes y vicealcaldes sea mucho mayor en las elecciones municipales de 2020.

 De cara al 2022

La expectativa de los representantes de la izquierda es que la frustrada unificación en la primera vuelta ocurra en la segunda etapa de las elecciones. Queda por ver quiénes quedarán cuando llegue ese momento.

De cara a 2022, podría haber una coalición electoral en caso que el PT perciba que corre riesgo de no llegar a la segunda vuelta, como lo ha hecho siempre desde 1989, y que Bolsonaro tenga gran posibilidad de ser reelegido.

Quizá el PT apoye a un candidato de otro partido, para – incluso perdiendo la elección – seguir siendo un actor relevante de la política. Pero para eso el PT deberá renovarse y sustituir a Lula (que ya tiene 74 años) por alguien más joven y moderno.

*Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la) y susrysurtv.

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