Page 3 of 5
1 2 3 4 5

Declaración de la sociedad bolivariana de Guinea Ecuatorial sobre el golpe de estado en Bolivia

África/Guinea Ecuatorial/17-11-2019/Autor(a) y Fuente: Sociedad Bolivariana de Guinea Ecuatorial

Por: Sociedad Bolivariana de Guinea Ecuatorial

La Sociedad Bolivariana de Guinea Ecuatorial, ha seguido con detenimiento el golpe de Estado perpetrado contra el Gobierno Constitucional del Estado Plurinacional de Bolivia, liderado por su Líder Indígena el Presidente Evo Morales, y advierte sobre la gravedad de lo ocurrido, donde se han cometidos delitos de lesa humanidad. Es por ello que en nuestro compromiso con las causas de los oprimidos del mundo, queremos hacer público un análisis de los acontecimientos y develar el carácter autoritario, fascista, racista y dictatorial, que nos lleva a las peores épocas de las dictaduras en América Latina, así como los Holocaustos y Genocidios cometidos en la historia de la humanidad.

En nombre de la Libertad, la Democracia y la Defensa de los Derechos Humanos, han perpetrado un golpe de Estado, con Biblia en mano, en nombre de dios, han torturado, asesinado, reprimido y eliminado los principales derechos de la sociedad boliviana que se ha manifestado pacíficamente para exigir que se retome el hilo constitucional y la paz en Bolivia.

El Presidente Evo Morales, asumió las exigencias de los sectores de la Extrema Derecha, convocando a conformar un nuevo Tribunal Supremo Electoral y nuevas elecciones, luego que estos sectores fascistas habían vejado mujeres, amenazado familias de líderes políticos y sociales, así como miembros del Gobierno, quemando sus viviendas y exponiéndolos a la humillación pública, tal como hicieron con Patricia Arce, alcaldesa de Pinto, ante el silencio cómplice de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la Oficina de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas. ¿Será que la defensa por la equidad de género tan enarbolada por estos organismos internacionales no son otra cosa más que una fachada para la obtención de recursos que mantengan una burocracia internacional indolente ante tales atropellos?, el silencio devela sus principales intenciones, puesto que, cuando se trata de gobiernos que defienden los intereses del pueblo, como Venezuela o Nicaragua, tienen la osadía de advertir con anterioridad hechos que no han ocurrido con una velocidad impresionante.

Para hacer un llamado a la pacificación del país, el Presidente Evo Morales, presentó su renuncia a la Presidencia, a cambio de retomar la tranquilidad y convocar a la convivencia democrática, luego de la sugerencia del Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas para que dejara su cargo, con lo que se evidencia el carácter militar del golpe de Estado. El resultado, ha sido un llamado a la persecución política, que devela las verdaderas intenciones de la extrema derecha boliviana, con aniquilar el movimiento progresista que le había devuelto la esperanza y había sacado de la miseria al pueblo boliviano, especialmente en los sectores indígenas y la clase trabajadora.

La Constitución de Bolivia es muy clara, una vez presentada la renuncia por parte del Presidente de la República, la misma debe ser analizada por la Asamblea Plurinacional y decidir si la misma es aceptada o rechazada, y aunque el MAS, fuerza política que lidera Evo Morales ocupa dos tercios de la Cámara de Diputados y la Cámara del Senado, la oposición mediante el uso de la violencia y la intimidación, con una pírrica minoría en el órgano legislativo autoproclamó a Jeanine Añez como Presidenta de Facto, desconociendo así toda legitimidad y orden democrático del pueblo Boliviano, avalado por las Fuerzas Armadas, quienes son los que finalmente le han colocado la banda presidencial, un detalle que poco puede pasar desapercibido. Denunciamos en consecuencia la inconstitucionalidad de la Sra. Jeanine Añez como Presidenta de Bolivia, y solicitamos a los organismos internacionales de las Naciones Unidas, exigir el retorno al orden democrático y constitucional en ese país. Se trata de un golpe al parlamento y a las instituciones también.

Consideramos que vale la pena preguntarse ¿cuáles son las causas que originaron esta ruptura del hilo constitucional? ¿cuáles son los intereses ocultos detrás del golpe de Estado?, ¿quiénes han sido los principales conspiradores para el derrocamiento violento del Gobierno del Presidente Evo Morales?, estas respuestas seguramente ayudarán a comprender por qué se ha desarrollado este ataque sistemático, grotesco y violento por parte de los golpistas en Bolivia.

En principio es necesario considerar que estamos frente a un conflicto de los sectores más poderosos de la oligarquía contra la clase indígena boliviana, quienes a lo largo de la historia habían sido execrados, excluidos y empobrecidos por las clases dominantes. Ante la llegada de Evo Morales, primer Presidente Indígena, que le da carácter Plurinacional al Estado, rompe con el concepto de distribución de la riqueza, anteriormente concentrada en una sola élite. Además, Evo Morales fue exitoso en su gestión al contrastar los indicadores de reducción de la pobreza y la desigualdad, a la par que mejoraba los ingresos de la población y mantuvo un crecimiento económico sostenido, aún en períodos de bajos precios de los hidrocarburos y crisis económicas mundiales. Por esta razón, denunciamos que el Golpe de Estado que se consuma en Bolivia, atenta contra las conquistas sociales alcanzada por el pueblo.

Bolivia significa geopolíticamente para el capital monopólico trasnacional, la joya de la corona, sus reservas de Litio, son parte principal del motor de la Cuarta Revolución Industrial, y el Gobierno de los Estados Unidos, no está dispuesto a perder control sobre este mineral; ya han perdido una batalla con China en el 5G, así que ahora van por los recursos materiales. Tal como se ha comprobado días recientes con audios, reuniones públicas y secretas del Gobierno norteamericano con líderes y dirigentes de la extrema derecha y miembros de las Fuerzas Armadas en este país suramericano. Es por ello, que denunciamos la injerencia extranjera por parte de los Estados Unidos, en el Golpe de Estado perpetrado en Bolivia. Algún día tendrán que responder por los muertos, por la violencia generada y la masacre que se enfila contra nuestros hermanos bolivianos.

Debemos también destacar el triste papel de la Organización de Estados Americanos (OEA), y su Secretario General Luis Almagro, quien ha actuado como operador político del Gobierno Norteamericano, ha manipulado un informe sobre la auditoría electoral en Bolivia, que no concluye evidencias sobre un fraude, y que además ha sido fuertemente contrariado por otros informes de importantes agencias internacionales como la Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) y el Center For Economic And Policy Research (CEPR). El Secretario General ha dejado descaradamente su imparcialidad y ha rechazado la existencia de un golpe de Estado, ha sido cómplice de las masacres que se viven actualmente y ha reconocido un Gobierno de Facto, un precedente más que seguirá cavando la tumba de esta organización, que se ha manchado una vez más con sangre sus manos. Denunciamos el papel golpista de la OEA en Bolivia y por ser parte de la violación sistemática de los Derechos Humanos.

El movimiento golpista en Bolivia, es en toda su dimensión fascista:

  • Es fascista porque se ha instalado un Gobierno de Facto en Bolivia, con la bendición de la iglesia y el respaldo de las fuerzas opresoras y militares, que reprimen, torturan y asesinan al pueblo.
  • Es Fascista porque la autoproclamada Presidenta de Facto, emitió un decreto que le da licencia para matar a las autoridades policiales y militares.
  • Es Fascista porque ha asesinado a balazos a 24 personas, a quienes reclaman pacíficamente el retorno a la democracia, 542 heridos y más de 624 detenidos, todas estas muertes documentadas mediante una cantidad innumerable de registros audiovisuales que lo demuestran.
  • Es Fascista porque ha mostrado públicamente como torturan y amenazan a los indígenas y a las clases más humildes. Las autoridades policiales y militares se han atrevido a proliferar consignas como “los vamos a acribillar perros”, a los manifestantes, tal como lo muestran las imágenes en los videos de las redes sociales, a la par que lanzan disparos con armas letales.
  • Es Fascista porque en contravía a lo estipulado por la legislación internacional, ha usado armas de fuego letales contra manifestantes, las cuales se encuentran debidamente documentadas.
  • Es Fascista porque censura, amenaza y agrede la prensa, tal como hemos visto el uso de gases lacrimógenos y gas pimienta directamente a la cara de periodistas, o mediante las amenazas públicas emitidas por la Ministra de Comunicación de Facto quien amenazó a los periodistas acusándolos de sedición.
  • Es Fascista porque persigue, tortura, quema y amenaza sin contemplación a quienes piensan diferente y denuncian el golpe de Estado. Tal como lo ha hecho públicamente el Ministro de Gobierno de Facto, quién ha dicho que “irán a la cacería” de los dirigentes sociales y políticos que se oponen al golpe. Mientras se escriben estas líneas el mismo personaje ha anunciado un “aparato especial de la fiscalía” para detener a los diputados del MAS.
  • Es Fascista porque en contravía de lo que dicta la normativa internacional, amenazó al personal diplomático venezolano y atacó su sede. Así mismo, inició una persecución sin precedentes contra los médicos cubanos que sólo habían llevado salud al pueblo boliviano.
  • Es Fascista porque han creado estructuras paramilitares para masacrar al pueblo boliviano, tal como se ha mostrado en videos actuando junto a fuerzas policiales y militares. Incluso se ha podido observar extranjeros con armas al lado de líderes políticos de la extrema derecha.

La Asamblea de Derechos Humanos, repleta de blancos que nada tienen que ver con la comunidad indígena, se ha pronunciado, y ha dicho que hay darle tiempo a las instituciones para que reacciones porque todo toma su tiempo. ¡Vaya cinismo!, es el mismo silencio cómplice de Michelle Bachelet, del Consejo de Derechos Humanos, y la tibia por decir casi nula declaración de la CIDH.

Denunciamos la doble moral de estos llamados “defensores de derechos humanos”, que, con hipocresía, arremeten en contra de algunos países, pero que pasan desapercibida la fuerte represión en otros como Chile, donde el aparato del Estado ha asesinado, torturado y herido, la invisbilización del conflicto en Haití, o el asesinato mediante bombardeos del Estado Colombiano que ha causado la muerte de niños y niñas, y ahora le sumamos la masacre de nuestros pueblos indígenas en Bolivia.

Jomo Kenyatta, líder independentista y padre fundador de Kenia, nos decía “Cuando llegaron los blancos, nosotros teníamos las tierras y ellos trajeron la Biblia, nos enseñaron a rezar con los ojos cerrados, cuando abrimos los ojos ellos tenían las tierras y nosotros la biblia”. Parece que la ola fascista y asesina que se desata en Bolivia contra nuestros hermanos de los pueblos originarios pretenden concretar la obra inconclusa de los conquistadores para terminar de exterminarlos. Dijeron que la Biblia entró de nuevo al Palacio de Gobierno, lo que no dijeron es que en la otra mano tenían la pistola, ya el gobierno absolvió de responsabilidad a los asesinos, no nos extrañaría que la iglesia los eximiera por decreto de sus pecados. En esta oportunidad no les han pedido cerrar sus ojos, se los han cerrado con las balas. Denunciamos el carácter racista del Gobierno ilegítimo, golpista, dictatorial y fascista de Bolivia por atentar con nuestras etnias ancestrales, y denunciamos el carácter clasista del mismo por atentar contra la vida de nuestros compañeros de clase; el proletariado.

Le exigimos a la comunidad internacional, que se pronuncie y abogue porque se restituya el Estado de derecho, la democracia, el orden constitucional, y sean condenados estos hechos como lo que son; crímenes de lesa humanidad, y sus responsables sean juzgados con todo el peso de la ley. A los militares a los que el Gobierno del Presidente Evo Morales les devolvió su integridad y que hizo la inversión más grande de su historia para dignificarlos, les exigimos que dejen de asesinar a nuestros hermanos y permitan restituir la democracia.

Pese a todo esto, el pueblo boliviano sigue en la calle, en defensa de su libertad, en defensa de su democracia, en defensa de las conquistas sociales alcanzadas, en defensa de su Estado Plurinacional, que hoy pretende ser humillado y execrado al olvido con la quema de la hermosa bandera Wiphala. Fuerza hermanos que los pueblos del mundo están con ustedes.

A la Bolivia Combativa, la Hija Predilecta del Libertador Simón Bolívar, les decimos no desmayen, la victoria les pertenece.

Descarga: Declaracion SBGE – Golpe de Estado Bolivia – Analisis

Fuente e Imagen: Sociedad Bolivariana de Guinea Ecuatorial

Comparte este contenido:

Los ponchos rojos bolivianos

Por: Enrique Dussel
El 10 de noviembre de 2019 vi en mi celular, leyendo redes sociales, la presencia centenaria de Ponchos Rojos que corrían armados por las calles de El Alto (región del antiplano boliviano desde que se desciende a la capital, La Paz), que se desplazaban velozmente cantando en formación de guerra. Recordé entonces hechos del pasado, de 1995, que me trasladaron a esa región montañosa del llamado Alto Perú.

En 1995 dicté durante una semana un curso en el aula magna de la antigua, pública y centenaria Universidad de San Andrés, ante unos 700 entusiastas estudiantes sobre las Cuatro redacciones de El capital, de Karl Marx. Al tercer día de las conferencias, el rector y el Consejo Universitario me otorgaron el doctorado honoris causa de la Universidad.

Además, los estudiantes me informaron que estaba encarcelado un joven revolucionario, pareja de una compañera mexicana, que fui a visitar por solidaridad. Años después el encarcelado me agradecía en un acto público mi acto de solidaridad, y el tal joven revolucionario, sin saberlo yo, era nada menos que el vicepresidente Álvaro García Linera, gran intelectual y político.

Pero en tercer lugar, gracias al doctor Juan José Bautista, colega boliviano, me invitaron a dar unas exposiciones sobre Política de la Liberación a un grupo de indígenas aymaras en El Alto de La Paz. Recuerdo la acogida y el diálogo con aquellos aguerridos compañeros. Al final de los actos, y ante lo inesperado de la oferta, me indicaron que habían decidido invitarme, atendiendo al contenido de mis exposiciones, a ser parte de la comunidad de los Ponchos Rojos. En ese momento advertí que todos tenían puestos dichos ponchos, prenda propia de los Andes de milenaria costumbre con que los pueblos originarios y los gauchos se defienden del frío. Fui entonces investido de esa alta dignidad. Fue para mí un gran honor, y recuerdo que expresé: Este poncho es más importante que un doctorado en Harvard (y lo repito aun hoy pensando que en octubre de 2019 recibí en el aula máxima de Harvard el ser miembro de la American Academy of Arts and Sciences fundada en 1780).

Lo cierto que estos Ponchos Rojos se han puesto en movimiento. Este es uno de los primeros signos de un levantamiento del pueblo boliviano ante la violencia minoritaria que intenta tapar el sol con un dedo, violentamente racista, y evangélicos fundamentalistas (como lo eran los católicos de derecha en Chile con A. Pinochet) que blanden crucifijos (como hemos visto en la primera plana de La Jornada del 11 de noviembre) ante miembros de los pueblos originarios. Esa escena nos recuerda la obra de Franz Hinkelammert, Las armas ideológicas de la muerte, cuyo tema es el uso de una ideología, en este último católica de derecha en Chile, con la que se masacró al pueblo chileno. ¿Cómo puede enarbolarse la biblia o el crucifijo para derramar la sangre de los pueblos originarios, gritando: Sacaremos de los lugares públicos a la Pacha Mama y la remplazaremos por la Biblia? Ahora son fundamentalistas proestadunidenses, antes fueron fundamentalistas católicos eurocéntricos. Ambos han deformado e invertido el cristianismo de los primeros siglos, de un mesías que declaraba bienaventurados los pobres, y que fue juzgado por el imperio del momento (el romano) como opuesto a la ley levantando al pueblo contra el orden, por lo que valía como castigo el suplicio de la cruz (la silla eléctrica de aquel tiempo). La Cruz (que empuña el policía de la foto de La Jornada) es el signo de la muerte de aquel maestro (rabí) que se jugó por los pobres ante la opresión romana. En la cruz está crucificado el pueblo pobre boliviano que el liderazgo de gobiernos como el de Evo Morales ha mejorado sus condiciones de vida, es decir, no son ya tan pobres como antes. Pero la derecha (que invierte el sentido del cristianismo) toma a ese mesías (Cristós) que fue crucificado por el Imperio por movilizar a los pobres, como arma para matar a los pobres, la víctimas, los aymara, las cholas (mujeres) humillándolas machistamente. Empieza así a caminar el cristianismo con la cabeza, invirtiendo la sabiduría de los pueblos en nombre de una ideología fascista de derecha, y de un cristianismo fundamentalista en América Latina (como hay igualmente fundamentalismos islámicos o judíos).

Una teoría de la liberación latinoamericana invierte la inversión y pone de pie al compromiso en primer lugar en favor de los pobres. Pero es considerada subversiva en Bolivia.

No puedo sino alegrarme que mis compañeros Ponchos Rojos se han puesto en acción, como vanguardia del despertar del milenario pueblo aymara, quechua y amazónico boliviano; habrá que seguir los acontecimientos con cuidado, ya que a finales del siglo XX movieron desde sus raíces a la historia y pareciera que volverán a hacerlo ante minorías racistas, machistas, formados por escuelas norteamericanas (tanto religiosas como militares) que dan la espalda al sufrimiento del pueblo y están decididas a volver a dominarlo.

Y, mientras tanto, Evo Morales es acogido por la voluntad generosa y valiente del pueblo mexicano que está comenzado a ejercer un nuevo liderazgo entre las naciones latinoamericanas en vista de su Segunda Emancipación, a la que se encamina la Cuarta Transformación, ahora no ya de España o Portugal, sino de Estados Unidos, como nos sugirieron José Martí y José Carlos Mariátegui.

(1) Fui investido de Poncho Rojo en La Paz, Bolivia, en 1995.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2019/11/15/opinion/018a1pol

Imagen: Eduardo Silva en Pixabay

Comparte este contenido:

Entrevista con Mario Rodríguez: ¿Viene la biblia a desplazar la Pachamama?

Por: Miriam Lang*

Una lectura diferenciada del resurgimiento de la extrema derecha en Bolivia, de las responsabilidades del gobierno y de las opciones que tienen las fuerzas transformadoras

Entrevista con Mario Rodríguez, El Alto

Mario Rodríguez vive en El Alto, Bolivia, donde forma parte del equipo de Wayna Tambo y de su estación de radio comunitaria. Es integrante de la Red de la Diversidad, de la red latinoamericana de Cultura Viva Comunitaria y del Grupo de Trabajo Permanente sobre Alternativas al Desarrollo.

Mario, hay dos interpretaciones principales que circulan acerca de los sucesos recientes en Bolivia: La una, que también es la oficial de Evo Morales y Álvaro García Linera, afirma que se trata de un golpe cívico-policial. La otra habla de una fiesta de la democracia, que logró triunfar sobre el fraude electoral. ¿Qué comentarios te provocan estas interpretaciones?

Para entender lo que está pasando es importante remontar al referendo del 21 de febrero de 2016 sobre la posibilidad de Evo de postularse una vez más como candidato a presidente en estas elecciones de ahora, en la que una mayoría del electorado le dijo que no, que debería ser el pasado su último mandato. Luego el gobierno activó una serie de mecanismos legales bastante turbios para asegurar su candidatura a pesar de este resultado del referendo, lo que desató en los últimos años una batalla en torno a la legalidad de esta candidatura.

El otro elemento es que a pesar de que nadie cuestiona que Evo Morales obtuvo una mayoría relativa en estas elecciones de octubre, hubo demasiados indicios de manipulación del voto para obtener la diferencia de más del 10% que se requiere en Bolivia para evitar una segunda vuelta, que el gobierno temía perder.

¿Puede ser que ya en 2016 haya habido manipulación del voto?

No se puede descartar del todo esta posibilidad, pero en este entonces el Tribunal Supremo Electoral tenía mucha más independencia, había personas que defendieron mucho eso y que han renunciado a sus puestos desde entonces.

Entonces, estos fueron los dos detonadores principales de un movimiento social en resistencia a la reelección de Evo, que involucró a amplios sectores de la población, con una predominancia de las clases medias en las grandes ciudades del país. Una parte de esta movilización era gente indignada que salió espontáneamente en defensa del voto y contra este aferramiento del gobierno al poder. Pero al mismo tiempo presenciamos otra dinámica, que actuó muy organizadamente en este escenario: la derecha organizada se montó sobre este movimiento espontáneo con una estrategia planificada, y en eso muy posiblemente hubo también asesorías externas, por ejemplo, del gobierno de Estados Unidos.

 Desde estos espacios ya se incitaba a no aceptar ninguna victoria de Evo Morales en las elecciones por venir. Se hablaba de que vivimos en dictadura y que las elecciones son convocadas por el dictador.

Luego, después de las elecciones primero la voz más visible era del candidato opositor Carlos Mesa, que obtuvo entre 36 y 37% de los votos, pidiendo una segunda vuelta. Al cabo de una semana cambio este liderazgo, aparece la figura del presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, y se comenzó a pedir anulación de toda la elección y nuevas elecciones sin la participación de Evo Morales. Las demandas se fueron radicalizando, luego ya se pidió la renuncia, y ahora detención y encarcelamiento del presidente, vicepresidente y todo su gabinete.

¿Nos puedes contar un poco más quién es Luis Fernando Camacho, por favor?

Luis Fernando Camacho viene de una familia de empresarios de Santa Cruz, no el más grande pero importante, con actividades financieras y agrarias. Ha sido líder de la Unión Juvenil Cruceñista, una agrupación que destacó por acciones violentas en el conflicto de la Media Luna de 2008/2009, cuando las provincias de tierras bajas planteaban separarse de Bolivia. En este entonces, era evidente que la UJC era de extrema derecha y tenía raíces en el fascismo, por ejemplo usaban mucho el símbolo de la svástica nazi y había actuaciones conjuntas con la Falange Socialista Boliviana. Sin embargo, posteriormente llegaron a acuerdos con el gobierno de Evo Morales, al igual que los sectores empresariales de Santa Cruz, y hubo un pacto temporal que ahora se volvió a romper. Se dice que Luis Fernando Camacho está ligado a una iglesia evangélica muy derechosa que se instaló aquí hace unos tres años, en todo caso su discurso está muy marcado por el cristianismo reaccionario, habla mucho del mandato de Dios.

La otra figura que destaca y se asoció con Camacho es Marcos Pumari, de familia de procedencia minera de Potosí de sectores populares que están enfrentados con el gobierno de Evo hace mucho tiempo a partir de un conflicto sobre concesiones mineras. Pumari ha sido importante para que este sector radicalizado de la oposición pueda afirmar que no es solo de Santa Cruz y que también hay indígenas en su seno.

El 10 de noviembre, cuando estos personajes llegan a la puerta del palacio de gobierno dicen públicamente que van a sacar a la Pachamama de este lugar y que ahora vuelve Jesucristo. Luego logran entrar al palacio, colocan a la biblia en el centro de la bandera boliviana y se arrodillan allí.

¿Por qué se habla de que son ellos que conformarían ahora un gobierno, si ni siquiera participaron en las elecciones pasadas?

Efectivamente, Camacho pretende conformar un gobierno con un militar, un policía y un representante cívico. Esto sí configuraría un golpe de estado puro y duro. Constitucionalmente, el gobierno transitorio debería ser conformado por la cabeza del poder legislativo, pero las presidencias de ambas cámaras renunciaron en la ola de renuncias que hubo en el oficialismo.

En todo caso, aunque Camacho intenta consolidar y montarse sobre esta imagen divulgada internacionalmente de la “ciudadanía festejando en defensa de la democracia”, requeriría un mínimo de institucionalidad para legalizar un gobierno de transición – y esta solo puede darse a través de una decisión de la Asamblea Legislativa. Los líderes de partidos de oposición apoyan a esta salida porque devolvería protagonismo a los partidos políticos, que ahora lo han perdido.

Lo que es innegable es que un escenario de violencia callejera y caos, como comenzó a manifestarse en la noche del domingo al lunes en varias ciudades, favorecería la opción de Camacho de un gobierno cívico-militar para “restablecer el orden”. Lo que parece muy incierto en este momento es si el gobierno de Evo Morales logra retomar la iniciativa.

En 2006, cuando Evo Morales llega al gobierno, Bolivia es el país latinoamericano con el mayor grado de organización social. Organizaciones indígenas, pero también sindicales. Evo llega después de fuertes luchas contra el neoliberalismo y siendo parte de estas estructuras organizativas. ¿Qué ha pasado con estas organizaciones hoy?

Gran parte de ellas siguen existiendo como estructuras y siguen siendo muy masivas. Sin embargo, las organizaciones afines al gobierno se han vuelto altamente dependientes del y funcionales al poder ejecutivo en estos 13 años de gobierno. Están profundamente inmersas en el reparto de prebendas del estado, han perdido su autonomía y con ello su capacidad de crítica, pero también de movilización. En los últimos días hubo necesidad de estas voces, pero, aunque en algunos lugares hubo movilizaciones fuertes de apoyo, por ejemplo de los cocaleros de Cochabamba, no se logró nada contundente a nivel nacional como en otras épocas. Es llamativo que mucha gente con la que hablé en los últimos días sí defienden al gobierno de Evo, pero no se movilizan, no se sienten representadas en esta mediación tan subordinadas de estas organizaciones.

Luego, hay otra clase de organización que se centra en la resistencia territorial contra el extractivismo o contra megaproyectos, de estructura comunitaria. Estas organizaciones han pasado más bien anonadadas en este conflicto actual, o en algunos casos, sus liderazgos se han volcado ya desde hace algún tiempo hacia partidos de oposición de derecha, por los que son funcionalizados más como un elemento folclórico indígena.

Bolivia también ha sido el país que constitucionalizó diferentes tipos de democracia, más allá de la representativa, también la participativa y la comunitaria. Y ha colocado en el debate del continente la descolonización y la despatriarcalización. ¿Qué está pasando ahora con esto?

En cuanto a la despatriarcalización, hay que decir que incluso durante los años de gobierno, se recrudeció el ejercicio del patriarcado. Bolivia es hoy el país con los mayores índices de violencia de género y sobre todo de feminicidios en el continente. Hoy desde las fuerzas cívicas se refuerza mucho este imaginario del macho blanco superior, incluso desde la corporalidad. Es terrible lo que se está produciendo en términos simbólicos.

Frente a esto, hay una multitud de grupos y colectivos menos jerárquicos y estructurados, en principio críticos del gobierno, que en los últimos días se expresaron en defensa de estos elementos centrales, fundacionales del proceso de cambio: la plurinacionalidad, la descolonización, la despatriarcalización, los derechos de la Pachamama. Dicen: “no podemos permitir que todo eso se muera ahora”. Mientras el MAS centra su discurso en la democracia liberal representativa y el haber ganado el voto, ellos reivindican las dimensiones de la democracia más radical, más profunda.

Hay que recalcar que una mayoría relativa del electorado sí votó por Evo, y mucha gente aquí en El Alto ayer estaba agradeciéndole por la política social de estos años, también por una gran estabilidad económica que se logró en comparación con el resto de América Latina; por que las personas indígenas hayan por fin alcanzado dignidad, que ya no hayan tenido que tener vergüenza de llevar pollera en estos años. En estos sectores no hay mucha discusión sobre el hecho de que la base económica de esta política social haya sido la expansión del extractivismo.

Entonces, podemos afirmar que hoy, de cierto modo revive esta agenda de transformación profunda, tapada en estos 13 años por muchos discursos y prácticas del gobierno, y abandonada poco a poco por las grandes organizaciones sociales afines. Aunque de momento, su articulación puede darse más desde la resistencia a este fuerte embate de la derecha que desde la construcción de alternativas propiamente. Esto se verá más adelante. Los sucesos de los próximos días probablemente determinarán si estas fuerzas nuevamente son invisibilizadas por la centralidad de la figura de Evo como víctima de este ataque de la derecha y símbolo del cambio, o si logran afirmarse con un protagonismo propio y más articulado.

*Profesora investigadora en el Área de Estudios Sociales y Globales de la Universidad Andina Simón Bolívar, sede Ecuador. Cofundadora del Grupo Permanente de Trabajo sobre Alternativas al Desarrollo en 2011. Ha acompañado procesos y movimientos sociales en América Latina desde la década de 1980

Fuente: Revista Alba

Comparte este contenido:

CLACSO: No al golpe en Bolivia

Por CLACSO.

 

 

El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) rechaza el golpe de Estado en Bolivia que obligó a la renuncia del Presidente constitucional en ejercicio Evo Morales Ayma y del Vicepresidente Álvaro García Linera.

Asimismo, condena la injerencia de las Fuerzas Armadas y de Seguridad en la vida institucional: nada tienen que hacer el Ejército o la Policía en los problemas políticos de cualquier país. De los conflictos de la democracia se sale con más democracia, derechos y libertades y no con represión, violencia y persecuciones.

Igualmente, CLACSO rechaza toda injerencia extranjera que persiga la desestabilización en la región.

El Comité Directivo de CLACSO hace un llamado a preservar la vida de las bolivianas y los bolivianos, a que cesen los ataques y las persecuciones y a que se encuentre una solución pacífica y dialogada que, aunque sea trabajosa, se base en la voluntad de la mayoría del pueblo del Estado Plurinacional de Bolivia y de sus legítimas instituciones.

Comité Directivo de CLACSO
11 de noviembre 2019

Adhieren

Grupos de Trabajo

Educación popular y pedagogías críticas

Élites empresariales, Estado y dominación

Economía política de la información, la comunicación y la cultura

Agroecología política


Integrantes de Grupos de Trabajo que adhieren

Belinda Montserrat Garcia Alonzo, El Futuro del Trabajo y cuidado de la casa común, Paraguay

Emma Chirix, Cuerpos, territorios, resistencias, Guatemala

Luis Suárez Salazar, Crisis, respuestas y alternativas en el Gran Caribe, Cuba

Esteban Torres, Teoría social y realidad Latinoamericana, Argentina

Fuente del documento: https://www.clacso.org/no-al-golpe-en-bolivia-2/

Comparte este contenido:

Entrevista a Henry Giroux. Autor y conferenciante.

Por: Víctor Saura

«Los maestros son una amenaza porque enseñan a hacer preguntas»

Los maestros son una amenaza para el Estado neoliberal porque enseñan a pensar. El poder financiero intenta controlar la escuela y la universidad con múltiples estrategias. Y a medida que aumentan las especialidades lo hace el analfabetismo en la comprensión del mundo. El neoliberalismo, la inequidad y la corrupción están ganando la partida, dice Henry Giroux, pero todavía queda alguna esperanza.

Henry Giroux (1943) es considerado como uno de los pensadores más influyentes del mundo en el ámbito de la educación. En su web hay una foto donde se le puede ver de joven con Paulo Freire, de quien fue amigo, colaborador y traductor, y es ahora uno de los grandes albaceas de su legado, como máximo exponente de lo que se conoce como pedagogía crítica. Autor o coautor de más de 60 libros, Giroux pasó por varias universidades de EE.UU. hasta que en 2004 recaló en la Universidad de McMaster, en Canadá, el país de sus padres. Esta semana ha estado en Barcelona, ​​para abrir la 1ª Conferencia Internacional de Investigación en Educación, una iniciativa promovida desde la Red Española de Institutos de Investigación en Educación y que ha organizado el Instituto de Investigación en Educación de la Universidad de Barcelona ( IRE-UB). Conversamos con Giroux justo después del acto inaugural en el Paraninfo de la UB.

Al final de la conferencia se ha referido al profesorado como una amenaza. ¿Una amenaza para quién?

Los maestros son a menudo una amenaza para el Estado, porque tienen el potencial de educar a la gente joven para que sepa hacer preguntas impertinentes. Para las sociedades autoritarias, la alfabetización es un peligro. Y los maestros son un peligro también para las sociedades que creen que la mejor manera de ser un buen patriota es no hacer preguntas. Cuando educas a los estudiantes para hacer preguntas te estás arriesgando, especialmente en aquellas sociedades que hacen todo lo que pueden para transformar la educación en una especie de entrenamiento.

Cuando habla de sociedades autoritarias, ¿en qué tipo de sociedades está pensando?

Los hay de muchos tipos, pero creo que hoy en día lo que vemos son dos cosas. La primera es el colapso de las democracias liberales, por haber pasado a ser sociedades gobernadas por el neoliberalismo. Las políticas de austeridad, autoridad e inequidad masiva, de la riqueza y del poder, de la descapitalización de los bienes públicos, todas estas fuerzas empujan a la sociedad a ser mucho más represiva, más preocupada en el control de la población que en la resolución de problemas. Y, en segundo lugar, estamos viendo el surgimiento de sociedades que básicamente cambian seguridad por libertad. Os daremos seguridad pero no podrá haber libertad. Hablo de la aparición de lo que llamamos democracias en Hungría, Turquía, India, Polonia… En estos países vemos el surgimiento de movimientos sociales de derechas que usan un lenguaje de pureza racial porque básicamente son neonazis disfrazados. Y, cómo no decirlo, en Estados Unidos tenemos un presidente que odia la educación. De hecho, llegó a decir que quería a los ignorantes (uneducated).

¿Esto dijo?

Sí, esto es una cita textual. Y eso se traduce en políticas que vacían de fondos públicos aquellas instituciones que podrían hacer llegar la educación a toda esta gente. A este tipo de cosas me refiero cuando digo que los maestros pueden ser un peligro.

Usted subraya la importancia del lenguaje para entender el mundo, pero ¿no cree que es un abuso del lenguaje hablar de fascismo? Por ejemplo, en el caso de Trump, que está pasando por un impeachment y en caso de que lo supere deberá pasar por unas urnas para ser reelegido, ¿no le parece una exageración?

No creo que sea una exageración, creo que el fascismo llega de muchas maneras. La gente que habla de exageración tiende a pensar que el único fascismo que ha existido fue el de los años 30 y 40 en Europa y de los años 70 en Latinoamérica, y que no se transmuta en otras formas en diferentes sociedades. El fascismo no ha muerto nunca, sino que se esconde entre las sombras. Si crees que el fascismo está muerto en realidad te pasan dos cosas: que te conviertes en su cómplice, y que no puedes aprender de la Historia, has dejado de tener una relación crítica con la Historia. Y eso sí es un peligro.

La gente que vota Trump creció con los sistemas educativos del pasado, mientras que parece que usted nos esté diciendo que en el pasado el mundo era mucho mejor.

Yo no intento absolver el pasado, lo que digo es que estamos enterrando los frutos del pasado, es muy diferente. Trump no es una causa, es un síntoma. Es el síntoma de una sociedad neoliberal en Estados Unidos que tiene un largo recorrido en esclavitud, un largo recorrido en racismo y un largo recorrido en inequidades masivas en la distribución de la riqueza y el poder. En el pasado el neoliberalismo se ocultaba en la sombra, en medio de un lenguaje que reclamaba justicia e igualdad, pero esto ya no le hace falta. El presidente de EEUU ya no reclama la justicia, sino que reivindica la desregulación y la ignorancia. Él es un ignorante.

¿Era tan pesimista hace unos años, cuando Estados Unidos tenía el primer presidente negro de su historia?

Que Obama fuera negro no me hacía sentir optimista, yo era pesimista porque él era un neoliberal. Lo que no supe anticipar es que gente como Obama o Clinton crearon, junto con los extremistas republicanos, las condiciones óptimas para la irrupción de una persona como Trump. Me sorprendió que Trump fuera capaz de usar el lenguaje del populismo teniendo en cuenta lo que representa. Quiero decir, el hombre es un billonario, y en cambio puede hablar de atacar el capitalismo global, y llega al poder y recorta de forma masiva los impuestos a los ricos. Y desregula todas las leyes que ponen límites a lo que pueden hacer las grandes corporaciones. Lo que me impresionó fue hasta qué punto había caído el sistema educativo, y cómo de poderosas eran determinadas formas de educación fuera de las escuelas. En EEUU el aula educativa más popular es Fox News. Rupert Murdoch. ¿Sabe de qué le hablo?

Aquí tenemos otras cosas, pero la conocemos.

Es la emisora ​​con más audiencia. Y el 95% de las emisoras de radio en Estados Unidos son de derechas, propiedad de corporaciones muy poderosas. Los medios de derechas van locos por publicar historias que son totalmente demenciales, teorías de la conspiración y cosas así. Y esto hace que los medios del mainstream parece que sean de izquierdas. De repente, parece que el New York Times sea un oasis donde encontrar verdades, y eso que hablamos de un medio que apoyó la guerra de Irak y que siempre ha estado en la órbita del poder financiero. Los medios alternativos están cogiendo mucha importancia en los últimos 2000 años, y ahora, con Trump, son más importantes que nunca.

Pero, entonces, ¿usted no ve mucha diferencia entre Trump y Obama?

Sí que la veo. Trump es peor. Lo que se debe entender de alguien como Obama, o incluso Hillary Clinton, es que, a pesar de estar sometidos a Goldman Sachs y los intereses financieros, creen en un mínimo Estado del Bienestar. Un mínimo. Creen que no puedes tirar todos los leones, mientras que Trump dice «tire todos los leones». Esta es la diferencia. Los niños pobres con Trump no tienen comida gratis debido a los recortes en el Estado del Bienestar, con él los ataques sobre los bienes públicos son abrumadores. Yo habría votado Hillary Clinton, no porque apoye sus políticas, sino que cualquier persona habría sido mejor que Trump. Lo siento, pero Trump es un fascista, un supremacista y nacionalista blanco. Clinton habría sido el mal menor. Por lo menos, con ella millones de personas que están cayendo en la pobreza habrían tenido un seguro médico. Pero, al mismo tiempo, no creo que ésta sea la única respuesta, no renuncio a una reestructuración radical a cambio de una reforma. La reforma es un tema temporal. Una reestructuración radical es una estrategia a largo plazo. No es lo mismo.

Usted defiende que el gran capital intenta controlar la escuela y la educación superior, una idea que aquí comparte un sector de la comunidad educativa. ¿Me puede decir a través de qué instrumentos se hace esta operación?

Hay muchos. Primero, la privatización. Hay intentos de privatizar la educación pública. En segundo lugar, vacían de recursos la educación pública, y como lo hacen dicen: «¿Ves cómo no funciona?, la única solución es privatizarla». En tercer lugar, imponen grandes restricciones a lo que es el aprendizaje hasta convertir a los maestros en técnicos, con esquemas contables que son enormemente represivos, por decirlo suavemente. En cuarto lugar, crean escuelas charter, y con ello se desvía dinero público a organizaciones privadas. En quinto lugar, se refieren a estas escuelas como «escuelas gubernamentales», con lo que ello implica, ya que cualquier cosa relacionada con el gobierno básicamente se considera malvada. O sea que tienen un montón de métodos para hacerlo. Y aún pueden ir más lejos.

¿Cómo?

Hay que mirar al tema de las clases sociales, que es realmente la categoría que falta en torno a la educación. No es sólo que la gente tenga menos acceso, es que los estudiantes pobres, negros y blancos, están sufriendo en estas escuelas que los hacen formar parte de lo que se conoce como the school-to-prison pipeline (el oleoducto de la escuela a la prisión). Las escuelas se han militarizado. Hay más policía, más medidas de seguridad y se podría ir aún más lejos con la excusa de la violencia que hemos visto en las escuelas en los últimos diez años, desde Colombine. En las escuelas se ha dejado de lado el aprendizaje crítico porque lo importante son las medidas de seguridad. Hay un boom del sector de la seguridad, las escuelas están generando un negocio de millones de dólares para las empresas que fabrican detectores de metales e instalan circuitos internos de televisión. Mientras los directores invierten miles de dólares en cámaras recortan los salarios de los maestros y atacan a los sindicatos de docentes. Todo ello, en el nombre de la seguridad. Por eso las escuelas terminan siendo moldeadas a imagen de las cárceles. Es lo que yo llamo el castigo de la prisión (prison punishment creep), estamos haciendo la mudanza de la prisión en la escuela.

¿Y en la educación superior?

Allí pasan otras cosas. Por ejemplo, ves que se están contratando más burócratas para administrar que profesores para enseñar, en especial en Estados Unidos. El sistema de gobernanza se está modelando según la cultura de los negocios, no según la cultura de la democracia. Cada vez vemos emerger una burocracia más interminable y sin sentido, por lo menos a la educación superior de Estados Unidos y del Reino Unido, donde los profesores ya no tienen tiempo para escribir, y donde cada vez tienen más contratos temporales. Como he dicho en la charla, el 70% del profesorado universitario de EEUU tiene un contrato temporal. Los sistemas de gobernanza son reaccionarios, el profesorado cada vez pinta menos, y el dinero cada vez está menos en las disciplinas de humanidades y más en las relacionadas con el negocio y el capital. Por lo tanto, la universidad está siendo reimaginada como una agente de las corporaciones. En el pasado un ethos democrático guiaba estas universidades, con todos sus problemas, al menos, había un ethos donde había un bien público, pero ahora este lenguaje está tan muerto como el mito de la virgen María.

Giroux, durante la parte de coloquio de la conferencia inaugural

Ha mencionado también, como un aspecto negativo, que el profesor universitario es cada vez más un especialista. ¿A qué se refiere?

Nos están haciendo personas menos cosmopolitas, menos atentas a todo este abanico de realidades que necesitamos aprender para ser capaces de adquirir un lenguaje para la comprensión de la sociedad.

O sea ¿que tenemos más graduados universitarios que nunca pero están poco capacitados para entender la realidad?

Tienen un conocimiento menos exhaustivo sobre el mundo en el que viven. Están atrapados en su especialidad. Y las especialidades en algunos aspectos pueden ser estranguladoras, porque no equipan a los estudiantes para entender el contexto en el que operan estas especialidades. ¿Qué significa ser un doctor y no tener ética? ¿Qué quiere decir que seas un ingeniero armamentístico y no tengas ninguna conciencia sobre el dolor que causan las armas que fabricas? ¿De qué sirve ser un especialista en tantas profesiones y no tener que pensar más sobre desigualdades, pobreza o sobre los desastres ecológicos que están teniendo lugar para acabar con el planeta en 10 años? Todo esto es una forma de analfabetismo. Seguro que es gente muy lista en su disciplina, pero es estúpida en cuanto a entender el mundo en términos globales, mientras se crean las condiciones para que ellos prosperen en su especialidad. ¿De qué te sirve haber sido formado como cirujano ocular si vives en Florida y en diez años ya no lo podrás hacer porque el océano la engullirá?

¿Será esto lo que explica por qué personas con estudios superiores pueden acabar votando Trump?

Esto sería una explicación. Pero creo que hay otra, y es que Trump impulsa unas políticas que benefician a los intereses egoístas de esta gente, como el hecho de pagar menos impuestos. Cuando te defines como un contribuyente y no como un ciudadano, como resultado de la especialización en la que te encuentras, y rechazas considerarte ciudadano, es aquí donde acabas yendo. Te acabas definiendo sólo por tus intereses y dejas de ser un ciudadano para convertirte en un enemigo de la democracia.

¿No cree que en el mundo occidental hay mucha gente que protesta y que, por tanto, se considera muy crítica con el sistema, pero que al mismo tiempo no tiene la más mínima conciencia de que vive en la parte del mundo privilegiada?

La crítica puede servir para la mejora de la humanidad o para tus intereses particulares; claro que se puede ser crítico con algunas cosas y al mismo tiempo muy reaccionario. Porque no eres o no quieres ser consciente de que tus privilegios están basados ​​en la explotación de otra gente. Esto ocurre cuando no puedes entender hasta qué punto está mal repartida la riqueza en este mundo. ¡Hay tres personas que poseen la misma riqueza que la mitad de la población mundial! Este tipo de problemas atraviesan las fronteras nacionales. Aquí hay tres temas: primero, que la gente tiende a pensar en ella misma ante todo; en segundo lugar, que no se da cuenta que el Estado ya no les protegerá más, porque los virus no entienden de fronteras, como tampoco lo haría una guerra nuclear; y en tercer lugar, su crítica contribuye al problema porque lleva a la gente a creer en una justicia propia, basada en una especie de pureza política que en realidad es sólo reaccionaria.

Estaría bien acabar la entrevista con algún signo de esperanza…

Yo tengo mucha esperanza en la gente joven, a raíz de lo que veo que está pasando en Hong Kong o en Chile. También en Ecuador, o en Brasil, o en Estados Unidos o quizás aquí mismo. Estamos al final de un siglo de explotación y contradicciones que la gente no puede soportar más. Mucha gente ya no piensa en mejorar el mundo, sino en sobrevivir. Estamos en la lógica de la supervivencia, y esto empuja a la gente hacia un lenguaje que es muy diferente del que tenía hace años. Creo que los jóvenes, en todo el mundo, empiezan a darse cuenta de que les están robando la democracia. Cada vez hay más gente manifestándose en el mundo contra un sistema económico que es absolutamente explotador, y que está ligado a la corrupción, a las diversas formas de represión policial y gente que pasa hambre porque simplemente no está siendo pagada adecuadamente. Este sistema que pone en peligro el Estado del Bienestar y promueve el auge del Estado del Castigo. Ver toda esta lucha me da esperanza.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/11/08/los-maestros-son-una-amenaza-porque-ensenan-a-hacer-preguntas/

Comparte este contenido:

Dejan desnuda esencia neoliberal

Por: Rafael A. Ugalde

Quienes duden de que el neoliberalismo llegó para quedarse en América Latina, si no se extirpa su talón de Aquiles: la corrupción, ausencia de bien común y fascismo remozado (judicializa la protesta social, garrotea si no le obedecen, prohíbe huelgas, lincha mediáticamente a sus opositores, esconde lo que le perjudica, etc.), termina siendo aliados de él, defendiendo pinches reivindicaciones propias de una “economía inmoral”.

Busca desarticular toda organización que no sean sus cámaras y organizaciones, precisamente entre los grupos más “golpeados”. Además, “legitima” un modelo insaciable y arropado con un discurso mesiánico y cargado de miedos, de tal magnitud que, el tecnócrata inteligente se vuelve tonto y el tonto se hace loco.

Mientras tanto, con algunas excepciones, la llamada “izquierda” y algunos gremios siguen plantados en focalizaciones “reivindicativas”, a lo sumo. Útiles cincuenta años atrás cuando en nuestros países existían dos o tres confederaciones ideológicamente enfrentadas en la defensa del llamado “Estado del bienestar”.

Erigido por los sectores agoexportadores, dependientes de una estable metrópoli, no necesitaba transformación alguna del statuo quo, pues sus naciones satélites experimentaban contradicciones fácilmente focalizadas. De esta forma, si ese Estado social carecía de fondos, no tendríamos escuelas y los hijos de jornaleros no irían al liceo ni a la universidad pública, etc.

Eso importaba mucho a los líderes sindicales; por ende, todos debíamos contribuir para que la comunidad más lejana tuviera su escuela nueva, hubiese agua potable, seguridad social y electricidad. Ahora, cuantos más ignorantes produzcamos, más barata es la mano de obra y el rebaño mejora.

Con la caída de 36 años de neoliberalismo en México y la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador, quedaron entredichas las “mentirillas” de este modelo voraz. Los “sesudos” escribidores, periódicos y telenoticieros, otrora defensores del sistema, son hoy el mejor ejemplo de cómo identificar una “news fake”. Nunca vieron que la corrupción y la impunidad tenían su origen en las altas esferas de los poderes republicanos, controladas estrictamente por los partidos PRI, PRD y PAN.

Esta “economía inmoral”, a todas luces concebida para que la corrupción fuera una forma de cotidianidad: perdonaba impuestos a sus grandes contribuyentes, imponía agresivas reformas (fiscales, educativa, constitucionales, etc), estrujaba las pensiones de hambre, excluía docentes incómodos, asesinaba ambientalistas y estudiantes, y lucraba con la maltrecha seguridad social, etc.

Los auténticos ladrones de combustible (huachicoleros) eran escondidos con sus ganancias anuales de 60.000 millones de pesos (unos $3.000 millones), mientras los influyentes diarios y las voces oficiales “moralizaban” sus auditorios presentando como “sinvergüenzas” de barrio a quienes extraían hidrocarburos. Pero la realidad era distinta: gente de hogares desechos por el neoliberalismo, niños excluidos de la educación por no pagárseles escuela privada y jóvenes desempleados entregaban su combustible extraído clandestinamente a una mafia oficial para que lo distribuyeran en estaciones de servicios, donde vendían el 75% de gasolinas robadas y el 25% comprada a Pemex.

Dicha refinadora quebró por la alta gerencia parasitaria, puesta allí para venderla por su supuesta falta de rentabilidad. De ese modo engañaron a la ciudadanía y le informaron que la “muerte” de tan importante empresa estatal era por causa de los altos salarios pagados a sus miles de trabajadores.

La seguridad social mexicana también era candidata a venderse, quebrada con sobreprecio de medicamentos, induciendo la falta de especialistas, con la remisión de enfermos al sistema privado de atención, etc. Triangulaban, incluso, recursos públicos vía concesiones, para encarecer tres o cuatro veces estratégicas carreteras, puentes, escuelas y otros proyectos.

Contrario a lo anterior, las organizaciones sociales en Bolivia, con el mayor crecimiento económico de la región e inclusión social aprendieron, por ejemplo, que el neoliberalismo se enfrenta con un plan alterno y realizable, situando a los más pobres en el centro de las ocupaciones estatales.

Para que eso sea posible hay que fomentar el ahorro interno y los valores éticos, en la actualidad descabezados -la solidaridad, la transparencia, la honestidad, el bien común, la autodeterminación como política estatal, el respeto mutuo entre todos los Estados del mundo, etc.-, sin perder de vista la exigencia de terminar –no el cuento ese de “vamos a combatir”– la corrupción. Pues es falso ubicarla en las gradas de abajo de toda escalera del poder, porque está en las de arriba. ¡Habían olvidado barrer de arriba hacia abajo!

Fuente: https://semanariouniversidad.com/opinion/dejan-desnuda-esencia-neoliberal/

Comparte este contenido:

Ministro de Educación y Cultura: La Guerra Fría sigue viva para gobierno ultraderechista de Brasil

Redacción: Cuba Debate

El nuevo ministro de Educación y Cultura de Brasil, Abraham Weintraub, declaró como prioridad combatir el “marxismo cultural” en las universidades, para poner en marcha  a una cartera paralizada por su antecesor.

El riesgo de otro fracaso persiste, porque se mantiene la orientación. Ambos son de la misma secta que aún considera el comunismo una amenaza al país y que la Guerra Fría prosigue especialmente en el ámbito cultural.

Además Weintraub, un economista del sector financiero y profesor universitario de ciencias contables, asumió el ministerio sin ninguna experiencia en gestión en el ámbito educativo, al igual que su predecesor, Ricardo Vélez, un colombiano que adquirió la nacionalidad brasileña en 1997, doctor en filosofía y exprofesor de varias universidades.

Vélez se caracterizó por contramarchas en las medidas anunciadas durante los 97 días en el cargo, como en el nombramiento de sus colaboradores.

Por lo menos 15 de sus asesores fueron despedidos apenas días después de su designación, por decisión de la presidencia o presiones de grupos influentes en el gobierno. “Faltó gestión”, sentenció el presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro, al justificar la sustitución del ministro.

La última polémica de su corta gestión derivó del anuncio de que sustituiría los millones de libros didácticos que el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) distribuye cada año a los estudiantes, para borrar la definición de dictadura atribuida al gobierno militar de Brasil entre 1964 y 1985.

Un “estalinismo de derecha”, en el sentido de falsear la historia, se alza en las filas del poder político actual.

No hubo golpe de Estado militar en 1964 y tampoco dictadura, sostienen no solo el ya exministro, sino el mismo presidente y numerosos miembros de su gobierno, donde hay decenas de militares retirados y algunos aún activos.

“El dogmatismo religioso” está por detrás de la “agenda irracional” que adoptan algunos sectores de ese gobierno, según Sonia Correa, una de las coordinadoras del Observatorio de Sexualidad y Política, cuyos estudios sobre el ascenso político del conservadurismo eclesiástico articulado en el mundo ayudan a comprender el triunfo de Bolsonaro en las elecciones de octubre de 2018.

“Dios por encima de todos” fue la consigna electoral de Bolsonaro, que la mantiene en la presidencia, que asumió el 1 de enero.

La adhesión “por la fe, la creencia dogmática” resalta en un grupo de cuatro ministerios, los de Educación, Relaciones Exteriores, Medio Ambiente y Mujer, Familia y Derechos Humanos, que son los que concentran las polémicas en el comienzo de la nueva administración.

Pero “el núcleo duro, cada día más hegemónico en el gobierno, lo componen militares moderados”, así tengan “puntos en común” con el llamado grupo “ideológico”, al defender “un orden social y político jerárquico, desigual, neopatriarcal y androcéntrico”, definió Correa a IPS.

En su análisis, el gobierno de Bolsonaro va “por caminos imprevisibles”.

Sus disputas internas e visiones irreales lo entorpecen, pero “no generan solo despelotes”, sino que va imponiendo medidas, como recortes presupuestarios o cierre de órganos culturales, ambientales, sanitarios y de derechos humanos, que afectan a mucha gente y a la democracia en el país,
lamentó.

De todas formas, las creencias que orientan y desorientan a los miembros del equipo de Bolsonaro se hacen más visibles ahora, porque el ejercicio del gobierno desnudó sus consecuencias, y además sus ideas y proyectos fueron escasamente discutidas en la campaña electoral, en una estrategia que ayudó a su ascenso al poder.

La religiosidad y el alineamiento con el gobierno estadounidense del republicano Donald Trump, por ejemplo, condujeron a Bolsonaro a prometer, durante la campaña electoral, que trasladaría de Tel Aviv a Jerusalén la embajada brasileña en Israel.

Pero tuvo desechar hacer efectiva la medida por las presiones del poderoso sector agrícola, que teme perder exportaciones de carne a los países árabes, uno de sus principales mercados.

Los grandes agricultores constituyeron, tal como las iglesias evangélicas, los militares y movimientos anticorrupción, un factor decisivo para el triunfo de Bolsonaro.

Pero sus intereses se han visto sacrificados por las opciones ideológicas del gobierno, que podrían, por ejemplo, echar a perder el mercado chino, mayor importador de productos agrícolas y minerales de Brasil.

Bolsonaro amenazó con provocar esa hecatombe, al visitar Taiwán antes de las elecciones y luego hacer declaraciones despectivas sobre las inversiones chinas que, según él, estarían “comprando a Brasil” en lugar de á “comprar de Brasil”.

Para amortiguar la molestia en Bejing, empresarios y militares han tomado una serie de acciones. Entre las medidas diplomáticas destaca el plan del vicepresidente Hamilton Mour úo, un general retirado del Ejército, de visitar China en este semestre, mientras intenta neutralizar otros actos
ofensivos del presidente.

Los generales, que controlan ocho de los actuales 22 ministerios, además de otros cargos de alto nivel, descartan una intervención militar en Venezuela,  a una posibilidad inicialmente admitida por el ministro de Relaciones Exteriores, Ernesto Araujo.

Venezuela pasó entonces a ser un asunto de Mourúo y aparentemente los militares pusieron bajo su “tutela” en cuestiones geopolíticas al canciller, alineado fervorosamente con Trump.

Varios de los generales ahora ministros quedaron escarmentados de la participación del país en conflictos en Haiti y la República Democrática del Congo, donde comandaron fuerzas pacificadoras de la Organización de las Naciones Unidas.

Pero los militares, aunque pragmáticos y menos torpes que los ministros “ideológicos”, son también un factor de inestabilidad. Sus disputas de poder con el grupo guiado por el “gurú” Olavo de Carvalho, profesor informal de filosofía, contribuyó a la defenestración de Vélez en el ministerio.

Mourúo, ecuménico en sus diálogos internacionales y con actores internos abominados por los bolsonaristas, como el de los sindicalistas, se convirtió en el blanco de la ira de Carvalho y sus seguidores.

Entre los dardos en su contra está el que está jugando a sustituir a Bolsonaro, lo que podría suceder si se produjese un juicio político en su contra, como ya sucedió en 2006 con Michel Temer, entonces vicepresidente de la destituida presidenta Dilma Rousseff.

Los ministros generales, graduados como oficiales en los primeros años de los 70, tal como Bolsonaro, tampoco reconocen que existió una dictadura militar.

El golpe de 1964, argumentan, fue necesario para evitar una dictadura comunista y preservó la democracia, pero obvian en su relato el veto a las elecciones, la proscripción, prisión, tortura, asesinato y exilio de centenares de opositores en los 21 años siguientes.

Bolsonaro y sus seguidores “ideológicos” consideran que el marxismo cultural, basado en el italiano Antonio Gramsci, venció la “batalla de las ideas” e impuso su versión del régimen militar de 1964-1985, como dictadura. La tarea de la derecha, ahora que controla el poder, sería de “corregir” la historia.

El fin de la Unión Soviética en 1991 no debilitó el comunismo, que “se reinventó”, asegura Weintraub, nuevo ministro de Educación, que vislumbra comunistas en todas partes, al igual que sus correligionarios .

Son dueños de bancos, de empresas monopolistas y de medios de comunicación, dijo en la Cumbre Conservadora de las Américas en Foz de Iguau, ciudad de la fontera suroccidental de Brasil, el 8 de diciembre de 2018.

Algunas creencias pueden dejar en ridículo o inducir a errores. Bolsonaro y su canciller afirman que el nazismo en Alemania fue un movimiento de izquierda, ya que llevaba el nombre de Partido Nacional Socialista Obrero Alemán.

El canciller condena el “globalismo” y sostiene que la globalización, el cambio climático, las organizaciones internacionales y el feminismo son una conspiración marxista contra la nación y el Occidente cristiano.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/especiales/2019/04/11/ministro-de-educacion-y-cultura-la-guerra-fria-sigue-viva-para-gobierno-ultraderechista-de-brasil/#.XLBrbolKjMw

Comparte este contenido:
Page 3 of 5
1 2 3 4 5