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Argentina: Resistencia herética y erótica

Por:  Roxana Sandá

Este año, el Grito Global por el Aborto Seguro contiene demandas centrales del movimiento de mujeres y las disidencias sexuales. Al reclamo por la implementación de la ESI, contra la desfinanciación del Estado y por la completa soberanía de los cuerpos, se suma la campaña de apostasía colectiva feminista rebelde para decidir, frente a la contrarrevolución oscurantista de las iglesias católica y evangélicas.

No vamos a negociar bajo ningún punto de vista los ataques constantes a la familia, la Iglesia y todo lo que tenga que ver con Dios.

María Eugenia Vidal y Mauricio Macri se miraron. Estaban acostumbrados, casi les divertían las acotaciones picantes del pastor Jorge Sennewald, un viejo conocido que los acompañó con tiempo, aportes y masa de fieles durante la campaña para la gobernación bonaerense, cuando Vidal ni siquiera soñaba con ser cabeza de ese playón electoral.  Pero a esta altura de septiembre  Mauricio y María Eugenia sólo esperaban el compromiso de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera) de recibir ayuda alimentaria en el conurbano para evitar “el sistema de punteros”, como suelen referir en la alianza Cambiemos, y que la comida llegue a los comedores sin intermediarios.

El reclamo de “la banda evangélica” -encabezada en la ocasión por Osvaldo Carnival, de la Congregación Catedral de la Fe, y Pedro Ibarra, de Quilmes- en la voz de Sennewald, los descolocó y terminó de marcar la cancha de la avanzada de las Iglesias católica y evangélicas que se profundizó en las últimas semanas y que hoy culmina en un nuevo embate de los sectores antiderechos contra el grito global por el Aborto Seguro que en la Argentina promueve la Campaña Nacional, con una movilización masiva en reclamo de la aprobación de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) y por el cumplimiento de la Ley nacional de Educación Sexual Integral (ESI), la gran piedra en el zapato provida. Atrincherados en Plaza de Mayo el sector evangelista y en la Catedral con misa incluida los grupos católicos, no pudieron sin embargo detener la marea popular: a la acción de la Campaña contra el desfinanciamiento del Estado en salud, educación y trabajo, de la violencia patriarcal y por la completa soberanía de los cuerpos se suma una apostasía feminista colectiva contra la histórica posición antiderechos. “¡Apostatamos para decidir! No en mi nombre”.

“Los fundamentalismos religiosos ejercen cada vez más violencia contra las mujeres, cuerpos feminizados y gestantes. Las Iglesias se unieron para impedir la ley de Aborto y ahora van contra la ESI. La lucha por el Estado laico es la lucha por nuestras vidas. Este viernes date de baja de esa institución femicida en una apostasía colectiva”, es la llamada del colectivo NiUnaMenos, una de las organizaciones convocantes de todo el país.

La apostasía no significa renunciar a la creencia religiosa. “Pero para quien no está representado por la Iglesia es un acto de desafiliación, como si a una edad temprana nos hubiesen anotado en un club o en un partido político con el que no coincidimos”, explicó a este diario Fernando Lozada, referente de la Coalición Argentina por un Estado Laico, impulsora junto con una veintena de colectivos de la campaña de desafiliación contra el poder hegemónico clerical.

-Tenemos iglesias en todos los barrios -advirtió Sennewald, que dirige la de El Encuentro, en Luis Guillón y que desde Argentina Oramos por Vos integra la mesa chica de Aciera, la misma que armó las concentraciones y movilizaciones de las congregaciones de todo el país durante los debates por la IVE en Diputados y en Senado y que observa con fascinación el crecimiento del Partido Celeste, el primer espacio político antiderechos y que en Córdoba, con la presencia de la ex senadora Liliana Negre de Alonso, acaba de conformar un frente común para las elecciones de 2019.

“Los encuentros históricos que pongan en alto el nombre del Señor y que demuestren que como iglesias en el país defendemos el derecho humano de las dos vidas” van ahora por la Ley de Educación Sexual Integral. Los enfureció que el 4 de septiembre, cuando transcurría la reunión cumbre mencionada arriba y en la que también participaron la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, y su par provincial, Santiago López Medrano,  la Cámara de Diputadxs bonaerense lograra un dictamen de mayoría para reformar la iniciativa. “Con mis hijos no” es un lamento en redes y afiches que acusa a la reforma de “copia y pegue del proyecto lgbt”. Los celestes en todas sus gamas se oponen fundamentalmente a la modificación del artículo 5° de la Ley nacional 26.150, que declara la ESI de orden público y sus contenidos curriculares de aplicación obligatoria en todas las instituciones educativas de la Argentina, públicas o privadas, eliminando la posibilidad de que la ley se adapte “a su ideario institucional según las convicciones de sus miembros”. Vidal tomó nota. Ya anunció su oposición y según Sennewald va a frenar el progreso de la ESI en el Senado bonaerense.

-Ella se comprometió a que esto no va a avanzar.

Las locas laicas

En el inicio de la audiencia pública en la Cámara de Diputados del 6 de septiembre por la separación de la Iglesia y el Estado, el colectivo NiUnaMenos denunció en el documento “La genealogía del caldero” los retrocesos en políticas sexuales y reproductivas fomentados por las religiones en un escenario neoliberal de alta intensidad que articula “una nueva guerra contra las mujeres”

“Esta guerra se expresa en el crecimiento de las tasas de femicidio, de violencia y crímenes sexuales, sumado a un retroceso en materia de políticas sexuales y reproductivas fomentado por las Iglesias, y en  particular la Católica, financiada por el Estado según decretos de la última dictadura militar.”

El documento resalta la ofensiva contra el derecho al aborto y el poder lobbista de las jerarquías religiosas en los ámbitos de educación y salud. Todavía hoy siguen vigentes decretos de la última dictadura cívico militar que establecen la presencia de sacerdotes católicos y monjas en los hospitales públicos de la Ciudad de Buenos Aires. El 20 de septiembre grupos ultracatólicos empapelaron La Plata con carteles de oposición a la ESI. Allí es moneda corriente la agresión a chicas que llevan los pañuelos verdes. En Tandil, “padres autoconvocados” fueron a la Jefatura Distrital de Educación para exigir que la educación sexual en las escuelas “no esté bajo la ideología de género”. El lema del obispo Hugo Santiago -cabeza del sector provida de la región- en la procesión de la Virgen de San Nicolás, fue “Con María anunciamos que toda vida vale”.

“Vivimos un proceso de fascistización abonado por fanatismos religiosos”, sostiene el documento de NUM. “Mientras las fuerzas de seguridad (legales e ilegales) reprimen a las mujeres, patotas de machirulos atacan a chicas en la calle por andar con pañuelos verdes, o vandalizan espacios de activismo alternativo. Todo esto con la aprobación de la policía y habilitado por el discurso de odio de las jerarquías eclesiales.”

María José Albaya, integrante de la Campaña Feminista por el Estado Laico, todavía se emociona al leerlo. “Es la revitalización permanente de nuestras demandas feministas. Desde otras veredas no soportan que nos salgamos de los roles tradicionales que nos tienen asignados. Pero después de la media sanción del proyecto de aborto en Diputados y de escuchar tantas atrocidades en el Senado decidimos organizar las apostasías colectivas del 8 y el 18 de agosto.”

El resultado fue una multitud haciendo fila para apostatar en jornadas de hasta doce horas en  Corrientes y Callao, pleno centro porteño. Hoy llevan contabilizados cerca de 4.500 pedidos de todo el país. “Se convirtió en un hecho político contundente que hoy vamos a replicar en la mesa de apostasía feminista colectiva de Avenida de Mayo y Sáenz Peña. Ciertamente, seguir en manos de la Iglesia no nos deja tranquilxs.”

¿Cuál fue la reacción de la Iglesia?

– El lunes pasado llevamos todos los pedidos a la Conferencia Episcopal. Es un trámite complicado, con registros de lxs apóstatas que se los queda la Iglesia y que debería quemarlos. Es inquietante saber que conservan datos personales sensibles. El próximo paso será exigir una ley de protección de esa información. En el mapa nacional, hoy y mañana hay apostasías en Rosario y La Pampa. Pero las diócesis no tienen un criterio unificado. En Mar del Plata realizan apostasías regulares hace años, pero Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero y La Rioja dificultan el trámite con requisitos absurdos. La oleada antitodo siempre está presente.

Esta semana, grupos religiosos del sur volvieron a intentar que se impida el 33° Encuentro Nacional de Mujeres en Trelew bajo la excusa de posibles “hechos de violencia”. El Consejo de Pastores de Iglesias Evangélicas de esa ciudad (Copiet) entregó una nota al intendente Adrián Maderna para que suspenda el Encuentro, con la inclusión de firmas católicas. Copiet ya había organizado las marchas antiderechos en Trelew durante el debate por el aborto y articula con la jerarquía eclesiástica local para perjudicar las actividades del ENM. No es la única señal de alerta. El 28S y la campaña de apostasía colectiva ocurre en el marco del Foro Interreligios G20 que concluye hoy, “Construyendo consenso para un desarrollo equitativo y sostenible: la contribución de las religiones para un futuro digno”, organizado por G20 Interfaith Forum Association, el Consejo Argentino para la Libertad Religiosa (Calir) y el proyecto latinoamericano Ética y Economía.

La abogada Analía Mas, integrante de la Coalición Argentina por un Estado Laico (CAEL) y secretaria de Género y Laicismo de la Federación Argentina LGBT, es precisa: “Quedan cada vez menos dudas de que las mujeres e identidades disidentes somos el enemigo para las religiones institucionalizadas.” Asegura estar viviendo un revival. “En 2009, cuando luchábamos por el Matrimonio Igualitario, surgió la diputada Cynthia Hotton con su avanzada evangélica y un proyecto de ley de libertad religiosa igual al que quieren impulsar ahora, que cercena todos los derechos. La Iglesia actuó en las sombras hasta que llegó el debate al Senado y entonces se mostró abiertamente en las provincias con la masividad que le aporta la Iglesia Evangélica.”

La reacción del movimiento de mujeres desde el 8A hasta hoy dio vuelta esa historia.

-Una reacción basada en la indignación. Creo que fue la primera vez que se tomó plena conciencia de la importancia de tener un Estado laico. Porque es la única manera de vivir pacíficamente teniendo distintas perspectivas de vida. Hace diez años que en CAEL estamos con apostasías, pero no tengo dudas que esta fuerza tiene que ver con la revolución feminista. El 28 viene absolutamente pegado como reacción a meterse con nuestros derechos sexuales y reproductivos; estos temas hacen que siga viva la llama. Defender ESI es defender Estado Laico. Tenemos que terminar con esta  Iglesia Católica que sigue conservando el estatus de persona jurídica regida por sus leyes canónicas, en situación de privilegio y sin tener que rendir cuentas de lo que hace.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/144891-heretica-y-erotica

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Una guía de lecturas feministas

Por: Susana Reina

 

Escucho en un foro a una joven expositora decir: “ya me he leído todos los catálogos sobre feminismo y aún no me convencen para ser yo una feminista”. Fuera del escenario le recomendé que pasara de las lecturas de catálogos a la de libros a ver si por ahí se informaba mejor. La manía de opinar sin fundamento, de contraargumentar sin haberse leído algo sólido, de porfiar hasta la saciedad un juicio como si fuese una evidencia, es común en mucha gente que actúa por reacción natural sin filtro ni procesamiento previo.

En Twitter pasa muchísimo. La gente lanza su diatriba sin haberse leído siquiera lo que estás publicando. Se quedan en el título, en la primera frase, en quien lo escribe y zuás, ahí te va. Más de una vez he respondido con un “¿se leyó usted el artículo completo?”

Lo cierto es que realizar lecturas no está en las preferencias de muchos opinadores por aquello del enfoque único, apartando lo de la flojera y el poco hábito cultivado desde la infancia. Cuando tú juras que lo que sabes es la verdad absoluta, entonces no escuchas, ni indagas, ni exploras, ni piensas. Tener un enfoque múltiple que con humildad te lleve a pensar que lo que tú sostienes es solo una versión del asunto y que caben tantas explicaciones como seres humanos pensantes hay, es lo que te permite aprender y apreciar las diferencias de visiones, con el debido respeto de trato que ello amerita.

Para quienes critican el movimiento feminista, pero que genuinamente deseen saber más y tener una plataforma de información, les hago una pequeña lista acá de lecturas, libros y autores que a mí me han ayudado muchísimo a hacerme una idea amplia sobre este movimiento, su historia, postulados y principales banderas. Este es un cuerpo teórico en construcción y por lo tanto todos los días está saliendo literatura muy interesante que no se agota en una lista cerrada, pero ahí van los que yo he consultado.

Lecturas para todos los gustos

Miro mi estante. Para empezar, recomiendo leer “Feminismo para Principiantes” de Nuria Varela, española que expone de manera super sencilla e ilustrada (por Antonia Santolaya) todas las olas históricas del feminismo y define conceptos básicos para hablar de igualdad de género.  Luego “Vindicación de los Derechos de la Mujer” de Mary Wollstonecraft; la “Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana” de Olimpia de Gouges; “Mi propia historia” de la sufragista Emmeline Pankhurst, son fundamentales para emocionarse, entender de donde viene todo y encender el deseo de lucha.

Desde allí asomarse a las clásicas, sin orden de importancia: “Mística de la feminidad” de Betty Friedan (USA); “El Segundo Sexo” de Simone De Beauvoir (Francia);”Política Sexual” de Kate Millet (USA); “El género en disputa” de Judith Butler (USA); “Todos deberíamos ser feministas” de Chimamanda Ngozi Adichie (Nigeria); “Mujer y Poder” de Mary Beard (UK),  “Mi Vida en la carretera” de Gloria Steinem (USA); “La mujer ciudadano de segundo orden” de Sonia Sgambatti (Venezuela); “Igualdad de género y Desarrollo Humano Sostenible” de Evangelina García Prince (Venezuela), entre otras.

Otras lecturas recientes para nuevas generaciones son “Morder la manzana” de Leticia Dolera; “Las feministas queremos” de Isa Mastro; “Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes I y II” de Francesca Cavallo y Elena Favilli; “Lean In” de Sheryl Sandberg, “Economía Feminista” de Mercedes D¨alessandro; “La Eva Futura” de Lucía Etxebarria. TAmbién está “Confesiones de una mala feminista” Roxane Gay; “Como ser una mujer” de Caitlin Morán; “No soy ese tipo de chica” de Lena Dunham y “Los hombres me explican cosas” de Rebeca Solnit.

Si deseas algo más literario, todo lo de Virginia Woolf, especialmente “Habitación con cuarto propio”, ayuda muchísimo. Los libros de Maya Angelou, Margaret Atwood, Malala, Inés Quintero, Alice Walker, Doris Lessing, Audre Lorde, todos los de Jean Shinoda Bolen, imperdibles.

También en video

En Youtube puedes encontrar videos de charlas y exposiciones académicas gratis de valiosísimas feministas iberoamericanas contemporáneas como Marcela Lagarde, Celia Amorós, Amelia Valcárcel, maestras e investigadoras sociales fundamentales sobre cuyos conocimientos se ha montado el andamiaje de los temas centrales que aun hoy discutimos.

En Madrid, Buenos Aires, CDMX, Barcelona, existen librerías temáticas dedicadas no solamente a ofrecer este tipo de ejemplares sino a promover libros de cualquier género escritos por mujeres. Es una delicia visitarlas una a una y coincidir con foros y tertulias en sus espacios. En Venezuela solo hemos visto un pedacito de estante en El Buscón de las Mercedes, Caracas y algunos sueltos en el resto. Pero para lecturas actualizadas siempre nos queda Amazon y los amigos que viajan…

Como ves, existen muchas opciones para consultar y conocer un mundo maravilloso que aboga por los derechos humanos de las mujeres y dotarnos así de un compendio de razones que avalan y dan soporte sólido a las acciones necesarias para alcanzar igualdad de género. Una vez que descubres todo esto entiendes con toda razón que lo contrario al feminismo es la ignorancia.

Fuente: http://efectococuyo.com/opinion/una-guia-de-lecturas-feministas/

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El machismo es la enfermedad del patriarcado

Por: Marta Sanz

Urge una teoría y una acción feminista racional, infraestructural y global

El machismo es la enfermedad, la pústula visible del patriarcado, y el feminismo un discurso corrector, aunque temo que la fortaleza del discurso esconda un cristal delicado. Que la educación se transforme en crestomatía de textos, en represiones que se vuelvan contra nosotras. Temo entrar, y me rebelo contra ello, en una competición de feminismos. Tengo miedo —no un miedo paralizante, un miedo de alerta precavida, un miedo estratégico—. Acudo a las manifestaciones y junto mis esperanzas con otras esperanzas, y confío en que mis gritos —siempre afónicos— sirvan para que egoístamente no me llamen fea por mi trabajo. Pero también para que nunca se repita el horror de La Manada y se mejoren las condiciones laborales de las cajeras de los supermercados y se acabe con la brecha salarial. Y, si es posible, de paso, con todas las putrefacciones que adornan nuestro sistema económico.

Pero hoy, algunos días, me siento desconcertada y llego a pensar que mi debilidad, mi duda, mi renuencia a pertenecer a ciertas tribus, es otra forma de suavísima vindicación que se adapta con más facilidad a ese feminismo tolerado que hace de cada mujer un ser razonable. Un feminismo que no mete mucho ruido o que mete mucho ruido sin producir muchas nueces. Un feminismo espectacular que sale en todos los periódicos porque aspira a cambiarlo todo sin que nada cambie demasiado: hombre o mujer, en Hollywood o en el polígono industrial de Coslada, reproduciendo los mismos papeles de amo/ama-esclavo/esclava. A veces tengo un sueño como Martin Luther King y aspiro a un alter-feminismo que cambie el mundo de raíz. Un mundo de ayudas mutuas. Yo soy de esas feministas que no saben separar el patriarcado del capitalismo.

A veces tengo un sueño como Luther King y aspiro a un feminismo que cambie el mundo de raíz

Soy feminista, pero cuando veo a las damas del Me Too me entra un algo de desconfianza. Sin embargo, en Farándula sugerí que el glamur servía para amplificar la voz a la vez que expresaba mis dudas sobre el compromiso de Angelina Jolie. Lo tolerado y lo no tolerado. La solidaridad como variante —cebollitas, pepinillos…— del comercio y los actos de beneficencia como «nueva política». Todas esas imágenes se me atraviesan dentro como espina de jurel. Me cuesta tanto darle la mano a Oprah Winfrey. Me cuesta tanto darle la mano a Cristina Cifuentes. (…) Al fin y al cabo, soy una mujer que debe hacerse la crítica continuamente, porque ha sido educada con los esquemas patriarcales de su padre, de su madre, de su abuela, de su abuelo, de su colegio, de su universidad, etcétera, etcétera.

Agito la cabeza y quiero salir de ese bucle, pero me llegan voces que dicen: «El Me Too es un movimiento anglosajón y protestante», como si las católicas nominales del Mediterráneo exhibiésemos todo el día una sensualidad de maggiorata que, muerta de calor, saca entre los labios la puntita de la lengua, no porque nadie les pida que hagan un mohín frente al objetivo, sino porque les da la real gana. Me hace gracia que esa definición —»El Me Too es un movimiento anglosajón y protestante»–, como sentencia acusatoria, solo se aplique a un movimiento feminista y no a la inmersión de protestantismo anglosajón que practicamos diariamente a la hora de comer, ver películas, construir nuestra sentimentalidad, preocuparnos por nuestro cuerpo, escuchar música, correr por las calles, hacer barbacoas, comprar productos financieros e hipotecas, contratar empresas privadas de salud…

Nos estamos pensando. A nosotras mismas y al mundo en que vivimos. Como nos recuerda Noelia Ramírez: «Trump, alineado con los críticos del Me Too por ‘destrozar’ la vida de hombres con ‘simples acusaciones’, destina 277 millones de dólares a promover la abstinencia sexual». También menciona Ramírez a Tarana Burke, mujer, negra y activista, que inventó el Me Too hace una década y asiste a niñas en riesgo de exclusión. De modo que el puritanismo tiene demasiados rostros y habría que pensar si es más puritano un concurso de Miss Universo, promover la castidad desde las escuelas o la campaña de Emma Watson para educar sobre el orgasmo femenino.

Me preocupan las inmolaciones en plaza pública que no encuentran su raíz en el pensamiento feminista, sino en el uso espurio e irreflexivo, en los linchamientos oclocráticos de las redes sociales y en la deficiente comprensión lectora de textos artísticos y literarios. Nacen en el imperio de la literalidad, la posverdad y la ira que brota de la insuficiencia legislativa, la violencia fundacional del sistema y de todas sus macro y micro-violencias aliadas: explotación laboral, machismo, aporofobia, intolerancia, juicios mediáticos paralelos, muros, reaccionarismo, trata de esclavas.

Por eso, os necesito tanto, hermanas mías. Tanto, tanto. Me arrepiento tanto de mis maldades y de la mezquindad de mis críticas. De mi apisonadora falta de lucidez. De este carácter quisquilloso que atenta contra el sentido de la sororidad, por culpa de mi arcaica conciencia de Barrio Sésamo: arriba y abajo, izquierda y derecha, delante y detrás. Y me hago una serie de preguntas tontas, que daría lugar a respuestas demagógicas de esas que pretenden desbaratar cualquier posicionamiento feminista y colocar a la mujer en el vértice de esa presión comercial relacionada con la falsa elección.

Como si siempre estuviésemos frente al anaquel de un supermercado. (…) Sigo jugando como la niña perpetua que me obligan a ser: ¿Qué prefieres el Me Too o la tribuna Mujeres liberan otra voz?, ¿el feminismo anglosajón o el feminismo francés?, ¿Butler o Beauvoir?, ¿qué prefieres ser mujer rica u hombre pobre? Y me digo que yo lo único que no quiero ser en la vida es mujer pobre. Mujer negra lesbiana pobre. Mujer negra lesbiana pobre enferma analfabeta. Adjetivos especificativos que se retroalimentan y trazan un mapa bastante preciso del mundo en que vivimos y de la urgencia de una teoría y una acción feministas racionales, infraestructurales y globales.

Fragmento de Monstruas y centauras (Anagrama), el nuevo libro de Marta Sanz, en el que reflexiona sobre el #MeToo.

Fuente: https://elpais.com/sociedad/2018/10/04/actualidad/1538679769_550150.html

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Un hombre puede –y debe– ser feminista

Por: Tomás Loyola Barberis

Repensando desde donde ubicarse y relacionarse los hombres con el feminismo.

 

 Sí. Un hombre puede –y debe– ser feminista. Por supuesto, debemos serlo en el marco que entiende al feminismo como una lucha por la igualdad para mujeres y hombres, erradicando la opresión, la explotación y el sexismo que ellas llevan sufriendo histórica, social y culturalmente a lo largo de los siglos. Pero debemos hacerlo desde la posición que nos corresponde: un papel secundario en una lucha que jamás debemos liderar ni pretender comprender del todo –porque no hemos vivido en nuestras carnes lo que significa ser mujer–, en la que debemos trabajar de forma activa no para ser vistos ni aplaudidos por nuestra descubierta sensibilidad, sino para reconstruirnos a nosotros mismos desde el feminismo, entendiendo que es un proceso que jamás estará completo, porque estaremos constantemente aprendiendo.

De ahí que el hecho de ser feministas no nos convierte ni de cerca en líderes de opinión ni en cabecillas del feminismo. Sería lo mismo que una persona heterosexual pretendiese liderar las reivindicaciones del colectivo LGTBIQ… ¡Imposible! Primero, porque a pesar de su magnífica sensibilidad y empatía, jamás sabrá lo que es sentir miedo de decir “te quiero” o “me gusta esa persona”, o de ir de la mano por la calle con la persona que quiere sin preocuparse por el sitio, la hora o si hay más gente o no; segundo, porque jamás ha sentido ni vivido dentro de su cuerpo las sensaciones, pensamientos o emociones de una persona del colectivo, que no es que sean distintas, pero muchas se viven de forma diferente; tercero, porque no ha sentido la presión de ocultarse o de esconder sus sentimientos… Y podría seguir, pero creo que queda claro el concepto: podemos ser feministas, pero como aliados de la causa; con la idea certera y convencida de que somos apoyo en una lucha que, si bien nos interesa y nos beneficia como personas y como sociedad, no es nuestra y nunca lo será. Al menos no en exclusiva.

Los hombres tenemos algunas ventajas adquiridas simplemente por el hecho de ser leídos socialmente como hombres, por mucho trabajo de equidad que se esté haciendo desde distintos ámbitos de la sociedad. Todavía recuerdo el impacto que me provocó el testimonio de un hombre trans que, desde que comenzó a hormonarse con testosterona, ya no sentía miedo al ir por la calle de noche, porque el temor a una violación se desvanecía simplemente por el hecho de ser hombre. Eso nos demuestra la inmensa labor que tenemos por delante.

Esos privilegios de los que hablábamos podemos constatarlos en muchas experiencias: más libertades para chicos que para chicas, que ellas deben cuidarse más y ser más delicadas, no porque necesariamente lo sean, sino porque es lo que se supone que deben ser; más peligros para ellas en un sistema que permite sin pudor la cosificación de las mujeres, su explotación sexual, donde la prostitución está instaurada como una institución y que, además, es incapaz de erradicar la mutilación, la violencia, el asesinato sistemático, el acoso sexual, entre otras. Pero también se ve en el entorno laboral, en el universitario, en las salidas profesionales, en las carreras escogidas, en el cine, la televisión, los museos, la literatura… Y también lo palpamos en la sociedad y en esos arraigados estereotipos que persisten pese a todos los esfuerzos.

Sobre todo quedan en evidencia en la negación del machismo vigente, en la simulada ignorancia de quien dice no comprender la importancia del lenguaje, de los comportamientos sociales, de la publicidad y de los medios de comunicación en todo esto. Y más visibles son esos privilegios cuando hay personas que hablan de feminazismo como una corriente real, o de la imposición de la ideología –o últimamente también llamada dictadura– de género, una idea aberrante que no hay cómo cogerla, difundida con la única intención de minar, despreciar y desdibujar el motivo por el que estamos aquí: el fin de la opresión machista y del heteropatriarcado.

¿Suena apocalíptico? Seguro que más de alguien ha sentido correr un sudor frío por la espalda. Pero, si quitamos el populismo barato y la visión terrorífica de este motivo que nos ocupa, nos quedamos con algo que realmente no debería tener ningún tipo de contestación: la igualdad y el respeto a los demás sin importar su origen, su expresión, su ser. Es decir, una sociedad en la que los seres humanos tengamos las mismas oportunidades y derechos. Es así de sencillo.

El primer paso para ser un hombre feminista, entonces, es aprender que la lucha no es nuestra y apoyarla. Después, vendría el largo y eterno proceso de desaprender los estereotipos, deshacerse de los privilegios y de enfrentarse a todo lo que se supone y se espera de nosotros por el simple hecho de ser hombres. Y el camino para conseguirlo está precisamente al lado de las mujeres, aprendiendo de ellas y, a través del cuestionamiento interno y compartido, replantearnos todo el sistema vigente para construir uno más equilibrado e igualitario.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=245404&titular=un-hombre-puede-%96y-debe%96-ser-feminista-

 

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Mejores libros futuristas: ¿Cuáles son?

Redacción: Actualidad Literatura

La ficción ambientada en el futuro, generalmente abordando una realidad distópica que desde décadas obsesiona al arte y las letras, siempre ha sido uno de los géneros más aplaudidos por los lectores. Prueba de ello son estos mejores libros futuristas que en han llevado a más de uno a plantearse si la Tierra, tal y como la conocemos hoy día, va por el mejor camino.

La máquina del tiempo, de H.G. Wells

La máquina del tiempo de HG Wells

Muchos años antes de que Orson Welles sembrase el pánico en Estados Unidos al emitir una grabación radiofónica que advertía de la llegada de los extraterrestres de la novela de H.G. Wells La guerra de los mundos, uno de los escritores más visionarios de su generación lanzaba La máquina del tiempo, obra insignia de la literatura de ciencia ficción. Publicada en 1895, la obra sirvió para acuñar el término “máquina del tiempo” con la que el protagonista, un científico del siglo XIX, viajaba al año 802.701 para descubrir la presencia de unos seres llamado Eloi sin cultura ni inteligencia. Un clásico.

Un mundo feliz, de Aldous Huxley

Un mundo feliz de Aldous Huxley

¡Oh qué maravilla!
¡Cuántas criaturas bellas hay aquí!
¡Cuán bella es la humanidad! Oh mundo feliz,
en el que vive gente así.

Estas palabras mencionadas por el personaje de Miranda en la obra La tempestad, de William Shakespeare, supondrían la perfecta inspiración para Huxley a la hora de escribir Un mundo feliz, sumayor obra y uno de los mejores libros futuristas de la historia. Publicada en 1932, la historia nos traslada a una sociedad consumista apoyada en la hipnopedia, o la capacidad de aprendizaje a través de los sueños aplicada a unos humanos cultivados a imagen y semejanza de una cadena de montaje. Un mundo “feliz” conseguido gracias a la supresión de la cultura, la globalización o el concepto de “familia” en el mundo tal y como hoy lo conocemos. Toda una (terrible) revelación.

Yo, robot, de Isaac Asimov

Yo robot de Isaac Asimov
  • Primer ley de la robóticaUn robot no puede hacer daño a un ser humano ni, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
  • Segunda ley: Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto cuando estas entren en conflicto con la primera ley.
  • Tercera ley: Un robot debe proteger su propia integridad, siempre y cuando esto no impida el cumplimiento de la primera y segunda ley.

Estas tres leyes sirvieron como base para la Trilogía de la Fundación, un  conjunto de libros y relatos con los que Asimov se convirtió en visionario en una época, la de los años 30, en la que la ciencia comenzaba a despegar. De todos los relatos incluidos, Yo robot es posiblemente el más famoso de todos ellos al representar de forma más narrativa el conflicto desatado por una robótica concebida como gran aliada de la sociedad en un futuro no muy lejano.

1984, de George Orwell

1984 de George Orwell

La Segunda Guerra Mundial alimentó la creencia en muchos pensadores de que el ser humano podía convertirse en su propio enemigo y utilizar el totalitarismo para arruinar la libertad del ser humano. De ahí que en 1949, el lanzamiento del libro de Orwell fuese abrazado por unos lectores que encontraron en sus páginas una revelación que venía anunciándose desde hacía tiempo. Ambientada en el Londres de un distópico año 1984, la novela presenta el famoso recurso del Gran Hermano, principal aliado de la Policía del Pensamiento a la hora de controlar a una sociedad donde pensar o expresarse de una forma diferente a la establecida queda totalmente prohibido. Años después de 1984, la sociedad todavía no ha sucumbido a tan distópico panorama, pero el control que ejercen las nuevas tecnologías o las dictaduras existentes confirman que, quizás, no estemos tan lejos.

¿Te gustaría leer 1984, de George Orwell?

Fahrenheit 451, de Ray Bradbury

Fahrenheit 451 de Ray Bradbury

Considerada junto a las anteriores 1984 y Un mundo feliz como la “trinidad” denovelas distópicas de nuestro tiempo, Fahrenheit 451 se convierte en una referencia directa a la literatura, arte que en un futuro supone un peligro para la humanidad, ya que les hace pensar demasiado y comenzar a hacerse preguntas. De ahí que el protagonista, un bombero llamado Guy Montag se le encargue la paradójica tarea de quemar libros. El nombre de la novela, el cual hacer referencia a la temperatura de la escala Fahrenheit en la que los libros comienzan a arder (el equivalente a 232,8 º C), bebe directamente de la influencia de una de las grandes inspiraciones de Bradbury, Edgar Allan Poe, para narrarnos una historia tan siniestra como poderosa adaptada al cine en 1966 por el visionario François Truffaut.

La carretera, de Cormac McCarthy

La carretera de Cormac McCarthy

El siglo XXI se ha convertido en un buen tiempo para la novela distópica y futurista, convirtiendo el género en el mejor motor cultural a la hora de reflexionar. Un buen ejemplo es La carretera, una de las mejores novelas estadounidenses de los últimos veinte años como bien demostró su éxito de ventas o los premios Pulitzer y James Tait Black Memorial que McCarthy recibió a los pocos meses de la publicación del libro en 2006. Ambientada en una futura Tierra destruida por una catástrofe no especificada en el libro, la obra sigue los pasos de un padre y su hijo a través de un mundo de polvo, soledad y, ante todo, hambre, la principal causa que lleva a los protagonistas a enfrentarse a los nuevos caníbales de un planeta agónico.

Los juegos del hambre, de Suzanne Collins

Los juegos del hambre de Suzanne Collins

En el futuro estado de Panem, el Capitolio domina 12 distritos sumidos en la pobreza. Este es el motivo por el que el pérfido líder Snow cada año recluta a un niño de cada estado para que compita en un concurso televisado llamado Los juegos del hambre, donde la misión consiste en eliminar a todos los contrincantes hasta resultar ganador. Una tradición que se ve desafiada tras la llegada de Katniss Everdeen, protagonista de las tres entregas publicadas en 2008, 2009 y 2010, derivando en la famosa saga cinematográfica protagonizada por Jennifer Lawrence. Una de las novelas distópicas juveniles más exitosas de los últimos tiempos y toda una fuente de inspiración para otras muchas obras similares como Divergente o El corredor del laberinto, publicadas en años posteriores.

Fuente: https://www.actualidadliteratura.com/mejores-libros-futuristas/

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España: Genios de la ciencia en versión ilustrada para niños (y no tan niños)

Redacción: Libros Patas

Hay algunos libros para niños que los adultos no podemos evitar querer y disfrutar. Y a la lista de esos títulos y de esas colecciones se ha sumado la serie Genios de la ciencia, que está publicando Vegueta Editorial en su colección Unicornio. Genios de la ciencia está dirigida para lectores de entre 8 y 11 años y aborda, en ediciones ilustradas y en formato álbum, la vida y el trabajo de diferentes científicos que han dejado su huella a lo largo de la historia.

Cada libro muestra un perfecto equilibrio entre texto (una biografía novelada que aporta datos básicos sobre el protagonista del libro, de una forma que resulta amena a la vez que informativa) e ilustración (que también ayuda a comprender mejor a los protagonistas de la historia).

“La serie es sobre genios de la ciencia en general (hombres y mujeres)”, nos explican desde la editorial, aunque son conscientes de la importancia de incluir a las mujeres científicas entre los protagonistas de los libros (de hecho, así fue como en Librópatas llegamos a la colección).

“Pese al inevitable desequilibrio histórico en los ámbitos de actividad de los respectivos personajes, la selección de personajes garantiza la presencia de personajes femeninos, en consonancia con la sociedad y los valores en que se están educando actualmente los lectores”, apuntan por mail cuando les preguntamos de forma específica sobre la presencia de las mujeres de ciencia entre los personajes que abordan en la colección. “No se trata de una simple cuestión estadística, se trata de visibilizar ante niños y niñas la relevancia del papel de las mujeres, a menudo ninguneado, en la historia de la ciencia y el progreso civilizatorio universal, más acorde con la relevancia que hoy en día sí tienen”, añaden.

Genios de la ciencia ya ha abordado la biografía y el trabajo de siete hombres y mujeres del mundo de la ciencia y la tecnología. Newton, Lise Meitner, Tesla, Arquímedes, Jane Goodall, Gutenberg, Steve Jobs e Hipatia cuentan ya con sus propios títulos, aunque no son más que los primeros. Albert Einstein, Charles Darwin, Ada Lovelace y Marie Curie serán los temas de los próximos títulos que llegarán al mercado, nos adelantan desde la editorial.

Redacción: http://www.libropatas.com/libros-literatura/genios-la-ciencia-version-ilustrada-ninos/

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El libro para niños en el que la «abuela de Frankenstein» defendía la educación femenina

Redacción: Yorokobu

La escritora Mary Wollstonecraft publicó a finales del siglo XVIII un libro infantil ilustrado por el pintor William Blake que ya adelantaba algunas de sus posiciones feministas y defendía la necesidad de que las niñas recibieran educación.

Relatos originales de la vida real fue el único libro dedicado al público infantil escrito por Mary Wollstonecraft, filósofa inglesa y madre de Mary Shelley, la autora de Frankenstein, que, en pleno siglo XVIII, fue capaz de vivir de su trabajo y sus escritos sin depender de los recursos de sus padres, de sus parejas, de su esposo ni estar sometida a la autoridad de alguno de ellos.

Entre las enseñanzas de Mrs. Mason se encontraban asuntos cotidianos como la puntualidad, el control de los instintos, la lealtad, el egoísmo, el respeto a los animales, pero también planteamientos feministas que Wollstonecraft desarrollaría después en trabajos como Vindicación de los derechos de la mujer.

Por ejemplo, que las mujeres debían recibir una buena educación, a pesar de la oposición de los políticos del siglo XVIII. De hecho, Wollstonecraft defendía esa educación femenina no solo por el beneficio individual de la mujer, sino como un objetivo valioso de la sociedad en su conjunto: si las mujeres eran las que educaban a los hijos, era imprescindible que estuvieran bien educadas, algo en lo que esos obtusos políticos no habían reparado.

Lo original de los planteamientos de Wollstonecraft hizo que la primera edición de Relatos originales de la vida real apareciera como libro anónimo para evitar represalias. Sin embargo, el éxito de la publicación de Vindicación de los derechos de la mujer en 1792 hizo que la autora se convirtiera en un personaje famoso, razón por la cual el editor decidió capitalizar esa popularidad en beneficio de Relatos originales de la vida real. Para ello, además de publicar una segunda edición en la que sí que aparecía el nombre de la autora, decidió que fuera ilustrada, lo que, por otra parte, también permitía aumentar el precio de venta.

El elegido para llevar a cabo esas ilustraciones fue el escritor y pintor William Blake, un personaje que también resultaba peculiar para la Inglaterra del XVIII. De fuertes creencias religiosas, Blake tampoco le hacía ascos al ocultismo, al gnosticismo y a la magia. Además, era contrario a la esclavitud, partidario de la igualdad entre hombres y mujeres y defensor de ideologías revolucionarias. Tanto es así que llegó a ser procesado por una declaraciones incendiarias contrarias a la monarquía inglesa.

El trabajo de Blake se concretó en cinco grabados que encajaban perfectamente en el espíritu del libro de Wollstonecraft, que no había dudado en incluir en sus narraciones morales temas como la pobreza, la muerte, el abandono y la miseria, tanto económica como emocional, con la intención de que las niñas aprendieran, madurasen, tuvieran herramientas con las que enfrentarse a la vida adulta y no idealizasen la infancia como una época utópica o un paraíso perdido.

A pesar de que Relatos originales de la vida real fue un éxito y se estuvo reeditando con frecuencia hasta entrado el siglo XIX, Mary Wollstonecraft pasó muchos años estigmatizada y considerada lo más alejado de un ejemplo educativo. La razón fueron las memorias que escribió su esposo William Godwin cuando Wollstonecraft falleció durante el parto de su hija Mary.

Aunque se suponía que las memorias eran un sincero homenaje a su esposa fallecida, la revelación de que su primera hija había sido extramatrimonial, que había protagonizado varios intentos de suicidio, que había tenido relaciones amorosas fuera de la pareja y otras intimidades semejantes, provocó que Wollstonecraft no saliera especialmente bien parada, al menos a los ojos de la sociedad británica del XVIII.

Entre los pocos que la valoraron y se acordaron de ella tras su muerte estaba William Blake, que realizó en su honor un grabado en el que aparecía la pequeña Mary junto a su madre muerta.

Fuente: https://www.yorokobu.es/mary-wollstonecraft-pedagoga/
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