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La pionera de la ciencia ficción que imaginó utopías feministas en los años 30

03 de agosto de 2016 / Por: Marta Sofía Ruiz / Fuente: http://www.eldiario.es/

Pionera de la ciencia ficción, la estadounidense Lilith Lorraine escribió historias utópicas en las que imaginaba futuros lejanos con sociedades socialistas y feministas. Mientras, en su presente, fuera de las páginas de las revistas pulp en las que publicaba sus relatos, Estados Unidos se sumía en la Gran Depresión. Borrada de la historia del género, como muchas otras mujeres de la época, en sus narraciones la tecnología libera a la mujer y permite conseguir, después de una época de guerra, una sociedad elevada en armonía total.

Lilith Lorraine fue uno de los seudónimos de la escritora, editora y poetisa  Mary Maud Wright, originaria de Corpus Christi (Texas) donde situó muchas de sus historias. Fundadora de una escuela de idiomas en México, donde residió durante algunos años, de una escuela de radio y de una asociación de poesía llamada Avalon, Lorraine escribió historias de ciencia ficción en las que volcó su feminismo y su socialismo e imaginó utopías en las que la tecnología transformaba el mundo.

“Le inspiraba la posibilidad de que la ciencia ficción pudiera hacer que la gente imaginara futuros mejores”, explica a  HojaDeRouter.Com Lisa Yaszek, profesora universitaria y autora del libro  “Hermanas del mañana. Las primeras mujeres de la ciencia ficción”.

 Sus ideas políticas y su misticismo colorearon sus relatos, en los que elucubraba sobre los posibles efectos de las máquinas e innovaciones técnicas. “Como otras mujeres escritoras de la época, Lilith Lorraine se preocupó por cómo experimentaríamos el futuro. En su caso, era una persona muy activa política y socialmente, por lo que trasladó esas preocupaciones a sus relatos”, añade la experta.

Su primera historia, ‘The Brain of the Planet’, se publica en el año 1929 como parte de una novela de diez centavos editada por Hugo Gernsback. Lorraine sitúa la acción en 1935 y presenta a un profesor de la Universidad de Arizona queprueba la existencia de la telepatía y construye una radio telepática gigante en las montañas de México con el objetivo de convertir el mundo en una utopía socialista.

Este profesor justifica su intromisión y el uso de la máquina explicando que es necesario abolir la esclavitud impuesta “por aquellos que controlan los medios de producción y distribución”, que llevan a cabo guerras únicamente “por su beneficio personal” y que explotan a la sociedad a través de la psicología de masas que se sustenta en “el patriotismo, el honor y la religión”.

Imagen de 'The Brain of the Planet'
Imagen de ‘The Brain of the Planet’

Cuando otro de los personajes del libro afirma que el empleo de esa máquina impedirá el libre albedrío y le robará la libertad al ser humano, el profesor, caracterizado como una especie de salvador al estilo de Jesucristo, afirma que “aquel que murió en la cruz también tuvo una gran responsabilidad” y defiende la necesidad de su invento escudándose en el pésimo estado en que se encuentra el mundo.

Tras emplearla, proyectando su rayo a lo largo del planeta, la humanidad es liberada de su represión y el mundo se transforma en una utopía: nuevas invenciones facilitan el trabajo que ya no pueden controlar los capitalistas, la religión y los nacionalismos caen y “los celos sexuales y la presión económica desaparecen de un hachazo y todos los matrimonios se basan en el amor verdadero y en la afinidad de gustos”. Cuando se alcanza la sociedad perfecta, el profesor destruye la máquina y se marcha a la jungla. La humanidad, acostumbrada al nuevo sistema, vive en armonía.

UN VIAJE AL FUTURO TECNOFEMINISTA

Su segundo trabajo, ‘Into the 28th century’, se centra en un hombre que viaja 800 años hacia delante desde 1932, a través de un portal que los habitantes del futuro han dejado abierto. Se encuentra con una sociedad en la que el socialismo y el feminismo han triunfado después de distintas etapas. Algunas de ellas son violentas, como la revuelta de los jóvenes en la que estos destruyen con un rayo a la generación de ancianos cuyos cerebros habían sido modificados por el sistema.

Son los personajes que lo recogen, todos con aspecto joven y sano debido a que han encontrado la fórmula del rejuvenecimiento y la inmortalidad, los que le explican los detalles de este nuevo orden. En él, hombres y mujeres son iguales –el movimiento feminista fue parte importante de la gran revolución– y las necesidades físicas han sido simplificadas por la tecnología.

La comida se aspira, el conocimiento se adquiere a través de una máquinadurante el sueño y la mayoría de los objetos y aparatos funcionan gracias a máquinas de  proyección mental que se potencian con cristales y espejos. Además, la ciencia ha acabado con los virus y “ha purificado el torrente sanguíneo de enfermedades hereditarias”.

Ilustración del futuro imaginado en "Into the 28th century"
Ilustración del futuro imaginado en ‘Into the 28th century’

En este futuro, cuando se concibe un niño, aunque ya no es una necesidad debido a la inmortalidad –según el texto, “la reproducción era solo una manera de intentar ganarle a la muerte”–, el embrión se extrae del cuerpo de la madre y se desarrolla en una máquina para que las mujeres no se vean sometidas a los “dolores y las dificultades” de la experiencia del parto. Al no tener que encargarse de forma continua de los cuidados de los hijos, las mujeres tienen puestos en el Gobierno.

Los habitantes del futuro también le explican al protagonista que a lo largo de distintas generaciones se ha cimentado un respeto mutuo entre sexos, que ahora basan sus relaciones en el concepto de igualdad. Aunque el sexo y el matrimonio siguen vigentes, cada vez son más raros, ya que las relaciones han alcanzado un nivel espiritual superior en el que dichas concepciones no son necesarias.

Una vez más, en este segundo relato, la escritora estadounidense emplea la tecnología para transformar el mundo y basa en ella el triunfo de sus ideas. Sin embargo, la figura dictatorial desaparece y las revueltas son comunes y con una pronta transición democrática.

UNA GENERACIÓN BORRADA DE LAS ANTOLOGÍAS

Clare Winger Harris, Leslie F. Stone, L. Taylor Hansen y Dorothy Gertrude Quick son algunos de los nombres de las pioneras de la ciencia ficción estadounidense cuyas historias se publicaron, aparentemente sin problemas ni oposición, durante finales de los años 20 y la década de los 30, junto a las ya mencionadas y otras de Lilith Lorraine. Sin embargo, sus nombres no han pasado a formar parte de la historia del género. La llegada de editores más jóvenes y más alejados de la lucha por los derechos de la mujer trajo consigo trabas a la publicación de los relatos de estas autoras, que además fueron borradas de las antologías.

“Durante mucho tiempo solo tuvimos las antologías para escribir la historia de la ciencia ficción», explica Yaszek. «Hay muchas de estas escritoras que explicaron en su momento cómo sus textos empezaron a ser rechazados por las revistas y cómo sus relatos no fueron incluidos en las recopilaciones de textos”.

Lorraine escribió sobre utopías socialistas y feministas
Lorraine escribió sobre utopías socialistas y feministas

“Leslie F. Stone, a la que tomaban por un varón debido a su nombre, iba a ser incluida en una antología hasta que su nuevo editor se dio cuenta de que era una mujer y le llegó una carta diciéndole que una decisión de última hora la había dejado fuera”, explica la experta.

Cuando sus historias empezaron a ser rechazadas tras la partida de Hugo Gernsback, su editor habitual, Lorraine decidió que, además de escribir poesía, publicaría y editaría algunas revistas semiprofesionales y fanzines que se enfrentaran a las nuevas barreras de la comunidad. En ellas dio voz a las mujeres, y solía contar con autoras, editoras y artistas para crear sus números. “Publicó al menos una docena de revistas de ciencia ficción. Quería promocionar a las mujeres de la industria y hablar de los temas que le parecían importantes”, afirma Yaszek.

Con sus ideas siempre al frente, Lorraine experimentó con la ciencia ficción para provocar que otros soñaran, como ella, con un futuro más justo. Escritora, editora, profesora y poetisa, ahora aparece junto a otras pioneras en una antología que nos recuerda que, aunque sus nombres desaparecieron durante un tiempo, ellas y sus firmas estuvieron ahí.

Fuente artículo: http://www.eldiario.es/hojaderouter/tecnologia/Lilith_Lorraine-ciencia_ficcion-pioneras-Hugo_Gernsback_0_541746180.html

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Desde el rincón: “Mujeres juntas, sólo difuntas”

Por Celia Rosado Romero

Lo qué fue una interrogante a una inquietud personal, mostró la realidad de las opiniones, permeadas al negarles el voto a las féminas en la pasada contienda electoral para incorporarse a la grey de los servidores públicos.
Retomó la pregunta ¿Por qué las mujeres fracasan en política?

Ejemplo, Rosario Robles, fundadora del Partido de Revolución Democrática-PRD-, a pesar de tener la posibilidad de crecer, siendo la primera mujer en decidir los destinos, como Jefe de Gobierno de casi 20 millones de mexicanos en la Capital del País. Su trayectoria se truncó hasta que fue rescatada por el sexenio actual, en la Secretaria de Desarrollo Social, perdiendo la oportunidad, no sólo de ser elegida candidata a la presidencia y dirigir el país, sino que se sumió en una ola de descrédito por su mal actuar. .

Otro caso, las famosas “Juanitas” de San Lázaro. Aquellas ocho femeninas que ganaron las contiendas, siendo parte de una marrullería de sus partidos con el objeto de cumplir la cuota de género, pero que renunciaron para que sus suplentes, varones y algunos de ellos conyugues o amigos, asumieran el poder en la legislatura. Fue tal el descaro de la treta que esperaron afuera del recinto para tomar el poder.

El caso se dio hace siete años, pero parece que todavía no se entiende. Para dignificar la participación de las mujeres se requiere reconocer los errores del pasado, para que las respuestas a la pregunta que dio inicio al comentario, no fueran tan frustrantes, al no darle al sector femenino el valor que se reclama.

Por cuanto a las candidatas erigidas como “candidatas independientes”, lo comentó Jorge Castañeda, gurú del paradigma de los independientes –entrevista de Isabel Zamudio- publicada en el portal Cambio Digital: “la gente no es tonta y sabe que algunos independientes son políticos dolidos de diversos partidos y la gente les cobra la factura”, “pueden ser personas decentes pero la ciudadanía no lo percibe como independientes”

Tal racionamiento se ejemplifica en el caso Veracruz. Lo mismo fue para varones que para las mujeres escogidas para participar en la disputa por la silla en el Congreso del Estado como en la Gubernatura. Eran personajes con historia en la política de diferentes organismos partidistas, por tanto, fueron rechazados; no había congruencia en su decir y hacer en el pasado, dándole la razón a Castañeda en su aseveración, a la ciudadanía no se le engaña, aun cuando pareciera que sí.

Un aspecto relevante a destacar, fue una contestación de una dama de respeto por su posición congruente, al pedirles su opinión al rechazo a las candidatas, señalando varias aristas de la interrogante. Retomé una de sus frase para titular el “Desde el rincón”.
“Sólo podría comentarte, según el dicho popular, “mujeres juntas, solo difuntas”, yo si pienso que tiene mucho que ver, el celo que toda mujer poseemos, y el hecho de no poder sostener mentiras como lo hacen los varones. Si a una mujer le cae mal aquello, lo dice, lo expresa, lo siente; y un varón puede incluso hasta hacerse amigo de aquel a quien detesta, y luego cuando pueda lo traiciona”.

En consecuencia, otra ciudadana, ama de casa y madre de familia vierte otra razón del porqué no dejan a las féminas acceso al poder: “Será porque es más difícil para una mujer robar descaradamente, la mayoría de los políticos son hombres y les vale que el pueblo se dé cuenta lo ratas que son”.

Un varón señala. Él ha participado en campañas políticas, y ocupado cargo en la comuna del puerto, además de formar parte del grupo de asesoramiento de un candidato, por lo su opinión refleja lo que se percibe cuando se aspira a un cargo de elección popular.
“Muchas mujeres se conforman con comisiones de relevancia menor y, ya sabe, se les suben los humos. La gran mayoría de las que he conocido se encasillan solas y terminan siendo la “parte sensible” porque no aportan a las políticas de fondo. Usted lo puede ver con las que siga en facebook, por sus publicaciones sensibleras, sus comentarios, nadie las toma en serio.

Otras se descalifican solas, exigiendo prioridades solo por ser mujeres. O exaltando su femineidad a diestra y siniestra, pero siendo un ogro en el contacto con las personas. Pasa mucho con las que son directoras o regidoras, o que tienen algún cargo en el partido, cargo de cualquier nivel”

Opiniones que valdría la pena reflexionar, y desde luego actuar.

Los organismos internacionales que luchan por el empoderamiento de las mujeres para el fortalecimiento de los partidos políticos y de la sociedad en general, asumen la condicionante, para tener un desarrollo equitativo, inclusivo y sostenible, es requerimiento no hacer distinciones de género. Sostienen: todos somos seres humanos.

Se sabe que sólo un 10 por ciento de esos organismos partidistas, las féminas, ejercen el liderazgo, por lo tanto no están en las mismas condicionantes de asumir la toma de decisiones, en el sistema político nacional. Tradicionalmente se ha marginado a las mujeres llegando a convertirse en parte de la cultura mexicana. Poco a poco se ha vencido la resistencia, demostrando la necesidad de adoptar la igualdad de género.

Ante tal realidad, las mujeres deben ejercer una voz real en las instituciones de gobierno, tanto las políticas como en la administración pública, el sector privado y la sociedad civil, en función del crecimiento del municipio, estado y país, para el beneficio de todos.

Una última consideración pertinente que no debe perderse de vista.

Para el ejercicio del poder, no existe género, Varones y mujeres pierden la noción de la realidad, para convertirse en mesías de la verdad. La vanidad los consume. Pululan a su alrededor abejitas que les zumban al oído, “usted tiene toda la razón”. Crean su mini mundo. La crítica y la autocrítica no son parte de su ejercicio mental y cotidiano. La historia en la política del poder en México está repleta de ejemplos, desde la época de Porfirio Díaz.

Hay necesidad de derribar murallas.

Tomado de: https://efacico.wordpress.com/2016/06/18/desde-el-rincon-mujeres-juntas-solo-difuntas/

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Mi hijo no come berenjenas

Por Alejandra Laprea

Es raro que en una página feminista se traten temas de alimentación, hijos o recetas, y para quienes conocen mi posición “anti-super-madre de la Revolución”, en que a veces se convierte a las mujeres desde el discurso oficialista, les parecerá que este artículo es un caso de usurpación de identidad. Pero, no. Nada de eso.

La verdad es que la guerra contrarrevolucionaria se está dando en lo económico tanto en la macroeconomía, como en la doméstica. El campo de batalla está en nuestras casas y premisas culturales que rigen nuestro abastecimiento de alimentos.

Bueno, la cosa empezó así. Mi amiga Olga un día desesperada me dice que no haya qué hacer con su hijo y la comida y como una gran desgracia me soltó: “…imagínate hoy para desayunar solo tenía huevo con yuca”. Me quedé viéndola fijamente y me encogí de hombros. Olga no entiende y la verdad que yo tampoco. Y no nos entendemos porque según mi experiencia no hay cosa mas rica que un huevo con la yema aguadita y unos palitos de yuca tostaditos. En cambio para Olga eso ni siquiera clasificaba como desayuno… y no les cuento Diego su hijo… porque esos guarichos saben como tomar el poder con eso de la comida.

Y así, empezó mi investigación sobre lo que ella considera un desayuno y cómo lo que consideramos comida y cómo lo comemos varía de región a región, de familia a familia.

Por ejemplo para Olga un plato de atol de avena es una merienda, para mi es lo mejor que le puedo dar a mis hijos de desayuno. Para Olga la avena solo se puede hacer con leche, para mi, que hace años deseché los lácteos por dañinos es perfecta con un agua bien aliñada con una ramita de canela, anís y papelón.

En mi casa, mis chamos son dos adolescente insaciables, hemos tenido una ventaja estratégica porque siempre hemos cultivado la flexibilidad en lo que comemos. La norma siempre ha sido “…tenemos derecho a tener nuestros gustos pero, hay que probar primero”.

Pero, a mi hijo menor la berenjena no le hacía gracia y este año tenemos una cosecha fantástica de berenjena y están baratas.

Intentamos primero pelando las berenjenas asándolas en una plancha caliente o en el horno y sazonándolas con sal, ajo y aceite para luego usarla como acompañante, un clásico que no tuvo éxito en el paladar del chamo.

Luego probamos haciéndolas como hamburguesas. Asamos las berenjenas, sacamos la carne, cortamos en cuadritos pequeños, aliñamos como si fuéramos a hacer una hamburguesa, añadimos huevo y algún aglutinante (pan rayado, maicena, harina de trigo o maíz e incluso avena molida como harina) y nada, a él no le gustó. Finalmente… pasticho… y ¡Eureka! Pelamos las berenjenas, las rebanamos y asamos. Hacemos un guiso de pasticho, que en mi casa va desde el clásico de carne molida hasta uno de gallina pasando por uno absolutamente vegetariano con carne de soja. Como los lácteos están en el destierro, la bechamel la hacemos con caldo de verduras, y el tostadito que da el queso lo hacemos con boronas de casabe o mañoco, (cuando consigo esta maravilla amazonense) o pan rayado rociado con un chorrito de aceite para que tueste.

Y aparte de querer pasarles mis recetas lo que quiero decirles es que el hacer nuestras comidas es también una construcción social y cultural en la cual podemos innovar y liberarnos de patrones de consumos que han sido impuestos para beneficio de la agroindustria, empresas empaquetadoras de alimentos como la Polar, trasnacionales de la comida rápida o procesada, toda una cadena de dominación capitalista en la que la tan querida berenjena no tiene cabida por su nobleza, facilidades para cultivar y versatilidad en la cocina. Y ella entre un montón de productos que florecen en nuestros conucos y patios.

Fuente: http://www.correodelorinoco.gob.ve/nacionales/mi-hijo-no-come-berenjenas-opinion/

Imagen tomada de: https://4.bp.blogspot.com/-k_O0IrcuJ6A/V2GiSisFfII/AAAAAAAAC7U/SKWkjJP1ceYsoGdq8YEWZsWhCDu7Ydq9QCLcB/s1600/Berenjenas-1%255B1%255D.jpg

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Mujerismo y feminismo

Europa/España/29 de Julio de 2016/Autora: Lidia Falcón/Fuente: Mujeres en Red

El feminismo no es algo biológico, sino una ideología transformadora abierta a cualquier ser humano

Una de las consecuencias de las últimas elecciones ha sido que el número de mujeres elegidas en las listas del PP en las comunidades autónomas y en los ayuntamientos supera al de las del PSOE. Este fenómeno, que apenas ha sido comentado, se explica con orgullo por el partido conservador por su actuación de promoción de las mujeres más dotadas sin tener que recurrir a la artificiosidad de las cuotas. Es sabido que los partidos de derechas pueden situar algunas mujeres en las cúpulas de su dirección, así como llevarlas hasta la presidencia de un Gobierno, como fue el caso de Margaret Thatcher, siempre que sean absolutamente fieles a los planteamientos del partido. Lo que no pueden explicar desde las filas de las mujeres socialistas es cómo después de años de implantación de cuotas femeninas en el partido, de haber hecho de sus señas de identidad la aprobación de las leyes de igualdad y de paridad, de la creación durante un tiempo de un Ministerio de Igualdad y el mantenimiento ahora de una Secretaría de Igualdad -aparte de la campaña continua de sus afiliadas presumiendo de la promoción de mujeres en puestos de dirección política-, en la actualidad la proporción femenina de presidentas de comunidad, de diputadas y de concejalas sea inferior a la de un partido de derechas.

La explicación se encuentra en la forma en que pretendiendo la igualdad se ha rehuido el feminismo. La estrategia socialista, desde hace más de una década, se ha centrado en llevar más mujeres a la política independientemente de su adscripción ideológica, considerando que con aumentar el número estaba resuelta la evidente diferencia de participación femenina en todos los estratos de la política. Mientras, los partidos feministas planteábamos que es imprescindible exigir a quienes nos representen en las instituciones la conciencia de lucha y el compromiso con las reivindicaciones fundamentales del feminismo, ya que de lo contrario lo único que se consigue es duplicar el voto de derechas. Al negarse que la ideología es el eje de toda actividad política y social, se despolitizó la lucha por el aumento de representación femenina en todos los estamentos sociales, que se convirtió, en consecuencia, en un argumento para que también las conservadoras lo hicieran suyo.

Recuerdo que en 1999, cuando una coalición feminista formada por el Partido Feminista de España, el de Catalunya y el de Euskadi nos presentamos al Parlamento Europeo y participamos en un acto electoral en Barcelona, las socialistas y las populares hicieron un frente único femenino que se centraba casi únicamente en exigir a los hombres la corresponsabilidad en el trabajo doméstico. Y siendo este un problema que pesa sobre las mujeres desde tiempos inmemoriales, no es posible reducir el feminismo a la limpieza y el cuidado de niños. El feminismo no es una cuestión biológica, no se es feminista por el azar de haber nacido con ovarios y matriz. Esta condición anatómica será en todo caso el argumento de la sociedad patriarcal para destinar las mujeres solo a la reproducción, pero el pensamiento y la acción para cambiar tal reparto sexual del trabajo y de la sociedad es producto de una reflexión profunda, de una teoría que se ha elaborado en el curso de más de 200 años, de un compromiso sincero y valiente con las luchas transformadoras, que comporta múltiples peligros y marginaciones. Compromiso que, como sabemos, pocas mujeres, y hombres, contraen, mientras una mayoría sigue las normas establecidas, se somete a su papel secundario e incluso lo defiende.

El feminismo es una ideología transformadora de la sociedad para acabar con todas las injusticias -las de clase, las de sexo, las de raza- y a la que, por supuesto, pueden adscribirse todos los seres humanos y sin la que resulta inocuo, cuando no perjudicial, plantear únicamente el frente hombre o mujer.

Recuerdo el rechazo de Dolors Renau y de Anna Balletbó, con otras de sus compañeras, cuando dije que prefiero un hombre socialista a una mujer del Opus, precisamente cuando en la mesa, y después en Bruselas, se sentaba una dirigente de Unió de pública adscripción a la Obra a la que, al parecer, deseaban sumar a su estrategia, a la que me referí como mujerismo en contraposición al feminismo. Plantearse que solo por el hecho de ser mujer se poseen y defienden los valores feministas no solo es equivocado, sino, lo que es peor, enemigo del feminismo, ya que las mujeres que se han colocado en las instancias públicas por las formaciones de derechas están defendiendo la involución en todos los derechos que habíamos logrado implantar, con tanto esfuerzo, desde el movimiento.

La defensa del mujerismo ha servido para que en los parlamentos autonómicos y los ayuntamientos aumente el número de derechistas y opusdeístas que se oponen a la ley de aborto, a la del matrimonio homosexual -ambas recurridas por el PP en el Tribunal Constitucional- y a la inversión económica en los servicios sociales que son fundamentales para que las mujeres puedan entrar en el mercado de trabajo, solución bastante más eficaz y socialista que el reparto privado de las tareas domésticas.

Fuente: http://www.mujeresenred.net/spip.php?article2006

Fuente de la imagen: http://www.animalpolitico.com/click-necesario/encuesta-que-opinas-sobre-el-feminismo/

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Consecuencias políticas de la diferencia de sexos

Por Rosario Herrera Guido

“[…] en la psique
no hay nada que pueda
situar al sujeto como hombre o mujer.
Jacques Lacan

I

Desde los antiguos filósofos y médicos griegos hasta el siglo XVII, la histeria fue una enfermedad del útero (ta hysterika pathé), que al moverse por su cuenta producía sofocación, afonía, epilepsia y males sin fin. Esta es la posición de Hipócrates, el padre de la medicina. Un pensamiento que no es médico, sino político, pues parte de que una mujer debe estar sometida a un hombre, como el cuerpo al alma. Como dice Aristóteles, “el alma (psiké) gobierna al cuerpo con la autoridad de un amo, y el intelecto al deseo (orexis) con la autoridad de un hombre de Estado o un rey “[…] La relación del varón con la mujer es por naturaleza (fysis) la del superior con el inferior, del gobernante con el gobernado”. (Aristóteles, Aguilar, “Política”, Obras Completas, 1974).

A partir de san Agustín, el origen de la histeria ya no está en la matriz, sino en la fuerza revolucionaria de la mujer: una posesión divina o demoníaca. Éxtasis, trances, convulsiones, ataques de llanto, parálisis, migrañas, estigmas en el cuerpo y visiones, son calificados por los teólogos. La histeria es un hechizo, según el manual Malleus maleficarum (el código del “Martillo de las brujas”). Porque se pasa del saber al poder, del médico al exorcista, de la medicina al poder político de la Iglesia Católica y Romana, que manda a la hoguera a las brujas. Pero la histeria, hasta nuestros días, es un rechazo al poder político y religioso, a la dominación del poder arbitrario masculino, un rechazo al patriarcado.

Para la psiquiatría, la histeria es una neurosis. Cullen (1769), acuña la palabra neurosis para designar una falla orgánica, una lesión cerebral. Con la psiquiatría dinámica, la histeria es un trastorno funcional y la convierte en una psiconeurosis: la fuerza subversiva como síntoma esencial, manifiesta en la falta de unidad y de fijeza en la identidad: personalidades múltiples, teatralidad, fabulación, mitomanía, doble conciencia y el último grito de la moda norteamericana: “bipolaridad”. Y la American Psychiatric Association eliminó el diagnóstico de la histeria y la sustituyó en 1980 por multiple personality disorder (desorden de personalidad múltiple), que cambia en 1994 por “trastornos disociativos de la identidad”. La psiquiatría conserva las preguntas de los teólogos: ¿poseída o santa? ¿enferma o manipuladora?

Freud va más allá de la psiquiatría y reconoce que la histeria es “todas las enfermedades y ninguna”, pues es un problema ético y político, pero no médico: es la expresión de la dificultad de reconocer el propio deseo, por someterse al deseo del amo (padre o madre-patriarcal, hermano, marido, maestro, jefe, policía, soldado, moral social, opinión pública, Estado y hasta Dios).

Lacan enseña que la histeria es un discurso que pueden articular mujeres y hombres para impugnar el poder arbitrario de cualquier amo, para inventar otro saber que denuncia la dominación arbitraria del amo, donde quiera que se encuentre o se invente.

II

Toda esta compleja concepción de lo femenino proviene de la enigmática diferencia de los sexos, que conduce a la lucha política entre los sexos, que se encuentra en el corazón de todas las organizaciones sociales, por elementales que sean. Pero de aquí no se desprende ninguna razón que respalde, bajo ningún pretexto, la dominación y opresión ni de las mujeres ni de los hombres.

Para el movimiento freudomarxista, entendido como el encuentro entre el marxismo y el psicoanálisis: 1) la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases y 2) la historia de la humanidad es la historia de la represión sexual. El freudomarxismo, aunque juzgado apagado, está vivo en las Constituciones Europeas, Reformas y Convenios Mundiales, porque la diferencia sexual y sus consecuencias políticas y económicas es uno de los principales malestares en la cultura.

Un poder de sometimiento de las mujeres, apoyado por el orden jurídico, que preserva de hecho, pero no de derecho, las desigualdades sexuales. Porque la contradicción y la lucha entre los sexos es más antigua que la lucha de clases. No existe esencia femenina o masculina, pues lo que funda la existencia es la diferencia, que depende de condiciones históricas, psíquicas, políticas, económicas y culturales.

La opresión de las mujeres es universal, hasta mítica. Porque en las sociedades organizadas por el parentesco matrilineal, la mujer y su descendencia, sin estar sometidas al poder del marido, dependen de otro hombre: el hermano de la madre.

La circulación de las mujeres —según Claude Lévi-Strauss—, regidas por las reglas del parentesco, son signo de la “primera apropiación de las mujeres”, pues apropiarse de las mujeres es apropiarse de la productora de los productores, de su fuerza de trabajo que produce satisfactores.
Siempre han existido mujeres que rechazan la dominación sexual. Pero las organizaciones feministas son tardías. Porque han dependido de las condiciones de producción y el consecuente sometimiento de su vida psíquica e histórica. Al superar la economía de subsistencia, rechazan la reproducción sexual forzosa, actúan en la economía y renuncian a su exclusiva función reproductora.

Más que feminismo debe hablarse de feminismos. Como el que produjo el movimiento antipsiquiátrico de los años 70s, que denunció el orden mundial establecido, que sigue tachando a las mujeres de “locas”. En este tema, el feminismo, como filosofía y movimiento político también ha sido seducido y asimilado por el “poder”. Como en Morelia, donde la Comunidad Terapéutica, inspirada en la Antipsiquiatría italiana de Franco y Franca Basaglia, volvió a dominar la psiquiatría, como resultado de la profunda crisis de las izquierdas en México y Michoacán.

Por ello, los encuentros feministas en México, dese el Encuentro Feminista 2010 de Zacatecas, no sólo denunció los negativos resultados de institucionalizar el movimiento feminista, a través de los institutos y secretarías, sino que se ha pronunciado por la subversión política de los marcos vigentes.

Ante lo cabe leer bien a la filósofa francesa Luce Irigaray, que propone “hablar mujer” (parler femme), para liberar la palabra, pues nada debe reemplazar la palabra de las mujeres que tiene que ser dicha, para dejar de victimizarlas. Porque la administración de la violencia de género, se ha convertido en capital político y económico, tanto para algunas instituciones como para organizaciones que lucran con el sometimiento y el sufrimiento de las mujeres.

III

Las consecuencias políticas de la diferencia de los sexos, condujeron, como dice Georg Hegel en su Fenomenología del Espíritu, a tener que pensar desde la filosofía cómo lograr que el hombre y la mujer ya no se deban nada. En un momento de su obra cumbre, en el que trata el conflicto en la tragedia de Antígona de Sófocles, entre la ley masculina y la ley femenina, la ley de la ciudad y el tirano y la ley de la tierra, que ordena sepultar a los muertos.

Las consecuencias políticas de la diferencia de los sexos, también condujo contemporáneamente a la perspectiva de género, que interpreta la compleja problemática de la diferencia, para promover una pacífica relación con la existencia del Otro, el diferente, la mujer, y por extensión la diferente ideología religiosa o política, diferente status económico o cultural, que reconozca la calidad humana de los indígenas, los homosexuales, los extranjeros, los migrantes, conforme a los derechos universales del hombre y la mujer.

Una perspectiva de género que contempla un conjunto de representaciones imaginarias, simbólicas y reales de las prácticas y prescripciones culturales, mundiales, nacionales y regionales, desde la diferencia anatómica de los sexos, que impone consecuencias culturales, económicas, políticas, éticas y estéticas.

Una comprensión del género como una construcción cultural y social, que sólo existe a partir de la ley de la cultura, la prohibición del incesto, que introduce el lenguaje, lo propiamente humano, que nos diferencia de todos los seres de la naturaleza, de los mamíferos superiores, y cuya raíz inglesa es gender (género), que designa la diferencia entre los sexos y la exigencia ética de reprobar la discriminación, que provoca la violencia entre los géneros, la familia, la escuela, el trabajo, los espacios privados y públicos del cuerpo social.

Para lo cual siempre se espera de todo gobierno y pueblo que surja un programa cultural, educativo, económico, político y estético, que supere y erradique la violencia de género, la violencia feminicida, la desaparición forzada, la trata de niñas y jovencitas, la violencia del crimen organizado y la migración por violencia, desempleo, la viudez y la orfandad.

Una diferencia que históricamente produce desigualdad e injusticia y que sólo una filosofía feminista, en el cruce del feminismo de la igualdad y la diferencia, puede abrir la dimensión ética de la igualdad sustantiva de género, como ética de la hospitalidad del Otro, el radicalmente diferente, para introducir como imperativo cultural y político actitudes y acciones racionales y responsables a la altura de las circunstancias, que permitan no sólo superar sino erradicar la inequidad de género.

Articulo tomado de: http://michoacantrespuntocero.com/consecuencias-politicas-de-la-diferencia-de-sexos/

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El racismo de Trump que nos refleja como humanidad

Por Ilka Oliva Corado

  El discurso de aceptación de Trump en la Convención Republicana fue todo un ultraje a la paz y la democracia, fue en sí un llamado a la violencia y a la continuidad de políticas racistas e injerencistas. 
Al comienzo de la carrera por la presidencia muchos lo tacharon de loco como desprestigio, no, los locos son otra cosa, Trump es la ejemplificación del  pensamiento ultraconservador que rige los cimientos de este país: a su sociedad y su sistema.  Trump lo único que he hecho es decir en voz alta lo que la mayoría en esta sociedad habla atrás de las puertas.
No voy a decir, “los republicanos” porque los demócratas son idénticos solo que lo manejan por el lado camaleónico y utilizan  la doble moral a su conveniencia, los republicanos van directo a la yugular y  escupen en la cara, mientras que los demócratas dan la mano en un gesto de conciliación y en las mismas  pegan la puñalada por la espalda. Podríamos hacer un repaso por la política externa en tiempo de gobernantes demócratas y veremos la injerencia, el terror y muerte que ha dejado a su paso. El ejemplo más reciente: Obama que no tiene nada que envidiarle a los Bush. 

El que hoy Trump sea el candidato oficial del Partido Republicano es responsabilidad absoluta de la mediatización que lo puso ahí, como contragolpe a Hillary Clinton (invisibilizando a Sanders en todo momento) los medios de comunicación jugaron en todo momento del lado de Trump, públicamente,  pero estratégicamente del lado de Clinton. Sabían que tocando la yugular del Ku klux klan lograrían la reacción en masa que beneficiara a Clinton. 

Desde los inicios sabían muy bien  que el objetivo era crear un monstruo que evidenciara el racismo y xenofobia de la sociedad estadounidense y para eso tenían que darle el mayor eco posible a los discursos segregacionistas de Trump. ¿La finalidad? Despertar el temor lo más temprano posible para que las masas vieran en Hillary Clinton la única salida. Y lo peor es que lo lograron. Lo que le espera al mundo con una presidenta como ella. Porque muchos ciudadanos darán su voto a Clinton, no porque los represente pero como castigo hacia Trump.  De una u otra manera el sistema tiene a las masas donde las quería.

Cualquiera así a ojo de buen cubero dirá que es mejor Clinton que Trump, cuidado,  que Clinton representa al capital no es ninguna pera en dulce. 

Vendrá entonces  en la Convención Demócrata con un discurso conciliador y bajado de tono, perfectamente bien estructurado para pegar fuerte en las mentes de los aún indecisos y fortalecer a sus seguidores y así asegurar el voto. Su mejor estrategia es hacerse pasar como feminista y mujer de valores morales: en una sociedad de doble moral eso es  el tiro de gracia. 

Trump expresó con claridad su odio hacia los inmigrantes indocumentados que al referirse a la frontera sur del país, habla de los latinoamericanos, quiere hacer un muro, ¿qué dice de la injerencia de su país en Latinoamérica que es la causante principal de la migración forzada? Si su país dejara la injerencia la migración forzada no existiera. ¿Por qué no promete con el mismo ahínco que su país dejará de invadir países y asesinar multitudes en su política externa? 

No es sorpresa que la Patrulla Fronteriza apoye a Trump, pues es xenófoba. No sorprende que ningún indocumentado quiera denunciar lo que sucede en la frontera, pues nunca será escuchado y al contrario será encarcelado y deportado. Es el sistema completo contra la inmigración indocumentada; desde la Patrulla Fronteriza, pasando por quien toma la denuncia y el juez que la desestima y  ordena cárcel para el “terrorista”. Porque en Estados Unidos es tan terrorista un indocumentado por el hecho de no tener papeles y un musulmán solo por su religión o país de nacimiento.  Cuando todos sabemos quiénes son los verdaderos terroristas y el capital que los crea y los mantiene. 

 Existe una película extraordinaria que es la mejor producción que se  ha podido hacer en este país referente al sistema y la migración indocumentada, se llama, “Machete”. Parece sarcasmo pero evidencia en absoluto lo que hace este sistema con los indocumentados en todos los niveles, desde que pasan la línea fronteriza. Ahí se ve a gente de la política, muy poderosa,  disparando a indocumentados en las cacerías nocturnas. Cosas  ya comunes  que realizan actores de Hollywood como Steven Seagal  que con metralleta en mano es cazador de inmigrantes en la frontera. ¿Qué dice la sociedad de esto, los religiosos, los demócratas? Ni pío. 

El problema nunca ha sido  Trump porque cualquier candidato presidencial tiene el derecho a su ideología y a la libre expresión del pensamiento,  aquí el cuestionamiento es hacia la parte de la sociedad que lo apoya: en ella hay maestros, doctores, ingenieros, padres de familia, deportistas. Un vecino cualquiera, un comensal cualquiera en cualquier restaurante, cualquier artista, en cualquier lugar pulula la xenofobia y el racismo. ¿Qué es lo que tenemos que decirles a ellos que no son personajes públicos? ¿Qué es lo que este país tiene que cuestionarse como sociedad? Un padre racista cría hijos racistas, una comunidad racista tiene residentes racistas, un maestro racista educa alumnos racistas y así, y así…,  a excepciones pero son tan pocas y no estoy estereotipando. 

¿Por qué son tantos los seguidores de Trump que lo vitorean cada  vez que habla de emparejarse con Israel y los países aliados para acabar con Siria, Palestina y el mundo musulmán? Que habla desde una superioridad blanca caucásica vid del Ku klux klan y el fascismo al mejor estilo hitleriano. 

¿Por qué son tantos los afro descendientes y latinos los que lo apoyan? Bastedad de asiáticos. ¿Se les olvidó lo de Hiroshima? Esos latinos que niegan su raíz, su sangre, su herencia milenaria, latinos que odian Latinoamérica. Negros que viven y actúan bajo el estándar del hombre blanco anglosajón, que no se reconocen desde su identidad africana, ¿se les olvidó la esclavitud a la que fueron sometidos sus ancestros? ¿Desconocen las muertes de negros en manos de policías blancos caucásicos en crímenes de odio racial? ¿Se les olvidó la lucha por los Derechos Civiles  y sus tantos mártires? 

Esos negros tienen hijos negros que son discriminados en escuelas de blancos, ¿y apoyan un candidato como Trump? Y estos negros discriminan a la comunidad afro porque se creen superiores. Igual con los latinos, se creen anglos porque tienen documentos o porque nacieron aquí, pero ni naciendo aquí se les borrará del gen su herencia milenaria latinoamericana. Así resulten traidores como Cruz y  Rubio. 

Y como pieza importante para cualquier estudio sociocultural que se quiera hacer de este país, hay que tomar en cuenta que esta sociedad está conformada por inmigrantes de todas partes del mundo. Que tienen hijos  aquí de herencia asiática, latinoamericana, europea y africana. 

No podemos lapidar a la sociedad estadunidense basándonos en estereotipos de colores y similares porque ella tiene tanto de nosotros. Entonces queda preguntarnos, ¿nosotros en nuestros países de origen qué tan racistas y xenófobos somos? ¿Cuántos pronunciamos también discursos de odio racial como los de Trump? ¿Cuántos somos homofóbicos, clasistas, racistas, misóginos y patriarcales? ¿Fanáticos religiosos? 

¿Cuántos en nuestro países de origen hemos dado nuestro voto a personajes  dantescos como Trump? Que manejan las mismas políticas contra su propia gente. ¿Cuántos hemos dando nuestro voto por  estructuras neoliberales como las que ofrece Clinton? ¿Cuántos por nuestro color de piel, grado de escolaridad o estatus social hemos discriminado a otros? Si ahondamos un poquito más las respuestas nos van a sorprender. Veremos que somos tan o peor que el discurso de odio que promulgan Trump y sus seguidores.

No olvidemos que todo lo que sucede en Estados Unidos, por ser potencia mundial es el reflejo  inmediato de lo que nosotros somos como humanidad.  Cada vez que pensemos en el discurso de odio de Trump que nos sirva para auto analizarnos y cuestionarnos de nuestro papel en la sociedad y si nuestra doble moral da para continuar con el mismo discurso solapado en la conciliación y valores patriarcales  como el que maneja Hillary Clinton desde su falso feminismo. 

Audio: https://soundcloud.com/ilka-oliva-corado/el-racismo-de-trump-que-nos-refleja-como-humanidadBlog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.com/2016/07/22/el-racismo-de-trump-que-nos-refleja-como-humanidad/ Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado contacto@cronicasdeunainquilina.com

22 de Julio de 2016, Estados Unidos.

Ilka Oliva Corado. 

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Lógica femenina, política genuina

Por: Clara Vásquez Junquera.

“Puta barata podemita”, “Cállate, bonita, no tienes ni puta idea”, “Completamente analfabetas”, “Puta y mal follada”. Son ejemplos de los insultos que en los últimos meses han dirigido algunos periodistas y literatos a mujeres con cargos políticos. Este tipo de agresiones se ha dado en numerosas ocasiones. Sólo hay que recordar el famoso “Cada vez que le veo la cara y esos morritos pienso en lo mismo” que se lanzó contra Leire Pajín. Sin embargo, con el compromiso de las listas paritarias y formatos cremallera, que tanta alergia provocan en el Partido Popular, la verborrea machista ha alcanzado niveles alarmantes. Claro, nunca antes en este país habíamos visto tantas mujeres en puestos parlamentarios, alcaldías y listas políticas, y esta mayor presencia parece crispar a algunos.

Pero, ¿qué es lo que pone a estos hombres tan nerviosos, les hace perder los papeles y ofrecernos espectáculos bochornosos? Lo diré sin muchos rodeos: las prácticas de las mujeres gracias al asalto institucional introducen en la política una lógica femenina, es decir, otras formas de hacer, de habitar y de mirar lo común. Se atiende a lo singular; se pone en el centro de la responsabilidad política los cuidados, la cooperación, la empatía y liderazgos más flexibles y compartidos. No hablo de una lógica esencialista, no me malinterpreten, pero es de justicia señalar que históricamente las mujeres se han visto forzadas a poner en valor esas cuestiones. Tampoco se trata, por tanto, de una posición reactiva, refugiada en un afuera ideal. Estas mujeres han entrado en terreno político y están jugando con sus reglas tan bien o tan mal como los hombres, al tiempo que muchas de ellas abren una grieta: la de que en la pelea institucional no se puede eliminar la diferencia y la diversidad.

Me viene a la cabeza Clara Serra, diputada de la Asamblea de Madrid, cuando defiende con agallas lo que el feminismo puede aportar a nuestra sociedad o participa en una charla sobre porno, deseo y feminismo para dialogar y abrir preguntas en vez de ofrecer fórmulas mágicas. O Ada Colau interrumpiendo, estremecida, su intervención porque no encuentra palabras con las que nombrar el horror de los refugiados sirios, para acto seguido reponerse y afirmar con fuerza: “Se puede y se debe tener instituciones a la altura de una ciudadanía generosa que se deja la piel en demostrar que la humanidad y la vida pueden estar en el centro de nuestras ciudades y dejar atrás la especulación, la competitividad y la mentira”.

Estos gestos, y tantos otros, producen fisuras en la narración cerrada con la que hasta ahora nos decían cuál era la forma (machista) de hacer política. Y es que ustedes, señores, se aferran a un sentido totalitario y segregacionista, desde el que quieren marcar qué es ser mujer, e incluso hombre, un único modelo de familia, de amar y relacionarse. Ante la entrada de la alteridad que les interroga y abre espacios nuevos desde los que construir sentidos compartidos, se sienten amenazados y se revuelven como animales heridos para atacar desde sus tribunas públicas. Háganselo mirar o mentalícense, porque la irrupción de la lógica femenina es política genuina, la que la mayoría queremos. Ya lo dijo Teresa Rodríguez: igual, los que no tienen ni puta idea son ellos. O quizás sí, y por eso están desesperados: la política se está feminizando.

*Publicado en eldiario.es, el  8 de junio de 2016

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