Saltar al contenido principal
Page 7 of 58
1 5 6 7 8 9 58

Activistas feminista en Rusia enfrenta pena de cárcel por dibujos “cuerpo positivo”

Proyecto de arte positivo para el cuerpo conllevaría una condena de seis años de prisión

Yulia Tsvetkowa es artista feminista, directora del teatro y activista LGBT que enfrenta una pena de seis años de cárcel por distribución de imágenes pornográficas por difundir en redes sociales sus dibujos, que sus seguidores han llamado “cuerpo positivo”.

El 12 de abril, una corte en Kosmomolsk-on-Amur, en la región oriental rusa de Jabárovsk, empezó el último juicio del caso de Tsvetkova. El juicio se lleva a cabo a puertas cerradas, presuntamente porque se muestran imágenes pornográficas.

A Tsvetkova, de 27 años, es artista y directora de teatro a quien se acusa de “crear y distribuir material pornográfico” [artículo 242 (3b) del Código Penal de Rusia] por publicar varios dibujos de mujeres desnudas y vaginas en su página de VKontakte. Los dibujos son parte de su proyecto artístico “cuerpo positivo“. “Una mujer no es una muñeca”. Las acusaciones según el artículo 242 podrían tener como resultado un sentencia de prisión de hasta seis años.

Anna Khodyreva, la madre de Tsvetkova, dijo a AFP que no les permitirían asistir a la audiencia reservada y calificó el caso de “absurdo”. Dijo que todo se “estaba haciendo para asegurarse de que tengamos tan poca información como sea posible”.

Natalia Zvyagina, directora de Rusia para Amnistía Internacional, criticó la decisión de tener una audiencia reservada, y dijo que las autoridades rusas deberían “garantizar una audiencia pública” en el caso de Tsvetkova. Junto con el centro de derechos humanos Memorial, Amnistía Internacional ha calificado a Tsvetkova como prisionera de consciencia y ha pedido a Rusia que retire las acusaciones y que “deje de atacar a feministas, LGBTI y otros activistas”.

Historia de persecución

Yulia Tsvetkova ha gestionado varios proyectos educativos en Jabárovsk, así como un grupo juvenil, grupos en línea sobre feminismo y educación sexual para jóvenes, además de un grupo Monólogos de la Vagina que celebraba el poder y la naturaleza única del cuerpo femenino.

Yulia Tsvetkova fuera del tribunal. Foto (c): Yulia Tsvetkova.

Inicialmente fue detenido en noviembre de 2019, y quedó bajo arresto domiciliario hasta el 16 de marzo de 2020. En diciembre, la declararon culpable de violar la ley rusa que prohíbe “propaganda de relaciones sexuales no tradicional entre menores”. La multaron con 50 000 rublos (780 dólares), y en julio de 2020 le fijaron otra multa de 75 000 rublos (1050 dólares) por publicar un dibujo de parejas del mismo sexo con niños con la leyenda “La familia está donde está el amor. Apoya a las familias LGBT+ “.

En 2020, le dijo a AFP que cree que las autoridades usaban la acusación de pornografía como una oportunidad para reprimir su activismo LGBT, porque es fácil acusar a los ciudadanos y conlleva una larga sentencia.

En una entrevista de 2020 para la sección de Rusia y el espacio posoviético de oDR, openDemocracy, Tsvetkova habló del impacto de su arresto domiciliario y sobre las amenaza que enfrentó de activistas anti-LGBT. El actual caso penal contra ella empezó después de una queja presentada por Timur Bulatov, conocido activista anti-LGBT. También reflexionó sobre su condición de prisionera política:

Creo que hoy hay muchas prisioneras políticas: madres, esposas, mujeres que soportan un peso increíble a causa de los juicios políticos”, dice la artista rusa Yulia Tsvetkova, designada prisionera política por la asociación de derechos humanos Memorial. “Los prisioneros políticos son héroes, pero las mujeres son el personal invisible de servicio.

La próxima audiencia en el caso de Yulia Tsvetkova sería el 6 de mayo.

Fuente: https://es.globalvoices.org/2021/05/05/activistas-feminista-en-rusia-enfrenta-pena-de-carcel-por-dibujos-cuerpo-positivo/

Comparte este contenido:

Una mujer dalit se convierte en la voz de los agricultores en India

El 12 de enero de este año, en algún lugar de las afueras de la capital de India, la activista dalit Nodeep Kaur fue arrestada por la policía por protestar frente a una fábrica. Al cierre de 2020, ella se unió a una organización local de derechos de los trabajadores llamada Mazdoor Adhikar Sangathan (MAS) en el área industrial de Kundli, en Haryana.

En enero, fue acusada de maltratar presuntamente a la dirección y al personal de una zona industrial durante una protesta y también de agredir al equipo policial.

Kaur, de 24 años, también había estado participando en la protesta de los agricultores contra las nuevas y profundas reformas del sector agrícola del gobierno nacional del primer ministro Narendra Modi, en lo que ya representa una de las mayores movilizaciones de la historia de este país de 1300 millones de personas.

Fue detenida y acusada en tres casos separados en virtud de los artículos de la ley india que incluían intento de asesinato, extorsión, reunión ilegal, disturbios e intimidación criminal. Se le concedió la libertad bajo fianza, pero sus procesos aún están pendientes. El caso de Nodeep Kaur pasó a ser cubierto ampliamente por los medios internacionales luego que Meena Harris, sobrina de la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris, pidió su liberación.

«Soy mujer, soy dalit y le estoy dando voz a las personas que a menudo son reprimidas con mucha facilidad», dijo Kaur en una entrevista con IPS.

“Me arrestaron, me golpearon, me maltrataron, incluso dentro de la prisión había tanto prejuicio entre la gente de casta superior y de casta inferior”, explicó en referencia al sistema de castas del hinduismo que de hecho aún prevalece en India y en que la dalit (paria) es la más marginalizada en esa estratificación social.

“Me torturaron mucho, no podía caminar, tenía tanto dolor, no me dieron acceso a un médico y me mantuvieron aislada durante días. Agradezco haber salido con vida y estar aquí, donde se supone que debo estar, con mi gente, con la clase trabajadora y con los agricultores”, detalló sobre los días encarcelada.

Kaur proviene de una familia de activistas y sus padres se han asociado con el sindicato de agricultores en Punjab. En 2014, su madre Swaranjeet Kaur encabezó una protesta exigiendo justicia para una niña dalit menor que sufrió una violación en grupo en su aldea. Ella enfrentó múltiples amenazas de muerte, fue arrestada y mantenida bajo custodia durante días.

“Soy quien soy hoy gracias a mi madre. Nuestra sociedad no se crea igual, hay muchos prejuicios basados en las castas y si eres una mujer y una mujer de mi origen (dalit), es un desafío mayor. Desde muy joven aprendí a luchar no solo por mí, sino también por los demás”, dijo la activista.

En febrero, cuando a Kaur se le concedió la libertad bajo fianza, una de las primeras declaraciones que hizo justo después de salir de la prisión fue: «Definitivamente iré a la frontera de Singhu y me sentaré con los granjeros».

Semanas después, Kaur se ha convertido en una de las voces más fuertes y escuchadas que está liderando la protesta del campesinado del país.

“Esta solidaridad que se ve hoy entre los agricultores y la clase trabajadora es tan poderosa. ¿Se imaginan lo que puede suceder ahora que todos estamos unidos y defendiéndonos unos a otros?» dijo. “Mi batalla comenzó con la lucha por el impago de salarios y el trato injusto a la clase trabajadora en una zona industrial, y desde allí, hoy estoy aquí apoyando y dando mi voz a los agricultores”, añadió.

“No sé cómo ni cuándo sucedió, pero me llaman su líder y no los voy a defraudar», sentenció.

Miles de agricultores, en su mayoría de los estados de Punjab, el corazón agrícola indio, Haryana y el oeste de Uttar Pradesh, han protestado en las inmediaciones de Nueva Delhi desde noviembre de 2020 contra tres nuevas leyes agrícolas, aprobadas en septiembre de ese año, que desregulan y flexibilizan el sector.

Se trata de la Ley de Comercio de Productos Agrícolas y Comercio, el Acuerdo de Protección y Empoderamiento de los Agricultores sobre Garantía de Precios y Servicios Agrícolas y la enmieda de la Ley de Commodities.

Los agricultores también han exigido una garantía legal sobre los precios mínimos de apoyo (MSP, en inglés) para sus cultivos y también que retiren el proyecto de enmienda de la ley de electricidad, presentado también en 2020, ya que temen que eventualmente conlleve al fin de la electricidad subsidiada.

“Todo lo que pedimos es retirar esas tres leyes que desregularán la venta de nuestros cultivos”, dijo Sukhdev Singh, secretario general de Estado del Sindicaro Bharti Kisan.

“Nuestra mayor preocupación es que las leyes recientes que han sido promulgadas por el gobierno central desmantelarán por completo el sistema de MSP, solo los agentes privados se beneficiarán y nosotros los agricultores terminaremos sin actividad”, dijo en diálogo con IPS.

Singh subrayó que “no podemos darnos el lujo de cerrar el «sistema mandi«, así es como tenemos ingresos”.

Los mandis son unos 7000 mercados mayoristas regulados por el gobierno, que junto con el sistema de MSP han protegido por muchas décadas de los vaivenes del mercado a los campesinos en India, aunque para su prejuicio se ven cada vez más desvirtuados por los intermediarios y otras distorsiones.

Modi quiere romper con un desequilibrio: más de la mitad de la población india trabaja en la agricultura, pero esta representa solo un sexto del producto interno bruto (PIB) de este país del sudeste asiático y donde 68 por ciento de los productores agrícolas posee menos de una hectárea. Pero el campesinado considera que su reforma solo beneficiará a los grandes productores y empeorará sus ya precarias condiciones.

“Más de 300 agricultores han muerto hasta ahora mientras acampaban y protestaban en estas fronteras en Delhi. Ya hemos perdido mucho, pero nuestra lucha continuará”, aseguró Singh al explicar la determinación de los campesinos y las crecientes organizaciones sociales que los respaldan.

Mujeres, en la vanguardia

La protesta del campesinado se considera una de las mayores que se ha llevado a cabo en India, no solo por su tamaño, alcance y duración, sino también porque ha puesto a las mujeres en la vanguardia, que ahora a menudo se ven liderando la protesta a pesar de que se les pidió que se fueran.

«Esto es una revolución, estamos aquí para alzar la voz, si no lo hacemos hoy, ¿qué tendrán nuestras generaciones futuras», sostieve Ratinder Kaur, una agricultora de 65 años llegada desde Punjab.

Ella acampa en la entrada de Singhu a la capital desde enero de 2021 y planea permanecer en la protesta mientras su esposo tuvo que regresar a su finca en la primera quincena de abril para cosechar sus cultivos.

«¿Cómo puede alguien decirnos que no podemos participar? Las mujeres también somos agricultoras, vamos al campo, cultivamos, hacemos otros trabajos de incentivo laboral y también cuidamos de nuestras familias”, dijo esta mujer cuyo nombre es ficticio a su pedido.

El grupo humanitario internacional Oxfam afirma que casi 80 por ciento de los trabajadores a tiempo completo en las granjas indias son mujeres. Ellas suponen 33 por ciento de la fuerza laboral agrícola y 48 por ciento de los agricultores autónomos, pero representan solo alrededor de 13 por ciento de las personas propietarias de la tierra.

Las sociedades agrarias de India son extremadamente patriarcales, caracterizadas por estructuras feudales profundamente arraigadas en las que mujeres y hombres rara vez tienen el mismo acceso a los recursos.

Cerrar esta brecha de género es fundamental para acelerar el ritmo de crecimiento del sector agrícola, coinciden analistas, mientras la discriminación basada en el género continúa prosperando en el país de diferentes maneras.

A las mujeres agricultoras en India aún no se las reconoce como productoras en las políticas del país, “negándoles así el apoyo institucional de bancos, seguros, cooperativas y departamentos gubernamentales”, advierte la organización asistencialista Oxfam.

“¿Sabes por qué llamamos a Nodeep nuestro líder? Ella es como nosotras, las agricultoras, fuerte y resistente. Nada puede detenerla y cuando sube al escenario y habla, todos escuchan”, dice Kiranjeet, una agricultora de 57 años, también de Punjab que se unió a los manifestantes que acamparon en primero en el límite de Tikri con Nueva Delhi y desde marzo se trasladaron a la de Singhu.

“Dejé a mis hijos en casa en Punjab y me quedaré aquí, al igual que mis otras hermanas agricultoras. Es importante para nosotras las mujeres pelear esta batalla, cuando la inflación golpea, cuando los precios suben, cuando no hay dinero en casa, sabemos cuánto hemos luchado para conseguir la próxima comida”, dijo esta mujer, cuyo nombre también se alteró a su pedido.

“Nodeep es el futuro, necesitamos jóvenes como ella y tantas otras hermanas que vinieron a apoyarnos. Cuando una mujer habla, muchas otras se le unen. Nuestros maridos han vuelto a casa de su temporada de corte de cultivos y ahora vamos a estar aquí durante los próximos meses, es nuestro derecho y nuestra lucha”, aseguró.

La protesta de agricultores no es la primera en la que las mujeres indias asumen roles de liderazgo, tanto en movimientos políticos como en protestas masivas.

Las mujeres constituyeron una proporción significativa de los manifestantes durante las protestas de por la Ley de Enmienda de Ciudadanía (CAA, en inglés), vigente en el país desde diciembre de 2019.

Sin embargo, el mayor desafío en la India sigue siendo cómo transformar su liderazgo en una representación paritaria en puestos gubernamentales de alto nivel, sin prejuicios de género, casta o religión.

La sola idea de que el movimiento de agricultores en el país está transformando la presencia e influencia de las mujeres dentro de sus propias configuraciones patriarcales y, a menudo, basadas en prejuicios de castas, no puede volver a empujarlas a su tradicional espacio de invisibilidad.

“Sin mujeres no hay revolución”, dijo Nodeep Kaur en su entrevista con IPS.

“Nosotras (las mujeres) hemos pasado por tanto, hemos luchado tanto, hemos sobrevivido tanto, pensaron que podían meterme en una prisión y callarme. Estoy aquí para luchar y para quedarme, pase lo que pase, ellos me han hecho la líder de su pueblo y no los voy a defraudar”, sentenció esta líder del movimiento de los agricultores de India, cuyo desenlace determinará el futuro del sector.

Fuente: https://rebelion.org/una-mujer-dalit-se-convierte-en-la-voz-de-los-agricultores-en-india/

Comparte este contenido:

México: Masculinidad hegemónica, presente al abordar la pandemia, señalan especialistas

Por: Valentina González

 

La masculinidad hegemónica es aquella en la que se sostienen las desigualdades y las violencias de género. La que impera en la actualidad es originada por el sistema patriarcal, un ordenamiento social en el que cada quien tiene su nicho de rol, explicó Yair Maldonado, coordinador de Posicionamiento Público de Gendes (Género y Desarrollo A.C.).

Durante el diálogo Masculinidad & Relaciones Internacionales, organizado por el estudiantado del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana, el especialista dijo que el mejor ejemplo de esta masculinidad son los discursos que legitimaron  la forma de abordar la pandemia en distintos países. Y también se observó en los tipos de liderazgo ejercidos y la manera en la que se abordó la emergencia sanitaria de forma diferenciada.

“Se reconoció mucho la forma en la que se logró controlar o contener la situación en países como Nueva Zelanda, Taiwán, Finlandia… mientras que se castigó el liderazgo de Estados Unidos, con Donald Trump al frente, así como de Brasil. Estos tipos de liderazgo y narrativa parten desde estas identidades fraguadas en la masculinidad hegemónica”, dijo.

Yair Maldonado recordó que el concepto, las teorías y el enfoque de las masculinidades nace a partir de los estudios de género y feminismo. Mientras que en las masculinidades se reconoce el rol que tienen los hombres en lo individual y como género en la lucha por la igualdad sustantiva.

“Hablar de masculinidades es un espacio del que tenemos que apropiarnos los hombres para comprometernos en el discurso y práctica de dolencias y culpas dentro de esta desigualdad y discriminación que existe. Si bien los espacios de feminismo son para las mujeres, la responsabilidad es retomar esos aprendizajes y llevarlos a los espacios de masculinidades o masculinizados”, agregó.

De acuerdo con la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, el concepto de masculinidad hegemónica se empezó a utilizar en 1985. Se presenta cuando un modelo de comportamiento masculino logra imponerse, originando una situación de desigualdad. Asimismo, al reproducir modelos donde hombres violentos se vuelven atractivos.

En ese sentido, Rafael Barceló Durazo, cónsul de México en Tucson, Arizona, recordó que las mujeres siempre han participado en la diplomacia, el problema es que se les marginaba.

Afirmó que el cambio generacional ha permitido crear áreas “como las unidades de género, así como la red de enlaces de género que existen por cada representación. Esto ha abierto el debate y las denuncias por acoso sexual, así como el lenguaje inclusivo”, añadió.

Fuente: IBERO

Comparte este contenido:

Ni criadas ni carceleras: compañeras. Cómo aprender a relacionarse con mujeres libres

Cuando mis ex me preguntan cómo pueden los hombres disfrutar más del amor, y cómo contribuir a derribar el patriarcado y apoyar la causa feminista, les digo siempre que pueden empezar por transformar las relaciones que tienen con las mujeres de su vida, en su día a día.


A ellos y a todos los amigos que tienen ganas de trabajarse los patriarcados, y de mejorar sus relaciones sexuales, sentimentales, y afectivas con mujeres, les dedico este post donde explico por qué lo romántico es tan político:

Ni criadas ni carceleras: compañeras. Cómo aprender a relacionarse con mujeres libres.

Ahora que nosotras estamos despertando y todo está cambiando, ¿qué podéis hacer los hombres para aprender a relacionaros con mujeres libres?
Nosotras ya llevamos tiempo trabajándonos los patriarcados, rompiendo con los mitos, desobedeciendo los estereotipos, los roles y los mandatos de género, estamos aprendiendo a querernos y cuidarnos, estamos luchando por la igualdad, y nos estamos poniendo muy creativas para imaginar otras formas de relacionarnos que nos permitan disfrutar más del sexo y del amor.

Estamos cambiando el mundo.

Cada vez somos más las mujeres que hemos tomado conciencia de cómo lo romántico es político: tenemos claro que ya no queremos más relaciones de abuso y explotación en nombre del amor. 

Nos liberamos el día que comprendemos que las mujeres no hemos nacido para:

Servir – vigilar – castigar – controlar –  aguantar – sufrir

A continuación os cuento cómo estamos rompiendo con los roles de mujeres buenas, de criadas y carceleras para poder amar en igualdad y en libertad. Y os doy pistas para que podáis desobedecer vosotros también.
Mujeres buenas/mujeres malas A unas mujeres las tratáis muy bien, y a otras no. Y es porque os han educado bajo la idea de que hay mujeres de primera y de segunda categoría.

En el imaginario colectivo, las mujeres buenas son aquellas que viven para complacer a un hombre y a sus hijos varones. Son mujeres discretas, obedientes, bondadosas, inocentes, sensibles, amorosas, entregadas, cuidadoras, complacientes, abnegadas, generosas, que viven por y para el amor romántico y el amor de madre. Son buenas esposas, buenas madres, buenas hijas. Son mujeres respetables.

Son el pilar de la familia feliz. 

Las demás son todas mujeres malas. Mujeres para divertirse y tener sexo: a ellas nunca debes ofrecerles el trono del matrimonio. A algunas las enamoráis, a otras les pagáis, pero no les concedéis el status de persona, sino de objeto sexual, por eso tenéis varias.

Para el patriarcado, las mujeres malas son mujeres libres a las que les gusta el sexo, son mujeres que hacen elecciones y toman decisiones, mujeres difíciles de domesticar y someter, mujeres poderosas y dominantes. Mujeres de las que no puedes enamorarte: los hombres son educados para desconfiar de todas las mujeres, menos de su madre.

Y hasta que no desalojes de tu mente la idea de que el mundo está lleno de mujeres malas que quieren destrozarte el corazón, aprovecharse de ti y dominarte a través de sus encantos, no vas a cambiar mucho. Hay que llegar a la raíz para liberarte de la idea de que te mereces una mujer buena que te cuide y se desviva por ti. Y entiendas que las mujeres no somos santas ni putas, buenas ni malas: todas merecemos el mismo respeto, y buenos tratos. No importa si la relación es fugaz o duradera: ninguna mujer vale menos o más que otra. La pista es acabar con las jerarquías y las etiquetas que oprimen a las mujeres.

Mujeres carceleras

Esto viene de muy lejos: ya Zeus era un dios promiscuo y mentiroso que hacía sufrir a su esposa Hera con su obsesión por ponerle los cuernos. Según la cosmogonía de la Antigua Grecia, Zeus vivía obsesionado con serle infiel a Hera, y Hera, se desvivía obsesionada con descubrirle y castigarle. Sus historias están basadas en este juego del gato y el ratón en el que él cumple el papel de hombre casado que necesita una carcelera, y ella es el de la esposa que trata de domesticar al marido, sin conseguirlo nunca del todo.

Desde entonces hasta ahora, han pasado muchos siglos, pero muchos de vosotros seguís creyendo que podéis encerrar a las mujeres en la monogamia, y mientras llevar una doble vida como solteros y como casados, haciendo lo que os apetece y disfrutando de vuestra libertad.  

Las mujeres no nacimos para actuar como «freno de mano» de nuestra pareja masculina.

Se nos ha hecho creer que nuestro deber es vigilar, controlar y castigaros para que no os desboquéis como caballos salvajes. Nuestra función como novias y esposas, nos dice el patriarcado, es sustituir a vuestra madre, domesticaros y guiaros por la senda del bien para que no se os desviéis del camino.

Es el mismo patriarcado que nos encierra en la cárcel de la monogamia para que intentemos que los hombres vivan encerrados con nosotras, cumpliendo la misma condena. Nos meten ahí para que nos rebelemos ante la injusticia que supone que vosotros podáis tener una vida sexual y amorosa diversa, y nosotras no, y para que os arrastremos hacia el nido familiar.

Pero es realmente difícil mantener a un hombre encerrado: siempre encontráis la manera de escaparos y hacer «travesuras». Luego volvéis con las orejas agachadas pidiendo perdón y haciendo propósito de enmienda, mientras planeáis la siguiente escapada. Muchos se aprovechan de una mujer que les ama y sueña con poder cambiarle con su amor.

Es otra trampa del patriarcado: la idea de que el amor todo lo puede.
No necesitáis carceleras, ¿por qué buscáis entonces a una mujer que os controle? Porque a los hombres os educan para que creáis que no tenéis responsabilidad sobre vuestros  actos, y no podéis controlaros ni auto regularos a vosotros mismos con el sexo, el alcohol, las drogas, el juego y las apuestas, las actividades de riesgo en las que ponéis en peligro vuestras vidas, y las fiestas de hombres.

Os tratan como eternos menores de edad para que necesitéis una mujer que os  haga «sentar la cabeza», porque vosotros solos no podéis madurar, ni respetar las leyes, ni cumplir vuestra palabra, ni asumir la responsabilidad de vuestros actos.

Cuando accedéis a casaros para dejar la eterna gloria de la juventud, vosotros sois responsables de traer el dinero a casa, y os veis obligados a trabajar para cumplir con vuestro rol de proveedor.
Nosotras, mientras, somos las responsables de que nuestra relación vaya bien y que el esposo viva esposado.

¿Qué ocurre si pese a nuestra vigilancia, nuestro marido busca a otras mujeres? El patriarcado nos dice que es culpa nuestra porque:  -no sabemos complacerle, no le damos lo que necesita y tiene que buscarlo en otras mujeres,-no sabemos controlarle, no le vigilamos bien, no cumplimos con nuestro deber de carceleras-el mundo está lleno de mujeres deseando robarte el marido, y el pobre no puede resistir la tentación por sí solo, porque es un hombre.

Para nosotras la culpa, para vosotros la disculpa.

La doble moral os atribuye a los varones humanos un apetito sexual insaciable e infinito. Por eso, muchas mujeres saben que a pesar de su férrea vigilancia y sus métodos de castigo, siempre los hombres encuentran sus momentos especiales para escaparse. A nosotras nos enseñan a resignarnos y mantenernos alerta. A la infidelidad masculina le llaman echar canas al aire», y se castiga a los hombres como si fueran chiquillos: les toca dormir tres días en el sofá, y al cuarto pueden volver al lecho conyugal.

Las mujeres, además de vigilar al mentiroso, tenemos que vivir en guerra constante con la mujer a la que hemos sustituido: nuestras relaciones entre suegras y nueras están basadas en la competencia de a ver quién os cuida más y mejor.

Es un estrés vivir siempre en alerta, como si fueras una mujer soldado en una guerra. Nos hacen creer que los hombres no pensáis con el cerebro y no tenéis voluntad propia, y por eso no podemos confiar en vosotros: vuestra palabra no vale nada porque debido a vuestras bajas pasiones y falta de control, no paráis de mentir.  Tenemos que resignarnos a vivir con miedo constante a que nos pongáis los cuernos y nos dejéis por otra mejor.

Si somos demasiado celosas, nos decís que estamos locas. Se supone que todas tenemos que vivir con nuestros cuernos con dignidad, y sin protestar. Muchas mujeres nos compadecemos de vosotros pensando que sois incapaces de ser adultos y necesitáis ayuda, pero también ocurre que en nuestro papel de salvadoras y cuidadoras, nos sentimos útiles y necesarias.

El patriarcado nos ha hecho creer que si nos convertimos en mujeres imprescindibles, tendremos más poder sobre vosotros. Pero en realidad es una trampa para todas nosotras: nunca podremos ser libres ni disfrutar del amor en relaciones de dependencia, ni en relaciones basadas en la dominación y la sumisión, y atravesadas por luchas de poder.

Mujeres criadas y sirvientas

Otro rol patriarcal de las mujeres es el que nos mueve al sacrificio y al trabajo gratis «por amor». El amor es el único instrumento capaz de doblegarnos y de someternos, sólo por amor nos desvivimos por  hacer feliz a un hombre.  Ahora que en muchos países se reconoce que las mujeres somos libres y tenemos derechos, sólo nos podéis explotar en beneficio propio si nosotras lo hacemos voluntariamente, y si creemos que entregarse por completo a un hombre es un acto de amor. 

¿Cuál es el resultado? Que en todo el mundo las mujeres tenemos doble y triple jornada laboral, porque sobre nosotras recaen las tareas básicas para la supervivencia: cuidado de la familia, crianza y trabajo doméstico. Y eso tiene un impacto directo en nuestra salud y nuestra calidad de vida. A vosotros no os enseñan a cuidaros, ni quieren que tengáis autonomía para que necesitéis siempre una mujer a vuestro lado que os cuide y os cubra vuestras necesidades básicas. Primero se ocupa mamá y luego le toca a la esposa. Y si no, siempre se ocupará una hermana, una sobrina, una hija.

Los hombres de todo el mundo vivís como reyes en vuestros hogares: hasta el hombre más pobre del planeta es el amo de su casa y tiene una criada gratis a su disposición. Sólo tiene que enamorarla, hacerle muchos hijos, y mantenerlos a todos.

En todo el planeta los hombres tenéis más tiempo libre que las mujeres: en algunos países, el doble. Esta enorme diferencia del uso del tiempo libre pone al descubierto la explotación en la que vivimos las mujeres, una explotación emocional, sexual, doméstica y reproductiva que nos lleva a vivir como sirvientas de un rey en un sistema que funciona por absolutismo. Os gusta vivir en un país en democracia, pero no hay democracia en la mayoría de las parejas: hay desigualdad y sistema de servidumbre disfrazado de amor.

Las cosas están cambiando: las mujeres nos estamos hartando. 

Atentos a este dato: si antes el principal motivo de divorcio en los países desarrollados era la infidelidad, ahora el principal motivo es el desigual reparto de la energía y el tiempo dedicado a las tareas domésticas, de crianza, y de cuidados. Esto significa que necesitáis un cambio radical en vuestras vidas si queréis adaptaros a los nuevos tiempos y si queréis que vuestras relaciones funcionen.

Mujeres compañeras 

Somos cada vez más las mujeres conscientes de la colosal dimensión de la estafa romántica que nos somete a los hombres por amor. Hemos aprendido que no hay otro camino para la liberación que abandonar nuestros roles de mujer soldado y de mujer sacrificada. Ya sabemos que tenemos derecho al placer, y que nos merecemos disfrutar de la vida, rodeadas de gente que nos quiere y nos cuida.  Las mujeres nos hemos dado cuenta de que no queremos ser criadas, ni carceleras de los hombres: sólo queremos relacionarnos con vosotros como compañeras, de tú a tú, de igual a igual. Ahora os toca a vosotros entender que el amor ha de ser recíproco, y los cuidados, mutuos. 

¿Qué cambios tenéis que hacer en vuestras vidas para dejar de aprovecharos de las mujeres que os quieren?, ¿qué podéis hacer para cuidar las relaciones con las mujeres de vuestras vidas?

Hombres compañeros 

No podéis mantener por más tiempo vuestra condición de reyes: la monarquía doméstica está llegando a su fin. Os tenéis que quitar la corona y bajaros del trono con humildad. Si queréis relacionaros con mujeres libres, lo primero es trabajaros la autonomía y la honestidad. 

Y además:

  • desmontar los mitos de la masculinidad-hacer autocrítica amorosa, individual y colectiva-desobedecer los roles y los mandatos patriarcales-cuestionaros vuestros privilegios y vuestra forma de ejercer el poder, -romper con el pacto de silencio que protege a los hombres, -asumir vuestras responsabilidades y obligaciones en el hogar-comprometeros con vuestra responsabilidad en la crianza y los cuidados,  -caminar hacia la igualdad, aboliendo la explotación de vuestras relaciones,-aprender a relacionaros de una forma horizontal, y tratar a las mujeres como compañeras-trabajaros por dentro para crecer y evolucionar, -aprender a cuidaros a vosotros mismos,-cuidar vuestros vínculos y relaciones con hombres y con mujeres.

Nosotras ya hemos empezado a transformar el mundo: estamos en la cuarta ola feminista. Estamos haciendo crítica y autocrítica, denunciado y visibilizando la explotación y la violencia patriarcal de la guerra contra las mujeres, estamos despertando conciencias, estamos luchando por nuestro derecho a tener una buena vida.

Lo personal es político es uno de nuestros lemas principales: si cambiamos todos y todas, si cambiamos nuestra forma de relacionarnos y de organizarnos, si ponemos en el centro los cuidados, cambiamos el mundo, de arriba a abajo. Empezando por la pareja, y siguiendo por la familia, las amistades y la comunidad, podemos cambiar la sociedad entera. Se trata de dejar de explotarnos, y de aprender a relacionarnos desde el respeto, la cooperación, el disfrute, el apoyo mutuo, la responsabilidad afectiva, la ternura radical y los cuidados compartidos.

Las mujeres y los hombres podemos compartir la vida y disfrutar del amor si somos compañeros, si nos relacionamos en libertad, si nos cuidamos con amor, si nos tratamos siempre de tú a tú, siempre de igual a igual.

Fuente: https://rebelion.org/ni-criadas-ni-carceleras-companeras-como-aprender-a-relacionarse-con-mujeres-libres/

Comparte este contenido:

La vuelta al mundo: la pandemia impacta el trabajo doméstico en Brasil, Argentina y Venezuela

Según datos de la Organización Internacional del Trabajo, Brasil es el país con más empleadas domésticas en el mundo con cerca de siete millones de mujeres trabajando en este sector, que durante la pandemia fue fuertemente golpeado: unas dos millones de trabajadoras quedaron sin empleo. Mientras tanto, en Argentina tres de cada cuatro trabajadoras de casas particulares se encuentran en la informalidad. Y en Venezuela, la pandemia también afectó a las empleadas domésticas, quienes en muchos casos tuvieron que cambiar de rubro y dedicarse a las ventas informales.

Fuente: https://www.france24.com/es/am%C3%A9rica-latina/20210331-pandemia-trabajo-domestico-brasil-argentina-venezuela

 

 

 

Comparte este contenido:

El Aquelarre de las Insumisas presenta: Feminismos historia- Segunda Ola

El feminismo ha sabido construir su historia a través de la elaboración de una genealogía de luchas intergeneracionales y la metáfora de las olas aparece siempre en el relato de esta historización. Las olas, como sinónimo de movimientos constantes, nos permiten vislumbrar una lucha que no se detuvo, que a lo largo de la historia resistió y combatió incansablemente a la opresión patriarcal.
El feminismo identificado con la “segunda ola”, también conocido como “feminismo radical”, surge hacia fines de los años 60 y se extiende bajo el lema de “lo personal es político”, intentando por todos los medios llevar lo privado a la arena política. Esta etapa marca el comienzo de una fuerte reflexión colectiva sobre las raíces profundas del patriarcado y la necesidad de la liberación de la mujer de la opresión, por su propia condición de género. Para estas feministas su lucha fue a la vez un desafío político y una ética personal.
En América Latina, a mediados de los años 70, salvo en algunos países del sur, donde por las dictaduras existentes los movimientos de mujeres fueron parte de la resistencia,  se comienzan a delinear el Movimiento Feminista y de Mujeres, con muchas de las características que en la actualidad presenta este gran colectivo de lucha y resistencia.
Desde el Aquelarre de las insumisas, como espacio que se propone tejer redes para organizarnos y visibilizar nuestras luchas por otros mundos posibles, entendemos que recuperar nuestra historia de resistencias feministas nos posibilita vislumbrar un futuro de esperanza donde no quepa el patriarcado, ni ninguna otra forma de opresión ni violencia.
Por tal motivo las invitamos al ciclo: “Historia del feminismo- Segunda Ola”, el día Sábado 27 de marzo del 2021 en los siguientes horarios:
13.00 hs. México
14.00 hs, Colombia- Perú
15.00 hs, Venezuela
16.00 hs. Argentina- Chile- Uruguay
Se transmitirá por el Facebook del Aquelarre de las Insumisas
Comparte este contenido:

Las mujeres no aparecen ni en pintura: la plataforma que reivindica la inclusión de las artistas en el currículo educativo

Cinco razones por las que la exposición feminista ‘Invitadas’ del Museo del Prado no lo es tanto

En el examen de Historia del Arte de la pasada selectividad, los estudiantes de Madrid tuvieron que elegir entre Piero della Francesca, Jacques Louis David, Praxiteles, Bernini o Manet. En Castilla y León preguntaron por Picasso, Miró y Dalí. En Catalunya hubo que analizar el famoso cuadro de la libertad francesa de Eugène Delacroix. En Extremadura, a Eiffel, Gaudí, Le Corbusier y Wright. En la Comunitat Valenciana entró El Greco. Da igual la región: los nombres de las autoras brillan por su ausencia en una prueba que habilita para entrar a la universidad.

Pero esta falta de representación femenina viene de más atrás. Las pintoras, escultoras o compositoras no están entre los exámenes finales porque tampoco son materia de estudio. Sus nombres no son habituales en los libros de texto y, si figuran, a veces son como un epígrafe anecdótico y no como una parte más de la Historia.

Esa es la razón por la que nace La Roldana, una plataforma ciudadana que reivindica la inclusión de artistas en el currículo educativo para que nombres como Sofonisba Anguissola o Clara Peeters no pasen inadvertidos en futuros estudiantes. «A los libros de Historia del Arte no les interesa incluir a mujeres porque no entran en el currículo. No van a gastar tinta en imprimir una foto que no va a salir en el examen», critica Miriam Varela, que como historiadora del arte y aspirante a profesora decidió iniciar una campaña de Change.org para denunciar esta situación que ya acumula casi 10.000 firmas.

Montse Amorós, también licenciada en arte, decidió apoyar la causa y fue así como comenzó el proyecto de La Roldana, bautizado de esta forma en alusión a la primera escultora española de la que se tiene constancia en los registros. Hoy la iniciativa ya cuenta con 120 personas divididas en grupos de trabajo, que van desde organizar la comunicación hasta preparar imágenes para redes sociales. «La propuesta debería venir por parte del Ministerio, porque además en la nueva Ley Celáa inciden en que los estudios serán coeducativos y se fijarán en el trabajo de las mujeres en la historia», aprecia Amorós.

La nueva ley educativa fue aprobada definitivamente a finales de diciembre y, aprovechando este cambio, el Ministerio de Educación ha planteado cambiar el currículo y modificar aspectos como los llamados «estándares de aprendizaje evaluables». «Estos dicen punto por punto los criterios concretos que tienen que seguir los profesores, y si no se ciñen a esos ejercicios pueden ser sancionados por una inspección. Con la norma actual parece que los contenidos van a ser más dispersos y se va a preguntar por cosas como ‘historia de la pintura en el Barroco’. Ahí puede haber espacio para ellas», observa Varela.

elDiario.es se ha puesto en contacto con el Ministerio de Educación para consultar si se plantea alguna medida que fomente el estudio de autoras en clases, y señalan que «la igualdad es uno de los elementos fundamentales de la nueva ley educativa» y que están trabajando «para impulsarla en todos los aspectos a través de la coeducación y el desarrollo de un nuevo currículo». Aseguran que además están en contacto con ANELE, asociación encargada de representar a los editores de libros educativos, «para que haya más presencia de mujeres diferentes en disciplinas entre las que también están las artes». Sin embargo, todavía no dan fechas concretas de cuándo se van a formalizar estos cambios.

Una lucha que no es nueva

«¿Por qué no han existido grandes mujeres artistas?», es la pregunta con la que comienza el vídeo inaugural de La Roldana. Y no es nueva. Es lo que en 1971 se la planteó Linda Nochlin, historiadora del arte estadounidense que además fue autora de uno de los ensayos más importantes para valorar la historia del arte en clave feminista. «Escribió un artículo que se convirtió en reivindicación feminista para todas las historiadoras, ya que hablaba de cosas como por qué la figura del genio solo se puede asociar a lo masculino», apunta Amorós.

Las fundadoras de la plataforma se centran en la situación de asignaturas como Historia del Arte y Fundamentos del Arte (I y II), que se dan en bachillerato, pero alertan de que la falta de paridad también es extrapolable a otros campos de la educación. En España uno de los mayores estudios sobre la presencia de mujeres en libros escolares es de Ana López-Navajas, que en 2011 analizó 115 manuales de tres editoriales en varias asignaturas de la ESO. El resultado, como se puede comprobar en la base de datos disponible en su página web, refleja que los hombres siguen dominando las páginas con una amplia mayoría de un 87,3%.

Otro de los problemas, como señalan las representantes de la iniciativa, es que a veces se estudian autoras como casos aislados o en momentos puntuales, como el 8M, pero luego caen en el olvido. «Siempre han existido artistas y no tenemos que catalogarlas como un grupo independiente. Por ejemplo Las Sinsombrero estuvieron junto a hombres como Dalí o Lorca, no se sentaban en mesas separadas en el bar», dice Varela.

Aunque los cambios en el currículo pueden no ser inminentes, la intención de La Roldana es llevar a los institutos españoles fichas de 34 artistas seleccionadas a través de una encuesta entre todas las integrantes de la plataforma, en su mayoría expertas en Historia del Arte. Este catálogo, además, será trasladado al Congreso y al Consejo Escolar de Estado. «Así es como empieza a cambiar el discurso de la Historia del Arte: si alguien en el instituto conoce a artistas en todas las épocas y entonces pueden empezar a escribir desde cero, sin tener que deconstruir para volver a construir como estamos haciendo nosotras», opina Montse Amorós.

Las especialistas citan ejemplos como Camille Claudel, escultora francesa que siempre ha estado a la sombra de Rodin a pesar de tener méritos propios. También está Berthe Morisot, fundadora del grupo de los impresionistas en Francia y del Salón de los Rechazados que, pese a no ser olvidada, no es reconocida al mismo nivel que varones como Monet o Renoir. O Hilma af Klint, pionera del arte abstracto que por voluntad propia decidió ocultar sus cuadros hasta 20 años después de su muerte en 1889. Pensaba que su arte no sería comprendido en su época, pero la era actual tampoco le ha hecho justicia: conocemos mucho de Wassily Kandinsky, que siguió su estela, pero no tanto de Hilma.

Fuente: https://www.eldiario.es/cultura/arte/mujeres-no-aparecen-pintura-plataforma-reivindica-inclusion-artistas-curriculo-educativo_1_7271918.html

Comparte este contenido:
Page 7 of 58
1 5 6 7 8 9 58
OtrasVocesenEducacion.org