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Oriente Medio y Norte de África: La violencia de género sigue destrozando la vida de las mujeres en la región

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, Amnistía Internacional ha resaltado cómo, a pesar de las limitadas reformas acometidas, las mujeres de la región de Oriente Medio y Norte de África siguen soportando una arraigada discriminación y sufriendo actos de violencia a diario, mientras, lamentablemente, los gobiernos se abstienen de tomar medidas para acabar con las detenciones arbitrarias, los secuestros, los asesinatos, los llamados homicidios “en nombre del honor” y otras formas de violencia de género.

Últimamente, tras el estallido de la pandemia de COVID-19 algunos países han informado de un incremento en el número de casos de violencia de género intrafamiliar y de llamadas a líneas de asistencia telefónica, debido a los prolongados encierros domiciliarios que han llevado consigo los confinamientos y los toques de queda.

“En la región de Oriente Medio y Norte de África, las mujeres y las niñas siguen viendo sus vidas destrozadas por la realidad diaria de la violencia, tanto en el hogar como en la calle. La violencia de género era ya motivo de preocupación constante en toda la región, pero el marcado aumento de la violencia de género en el ámbito familiar durante los confinamientos de la COVID-19 ha tenido consecuencias desastrosas”, afirma Heba Morayef, directora regional de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.

“A lo largo de los últimos años, aunque las personas que defienden los derechos de las mujeres en la región han ganado importantes batallas que se han traducido en tímidos avances en los derechos de las mujeres —sobre todo, reformas legislativas, con la derogación de leyes discriminatorias—, ese progreso se ha visto ensombrecido por la actuación de los gobiernos, que contribuyen a la violencia de género o, como mínimo, la toleran, lo cual sigue teniendo un efecto devastador sobre la vida de las mujeres”.

En la región de Oriente Medio y Norte de África, las mujeres y las niñas siguen viendo sus vidas destrozadas por la realidad diaria de la violencia, tanto en el hogar como en la calle.
Heba Morayef, Amnistía Internacional

En 2020, la pandemia de COVID-19 ha exacerbado los ya graves peligros a los que se enfrentaban las mujeres de la región, con lo que en algunos países —como Argelia, Irak, Jordania, Marruecos y Túnez— las organizaciones de derechos de las mujeres, las líneas de asistencia telefónica y los refugios para sobrevivientes de violencia de género intrafamiliar han constatado un aumento en el número de llamadas de socorro o de casos de violencia de género registrados.

En Argelia, el Centro de Información sobre los Derechos de la Mujer y la Infancia registró, al menos, 39 casos de asesinato o de “agresión y palizas deliberadas” con resultado de muerte durante el confinamiento de la COVID-19, aunque los grupos de derechos de las mujeres aseguran que la cifra real es, probablemente, superior.

La violencia de género sigue siendo endémica

Durante los últimos años, algunos países de Oriente Medio y Norte de África han experimentado tímidos avances legislativos e institucionales en relación con los derechos de las mujeres. Por ejemplo, en Arabia Saudí se ha reformado, con mucho retraso, el discriminatorio sistema de tutela masculina y se ha revocado la prohibición de conducir para las mujeres, mientras que en Túnez se ha establecido un mecanismo de denuncia para sobrevivientes de violencia de género en el ámbito familiar, y en Jordania se ha abierto un refugio para las mujeres amenazadas de los conocidos como “delitos en nombre del honor”.

En el Magreb, se han aprobado disposiciones jurídicas para combatir la violencia contra las mujeres, incluida una emblemática ley aprobada en 2017 en Túnez para proteger a las mujeres contra toda forma de violencia de género.

Sin embargo, estos avances se han visto ensombrecidos por la violencia y la discriminación que sufren constantemente las mujeres —sobre todo en cuestiones de matrimonio, herencia y custodia de hijos e hijas—, y han sido menoscabados, además, por la deficiente aplicación de las reformas y por la continua negación de participación activa a las mujeres.

Se han seguido registrando los conocidos como “homicidios en nombre del honor” en Irak, Irán, Jordania, Kuwait y las comunidades palestinas de Israel y Palestina, donde las autoridades se han abstenido de procesar a los perpetradores y de abordar las discriminatorias leyes y normas de género subyacentes, que permiten que esa violencia prolifere. En varios países, las defensoras de los derechos humanos han sido amenazadas —de violación, entre otras cosas—, intimidadas, limitadas en sus desplazamientos o, incluso, agredidas y asesinadas por agentes estatales y no estatales, que han intentado silenciarlas así.

En Libia, las mujeres y las niñas han sufrido agresiones físicas, secuestros, asesinatos y violencia sexual, así como campañas de desprestigio y abusos online, a manos de milicias y grupos armados. Recientemente, en noviembre de 2020, la abogada libia Hanan al-Barassi murió abatida a tiros en Bengasi tras haber criticado la corrupción de ciertas personas vinculadas a grupos armados del este de Libia.

Asimismo, en Irak, hombres armados mataron a tiros a Reham Yacoub, activista conocida por haber organizado actos de protesta en Basora en agosto de 2020.

En Egipto, gracias a una campaña online contra el acoso y la violencia sexual realizada por una serie de jóvenes feministas, varios hombres acusados de violación fueron detenidos en agosto de 2020. Sin embargo, pese a haber aprobado las autoridades egipcias una disposición legal que permite a la fiscalía garantizar el anonimato a las sobrevivientes de violencia sexual, se ha seguido deteniendo y procesando a sobrevivientes y testigos que han declarado en causas judiciales similares o que han denunciado la violencia sexual.

En 2020, al menos nueve influencers de las redes sociales fueron procesadas, acusadas de “violar principios familiares” debido a unos vídeos publicados en TikTok. Además, los medios de comunicación progubernamentales han llevado a cabo una agresiva campaña de desprestigio contra las mujeres sobrevivientes de violencia sexual y quienes las apoyan.

En Irán, la policía “de la moral” ha seguido imponiendo el cumplimiento de discriminatorias y degradantes leyes de uso obligatorio del velo, y sometiendo a diario a las mujeres y las niñas a acoso y agresiones.

Los derechos de las sobrevivientes, vulnerados

Las mujeres que dan el paso de denunciar abusos se encuentran con grandes obstáculos a la hora de acceder a la justicia. En Libia, pueden ser detenidas por “adulterio” y, entre la población refugiada y migrante, las mujeres no se atreven a acercarse a la policía, por temor a ser detenidas y deportadas. En Jordania, algunas mujeres han manifestado su temor a ser recluidas en albergues si denuncian actos de violencia en su contra. Pese a las reformas, en Arabia Saudí el sistema de tutela masculina continúa permitiendo a los varones tutores perpetuar la violencia contra las mujeres, que no están protegidas frente a la violencia sexual y física. Por ejemplo, las mujeres que sufren violencia en el ámbito familiar siguen necesitando el permiso del varón tutor para salir de los albergues.

Aunque algunos países han revocado disposiciones jurídicas que permitían a los violadores evitar ser procesados si se casaban con sus víctimas, ese tipo de leyes se mantienen en varios países de la región de Oriente Medio y Norte de África.

“La pasividad de los gobiernos a la hora de proteger de manera adecuada a las mujeres contra la violencia de género y de combatir la impunidad ha perpetuado esa forma de abuso. Para empezar, las autoridades deben condenar públicamente todas las formas de violencia de género y desmantelar las estructuras que facilitan esos abusos, tales como la tutela masculina,” asegura Heba Morayef.

“Además, deben garantizar la protección de los derechos de las sobrevivientes, que éstas puedan acceder de manera segura a la justicia y que los perpetradores rindan cuentas. Es preciso que las sobrevivientes puedan acceder a albergues, asistencia psicosocial y servicios jurídicos y de otros tipos adecuados”.

Fuente: https://www.amnesty.org/es/latest/news/2021/03/mena-gender-based-violence-continues-to-devastate-lives-of-women-across-region/

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Cuentos feministas para niñas de América Latina sin príncipes ni princesas

Planeta publica cinco ediciones de ‘Cuentos para niñas rebeldes’ para recordar a 500 mujeres que hicieron historia en Latinoamérica.

“Cuando era pequeña –y aún llevaba nombre de hombre– la mamá de Claudia le relataba un mito mapuche sobre guerreros tocados por la fuerza femenina de la luna”, empieza un cuento de dormir para niñas chilenas. La pequeña en la historia, la indígena mapuche Claudia Ancapán Quilape, “se sentía identificada con esos guerreros femeninos, sin entender del todo por qué”. Pero después de enfrentarse a malvados profesores que la discriminaban por querer ser una niña, Claudia es ahora una mujer transgénero de 44 años que “lucha por los derechos de las mujeres, contra la violencia obstétrica y por la protección de los niños y niñas transgénero”. Y colorín colorado, Claudia, como los guerreros lunares, se convirtió en su propio cuento para niñas.

La editorial Planeta publicó, en el Día Internacional de la Mujer, cinco nuevos libros titulados Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes, y en su versión chilena se encuentra el cuento de Claudia con los de otras 99 mujeres. Cada edición –en Argentina, Chile, Perú, México, y una para Ecuador y Colombia– trae 100 cuentos muy cortos de mujeres de su país, cuentos en los que no hay príncipes ni princesas esperando ser rescatadas, sino mujeres que han cambiado la historia a nivel regional, local, o barrial. “A veces las mujeres ejemplares de las que más puedes aprender son aquellas que han estado a la vuelta de tu casa”, dice la introducción del libro en las cinco ediciones.

En los cuentos hay mujeres latinoamericanas tan famosas como las cantantes Chavela Vargas o Lila Downs, pero otras mucho menos conocidas por la región como Dorothy Ruiz Martínez, una científica mexicana que trabaja en la NASA. En la edición de Perú, además de resaltar a la poeta Blanca Varela o la heroína de la independencia Micaela Bastidas, está junto a ellas Isabel Cortez: una mujer que trabajó muchos años en el servicio de limpieza desde que era menor de edad, hasta que “se convirtió en la vocera de todos los empleados de limpieza, y se enfrentó a las autoridades para conseguir que sus condiciones laborales fueran más dignas y justas”.

Ilustración de Isabel Cortez, barrendera en Lima que fue candidata a la elecciones al Congreso de Perú.
Ilustración de Isabel Cortez, barrendera en Lima que fue candidata a la elecciones al Congreso de Perú.DIZZY FRANK / EDITORIAL PLANETA

“Son mujeres que encuentran su súper poder, por así decirlo, a partir de la rebeldía”, explica Myriam Vidriales a EL PAÍS, directora de marketing y comunicaciones en Planeta para América Latina, sobre el criterio editorial básico que tuvieron los múltiples equipos de editoras en la región para hacer estos libros. “En cada vida hay algo extraordinario, pero ¿cómo pones el foco en eso extraordinario? Eso es lo que hace de esa vida un cuento de hadas”.

Estas nuevas cinco ediciones tienen una edición madre. En 2016 dos autoras italianas que viven en California, Elena Favilli y Francesca Cavallo, publicaron Rebel Girls, un primer libro de 100 cuentos con mujeres de todo el mundo – como Michelle Obama, Coco Chanel, Cleopatra y Aung San Suu Kyi– que fue traducido a 26 idiomas. Las tres ediciones previas en español –del 2017, 2018 y 2020– han vendido más de un millón de ejemplares en América Latina y España, lo que lo convierte en uno de los libros más vendido por Planeta en los últimos años. “A través del simple y sencillo relato de lo extraordinario en las vidas de estas mujeres el libro se convirtió en un fenómeno,” dice Vidriales.

Para las cinco ediciones en América Latina –y una sexta que se publicará en Uruguay en abril– editoras de Planeta hicieron largas listas que luego compartieron y discutieron con Elena Favilli y su equipo de Rebel Girls en Estados Unidos. Después de llegar a un acuerdo sobre las 100 mujeres que entrarían en cada libro, decenas de ilustradoras en cada país hicieron los 500 dibujos que acompañan a cada una de los cuentos. A varias de las mujeres retratadas, sobre todo las menos conocidas, las editoras las entrevistaron, y cada una de ellas recibió una notificación anunciando que iban a ser, a partir de ahora, un cuento para “niñas rebeldes”.

Pero lo más interesante de las cinco ediciones ahora en librerías es intentar descifrar su selección. Además de las mujeres más conocidas regionalmente – de Sor Juana Inés de la Cruz en México a Alejandra Pizarnik en Argentina– los cinco libros hacen cierto eco a lo que muchas feministas han estado intentando reflejar en los movimientos: entender que la experiencia femenina es extremadamente diversa (o interseccional) y por eso, además de las mujeres más blancas o privilegiadas que han cambiado el mundo, están todas aquellas que han recibido menos reconocimiento en la historia del feminismo latinoamericano: las pobres, las transgénero, las indígenas o afrodescendientes.

Ilustración de la Asociación de Parteras Unidas Del Pacífico.
Ilustración de la Asociación de Parteras Unidas Del Pacífico.CATALINA VASQUEZ / EDITORIAL PLANETA

La edición colombiana, por ejemplo, tiene un cuento dedicado a la Asociación de Parteras Unidas Del Pacífico, un grupo de mujeres afrocolombianas que viven en el occidente del país y que “enseñan a las jóvenes cómo manejar su menstruación, a las mujeres embarazadas a cuidarse para que sus bebés nazcan sanos, y las ayudan a parir”. Aunque muchas de ellas han sido víctimas de la violencia del conflicto armado colombiano, y sus prácticas tradicionales no siempre son reconocidas por la medicina occidental, lograron conformar una asociación que reúne a unas 1.600 mujeres y que su saber ancestral se reconociera como patrimonio nacional. “Demuestran que cuando las mujeres se juntan, son imparables”, se lee el cuento.

“Es un libro abiertamente feminista, pero no es un libro que uno va por la vida diciendo que es un manifiesto,” dice Vidriales. El libro, por ejemplo, tiene un claro enfoque liberal en defensa de los derechos reproductivos de las mujeres: hace varios perfiles de mujeres que han sido claves para aprobar el derecho de las mujeres al aborto, como la abogada Argentina Nelly Minyersky (la reina verde, como se le conoce en Buenos Aires) o Mónica Roa, la abogada colombiana que logró en 2005 que en su país se aprobara el dere

cho al aborto en tres causales. “Había una vez una niña que soñaba con ser la Mujer Maravilla y cambiar el mundo”, arranca el cuento sobre Roa.

Las primeras mujeres en llegar a cargos públicos importantes –la expresidente de Michelle Bachelet en Chile, las argentinas Eva Perón y Cristina Fernández de Kirchner, o la primera alcaldesa de Bogotá Claudia López– también tienen su lugar en los cuentos para niñas rebeldes, aunque Planeta intenta ser cuidadosa con el contexto político de cada país (la primera edición traducida del 2017, que incluía a la primera ministra de Inglaterra Margaret Tatcher, fue excluida de la edición Argentina pues esta política impulsó la guerra en las Malvinas). “No son el manifiesto de Las Tesis”, dice Vidriales de Editorial Planeta sobre el aspecto político de los cinco libros, “pero son un dulce con fuego feminista envuelto”.

Fuente: https://elpais.com/cultura/2021-03-18/cuentos-feministas-para-ninas-de-america-latina-sin-principes-ni-princesas.html

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México: Con proyecciones, protestan feministas contra violencia machista e impunidad en el Palacio Nacional

Cuatro consignas contra la impunidad y la inacción del gobierno federal frente a la violencia machista fueron proyectadas la noche del domingo en la facha del Palacio Nacional.

Las frases «No + violencia», «Somos las mujeres, somos una voz colectiva», «AMLO, date cuenta» y «Un violador será gobernador» fueron proyectadas en el recinto presidencial por mujeres en protesta contra la impunidad y la falta de voluntad política para atender la violencia de género.

Se trata de la segunda megaproyección en la fachada del Palacio Nacional para denunciar la omisión de las autoridades y reafirmar la organización de las mujeres en lucha por una vida libre de violencia.

El pasado 7 de marzo, las mujeres que acudieron a pintar los nombres de las víctimas de feminicidio en el muro que cercaba al Palacio Nacional previo a las movilizaciones del #8M también proyectaron consignas como «México feminicida», «Aborto Legal ya» y «Un violador no será gobernador».

Fuente e imagenes: https://desinformemonos.org/con-proyecciones-protestan-feministas-contra-violencia-machista-e-impunidad-en-el-palacio-nacional/

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El Aquelarre de las Insumisas presenta: Feminismos historia- Segunda Ola

El feminismo ha sabido construir su historia a través de la elaboración de una genealogía de luchas intergeneracionales y la metáfora de las olas aparece siempre en el relato de esta historización. Las olas, como sinónimo de movimientos constantes, nos permiten vislumbrar una lucha que no se detuvo, que a lo largo de la historia resistió y combatió incansablemente a la opresión patriarcal.
El feminismo identificado con la “segunda ola”, también conocido como “feminismo radical”, surge hacia fines de los años 60 y se extiende bajo el lema de “lo personal es político”, intentando por todos los medios llevar lo privado a la arena política. Esta etapa marca el comienzo de una fuerte reflexión colectiva sobre las raíces profundas del patriarcado y la necesidad de la liberación de la mujer de la opresión, por su propia condición de género. Para estas feministas su lucha fue a la vez un desafío político y una ética personal.
En América Latina, a mediados de los años 70, salvo en algunos países del sur, donde por las dictaduras existentes los movimientos de mujeres fueron parte de la resistencia,  se comienzan a delinear el Movimiento Feminista y de Mujeres, con muchas de las características que en la actualidad presenta este gran colectivo de lucha y resistencia.
Desde el Aquelarre de las insumisas, como espacio que se propone tejer redes para organizarnos y visibilizar nuestras luchas por otros mundos posibles, entendemos que recuperar nuestra historia de resistencias feministas nos posibilita vislumbrar un futuro de esperanza donde no quepa el patriarcado, ni ninguna otra forma de opresión ni violencia.
Por tal motivo las invitamos al ciclo: “Historia del feminismo- Segunda Ola”, el día Sábado 27 de marzo del 2021 en los siguientes horarios:
13.00 hs. México
14.00 hs, Colombia- Perú
15.00 hs, Venezuela
16.00 hs. Argentina- Chile- Uruguay
Se transmitirá por el Facebook del Aquelarre de las Insumisas
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En México, mujeres se exponen a violencia policiaca en marchas: AI

América del Norte/México/05-03-2021/Autor: Fernando Camacho Servín/Fuente: www.jornada.com.mx

Ciudad de México. En México, las mujeres que participan en marchas y movilizaciones en contra de la violencia de género están expuestas a ser agredidas de diversas formas por parte de los cuerpos de seguridad, como parte de un escenario de criminalización y estigmatización generado tanto por las autoridades como por algunos medios informativos, advirtió Amnistía Internacional (AI) México.

En su informe “México: La era de las mujeres. Estigma y violencia contra mujeres que protestan” –el cual se presenta este miércoles–, la organización advirtió que aunque el derecho humano a la libertad de reunión pacífica está supuestamente garantizado en el país, en la realidad muchas mujeres sufren violencia y vulneración de ésta y otras garantías básicas al salir a manifestarse en las calles.

“Distintos cuerpos policiales han infringido los derechos de las mujeres y las niñas, incluyendo los derechos a la reunión pacífica, a la libertad, a la integridad personal, a estar libres de tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes, y a vivir una vida libre de violencia”, señaló AI en su estudio.

De igual forma, el colectivo documentó que “las autoridades responden a las protestas de mujeres y contra la violencia de género contra las mujeres, con excesivo e innecesario uso de la fuerza, con detenciones ilegales y arbitrarias, con abuso verbal y físico basado en el género contra las mujeres y con violencia sexual”.

AI México alertó que, aunque las marchas y mítines feministas y en contra de la violencia de género son mayoritariamente pacíficos, dichas acciones “han comenzado a ser estigmatizadas como violentas.

“Esta caracterización por parte de las autoridades y por varios medios de comunicación, genera un ambiente hostil al derecho de reunión de las mujeres, deslegitima su activismo y facilita que tanto autoridades como particulares ejerzan violencia en su contra”.

Asimismo, la organización recalcó que “el estigma sobre las manifestaciones feministas y contra la violencia de género, se basa en y refuerza estereotipos de género contra las mujeres, es decir, roles y concepciones tradicionalmente asignados por la sociedad a las mujeres”, como que “las mujeres deben quedarse en casa en lugar de buscarse problemas al manifestarse”.

A lo anterior se suman otros elementos de exclusión y marginación en contra de las mujeres que viven en la periferia de la Ciudad de México, así como “sesgos discriminatorios” en contra de las manifestantes que se cubren el rostro –incluso con cubrebocas como medida sanitaria para protegerse del contagio de la COVID-19–, o se visten de negro.

Las mujeres que lo hacen, puntualizó AI México, son “consideradas sospechosas de querer cometer o haber cometido un delito”, cuando “el ocultar el rostro o vestirse de negro no puede equipararse a la comisión de un delito, o a la suposición de uso de violencia durante las manifestaciones”.

Por otro lado, el informe documentó “el uso innecesario, excesivo y desproporcionado de la fuerza como una forma de inhibir el derecho de reunión pacífica, a través de “detenciones o aseguramientos preventivos” para detener arbitrariamente a quienes desean participar en manifestaciones o por “sospechas” de querer realizar un delito.

Luego de mencionar casos de represión y uso excesivo de la fuerza en contra de movilizaciones de mujeres en ciudades como Culiacán, León, Ecatepec, Atizapán y Cancún –donde incluso la policía abrió fuego en contra de las manifestantes–, la organización de derechos humanos indicó que las personas detenidas sufrieron un “intenso miedo de ser víctimas de desaparición” u otros abusos graves, lo cual implica una forma de tortura y tratos crueles e inhumanos.

El estudio también consideró “preocupante el uso de diversas formas de violencia sexual por integrantes de los cuerpos policiales contra las manifestantes, como una forma de violencia basada en género y como una táctica para aleccionar a las manifestantes por supuestamente estar comportándose de forma contraria al orden público”.

“Dado el nivel de violencia que sufren las mujeres y las niñas que participan en manifestaciones en México, y el escalamiento de la violencia en su contra por parte de las autoridades, Amnistía Internacional considera que se configura una situación de riesgo particular para las manifestantes feministas y que se pronuncian contra la violencia de género”, subrayó el informe.

Por todo lo anterior, AI México llamó a las autoridades mexicanas a “adoptar medidas concretas para garantizar el derecho a la libre reunión pacífica, el derecho a estar libre de violencia, y todos los derechos humanos de las manifestantes en cada una de las protestas en que partícipe este grupo de personas”.

Algunas de dichas medidas, indicó, son abstenerse de hacer declaraciones estigmatizantes contra las manifestaciones feministas y que se pronuncian contra la violencia de género contra las mujeres; reconocer que pintar consignas o símbolos, así como modificar monumentos, son manifestaciones de la libertad de expresión y no pueden ser considerados como actos violentos, que den lugar al uso de la fuerza durante manifestaciones o detenciones.

Otras recomendaciones tienen que ver con adoptar medidas para prevenir, proteger y garantizar el derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencia; fortalecer el Mecanismo de Seguimiento de Casos de Tortura Sexual Cometida contra las Mujeres, y responder a los posibles hechos de violencia perpetrados por grupos específicos de manifestantes de manera diferenciada y proporcionada, respetando y protegiendo el derecho de reunión pacífica de quienes se manifiestan pacíficamente.

Fuente e Imagen: https://www.jornada.com.mx/notas/2021/03/03/sociedad/en-mexico-mujeres-se-exponen-a-violencia-policiaca-en-marchas-ai/

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El Salvador: Ormusa recibe premio por su trabajo contra la violencia de la mujer

América Central/El Salvador/05-03-2021/Autor(a) y Fuente: www.elsalvador.com

El año anterior, según Fiscalía, hubo 2,858 casos de delitos contra la libertad sexual, el 90 % fueron mujeres.

La violencia feminicida: Es la forma extrema de violencia de género contra las mujeres, producto de la violación de sus derechos humanos, en los ámbitos público y privado. La sanción de este delito y casos derivados son penados según la ley de 30 a 50 años de carcel.

La Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (Ormusa), entidad de la sociedad civil salvadoreña que lucha para erradicar la violencia contra este sector de la población, recibió, este jueves, durante una ceremonia virtual un reconocimiento que le permitirá profundizar su labor en favor de este sector.

Las raíces de Ormusa se remontan a 1983, cuando un grupo de campesinas, obreras y profesionales de los municipios de San Salvador, Olocuilta y Candelaria se reunían de forma voluntaria para promover los derechos de las mujeres, pero fue hasta el 2 de septiembre de 1993 que se constituyeron legalmente como asociación.

El estímulo, que fue otorgado por la Fundación Avon, bajo su iniciativa “La Promesa Avon de poner fin a la violencia contra las mujeres 2020”, consiste en una donación por $72,397.80 que destinará para una campaña de prevención de la violencia sexual.

La cultura de la violación tiene un impacto social, un impacto económico, tiene un impacto en la vida de las niñas y de las mujeres de manera permanente y en este país mucho se ha hablado de la falta de programas de atención emocional”.

Jeannette Urquilla, directora Ejecutiva de Ormusa

Previo a la entrega del reconocimiento, Jeannette Urquilla, directora ejecutiva de la Ormusa, detalló que, al igual que otras organizaciones que hacen una labor similar, presentaron ante dicha fundación un proyecto específico en busca de lograr un financiamiento.

Durante el evento se conoció que el proyecto salvadoreño compitió con más de 111 iniciativas, de las cuales resultaron premiadas ocho de México, además de ocho de la región centroamericana y República Dominicana.

Urquilla expresó que su propuesta está dirigida a hacer más visible, de mejor manera, el tema de la violencia sexual contra las niñas, adolescentes y mujeres en el curso de la vida, algo en lo que han venido alzando su voz de manera conjunta con otras organizaciones y organismos internacionales.

De acuerdo con datos provistos por Ormusa, entre enero y diciembre de 2020 la Fiscalía General de la República (FGR) registró 2,858 casos de delitos contra la libertad sexual, de los cuales el 90 % afectó a mujeres, el 9 % a hombres y 1 % no registrado.

La propuesta con la que la organización salvadoreña compitió y ganó será desarrollada a partir de marzo, durará doce meses y se prevé que cubra más de 100,000 personas.

Ingrid Espinoza, de la mencionada fundación, expresó que los proyectos que favorecen con fondos se enmarcan dentro de cuatro áreas de impacto: fortalecer las instituciones dedicadas a la protección, apoyo y asistencia; la sensibilización para la prevención aumentando consciencia públicas; educación desde los jóvenes para promover la parte de la erradicación de la violencia y apoderamiento; así como promover el empoderamiento económico de las mujeres.

Según detalló, los criterios que establecen para otorgar los reconocimientos son: la puntuación que hacen los jueces en relación a innovación, gestión del proyecto, lugar de impacto, número de beneficiarios y que esté anclado en una de las cuatro áreas de impacto.

“Vamos a intentar y la propuesta va encaminada a contribuir a desmontar de nuestras estructuras sociales, de nuestros imaginarios, todo el contenido de la cultura de la violación que se ejerce contra las mujeres en el curso de vida”, expresó Urquilla.

Ella lamenta que la prevención de este problema es algo en lo que la sociedad y también del Estado salvadoreño tienen una gran deuda.

La campaña nacional incluirá varias actividades: capacitar a funcionarios públicos sobre la temática; trabajar con 40 comités de comunidades organizadas de diferentes municipios en donde la Ormusa tiene presencia.

Como parte de este proyecto también lanzarán conversatorios con comunicadores, un concurso periodístico enfocado en el problema, así como mensajes a través de medios alternativos masivos como las redes sociales, entre otros.

“Necesitamos como país, como nación, avanzar en ese tipo de situaciones que dejan lo que ya hemos conocido en muchos momentos: embarazos en niñas, embarazos en adolescentes, embarazos no planificados, no deseados, etc., sino también muchas veces suicidios feminicidas a raíz de una violación”, afirmó.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/eldiariodehoy/ormusa-violencia-domestica/810544/2021/
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Todas las luchas de las mujeres

Por: Daliri Oropeza

Las múltiples luchas de las mujeres florecen en el movimiento social de mayor potencia de inicio de siglo. Aunque no todas comparten la visión del feminismo, no cabe duda que la mujer es el motivo, inspiración y motor.

—¿Eres Feminista? —me preguntó la colega Andrea Arzaba en 2013.

Yo veía una ausencia de voces de mujeres en los medios de comunicación en general.

“No, pero siempre quiero escribir sobre mujeres en mis historias”.

Tuve una sensación cuando me hizo la pregunta. Me cuestioné a mí misma si necesitaba ser feminista para impulsar la voz de las mujeres ante una disparidad monumental en la narración de los hechos históricos vistos desde el periodismo. Es ahí donde encontré la justicia.

Seis años antes de esta entrevista, mi papá me regaló El segundo sexo, de Simone de Beauvoir. Estaba por entrar a la Universidad.

Al recordar esa sensación durante la entrevista con Andrea, pienso que ahora se ha vuelto una moda relacionar el feminismo al mostrar los naturales vellos en las cuerpas femeninas. Pero en mis años de estudiante me veían como a un escarabajo tornasol, con extrañeza.

Cuando hojeaba El segundo sexo, ya tenía discusiones candentes con tías conservadoras que me exigían depilarme las axilas. Claramente, yo me sentía cómoda con mis vellos y los exhibía en reuniones familiares. Una lucha por la cuerpa misma.

¿Necesito ser feminista para entender que si salen vellos es por algo y yo decido si los dejo o los quito?

No lo sé, algunas llegaron por ese camino.

Recuerdo estos pasajes porque leí este tuit:

Tal vez fue hasta el #MeToo que entendí que mi diferencia principal con el feminismo es el enfoque individualista que lo caracteriza. Yo no percibo el cambio sin lo colectivo. Que la postura crítica sobre la blanquitud que Valeria Angola señala tiene que ver con su creación como ideología. Enfoca desde la afrodescendencia.

Y es que en el comienzo del feminismo era más fácil identificar algo que unificara la lucha de la mujer, por el voto, por los derechos laborales, civiles y hasta humanos que nos han sido negados.

Hoy vivimos un movimiento de mujeres muy grande. Se desborda. Muchas lo llevan a cabo a través del feminismo. A muchas otras no las convoca. Y eso no quiere decir que no luchen por las mujeres.

Vemos muy claramente con las mujeres zapatistas que han llevado a cabo un reordenamiento profundo del tejido social, cuyo ejemplo es el impulso para las mujeres indígenas en todo el país, y el mundo, desde el enfoque de la triple discriminación: por ser mujer, por ser indígena y por ser pobre. La lucha de las mujeres zapatistas siempre ha sido desde la colectividad, desde sus comunidades.

Primer encuentro de mujeres que luchan en el caracol zapatista de Morelia. Foto: Daliri Oropeza

Eso lo entendí seis años después de intercambiar aquel libro de El segundo sexo de Beauvoir con una mujer en Oventik, en los Altos de Chiapas.

Las mujeres zapatistas, al realizar una actividad política activa en el Ejército o como promotoras, subvertían la principal opresión del tiempo Colonial. Lo que Aura Cumes señala como momento en que queda trunca la deliberación interna en las sociedades indígenas, pero previo a esto hay registros de mujeres en todos los niveles de la sociedad como gobernantas, sacerdotisas escribanas, comadronas, médicas, músicas.

“Las mujeres fueron sometidas sistemáticamente”, dice Cumes en el ensayo Cosmovisión maya y patriarcado al enfatizar que la colonización construyó una división jerárquica entre mujeres y hombres.

El que vivimos hoy es un movimiento de mujeres con muchísima fuerza por las distintas luchas que se acompañan, aunque también hay tensión.

Al feminismo también lo quieren volver institucional, descafeinado y también con motivos del poder hay quienes se vuelven feministas, y también vemos que por motivos de género hay una disputa por el poder.

Eso no le quita la relevancia al feminismo como pensamiento de nuestra época. Sin embargo, vale la pena abonar a su reflexión crítica y ver en sus diferentes enfoques su fortaleza, desde el feminismo negro, decolonial, comunitario, interseccional, radical, socialista, disidente, marxista, de la igualdad, de la diferencia, anarquista. O también detectar feminismo libera, como ha sido nombrado, pero que excluyen en vez de tejer.

En esta apertura de narrativas, de cohesión, es más difícil que entre la derecha o la blanquitud, que suelen ser verticales. Donde no solo se etiquete con el feminismo, sino que encuentre en las diferencias un modo de impulsar todas las luchas de las mujeres.

¿Desde dónde dan la lucha por las mujeres?

Desde que estaba en medios tradicionales procuraba buscar la voz de las mujeres, y hasta la fecha sigue siendo parte característica mi trabajo, en donde intento que, por lo menos, haya voz de una mujer en la mayor parte de lo que hago. A veces no se puede y no lo voy forzar. Así es la realidad. Cuando sí, las impulsamos y se vuelven medulares para provocar cambios en el tejido social.

TODAS. Foto: Daliri Oropeza
Fuente: https://piedepagina.mx/todas-las-luchas-de-las-mujeres/

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