abonaron el camino y legaron tantos derechos. Esa ilustración es producto de acuciosas investigaciones realizadas por una pléyade de científicas sociales y militantes feministas de este istmo, que han estado desempolvando los hechos no contados por la historia oficial, con base al método científico, clave para los análisis de género.
Se ha logrado poner en la palestra pública a las principales protagonistas de la verdadera historia sociopolítica del país, y las nuevas generaciones la están conociendo para defender las conquistas obtenidas y continuar alcanzando otros derechos pendientes, que se han convertido en verdaderos retos.
Quienes quieran conocer más sobre el antes, durante y después del Congreso Nacional Feminista, realizado hace cien años en este país, es ineludible asistir a la principal Memoria Histórica del país, la Biblioteca Nacional, como a los Archivos Nacionales. Allí están los principales recursos hemerográficos, como la producción bibliográfica de las científicas sociales y militantes feministas, que han radiografiado con lentes de género, una parte esencial de la historia vivida por la mitad de la población, para conocer y comprender el contexto vivido por las mujeres, en las primeras cuatro décadas del siglo XX.
Los estudios conllevan a descubrir los hechos sociopolíticos y la situación relativa a la desigualdad de género, quiénes se opusieron a los reclamos por la igualdad de condiciones de las mujeres en el istmo de Panamá y compararlo con lo que acontece actualmente. Sin duda, surgirán muchas preguntas, entre otras, ¿Cómo actuaron los presidentes de la época?, ¿Cuál era la postura de los Diputados en la Asamblea Nacional, se parecen a los y las actuales?, ¿Qué diputados las apoyaron y cuáles las objetaban? ¿Qué presidente mandó a despedir maestras y perseguir lideresas? ¿Por qué no se pudo realizar un Segundo Congreso Nacional Feminista? Se sorprenderán de las respuestas y los personajes.
En síntesis, a cien años del Congreso Nacional Feminista, es impostergable reconocer los méritos, el honor y la valentía de las feministas que se congregaron a visualizar un país con equidad e igualdad. Un paso primordial para construir la verdadera democracia participativa, que haga posible una vida digna con soberanía total en todo el territorio istmeño.
Referencias
Campodónico de Crespo, E. (1926). Centenario del Congreso de Bolóvar 1826-1926. Recuerdo del Partido Nacionla Feminista. A las Delegadas del Congreso Inter-Americano de Mujeres. Panamá: Tipografía y Casa Editorial «La Moderna». Obtenido de http://bdigital.binal.ac.pa/bdp/Partido%20Nacional%20Feminista.pdf
Gutiérrez, M., & Candanedo, J. (1997). Un Siglo de Liderazgo Femenino en Panamá.Un Enfoquee Histórico Sociológico. Panamá.: Servicio de Paz y Justicia, Ia. Edición.
Marco Serra, Y. (1997). El Feminismo de los Años Veinte y la Redefinición de la Femineidad en Panamá. En E. Rodrígue Sáenz, & E. Rodríguez Sáenz (Ed.), Entre Silencios y Voces. Género e Historia en América Central (1750-1990). San Jose, Costa Rica: Centro Nacional para el Desarrollo de la Mujer y la Familia.
Marco Serra, Y. (2007). Clara González de Behringuer. Biografía. Panamá: Edición Hans Roeder.
Samudio, E.Modernidad en Panamá (1907-1947). Editora Novo Art, Ed. Panamá: SENACYT.
Turner, A. (2006). Clara González, La Mujer del Siglo. (Selección de Escritos) (Primera Edición ed.). Panamá: Imprenta Articsa.
Buen día, espero que todas, todos, todes, se encuentren muy bien en cualquier parte de los muchos territorios que habiten. Les habla Selene Kareli, formo parte del Centro Internacional de Investigación Otras Voces en Educación, suscrito al Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO. También formo parte del Grupo de Trabajo Capitalismo Digital, Políticas Educativas y Pedagogías Críticas. Hoy pasamos al cuarto y último capítulo de las pedagogías feministas en este nuestro podcast OVE-educación, en el cual damos voz y nombre a las diversas maneras de hacer educaciones, donde el enfoque feminista es clave para tejer sociedades más justas y libres.
En este recorrido hemos hablado de manera general del patriarcado y las pedagogías de la crueldad, tomando como referencia a María Galindo y Rita Segato. Asimismo, hemos dicho que las pedagogías feministas se tejen desde la educación formal, no formal e informal, desde las educaciones populares, comunitarias y la cotidianidad; mismas que buscan hacer frente a la violencia patriarcal con propuestas de educaciones otras, destacando que las educaciones feministas dan cuenta de la pluralidad y diversidad que habitamos. Asimismo, hablar de pedagogías feministas también es dar voz y nombre al papel que las mujeres hemos tomado y jugado a lo largo de la historia, de las historias a nivel global. Desde el presente resignificar y significar el rol de las mujeres a lo largo de la historia, a partir la individualidad y la colectividad. De igual manera, hemos retomado a bell hooks para recuperar la perspectiva interseccional: clase, raza/etnia, género que a traviesa los lugares de enseñanza, destacando que hace falta transgredir desde los espacios educativos los prejuicios, las normas y la dominación patriarcal. Por su parte, también retomamos a Catherine Walsh con el enfoque de interculturalidad crítica, Paulo Freire con la educación como práctica de la libertad y a bell hooks con enseñar a transgredir para ir pensando y crear esas educaciones emancipatorias.
De tal manera, en este recorrido teórico y reflexivo hemos podido constatar que la práctica educativa está atravesada por una parte emocional que implica trascenderla a la reflexividad crítica para generar espacios educativos donde la diversidad, las mujeres, las pluralidades de géneros puedan entrar en diálogo más que en una disputa por el poder o por “ganar la razón”. En este sentido, varios colectivos, grupos, organizaciones de mujeres a lo largo de Latinoamérica han generado propuestas educativas diversas para encaminarnos hacia esas otras formas de socialización. A continuación, se comparten algunos de los objetivos, así como sus respectivos sitios web en la parte descriptiva de este podcast, que realizan estas mujeres organizadas.
Pañuelos en rebeldía
Pañuelos en Rebeldía es un equipo de educación popular que viene desarrollando su práctica política pedagógica con diferentes movimientos populares de Argentina y de América Latina. Su nombre rescata el significado simbólico de diversos pañuelos: los pañuelos blancos de las Madres de Plaza de Mayo; los pañuelos piqueteros que resisten al modelo neoliberal que pretendió convertirlos en los desaparecidos de hoy; los pañuelos zapatistas, y la wipala, que expresan con su dignidad rebelde el camino por los senderos antiguos así como las nuevas búsquedas de los pueblos originarios; los pañuelos lilas, que representan la lucha feminista antipatriarcal; los pañuelos palestinos, que resisten las agresiones imperialistas; y muchos otros pañuelos que, junto con otros símbolos recuperan las luchas contra las nuevas formas de impunidad, o la estrella roja del guevarismo, forjan nuevas rebeldías y gestan nuevas esperanzas emancipatorias. El Equipo de Educación Popular “Pañuelos en Rebeldía” tiene como objetivo fundamental aportar a la formación política de los movimientos sociales, contribuyendo desde la educación popular a sistematizar la dimensión pedagógica de su praxis.
Mujeres Creando es un movimiento feminista boliviano, nacido en 1992 que tiene la calle como escenario principal de sus actividades utilizando sobre todo el grafiti y las performances como expresión. El grupo está liderado por María Galindo. El movimiento nació en 1992 como Comunidad Creando, en un barrio de la periferia de la ciudad de La Paz y ese mismo año se convirtió en Mujeres Creando con una propuesta de feminismo no racista con la intención de cuestionar a una élite de mujeres que consideraban privilegiadas y que separaban lo público y privado, y el trabajo manual del trabajo intelectual. Uno de sus objetivos ha sido recuperar el anarquismo boliviano de inicios del siglo XX
El Aquelarre de las Insumisas está conformado por mujeres de América Latina y el Caribe desde el año 2020, con el objetivo de formarse y compartir sobre las diferentes temáticas que incluyen los feminismos y también para ir forjando una gran red de mujeres rebeldes y combativas que luchan por un mundo más justo e igualitario desde la diferentes contextos territoriales.
Los medios son producto de cada época. La tinta nace en Córdoba ante la necesidad urgente de comunicar en tiempos de resistencia y de tomar partido en la disputa por la construcción de nuevas subjetividades. Los medios alternativos, populares y comunitarios han demostrado ser una alternativa consolidada frente a las grandes empresas de comunicación en crisis de credibilidad. Se trata de un combate desigual, pero se están dando grandes pasos. La tinta apuesta a un periodismo en resistencia, donde el papel de la mujer, de las mujeres no pasa desapercibido.
Bajo Tierra Ediciones nace como un proyecto colectivo autónomo, autogestivo y antipatriarcal, de la necesidad y el deseo de provocar el encuentro de diálogos y saberes, de cultivar la desobediencia: del esfuerzo de desbordar, dislocar y deconstruir el pensamiento dominante, de experimentar en las formas, las prácticas y los lenguajes, de enlazar la construcción de múltiples mundos autónomos. Otras ventanas para mirar nuestro mundo: la teoría y la reflexión como momentos de lucha. Esta editorial quiere ser un vínculo, un puente entre experiencia, un recurso para quienes hoy insisten, sueñan, luchan, construyen.
Traficantes de Sueños es un proyecto de producción y comunicación política que aspira a aportar contenidos y animar debates útiles para la acción colectiva transformadora. También es un proyecto de economía social, esto es, una entidad sin ánimo de lucro y sin jefes, implicada en el mercado social y en el desarrollo de otra economía.
Traficantes de Sueños inició su andadura en 1995 con el objetivo de generar un espacio estable donde encontrar materiales de reflexión; la herramienta que utilizan para ello es el libro, entendiéndolo como un medio de transformación individual y colectiva. A partir de ahí comienzan a organizar la librería asociativa y la distribuidora; en los años 2000 llegaron a la editorial, el taller de diseño y el espacio para la autoformación y producción de Nociones Comunes.
Es así como podemos dar cuenta que nos educamos de manera permanente en diferentes contextos, los libros que leemos, los medios de comunicación que consultamos, los espacios de lucha y resistencia que construimos van dando significado a nuestras subjetividades, de tal manera que resulte importante mirar con ojo crítico las maneras en las que proponemos educaciones, para no relegar el papel de las mujeres en todos estos procesos de construcción social. Asimismo, los Estados en la consolidación de los diversos Sistemas Educativos Nacionales tienen en deuda el proponer e impulsar con compromiso desde las políticas educativas la historia de las mujeres, así como una educación sexual que dé alternativas de vida, de una vida digna a quienes logran acceder a la educación escolarizada. Esta lucha se da desde la institucionalidad y desde la toma de las calles para hacer notar y escuchar nuestras voces.
Por hoy, vamos cerrando esta reflexión que se estructuró en una breve secuencia de cuatro episodios que convocan a las pedagogías feministas, seguiremos compartimento reflexiones escritas, auditivas, en imágenes, que nos ayuden a pensar la educación en clave feminista, así como debatiendo textos que nos abran nuevas ventanas, puertas y universos a esas otras educaciones más justas y posibles.
Finalmente les invitamos a seguirnos en nuestras distintas redes sociales: Twitter, Instagram, Facebook, YouTube, Tik Tok, en todas estamos como Otras Voces en Educación. Les recordamos que los textos que estuvimos leyendo para construir estos episodios los pueden encontrar en la parte descriptiva de las emisiones pasadas.
También las invitamos a que se inscriban a la Escuela Feminista de Géneros, Cuidados y Educación con la que se busca promover una cultura del cuidado y de educación basada en la equidad de género y enfoques feministas para que se reconozca y se valoren la diversidad de experiencias y contribuya a la formación de sociedades más justas e igualitarias. Esta escuela será facilitada por compañeras del colectivo Aquelarre de la Insumisas en colaboración con Otras Voces en Educación. En la parte descriptiva queda el enlace para que puedan consultar los detalles de esta escuela, resaltando que será gratuita. No duden en inscribirse.
El feminismo no está ni mucho menos muerto y enterrado, no está ni mucho menos kaputt.., puede decirse que constituye hoy la última gran teoría crítica resistente al presente neoliberal y patriarcal
El activismo ha sido siempre una seña de identidad del feminismo. Así, por ejemplo, la ola sufragista fue un movimiento imparable durante casi cien años por la conquista del voto femenino. Y esa gran ola recaló en una cascada de teóricas en cadena que, sin dejar el ámbito reivindicativo, se pusieron a “pensar el pensamiento” de su momento desde las claves de la crítica feminista. Me estoy refiriendo a las grandes figuras del neofeminismo, a partir de Simone de Beauvoir, como son Betty Friedan, Shulamith Firestone o Kate Millet en los años 60 y 70 del siglo XX, que aportaron conceptos y teorías con las que hoy se mueve el bagaje feminista de análisis.
En nuestros días el feminismo sigue siendo reivindicativo. Y ha aglutinado a muchos sectores sociales y a muchas mujeres jóvenes, que se están alzando contra la pervivencia del patriarcado y, sobre todo, contra su violencia estructural. Frentes como la prostitución y los vientres de alquiler ocupan también a una buena parte del feminismo que escribe, debate y se moviliza en contra de su regulación. Y hay una producción teórica, que también es activismo feminista y que da cobertura a “las luchas y anhelos de una época”, por decirlo en palabras de Marx cuando definía qué es la teoría crítica.
En estos terrenos de la praxis política el feminismo sigue ganando batallas. Pero en el terreno del pensamiento podría advertirse que parece perderlas. Buena prueba de ello es que, cuando todavía no estamos en condiciones de hablar de un postpatriarcado, el postfeminismo es una expresión cada vez más extendida y aceptada. Y eso no es inocuo: responde a un imaginario propio de una parte del pensamiento contemporáneo, que ha decretado el acta de defunción de todas las grandes reclamaciones de la modernidad anterior. Y, entre ellas, la de la igualdad. Lo que se aplica además a la demanda de la igualdad entre los sexos. Todo esto, simplemente, habría caducado.
Como también estaría caduco el propio sujeto que protagonizó las luchas del pasado y, para lo que nos interesa aquí, esto incluiría al sujeto político feminista. Porque el sujeto no serían las “mujeres”, esta es otra ficción a deconstruir para dar paso a una coalición de identidades variables que se alían en su resistencia al orden heteropatriarcal. Que, además, no es sólo un orden de dominación heterosexual, sino un orden de dominación cisheteropatriarcal. Con esta denominación (¡que ya es para nota!) se trata de designar algo así como un sistema de dominación heterosexual jeraquizado por lo cis (personas que se identifican con el sexo y el género atribuido al nacer y que se opone a las personas trans).
En esta sopa de sufijos, es imposible abrirse paso con mayor claridad, pues nos movemos en un proceloso y sombrío bosque de letras. Pero algo parece claro: se trata de abatir lo que ha conformado y conforma el feminismo y su sujeto histórico. Y esta estrategia puede que no constituya parte del debate social, pero sí se muestra como una de las líneas en auge del pensamiento de nuestro presente. Y hay que afrontarlo.
Hay que afrontarlo porque el pensamiento, cuando se repite y se repite, acaba permeando la propia dialéctica social. Y hay que afrontarlo en el terreno donde el pensamiento afronta el pensamiento, que no es otro que el terreno del pensamiento mismo. Quiero decir que, además de las necesarias reivindicaciones y del activismo, el feminismo ha sido y es un pensamiento potente, una teoría crítica, que tiene que dialogar con los discursos subyacentes a cada presente, para recoger de los mismos lo que le interesa reutilizar –como por ejemplo lo hicieron las feministas de los 60 y los 70 con el marxismo y el psicoanálisis– y para detectar y desactivar lo que va en contra del proyecto de emancipación que el feminismo es.
La impugnación al sujeto político mujeres y la voluntad de encasillarlo como una diversidad más, tiene su suelo teórico en los planteamientos de la postmodernidad queer. Estos planteamientos, importados de los discursos académicos confinados a las universidades norteamericanas, encontraron eco también en nuestro entorno académico. El feminismo tiene que “pensar este pensamiento” y conocer los fermentos que lo han abonado. Y sobre todo sospechar de que se produzca justamente ahora, cuando en un mundo dominado por la lógica neoliberal el feminismo está volviendo a ser un movimiento emergente, incómodo y resistente a esa lógica.
Hoy el feminismo sin duda está tan diversificado como las propias variables con las que interactúa: eso quiere decir que hay que hablar de “raza”, de etnicidad, de ecofeminismo, de grupos de mujeres negras, chicanas o racializadas en general, de mujeres emigradas, de preferencias sexuales… Y todo ello compone una red de variables, que son variables de opresión y que, lógicamente, diversifican los intereses de las mujeres según su relación con cada una de ellas. Pero que se dé un espectro tan diversificado en el feminismo no significa entonar sus cánticos funerarios, o venir a declarar su momento post.
El feminismo no está ni mucho menos muerto y enterrado, no está ni mucho menos kaputt: frente a lo post, lo trans, lo cis, etc., puede decirse que constituye hoy la última gran teoría crítica resistente al presente neoliberal y patriarcal. Y las mujeres en todo el mundo, con sus “múltiples diferencias que intersectan” (como lo expresa la filósofa feminista Nancy Fraser), están protagonizando esa resistencia y dando buena cuenta de algo que es un hecho palmario, para pensarlo más allá de todo debate estéril: que son un sujeto político vivo.
América del Sur/Brasil/10-03-2023/Autor(a) y Fuente: sinasefe.org.br
Este 8 de marzo, SINASEFE reafirma su postura feminista, invitando a las sindicalistas y sindicalistas a reflexionar sobre la urgencia de combatir la opresión (machista, racista, LGBTQIA+fóbica, capacitista y discriminatoria) que enfrentan a diario las mujeres. Además de la reflexión, que es urgente y necesaria, el llamado de la entidad es a avanzar concretamente en estas luchas, tanto en sus propias filas como en la sociedad en general.
La lucha de las mujeres y la derrota de Bolsonaro y el fascismo
Para SINASEFE, el 8 de marzo es un momento oportuno para resaltar el papel que jugó la lucha feminista en la defensa de la democracia y en la derrota de Bolsonaro. Esta es una tarea política que las mujeres seguimos cumpliendo en la denuncia permanente del fascismo que aún insiste en extenderse por todo el país. “Entendemos que las mujeres jugaron un papel fundamental en la consecución de la derrota electoral de Bolsonaro. Salimos a la calle ya las urnas con fuerza para derrotar este proyecto machista y misógino de país. Momentos como los ‘toalhaços’ que realizamos, justo al inicio de la campaña electoral, son ejemplos de esa participación feminista en la definición de los rumbos de la política brasileña”, destaca la secretaria de política de la mujer del SINASEFE, Maíra Martins.
Hacer frente al acoso y la violencia en el lugar de trabajo
Además de la lucha política, es ostensible la acción del sindicato contra el acoso (moral y sexual) y la violencia machista en el ámbito laboral.
Durante el 3er Encuentro Nacional de Mujeres del SINASEFE (3ra ENMS) los temas estuvieron en la agenda del segundo (Condiciones de trabajo, carreras, maternidad y acoso como política de gestión) y tercer día (Violencia contra la Mujer – del Duelo a la Lucha) del evento . Además de los debates en mesas redondas, el evento también abordó el tema en un grupo de trabajo, impulsando la defensa de diversas acciones tanto a nivel interno como en el ámbito laboral y de vivienda de las mujeres.
Fomentar la formación de grupos de estudio sobre acoso y violencia en las secciones sindicales, como medida preventiva; la defensa de la renta básica para las mujeres víctimas de violencia doméstica; y la lucha por que las comisarías de la mujer operen las 24 horas del día, con profesionales preparados para acoger y asistir, son algunas de las propuestas del SINASEFE sistematizadas en la Carta de la 3ª ENMS .
Valorando a las mujeres que construyeron y construyen el sindicato
Entendiendo la desafiante tarea de la militancia sindical en el contexto sexista que enfrentan las mujeres (tanto ayer como hoy), la actual dirección de la Dirección Nacional saluda a todas las compañeras que ya se han mostrado dispuestas a sumarse a la lucha sindical.
Se prepara una revista especial del SINASEFE, en formato virtual, para recibir la presencia de más de siete decenas de mujeres combativas que ya integraron el Patronato Nacional a lo largo de estos 34 años de historia.
“Pero sabemos que la memoria y el reconocimiento por sí solos no son suficientes. El ámbito sindical y su política siguen siendo espacios de reproducción de la estructura patriarcal y el machismo. Nuestra lucha, en el ámbito del SINASEFE, se ha encaminado a la construcción de otros paradigmas del sindicalismo: más solidario, diverso, incluyente, acogedor y dialógico. Es un gran desafío romper con la práctica patriarcal (y neoliberal) de comunicación violenta, punitivismo, eliminación y borrado del otro. Queremos una unión que reúna a todos y dialoge, que no elimine a las mujeres, negros y negras, LGBTI+ y personas con discapacidad. Un sindicato con nuestro rostro, el de la clase obrera. ¡Por eso decimos que el SINASEFE será feminista o no será!”. , destaca el coordinador general del SINASEFE, Artemis Martis.
Igualdad de salario y condiciones de trabajo
Una de las directrices históricas del movimiento feminista, igual salario por igual trabajo, puede estar cerca de convertirse en realidad en Brasil. El miércoles pasado (03/01), la ministra de Planificación, Simone Tebet, confirmó que el gobierno presentará un proyecto de ley para garantizar la igualdad de remuneración entre hombres y mujeres. El proyecto aún está en construcción, pero debe cambiar la Consolidación de las Leyes Laborales (CLT) y, una vez aprobada, la ley entrará en vigencia de inmediato.
Este miércoles (03/08), en el Palacio del Planalto, será el lanzamiento de acciones gubernamentales para garantizar los derechos de las mujeres, entre las acciones está el proyecto mencionado por la ministra Simone Tebet. El evento contará con la presencia del Presidente de la República, la Primera Dama Janja Silva y la Ministra de la Mujer Cida Gonçalves. Las mujeres del SINASEFE estarán presentes llevando las exigencias de la categoría.
En el servicio público federal, las mujeres son mayoría solo en carreras y cargos con salarios más bajos, e incluso dentro de la Red Federal de Educación, enfrentan desigualdad salarial en cuanto al acceso a la progresión, cargos directivos, calificación, guarderías. La invisibilización de nuestro trabajo, los numerosos casos de hostigamiento y persecución, las dobles y triples jornadas son algunos de los retos de las sirvientas para alcanzar el mismo nivel salarial que los sirvientes.
A pesar de las condiciones desfavorables para el ejercicio profesional y la participación femenina en la política, es necesario recordar que las mujeres de la Red Federal juegan un papel fundamental en las luchas históricas por la igualdad, la justicia y los derechos en Brasil, especialmente en la defensa de los servicios públicos y la educación. .
“Recientemente, en el momento más crítico de la pandemia del COVID-19 y el auge de la extrema derecha, salimos a las calles a denunciar la política genocida de manejo de la pandemia, reclamando ayuda de emergencia para los pobres, condiciones para la enseñanza a distancia de emergencia y una vacuna para todos y cada uno. Ante los duros ataques y la destrucción de las políticas públicas en nuestro país, las mujeres del servicio civil federal cargaron al Estado brasileño sobre sus espaldas. Aún con salarios congelados, enfermedades y sobrecarga de trabajo, apoyamos la atención de la población más vulnerable brindando servicios esenciales y básicos, como salud y educación. Mantuvimos la ‘primavera en los dientes’, dejamos nuestros hogares, nuestros asuntos profesionales y domésticos para valientementeTermina Artemisa.
Fuente e Imagen: https://sinasefe.org.br/site/8-de-marco-resistimos-ate-aqui-agora-e-preciso-avancar/
“La educación neoliberal dicta las reglas por las cuales se forman los discursos, las reglas que gobiernan, lo que puede ser dicho y lo que debe de permanecer callado, quien puede hablar con autoridad, y quien debe de escuchar”. (Foucault, 2005)
De acuerdo al informe de la Real Academia Española de 2020 titulado: “El lenguaje inclusivo y cuestiones conexas”, menciona en el punto 2, “Interpretaciones de la expresión lenguaje inclusivo”, la importancia de exponer las dos interpretaciones acerca del lenguaje inclusivo:
«Se entiende a veces por lenguaje inclusivo aquel en el que las referencias expresas a las mujeres se llevan a cabo únicamente a través de palabras de género femenino, como sucede en los grupos nominales coordinados con sustantivos de uno y otro género
En la segunda interpretación, la expresión lenguaje inclusivo se aplica también a los términos en masculino que incluyen claramente en su referencia a hombres y mujeres cuando el contexto deja suficientemente claro que ello es así, de acuerdo con la conciencia lingüística de los hispanohablantes y con la estructura gramatical y léxica 6 de las lenguas románicas.» [RAE, 5-6]
De lo anteriormente citado, se puede observar que la institución española se resiste a implementar adecuaciones en el lenguaje ante un mundo cambiante, ello por considerar que lo correcto lingüísticamente solo corresponde al género binario y a las estructuras cronológicas de los poderes fácticos.
Históricamente el lenguaje inclusivo se remonta a la ola feminista de la década de los setentas, cuyo objetivo fue visibilizar una alternativa progresista para contrarrestar el uso del masculino genérico para referirse a la sociedad en general.
Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas [ONU] conceptualiza al lenguaje inclusivo en cuanto al género como: “la manera de expresarse oralmente y por escrito sin discriminar a un sexo, género social o identidad de género en particular y sin perpetuar estereotipos de género. Dado que el lenguaje es uno de los factores clave que determinan las actitudes culturales y sociales, emplear un lenguaje inclusivo en cuanto al género es una forma sumamente importante de promover la igualdad de género y combatir los prejuicios de género” (https://www.un.org/es/gender-inclusive-language/)
El lenguaje inclusivo debe de entenderse como un mecanismo de denuncia oral y escrito para evitar la exclusión, marginación e invisibilidad de grupos sociales, mediante la eliminación de palabras y expresiones que pueden ser denigrantes, ofensivas y que nos conduzcan a la subordinación, es decir, es un posicionamiento contrahegemónico al heterosexismo como única forma de aceptación de expresión social.
De acuerdo a Kalinowsky (2019) “el lenguaje inclusivo es una intervención en el discurso público que busca crear en el auditorio consciencia acerca de la persistencia de una injusticia social”
El uso del lenguaje inclusivo es de suma importancia, ya que las palabras y las formas en las que las usamos pueden tener un impacto significativo en las personas con relación a su identidad, por lo que es necesario concebirla como una herramienta valiosa y un posicionamiento político para construir imaginarios otros con base en la igualdad y la inclusión en la sociedad, ya que los temas de inclusión no deben de limitarse a una condición física, sino que su percepción debe de ser analizada en un sentido más amplio, ya que al elegir las palabras que usamos podemos crear escenarios en el que todas las personas se sientan visibilizadas valoradas y respetadas. Se trata de un lenguaje desafiante contra la discriminación en donde se busca que se visibilicen y se escuchen las voces de las necesidades, diversidades, diferencias y realidades de la sociedad actual. Sin embargo, en los últimos años, hemos atestiguado el antagonismo mediático internacional debido a las distintas posturas acerca del tema, que van desde autoridades educativas, opinión pública, hasta personas de la sociedad civil que se rehúsan a formar parte de la reconstrucción social, a través de la sensibilización en temas de diversidad, tolerancia, respeto y lo que nos hace diferente.
Por su parte, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas, menciona en el documento de nombre: “Recomendaciones para el uso de un lenguaje inclusivo de género” que:
«El uso del lenguaje es un reflejo de las prácticas culturales y sociales del contexto social. Como parte de la comunidad, la persona desarrolla las conductas aprendidas. Correlativamente, el lenguaje condiciona las actitudes, prácticas y cosmovisiones de los pueblos. Por ende, los productos lingüísticos heredados de prácticas sociales arcaicas tienen la capacidad de limitar las concepciones humanas en determinados temas. Estas limitaciones se aplican al lenguaje usado sobre género, que históricamente ha condicionado el papel de la mujer y anteponen una visión heteropatriarcal y heterosexista de la vida en sociedad. Aun con los avances en igualdad de género alcanzados en la época contemporánea, persisten numerosos retos por superar. A su vez, persiste el uso habitual del lenguaje sexista en la vida cotidiana de las personas. Sin embargo, un cambio en la lógica del rol tradicional de la mujer es posible a través del uso del lenguaje de género inclusivo. El cambio en el uso del lenguaje se puede lograr de una manera progresiva en distintos escenarios y contextos». [ACNUR, pág. 3]
En este marco, es de suma importancia retomar el debate más allá de las entrañas patriarcales de la lingüística sexista, con el único objetivo de construir sociedades conscientes de que la igualdad no se condiciona o limita a partir del deber ser, asimismo, asumir el compromiso de construir propuestas que den solución a las problemáticas sociales que han adquirido contrapesos importantes a las prácticas oligárquicas que ha minimizado las luchas encarnadas para la transformación social.
En materia educativa, la discusión debe de conducirse en promover y disputar la inclusión en toda su diversidad, porque pareciera que existe un abismo entre la retórica de los discursos desgastados y la praxis para contrarrestar el impacto de las exclusiones hacia los grupos sociales excluidos, violentados y con mayor vulnerabilidad. El debate acerca del uso de la “e”, “x” o “@” en las expresiones escritas y orales debe de ganar espacios en las agendas educativas globales, ya que de acuerdo a McLaren (2005), la práctica pedagógica se define como “el movimiento dialéctico entre la conversión de acciones transformadoras en conocimiento, y la conversión del conocimiento en acciones transformadoras” (pág. 15). De ahí la importancia de redirigir los esfuerzos en temas de inclusión verbal y escrita en los planes y programas de estudio, ya que el proceso dialéctico de enseñanza-aprendizaje de acuerdo a McLaren, es el espacio donde se gestan las bases de transformación social, y desde hace décadas no se apuesta por transformar vidas.
El lenguaje inclusivo cerca de ser moda, imitación o para demostrar intelectualidad, es inherente la transformación de nuestros lenguajes porque se considera que, éste, tiene asimismo lenguaje, poder, historia y contexto, en tanto poder que invisibiliza o visibiliza. Si no se menciona, no existe.
En este sentido, se considera que es un acto ético-político con base en las luchas que se han venido gestando de las, les y los invisibilizados (feminismos, otras masculinidades, comunidades LGBTIIQ+, pueblos originarios, entre otros no menos importantes).
La RAE es construida por la sociedad del conocimiento desde su propia filosofía positivista, neoconservadora, neocolonialista, neoliberal y patriarcal. En este marco, han venido asesinando epistemes (epistemicidios), lenguajes (lengüicidios), medio ambiente (ecocidio), etc.
El lenguaje inclusivo es pues un posicionamiento político contrahegemónico que lucha por visibilizar a todas, todos y todes, es un proceso de transformación de conciencias que permite transformar nuestra praxis y esto se realiza hablando, escribiendo y pensando, no solo en el discurso, sino en las acciones en nuestra vida cotidiana.
En conclusión, realizar una reflexión y disputar al lenguaje inclusivo en materia educativa en el mes de la conmemoración de las luchas encarnadas por mujeres, es un acto de sororidad contra el sexismo en la comunicación y el respeto hacia la diversidad sexual y de género, pero también es una postura política frente a los nuevos retos del mundo actual en temas de inclusión, mismos que han tenido pocos avances debido a la falta de investigación y divulgación acerca de la importancia de temas que deberían de ser prioridad para la Sociedad Internacional.
Desde todos los rincones, urbanos y rurales; desde todos los barrios y todos los pueblos, desde todos los cuerpos y todas las generaciones, los feminismos han vuelto a tomar las calles este 8 de marzo para reivindicar el Día Internacional de la Mujer. Así, las calles de las principales ciudades del país se han llenado para exigir «un mundo en el que quepamos todas y todos».
En Barcelona, València, Bilbao, Cáceres y A Coruña, pasando por Albacete, Santa Cruz de Tenerife, Palma de Mallorca o Sevilla, las plataformas feministas han organizado múltiples concentraciones. Como cada año, la más multitudinaria ha sido la de Madrid, en donde se han congregado unas 700.000 personas según el cálculo realizado por las organizadoras, y alrededor de 17.000, de acuerdo con las cifras facilitadas por la delegación del Gobierno.
Bajo el lema «Somos el grito necesario, el feminismo lo está cambiando todo» escrito en su pancarta de cabecera, laComisión 8Mha convocado una movilización que ha recorrido las principales arterias de Madrid. En ella han participado nueve ministras, entre ellas, la de Igualdad, Irene Montero, pero también otras del sector socialista del Gobierno, como María Jesús Montero, Nadia Calviño, Isabel Rodríguez, Diana Morant, Carolina Darias, Pilar Llop, Raquel Sánchez y Reyes Maroto. También acudió el ministro socialista Luis Planas, junto con otras personalidades de ambas formaciones.
«Las mujeres, desde nuestra diversidad, estamos desbordando las calles, las plazas de nuestro país, reivindicando nuestros derechos, acuerpándonos, sintiéndonos las unas al lado de las otras», ha declarado Irene Montero al inicio de la marcha, al mismo tiempo que ponía de relieve las conquistas de derechos logradas en los últimos años. «No vamos a dar ni un paso atrás», ha aseverado.
El feminismo ha vuelto a salir en tromba a las calles para defender la diversidady exigir el fin de las violencias machistas, al grito de «¡No solo nos matan los feminicidios! También nos mata el sistema neoliberal, que feminiza, precariza e invisibiliza los cuidados, que recorta los servicios públicos y que nos excluye». La marcha en la capital ha reivindicado, además de por la igualdad de derechos de las mujeres, otros como la vivienda digna, la defensa del medio ambiente o la regularización de las personas migrantes.
Rosa, feminista de Perú presente en la manifestación de Madrid, se pregunta «¿cómo puede haber personas ilegales?». Lamenta que la Ley de Extranjeríamantenga en la pobreza y la marginación a cientos de personas y aboga por un feminismo antirracista e inclusivo. En la misma línea, Eugenia, feminista madrileña, advierte de los peligros de la ultraderecha para las mujeres y llama a la unión del movimiento: «Hoy somos muchas, pero cada día tenemos que ser más. Hay que sumar, siempre. No restar».
Durante la marcha en Madrid, no han faltado alusiones a los casos más recientes de asesinatos machistas. En lo que va de año, diez mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas. A esta cifra hay que añadir la de un menor, hijo de una de ellas. A lo largo de las marchas, las participantes han puesto el foco, además, en la violencia vicaria, el odio y la discriminación contra todas las mujeres, sean cis o trans, así como contra las personas LGTBQ+. Un elenco de demandas y reivindicaciones entre las que no se ha olvidado la conquista que ha supuesto la reforma de la ley del aborto que amplía derechos y la de libertad sexual, más conocida como ley del solo sí es sí. Una norma que ha estado presente a lo largo de toda la jornada de reivindicación, cuando hace apenas 24 horas que el Congreso aprobó la toma en consideración de la Proposición de ley del PSOE para reformar la norma, para lo que necesitó los votos del Partido Popular. La propuesta de los socialistas, supone volver a introducir en la ley la violencia y la intimidación a la hora de establecer las penas, cosa que Igualdad considera que se trata de «una vuelta al Código Penal de La Manada«.
María Jesús Montero, ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, ha defendido antes de que diera comienzo la marcha de la Comisión 8M, que la mayoría de las feministas están «presentes en la convocatoria oficial, en la misma manifestación». Además, ha resaltado que cada uno lleva su pancarta «como siempre», algo que considera «muy importante» para dar «una imagen unitaria del movimiento».
Por su parte, elMovimiento Feminista de Madrid (minoritario y que promueven feministas contrarias a la Ley Trans) se manifestó por separado en una marcha que arrancó a las 18.30 por el centro de Madrid. Su lema: «Feministas en lucha por los derechos de las mujeres». A esta marcha han acudido la exvicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, la vicesecretaria de políticas sociales del Partido Popular, Carmen Navarro, y Bea Fanjul, diputada del PP.
La huelga en Barcelona culmina con una gran movilización
La manifestación en Barcelona ha arrancado desde Plaça Universitat, como culminación de una jornada de huelga feminista general, laboral, de cuidados, estudiantil y de consumo. La movilización ha reunido a 40.000 asistentes, según la Guardia Urbana, y a 60.000, según la organización.
La marcha ha recorrido la Gran Vía y ha avanzado hasta el Parc de la Ciutadella. Ha habido un bloque no mixto en el que participan mujeres cis y trans, con otro bloque detrás también abierto a hombres en el que han caminado partidos políticos y sindicatos.
En Zaragoza marchan al grito de «Nadie nos silencia’
Más de 50.000 personas, según las organizaciones convocantes, se han manifestado por el centro de Zaragoza, convocadas por la Asamblea 8M y la Coordinadora de Organizaciones Feministas, con el lema «Con todas y a por todas, nadie nos silencia».
La Asamblea 8M ha defendido la Ley Integral de Libertad Sexual, la ley del ‘solo sí es sí’, porque «pone el consentimiento en el centro«, algo que reivindica el movimiento feminista desde hace «muchos años». Al mismo tiempo, han reclamado «que no se revictimice a las mujeres agredidas sexualmente y poner en el centro los cuidados integrales y la formación, y la educación sexual y afectiva a edad temprana para que no se produzcan agresiones». El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, también ha asistido a la manifestación.
Castilla y León exige «igualdad real»
Asimismo, miles de personas han salido a la calle este martes en Castilla y León para reivindicar una igualdad real y para defender los derechos de las mujeres, en el Día de la Mujer, que se ha celebrado este 8 de marzo. En Ávila la manifestación ha reunido a unas 2.000 personas, que bajo la pancarta «En la igualdad, ni un paso atrás» y han recorrdio el espacio entre la plaza de Santa Teresa hasta la Delegación Territorial de la Junta.
«En este 8 de marzo, a pesar de nuestras diferencias, nos une un fin común: construir una sociedad igualitaria, en la que todas y todos compartamos espacios y tiempos, con las mismas oportunidades», han expresado en el manifiesto.
Euskadi plantea una huelga general ante «los recortes»
En Euskadi, las feministas han planteado «una huelga feminista general», aunque sin determinar fecha, para reivindicar «el derecho colectivo al cuidado» ante «los recortes en derechos fundamentales». En una comparecencia, el movimiento feminista vasco ha insistido en la necesidad de «poner en el centro el derecho colectivo al cuidado».
«Hablamos de poner los cuidados en el centro porque históricamente han sido realizados por mujeres y no se han nombrado como trabajo. Han sido invisibilizados e infravalorados a nivel político, social y económico», han señalado las asistentes a las movilizaciones.
Andalucía camina «por todas y por el planeta»
Por su parte, la Delegación del Gobierno de España en Andalucía ha cifrado en 67 las manifestaciones comunicadas en todo el territorio andaluz este 8 de marzo. En la capital malagueña, la manifestación de la Coordinadora 8M Málaga bajo la consigna «Los derechos de las mujeres son derechos humanos» ha tenido una asistencia de 7.000 personas, según un recuento inicial de la Policía Nacional.
Al mismo tiempo, en Sevilla la multitudinaria manifestación convocada por la Asamblea Feminista ha marchado desde Torre Sevilla hasta la plaza de San Francisco, pasando por puente del Cachorro, paseo Colón y avenida de la Constitución bajo el lema «Por ti, por mí, por todas y por el Planeta».
València homenajea a las mujeres represaliadas en Irán
En València, varias decenas de mujeres se han cortado el pelo en una céntrica plaza de la ciudad como gesto simbólico de solidaridad con las mujeres que protestan contra el gobierno de Irán por la muerte de la joven iraní Mahsa Amini tras ser detenida por llevar mal puesto el velo. Esta acción colectiva ha sido convocada por la Coordinadora Feminista valenciana bajo el lema «Tijeretazo al patriarcado».
En Chile la crisis de la educación es evidente: La deserción de más de 40.000 estudiantes en 2021 y el déficit docente de casi el 19% de profesoras/es que se requerirán para el 2025 son síntoma de la deuda de la democracia con el derecho a la educación, con quienes nos desempeñamos en ella y con las comunidades educativas: estudiantes y sus familias. Para las familias también es evidente: Un 97,7% de los padres, madres y/o apoderados consideran que la violencia escolar en el sistema educativo en Chile es un problema grave o muy grave: No es viable ignorar estos problemas. Nosotras sostenemos que tampoco podemos resolverlos ni comprender las dificultades que tienen estudiantes, trabajadoras y familias, sin una perspectiva feminista y crítica de género. Así como no es posible avanzar en las demandas del movimiento feminista sin transformar la educación.
Según la ONG internacional Bullying Sin Fronteras, entre los años 2020 y 2021 hubo un aumento de un 40% de las denuncias por maltratos físicos y psicológicos en los establecimientos educacionales, pasando de 3.760 casos a 5.934. Las profesoras sabemos que la palabra “bullying” esconde temas como violencia de género, racismo o transfobia. Las tareas domésticas y de cuidado son una de las principales razones de la deserción escolar y las niñas y jóvenes más pobres son las que tienen mayor riesgo de abandonar sus estudios. Entre 2005 y 2015, más de 10 mil niñas menores de 15 años fueron madres. Sin embargo, la Educación Sexual en Chile comienza recién a los 14 o 15 años, cuando inicia la educación media y con un foco esencialmente preventivo-biologicista.
La conmemoración del 8 de marzo en las escuelas es una oportunidad para reflexionar sobre la desigualdad y las violencias que impactan a niñas, jóvenes y mujeres y sobre cuál es el compromiso de las escuelas frente a este problema. La escuela como institución tiende a ser un lugar de producción, pero también de reproducción de ciertas prácticas y saberes entendidos como establecidos y naturalizados en el espacio social y público y que, muchas veces, los espacios educativos reproducen. Ejemplo de esto es la violencia hacia las mujeres y disidencias sexuales y de género, reforzando un reflejo de lo social en la escuela, de cómo se relacionan los cuerpos en función de su sexo – género.
Detener la violencia en las escuelas, por lo tanto, no sólo es construir comunidades educativas más seguras, sino también una sociedad más justa. Para esto, es necesario que las familias se involucren en las relaciones de enseñanza y aprendizaje, no como árbitros, jueces o clientes, sino como miembros de la sociedad civil que confían y se comprometen con una educación que transforme el futuro de sus hijos e hijas. Una educación que ofrezca igualdad de oportunidades o que sea inclusiva, como demandan muchas familias, no puede ser sexista: Al contrario, una educación libre de sexismo es el camino hacia una real transformación y una oportunidad para intervenir y detener la violencia de los espacios escolares, arraigada en la diferencia sexual y de género. De esta manera, se pone de manifiesto la desigualdad al habitar el espacio social y público en general, y en particular, el espacio educativo, las aulas.
Tenemos la convicción de que una educación libre de violencias es posible y que una educación feminista no sólo es una herramienta que permite vidas libres de violencia en las salas de clase, sino que además reestructura, desde los cimientos, la sociedad en su totalidad. Para transformar la escuela no bastan hitos aislados o simbólicos. Hay maneras concretas que hemos propuesto hace años desde las luchas feministas: un currículum no sexista que visibilice el rol de las mujeres en las distintas áreas, la formación de docentes y de la comunidad educativa en temáticas de violencia sexual y de género, la elaboración de protocolos de género en todas las instituciones educativas y, por supuesto, una ley de Educación Sexual Integral (ESI), la cual podría integrar todas estas demandas.
Apelamos por una ESI que incorpore la afectividad como un elemento central, puesto que educar en relaciones respetuosas y seguras es condición para abordar la violencia. Hablar con y desde el consentimiento es urgente, para no volver a poner en duda la palabra de quien es víctima de la violencia sexual y/o de género. Una educación que comprenda la interacción estudiante-escuela con principios mínimos e internacionalmente aceptados, como son los Derechos Humanos, el derecho a la vida, el derecho a la dignidad. Quienes se oponen a abordar estos temas son los mismos sectores que han empobrecido las escuelas y que hoy usan los problemas de familias, estudiantes y profesoras para sacar provecho político, diciendo que son problemáticas para abordar en lo privado y no en lo público.
Las escuelas como espacios de socialización secundaria, luego de la familia, se constituyen como núcleo de la reproducción de la violencia hacia mujeres y disidencias sexuales y de género. Pero también vemos las escuelas como espacios de resistencia, de revolución cotidiana, en donde cada día está en nuestras manos la posibilidad de cambiarlo todo. A 50 años del Golpe de Estado que permitió la privatización de la educación en Chile, no olvidamos a las profesoras, asistentes de la educación y estudiantes que lucharon y luchan contra los discursos y políticas que heredamos de la dictadura, y que persisten hasta el día de hoy como una deuda de la democracia con la educación.
Soñamos con desbordar los márgenes que condicionan los caminos de infancias y juventudes con identidades diversas, con orígenes e intereses diversos. En nuestras aulas como trinchera, deseamos nuevas generaciones sin sesgos de género, con foco en los derechos humanos, donde nos eduquemos permanentemente para abolir todo tipo de violencia, como un compromiso que atraviesa a todas las comunidades. Para que nunca más tengamos que lamentar que una estudiante no llegue sana y salva a su hogar o los suicidios de infancias y juventudes a quienes no se les reconoció el derecho a la identidad, el derecho a ser diferentes, a ser disidentes y existir.
Aschly Elgueda, Marcela Vargas, Irma Díaz Red Docente Feminista (REDOFEM)
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