Educar y transformar

La educación en México durante décadas, si es que no siglos, ha tenido un currículo colonizado, con ausencia de nuestra esencia, lo que ha sido evidente, ya que la permanencia de los resabios coloniales en la enseñanza se refleja en la mira puesta en Occidente como eje del saber. El proceso descolonizador requiere de la producción de saberes propios, comunitarios, sin negar lo universal, se trata de hacer universal los saberes originarios. Se requiere tomar las ideas y expresar las nuestras, y por ello debemos cuestionar ¿cuándo hablaremos de nuestra historia y filosofía latinoamericana y caribeña en las aulas escolares?

Entre otros pensadores, Leopoldo Zea integró un conjunto de reflexiones que dieron forma a lo que hoy reconocemos como filosofía latinoamericana. Sus esfuerzos se encaminaron a la articulación de los saberes, las ideas y los proyectos de unidad, integración, identidad e historia que expresan la cultura y la cotidianeidad en los países latinoamericanos y caribeños. Zea es impulsor de la lucha por el reconocimiento de nuestra filosofía e historia como corrientes del saber universal.

La negación continua de la filosofía latinoamericana y la enseñanza colonizada de su historia, siguen presentes en muchos de los llamados “centros del saber”, que reproducen la advertencia que José Martí escribiera en su ensayo Nuestra América al referirse a la burla del arrogante adinerado que se mofa del humilde campesino, pero olvida que las manos morenas y llagadas del sencillo son las mismas que cultivan las praderas para que abunde el alimento en su mesa costosa y extranjera. Así, la historia y filosofía latinoamericana son la esencia que florece de las entrañas de los suelos en la geografía marcada por el nosotros.

Tras la implementación del neoliberalismo en México y América Latina, la educación sufrió alteraciones en sus objetivos formativos y de contenido, los valores del capitalismo incrementaron el individualismo, la falta del pensamiento crítico y la desvinculación con la historia latinoamericana y caribeña. Se buscó deshacer la identidad y recolonizar al ser para extender la dominación depredadora que despoja, explota y niega la diversidad cultural. Es por ello que la educación necesita mayor compromiso, educar no es solo transmitir conocimientos, educar es tocar el alma para transformarla, las instituciones dicen educar, pero muchas quieren encajar en moldes lo que siempre ha sido diverso, la educación es libertad, tal y como lo demuestra la larga tradición pedagógica latinoamericana y caribeña emanada del quehacer de mujeres y hombres comprometidos con la humanidad.

Nuestra América ha tenido que explicarse a sí misma para reconocerse y ser reconocida, el neocolonialismo imperial sigue negando su existencia, la opresión es también una idea implantada en la colectividad que se materializa, enseñar nuestra historia y filosofía es la mejor respuesta contra la hegemonía occidental. Es resistencia en el campo de las ideas frente a la cultura que se asume como “superior”, el crisol nuestro es diverso como lo es la realidad. La enseñanza debe ser el eje de la transformación, la cultura es el camino para renovar la esencia humana, la utopía de un mundo mejor es aún realizable. La historia y la filosofía latinoamericana y caribeña se asumen también como instrumento para la emancipación de nuestros pueblos.

Hoy vivimos tiempos urgentes, los procesos geopolíticos nos advierten sobre la necesidad de regresar al humanismo, de encontrar en las tradiciones pedagógicas libertarias, como la de Paulo Freire y muchas otras, las bases que impulsen transformaciones reales, no sólo en el currículo, sino en la realidad concreta, pues la palabra sin sustento se desvanece con el viento. La Nueva Escuela Mexicana tiene bases filosóficas que, superando las contradicciones, pueden contribuir a la generación de nuevos saberes y al replanteamiento de para qué sirve la educación en sociedades desiguales y en países cuyas laceraciones socioeconómicas siguen presentes.

En todo caso, la educación es la base de toda transformación y se sustenta con el replanteamiento de los procesos formativos de los seres humanos, reconociendo la diversidad, pluralidad, multiculturalismo e impulsando el humanismo, pero también mejorando las condiciones materiales de existencia, pues no se trata de idealismo, sino de forjar la transformación con bases filosóficas reales y acordes a nuestras condiciones identitarias como mexicanos, latinoamericanos, caribeños y seres humanos.

Fuente de la información:  https://insurgenciamagisterial.com

Fotografía: LinkedIn

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Entrevista a Enrique Dussel: La filosofía de la liberación, en toda Latinoamérica

Por: Mónica Mateos-Vega

La pandemia y los nuevos medios de comunicación, como el Zoom, hacen posible que por primera vez la filosofía latinoamericana esté planteando al mundo preguntas y no simplemente comente los argumentos de autores eurocentristas, celebra Enrique Dussel. Hace medio siglo, el también historiador y teólogo comprendió la importancia de la descolonización de nuestro pensamiento. Próximamente, el CFE publicará el libro ‘La Estética de la liberación’. Foto Marco Peláez. Mónica Mateos-Vega

Ciudad de México. Por primera vez en la historia, la filosofía latinoamericana, aquella que germinó del pensamiento de Enrique Dussel (1934, Mendoza, Argentina; naturalizado mexicano), está planteando al mundo preguntas y no simplemente comentando los argumentos de autores eurocentristas.

Así lo explica en entrevista con La Jornada quien es considerado uno de los padres de la filosofía de la liberación, a propósito de una antología de su obra, con ese título, que acaba de publicar la editorial Akal, la cual incluye las tesis fundamentales de la enorme ventana filosófica, abierta de par en par por el maestro hace medio siglo.

Se trata de un libro de más de 900 páginas, “un kilo de filosofía”, bromea Dussel antes de iniciar la charla a distancia en la que la frescura de sus ideas se concreta, como siempre, en una clase magistral.

“La pandemia y estos nuevos medios para comunicarnos, como el Zoom –explica el también historiador y teólogo–, han hecho posible que la filosofía de la liberación esté presente en todos los países latinoamericanos, en grupos importantes y en congresos específicamente dedicados a ella; por ejemplo, en Argentina hay diplomados, en Chile he dado conferencias; toda América Latina se ha hecho presente porque es una filosofía crítica, la única que no está repitiendo el pensamiento europeo o haciendo comentarios de lo que dicen Jürgen Habermas (Gummersbach, Alemania, 1929) y otros autores europeos.

“Nosotros ya pensamos con nuestra cabeza y más bien les planteamos a ellos los problemas en los que no han pensado, porque todo ese pensamiento filosófico europeo-estadunidense es del centro y nosotros estamos en la periferia. Ellos no han pensado qué han provocado en la periferia y en el mundo colonial, qué es lo que han destruido, cuál es su culpabilidad.

“Entonces, son ellos los que tienen que comenzar a repensar su propia filosofía y se los estamos indicando. Hemos logrado una gran presencia en Alemania, Italia, Francia; en Estados Unidos hay todo un movimiento de filosofía de la liberación entre los latinos; entonces, se ha universalizado.

“La idea de fondo es que América Latina está luchando por lo que llamo segunda emancipación, y eso lo dijeron el filósofo peruano Carlos Mariátegui (1894-1930) y el cubano José Martí (1853-1895): la segunda emancipación ya no es de España y Portugal, es de Estados Unidos.”

El libro Filosofía de la liberación: una antología está dedicado al doctor Juan José Bautista, filósofo boliviano y alumno de Dussel, quien junto con Katya Colmenares se encargó de escribir la introducción, y que lamentablemente falleció el año pasado.

El ex rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) insiste en que hay un pensamiento europeo-estadunidense “que tiene la hegemonía de la palabra filosófica, y entonces todos nuestros filósofos se cansan de citar autores, sobre todo franceses, alemanes e ingleses, y la filosofía entre nosotros es comentario, no enfrentar la realidad”.

Pero la filosofía de la liberación, celebra el autor de 74 libros y más de 400 artículos sobre el tema, “se ha movilizado ya por todo el continente, aun por Estados Unidos y Europa, porque es un pensamiento decolonial, de la vida, y tenemos muchas cosas qué decir de esta pandemia y de esta crisis mundial.

“Estamos cumpliendo 52 años de haber iniciado el proceso de pensar a América Latina desde nuestra filosofía. En esta antología hay artículos que publiqué en 1965 en la Revista de Occidente, en Madrid, (editada por la Fundación José Ortega y Gasset), sobre una historia de América Latina distinta a la eurocéntrica. En realidad, anticipamos lo que hoy se conoce como el proceso de descolonización. Soy uno de los teóricos, junto con Ramón Grosfoguel y Walter Mignolo, de la descolonización de nuestro pensamiento; eso es la filosofía latinoamericana”.

La segunda emancipación, detalla Dussel, tiene que ver tanto con “el problema de la dictadura en Nicaragua, lo que están sufriendo Venezuela, Cuba, con el golpe de Estado en Honduras y ahora su gobierno democrático; todo es parte de la lucha contra Estado Unidos para tener nosotros el pie de igualdad y no ser el patio trasero, sino una pieza de la casa. Es toda una crisis que vive América Latina, que no es igual a lo que pasa en África, o en el mundo islámico, o en el Oriente.

“La lucha latinoamericana se debe al enfrentamiento con Estados Unidos; por eso, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador dice que la Organización de Estados Americanos (OEA) no sirve para nada, estamos completamente de acuerdo, al igual que cuando propone que hay que conformar una Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, pues la OEA es el departamento colonial estadunidense en América Latina desde donde se organizan golpes de Estado para luego decirnos que no somos democráticos.

“En la segunda emancipación tenemos que ser considerados países libres, con una soberanía cuyo sujeto es el pueblo latinoamericano, no los dictámenes de Estados Unidos. Por eso, la filosofía de la liberación es muy crítica del avasallamiento y dominación que ese país ha hecho, y del pensamiento estadunidense y europeo metropolitano y colonial.

“La filosofía de la liberación es un sistema filosófico abierto, no son temitas lanzados al aire. Es un pensamiento académico, concreto, que tiene todo: lógica, antropología, historia, ética, política, tecnología y ahora, hasta la estética (su próximo libro).”

Dussel, profesor fundador y ahora emérito de la Universidad Autónoma Metropolitana, narra que cuando vivió en Europa varios años estudió la filosofía helenocentrista. “La conozco bien, pero hago una filosofía latinoamericana, desde nuestras tradiciones. He luchado por ella; luego de 50 años y de haber sido discriminado en un principio en instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México, ahora me toca cosechar los frutos de una fidelidad crítica que ya es aceptada, pues se trata de un pensamiento que es el futuro.

“Luego de todo este trabajo, ya estoy listo para rendir cuentas. Los años pesan, tengo 87. Si se termina la pandemia creo que puedo volver a dar clases presenciales y eso me rejuvenece, pues soy más comunicante en el sentido oral que escribiendo, entusiasmo a los alumnos y me sirve para recibir el impulso de seguir viviendo y pensando para ellos.

“Como decía León-Portilla: tengo mucha juventud acumulada, y ahora con Pablo Gonzalez Casanova cumpliendo 100 años, vamos a ver si llegamos también”, concluyó el filósofo.

Fuente de la información e imagen:  https://www.jornada.com.mx

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Libro: Desde la filosofía latinoamericana hacia un proyecto descolonizador

Main Author: Mora Alarcón, María del Pilar
Format: Libros
Published: Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador; Corporación Editora Nacional2013
Subjects:
Online Access: http://hdl.handle.net/10644/3127
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Descargar en: http://repositorio.uasb.edu.ec/bitstream/10644/3127/1/SM112-Mora-Desde%20la%20filosofia.pdf

Fuente: http://repositorio.uasb.edu.ec/handle/10644/3127

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