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Entrevista a Catherine L’Ecuyer: “Reducir la Educación a metodologías es confundir fines con medios”

Por: Magisnet.com/10-04-2019

L’Ecuyer advierte de que no se puede ver el aprendizaje desde prismas tan pobres como la pedagogía de la actividad o el conductismo. Para ella, la actividad perfectiva surge del interés que despierta el sentido.

Catherine L’Ecuyer es canadiense, afincada en Barcelona y madre de cuatro hijos. Es máster por IESE Business School y máster Europeo Oficial de Investigación. Es autora de varios artículos y libros educativos, entre ellos Educar en el asombro y Educar en la realidad, de los que se han vendido ya más de 60.000 copias.

¿Qué hay del dilema entre Educación tradicional y Nueva Educación?
—Resulta cada vez más cómico escuchar a expertos dar ponencias magistrales en congresos educativos demonizando la instrucción directa. En la etapa de Infantil, la clase dirigida no tiene sentido, porque los niños aprenden de las experiencias sensoriales. Pero los estudios reconocen que la mejor forma de enseñar en otras etapas es mediante la combinación de la instrucción directa y del aprendizaje por descubrimiento guiado. Lo que es malo no es la transmisión de conocimientos como tal, sino la mentalidad conductista que entiende a la jerarquía como fuente de conocimiento per se. El maestro no causa la verdad, ayuda al aprendiz, principal protagonista de su aprendizaje, a conocerla.

¿Y el dilema conocimiento versus competencias?
—La insistencia en la cuestión de las competencias es algo que viene de la pedagogía de la actividad –aprender haciendo– que tiene su origen en la Escuela Nueva del siglo XX. Pero para poder actuar, hay que saber; para poder querer, hay que conocer. El ser humano es un ser pensante y despreciar lo que caracteriza a la persona no es una hoja de ruta educativa viable.

«Muchas metodologías activas pueden llegar a ser más pasivas que la clase magistral»

 ¿Qué opina de las metodologías “activas”?
—Muchas de ellas pueden llegar a ser más pasivas que la clase magistral. Ante una pantalla, un cerebro inmaduro es tan pasivo como un puerto USB, porque quien lleva las riendas es la aplicación con sus algoritmos. La tecnología es una metodología fabulosa para mentes amuebladas y preparadas. El problema radica en que la pedagogía de la actividad confunde movimiento con aprendizaje y el conductismo confunde inmovilismo con aprendizaje. No podemos ver el aprendizaje desde esos prismas tan pobres. La actividad perfectiva surge del interés, y el interés surge del sentido en relación con una finalidad. Reducir la cuestión educativa a las metodologías es confundir fines con medios. Quizás por eso hay tanta Educación en los colegios y tan poca en los alumnos.

Algunos dicen que “está todo en internet”. ¿Se está abusando de las herramientas TIC?
—Las TIC han de usarse para lo que sirven. ¿Sirven en el aula? El problema de la tecnología es que nos da información descontextualizada. Las mentes amuebladas son capaces de extraerla y de contextualizarla. Pero las mentes jóvenes necesitan que un buen maestro haga ese trabajo para ellas. El maestro es clave porque proporciona el contexto que ayuda a dar sentido a los conocimientos. Sin el educador, el niño está perdido. El Émile de Rousseau no fue un experimento con grupo de control, era un niño ficticio. No podemos basar un método educativo en un sueño.

«Estamos en plena vuelta al Romanticismo pedagógico de Rousseau»

¿Ve un movimiento de vuelta a la filosofía Logse con la reforma que aprobó el actual Gobierno? Rebajar el nivel de exigencia, titular con suspensos…
—Estamos en plena vuelta al Romanticismo pedagógico de Rousseau. Claparede, uno de los precursores del movimiento de la Educación Nueva de principios de siglo XX inspirada en Rousseau, hablaba de la necesidad de eliminar asignaturas y rebajar las exigencias curriculares para reducir la fatiga. Y soñaba con la existencia de un sérum que podía reducir la inatención y la fatiga para mejorar el aprendizaje. La historia se repite, no solo con la bajada de las exigencias, lo vemos también en la creciente medicación de nuestros alumnos y en el furor por paliativos que proporciona una atención artificial: las pantallas. Las pantallas no llevan a la atención sostenida, sino a la fascinación ante estímulos frecuentes e intermitentes. Las tratamos como un sérum mágico, pero son muletas.

¿Y cómo se soluciona la inatención y la fatiga?
—Cuando el niño alcanza la concentración y realiza actividades sensoriales y mentales que tienen un propósito, no cuando se vacía el aprendizaje de sus contenidos.

«Los padres llevan años escuchando mensajes que los han desapoderado de su papel de primeros educadores «

¿Es posible un pacto educativo?
—Es preciso ir a la raíz de las cuestiones antes de aprobar políticas educativas, abordar los temas sin fanatismo, con seriedad y serenidad antes de repercutirlo en los niños. Por desgracia, no solamente carecemos de ese sano debate en las instancias civiles, sino que ni siquiera existe en el seno del ámbito legislativo –con la actual tendencia a aprobar por decreto en vez de por leyes–. La tendencia antiintelectual es de debatir a lo Gladiator en las redes y en las tertulias televisivas, con un nivel de superficialidad que da miedo, propagando eslóganes retóricos populistas, construyendo principios partiendo de la casuística y del pragmatismo.

¿Cuál sería su reforma educativa esencial?
—No soy fan de las leyes como principal medio de regular la acción humana. Creo en la disciplina interior y en la responsabilidad personal. Hemos de convencernos de que todo empieza en la familia. Los maestros son claves, pero no pueden hacer milagros si la familia desiste de su papel educativo. Por desgracia, los padres llevan años escuchando mensajes que los han desapoderado de su papel de primeros educadores de sus hijos. Por un lado, está la industria del consejo empaquetado, que les dice exactamente lo que han de hacer para que sus hijos duerman, obedezcan, coman. Luego, la neurociencia les ha vendido una serie de mitos que les han convencido de que hay que escolarizar a los niños desde la cuna porque el sistema educativo está mejor preparado que ellos para educarlos. Los padres hacen con el profesor lo que antes se hacía con el sacerdote: llevárselo con una fe ciega para que él haga el trabajo de formar al niño. Una vez asumida la necesidad de entregar el niño al colegio como si de un cheque en blanco se tratara, las ideas rousseaunianas cuajan con facilidad. Cada padre y cada maestro ha de reconsiderar seriamente el alcance de su responsabilidad educativa: ese es el verdadero punto de partida.

El papel de la neurociencia

  • Una burbuja. “La Educación basada en la neurociencia es una burbuja. La neurociencia nos proporciona datos sobre el cerebro y su funcionamiento, pero el paso de esos datos al diseño de los métodos educativos es un salto lleno de complejidades, incluso de fe en algunos casos”.
  • Escepticismo sano. “Nuestra actitud hacia la innovación debe ser de escepticismo sano. Hemos de exigir que los colegios usen métodos basados en evidencias. Si un colegio quiere experimentar con los alumnos, los padres deben saberlo y consentirlo explícitamente”.
  • La innovación. “Es un concepto comercial, no educativo. La Educación no es verdadera por ser innovadora, sino que es innovadora por ser verdadera”.
  • Fuente de la noticia: https://www.magisnet.com/2019/04/catherine-lecuyer-reducir-la-educacion-a-metodologias-es-confundir-fines-con-medios/
  • Fuente de la imagen: https://www.magisnet.com/2019/04/catherine-lecuyer-reducir-la-educacion-a-metodologias-es-confundir-fines-con-medios/
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La educación, la cultura y la palabra

México / 27 de enero de 2019 / Autor: Manuel Pérez Rocha / Fuente: La Jornada

Todo proyecto educativo que pretenda desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano, como señala la Constitución Política de nuestro país, debe partir, en primer lugar, de la consideración acuciosa de la naturaleza del ser humano, naturaleza que es resultado no sólo de la evolución biológica, sino también de la evolución cultural. Algunos de los resultados de estos procesos evolutivos son la aspiración de libertad, de realización personal en una vida con sentido, de convivencia pacífica y creativa con sus semejantes, de crecimiento intelectual, de expresión productiva, estética; todo proyecto educativo debe reconocer, también, el hecho fundamental de que los seres humanos somos extraordinariamente complejos, cambiantes, casi siempre escindidos internamente.

Muchas de las acciones en el campo educativo ignoran, irresponsablemente, esta complejidad y alto desarrollo de la naturaleza humana. Esta desatención no tendría importancia en un espacio en el cual, mediante la fuerza, se pretendiera que los seres humanos se comporten como máquinas, como medios para lograr otras cosas, como piezas sin valor intrínseco de las cuales se puede prescindir, como soldados disciplinados, como meros ciudadanos responsables. En el campo educativo tal descuido es inaceptable y ha conducido a una crisis no solamente de la operación, sino del sentido mismo de los sistemas educativos.

La discusión acerca de los fines y valores de la educación se ha relegado. Una de las más nefastas consecuencias del neoliberalismo ha sido la deshumanización de los sistemas educativos y la desatención insensata de los fines de la educación. El dictumde Thatcher y Reagan –no hay otro camino– se impuso no solamente en el ámbito de los negocios, de la economía; causando destrozos incalculables, también arrasó a la cultura y la educación. No pierdan el tiempo discutiendo los fines, los valores; la educación debe ser de calidad, pertinente, eficiente; palabrería hueca que anula el pensamiento (véase en el diccionario el significado inane de estas palabrejas con las que se saturan las reformas educativas), e impone un catálogo interminable de ocurrencias, medidas tecnocráticas, sistemas de control, reformas y contrarreformas. Ninguna consistencia añade la palabra ahora de moda equidad, pues aun aceptando que significara dar más al que más necesita, el camino por recorrer es largo: ¿necesita para qué?, ¿cómo definir las necesidades?, ¿cómo jerarquizarlas?

Debe quedar claro, toda acción educativa tiene que ver, aunque no se tenga conciencia de ello, con el desarrollo de las facultades del ser humano; esto es, con la cultura, el cultivo del pensamiento, el cultivo de los sentimientos, el cultivo de la sensibilidad estética, el cultivo de la responsabilidad ética y la construcción de relaciones sociales y comunitarias. Todos estos son retos que los proyectos educativos deben enfrentar considerando que no actúan en el vacío, sino más bien en un entorno material, intelectual, espiritual y político que constituye lo que hoy se denomina una ecología cultural. La ignorancia de esta compleja realidad se traduce en una serie de frenéticas y caóticas reformas educativas impulsadas por intereses políticos oportunistas, al extremo de que un secretario de Educación Pública puede declarar con desenfado no tengo tiempo para la cultura.

Vivimos procesos culturales generados por cambios tecnológicos, materiales, demográficos y otros, de gran calado, muchos de ellos directamente relacionados con las tareas educativas. Las tecnologías de la información, por ejemplo, tienen un impacto directo no solamente en la cantidad y variedad de información disponible, también han alterado diversos procesos de pensamiento, potenciando e inhibiendo algunas facultades mentales.

El predominio de la imagen sobre la palabra, de la palabra hablada sobre la palabra escrita, el bombardeo incesante de estímulos visuales y auditivos, constituyen un medioambiente cultural que determina las posibilidades y límites de la acción escolar. Hemos de felicitarnos por disponer de medios que nos permiten ver imágenes maravillosas. Sin duda una imagen dice más que mil palabras; claro, si se trata por ejemplo de un autorretrato de Rembrandt, pero hoy las palabras son remplazadas por emojis y signos elementales.

¿Hay mucha preocupación porque los niños y jóvenes no aprenden a leer y a entender lo que leen? Estúdiese esa ecología cultural en la cual viven los niños y jóvenes, sus familias y sus amigos. Las invenciones de las escrituras, y el desarrollo de la lectoescritura fueron resultado de amplios procesos sociales y culturales. Hoy, diversos procesos los amenazan. La propuesta sensata no es dar marcha atrás y combatir los avances y cambios que determinan las posibilidades de la educación, sino partir de ellos para revisar los fines de la educación, sus metas, sus valores… y después los medios, los programas, los instrumentos.

https://www.jornada.com.mx/2019/01/24/opinion/017a1pol
https://elanden.mx/item-Asi-quedaron-los-derechos-a-la-cultura–educacion-y-deporte2017713
ove/mahv
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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 27 de enero de 2019: hora tras hora (24×24)

27 de enero de 2019 / Autor: Editores OVE

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 27 de enero de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

 

00:00:00 – España: Complubot, el conservatorio de la robótica educativa

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299288

01:00:00 – Conoce las 100 mejores herramientas de aprendizaje utilizadas en el año 2018

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299184

02:00:00 – Bolivia es uno de los tres países de América del Sur con los niveles más altos de asistencia escolar

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299292

03:00:00 – La educación, la cultura y la palabra (Artículo de Manuel Pérez Rocha)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299295

04:00:00 – El informe de la UNESCO pone de relieve la necesidad de eliminar los obstáculos con los que se enfrentan los migrantes y las personas desplazadas para acceder a la educación (+PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299391

05:00:00 – Francesco Tonucci: “Sólo los buenos maestros podrán salvar la escuela”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299197

06:00:00 – Libro: Las formas de la educación (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299402

07:00:00 – 5 libros de Paulo Freire que no te puedes perder (Artículo de Miguel Ángel Ruíz Domínguez)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299388

08:00:00 – Libro: La enseñanza contra el capitalismo global y el nuevo imperialismo. Una pedagogía crítica (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299410

09:00:00 – 11 películas que reflejan la importancia de la labor docente (Artículo de Camila Londoño)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299406

10:00:00 – Libro: Pedagogía y política de la esperanza. Teoría, cultura y enseñanza. Una antología crítica (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299419

11:00:00 – La Ruptura Paradigmática de “lo Educativo” (Artículo de Juan Carlos Miranda Arroyo)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299385

12:00:00 – España falta a clase el I Día Internacional de la Educación: solo lo celebra en redes

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299398

13:00:00 – UNESCO: Un tercio de los niños sufren acoso escolar

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299414

14:00:00 – Pedagogos del mundo asistirán a congreso internacional en Cuba

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299395

15:00:00 – Enseñanza multinivel (Artículo de José Blas García)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299190

16:00:00 – Transforman un autobús en una escuela móvil para los niños que se han quedado sin colegio en Irak (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299285

17:00:00 – Conversatorio «Cine y Educación» (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299282

18:00:00 – El Salvador con inversión histórica en educación

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299200

19:00:00 – Los retos de la neuropedagogía en la modernización de las facultades de Educación (Artículode Andrea Paola Romero Ramos)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299181

20:00:00 – Puerto Rico: Vetado el proyecto de educación especial

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299187

21:00:00 – Leontxo García: “El ajedrez tiene bastante para aportar a la educación” (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299203

22:00:00 – República Dominicana: La educación con inclusión: el otro gran desafío del sistema educativo

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299178

23:00:00 – Mareas educativas: movilizaciones globales en defensa de la educación pública. Encuentro con Agustín Moreno y Diego Andrés Salinas Flores

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/299194

 

En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.

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Ministro Afridi de Pakistán: «El propósito de la educación no es solo hacer dinero»

Asia/Pakistan/tribune.com.pk

Reconociendo que hasta 2.5 millones de niños no asisten a la escuela en el país, el ministro de estado para el interior declaró el martes que algunos han hecho de la educación un medio para ganar dinero, matando su propósito básico.

Esto fue declarado por el ministro de Interior, Shehryar Afridi, mientras hablaba en un evento en el Consejo Nacional de las Artes de Pakistán (PNCA) el martes.

Afridi dijo que hay más de 2.5 millones de niños en el país que no van a la escuela y casi nadie piensa en ellos o los aprecia. Pero también están aquellos niños que tienen acceso a una mejor educación.

Sin embargo, lamentó el aspecto comercial a la educación que buscaban algunos

“Si la única razón para adquirir una educación es ganar dinero, entonces no se utiliza esa educación. Hoy, el objetivo básico de la educación ha muerto «, dijo, y agregó:» Hoy en día, la humanidad ha desaparecido de los humanos. No tenemos trabajo en equipo, ética y cooperación entre nosotros. Hoy, el camino que estamos recorriendo nos está llevando a la devastación «.

Continuó agregando que los musulmanes han olvidado sus principios, mientras que los padres solo educan a sus hijos para que puedan obtener empleos codiciados en posiciones de poder.

“No debemos dividirnos en nombre de la religión y la etnicidad. «Ahora es el momento en que nadie nos dirá que hagamos más, ahora les diremos a otros que hagan más», dijo aludiendo a las presiones de Washington.

Más tarde, mientras recibía preguntas de los medios de comunicación, se le preguntó a Afridi que a pesar de las órdenes judiciales, el Primer Ministro Imran Khan no había regularizado su casa, ¿es este el mandato de la ley?

El ministro de estado para el interior respondió que los detalles del caso pueden obtenerse en la Corte Suprema.

“La operación es contra aquellos que han ocupado tierras estatales, no contra aquellos que poseen sus propias tierras. Amablemente haga su tarea ”, replicó Afridi.

Publicado en The Express Tribune 12 de diciembre XX , 2018.

Fuente: https://tribune.com.pk/story/1864837/1-educations-purpose-not-just-make-money-afridi/

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Libro: Calidad educativa. Historia de una política para la desigualdad (PDF)

México/ Autor: Sebastián Plá Pérez / Fuente: IISUE UNAM

A diferencia de lo que se acostumbra afirmar, la calidad educativa no garantiza la equidad y la igualdad. Por el contrario, produce nuevas desigualdades educativas y sociales. Estas desigualdades son generadas por un grupo de expertos que, gracias a su conocimiento especializado, llevan a cabo políticas educativas que promueven la inclusión diferencial como sinónimo de justicia social; es decir,una sociedad en la que todos quepan, siempre y cuando ocupen un lugar jeráquico según el desempeño individual de cada uno dentro de los sistemas educativos. Para sostener esta tesis, el autor hace un recorrido histórico del concepto de calidad educativa desde los años sesenta del siglo XX hasta la actualidad. La narración entrelaza los discursos globales, regionales y nacionales y pone especial atención en los expertos como actores protagónicos en la producción de la calidad educativa en México y América Latina. La investigación, basada en un exhaustivo trabajo documental, recupera las dimensiones histórica y política de la calidad de la educación para problematizar un concepto naturalizado por su uso y abuso en los discursos y las políticas educativas contemporáneas; problematizar la calidad educativa es poner en discusión los fines de la educación, debate relegado pero indispensable en toda sociedad democrática.

Link para la descarga:

http://132.248.192.241/~editorial/wp-content/uploads/2018/11/Calidad-educativa.pdf

Fuente de la Reseña:

http://www.iisue.unam.mx/libros/?dd-product=calidad-educativa-historia-de-una-politica-para-la-desigualdad

ove/mahv

 

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Los fines de la educación

Por: Robert M Hutchins

Robert M. Hutchins criticó en 1941 los principales problemas en la educación universitaria: escepticismo, presentismo, cienticifismo y antiintelectualismo. Defiende que una universidad que se precie no debe aspirar a formar al hombre por completo, sino enseñarle a pensar, para lo que se necesita de la metafísica. Su enseñanza es más actual que nunca.

ace seis años (1) tuve el honor de dirigirme a mis colegas de Yale hablando sobre La educación superior en América. Me sorprendió ver que esas lecciones no tuvieron el efecto que pretendí que lograran. Por el contrario, todas las actitudes que se calculaba que esas lecciones podrían cambiar, siguieron adelante con fuerza o fueron consolidadas con firmeza.

En ellas ataqué la trivialidad, y cuarenta y dos estudiantes se apuntaron al curso breve de jefes de tambores en Oklahoma University.

En ellas ataqué que la universidad se convirtiera en formación profesional, y la University of California anunció un curso en cosméticos diciendo que: «La profesión de esteticista es la que crece más rápidamente en este Estado». Me quejé de los cursos dedicados a proporcionar información caduca, y uno de los más distinguidos sociólogos de Estados Unidos anunció que nuestro nivel de información crece tan rápidamente que para volcarla entera en nuestros estudiantes tendríamos que prolongar la adolescencia hasta los cuarenta y cinco años de edad.

Sostuve que la educación superior debería ser primordialmente intelectual, y el rector del New York State College for Teachers dijo: «La educación no es en primer lugar intelectual. La educación es el proceso por el que se socializan tus emociones».

Un profesor, casi por casualidad, estaba de acuerdo conmigo. E hizo estos comentarios escandalosos en un libro: «Siempre quedarán», decía, «ciertos valores permanentes que debe cultivar la educación, como la honestidad intelectual, el amor a la verdad, la habilidad para pensar con claridad, las cualidades morales». El hecho de que fuera de Teachers College, Columbia, y que se pudiera suponer que estaba solamente haciendo una broma, no le salvó. Fue reprendido agudamente por otro profesor de la Ohio State University que dijo que en este punto debía «discrepar de este libro, por lo demás sin duda interesante, porque hace sospechar que su autor tiene todavía algo de absolutista». Y es que este quería que la educación cultivara la honestidad intelectual, el amor a la verdad, la capacidad de pensar con claridad y las cualidades morales.

Resulta que la sabiduría y la bondad son el objetivo de la educación superior.

No negaré que una o dos personas prestaron alguna atención a mi libro. Uno de estos, que en su tiempo libre es profesor de Yale, resumió todo el asunto diciendo que el problema conmigo era mi intenso idealismo moral. Lógicamente esa cualidad desenfocaría a cualquiera su visión de la educación. ¿Un rector de universidad culpable de idealismo moral? ¿A dónde vamos a llegar? Me vinieron a la cabeza algunos de los comentarios de uno de nuestros antiguos alumnos que en una discusión reciente en la University of Chicago dijo que todo lo que yo había dicho sobre el fútbol era perfectamente lógico. «Pero», señalaba, «si la universidad elimina el fútbol, mi hijo, que ahora tiene quince años, no querrá ir allí». En otras palabras, ‘lógico’ es un término de reproche, y la University of Chicago debería aspirar a ser iló- gica porque uno de sus antiguos alumnos tiene un hijo ilógi- co. Incluso he escuchado la palabra ‘educativo’ con la misma connotación difamatoria cuando un graduado de Princeton escribió a Woodrow Wilson diciendo: «Ya no tendré más relación con Princeton. Usted está convirtiendo mi querido viejo collegeen una institución educativa». Un rector universitario del que se sospecha que está interesado en la moral, el intelecto, o incluso en la educación, se merece la mayor de las condenas por parte de aquellos que tienen auténtica preocupación por los verdaderos intereses por nuestro país.

Pero todas estas cosas se quedan en nada si las comparamos con la amenaza de la metafísica. He sugerido suavemente que la metafísica podría unificar a la universidad moderna. Sé que se trataba de una palabra muy larga, pero pensaba que mi audiencia formada por críticos bien educados conocerían su significado. En cierto modo quedé muy sorprendido al encontrarme con que para ellos metafísica era como una serie de globos, flotando sobre la superficie de la tierra, que eran traídos hacia abajo por gente de mente viciosa y débil cada vez que querían ganar una discusión. La explosión de uno de estos globos, o la suelta de los gases que contuviera, podría silenciar pero no convencer a un hombre sabio. El hombre sabio se marcharía murmurando «Palabras, palabras, palabras», o «Contrario a la ciencia», «Reaccionario» o incluso «Fascista». Sabiendo que no puede haber nada verdadero a no ser que la ciencia experimental lo haga verdad, el hombre sabio conoce que la metafísica es simplemente el vocablo técnico de la palabra superstición.

El papel de la filosofía en la educación

Podría enfrentarme ahora contra todo esto. Me interesa la educación, la moral, el intelecto y la metafísica. Incluso voy lo suficientemente lejos como para sostener que hay una relación necesaria entre todas estas cosas. Quiero afirmar que si falta una de ellas no podemos tampoco tener las demás, y que sin las otras no podríamos lograr aquello que me importa de forma principal, la educación.

Por otra parte, insisto en que todo lo que ocurre hoy en el mundo confirma la necesidad inmediata y urgente de ponernos a una y entrar en directo a considerar estos temas. El mundo está probablemente más cerca de la desintegración ahora [segunda guerra mundial] que en ningún otro momento desde la caída del Imperio Romano. Si nos quedan algunas fuerzas, aunque sean leves y poco efectivas, para clarificar y unificar criterios, deberían ponerse en marcha, movilizarse ya, o aquello que conocemos como la civilización occidental podría desaparecer.

Incluso si asumimos que las condiciones ordinarias se restaurarán pronto, debemos aceptar que nuestro país se ve afectado por problemas que, aunque aparentemente no tienen solución, deberían resolverse si es que quiere conservarse o en caso de que merezca la pena conservarlo. No hablo de problemas materiales. Debemos tener fe en los grandes recursos de nuestra tierra. Nuestros problemas son de carácter moral, intelectual y espiritual. La paradoja de morir de hambre en mitad de la riqueza ilustra la naturaleza de nuestras dificultades. Esta paradoja no se resolverá con habilidades técnicas o datos científicos. Se resolverá, si es que eso es posible, por medio de la sabiduría y la bondad.

Resulta que la sabiduría y la bondad son el objetivo de la educación superior. ¿Cómo podría ser de otra manera? La sabiduría y la bondad son los fines de la vida humana. Si discutes esto, estás en ese momento entrando en una discusión metafísica, pues te encuentras debatiendo sobre la naturaleza del ser y la naturaleza del hombre. Así debería ser. ¿Cómo podríamos conocer el destino del hombre si no nos preguntamos lo que el hombre es? ¿Cómo podemos hablar de preparar hombres para la vida si no nos preguntamos cuál debería ser este fin? En la base de la educación, así como en la base de toda actividad humana, se encuentra la metafísica […].

Lo mismo pasa con la ética y la política. Queremos llevar una vida buena. Queremos un buen gobierno como un medio para conseguir esa vida. De nuevo, para encontrar la buena vida y el buen gobierno, debemos investigar la naturaleza del hombre y los fines de su existencia. En el momento en que hacemos eso nos hacemos metafísicos a pesar de nosotros mismos. Y la solidez de nuestras conclusiones morales depende de si somos buenos o malos metafísicos […].

Abrir el currículo a las buenas asignaturas condujo de modo natural (a Eliot, rector de Harvard) a permitir también las malas para al final destruir ambas.

Y lo mismo ocurre con la educación. En este asunto el gran criminal fue Mr. Eliot quien, como rector de Harvard, dedicó su genio, habilidades y su larga vida a la tarea de robar a la juventud americana su herencia cultural. En el momento en que sostuvo que no había buenas o malas materias que estudiar, su laudable esfuerzo por abrir el currículo a las buenas asignaturas lo condujo de modo natural a permitir también las malas para al final destruir ambas. Hoy, para conseguir educarse en una universidad americana, un hombre tendría que ser realmente brillante y saber mucho, si es que tiene la intención de hacerse con aquello que realmente no necesita. Nuestras instituciones dan completo apoyo a aquella frase de Gibbon de que «la instrucción raramente es eficaz exceptuando aquellos temperamentos felices en los que resulta casi superflua». Hoy el joven americano abarca solo de forma accidental la tradición intelectual de la que forma parte y en la que debe desarrollar su vida: porque sus fragmentos dispersos y carentes de unidad se encuentran desparramados de un lado al otro del campus […].

El error principal es el de sostener que nada es más importante que lo demás, que no puede darse un orden entre los bienes ni un orden en el terreno de lo intelectual. No hay nada central y nada periférico, nada primario y nada secundario, nada fundamental y nada superficial. El camino del estudio se rompe en pedazos porque no hay nada que lo mantenga unido. Trivialidad, mediocridad y formación profesional lo conquistan todo porque no tenemos ninguna medida objetiva desde la que juzgar […].

Vemos entonces que la metafísica juega un doble papel en la educación superior. Desde ella los educadores deciden qué educación deberían ofrecer. Desde su metafísica sus estudiantes deben construir los fundamentos de su vida moral, intelectual y espiritual. Por medio de la metafísica yo llego a la conclusión de que la finalidad de la educación es la sabiduría y el bien, y que los estudios que no nos acercan a estos objetivos no tienen cabida en una universidad. Si tienes una opinión diferente deberías mostrar que tienes una metafísica mejor. Por medio de la metafísica, los estudiantes podrían recuperar una visión racional acerca del universo y de su papel en él. Si niegas esta proposición, cae de tu lado la responsabilidad de defender que la visión racional del universo y el papel que uno tienen en él no es mejor que una visión irracional o la ausencia total de cualquier visión.

Educación y mejora social

A la luz de estos principios vamos a estudiar la relación entre educación y la mejora de la sociedad. Todos queremos que la sociedad avance, y queremos que haya graduados universitarios por su educación para mejorar la sociedad y porque aprenden cómo hacer eso. Las diferencias aparecen cuando discutimos sobre el método con el que se pueden alcanzar estos objetivos […]. Discutiré únicamente el modo por el que una institución puede desarrollar en sus estudiantes un conocimiento social y una conciencia social.

En una primera mirada parecería que todos estaríamos de acuerdo en que para hablar sobre la sociedad o su mejora deberíamos ahondar en la naturaleza de lo social, en las características comunes y perdurables de la sociedad, y en aquellos animales tan especiales que la componen, llamados hombres. Querríamos examinar sus objetivos, los distintos caminos para alcanzarlos y la medida en que cada uno de ellos ha triunfado o fracasado. Pero para hablar de éxito o fracaso necesitamos algunas nociones sobre lo que significa ser una buena sociedad. Sin tales conceptos no podríamos valorar las sociedades que tendríamos que poner en consideración ni aquella en la que vivimos. Necesitaríamos alguna concepción de buena sociedad para decidir cuál es el significado de mejora; pues todos sabemos que a veces hemos dado la bienvenida como beneficiosas a medidas que, una vez adoptadas, parecían dejarnos en una condición tan insatisfactoria como la que teníamos antes. Si nos enfrentamos a la gran tarea de mejorar la sociedad sin prejuicios, deberíamos también tratar de entender la naturaleza, el propósito y la historia de las instituciones que ha creado el ser humano. La búsqueda de la mejora social es una búsqueda perpetua. Desde que existe la sociedad el ser humano ha pretendido mejorarla. Podemos pensar que las ideas y la experiencia de la humanidad debería colocarse en las manos de la generación venidera pues esta continúa con la búsqueda perpetua.

Nadie puede pensar sobre un problema práctico, como es el problema de cómo mejorar la sociedad, si no conoce los hechos. Y no podrá hacerlo si no tiene un nivel básico de crítica y acción.

Esto significa que si queremos que un estudiante tenga un sentido de responsabilidad social y deseo de sacar adelante sus obligaciones, debemos haberle proporcionado, para lograr esta meta, lo mismo que le hemos entregado para otros propósitos. Una educación en historia y filosofía, junto con las disciplinas que se necesitan para entender estos campos. Para hacer de él alguien que acreciente la sociedad hemos de tener la esperanza de convertirle, aunque sea de forma modesta, en maestro en la sabiduría política de su estirpe. Si carece de cualquier intuición de esto, no podrá entender el problema de la sociedad. Tampoco podría criticar ninguna institución social. Estaría sin las armas necesarias para atacarlas o defenderlas. No podría distinguir una buena de una mala. No podría pensar de forma inteligible sobre ninguna.

Nadie puede pensar sobre un problema práctico, como es el problema de cómo mejorar la sociedad, si no conoce los hechos. No podrá aportar comentarios útiles sobre la situación en Alemania, a no ser que conozca cómo es esta situación. Y no podrá hacerlo si no tiene un nivel básico de crítica y acción. Este criterio no puede ser, por supuesto, una fórmula matemática o alguna máquina intelectual automática y milagrosa que, una vez aplicada a los hechos, produzca de forma inmediata e infalible la respuesta correcta. El mundo práctico es un mundo de cosas singulares y contingentes y no un sistema matemático. Nadie ha subrayado este aspecto con tanta fuerza como Aristóteles. Pero esto no le supuso un freno para intentar descubrir en la Ética y en la Política los principios generales de la vida buena y del estado justo, o para intentar mostrar la utilidad de esos principios en su sociedad y, según pienso, en cualquier otra.

El mundo práctico es un mundo de cosas singulares y contingentes y no un sistema matemático.

En consecuencia, si vamos a tener principios para la crítica social y la acción social, y si estos quieren ser algo más que principios emocionales, deben provenir del estudio filosófico e histórico y del hábito del pensamiento correcto. Sería una cosa maravillosa si todos estuviéramos tan condicionados que nuestros reflejos trabajaran al unísono en la dirección adecuada cuando nos enfrentáramos a la injusticia social o económica, si hubiéramos sido entrenados desde la infancia para reconocerla y luchar contra ella. Pero aun en el caso de que pudiéramos llegar a la adolescencia en esta situación feliz, me temo que nuestros excelentes hábitos se derrumbarían bajo la presión. Se necesita algo para mantenerlos, y eso es la capacidad de comprender. Esta es otra manera de decir que el intelecto manda sobre la voluntad. Nuestros padres deberían dedicar todos los esfuerzos posibles durante nuestra infancia para moderar nuestras pasiones y habituarnos a la justicia y a la prudencia. Pero el papel de la educación superior, en esta conexión, debe ser la de proveer de fundamentos firmes y duraderos que sostengan esos hábitos cuando los problemas de la vida adulta golpeen contra ellos.

Cuatro falsos cultos

Me parece obvio que urge la clase de educación que favorezca el desarrollo del conocimiento social y de la conciencia social. ¿Por qué esto no es evidente para el resto de la gente? La primera razón, pienso, es lo popular que es el culto al escepticismo. He defendido que quiero dar al estudiante conocimiento sobre la sociedad. Pero nos hemos metido en tal situación mental que cualquiera que no se dedique a la ciencia natural que diga que conoce algo, se convierte en un dogmático y en un autoritario […].

Sería una cosa maravillosa si todos estuviéramos tan condicionados que nuestros reflejos trabajaran al unísono en la dirección adecuada cuando nos enfrentáramos a la injusticia social o económica.

Si no podemos conocer nada sobre la sociedad, si solo podemos tener opiniones sobre ella, y si la opinión de un hombre es tan válida como la de cualquier otro, entonces podemos decidirnos a conseguir lo que queremos de una forma irracional sirviéndonos de medios irracionales, es decir, por la fuerza. En un mundo escéptico apelar a la razón es algo vano. Esa apelación solo puede tener éxito si aquellos a los que se apela tienen algunos puntos de vista racionales sobre la sociedad de la que forman parte.

Otra razón por la que algunos dudan de la utilidad social de la educación que yo apoyo, es que pertenecen al culto de la inmediatez, a lo que puede ser llamado presentismo. Desde este punto de vista, la manera de comprender el mundo consiste en lidiar con lo que tú descubres sobre ti. Recorres los almacenes y las plantas de acero y entiendes el sistema industrial. No existe el pasado. Cualquier referencia a la Antigüedad o a la Edad Media muestra que no te interesa el progreso social. La filosofía solo es una actividad de su tiempo y su lugar. Vivimos en un tiempo diferente y, por lo general, en un lugar distinto. De ese modo, los filósofos que vivieron ayer no tienen nada que decirnos hoy a nosotros.

Sin embargo no podemos comprender nuestro entorno con solo mirarlo. Este se presenta ante nosotros como un desorden incomprensible de cosas. Si nos limitamos a coleccionar esas cosas no nos formaremos un criterio […]. Nos enfrentamos a problemas viejos sin saber que son viejos y caemos en los mismos errores porque no sabemos que ya se ha caído en ellos […].

El culto a la ciencia

El escepticismo y el presentismo se relacionan con un tercer «ismo» que desenfoca nuestra visión del método de educa- ción para la mejora social. Este «ismo» es el culto a la ciencia, un culto al que, de modo suficientemente curioso, pertenecen muy pocos científicos naturales. El cienticifismo es un culto compuesto por aquellos que confunden la naturaleza o el papel de la ciencia. Dicen que la ciencia es moderna; que la ciencia es provisional; que la ciencia es progresiva. Cualquier cosa que no sea ciencia les resulta anticuada, o por lo menos irrelevante. Un escritor del International Journal of Ethics nos ha invitado a que sigamos a la ciencia en nuestra búsqueda de la vida buena, y el hecho de que este autor sea un filósofo sugiere que el culto al cienticifismo ha encontrado devotos en los lugares más insospechados. Porque es claro que aunque podamos y debamos usar la ciencia para mejorar nuestra sociedad, no podemos seguirla hacia este destino. Y la razón es que la ciencia nunca nos contará dónde tenemos que ir. Los hombres pueden usarla para propósitos buenos o malos, pero son los hombres los que tienen los propósitos, y estos no se aprenden gracias a los estudios científicos.

La ciencia nunca nos contará dónde tenemos que ir. Los hombres pueden usarla para propósitos buenos o malos, pero son los hombres los que tienen los propósitos.

El cienticifismo es un mal servicio a la ciencia. El crecimiento de la ciencia es el hecho más importante de la vida moderna. No se debería permitir que ningún estudiante completara su educación sin entender esto. Las universidades podrían y deberían apoyar y animar la investigación científica. De una educación científica podemos esperar una mayor comprensión de la ciencia. De una investigación científica podemos esperar conocimiento. Pero confundimos el asunto si exigimos respuestas a aquello que no tenemos derecho a preguntar, si lo que buscamos aprender de la ciencia son los fines de la vida humana o de la organización social.

Por último tenemos el culto al antiintelectualismo, que por extraño que parezca tiene un surtido grupo de miembros. Ellos van desde Hitler, que piensa con sus glóbulos rojos, hasta los miembros de los tres cultos a los que me acabo de referir (escepticismo, presentismo, cienticifismo), pasando por los hombres de buena voluntad que, dado que solo son hombres de buena voluntad, se encuentran en el polo opuesto a Hitler pero que no pueden ofrecer una justificación racional de por qué están allí […].

El sentimentalismo es un deseo irracional de ser de ayuda para nuestro prójimo. A menudo parece una cualidad digna de alabanza o redentora en aquellos que no pueden o no quieren pensar. Pero el sentimental es en realidad una personalidad peligrosa. Desconfía del intelecto, pues este podría mostrar que el sentimental está en el error. Cree en la primacía de la voluntad, y eso es lo que lo hace tan dañino. No sabe lo que debería querer; no sabe tampoco por qué quiere lo que quiere. Pero sabe que lo quiere.

De una educación científica podemos esperar una mayor comprensión de la ciencia. Pero confundimos el asunto si lo que buscamos aprender de la ciencia son los fines de la vida humana o de la organización social.

Fácilmente esto deriva hacia la idea de que porque tú lo quieres, deberías tenerlo. Y tú eres un hombre de buena voluntad, de modo que por definición los que se opongan a ti no lo son. Ya que deberías tener lo que quieres, deberías obtenerlo si te haces con el poder. Y de ese modo el camino desde el hombre de buena voluntad hasta Hitler se cierra.

De hecho, esta es la postura en que los miembros de los cuatro cultos (escepticismo, presentismo, cienticifismo, antiintelectualismo) se encuentran cuando plantean preguntas sobre la mejora social. En la medida en que no pueden saber, tienen que sentir. Lo único que nos cabe esperar es que se sientan bien. Pero no podemos estar demasiado esperanzados. ¿De dónde viene la buena voluntad? Hace tiempo que la campaña anterior al plebiscito de Austria nos dio las primeras noticias de la primera vez en que Hitler se dejó guiar por una revelación especial. Muchos hombres de buena voluntad no reclaman ese contacto íntimo con la deidad. Pero son uniformemente misteriosos acerca de la fuente de su inspiración. Si esta no es el conocimiento, y por consiguiente filosófica, tiene que ser un hábito, y un hábito de la clase más irracional. Una universidad no puede tener nada que ver con hábitos irracionales, excepto para intentar moderar los malos y apoyar los buenos. Pero si por hipótesis no podemos hacer eso por medios racionales nos vemos forzados a concluir que una universidad debe ser como una guardería que con cariño trata de conservar los buenos hábitos antes de sufrir un shock, con la esperanza de que estos puedan ser conservados durante el tiempo suficiente para que aguanten a lo largo de la vida, aunque sin ningún tipo de fundamentación racional […].

La pretensión de educar al hombre completo

Difícilmente nos ayudaría decir aquí, como hacen muchos antiintelectuales, que la educación debe educar al «hombre completo». De todas las frases sin sentido que hay en la discusión sobre educación esta se lleva la palma. ¿Acaso quiere decir que la educación debe hacer ella sola el trabajo de convertir el «niño entero» en un «adulto entero»? […] ¿Nos vemos obligados a asumir que nuestros estudiantes no pueden aprender nada de la vida o que no tenían una vida antes de venir a nosotros y no la tendrán después? Estamos buscando un criterio para saber dónde poner la importancia que debe tener la educación superior. Hablar del hombre completo parece implicar que el educar no debería tener ningún tipo especial de énfasis. Todas las «partes» del ser humano tienen la misma importancia: vestir, comida, salud, familia, negocios. ¿Debe la educación recalcar todas ellas? […] ¿Sería decir demasiado defender que si podemos enseñar a nuestros estudian- tes a llevar la vida de la razón haremos todo lo que puede esperarse de nosotros y, al mismo tiempo, haremos lo me- jor que puede hacerse para el hombre completo? La tarea de la educación es ayudar a que los animales racionales sean más perfectamente racionales.

El sentimental es en realidad una personalidad peligrosa. Desconfía del intelecto, pues este podría mostrar que el sentimental está en el error. Cree en la primacía de la voluntad.

Vemos, en consecuencia, que la búsqueda de la mejora social no tiene término. Los hombres siempre han querido una sociedad mejor, no diferente. Qué sea una sociedad mejor y cómo llegar a ella ha sido uno de los problemas permanentes de la filosofía y uno de los principales asuntos de la tradición del mundo occidental. Solo aquellos que reconocen el lugar fundamental que ocupa la filosofía y la sabiduría de la tradición en la educación de los ciudadanos pueden esperar formar hombres y mujeres que puedan contribuir a la mejora de la sociedad y que quieran hacerlo. El culto al escepticismo, al presentismo, al cienticifismo y al antiintelectualismo nos llevarán hacia la desesperación, no solo de la educación, sino también de la sociedad.

 


© de la traducción: Javier Aranguren.

© de la imagen principal: Wikimedia Commons (La Hutchinson Commons de la Universidad de Chicago en noviembre de 2014).

(1) Los fines de la educación es una conferencia que Robert M. Hutchins (1899–1977) pronunció en 1941 en la Universidad del Estado de Louisiana en la que critica los cuatro principales problemas en la educación universitaria de su tiempo (que parecen ser los nuestros): escepticismo, presentismo, cienticifismo y antiintelectualismo. Su tesis es que una universidad que se precie no debe aspirar a formar al hombre por completo, sino limitarse (y ya sería mucho) a enseñarle a pensar. El papel de la filosofía (de la metafísica) en esta tarea es fundamental. Esa conferencia se recogió en el libro  Education For Freedom, p. 19 y ss., publicado por primera vez en 1943. 

Fuente: https://www.nuevarevista.net/destacado-principal/los-fines-de-la-educacion/

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Leonel Fernández a Correa: «No hay conexión entre la universidad y la sociedad en sentido general»

Por RT

En esta nueva edición de ‘Conversando con Correa’, el expresidente de Ecuador dialoga con Leonel Fernández, expresidente de la República Dominicana. La conversación entre ellos empieza girando en torno a la importancia de la educación como medio de desarrollo social y, en concreto, sobre las carencias y particularidades del ámbito universitario de América Latina.

La conversación que el expresidente de la República Dominicana, Leonel Fernández, y Rafael Correa mantienen en esta edición de ‘Conversando con Correa’ empieza girando en torno al desarrollo del ámbito académico de América Latina con preguntas específicas sobre la importancia de la educación: «¿Por que América del Norte se desarrolló y América del Sur permanece en su desarrollo?».

Correa admite de entrada que «las respuestas son múltiples», pero señala principalmente a la «falta de calidad» en las universidades latinoamericanas y a su «falta de presupuesto«. Además, menciona una «mal entendida autonomía» de las universidades, que consiste en «darles la plata y que no rindan cuentas a nadie«. «Como sociedad debemos exigirles resultados» con respecto a «un plan de desarrollo y de objetivos comunes», sostiene el exmandatario ecuatoriano.

Leonel Fernández, expresidente de la República Dominicana
«En América Latina, el sector privado no aporta nada a la investigación, desarrollo e innovación»Leonel Fernández, expresidente de la República Dominicana

Por su parte, Leonel Fernández alude al presente centenario de la reforma de la Universidad de Córdoba y glosa brevemente la importancia histórica de aquel acontecimiento antes de dar su particular diagnóstico de los problemas que ha sufrido la educación en América desde entonces: el «predominio de dictaduras y gobiernos represivos«, lo que propició que los centros universitarios se convirtieran en «el refugio ideológico de la gente que estaba en el movimiento progresista, que estaba por la democratización de nuestros pueblos». Eso produjo, según el expresidente dominicano, «una desviación desde el punto de vista de la producción del conocimiento científico hacia una ideologización que encontraba su mayor sustento en el mundo universitario».

Otro problema más actual denunciado por Fernández es que, «en América Latina, el sector privado no aporta nada a la investigación, desarrollo e innovación». El político defiende que «la universidad debe dejar de ser un refugio ideológico para ir más hacia el avance del conocimiento y el avance de la ciencia» y orientar el rumbo del cambio hacia «un mayor crecimiento económico» y a una obligada «sostenibilidad».

Leonel Fernández, expresidente de la República Dominicana
«El contacto con las universidades españolas ha tenido un impacto muy positivo en el alumnado latinoamericano»Leonel Fernández, expresidente de la República Dominicana

A continuación, Correa afirma que «América Latina es un productor marginal de ciencia y tecnología» y asume que, desde su punto de vista, esto «no es solo problema de presupuesto ni de armonización de políticas ni de coordinación», sino «un problema cultural«. El expresidente de Ecuador incide también en la carencia de una cultura del esfuerzo. «En América Latina, a veces queremos obtener el título sin siquiera asistir a clase», lamenta.

A su vez, Fernández señala otro déficit del sistema educativo universitario en la región: «Muchas veces, al acabar una licenciatura, no se tienen las herramientas necesarias para insertarse en el mercado laboral», y concluye al respecto que «no hay conexión entre la universidad y la sociedad en sentido general. Estas es una de las fallas que tenemos que ir corrigiendo».

Entre las ventajas que ofrece la actualidad del mundo universitario, Fernández se refiere a lo que denomina «la internacionalización«.

Leonel Fernández, expresidente de la República Dominicana
«Hay que ver la universidad al servicio de un desarrollo sostenible y repensar desde ella la erradicación del hambre y la pobreza».Leonel Fernández, expresidente de la República Dominicana

«Las universidades, para poder progresar, tienen que intercambiar con otras a nivel internacional», asegura el expresidente de la República Dominicana, que indica a continuación que el contacto con las universidades españolas ha tenido un impacto muy positivo en el alumnado latinoamericano, en especial, entre los estudiantes que han podido estudiar en el extranjero. «Ese estudiante se transforma y desarrolla mentalidad global» añade.

No obstante, en una fase más avanzada de la charla, Correa señala: «si no cambiamos el ámbito académico de América Latina y no exigimos más, no saldremos del estancamiento actual». Por su parte, Fernández explica que «hay que ver la universidad al servicio de un desarrollo sostenible y repensar desde ella la erradicación del hambre y la pobreza«.

Durante el encuentro, Rafael Correa y Leonel Fernández profundizan también en otras cuestiones de actualidad y de gran interés, un diálogo que podrán ver en el video del programa que les ofrecemos aquí en su totalidad.

Fuente: https://actualidad.rt.com/programas/conversando-correa/282912-leonel-fernandez-correa-universidad-sociedad

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