Page 2 of 10
1 2 3 4 10

La importancia de la enseñanza de la Historia para el futuro de los estudiantes

Por: Naomi Schallit.

 

Cuando hablamos de investigación histórica nos vienen a la mente varios conceptos como el pasado, la historia y una serie de imágenes y nociones sobre lo que, supuestamente, ha sucedido tiempo atrás. Dicha percepción lineal, rígida, objetiva y monolítica de la historia que, a menudo, se confunde con el pasado es la introducción para este artículo. Y decimos esto ya que el pasado no se entiende en singular, sino en plural. La enseñanza de la historia en la actualidad forma parte de la enseñanza de “un pasado” específico: la historia-nación.

Tres ejes fundamentales

Se trata de un asunto que nos remonta al siglo XIX y principios del siglo XX. Para empezar a desgranar esta problemática de la historia escolar debemos señalar tres ejes fundamentales:

  1. Historia o narrativa histórica. Se trata de una dimensión que está reservada recelosamente a un pequeño colectivo intelectual (historiadores profesionales). A pesar de ello, estamos ante una dimensión académica muy influyente en el que será nuestro segundo eje.
  2. La educación. Esta situación es fruto de una especie de simbiosis política, intelectual e ideológica producida a finales del siglo XIX y principios del siglo XX en la Europa occidental y el continente americano. ¿Entre quiénes exactamente se produjo esta simbiosis más allá de los conceptos abstractos “historia” y “educación”? Pues nos referimos específicamente al Estado-nación, recientemente configurado, pero todavía neonato en materia de desarrollo político, y también al colectivo académico de historiadores.

¿Qué sucederá entre el Estado y los historiadores? Nacerá la profesionalización de la historia de la mano del Estado, pero sobre todo de la nación, un concepto problemático, incluso, hasta nuestros días.

¿Entonces, por qué el Estado-nación necesita del colectivo de historiadores? Para no extendernos demasiado, esto lo resumiríamos de la siguiente manera: el Estado necesita de la nación para legitimarse como estructura de poder tras los procesos revolucionarios de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX.

Pero, al mismo tiempo, la nación necesita de una historia, es decir, de un relato para construir una identidad nacional que sirva como verdadero pegamento social y cultural en prospectiva.

¿El resultado? La construcción de los relatos nacionales o historias generales de la nación que hoy en día conocemos como historias de países (de España, de Chile, de México, de Francia, de Marruecos, de China, de Japón y un largo etc.).

¿Pero, qué pasa con nuestro segundo eje, el de la educación? A esto se responde con una pregunta: ¿cómo hizo el Estado, y sigue haciendo, para construir ciudadanía?

Esto se llevará a cabo a través de un sistema educativo centralizado que gire, en última instancia, en torno a las naciones.

Y es aquí es donde entra nuestro tercer eje:

  1. La ciudadanía o formación ciudadana. El sistema educativo de cada país, de cada nación, de cada Estado, se encarga de construir planes educacionales-formativos en lo que se denomina escolarización. Así pues, desde la escuela, la niñez y la juventud temprana se edificará en torno a ciertos valores, conceptos, normas y percepciones.

Extensión de este sistema educativo

A lo largo del siglo XX lo que hemos podido comprobar es una evolución progresiva de la extensión y masificación de este sistema educativo en todo el mundo. Eso sí, a diferentes velocidades y con las particularidades pertinentes, pero con los mismos fines. Hoy en día nuestro mundo sigue siendo el regido bajo el ideal liberal-republicano de naciones.

Llevamos más de doscientos años bajo este modelo. Y todo ello muy a pesar de la globalización o de los procesos tecnológicos revolucionarios que avanzan a una velocidad vertiginosa sin que apenas nos demos cuenta.

¿Es la historia escolar importante en la formación de sociedades en la actualidad? Se habla mucho de la importancia de la historia ¿pero, sabemos realmente las consecuencias que tiene aquello en la construcción de percepciones de los jóvenes sobre lo que sucede en el mundo?

Hay un “gen profesionalizante” de la historia al cual todo historiador debe “lealtad académica”: la nación. Pero no solo la nación, también el Estado, e incluso el todopoderoso liberalismo republicano (o, dicho de otra forma, las repúblicas de gobierno representativo vigentes hoy en día).

¿Influye la historia escolar en la formación ciudadana de los jóvenes del siglo XXI?

La historia no solo importa en este ámbito, sino que es fundamental. Tal es su importancia que cuando un ministerio o gobierno la intenta eliminar del currículo, los profesores salen a la calle, tal y como está sucediendo hoy en Chile, por ejemplo.

Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 en Chile. Bombardeo del Palacio de La Moneda (palacio de gobierno)Biblioteca del Congreso Nacional de ChileCC BY

¿Pero, por qué defender la historia si lo que está haciendo es construir una ciudadanía con contenidos estancos y conceptos homogeneizantes y obsoletos?

El ejemplo de la guerra entre la ministra de Educación chilena, Marcela Cubillos, con el Colegio de Profesores de Chile y con una mayoría social bastante transversal y diversa, es una muestra empírica de que la historia es parte de la identidad chilena, de sus valores patrios, sus tradiciones, sus costumbres y, más importante, su pasado.

Es aquí cuando se establece lo que entendemos que es el primer error: el eje pasado-historia. La historia no es el espejo del pasado. Otra cosa es que las historias nacionales pretendan que así lo sea bajo un relato lineal, androcéntrico, blanco, occidentalocéntrico y que versa sobre la cronología del ejercicio de poder y los poderosos.

A pesar de que este relato ha sido objeto de críticas, no lo es en su principio fundacional. Autores como Frank AnkersmitGeorg G. IggersHayden White o Herman Paul se han dedicado a cuestionar el rol positivista e historicista de la historia, es decir, de una percepción objetiva y axiomática de la misma.

El problema que crea una historia objetiva en los estudiantes

En estudios de este tipo (Teoría de la Historia) nos encontramos precisamente con un reconocimiento literario y subjetivo de la historia. Lo que sucede es que finalmente los estudios e investigaciones acerca de la Teoría de la Historia no dialogan con los estudios sobre Didáctica de la Historia, y aún menos con estudios etnográficos acerca de lo que ocurre en la escuela y con los estudiantes. Por eso, faltan importantes esfuerzos interdisciplinares en este campo o problemática de estudio.

La historia en el sistema escolar no está creando niños, niñas y jóvenes reflexivos, creativos y pensantes. Y si lo hacen, lo harán dentro de unas limitaciones conceptuales como el liberalismo político, el republicanismo, la democracia, la ciudadanía, la nación y un largo etc.

¿Se puede ser reflexivo y crítico con estas categorías de modernidad y progreso? Sí, pero no es posible superar cognitivamente ciertas problemáticas políticas, sociales y culturales en la actualidad si no superamos este laberinto epistemológico, es decir, del origen del conocimiento enseñado.

Por esta razón, la pregunta que nos hacemos es qué se está enseñando y no tanto cómo se está enseñando. Autores como Juan Sisinio Pérez Garzón, Sebastián Plá, Joaquim Prats, Antoni Santisteban Fernández, Joan Pagès o Mario Carretero, entre otros, son protagonistas en los estudios de la didáctica de la historia. En ellos vemos una defensa generalizada de una historia escolar menos memorística y más reflexiva, sumado a una transformación al cómo ofrecer clases de Historia.

Retrocesos y limitaciones

Por esto es muy importante poner el acento en cómo muchos de esos conocimientos nos están provocando serios retrocesos y limitaciones de cara a la construcción de diferentes futuros posibles.

La historia no estaría ayudando a construir una ciudadanía verdaderamente libre, sino a seres pasivos ante lo que ocurre en el mundo, es decir ciudadanos espectadores y no activos en los principales problemas de nuestra sociedad.

Quizás parezca raro, pero hubo una vez que la historia sirvió para elaborar utopías. Hoy en día eso es sinónimo de debates metafísicos que, al final, no tienen ninguna transcendencia ni incidencia en nuestras vidas.

Finalmente, la esclavitud del siglo XXI parece no estar únicamente en lo material y financiero, sino también en lo intelectual. Estamos condenados socialmente si no logramos emanciparnos cognitivamente, ya que no podemos permitirnos como colectivo humano seguir encadenados a un pasado que nos limita, a un presente que cada vez nos oprime más y a un futuro inexistente y vacío de toda esperanza.

Fuente del artículo: https://theconversation.com/la-importancia-de-la-ensenanza-de-la-historia-para-el-futuro-de-los-estudiantes-121205

Comparte este contenido:

Desafíos de la formación ciudadana

Por: Jorge Camacho Bueno.

 

“Debemos enfocarnos en la educación de los deberes, teniendo claro que los deberes de uno son los derechos del otro”.

Se adquiere la plenitud de derechos y deberes con la mayoría de edad, pero a ser ciudadano se aprende. La formación ciudadana no consiste solamente en colocar en el currículo nacional clases de educación cívica. Necesitamos incorporar en los colegios estrategias que permitan descubrir al otro. Solo así podremos unirnos en la búsqueda del bien común. La familia, los medios de comunicación, los políticos, las empresas, las autoridades y todos los que formamos parte de este maravilloso país tenemos un rol ineludible en la formación ciudadana.

A nivel mundial, el voluntariado se presenta como alternativa eficaz para que los jóvenes descubran al otro. Al respecto, el investigador Joseph Allen menciona: “Nuestros adolescentes modernos viven en un mundo en el que faltan significados o propósitos más amplios, y donde las posibilidades de hacer algo por los demás (o incluso por ellos mismos) son mínimas”.

Por otro lado, el académico Joel Westheimer distingue tres modos de ser ciudadano que no son excluyentes entre sí. El primero es aquel que cumple con sus deberes (no ensucia las calles, se detiene y cede el paso a los peatones que quieren cruzar por las líneas de cebra, paga sus impuestos, trabaja con responsabilidad buscando el bien de los suyos, etc.). El segundo es aquel que se involucra activamente con su comunidad. Y el tercero es el ciudadano que, ante una injusticia, propone alternativas de solución movilizando a otros.

En el campo educativo, si realmente queremos educar en ciudadanía, debemos hacer una ‘revolución copernicana’. Esta debe pasar por dejar de insistir en el enfoque de derechos y pasar al enfoque de deberes. El enfoque de derechos centra la atención en uno mismo, mientras el de deberes la centra en los demás. Si insistimos demasiado en los derechos, corremos el riesgo de formar ciudadanos pasivos e indiferentes, pendientes de que los demás resuelvan sus necesidades. Con ciudadanos así, la convivencia social se torna insoportable y lo único que permite entendernos es la coincidencia de conveniencias. Esta aparente unidad es tan débil que en el momento en que el factor que los unió ya no sea conveniente para alguna de las partes se dejará sin ningún remordimiento. Es el utilitarismo puro, donde las personas no valen por lo que son, sino por lo que aportan.

Debemos enfocarnos en la educación de los deberes, teniendo claro que los deberes de unos son los derechos de otros. De este modo, cada ciudadano tendrá a los demás velando por sus derechos. Así podremos pedir que la justicia exija a los demás que cumplan con sus deberes: como padres, hermanos, vecinos, estudiantes, ciudadanos, gobernantes.

Esto puede parecer muy romántico, pero si analizamos la vida de las corporaciones exitosas desde la perspectiva de poner primero a los demás, y luego a la propia empresa, veremos que las ganancias son consecuencia de la preocupación genuina por resolver (servir) los problemas y necesidades (reales) de los demás. En el momento en que el centro de la empresa son las ganancias y no el servicio, se arruina la compañía. No inmediatamente, pero sí a mediano plazo.

El enfoque de deberes no solamente es conveniente, sino también rentable. Somos seres incompletos que necesitamos de los demás. Nuestro país requiere que seamos capaces de elevar la mirada y dejar de pensar en el corto plazo. El bien común está por encima de la conveniencia personal y no tiene por qué estar en conflicto con el respeto a las demás personas.

“Nadie puede ser feliz sin participar en la felicidad pública, nadie puede ser libre sin la experiencia de la libertad pública, y nadie, finalmente, puede ser feliz o libre sin implicarse”, decía la filósofa y teórica política alemana Hannah Arendt. La felicidad personal se logra solamente buscando la felicidad del otro. El que se afana diariamente por buscar su felicidad nunca la encontrará, porque el hombre se realiza en el ‘tú’ y no en el ‘yo’. El genuino amor a la patria es, justamente, buscar el bien del otro.

Fuente del artículo: https://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/educacion-civica-peru-fiestas-patrias-desafios-formacion-ciudadana-jorge-camacho-bueno-noticia-ecpm-660876

Comparte este contenido:

Adela Cortina: «Tenemos que formar a los alumnos para el empleo y para que sean buenos ciudadanos»

Por Magisnet

La filósofa participó en el I Congreso de Escuelas Salesianas ‘#Juntos Somos más’, celebrado en Valencia, donde más de un millar de profesores reflexionaron sobre la la razón y la emoción, dos elementos fundamentales del quehacer diario de los educadores salesianos.

Para las Escuelas Salesianas este evento “supone un alto en el camino, una recarga de las baterías, una reflexión acerca de lo que hacemos y lo que transmitimos. Ha sido una experiencia de profundidad y de convivencia para crear conciencia de lo que somos como institución educativa y del potencial que tenemos. Nuestro gran objetivo es que todo alumno que pase por un colegio salesiano salga con la conciencia de haber concluido una etapa feliz de su vida en la que, sin apenas darse cuenta, se ha convertido en un ciudadano con criterio propio. Los grandes protagonistas de nuestro Congreso serán, por supuesto, todos nuestros alumnos y alumnas. Por ellos hemos montado este Congreso”, explicó el coordinador del evento, Luis Miguel Notario.

‘Educar en la ciudadanía. Aprender a construir juntos’

A continuación, la filósofa valenciana, Adela Cortina, recordó en su intervención que “la acumulación de conocimientos no da la felicidad, si no que se consigue buscando los elementos básicos que van a permitir a los niños ser felices, y dirigirse hacia el modelo de vida buena que elijan”. Propuso a los participantes: “Educar a los alumnos para que sean dueños de sus vidas y lleven adelante actividades “felicitantes”, formadles en la prudencia y en el arte de lo suficiente”.

Luis Miguel Notario «Nuestro gran objetivo es que todo alumno que pase por un colegio salesiano salga con la conciencia de haber concluido una etapa feliz de su vida»

El superior de la Inspectoría María Auxiliadora, Ángel Asurmendi, señaló en su intervención que “el secreto auténtico de una escuela está en las relaciones que se establecen en el centro educativo, entre los compañeros y con los profesores”. Y animó a los asistentes a “que en medio de este barullo y las controversias, se paren a mirar a los chicos y chicas que llegan a las aulas, conociéndolos y ayudándoles a encontrar su lugar en la sociedad, igual que Don Bosco miró al joven Bartolomé Garelli”.

La jornada estuvo amenizada por el humor y la música “a capella” del grupo B Vocal. La formación zaragozana ofreció diversos temas empleando sus espectaculares voces como único instrumento musical.

Cortometraje “Bienvenidos”

La tarde comenzó con la proyección de Bienvenidos, el cortometraje del guionista y director Javier Fesser que muestra la llegada de Internet a una escuela perdida en el corazón de los Andes peruanos. Inspirado en el proyecto “Luces para aprender”, una iniciativa promovida por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación la Ciencia y la Cultura (EOI).

El primer ponente de la tarde fue el comunicador y fundador de Ensaia, Javier Cebreiros quien habló de la pasión que este trabajo necesita y la necesidad que tenemos de aprender a comunicar lo que somos de forma efectiva y afectiva, desde lo puramente vocacional.

Ángel Asurmendi «El secreto auténtico de una escuela está en las relaciones que se establecen en el centro educativo, entre los compañeros y con los profesores

«

El cierre del primer Congreso de Escuelas Salesianas en Valencia vino de la mano de Miguel Canino, coordinador de las Escuelas Salesianas de la Inspectoría. Otros momentos destacados fueron la oración, las presentaciones de cada una de las casas participantes, o el momento de convivencia que supuso la comida.

Los participantes

Los participantes eran profesores, directivos y personal de administración y servicios, que atienden diariamente a 14.000 alumnos y sus correspondientes familias, en las aulas y patios de los 15 colegios salesianos de la Comunidad Valenciana, Región de Murcia y Zaragoza.

“Los colegios salesianos tenemos, por convicción, una vertiente social bien desarrollada, estamos concienciados de la diversidad, de la integración y optamos por una visión positiva y optimista de la vida, que tratamos de transmitir a nuestros alumnos y alumnas. Todo esto tiene que verse reflejado en cada parte del Congreso y queremos que nuestros patrocinadores y colaboradores nos ayuden a transmitir todos esos valores” añade el coordinador del encuentro.

Fuente: https://www.magisnet.com/2019/07/adela-cortina-tenemos-que-formar-a-los-alumnos-para-el-empleo-y-para-que-sean-buenos-ciudadanos/

Imagenes tomada de: https://ethic.es/wp-content/uploads/2016/05/img515.jpg

Comparte este contenido:

Uno de cada tres escolares cree que la violencia sirve para lograr lo que quiere

Por: Carlos Said.

 

En medio de los casos críticos de convivencia que han ocurrido en algunos colegios del país, la Agencia de Calidad de la Educación alerta sobre la percepción que tienen los estudiantes sobre el uso de la fuerza y la resolución de conflictos.


Los últimos días no han sido fáciles para los escolares del país. En Puerto Montt, un colegio intenta comprender qué motivó a uno de sus niños a disparar contra otro. En Copiapó, una familia llora a su hijo trans de 15 años que se suicidó por el bullying que le hicieron sus compañeros. Y en Santiago, el Instituto Nacional ayer volvió a suspender las clases, por otro enfrentamiento -uno de los tantos que ha habido este semestre- entre encapuchados y policías.

La violencia escolar es un tema cada vez más preocupante para las autoridades, no solo por los ataques, sino por el impacto que tiene en la enseñanza. Así queda reflejado en el Estudio Nacional de Formación Ciudadana, aplicado por la Agencia de Calidad de la Educación en escolares de 8° básico en 2018, el que muestra que uno de cada tres estudiantes cree que la violencia es un medio válido para lograr lo que uno quiere.

Según el análisis, el 65% de los escolares dice que el fin justifica los medios para lograr la paz y el 66% está de acuerdo con que la ciudadanía castigue a los criminales por sus propias manos, como ocurre en las llamadas “detenciones ciudadanas”. Y estos índices son más alarmantes en algunas regiones, como la de Los Lagos, donde el lunes fue el disparo.

El secretario ejecutivo (S) de la agencia, Juan Bravo,advierte que estos datos indican “que hay cosas que no estamos conversando ni profundizando con nuestros jóvenes”, y que se puede concluir que “mientras menor conocimiento cívico tenga un estudiante, menor es la valoración por los mecanismos democráticos y la participación”.

La directora del Doctorado de Educación de la U. Alberto Hurtado, María Teresa Rojas, dice que esta medición indica que “existe la percepción en los colegios de que los más fuertes, rudos o imprudentes consiguen más cosas que quienes negocian”, lo que le preocupa.

“Hay que aspirar a que ningún escolar crea en la violencia”, explica, lo que, en parte, es tarea de los colegios. “La formación por el respeto debe ser un eje transversal y lo que sabemos es que hay escuelas que logran tener una convivencia respetuosa, pero parte de ellas no lo logra. Pero la violencia crece también porque la violencia social crece y las escuelas no están abstraídas de eso”, agrega.

El caso de Los Lagos

El estudio de la Agencia de Calidad de la Educación muestra que hay zonas donde la percepción de la violencia es más preocupante. En la Región de Los Lagos, el 62% de los alumnos cree que la paz se logra por medio del diálogo y la negociación, siendo el índice más bajo del país.

Juan Bravo dice que, más allá de lo ocurrido en Puerto Montt y de los diversos resultados por región, “tenemos la responsabilidad de trabajar para que este tipo de situaciones muy lamentables no ocurran”, y ahí las familias tienen un rol clave.

“Los estudiantes aprenden con el ejemplo y lo que aprenden en la casa es probablemente lo que van a poner en práctica: si una familia resuelve sus conflictos con violencia, el estudiante entenderá que ese es un mecanismo válido. Por el contrario, una familia que resuelve sus problemas con diálogo, enseñará a sus hijos que esa es la vía correcta”, explica.

El caso de Tarapacá

El estudio detectó otro indicador preocupante en la Región de Tarapacá, donde el 74% de los estudiantes cree que la ciudadanía debe castigar a los delincuentes.

Y a propósito del ejemplo que les dan los adultos a los niños, esta cifra es muy similar a la revelada por el Centro de Estudios de Conflictos y Cohesión Social (Coes), que en 2017 hizo un estudio que muestra que el 76% de los chilenos avala las “detenciones ciudadanas”.

“Cuando tenemos conceptos que no conocemos, como justicia, debido proceso, respeto a la vida, que son conceptos cívicos básicos, no los valoramos y, por lo tanto, nos creemos con el derecho de actuar por cuenta propia. Aquí lo más relevante es la educación y esa es la vía por la que tenemos que transitar”, plantea Bravo.

Ataque a la violencia

La balacera de Puerto Montt y los desórdenes en el Instituto Nacional han puesto la mirada sobre las medidas que están tomando las autoridades para frenar la violencia. Y una de ellas, la revisión de mochilas, está en el centro de la polémica.

Ayer, la defensora de la Niñez, Patricia Muñoz, criticó que se use ese mecanismo, pues, a su juicio, “se están haciendo intervenciones de índole policial, que se están haciendo de manera ilegal, porque la policía no está para eso”. Además, criticó que se utilicen estos episodios “para fines de refuerzo de una agenda legislativa que ciertamente tiene aspectos vulneratorios de derechos humanos”.

Pero el gobierno defendió la revisión de mochilas y la aplicación de la Ley Aula Segura, en el caso del Instituto Nacional. “Ese liceo está tomado hace demasiado tiempo por un grupo de violentistas y eso nos debe hacer pensar de qué manera podemos frenar esta espiral de violencia”, dijo la ministra de Educación, Marcela Cubillos, quien criticó duramente a Muñoz.

“Quisiéramos ver a la defensora de la Niñez, alguna vez, defendiendo los derechos de todos los menores del Instituto Nacional que quieren estudiar con seguridad, que son la mayoría”, afirmó.

El alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, se reunió ayer con exalumnos de ese liceo para ver cómo frenar a los encapuchados. “Se está afectando a la educación pública con violencia que no es normal y frente a eso llamamos a quienes quieran conversar a condenar la violencia”, dijo el edil.

Fuente del artículo: https://www.latercera.com/nacional/noticia/uno-tres-escolares-cree-la-violencia-sirve-lograr-lo-quiere/674707/

Comparte este contenido:

De consumidores a sujetos políticos

El gran desafío es que la educación se convierta en el puente de un consumismo ciego y salvaje a un compromiso político por la realidad cercana y mundial.

La población infantil y juvenil es nuestra principal preocupación, nuestra prioridad. Eje y sentido de nuestro oficio como educadores. Por eso debe resultarnos angustiante lo que este mundo globalizado les impone.

Uno de los rasgos más elocuentes del escenario que vive la generación joven de hoy es su enorme adicción al consumo en todo sentido. Aquellos que no pueden, porque sus condiciones económicas se lo impiden, mantienen en su horizonte de vida esas cosas o productos que ven en los que pueden.

Consumidores de cosas, pero también de esa Cultura (con mayúscula) que nos impone una globalización neoliberal que nos hace adorar al dios del Mercado. Los avengers terminan siendo más importantes y de mayor conocimiento que cualquier personaje, pasado o actual, con incidencia en la lucha por la transformación de la realidad. La cultura es ese instrumento fundamental para que nuestro mundo se convierta en una masa homogenizada de pensamientos, visiones y modos de ser que son más útiles para los ejes de poder.

En todo esto la escuela tiene un papel crucial. Es allí donde se reproduce ese mundo impuesto, ese imaginario que adormece y enajena. Representa la herramienta fundamental para la construcción cultural. Por ello tiene mucha responsabilidad en el escenario actual en el cual la cultura juega un papel reproductor de los intereses económicos en el planeta, empezando por la imposición de una pretendida Cultura que destruye las culturas originarias.

Afirma Hervé Juvin: “La crisis en la que nos ha introducido el sistema de mercado es una crisis de cultura, dado que es una crisis de la relación con lo real, del juicio y la inteligibilidad del mundo. (…) El problema no es tanto la uniformación de todas las culturas en el seno de la cultura-mundo como la ignorancia convertida en cultura. Es conveniente y útil no comprender; comprender es empezar a desobedecer” (El Occidente globalizado, 106, 144).

Los jóvenes de hoy son los principales consumidores de esa Cultura que tiende a deformar la realidad, que tiende a afectar nuestras capacidades de comprensión del mundo. No es solo el móvil que se compra y desecha, sino el conjunto de hábitos y actitudes que se interiorizan sobre las cosas. Sobre el consumo en sí mismo.

El gran desafío es que la educación se convierta en el puente de un consumismo ciego y salvaje a un compromiso político por la realidad cercana y mundial. Es decir, que la educación asuma el riesgo de ser el camino para que la juventud encare su tarea política por la transformación del mundo. Pasar de consumidores a sujetos políticos, ¡semejante desafío!

No es fácil porque todo empieza con que las y los jóvenes constaten, en carne propia, las realidades que excluyen y generan sufrimiento. Que la indignación sustituya a su fascinación mediática o visual. Que dejen de admirar a los héroes futbolísticos o de Holywood y vuelquen su interés por las mujeres y hombres anónimos que luchan contra todo -incluida la misma oferta cultural-, y que están en sus realidades denunciando, levantando la voz, organizándose, buscando cambiar estructuras y sistemas. Las auténticas heroínas y héroes de este mundo tan inundado de falsos superhéroes.

Para que la educación contribuya al paso de consumidores a sujetos políticos, es necesario que el adulto que educa escuche, busque, se interese, sea curioso por la realidad estructural, que propicie diálogos permanentes, que sea creativo para la construcción de herramientas y estrategias de comprensión profunda de la realidad. Que esas iniciativas personales de educadores comprometidos con la transformación alcancen el nivel de iniciativas institucionales, de abajo arriba, desde adentro. (Aunque, por supuesto, la bidireccionalidad en esto es necesaria).

Se precisa, en otras palabras, que quienes ejercemos el oficio de educar, nos eduquemos hacia la comprensión del mundo y seamos testimonio de verdaderos sujetos políticos. Que a los miles de sustantivos con los que enseñamos, le incorporemos muchos verbos.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/05/23/de-consumidores-a-sujetos-politicos/

Imagen tomada de: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/7/72/Elconsumismonosdomina.jpg/260px-Elconsumismonosdomina.jpg

Comparte este contenido:

México: Resultados de la Evaluación del diseño curricular para la formación ciudadana

América del Norte/Mexico/www.educacionfutura.org

El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) te invita a ver la mesa pública Resultados de la Evaluación del diseño curricular para la formación ciudadana en la educación obligatoria.

con la cual se buscó dar respuesta a preguntas sobre cómo el currículo favorece el desarrollo de capacidades para la exigencia del cumplimiento de las leyes, del respeto a los derechos humanos, la rendición de cuentas, el diálogo con la autoridad, el debate y la deliberación.

Luego de dar la bienvenida a la mesa pública, la consejera de la Junta de Gobierno de este Instituto, Sylvia Schmelkes del Valle, destacó que este estudio responde al interés del Instituto Nacional Electoral y del INEE por diseñar y poner en práctica estrategias y programas que contribuyan a fortalecer la cultura democrática en el país.

Acompañada del consejero Bernardo Naranjo Piñera, Schmelkes del Valle recordó que el 31 de marzo de 2017 se firmó un convenio entre los dos institutos que permite que ambos colaboren en las tareas relacionadas con la generación, difusión, intercambio y promoción del uso de información y conocimiento en torno al estado de la educación cívica y la formación ciudadana en el Sistema Educativo Nacional.

Manifestó que de la formación ciudadana de los estudiantes depende, entre otras cosas, su respeto a la vida y a la salud, el reconocimiento y aprecio del otro similar y diferente, el desarrollo del pensamiento crítico, la formación del sentido de responsabilidad cívica y el aprendizaje de la participación respetuosa y de la solución no violenta de conflictos.

Al presentar los resultados de esta evaluación, Silvia Conde Flores, directora general de Albanta, destacó que preescolar constituye una gran oportunidad para sentar las bases de la formación del ciudadano integral, pero que se le tiene que dotar de contenidos apropiados.

Indicó que el proceso de la formación ciudadana en la educación obligatoria es incompleto por la ausencia en preescolar, pero también por la precariedad del trabajo en Educación Media Superior, en donde se debilitan la mayoría de los procesos formativos desplegados en primaria y secundaria.

Es en este nivel en el cual se debe consolidar la formación ciudadana, de manera que se habilite definitivamente al estudiante para ejercer su ciudadanía plena, para actuar éticamente y de forma autónoma, abundó Silvia Conde.

Dijo que se requiere que el currículo exprese con mayor contundencia orientaciones y pistas didácticas para generar experiencias de aprendizaje que contribuyan a la vivencia de la acción política de los estudiantes, a partir de los problemas del entorno que les afectan colectivamente.

Finalmente, informó que en esta materia se requieren lineamientos y condiciones para que la escuela funcione como una unidad formativa y aproveche, de manera intencionada y sistemática, las oportunidades que brindan las experiencias informales y no formales que tienen lugar en el espacio escolar para promover la práctica de los valores.

En su oportunidad, Roberto Castellanos Cereceda, del Instituto Nacional Electoral, resaltó el aprecio que se tiene por la tarea que realiza el INEE y consideró necesario que el tema de la formación ciudadana se mantenga en la agenda pública, pues es una exigencia de la sociedad y de la rendición de cuentas y una tarea fundamental del Estado mexicano.

Presenta: Silvia Conde, coordinadora de la evaluación Comenta: Roberto Castellanos, INE

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-escuela-fundamental-para-fortalecer-la-cultura-democratica-del-pais-sylvia-schmelkes/

Comparte este contenido:

La educación democrática mediante la práctica cotidiana

Reflexiones en torno al ‘Manifiesto por una Educación Democrática en Valores’ y cómo hacer de la democrácia algo más que votar cada cierto tiempo a través de la educación.

Por José Palos 

Estando totalmente de acuerdo con el Manifiesto, que ya firmé, su lectura me ha llevado a exponer algunas reflexiones.

Además de las constataciones sociales presentadas que justifican la necesidad del manifiesto, considero que se podría añadir una más, al menos, como matiz. La democracia se ha reducido al acto de votar a unos representantes políticos y eso ha desactivado el interés por la participación democrática en la vida cotidiana. Se ha instaurado una democracia institucional delegada que construye ciudadanos pasivos y con la conciencia tranquila por haber cumplido su obligación de votante. Y diría que, como consecuencia, se ha ido generando una falta de credibilidad en el valor y utilidad de su participación directa en las decisiones relacionadas con la organización de la vida comunitaria.

Salvemos las excepciones personales o colectivas y los movimientos emergentes focalizados en tiempo y espacio limitado. Pero, en general, se confunde en gran medida el poder de decisión ciudadana con la capacidad de decidir o gestionar las alternativas económicas que el sistema nos ofrece a cada uno; es decir, de consumir en todas sus modalidades. También la participación se ha convertido en tener información técnica para gestionar problemas o situaciones personales. La participación democrática en políticas públicas queda delegada esencialmente a los políticos. Diríamos que es un éxito ideológico del sistema económico neoliberal el interés y bienestar individual por encima del comunitario. En este sentido, es cierto que la lucha por la democracia no se acaba nunca. Hay que construir confianza en el poder de los ciudadanos desde la vida comunitaria cotidiana.

En la generación de esta confianza tiene una papel fundamental la educación. Una educación democrática en que la democracia sea una práctica real en los centros educativos y, posteriormente, a lo largo de toda la vida una formación que aporte criterios y facilite la actualización permanente de los ciudadanos. Esto debería ser un derecho gratuito, posibilitado por el sistema público como una necesidad de los ciudadanos para poder participar en los cambios de la sociedad. Unos cambios en los que no han tenido poder de decisión pero que tampoco pueden obviar con el riesgo de aumentar más la brecha tecnológica y cultural. Es decir, una educación y formación a lo largo de toda la vida que aporte competencias personales, sociales y axiológicas. Que haga ciudadanos críticos, que las aporte conciencia social y que después se impliquen y tomen un compromiso y responsabilidad social, es decir, una participación política en la vida comunitaria.

Una educación democrática significa educar en unos valores democráticos, no sólo es una cuestión organizativa, técnica o de procedimiento. Por lo tanto, una escuela democrática es o debería ser un proyecto educativo con recursos, que cree conciencia social, que fundamente una sociedad socialmente justa, equitativa, inclusora, participativa, corresponsable, respetuosa, dialogante, etc. Por eso, la capacidad adquisitiva de las familias no debería ser un impedimento para recibir una educación democrática de calidad, entonces no sería socialmente justa, ni para todos. Dentro de la necesidad de una educación pública, de calidad, democrática y gratuita para todos.

Una educación democrática quiere ser para todos y quiere contar con todos. Su marco es la diversidad como hecho natural y social y debe tener como referente, medio y objetivo la diversidad social presente en el ámbito educativo. Por eso, pertenecer o no a una determinada comunidad no puede ser impedimento o ventaja para recibir una educación abierta, plural y no sesgada por ideologías o creencias religiosas determinadas. El principio y planteamiento de una educación democrática debe ser inclusor y no excluyente ni supremacista. Las religiones y su presencia patrimonial deberían quedar en el currículo como formación cultural y artística, es decir, no debería haber docencia religiosa confesional en los centros, entre otros motivos, para atender a la diversidad religiosa y cultural cada vez mayor en las aulas. Las creencias religiosas como opciones personales deberían ser tratadas fuera del centro educativo, por la institución religiosa correspondiente.

La escuela democrática o aquella cuya misión es educar en la democracia construye e impregna de valores democráticos su práctica y, por lo tanto, tendría que vivir la democracia en su vida diaria. Una vivencia realmente democrática, con la participación de toda la comunidad educativa en las decisiones sobre los proyectos, la organización y gestión necesarias para conseguir los objetivos comunes. Una participación auténtica, donde se respeten y lleven a cabo las decisiones de todos, también y de forma especial, la del alumnado si se quiere que crean en lo que hacen. Es decir, que la práctica democrática no se reduzca sólo a hacer consultas o debates formales. Y para que la educación democrática de los centros sea más significativa y su valor político sea más evidente debería estar vinculada a la vida local. Con proyectos de incidencia en la comunidad. Un aprendizaje experiencial de valores democráticos, con intencionalidad de mejora social, de construir una vida local más justa supone reinterpretar la metodología de trabajo en las aulas. En este sentido, el profesorado de un centro cuya misión es educar en la democracia debería poder disfrutar de un tiempo para la reflexión sobre la práctica democrática en el centro. También sobre su incidencia en la construcción de un centro democrático y en especial en los aprendizajes de los valores democráticos de sus alumnos.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/convivenciayeducacionenvalores/2019/04/30/la-educacion-democratica-mediante-la-practica-cotidiana/

Comparte este contenido:
Page 2 of 10
1 2 3 4 10