Desde la Comunalidad

Por: Jaime Martínez Luna

Guelatao de Juárez, Oaxaca


Vivimos un mundo tan diverso, que así de diversa es la manera de interpretar el mundo que nos rodea. A esa diversidad geográfica, cultural, económica y política se añade el hecho de que cada persona tiene una constitución corporal y mental, que la existencia de pensar homogéneamente, incluso en una región, es casi imposible.

Si además de reconocer esa diversidad, tenemos la presencia del Estado, que tiene como tarea la de uniformización de pensares y haceres, que argumentan sus reglamentos, sus códigos, la cuestión se vuelve en un estado de cosas en la que el conflicto permanente es su caracterización.

Pensar la autonomía, en la mayoría de casos es interpretarla como la separación del Estado, por lo mismo de las leyes que lo estructuran, en tal medida que en principio toda exposición autonómica choca con lo establecido. Y aunque el Estado, en su empeño de garantizarse gobernabilidad abre cierto grado autonómico, de manera aparentemente sutil, buscará amarrarlas al respeto Central de la toma de decisiones.

Tal es el caso de las Universidades y de organismos electorales. Los municipios que amparados en esta apertura como la que establece el artículo segundo de la Constitución Federal, si bien pueden lograr regirse por sí mismas, el control sobre ellas permanece en las formas administrativas que están diseñadas centralmente. Pese a todo, el interés autonómico permanece en la sociedad civil, y busca abrir huecos en las normas, con tal de garantizarse la libre determinación.

Si esta reflexión la trasladamos a la soberanía teórico-legal de las entidades federativas, el pacto federal impide también el respeto a su categoría de Estados Soberanos. Y por lo mismo, los empeños autonómicos de las municipalidades encuentran un inmediato rechazo en gobiernos que tampoco encuentran ese respeto de lo federal.

Por lo tanto, el debate de la autonomía, juega un papel central en el diseño de un modo de vida que no tenga al conflicto como eje casi “natural”.

Todo esto nos lleva a concluir que se vive una realidad organizativa, en lo político especialmente, que impide el florecimiento de las capacidades regionales y locales que se traduce en una conflictividad permanente, que tiene gran variedad de determinantes.

Todo esto nos ha llevado a la distinción civilizatoria que representa la existencia del Estado Federal, por un lado, y a la diversidad Natural que expone todo contexto. Es decir, al reconocimiento de una Civilización asentada en el individuo y otra Civilización asentada en la comunidad. La que se fundamenta en un Régimen de Derecho y otra que se sustenta en un Régimen Natural.

Imagen: Francisco Toledo (Juchitán 1940-2019). Gatos, Óleo sobre lienzo,1975.

Fuente de la información: https://lacoperacha.org.mx

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La globalización como nueva configuración espacial del capitalismo

Por: Diego Olivera Evia 

El capitalismo y la burguesía crea una crisis en la sociedad del planeta.

La difusión internacional de la revolución informática y el nuevo orden mundial neoliberal afectó profundamente al despliegue espacial del capitalismo, dando lugar tanto a una nueva configuración espacial de características muy diferentes a las anteriores, como también, por sus características socio-políticas, a un proceso muy acentuado de polarización social del mundo (Stiglitz, 2006) al que nos referiremos en la sección siguiente. En términos puramente espaciales (extensivos), la globalización constituye el más amplio proceso de internacionalización que jamás ha vivido el mundo.

Pero el mismo se diferenció de los anteriores, no sólo por su mayor amplitud, profundidad y «gobernabilidad» mundial (hegemonía indiscutida de una única gran potencia y sus socios principales, por la unificación y gran ampliación del mercado mundial) o por la vinculación con el neoliberalismo y los procesos de privatización y desregulación que le siguieron y su relación con los aspectos negativos del cambio tecnológico que hemos considerado.

En su aspecto material, la especificidad de la nueva y más amplia internacionalización, fue su basamento tecnológico en una infraestructura informacional completamente nueva (la base material de internet) compuesta por redes de fibra óptica de cableado submarinos o conexiones troncales terrestres tipo backbone, conexiones satelitales inalámbricas, redes públicas y privadas de comunicación en tiempo real, almacenamientos electrónicos de información, cadenas productivas trasnacionales, o magnitud de los intercambios científicos, gubernamentales, sociales o interpersonales.

El conjunto de los fenómenos mencionados alteró las relaciones entre las naciones, el mundo y las regiones. Pero también la estructura de la empresa trasnacional y el pasaje a la «empresa flexible tipo red» la integración internacional de los mercados financieros o la ulterior desconexión relativa entre los intereses de la empresa trasnacional y los de su país de origen, vía las «derramas» negativas que llegó a generar para el primero (Pero también del nuevo tipo de competencia internacional «sistémica» de empresas y naciones, la división internacional del trabajo (inversión industrial acelerada en países periféricos), la creciente desintermediación bancaria en favor de los fondos desregulados de inversión (desvinculación del capital-dinero respecto al crédito orientado a la producción), de la magnitud y dirección de las migraciones internacionales y la constitución cultural de las sociedades pluriétnicas.

La globalización afectó a los canales de comunicación, información y conocimiento (nuevo papel del internet y de los grandes medios de comunicación de masas) o al carácter y funcionamiento de la delincuencia internacional cada vez más poderosa y diversificada

Los fenómenos provocados por la globalización se extendieron desigualmente en el planeta, tanto al nivel de especialización (centros financieros crecientemente especializados vinculados a redes de paraísos fiscales, nuevos países periféricos de industrialización acelerada, nuevas potencias financieras por obra de grandes industrias petroleras como predijera en su momento así la alianza entre el neoliberalismo extremo y el fundamentalismo islámico.

En términos generales, cada país ingresó de distinta manera a la globalización, con mayores o menores beneficios y perjuicios, lo que no produjo en absoluto una homogeneización del mundo sino más bien un nuevo tipo de interacción desigual entre capitalismos nacionales (contrapuestos entre sí, en el contexto de nuevas redes internacionales de poder presididas inicialmente por la hegemonía mundial de Estados Unidos.

La globalización también se tradujo en nuevos grandes agrupamientos de naciones como el comercial de América del Norte en torno a Estados Unidos (TLCAN); la Unión Europea liderada por Alemania o la más reciente de Asia Oriental en torno a China, además de los existentes en América Latina (Mercosur, ALBA, Una sur) y otras regiones como el Consejo del Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (CCEAG), la Comunidad de Estados Independientes (CEI) en torno a Rusia, o los pequeños espacios indio o sudafricano. Últimamente adquiriría particular importancia el bloque de los BRICS desde 2009 (China, Rusia, India. Brasil y Sudáfrica posteriormente).

En cuanto a su dinámica y lógica de desarrollo, la globalización atravesó hasta ahora por dos grandes etapas (con rápida tendencia actual a la constitución de una tercera conforme veremos más adelante), derivadas de la relación entre el bloque hegemónico de países neoliberales e innovadores de punta dirigido por Estados Unidos y sus aliados, entre los que destaca la Unión Europea (factor claramente dominante de la primera etapa), y el ascenso (principalmente en la segunda etapa) de China, India, Rusia y otros países y regiones emergentes de economía mixta opuestas al neoliberalismo, la financiación especulativa de la economía y la hegemonía mundial de Estados Unidos.

Si bien esta tendencia se manifestó a inicios del siglo actual, se precisa mucho más claramente desde la crisis internacional de 2008 centrada en Estados Unidos y Europa, la derrota y el retiro militar de Estados Unidos en Medio Oriente y la ruptura del equilibrio mundial que le siguió, signado por la aparición de crecientes zonas de desastre socio-económicas y políticas dominadas por la delincuencia internacional y el terrorismo yihadista de amplia extensión internacional, así como de la constitución de hecho de un frente mundial muy amplio contra el neoliberalismo y la hegemonía estadounidense y sus aliados (Ver Sección 3).

El neoliberalismo

En términos socio-institucionales e ideológicos, el neoliberalismo predominó ampliamente a nivel internacional desde las dos últimas décadas del siglo pasado, tanto por la recuperación de la hegemonía mundial de Estados Unidos y la orientación de las principales organizaciones internacionales, como por los paradigmas de pensamiento dominante en gobiernos, comunidades académicas y grupos empresariales, aunque esto no sucedería en todos los países, ni de la misma forma, como veremos.

El neoliberalismo es una corriente de pensamiento social y económico que retoma y absolutiza los principios del liberalismo decimonónico, al creer que el mejor mecanismo de desarrollo humano es la promoción de la propiedad privada absoluta, el libre mercado, el individualismo a ultranza y el estado mínimo (pero que a diferencia de su primer antecesor clásico (el liberalismo de Adam Smith), el neoliberalismo actual es un nuevo tipo de conservadurismo político e individualismo extremo, opuesto frontalmente a la cooperación social y al intervencionismo estatal a un nivel jamás visto.17 Con base en estos principios, el neoliberalismo predominó y se expandió primeramente en la mayoría de las universidades e instituciones públicas de Estados Unidos y el mundo occidental.

El neoliberalismo fue una respuesta a la crisis de la década de 1970 de estancamiento inflacionario, que llevó al poder al neoconservadurismo de Thatcher o Reagan, respectivamente. Ello conduciría a un nuevo régimen socio-institucional de contracción del Estado y sus funciones sociales, crediticias y de desarrollo tecno económico directo, en beneficio de la ampliación a gran escala de la magnitud y libre circulación del capital mediante las privatizaciones, la permisividad de la evasión fiscal o la reducción de la carga tributaria a las grandes empresas y los ricos incluyendo el mercado mundial y las políticas de entidades internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial Estas medidas destruyeron el viejo orden fordista-keynesiano, pero también dio el paso a la revolución informática, al agilizar el acceso rápido al crédito vía los nuevos fondos de inversión en beneficio de jóvenes universitarios-empresarios emergentes del sector informático Habría que agregar que la relación entre neoliberalismo y la nueva tecnología informática, será también fundamental (pero a la inversa, como retroalimentación tecnológica del neoliberalismo), en la conformación del sistema financiero especulativo, como veremos en la sección 1.4.

Sin embargo, en un sentido histórico-social más amplio, el neoliberalismo (como ideología e institucionalidad dominante de la revolución informática y la globalización) provocó una serie de consecuencias catastróficas para el mundo entero. En los países periféricos la apertura comercial y la desregulación de los mercados tendrían consecuencias desastrosas para el empleo, la pequeña empresa o el nivel de vida de los trabajadores y la gran masa de la población. Pero a más largo plazo, el nuevo régimen socio-institucional también afectaría gravemente a los propios países desarrollados y a Estados Unidos en particular, tras la bonanza de fines del siglo pasado.

La conjunción del debilitamiento de los estados nacionales, la globalización financiera, y la polarización social regresiva, dio lugar al enriquecimiento y consumismo desmedido de la cúpula superior de la sociedad, alentando la evasión fiscal hacia los paraísos fiscales, el curso cada vez más especulativo del sistema financiero, la inversión productiva a corto plazo, el incremento gigantesco del endeudamiento y las peores formas del individualismo y las conductas antisociales. A ello, se le sumaría la creciente agresividad de la única superpotencia mundial de la época, en su esfuerzo por tratar de imponer sus propios valores e instituciones a partir de su larga historia de intervencionismo militar

Por el contrario, los países más poblados del mundo y de más rápida industrialización y modernización como China e India seguirán caminos distintos sin salirse de la globalización al lograr preservar Estados nacionales fuertes, impulsores del desarrollo económico y social, la industrialización y modernización de sus economías o la preservación de sus mercados internos). América Latina, en cambio, haría inicialmente lo contrario, especialmente en el periodo de la crisis de la deuda y de su solución de la década de 1980 (Plan Brady) y la superación democrática-formal del interregno militar de las décadas de 1960 y 1970

Las consecuencias de ello, serán la creciente debilidad del Estado, una mayor desigualdad social, la concentración de la riqueza en grupos muy reducidos de la población o la cesión de los recursos naturales a grandes corporaciones trasnacionales. Esto debilitaría sensiblemente las economías nacionales (especialmente a la mayoría de las latinoamericanas) y las dejaría muy expuestas a la crisis internacional de 2001 Pero esta exposición también provocaría en muchos países (sobre todo en América del Sur) un nuevo curso político y económico anti neoliberal en un sentido más parecido al de China o India, mientras otros países (entre ellos México) continuarían aferrándose a la ortodoxia del libre mercado.19

Pero si el neoliberalismo en general implica la desnaturalización de funciones históricas del propio Estado burgués (económicas, sociales y culturales) a costa de la desprotección del trabajo, las clases sociales subalternas y la sociedad en general, en relación al libre mercado, una de sus consecuencias económicas más extremas, será el desarrollo de un nuevo sistema financiero de carácter esencialmente especulativo en detrimento de la producción y el empleo. O sea, un fenómeno que, si bien llegó a predominar ampliamente a nivel internacional o las instituciones mundiales de regulación del capitalismo, se extendería (al igual que el neoliberalismo en su conjunto) muy desigualmente entre los distintos países y regiones, conforme vimos, puesto que un número creciente de países lograrían preservar o reconstruir instituciones financieras públicas orientadas hacia la producción y el empleo.

Fuente: https://www.tercerainformacion.es/opinion/15/03/2021/la-globalizacion-como-nueva-configuracion-espacial-del-capitalismo/

Fuente Original: https://barometrolatinoamericano.blogspot.com/2021/03/la-globalizacion-como-nueva.html

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Argentina: De Mauricio Macri a Alberto Fernández, del oprobio a la esperanza

De Mauricio Macri a Alberto Fernández, del oprobio a la esperanza
El primer asunto que deberá atender el nuevo gobierno argentino encabezado por el abogado Alberto Fernández, de 60 años, es el de la gobernabilidad, el de la situación interna, condicionada por una monumental deuda externa y el crecimiento constante del hambre y la pobreza en los últimos cuatro años.Por eso, quizá su insistencia de la necesidad de un pacto social, que se espera que sirva para crear las condiciones del despegue y no causados por el miedo a lo que vendrá. A diferencia de su antecesor, el neoliberal Mauricio Macri, tendrá un país con paz social, el Congreso de su lado y también algo de tiempo antes de que se presenten los vencimientos de deuda.

Dónde está parado en América Latina

Poco antes de asumir, Fernández brindó su posición sobre lo que pasa en la región, en entrevista televisiva con el analista Pedro Brieger: “Para nosotros, Bolivia no tiene gobierno hasta que los bolivianos voten democráticamente. Un gobierno de facto no es un gobierno”, señaló. “Estoy muy seguro de que lo que está pasando en América latina y de cómo estamos parados. Y estoy muy tranquilo”, añadió.

“Nosotros no estamos solos en el continente: estamos más acompañados que nunca, porque la realidad es que lo que uno observa en Chile, Ecuador, Colombia, son movimientos populares que reclaman el fin de las políticas conservadoras y, por lo tanto, son pueblos que piensan como nosotros. Sí, chocan con gobiernos que piensan distinto a nosotros”, dijo Fernández.

“Pero los movimientos que uno ha visto en Chile, Colombia, Ecuador, son movimientos impresionantes, de gente que reclama que en esos países se den políticas como las que nosotros proponemos para la Argentina. No estamos solos en el continente. Los que están solos son esos gobiernos que no tienen el acompañamiento popular y entonces tienen las crisis”, aseguró.

Los nefastos números que deja Macri

Ha prometido «poner a Argentina de nuevo en pie» Fernández y trae como aval su experiencia como jefe de gabinete en el gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) y durante el primer año del de Cristina Kirchner (2008), quien esta vez será su vicepresidenta y encabezará el Senado.

Los números resumen la dimensión de la tragedia colectiva argentina: en estos cuatro años la inflación tuvo un acumulado superior al 300%; el valor del dólar creció seis veces. En materia económica el país se achicó un 7,4% y la clase media pasó del 30 al 25% del total de la población; la pobreza evolucionó desde una cifra próxima al 30%, cuando asumió, a más del 40% este año.

El promedio del salario real registra una pérdida de aproximadamente el 22% y si se lo mide en dólares la caída salarial es cercana al 50%. En materia de haber jubilatorio la baja promedio es del 18%. La economía cerrará este año con una caída de 3,1%, inflación en torno a 55%, pobreza cerca de 40%, desempleo de 10,4% y una depreciación monetaria de casi 40%.

La deuda externa creció en unos 143 mil millones de dólares, de los cuales más de 88 mil millones se fugaron en el mismo período. Fernández deberá renegociarla, tanto con el Fondo Monetario Internacional (44.000 millones de dólares recibidos desde 2018) como con bonistas. En total, la deuda externa argentina asciende a más de 315.000 millones de dólares, cerca de 100% del Producto Interno Bruto.

Para esa tarea, escogió a Martín Guzmán, un colaborador del Nobel de Economía Joseph Stiglitz que considera «imperioso» reperfilar los vencimientos de capital y de intereses.

Para las primeras semanas de gobierno, los analistas prevén el mantenimiento del control de cambio impuesto en octubre por el macrismo, ante la debacle producida por ellos, mientras se analiza una nueva ley de presupuesto que reasigne fondos para combatir la pobreza, para Fernández un «imperativo moral».

Atacar esta realidad será lo prioritario. Para asumir los temas de dimensión global y la situación regional, habrá tiempo. Es la primera vez desde 1946, que el peronismo encuentra las tres dimensiones en estado crítico.

La complejidad de los problemas económico-sociales es el principal problema de los argentinos en su vida cotidiana y también respecto a sus perspectivas. Los temas son variados y van desde de la estanflación que desde hace largos meses acompaña a la economía, la impagable deuda externa y el modo de inserción en la economía mundial (más allá del agroexportador), hasta el hambre diario que padecen millones de argentinos.

Para eso habrá que pensar en la ampliación del mercado interno, estrechar las relaciones con los mercados regionales y promover la expansión productiva de sectores hoy escasamente explotados de las economías regionales y también con el despliegue de nuevas tecnologías

Ya se anunció la implementación del Programa “Argentina sin Hambre”, reclamado desde 2002 por organizaciones sociales, de la Economía Social, Solidaria y Popular. Es interesante la puesta en marcha de una “Tarjeta de Alimentación” a través de la cual se acreditarían a nombre de los beneficiarios una cantidad de dinero destinada a la compra de alimentos.

La situación lo ha colocado a la izquierda respecto de los demás gobernantes de la región, lo que puede servir como un mecanismo para aislarlo, pero también para que la Argentina tenga una digna posición en la región. Ya se ha comprometido en instalar provisionalmente la secretaría de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) en Argentina, tras el desalojo ordenado por el presidente neoliberal ecuatoriano Lenín Moreno, de la sede en la mitad del mundo.

El gobierno, el poder

Uno de los problemas será evitar que el virus de la competencia de poder y las diferencias políticas se instale en la cúspide del gobierno. Si bien Alberto es el presidente, no se debe olvidar que Cristina Kirchner le cedió el lugar para asegurar el triunfo electoral, compartiéndolo con alguien más cercano al peronismo tradicional y a un número importante de dirigentes del Partido Justicialista, además de la mayoría de los gobernadores peronistas del interior.

Néstor Kirchner, en 2002, asumió la presidencia con el aliento del boom de los commodities y el momento del resurgimiento progresista en la región. Hoy, Alberto Fernández llega a la presidencia con una evidente urticaria mundial resultante de la disputa geoestratégica entre Estados Unidos y China, y una inestable y explosiva Latinoamérica en la que Washington impone sus criterios incluso mediante golpes, rompiendo todas las reglas de juego democráticas.

Hoy los gobiernos neoliberales y endeudadores de la región sufren estallidos sociales y viven nuevas etapas de ingobernabilidad (Chile, Ecuador, Colombia). Ante esta realidad, paso a paso Washington insiste en crear y sostener la interrupción abrupta y violenta (un golpe fascista, racista, genocida) de los procesos populares, progresistas, como el de Bolivia, con un éxito macroeconómico que mostraba que el socialismo del siglo XXI podía ser aplaudido incluso por organismos internacionales de crédito.

La revista Crisis habla del quinto peronismo, después de los dos de Juan Domingo Perón (1945-55 y su esposa Isabel 1974-76), Carlos Menem (1989-99) Néstor y Cristina Kirchner (2002-2015).

Uno de los principales recursos con que cuenta Alberto Fernández es su habilidad como componedor y su experiencia en el poder, como jefe de gabinete de Kirchner, necesarios para liderar los distintos y disímiles estilos, ideologías, procedencias de quienes conforman no solo el Frente de Todxs, sino también su gabinete.

Repitiera Perón a Sócrates: la única verdad es la realidad. Fernández tendrá el acompañamiento expectante de la calle, en un momento histórico poco alentador de la Argentina.

Y enfrente, tendrá una derecha que tuvo un monumental fracaso en la gestión macrista, fortalecida a su paso por un Estado al que ordeñó, preparada para una resistencia activa, dogmática. Y dispuesta de ser posible y las circunstancias lo permitan, a sacar su as de espadas: la violencia, en una región donde nuevamente se oyen ruidos de botas. 

Se va Macri, persiste el odio

A pesar del gigantesco mal producido, Macri se retira habiéndose permitido una movilización para despedirlo y con un 40% del electorado votando sus políticas, todo lo cual ayuda a quienes preparan futuras conspiraciones.

Entre expresiones de odio y violencia contra periodistas, transcurrió el sábado 7 el acto de despedida del presidente Mauricio Macri. Canales de televisión afines al macrismo no tuvieron pudor al transmitir los gritos de una mujer que pedía que mataran a la ex presidenta Cristina Fernández. Otros agitaban banderas argentinas y carteles donde se leía: “Esto recién empieza o Somos los que queremos un país normal”. No faltaron las descalificaciones para los peronistas: Negros de mierda, delincuentes, borrachos.

Expectativas

La búsqueda de equilibrio para mantener la unidad de la alianza le ha dictado su estilo sin estridencias y lo llevó a conformar un gabinete en el que están representadas todas las tendencias. «Quise que la unidad se refleje en el gobierno», dijo.

Los designados para ocupar los 21 ministerios evidencian. 1) el carácter “progresista” de su composición; 2) la baja cantidad de cargos ocupados por dirigentes provinciales, 3) la nula influencia de los gobernadores no kirchneristas, 4) es llamativo el escaso número de mujeres (4 de 21).

Asesores y miembros del futuro gobierno confían en que el dinero que van a insuflar en los primeros meses a la economía (vía “maquinita”) permitirá volver a poner en marcha al estancado aparato productivo, mejore el consumo y las expectativas del pueblo, sin que desborde la ya grave situación inflacionaria.

Esto debiera complementarse con un principio de acuerdo por la deuda externa (de los pagos previstos para marzo), que evite el default.

La cifra de 21 ministros se eleva a una treintena, con la incorporación de secretarías y organismos de primera línea, donde crece la presencia “albertista” para proteger y ampliar las decisiones y el marco de alianzas pretendido por el Presidente… y los consejos de Cristina, en especial en los sectores sociales críticos como Seguridad y Agricultura.

La presencia de Guillermo Nielsen al frente de la estatal petrolera YPF define un objetivo muy claro: los yacimientos de Vaca Muerta deben cumplir el mismo rol que tuvo la soja en los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, “salvar” la economía, otogando muchos beneficios estatales, ventajas y seguridad para las inversiones extranjeras.

En el Poder Legislativo, el oficialismo está absolutamente hegemonizado por el cristinismo: tiene la primera minoría en Diputados (121 sobre los 129 necesarios para el quórum) y mayoría propia en el Senado (42 senadores para una mayoría propia de 37). En el caso del Poder Judicial éste arrastra sus propias reglas de juego, en un marco de deterioro, lawfare y descrédito que le hará muy difícil dictar justicia de un modo creíble.

Renace la esperanza en Argentina. Esperanza en romper las desigualdades, en recuperar la justicia, el respeto por el derecho de todos y todas. Esperanza en poder sonreir nuevamente y sentirse parte de la reconstrucción. La gente llena las plazas y festeja el fin del oprobio macrista.

Dicen que los nuevos gobernantes tienen 100 días de luna de miel con sus votantes. En Argentina, la realidad hace que los cambios deban producirse antes de ese centenar de días, aún cuando haya comenzado el verano, las vacaciones, el fin de año…

Aram Aharonian, Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige surysurtv.net y el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

Autor: Aram Aharonian

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El nuevo modelito argentino de gobernabilidad y desarrollo

Argentina / www.elcronista.com / 25 de Octubre de 2017

Fue el doctor Cristiano Rattazzi, no la Casa Rosada, quien días atrás dialogó con el periodismo acerca de tres de los motivos que inducen a acelerar las gestiones oficiales encaminadas a lograr la plena membresía del país en la Organización Económica de Cooperación y Desarrollo (OCDE).

El presidente de Fiat dijo que ser parte del club de ayuda a captar inversiones, en tácita alusión al valor que la comunidad internacional asigna a sus juicios y al sólido trabajo de asesoramiento que realiza en el campo de los diagnósticos y prácticas de gobernabilidad y desarrollo sostenible.

Rattazzi enfatizó que, aún con esos pertrechos intelectuales, acercarnos al nivel de gobernabilidad ya alcanzado por Chile, nos puede demandar un ciclo de reformas que insumirá más de diez años.

Al terminar las elecciones el Presidente Macri comenzó a hablar de reformas que no detalla pero tiene relación con lo anterior, mientras el próximo 1´ de noviembre el subsecretario Marcelo Scaglione irá al CARI para informar sobre los avances registrados en París.

La OCDE no es una organización contractual. Sólo se conduce con mecanismos sutiles, orgánicos y eficientes de persuasión y presión ambiental. La membresía del foro (hasta ahora 35 países y regiones, entre los que sobresalen las potencias tradicionales de Occidente) suele explotar la ansiedad y vanidad política de las naciones que aspiran a ingresar con atajos a las filas del Primer Mundo, induciéndolas a formular un plan de adaptación al planeta desarrollado. A veces, a costa de generar compromisos de discutible utilidad (por ejemplo, la noción de respetar las mitologías y achaques proteccionistas de los países más ricos de la tierra).

Entender las reglas no escritas de ese foro puede ser un ejercicio alucinante cuando se observa la atronadora influencia del gobierno de Donald Trump en sus actividades. De ahí que parezca tentador preguntarse qué papel asumirá Washington en un club donde la racionalidad, el multilateralismo y la integración regional suelen ser materia de crítica razonable y constructiva, no de menosprecio y ruptura.

En ese tinglado no era común ningunear sin fundamento la vigencia de la OMC o de los organismos nacidos en la Conferencia de Bretton Woods.

Si se desestiman algunos rasgos de bisoñería, todo indica que la estrategia Macri-Pompeo para definir los términos de acceso de la Argentina a la OCDE registra un buen progreso.

Hay quienes piensan (mal hecho, pensar es una detestable costumbre), que negociar con un sí más o menos eterno en la boca, tener buena química con Angel Gurría, el Secretario General del club, y apostar un gran número de fichas al patrocinio de Estados Unidos para afianzar nuestra candidatura, lo que implica recostarnos en una potencia que dejó de ser previsible, para ser incontrolable y detractora de la arquitectura de poder que alumbró la existencia de ese foro, no sólo es insuficiente, sino implica tocar los nervios sensibles de socios y aliados necesarios.

Dejar heridos cuando uno está en un planeta en el que son los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) quienes se auto-proclaman como los nuevos adalidades de la globalización y la liberalización del comercio mundial, y el MERCOSUR sigue divagando sobre un provechoso Acuerdo político birregional con la Unión Europea (quien tiene sus pupilos en el paquete de accesiones de la OCDE hoy en debate), es una táctica de alto riesgo.

Por otra parte, las candidaturas del foro responden a algo más que a la dedocracia del lugar. Sus decisiones están acotadas por la cantidad y calidad de los recursos disponibles para incorporar nuevos Miembros.

Y si bien no es cuestión de acomplejarse, nadie olvida que la candidatura de nuestro país exhibe baldosas flojas (voraz endeudamiento público y déficit fiscal, insólitas patinadas del Ministerio de la Producción, llamativos reflujos inflacionarios, un déficit comercial inquietante y otras costuritas sueltas). Y aunque en París ningún peso pesado se abstiene de aplicar la regla no escrita del haz lo que yo digo, más no lo que yo hago, tal privilegio no corre para los aspirantes.

El otro puntito que marca la gran distancia entre Chile y la Argentina es que, tras un comienzo mesiánico y torpe, el gobierno trasandino entendió que las reformas que se llamaron milagro económico debían asociarse a un axioma central que suelo repetir hasta la náusea: «apertura económica, sin promoción de exportaciones, es una apuesta sin futuro» (ingeniero Hernán Büchi, ex Ministro de Hacienda).

Con o sin OCDE la estabilidad argentina debería administrarse con la idea de que es una condición necesaria, nunca suficiente, en especial cuando se trata de orquestar una inserción viable en un mundo difícil, contractual, incierto, muy competitivo, objetivamente tramposo y viciado por una muy seria y prolongada crisis de sobre-producción industrial generada por China, India y otros distinguidas naciones asiáticas.

En los últimos días la Argentina no registró el volcánico estallido de la cuarta reunión Ministerial vinculada con la renegociación del NAFTA entre Estados Unidos (país anfitrión), México y Canadá. Los dos segundos le dijeron al Embajador Robert Lighthizer, titular del USTR, que las propuestas que llevó a las deliberaciones ponían en serio peligro la subsistencia del Acuerdo existente, cuyo proceso de renegociación fue sucesivamente propuesto y saboteado por el Presidente Donald Trump, hecho que levantó una masiva y fuerte condena de su propio partido y del sector empresario. Visto el ambiente, los ministros sólo acordaron extender al primer trimestre de 2018 la renegociación de ese acuerdo, en cuyo contexto se expandió en 300% el comercio regional.

El aludido episodio tiene numerosas aristas que se intentará explicar en una futura nota ad hoc, pero vaya, a título de anticipo, el saber que las tres naciones que intentan modernizar y evitar la disolución del NAFTA, están en la larga lista de las que fueron contactadas en forma individual por el Ministerio de Producción de nuestro país con la difusa idea de negociar sendos Acuerdos regionales de integración cuya viabilidad potencial se desconoce.

Sería muy útil que el gobierno y las organizaciones de la sociedad civil se impongan de la clase de disparate que parece haber llevado la delegación de Estados Unidos a las antedichas deliberaciones, para determinar si esa es la clase de inserción mundial que se desea.

Fuente: https://www.cronista.com/columnistas/El-nuevo-modelito-argentino-de-gobernabilidad-y-desarrollo-20171024-0042.html

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24 de Octubre: Día de las Naciones Unidas

Estados Unidos/24 de Octubre de 2016/El Universo

El 24 de octubre del año 1945 nace oficialmente la Organización de las Naciones Unidas, ONU, máximo organismo de la comunidad universal cuyos ideales son preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra; reconocer el valor del ser humano, de sus derechos fundamentales y de su dignidad intrínseca en igualdad de condiciones para hombres y mujeres.

Son objetivos de las Naciones Unidas crear las condiciones para que la libertad, la justicia y la paz nos permitan vivir con dignidad y fraternidad, así como promover el progreso social y elevar el nivel de vida dentro del más amplio concepto de libertad.

Entre sus propósitos está la igualdad soberana de todos sus miembros, grandes o pequeños, y que ninguno puede interferir en la jurisdicción interna de otro Estado.

El organismo supremo lo constituye la Asamblea General que debe hacer efectivo la vigencia y disfrute de los derechos y libertades fundamentales de todos los miembros de la familia humana.

La primera autoridad de las Naciones Unidas es su secretario general Ban Ki-moon, quien ha reiterado el compromiso de los estados, de los gobernantes, de la sociedad civil y de todos los hombres y mujeres, a multiplicar las acciones en pro del respeto de los derechos y de las libertades fundamentales, de la preservación del ambiente; del convivir democrático y sobre todo consolidar la paz en el mundo que hoy pone en peligro la coexistencia de la humanidad.

Antonio Guterres, el nuevo secretario general, asumirá el desafío de cambiar la violencia por la fraternidad en la mente de los líderes del orbe, porque el valor de la dignidad del ser humano exige un convivir de respeto y deposición de los intereses del poder y belicidad.

Los 193 estados miembros de la ONU celebramos el Día de las Naciones Unidas como el día del deber de la protección de la humanidad.

Se reconoce la acción humanitaria de las Naciones Unidas en la situación de desastres naturales, de los éxodos masivos, de las enfermedades catastróficas y de la pauperización.

Fuente: http://www.eluniverso.com/noticias/2016/10/24/nota/5871634/dia-lasnaciones-unidas

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Gobernabilidad que se devora a sí misma

Por: Blanca Heredia

Este lunes dio inicio un nuevo ciclo escolar. Para muchos alumnos mexicanos, fue el regreso a la escuela; para algunos, primer día de clases en su vida, y, para otros más: la puerta de su escuela cerrada, otra vez.

escuela-cerrada-DFDías de útiles nuevos y uniformes planchados para la mayoría de los estudiantes. En algunos casos, desgano o flojera ante la perspectiva de volver a la rutina de las clases. Para los más, seguramente, emoción de reencontrarse con sus compañeros y algo de susto por lo que les implicará de desconocido el nuevo año escolar.

Para un segmento significativo de alumnos, sin embargo, el lunes no trajo regreso a clases. En Chiapas, entidad en la que la CNTE ha ganado peso recientemente a raíz del debilitamiento parcial de la Sección 22 de Oaxaca, según la SEP, 58 por ciento de escuelas cerradas este lunes como parte del boicot de esa agrupación en contra de la reforma educativa. En Oaxaca: 53 por ciento de centros escolares cerrados por las mismas razones.

Los líderes magisteriales, maestros, directivos escolares que se oponen a la reforma educativa tienen, evidentemente, todo el derecho a expresar su punto de vista y a dar la batalla para que sus inconformidades sean atendidas. En el caso de la CNTE, sin embargo, su oposición a los cambios regulatorios en materia educativa ha ocurrido al margen de los cauces institucionales y sus niveles de violencia han tenido un altísimo costo para grupos grandes de alumnos, amplios segmentos sociales, así como para el gobierno federal y diversos gobiernos estatales.

Son ya más de 3 años de cierre de escuelas, bloqueos, desplantes violentos y chantajes sin fin por parte de la CNTE. ¿Cómo explicar que sigan y sigan con lo mismo? La explicación primera y más evidente es porque pueden hacerlo y les funciona.

Pueden movilizarse una y otra vez y hacerlo violando la ley y derechos de terceros, pues tienen afiliados o simpatizantes dispuestos a ello, cuentan con los recursos y capacidad organizativa para hacerlo, y la autoridad de sus liderazgos depende, en mucho, de la movilización permanente de sus bases. Dicho proceder les funciona, por otra parte, pues les ha permitido obtener una interminable lista de concesiones materiales y laborales por parte de gobiernos estatales y autoridades federales dispuestos a negociar la aplicación de la ley en aras de intentar preservar gobernabilidad. Es decir y muy particularmente, de evitar el “contagio” de esas conductas a otros grupos de maestros y a otros sectores sociales descontentos, así como de mantener los focos de desorden y violencia vinculados con las acciones de la CNTE acotados territorialmente.

Se entiende que el gobierno le otorgue a la gobernabilidad la máxima prioridad en este y cualquier otro asunto. El problema, sin embargo, es que la dinámica perversa entre movilización/chantaje/violencia, por un lado, y concesiones gubernamentales que violentan una y otra vez el orden legal, por otra, han ido exacerbando las debilidades de origen que subyacen la respuesta del gobierno frente a la CNTE. Me explico.

El gobierno concede y negocia sin parar porque no tiene suficiente capacidad coactiva y carece, sobre todo, de la legitimidad y capacidad institucional requeridas para hacer de la aplicación de la ley un medio efectivo para pacificar conflictos. La muy seria debilidad de los aparatos de procuración de justicia y la ausencia de legitimidad e institucionalidad suficiente para hacer valer la ley o para aplicar la fuerza de forma legal y eficaz son el origen de fondo de una forma de gobernabilidad cuya operatividad descansa en la negociación discrecional de la ley y en la multiplicación de arreglos y componendas ad hoc.

Esa forma de gobernabilidad ha sido siempre parte de la fórmula básica para gobernar un país fragmentado y desigual con baja capacidad estatal. La desgracia es que, de unas décadas a la fecha, los otros soportes de la capacidad de gobierno (por ejemplo, amplias redes clientelares y corporativas administradas centralmente, tasas de crecimiento económico altas y cierta acumulación de capacidad estatal) se han debilitado enormemente. Como resultado de ello, así como y muy centralmente, de un proceso de pluralización política sin transición a un Estado de derecho, la componenda y la negociación de la ley se han ido quedando casi como único soporte de la gobernabilidad.

En el caso de la CNTE como en otros similares, el uso de esa fórmula permite ir conteniendo y medio administrando incendios. Su empleo reiterado, sin embargo, comporta el terrible inconveniente de asegurar cada vez menos gobernabilidad, al tiempo de debilitar todavía más aquellos asideros posibles de gobernabilidad distintos a la componenda y la negociación. Como una serpiente que se devora a sí misma.

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