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Una distancia dolorosa

Marcela Isaías

Educación. Las escuelas son un espejo donde se puede ver lo que pasa en la sociedad. Todo impacta en sus aulas: el respeto, los prejuicios, las angustias y también las decisiones de quienes gobiernan.

Nunca me voy a olvidar de esa tarde de noviembre del 2000 cuando concurrí a una escuela primaria de la zona oeste de Rosario invitada por un grupo de docentes que trabajaban noticias y libros en sus clases. Una escuela vulnerable que hacía tiempo acusaba un nivel de abandono significativo por parte del Estado. En ese contexto una de las maestras de cuarto grado había producido cuentos y una revista escolar con muy buena participación de los chicos. Lo que transmitía con mucho entusiasmo no era muy diferente a otras experiencias similares con nenes y nenas de 9 años. A la diferencia la advertí cuando ingresé al aula, a ese salón de cuarto grado.

Nunca me voy a olvidar de esos nenes y nenas de 9, 10, 11 y hasta 12 años, en cuerpitos de seis años. Nunca me voy a olvidar de sus caras lánguidas y mirada dispersa vaya a saber en cuántos abandonos y ausencias. En ese cuarto grado estaban resumidos años previos de neoliberalismo, eran hijos e hijas de los noventa. Una postal que con mayor o menor intensidad se repetía en otras escuelas de la provincia y de una Argentina dolorosa.

Por ese entonces se había hecho conocida la frase «Ya no hay escuelas con comedores sino comedores con escuela». Era una denuncia bien clara para decir que los chicos asistían más que nada por la copa de leche y el comedor escolar, más que para aprender. Para muchos pequeños esos momentos eran los más esperados, aún más que el recreo o una hora libre.

El panorama económico y laboral de la Argentina era igual de desolador. Por ese entonces un pedagogo comentaba que el dicho popular «Ya vas a ver cuando venga tu padre…», al que muchas madres apelaban, cariñosa y metafóricamente, para llamarles la atención a los hijos que no querían hacer la tarea o traían malas notas, no funcionaba más, sencillamente porque los padres ya no tenían trabajo del cual volver.

Cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia de la Nación en mayo de 2003 el primer acto de gobierno fue viajar a Entre Ríos y solucionar un largo conflicto docente que desde hacía tiempo mantenía sin clases a la vecina provincia. Una decisión y un guiño a la sociedad de que la educación era importante. De ahí en más la educación volvió a estar en un lugar prioritario en la agenda del Estado: la construcción de escuelas, los programas socioeducativos, la paritaria nacional docente, la entrega de libros y computadoras son algunas de esas políticas bien claras y comprobables.

Pero también hubo otras que acompañaron desde la economía, como convertir los planes sociales en trabajo real, el crecimiento de la industria nacional con trabajo genuino y el impacto positivo en el consumo interno, con el consecuente crecimiento del nivel de empleo, entre otras medidas de peso. Además del reconocimiento de derechos valiosos para la niñez y la adolescencia como la Asignación Universal por Hijo (AUH). Un largo camino de conquistas que permitió a las escuelas ir recuperando poco a poco su lugar de enseñanza y que muchos chicos volvieran a comer a sus hogares, con sus familias. Entonces se volvió a hablar de escuelas para enseñar y aprender.

Ahora otra vez las maestras están avisando que la comida que ofrecen en las escuelas no alcanza. Y no porque las raciones sean insuficientes, sino porque empieza a ser para muchos pibes el único plato del día. «Es duro dar clases cuando un chico tiene hambre«, confesaba con dolor un grupo de docentes de Nuevo Alberdi para una nota periodística reciente. Entre ellas una profesora de plástica compartía la angustia que le genera hablar de arte con los chicos, mientras ellos le preguntan a cada rato cuándo llega la copa de leche o la hora del almuerzo.

Maestras que por otra parte ante esa situación se turnan para colaborar en un merendero del barrio, reuniendo alimentos y ropa, además de ofrecer su tiempo para ir a servirles una copa de leche extra, por fuera del horario escolar, de manera voluntaria inclusive los sábados.

En lo que va del 2017 unas 160 mil personas se quedaron sin trabajo, según el Centro de Economía Política Argentina (Cepa). Un número que asciende a 180 mil si se agregan las suspensiones («Los despidos se siguen multiplicando», Página/12 del 18/07/2017). También el mismo centro advierte sobre las bajas en el padrón de las AUH: entre enero y marzo de este año hay 231.542 menos de estas asignaciones («AUH; radiografía de un derecho al que también le llegó el ajuste»/Tiempo Argentino del 23/07/17). Las bajas se relacionan mayormente con la deserción escolar creciente, sobre todo en la escuela secundaria. Y no porque los jóvenes sean «vagos o no quieran estudiar», sino porque se ven obligados a buscar alguna changa para colaborar con los cada vez más magros ingresos en el hogar. Y también hay que admitirlo: no ven mucho futuro en el estudio, cuando lo que crece son los recortes a la ciencia, a la técnica y al presupuesto educativo. Un mensaje del mísero lugar que ocupan estas áreas para el gobierno de Cambiemos.

Sumado a lo anterior, un panorama económico donde lo único que crece día a día es la especulación financiera («El dólar pegó otro salto ayer y se acerca a los 18 pesos«/ La Capital, 25/07/17).

Las escuelas son un espejo donde se puede ver lo que pasa en la sociedad. Todo impacta en sus aulas: el respeto, los prejuicios, las angustias, las alegrías y también las decisiones políticas de quienes gobiernan. Hoy sus docentes están avisando que para muchos chicos llegar al comedor del lunes de cada semana representa una espera enorme, y que entre una comida y otra hay una distancia demasiado dolorosa.

Fuente del articulo: http://www.lacapital.com.ar/opinion/una-distancia-dolorosa-n1439836.html

Fuente de la imagen: http://static.lacapital.com.ar/adjuntos/203/imagenes/021/079/0021079943.jpg

 

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Declaración de la ilegalidad de la pobreza ante la ONU

Leonardo Boff

El escandaloso aumento de los niveles de pobreza en el mundo ha suscitado movimientos para erradicar esta llaga de la humanidad.

El 9 de mayo tuvo lugar un acto en la Universidad Nacional de Rosario promovido por la Cátedra del Agua, un departamento de la Facultad de Ciencias Sociales, coordinado por el prof. Anibal Faccendi, para llevar a cabo una Declaración sobre la ilegalidad de la pobreza. Tuve la oportunidad de participar y hacer la charla de motivación. La idea es conquistar apoyos del congreso nacional, de la sociedad y de personas de todo el continente para llevar esta demanda ante las instancias de la ONU con el fin de darle la más alta validación. Ya antes, el 17 de octubre de 1987 Joseph Wresinski había creado el Movimiento Internacional ATD (Actuar Todos para la Dignidad) que incluía el Día Internacional da Erradicación de la Pobreza. Este año será celebrado el día 17 de septiembre en muchos países que se han adherido al movimiento.

La Declaración de Rosario viene a reforzar este movimiento presionando a los organismos mundiales de la ONU para declarar efectivamente el hambre como ilegal. La Declaración no puede quedarse tan solo en su aspecto declaratorio. Su sentido es poder crear en las distintas instituciones, en los países, en los municipios, en los barrios, en las calles de las ciudades, en las escuelas, movilizaciones para identificar a las personas sea en situación de pobreza extrema (vivir con menos de dos dólares y sin acceso a los servicios básicos) o simplemente de pobreza, que sobreviven con poco más de dos dólares diarios y con acceso limitado a la infraestructura, vivienda, escuela y otros servicios mínimos humanitarios. Y organizar acciones solidarias que los ayuden a salir de esta urgencia, con la participación de ellos mismos.

En 2002 Kofi Annan, antiguo secretario da ONU declaraba con firmeza: «No es posible que la comunidad internacional tolere que prácticamente la mitad de la humanidad tenga que subsistir con dos dólares diarios o menos en un mundo con una riqueza sin precedentes».

Efectivamente, los datos son estremecedores. OXFAM que es una ONG que articula muchas otras en varios países y que se ha especializado en estudiar los niveles de desigualdad en el mundo, presenta todos los años sus resultados, cada vez más aterradores. Generalmente OXFAM suele ir a Davos, en Suiza, donde se encuentran los mayores ricos epulones del mundo. Presentan los datos que los dejan desenmascarados. Este año, en enero de 2017 revelaron que 8 personas (la mayoría estaba allí en Davos) poseen una riqueza equivalente a la de 3,6 mil millones de personas. Es decir, cerca de la mitad de la humanidad vive en situación de penuria sea como pobreza extrema, sea simplemente como pobreza, al lado de la más degradante riqueza.

Si leemos afectivamente, como debe ser, tales datos, nos damos cuenta del océano de sufrimiento, de enfermedades, de muerte de niños o de muerte de millones de adultos, estrictamente a consecuencia del hambre. Entonces nos preguntamos: ¿Dónde ha ido a parar la solidaridad mínima? ¿No somos crueles y sin misericordia con nuestros semejantes, ante aquellos que son humanos como nosotros, que desean un mínimo de alimentación saludable como nosotros? Se les remueven las entrañas viendo a sus hijos e hijas que no pueden dormir porque tienen hambre, y ellos mismos teniendo que tragar en seco trozos de comida recogidos en los grandes basureros de las ciudades, o recibidos de la caridad de la gente y de algunas instituciones (generalmente religiosas) que les ofrecen algo que les permite sobrevivir.

La pobreza generadora de hambre es asesina, una de las formas más violentas de humillar a las personas, arruinarles el cuerpo y herirles el alma. El hambre puede llevar al delirio, a la desesperación y a la violencia. Aquí cabe recordar la doctrina antigua: la extrema necesidad no conoce ley y el robo en función de la supervivencia no puede ser considerado crimen, porque la vida vale más que cualquier otro bien material.

Actualmente el hambre es sistémica. Thomas Piketty, famoso por su estudio sobre el Capitalismo en el siglo XXI, mostró como está presente y escondida en Estados Unidos: 50 millones de pobres. En los últimos 30 años, afirma Piketty, la renta de los más pobres permaneció inalterada mientras que en el 1% más rico creció 300%. Y concluye: «Si no se hace nada para superar esta desigualdad, podrá desintegrar toda la sociedad. Aumentará la criminalidad y la inseguridad. Las personas vivirán con más miedo que esperanza».

En Brasil hemos abolido la esclavitud, ¿pero cuándo haremos la abolición del hambre?

 

Fuente del articulo: https://leonardoboff.wordpress.com/2017/05/14/declaracion-de-la-ilegalidad-de-la-pobreza-ante-la-onu/

Fuente de la imagen: http://www.andes.info.ec/sites/default/files/field/image/hambre.jpg

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Matrimonio forzado, trabajo infantil y guerra: la infancia robada de 700 millones de niños en el mundo

Por: Icíar Gutiérrez

Uno de cada cuatro menores en el mundo «no puede disfrutar de su infancia» por el matrimonio precoz, el trabajo infantil o el desplazamiento forzoso, denuncia Save The Children

«Cuando mi padre decidió casarme, me rompió el corazón. Nadie me preguntó ni se preocupó», relata una menor afgana obligada a contraer matrimonio.

Ahlam, Kamal, Majerah, Tawa, Yassira, Juan y Saida son niños que han dejado «demasiado pronto» de ser niños. El matrimonio forzado, el trabajo infantil, el hambre, los embarazos precoces, el abandono de la escuela o la violencia truncan cada año la infancia de muchos menores en el mundo, según el informe Infancias robadas elaborado por Save The Children.

En el estudio, la organización analiza cómo estos factores han creado «una crisis global para la infancia de enormes proporciones». A pesar de los avances, las cifras aún se cuentan por millones: s e estima que uno de cada cuatro niños en el mundo, al menos 700 millones, «no puede disfrutar» de su niñez por alguna de estas situaciones.

La causa última, casi siempre, es la misma: la pobreza. La investigación, que clasifica a 172 países en función del impacto de estos factores en la infancia, revela la brecha existente entre los países ricos y los países empobrecidos e n un ranking encabezado por Noruega y con Níger en el último puesto. 

Ahlam, desplazada en Irak

La historia de Ahlam es la de dos huidas. La primera, cuando el ISIS tomó el control su ciudad, Baiji, al norte de Irak. La segunda, cuando el grupo terrorista llegó dos años después a Hawija, de donde tuvo que volver a escapar junto a su familia. «Caminamos siete horas durante la noche por las montañas. Íbamos por la carretera y se producían explosiones. Había minas que explotaban. Las vimos», recuerda Ahlam, de 12 años, en un testimonio recogido por Save The Children.

Ahora vive en un campo de desplazados en Qayyara, al sur de Mosul. «Allí dejé mis juguetes, mi escuela… Lo tenía todo. Aquí no tengo juguetes. Prefiero volver a casa. Hace mucho que no vemos nuestra casa. También tenía un columpio. Teníamos un televisor en casa. Solía ver dibujos animados», comenta la menor, que ahora cursa quinto curso y quiere ser «ingeniera o médica» de mayor.

Casi 17 millones de niños y niñas como Ahlam se convierten en desplazados en sus países. Otros 11 millones son refugiados y solicitantes de asilo. En total, uno de cada 80 niños ha abandonado su hogar. El informe denuncia que en «demasiados casos» los menores migrantes son detenidos, lo que tiene «unos efectos demoledores en su desarrollo».

Irak es uno de los países donde los niños «sufren más por los conflictos», según la ONG, junto a Siria, Sudán del Sur, Somalia, República Centroafricana, Colombia, Afganistán, Yemen, Sudán y Eritrea.

Kamal, forzado a trabajar en India

Kamal se vio obligado a abandonar la escuela a los 11 años debido a la pobreza. Su padre es adicto, y Kamal creció en un ambiente violento donde el abuso físico y verbal eran comunes.

Kamal se vio obligado a abandonar la escuela a los 11 años debido a la pobreza. Su padre es adicto, y Kamal creció en un ambiente violento donde el abuso físico y verbal eran comunes. NILESH NIKADE/SAVE THE CHILDREN

Empujado por la pobreza y forzado por sus padres, Kamal, de India, tuvo que dejar la escuela a los 11 años y ponerse a trabajar en un restaurante de carretera. Pasó dos años cocinando, limpiando y sirviendo mesas para ganar los únicos ingresos que entraban en su casa, 73 dólares al mes.

Tras varios obstáculos y la negativa de sus padres, Kamal pudo matricularse de nuevo en el colegio con el apoyo de una ONG local y Save The Children. Ahora tiene 14 años y ha empezado a ganar carreras de atletismo. «Yo trabajaba, nunca pensé que podría volver a estudiar o representar a mi distrito en competiciones deportivas», dice el adolescente.

Cerca de 168 millones de menores en el mundo son forzados a trabajar para mantener a sus familias, según la investigación. La mitad, 85 millones, lo hace con trabajos peligrosos como la pesca en aguas profundas, las fábricas textiles, la recogida de algodón, la minería o la construcción. Las tasas nacionales más altas de trabajo infantil se encuentran en países del África subsahariana como Camerún, (el 47% de los niños), Somalia (49%), Guinea-Bissau (51%), Benín (53%) y Malí (56%).

Majerah, obligada a casarse en Afganistán

El sueño de Majerah de convertirse en médica se «hizo añicos» cuando la obligaron a contraer matrimonio y abandonar sus estudios. Tenía 14 años. «Cuando mi padre decidió casarme, me rompió el corazón. Nadie me preguntó ni se preocupó», lamenta la joven, que vive con su marido, que es 10 años mayor que ella y «la ha golpeado en varias ocasiones».

También vive con su familia política, quienes «la tratan como a una esclava» y la menosprecian «porque no ha sido capaz de tener un hijo», según la ONG. «Ya no me siento viva. No se puede vivir sin esperanzas y sueños», lamenta Majerah, que ahora tiene 17 años.

El matrimonio precoz tiene «consecuencias devastadoras» para la vida de las niñas, según Save The Children, que calcula que 40 millones de menores de entre 15 y 19 años están casadas o viven en pareja. Cada año, cuatro millones de niñas menores de 15 años contraen matrimonio.

«Es un problema mundial que trasciende países, culturas, religiones y etnias», concluye la ONG. África subsahariana y Asia meridional presentan las mayores cifras con países como Sudán del Sur (40% de niñas de entre 15 y 19 años casadas) y Bangladesh (44%), aunque también varía por regiones en función de sus índices de pobreza.

Tawa, madre adolescente en Sierra Leona

Tawa *, de 17 años, se quedó embarazada de su hija Mary *, 10 meses, en el final del brote de Ebola.
Tawa *, de 17 años, se quedó embarazada de su hija Mary *, 10 meses, en el final del brote de Ebola.MICHAEL DUFF/SAVE THE CHILDREN

Cuando el brote de ébola estaba llegando a su fin en Sierra Leona, Tawa se quedó embarazada de un joven con el que tuvo relaciones una sola vez. Al enterarse, el chico huyó a Liberia y Tawa no ha vuelto a saber nada de él. Durante el embarazo, tuvo que enfrentarse a los comentarios y las burlas de sus vecinos. Ahora tiene 17 años y una hija, Mary, de 10 meses.

«Estoy muy estresada, cuando mi hija se pone enferma, incluso me cuesta trabajo encontrar el dinero para llevarla al hospital. Es difícil hasta obtener alimento que darle», explica la joven.

Se estima que cada dos segundos, una menor da a luz en el mundo. Cada año, 17 millones de menores tienen un hijo. Un millón de ellas no llega a los 15 años. Las complicaciones en el embarazo y el parto son «la segunda causa de muerte» de la adolescentes en el mundo, alerta Save The Children. Siete países concentran la mitad de todos estos embarazos: Bangladesh, Brasil, República Democrática del Congo, Etiopía, India, Nigeria y Estados Unidos.

Juan perdió a su primo en El Salvador

«Era como mi hermano». Así recuerda Juan, un salvadoreño de 13 años, a su primo, asesinado por las bandas el año pasado. «Llegué a casa y me encontré a mi hermano y a otra prima llorando. Sentí algo extraño, la cabeza me daba vueltas. Le pregunté a mi prima qué pasaba y no me respondió, seguía llorando. Me dijo ‘Le han matado’. Sentí que mi corazón se partía por la mitad», relata.

«He soñado con él tres veces. En el sueño me abraza y me dice que siempre estará conmigo. Hace la maleta, se da un baño y me dice que se va a hacer un largo viaje del que no volverá. Me desperté del sueño y quería compartir mi tristeza. Decidí que nunca me autolesionaría como hacen otros cuando tienen problemas, porque pienso que no es bueno» añade el menor, que recibe terapia psicológica de la ONG.

«Sufrir, presenciar o temer la violencia no debería formar parte del crecimiento», sentencia el estudio, que revela que más de 75.000 niños y niñas menores de 20 años fueron asesinados en 2015. El Salvador, forma parte de los cinco países con mayores tasas de homicidio infantil junto a Honduras, Venezuela, Colombia y Brasil.

Saida padece desnutrición en Yemen

Saida, que está recibiendo tratamiento en el hospital Al-Sabeen de Save the Children en Sana'a, tiene 18 años pero se parece más a una niña de ocho años.

Saida, que está recibiendo tratamiento en el hospital Al-Sabeen de Save the Children en Sana, tiene 18 años pero se parece más a una niña de ocho años. SAVE THE CHILDREN

Pasar hambre ha marcado para siempre la vida de Saida. Sufrió desnutrición de pequeña y, como consecuencia, tuvo retrasos en su crecimiento: no pudo desarrollar todo su potencial, ni mental y físico. A sus 18 años, Saida parece que tiene ocho. Según la ONG, aunque su alimentación mejoró, tras el estallido de la guerra en Yemen ha vuelto a caer en la desnutrición y está siendo tratada en Saná.

En Yemen, el 47% de los niños sufre retrasos en su crecimiento como consecuencia del hambre. Que un bebé no obtenga nutrientes suficientes durante sus primeros 1.000 días de vida es «en gran medida irreversible», según Save The Children, que denuncia que los niños que sufren estos retrasos –156 millones de menores de cinco años en total– «afrontan una vida de oportunidades perdidas en cuanto a educación y trabajo».

Yassira abandonó la escuela en Níger

Yassira, de 11 años, tuvo que dejar los estudios para ayudar económicamente a sus padres. Atrás dejó su escuela, y a sus amigos. «Ahora van por delante de mí. Me han dejado atrás», apunta la pequeña. Con el apoyo de la ONG, su madre se ha unido a un grupo de agricultoras y Yassira ha vuelto a la escuela en febrero. «Mi asignatura favorita es la lectura, cuando sea mayor quiero ser profesora», dice.

En África subsahariana las escuelas «suelen estar demasiado lejos y las familias son demasiado pobres como para sostener la educación de sus hijos», explica el informe. En el mundo, hay más de 263 millones de niños y niñas fuera del sistema educativo.

Amina perdió a dos hijos en Nigeria

En una aldea del noreste de Nigeria vive Amina, que ha perdido a dos de sus cuatro hijos por enfermedades «tratables» y «evitables», según la ONG. Su primer hijo, de seis meses, murió en 2009.

«No sé por qué murió, pero sufría diarrea severa y estaba muy desnutrido. No tenía ni idea de cómo ayudarle porque en nuestra aldea no hay centro médico, hospital o enfermería. Me sentí muy triste cuando murió. En segundo lugar tuve una niña, que hace cuatro años que murió», dice.

El estudio revela que cada día mueren 16.000 niños antes de cumplir cinco años por causas que se pueden «evitar» y «tratar» como los nacimientos prematuros, la neumonía, las complicaciones en el parto y la diarrea.

(*) Algunos de los nombres utilizados son ficticios para preservar la identidad de los menores.

Fuente: http://www.eldiario.es/desalambre/Historias-infancias-matrimonio-infantil-embarazo_0_651985176.html

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Los más pobres del mundo están en África

África/29 mayo 2017/Fuente: TRT.net

En el mundo donde el número de los humanos al borde de la hambruna llegó hasta mil millones, cada uno de las nueve personas no pueden alcanzar a la alimentación suficiente para vivir.

Casi la mitad de los pobres en el mundo vive en África.

Según los expertos que África es el lugar donde la desigualdad de hambruna e ingreso se vive más intensa en el mundo, casi la mitad de los pobres en el mundo está en este continente.

El Dr.Siyogi Shifa, el director de la Oficina de África de la Unión Internacional de las Cooperativas señaló que el 41% de los pobres es africano.

Shifa señaló que la mitad de los muy pobres vive en la zona Subsahariana ubicada al sur del Desierto del Sahara, pidió que se determinen las prioridades del continente de África para la facilitación de la integración entre los paíse

Fuente: http://www.trt.net.tr/espanol/vida-y-salud/2017/05/25/los-mas-pobres-del-mundo-estan-en-africa-739348

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Education Not Key to Solving Africa’s Problems – Museveni

Uganda/01 de Mayo de 2017/Allafrica

Resumen: El presidente ugandés, Yoweri Museveni, ha culpado a los problemas que enfrenta el continente sobre los errores políticos tanto de los tecnócratas como de los líderes políticos y el concepto postcolonial de que «si educas a tu pueblo, todo estará bien».

Ugandan President Yoweri Museveni has blamed woes facing the continent on policy mistakes by both technocrats and political leaders and the post-colonial concept that, «if you educate your people, everything will be okay».

President Museveni has pegged the countless problems ravaging Africa such as wars, poverty, diseases, hunger and underdevelopment on policy blunders made by technocrats and political leaders, and urged fellow leaders to stop ‘ideological meandering».

The President advised leaders to come out clearly and build on strategies that will help transform their people, especially using the vast natural resource wealth.

Mr Museveni, speaking at this year’s Tana High-Level Forum on security in Africa last Saturday, also observed that education was not the solution to solving problems dogging the continent as it is widely perceived or as other key note speakers before him had averred.

«That if you educate your people, everything will be okay? This was part of the mistake in 1960s,» Mr Museveni was quoted as saying in a statement issued by his press secretary Ms Linda Nabusayi.

«This fragmented vision is incorrect; if you educate people but you don’t have infrastructure including electricity, where will they work? How will they work?» he said at the two-day summit under the theme: «Managing Natural Resources In Africa: Challenges and Prospects» held in Bahir Dar, Ethiopia’s second largest city after the capital Addis Ababa.

The summit, held for the sixth time, was attended by among other leaders, the host Ethiopian Prime Minister Hailemariam Desalegn, Liberian President Ellen Johnson Sirleaf as the key note speaker, chairperson of the Forum, former Nigerian president Olusegun Obasanjo, and United Nations Economic Commission for Africa acting executive secretary Dr Abdalla Hamdok.

 Mr Museveni contended that while Africa is at a structural disadvantage in that ‘great ideas’ that have transformed some countries cannot be applied to the rest of Africa, the ideas conceived at the Tana Forum can be spread through ‘osmosis’.
«We are not like China. In China when there is one good thinker… the whole China follows them. Here, you may have good ideas localised in Ethiopia but they do not apply to the whole of Africa.»

Africa’s natural resource wealth, according to the Forum; oil and gas reserves, is estimated to be worth 12 per cent of global oil reserves, nearly two thirds of the world’s arable land that enables farming and among other precious minerals almost 40 per cent of global gold deposits.

The Tana Forum was conceived as an independent platform on peace and security in Africa for leaders to come up with robust responses to the superficial resource-curse plaguing the continent.

It brings together current and former heads of state and government, policy makers, civic society, and academia from across the continent.

Touching on the subject of oil, the President said having discovered commercial oil volumes 10 years ago, his government has moved slowly and cautiously to embark on commercial production.

«I was told Uganda does not need a refinery because it was not productive and not economic, that means those with refineries are Mother Theresa’s working for nothing. I went to Iran and asked how many refineries they have and they said they got nine and building another six. I said no refinery no oil. It is still in the ground until we agree,» he said.

 Fuente: http://allafrica.com/stories/201704250065.html
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Xavier Aldekoa: «El día que la mujer y la educación vayan de la mano, África será más libre»

23 Abril 2017/Fuente: huffingtonpost/Autor: Carlota E. Ramírez

El autor critica la «superioridad moral» en la que se mueven los occidentales: «Perdemos oportunidades de aprender».

«El Nilo no es un río. El Nilo es la esencia de África». El periodista Xavier Aldekoa lo tiene claro: «El Nilo es diversidad. Es una parte de lo que somos nosotros». Quien parece que no lo tiene claro es el resto de Occidente. «Estamos perdiendo oportunidades de aprender y no creo que sea por pereza, sino por algo mucho peor que es la aparente superioridad moral en la que nos movemos, en la que supuestamente nosotros somos mejores y no tenemos nada que aprender de esta gente que vive en el Nilo o en África», denuncia el corresponsal de La Vanguardia.

Aldekoa transmite esta idea en su nuevo libro, Hijos del Nilo (Ed. Península), con el que invita al lector a recorrer las aguas del río más largo del mundo y conocer así a su gente, sus tradiciones, su cultura y también sus desgracias. Recorre países en guerra como Sudán del Sur, los valles de Etiopía y la paz del norte de Uganda. Han sido muchos los que han seguido este camino a lo largo de la historia: «Todo aquél que tenía una inquietud de saber cómo eran los demás y cómo era el diferente se iba al Nilo: Herodoto, Aristóteles, Platón, Alejandro Magno…», cuenta.

Hay guerras, revoluciones y dictaduras, pero también esperanza»

Y eso es lo que hizo él: conocer las distintas culturas y gentes del Nilo y darles voz a través de una serie de protagonistas como Grace, una niña que recorre un peligroso camino durmiendo en autobuses y alimentándose de galletas para llegar a Kenia y poder estudiar. «Qué tía. La madre que la parió», escribe con cariño Aldekoa, cuyo viaje empieza con la mala noticia de que Grace no podrá reencontrarse con su madre en un campo de refugiados en Sudán del Sur por la guerra. Recorrer el Nilo era «una manera de abrir una ventana a una parte del continente africano. Allí hay problemas enormes como guerras, revoluciones y dictaduras. Pero también esperanza como la cultura, las tradiciones o la paz en Uganda», explica el periodista.

Él llegó a África con poco más de veinte años y es consciente de que la ayuda internacional es necesaria en algunos lugares del continente. A finales de marzo, un informe de Oxfam Intermón denunciaba que el presupuesto español de ayuda al desarrollo se ha recortado hasta un 73% desde 2008. «Esto responde lamentablemente a los tiempos actuales en los que cada vez estamos más encerrados en nosotros mismos», dice Aldekoa, «ahora casi todo lo rige el miedo: a la incertidumbre, al futuro… Y eso es lo que hace que te encierres y estés menos dispuesto a ayudar».

Por eso reclama «una mejor gestión» de la misma — «hay bastante derroche»—. «Ahora mismo hay hambrunas en el norte de Nigeria o en Sudán del Sur, un país que está desmoronándose». Sin embargo, opina que el problema reside en escoger dónde se dirige la ayuda y que «deje de tener que ver con los intereses nacionales». «Sudán del Sur no recibe mucha ayuda de España, pero sí otros países como Senegal, donde hay una inmigración que nos afecta; o Mozambique, donde hay caladeros de pescado que han sido muy importantes para Pescanova», critica.

La gente tiene que hervir hierba del suelo para comer

Además de Nigeria o Sudán del Sur, las oenegés hablan de hambruna también en Somalia o Yemen. De hecho, la ONU ha advertido de que el mundo está afrontando la peor crisis humanitaria desde su creación tras la II Guerra Mundial. Aldekoa coincide en que «probablemente es una de las peores», pero le «cuesta» saber cómo se cuantifica esto: «Sólo hace falta bajar al terreno en Sudán del Sur para darte cuenta de cuánta gente muere de hambre. Hay sitios donde no se llega, literalmente. La gente tiene que hervir hierba del suelo para comer».

Por eso cree que «ahora mismo el mundo necesita este tipo de etiquetas (genocidio, pero crisis humanitaria…)». Pero lo critica: «Como si no fuese suficiente que esté muriendo gente. Quizá sea producto de nuestra insensibilización, que necesitamos decir que hay un genocidio porque si sólo hay masacres y matan a niños y mujeres se piensa que tampoco es tan importante. Y eso es horrible».

Él define la situación de aquellos que viven las hambrunas con una palabra: «Desesperación». En un momento del libro cuenta cómo una madre decide alimentar sólo a uno de sus gemelos porque el otro está enfermo y tiene menos probabilidades de sobrevivir. «Esa decisión es la más terrible que una madre debe tomar. El hambre es un crimen, en Sudán del Sur nadie tendría que morir de hambre. Nadie. Es un país atravesado por el Nilo y tiene tierras fértiles a matar». Explica que lo peor de todo es que «es un hambre creada por el hombre, ya que la gente no puede cultivar porque se ha tenido que marchar de las tierras. Se vive con una sensación de injusticia espectacular».

Y en esa desesperación es donde entran las mujeres, «el pilar de las sociedades». Aldekoa da visibilidad a todas esas mujeres que, «menos portavoz y soldado, son todo lo demás». «Además de ser la pieza más fiable, el día que la mujer y la educación vayan de la mano, África será más libre», asevera. «El motor del amor es muy importante en el mundo, aunque suene cursi», dice, «hay auténticas proezas hechas por amor». Afirma que, por ejemplo, la emigración no se entiende sin este amor. «Es gente que intenta mejorar su vida y la de los demás, quieren ayudar a los suyos… Y, aunque ese amor no es exclusivo de las mujeres, sí es más común en ellas».

Una condena a los que se van a mejorar sus vidas porque no tienen futuro

Es ese amor el que ha llevado a miles de africanos a emigrar buscando el sueño europeo. Muchos de ellos saltando la valla de Melilla para llegar a España. Pero la atención mediática es menor que la que ha recibido la última ola de inmigración procedente de Siria. Entonces, ¿hay refugiados de primera y de segunda? Aldekoa piensa que sí: «Es como una condena a los que van a mejorar sus vidas porque no tienen futuro. Parece que sólo si huyes de una bomba mereces vivir mejor. Pues no. Hay gente que huye de la ausencia de futuro o de una dictadura que quizá no dispara, pero sí que les machaca y quita libertades». Cree que «cuando vimos a los sirios, que visten igual que nosotros, llevan una mochila de Mickey Mouse y móviles que podríamos reconocer, creímos que eran más como nosotros. En cambio los africanos siempre son de otro color y se pone cierta distancia».

¿Necesitáis saber que están muriendo 130 niños porque 121 no son suficientes?

Por eso, el periodista pone mucho empeño en mostrar la cara humana que hay detrás de las cifras. «Sé que cifras como tienen utilidad para tomar decisiones, pero yo no estoy ahí, sino en el terreno». Y en el terreno «los números no tienen sentido». La gente de allí se lo dice: «¿Qué pasa en Occidente? ¿Necesitáis saber que están muriendo 130 niños porque 121 no son suficientes?». Para él, «si los números o cifras ocultan los nombres y apellidos de las personas, es perjudicial».

A pesar de las zonas en conflicto, las hambrunas o el terrorismo de Boko Haram —»más sangriento que el del DAESH y con una impunidad espectacular»—, Aldekoa rescata el encanto del Nilo y de los pueblos de alrededor. «Es fascinante: paisajes geniales y gente que me ha ayudado muchísimo y me reafirma que hay muchas personas buenas en situaciones en las que todo justifica que te manden a tomar por saco». Recuerda a aquellos «que se arriesgaban a explicarme cosas en una dictadura en la que si les pillan les sacan de en medio, a las mujeres que huyen y se llevan a las hijas de los vecinos para cuidarlas… Esa bondad de África me emociona».

Fuente de la noticia: http://www.huffingtonpost.es/2017/04/11/xavier-aldekoa-el-dia-que-la-mujer-y-la-educacion-vayan-de-la_a_22027157/

Fuente de la imagen: http://o.aolcdn.com/dims-shared/dims3/GLOB/crop/2888×1447+0+48/resize/630×315!/format/jpg/quality/85/http%3A%2F%2Fo.aolcdn.com%2Fhss%2Fstorage%2F

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1,4 millones de niños en África están en riesgo inminente de muerte por hambre

África/01 Abril 2017/Fuente: La información

  • Unicef da voz de alerta en África ante la situación de emergencia en países como Nigeria, Somalia, Sudán del Sur. La situación es igualmente alarmante en Yemen.

  • Los niños no pueden esperar y solicita urgentemente cerca de 255 millones de dólares para responder a las necesidades inmediatas.

Les bombardean, les reclutan para matar, les dejan sin escuelas. La situación de África es insostenible. Alrededor de 22 millones de niños pasan hambre, están enfermos, se encuentran desplazados en Nigeria, Somalia, Sudán del Sur. La situación es igual de alarmante en Yemen. En África, 1,4 millones están “en riesgo inminente de muerte” por desnutrición aguda grave este año, según alertó este martes el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Esta agencia de la ONU indicó que “el tiempo se agota” para más de un millón de niños más de un mes después de que se declarase la hambruna en Sudán del Sur, mientras la sequía y los conflictos armados devastan vidas en el noroeste de Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen.

«Los niños no pueden esperar»

“Los niños no pueden esperar, debemos tomar medidas antes de que se declare otra hambruna», dijo Manuel Fontaine, director de programas de Emergencia de Unicef, quien añadió: «Aprendimos de Somalia, en 2011, que cuando se declaró la hambruna, un número incalculable de niños ya habían muerto. Eso no puede volver a suceder».

Unicef indicó que necesita cerca de 255 millones de dólares (235 millones de euros) para proporcionar a estos niños alimentos, agua, educación, servicios de salud y protección durante los próximos meses, según la última actualización de su previsión de fondos.

Programas de nutrición urgente

La mayor parte de los fondos (más de 81 millones de dólares, cerca de 75 millones de euros) se destinarán a programas de nutrición para detectar los casos de desnutrición en los niños y proporcionarles alimento terapéutico.

Otros 53 millones de dólares (50 millones de euros) irían a los servicios de salud, entre ellos vacunaciones, mientras que más de 47 millones de dólares (43 millones de euros) serán destinados a programas de agua, saneamiento e higiene para prevenir enfermedades diarreicas potencialmente mortales.

Con los fondos restantes se apoyará la protección de los niños afectados por conflictos y desplazamientos y se les proporcionarán servicios educativos. También se ofrecerá asistencia en efectivo a las familias más vulnerables.

Los recursos necesarios durante los próximos meses forman parte de un llamamiento más amplio de Unicef para 2017 por un valor total de 712 millones de dólares (655,8 millones de euros), lo que supone un aumento del 50% respecto a los requerimientos de financiación en los cuatro países en el mismo periodo del año pasado.

En el noreste de Nigeria, este año llegará a 3,9 millones de personas con servicios de atención primaria de salud, tratará a 220.000 niños de menos de cinco años con desnutrición aguda y proporcionará acceso a agua potable a más de un millón de personas.

En Somalia, Unicef apoya a 1,7 millones de niños menores de cinco años, incluyendo el tratamiento de hasta 277.000 casos de desnutrición aguda grave con servicios de salud y nutrición en centros e instalaciones móviles.

En Sudán del Sur, ha prestado asistencia fundamental junto con sus aliados para salvar vidas a 128.000 personas en zonas afectadas o amenazadas por el hambre, entre ellas a cerca de 30.000 niños menores de cinco años.

Y en Yemen, Unicef ha ampliado sus actividades para dar respuesta a los casos de desnutrición a través de centros de salud, equipos móviles, trabajadores comunitarios de la salud y voluntarios para llegar a comunidades de difícil acceso y familias desplazadas. Además, también apoya a los niños que sufren desnutrición aguda grave y a sus familias con asistencia en efectivo y servicios de agua y saneamiento, incluyendo el suministro de agua potable y artículos y promoción de higiene.

El conflicto armado es uno de los principales impulsores de esta crisis, según Unicef, que nuevamente ha pedido el acceso incondicional, sin obstáculos y permanente a los niños que lo necesitan y el fin de las violaciones de los derechos de la infancia en los países afectados.

Además, también ha dado la voz de alarma sobre el empeoramiento de la situación nutricional en los países vecinos. «A medida que la violencia, el hambre y la sed fuerzan a la gente a moverse dentro y fuera de las fronteras, las tasas de desnutrición seguirán aumentando no sólo en estos cuatro países, sino también en la cuenca del lago Chad y el Cuerno de África. Si las agencias humanitarias no logran el acceso y los recursos que necesitan para llegar a los más vulnerables, se perderán vidas», concluyó.Necesita 235 millones de euros para atender a menores en Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen.

Fuente: http://www.lainformacion.com/mundo/millones-Africa-inminente-muerte-hambre_0_1012099067.html

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