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La ‘manipulación’ de las niñas jóvenes prevalece en el sistema educativo de África Occidental

Redacción: Allafrica

El Comisionado de Educación, Ciencia y Cultura de la Comunidad Económica de los Estados del África Occidental (CEDEAO), Leopoldo Amado, ha dicho que la «manipulación» de las niñas jóvenes prevalece en el sistema educativo de África Occidental.

El Sr. Amado dijo esto el miércoles en la reunión subregional de Transparencia Internacional en Abuja. En la reunión, también se presentaron documentos de políticas sobre «corrupción de la tierra» y «corrupción en los sistemas educativos en África occidental».

Según él, «los tres tipos principales de corrupción que prevalecen en el sistema educativo de la región son la manipulación de las niñas, el favoritismo cuando se trata de la admisión en instituciones superiores y el sexo por marcas».

El Sr. Amado dijo que las jóvenes a menudo son víctimas de los maestros, entre otros, «que hacen del sector educativo el más afectado por la corrupción».

Dijo que la comisión ha implementado algunos esquemas para prevenir la tendencia y fortalecer el terreno educativo.

Según él, para ayudar a las jóvenes vulnerables que pueden ser víctimas, se ha puesto en marcha un programa de becas.

En sus comentarios, el Director del Centro de Defensa Legislativa de la Sociedad Civil (CISLAC), Auwal Rafsanjani, dijo que aprender a leer y escribir es un derecho fundamental.

Un informe reciente de la UNESCO de 2017, mostró que el 38% de los adultos africanos eran analfabetos y dos tercios de ellos son mujeres.

Según él, tener un gran número de niñas fuera del sistema escolar formal, «por cualquier razón subyacente, trae desafíos de desarrollo tanto para las generaciones actuales como para las futuras».

«Hasta que un número igual de niñas y niños estén en la escuela, sería imposible desarrollar de manera saludable los conocimientos necesarios para erradicar la pobreza y el hambre, combatir las enfermedades y garantizar la sostenibilidad ambiental».

«Los casos de falsificación, la búsqueda de sobornos para la admisión en instituciones, la clonación de documentos de tierras, la asignación de tierras sin el debido proceso, el acaparamiento de tierras, el sexo para las marcas en las instituciones superiores, la discriminación contra las mujeres, entre otros, son cuestiones críticas que deben abordarse. A través de África «, dijo.

‘Corrupción a nivel básico’

Transparency International, asesor regional de África, Samuel Kaninda, dijo que el tema de la gobernabilidad debe ser abordado, «especialmente la corrupción, ya que afecta al desarrollo en un nivel muy básico».

‘Manipulación’ de niñas jóvenes que prevalecen en el sistema educativo de África Occidental – Oficial de ECOWAS ‘Manipulación’ de niñas jóvenes que prevalecen en el sistema educativo de África Occidental – Oficial de ECOWAS

Dijo que la organización está tomando medidas para garantizar la implementación de políticas sobre educación y tierras. Aseguró que la política frenará la tendencia del sexo por marcas y se asegurará de que los maestros aprueben las calificaciones por mérito.

Al evento asistieron delegados de los capítulos de Transparencia Internacional de 10 países de África Occidental, la Unión Europea (UE), Alta Comisión Canadiense, Transparencia Internacional Reino Unido, Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en Nigeria y Dakar, Unidad Técnica sobre Gobernabilidad Y Reformas Anticorrupción (TUGAR) y la Fundación MacArthur.

Fuente: https://allafrica.com/stories/201905170205.html

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¿Por qué se gasta en ciencia si hay hambre en el mundo?

Por: Gonzálo López/BBC

Quizás alguna vez se haya preguntado para qué sirve la ciencia. Qué interés tiene conocer el bosón de Higgs, la vida de las galaxias o los hábitos reproductivos de las hormigas. Por qué la NASA ha invertido casi 1.000 millones de dólares en enviar el último robot a Marte o por qué se invierte en un acelerador de partículas con la cantidad de desastres que hay por arreglar en nuestro planeta. En definitiva, ¿para qué sirve estudiar cosas que no son útiles? ¿Por qué gastar millones en ciencia cuando hay hambre en el mundo?

Estas preguntas parten ya de un sesgo considerable, puesto que podríamos preguntarnos lo mismo sobre cualquier actividad. ¿Por qué se gasta dinero en fichar jugadores de fútbol si no es útil? ¿Por qué invertimos nuestro dinero en ir al cine los sábados por la tarde o en hacer autovías si hay hambre en el mundo? En mi opinión, este sesgo que menciono es un indicio de que para algunas personas la ciencia es algo aburrido, innecesario y alejado de la realidad cotidiana.

Puedo entender por qué. La ciencia es invisible e intangible. Se comunica en un lenguaje extraño y difícil de entender. Los científicos son gente que no suele salir en la televisión o en los medios. Estudian cosas difíciles de creer y que parecen haber surgido de la imaginación de alguna rata de laboratorio. ¿No será que los científicos hacen ciencia para mantener sus subvenciones y sus puestos de trabajo? ¿No serán charlatanes?

Aunque de todo hay en la viña del Señor, la respuesta es un rotundo y mayúsculo “NO” (sobre todo teniendo en cuenta la precariedad crónica que les aflige, muy especialmente en España) que debe resonar durante unos cuantos segundos. Explicaré por qué.

La ciencia es una revolución

En primer lugar, la ciencia está por todas partes. Si resulta invisible es porque no reparamos en que toda la tecnología que nos rodea ha sido creada por científicos e ingenieros. Los automóviles, los trenes, los teléfonos móviles, la electricidad, el plástico, la ropa y hasta la comida. Todo esto se ha mejorado a través de la investigación científica. Si usted está leyendo esto es gracias al trabajo de un número inimaginable de personas que estudiaron, trabajaron y pensaron hasta desarrollar pantallas digitales, chips y comunicaciones vía satélite.

Probablemente, si está leyendo esto, es también gracias al milagro en la mejora de la esperanza (y calidad) de vida que ocurrió durante el siglo XX. Por ejemplo, en Estados Unidos la esperanza de vida se incrementó en 29,2 años entre 1900 y 1999 y la mortalidad infantil cayó del 30,4% al 1,4. Pero más que por un milagro fue gracias a la ciencia. A finales del siglo XIX se descubrió el papel de los microorganismos en las enfermedades, se adoptaron mejoras en sanidad e higiene, se desarrollaron los antibióticos y se implementaron los programas de vacunación. Gracias a eso prácticamente se erradicaron enfermedades como la difteria, el tétanos, la poliomelitis, la viruela, las paperas o la rubeola.

La ciencia tiene consecuencias tan tangibles como el aumento de la producción agrícola

La investigación permitió el desarrollo de la revolución verde, que duplicó la producción de cereales en países en vías de desarrollo entre 1961 y 1985 ( si bien creó retos pendientes de resolver). Hizo más rápidos los aviones y más baratos los viajes por todo el mundo. Permitió que lleváramos un ordenador en el bolsillo y que hoy podamos pedir comida a domicilio, circular en coches eléctricos o comprar algo al otro lado del océano en unos pocos clicks. Si sufrimos una enfermedad, los médicos nos hacen análisis de sangre, radiografías o ecografías y usan técnicas de respiración asistida, suero y medicamentos. Todos ellos han sido investigados y puestos a punto por científicos (por cierto, en muchos casos recurriendo a la experimentación animal).

Se podría argumentar también que no todo lo que se investiga es útil. Por ejemplo, se trabaja en campos como las cosmología o la física de partículas, cuando ni los cuásares ni los quarks dan dan de comer a nadie. ¡Además se inventan muchas cosas que fracasan!

La ciencia no siempre es útil

En primer lugar, hay que tener en cuenta que, antes que se pueda desarrollar una aplicación concreta, hay que investigar y saber cómo funcionan las cosas, cuáles son los conceptos básicos o los fundamentos. Esto implica sencillamente investigar movido por la curiosidad, y no saber en ningún momento adónde se podrá llegar, si es que se podrá llegar a alguna parte. Esto, que se llama ciencia básica y que se diferencia de la ciencia aplicada, ya dirigida a aplicaciones concretas, es la base del conocimiento científico.

Como prueba de su importancia comentaré dos cosas. Hoy podemos usar el GPS en el móvil para encontrar el camino a casa gracias a que a principios de siglo Albert Einstein formuló su teoría de la Relatividad. Él no pensó en nada parecido a un GPS (el primer satélite no se lanzó hasta el año 1957), pero gracias a sus cálculos, totalmente inútiles en aquel momento, hoy se sabe cómo funciona el espacio-tiempo y cómo un GPS ha de tenerlo en cuenta. Gracias a que Alexander Fleming tuvo curiosidad por un hecho aparentemente baladí, después se desarrollaron los antibióticos. Gracias a que en los setenta Elizabeth Blackburn investigó la longitud de los extremos de los cromosomas, luego se averiguó que unas estructuras, conocidas como telómeros, tienen un papel clave en las enfermedades, el envejecimiento y el cáncer. Sin curiosidad inicial, el láser no se usaría hoy para comunicaciones, operaciones o procesos industriales. Y como estos, hay miles de ejemplos.

Pongamos uno más bastante llamativo. Todavía hay quienes piensan que jamás estuvimos en la Luna (al igual que hay quienes creen que la Tierra es plana o que la homeopatía tiene propiedades mágicas), pero el famoso programa Apollo no solo permitió que un astronauta pusiera una bandera en la Luna. Además de movilizar la ciencia, la tecnología y la industria de una nación entera, generó numerosos “spin-offs” o aplicaciones. El programa Apollo fue clave para el desarrollo de la tomografía axial computerizada (TAC), los microchips, las herramientas inalámbricas, los termómetros, la conservación de la cómida por deshidratación, el aislamiento, el joystick, la televisión por satélite, las lentes anti-arañazos, los calzados más ergonómicos, los detectores de humo, los bañadores con menos rozamiento y los filtros de agua. Por no hablar de que aceleró la carrera espacial, nuestro conocimiento del Sistema Solar, la meteorología espacial y el lanzamiento de miles de satélites que hoy empleamos de forma cotidiana para comunicarnos, reconocer nuestro planeta o hacer transferencias bancarias.

La importancia de comprender

Pero no solo eso. La ciencia tiene una labor al menos tan importante como tratar de mejorar la salud y calidad de vida. Su principal cometido es comprender el Universo. De todo el Universo (incluso de usted). La ciencia estudia esas cosas que existen, por un motivo que desconocemos, y que se basan en leyes y regularidades. Esas cosas que están detrás de la vida, de las estrellas y del tiempo. Quiere entender no solo las galaxias, sino también las partículas subatómicas, las reacciones nucleares, las transformaciones químicas, el funcionamiento del organismo, el comportamiento de los gatos, la naturaleza de la luz del Sol que nos baña, cuántos asteroides caen en la Tierra, cómo diantres funciona el clima, qué transformaciones está sufriendo nuestro planeta y cómo cambiará, por qué los guepardos tienen manchas en su pelaje, hasta qué punto nuestro comportamiento depende de la biología, de dónde venimos, dónde vivimos, adónde vamos.

La ciencia se mueve por y para la necesidad de de comprender el Universo. En la imagen, los “pilares de la creación”, nubes de gas interestelar captadas a 7.000 años luz de la Tierra por el Hubble

Algo nos debe importar, porque llevamos toda nuestra existencia siendo curiosos y haciéndonos las mismas preguntas. De hecho, gracias a la ciencia hoy hablamos de cosas extrañas que jamás hemos visto por aquí, como agujeros negros, galaxias, exoplanetas, neandertales, “big-bangs”, átomos y células. ¿No forman parte ya de nuestra forma de entender quiénes somos?

La dificultad de hacer ciencia

Además, a diferencia de todos los otros sistemas de conocimiento, la ciencia depende su capacidad de poner a prueba nuestra ideas (hipótesis) con evidencias recogidas en el mundo natural. Se alimenta de los hechos para tratar de comprender la realidad. Pero con su trabajo solo saca conclusiones provisionales (cosa que le produce mucho agobio a los que creen que los investigadores son adivinos). Estas conclusiones están siempre sujetas a revisión permanente por millones de científicos de todo el mundo. Por tanto, está en las antípodas del pensamiento mágico, de las soluciones simples para los problemas complejos y de los “crecepelos” milagrosos. ¿No resulta todo esto especialmente importante en el momento en que vivimos ahora?

Sin embargo, todo esto no conlleva que no se vea afectada por las debilidades humanas típicas, como la corrupción o la ambición, o que no dependa de intereses políticos y económicos. Pero yo al menos no conozco otro sistema tan depurado y fiable como este, que sea revisado por personas de todo el globo y en el que los hechos tengan tanto peso.

Adentrarse en lo desconocido es difícil, porque nadie puede guiar nuestros pasos. Investigar el secreto escondido en la materia o la historia escrita en las estrellas requiere desarrollar nuevas tecnologías y estudiar durante muchos años (para aprovechar todo lo que otros ya descubrieron e ignoraron). El proceso es largo, tedioso y a veces extremadamente caro. Con el tiempo, las materias son más complicadas y requieren esfuerzos más colectivos. El dinero es un factor limitante, pero las experiencias pasadas muestran que la inversión puede redundar en un desarrollo social, académico e intelectual. Por lo visto hasta ahora, es muy frecuente que la ciencia acabe generando un retorno para la industria y la sociedad.

Es más, se puede decir que la ciencia es el motor de la prosperidad. En Estados Unidos, se calcula que la tercera parte del crecimiento económico se logró gracias a la ciencia básica hecha desde finales de la Segunda Guerra Mundial. Y, aparte de eso: ¿Cuántos ingenieros, arquitectos, científicos y estudiantes se formaron gracias a ella? ¿Cómo cambió la forma de pensar de todo el país? ¿Cómo evolucionó el conocimiento, la política y la filosofía?

Por tanto, difundir la idea de que se gasta en ciencia mientras hay hambre en el mundo es crear una falsa dicotomía para ocultar el hecho de que se ignora la importancia y la utilidad de la ciencia. La ciencia es progreso, calidad de vida (al menos según nuestros estándares occidentales), la cura de enfermedades y la comprensión de dónde venimos y dónde estamos. La ciencia es la única que podría avisarnos antes de una potente erupción volcánica, del impacto de un asteroide, de un cambio climático capaz de derrumbar nuestro sistema económico, de  una extinción masiva o del riesgo de llenar nuestros ríos y océanos de botellas de plástico.

Por eso, creo firmemente que la ciencia y la búsqueda de conocimiento que promueve es la única salida para el futuro tan peligroso que tenemos por delante. Sin ella, dudo que fuera posible emprender un esfuerzo global e informado para combatir el hambre, la polución, la destrucción del medio natural, el crecimiento demográfico descontrolado o el calentamiento global. Por favor, apoyen la ciencia.

Fuente: http://abcblogs.abc.es/bacterias-batallas/2018/12/31/ciencia-hambre-mundo/

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En 2018 el mundo le ha vuelto a fallar a los niños

Redacción: Lukor

Millones de niños alrededor del planeta siguen siendo víctimas de conflictos armados y los líderes mundiales permiten que esto siga ocurriendo con impunidad, aseguró el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) en un comunicado.

“Los niños que viven en zonas de conflicto en todo el mundo han continuado sufriendo a través de niveles extremos de violencia en los últimos 12 meses, y el mundo ha seguido fallando. Durante demasiado tiempo, las partes en conflicto han estado cometiendo atrocidades con una impunidad casi total, y solo está empeorando. Se puede y se debe hacer mucho más para proteger y ayudar a los niños”, declaró Manuel Fontaine, director de programas de emergencia de UNICEF.

Los niños que viven en países en guerra han sido atacados directamente, utilizados como escudos humanos, asesinados, mutilados o reclutados para luchar. La violación, el matrimonio forzado y el secuestro se han convertido en tácticas estándar en los conflictos desde Siria hasta Yemen, y desde la República Democrática del Congo hasta Nigeria, Sudán del Sur y Myanmar.

Los conflictos donde más sufrieron los niños en 2018

En Afganistán, unos 5000 niños fueron asesinados o mutilados en los primeros 9 meses del año, la misma cantidad que en todo el año 2017. Además, los pequeños representaron el 89% de las víctimas civiles de restos de explosivos de la guerra.

En Camerún una escalada del conflicto en el noroeste y sudoeste del país ha convertido en objetivos a escuelas, estudiantes y maestros. En noviembre, más de 80 personas, entre ellas muchos niños, fueron secuestrados en Nkwen, y liberados unos días después. Hasta la fecha, 93 aldeas habrían sido quemadas parcial o totalmente debido al conflicto, donde los pequeños enfrentan niveles extremos de violencia.

En la República Centroafricana, un dramático resurgimiento en los combates afecta a gran parte del país, con dos de cada tres niños que necesitan asistencia humanitaria.

En la República Democrática del Congo, la violencia interétnica y los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los grupos armados en la región de Kasai y en las provincias orientales de Tanganica, Kivu del Sur, Kivu del Norte e Ituri han tenido un impacto devastador en los niños.La respuesta al brote de ébola en curso se ha visto seriamente obstaculizada por la violencia y la inestabilidad en el este del país. Además, se estima que 4,2 millones de niños están en riesgo de desnutrición aguda grave. La situación se agrava por violaciones de los derechos de los niños, incluido el reclutamiento forzado por grupos armados y el abuso sexual.

En Iraq, a pesar de que los combates han disminuido en gran medida, cuatro niños murieron en noviembre en el norte del país cuando el autobús en el que viajaban a la escuela fue atacado. Los niños y las familias que regresan a sus hogares en áreas previamente afectadas por la violencia continúan expuestos al gran peligro de municiones sin explotar. Miles de familias permanecen desplazadas y ahora enfrentan las amenazas adicionales de las temperaturas invernales y las crecidas repentinas.

En la cuenca del lago Chad, el conflicto en curso, el desplazamiento y los ataques a escuelas, maestros y otras instalaciones educativas han puesto en riesgo la educación de 3,5 millones de niños. Hoy en el noreste de Nigeria, en la región del lago Chad, en el extremo norte de Camerún y en la región Diffa de Níger, al menos 1041 escuelas están cerradas o no funcionan debido a la violencia, el miedo a los ataques o la inseguridad, lo que afecta a casi 445.000 niños. Además, un reciente aumento de la violencia en la región fronteriza entre Mali, Burkina Faso y Níger ha dejado 1478 escuelas cerradas.

En Myanmar, la ONU continúa recibiendo informes de violaciones continuas de los derechos de los rohingya que permanecen en el norte del estado de Rakhine, entre las que se reportan homicidios, desapariciones y detenciones arbitrarias. También existen restricciones generalizadas a los derechos a la libertad de movimiento y las barreras para acceder a la salud y la educación. Asegurar que los niños tengan acceso a una educación de calidad y otros servicios esenciales evitará a una “generación perdida” de niños Rohingya; de lo contrario, carecerán de las habilidades que necesitan para contribuir a la sociedad, asegura UNICEF.

© UNICEF/Anmar
Una niña camina hacia la escuela en medio de edificios destruidos por la guerra en Iraq.

En el noreste de Nigeria, los grupos armados, incluidas las facciones de Boko Haram, continúan atacando a las niñas, que son violadas, obligadas a convertirse en esposas de combatientes o utilizadas como “bombas humanas”. En febrero, el grupo secuestró a 110 niñas y un niño de una escuela técnica en Dapchi, estado de Yobe. Mientras que la mayoría de los niños han sido liberados desde entonces, cinco niñas murieron y una sigue cautiva como esclava

En Palestina, más de 50 niños murieron y cientos más resultaron heridos este año, muchos de ellos mientras protestaban contra el deterioro de las condiciones de vida en Gaza. Los niños en Palestina e Israel han estado expuestos a miedo, trauma y lesiones.

En Sudán del Sur, el implacable conflicto y la inseguridad durante la temporada anual de escasez empujaron a 6,1 millones de personas a un hambre extrema. Incluso con la llegada de la temporada de lluvias, más del 43% de la población sigue teniendo inseguridad alimentaria. Si bien la promesa revitalizar un acuerdo de paz ofrece un atisbo de esperanza para los niños, los informes de violencia extrema contra mujeres y niños continúan, más recientemente en Bentiu, donde más de 150 mujeres y niñas reportaron haber sufrido asaltos sexuales.

En Somalia, más de 1800 niños fueron reclutados por las partes en el conflicto en los primeros nueve meses del año, de ellos 1278 fueron secuestrados.

En Siria, entre enero y septiembre, la ONU verificó el asesinato de 870 niños, el número más alto en los primeros nueve meses de cualquier año desde el inicio del conflicto en 2011. Los ataques continuaron durante todo el año, incluido el asesinato de 30 niños en el pueblo oriental de Al Shafa en noviembre.

En el este de Ucrania, más de cuatro años de conflicto han tenido un costo devastador en el sistema educativo, destruyendo y dañando cientos de escuelas y obligando a 700.000 niños a aprender en entornos frágiles, en medio de combates y los peligros que representan las armas de guerra sin explotar. La situación es particularmente grave para 400.000 niños que viven a menos de 20 km de la “línea de contacto”, que divide las áreas controladas por el gobierno y los insurgentes, y donde el bombardeo y los niveles extremos de contaminación representan una amenaza letal.

En Yemen, las Naciones Unidas verificaron que 1427 niños fueron asesinados o mutilados en ataques, entre ellos el atentado a un autobús escolar en Sa’ada. Las escuelas y los hospitales han sido objeto de frecuentes ataques o han sido utilizados con fines militares, negando a los niños el acceso a su derecho a la educación y la atención médica. Esto está alimentando aún más la crisis en un país donde cada 10 minutos muere un niño debido a enfermedades prevenibles y 400.000 niños sufren de desnutrición aguda grave.

Fuente: https://www.lukor.com/actualidad/20181231/en-2018-el-mundo-le-ha-vuelto-a-fallar-a-los-ninos/
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Los otros exilios

Por: Ilka Oliva Corado

Como costales de basura, como bultos, como despojos son lanzados hacia la nada, los parias; a quienes les arrebataron todo desde el momento de su nacimiento y en esa nada: moribundos, sin anhelo alguno y sin piel dónde detener los huesos deambulan en las migraciones forzadas. Esos otros exilios invisibilizados y estigmatizados por todo aquel que es incapaz de sentir en nervio propio el dolor del otro.

En otros tiempos a las migraciones forzadas se les conocían como exilios políticos, esos exilios políticos siguen existiendo y siguen siendo migraciones forzadas. Es muy fácil señalar, enjuiciar y degradar cuando no somos nosotros los que estamos en circunstancias extremas que pongan en tela de juicio nuestra integridad, nuestra salud mental, nuestras necesidades básicas y nuestros sueños.

Cuando no somos nosotros los que sufrimos hambre, nos partimos el lomo de sol a sol obteniendo a cambio salarios de miseria que nos obligan a la subsistencia en condiciones de esclavitud. Cuando no son nuestras vidas ni las de los nuestros las que están en peligro. Cuando no es a nosotros a los que la violencia gubernamental nos ha deshecho la familia. Cuando no es a nosotros a los que les han arrancado los sueños a golpes de bota de capataz.

Cuando no somos nosotros los que hemos crecido sin oportunidades de desarrollo: excluidos, oprimidos, violentados por un Estado ausente, que solo es capaz de ver cuando se trata de reprimir a quienes no pueden defenderse de la maquinaria de destrucción masiva que es el racismo, el clasismo, la corrupción, el neoliberalismo y las bandas de criminales de la oligarquía que hacen con los recursos, la justicia y la impunidad lo que se les ronca la gana.

Es muy fácil, no se necesitan escrúpulos ni agalla alguna para lanzar piedras en manada a quien no puede defenderse, somos un tropel de sinvergüenzas que se sienten con la autoridad y el derecho para amedrentar a quienes creemos inferiores, cuando los inferiores somos nosotros: mamarrachos.

Esos otros exilios, tienen la particularidad de la pobreza extrema, una miseria a la que han sido obligados a padecer por su origen y su clase social. Esos otros exilios que no consisten en subirse a un autobús, a un barco, a un tren o a un avión con los papeles correspondientes que abran las fronteras o las puertas de embajadas o consulados; son exilios a consecuencia de las políticas de impunidad y apropiación de recursos y de vidas que aplican los gobiernos sucumbidos a disposiciones de injerencia, oligarquía y bandas criminales.

Mortales que en nuestra mediocridad nos creemos dueños de una tierra en donde estamos solamente de paso, un viaje de un simple soplo de vida que puede terminar en cualquier instante. Todo es superior a nosotros en este universo, todo. Y aun así defendemos fronteras, denigramos por clase social, color, credo, origen…

Un día nos puede tocar a nosotros, un día cualquiera la violencia nos puede tocar de cerca, un día también nos vamos a ver a lomo partido sobreviviendo la agonía de la explotación. Un día la impunidad se ensañará con nosotros y los nuestros, la injusticia nos escupirá a la cara, la suerte que creemos que tenemos nos volteará la espalda y nuestros privilegios acabarán.

Un día seremos expuestos por nuestra clase social, por nuestro credo, por nuestro origen y un día también nos lanzarán piedras en manada y nos cerrarán las puertas de los enormes muro fronterizos que ahora defendemos: un día vamos a estar del otro lado en los zapatos del otro y ahí sí y ahí sí…, vamos a padecer el escarnio, la ira y la crueldad que un día lanzamos como puntapiés de botas de capataz contra quienes fueron obligados al destierro y a la peregrinación en busca de un bocado de comida y de oxígeno para seguir viviendo.

Un día vamos a ser nosotros los protagonistas de los otros exilios, de las migraciones forzadas que hoy tanto señalamos con fanfarronería de dueños de ni mierda.

Ojalá suceda, tal vez así aprendamos en el dolor propio sobre el dolor ajeno.

Fuente: https://www.aporrea.org/ddhh/a270587.html

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Lecciones del hambre

Por: Juan Carlos Yáñez

Esa miseria, la de la compañía familiar o humana, la de un improbable horizonte distinto para mañana es la más devastadora prueba de la miseria humana, que forjamos ciudadanos impávidos y gobiernos insensibles.

Primera parte

Martín Caparrós, periodista argentino, dedicó un extenso volumen a analizar uno de los flagelos que expone con dureza las contradicciones sociales y la vulnerabilidad de buena parte de los habitantes del mundo. El hambre, se llama el libro, publicado en Argentina en 2014 por grupo editorial Planeta, con apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional.

El hambre, comienza Caparrós: “Es, en mis imágenes más viejas, un chico con la panza hinchada y las piernas flaquitas en un lugar desconocido que entonces se llamaba Biafra; entonces, a fines de los sesentas, escuché por primera vez la versión más brutal de la palabra hambre: hambruna”. El hambre tiene rostro infantil, pero también adulto, de hombre o mujer mayores, abandonados a su suerte por la sociedad, por una familia, un hijo, una pensión… sin esperanza.

Luego confiesa su plan inicial: “Siempre imaginé que empezaría este libro con el relato crudo, descarnado, tremendo de una hambruna. Llegaría acompañando a un equipo de emergencia a un paraje siniestro, probablemente africano, donde miles de personas estarían muriéndose de hambre. Lo contaría con detalles brutales y entonces, después de poner en escena el peor de los horrores, diría que no hay que engañarse -o dejarse engañar-: que las situaciones como estas son solo la punta del iceberg y que la realidad real es muy distinta”.

El hambre es un libro contundente, una bofetada a la comodidad y el confort indolente ante la suerte de millones y millones. Una pregunta ilustra: “¿Se imagina cómo es una vida hecha de días y más días sin saber si va a poder comer mañana?”.

Segunda parte

Esta mañana sabatina la pasé en compañía de Mariana Belén y un puñado de sus compañeros del colegio; nueve con ella, para ser exactos. Completábamos el grupo cuatro maestras y tres padres, en cuatro vehículos. Como parte de un programa social, los niños y sus familias donan productos de primera necesidad todos los jueves y un sábado de cada mes lo recabado se entrega a personas adultas, solas, pobres, de una colonia oriental en la capital de Colima (México).

La experiencia fue mucho más significativa que una clase de civismo dictada por una profesora cansada de repetir el tema, incluso, más que una clase impartida por una maestra emocionada. Las niñas, mayoría del grupo, recibieron pronto, adultos incluidos, un cimbronazo brutal al llegar a la primera casa de la ruta. Una precaria edificación, más que humilde, sostenida por milagro, habitada por un hombre mayor, lastimosamente vulnerable. Era nuestra primera experiencia y fuimos del asombro a la consternación. Mirando la escena en segunda fila escuché la conversación del hombre con la maestra coordinadora y los niños; hablaron de apoyarle con láminas para apuntalar su casa. Allí vi derramar las primeras lágrimas de Mariana y algunas otras compañeras, abrazadas, conmovidas de observar la miseria a tan poquitos pasos.

Debíamos seguir el camino. Al auto subieron otras dos niñas con nosotros y su primera conversación me enterneció: “Yo pensaba que mi casa era pequeña”. Lección significativa, donde las haya en la materia. Frialdad paterna frente a estas realidades, también. Pensé en mi periplo vital y abandoné su diálogo.

Tres horas de la mañana pasamos así, de casa en casucha, buscando a veces infructuosamente, dejando la despensa con la vecina, o en una esquinita del jardincito frontal. Al fresco matinal lo sucedió un calor que fue subiendo de intensidad; a mediodía empapaba la ropa y obligaba al refugio en los árboles, en el singular viacrucis que los pobladores contemplaban entre sorprendidos e indiferentes.

Las calles llenas de pobreza y agua que había dejada la lluvia de la noche anterior eran todas iguales, o casi, unas más dañadas que otras. Mundo inédito para la mayoría de la comitiva. Hubo más lagrimas del grupo; no todas fueron de dolor o compasión, algunas de alegría, por las conversaciones de las señoras y los señores que no escatimaban palabras cariñosas para los estudiantes. También momentos tristes, como llegar a la casa de la señora Paty y enterarnos que había muerto tres meses atrás, coincidentemente cuando el colegio suspende el programa por vacaciones.

Tercera parte

Fue una mañana de lecciones brutales, conmovedoras, tiernas. La pobreza la he visto desde nacer, en mi pueblo a donde llegaban para el corte de la caña los pobladores del sureste mexicano a trabajar en condiciones inhumanas y sobrevivían por voluntad divina y generosas dosis de alcohol. Miseria entre la miseria la de aquellos niños y adultos pequeños, de pelo lacio, piel morena y silenciosos, de lengua distinta, invisibles en una sociedad rural que tampoco los admitía. En nuestros países y sociedades la pobreza es vecina de casi todos, consuetudinaria, pero pasa inadvertida. ¿Cómo carajos hacemos para no verla?, preguntaría Martín Caparrós.

Nunca dejé de mirar la miseria. Es parte de nuestro pueblo, de mis temas de investigación, de los paisajes que pueblan nuestras ciudades. Pero la experiencia para Mariana Belén e, imagino, para sus compañeros, fue imponente.

De todo aquello, me quedo con las palabras de una señora que al despedirse agradeció y dijo, palabras más palabras menos: “Visítenme, aunque no traigan nada, nomás vengan a platicar conmigo”. Recordé de nuevo a Caparrós: “Nada me impresionó más que entender que la pobreza más cruel, la más extrema, es la que te roba también la posibilidad de pensarte distinto”.

Como escribiera Victor Hugo en célebre discurso en la Asamblea constituyente, en noviembre de 1848: “Pero si quiero ardiente y apasionadamente el pan del obrero, el pan del trabajador, que es un hermano, quiero, además del pan de la vida, el pan del pensamiento, que es también el pan de la vida”.

Esa miseria, la de la compañía familiar o humana, la de un improbable horizonte distinto para mañana es la más devastadora prueba de la miseria humana, que forjamos ciudadanos impávidos y gobiernos insensibles.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/10/17/lecciones-del-hambre/

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Desde México: Elena Poniatowska: “Nuestro mayor problema es el hambre y la educación”

Redacción: DW

La periodista y escritora mexicana Elena Poniatowska habló con DW sobre la impunidad en casos emblemáticos como Tlatelolco y Ayotzinapa. Y advierte que los mayores problemas son el hambre y la educación.

La autora de «La noche de Tlatelolco» (1971), un libro que recoge los testimonios de los protagonistas de los hechos ocurridos el 2 de octubre de 1968, se ha convertido en una figura de referencia cuando se quiere abordar el movimiento estudiantil. Pero otro crimen ocurrido posteriormente, la desaparición de los 43 estudiantes del magisterio de Ayotzinapa, acaecida hace cuatro años a fines de septiembre, es un hecho que indigna aún más a la portadora del Premio Cervantes 2013. La escritora, que ha incursionado prácticamente en todos los géneros literarios, considera que el mayor problema que enfrenta el país es el de la pobreza, que provoca hambre y falta de oportunidades de educación.

Mexiko Tlatelolco Massaker in 1968

¿Cuál es el ambiente que hay en México cuando se conmemora el 50 aniversario de la masacre de Tlatelolco?

Se habla mucho de los muertos; nunca se ha establecido el número de muertos. Unos dicen ahora que fueron entre 68 y 70. En una lápida que mandó hacer Raúl Álvarez Garín, que fue un líder incontestable del movimiento del 68, ahí sólo se mencionan a 30 muertos. Algunas personas dicen que fueron muchísimos más. En estos últimos tiempos se ha propagado la idea de que son más muertos de los que se pensaba. Lo que si se puede decir es que de todos los movimientos estudiantiles en el 68 en el mundo, el más violento, el más cruel, fue el de México.

Raúl Alvarez Garín, entonces un joven estudiante, figura en su libro, «La noche de Tlatelolco». ¿Qué ha sido de líderes como él?

El murió en un hospital por enfermedad, pero quedan otros líderes destacados como Gilberto Guevara Niebla y como Salvador Martínez de la Roca. También murió el escritor Luis González de Alba, él se suicidó. Ellos incluso han escrito sus propios libros. Dicen que fue una agresión tremenda por parte del Ejército, del gobierno y del presidente de aquel entonces, Gustavo Díaz Ordaz.

Díaz Ordaz, tan preocupado por las Olimpiadas del 68, ¿dejó un legado de impunidad?

El tuvo muchísimo miedo de que los estudiantes dieran una mala impresión. México era el primer país de América Latina que había sido seleccionado para los Juegos Olímpicos. El gobierno consideraba que era un enorme honor el que se le hacía. Se hicieron muchísimas construcciones, edificios y estadios para los Juegos Olímpicos, para dar una buena impresión a todos los extranjeros que iban a venir. Los estudiantes estaban echando a perder la imagen de México con sus manifestaciones, sus marchas y sus mítines en las calles. Esto el gobierno no lo supo manejar y no lo pudo tolerar.

Mexiko Gewalt vor den Wahlen

¿Hay esperanzas de que el gobierno de López Obrador haga justicia en el caso de los desaparecidos, por ejemplo, en el caso de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa?

Eso es un horror, es un crimen de lesa humanidad, que no se ha esclarecido. Todo lo que se ha dicho a nivel oficial es mentira. Dijeron que fueron quemados en un basurero. Es un crimen racista también porque eran todos jóvenes que iban a ser maestros, que querían enseñar tanto en español como en distintas lenguas indígenas de la zona de Guerrero. Es un estado muy conflictivo y esas son escuelas de donde han salido guerrilleros que son admirados por los jóvenes, como Lucio Cabañas y Genaro Vázquez Rojas. Ellos también fueron maestros rurales. Estas escuelas como la de Ayotzinapa eran muy mal vistas por el gobierno. Son escuelas muy pobres, que ofrecen mala alimentación y han recibido un mal trato. Se decía que tenían algo que ver con todo el narcotráfico de esta zona, donde hay muchísimo tráfico de droga y de narcomenudeo también.

¿Pero cree que alguna vez saldrá la verdad a la luz?

Es una monstruosidad. Los monstruos sabemos que existen, pero no sabemos explicárnoslos. Yo no sé como se explica un monstruo a un niño. Es algo muy terrible que hace muchísimo daño y esto es Ayotzinapa. Es tremendo para los padres y sus familias que andan de un lado a otro preguntando por sus hijos. Incluso la madre de uno de los estudiantes desaparecidos, ya murió. El gobierno le apuesta al olvido. Pero seguramente muchísimos miembros del Ejército saben qué pasó esa noche con los muchachos. Dónde están, que pasó, por lo menos dónde están los huesos. En Veracruz se acaban de encontrar más de 200 fosas llenas de cráneos y de huesos, que son de la época del gobierno de Javier Duarte (PRI) en ese Estado. Son gobiernos corruptos de los Estados los que provocan estas situaciones terribles.

¿Ha sido la impunidad lo que ha provocado esta situación de violencia que vive el país?

Los presidentes actúan como reyecitos, son todopoderosos, se sirven del país con la cuchara grande, utilizan al país como un rancho de su propiedad. Se adueñan de todo. No hay presidente pobre en México. No tenemos un Mujica como en Uruguay. Tenemos presidentes en México que tienen pensiones faraónicas después de que salen de la presidencia. Todo gira en torno a convertir al presidente de la República en un dios. Igual como sucedió en Haití. Es una prueba de nuestro subdesarrollo. Nuestra falta de preparación política e intelectual. Yo creo que con la educación de la gente habrá un cambio. Espero que lo haya, espero verlo antes de que morir porque ya tengo 86 años.

Mexiko Andres Manuel Lopez Obrador

En el tema de la violencia, la impunidad, la corrupción, que tanto preocupa a los mexicanos, ¿Habrá un cambio con el gobierno de López Obrador?

Estamos entrando a una época de austeridad en la que nadie puede ganar más que el presidente de la República, pero ya se han rebelado algunos diputados y senadores diciendo que no están conformes con su sueldo, que no les va a alcanzar para el tren de vida que siempre llevan. Sin embargo es un indicio de que por lo menos hay conciencia de que los sueldos en México de los potentados y los jueces mismos son incluso mayores que en Estados Unidos. Esto si va a ser un cambio y vamos a ver hasta qué grado demostramos nuestra inteligencia para resolver problemas, pero nuestros máximos problemas finalmente, son el hambre y también la educación. Tenemos una deficiencia escolar inmensa, todavía hay mucho analfabetismo en México, pero también tenemos gente que no tiene la menor oportunidad ni siquiera de ir a la escuela.

Fuente: https://www.dw.com/es/elena-poniatowska-nuestro-mayor-problema-es-el-hambre-y-la-educaci%C3%B3n/a-45733777

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Metabolismos del ego

Por: Fernando Buen Abad

Si la medida de la salud (suponía Freud) es “la capacidad de amar y la capacidad de trabajar”[1], todo se desfigura cuando la capacidad se reduce a sólo amarse a sí mismo y la capacidad de trabajar radica en esforzase sólo para sí sometiendo, además, el trabajo de otros al beneficio de uno solo. Reina el amor por el individualismo para romper con la comunidad. El ego es inseparable de la lucha de clases, y los opresores han encontrado -siempre- argumentos de sobra para justificar su preminencia sobre los oprimidos. O se creen dioses o se creen semidioses; o se creen emisarios de la (o las) divinidades o de plano se creen mejor dotados por la “raza”, la “genética”, las “bellezas”, la “inteligencia” o la “suerte”… con todas sus combinaciones. Y no hay quién les aguante el ego[2].

La egolatría es una enfermedad inclemente. Un mundo enfermo de belicismo rentable, enfermo de usura bancaria, enfermo de guerras mediáticas… sufriendo hambre, analfabetismo, corrupción, represión y humillaciones infinitas contra los más desposeídos. Un mundo destazado por terratenientes, exhausto de contaminantes, atrofiado de mercantilismo y bañado en sangre de todas las violencias del poder dominante… es un mundo enfermo al que le ha costado demasiado encontrar el remedio para todos sus males: la superación del capitalismo que se adueñó del poder del dinero, del poder de las armas, del poder de los medios y del poder del insulto contra los dominados. El principio de comunidad demolido por la individualidad de los ególatras.

El ego inflamado, de sí y por sí, es uno de los sub-productos más odiosos, que rompe el cúmulo de las relaciones sociales y se produce en ese punto donde se patologízalo individual cuando domina la negación del conjunto. Son muchas las fuentes y las causas por las cuales una persona sube a las cumbres de sí mismo para quedarse a vivir ahí donde el paisaje es perfectoporque todo lo que ve es el reflejo de su persona en todas “sus obras”. Incluso en las que no existen. Son muchas las argucias del sistema económico e ideológico dominante que, incapaz de inspirar respeto por sus valores morales, se empeña en imponer amor por lo puramente individual incluso cuando su mérito único, a falta de contribución al bien común, radique a en amarse a sí mismo. Y son interminables las invenciones de la clase dominante para ahogar en ego todo sueño de vida buena en comunidad. Con la moraleja del “rico que se hace solo”, del talento que “nada le debe a otros”, del “golpe de suerte” como destino inmutable para los que nacen “en buen cuna”… tenemos un fanatismo histórico empeñado en postrar a la comunidad humana ante los atrios del “ego” que se adueñó de todo.

Para el ego se filman películas, se imprimen revistas con sus portadas, se editan libros, se escriben canciones y se despliega una parafernalia descomunal planetaria que hoy ya es, además de un daño severo por contaminación visual y sonora, un asco mundial por el regodeo de la nadería a cambio de la fachada del individualismo. Desde las empresas y los gobiernos hasta las familias, las escuelas, las oficinas y las iglesias. Egos para toda ocasión, para todo lugar y para cada momento. Egos desorbitados en las campañas políticas y en las campañas publicitarias… egos en los libros de historia y en las histeria de los libreros. Egos para la dama y egos para el caballero. Niños y niñas, ancianos y ancianas. El ego es el opio de los pueblos. También.

Nadie se salva, unos más y otros menos, la inflamación de los egos es una pandemia que debemos atender, mientras podamos, y antes de que lleguemos al delirio cotidiano de pensar que todo lo que ocurre, lo que se habla o lo que se calla, sucede por nuestra persona y en función de nuestras muchas (autoproclamadas) “virtudes”. Urge intervenir antes de que toda conversación, propia o ajena, creamos que se refiere a nosotros y que tenemos siempre el derecho de intervenir en cualquier charla, contando los anecdotarios más individuales, aunque no venga al caso o aunque a nadie le importe pero creamos, absolutamente convencidos, que vienen al caso y que a todos les importa. Y no hay vacunas en el mercado porque el mercado, precisamente, está intoxicado de ego virulento. Es su garante.

No es lo mismo el aprecio profundo por los valores y por las luchas que, encarnadas en personas, representa a comunidades o pueblos. No es lo mismo el orgullo o el honor que experimenta aquel que todo lo da para el beneficio de la comunidad sin esperar encumbrar su ego con lisonjas de ocasión. No es lo mismo el respeto de los compañeros por aquel que se desprende de sí para fundirse en lo común haciendo de lo individual pieza indisociable de la colectividad. En la teoría y en la práctica de todos los días. No es lo mismo, en suma, la lucha del que se entrega a la lucha de todos por una comunidad organizada para sí y en ella hace su identidad para que lo identifique el colectivo como un ser de lo colectivo. Eso es nuestro conjuro contra el ego convertido en ideología por la clase dominante.

Si como Marx pensaba la “personalidad” es el producto del conjunto de las relaciones sociales, estamos obligados a desplegar herramientas para la crítica de tales relaciones sociales envueltas por las relaciones de producción dominantes. Estamos obligados a propiciar los escenarios y las experiencias donde, cada día y a cada hora, recordemos que somos lo que somos gracias a la historia que han forjado los pueblos sobre los hombros de sus luchas, mientras han padecido todos los desplantes del ego y el individualismo generados desde la clase dominante como la moral en la que debemos forjarnos. Como si eso fuese un triunfo moral. Estamos obligados a desplegar todas las herramientas del pensar crítico que es una de las más grandes conquistas sociales de la humanidad porque el grado de desarrollo social depende del grado del desarrollo y diversidad del pensamiento en la práctica. Pero es necesaria la igualdad y la justicia para que pensamiento y desarrollo no sean privilegio de unos cuantos. Piénsalo sin el ego de la clase dominante.

[1]Aproximación al Concepto de Salud Mental Vigente desde una Perspectiva Psicoanalítica https://revistas.unc.edu.ar/index.php/aifp/article/viewFile/13197/13397

[2]http://dle.rae.es/?id=EQoDoir

Fuente: https://www.telesurtv.net/bloggers/Metabolismos-del-ego-20180910-0006.html

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