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Juventud y cambio climático

Por: Elisabeth De Puig 

 

El cambio climático afecta de manera diferente a los distintos estamentos de la sociedad dominicana. Algunos sectores han reclamado, con justa razón, el desarrollo de programas de educación ambiental y climática.

Hasta ahora el cambio climático ha gozado de una baja prioridad social y política frente a otros problemas fundamentales como la pobreza, el hambre, la inseguridad o el desempleo.

Cincoaños después del Acuerdo de París, primer acuerdo universal y jurídicamente vinculante sobre el cambio climático, casi ningún país está cerca de alcanzar sus compromisos iniciales y los Estados Unidos se retiraron de este compromiso planetario.

Los obstáculos que se interponen a una eficaz lucha contra el cambio climático son múltiples. Por un lado, el conocimiento y la sensibilidad de un tema no siempre se traducen en acciones responsables que contribuyan a su mitigación. Por el otro, las resistencias más fuertes a actuar en gran escala se sitúan en la proteccion de los intereses de las fuerzas dominantes de la economía mundial.

El desafío recae sobre numerosos actores: públicos, privados, sociales, científicos, tecnológicos. Sin embargo, el éxito o el fracaso de las medidas a favor de la mitigación del calentamiento global dependerá́ de cambios de comportamiento orientados hacia otras formas de consumo y estilo de vida que permitan presionar desde abajo.

Para lograr los cambios deseados a nivel de la sociedad, transmitir mensajes no es suficiente. Cada actor, según el lugar que este ocupe en la estructura social, necesita mensajes diferentes y adaptados a su realidad. Conviene diseñar estrategias, programas de comunicación y de educación ambiental, dirigidos específicamente a cada segmento de la población.

Se dice mucho que los jóvenes son el futuro; sin embargo, muchos de ellos están confrontados a incertidumbres, desamparo, desarraigo y temores difusos frente a este futuro.

Una parte de los jóvenes se siente amenazada y sufre un miedo existencial real por la velocidad a la cual la temperatura del planeta está aumentando, lo que se agrega a las preocupaciones de tener mejores oportunidades laborales y una educación de calidad.

Frente a estos temores (que se han visto exacerbados últimamente a raíz de la aparición de un virus minúsculo en una ciudad china), el mensaje de un sector de estos jóvenes activistas a favor del medio ambiente es que la generación anterior ha fracasado en su lucha y que los jóvenes lo van a pagar con su futuro.

Llama la atención que, según el periódico The Guardian, cuatro niños y dos jóvenes adultos de Portugal están persiguiendo frente a la Corte Europea de Justicia a 33 países. Bajo el alegato que estos países deben realizar recortes de emisiones de gases de efecto invernadero más ambiciosos para prevenir la discriminación en contra de la juventud, así como proteger sus derechos a hacer ejercicios al aire libre y poder vivir sin ansiedad.

La acción legal ha sido financiada por crowdfunding. Es algo totalmente novedoso, tanto por el hecho de demandar a varios estados por las emisiones dentro de sus fronteras como por el impacto climático que sus consumidores y empresas tienen en otras partes del mundo a través del comercio, la extracción de combustibles fósiles y la subcontratación.

Los demandantes quieren que el tribunal normativo emita órdenes vinculantes sobre los 33 estados, que incluyen a los estados miembros de la Unión Europea, así como al Reino Unido, Noruega, Rusia, Turquía, Suiza y Ucrania. El sometimiento de este caso se realizó después de la ola de calor que conoció Portugal, la más fuerte en 90 años, y los devastadores incendios forestales que mataron a más de 120 personas en 2017.

Zero Hour, organización ecologista fundada en Seattle por una adolescente de 16 años, Jamie Margolin, que inspiró a Greta Thunberg, sembró la semilla de un movimiento que inspira hoy a millones de jóvenes en todo el mundo a aunar esfuerzos en busca de un futuro más sostenible.

El cambio climático afecta de manera diferente a los distintos estamentos de la sociedad dominicana. Algunos sectores han reclamado, con justa razón, el desarrollo de programas de educación ambiental y climática. La meta central de la educación ambiental debe consistir en priorizar el desarrollo de actitudes positivas, que fundamenten conductas ecológicamente adecuadas y sostenibles, más que la simple transmisión y adquisición de conocimientos ambientales.

Como dice el sociólogo francés Edgar Morin en su libro Cambiemos de vía, las lecciones del coronavirus, estamos en medio de una crisis que nos ha encerrado físicamente pero que nos ha abierto al destino terrestre y nos ha condenado a reflexionar sobre nuestras vidas, nuestra relación con el mundo y acerca del mismo mundo. ¿Sabremos sacar lecciones de esta pandemia que ha revelado una comunidad de destino a todos los humanos, ligada al destino bioecológico del planeta?

Fuente: https://acento.com.do/opinion/juventud-y-cambio-climatico-8863529.html

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Lula culpa a Bolsonaro por aumento de hambruna en Brasil

América del Sur/Brasil/13-11-2020/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

Luiz Inácio Lula da Silva señaló que no es un fenómeno de la naturaleza, sino provocado por la irresponsabilidad.

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva responsabilizó al Gobierno de Jair Bolsonaro del empeoramiento de las condiciones de vida de los sectores más humildes de la sociedad.

En un mensaje difundido a través de la red social Twitter, Lula manifestó que «habíamos acabado con el hambre y ahora ha vuelto», y señaló que se trata de un problema social que mucha gente ignora pese a que resulta «una enfermedad que no es invisible», dijo.

El líder del Partido de los Trabajadores (PT) lamentó ver «un aumento en el número de niños en las calles pidiendo limosna, hambrientos» y señaló que tras ello yace la ineficacia del Ejecutivo, pues «el hambre no es un fenómeno de la naturaleza; es provocado por la irresponsabilidad del Gobierno», escribió.

Según datos divulgados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), el hambre alcanzaba a 10.3 millones de personas en 2018, cuando el país era gobernado por Michel Temer, quien ocupó la Presidencia tras el golpe parlamentario que sufrió Dilma Rousseff (PT) en 2016.

El reporte del IBGE precisa que en ese año al menos el 37 por ciento de las familias de Brasil padecía ese problema. La inseguridad alimentaria se situaba en 35 por ciento en 2004, y gracias a la gestión del PT descendió al 30 por ciento en 2009 y cuatro años después hasta el 23 por ciento, reveló la agencia.

Con anterioridad, Lula ha criticado la vuelta del hambre en Brasil y denunciado el desmantelamiento de las políticas de seguridad alimentaria por parte del Gobierno de Jair Bolsonaro.

El mensaje del líder político en Twitter se produce en el contexto de las elecciones municipales, que inician el 15 de noviembre próximo. Al respecto, el recomendó que «cuando vayas a votar el domingo, recuerda que cualquiera puede hacer un puente, un viaducto, asfaltar la calle, pero pocos saben cuidar a la gente. Cuida a la gente».

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/brasil-lula-culpa-bolsonaro-aumento-hambruna-20201111-0046.html

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Matar al hambre con garrote

Por: lahora.com.ec

Los ciclistas de la capital apelaron a la voluntad de la Ministra de Gobierno para que “tome cartas en el asunto” de la delincuencia en las calles. Ofuscados por los crecientes atentados que sufren a plena luz del día en varios puntos de la ciudad y sus alrededores, los deportistas escucharon de la Ministra el compromiso de actuar “en flagrancia” siempre que se presente la denuncia en las primeras 24 horas, o se reporte a quienes venden productos robados.

Sin embargo, el garrote y la denuncia no solucionan la delincuencia ante una situación social que desborda en el desempleo, las necesidades urgentes y, pronto, la supervivencia.

La reactivación de la economía avanza lento. Dejando de lado los sectores que por la coyuntura han salido airosos de los ocho meses de pandemia, y aquellos que de a poco van recuperando su actividad, no debemos olvidar a aquellos que han quedado rezagados en las grietas de la economía y que no logran volver a asegurarse un ingreso fijo para sustentar a su familia.

La delincuencia suele aumentar al acercarse la navidad; este año, la situación será más crítica. Los suicidios repuntan también, y no es coincidencia.

Las autoridades deben hacer su trabajo y mantener el orden, pero también deben impulsar redes de asistencia. Incentivar que la sociedad civil active y apoye iniciativas de ayuda puede suplir algunas de las grandes falencias del Estado, agravadas por la pandemia. Nuestra economía formal, con sus trámites e impuestos, ha probado ser incongruente con el emprendedor y el comerciante que busca subsistir.

Podrán castigar a los delincuentes que logren aprehender, pero mitigar el hambre no pasa por el garrote.

Si las madres de las víctimas se organizan para buscar a sus hijos, las de los victimarios pueden aprender cómo detenerlos. Sara Sefchovich (1949- ) Socióloga e investigadora; México.

La desmoralización que causa el desempleo es una extravagancia. Es la mayor amenaza al orden social.Franklin D. Roosevelt (1882-1945) Político, abogado y expresidente; EE.UU.

Fuente: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102331676/matar-al-hambre-con-garrote

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El grito de una docente venezolana: «No es posible que me levante y no tenga que darle a mis hijos». Venezuela

América del Sur/Venezuela/25-10-2020/Autor(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

Los docentes, que ganan entre dos y cinco dólares al mes, reclamaron ante las autoridades una actualización salarial, con el apoyo del personal médico. Mirá el estremecedor video.

Decenas de docentes alzaron su voz este miércoles en una nueva protesta en Caracas y otras ciudades venezolanas para exigir al régimen de Nicolás Maduro “salarios justos” y mejores condiciones laborales frente a la pandemia del Covid-19, que ha agravado ya la infernal situación económica del país.

Al grito de “quiero un sueldo digno para quedarme en mi país”, los educadores convocados por los movimientos magisteriales se concentraron en las inmediaciones del Ministerio de Educación para rechazar “los salarios de hambre”, de unos 3 dólares al mes.

Entre las múltiples imágenes de indignación, se viralizó el reclamo de una docente que, desencajada, gritaba al cordón policial que escuchaba con poca atención las consignas.

“Quiero comer bien. No es posible que todas las mañanas me levante y no tenga qué darle a mis hijos. No es posible, ¿hasta cuándo?”, exclamó furiosa.

Además, detalló la ínfima cantidad que recibió y lo poco que alcanza, ante la enorme inflación del país: “Dolarizaron todo menos mi sueldo. Un mes de aguinaldo, ¿cuánto fue? 1.500 bolívares. ¿Qué compré? Medio cartón de huevos, harina pan y media mantequilla. ¡No es justo!”.

Con sus tapabocas, los presentes mostraron pancartas, en las que se pudo leer “por un salario igual a la canasta básica” y gritaron frases contra la dictadura de Maduro a la que responsabilizan de tener a los docentes “mendigando para comer y comprar medicinas”, y de acabar con la “educación de calidad” en el país

La educadora Luisa Penalette afirmó que el gremio solo está pidiendo que garanticen el cumplimiento del artículo 91 de la Constitución, que establece que “todo trabajador tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir sus necesidades”.

Docentes despliegan la bandera venezolana.

“Sin maestros no hay escuela, y con esos salarios un maestro está condenado al hambre y la miseria. Apoyar la lucha justa por el salario es apoyar a la educación del país”, aseguró

Precisó que “un directivo, docente V con maestría, sumando todas las primas gana 2.300.000 bolívares (el equivalente a unos 5 dólares)”.

“Nadie se mete a maestro para ser rico, pero aspirar a un salario justo, es lo mínimo. Con los actuales salarios un maestro no puede comer ni dar de comer a su familia”, enfatizó.

Asimismo, Sara Aponte, una docente con más de 10 años de servicio y con maestría, rechazó la “pobreza extrema que tenemos con estos salarios de miseria”. “Parecemos indigentes, una canasta con 8 productos básicos cuesta casi 10 millones de bolívares, (unos 22 dólares) y el ingreso mensual es de 1.500.000 bolívares, (3 dólares)”, fustigó.

A su vez la líder sindical Griselda Sánchez resaltó que “los maestros seguiremos en la calle hasta recuperar nuestros derechos y el sistema educativo”. Indicó que los niños y jóvenes no están adquiriendo los conocimientos necesarios para capacitarse, y que la política de educación a distancia de Maduro no es posible en un país donde además fallan constantemente los servicios públicos.

“Rechazamos la educación a distancia porque no hay posibilidad de hacerla ni online, Aquí todos sabemos los problemas que hay con la Internet, además los docentes no tienen teléfonos inteligentes cómo van aprender nuestros jóvenes”, cuestionó.

Asimismo, destacó que “20% de los estudiantes están desnutridos y el primer paso para que un joven aprenda es que se alimente y los docentes tampoco se alimentan bien”.

En tanto otro grupo de maestros protestó a las afueras de la sede de la Inspectoría del Trabajo, en el centro de Caracas, donde consignaron un documento con sus reclamos.

La protesta del Magisterio fue respaldada por los trabajadores sanitarios, quienes sumaron sus reclamos salariales y laborales. “El gobierno no da respuesta, pero no vamos a cesar en la lucha, en Venezuela sí hay dinero para pagarle a los trabajadores más de 400 mil bolívares que es el salario mínimo, no nos van a seguir metiendo esa excusa que por las sanciones no pueden reivindicar el salario”, afirmó Pablo Zambrano, dirigente del sector salud.

Las protestas de los docentes se replicaron en estados como: Miranda, Carabobo, Lara, Zulia, Táchira y Apure, entre otros.

El gremio de educadores reclama al gobierno un sueldo base, equivalente a 600 dólares para poder cubrir las necesidades básicas ante la galopante inflación, que de acuerdo con la opositora Asamblea Nacional registró hasta septiembre una tasa de 1.433,58% y una interanual de 3.246%.

(Con información de ANSA)

Fuente e Imagen: https://www.diariodecuyo.com.ar/mundo/El-grito-de-una-docente-venezolana-No-es-posible-que-me-levante-y-no-tenga-que-darle-a-mis-hijos-20201022-0013.html

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El Salvador: Las mujeres de San Julián enfrentan el hambre y desigualdad con huertos caseros

El Salvador permaneció bajo cuarentena obligatoria durante tres meses. El gobierno de Nayib Bukele prometió que abastecería de alimentos a todas las familias afectadas económicamente por las medidas para contener la propagación de la COVID-19; pero en muchas zonas la ayuda nunca llegó. Una de esas zonas está en San Julián, Sonsonate, donde las mujeres lograron sobrevivir al hambre y sostener a sus familias gracias a la comida que ellas mismas cultivan. Contaron a GatoEncerrado que al verse encerradas en cuarentena, sin la posibilidad de salir a ganarse el sustento diario y sin transporte público para movilizarse a los mercados, las mujeres se metieron en cuerpo y mente a trabajar en sus huertos caseros.

Estas mujeres, apoyadas por organizaciones como la Unidad Ecológica Salvadoreña (Unes), son la prueba de que los huertos caseros son la alternativa viable y necesaria para sobrevivir a la crisis económica y a la agudización de la desigualdad que dejará el impacto de la pandemia por COVID-19. Economistas han señalado que las medidas gubernamentales ante la pandemia en El Salvador dejará a más de cien mil personas sin empleo y que la desigualdad incrementará.

Uno de los informes más recientes de Oxfam, titulado «¿Quién paga la cuenta?«, señala que el impacto de la pandemia es tan grave que los países de América Latina y el Caribe (incluido El Salvador) tendrán un retroceso económico de 15 años. El informe también explica que entre los más golpeados están los más vulnerables y pobres de la región, pero no los ricos y multimillonarios. Entre los más vulnerables, como suele ocurrir en las crisis, están las mujeres. Por eso, la experiencia de mujeres que cultivan sus huertos caseros, como en San Julián, es valiosa para plantearse como una alternativa ante la crisis y desigualdad, según Jennifer Guzmán de Unes.

El informe de Oxfam también detalla que mientras los más vulnerables y pobres tienen que recurrir a medidas extremas para sobrevivir ante los impactos económicos de la pandemia, hay ricos que en medio de la crisis sanitaria se han hecho más ricos. Oxfam logró determinar, por ejemplo, que desde que iniciaron los confinamientos en la región hay ocho nuevos multimillonarios con un patrimonio mayor a los mil millones de dólares. Mientras tanto, hay mujeres en zonas como San Julián que lo único que tienen es su huerto casero.

María Avilés contó a GatoEncerrado que lleva 25 años cultivando su huerto casero. En tiempos de pandemia, crisis y vacas flacas, su huerto ha sido lo único que ha logrado sostener a su familia. Foto/Emerson Flores.

En su huerto, María Avilés siembra frutas y vegetales, pero en todo el proceso, según dijo, no utiliza químicos. Esto con el fin de garantizar que el alimento que llega a su mesa sea orgánico, sin preservantes artificiales. Foto/Emerson Flores.

«Muchas mujeres han tenido los beneficios de su propio empoderamiendo, ya que ahora ellas se visualizan a sí mismas como proveedoras de su hogar», aseguró Jennifer Guzmán, técnica territorial de la Unidad Ecológica Salvadoreña (Unes). Esta organización acompaña y apoya a las mujeres de San Julián, para que sigan cultivando en los huertos caseros. Por el momento, según Guzmán, la Unes tienen 35 iniciativas agroecológicas en la zona, junto al Comité Ambiental de San Julián.

En estos 25 años, María Avilés ha logrado ampliar su huerto. Gracias a su trabajo, no solo provee alimento a su familia, sino que su huerto también le da para vender en mercados y regalar alimento a sus vecinas. La crisis provocada por la pandemia le afectó menos, debido a que ella misma cultiva su comida: «Si yo quiero un tomate o mora, solo voy y la corto», explicó. Foto/Emerson Flores.

«Para mí es importante tener mi huerto, porque lo tengo cerca, lo tengo saludable. Yo sé lo que estoy consumiendo y sé que no lleva químicos», mencionó María Avilés, mientras mostraba su huerto. Foto/Emerson Flores.

Angélica María Monroy recibió un diplomado en Ciudad Mujer, en el que aprendió a cultivar sus propios alimentos. Hace más de un año empezó a recibir capacitaciones con la Unes y así empezó su huerto casero. Foto/Emerson Flores.

Angélica Monroy asegura que tener su huerto en casa le ayudó ante las dificultades económicas provocadas debido a la pandemia por las medidas que tomó el gobierno para evitar la propagación de COVID-19. Foto/Emerson Flores.

Angélica Monroy explicó que en su huerto siembra tomate, chile, cebolla, cebollines y maíz. Su esposo y uno de sus nietos le apoyan en el cultivo y cuidado de su huerto. Foto/Emerson Flores.

Sonia Esperanza Huezo también tiene su huerto, en el que cultiva maíz, yuca, hierba buena, espinaca y otro tipo de semillas que sirven para la alimentación de ella, su esposo y sus dos hijos. Foto/Emerson Flores.

«Esto es bueno, porque nos ayudamos y ya no gastamos dinero para salir a comprar comida. A mi esposo yo le enseñé a cultivar, ahora él es el que cultiva la milpa», dijo Sonia Huezo. Foto/Emerson Flores.

septiembre 10, 2020

 Fuente: https://gatoencerrado.news/2020/09/09/las-mujeres-de-san-julian-enfrentan-el-hambre-y-desigualdad-con-huertos-caseros/

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Plagados por el hambre

Por: lahora.com.ec

Hay una brecha invisible, agravada por la rampante corrupción y el debate vacío de los alzamanos y ‘apunta dedos’ que ignoran los problemas reales que plagan el día a día del 50% de la población.

He aquí una de las más graves consecuencias del cortoplacismo con el que se trata a la cosa pública en el país, de leyes que apuntan a proteger a los sectores que más gastan en ‘lobby’, a la avaricia tributaria de un Estado que destina el grueso de sus ingresos a cumplir con acreedores extranjeros y al gasto corriente.

Los indicadores son tristes: hace 29 años que no se reduce la cifra de niños con desnutrición. El país, sus élites, los gremios, los políticos, los sabios, todos somos responsables y, de igual forma, cargamos con el peso de un país que no logra salir de la pobreza.

Cualquier programa de emprendimiento, inversiones millonarias en centros educativos, becas y tecnología es inútil si no se lo nutre de una masa laboral preparada para esta nueva era del conocimiento.

Si 25 de cada 100 niños en el país no tienen una alimentación nutritiva, implica no solo estancamiento en su crecimiento, sino además, un desarrollo limitado de su capacidad cognitiva. Además de la falta de acceso a la educación y al abandono escolar que dejará como consecuencia la pandemia del Covid-19, estos niños tendrán aún menos posibilidades de alcanzar una posición laboral en el futuro que les permita alimentar bien a sus hijos, perpetuando así el círculo vicioso.

Urge un consenso nacional que apunte a levantar a este sector marginado de la población, que sufre de hambre y desnutrición, y no solo comedores comunitarios o kits de alimentos.

El no recibir cuidados, el ser olvidado por todos, creo que es un hambre mucho más grande que el carecer de alimentos. Teresa de Calcuta (1910-1997) Monja católica, Nobel de la Paz; Albania.

La agrociencia tiene un enorme potencial para incrementar la producción de pequeños agricultores y sacarlos del hambre y la pobreza. Bill Gates (1955- ) Fundador de Microsoft, filántropo; EE.UU.

Fuente: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102326444/plagados-por-el-hambre

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