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Hambre creciente en un mundo que derrocha cada día más alimentos

Desde hace años se promete mucho y se cumple poco. El *hambre cero* se sigue posponiendo y el panorama para la próxima década no es halagüeño. Sin embargo, un tercio de los alimentos producidos en el mundo para consumo humano se pierde o desperdicia anualmente.

La brecha de riqueza-pobreza se agudiza, la sociedad planetaria se polariza, y los seres humanos insuficientemente nutridos llegan casi a los 3 mil millones. 690 millones, es decir uno cada diez habitantes del planeta Tierra, padecen hambre.

Hace cinco años las Naciones Unidas se habían propuesto terminar con este flagelo en el 2030. El horizonte se estira, las apuestas se alejan. La situación internacional lejos de mejorar, empeora. En el último quinquenio, en vez de reducirse los números, 60 millones más de personas engrosaron las filas de los desheredados de la Tierra.

Cinco de las organizaciones onusianas publicaron en la segunda semana de julio, El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo (http://www.fao.org/3/ca9692en/online/ca9692en.html). El planeta sigue grave. Y el COVID-19 no mejora las cosas, pudiendo sumar, según estimaciones, 130 millones adicionales a la categoría de insuficientemente alimentados.

Derecho humano esencial

Tal como lo define el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (el DESC) en su documento de mayo de 1999, “el derecho a la alimentación adecuada se ejerce cuando todo hombre, mujer o niño, ya sea solo o en común con otros, tiene acceso físico y económico, en todo momento, a una alimentación adecuada o a medidas para obtenerla” (https://conf-dts1.unog.ch/1%20SPA/Tradutek/Derechos_hum_Base/CESCR/00_1_obs_grales_Cte%20Dchos%20Ec%20Soc%20Cult.html#GEN12)

Tres años antes, durante la Cumbre Mundial de la Alimentación realizada en Roma, se había acordado dar un contenido más concreto y operacional a dicho derecho reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, y consagrado 18 años más tarde, en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

En el 2000, la Comisión de DDHH de la ONU estableció el mandato de Relator Especial sobre el derecho a la alimentación. Y tres años después, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) estableció un Grupo de Trabajo Intergubernamental que elaboró en 2004 las Directrices Voluntarias en apoyo a la Realización Progresiva del Derecho de una Alimentación Adecuada en el Contexto de la Seguridad Alimentaria Nacional. En síntesis, se trata de recomendaciones que los Estados deben cumplir coherentes con el artículo 11 del Pacto Internacional.

Los expertos en el tema subrayan tres componentes esenciales para asegurar el ejercicio de este derecho en todo el planeta. La disponibilidad de los alimentos ya sea mediante la producción directa (agricultura, ganadería etc.) o bien a través de la adquisición de los mismos en tiendas y mercados.

La accesibilidad, que implica asegurar que todo ser humano (incluyendo niños, enfermos, discapacitados o mayores) pueda tener acceso físico o condiciones para obtener o comprar los productos esenciales. Sin comprometer por ello, la satisfacción de ninguna otra necesidad básica: medicamentos, alquiler, gastos escolares, entre otras.

Y, como tercer elemento y condición absoluta, asegurarse una alimentación realmente adecuada a las necesidades, libre de sustancias contaminantes y culturalmente adaptada a las costumbres de cada grupo social determinado.

Diagnóstico preocupante

En el último lustro el “hambre aumentó al ritmo del crecimiento de la población mundial”, sostiene el estudio elaborado conjuntamente por la FAO, el Fondo Internacional para la Agricultura (FIDA), el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (PAM) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Según su impacto regional, en Asia viven 381 millones de mal alimentados. 250 millones en África y cerca de 48 millones en América Latina y el Caribe. Si de porcentajes se trata, es África el continente más golpeado por este flagelo social, y cuenta casi con un 20 % de su población mal alimentada. 8,3 % en Asia y 7,4% en América Latina y el Caribe. De mantenerse la actual tendencia, más de la mitad de la población africana sufrirá de hambre crónica en el 2030.

El acceso a una alimentación realmente de calidad – incluyendo 2300 calorías y 69 gramos de proteínas diarias- constituye ya un sueño de ricos para casi la mitad de la población mundial. Se calcula que los alimentos sanos son cinco veces más caros si se compara con un régimen a base de carbohidratos que da respuesta solo a las necesidades energéticas.

Su precio está por encima de la noma internacional de la pobreza internacional (definida en 1.90 dólares diarios por persona). Por otra parte, los países con bajos ingresos consumen más alimentos de base y menos frutas, verduras y carnes que los países de ingresos más altos. Una gran parte de la población mundial no cuenta hoy con el mínimo de 400 gramos por persona y por día de frutas y verduras, recomendados por la OMS.

Según el informe de las cinco agencias de Naciones Unidas, las niñas y los niños se encuentran entre las principales víctimas de esta ilógica realidad mundial. El año pasado, 144 millones de menores de 5 años (21,3% del total de los infantes) padecieron un retraso en el crecimiento, 47 millones (6,9%) sufrieron emaciación es decir pérdida involuntaria de más del 10% del peso corporal, y 38,3 millones de sobrepeso debido a la mala alimentación.

Nubarrones sobre América Latina

Para el continente las previsiones tampoco son alentadoras. Según el informe, la situación actual es peor que en el 2015. “Desde entonces nueve millones de personas más viven con hambre”, afectando a un 7,7% de la población total. En perspectiva ese porcentaje llegará al 9,5 en el 2030.

A nivel subregional, las previsiones para 2030 indican tres puntos de aumento en América Central, llegando casi a los 8 millones de víctimas del hambre. Sudamérica superaría, entonces, casi los 36 millones. El Caribe, a pesar de leves avances, no cumplirá con la meta de hambre cero y contaría con 6,6 millones de seres humanos mal alimentados al finalizar esta década.

También son preocupantes los matices intermedios. Casi un 10 % de la población actual sufre de inseguridad alimentaria grave, es decir gente que por diversas razones no cuenta regularmente con alimentos y pueden llegar a pasar uno o varios días sin comer.

Si se introduce la categoría de “inseguridad alimentaria moderada”, casi un tercio de la población latinoamericana y caribeña, es decir 205 millones de personas, la padecen. Se trata de la incertidumbre sobre la capacidad para obtener alimentos lo que las lleva a reducir la cantidad o la calidad de la comida que consumen.

En cuanto al acceso a una dieta realmente saludable, 104 millones de habitantes de la región no lo logran. El precio de 3,98 dólares por día es el más alto del mundo y es 3,3 veces más caro que lo que una persona bajo la línea de la pobreza puede invertir para alimentos.

Derroche criminal

Hipótesis novedosa: el informe concluye afirmando que un cambio global hacia regímenes alimentarios sanos ayudaría no solo a frenar el hambre sino también a lograr enormes ahorros en el plano internacional. Ese cambio es posible asegurando que se haga de “manera durable para las personas y el planeta”.

Las organizaciones especializadas de la ONU calculan que ese cambio de paradigma (de comida chatarra a alimentos sanos) permitiría compensar casi totalmente los costos de salud resultante de una mala alimentación -solo en Estados Unidos se calculan en 1.300 billones de dólares. Y reducir en tres cuartas partes el valor actual del costo social de las emisiones de efecto invernadero ligadas a la producción de alimentos, calculado en 1700 billones de dólares estadounidenses.

Llaman a los gobiernos a integrar la nutrición en sus estrategias agrícolas y a esforzarse en reducir los factores de aumento de los costos en la producción, stock, transporte, distribución y comercialización de alimentos.

Y proponen, además, ayudar a los pequeños productores locales a cultivar y vender productos más nutritivos garantizándoles un acceso al mercado. Recomiendan favorecer el cambio de comportamientos a través de la educación y comunicación e integrar la nutrición en los sistemas de protección social y en las estrategias oficiales de inversiones.

Una reflexión esencial en las líneas de acción futura consiste en reducir gastos debido a la ineficacia, pérdidas y derroches.

La FAO calculaba ya en 2019 que 1.300 millones de toneladas de alimentos humanos producidos cada año se pierden o desperdician (http://www.fao.org/platform-food-loss-waste/es/).

Según la ONG helvética WWF en Suiza representan 2,8 millones de toneladas. Es decir, se derrochan 330 kilos por persona y por año.

En Francia al igual que en México se botan 10 millones de toneladas anuales. En Argentina 16 millones y en Brasil 41 millones de toneladas. La población de Estados Unidos tira a la basura un 30% de los alimentos producidos (unos 400 gramos por día y por persona), en tanto en Europa, como promedio, representa el 20%.

Fuente: https://rebelion.org/hambre-creciente-en-un-mundo-que-derrocha-cada-dia-mas-alimentos/

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La ONU alerta sobre los efectos del coronavirus: desocupación, hambre y terrorismo

Europa/Italia/15/07/2020/Autora: Elena Llorente/Fuente: Pagina12.com.ar

«El virus, como el terrorismo, no respeta fronteras» afirma Antonio Guterres.

Entre 83 millones y 132 millones de personas se agregarán en 2020 a las que ya sufrían el hambre: será consecuencia de la recesión económica provocada por la pandemia.

Desde Roma

Naciones Unidas estima que a causa de la covid 19, el hambre aumentará de modo alarmante en el mundo, agregando un mínimo de 83 millones y un máximo de 132 millones, a los 690 millones de personas que ya padecían hambre en el mundo en 2019, según un informe difundido el pasado lunes.

En el mundo se habla sobre todo de las consecuencias económicas del coronavirus, centrando las preocupaciones en el gran nivel de desocupación generado (la Organización Internacional del Trabajo calcula la pérdida de unos 195 millones de puestos de trabajo a tiempo completo), en la alarmante pobreza y el hambre. Pero el secretario de Naciones Unidas, Antonio Guterres, al inaugurar el 6 de julio en la ONU de Nueva York la Semana contra el Terrorismo, mencionó además la posibilidad de que las debilidades del sistema que han salido a relucir con la pandemia, puedan ser aprovechadas por “formas nuevas de terrorismo” como ataques cibernéticos, bioterrorismo y mal uso de las tecnologías. “Como el virus, el terrorismo no respeta fronteras”, dijo Guterres, señalado que “afecta a todas las naciones y sólo puede vencerse colectivamente”.

Según el Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo, el estudio realizado por distintas instituciones de Naciones Unidas difundido este lunes, los 690 millones de hambrientos de 2019 significan un aumento de 10 millones respecto a 2018. El informe fue difundido pocos días después de que el secretario Guterres presentara el 9 de julio otro documento sobre el impacto del covid-19 en América Latina y el Caribe, aconsejando a los gobiernos a tomar ciertas medidas para la recuperación de la crisis, reduciendo la pobreza, la inseguridad alimentaria y la malnutrición.

Aunque la ONU reconoce que todavía es un poco temprano para establecer los efectos reales de las cuarentenas en los distintos países y de las otras medidas de contención aplicadas, estima sin embargo que los 83/132 millones que se agregarán en 2020 a los que ya sufrían el hambre, serán el efecto de la recesión económica provocada por el coronavirus. Estos datos hacen cada vez más difícil conseguir el objetivo de “Cero Hambre en 2030” que se había propuesto la ONU, dice el informe elaborado entre otros por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Programa Alimentario mundial (PAM) y el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), las tres con sede en Roma, además de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Asia es el continente con más desnutridos (381 millones), seguido por África (250 millones) y América Latina y Caribe (48 millones), dijo el informe ONU. Es necesario aclarar que Asia es el continente con más población (más de 4.600 millones según estimaciones para el 2020), seguido por África (unos 1.300 millones). América Latina y Caribe en torno a los 650 millones de habitantes pero eso no la salva de la pobreza y el hambre. El mayor porcentaje de desnutridos en proporción a la población está en Africa (19,1%), seguido de Asia (8,3%) y América Latina (7,4%), precisó el informe ONU. Si se continúa con esta tendencia, en 2030, África será el lugar donde se encontrará más de la mitad de las personas que sufren hambre en el mundo, añadió.

“La pandemia intensificó la vulnerabilidad y las deficiencias del sistema alimentario mundial”, afectando las actividades productivas, la distribución y el consumo de alimentos. Por eso el estudio llamó a todos los gobiernos a incorporar el tema nutrición en sus políticas agrícolas, tratando de disminuir los costos de la producción, transporte y distribución y apoyando a los productores pequeños y locales para cultivar y vender más alimentos nutritivos, asegurando su acceso a los mercados. La idea es dar prioridad además a la nutrición de los niños, fomentando cambios en la educación y en los medios de comunicación, a fin de favorecerla, pero también facilitar el acceso a dietas saludables que podrán ser diferentes de un país a otro.

En cuanto a América Latina y el Caribe en particular, el documento difundido por la ONU el 9 de julio destacó que la región se ha transformado en un punto de acceso de la pandemia donde los más vulnerables sectores de la población son una vez más los más afectados y mencionando en este sentido a las mujeres, los ancianos, los indígenas, los africano-descendientes, los migrantes y refugiados, entre otros.

“Para Latinoamérica y el Caribe la comunidad internacional debe proveer liquidez (dinero efectivo), asistencia financiera y aliviar sus deudas”, subrayó Guterres al presentar el documento sobre Latinoamérica. “En una región donde las desigualdades se han hecho insostenibles, es necesario desarrollar un sistema de asistencia social accesible a todos”, creando además un sistemas de impuestos equitativo, promoviendo trabajos decentes y reforzando los mecanismos de protección social, fomentando, entre otras cosas, la participación masiva de las mujeres en la vida pública y económica. “Junto podemos superar esta crisis y construir una sociedad sostenible para todos”, concluyó el secretario general de Naciones Unidas.

Fuente e imagen: https://www.pagina12.com.ar/278260-la-onu-alerta-sobre-los-efectos-del-coronavirus-desocupacion

 

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Los bastiones de la convivencia

Por: Roberto Patiño

En Venezuela vivimos graves momentos de caos y colapso. La terrible conjunción de la crisis del país, sometido al modelo destructivo del régimen, y los efectos de la pandemia del covid-19 en lo social y económico, castigan diariamente a los venezolanos.

Los testimonios de líderes y voluntarios en las comunidades hablan de la grave situación que estamos viviendo, en la que el hambre, la hiperinflación, la escasez de combustible, el colapso de servicios básicos y la violencia desbordan a las personas. Una de nuestras líderes nos relata: “La comunidad pasa demasiado trabajo, no hay agua, ni luz. No hay nada que comer, jamás me imaginé tanta hambre, miseria en mi comunidad y mi país”.

En Petare, enfrentamientos entre bandas a principios de mayo se mantuvieron por más de una semana, en medio del silencio y la inacción de cualquier autoridad. Así lo cuenta una de nuestras madres: “Las Hermanas se fueron de la escuela. Los vecinos se han ido. Ventanas partidas. Puertas violentadas. De noche es una boca de lobos. No dejan encender las luces a los que habitan por allí… Yo vivo en medio de las dos zonas… y vemos pasar las balas… ha sido horrible. Mis niños lloran, nos escondemos. Son horas seguidas de angustia”.

La escasez de combustible ha generado graves trastornos. Se testimonia el maltrato de efectivos asignados al resguardo y control de las estaciones de servicio, el tener que hacer colas enormes, desde horas de la madrugada o la noche anterior, sin saber si se recibirá el combustible o no, así como el surgimiento de situaciones ilegales en las que se empieza a establecer un mercado negro de gasolina.

La actual situación del país es la de un régimen que impone un modelo de represión y sometimiento que busca reemplazar cualquier forma de convivencia. El Estado persigue y hostiga, criminaliza y excluye. Incluso acusa a organizaciones que defienden los derechos humanos, como Provea y Cofavic, de ser “enemigos internos”.

Pero frente a esta situación debemos resaltar el esfuerzo que la gente, en comunidades y desde grupos de la sociedad civil, realiza todos los días para mantener vivos los valores convivenciales que son atacados todos los días por el poder. Las personas en la calle,  a pesar de las dificultades y de la violencia, mantienen en sus vidas la luz de la humanidad y el reconocimiento del otro.

Frente a la situación de violencia en Petare, se tomaron medidas para reiniciar actividades cuando cesaran los enfrentamientos. Así los afirma Andrés Schloeter: “Con mucho dolor se tuvieron que retirar temporalmente de la escuela para preservar su seguridad. Sin embargo,  estoy seguro que las hermanas volverán con más fuerza a la escuela, nosotros podremos abrir nuevamente las puertas del comedor y todos juntos continuaremos al servicio de nuestra gente”.

También lo vemos en nuestro trabajo en iniciativas como Alimenta La Solidaridad en la que vecinos se organizan en cadenas humanas de distribución para poder llevar los almuerzos en diversos sectores de una comunidad en medio de la cuarentena. En sectores de Petare como Santa Lucía, los vecinos generan grupos de apoyo para las personas de la tercera edad que no tienen acceso a alimentos y medicinas.

En zonas como La Vega, la voluntad de continuar trabajando es la fuerza impulsora que ayuda a seguir día a día frente a las dificultades. Así lo cuenta uno de nuestros líderes: “Vivo matando tigres, con la moto me rebusco. Hay que ser un varón, y como sea hay que resolver. En Propatria, la gente se está organizando ante tanta tragedia, hambre y miseria. No hay agua, ni luz, el sueldo no rinde, no hay medicamentos. El derecho a la vida está pisoteado. Pero lo que seguimos haciendo por nuestros chamos me mantiene en pie de lucha”.

Estas son solo algunas voces que expresan la voluntad de superación de los problemas, negándose a reproducir la cadena de violencia y subyugación del modelo dictatorial.  Frente a la imposición de la violencia, las personas se convierten en bastiones de convivencia y solidaridad, que desde el ejercicio cotidiano de estos valores significan una esperanza cierta de que podremos atravesar la tragedia que hoy nos embarga.

robertopatino.com

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América Latina en terapia económica

Por: Hedelberto López Blanch

 

La pandemia del coronavirus acabó de destapar los graves problemas que ha provocado la globalización neoliberal con la proliferación de privatizaciones impuestas en América Latina junto a la reducción en los gastos públicos que ha dejado a la gran mayoría de su población en un limbo de necesidades.

Un estudio del Banco Mundial (BM) indica que los efectos de las medidas impuestas para combatir la COVID-19 dejarán una secuela duradera en la economía mundial, debilitando la inversión, la innovación, el empleo, la educación, el comercio, las cadenas de suministro y el consumo.

El organismo asegura que las economías en desarrollo con sistemas de salud débiles y aquellas que dependen en gran medida del comercio mundial, el turismo o las remesas del exterior, así como las que se basan en exportaciones de productos básicos, serán particularmente afectados.

David Malpass, presidente del BM dijo que el alcance y la velocidad con que los cierres económicos han devastado a los pobres en todo el mundo no tienen precedentes en los tiempos modernos y para América Latina auguran una caída de menos 7,2 %.

Otro informe presentado por Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), augura que la caída económica en la región será de -5,3 % (la peor contracción desde 1930), un desplome en el comercio de -15 %, y aumentos en el desempleo, la pobreza y la desigualdad, entre otras consecuencias.

La CEPAL calcula que en 2020 la pobreza en América Latina y el Caribe se elevará al menos 4,4 % (28,7 millones de personas) comparado con el año anterior, lo que llevará a 214,7 millones de personas a sobrevivir en situación de pobreza (34,7 % de la población regional).

A grandes rasgos, cinco de las mayores economías regionales caerán en picada: Brasil, México, Argentina, Chile y Perú.

En las dos mayores, Brasil y México la baja será de -8 % y -7,5 %, respectivamente; en Argentina -7,3 % (ya sufría una profunda crisis por la peyorativa gestión de la administración de Mauricio Macri que dejó a la nación completamente endeudada).

La cifra de Chile, país que también padece las consecuencias del régimen neoliberal de Sebastián Piñera,   bajará -10 % y Perú, -12 %, estima el Banco Mundial.

Son varias las causas que han llevado a América Latina a esta asfixiante situación y la principal ha sido la imposición de las políticas neoliberales que han enriquecido a unos pocos en detrimento de millones de pobladores; la proliferación de la privatización de activos y empresas estatales y la poca voluntad política de las capas dirigentes que se adueñaron del poder en algunos países bajo la orientación y las directivas emanadas desde Washington.

Brasil, desde que fue derrocada Dilma Rousseff por un golpe de Estado parlamentario, las capas pudientes se adueñaron de la nación y hasta eliminaron los programas sociales encausados por los gobiernos de Inacio Lula da Silva y de Rousseff que sacaron a millones de brasileños de la pobreza.

También clausuraron el Más Médico mediante el cual cerca de 20 000 especialistas cubanos atendieron durante cinco años a 113 359 000 pacientes en más de 3 600 municipios brasileños. Ahora la situación se ha revertido y el gigante sudamericano presenta la tasa más alta de infección por coronavirus con alrededor de 810 000 y 43 000 fallecidos.
México, donde los funcionarios de gobiernos anteriores se dedicaron a desbancar al erario público y acumular riquezas personales, sufre ahora las consecuencias de esas políticas con deficientes sistemas de salud para atender a los enfermos por la covid-19.

La actividad económica chilena cayó un 15,5 % en mayo mientras que en el segundo trimestre el PIB del mayor exportador mundial de cobre retrocedió un 13 %, mientras persisten las amenazas de nuevas manifestaciones por las rancias políticas contra la seguridad social y los constantes desempleos provocados por las malas gestiones de Piñera, quien en contraposición ha incrementado su capital a más de 2 800 millones de dólares.

La pandemia también ha colapsado a las economías de Perú, Ecuador y Colombia sobre todo por la paralización de las actividades y la desatención histórica de los diferentes gobiernos a la salud pública por lo que no han podido contrarrestar el avance de la epidemia.

La propagación de la pandemia sin que se haya podido controlar, el abaratamiento de las materias primas (fuente principal de divisas para estos países); deterioro financiero; impedimento para obtener nuevas inversiones extranjeras; la baja en la entrada de remesas y la crisis global aparecen como otras causas que influyen en la estrepitosa caída de la economía regional.

La privatización de la salud pública por la adopción de sistemas neoliberales ha hundido en un verdadero caos a muchas naciones de América Latina sin que Estados Unidos, su máximo propulsor y que aún la mira como su patio trasero, haya intentado ayudarla pues el propio régimen de Donald Trump se encuentra en un enorme atolladero con su sistema de salud colapsado por las privatizaciones que lo han colocado en el centro de la pandemia mundial con 2 200 000 contagiados y más de 116 000 fallecidos.

Latinoamérica necesita un cambio de sistema para el bienestar de sus habitantes pues como ha quedado demostrado, las leyes del mercado no pueden resolver el hambre y la miseria que ha dejado el neoliberalismo.

 

Fuente :  https://www.tercerainformacion.es/opinion/opinion/2020/06/18/america-latina-en-terapia-economica

Imagen: https://pixabay.com/

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Mundo: El hambre, la otra amenaza para América Latina

Mundo/América Latina y el Caribe/Autor(a) y Fuente: lahora.com.ec

Con la pandemia, 83,4 millones de de latinoamericanos terminarían este año con inseguridad alimentaria.

Redacción SANTIAGO DE CHILE

EFE

La población en condiciones de pobreza extrema en América Latina y el Caribe podría llegar a 83,4 millones de personas en 2020, producto de la crisis provocada por la pandemia del Covid-19, lo que implicaría un alza significativa en los niveles de hambre, advirtieron la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Por el aumento del desempleo y la caída en los ingresos, millones de personas no pueden adquirir suficientes alimentos, y muchas otras están teniendo que optar por alimentos más baratos y de menor calidad nutricional.

Tras siete años de lento crecimiento, América Latina y el Caribe podrían ver la mayor caída del PIB regional en un siglo (-5,3 %), lo que traerá en 2020 un aumento de la pobreza extrema de 16 millones de personas con respecto al año anterior, alcanzado los 83,4 millones en total antes mencionados.

El impacto sobre el hambre sería muy significativo, tomando en cuenta que en 2016-2018 ya había 53,7 millones de personas en inseguridad alimentaria severa en América Latina.

Opciones para mejorar

Para combatir este problema, las entidades proponen  un bono contra el hambre a toda la población en situación de pobreza extrema, una opción tiene un costo estimado de 23.500 millones de dólares, equivalentes al 0,45 % del PIB regional.

«La gran tarea que tenemos por delante es impedir que la crisis sanitaria se transforme en una crisis alimentaria. Para ello proponemos complementar el Ingreso Básico de Emergencia (IBE) -sugerido en mayo- con la entrega de un Bono Contra el Hambre (BCH)», indicó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, durante la presentación del informe ‘Cómo evitar que la crisis del COVID-19 se transforme en una crisis alimentaria: Acciones urgentes contra el hambre en América Latina y el Caribe’.

14 millones de personas sufren de hambre en América Latina y el Caribe.Por su parte, el representante regional de la FAO, Julio Berdegué, señaló en el mismo evento, que tuvo lugar desde Santiago de Chile de manera telemática, que América Latina corre el riesgo de «tener un retroceso histórico en la lucha contra el hambre».

Por otro lado, para los productores del sistema alimentario, ambos organismos plantean un incremento de al menos un 20% de la cartera promedio de créditos de los últimos tres años, que sumaría alrededor de $5.500 millones, para créditos en condiciones favorables que sean financiados por una línea especial de la banca multilateral y de las bancas de desarrollo.

El decálogo de medidas también incluye una propuesta para fortalecer los programas de alimentación escolar para garantizar el alimento de los niños y adolescentes, programas que para muchos menores son su sustento básico y que antes de la pandemia llegaban más de 80 millones de escolares.

Fuente e Imagen: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102320724/el-hambre-la-otra-amenza-para-america-latina

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Entrevista a Vandana Shiva: “Con el coronavirus Bill Gates lleva a cabo sus planes respecto a la sanidad”

Por: Barnabé Binctin y Guillaume Vénétitay

Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

Foto: Vandana Shiva © Romain Guédé

Entrevista a la ecologista india Vandana Shiva, figura de la lucha contra los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) y muy crítica con el “filantrocapitalismo” que encarnan sobre todo Bill Gates y su Fundación.

En su última obra publicada el pasado otoño 1 %, reprendre le pouvoir face à la toute-puissance des riches [1 %, retomar el poder frente a omnipotencia de los ricos] (editado por Rue de l’échiquier, 2019) Vandana Shiva define de la siguiente manera el “filantrocapitalismo”: “El filantrocapitalismo […] tiene poco que ver con la caridad o con hacer donaciones, más bien tiene que ver con el beneficio, el control y el acaparamiento. Se trata de un modelo económico de inversión y de un modelo político de control que asfixian la diversidad, la democracia y las soluciones alternativas, y que atribuyendo ayudas financieras ejercen una dominación y proporcionan nuevos mercados y monopolios a los multimillonarios”. Bill Gates, la segunda fortuna mundial, simboliza este “filantrocapitalismo”. Su Fundación Bill y Melinda Gates, su principal instrumento para las donaciones, está muy activa en India. Su visibilidad mediática frente a la crisis actual y los millones que ha invertido en la investigación de una vacuna la convierten en un objetivo privilegiado de las teorías de la conspiración. No obstante, conviene preguntarse (y criticarlo) por este nuevo poder que ha adquirido el fundador de Microsoft junto a otros multimillonarios como Jeff Bezos (Amazon, primero fortuna mundial), Mark Zuckerberg (Facebook, séptima fortuna mundial) o, en Francia, Bernard Arnault (LVMH, tercera fortuna mundial). Un nuevo poder que está lejos de ser muestra de una generosidad desinteresada.

Esta entrevista, que se realizó antes de que apareciera esta pandemia, se ha actualizado con dos preguntas al principio a las que Vandana Shiva respondió por correo electrónico el 7 de mayo.

Basta ! : ¿Cómo analiza la crisis del COVID-19? ¿Se puede hablar de crisis ecológica?

Vandana Shiva : No estamos ante una sola crisis, hay tres que intervienen simultáneamente: la del COVID-19, la de los medios de subsistencia y, de rebote, la del hambre. Son las consecuencias de un modelo económico neoliberal basado en el beneficio, la avidez y una globalización que llevan a cabo las multinacionales. Esta situación tiene un fundamento ecológico: por ejemplo, la destrucción de los bosques y de sus ecosistemas favorece la aparición de nuevas enfermedades. Estas tres crisis llevan a la creación de una nueva clase, la de las personas a las que denomino “las dejadas a su suerte”, explotadas por el neoliberalismo y la emergencia de dictaduras digitales. Hay que tomar conciencia de que la economía dominada por el 1 % no está al servicio del pueblo y de la naturaleza.

¿Puede la crisis del coronavirus reforzar, precisamente, el poder de este “1 %” y de los “filantrocapitalistas” como Bill Gates, figura central de su libro?

Esta crisis confirma mi tesis. Bill Gates lleva a cabo sus planes de salud, agricultura, educación e incluso de vigilancia. Durante 25 años de neoliberalismo el Estado se ha transformado en Estado-empresa y ahora se observa una transformación en un Estado de vigilancia apoyado por el filatrocapitalism. Este 1 % considerá inútiles al 99 %: su futuro es una agricultura digital sin campesinos, unas fábricas completamente automatizadas sin trabajadores. En estos tiempos de crisis del coronavirus tenemos que oponernos, e imaginar nuevas economías y democracias basadas en la protección de la tierra y de la humanidad.

Usted equipara este control con una nueva forma de colonización e incluso califica a Bill Gates de “Cristóbal Colón de los tiempos modernos”, ¿a qué se debe esa comparación?

A que Bill Gates no hace otra cosa que conquistar nuevos territorios. No es simplemente filantropía, en el sentido de un don a la colectividad, como siempre ha existido en la historia. En realidad son inversiones que le permiten crear unos mercados en los que Gates adquiere unas posiciones dominantes. En el capitalismo hay unos interlocutores que hacen beneficios, pero con la filantropía Bill Gates dona algunos millones ¡pero acaba por tomar el control de instituciones o sectores que valen varios miles de millones! Esto se ve claramente en la sanidad o la educación, que él contribuye a privatizar y a transformar en verdaderas empresas.

También es el caso de la agricultura en la que Bill Gates utiliza las tecnologías digitales como nuevo medio para hacer entrar las patentes. La primera generación de OGM, que se suponía iba a controlar los parásitos y las malas hierbas, no ha cumplido sus promesas, pero Bill Gates continúa poniendo dinero para financiar la edición del genoma, como si la vida no fuera más que un copiar y pegar, como en Word. Impulsa esta técnica e incluso ha creado una empresa especialmente para ello, Editas. Bill Gates quiere jugar a ser el amo del universo imponiendo una sola y única forma de hacer las cosas: una sola agricultura, una sola ciencia, un solo monocultivo, un solo monopolio. Es también lo que trata de hacer ala abordar el problema del cambio climático.

¿Cómo?

Promueve su solución: la geoingeniería, que es la modificación a propósito de las condiciones meteorológicas y del clima. Es una idea estúpida, no es ecológica y es completamente irresponsable porque ataca la luz solar para hacer mecánicamente un “enfriamiento planetario”. El problema no es el sol, que nos es indispensable, sino los combustibles fósiles y nuestro sistema industrial y agrícola. Habla a todos los jefes de Estado de la geoingeniería. Recuerdo sobre todo la COP 21 (Conferencia sobre el Cambio Climático) en París en 2015, en la que estaba por todas partes. Era increíble, estaba en el escenario con los jefes de Estado, se comportaba como si fuera el cabeza de cada gobierno. Nunca había visto algo parecido en 40 años de carrera en las instituciones de la ONU, es una auténtica transformación.

¿Diría usted que ahora es más poderoso que algunos Estados o instituciones internacionales como el FMI o el Banco Mundial?

Es mucho más poderoso. Cuando el Banco Mundial quiso financiar la presa de Sardar Sarovar en India a finales de la década de 1980 hubo protestas y el BM acabó por recular [Narendra Modi inauguró la presa en 2017 gracias a otros circuitos de financiación y se convirtió en la segunda presa más grande del mundo, ndlr]. La impunidad del Banco Mundial tiene sus límites, no se puede librar de sus responsabilidades, mientras que Bill Gates, por su parte, sigue evitando los obstáculos, siempre. Aunque fracase en un lugar, tratará de desregularizar en otro.

Me he dado cuenta de que lo que logramos detener en India Bill Gates lo financió para implantarlo en otro lugares, como los OGM: por ejemplo, en 2010 Monsanto trató de introducir una berenjena OGM. India ha sido un terreno de experimentación para desarrollar nuevas tecnologías destructoras. El ministro de Medioambiente organizó audiciones públicas para saber qué opinaban de ello los campesinos, los consumidores y los científicos. Siempre digo que es la primera vez que una verdura era objeto de un debate democrático profundo…

La berenjena OGM se prohibió a raíz de estas consultas, pero Bill Gates encontró después un medio de financiarla y promoverla en Bangladesh. Ahora bien, si se aprueba en Bangladesh, inunda obligatoriamente India puesto que se trata de una frontera no controlada. Ahora Bill Gates la emprende con África, donde mete miles de millones de dolares para promover una nueva revolución verde, con productos químicos y OGM, y obligando a los países africanos a cambiar sus leyes para autorizar estas semillas.

¿Cómo explica semejante poder hoy en día?

Gates ha creado e invertido 12 millones de dólares en la Cornell Alliance for Science, que se presenta como una institución científica, pero que no es sino un órgano de comunicación. Cada vez que hay un debate, trae a esta “institución” que elabora una propaganda engañosa a favor de la biotecnología. Como es Bill Gates, el New York Times y CNN hablarán de ello y le dedicarán la portada… Para él la filantropía es solo un pretexto, a través de ella favorece sus propios intereses e influye en las políticas gubernamentales. Es una forma muy inteligente de entrar en el juego sin plegarse a sus normas, porque si una empresa dijera a un gobierno “aquí está mi dinero, haz esto”, no funcionaría, con toda seguridad se echaría a la empresa. Bill Gates, en cambio, juega con su imagen. La gente todavía lo ve a través de Microsoft, como un genio y un gigante de la informática. Sin embargo, hay ingenieros brillantes que lo han hecho mucho mejor y han luchado para mantener softwares de libre acceso y un Internet abierto, al contrario que él. Bill Gates no es un inventor, ha introducido las patentes y así es como ha levantado su imperio.

En su libro insiste también en la utilización de la tecnología y de los algoritmos…

Se ha elevado la tecnología al rango de religión. Se ha convertido en la religión del 1 %, del mismo modo que en Estados Unidos la cristiandad dio legitimidad al 1 % de la época para exterminar al 99 % de las personas amerindias en nombre de la “misión civilizadora”. Actualmente hay millones de personas a las que se quiere “civilizar” con estas nuevas herramientas de comunicación o de pago. Por otra parte, la tecnología es algo más que una herramienta. Es un instrumento de poder muy poderoso para reunir información que después se puede manipular para diferentes propósitos. Estas tecnologías se utilizan a diario, pero son sobre todo otra forma más de controlar.

También detrás de esta revolución digital encontramos a Bill Gates. Por ejemplo, ¡desempeñó un papel fundamental en la desmonetización de India! Obviamente, hacer desaparecer el dinero en efectivo para desarrollar las transacciones digitales es una forma de acelerar la revolución digital de la que él se beneficia. Ahora bien, de la misma manera que las patentes de las semillas son un intento deshonesto cuyo objetivo es poner a los agricultores “fuera de la ley” al declarar ilegal el guardar las semillas, la “desmonetización” perturba directamente las prácticas económicas de la mayoría, que representa el 80 % de la economía real de India. Es una forma de dictadura tecnológica. En ninguno de los dos casos el resultado de ello es una elección soberana del pueblo indio.

Y al mismo tiempo la gente acaba votando en las urnas a los representantes de esta política del 1 %, como, por ejemplo, en India donde Narendra Modi fue reelegido por un amplio margen el año pasado. ¿Es como si hubiera una nueva forma de “servidumbre voluntaria”?

¡Ya no estamos realmente en una democracia electoral honesta, donde la gente vota con pleno conocimiento y conciencia de lo que está en juego! Hoy en día los algoritmos conforman en gran medida al sistema electoral. En las últimas elecciones en India se autorizó a las empresas y a los particulares a hacer donaciones anónimas a los partidos políticos, lo que significa que las mayores empresas del mundo pudieron financiar las elecciones, algo que hasta entonces era ilegal. El resultado de ello es que la gran mayoría de estas donaciones llegaron a las arcas de un solo partido [el BJP, la derecha nacionalista, actualmente en el poder, ndlr]. Las elecciones indias costaron más caras que las estadounidenses, a pesar de que India está lejos de ser un país rico. Por consiguiente, podemos preguntarnos de dónde viene ese dinero… Es imposible tener una democracia honesta y funcional si el pueblo ya no vota de forma soberana. Todo el reto político para el 1 % es esta pérdida de autonomía, en todos los ámbitos.

La elección del término “1 %” puede parecer un tanto simplista, ¿por qué le parece un término apropiado hoy en día?

El 1 % es en sí un valor aproximativo, yo hablo sobre todo de unos pocos multimillonarios que controlan la mitad de los recursos del planeta. Estos miles de millones van directamente a unos fondos de inversión. Antes las entidades más grandes eran algunas empresas: Monsanto, Coca-Cola… Hoy son enanas. Son propiedad de los mismos fondos de inversión: BlackRock, Vanguard, etc. En realidad hay una sola economía, la del 1 %. Ellos son quienes destruyen, los demás, el 99 %, está excluido. Son los parados de hoy y de mañana, los campesinos desarraigados, las mujeres a las que se deja de lado, los pueblos indígenas a los que se asesina. Las personas que conforman el 99 % no son las responsables, son las víctimas. El 1 % es el responsable de los daños. Y nombrar a este “1 %” es formar un “nosotros” que, juntos, puede pedirles cuentas. Tenemos el derecho, el deber y el poder de hacerlo. Es una invitación a la solidaridad y a la acción. Es necesario que el 99 % se alce.

Fuente e Imagen: https://rebelion.org/con-el-coronavirus-bill-gates-lleva-a-cabo-sus-planes-respecto-a-la-sanidad/

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Sonnia España en Ecuador: «Aquí tenemos otra pandemia, la pandemia del hambre»

Por: Rebelion.org.

En la décima quinta entrega de la serie, la activista afroecuatoriana Sonnia España denuncia las carencias económicas que sufre su comunidad como resultado del racismo estructural y cultural: «No educarse es una nueva forma de esclavitud». Reafirma los principios de su organización, la Agrupación Afroecuatoriana de Mujeres Progresistas: «Buscamos la autonomía y el empoderamiento económico que nos permita hacer frente a la violencia de género, el racismo, la discriminación y la exclusión del Estado».

¿Podría comentarnos sobre su actividad en la comunidad?

Vivo en el sector Nigeria de la Isla Trinitaria donde trabajo con dos organizaciones: la Agrupación Afroecuatoriana Mujeres Progresistas (AAMP) y África Mía, emprendimiento por la economía popular y solidaria para el turismo comunitario. En este momento, tuvimos que cerrar las dos organizaciones por la cuarentena. Pero hemos organizado un comedor para proveer alimento a las familias más necesitadas. Hay unas 4.800 familias en el sector Nigeria y la mayoría no tiene trabajo.

Página del folleto de presentación de AAMP y África Mía. Cortesía de Sonnia España.

¿Cómo funciona el comedor?

Proveemos -con ayuda de la empresa Khare- 150 almuerzos por día en la Cooperativa Independencia 2 (sector Nigeria) y luego quisiéramos ir ampliando a otras cooperativas. Cocinamos los almuerzos, los empacamos y los distribuimos casa por casa. Ahora estamos trabajando ocho o más mujeres en la limpieza, cocina y reparto. Los platos son arroz con camarón, locro y otras comidas. Por ahora, la comida es para los niños, las personas de la tercera edad y las personas con discapacidades Esperamos ampliar la cantidad de platos por día y llegar a más gente…

Sonnia España con una familia de la cooperativa Independencia 2, sector Nigeria, Isla Trinitaria.

¿Cómo los ha afectado el coronavirus en el sector Nigeria de la Isla Trinitaria?

Aquí no tenemos coronavirus. Aquí tenemos otra pandemia, la pandemia del hambre. A este hambre se le suma que no hay qué vender con el Quédate en casa. Un 95% de la gente son trabajadores informales, no tienen ningún ingreso en este momento. Y del 5% que tiene un empleo fijo, algunos lo han perdido. Mi hijo trabajaba en la empresa eléctrica y ¡hace tres días lo botaron del trabajo!

¿Podría contarnos sobre su vida? ¿Cuáles fueron sus motivaciones principales para trabajar en su comunidad? ¿Nació en Guayaquil?

Yo soy nacida en el cantón Eloy Alfaro de la provincia de Esmeraldas. Cuando tenía seis años mi madre me mandó a vivir con una tía en Guayaquil, hace 46 años. Desde entonces, pasé por muchas cosas difíciles. Me casé, mejor dicho, me escapé al puro estilo esmeraldeño con mi novio [Ríe]… después me separé cuando me di cuenta de que mi vida no era normal (por la violencia). Cuando conocí mis derechos, quise ponerlos en práctica. Más tarde, conocí a mi actual pareja con la que llevamos 15 años… entonces, yo ya había aprendido a defender mis derechos como mujer.

En 1999 un grupo de mujeres negras formamos la Agrupación Afroecuatoriana Mujeres Progresistas en el sector Nigeria del barrio Isla Trinitaria, al sur de Guayaquil. Queríamos mejores oportunidades de vida para nuestras familias. Trabajamos para fortalecer las relaciones humanas y la vida comunitaria -pues uno de los retos era vencer el individualismo. Otro reto era fortalecer nuestra identidad étnica, en lo cultural y en lo político como ciudadanas afroecuatorianas. Buscamos la autonomía y el empoderamiento económico que nos permita hacer frente a la violencia de género, el racismo, la discriminación y la exclusión del Estado. Recién en esa época empezamos a entender la violencia de género, la violencia sexual, como un problema. Antes la veíamos como algo «normal». Queríamos capacitarnos y tener autonomía para desarrollar nuestros emprendimientos y hacer frente a la violencia (doméstica y externa).

Aprendimos a tener autoestima y sentirnos orgullosas de ser afroecuatorianas.

Después formamos África Mía que ya tiene 19 años. Es decir, Mujeres Progresistas es una organización social y África Mía es una organización de servicios: tenemos un restaurante de cocina tradicional, salones de belleza afro, talleres de costura y turismo comunitario. Además de una caja de ahorro y crédito para apoyar los emprendimientos de las integrantes. Cuando formamos África Mía éramos 89 mujeres y ahora contamos con la participación activa de 286 mujeres jefas de hogar.

Página del folleto de presentación de AAMP y África Mía.

¿Ha tenido algún efecto positivo el Decenio Afrodescendiente para disminuir el racismo en Ecuador?

El racismo no es solo estructural sino también cultural. Si eres negro, eres ladrón, según piensa mucha gente en Ecuador. Para romper con ese pensamiento, hace falta cambiar las estructuras, ofrecer oportunidades de educación y de trabajo. Que se haga justicia y se reconozca el aporte de los negros en la historia de este país. Nada de eso sucedió con el Decenio Afrodescendiente declarado por la ONU (2016) y refrendado por Ecuador. Solo quedó en papeles.

Los afrodescendientes somos el 7,4% de los ecuatorianos y no nos quieren ver.  Nos hacen falta organizaciones, no estamos organizados. No tenemos trabajo. No tenemos educación. Y vivimos en una sociedad con el estereotipo de que todos los negros son ladrones. Sin embargo, hubo algunos avances. Hoy hay algunos policías negros, por ejemplo. Y la gente tuvo que aprender a tolerarnos…

¿En las escuelas públicas del sector hay algún maestro o alguna maestra afrodescendiente?

No hay ni un solo maestro negro en las dos escuelas públicas del sector. Los maestros vienen de afuera de la comunidad. No entienden culturalmente a los chicos.

¿Cuáles son las posibilidades de que una o un adolescente afrodescendiente de este sector vaya a la universidad?

Aquí hay miles de jóvenes y es raro que alguien vaya a la universidad. Los jóvenes quieren ir, como mi propia hija, pero les dicen que no hay cupo. Mi hija aplicó varias veces, quiere estudiar Sociología, pero la respuesta es siempre la misma: NO hay cupo. Si le siguen negando la educación, terminará siendo otra madre soltera de este barrio.

No educarse es una nueva forma de esclavitud. Durante la pandemia se ha agravado porque aquí NADIE tiene computadora. Y el acceso al internet no es bueno. La educación por internet, para nosotros significa NO educación.

¿Cuáles serían las causas principales de la situación crítica que se vive en los barrios de Guayaquil?

Si nosotros entendiéramos como comunidad cuáles son nuestros derechos, iríamos a reclamar para conseguir que se cumplan nuestros derechos. Pero no lo hacemos. Y tenemos un gobierno municipal que lleva 30 años en el poder y no hace nada. En Monte Sinaí no tienen ni agua siquiera. Aquí el municipio no ha hecho alcantarillado ni otras obras básicas. Al principio de la temporada invernal* no hicieron fumigaciones contra el dengue, por ejemplo. En este sector falta todo.

Con el gobierno nacional, igual. Lo votamos a Moreno porque teníamos  muchas expectativas;  pensamos que tendría otra sensibilidad hacia nuestras comunidades. Lo cual no fue así.

Mencionó el dengue, que es endémico en la Costa. ¿Cómo es la situación?

Hay una epidemia increíble de dengue en nuestro sector.  Yo estuve muy enferma, al igual que mi familia y muchos vecinos. Yo creí que me moría, y para colmo los síntomas de dengue son muy parecidos a los de COVID-19: fiebre, dolores musculares, problemas respiratorios. Estuve muy mal. Hace cinco años tuve un derrame cerebral; perdí parte de la movilidad del brazo derecho y todavía me queda algo de dificultad para hablar. Además, soy diabética e hipertensa -dos agravantes que me ponen en situación de riesgo a mi edad

No podía respirar. Y no podía ir a un hospital. No tenemos atención médica aquí. Por suerte, me atendió por teléfono una familiar médica que vive en Esmeraldas. Y me recetó los remedios que me curaron. Y los mismos tomaron mis familiares y vecinos. Así nos curamos. ¡Y recién ayer, al fin del invierno, pasaron fumigando por primera vez contra el mosquito del dengue!

Sonnia, antes de terminar y dejarle continuar con sus actividades, quería preguntarle sobre su bella túnica. ¿Fue hecha en Ecuador?

Fue hecha en el taller de costura de nuestra organización África Mía. Pensamos que para fortalecer nuestra identidad cultural era importante desarrollar una vestimenta propia, que nos exprese al igual que la música o la gastronomía. Nosotras nos elaboramos los trajes con telas de estampados africanos que compramos en Colombia. Hacemos los diseños y elaboramos los trajes para hombres y mujeres, y también los turbantes.

Sonnia impartiendo un taller, previo a la cuarentena.

Nota: * la temporada de lluvia con altas temperaturas, cuando se propaga el mosquito vector del dengue, se inicia en diciembre y finaliza en mayo; se llama popularmente «invierno», o temporada invernal.

«Voces de Guayaquil, epicentro de la pandemia en Ecuador» consiste en una serie de entrevistas a residentes días posteriores a que su ciudad estuvo en la primera plana de los noticieros internacionales por los muertos sin sepultura y sus familiares clamando por ayuda a un Estado aparentemente inexistente. Trabajadores, artistas, estudiantes, docentes comparten sus vivencias desde la ciudad que es el centro económico y financiero del país y que paradójicamente también es la ciudad con mayor concentración de pobreza. Se estima que un 17% de los 2.700.000 habitantes de la urbe viven en condiciones de pobreza. Recostada sobre las aguas terrosas del río Guayas, con un clima muy cálido y húmedo que no hace mella en la actividad intensa y el carácter hospitalario y amable de sus habitantes, Guayaquil tiene la mayor densidad de población del país y el sistema de transporte público con más usuarios. Estos elementos junto a las profundas deficiencias del sistema de salud pública nacional cuyo presupuesto fue reducido un 36% en el último año y la desorganización del gobierno municipal son factores que ayudarían a explicar por qué la ciudad concentra el 70% de los casos de COVID-19 en Ecuador y la mayor cantidad de contagios per cápita en toda América Latina.

Fuente de la entrevista: https://rebelion.org/aqui-tenemos-otra-pandemia-la-pandemia-del-hambre/

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