Por: Emilio Nieves Torres.
La Secretaria de Educación que más nos ha costado en toda la historia de la educación en Puerto Rico es la que no ha sido educada en ninguna escuela pública ni privada de Puerto Rico. Tampoco ha estudiado en alguna universidad del país. Al no ser estudiante, ni maestra en Puerto Rico, carece de la experiencia y la formación educativa enmarcada en la cultura puertorriqueña. No basta con hablar español.
El gobernador Ricardo Rosselló nos sorprendió a todos cuando nombra a una persona estadounidense, desplazando a cualquier puertorriqueño(a) que podía ocupar esa posición. Hasta los que elaboraron la parte de Educación en el Plan para Puerto Rico quedaron marginados.
El Gobernador ha sido y es su principal protector. Incluso, contrario a la opinión pública, califica su trabajo durante la emergencia del huracán María como excelente. ¿Por qué? ¿Cuál es la agenda? ¿Cuál es la estrategia?
Poco a poco ha sido evidente que su nombramiento responde a darle continuidad a la agenda de la pasada administración, pero de forma más agresiva: cierre y privatización de escuelas. La estrategia es aparentar la despolitización de la agencia y que la visión estadounidense de la educación que tiene Julia Keleher sea complementaria a los esfuerzos de federalizar más nuestro sistema educativo, lo cual puede complementar los esfuerzos ideológicos de lograr la estadidad.
En una entrevista radial en la cual le preguntan cómo cataloga a su personal de confianza, Keleher contestó: “Hubiese sido más fácil si fuera posible de que yo trajera de los Estados Unidos gente con la experiencia, como la tengo yo, de cómo se mueve, cómo se monta y cómo se puede transformar el Sistema.” Luego, añadió que no fue así y “acepté el reto.” Hay que reconocer su honestidad en la respuesta, pero también la motivación de un salario de $250, 000 al año.
En ocasiones Julia Keleher ha mencionado el concepto LEA (Local Educational Agency) y argumentaba que para el reinicio de clases iba a implantar el concepto (en medio de la emergencia) para que cada Región Educativa decidiera iniciar las clases cuando el 80% de las escuelas estuviesen listas. Éstas y otras medidas erráticas (como CSA) chocaron con las escuelas de la comunidad que reclamaron romper con la burocracia y abrir las escuelas.
La Secretaria de Educación tuvo que recurrir a lo que las organizaciones magisteriales no patronales y las comunidades escolares plantearon. El proceso era conocer el estado de situación de las escuelas e iniciar el proceso de recuperación de las escuelas con la participación de directores, maestros, padres, estudiantes y la coordinación interagencial (Oficina para el Mejoramiento de las Escuelas Públicas, Autoridad de Edificios Públicos, Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, Autoridad de Energía Eléctrica y otras. Si se hubiese seguido esta ruta desde el inicio, nuestros estudiantes no hubiesen perdido entre 15 a 30 días de clases.
La gran lección para Julia Keleher y el Gobernador es que las comunidades escolares y la diversidad de organizaciones en el Departamento de Educación tienen mucho que aportar en el proceso de reconstrucción y transformación del sistema educativo. Quien no está dispuesto a aprender de las comunidades escolares y ejercer un liderato democrático, no puede dirigir el Departamento de Educación.
Fuente: https://www.elnuevodia.com/opinion/columnas/lavisionkelehersobrelaeducaciondepuertorico-columna-2374979/
Imagen: https://samcaraballo.files.wordpress.com/2017/01/julia-keleher-2.jpg