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Estados Unidos: El estudio más grande que se ha hecho jamás sobre la orientación sexual humana concluye que ésta no está genéticamente determinada

Redacción: Xataka

«Me complace anunciar que no existe un gen gay«. Era octubre de 2018 y Andrea Ganna hablaba en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Genética Humana. Habló mucha gente en esa convención, pero ni esa frase, ni esa ponencia era una más.

La homosexualidad es, no hace falta que lo diga, uno de los temas de nuestra época. Y lo que Ganna estaba exponiendo en aquel escenario pretendía ser una pieza clave en la comprensión del misterio biológico que hay detrás del comportamiento, la identidad y la orientación sexual humana. Pero, claro, afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias y hoy, por fin, Science publica esas pruebas.

Sí, la orientación sexual es heredable…

Russn Fckr Krv5as4jdja Unsplash

Aunque la genética del comportamiento sexual no heterosexual está relativamente poco estudiada, los estudios que se han realizado han dejado claro que este tipo de comportamientos, orientaciones e identidades era heredable en parte. O lo que es lo mismo, que el comportamiento sexual con parejas del mismo sexo estaría parcialmente influenciado por variantes genéticas.

¿Qué hay detrás del aparente "conflicto" que supone que la homosexualidad haya "sobrevivido" a la evolución?
No es raro. Los estudios con gemelos han mostrado una heredabilidad del 30 o el 40%. Un nivel de heredabilidad muy similar al de otros rasgos relacionados con el comportamiento de las personas o su personalidad. Para que nos hagamos una idea, la extroversión o el número de años que una persona pasará en la escuela tienen una heredabilidad similar.

…pero no tanto como se pensaba (o se quería pensar) hace unos años

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Sin embargo, y por eso mismo, que la homosexualidad sea heredable en esos términos no quiere decir casi nada. Más en un contexto como el de las últimas décadas en la que muchos políticos, activistas e intelectuales pensaban que la genética era la mejor baza para sacar lo LGBTI del armario social en el que se encontraba.

The Advocate, una revista norteamericana lgtb, publicó en 1996 una encuesta entre sus lectores que decía que el 61% creía que «sería de una gran ayuda para los derechos gays si la homosexualidad se demostrara como biológicamente determinada«. Por eso, cuando en 1993, un pequeño estudio genético sugirió que un tramo de ADN en el cromosoma X estaba relacionado con la homosexualidad hereditaria. Las técnicas aún eran muy imprecisas, pero no hacía falta más.

Las cosas han cambiado mucho en estas tres décadas y buena parte del movimiento LGTBI se ha emancipado de la ‘falacia naturalista‘ que envolvía esas posiciones. Ya pocos buscan ese «gen gay» que determine la orientación sexual de los niños desde el momento de la concepción.

No obstante, la afirmación de Andrea Ganna seguía siendo, para muchos todo un torpedo en la línea de flotación de parte de los consensos científicos y sociales en torno a la homosexualidad de las últimas tres décadas. Con los datos en la mano, la sexualidad es algo mucho más complejo de lo que podríamos esperar.

El estudio explicado en 5 minutos

Louis Reed Pwckf7l4 No UnsplashLouis Reed

Ganna reunió un equipo internacional de investigadores que incluía a científicos del MassGeneral de Harvard, la Universidad de Cambridge, el Instituto Karolinska o 23andMe que fuera capaz de hacer dos cosas distintas. La primera, reunir los datos suficientes para que el estudio tuviera entidad. No solo necesitaban información genética, también necesitaban información sobre el comportamiento, la orientación y la identidad sexual de esos «perfiles genéticos».

Es decir, no era fácil. Pero, al final, fueron capaces de reunir más de 470,000 muestras de ADN de varios bancos como el UK Biobanck, 23andMe y tres estudios longitudinales que se han desarrollado en Estados Unidos y Suecia.

La segunda tarea era diseñar un estudio que fuera capaz de encontrar marcadores genéticos asociados con el comportamiento no heterosexual, examinar las vías biológicas asociadas al mismo y estimar hasta qué punto las diferencias genéticas identificadas estaban relacionadas también con cosas como la personalidad, la salud reproductiva y la salud mental. En definitiva, debían ser capaces de diseñar un estudio que nos ayudara a comprender mejor la complejidad del comportamiento sexual humano.

Y no, no hay un gen gay

Aditya Romansa 5zp0jym2w9m Unsplash 1

En primer lugar, los investigadores han descubierto cinco marcadores genéticos asociados al comportamiento sexual entre personas del mismo sexo. Cada uno de ellos tiene un efecto muy pequeño individualmente. Y esto es algo muy habitual en rasgos conductuales complejos; es decir, en rasgos en los que la existencia de una determinada asociación con variantes genéticas concreta no significa (en absoluto) que ese rasgo esté determinado por esas variantes.

Normalmente, este tipo de rasgos están conformados por miles de variantes genéticas que combinadas (y en un ambiente social determinado) suman un efecto suficiente. La noticia es que el comportamiento no heterosexual es un rasgo de este tipo.

Y, por tanto, «podemos decir con confianza que no hay ni un solo determinante genético ni un solo gen para el comportamiento, la orientación o las identidades sexuales» que se analizaban en el estudio. Los investigadores se dieron cuenta de que todos esos marcadores juntos sumaban entre un 8 y un 25% de las diferencias individuales en el comportamiento sexual de las personas.

Pero la sexualidad se vuelve algo mucho más interesante

Paola Galimberti Cawp7im Qmy Unsplash

Además, el estudio ha encontrado evidencias de que el comportamiento sexual en general es un rasgo altamente complejo y no existe una sola dimensión de la sexualidad. Por un lado, encontraron que las variantes que afectan a hombres y mujeres son distintas y, por otro, se dieron cuenta que la atracción por uno u otro sexo son dimensiones distintas.

Es decir, «suponer que cuanto más atracción siente alguien por el mismo sexo, menos atracción siente por el sexo opuesto» es «una simplificación excesiva». Con lo que pilares de la investigación en el campo como la escala de Kinsey se ven comprometidos, mientras que se abre la puerta a la compresión genética de la asexualidad.

Por último, es estudio ha encontrado que efectivamente esas variantes genéticas se superponen con otros rasgos de personalidad como la extroversión y la apertura a la experiencia. Pero más allá de todo esto, lo que el estudio muestra es que la conducta, orientación e identidad sexuales son un tema apasionante del que aún no sabemos casi nada.

Fuente: https://www.xataka.com/medicina-y-salud/estudio-grande-que-se-ha-hecho-jamas-orientacion-sexual-humana-concluye-que-esta-no-esta-geneticamente-determinada

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Siete películas para entender la diversidad de género y afectivo-sexual de otra manera

27 Junio 2019/Fuente: El diario la Educación

El cine recoge, normalmente, complejas y dramáticas historias cuando habla de diversidad afectivo-sexual o de género. Recogemos siete relatos que se salen de esta norma.

El cine define relatos. En muchos casos, nos referimos a él como un reflejo de la vida que tenemos o a la que aspiramos. Dicho de otra forma, el cine nos enseña a soñar, pero también es un arma de doble filo. A veces abre la puerta a un mundo de posibilidades y a veces sirve para reproducir clichés retrógrados que nos reducen a personajes secundarios sin interés, supeditados al conflicto de otro.

Haz un repaso mental y revisa los personajes femeninos de películas clásicas. Piensa ahora en personajes transgénero que no hayan sido retratados como personas avocadas a la prostitución, las drogas y la depresión.
Intenta recordar alguna película en donde el conflicto de un personaje homosexual no sea precisamente ese, ser homosexual.

Está bien hacer un retrato de las miserias humanas, poner el foco en realidades que, en ocasiones, es más sencillo obviar, pero es un error caer en el discurso de la historia única, donde ciertos personajes son retratados siempre de la misma forma: como víctimas. A los chavales también hay que mostrarles que el mundo está ahí fuera a su disposición y, si bien es verdad que ciertos aspectos como nuestra identidad de género y orientación sexual nos definen, también es cierto que no son excluyentes para protagonizar historias que no tengan que ver únicamente con eso.

Si las historias definen nuestra realidad calando en el subconsciente colectivo, deberíamos empezar a dignificar a algunos personajes, hasta ahora bastante estigmatizados, integrándolos como parte del mundo en el que vivimos con una naturalidad tan lícita como la de cualquier otro.

Las referencias son importantes, porque es muy difícil llegar a ser algo que no sabes que puedes ser. Y las historias sirven para eso, para que los niños no crezcan creyendo que hay un único modelo de masculinidad y que las niñas se identifiquen con personajes femeninos complejos, profundos, interesantes y fuertes.

Con esta finalidad, he intentado hacer una lista de películas que abren la puerta a una nueva forma de estar en el mundo y poder deconstruirlo hacia algo un poquito mejor.

‘Lady Bird’ de Greta Gerwig (2017)

Cuenta la historia de una adolescente extraña, como nos sentimos todos a esa edad. Es el relato iniciático de alguien en proceso de búsqueda identitaria que se enfrenta al mundo con pequeños gestos de rebeldía como la adopción de su propio nombre, Lady Bird. Con la mente lejos de casa y la mirada fija en el futuro (promesa de una vida mejor), su protagonista se revela como un personaje activo, con conflictos propios, que cree saber lo que quiere aunque eso no la salve de cometer cagadas por el camino.

Aquí hay de todo: primer amor, primer desamor, primer polvo, primer acto contestatario, solicitudes a la universidad y, sobre todo, dibuja una relación materno filial compleja y maravillosa.

Lo más interesante de esta película no es la historia que cuenta, sino cómo lo cuenta. Es un retrato de la adolescencia a través de un personaje femenino con el que es fácil identificarse. Sus problemas, sus miedos, sus inseguridades se proyectan en nuestras propias experiencias implicándonos emocionalmente a lo largo de la historia.

‘Moonlight’ de Barry Jenkins (2016)

Cuenta la historia de Chiron, un chico afroamericano que crece en uno de los barrios más conflictivos y violentos de Miami. Desde su infancia, hasta llegar a su etapa adulta, lucha por encontrar su lugar en el mundo, en un ambiente violento.

Además de sufrir un constante acoso escolar, el fantasma de la homosexualidad se hace presente en la vida de Chiron. En su camino explora la masculinidad, la sexualidad y hace frente a los conflictos de su desestructurada familia.

Esta película apuesta en su forma por la delicadeza, sin olvidar la terrible fuerza que la mueve. Hay mucho de redención en sus pasos finales y mucha reivindicación del amor, de cualquier clase, como luz en el camino de una vida gris. Su protagonista lucha contra el evidente camino hacia la derrota, redefiniendo la fórmula del viaje del héroe. Admitir quién es resulta mucho más doloroso que la rendición ante un destino escrito de antemano.

‘Deprisa, deprisa’ de Carlos Saura (1981)

Es una película que, a priori, podría no tener lugar en esta lista. Sin embargo, me parece importante mirar hacia atrás en la historia de nuestro cine y analizarla atendiendo a su contexto histórico cultural en la España de los ochenta.

La película va de cuatro amigos, Ángela, Pablo, el Meca y el Sebas; jóvenes marginales que dejan los estudios a un lado y deciden ganarse la vida robando. Los chicos empiezan a coquetear con las drogas hasta el punto de empezar a consumir heroína, la droga más popular de la década. Pronto, los pequeños hurtos se van convirtiendo en atracos con el objetivo de conseguir más y más dinero en cada golpe. La pandilla desea disfrutar de la vida al máximo y para ello han de planear un último golpe con el que obtener la cantidad de dinero suficiente para huir del barrio.

Para los no iniciados, el cine quinqui lo forman una serie de películas que tratan historias de jóvenes delincuentes de barrios marginales a los que se ensalzan casi como héroes.

En el lado de “los malos” solían estar autoridades y/o policías corruptos (hombres). En ocasiones, las películas estaban basadas en criminales reales (hombres) y, de hecho, muchas veces eran delincuentes de la calle (hombres) quienes protagonizaban sus propias historias. Por este motivo, no es de extrañar que la mayor parte de las veces los personajes femeninos estuvieran relegados a un segundo plano, teniendo un interés insignificante o nulo.

Sin embargo, el personaje de Ángela en ‘Deprisa Deprisa’ es clave en el desarrollo de la historia como sujeto activo, siendo, además, el único que se salva de un terrible final, arrojando un rayito de luz hacia una vida más libre.

‘Tomboy’ de Céline Sciamma (2011)

Una familia francesa con dos hijas, Laure, de diez años y Jeanne, de seis, se muda a un nuevo vecindario durante las vacaciones de verano. Con su pelo corto y sus formas masculinas, Laure decide hacer creer a sus nuevos amigos del barrio que es un chico, dándose a conocer como Mikael.

El verano transcurre entre juego y juego y su nueva identidad le brinda la oportunidad de explorar el mundo y su sexualidad junto a su amiga Lisa. La relación entre Mikael y Lisa se vuelve cada vez más estrecha y nace un incipiente amor adolescente.

En casa con sus padres es Laure y, en la calle, con sus nuevos amigos y con su novia Lisa, es Mikael.

Lo inusual de esta película aflora al presentar a un personaje muy joven que ya tiene perfectamente identificada su condición y, lejos de ser un conflicto para él, supone un acercamiento a la felicidad de una vida donde todo es más fácil. El problema se manifiesta desde los demás, cuya incapacidad de aceptación y de tolerancia por las diferencias constituyen motivos de reflexión para el espectador.

‘Call me by your name’ de Luca Guadagnino (2017)

No es una película sobre la homosexualidad. Aquí no se cuenta lo mal que lo pasan los personajes descubriendo su orientación sexual. A efectos prácticos, ni siquiera hay demasiadas concesiones al melodrama. No hay traumas de la infancia, no hay crisis de pareja, no hay violencia y nadie muere por el camino. El mensaje es positivo: dos personajes llegados de dos esquinas del mundo se encuentran y viven un amor de verano en un momento y un lugar en el que era casi imposible que eso ocurriera.

Si ‘Call me by your name’ causó furor el año pasado es por un elemento que se escapa de su control: Tú. El espectador pone una parte de sí mismo reconociéndose frente a la pantalla, haciendo entrega a la película de sus propios recuerdos y sus más íntimas ilusiones.

‘Mad max’ de George Miller (2015)

Es una peli de acción que se desarrolla en un mundo donde la ley y la sociedad han sido sustituidos por sangre, fuego y muerte. Sin embargo, hay dos rebeldes que son capaces de restaurar el orden perdido.

Por un lado está Max, que sigue buscando su propia paz tras la muerte de su mujer y su hijo y, por otro lado, está Imperator Furiosa, una misteriosa mujer que trata de sobrevivir en este peligroso viaje hacia su hogar.

Para ser sincera, no sé por qué este remake mantiene el título original si Max no es el protagonista. De hecho, es un personaje que no habla en toda la película, apenas gruñe y tampoco es que se le preste demasiada atención, teniendo al lado al impresionante personaje de ella.

Esta revisión de su historia original ofrece una perspectiva bastante interesante de los personajes femeninos desmontando los clichés a través de los siguientes aspectos:

Ellas son las heroínas de esta historia. Los hombres han matado el mundo y las mujeres se rebelan contra la corrupción y el poder impuestos por el patriarcado. En esta película ellas no se manifiestan como personajes vulnerables a la espera de protección. ’Mad Max’ propone abiertamente que quizá lo que las mujeres necesitan es defenderse (ellas mismas) de los hombres. Así, son dueñas de su cuerpo y desafían al patriarcado en el que viven rompiendo (literal y metafóricamente) el cinturón de castidad que hasta ahora solo las dejaba manifestarse como mujeres-tobjeto.

La forma en que mujeres y hombres se relacionan entre sí a lo largo de la película señala la eterna tensión humana entre individuo y comunidad: mientras ellas representan la amistad y el colectivo de la sororidad femenina, el mundo de los hombres es un mundo de violencia y egoísmo.

‘Te doy mis ojos’ de Icíar Bollaín (2003)

Pilar huye de su casa una noche con su hijo pequeño y una maleta. Atemorizada, se refugia en el piso de su hermana, lejos de su marido, Antonio, que no sabe dónde ha ido su mujer.

Antonio pronto encontrará a Pilar y tratará de recuperar su amor y compañía bajo la promesa de un cambio en su actitud y en su carácter. Pero no le resultará tan sencillo como imaginaba, porque ahora Pilar está empezando a replantearse todo su mundo y a redescubrir incluso quién es ella misma.

Pasa el tiempo y él intenta controlar sus rabietas que inevitablemente terminan en violencia física. Él quiere recuperarse y pasa por terapia de grupo e introspección. Mientras tanto, ella se encuentra lejos y empieza a adaptarse a su nuevo estilo de vida separada de su marido.

Lo interesante de esta peli es la forma en la que aborda el problema, la naturalidad con la que se trata a cada personaje y los diversos puntos de vista que presenta. Es más fácil juzgar a la víctima cuando no se conocen las circunstancias que la rodean, es más fácil decir «déjalo o aléjate de él porque no te conviene».

Sin embargo, ya no parece tan sencillo cuando este maltrato ha dejado a Pilar en un estado de confusión, de pérdida de la identidad y de la autoestima.

‘Te doy mis ojos’ nos permite reflexionar sobre la violencia de género, sobre el trato que le damos en la sociedad, la situación de la víctima, pero también (y he aquí el hallazgo de la peli) la del maltratador. Esta película propone una toma de conciencia, un paso hacia el cambio, hacia una sociedad mejor y más igualitaria.

Fuente e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/alfabetizacionaudiovisualenlasaulas/2019/06/24/siete-peliculas-para-entender-la-diversidad-de-genero-y-afectivo-sexual-de-otra-manera/

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Francia: ¡Una victoria más! La SEP va por la diversidad sexual

Redacción: Soy Homosexual

La formación básica es fundamental para orientar a la sociedad. La SEP ya está difundiendo libros de biología que abarcan la diversidad sexual.

Alumnos y alumnas de primero de secundaria ya tienen acceso a una educación sexual enfocada en la diversidad sexual. Abordan el género como una construcción social, y contemplan la homosexualidad, la bisexualidad, la transexualidad y la homofobia.

De los 17 libros de biología para primer año de secundaria, al menos seis de ellos abarcan estos temas. Algunos incluso hablan sobre masturbación, erotismo, autoconocimiento y embarazo adolescente. Esta reforma educativa fue rechazada fuertemente por la Unión Nacional de Padres de Familia. Sin embargo, la existencia de estos libros refleja un avance en la consciencia de la diversidad sexual.

La transexualidad ya está siendo abordada en los libros de texto. ¡Bien! / Imagen: Giphy

El doctor David Barrios Martínez, sexólogo, mencionó en una entrevista con Noticieros Televisa que “la educación sexual es un indicador social del desarrollo de un país”.

Dice que “hay cuatro ejes para la educación sexual: la equidad de género, la reinvindicación al derecho al placer, el respeto a la diversidad sexual y una concepción amplia de lo que es la educación y la salud sexual.

En la concepción amplia de qué es la sexualidad, el doctor Barrios señaló los aspectos orgánicos, psicoafectivos y culturales.

Papá y mamá deben acercarse a la temática sexológica a partir de dos elementos: primero, que sea información científica y humanista. Y en segundo lugar, que sea laica […] Si nosotros educamos con moralismos en vez de valores éticos, podemos alterar el contenido de ese conocimiento […] y crear prejuicios.

¿Por qué es importante para la comunidad LGBT+ que la educación pública hable de la diversidad sexual?

En un país donde el machismo, la homofobia, la transfobia y la discriminación son el pan de cada día, que el Gobierno comience a implementar una educación sexual amplia es un pequeño logro para nosotros.

Cada vez será más normalizada la diversidad. Que una persona de 11 años sea capaz de decir “Comprendo de qué va la transexualidad” o “Comprendo qué es la homosexualidad y la bisexualidad” es un avance social. Se formará como un individuo ético, y evitará y rechazará la discriminación.

También significa que los niños y las niñas transgénero comprenderán qué es lo que están sintiendo.Esto ayudará mucho a la población más estigmatizada de nuestra comunidad.

La comunidad transgénero será protegida legal y éticamente. / Imagen: Minuto Uno

El bullying a los niños y niñas LGBT+ será visibilizado y, por lo tanto, combatido. Esto formará una sociedad cuyas cifras de crímenes por odio serán disminuidas drásticamente.

Todo esto se ve reflejado en que en países donde la educación sexual diversa es obligatoria, como Alemania y Francia, el índice de odio a la comunidad LGBT+ es bajísimo, según el raking gay friendly publicado por el portal Spartacus.

Homosensuales, nunca olvidemos que urge hacernos escuchar. Como individuos, necesitamos ser visibilizados, debemos informarnos y exigir que se nos deje de estigmatizar. Como diría Confucio:

La educación genera confianza. La confianza genera esperanza. La esperanza genera paz.

Fuente: https://www.soyhomosensual.com/cultura/una-victoria-mas-la-sep-va-por-la-diversidad-sexual/

 

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La mancha humana en Madrid: sobre racismo y lenguaje

Redacción:  Letras Libres

Los alumnos de la Universidad de Syracuse (Nueva York) que estudian en el campus de Madrid han protestado porque en diversos cursos han escuchado el insulto racista «nigger».

En una de sus novelas más celebradas, La mancha humana, Philip Roth hace decir a su personaje central, el profesor Coleman Silk, la palabra spook, un término con el que se refiere a dos estudiantes africanoamericanos que aún no han aparecido por su clase. Spook significa “fantasma”, “espectro”, pero es también usado para referirse de forma ofensiva, prejuiciosa o denigratoria a las personas de raza negra.

Algunos alumnos estadounidenses de la Universidad de Syracuse (Nueva York) que actualmente se encuentran estudiando en el campus que dicha universidad tiene en Madrid han vivido afligidos en las últimas semanas porque en diversos cursos han tenido que escuchar otro odioso término para referirse a los africanoamericanos (nigger), palabra a la que es común aludir oblicuamente en inglés como “the N word”. La palabra aparecía en un pasaje de un libro de Paul Theroux que un estudiante tuvo que leer en voz alta en una clase; o en la recolección que hacía otro estudiante de cómo fue hostigado de niño en el colegio, o, al fin, en el intento que hacía una profesora de mostrar cómo en español la palabra “negro” no tenía, en los usos convencionales, el cariz insultante del que sí está revestida en inglés. A una estudiante africanoamericana escuchar de boca de su profesora la “palabra que empieza con N” le hizo sentirse “señalada”, y, tras terminar la clase, no pudo reprimir el llanto y no quiso atender a los intentos de la profesora de darle explicaciones. La estudiante le dijo que en los Estados Unidos la habrían despedido añadiendo que no era concebible que desconociera el concepto de “interseccionalidad” y que no podía excusarse en su desconocimiento del inglés. Varios estudiantes expresaron su creciente enojo con el uso del lenguaje racista en clase “… independientemente de si se dirigía a alguien, se expresaba en la lectura de un libro o de cualesquiera otras formas”.

De acuerdo con el recuento del episodio que hace la gaceta de la Universidad de Syracuse, The Daily Orange, fueron varios los alumnos que se quejaron a la dirección del programa, y diversas instancias universitarias (Unidades de Asuntos Multiculturales y Diversidad) han tenido que tomar cartas en el asunto, convocando una reunión con todo el cuerpo estudiantil para asegurar a los estudiantes africanoamericanos el compromiso de la institución con la diversidad, la lucha contra el racismo y contra toda forma de discriminación prometiendo que redoblarán sus esfuerzos en pos de la “inclusividad”.

Lo cierto es que los agraviados alumnos se equivocaban y la Universidad de Syracuse ha perdido una extraordinaria oportunidad educativa de instruirles sobre su error, y, de paso, instigar una madurez de la que parecen carecer en grado suficiente.

Y la verdad es que no hacía falta más que recordarles una distinción básica, de, por decirlo así, Linguistics 101 o Philosophy of Language 101, la diferencia que va de “mencionar” un término o concepto -hablar dellenguaje, función lingüística que solemos señalar con el uso de comillas- a “usarlo”, lo cual sí hubiera justificado el agravio y la queja. En esencia: no es lo mismo insultar que hablar de insultos.

Es precisamente esto último, hablar de insultos y racismo, lo que hizo célebremente el presidente Barack Obama -¿se les ocurre alguien menos sospechoso?- en una entrevista radiofónica a finales de junio de 2016 a propósito del persistente uso de la bandera confederal en algunos estados del Sur (señaladamente Carolina del Sur). En esa ocasión el entonces presidente afirmó, en referencia al racismo aún preponderante en su país: “No se trata solo de que no sea educado decir nigger en público. Esta no es la medida para constatar si el racismo existe o no. No se trata solo de la discriminación descarnada.” Al igual que algunos estudiantes de Syracuse University, no fueron pocos los comentaristas que se sintieron entonces sorprendidos por este uso que hizo Obama, pero no se tardó demasiado en instruir al público en que esa mención era perfectamente legítima (véase al respecto, por ejemplo, esta noticia de The Huffington Post).

Y es que, en el fondo, cabe que nos preguntemos: ¿qué diferencia relevante marca que empleemos una etiqueta como “la palabra que empieza por N” en lugar de esa misma palabra? Nuestras intenciones semánticas son equivalentes: que nuestro oyente entienda una cierta referencia, en particular la intensión o connotación del término nigger, pero nuestro propósito al emplear el lenguaje puede ser muy distinto. Imaginen, por volver al ejemplo del profesor Silk en la novela de Roth, que aquel hubiera dicho: “¿Estos estudiantes existen o son “la palabra que empieza por S?” La elipsis semántica para evitar decir “spook” habría reforzado, más que evitado, la vejación a esos estudiantes. O dicho de otro modo: ¿dejaría de ser un insulto que alguien le dijera a una persona africanoamericana: “Shut up N-word” (“Cállate, palabra que empieza por N”)? Obviamente no, pues la intención es usar un conjunto de signos que ambos entienden para denigrarle; “palabra que empieza por N” es contingentemente un insulto, y nigger no lo es necesariamente.

Y eso es, por supuesto, independiente de quién sea el hablante o su frecuentemente invocada “perspectiva singular” por pertenecer a la raza negra. Algunos han señalado que ese hecho les otorga el privilegio de no solo poder mencionar la palabra nigger, sino también usarla entre ellos (vean cualquier película de Spike Lee) pues solo a ellos pertenece el agravio al escucharla cuando es proferida por individuos de otras razas. Esa suerte de exclusividad en la afrenta les otorga un derecho de uso exclusivo, por decirlo así. Una persona que no pertenece a la raza negra y usa “la palabra que empieza por N” comete otra de esas intolerables “apropiaciones culturales”, esta vez sobre los usos y menciones de la denigración lingüística.

De admitirse semejante idea, el lenguaje para referirnos a la injusticia, a la ofensa y a la discriminación se haría sencillamente imposible, o tediosamente infantil. La razón es sencilla de entender: Todo individuo puede reclamar una capa de su identidad que le convierte en un objetivo del insulto, o de una vejación en el pasado. En eso consiste precisamente la “interseccionalidad” a la que apelaba la estudiante del reportaje.

Los latinoamericanos en España son despectivamente llamados “panchitos” o “sudacas”; los asiáticos “chinorris”… Pensemos en la orientación sexual (“bolleras”) o en la identidad de género (“travelos”), y por supuesto en la homosexualidad masculina, para la que la literatura y lengua españolas han producido una colosal pléyade -como seguramente en otras lenguas- de palabras afrentosas. ¿Qué harán los estudiantes gais de Syracuse cuando se enfrenten a las novelas de Camilo José Cela? ¿Mencionarán los epítetos como “la palabra que empieza por M” (“maricón”) o “la palabra que empieza por M pero acaba en ITA” (“mariquita”), o la “palabra que empieza por S” (“sarasa”) o “la palabra que empieza B” (“bujarrón”)…? ¿Se taparán los oídos al ver el cine de los 80 de Almodóvar, como cuando eran niños?

Los jóvenes, especialmente los que pertenecen a las “minorías sospechosas y vulnerables”, necesitan conocer la historia y su pasado, y para hacerlo de manera cabal no sirve el escamoteo de los eufemismos malentendidos sino el lenguaje recto y la verdad, lo que fue y lo que persiste en todas sus presentaciones y expresiones, sabiendo que de tales manifestaciones “no se hace uso”, sino que “se da cuenta”. También precisan de buenas herramientas para enfrentarse a la vida adulta a la que asoman, sea en Madrid o en Syracuse.

Fuente: https://www.letraslibres.com/espana-mexico/politica/la-mancha-humana-en-madrid-sobre-racismo-y-lenguaje

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Brasil: Bolsonaro revisará los textos escolares y “eliminará” temas sensibles

Redacción: Río Negro/20-02-2018

El Presidente de Brasil prometió que librará una “guerra ideológica” contra la izquierda en los colegios.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, está llevando su “guerra ideológica contra la izquierda” a las escuelas y universidades del país, generando angustia entre profesores y autoridades educativas que sostienen que el gobierno quiere luchar contra un enemigo que no existe.

Bolsonaro y otros altos cargos anunciaron planes para revisar los libros de texto y suprimir referencias al feminismo, la homosexualidad y la violencia contra las mujeres. Además, apuntan que el ejército tomará el control de algunas escuelas públicas y atacan regularmente a Paulo Freire, uno de los educadores más famosos del país y cuyas ideas tuvieron repercusión mundial.

“Uno de los objetivos para sacar a Brasil de las peores posiciones en las clasificaciones educativas internacionales es combatir la basura marxista que se ha extendido en las instituciones educativas”, escribió Bolsonaro en Twitter en la víspera de su toma de posesión.

Aunque los alumnos quizás no noten muchas diferencias en su regreso a las aulas este mes, los cambios están en marcha. “Seguimos esperando a ver cómo va a terminar todo esto en la práctica”, señaló Nilton Brandao, presidente de uno de los mayores sindicatos de maestros del país, PROIFES Federacao. “Ahora mismo, esto no tiene ningún sentido”.

Para el gobierno, la batalla ideológica comienza con la retirada del legado del Freire de los centros educativos, que según Bolsonaro y otros conservadores, convierte a los estudiantes en “militantes políticos”.

Freire, que murió en 1997, fue uno de los fundadores de la pedagogía crítica.Los conservadores dicen que este método anima a los alumnos a cuestionar valores tradicionales como la familia y la Iglesia. Freire, que era socialista, estuvo encarcelado brevemente durante la dictadura militar (1964-1985) que recibió los elogios de Bolsonaro.

En su campaña electoral, el ahora presidente dijo que quería “entrar al Ministerio de Educación con un lanzallamas para eliminar a Paulo Freire”.Bolsonaro y su ministro de Educación parecen estar buscando inspiración en filósofos como Olavo de Carvalho, un brasileño residente en Estados Unidos conocido por sus opiniones antiglobalización y antisocialistas.

Mientras Freire defendía que la misión del Estado es educar al pueblo brasileño, incluyendo a agricultores rurales pobres y a analfabetos, de Carvalho aboga por reducir su papel en la educación en favor de las escuelas privadas o religiosas.

“El gobierno no tiene que educar a nadie, es la sociedad la que tiene que educarse a sí misma”, dijo el filósofo el año pasado durante una charla sobre educación en su canal de YouTube. Las propuestas “basadas en la idea de que el gobierno federal es el gran educador son las que voy a combatir hasta la muerte”, agregó.

Tras la toma de posesión de Bolsonaro el 1 de enero, el Ministerio de Educación desmanteló su departamento de diversidad y publicó nuevas directrices para los editores de libros de texto que eliminaban las referencias a temas como la violencia contra las mujeres y el sexismo.

Ante la oleada de críticas, los funcionarios dieron marcha atrás en la revisión de los textos afirmando que las normas habían sido redactadas por el anterior gobierno y que se publicaron por error. Sin embargo, en su discurso inaugural. el ministro de Educación, Ricardo Velez Rodriguez, prometió poner fin a la “agresiva promoción de la ideología de género”.

Velez defendió en su lugar lo que calificó de valores tradicionales, como la familia, la religión, la escuela y la nación, que dijo estaban amenazados por una “ola globalista loca”.

Bolsonaro manifestó que revisará el contenido del examen nacional de secundaria para eliminar cualquier cuestión sobre género o movimientos LGBT. Hizo el anuncio en un video en YouTube tras ver una pregunta de la prueba del año pasado sobre un “dialecto secreto utilizado por homosexuales y travestis”, llamado pajuba.

El dialecto pajuba mezcla portugués y lenguas del África Occidental y se utiliza principalmente en religiones afro-brasileñas pero también fue adoptado por la comunidad LGBT del país. “No se preocupen, no habrá más preguntas como esta”, declaró Bolsonaro.

Claudia Costin, directora del Centro para la Excelencia e Innovación en Políticas Educativas, un centro de estudios con sede en Río de Janeiro, apuntó que los esfuerzos deberían centrarse en mejorar la formación y los salarios a los maestros, dificultar su examen de ingreso y elaborar un programa de estudios común para el país.

El gobierno “se queja del adoctrinamiento en la escuela”, apuntó Costin. “Pero esas cosas no se resuelven con leyes”. Brasil quedó en 63ra posición entre las 72 naciones y regiones que participaron en el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA) de 2015, elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.

Fuente: https://www.rionegro.com.ar/bolsonaro-revisara-los-textos-escolares-y-eliminara-temas-sensibles-GY6346282/

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ESI: Educación Sexual vía Internet

Redacción: Pagina 12

Aborto, diversidad, fobias, enfermedades y tabúes: la serie éxito de Netflix condensa problemáticas de riesgo para jóvenes.

La industria del entretenimiento mueve montañas y, lejos de tener algún afán pedagógico, persigue su negocio. Pero a veces una cosa puede mezclarse con la otra y es lo que pasa en Sex Education, la serie británica que Netflix sacó a la luz a principios de 2019. En la época en que reinan las series, en ese universo basto colmado de historias de época, narcos simpáticos o personas normales volviéndose criminales por casualidad y deseperación, puede surgir un héroe a la altura: Otis Milburn (Asa Butterfield).

Adolescente, virgen, con una madre terapeuta sexual (Gillian Anderson, ex agente Scully en los X Files) y un padre ausente, traumado sexualmente en su infancia, el pobre Otis no puede ni masturbarse, pero descubre que es un genio de la sexualidad. De la sexualidad ajena. Y emprende un consultorio sexual para ayudar a sus compañeres –incluso quienes lo detestan y toman por tonto– a mejorar sus caóticas experiencias sexuales. ¿Y cómo llegan allí? Como pueden, consumiendo ese porno que impone modelos alejados de la realidad, probando, errando. Como en la vida real: aunque infinidad de voces conservadoras se levanten para protestar contra la educación sexual en las escuelas –la discusión local con la ESI es solo un dato más de un contexto global–, les jóvenes exigen un cambio.

Sex Education se ha vuelto un éxito en poco más de un mes, es lo más visto en la plataforma y ya ha logrado que anuncien una segunda temporada. Diarios y revistas del mundo entero hablan de la serie e invocan problemas locales en relación a la educación sexual. Otis, muñido de un poco de empatía, un amigo gay y Maeve (Emma Mackey encarna una contrafigura rebelde, sexualmente decidida, feminista, culta y pobre) acaba por encarnar la educación sexual que la familia y la escuela no proveen. Que, incluso, pueden obturar. Otis, entonces, acaba siendo en la serie lo mismo que la serie puede hacer en la vida real: ante la falta de discusión o conocimiento, una porción de entretenimiento acaba cumpliendo un rol educativo. ¿Pero se le puede exigir que esté a la altura de tamaña responsabilidad?

No hace falta ser muy puntillosos para mezclar Sex Education, una de esas series-livianas-pero-no-tanto que agradan a cualquier público, con la actualidad nuestra de cada día: mientras se estrenaba, una nena de 12 años acudía en pedido de un aborto en Jujuy con un embarazo en curso producto de una violación. Una niña (y una familia) que no habían sabido reconocer la posibilidad cierta del embarazo aún a sabiendas de la violación que lo provocó. ¿Qué hubiera pasado si esa chica hubiera tenido ESI vigente y funcionando? Ni hablar de si se cumplían los protocolos para aplicar el aborto no punible, claro. Pero el asunto es la educación, que es incluso un paso previo que debería ser garantizado por el Estado y celebrado por los supuestos adoradores de la vida intrauterina.

La educación sexual global es un problema, y el patriarcado no perdona. Esta serie engloba varias aristas: mecha el discurso de época sin buscar ser un manual ni tener afán pedagógico, y siembra la denuncia sin buscarlo. Les pibes necesitan conocimiento. Que no es no. Cómo manejar contenido sexual que se viraliza, con el sexting a la orden del día. La homofobia como discurso perimido y oxidado, pero con palizas a las sexualidades diversas incluidas. La sombra de la virginidad. La masturbación como tabú. Los estigmas. La sororidad. El feminismo. Y el aborto. Todos los tópicos todos en una ensalada de ocho capítulos que se vuelan en un fin de semana.

No es casual: Laurie Nunn, la autora de la serie, escribió hace tres años un corto (Pregnant Pause) sobre la maternidad deseada o no deseada. Aunque en ese caso se trata de una pareja establecida de adultos que dudan acerca de continuar o no con un embarazo no esperado, la sola mención a la posibilidad del aborto y de la duda sobre el deseo de la maternidad hablan de un cambio de discurso y de época. Ese empoderamiento y esa presencia están durante toda la serie en Sex Education.

Y no es menor la mención. Según datos del Banco Mundial, las Naciones Unidas, Unicef y demás, en Argentina hay alrededor de 100 mil embarazos adolescentes al año. De esos, al menos un 70 por ciento son no deseados. En ese territorio es en donde aún hoy, pleno 2019, se discute si Educación Sexual Integral sí o Educación Sexual Integral no. Bienvenida entonces la serie que alerte a los dinosaurios sobre su inevitable extinción.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/175029-esi-educacion-sexual-via-internet

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Feminismo, homosexualidad y marxismo, lo que excluye Bolsonaro de la educación brasileña

Brasil / 10 de febrero de 2019 / Autor: AP / Fuente: El Imparcial

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, está llevando su guerra ideológica contra la izquierda a las escuelas y universidades del país, generando angustia entre profesores y autoridades educativas que sostienen que el gobierno quiere luchar contra un enemigo que no existe.

Bolsonaro y otros altos cargos anunciaron planes para revisar los libros de texto y suprimir referencias al feminismo, la homosexualidad y la violencia contra las mujeres. Además, apuntan que el ejército tomará el control de algunas escuelas públicas y atacan regularmente a Paulo Freire, uno de los educadores más famosos del país y cuyas ideas tuvieron repercusión mundial.

«Uno de los objetivos para sacar a Brasil de las peores posiciones en las clasificaciones educativas internacionales es combatir la basura marxista que se ha extendido en las instituciones educativas”, escribió Bolsonaro en Twitter en la víspera de su toma de posesión.

Aunque los alumnos quizás no noten muchas diferencias en su regreso a las aulas este mes, los cambios están en marcha.

«Seguimos esperando a ver cómo va a terminar todo esto en la práctica”, señaló Nilton Brandao, presidente de uno de los mayores sindicatos de maestros del país, PROIFES Federacao. «Ahora mismo, esto no tiene ningún sentido”.

Para el gobierno, la batalla ideológica comienza con la retirada del legado del Freire de los centros educativos, que según Bolsonaro y otros conservadores, convierte a los estudiantes en “militantes políticos”.

Freire, que murió en 1997, fue uno de los fundadores de la pedagogía crítica. Los conservadores dicen que este método anima a los alumnos a cuestionar valores tradicionales como la familia y la Iglesia. Freire, que era socialista, estuvo encarcelado brevemente durante la dictadura militar (1964-1985) que recibió los elogios de Bolsonaro.

En su campaña electoral, el ahora presidente dijo que quería «entrar al Ministerio de Educación con un lanzallamas para eliminar a Paulo Freire».

Bolsonaro y su ministro de Educación parecen estar buscando inspiración en filósofos como Olavo de Carvalho, un brasileño residente en Estados Unidos conocido por sus opiniones antiglobalización y antisocialistas.

Mientras Freire defendía que la misión del Estado es educar al pueblo brasileño, incluyendo a agricultores rurales pobres y a analfabetos, de Carvalho aboga por reducir su papel en la educación en favor de las escuelas privadas o religiosas.

«El gobierno no tiene que educar a nadie, es la sociedad la que tiene que educarse a sí misma”, dijo el filósofo el año pasado durante una charla sobre educación en su canal de YouTube. Las propuestas «basadas en la idea de que el gobierno federal es el gran educador son las que voy a combatir hasta la muerte”, agregó.

Tras la toma de posesión de Bolsonaro el 1 de enero, el Ministerio de Educación desmanteló su departamento de diversidad y publicó nuevas directrices para los editores de libros de texto que eliminaban las referencias a temas como la violencia contra las mujeres y el sexismo.

Ante la oleada de críticas, los funcionarios dieron marcha atrás en la revisión de los textos afirmando que las normas habían sido redactadas por el anterior gobierno y que se publicaron por error. Sin embargo, en su discurso inaugural. el ministro de Educación, Ricardo Velez Rodriguez, prometió poner fin a la “agresiva promoción de la ideología de género”.

Velez defendió en su lugar lo que calificó de valores tradicionales, como la familia, la religión, la escuela y la nación, que dijo estaban amenazados por una “ola globalista loca”.

Bolsonaro manifestó que revisará el contenido del examen nacional de secundaria para eliminar cualquier cuestión sobre género o movimientos LGBT. Hizo el anuncio en un video en YouTube tras ver una pregunta de la prueba del año pasado sobre un «dialecto secreto utilizado por homosexuales y travestis», llamado pajuba.

El dialecto pajuba mezcla portugués y lenguas del África Occidental y se utiliza principalmente en religiones afro-brasileñas pero también fue adoptado por la comunidad LGBT del país.

«No se preocupen, no habrá más preguntas como esta”, declaró Bolsonaro.

Tras asumir el puesto, Velez dijo al diario Folha de S. Paulo que su oficina animará a las municipalidades interesadas a poner sus escuelas en manos del ejército o la policía.

Brasil tiene 13 escuelas dirigidas por el ejército y, aunque están pensadas para la educación de los hijos de los militares, también aceptan a estudiantes externos en base a sus méritos. El ejército es la institución más respetada del país y sus escuelas tienen mejor reputación que muchas de las públicas.

A veces se convoca al ejército para codirigir un centro público y restablecer el orden.

El año pasado, la escuela pública tuvo 39,5 millones de estudiantes matriculados, mientras que las instituciones privadas, que pueden costar varios miles de dólares al mes, atendieron a 9 millones.

Los críticos dicen que el selectivo proceso de admisión de las escuelas militares terminaría siendo discriminatorio en zonas empobrecidas.

En general, los contrarios sostienen que el gobierno está centrado en las cosas equivocadas.

Claudia Costin, directora del Centro para la Excelencia e Innovación en Políticas Educativas, un centro de estudios con sede en Río de Janeiro, apuntó que los esfuerzos deberían centrarse en mejorar la formación y los salarios a los maestros, dificultar su examen de ingreso y elaborar un programa de estudios común para el país.

El gobierno «se queja del adoctrinamiento en la escuela”, apuntó Costin. «Pero esas cosas no se resuelven con leyes”.
Brasil quedó en 63ra posición entre las 72 naciones y regiones que participaron en el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA) de 2015, elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.

Según el grupo, Brasil tiene una de las mayores proporciones de adultos sin educación secundaria. Los colegios están abarrotados, los sueldos de los profesores son bajos y los edificios donde se imparten las clases suelen presentar problemas.

Más de 5.800 escuelas no tenían agua corriente en 2017, casi 5.000 no tenían electricidad y 8.400 no tenían saneamiento, según cifras del gobierno.

Muchos brasileños no parecen convencidos por los planes de Bolsonaro.

En una encuesta publicada el 8 de enero, el 71% de los encuestados manifestaron que la política debería discutirse en la escuela, y el 54% pensaba que está bien hablar de educación sexual en las aulas.

La encuesta, sin embargo, indicó que las opiniones conservadoras del nuevo gobierno funcionan bien entre los evangélicos, una poderosa cantera de votantes para Bolsonaro durante la campaña. El 59% de los evangélicos no aprobó que se impartiese educación sexual en las escuelas.

La encuesta de Datafolha se basó en 2.077 entrevistas realizadas entre el 18 y 19 de diciembre y tenía un margen de error de más menos dos puntos porcentuales.

Caua dos Santos Borges, una estudiante de una escuela pública de Río de Janeiro de 15 años, apuntó que, en su experiencia, los profesores rara vez hablan de política en el aula y que nunca le pareció que el género fuese un área central del currículo.

«Una vez, un estudiante le preguntó al profesor si apoyaba a Bolsonaro, pero él no respondió y cambió de tema”, señaló dos Santos Borges.

Fuente de la Noticia:

https://www.elimparcial.com/Internacional/2019/02/06/1407169-Feminismo-homosexualidad-y-marxismo-lo-que-excluye-Bolsonaro-de-la-educacion-brasilena.html

ove/mahv

 

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