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Entrevista a Iliana Lo Priore: Educar para la emancipación, es re-habitar el mundo

Por: CLADE.

 

Una de las autoras del libro “Emancipación de las Subjetividades en las Infancias y Juventudes”, Iliana Lo Priore analiza la importancia de la emancipación y de las subjetividades en la educación


Presentar una opción alternativa a los modos de relación sociocultural que prevalecen en las sociedades actuales y proponer cambios educativos para que favorezcan una convivencia sociocultural diferente, que se sustente en relaciones afectuales para el bienestar de todos y todas. Es lo que buscan Iliana Lo Priore y Jorge Eliecer Días Piña al escribir su libro “Emancipación de las Subjetividades en las Infancias y Juventudes – Afectualidad, uso de las TICs y educación liberadora”.

Para profundizar sobre la obra, entrevistamos a Iliana Lo Priore, una de las autoras. Ella analiza la importancia de las subjetividades y los esfuerzos para que la educación sea construida desde la perspectiva emancipadora.

“Para que la educación contribuya a la emancipación es primordial que se establezca una relación afectual entre quienes participan, esto es, por ejemplo, que estudiantes perciban que hay con les otres una sensibilidad empática que les hace sentipensar juntes”, dice.

A continuación, lee la entrevista completa.

Según propone el libro que escribiste en alianza con Jorge Eliecer, ¿por qué es importante emancipar las subjetividades en las infancias y juventudes, y qué significa eso?

Iliana Lo Priore – Como es conocido, la configuración de las subjetividades se inicia con lo que se denomina un “yo emergente” que va a ir constituyendo lo que se denomina el “sí mismo” de cada quien y que define la apertura al entorno y al mundo de las personas y los objetos.

Esa configuración inicial es de naturaleza afectiva y preverbal para luego ser verbalmente significativa en les niñes. Aquí deseamos destacar el papel que juega la interacción intersubjetiva de la madre, o quien haga sus veces, con sus hijes para formar la sintonía afectiva entre elles. Sintonía afectiva que da protección y seguridad a les niñes y que será el potencial asiento de la evolución de la empatía con los demás.

No obstante, con el tiempo se tiende a sobreponer las significaciones verbales y subordinar o reprimir las significaciones afectivas o empatizadoras con las personas, animales y objetos, por ejemplo. Luego ello se extiende y profundiza en la vida escolar, cuando se refuerzan la significación escrita y sus representaciones en detrimento de las relaciones o significaciones autónomas y afectivas con les otres, el entorno y el mundo.

Hay que señalar que los enunciados escolares son impuestos por relaciones de poder y son funciones objetivadoras que responden a regímenes de enunciación reproductores de la mismidad con el respaldo de actuaciones institucionales que los legitiman al acreditarlos discursivamente como verdades. Por consiguiente, son efectos discursivos de saber y de poder.

Todo este proceso va a ir constituyendo una subjetividad reprimida y subordinada a una forma cultural de significación alienada y de relacionamiento no afectuosa y no empatizadora, individualista y competidora con otres niñes, que no favorece su encuentro convivencial y autónomo, significante con el entorno social y natural que les rodea al no permitirles una enunciación propia y re-creadora. Por ello insistimos en propiciar la emancipación subjetiva por medio del desarrollo de la resignificación, de la empatía y de la afectualidad, entendiendo por afectualidad una transfiguración o transformación del afecto en afectualidad.

La diferencia principal entre afecto y afectualidad radica en que el afecto es intersubjetivo o intercorporal y la afectualidad es trans-subjetiva o transcorporal, por trascender el marco estrecho de los conocidos por los desconocidos, pero sentidos a la distancia o en su ausencia. Por ello se define la afectualidad como “sentir y sentirse juntes” y, para nosotros, ello conlleva intrínseca y trascendentalmente la emancipación de la subjetividad de los cuerpos de les niñes y jóvenes.


¿Por qué y cómo se deben hacer esfuerzos desde y en la educación, para contribuir a la emancipación de niñas, niños, adolescentes y jóvenes?

Iliana Lo Priore – La emancipación nace del diálogo y una educación emancipadora debe propiciarlo. Al enmarcar la comunicación y la información en la repetición de los enunciados ya dichos o establecidos en la escuela, y no en la enunciación cooperativa, recreadora y emancipadora, se impide considerar a los intercambios verbales o conversaciones como productores de acontecimientos dialógicos, como agenciadores de cocreaciones y coefectuaciones de las cooperaciones intersubjetivas. Reduciéndolos en la educación a unos simples “intercambios comunicacionales” o “transmisiones informacionales”, bloqueando de esa manera la realización de acontecimientos imprevisibles para pensar y sentir emancipadoramente otros entornos-mundos posibles.

Para que la educación contribuya a la emancipación es primordial que se establezca una relación afectual entre quienes participan, esto es, por ejemplo, que estudiantes perciban que hay con les otres una sensibilidad empática que les hace sentipensar juntes.

Por ello es importante en la educación inducir el reconocimiento del acontecimiento re-creador y la resignificación en los intercambios dialógicos, por ejemplo, desde la sustitución o alteración de las palabras de los textos o discursos pre hechos a repetir, decodificándolos y recodificándolos imaginariamente, hasta la invención de nuevos enunciados y narrativas que buscan designar realidades no pensadas y no sentidas, pero imaginables por los colectivos o comunidades de niñes, adolescentes y jóvenes.


¿Cuál es la importancia de la afectualidad y de las tecnologías para la realización de una educación emancipadora hoy día? ¿Cómo esta relación entre afecto, TICs y educación puede darse en la práctica educativa?

Iliana Lo Priore – La afectualidad que referimos tiene su asiento en una sensibilidad convivencial experimentada con/por les otres. Cuando esta experiencia es intervenida tecnológicamente sufre variaciones que hay que considerar en sus efectos. Sobre el uso de las Tecnologías de Información y Comunicación (TICs), existe una valoración hegemónica como herramienta neutra, sin tomar en cuenta que son expresiones de un contexto que las constituye y las hace vehículo de relaciones socioculturales que condicionan su uso y a quienes las usan. Como efecto recursivo sobre les usuaries, su subjetividad se constituirá cada vez más a partir de sus interacciones virtuales con la red, en sujetos dependientes de ésta según sea la frecuencia y el tipo de uso, porque su uso exige cambios de comportamiento o conducta que serían inducidos.

Por ello es relevante analizar el uso de Ias TICs en el campo educativo. Aquí es clave entender que si las personas que son usuarias no poseen contramarcos informacionales y comunicacionales, estos se inclinarán a aceptar los marcos que les ofrecen acríticamente las TICs. Esto se puede contrarrestar si se forman, bajo la orientación problematizadora de docentes, grupos o colectivos de interpretación crítica de las informaciones y comunicaciones que circulan por medio de la Internet.

Por otra parte, la afectualidad se vincula de manera pertinente con el uso en la educación de las tecnologías, cuando se articulan de una forma no manipulada, con la afectividad, emocionalidad y empatía de les niñes, adolescentes y jóvenes al no imponerles una significación y representación únicas por encima de su sintonía autónoma y recreadora recíproca. En este tipo de vínculo donde median las TICs, se debe, en consecuencia, propiciar ese reconocimiento recíproco de las alteridades empáticas entre las personas involucradas.


¿Cómo caminar hacia la realización de una educación para la libertad, la justicia social y la ciudadanía?

Iliana Lo Priore – La libertad asumida como autodeterminación consciente y responsable por las opciones a escoger o decidir en la educación, debe ser producida bajo la consideración de los puntos de vista de los demás. Aunque parezca redundante a la libertad, hay que liberarla de las formas de pensamiento y las decisiones atadas a intereses egocéntricos y egoístas. Hay que sustentarla éticamente en el bien común, contrarrestando al individualismo.

De esta manera se propende a hacer justicia en contra de cualquier tipo de discriminación, en tanto reconocimiento de la alteridad de les otres con quienes se comparte una determinada comunidad o encuentro social de propósitos, por más diferentes que entre sí sean los miembros o integrantes. Ello irá conformando criterios para formular juicios sociopolíticos en torno a los diversos derechos y deberes que le asisten a cada quien y a todes en conjunto, en tanto ciudadanos integrantes de una comunidad.

Los derechos y los deberes hay que asumirlos y enseñarlos escolarmente como prácticas de autorreconocimiento y reconocimiento de los demás. Un modo, entre otros posibles, de asumir la formación para estas tres formas de socialidad (libertad, justicia social y ciudadanía) es que la institución educativa o los centros comunitarios adopten una forma republicana democrática y cogestionadora en su estructura de funcionamiento.

La vida institucional republicana constituirá una cantera de experiencias prácticas formadoras para el ejercicio de la libertad responsable, la justicia social y la práctica de los derechos y deberes convivenciales.


¿Cómo debe ser, desde la mirada del libro, una educación emancipadora e inclusiva para América Latina y el Caribe?

Iliana Lo Priore – Hay que partir de que América Latina y el Caribe constituyen su unidad y diversidad en naciones, sociedades, pueblos y comunidades con características que paradójicamente los identifican en su heterogeneidad e hibridación sociocultural. Su configuración es producto de su inicial dependencia colonial y posteriormente neocolonial – y de sus luchas contra ellas -, que perduran todavía bajo nuevas formas de colonialidad que impulsa la globalización neoliberal. Este contexto histórico ha generado profundas desigualdades sociales, económicas y políticas en su población.

Desigualdades e injusticias que han degradado y afectado la dignidad de la existencia de la mayoría. Así, una forma de emancipación puede ser una educación que se oriente primordialmente hacia su dignificación, con base en reconocer y legitimar su heterogeneidad e hibridez sociocultural, ya que estas condiciones constituyen sus modos de ser o su ser. Su afectualidad cooperativa y solidaria ha surgido como resistencias idiosincrásicas a la modernidad capitalista.

Estas formas resistentes de significar el mundo y dar sentido a su existencia, desde las culturas ancestrales, deben ser reconocidas y legitimadas para desde allí, favorecer su inclusión en una educación que las potencie junto a su articulación pertinente con otros tipos de saberes y prácticas requeridos para su inserción crítica en la sociedad.


¿Cuál es la importancia de una educación para la afectualidad y las TICs en el actual escenario de crisis y pandemia que vivimos, debido al COVID-19?

Iliana Lo Priore – La pandemia ha ocasionado, por las restricciones de interacción social para evitar la propagación del contagio, que la socialidad de las personas se haya fracturado y reducido a los intercambios con los más cercanos o los familiares.

Como efecto colateral, también ha generado el miedo o temor al contacto o relación con los cuerpos de los demás. Sin embargo, el deseo de encuentro con les otres se ha vuelto cada vez más indispensable y está ocasionando en les niñes, adolescentes y jóvenes estados liminales o de tránsito en sus subjetividades, de preocupación por la salud y situación de los demás lejanos o ausentes.

Estos estados son potencialmente afectuales o empáticos, pues conllevan a sentir y sentirse juntes. En consecuencia, la afectualidad puede prosperar y definir la sensibilidad ética y estética de les niñes, adolescentes y jóvenes si se desarrollan estrategias educativas al respecto en su confinamiento (juegos de intercambio de roles, envío de correpondencias empatizadoras, cuentos y narraciones que impliquen identificaciones con les otres, juegos de reimaginación y reinvención de un mundo mejor con los otros, con la otredad de la naturaleza, etc.). Aquí intervienen las TICs, en la medida que se usen para establecer relaciones virtuales empatizadoras con los demás ausentes o distantes, que redunden en beneficio del desarrollo de la afectualidad como nueva forma prevaleciente de relacionamiento social.

Fuente de la entrevista: https://educarparalalibertad.org/noticia/entrevista-educar-para-la-emancipacion-es-re-habitar-el-mundo/

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Estrategias para afrontar el horror

España/ 05 de septiembre de 2017/Por: Saray Marqués/ Fotografía: Isa Karakus / CC0 Pixabay/ Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com

¿Cómo explicarle a un niño, a una niña, un suceso como un atentado terrorista?

¿Cómo gestionar el miedo, cómo prevenir la angustia o las ideas distorsionadas?

¿Cómo atender a sus preguntas acerca del terror? Elaboramos con la ayuda de expertos una serie de pautas para las familias.

La tarde del 17 de agosto, en medio de la confusión acerca de lo ocurrido en La Rambla de Barcelona, los Mossos d’Esquadra, la Policía Nacional y la Guardia Civil lanzaban un mensaje a la ciudadanía, pidiéndole que no publicara fotos ni vídeos ni compartiera imágenes en redes sociales del suceso. Lo hacían “por respeto a las víctimas y a sus familias”. En ese momento muchas familias, en pleno periodo vacacional y con sus hijos merodeando alrededor, tenían un dilema en segundo plano. Mientras trataban de asimilar lo que estaban viendo se preguntaban si era adecuado exponer a esa información a los niños más pequeños o si era preferible una especie de apagón informativo, si “m que se enteren en casa”, si serían capaces de encajar ese sinsentido…

Ya han pasado casi tres semanas del último atentado terrorista en nuestro país, en el que murieron 16 personas en Barcelona y Cambrils. En este tiempo esos mismos niños han generado su propio relato acerca de las imágenes que han podido ver, han presenciado conversaciones que no han entendido, han hecho preguntas que han pillado desprevenidos a los adultos… A algunos, además, les ha empezado a costar dormir, han sufrido pesadillas o han terminado en la cama de sus padres.

La gestión de este tipo de situaciones, el modo de afrontarlas, no es una cuestión menor. En nuestro país existen instituciones especializadas, como la Unidad de Trauma, Crisis y Conflictos de Barcelona, y fundaciones como ANAR cuentan con una serie de pautas. También el Colegio de Psicólogos de Madrid cuenta con un grupo específico de trabajo a raíz del 11-M, en la línea de los que existen en los servicios de Emergencias o La Cruz Roja.

Cercanía, serenidad, seguridad

Ya sea en el mismo momento o en los días venideros, los expertos coinciden en una serie de recomendaciones en caso de atentado terrorista pero también en otro tipo de muertes violentas o suicidios en el entorno. Entienden que, a la hora de informar, la labor ha de recaer en las personas más cercanas para que se establezca un marco de complicidad que ayude a que todo se gestione de forma más sencilla. Así lo expone el psicólogo educativo José Antonio Luengo, especialista en atención en situaciones de emergencia.

Cuando los padres hablen acerca de cualquier noticia negativa con sus hijos han de hacerlo buscando la máxima empatía: “El tono de voz ha de ser tranquilo, para poder transmitir la seguridad necesaria pese al acontecimiento. Si la seguridad es una necesidad básica de todo ser humano, lo es especialmente en la infancia”, remarca Diana Díaz, directora del teléfono ANAR.

¿Se ha de contar siempre? Depende sobre todo de la edad. “Por debajo de los seis, siete años, si el niño no pregunta no debemos sentirlo como una necesidad, salvo que estemos viendo las noticias, esté a nuestro lado y, aunque sea con el rostro, nos transmita que requiere algún tipo de información”, expone Luengo.

Hasta hace algún tiempo se consideraban los 10 años como la edad a partir de la cual los niños pueden asimilar lo que ven en las noticias. “Esto ha cambiado, las edades van bajando y a partir de los ocho son más conscientes de la realidad social, pero es recomendable que vean las noticias con adultos, que los padres filtren y traduzcan esa información para que los pequeños puedan encajarla sin angustiarse, sin que derive en pesadillas, somatización, preocupaciones extremas…”, apunta Claudia Xibixell, psicóloga y orientadora del British Council School. Xibixell apuesta por hablar de lo que le preocupa al niño, qué ha pensado, qué quiere saber… “bajando al nivel de comprensión del menor y aportándole información muy concreta, sin entrar en demasiados detalles, y que sea verdad”.

Por debajo de estas edades, incluso en 4 o 5 años, tampoco se debe subestimar su capacidad de recepción si han tenido acceso a las imágenes. “Depende de las características psicológicas del niño o la niña. Aunque estemos convencidos de que no se ha dado cuenta, pues hemos cambiado de canal o apagado rápidamente, eso se ha podido registrar, generando algún tipo de relato. Por eso es importante que, sin hacer un interrogatorio, descubramos qué ha sentido, comprendido, que saquemos la conversación, que descubramos si tiene alguna pregunta que no se ha atrevido a hacer…”, prosigue Luengo.

No solo la edad

El psicólogo enumera, junto con la edad y las características personales, cinco factores más que nos deben guiar en el modo de actuar y el mensaje que debemos transmitir: la cercanía con el acontecimiento, el entorno familiar (si es hijo único o hay varios hijos), el grado de apego, la exposición que ha habido a la información y si el suceso se produce en periodo escolar o vacacional. Para Luengo, siendo los tres primeros los fundamentales, en el caso de los atentados en Cataluña ha influido también el último, “al depositar la responsabilidad en exclusiva en los padres, pues los niños no lo iban a tratar con su clase, con su tutor, al día siguiente”.

Respecto a la edad, existen excepciones: niños que preguntan ya con cuatro años, pero la regla general es que a partir de los ocho años no contar nada no es una opción. “Desde estas edades comienzan a usar la lógica para llegar a conclusiones y tienen que conocer lo que pasa, pues de un modo u otro van a tener contacto con la noticia en un entorno distinto al de casa y, si no se han generado un cierto criterio se van a sentir en una situación incómoda y de indefensión que generará más miedo y angustia”, constata Luengo.

También las características personales (capacidad de escucha, empática, interés, fortaleza…) han de tomarse con cautela: “La vulnerabilidad es muy traicionera, y nos encontramos con niños aparentemente muy fuertes en situaciones de la vida cotidiana que ante sucesos explosivos se desmadejan, se desarman”.

Escuchar, traducir y no mentir

Una de las premisas que comparten todos los expertos consultados es que se debe dejar que el niño hable primero, escuchar lo que quiera preguntar, lo que quiera decir, sus miedos, sus preocupaciones. Lo remarca José Luis Martorell, del Servicio de Psicología Aplicada de la UNED, “Es la base de toda la psicología, primero dejar expresar”. Esta expresión, que incluye los sentimientos, se puede facilitar no solo con conversaciones, sino con dibujos, relatos, cuentos…

“Es importante situarnos a su nivel. Del mismo modo que físicamente es positivo hablarles a su misma altura, en estos casos debemos emplear su mismo idioma, recurriendo, sobre todo con los más pequeños, a palabras simples, aclarando que estamos ante algo que no está bien, pero que no es algo normal, que no pasa a menudo”, analiza Sofía Gigliani, psicóloga y orientadora del colegio SEK-Ciudalcampo. Hablando descubriremos qué información manejan… “Es clave para enfocar directamente los comentarios, las respuestas, porque muchas veces no es necesario aportar datos que tan solo les van a confundir, y les basta con saber que ellos están bien y sus seres queridos también lo están”.

Sin ocultar, conviene dosificar la información (evitando siempre las imágenes repetitivas o demasiado dramáticas, y cuidando su procedencia), y siempre sin mentir. Inevitablemente surgirán los ¿”Nunca más va a pasar?” o el “¿Me puede pasar a mí?”. Decir que no va a volver a ocurrir no es una buena idea. Ante la incertidumbre, Gigliani apuesta por una suerte de empoderamiento, por transmitir a los niños lo que ellos pueden hacer, cómo ellos pueden cuidar de sí mismos, protegerse (por ejemplo, uso del cinturón, del casco, llamadas al 112 o a los padres si hay algún problema), por resaltar que, además de ellos y de su familia, otras personas (policía, bomberos…) velan por su seguridad. También ayuda el dejarles compartir los sentimientos. “Puede que los niños estén más nerviosos, lloren sin saber por qué, tengan pesadillas, se hagan pis en la cama, que de repente les asusten las multitudes o que sus padres se vayan… Debemos dejarles expresar ese miedo, esa angustia, esa ansiedad, hacerles ver que es válido lo que sienten, estando a su lado y recurriendo a ayuda externa si se prolonga en el tiempo. En ocasiones el niño está intentando decir algo y la familia lo ignora, creyendo que si no se habla del tema mejorará, y es un error”, asegura Gigliani.

Según María Ramos, psicóloga infantil en EnPositivoSí, debemos estar preparados para “dar siempre la misma respuesta, pues muchas veces, para poder entender lo que ha ocurrido, los niños necesitan hacer varias veces la misma pregunta, lo que les da esa seguridad necesaria”. Para Ramos, es importante insistir en este relato adaptado a su edad, acompañándolo de un mensaje de confianza, de que la vida sigue, de que somos capaces de superar las adversidades y de salir adelante. Sin esto, los niños pueden generar sus propias explicaciones de lo que pasa, que pueden resultar dañinas y desembocar en un trastorno de estrés postraumático (estado de alerta e hiperexcitación, irritabilidad, insomnio, falta de concentración, flashbacks, tristeza, cambios de humor, sensación de inseguridad, dolores de tripa o de cabeza…). Si estos síntomas persisten más de un mes, aconseja, se debe pensar en acudir a un especialista. Dos años después del 11-S una investigación de la Academia de Medicina de Nueva York relató hasta un 18% de niños en la ciudad con este tipo de estrés, cuya probabilidad es mayor cuanto más invasiva es la exposición al proceso.

¿No tenemos miedo?

Los expertos recomiendan hacer un seguimiento según va pasando el tiempo, “evitando frases muy habituales y que no ayudan, como el ‘No tienes que llorar’, el ‘Tienes que ser fuerte…’”, señala Luengo, “En estos casos está bien que seas débil, que pidas el acogimiento afectivo y emocional de los otros sin sentir que estamos defraudándoles”, continúa. El bálsamo puede ser un mensaje acerca de cómo se puede construir también desde la tragedia, o un buen abrazo.

También Ramos advierte de que “no se puede vivir sin miedo, pues es la manera de regular nuestra exposición al peligro, pero sí evitar que se transforme en pánico, en miedo sin control, en angustia intensa o sensación de indefensión”. La pedagoga Anna Ramis se revuelve igualmente contra el “no tenemos miedo”. “El miedo no es ni bueno ni malo, es. Es un sentimiento que nos informa de que algo nos amenaza y nos produce inseguridad. Ser valiente no es ser temerario, es saber gestionar bien ese miedo para salir adelante, evitando que nos paralice”. Para ella es importante llegar, en la conversación con los hijos, a desentrañar qué produce ese miedo en realidad… “Quizá es miedo a que nos maten, a que maten a papá y a mamá… ante lo que conviene insistir en la idea de la excepcionalidad y evitar hablar desde el susto”.

Sin llegar al estrés postraumático, muchas de las reacciones del menor en los días que sigan al suceso pueden deberse al impacto que les ha producido, y estas pueden ir desde el bloqueo hasta la violencia. Diana Díaz, del teléfono ANAR, reclama serenidad para afrontarlas: “Corresponde a los adultos estar atentos a cómo lo han procesado y si algún aspecto sigue rondándoles en la cabeza, si necesitan hablar del tema, es interesante retomarlo desde la serenidad”.

Para Díaz, en las respuestas que aportemos también cabe el “No lo sé”, el “No te puedo explicar”. Es algo normal, humano, como hablar de las emociones, por lo tanto no debemos sentir que les estamos fallando, tan solo les estamos trasladando que nosotros como padres no siempre tenemos todas las respuestas.

Serán días en que los niños, en función de su edad, se acerquen a la idea de no omnipotencia del ser humano, y es bueno aprovechar, según Díaz, para transmitir valores como el de solidaridad, mostrando cómo podemos ayudar estando unidos en la adversidad, o el respeto a la diversidad. “Se trata de que este proceso de crecimiento sea positivo, pero sin acelerarlo, llegando solo hasta donde los niños sean capaces de procesar”.

Coincide Martorell en que un factor importantísimo es la propia reacción de los progenitores, si están desbordados o si han sido capaces de digerirlo, y más cuanto más pequeño es el niño. “El mundo es inseguro, pero no ganamos nada con anticipar esa idea a niños que no la van a poder manejar”, señala Martorell, “Ellos no pueden evaluar la improbabilidad” ni podemos ponerles en la tesitura si “más vale vivir libre”.

En función de la edad, para Luengo, un acontecimiento de estas características supone una oportunidad para reflexionar sobre los valores y las maneras de interpretar la vida que estamos transmitiendo, valores como la empatía, compromiso, compasión, bondad o el respeto a los otros, en primer término, que además nos servirán, en segundo, para afrontar los malos momentos, las dificultades.

“Crecer tiene un lado maravilloso, pero también lleva aparejada una pérdida secuencial de la inocencia”, señala el experto, que, más que por el fomento del concepto de resiliencia como resistencia ante los estímulos agresivos, aboga por la idea del afrontamiento: “Va más allá, que no es solo resistir, saber recibir bien el golpe, sino ser proactivos, aun con todo el dolor, con toda la tristeza y con todas las dificultades, levantarse sabiendo que no todo es positivo en la vida ni que siempre debemos tener una mirada positiva de todo”.

Fuente:

http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/09/04/estrategias-para-afrontar-el-horror/

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España: Los centros de Educación Infantil retomarán el diálogo con la Junta con «pocas esperanzas» de conseguir cambios

España/ 29 de agosto de 2017/Por AMANDA SALAZAR/ Fuente: http://www.diariosur.es

El Gobierno autonómico anuncia una convocatoria extraordinaria para solicitar las ayudas para las escuelas infantiles de 0 a 3 años, que podrán presentarse del 1 al 15 de septiembre.

La Asociación de Escuelas Infantiles Unidas (AEIOU) tiene prevista una reunión para el mes de septiembre con el nuevo director general de Centros y Planificación de la consejería de Educación de la Junta de Andalucía; José María Ayerbe, quien se ha mostrado abierto al diálogo tras la aprobación de un decreto regulador que los profesionales consideran insuficiente.

Desde AEIOU consideran positiva esta actitud de apertura tras la entrada de la nueva consejera de Educación Sonia Gaya, y esperan avances aunque, según la vicepresidenta de AEIOU acuden “con pocas esperanzas” de lograr para este curso académico cambios en las tablas de bonificaciones para las familias, que en el curso anterior puso en pie de guerra al sector por suponer un “significativo recorte que pone en serio peligro la conciliación de cientos de miles de familias andaluzas en cuyo hogar trabajan los dos progenitores”.

La Junta ha anunciado una convocatoria extraordinaria para solicitar las ayudas para las escuelas infantiles de 0 a 3 años, que podrán presentarse del 1 al 15 de septiembre. Pero desde la asociación indican que no presenta cambios en cuanto a los tramos de subvenciones con respecto a la convocatoria anterior.

Fuente de la Noticia:

http://www.diariosur.es/malaga/centros-educacion-infantil-20170826171241-nt.html

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Olimpiada del conocimiento: presente y evocación

Por:

Como ya es tradición, el mar­tes 8, el presidente Peña Nieto convivió con los niños ganadores de la Olimpiada del Conocimiento Infantil. La ce­remonia en Los Pinos se denomina Convi­vencia Cultural. En ésta, el Presidente y el secretario de Educación Pública, festejan a los niños más aplicados del país.

Hace unos años comentaba con una colega el valor de ese ceremonial. Ella pensaba que no debería existir, que lo ideal sería que todos los niños se desem­peñaran bien, que todos caminaran al mismo ritmo, que no hubiera diferencias, que todos fueran destacados.

Es un ideal imposible de alcanzar, pienso. Cuando se quiere emparejar el desempeño de los estudiantes de mane­ra artificial, por lo general es hacia aba­jo. Recuerdo de mis años de primaria, cómo nos incomodaban los niños apli­cados, más si eran niñas. Quizá no lo re­conocíamos como envidia, pero pienso que eso era lo que sentíamos; nos burlá­bamos de ellos y no pocas veces eran el blanco de la inquina de los más ganda­llas. “Aquí todos somos iguales”, parecía ser la consigna. Pero en el fondo siempre hemos rendido culto al individualismo.

El ritual de la Convivencia Cultural en­comia dos tendencias que para algunos son antípodas. Por una parte, es un reco­nocimiento al esfuerzo de niños y maes­tros por hacer bien su labor. A los primeros por su dedicación al estudio, cumplir con horarios y tareas y, en consecuencia, obte­ner buenas calificaciones. A los segundos, por poner atención —a veces demasia­da— a los niños que sobresalen.

Por otra parte, es un incentivo —“son un ejemplo”, les dijo el secre­tario de Educación Pública, Aurelio Nuño— para seguir por esa ruta, una invitación a ser mejores. Es un aplauso a la noción de competencia, a ser di­ferentes al resto de sus compañeros. Destacar, parece decir el mensaje del ceremonial, es una virtud.

Para mí no hay contradicción. No es cierto que todos seamos iguales. Hay diferencias en comprensión, lucidez, tiempo dedicado al trabajo (el holgazán existe), esfuerzo individual y, claro, en capital cultural. Quienes tienen más ven­tajas de origen disfrutan de mayores po­sibilidades de sobresalir.

No niego que haya una restricción de clase social. Las desigualdades sociales y culturales se reproducen. Por décadas, en la ceremonia que ideó Jaime Torres Bodet a comienzos de los 60, sólo eran premiados niños de clase media. Pero buena parte de esa clase migró a la es­cuela privada. Hoy, pienso, en las áreas urbanas (no en las marginales) hay cierta homogeneidad en el origen de clase so­cial de los alumnos.

En los años 90, si no me equivoco, gracias a la insistencia del entonces sub­secretario de Educación Básica, Olac Fuentes Molinar, se instituyó que en es­tas olimpiadas se incluyeran categorías y se seleccionara a los niños que obtu­vieran los mejores desempeños en edu­cación indígena (bilingüe y bicultural), en los cursos comunitarios del Consejo Na­cional de Fomento Educativo (los pobres entre los pobres) y en Telesecundaria. No es el paraíso, pero es un reconocimien­to a la pluralidad social y, sin que se les mencione, a los rezagos que padece el sistema educativo mexicano.

Para un niño de 12 años, entrar a Los Pinos era un verdadero privilegio. Me re­fiero a los tiempos de presidencialismo exacerbado y con una población menor a la tercera parte de lo que tenemos hoy. Quien saludaba al Presidente —y tenía la foto dándole la mano para demostrar­lo— se trasmutaba en una celebridad, más aún si provenía de una ciudad pe­queña. Eran foco de adulaciones y de orgullo de su familia y maestros de su escuela, aunque también había quie­nes los envidiaban más que antes de la premiación.

Hoy, quizá nada más sus familias fes­tejen los 15 minutos de gloria de los cam­peones de esta olimpiada. ¡Pero de que lo merecen, lo merecen!

Fuente del Artículo:

Olimpiada del conocimiento: presente y evocación

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¿Aprender a leer antes de los 6 años crea problemas de comprensión y escritura?

Por Arturo Sánchez Jiménez en La Jornada

Justo este domingo 4 de junio salió un artículo en el periódico la Jornada de México donde se expone uno de los principales diles que se tiene en el sistema educativo Mexicano, las ventajas o desventajas que implica que los pequeños de preescolar inicien con el aprendizaje de la lectoescritura de manera formal.

Desde mi experiencia me ha tocado ver varios casos que ofrecen aspectos positivos desde ambas propuestas, las escuelas preescolares que comienzan de lleno con el trabajo de lectura y escritura y otras que priorizan el aspecto psicomotriz. Por ejemplo existen generaciones de niños que llegan a primer grado de primaria leyendo y escribiendo perfectamente, pero también generaciones con una enseñanza completamente mecánica del lenguaje escrito que dificulta llegar a niveles de comprensión y reflexión de la lengua. Por su parte también tenemos generaciones de grupos ampliamente estimulados en su aspectos psicomotrices y de pensamiento lógico que el avance y progreso con ellos es rápido, pero también generaciones con nulos elementos básico de la lengua formal.

Desde mi perspectiva, todo redice en el modelo de enseñanza, aquel que estimule el pensamiento lógico del estudiante y que esté a su vez, por sí sólo, entienda la lógica del lenguaje para su adquisición. De nada sirve forzar al niño o la niña a leer con métodos mecánicos sólo para estar a la par de los demás.

¿Qué experiencia han tenido en este aspecto, compañeros y compañeras docentes?¿Qué se acostumbra en su Jardín de Niños?¿En qué nivel han recibido a sus grupos de primer año?¿A su hijo en preescolar cómo le están enseñando?, ojalá puedan responder estas preguntas en la parte de comentarios.

Aprender a leer antes de los seis años activa en el cerebro sólo mecanismos de memoria y no de comprensión, lo que incluso puede llevar a algunos alumnos a llegar a licenciatura sin entender los textos y con problemas de escritura, de acuerdo con un investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Alejandro de la Mora Ochoa, académico del departamento de Humanidades de la unidad Azcapotzalco de esa institución, explicó que por tal situación no sorprende que el país ocupe los últimos lugares en lectura del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (Pisa, por sus siglas en inglés) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), pues dan a los niños cargas cognoscitivas a las que no están preparados para soportar ni por memoria ni juicio ni inteligencia, porque sus capacidades aún no han madurado.

En el Seminario de Lenguas Otomangues –realizado en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México– consideró erróneo que en escuelas primarias se imponga como requisito de ingreso saber leer y escribir o que los padres de familia presionen para que los niños adquieran esas destrezas en prescolar.
Si se enseña esa habilidad cuando las capacidades cognoscitivas de los niños no se han concluido e integrado, estamos destruyendo la posibilidad de que lean, agregó.

Los procesos de adquisición se relacionan con bases neurológicas, por lo que es necesario el desarrollo de conexiones que permitan hacer la inferencia y secuenciación relacionados con vincular, primero, el equivalente de un sonido a una grafía, y segundo, el valor que tiene ésta junto a otra en términos de sonido.

Éstos tienen que ver con el desarrollo de la memoria, la inteligencia y el juicio, que se dan en la medida en que se logran la madurez social y sicológica. Por eso hablamos de factores fisiológicos, sociales y cognoscitivos.

Mora Ochoa recomendó el ingreso a los centros de desarrollo infantil (Cendis) desde el nivel maternal y que los padres no fuercen a los pequeños a leer y escribir, debido a que esos conocimientos tienen sus momentos de maduración y deben respetarse. En Suiza, por ejemplo, comienzan a los ocho años.

El especialista realizó un estudio con pequeños de cuatro a cinco años en los Cendis de las unidades Azcapotzalco, Iztapalapa y Xochimilco de la UAM, el cual reveló que estos recintos son ejemplo y modelo de eficiente adquisición del lenguaje para el aprendizaje de lectura y escritura.

El éxito está fundamentado en que son proporcionadas las plataformas para la lectoescritura con elementos visomotores, sicomotores y semánticos que posibilitan la obtención de una sólida base para su ingreso a la educación primaria.

Fuente del Artículo:

http://diarioeducacion.com/aprender-leer-los-6-anos-crea-problemas-comprension-escritura/

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España: El Museo de Educación Ambiental abre sus puertas este martes con talleres infantiles y para grupos

España/01 de agosto de 2017/Autor: Europa Press/ Fuente: http://www.20minutos.es

El Museo de Educación Ambiental abre sus puertas este martes con talleres infantiles y para grupos
En concreto, ha detallado el Consistorio pamplonés en una nota, los talleres ambientales dirigidos a menores de 5 a 12 años se celebrarán del 22 de agosto al 1 de septiembre de 10.30 a 12.30 horas. Del martes 22 al viernes 25 de agosto los talleres serán en castellano, mientras que del martes 28 al viernes 1 de septiembre las actividades se realizarán en euskera.
La inscripción, que es gratuita, puede realizarse desde este martes 1 de agosto llamando al Teléfono de Atención Ciudadana 010 o 948420100 (cuando se llama desde fuera de Pamplona, con móvil o con tarifa plana de un operador telefónico). Cada persona puede apuntarse a tantos talleres como desee por lo que puede acudir uno o varios días. Los talleres en castellano y en euskera tienen los mismos contenidos. Los participantes tendrán que llevar una camiseta que puedan manchar para realizar las actividades.
El objetivo de estos talleres es que los participantes se diviertan al mismo tiempo que aprenden sobre el medio ambiente. A través de juegos, experimentos y dinámicas se irán conociendo los diferentes ecosistemas del planeta, y sesión a sesión irán creando su propio ecosistema plasmado en un mural.
Además de los talleres infantiles, el Museo de Educación Ambiental ofrece actividades dirigidas a grupos, que pueden ser asociaciones, colectivos o ludotecas de verano. Se realizarán todos los miércoles de agosto, tanto en castellano como en euskera, para personas mayores de 6 años. El horario de las sesiones es de 10 a 11.30 y de 11.30 a 13 horas y se podrá realizar tanto en castellano como en euskera. El grupo mínimo será de ocho personas. Las inscripciones se realizan en el 948 149 804 o museoeducacionambiental@pamplona.es.
La tercera propuesta del Museo, para los jueves 24 y 31 de agosto, son los mercadillos de intercambio de juguetes. De 10 a 13 horas, los niños podrán participar en un trueque de juguetes como forma de sensibilización y educación sobre la vida de los productos, su posible reutilización y el exceso de consumo. Los menores deberán ir acompañados por un adulto y la entrada es libre si necesidad de inscripción previa.
En el mercadillo cada niño llevará un juguete que ya no usa. Puede ser, por ejemplo, cualquier juguete, libro, cuento, puzzle o juego de mesa. Cuando todos los menores hayan colocado sus juguetes en la mesa empezarán a dar vueltas por la sala, observando todos los que estén disponibles, para ver por cuál quieren cambiar el suyo.
VISITAS A LAS OCHO SALAS EXPOSITIVAS
Además, al igual que el resto del año, en agosto el Museo de Educación Ambiental abrirá su espacio expositivo permanente que está estructurado en torno a tres conceptos: los recursos naturales, la intervención del ser humano con el medio y el desarrollo sostenible. Estas tres ideas se desarrollan en siete salas, cada una con una temática diferente: ‘El sol, la fuente de toda la energía’, ‘El aire, el agua y el suelo’, ‘La biodiversidad’, ‘El uso del territorio’, ‘Consumo y residuos’, ‘Transporte y movilidad’ y ‘El ruido’.
Las siete salas cuentan con paneles, sistemas interactivos multimedia y fichas para quienes deseen información complementaria.La visita puede completarse con el Aula Interactiva de Acústica, elaborado por el Departamento de Física de la Universidad Pública de Navarra dentro de EIDRA (Estrategias e Intervenciones para Disminuir el Ruido Ambiental) e incluido en el proyecto URBAN del Ayuntamiento de Pamplona.
En esta sala se pueden conocer del sonido y sus múltiples aspectos, desde sus fundamentos físicos hasta la contaminación acústica, pasando por su relación con la música. Se exponen las magnitudes acústicas básicas, la generación, la percepción y la aplicación del sonido.
Fuente de la Noticia:
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Videoconferencia: Iliana Lo Priore en Educación Maternal, Procesos Integrales y Humanizadores.

En el marco del I  Encuentro Nacional por la Transformación de la Educación Inicial, auspiciado por el Ministerio del Poder Popular para la Educación (MPPE)  y UNICEF, y con el respaldo de OMEP Venezuela, se presenta la conferencia de Iliana Lo Priore, titulada,  Educación Maternal, Procesos Integrales y Humanizadores.

Este momento educativo como parte del proceso de formación nacional realizado a más de 350 docentes de Educación Inicial, representantes de los 23 estados del país.

A continuación presentamos la conferencia.

 

Fuente: Araguaney

 

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