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Argentina: Clausuran setenta escuelas

Argentina / 12 de agosto de 2018 / Autor: Ludmila Ferrer / Fuente: Página 12

Los distritos escolares de General Rodríguez y Moreno prácticamente no tuvieron clases luego de la fatídica explosión de la escuela 49. En General Rodríguez una cuadrilla del gobierno comprobó pérdidas de gas en la mayor parte de las escuelas.

Ayer hubo movilizaciones de docentes y padres de alumnos en los partidos de Moreno y General Rodríguez. En ambos distritos prácticamente el total de escuelas se mantuvo sin dar clases. Luego de la explosión en la escuela 49, que provocó la muerte de la vicedirectora Sandra Calamano y el auxiliar Rubén Rodríguez, las comunidades educativas salieron a denunciar las paupérrimas condiciones edilicias. “Faltan aulas, hay problemas con el gas, la electricidad, los desagües, paredes electrificadas, cortes diarios del suministro de agua en las distintas instituciones”, le informó a PáginaI12 Verónica Ledesma, secretaria general de la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB). En otros distritos bonaerenses, como Merlo y Pilar, surgieron denuncias similares. En Mar del Plata, además, el interventor del Consejo Escolar renunció aduciendo “estrés”.

“El viernes le pregunté al presidente del Consejo Escolar si podía garantizar la seguridad de alumnos, docentes y auxiliares y me respondió que no”, dijo Ledesma. Finalmente, se decidió que cuadrillas especiales pasen a revisar todos los establecimientos educativos de General Rodríguez. “Queríamos que se revisen con cuadrillas especiales y que nos garantizaran que iban a hacerse trabajos en concreto y, además, tener la certificación de profesionales que garantizaran la habitabilidad de los edificios. Queríamos que nos dijeran que los chicos podían concurrir a las escuelas sin riesgo de vida”, afirmó.

Ayer, los directivos de algunas escuelas del municipio de General Rodríguez, presionados por el reclamo de docentes y padres, decidieron suspender las clases ante el peligro que corrían los alumnos y asustados por lo sucedido en Moreno la semana pasada. “A medida que pasaba la cuadrilla que mandaron el Consejo Escolar y la municipalidad se detectaron fugas de gas –dijo Ledesma–. Hay un 80 por ciento de servicios educativos que ahora están con suspensión de clases.” Esto representa entre 60 y 70 establecimientos, entre ellas, la escuela primaria N°11, donde se detectó una fuga de gas.

Ayer a la mañana, hubo una marcha a la Jefatura Distrital de ese distrito porque los gremios fueron convocados a una reunión con el jefe regional Hugo Daniel Costilla. “El objetivo era tratar la situación edilicia de General Rodríguez después de una movilización que se hizo el viernes frente al Consejo Escolar de parte de gremios, docentes, alumnos y padres para pedirles soluciones respecto a la situación de infraestructura de nuestro distrito”, afirmó Ledesma.

En abril se había declarado la emergencia educativa en General Rodríguez “dada la situación preocupante de las instituciones”. “Los gremios reclamamos hace años la falta de edificios y la situación de los edificios que funcionan ahora. Faltan aulas, hay problemas con el gas, la electricidad, los desagües, paredes electrificadas, cortes diarios del suministro de agua en las distintas instituciones. Además hay sobrepoblación y los alumnos están hacinados. A veces llega a haber hasta 80 alumnos en un aula”, sostuvo la titular de FEB.

Como informó ayer este diario, a principios de julio, en la escuela N°22 del barrio Bicentenario de General Rodríguez explotó una cocina por una pérdida de gas. Aunque no hubo muertos, una auxiliar sufrió graves quemaduras.

A su vez, en otros distritos comenzó a replicar el miedo y el enojo. Los directivos de la escuela secundaria N°7 de Pilar se vieron forzados a evacuar a sus alumnos por escapes de gas. Para dejarlos fuera de peligro, el director decidió llevar a los chicos al patio y resolvió suspender las clases cuando vio una estufa defectuosa y un tomacorriente enchufado a su costado. Fernando Sorrentino, docente del establecimiento, contó que el olor a gas se empezó a sentir cerca de las once de la mañana en el auditorio. “Por primera vez en la vida veo una estufa que no es de tiro balanceado, infrarroja, no tenía llave para regular a la vista y al lado de la estufa conectado un toma corriente como si fuese un bypass por afuera, cuando todos sabemos que no puede estar al lado si hay una pérdida”, dijo Sorrentino. En ese momento, los trabajadores de la escuela hicieron un acta y le solicitaron al director que tomara medidas de prevención. “Resolvió primero ubicar a los chicos en el patio donde no hubiese riesgo y luego suspender las clases”, afirmó el docente.

Los directivos de la institución ya habían presentado quejas ante las autoridades provinciales, pero no obtuvieron respuesta. Hubo distintos reclamos, por olor a gas, escapes de gas y techos que llueven y se caen”, informó Sorrentino, quien señaló que la situación de las escuelas se debe a “la política de ajuste a la que estamos sometidos”.

Después de lo que sucedió en la escuela 49 de Moreno, el personal educativo acordó armar “un dispositivo para estar alerta ante cualquier falla que hubiera”.

En Merlo, la directora de la escuela primaria N°8 les pidió a los padres que entraran al establecimiento cuando fueron a llevar a sus hijos. Ahí intentó minimizar que había “pequeñas pérdidas de gas”, además de otras irregularidades, pero que de todas formas se dictarían las clases por pedido estricto de la inspectora. Los padres se resistieron a dejar a los niños en la escuela. Luego, hicieron una denuncia en el comando de bomberos del distrito, quienes junto al personal de Defensa Civil comprobaron que había cinco escapes de gas en el lugar.

Karina, madre de una alumna de primer grado, contó que la directora “empezó a sostener que no la dejaban cerrar la escuela pero todos los padres empezamos a decir que eso no era factible. Algunos se pusieron nerviosos, sacaron a los chicos de la escuela y otros quedaron adentro”.

Pero el problema no es sólo el gas. Desde la escuela N°5 de El Palomar denuncian que fueron abandonados por el gobierno provincial y el de Morón, encabezado por el intendente Ramiro Tagliaferro, ex esposo de María Eugenia Vidal. El 29 de abril la escuela fue afectada por un temporal y quedó sin techo. Y ahora denuncian que el gobierno desistió de avanzar en su recuperación.

Fuente de la Noticia:

https://www.pagina12.com.ar/133542-clausuran-setenta-escuelas

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La sociedad integra las «escuelas invisibles»

Ecuador / 12 de agosto de 2018  /Autor: Fausto Segovia / Fuente: El Telégrafo

Los procesos de inclusión son indispensables para que funcionen las estructuras sociales participativas que fortalecen el sistema educativo. 

Los gobiernos, los padres de familia y los estudiantes se preocupan de las condiciones físicas de la escuela. Es decir: profesores, plan de estudios, infraestructura, equipamiento, material didáctico, biblioteca, patios y letrinas.

¿Quiénes se interesan por la aplicación del modelo educativo –si existe-, los métodos de enseñanza-aprendizaje, la vida escolar como proyecto cultural y ético, y las condiciones vitales de los niños y niñas que asisten a los planteles, especialmente públicos?

Hay que reconocer que existen esfuerzos y programas en esa línea, como el ajuste curricular en procesos. La capacitación de los profesores, y otros como la alimentación y los útiles escolares gratuitos,  y la distribución de uniformes que se inscriben en criterios de equidad social.

Pero, ¿el sistema educativo está afrontando con rigor el tema de la calidad, con estándares, sobre la base de una evaluación continua, en cada plantel? Hay programas de remediación para quienes tienen que desertar: ¿cómo articular la escolaridad con el mundo del trabajo, en proyectos concretos? ¿La escuela es un referente de cambios sociales verificables o un modelo de reproducción de programas superados por la realidad?

Los factores asociados

La “escuela invisible” no es sino la otra cara de ese mundo paralelo –cultural, económico y social- que forma parte del subdesarrollo biológico y mental que afrontan nuestros pueblos, especialmente en los sectores urbano-marginales y rurales, y que forman parte del atraso estructural.

Los factores exógenos o asociados inciden poderosamente en la calidad de la educación, y obviamente en el rendimiento escolar. Según Ernesto Schiefelbein está “la necesidad de trabajar, la desnutrición, los problemas de salud, la distancia y el tiempo que tardan los estudiantes y profesores en acudir a la escuela”. La tragedia subsiste. Porque la deserción escolar es una verdadera tragedia en lo emocional, social y económico porque el Estado sostiene un sistema muy bueno en cobertura (96%), pero deficiente en los mecanismos de retención de los niños que son lanzados, virtualmente, a la calle en busca de sobrevivencia. ¿De qué sirve que el Estado aumente cada año su presupuesto en el 0.5 del PIB, si no tiene estrategias concretas para superar este problema estructural?

Educación, salud, empleo
Los especialistas establecen que el problema es real, pero que la solución escapa a la responsabilidad propia del sector educativo, porque es necesario articular acciones con los sectores de salud y empleo, que corresponden a políticas públicas de los gobiernos.

Esta sectorización que sirvió para la planificación en el siglo XX ya no sirve. En la actualidad,  las políticas de desarrollo humano son unívocas e integran los ámbitos del desarrollo social vinculados a las del desarrollo económico, y operativamente están unidas.

Así lo reflejan los índices de desarrollo humano, reconocidos por las Naciones Unidas que son: la escolaridad, la salud, la nutrición y el empleo.

Acciones prioritarias

En el contexto microeducativo se necesitan sobre todo acciones prioritarias, como articular los proyectos educativos institucionales (PDI) a una reforma consistente del currículo que integre los aspectos invisibles.

Los mismos que por estar “implícitos” -ambientes de aprendizaje, según César Coll- sirven para marginar y excluir; fortalecer las organizaciones de la comunidad y a falta de ellas promover grupos de trabajo y programas asociados a la calidad, con la intervención activa de estudiantes, padres y profesores.

Es decir integrar a nivel local la escuela, el centro de salud más próximo y las empresas del sector; fomentar la gestión escolar, a través de mecanismos de rendición de cuentas, que permitan la construcción de una sociedad democrática. Se debe realizar un seguimiento de los niños y sus familias, que dejan de acudir a la escuela; articular, de manera explícita, el arte y el ambiente con el currículo, la identidad y la diversidad.

Que no se olvide que el propósito fundamental de toda educación es preparar para la vida. Y ello implica dos acciones o actitudes concurrentes: el cuidado y atención de uno mismo, y el cuidado y atención de los demás. Insistamos en lo primero y luchemos por que lo segundo se aplique.

Modelo preventivo: categorías
Los índices de calidad educativa, dentro de un modelo preventivo, se agrupan en tres categorías. Las que expresan relaciones entre los “inputs” o entradas al sistema educativo, la escuela y los valores sociales: sistemas de admisión de estudiantes y profesores; equidad de acceso y en la asignación de recursos para la igualdad de oportunidades educativas.

Además de las relaciones entre la estructura, procesos sociales, curriculares e instructivos en las instituciones educativas. Las mismas que deben tener una organización que asegure la participación en la toma de decisiones; clima institucional, validez cultural del currículo y de los sistemas de evaluación.

También se incluyen las  que regulan las articulaciones entre los objetivos y los resultados educativos, así como las expectativas y necesidades sociales. La rendición de cuentas es clave en esta estrategia. Es decir la “escuela invisible” nos concierne a todos, en el contexto de la pedagogía crítica. (I)

Fuente del Artículo.

https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/sociedad/6/la-sociedad-integra-las-escuelas-invisibles

ove/mahv

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Sri Lanka prepara nueva ley para mejorar calidad de la Educación

Sri Lanka / 22 de julio de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Prensa Latina

Una nueva ley de estándares educativos que comprende cambios para mejorar la calidad de la educación se introducirá en el futuro cercano en Sri Lanka, afirmó hoy el primer ministro Ranil Wickremesinghe.

 

Wickremesinghe dijo al portal del periódico Daily News que durante los últimos tres años, el gobierno esrilankés implementó varios programas para la mejora de las instalaciones en las escuelas, pero el desarrollo cualitativo de la educación en Sri Lanka no está a la altura.

Prestar atención a una educación de calidad es un factor importante. Tenemos que proporcionar alcance y garantizar una educación de calidad, indicó Wickremesinghe.

‘Ya he instruido al ministro de Educación, Akila Viraj Kariyawasam, a tomar las medidas necesarias para desarrollar estándares nacionales para la educación’, acotó el primer ministro.

Los maestros calificados y capacitados, mejores instalaciones de infraestructura, un plan de estudios actualizado y evaluaciones regulares de los estudiantes son las principales herramientas para garantizar una educación de calidad, afirmó.

La contribución de los docentes es significativa para garantizar la calidad del sistema educativo del país. Por lo tanto, es esencial contratar maestros capacitados en todas las escuelas para fortalecer el proceso de enseñanza y aprendizaje, agregó.

Se tomarán medidas para hacer obligatoria la capacitación docente en los próximos cuatro o cinco años, puntualizó.

Por su parte, el ministro de Educación, Akila Viraj Kariyawasam, señaló que preparar recursos humanos es la mejor manera de desarrollar el país.

El ministerio de Educación toma medidas para lanzar un Plan de Becas para estudiantes talentosos con destaques en deportes, artes y nuevos inventos. Como paso inicial de dicho programa a partir de 2017 se otorgaron mil becas a estudiantes.

Fuente de la Noticia:
http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=194867&SEO=sri-lanka-prepara-nueva-ley-para-mejorar-calidad-de-la-educacion
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Cómo eliminar la brecha en educación rural y urbana

Colombia / 1 de julio de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Semana

En Colombia, solo el 10 por ciento de la población rural son bachilleres y el 2 por ciento logra llegar a la universidad.

Las malas condiciones de infraestructura y las largas travesías para llegar a clase, son algunos de los ejemplos de las inequidades de la educación colombiana en el mundo rural campesino. Por años las organizaciones sociales han alzado su voz para concretar estrategias que garanticen una buena cobertura, calidad y pertinencia de la educación desde la primera infancia hasta la educación superior en el campo. Colombia tiene 8.704 sedes de instituciones escolares en zonas urbanas mientras que en zonas rurales permanecen 35,329, según cifras del Ministerio de Educación.

La geografía difícil, la población dispersa y el conflicto armado han incidido sobre el devenir educativo del sector rural y para el Ministerio, estas condiciones no han permitido que el sistema educativo responda con suficiencia en las necesidades de la región, dando como resultado “una baja tasa de cobertura y de calidad en todos los niveles de educación, así como una desarticulación con el sistema productivo regional”, aseguran.

La brecha entre la educación rural y urbana se hace evidente con los indicadores que demuestran que en el 2017 los años promedio de educación para la población mayor de 15 años en zonas rurales fue de 6, mientras que en las zonas urbanas fue de casi 10. Además, cerca del 50% de los establecimientos educativos tienen un desempeño educativo inferior o bajo en las pruebas estandarizadas. Solo el 2,3 por ciento de las personas que viven en la Colombia rural han realizado estudios universitarios, el 10 por ciento son bachilleres y el alfabetismo solo alcanza el 12,13 por ciento en mayores de 15 años.

Para Luis Emiro Ramírez, docente de la Institución Educativa Rural Avenida el Caraño, en Florencia, Caquetá, “la educación rural de calidad solo se logra con trabajo en equipo, los niños rurales tienen muchos sueños, mucha creatividad pero chocan contra el muro de la imposibilidad es hora de articular estado, educación y  entorno, hay que invertir en los jóvenes hay que entregarles capital semilla, hay darles el derecho fundamental como debe ser”.

La eliminación de la brecha entre estos dos sectores se ha trabajado por años, el gobierno saliente exalta que le dejará al nuevo mandato, entre otras cosas, el documento del Plan Especial de Educación Rural (PEER), estrategia que no se logró poner en marcha a pesar de haberse planeado desde la firma del acuerdo de paz, creado con el  propósito “establecer las líneas de acción que se deben desarrollar y se identifican las brechas urbano-rurales, así como las estrategias mediante las cuales se va a promover el acceso, cobertura, permanencia y calidad de la educación en las zonas rurales”.

Sin embargo, existen otras alternativas que se han puesto en marcha y que tienen como plan principal ayudar a la eliminación de la brecha en las escuelas rurales. Una de ellas es Comunidades de Aprendizaje, un programa impulsado por la multinacional brasileña Natura Cosméticos.

Se ha implementado en 105 escuelas ubicadas en los departamentos de Cundinamarca, Antioquia, Santander, Putumayo, Valle de Cauca, Caquetá y Atlántico, beneficiando a más de 25 mil niños y cerca de mil docentes.  Llevando al aula las Actuaciones Educativas de Éxito, que son métodos de formación como tertulias literarias o grupos interactivos, en los que además de la participación de profesores, estudiantes, directivos de instituciones, se fomenta el involucramiento de todos los  miembros de la comunidad como padres de familia y otros voluntarios.

El mexicano Mauricio García, formador encargado del proyecto en Guasca, Cundinamarca, aseguró que su misión es potenciar lo que las escuelas tienen como comunidad y mostrarles que para que haya una transformación no pueden seguir haciendo lo que han hecho por años. “No los vamos a cambiar, vamos a transformarlos y esa transformación implica que el docente cambie su paradigma de cómo ha dado las clases siempre. Que piense: “invierto demasiado en disciplina ahora tengo que invertirlo en aprendizaje””.

El profesor Ramírez explica que “la diferencia entre un docente rural y urbano es  el de trabajo, las condiciones y su material de apoyo, que nos toca volvernos recursivos, que nos toca situar los saberes y nos toca compartir lo poco que tenemos con nuestros alumnos”.

Este tipo de iniciativas busca un cambio del paradigma en la forma de enseñar en la ruralidad y para Katherine Rocha, docente de la Institución Educativa el Carmen en Guasca, una de las escuelas donde se aplica Comunidades de Aprendizaje, “la mejor manera de apropiarse de la iniciativa es comprendiendo que esta propuesta también nos modifica a nosotros, es un cambio que no le corresponde solo a la comunidad y los estudiantes”, y agrega que las posibilidades de que el proyecto logre cambios están en la medida en que cada profesor trabaja con su currículo para cambiar el panorama desde las mismas aulas de clase.

Fuente del Artículo:

https://www.semana.com/educacion/articulo/diferencias-entre-la-educacion-rural-y-urbana/572411

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República Dominicana: Desde hace 3 años el Gobierno paraliza construcción 2 escuelas

República Dominicana / 10 de junio de 2018 / Autor: Fausto Soto / Fuente: Hoy Digital

Desde hace tres años está paralizada la construcción de una escuela y de un liceo que el Ministerio de Educación levanta en dos barrios de esta ciudad, lo que perjudica a cientos de estudiantes.

Los trabajos se paralizaron a raíz de la muerte de los dos ingenieros contratistas que estaban a cargo de los mismos y hasta el momento las autoridades no han asignado la obra a otros profesionales.

La escuela del nivel básico, que está ubicada en el barrio La Saona, estuvo asignada al ingeniero Freddy de los Santos, quien murió hace tres años en un hospital de Estados Unidos, luego de padecer una enfermedad terminal.

El liceo, ubicado en el barrio Pueblo Nuevo, estuvo asignada a otro ingeniero que también falleció y hasta la fecha y las autoridades educativas tampoco han asignado a otro contratista para que termine el centro educativo.

Ignorados. Para el dirigente de la Federación de Organizaciones Comunitarias y Religiosas (Fedocore), Féliz Andújar, “el abandono de esos centros educativos lo que revela es que los que vivimos en estos barrios solo nos toman en cuenta cuando hay elecciones cada cuatro años”.

Durante una visita realizada a las instalaciones de esos centros educativos, se pudo apreciar el deterioro en el que se encuentran sus instalaciones físicas y el desmantelamiento de los sanitarios, las ventanas, las puertas, las instalaciones eléctricas y los marcos de las puertas y las ventanas.

Además, en la parte exterior de esas infraestructuras los vecinos han decidido depositar la basura y los animales muertos, haciendo de esos lugares espacios físicos en los que ni siquiera es posible respirar aire puro.

De manera particular en la escuela de La Saona, el 27 de septiembre del año 2016 murió ahogado en una pileta de agua el niño Jeison Alexander Lorenzo Valdez, quien era hijo de la señora María Valdez González.

La posición de la ADP. En tanto que el profesor Manuel Eduardo Romero, dirigente municipal de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), expresó “que si las autoridades educativas no inician desde ya los trabajos de terminación y la puesta en funcionamiento de esos dos centros educativos habrán dificultades para iniciar el próximo año escolar”.

Hasta la fecha el presidente Danilo Medina ha inaugurado y puesto en funcionamiento 30 centros educativos en la provincia Peravia, de los cuales 23 son de la modalidad de Tanda Extendida y 7 del nivel medio, lo que ha sido reconocido como un excelente trabajo por dotar a los barrios y comunidades de centros educativos acordes con lo que las autoridades han definido como la “Revolución Educativa”.

Características del sector. En la zona donde se construyen esos centros residen más de 60,000 habitantes distribuidos en los barrios Villa Majega, La Paja, Pueblo Nuevo, Santa Cruz, Los Tiburones, El Fundo, El Padre, La Saona, El Maní, Barracones, 20 Casitas, Los Cajuilitos, Brisas de Guásuma, Las Colinas, Las Arepas, Invi y otros sectores.

La mayoría de los 10 centros educativos oficiales de la zona norte apenas ofrecen educación hasta el nivel básico, por lo que la mayoría de los estudiantes que terminan el octavo tienen que asistir al liceo Francisco Gregorio Billini.

En este liceo, ubicado en la zona sur, hay casi 4,000 estudiantes en sus tantas matutina, vespertina y nocturna, según afirmó el profesor José Dicen, director matutino.

En la mayoría de los barrios de la zona norte, donde se construyen las dos escuelas, se registran los mayores centros de operaciones del micro tráfico de drogas, de centros de bebidas alcohólicas o drinks, de bancas de lotería, de desempleo en su población económicamente activa y otros males sociales.

 

Fuente de la Noticia:

Desde hace 3 años el Gobierno paraliza construcción 2 escuelas

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Entrevista a Nacho Calderón Almendros: Educación Inclusiva

España / 27 de mayo de 2018 / Autor: Jorge Blas García Pérez / Fuente: INED21

Ignacio Calderón Almendros es profesor del Departamento de Teoría e Historia de la Educación y M.I.D.E. en la Universidad de Málaga (España), donde se doctoró en Pedagogía e imparte su docencia en Teoría de la Educación. Estudia la experiencia educativa a través de la Etnografía y la Investigación-Acción. Sus líneas de investigación se sitúan en la educación inclusiva, los estudios sobre discapacidad, la desventaja sociocultural y los procesos de exclusión. Su trabajo, su producción científica, su implicación divulgativa y su compromiso con la erradicación de la desigualdad le convierten en uno de los principales referentes internacionales en Educación Inclusiva.

Sus libros abordan la desigualdad escolar desde el análisis de vidas concretas, de experiencias situadas, de vivencias de estudiantes y sus familias… Esta opción por lo particular, por las vidas y las experiencias de las personas que habitan las instituciones, es un acto de resistencia a la forma hegemónica de investigar y de entender las escuelas, ahora dibujadas por enormes estadísticas que imponen nuevos estándares deslocalizados.

Su discurso siempre genera interrogantes acerca de lo que venimos entendiendo por educación, porescuela y por discapacidad, y ayuda a encontrar claves para afrontar nuevas etapas en este proceso de reconstruir las escuelas para hacerlas amables y respetuosas con todas las personas.

Entre su amplia bibliografía destacan libros como Fracaso escolar y desventaja sociocultural (UOC, 2016),Sin suerte, pero guerrero hasta la muerte (Octaedro, 2015) y Educación y esperanza en las fronteras de la discapacidad (Cinca, 2014), con el que obtuvo el Premio Discapacidad y Derechos Humanos (CERMI) y Mención Honorífica por la International Association of Qualitative Inquiry (EE.UU.).

Alusión especial merece la obra titulada Educación, hándicap e inclusión. Una lucha familiar contra una escuela excluyente (Octaedro, 2012, publicada en inglés por Sense Publishers, 2017) porque  tratándose de un ensayo –basado en la historia real de un joven con síndrome de Down y su familia– de  rigurosa investigación, con una potente intencionalidad contracultural, con cantidad de datos y análisis exhaustivos de los mismos, ha traspasado la frontera de la investigación científica y ha calado con fuerza reivindicativa entre cientos de familias que se han visto reflejadas, tanto en las vivencias que narra en relación al acceso a la educación, a los progresos de Rafael (su protagonista), a los conflictos experimentados con la institución escolar, etc., como a los argumentos de denuncia hacia las prácticas excluyentes.

Hoy, en un formato poco habitual para mí, tengo el placer de compartir esta entrevista que hemos realizado a Nacho Calderón, en la que nos responde, desde su certera mirada,  a 10 conceptos troncales deEducación Inclusiva.

Prepárense para disfrutar: Ignacio Calderón Almendros. Un lujo.

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INCLUSIÓN PLENA

Nacho, siempre tratas de poner en cuestión algunos de los pilares de la educación que nos hacen pensar que las cosas son así por naturaleza y que no pueden cambiar. ¿Cómo debe darse la inclusión plena de los niños con discapacidad en la educación?

Es evidente que una de las condiciones previas es la presencia: cuando un grupo de personas no está en la institución, ésta no se ve en la necesidad de adecuarse a ese colectivo. Esto cobra especial relevancia hoy porque estamos en un momento crítico, ya que muchas familias están siendo “invitadas” a abandonar las escuelas comunes porque no van a ofrecerles lo que sus familiares necesitan.

Algunas de estas familias se ven forzadas al cambio; otras asumen que es lo mejor, porque son profesionales quienes lo indican, y “eligen” la educación segregada. Es evidente que en ninguno de los casos se trata de una elección, sino de un condicionamiento férreo. El caso es que demasiados niños y niñas son dirigidos a modalidades de escolarización excluyentes, ya sea en aulas específicas dentro de los centros ordinarios o en centros de educación especial, y esto es inadmisible.

Por eso, la presencia es una condición necesaria, pero en ningún caso con ella se acaba nuestra tarea. La presencia de las personas señaladas por la discapacidad en las escuelas ordinarias tiene que ir acompañada de una transformación de la cultura escolar, de modo que esa ciudadanía previamente excluida de la institución pueda aprender, participar y aprobar en ella.

Y esto, a pesar de que se ha malinterpretado demasiado, se construye a través del cambio de lo que hemos entendido por escuela, para que pueda dar cabida a esas personas que han sido excluidas de ella hasta tal punto que cuesta pensar que tienen un idéntico derecho a ejercer la ciudadanía desde la infancia, aprendiendo, participando y siendo reconocidos junto al resto de compañeros y compañeras. Por tanto, tenemos el reto de garantizar la presencia, pero para que esta presencia sea real es necesario que no pensemos en la escuela ordinaria ni en la escuela especial, sino en una nueva escuela que supere esta división tan violenta y dolorosa.

2

FAVORECER LA EQUIDAD

Un elemento arraigado en el acervo cultural de la llamada atención a la diversidad son las adaptaciones curriculares. Pero cuando  hablas de educación inclusiva te he escuchado decir que  esta “clasificación” justifica la devaluación de los aprendizajes y por lo tanto no puede favorecer la equidad. ¿Puedes explicar este punto de vista?

Es algo sencillo: las adaptaciones curriculares (que son entendidas casi exclusivamente como significativas e individuales) son la herramienta de la que se ha servido el sistema escolar para continuar sin ser cuestionado. Sirven como colchón para evitar la transformación de la escuela, porque vuelve a culpabilizar al niño o a la niña de lo que le ocurre. Por eso, se hace un plan específico únicamente para ellos (como si la diversidad se pudiera entender en la dicotomía normal / anormal) que además es devaluado: los aprendizajes bajo adaptación curricular significativa se entienden menos valiosos que los del resto del alumnado.

Tanto es así que en la mayoría de los casos no permiten la titulación en la educación obligatoria. Esto es completamente injusto, pervierte las relaciones académicas y sociales, baja las expectativas, es ineficaz… y, además, lo hacemos con nocturnidad, porque a menudo omitimos que esta adaptación será un obstáculo para la titulación. Y lo hacemos así porque a los profesionales, en nuestro fuero interno, nos avergüenza esta parte de lo que hacemos.

Nuestra tarea es educar, no clasificar a la infancia. Lo uno es encomiable, lo otro deplorable. Todo niño y toda niña tiene que titular en la etapa obligatoria. Por tanto, tenemos que cuestionar y trascender las categorías escolares que nos impiden pensar que una niña o un niño (cualquiera) no tiene derecho a aprender con los demás y a ser reconocido como el resto.

Los impedimentos no están en sus cuerpos ni en sus historias personales, sino en lo que entendemos por discapacidad, la normalidad que estructura nuestra mente y prácticas, los tiempos y espacios escolares, la división del conocimiento en asignaturas, los niveles, las clases, etc. Las escuelas que están rompiendo estas estructuras son esperanzadoras. Se trata de flexibilizar el sistema, y no de esconderse detrás de las ACIs.

3

PARTICIPACIÓN

Y propones que una de las principales claves para generar transformaciones que hagan justicia a colectivos históricamente castigados es la participación. ¿Qué papel juegan los alumnos en este proceso de inclusión? ¿Te refieres a que deben ser partícipes activos en las discusiones sobre esta transformación?

Por supuesto. Esta es la condición para la transformación de las escuelas. Dos de mis libros sobre fracaso escolar precisamente se centran en la voz del alumnado, porque es el sector menos escuchado, aunque paradójicamente sea el más afectado. Y dentro del colectivo de estudiantes, menos valor se le da a las voces de esos chicos y chicas que son llamados “malos alumnos”. Al ser preguntados son capaces de mostrar con una claridad meridiana las virtudes y las miserias de las escuelas. Cada una de estas voces, en sus historias particulares, remite a cuestiones universales, y contienen claves de gran interés para trascender los actuales límites de la institución.

Tampoco han sido escuchadas las personas denominadas por su discapacidad, que son continuamente objeto de las decisiones que otras personas toman por ellas. Por ello, es uno de esos colectivos definidos por terceros. Revertir esta situación es fundamental para que las escuelas puedan cambiar: quienes han sido nombrados por la discapacidad y eclipsados por ella tienen que participar para poder dejar de ser reducidos a lo que justamente no pueden hacer. La escuela debe relanzar la humanidad que les ha sido robada a través ese proceso de cosificación –el de convertirlas en síndromes, enfermedades o lo que no hacen–, y que solo puede ser combatida con la participación de ese alumnado segregado.

4

ORIENTACIÓN ESCOLAR

Recientemente habéis llevado una experiencia participativa que habéis denominado Workshop Orienta. En este caso, contasteis con la participación de familias y profesionales para volver a pensar la Orientación escolar. ¿Cómo fue esta experiencia?

Pues resultó algo emocionante. Era algo que estaba por hacer: contar con la construcción de conocimiento acerca de la inclusión a partir de las elaboraciones de personas muy implicadas en el proceso de transformación de las escuelas. Son construcciones emergentes, que superan el estado actual de las cosas.

En este caso, los profesionales llegaron con el deseo de aprender de las familias. Se facilitó un proceso de diagnóstico participativo de la situación del sistema escolar acerca de la orientación, del que emanaron tres líneas de trabajo en forma de preguntas: «¿Qué pasa en las escuelas donde algunos niños y niñas no caben?», «¿para qué están sirviendo los informes psicopedagógicos?», «¿qué impide o qué ocurre para que nos digan que legalmente no puede estar ahí?».

A partir de ellas, familias y profesionales colaboraron para detectar problemas, descubrir las relaciones entre ellos y establecer posibles soluciones. Desde entonces nos hemos organizado en diferentes comisiones que siguen trabajando en redes por una educación sin exclusiones. Son comisiones originales y rompedoras, que pretenden cuestionar lo que hay, responder a los elementos excluyentes del sistema escolar, y proponer y promover alternativas. Pienso que por aquí han de venir las soluciones: los profesionales debemos aprender del alumnado y sus familias, construir verdaderas comunidades, para elaborar juntos propuestas más educativas y justas.

5

PROBLEMAS PARA LA INCLUSIÓN

Con la estructura actual del sistema educativo y la cultura docente establecida, vemos que está siendo muy complicado que esta filosofía se haga real e irrenunciable. ¿Cuáles son los problemas más frecuentes para la inclusión en las escuelas?

No se puede hablar de un único problema: la inversión en educación, la importancia que se concede a esta transformación de la escuela, la formación inicial y permanente del profesorado, la concepción de la orientación escolar y la aún sesgada visión mayoritaria de la discapacidad desde el modelo médico, los sistemas duales de educación ordinaria y especial, la tendencia a la homogeneización en las escuelas y a la estandarización de políticas educativas homogéneas dictadas por organismos económicos…

Estas y otras cuestiones que hay que cuestionar y modificar finalmente acaban combinándose de modo que un sector importante de la población ve de forma mayoritaria cómo sus derechos humanos básicos (como el derecho a la educación, necesariamente inclusiva) se ven seriamente comprometidos, tanto en España como  en otros tantos lugares del mundo. Eso si hacemos referencia a la capacidad, pero el sistema discrimina también por otras razones.

Por ejemplo, en nuestro país hoy, más del 60% del alumnado gitano no finaliza la Secundaria Obligatoria. Esto evidencia que nuestro sistema escolar es todavía –al igual que el social– muy racista: si eres de etnia gitana, lo más probable es que no finalices la enseñanza obligatoria. Sin embargo, la palabra «inclusión» aparece continuamente en textos legales, artículos académicos, discursos políticos, conversaciones entre docentes… Y, entre tanto, avanzan otros programas como el de bilingüismo, que ahondan en la brecha.

6

FORMACIÓN

Tú conoces de primera mano la Universidad. ¿Qué tipo de formación relacionada con la educación inclusiva se ofrece a los nuevos maestros y maestras? ¿Crees suficiente, básica, sólida? ¿En qué se puede mejorar?

La formación inicial y permanente de los profesionales de la educación es un requisito tan indispensable como lo es para los ingenieros, cirujanos, magistrados, etc. Hay arraigada la idea de que cuando has obtenido la titulación que habilita para trabajar en las escuelas no hay nada más que aprender, pero eso es una falacia muy dañina.

En primer lugar, porque nunca sabemos todo lo que podríamos saber para mejorar en nuestra profesión. Y en segundo lugar porque, incluso si llegásemos a tener un conocimiento pedagógico amplio, la realidad educativa nunca es idéntica, no es estándar, y mucho menos estática. Necesitamos construir nuestros procesos y análisis desde la realidad concreta, partiendo de herramientas interpretativas elaboradas desde las Ciencias de la Educación, pero trascendiéndolas con lo singular y con el principal motor de transformación: el deseo.

Por otra parte, es importante que los profesionales no nos pensemos como técnicos que aplican lo que otros dicen, sino como intelectuales que cuestionan, trabajan y construyen praxis educativas que contribuyan al desarrollo de sociedades más justas y alumnado más crítico. Porque el saber es siempre precario, incluso el que llamamos científico. Un claro ejemplo es el modo en que los diagnósticos de las situaciones de las personas señaladas por la discapacidad han sido (y son) mayoritariamente individuales. Pero sabemos que la discapacidad no es un fenómeno individual y biológico, sino social y cultural. Entonces, es evidente que tenemos problemas de base, y también a lo largo del recorrido.

Hemos de mejorar nuestros planes de estudio universitarios. No tiene sentido hablar de una Mención en Educación Inclusiva en los Grados de formación de maestros y maestras, por ejemplo. ¡El sistema está obligado a ser inclusivo! ¡Todos los docentes tienen que estar formados para ello! No puede ser algo equiparable a una especialidad opcional. Más aún tenemos que avanzar en la formación del profesorado de secundaria…

Así como las escuelas tienen que cambiar su naturaleza, función y organización, los docentes tienen que tener la oportunidad de aprender a educar en esas instituciones en las que no existe un alumno ideal, porque todo el alumnado (¡todo!) es el correcto. Es algo que tenemos que aprender también en las universidades: salir de enseñar sobre prototipos normales para asumir que cualquier materia ha de ser útil para cada niño o niña, haciendo las asignaturas más prácticas, más interdisciplinares, más pegadas a las realidades concretas, que cuestionen lo que ocurre y que permitan al alumnado poner interrogantes donde hay afirmaciones y prácticas incuestionables.

Esto, y que la formación tenga una continuidad en los centros, haciendo frente a los retos cotidianos a través de investigaciones del propio profesorado, que busca soluciones colaborativas a la realidad única que vive.

Los orientadores y los expertos en servicios a la comunidad son profesionales de la educación que, en el ámbito de la inclusión, se me antojan esenciales en un trabajo “codo con codo” con el resto del profesorado en la función de unir educación, contexto social, necesidades y medidas que se ponen en marcha para el proceso inclusivo.

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PROFESIONALES DE LA EDUCACIÓN

Pero la realidad escolar es que hay muy pocos profesionales asumiendo este papel en los centros. Ante esta situación, ¿crees que es necesario invertir en estos perfiles de profesionales para la escuela?

Que se necesitan esos profesionales es evidente, aunque necesitamos volver a pensarlo todo en la escuela para no caer en los mismos vicios que pretendemos afrontar. La orientación escolar, por ejemplo, tiene en la actualidad una función arrinconada, que es utilizada por el sistema para la clasificación, pero puede y debe ser revisada.

Los saberes de estos profesionales pueden dirigirse a la colaboración con los docentes para adecuar los procesos de enseñanza a la diversidad, en lugar de certificar la idoneidad de cambios de escolarización injustos e ilegales. El perfil del educador social, por otra parte, se inició tan tímidamente que apenas ha tenido impacto en las escuelas.

Tienen, así como las orientadoras y los orientadores, situaciones complejas en instituciones cargadas de tradición y prácticas consolidadas, lo cual requiere una dosis extra de esfuerzo para que sirvan como palancas de cambio.

Por ejemplo, la conexión de las escuelas con los entornos y con otros sistemas, que permiten un trabajo comunitario y con ello una mayor protección de la infancia es un tema que viene estudiando RIEDU, un grupo de investigación interdisciplinar en la Universidad de Málaga, y las conclusiones son elocuentes: se necesita un mayor trabajo en red profesional para promover procesos educativos que puedan trascender esas desigualdades, que de hacerse habituales ya nos parecen naturales.

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CAUSAS

Y siendo tan evidente ¿cuáles crees que son las causas de esta situación? ¿se trata solamente de una falta de inversión, o hay algo más?

Se requiere más inversión en personal docente y en su formación. Esto supone que necesitamos unirnos para reclamar una mayor valoración de la educación pública dentro de los presupuestos nacionales y parte de nuestra tarea como trabajadores de la enseñanza estará en protagonizar la lucha para que esos recursos lleguen.

Pero es preciso ser conscientes que la falta de recursos no puede ser la justificación de la exclusión en las escuelas. Esta realidad que tenemos no debe paralizar otras iniciativas que han de simultanearse con la lucha sindical y política por un mayor porcentaje en el PIB.

Dice Carlos Skliar que “no es tanto una cuestión de estar preparados, sino de estar disponibles y de ser responsables”. Es decir, que si reconocemos el derecho a la educación de todas las personas, entonces tenemos que estar disponibles para iniciar transformaciones.

Esas transformaciones necesariamente pasarán por la reclamación de recursos, profesionales, formación, etc., pero no únicamente. Hoy mismo estamos cada uno de nosotros en disposición de transformar parte de nuestros esquemas de pensamiento, de nuestras prácticas, de nuestro posicionamiento respecto de un derecho humano fundamental que está siendo violentado.

Y esto está ocurriendo en nuestras escuelas, que deberían ser espacios para la defensa a ultranza de la infancia. Necesitamos movilizarnos más como colectivo, y contar con el resto de la comunidad para exigir lo que corresponde a un sistema educativo.

Por otra parte, y aunque nunca tenemos las condiciones perfectas, existen profesionales de gran valor en todos los contextos, que pueden servir de orientación para continuar indagando e implantando propuestas pedagógicas respetuosas. Hay grandes ejemplos de escuelas, de docentes, de profesionales y de comunidades en nuestro contexto. Rescatar esos ejemplos es una gran forma de defensa de la educación pública, cargada de esperanza y lista para desmontar el desánimo.

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INFRAESTRUCTURA

Se llama escuela inclusiva muchas veces a las instituciones que solamente son integradoras. ¿Cómo pasar de un paradigma al siguiente? ¿Qué papel juega la infraestructura, sobre todo organizativa, en la educación inclusiva?

Prevalece aún una visión muy reduccionista y falaz de eso que se ha denominado educación inclusiva. Esta propuesta nace como una transformación revolucionaria de la escuela común, precisamente porque no es común, sino excluyente.

La habilitación de rampas, por ejemplo, es una forma de hacer accesibles las instalaciones, e ilustra bien la idea de accesibilidad universal e inclusión: una rampa supera al escalón, porque puede ser utilizada por personas que se desplazan de diferentes formas.

Sin embargo, esto es lo que hay que hacer con la cultura escolar, que a día de hoy sigue siendo tremendamente excluyente. Es decir, se trata de conseguir que en las escuelas habiten las diferencias sin que hayan de ser homogeneizadas ni estigmatizadas, y que en ellas puedan aprender, participar y ser reconocidas todas las personas con independencia de sus diferencias biológicas, culturales, económicas, sociales, de género, de orientación sexual, etc.

Esto no ocurrirá si esperamos que los colectivos históricamente excluidos se adapten, porque la institución se construyó sin ellos. La integración –que tampoco se da en todos los centros– ha pretendido esto. De alguna forma se ha entendido que hay que merecer el derecho a la educación. Que para estar en una escuela pública has de cumplir ciertos requisitos, lo cual es algo completamente excluyente.

Esta es la propuesta que buena parte de la institución ha asumido, y que es simplemente imposible para según qué personas. ¿Tiene derecho una persona a educarse y socializarse junto a los demás niños y niñas de su contexto? ¿Y si esa persona, por ejemplo, no habla? ¿Pierde ya ese derecho? ¡No puede ser! Esto nos remite a la pregunta por lo que consideramos aceptable en las escuelas, y que lo referimos a algo llamado nivel, pero que definitivamente tiene que ver con el miedo a las diferencias.

Las escuelas unitarias tienen trabajo multinivel, sin que suponga un problema porque entra dentro de su lógica. Por otra parte, necesitamos pensar el currículum, las metodologías y la organización escolar en formas más flexibles, que permitan respetar y valorar a los diferentes ritmos de desarrollo y aprendizajes de todo alumnado.

Y esto requiere transformaciones, pero también hay que advertir algo: hay centros y docentes que ya lo hacen. Es decir, que se puede hacer; que es pedagógicamente deseable, ya que solo aprendemos de las diferencias; y que además es un imperativo legal. El sistema escolar está ética, pedagógica y legalmente obligado a transitar este camino.

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INCLUSIÓN REAL

Contamos con leyes que supuestamente garantizan el acceso a las escuelas públicas a todo el alumnado. Pero esto, como bien sabes, es solo un espejismo falaz. ¿Cómo pasar del ideal del papel a una inclusión real?

Requiere de la inversión pública, por supuesto, pero no podemos esperar a que caiga del cielo. Hay que forzar que se produzca. Los profesionales y las familias hemos de exigir y exigirnos para poner en marcha procesos de democratización de las escuelas. Incluso cuando la ley garantiza el acceso, las familias encuentran grandes dificultades para hacerse un lugar en las escuelas comunes.

Por eso, urge que todos vayamos tomando posiciones para hacer que esos deseos se vayan materializando. Se necesita de una articulación entre administraciones educativas, instituciones escolares, profesionales, familias y ONGs, y especialmente de aquellos agentes que desde estas instituciones compartimos una implicación decidida para hacer de las escuelas lugares de defensa de los derechos de la infancia.

Eso que llamamos “inclusión real” pasa por asumir que los procesos educativos son similares en cualquiera de los casos, y por tanto todo el profesorado ya sabe mucho con lo que contribuir al crecimiento de todo el alumnado.

Uno de los principales problemas es pensar que ese grupo excluido por la discapacidad requiere procesos radicalmente diferentes para aprender. Por eso se piensa que su educación tiene que ser llevada a cabo por especialistas. Esta creencia paraliza y segrega, de modo que tenemos que retarla.

Y una vez abiertos a educar a todo el alumnado, nace otra fase: la de adecuar los procesos educativos a cada estudiante, porque cada uno los construye de forma singular. Dice Álvaro Martínez que necesitamos “una educación que mire más a los ojos y menos al cuaderno”.

Tenemos que atender a las historias, a las inquietudes y necesidades, a los deseos y a los miedos, a las potencialidades y dificultades… para que las escuelas contribuyan a que los aprendizajes del alumnado se carguen de sentido y de utilidad.

Y esto es un reto también de cada escuela para cualquier estudiante: modificar los idearios pedagógicos, las metodologías didácticas, la organización escolar, etc. para enriquecer los procesos de enseñanza-aprendizaje. Lo que tenemos entre manos es una reconstrucción de la institución que beneficia a todas las personas. Nada más, y nada menos.

Fuente de la Entrevista:

ENTREVISTA A NACHO CALDERÓN ALMENDROS: EDUCACIÓN INCLUSIVA

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Huelga docente por más presupuesto a la educación en Panamá

Panamá/01 de mayo de 2018/Por: Internacional de la Educación/Fuente: http://www.ei-ie-al.org

Manifestantes exigen mejoras en infraestructura educativa

El pasado viernes 27 de abril varias organizaciones sindicales de trabajadoras y trabajadores de la educación pública realizaron una huelga y se movilizaron en Ciudad de Panamá, capital del país centroamericano.

Los grupos sindicales decidieron manifestarse para solicitar mayor presupuesto para la educación, y el pago de deudas a los docentes. Según los manifestantes, pese a que Panamá cuenta con una de las economías más prósperas de la región, la inversión en educación pública es poco significativa.

Más presupuesto

Los docentes pretenden que el gobierno panameño eleve la inversión en educación hasta un 6% del Producto Interno Bruto (PIB). Datos oficiales señalan que en 2017 la inversión en educación correspondió a un 4,6% del PIB.

Entre las exigencias de los manifestantes también destaca el mejoramiento de la infraestructura educativa, y la cancelación de las deudas pendientes por concepto de viáticos para los docentes que deben trasladarse a trabajar en zonas alejadas.

Los manifestantes convocaron a una marcha en horas de la tarde hacia la sede del gobierno en defensa de la educación panameña.

Fuente de la Noticia:

http://www.ei-ie-al.org/noticias/huelga-docente-por-mas-presupuesto-la-educacion-en-panama

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