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Las TIC en Educación

29 diciembre 2016/Fuente:openlibra

El nuevo entorno que representa la Sociedad de la Información (SI) ha hecho que se convierta en fundamental el preparar a nuestros hijos para adquirir unas competencias que les permitan desenvolverse en este mundo marcado por un continuo avance de las Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación (NTIC). La Sociedad de la Información también es conocida por Sociedad del Conocimiento, precisamente por su importancia para la evolución de la sociedad y el progreso económico.

Han sido las NTIC las que han contribuido de forma clara a alcanzar este contexto pero también lo ha hecho la globalización, fenómeno por el cual se han superado las fronteras. Las NTIC nos permiten comunicarnos con personas aunque vivan al otro lado del planeta de forma oral (telefonía), escrita (e-mail, redes sociales, blogs, …) o audiovisual (webcam, videoconferencias), lo que nos permite aumentar nuestro conocimiento sobre otras culturas y costumbres. En este entorno en que nos relacionamos con multitud de personas de distinta condición es muy importante también tener unos valores éticos y ser responsable y comprensivo. Pero además, desde nuestra casa podemos acceder a bibliotecas, museos, centros educativos, etc., de cualquier parte del mundo. Las NTIC nos permiten acceder permanentemente a una gran cantidad de información, el reto está en saber cómo usarla.

En general, los niños y niñas tienen una relación mucho más natural con las NTIC de la que nosotros podamos tener, son algo con lo que han nacido, y hoy en día, éstas les pueden proporcionar beneficios educativos, lúdicos y sociales. Pero también existen ciertos riesgos que los menores deben conocer para que sepan cómo enfrentarse a ellos y puedan aprovechar al máximo lo que las NTIC les pueden ofrecer.

Pare leer, descargue aqui: https://openlibra.com/es/book/las-tic-en-educacion

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Cuba presenta en foro global red social educativa

Cuba/22 diciembre 2016/Fuente: Tn8

El ministerio de Educación de Cuba desarrolló una red social para que estudiantes y profesores de distintas escuelas de la isla caribeña aprovechen internet para compartirse contenidos y aprendizajes, dijo funcionario cubano.

La red social educativaUla Ula” se creó el año pasado y actualmente conecta alumnos y docentes de 1.600 planteles para que puedan intercambiar información, imágenes, videos y conversar sobre su aprendizaje, señaló el director de la Informática Educativa del ministerio de Educación, Fernando Ortega.

El funcionario presentó el proyecto que forma parte de los esfuerzos del gobierno cubano para integrar las tecnologías de la información en el sistema educativo dentro del 11º Foro para la Gobernanza de Internet 2016 (IGF), que reunió por tres días a más de 3.000 representantes de 80 países en la ciudad de Zapopan, estado de Jalisco (este).

Ortega expuso que “Ula Ula” ha permitido que estudiantes de educación básica de diferentes provincias se conozcan, platiquen sobre su vida y puedan interactuar con profesores de otras escuelas para plantearles dudas o comentarios.

 Los alumnos tienen libertad de publicar cualquier comentario o tema relacionado dentro del contexto educativo porque el objeto de la red es que socialicen  al tiempo que aprenden en una dinámica de colaboración, señaló el funcionario en la mesa “Cuba“.

 Ortega aseguró que actualmente 22.000 estudiantes y 40.000 docentes cubanos tienen acceso pleno a internet en los laboratorios escolares, a pesar de que  apenas hace unos dos años la isla pudo comenzar a introducir fibra óptica para ampliar el uso de la red.

 “Es una muestra de la política de nuestro país. No hay limitaciones, lo que pasa es que las condiciones tecnológicas a veces nos impiden poder llegar a más,   en eso estamos trabajando”, apuntó.

Foto: La joven cuba
Foto: La joven cuba

 Expuso que, como consecuencia del bloqueo impuesto por Estados Unidos desde 1960, Cuba accedía a internet hasta hace un par de años mediante satélite  y con limitaciones que obligaban a enfocar la red hacia los servicios médicos, universitarios y empresariales.

 No obstante, el ministerio de Educación se las ha ingeniado para incorporar las tecnologías de la información en las aulas a través de programas para  formar docentes, estudiantes y padres de familia, indicó Ortega.

 Ejemplificó que la isla no importa contenidos educativos pero sus maestros y programadores han desarrollado 86 softwares para la enseñanza, además de  emprender proyectos digitales como el portal “Cuba Educa” y “Juntando Aulas“, que enlaza a escuelas de su país con planteles de Colombia, Costa Rica y  Nicaragua.

La red “Ula Ula“, que ha tenido aceptación y demanda entre los estudiantes, se desarrolló a partir de la propuesta de pedagogos de la provincia de Cienfuegos para crear una red social educativa, abundó.

Destacó que el desafío que las autoridades enfrentan es lograr que la totalidad del sistema educativo cuente con tecnologías de la información, lo que implica una cobertura para casi 2 millones de alumnos y 125.000 maestros.

“Es voluntad del partido, del gobierno, lograr la informatización del sistema de educación y para eso se trabaja. En la medida en que las posibilidades económicas nos lo permitan iremos conectando centros y centros”, afirmó Ortega.

La edición del IGF, un espacio convocado por Naciones Unidas para que los gobiernos, expertos, empresarios y activistas deliberan sobre las políticas de internet.

Fuente: http://www.tn8.tv/cronica-tn8/391900-cuba-presenta-foro-global-red-social-educativa/

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Finlandia se reinventa con la educación

Finlandia/15 diciembre 2016/Fuente: El Tribuno

Mientras la mayoría de los países altamente desarrollados, empezando por Estados Unidos, buscan enfrentar las consecuencias negativas de la globalización, generadas por el desplazamiento de las inversiones de sus grandes empresas a los países emergentes, en particular a los asiáticos y en primer lugar a China, Finlandia parece haber encontrado una respuesta a ese desafío, a través de una nueva oleada de innovación tecnológica que apunta a colocar a la pequeña nación del norte de Europa en el pelotón de vanguardia de la economía mundial.
Finlandia, con una población de apenas 5.400.000 habitantes, está en la primera línea mundial en la industria celulósica, equipos médicos y otros rubros de alta tecnología.
El país invierte un 3,5% de su producto bruto interno en investigación y desarrollo (uno de los porcentajes más altos del mundo) y tiene más investigadores que la mayoría de las naciones desarrolladas. Sus institutos de investigación son financiados en un 55% por el Estado, que también respalda los parques científicos y centros de innovación que impulsan la creación e internacionalización de pequeñas y medianas empresas («start-up») de alta tecnología.
Las pequeñas empresas tecnológicas finlandesas concitan la atención de los inversores internacionales. Según cifras oficiales, operan en el país alrededor de 4.000.
Finlandia reúne solo el 4% de la población europea pero alberga a una cuarta parte de las «start- up» del continente. Supercell, gigante de los videojuegos, Enevo, especialista en el «internet de las cosas», y BlueprintGenetics, pionero en tecnología médica, son tres ejemplos de compañías emergentes extraordinariamente exitosas. Solo en 2015 los nuevos emprendimientos tecnológicos finlandesas atrajeron inversiones de capital de riesgo por unos 1.200 millones de dólares.
Significativamente, los jóvenes estudiantes, acosados por el aumento del desempleo y la carencia de horizontes laborales atractivos, son el núcleo impulsor y propagandístico de este pujante movimiento emprendedor, que se extiende hasta las pequeñas ciudades alejadas de Helsinki, como Turku, cuya red universitaria de jóvenes emprendedores Boost Turku ya alcanzó relevancia internacional.
Desde 2008, en Finlandia tiene lugar anualmente la SlushConference, una de las ferias tecnológicas más importantes del mundo, promovida por un grupo de técnicos de Nokia que acababan de perder su trabajo en el dramático achicamiento iniciado por la compañía.
En su última edición, celebrada a fines de noviembre, participaron 2.000 empresas. En su inauguración, hace ocho años, el evento congregó a un centenar empresarios. Este año asistieron 20.000.
La iniciativa resultó notablemente exitosa en diferentes planos. Marianne Vikkula, directora ejecutiva de Slush, señala: «La mayor consecuencia que se ha producido es, sin duda, el cambio cultural. Sólo hay que mirar cómo ven los medios de comunicación hoy en día a los emprendedores. Es incluso más evidente en la gente joven. Su objetivo es dirigir su propio negocio».
Vikkula agrega que «Finlandia tiene hoy la tasa más alta de Europa de inversión inicial de capital de riesgo en proporción a su producto bruto interno. Muchos de esos contratos se establecieron en Slush».
«De 2013 a 2015, las reuniones de Slush tuvieron como resultado más de 600 millones de dólares para financiar empresas emergentes», concluye.

Huir hacia adelante

Este relanzamiento económico, basado en una apuesta a la innovación, es resultado de una crisis. La economía finlandesa sufrió severos contratiempos a partir de la crisis financiera internacional de 2008. La caída en la industria del papel, provocada por la baja en la venta de diarios, afectó sensiblemente el nivel de empleo y las exportaciones, con un impacto negativo que hizo más visible la dificultad estructural de sostener a un Estado de bienestar particularmente oneroso: el gasto público asciende al 58% del producto bruto interno, contra el de por sí elevadísimo promedio europeo del 47%. Con una singularidad: en el abultado presupuesto público, hay una fuerte inyección de fondos hacia el desarrollo tecnológico y la educación ocupa un lugar absolutamente prioritario.
Pero el punto de inflexión fue el declive de Nokia, la compañía más importante e internacionalmente reconocida de Finlandia, que según el Instituto de Investigación Finlandesa había sido responsable del crecimiento del 25% del producto bruto interno entre 1998 y 2007. Nokia llegó a vender el 40% de los teléfonos móviles que se usaban en todo el mundo, pero en los últimos años fue perdiendo espacio por la irrupción de los «smartphones» y su incapacidad de respuesta al salto cualitativo que significó la aparición del iPhone de Apple.»Steve Jobs se llevó nuestros trabajos», fue la queja característica para explicar la debacle.
El estallido final en la que bien podría definirse como «empresa de bandera» de Finlandia tuvo un día preciso: el 25 de abril de 2014 se consumó la venta de la división de telefonía móvil de Nokia a la estadounidense Microsoft.
A partir de entonces, Nokia optó por reinventarse y Finlandia, que ya había empezado ese camino, redobló sus esfuerzos en esa misma dirección.
La compañía pasó a centrarse en el negocio de la infraestructura de las telecomunicaciones. A fines de 2015 compró la mayoría de las acciones de la empresa francesa Alcatel por una cifra cercana a los 18.000 millones de dólares.
Esa reconversión acelerada implicó un drástico recorte de personal. De los 130.000 trabajadores que empleaba en 2010, el plantel se redujo a 56.000 empleados. El desempleo comenzó a incrementarse hasta situarse en el 9,4%. La Agencia de Investigación Económica de Helsinki aseguró que «a la reducción de Nokia cabe atribuir un 20% de la reducción total del empleo entre 2008 y 2014».
Pero los finlandeses, que habían comprobado el axioma de que «toda fortaleza encierra una debilidad», comprobaron también la contrapartida de que «toda debilidad encierra una fortaleza». Los miles de profesionales altamente calificados que Nokia fue dejando sin empleo en su proceso de reestructuración fueron el sustento de las nuevas empresas tecnológicas.
Obvio resulta señalar que esta potencialidad no surge de la nada: el sistema educativo finlandés está considerado uno de los mejores del mundo.Sus resultados están a la vista: mientras la Unión Europea se debate en su crisis, Finlandia se reinventa mirando al futuro.
Fuente noticia: http://www.eltribuno.info/finlandia-se-reinventa-la-educacion-n798741

Fuente imagen: http://www.abc.es/Media/201211/17/finlandia-excelencia-educacion-retos-mejora–644×362.jp

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Brasil: Fábricas de criatividade revolucionam aprendizado

América del Sur/Brasil/20 Noviembre 2016/Fuente:brasil.elpais/ Autor: REGIANE OLIVEIRA

Resumen: Esto no es una escuela, al menos no en el modelo tradicional. El concepto de Fab Lab (en Inglés laboratorio de fabricación ) llegó a poco más de diez años, el Centro de Bits y Átomos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) , y designa espacios de colaboración para el intercambio de conocimientos, la tecnología y las herramientas de fabricación digital.

Na entrada do Fab Lab Galeria Olido, no centro de São Paulo, uma escultura da Vitória de Samotrácia feita em impressora 3D recepciona os visitantes juntamente com três imagens de mulheres cientistas – Hedy Lamarr (inventora da tecnologia que possibilitou a criação do wifi), Tabitha Babbitt (inventora da serra circular) e Ada Lovelace (coinventora da primeira máquina de cálculo). “As pessoas sempre me perguntam se não vou terminar a escultura, pensando que o que falta é a cabeça”, brinca Ricardo Elias Delgado, líder do espaço, que faz parte da Fab Lab Livre SP, uma rede de laboratórios de criatividade, aprendizado e inovação criada pela Prefeitura de São Paulo.

Não se trata de uma escola, ao menos não uma no modelo tradicional. O conceito de fab lab (em inglês fabrication laboratory) surgiu há pouco mais de dez anos, no Centro de Bits e Átomos do Massachusetts Institute of Technology (MIT), e designa espaços colaborativos de compartilhamento de conhecimento, tecnologias e ferramentas de fabricação digital. Os fab labs oferecem cursosinseridos na cultura maker, uma versão tecnológica do movimento “faça você mesmo”, nos quais pessoas comuns aprendem a desenvolver projetos, independentemente da idade ou escolaridade.

São três os modelos de fab lab disponíveis no Brasil: os públicos, como o da Galeria Olido, gratuitos por serem financiados pelo Governo; os acadêmicos, mantidos por entidades de ensino superior; e os privados (de interesse social ou não), em que os participantes pagam pelo uso do espaço. Todos têm uma característica em comum: equipamentos de ponta, como impressoras 3D, cortadoras a laser, plotter de recorte, fresadoras CNC (máquinas de corte e modelagem em diversos materiais que são guiadas por computador), computadores com software de desenho digital CAD, equipamentos de eletrônica e robótica, além ferramentas de marcenaria e mecânica.

A Prefeitura de São Paulo investiu 2,3 milhões de reais em equipamentos e mais 2 milhões de reais por ano em pagamento de insumo e pessoal no contrato com a ITS Brasil, vencedora da licitação, para a abertura de 12 laboratórios. Desde dezembro de 2015, os fab labs da rede atendem entre 4.500 e 5.000 pessoas por mês. A rede recebe um público variado. “Os mais velhos têm mais paciência para aprender, enquanto os mais novos são mais intuitivos. O diálogo entre gerações ajuda a desenvolver persistência para reavaliar os processos, identificar os erros e aprender”, explica Luiz Otávio Alencar Miranda, chefe da rede pública da Instituto de Tecnologia Social (ITS Brasil), responsável pelo Fab Lab Livre. Ele destaca um dado interessante: a participação feminina é alta nos espaços, chegando a 46% do total de inscritos.

Aprender fazendo

As estudantes de arquitetura Nathallya Martins, 19, e Camila Antunes, 21, frequentam o fab lab localizado dentro do CEU Heliópolis, com o objetivo de utilizar a máquina de corte a laser para montar maquetes de habitação de interesse social para o curso de arquitetura. “Esse equipamento não está disponível em nossa universidade, mas faz muita diferença na qualidade do trabalho”, diz Camila. Elas contam que, por enquanto, foram as únicas de sua turma a utilizar o equipamento. O motivo? Muita gente não conhece os fab labs

No Brasil, já existem fab labs em várias cidades, mas a divulgação ainda é tímida. No caso do laboratório do CEU Heliópolis, há uma coordenação com o projeto Bairro Educador da região, o que faz com que o laboratório seja muito utilizado pelas crianças e jovens das escolas locais. “Discutimos ações conjuntas e já impactamos 56 escolas da região do Ipiranga com nossos projetos de capacitação de professores, que hoje voltam com seus alunos”, conta Yuri Alexsander Tavares Pereira, líder do Fab Lab Heliópolis.

Empreendedorismo

A mineira Heloísa Neves, fundadora do We Fab e professora do Insper, é uma das pioneiras no desenvolvimento e implementação de fab labs no Brasil. Formada em arquitetura, ela conheceu o movimento maker em 2012, quando passou um ano sabático na Espanha. No Fab Lab Barcelona, ela participou de um curso livre, ministrado pelo MIT e coordenado pelo Fab Academy.

Heloísa admite que passou o primeiro mês reclamando com o fab manager que pagou caro pelo curso e não estava aprendendo. “Demorou um pouco para eu entender que temos que pensar de maneira horizontal e ver que o professor não tem resposta para tudo”, conta. Aliás, muitas vezes a resposta está com o colega. “O maker é uma pessoa que, independentemente de título, tornou-se um expert naquele tema, e quer compartilhar o que aprendeu”, explica ela.

A maker revela que o foco dos fab labs é inovação na área social e educação. “Mas ele não é um espaço para criar produtos complexos e sim acolher pessoas.» Em suas viagens, ela percebeu o grande alcance dos fab labs também na Holanda, nos Estados Unidos, e na França e ressalta que, no Brasil, o alcance ainda é limitado principalmente a estudantes de faculdades de arquitetura, design e engenharia. “Está muito elitizado ainda, dá para ampliar”, garante.

Educação por projeto

O Garagem abriu as portas em 2012 como o primeiro fab lab independente do país. Em 2015, a Associação Garagem Fab Lab se mudou do centro de São Paulo para o bairro de Barra Funda, com foco em se tornar um espaço construído pela comunidade. Sem vínculo ou financiamento de nenhuma instituição, o espaço sem fins comerciais conseguiu recursos para reforma por meio de crowdfunding. Todos os móveis do laboratório foram feitos pela CNC, uma fresadora (máquina guiada via computador) capaz de fazer peças maiores. “A própria CNC foi construída aqui, por um arquiteto e um químico, e também temos a nossa própria impressora 3D, feita por mim, que sou designer de produtos e por um amigo fotógrafo”, conta Tauan Bernardo, diretor do Garagem.

Ali, a regra do “faça você mesmo” atrai pessoas curiosas e autodidatas, que pagam um valor mensal para utilizar o espaço ou participar dos cursos. E não há barreira para o acesso à tecnologia. “O conjunto de máquinas é adequado para pessoas que não têm conhecimento técnico”, afirma Tauan. O espaço recebe muitas crianças, especialmente para os cursos de programação e robótica.

“Somos bastante requisitados por empresas e instituições de educação para trazer o movimento maker para dentro da escolar”, conta Tauan. Essa experiência fez com que o Garagem montasse um grupo de estudos para entender como a educação pode interagir melhor com o movimento maker. “Trabalhamos com a ideia de educação por projeto, bastante difundida nos Estados Unidos e Europa”, afirma. Trata-se de uma metodologia de trabalho educacional que tem como objetivo a construção do conhecimento em torno de metas definidas previamente por professores e alunos. “Para realizar projetos, os estudantes precisam aprender as disciplinas”, conta Tauan.

Fuente de la noticia: http://brasil.elpais.com/brasil/2016/11/16/politica/1479318738_264761.html

Fuente de la imagen:

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El futuro del trabajo

Por. Diego Beas

Los programas de los partidos políticos ignoran el reto que presenta en el porvenir de la vida productiva en las economías avanzadas.

Este artículo también podría haberse titulado el trabajo del futuro. ¿En qué consistirá el trabajo en el futuro? ¿Cómo se estructurará, en otras palabras, la vida productiva en las economías avanzadas de aquí a 10 o 20 años? ¿Y qué tipo de regulación y marcos laborales se necesitan crear hoy para responder a las necesidades venideras?

En El desierto rojo (1964) de Michelangelo Antonioni, la visión distópica del director italiano sobre un pueblo que se industrializa y tecnifica en los años sesenta, se plantea una historia que gira en torno a un presente arrasado por una doble condición de devastación ecológica producto de las transformaciones industriales de la posguerra y una alienación humana provocada por la tecnología. Para ser más exactos, provocada por la intermediación de las máquinas en la vida de las personas. Es una reflexión sobre los costes humanos de la modernidad centrada en las consecuencias sociales inadvertidas del avance de la técnica, y que ya adelantaba la omnipresencia de las máquinas en la vida cotidiana y la devastación ecológica.

Cincuenta años después, para entender el papel del trabajo y su futuro, a la visión de Antonioni habría que añadir dos nuevos elementos clave que están camino de transformar el cariz de las relaciones laborales: la financiarización de la economía internacional a partir del final de Bretton Woods en 1973 y el vertiginoso desarrollo de la informática a lo largo del último medio siglo. Con una consecuencia directa sobre la que me gustaría centrarme: la automatización del trabajo. O algo que también podría llamar la condición poslaboral del trabajo.

Ambos factores —aunque sobre todo el segundo— están impulsando un cambio sin precedentes en las relaciones laborales y la forma de estructurarlas. No me refiero, por supuesto, al trabajo en el contexto de las industrias pesadas, las líneas de ensamblaje y las cadenas de producción, sino al de cuello blanco que realizan millones de personas en oficinas, ministerios, servicios, finanzas, sanidad, universidades e incontables otras labores vinculadas de una u otra forma a la economía del conocimiento. De la especialización taylorista y la línea de ensamblaje fordista —que cambiaron la naturaleza del trabajo, pero el trabajador seguía siendo central e imprescindible— estamos pasando a una compleja red de procesos automatizados en los que la presencia humana pierde rápidamente presencia.

Tampoco me refiero al debate popularizado en tiempos recientes sobre todo por la prensa anglosajona sobre si estamos o no en vísperas de ser invadidos por un ejército de robots que se disponen a controlar el mundo y arrebatar el trabajo a las clases medias. Ese planteamiento, además de simplista, está mal enfocado. Y esconde la verdadera complejidad y los dilemas morales que implica la automatización masiva de los procesos de producción (atribuyéndole capacidad moral a las máquinas, y no a las personas que las programan; cuando Volkswagen trucó sus sistemas de control de emisiones no lo hizo un robot sin escrúpulos, sino un ingeniero que sabía perfectamente lo que hacía). Hablo, más bien, de lo que el economista estadounidense Tyler Cowen llama “inteligencia mecanizada”. Un término mucho más apto para entender el cambio que viene. Y que abarca cualquier proceso de gestión susceptible a ser codificado en instrucciones y ejecutado por un ordenador.

En los años ochenta el filósofo francés André Gorz hablaba ya de la pérdida de centralidad del trabajo. Sobre todo del físico y de su importancia en la producción. El papel del trabajo —la actividad que por antonomasia define al capitalismo—, decía, pierde incluso relevancia en relación con la explotación y la resistencia. El diagnóstico de Gorz no ha hecho más que agudizarse. Convertir el trabajo en un elemento tan periférico a la producción y el valor añadido provoca su desvanecimiento como elemento de articulación y estructuración social; los llamados mini-jobs de las generaciones más jóvenes son uno de los primeros y más visibles síntomas.

La pregunta clave es entonces: ¿cuál está siendo —o será— la respuesta política? El problema que plantea la intersección de las relaciones laborales, la producción y la innovación tecnológica por fuerza requiere de una contestación política.

A la izquierda del centro, en los partidos de los que se esperaría cierta visión y liderazgo en el tema, la respuesta ha sido sencillamente inexistente. Una falta de imaginación estremecedora que sigue anclando a esta corriente a un mundo obrero que si bien no ha dejado de existir del todo sí ha perdido buena parte de su centralidad estratégica en las relaciones laborales. Desde un Partido Laborista en Reino Unido que cita en debate parlamentario y con toda seriedad del Libro rojo de Mao (este pasado miércoles hasta un Pedro Sánchez que plantea aquí la reindustrialización del país como gran apuesta de futuro, sin aparentemente percatarse del nuevo papel de China, de las complejas dinámicas de las cadenas de suministro de la economía internacional o del corsé a las exportaciones que implica la pertenencia a una moneda única. Aunque para ser justos, Emmanuel Macron en Francia y Sigmar Gabriel en Alemania tibiamente han comenzado a abordar de manera periférica algunos de estos asuntos.

Temas como la reforma integral del sistema de patentes y de propiedad intelectual, las políticas de estado en ciencia e investigación aplicada (que tendrían que existir, qué duda cabe; especialmente en economías de tamaño medio como la española), el derecho a la privacidad en la era de la producción masiva de datos, la regulación de monopolios digitales, entre muchos más, sencillamente no se abordan desde los partidos. Y tampoco intentan responder a la gran interrogante que surge de todo esto: ¿cómo repartir la riqueza en un sistema de producción cada vez más tecnificado en el que los procesos de gestión se controlan por un grupo cada vez más reducido de personas?

Esta pregunta exige de manera urgente una respuesta articulada, no desde el razonamiento económico, sino desde la política. Con elecciones generales en tres semanas y una nueva legislatura a la vuelta de la esquina, ¿alguien en España se atreverá con un primer ensayo?

Fuente: http://economia.elpais.com/economia/2015/11/26/actualidad/1448547405_807315.html

Imagen: ep01.epimg.net/economia/imagenes/2015/11/26/actualidad/1448547405_807315_1448548094_noticia_normal.jpg

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Visibilidad y divulgación de la investigación desde las Humanidades digitales

España/10 noviembre 2016/Editado por: Álvaro Baraibar/Fuente:  oyejuanjo

Podría parecer un ejercicio sencillo preguntarse qué son las Humanidades Digitales. Y precisamente por ello nos sorprendería comprobar que las respuestas a nuestra pregunta iban a ser varias y variadas.

Es frecuente que en disciplinas que navegan por esos difíciles océanos que existen entre dos áreas de conocimiento haya ciertas dificultades a la hora de centrar el campo de estudio. Y lo es también que los investigadores focalicen su interés o resalten la importancia del ámbito del que proceden, relegando a un segundo plano, auxiliar, aquello que conocen menos y a lo que se aproximan buscando una forma de mejorar su investigación. Las Humanidades Digitales son, en este sentido, un amplio campo de trabajo abierto a múltiples enfoques y líneas de abordaje diferentes. Las Humanidades digitales nos abren nuevos horizontes y nuestra obligación, como universitarios y como humanistas, es estar atentos y conocer algo que está dando ya resultados más que interesantes, y que son el camino por el que transitaremos en el futuro cada vez más.

Las Humanidades Digitales tienen ya un importante recorrido en el mundo anglosajón, pero todavía no han consolidado su espacio en el mundo universitario español. con todo, como ya he dicho en alguna otra ocasión, son «buenos tiempos para las Humanidades Digitales en español» y este volumen es buen ejemplo de ello.

Para leer, descargue aqui: https://openlibra.com/es/book/visibilidad-y-divulgacion-de-la-investigacion-desde-las-humanidades-digitales

Fuente: https://openlibra.com/es/book/visibilidad-y-divulgacion-de-la-investigacion-desde-las-humanidades-digitales

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Entrevista: Innovación tecnológica para integrar.

América del Sur/Argentina/08.11.2016/Autor: Mónica Beltrán/Fuente:http://nuevacatedra.com.ar/
La tecnología avanza día a día y cada vez son más los desafíos que se crean en el campo de la investigación e innovación tecnológica. En este sentido, el concepto de Internet de las cosas se va generalizando entre investigadores y aficionados a la tecnología. Por este motivo el XI Congreso Internacional de Innovación Tecnológica Informática, organizado por la Universidad Abierta Interamericana (UAI) días atrás se propuso abordar integralmente el tema.

Nueva Cátedra entrevistó al presidente del Congreso Internacional de Innovación Tecnológica Informática y decano de la Facultad de Tecnología Informática, Marcelo De Vicenzi, quien se refirió a la actividad, pero también de las políticas de estado en la materia. “No nos quedamos con la innovación tecnológica sino también la transferencia a la sociedad”, afirmó De Vicenzi.

El congreso ya tuvo varias ediciones anteriores, ¿por qué decidieron empezar a realizar y con qué objetivo?

– Quisimos hacer es lo que a nosotros nos hubiera gustado pasar. En el año 2003 empezamos con el sitio y pensamos que no nos podíamos quedar en el aula y que había que trascenderlo a lo sociedad. Armamos un congreso que es un observatorio de los avances de la tecnología y un momento de reflexión sobre la innovación. Este es un espacio donde todo es posible, donde la innovación es protagonista y donde no vivimos para la tecnología sino que la tecnología empieza a vivir con nosotros. Esto es la mezcla entre la realidad y lo virtual…

– Y por eso la creación del Centro de Altos Estudios en Tecnología Informática.

– La universidad tiene 5 centros de investigación y uno de ellos es el de Tecnología Informática. Dedicamos una importante parte del presupuesto a  investigación, publicación y articulación con universidades. Trabajamos con otras universidades en pro de mejorar la calidad tecnológica. Tenemos tres laboratorios muy grandes y definidos. Tenemos Robótica Física, desarrolló impresoras 3d, una vincha que interpreta las ondas cerebrales, un software que interpreta los gestos y te permite interactuar con robots. El segundo es de Robótica Educativa y tiene como proyecto la visión del espacio. El último es el de Aprendizaje y analiza los sentimientos.

– También producen videojuegos…

– Todo videojuego sirve para divertirse, pero también tiene un fin terapéutico. Trabajamos con chicos que sufren de autismo y desarrollamos varios productos que los ayudaron a integrarse socialmente. Si bien depende del grado de autismo, los chicos generalmente reconocen una sola figura: al padre por la patente, por ejemplo, o por algo que lo representa. Hemos desarrollado un juguete para poder integrarlos a la sociedad. No nos quedamos con la innovación tecnológica sino también la transferencia a la sociedad. Ahí es donde juega un papel importante el centro de investigación.

– ¿Todos estos contenidos de innovación se combinan con otros más tradicionales?

– Todos los estudiantes que salen de ingeniería salen con conocimientos de hardware, de desarrollo de software, de telecomunicaciones y de management. Lo más importante es la ingeniería del software, cómo construirlo. Además tienen materias optativas donde el alumno puede reforzar su formación a la parte de análisis, de programación, de robótica o de main Friends. Más allá de eso complementan la información con actividades de extensión, transferencia e investigación que nosotros generamos. Tenemos más de 80 personas trabajando en el CAETI que no investigan pero forman parte del equipo.

– La primera parte del congreso estuvo dirigido hacia lo política, ¿cómo está Argentina en cuanto a desarrollo de este tipo de actividades?

– En la región estamos muy bien. Exportamos  tecnología por el equivalente al 4 o 4,5% del PBI. Vendemos tecnología nuclear a Australia, a Nueva Zelanda. En lo que es informática exportamos robótica, softwares y videojuegos. Somos una sociedad muy creativa y las escuelas de ingeniería e informática de nuestro país son muy buenas. Tenemos una muy buena formación básica tanto en matemáticas, como en física y somos creativos por excelencia. El viceministro Ceccato abrió el bloque de política y habló cómo estamos en el mundo: en algunos puntos mejor que Brasil, en otros entre Brasil y Chile, pero siempre estamos en la pole position. 

En lo que va de estos doce años, tenemos un Ministerio de Ciencia y Técnica. Empezamos a tener investigadores que se quedan y se triplicaron o cuadruplicaron la cantidad de publicaciones. De tener dos incubadoras importantes en tecnología, pasamos a tener un montón. Hubo progresos pero necesitamos más.

-¿Los empresarios tienen un acceso fácil a los conocimientos que genera la universidad? ¿Cómo se da ese vínculo?

– En las empresas grandes, lo que tiene que suceder es que para que aparezca un nuevo producto se tiene que amortizar el anterior. Uno se pregunta por qué una empresa tan grande todavía está vendiendo tecnología arcaica. Muchas veces, la política de la empresa privilegia la parte comercial sobre la innovación que es lo que hoy realmente necesitamos. Cuidan más el bolsillo que la producción.

– Eso pasa en las grandes empresas

– Los empresarios, en general no están muy comprometidos con lo que es la investigación porque da resultados a mediano y largo plazo. No todos están acostumbrados a tener esa paciencia. Poco a poco hay un gran acercamiento a las universidades. Este año hemos sumado 50 o 60 convenios a los 300 que ya teníamos con empresas del mercado local. Se empezaron a definir más claro los roles: la empresa produce y desarrolla; la universidad es el laboratorio social, quien genera ese conocimiento. El triángulo virtuoso empresa-universidad-estado es el que tiene que funcionar. Que cada cual tenga sus roles. Hoy en el Siglo XXI, el éxito se da sobre la base de tener equipos que trabajen sobre inteligencia colectiva. No quiero decir que tengamos que pensar igual, sino que tenemos un objetivo común y que cada cual sepa su fortaleza para poder lograrlo. Las PyMEs hoy no tienen esa identidad, siguen siendo individualistas, porque si hace 20 que les va bien, por qué voy a romper el esquema. Esas son las empresas que lamentablemente hoy venden y mañana tienen que cerrar sus puertas porque no se adaptaron a las tecnologías.

 Fuente: http://nuevacatedra.com.ar/de-vicenzi-innovacion-tecnologica-para-integrar/
Imagen:http://nuevacatedra.com.ar/wp-content/uploads/2015/10/maxresdefault-659×386.jpg
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