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Ideas para una transformación radical de la educación universitaria[i]en el marco de la cuarta revolución industrial

Por: Luis Bonilla-Molina

Al momento de cerrarse el ciclo de los procesos de independencia nacional en Latinoamérica y el Caribe, las Instituciones de Educación Universitaria (IEU) no superaban en número a las treinta y dos. La formación que se impartía en ellas estaba centrada en la cualificación de la élite dirigente y el funcionariado que administraba las colonias.

 

Los procesos de instauración republicana impulsaron la introducción en las Instituciones de Educación Superior (IES), de las invariantes tecno-políticas inherentes a la primera y segunda revolución industrial. El giro de las IEU hacia el paradigma del mundo industrial se expresó en su alineación con los propósitos modernizantes de la ciencia, el modo de producción capitalista y la episteme democrático liberal. Las narrativas cuestionadoras del nuevo orden emergieron desde los bordes hacia el centro, en un intento por desbordar la nueva institucionalidad.

 

La tercera revolución industrial se inicia en la década de los sesenta del siglo XX. El mundo universitario reaccionó ante la vorágine de este arribo, valorando lo nuevo como una simple época de innovación informática y entretenimiento digital, manteniendo intactas las correlaciones entre objetivos de aprendizajes y cotidianidad argumentativa, sosteniendo sin variar los soportes y dispositivos del saber, incluso incrementando el volumen de los contenidos del ayer, los métodos de enseñanzas y el performance pedagógico heredado del periodo post independentista.

 

El propio pensamiento alternativo se concentró en construir discursos e imaginarios para otra sociedad y mundo posible, desde el terreno de lo político ideológico, económico y social, eso sí dentro de los cánones conceptuales de los dos primeros ciclos de las revoluciones industriales.

 

La globalización económica y la mundialización cultural de la década de los ochenta del siglo XX, relocalizó la actividad investigativa de los distintos campos de las ciencias, en las periferias del mundo universitario. Cada vez más, el complejo industrial cultural-científico, se convirtió en el epicentro de los nuevos conocimientos, algo que aún formalmente seguía siendo atribuido al mundo de la educación superior. Esta disfuncionalidad fue rápidamente percibida por las clases dominantes y los sectores populares, aún antes que el propio mundo de la academia. La universidad comenzó a ser increpada respecto a su pertinencia y calidad.

 

En el año 2011 la feria tecnológica realizada en Hanover, Alemania, anuncia el inminente desembarco de la cuarta revolución industrial. La tercera década del siglo XXI es la fecha prevista para el inicio de este nuevo ciclo de innovación, con su impacto en el modo de producción global, la gobernabilidad, las relaciones sociales y, por supuesto, en el campo científico tecnológico.

 

La universidad debe entonces, no solo ponerse a tono respecto a las implicaciones en los distintos campos del conocimiento de las innovaciones que nos trajo la tercera revolución industrial, sino, atreverse a pensarse y situarse, en el marco de un cuarto giro tecnológico global.

 

La velocidad de la aceleración de la innovación, es hoy en día, miles de veces más rápida que la que mantuvo en las décadas y siglos precedentes; en contraposición, las instituciones de educación superior piensan el cambio en tiempo de vals, con un formato temporal que les lleva a ocupar décadas para analizar lo nuevo y otras más para comenzar a generar un cambio radical.

 

Es urgente imaginar el mundo universitario en el siglo XXI con el dinamismo y la celeridad que impone el presente o seremos acompañantes del sepelio de hecho, para una de las instituciones que más esperanzas generó en la humanidad.

 

Una transformación de estas magnitudes es una tarea que nos ocupará por lo menos dos décadas, por ello es urgente comenzar ahora, con una planificación que contenga metas e indicadores anuales, interanuales y de sexenio, antes que nos devore la parálisis paradigmática.

 

Transformar las IES para que empalmen de manera libertaria con la cuarta revolución industrial, implica de manera urgente, la construcción de una “agenda del decisor” en políticas universitarias, que contenga un conjunto de premisas básicas asociadas al actual momento civilizatorio. Algunas de ellas son:

 

  1. El mañana comenzó ayer: cuando se piensa la transformación universitaria, se suele descalificar a quienes planteamos la convergencia de la innovación tecnológica con las tareas de la academia, señalando que somos aprendices de futurólogos o imitadores de Julio Verne.

 

En contraposición se generan análisis fundamentados en documentos y libros publicados en los últimos diez años, en los cuales se habla del mañana. Ojalá y ese fuera el camino para resolver el creciente ruido de fondo, pero la cuestión es mucho más compleja. La mayoría de publicaciones que hacen referencias a tendencias futuras, en realidad se están refiriendo al ayer. La aceptación como cierta de esta literatura obsoleta proviene del nivel de atasco paradigmático en el cual se encuentra sumergida la universidad en las últimas décadas.

 

Ese es el drama de no entender el impacto de la actual aceleración de la innovación y el conocimiento. La clave para avanzar pareciera estar en la conformación de equipos transdisciplinarios de cientistas, epistémicamente ubicados en el centro de la turbulencia actual, que piensen desde allí, la universidad del siglo XXI.

 

  1. El retorno de la Universidad a su rol de generador de conocimientos: todos estamos de acuerdo en forjar los cambios necesarios para que la universidad latinoamericana y caribeña se ubique en el vértice central de la innovación, sin que ello implique descuidar la agenda social transformadora. Pero es más fácil anunciar el cambio que iniciarlo.

 

Nuestras universidades fueron construidas sobre la lógica estructurante de la docencia, conteniendo rituales anexos de extensión e investigación. Se pretendió resolver el problema de la distancia entre producción y reproducción de conocimientos, apelando a las investigaciones para los asensos de categoría de profesores y aprendices. Para ello, se construyeron rutinas de premios, incentivos, financiamientos y becas, que lejos de abrirle las puertas a lo nuevo terminaron convirtiéndose en el camino para hablar del cambio sin cambiar, para citarnos de manera inacabable entre académicos.  Algo tendría que cambiar de manera radical en la estructura funcional de lo que llamamos universidad.

 

Por ello, considero que es urgente focalizar la agenda transformadora de la IES en la conformación de potentes centros de investigacióna su interior, que piensen los cuellos de botella en los campos de la(s)

 

a) informática, conectividad, inteligencia artificial, metadatos, programación, robótica;

 

b) la física que trabaje las máquinas de la tercera y cuarta revolución industrial, desde, pero más allá, del mundo cuántico;

 

c) implicaciones del desarrollo de la neurociencia, la arquitectura cerebral, el ADN humano y la química molecular en la vida y la evolución de la especie humana en ciernes;

 

d) industria cultural y su impacto en los imaginarios, narrativas y modos de pensar de las nuevas generaciones. Es decir, como el mundo digital, la interactividad, los video juegos, la imagen y el color están modificando los procesos cognitivos y de sociabilidad humana;

 

e) nueva dinámica socio política propia de un mundo impactado por la democracia de la toma de decisiones en tiempo real, gracias a la comunicación y el diálogo 4.0;

 

f) la crisis civilizatoria de dialogo inter generacional, derivada de nuevas formas de analfabetismo y arcaísmo cultural, que crean barreras en el dialogo y comprensión, al interior de clases sociales y grupos humanos, que antes se consideraban culturalmente vinculados;

 

g) libertad, solidaridad, emancipación, soberanía e independencia en la nueva realidad de control y dominación global;

 

h) resolución de los viejos problemas de exclusión con el nuevo desarrollo científico tecnológico;

 

i) producción industrial en el modelo 4.0;

 

j) materias primas, extracción y producción a partir de los nuevos materiales que demandan los procesos productivos;

 

k) nueva arquitectura financiera derivada del mundo digital y las nuevas formas de reproducción del capital en el siglo XXI;

 

l) crisis ecológica global, calentamiento planetario y cuenta regresiva para la vida humana en un contexto de singularidad tecnológica y de innovación.

 

Estos son solo algunos de los temas que serán determinantes para la reestructuración que debe tener en el cortísimo plazo la formación profesional universitaria.

 

  1. Campos del conocimiento: del numeral anterior se desprende una interrogante ineludible: ¿Qué profesiones requiere este drástico cambio en la producción científico tecnológica?Responder esta interrogante pasa por analizar previamente, las posibilidades reales de transformación acelerado de una institución que durante más de ocho siglos se ha considerado así misma, como el lugar de enunciación del conocimiento.

 

Mi lectura es que son limitadas sus posibilidades de transformación radical. No obstante, el tema central de este artículo no es ese; en otro momento abordaremos una estrategia integral para promover y acompañar la revolución institucional que demanda el presente.

 

Desde mi punto de vista, los formatos y performances profesionales y la titulación actual están en proceso acelerado de obsolescencia. En consecuencia, pareciera que las nuevas carreras deberán ser transdisciplinarias e integrar campos que antes eran estancos profesionales.

 

Para no golpear certezas cognitivas ni despertar susceptibilidades, no hablaré de profesiones sino de campos profesionales. Considero que la universidad del siglo XXI debe atreverse a pensar en fusiones de profesiones que ya no tienen razón de ser separadas de las otras, e intentar construir campos paradigmáticos emergentes.

 

Así como hoy es imposible pensar las ingenierías sin informática, animación 3D y estética digital, tampoco estas últimas innovaciones pueden estar desconectadas de los avances en investigación sobre sociabilidad, integración y aprendizajes compartidos. La ciencia médica hoy tiene un componente esencial en la prevención y la resolución anticipadas de problemas mediante el conocimiento del genoma humano y las nuevas dinámicas del futuro. Las ciencias sociales tienen que atreverse a integrar procesos que antes podían tener algún fundamentado para estar separados, pero que hoy carece de utilidad su fraccionamiento. La comprensión de la interacción humana liberadora en el presente pasa por conocer y desarrollar estrategias emancipatorias de dialogo entre tecnología y vida humana.

 

No pretendo hacer en este breve artículo un tratado de los procesos de integración y disolución de campos profesionales derivados de la primera y segunda revolución industrial, sino contribuir a generar un ambiente de reflexión al respecto. Lo que si debo anticipar es que considero que los campos profesionales requeridos para la cuarta revolución industrial parecieran no exceder de una docena, lo cual es una buena noticia para quienes hemos venido planteando las limitaciones de los enfoques disciplinarios.

 

Muchas de las profesiones de hoy, parecieran que van a tener mañana, el estatus de oficios. Esto no es peyorativo ni implica una degradación, sino sería una realidad que forma parte de mutaciones cíclicas, como las que ya hemos vivido en otros tiempos históricos.

 

  1. El arte de enseñar: Ser docente en el siglo XXI es una aventura que requiere apertura paradigmática y plasticidad cognitiva. Ya es imposible partir de la premisa que indicaba que el docente tenía el monopolio del saber.

 

En la sociedad de la información los estudiantes pueden saber más que el docente en un determinado tema. Ello no es bueno ni malo, simplemente es una nueva realidad epocal. En consecuencia, ello moviliza la certeza del docente hacia el campo contingente de un armonizador de saberes, quien garantice pensamiento crítico y direccionalidad estratégica.

 

Esta dinámica es alucinantemente hermosa, porque disuelve el viejo esquema de la enseñanza reproductora, pero puede abrir las puertas a formas mucho más acabadas de inmovilidad de los saberes, lo cual debe ser anticipado y abordado con nuevos esquemas creativos por parte de los y las docentes universitarias. Pensamiento crítico y episteme dialéctica contribuyen a disminuir la incertidumbre cognitiva ante lo nuevo.

 

Abordarlo demanda un repensar la formación docente inicial y continua, ya ninguna reforma puede dejar de iniciarse en el mundo universitario. El problema sigue estando en la gobernabilidad política de ello. En consecuencia, la habilidad política para construir apertura al cambio y consensos debe ser un rasgo de los futuros decisores y líderes de los sistemas educativos, así como de los líderes de las universidades.

 

  1. Variaciones en los tiempos de los procesos de enseñanza – aprendizaje: Hoy el aula deja de ser un espacio donde una persona enseña y otros aprenden. Las escuelas, liceos y universidades deben convertirse en espacios donde todos comparten sus saberes en una determinada área del conocimiento y el docente es el encargado de llenar vacíos, trabajar la mirada crítica garantizando que emerjan todas las posiciones sobre un mismo tema y quien le dé sentido y direccionalidad a lo que se construye de manera compartida.

 

Las tareas no pueden ser ya más para verificar el aprendizaje pasado, sino para recorrer anticipadamente el desafío que para el conocimiento significará integrar todos los aprendizajes que se tienen sobre un mismo tema.

 

Eso potencia las seguridades de los estudiantes y del profesor, respecto al aprender haciendo, que no es un ejercicio de neo empirismo, por el contrario, de armonización dialéctica entre teoría, praxis y reflexión crítica que posibilite volver al conocimiento con renovadas miradas derivadas del debate y la experiencia.

 

 

  1. El oficio de aprender a lo largo de la vida: la universidad del pasado titulaba para ejercer profesionalmente. La universidad del futuro deberá titular para aprender a aprender a lo largo de la vida. Eso no es una simple combinación de letras y palabras, sino una revolución paradigmática.

 

Ello pasa por abrir espacio a lo nuevo sin quebrar la memoria histórica institucional. Una forma de avanzar en esta ruta es construir caminos de encuentro entre los centros de investigación y los egresados, para hallar puntos de contacto entre las prácticas de ambos mundos.

 

La lógica que emerge es la de aprendizaje continuado. Para ello resultan útiles las experiencias pilotos, los ensayos donde todos estemos plenamente conscientes que estamos innovando, errando y corrigiendo.

 

Por eso, he insistido en varias oportunidades respecto a que los docentes y las instituciones educativas aprendemos más rápidamente si vemos una experiencia en construcción y, a partir de ella, movilizamos nuestras percepciones y paradigmas. Considero que en cada país se debe constituir de emergencia, una universidad experimental que modele y anticipe el futuro en sus procesos. Intentar cambiar todo de una sola vez, puede generar resistencias irreflexivas que obstruyan innecesariamente la auténtica transformación.

 

La propia universidad debe entenderse y construir sus dinámicas, como un ser colectivo que aprende de manera permanente y continua, a través de todo tiempo histórico.

 

  1. El texto en un mundo digital que se expande con la big data, los metadatos y la conexión 5G: el libro es parte inmanente de la cultura universitaria y seguramente lo seguirá siendo.

 

Pero el libro también cambia conforme se transforman los modelos de comunicación. El libro interactivo y cambiante, conforme muta la realidad, con formatos que combinan lo físico y lo digital, lo lineal y lo difuso, las narrativas estables combinadas con la opinión del lector, son solo algunas de las expresiones que tendrán impacto en las viejas lógicas de revistas arbitradas y publicaciones científicas.

 

El cambio es también editorial y no tiene que ver solo con los limitados conceptos de virtualidad y colocar los textos en una web; el cambio es mucho más profundo.

 

  1. El tamaño importa: la lógica del periodo colonial y republicano ha sido el de conformar grandes universidades con núcleos y extensiones. La gobernabilidad del sistema así lo demandaba. Ese modelo está agotado.

 

Hoy cada país debe construir su propio sistema que tienda a la reducción del tamaño de las universidades. No significa privatizar, ni cerrar universidades o dejar fuera de ella a estudiantes, sino relocalizar su formato. Es el momento de la mayoría de edad de los núcleos, extensiones y capítulos.

 

Las universidades del futuro tendrán que ser pequeñas y ancladas a territorios concretos. Solo de esta manera estarán en la capacidad de construir dinámicas flexibles e interactivas de cambio incesante.

 

  1. Hacia un nuevo modelo de gestión universitaria: la forma como se gestionó la universidad correspondió a un modelo colonial, sostenido y ampliado en el periodo republicano. La necesaria autonomía universitaria debe fortalecerse, pero también redimensionarse hacia el encuentro con lo comunitario, con lo territorial.

 

Ello pasa por pensar un co-gobierno universitario con el pueblo, con los ciudadanos del territorio en el cual se encuentra inserta la universidad. Es como diría Cortázar, un modelo por armar.

 

  1. Las nuevas representaciones en la democracia del siglo XXI: si la democracia cambia, si la democracia digital se impone, las universidades no pueden estar ajena a ello y anclada al viejo paradigma democrático.

 

La democracia universitaria tiene que dar el salto a la toma de decisiones colectivas diarias en tiempo real, como cotidianamente lo hacen las nuevas generaciones. Ello tendrá un impacto profundo en lo social y la gobernabilidad, proceso en el cual la universidad está llamada a tomar la iniciativa y ponerse a la vanguardia para modelar y re-conceptualizar al mundo.

  1. La justicia social: todo el cambio que demanda en el presente el concurso de la inteligencia colectiva universitaria, debe servir para fortalecer el compromiso de las universidades latinoamericanas y caribeñas.

Esta es una afirmación que es propia de nuestra memoria histórica y que adquirió un espacial énfasis a partir de la rebelión universitaria del Cuzco y la Reforma de Córdoba.

Una universidad comprometida con la transformación de la sociedad, con el cambio radical, tiene como columna vertebral la justicia social y ello adquiere especial relevancia en el presente.

La segunda revolución industrial dejo al margen, en la exclusión, a más de 1300 millones de seres humanos, a la par que generaba una concentración de la riqueza en un 1% de la población y formas diversas de exclusión al 99% de la población.

La cuarta revolución industrial amenaza con iniciar el giro de sus mecanismos con más de 5000 millones de excluidos, no solo de sus beneficios sino de su forma de vida, a la par de promover una concentración aún mayor del capital en menos personas.

De nada valdría una reforma estructural, un cambio radical de la universidad, si esta movilización cognitiva, paradigmática, estructural y funcional no tiene como teleología el trabajo por la inclusión y la justicia social.

Estos son solo algunas ideas sueltas que aspiramos reflejar en el libro que al respecto estamos escribiendo

 

Ciudad de Panamá, Panamá.

Notas:

[i]En este trabajo las denominaciones: Instituciones de Educación Universitaria (IEU) e Instituciones de Educación Superior (IES) se consideran equivalentes u homologadas

Fuente: https://luisbonillamolina.wordpress.com/2019/05/03/ideas-para-una-transformacion-radical-de-la-educacion-universitariaien-el-marco-de-la-cuarta-revolucion-industrial/
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Universitarios peruanos rediseñan vehículo para recorrer Marte y buscan ganar premio en la NASA

Redacción: Perú 21

Equipo llevará una versión mejorada y más ligera del vehículo a propulsión humana a la competencia en la NASA en la próxima semana.

Innovando. Un equipo de alumnos de la Universidad Católica diseñó y construyó un vehículo capaz de recorrer la superficie de Marte, y la próxima semana representará al Perú en el NASA Human Exploration Rover Challenge, una importante competencia que organiza la NASAdesde hace 25 años.

Este año el equipo peruano va por el mayor reconocimiento y para conseguirlo ha rediseñado totalmente el vehículo a propulsión humana que presentó en la competencia del año pasado, cuando ganaron el Premio a Mejor Tiempo de Recorrido como equipo internacional.

Ahora el vehículo tipo rover -manejado a la vez por dos pilotos- es más ligero a fin de que pueda recorrer sin problemas y en el menor tiempo posible los 14 terrenos similares de  Marte, con rocas, piedras, tierra y cráteres.

“Es un vehículo totalmente rediseñado, hecho de aluminio con acero, tiene 3 ruedas y es más ligero que el anterior, pero a la vez es más resistente, con mejor soldadura», explicó a la Agencia Andina, Muriel Castillo, jefa de comunicaciones del proyecto Deimos Perú, integrado por estudiantes de Ingeniería Industrial, Mecánica y Comunicaciones de la PUCP.

Con la experiencia del año pasado, esta vez el equipo peruano busca el Premio a Mejor Diseño y Mejor Diseño de Rueda. En esta competencia mundial, que se realizará en el U.S. Space & Rocket Center en Alabama, participarán 100 equipos de 50 países.

Fuente: https://peru21.pe/lima/universitarios-peruanos-redisenan-vehiculo-recorrer-marte-buscan-ganar-premio-nasa-470496

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Jugar el partido

Por Carlos Magro

El título y la idea de esta entrada pertenece al texto que introduce el tercer capítulo del último y muy recomendable libro de mi más que amigo Fernando Trujillo “Activos de aprendizaje. Utopías educativas en construcción“.
Por supuesto que a Fernando le debo mucho más que este título y la inspiración para este texto.
Le debo gran parte de lo que sé sobre educación y, sobre todo, lo que es más importante, una manera de estar en educación. Una forma de acercame y afrontar los retos educativos de nuestro tiempo.
Frente a los discursos extremadamente simplificadores, superficiales y muchas veces falaces que abundan en el debate educativo, Fernando nos ilumina a diario con dosis de solidez, profundidad, espíritu crítico, generosidad, responsabilidad y compromiso intelectual.
Estoy seguro de que no me equivoco si digo que somos muchos los que le miramos cuando buscamos orientación sobre algún tema educativo. También, a menudo, sobre asuntos no educativos.

Y aunque sé que su sincera humildad no le dejará admitirlo, creo que lo que escribe y dice nos ayuda a muchos a orientarnos en este complejo territorio que supone la educación y en el empeño que nos mueve a diario hacia su mejora.
Una mejora y un cambio para el que, como el propio Fernando dice, es necesaria la utopía. Una utopía que, como a su vez decía Eduardo Galeano, está en el horizonte. Y un horizonte que siempre está lejos pero hacia el que, gracias a Fernando, caminamos (para eso sirve la utopía, para caminar) cada día con algo más de luz y optimismo.

¿Aprender?, sí, pero antes que todo vivir. Aprender a través y en relación con la vida.

John Dewey

La vida no enseña nada directamente, sólo refuta falsos prejuicios.

Nicolás Gómez Dávila. Escolios a un texto implícito

 

UC3M https://flic.kr/p/rUwFRD cc by-sa

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Jugar el partido* y no quedarnos solo con imaginar cómo sería jugar el partido, ni siquiera con preparar el partido. Jugar el partido con la convicción de que jugarlo es la mejor manera de aprender a jugar. Jugar el partido para entender que en el campo no todo está bajo control, que las cosas no son ni blanco, ni negro, que se puede jugar bien y perder, pero que también, al revés, se puede jugar mal y ganar. Jugar el partido para aprender de los errores. Jugar el partido, eso sí, para ser cada día mejor jugador. Jugar el partido por jugarlo.

Cualquiera que haya hecho o haga deporte sabe que jugar el partido no es fácil. Que nada es innato. Que no basta con saltar al campo para saber jugar. Que no basta con saber jugar para jugar bien. Que por mucho que nos empeñemos, las cosas no siempre salen bien.

Cualquiera que haya hecho o haga deporte sabe que la distancia entre poder hablar sobre el juego y poder jugar es infinita. Que jugar el partido requiere muchas horas de entrenamiento, mucho esfuerzo y mucho sacrificio. Requiere a partes iguales de conocimientos, habilidades y actitudes. Requiere poner a jugar simultáneamente cabeza, cuerpo y corazón. Que jugar el partido moviliza muchos y variados conocimientos. Requiere conocer y comprender las reglas del juego, las escritas y las no escritas. Requiere también mucha técnica. Jugar el partido implica repetir hasta el aburrimiento jugadas, tácticas y estrategias. Requiere interiorizar y automatizar movimientos. Requiere memoria y creatividad. Anticipación y repetición. Improvisación y planificación. Ser capaz de recordar lo que pasó y visualizar lo que aún tiene que pasar. Requiere jugar sin parar de pensar, pero hacerlo como si no estuvieras pensando.

Luis Lorenzo Goncalves https://flic.kr/p/nx8CJb cc by-nc-sa

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Cualquiera que haya hecho o haga deporte sabe que jugar el partido requiere confianza en uno mismo y, si es un deporte de equipo, confianza en los otros. Requiere saber gestionar la incertidumbre y los nervios. Controlar las emociones y los impulsos. Requiere aprender a tomar decisiones. Requiere asumir que a veces las cosas no salen como uno quisiera. Requiere saber tolerar la frustración y la confusión. Requiere mantener la concentración y el esfuerzo hasta el último minuto. Jugar el partido requiere conocer tu estado de ánimo y el de tus compañeros. E imaginar el de los rivales. Requiere entender lo que pasa en el terreno de juego, pero también lo que está pasando fuera del mismo.

Cualquiera que haya hecho o haga deporte sabe que jugar el partido no solo es difícil. Es complejo. Está lleno de conocimientos no escritos, conocimientos tácitos y pegajosos, difíciles de transmitir a otros. Y que por eso, no hay libros, ni manuales, ni instrucciones que nos sirvan para aprender a jugar el partido.

Cualquiera que haya hecho o haga deporte sabe que, al final, la única manera de prepararse para jugar el partido es jugándolo. Sabe que para aprender a jugar hay que jugar. Igual que la única manera de prepararse para la vida es viviéndola.

Nathalie Capitan https://flic.kr/p/qvvErL cc by-nc-sa

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Preparar para la vida siempre ha sido el fin de toda educación. Al fin y al cabo, educar no es otra cosa que preparar para la vida. Pero el fin de la escuela no siempre ha sido preparar para la vida, no al menos con el sentido global con el que hoy lo entendemos. Es cierto que son muchos los educadores que a lo largo de la historia han reclamado una mayor conexión entre la escuela y la vida, entre el aula y lo que sucede fuera de la misma. Es cierto que para muchos el lema dejad que la vida entre en la escuela ha sido y es su norte pedagógico. Pero estos educadores han estado (y siguen estando desgraciadamente en muchos casos) en los márgenes del sistema. La realidad es que, durante la mayor parte de su historia, la escuela ha tenido principalmente un fin profesionalizador y selectivo, no un fin formativo, ni de preparación para la vida (Fernández-Enguita, 2018).

Preparar para la vida no era un asunto escolar, o no era un asunto principalmente escolar, sino la responsabilidad de otros entornos (no formales e informales) donde también se educaba y se sigue educando hoy, la familia, los amigos, el barrio, el ocio.

Pero ahora sí lo es. Hace ya varias décadas que hemos atribuido de manera clara y explícita a la escuela un rol preponderante, aunque no exclusivo, en la compleja tarea de educar a las personas. Hace ya varias décadas que los sistemas educativos de todo el mundo han declarado su intención de formarnos a todos de manera integral. Formarnos a todos para que podamos responder e intervenir de la manera más apropiada posible con respecto a los problemas que nos depara y deparará la vida, no solo en el ámbito profesional, sino también y siguiendo a Jacques Delors, en los ámbitos personal, social y académico. Hace años que pedimos a la escuela que contribuya de manera decisiva a desarrollar en todos (sin dejarse a nadie) las competencias necesarias para llevar adelante nuestros proyectos vitales. Que nos ayude en la compleja tarea de aprender a ser, aprender a conocer, aprender a hacer y aprender a vivir juntos. Que nos ayude, en definitiva, a jugar el partido.

Victor Bezrukov https://flic.kr/p/puHy7z cc by-nc

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Pero educar de manera integral a todos, igual que jugar el partido, es un asunto de gran complejidad. Y al igual que sucede en el campo de juego, no basta con saber para saber jugar, sino que es necesario también saber hacer y hacer con sentido. Lo que sabemos no transmuta en planes de acción, dice Juan Ignacio Pozo (2016), si no estamos acostumbrados a afrontar la incertidumbre que supone tomar decisiones y abordar nuevos territorios por los que nunca hemos transitado.

A jugar solo aprendemos jugando.

Pero en la escuela muchas veces, como advierte Fernando Trujillo (2018), no llegamos a jugar el partido. Hemos tratado de enfrentar el reto de la complejidad mediante la fragmentación y la división del todo en sus elementos; separando y disciplinando el conocimiento; centrándonos en un solo tipo de conocimientos; inhibiendo la acción; ignorando la transferencia de conocimientos; haciendo hincapié más en un aprendizaje sobre las cosas que en un aprendizaje para hacer algo con esas cosas; orientando, en suma, el aprendizaje más al decir que al hacer, como si aprender sobre algo fuera suficiente para luego poder hacer algo. En la escuela, dice Trujillo, “somos, en muchos casos, entrenadores sin partidos.

Nick Southall https://flic.kr/p/6kjb5G cc by-nc

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Y aunque es cierto que, en algunas situaciones, esta estrategia tiene su utilidad y es efectiva también sabemos que no es suficiente. Reducir la complejidad a sus elementos y tratar de abordarla desde el dominio de las partes puede funcionar bien para aproximarnos a ciertos problemas, pero no es efectiva si lo que pretendemos es abordar metas educativas complejas como las actuales. El problema es que la suma de las partes casi nunca da como resultado el todo. Que los elementos aislados no tienen mucho sentido en ausencia del juego completo. Que aprender a decir no nos garantiza que cuando llegue el momento seamos capaces de jugar.

Que para jugar necesitamos también del campo de juego.

Aprender a decir y aprender a hacer son dos formas diferentes de conocer el mundo. No basta con tener conocimientos para saber usarlos, dice Juan Ignacio Pozo (2016). Aprender a hacer requiere una participación activa (y social); saber relacionar la nueva información con el conocimiento previo; la autorregulación y la reflexión; comprender más que memorizar; aprender a transferir; dar tiempo para la práctica y atender a las diferencias de desarrollo e individuales (Stella Vosniadou).

En este contexto, la clave para abordar los retos educativos actuales pasa por acortar la distancia entre el saber, el saber hacer y el saber ser, desarrollando al máximo la capacidad de los estudiantes para movilizar y transferir los conocimientos recibidos. Saber hacer, usar el conocimiento adquirido, requiere un entrenamiento específico basado en la solución de problemas, no en la mera acumulación de saberes (Juan Ignacio Pozo, 2016). Requiere, como dice Erik de Corte (2016), trabajar “la capacidad de aplicar con flexibilidad y creatividad los conocimientos y las habilidades adquiridas de manera significativa, en una variedad de contextos y situaciones”. Aprender nos hace competentes cuando podemos activar y usar los conocimientos recibidos (Marchesi y Martín, 2014), cuando somos capaces de movilizar y combinar pertinentemente conocimientos diversos.

Peter Megyeri https://flic.kr/p/rR4xU cc by

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Afrontar los retos actuales de la educación exige cambios que tienen que ver tanto con el qué debemos aprender, como con el cómo debemos hacerlo. O, dicho de otra manera, afrontar los retos educativos hoy implica cambios en el que debemos enseñar y en el como debemos hacerlo.

No basta con una única manera de enseñar, ni con la transmisión de un único conjunto de conocimientos.

Saber jugar el partido nos exige no sólo adquirir una base de conocimientos accesible y organizados (los hechos, símbolos, conceptos y normas que constituyen los “contenidos” más tradicionales que la escuela ha transmitido normalmente), sino también “estrategias para abordar los problemas; conocimientos metacognitivos y sobre la propia motivación y las emociones; capacidad de autorregulación de esos procesos cognitivos y volitivos; creencias positivas acerca de uno mismo como alumno” (Erik de Corte, 2016).

Nuestras cabezas están llenas de ideas y habilidades útiles que no vienen a la mente cuando son necesarias,” dice Guy Claxton. Todos somos capaces de pensar y hablar sobre el juego mucho mejor de lo que podemos jugarlo. El tipo de aprendizaje que necesitamos hoy implica trabajar la capacidad de “interpretar, reflexionar, razonar, pensar de manera abstracta, resolver problemas y generalizar lo que se aprende.”

Pero también requiere ir más allá de la mera reflexión racional. Requiere comprender la estrecha relación que existe entre emoción y aprendizaje. “Trabajar la capacidad para relacionarnos con los otros; comprender y manejar las emociones; establecer y lograr objetivos; tomar decisiones autónomas; y confrontar situaciones adversas de forma creativa y constructiva”. (Ortega Goodspeed, 2016)

Juan Antonio https://flic.kr/p/4jrdbH cc by-nc-sa

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Requiere, también, como sostiene Guy Claxtonprestar atención a las experiencias, las intuiciones y las corazonadas; atender a lo que dice nuestro cuerpo y nuestro entorno; soñar despierto y proyectar alternativas. Requiere ir más allá de un aprendizaje cerebral, incorporando también un aprendizaje corporal. Requiere comprender que el cuerpo desempeña un papel crucial en los procesos cognitivos. Que “sin sentimientos e intuiciones, la inteligencia abstracta se aleja de las sutilezas y complejidades del mundo real. Que somos capaces de explicar y comprender, pero incapaces de vincular esa comprensión con las necesidades y presiones de la vida cotidiana ” (Guy Claxton, 2015). El tipo de aprendizaje que necesitamos pasa por adquirir no sólo un conjunto de conocimientos y habilidades, sino también saber cuándo, cómo y con qué propósito podemos y debemos utilizar esos conocimientos y esas habilidades adquiridas.

Para preparar para la vida, la escuela debe buscar el desarrollo, en cada alumno, de un conjunto de conocimientos, habilidades, emociones, actitudes y valores que le permitan afrontar situaciones nuevas e imprevistas (Pérez Gómez, 2014). El principal desafío que enfrenta la escuela hoy es, por tanto, dotar a cada alumno de la “capacidad de asumir su realidad, reflexionar críticamente sobre ella, y decidir con autonomía intelectual” (Mella Garay, 2003).

Carolina Birizamberri en un entrenamiento de la selección uruguaya de fútbol femenino sub 17 en Montevideo

Carolina Birizamberri en un entrenamiento de la selección uruguaya de fútbol femenino sub 17 en Montevideo

Preparar para la vida sitúa a la escuela ante la necesidad de preparar a los estudiantes no para ser receptores pasivos de contenido, sino para convertirse en agentes activos que puedan manejar su carga de trabajo y evaluar sus progresos.” (Farrington, 2012). Preparar para la vida nos obliga a jugar el partido.

Y al igual que no hay un manual para jugar el partido, no existe una única metodología que nos prepare para la vida. La única respuesta ante la complejidad pasa por el dominio de múltiples estrategias y metodologías que nos garanticen que estamos trabajando no solo los componentes conceptuales (saber decir), sino también los componentes procedimentales (saber hacer) y actitudinales (saber ser). Pasa por llevar a los estudiantes al territorio de los proyectos y los problemas, entendiendo como tales tareas relativamente abiertas, que no tienen una única solución y que requieren de una gestión metacognitiva.

Aprendemos desde lo que pasa y desde lo que nos pasa.

Aprendemos cuando cruzamos las paredes del aula. Aprendemos a campo abierto. Aprendemos desde el territorio, desde la práctica y desde la experiencia. Aprendemos en el campo de juego. Aprendemos, una vez más, jugando. Preparar para la vida nos sitúa irremediablemente en la esfera de la acción. Aprendemos haciendo y reflexionando sobre lo que hemos hecho. Preparar para la vida nos lleva, una vez más, a jugar el partido.

Pierre Metivier https://flic.kr/p/DdMn5 cc by-nc

Pierre Metivier https://flic.kr/p/DdMn5 cc by-nc

 

Este artículo fue escrito y publicado originalmente para la Revista Ruta Maestra (nº25) editada por Santillana Colombia, a quien aprovecho para agradecer su confianza y su invitación a escribir y formar parte de un número especial dedicado a metodologías activas y en el que han escrito, entre otros, amigos como Miguel BarreroPepe MenéndezClara MegíasManuela FernándezÁngel FidalgoAlfredo HernandoÁngeles AraguzMarino Gallego o Mariana Ferrarelli. Aquí os dejo la versión en pdf.

Referencias bibliográficas:

*La metáfora original es de David Perkins en su libro Making Learning Whole. How Seven Principles of Teaching can Transform Education. Jossey-Bass. 2009

Guy Claxton (2008). Cultivating Positive Learning Dispositions. Disponible en https://www.seas.upenn.edu/~eas285/Readings/Claxton.Learning%20Dispositions.pdf

Guy Claxton (2015). Intelligence in the Flesh.Why your mind needs your body much more than it thinks. Yale University Press. P. 5

Erik De Corte (2016). OCDE, OIE-UNESCO, UNICEF LACRO. La naturaleza del aprendizaje: Usando la investigación para inspirar la práctica. Disponible en https://www.unicef.org/lac/20160505_UNICEF_UNESCO_OECD_Naturaleza_Aprendizaje_.pdf

Jacques Delors (1996). La educación encierra un tesoro. Disponible en http://www.unesco.org/education/pdf/DELORS_S.PDF

Camille A. Farrington (2012). Teaching Adolescents To Become Learners. https://consortium.uchicago.edu/sites/default/files/publications/Noncognitive%20Report.pdf

Mariano Fernández Enguita (2018). Más escuela, menos aula. Morata. Madrid

Álvaro Marchesi y Elena Martín (2014). Calidad de la enseñanza en tiempos de crisis. Alianza Editorial. p. 292

Elia Mella Garay (2003). La educación en la sociedad del conocimiento y del riesgo. Revista de enfoques educacionales, Volumen Nº 5 (1). http://www.facso.uchile.cl/publicaciones/enfoques/07/Mella_LaEducacionenlaSociedaddelConocyelCambio.pdf

Tamara Ortega Goodspeed (2016). Desenredando la conversación sobre habilidades blandas. Disponible en http://repositorio.minedu.gob.pe/bitstream/handle/123456789/4844/Desenredando%20la%20conversaci%C3%B3n%20sobre%20habilidades%20blandas.pdf?sequence=1&isAllowed

Ángel Pérez Gómez (2014). Aprender a pensar para poder elegir. Cuadernos de Pedagogía, Nº 447, Sección Monográfico, Julio 2014

Juan Ignacio Pozo (2016). Aprender en tiempos revueltos. La nueva ciencia del aprendizaje. Alianza. p. 191

Fernando Trujillo Sáez (2018). Activos de aprendizaje. Utopías educativas en construcción. SM. p. 81

Stella Vosniadou (2017). Cómo aprenden los niños. Disponible en https://www.uv.mx/rmipe/files/2017/02/Como-aprenden-los-ninos.pdf

Fuente; https://carlosmagro.wordpress.com/2019/03/19/jugar-el-partido/

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Universidad nigeriana lanza la primera planta de energía de residuos orgánicos

Redacción: Allafrica/17-04-2019

Los apagones son frecuentes y aleatorios en Nigeria. Para resolver este problema, una universidad en Nigeria ha construido una planta de generación de energía de residuos orgánicos para proveer de electricidad a toda la universidad, escribe Patrick Egwu para esto es África .

Los apagones son frecuentes y aleatorios en Nigeria. Para resolver este problema, una universidad en Nigeria ha construido una planta generadora de energía de desechos orgánicos para proporcionar electricidad a toda la universidad. Esta es la primera innovación de este tipo realizada por una universidad nigeriana para ayudar a abordar la escasez de energía en ese país.

Recientemente, la Universidad de Nigeria, Nsukka, la primera universidad indígena en el país, ubicada en el sureste de Nigeria, logró un hito al ser la primera universidad en el país en lanzar una planta de energía de residuos orgánicos que generará electricidad constante para el Universidad.

La planta es una planta de gasificación de combustible derivado de desechos (RDF) de 100 kilo-amperios (kVA) diseñada para alimentar todo el campus y las comunidades cercanas.

El proyecto, que fue iniciado por el ex vicecanciller de la institución, el profesor Chinedu Nebo, cuando fue ministro de poder hace cuatro años, fue completado e inaugurado por el profesor Benjamin Ozumba, el actual vicecanciller.

«Estoy feliz de que bajo mi supervisión, la universidad ha sido testigo de la innovación y la transformación», dijo Ozumba. «Hoy, otra pluma se ha agregado al límite de mi administración. Esta es la primera de su tipo en el condado: el uso de residuos para generar electricidad».

«Para cuando se establezcan más de estas plantas, que cubran cada parte de la universidad, se guardarán millones de nairas cada mes, ya que ya no pagaremos las facturas mensuales de electricidad a la compañía eléctrica».

La innovación y la planta fueron completadas por un grupo de investigadores de la institución, liderado por el profesor Emenike Ejiogu. Ejiogu, un ingeniero que recibió capacitación en Japón, tiene experiencia en dispositivos y sistemas de energía eléctrica, así como en nuevos sistemas de energía: energía eólica, solar y de celda de combustible.

Los subproductos agrícolas, como las cáscaras de maíz, son fuentes de desechos orgánicos que podrían utilizarse como materiales de desecho para alimentar la planta.

«El objetivo es permitir que la institución genere su propia electricidad con residuos orgánicos que sirvan como combustible», dice Ejiogu. La planta se completó con una subvención especial de la universidad en un paso que ayudará a resolver el creciente costo de la electricidad inestable en el país.

Según Ejiogu, su equipo de investigación estaba preparado para producir plantas de 250 kVA, que cubrirán las necesidades energéticas de toda la universidad y las comunidades cercanas.

«La demanda de energía de nuestra universidad ahora es de 3 megavatios, por lo que con 12 250 kVA de plantas RDF, cumpliremos con las necesidades de suministro eléctrico de la universidad», dice.

Esta innovación ha generado comentarios positivos de expertos que dicen que ayudará a combatir la contaminación ambiental y acústica.

«Esta es la primera planta de este tipo en el país», dijo Simon Oke, quien tiene más de una década de experiencia en el sector eléctrico. «Ayudará a combatir la contaminación, especialmente el ruido en el campus».

Ejiogu y su equipo han comenzado a recibir solicitudes de instalaciones de individuos y empresas privadas.

«Es más barato y puede transportar más corrientes que la instalación de energía solar», dice. «Con una planta RDF en su casa u oficina, alimentará sus acondicionadores de aire, congeladores, planchadoras y otros electrodomésticos».

Los subproductos agrícolas, como las hojas de maíz y las astillas de madera, entre otras, son fuentes de desechos orgánicos que podrían utilizarse como materiales de desecho para alimentar la planta.

Otro beneficio de esta innovación es la provisión potencial de empleos para los jóvenes desempleados. La tasa de desempleo en Nigeria ha aumentado desde que el país entró en recesión en 2016.

La tasa de desempleo de Nigeria aumentó del 18,8 por ciento en el tercer trimestre de 2017 al 23,1 por ciento en el tercer trimestre de 2018, según un informe de la Oficina Nacional de Estadísticas. Esto significa que alrededor de 21 millones de nigerianos están desempleados.

«El número de personas en la fuerza laboral aumentó de 75,94 millones en 2015 a 80,66 millones en 2016 a 85,1 millones en 2017 a 90,5 millones en 2018», señala el informe.

Ejiogu es optimista de que la nueva fuente de energía generará empleo para los jóvenes en el país porque habrá una demanda para que las personas suministren estos productos de desecho a la universidad oa otras personas que lo necesiten.

Fuente: https://allafrica.com/stories/201904100153.html

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La humildad intelectual favorece el aprendizaje y la creatividad

Por: Tendencias 21

La arrogancia del sabelotodo induce al error y dificulta la innovación

 

La humildad intelectual ayuda a valorar realmente lo que sabemos, así como nos deja abiertos al pensamiento reflexivo, al compromiso intelectual, a la curiosidad y a la apertura mental. La arrogancia intelectual induce al error y dificulta el aprendizaje.

Las personas que presumen de su inteligencia tienen mayores dificultades para adquirir nuevos conocimientos y para admitir posibles errores en su manera de pensar, según ha determinado una investigación.

La humildad intelectual (HI) se considera en psicología como una virtud equivalente a la de tener la mente abierta, audacia e integridad intelectual. Se opone al orgullo y a la arrogancia intelectual.

Podría interpretarse que la HI es un indicio de sabiduría, ya que se asocia también con la comprensión de los límites del conocimiento propio, que propicia la apertura a nuevas ideas y refuerza el deseo de aprender.

La investigación, publicada en la revista Journal of Positive Psychology y dirigida por Elizabeth Krumrei-Mancuso, profesora de la Universidad Pepperdine de California, se desarrolló con 1.200 voluntarios, la mayoría estudiantes universitarios.

El objetivo era determinar el vínculo entre la humildad intelectual de una persona y su capacidad de adquirir nuevos conocimientos.

A los voluntarios se les hicieron una serie de preguntas que luego se calificaron según una escala creada por los propios investigadores para evaluar, por un lado, su actitud de superioridad intelectual, y por otro lado, su predisposición para el aprendizaje.

Los resultados de este experimento demostraron, en primer lugar, que los voluntarios con humildad intelectual por lo general no presumen de su nivel de conocimientos.

También que tienen una valoración objetiva de los conocimientos que realmente poseen y, por último, que están abiertos al pensamiento reflexivo, al compromiso intelectual, a la curiosidad y a la apertura mental. Poseen una motivación intrínseca para aprender.

Habilidades cognitivas

Según los investigadores, estos resultados explican la relación constatada en psicología entre la humildad intelectual y el conocimiento general, si bien no hay constancia de que la HI signifique que las personas con esta virtud tengan, necesariamente,  mayor capacidad cognitiva.

Añaden que el hecho de que la HI esté asociada a personas con amplios niveles de conocimientos, pero no con las habilidades cognitivas (que no guardan relación alguna con la humildad intelectual), parece indicar que la HI tiene más que ver con los conocimientos adquiridos (inteligencia cristalizada) que con la capacidad de solucionar problemas (inteligencia fluida).

La inteligencia fluida representa la capacidad de adaptarse y enfrentar situaciones nuevas de forma espontánea, sin necesidad de recurrir a los conocimientos y la experiencia adquiridos. La inteligencia cristalizada, por el contrario, representa el conjunto de conocimientos y habilidades adquiridos mediante el aprendizaje.

Exceso de confianza 

La investigación arrojó otro resultado sorprendente: las personas intelectualmente humildes a menudo subestiman sus habilidades cognitivas. Sin embargo, manifiestan una ventaja adicional, respecto a las personas que presumen de saber mucho.

Estas personas, explican los investigadores, al considerar que su nivel de conocimientos es superior al real, corren el peligro de evaluar erróneamente  la realidad y de extraer conclusiones definitivas basadas en evidencias no contrastadas.

Este riesgo es impropio de las personas con HI, ya que tienden a subestimar sus habilidades cognitivas. La investigación constata al respecto que comprender el estado real del conocimiento de cada uno y admitirlo, puede ser el primer paso para la búsqueda de nuevos conocimientos.

Efecto inesperado

La investigación arrojó, por último, un efecto inesperado: la humildad intelectual está asociada con notas más bajas en los estudios. Los investigadores no encuentran una explicación a esta constatación, que podría estar relacionada con una consideración diferente de los estudios universitarios por parte de las personas con HI.

Es decir, puede que las personas con humildad intelectual no sientan la pasión por el éxito académico, medido en buenas notas, que muestran las personas que presumen de todo lo que saben.

No obstante, los investigadores reconocen que se necesitan más estudios para para comprender cómo la humildad intelectual afecta al conocimiento, la cognición y la capacidad para aprender, si bien ya asumen que la HI tiene implicaciones para nuestras actitudes sociales y comportamientos sociales.


Referencia

Links between intellectual humility and acquiring knowledge. Elizabeth J. Krumrei-Mancuso et al. The Journal of Positive Psychology. DOI: https://doi.org/10.1080/17439760.2019.1579359

Fuente: https://www.tendencias21.net/La-humildad-intelectual-favorece-el-aprendizaje-y-la-creatividad_a45180.html
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La escuela pública en terapia intensiva

Por: Luis Bonilla-Molina

Lo que significó la escuela entre la primera y la tercera revolución industrial

La escuela representa la máxima aspiración para la democratización del conocimiento, los saberes y la ciencia viva. Todo el ideario progresista del siglo XVIII y XIX enfatizó en su poder y capacidad para construir una sociedad más justa y de iguales. En el siglo XX estos ideales se convirtieron en políticas públicas incluyentes, a pesar que los sistemas escolares fueron permanentemente tensionados por los señores del capital para que abandonaran sus preceptos humanistas. Para millones de seres humanos, la escuela constituyó la posibilidad de acceder a la cultura general que nos era negada por nuestro origen social de trabajadores no propietarios. Defender la escuela pública para todos y todas sigue siendo el eje central de cualquier proyecto emancipador en el siglo XXI. Solo que en las actuales circunstancias debemos hacer un debate crítico al respecto, para garantizar que la educación salga del letargo en la cual el orden capitalista la arrinconó y para que la escuela pueda seguir siendo la más importante esperanza institucional para los y las pobres del mundo.

 

El vacío de la escuela en la tercera revolución industrial

La escuela y los liceos en América latina y el Caribe se quedaron atascados en los conocimientos que requerían la primera y segunda revolución industrial. Se masificó la educación construyendo hegemonía al modelo de consumo capitalista, se homologó la visión de ciudadanía para el orden capitalista y se enseñó la ciencia moderna. También contribuyo a la construcción de pensamiento crítico y con ello al surgimiento de otro mundo posible.

El problema es que a partir de los sesenta desembarca la tercera revolución industrial y, esto fue visto por los sistemas escolares como simple innovación de la tecnología del entretenimiento. La tercera revolución industrial ha tenido periodos cortos que evidencian la aceleración tecnológica de la última época. Primero fue la etapa de las macro computadoras (60s), luego las computadoras de escritorio (70s y 80s), las computadoras portátiles (80s y 90s), internet (90s), las redes sociales (primera década del siglo XXI), virtualidad, nanotecnología, big data, inteligencia artificial (segunda década del siglo XXI). Esta tercera vuelta de tuerca de las revoluciones industriales fue posible gracias al descubrimiento de nuevos minerales y materiales, el desarrollo de la física, la química y la biología, el emerger de la física cuántica, el mapeo del ADN humano y el desarrollo de las neuronas digitales.

Pero, en muchas escuelas y liceos se sigue enseñando el conocimiento de la primera y segunda revolución industrial. En física se sigue trabajando punto inicial, aceleración, resistencia, dinámicas que permitían entender el funcionamiento de las maquinas que se desarrollaron desde 1840; pero no se enseña física cuántica a pesar que la mayoría de estudiantes han manipulado por lo menos una vez en sus vidas un control remoto para televisores, equipos de sonido o video juegos, siendo el mando a distancia un producto de las nuevas tendencias en la relación materia, espacio y tiempo. En química, la tabla periódica se suele trabajar como si el hierro, el aluminio o el cobre fueran las grandes novedades en el mundo productivo, sin destacar elementos como el coltran de fuerte impacto en la industria de la informática y lo digital. En Biología, Mendel aún ronda los pasillos educativos sin que se explique como el inventario del ADN humano demostró muchas de las carencias o limitaciones de sus postulados; la neurociencia y su conocimiento de la dinámica cerebral apenas si se menciona en lo educativo.

Lo más preocupante es que los ciclos incesantes de reformas educativas se han centrado en temas instrumentales y han abandonado el horizonte estratégico de lo educativo. Esto se muestra en el desinterés de los y las estudiantes, pero también en el desenfado con el cual los gobiernos y el mundo productivo hablan de lo educativo. Para colmo, la educación para una sociedad de hombres y mujeres libres es aún una agenda pendiente en la mayoría de sistemas escolares de la región.

 

El peligro de la parálisis escolar ante la cuarta revolución industrial

Un sistema escolar que cada día muestra más su condición de añejo, lo cual a diferencia de los vinos no es una virtud, se encuentra ahora con el anuncio de una cuarta revolución industrial. Las fabricas 4.0 se plantean como espacios en los cuales la inteligencia artificial, la nanotecnología, la conexión 5G y 6G llevará el manejo de los metadatos a un nivel nunca soñado, pero paradójicamente encuentra a la escuela sembrando huertos escolares con pala, charapo y rastrillo a la usanza del siglo XIX.

Estamos a solo unos pocos años del inicio del cuarto giro drástico de la innovación tecnológica, el cual se prevé reestructurará los conceptos de trabajo, mercancía, dinero, pero también las relaciones sociales, la sociabilidad y la cultura, como nunca se había visto. La escuela y los liceos de la región parecieran no estar preparados para este acontecimiento, lo cual nos preocupa de manera especial a quienes defendemos y militamos en la idea de una educación pública, laica, gratuita, popular y de calidad para todos y todas. Es hora de comenzar, por lo menos, a hablar de ello.

Fuente: https://luisbonillamolina.wordpress.com/2019/04/12/la-escuela-publica-en-terapia-intensiva/

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52 Libros de pedagogía en pdf ¡Gratis!

Redacción: El Eterno Estudiante

¿Eres profesor o maestro? ¿Te interesa la educación y pedagogía? ¡Disfruta 52 libros digitales de Pedagogía!

A todos los profesores, maestros, psicólogos y pedagogos, hoy les traemos más de 50 libros ¡completamente gratis! La selección incluye libros contemporáneos y clásicos como los libros del teórico Paulo Freire. Son idóneos para consulta, investigación o simplemente aprender algo nuevo. Recuerda que también tenemos recopilaciones de MarketingFilosofía y otros.

 

¿Cómo descargar los libros?

Para descargar los libros en PDF, sólo tienes que ingresar al enlace incluido después de cada título. Inmediatamente podrás obtener la versión digital del libro para leer en línea o bajar completamente gratis a tu PC o cualquier dispositivo móvil.

#1 Compendio de Pedagogía Teórico-Práctica / Pedro de Alcántara García: leer aquí

#2 Pedagogía de la Esperanza / Paulo Freire: leer aquí

#3 Pedagogía del Oprimido / Paulo Freire: leer aquí

#4 Pedagogía General / Claudia Bravo Castañeda: leer aquí

#5 Pedagogía de la Indignación / Paulo Freire: leer aquí

#6 Paulo Freire Contribuciones para la Pedagogía / Moacir Gadotti, Margarita Victoria Gómez, Jason Mafra, Anderson Fernandes de Alencar: leer aquí

#7 Innovaciones y Educación para la Paz / Julio César Arboleda Aparicio (Editor): leer aquí

#8 Psicología y Pedagogía / Jean Piaget: leer aquí

#9 Una Pedagogía de la Comunicación / Mario Kaplún: leer aquí

#10 Pedagogía y Currículo / Margarita Pansza: leer aquí

#11 La Educación como Práctica de la Libertad / Paulo Freire: leer aquí

#12 Pedagogía / Immanuel Kant: leer aquí

#13 Pedagogía, Didáctica y Autismo / Óscar Picardo Joao, Ana Delmy Miranda de Escobar, Jaime Escobar Salmerón, Herberth Oliva: leer aquí

#14 Nuevos Retos de la Profesión Docente / Paulino Carnicero Duque, Patricia Silva García, Trinidad Mentado Labao (coordinadores): leer aquí

#15 Educación No Formal y Educación Popular / Germán Mariño S. y Lola Cendales G.: leer aquí

#16 Cartas a Quien Pretende Enseñar / Paulo Freire: leer aquí

#17 Educación y Arte: leer aquí

#18 Educación para el Desarrollo Sostenible / ONU: leer aquí

#19 Una Pedagogía Praxeológica / Carlos Germán Juliao Vargas: leer aquí

#20 La Escuela y el Maestro / Paulo Freire: leer aquí

#21 Manual de Pedagogía Teatral / Verónica García-Huidrobo: leer aquí

#22 La Pedagogía Hospitalaria y de la Salud / Red Educativa Mundial: leer aquí

#23 Pedagogía Universitaria en América Latina / Centro Interuniversitario del Desarrollo: leer aquí

#24 Historia de la Pedagogía / N. Abbagnano y A. Visalberghi: leer aquí

#25 Docencia Constructivista en la Universidad / Marco V. Gutiérrez-Soto, Luis Ángel Piedra (Editores): leer aquí

#26 La Educación Ayer, Hoy y Mañana / Silvina Gvirtz, Silvia Grinberg, Victoria Abregú: leer aquí

#27 Pedagogía Aplicada a la Conducción / María Luisa García Ortíz de Villajos: leer aquí

#28 Las Nuevas Tecnologías en la Educación / Manuel Santiago Fernández Prieto: leer aquí

#29 Diccionario Pedagógico / Óscar Picardo Joao: leer aquí

#30 Buenas Prácticas para una Pedagogía Efectiva / UNICEF: leer aquí

#31 La Vida en las Escuelas / Peter McLaren: leer aquí

#32 Aprender la Condición Humana: Una Pedagogía de la Ternura / Alejandro Cussiáovich: leer aquí

#33 La Importancia de Leer y el Proceso de Liberación / Paulo Freire:  leer aquí

#34 El Valor de Educar / Fernando Savater: leer aquí

#35 Pedagogía Social y Educación Popular / Marcelo Krichesky: leer aquí

#36 Educación y Democracia: Un campo de combate / Estanislao Zuleta: leer aquí

#37 La Pedagógica Latinoamericana / Enrique Dussel: leer aquí

#38 Educaciones y Pedagogías Críticas desde el Sur / Marco Raúl Mejía Jiménez: leer aquí

#39 El Aprendizaje Significativo en la Práctica / Antoni Vallester Ballori: leer aquí

#40 Educación Expandida: leer aquí

#41 Investigación de los Saberes Pedagógicos / Ministerio de Educación (Colombia): leer aquí

#42 La Enseñanza de las Ciencias Naturales en las Primeras Edades / Silvio Daza Rosales: leer aquí

#43 El Museo y la Escuela / Claudia Aguirre Ríos: leer aquí

#44 Educar para Ser / Rebeca y Mauricio Wild: leer aquí

#45 Modelos Educativos y Académicos / Carlos Tünnerman-Bernheim: leer aquí

#46 Tratado Elemental de Pedagogía / Dr. Luis E. Ruiz: leer aquí

#47 Modelo Andragógico: Fundamentos / Universidad del Valle de México: leer aquí

#48 Pedagogía Tradicional y Pedagogía Crítica / Rigoberto Martínez Escárcega: leer aquí

#49 Diversidad Cultural e Igualdad Escolar / Varios Autores: leer aquí

#50 Los Gajes del Oficio: Enseñanza, pedagogía y formación / Andrea Alliaud, Estanislao Antelo: leer aquí

#51 El Tacto en la Enseñanza / Max Van Manen: leer aquí

#52 La Formación y el Desarrollo Profesional Docente: leer aquí

Fuente: http://eleternoestudiante.com/pedagogia-libros-pdf-gratis/

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