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Impactos negativos del internet y las redes sociales

Por: Jorge Salazar García

“Creamos un sistema que privilegia la información falsa (…) porque

la información falsa rinde más dinero a las empresas que la verdad”

Es probable que en algún momento, navegando por la web, haya quedado atrapado en medio de una polémica sobre los temas de moda: el cambio climático y las conspiraciones. Tales polarizaciones no son fortuitas, las propician quienes obtienen beneficios de ello: los poderosos concentradores de la riqueza. Para las corporaciones dueñas de los medios de información es relativamente fácil inducir la confrontación entre quienes creen en dichos fenómenos y sus negacionistas. Indudablemente, el discutir y confrontar ideas en las redes es bueno, el problema es hacerlo sin fundamento ni sentido crítico o, peor, porque se responde a una provocación. Lo común en ellas no es el diálogo tolerante sino la batalla de fanatismos. El resultado directo de esta tendencia en la red ha sido el explosivo crecimiento de la polarización social que, como se verá más adelante, beneficia a las empresas propietarias de los medios digitales, porque utilizan a los internautas ya convertidos en seres manipulables, incapaces de descubrir a quienes encubren la verdad.

Afortunadamente no hay crimen perfecto, muchos profesionales de las tecnologías digitales e inteligencia artificial han identificado el origen de los daños que la industria de la información esta ocasionando a millones de seres humanos y, en consecuencia, a la sociedad y a el PLANETA. Se sabe con certeza, por ejemplo, que las plataformas digitales se disputan la atención de la gente empleando datos sobre sus preferencias, gustos, fobias, filias, habilidades, capacidades, etcétera, recolectados mediante ALGORÍTMOS (programas) que almacenan dicha información en enorme centros computacionales ubicados en cavernas, incluso marinas. Con esos datos biográficos consiguen aplicar psicotecnologías, aprendidas en la universidad de Stanford, entre otros centros de estudios, para atrapar la mente  del usuario y manipularlo. El propósito es legal (ganar dinero) no así los métodos, como se verá más adelante.

La tarea de concentrar la información personal de cada individuo conectado a la web es permanentemente actualizada, de ese modo se optimiza el programa. Después, la máquina elabora un AVATAR o CLÓN DIGITAL de cualquier usuario que use un celular, tablet o computadora en el mundo. Lo que sigue es sencillo; partiendo de las preguntas ¿qué le digo?, ¿qué imagen, video o texto le pongo?, ¿qué le gusta? principalmente, logran mantenerlo pegado a la red, volviéndolo un ADICTO a ella. Naturalmente, eso implica elevados gastos en recursos materiales y humanos, ¿de dónde provienen, si sus servicios son GRATUITOS? ¿por qué invertir tiempo, tecnología y espacio (memoria) para conocernos mejor?  o ¿cómo es posible que esas compañías se hayan convertido en las mas acaudalas del mundo?

“Si NO se paga por el producto, uno mismo es el producto”

Algunos dicen que sus miles de millones de dólares provienen de la publicidad o el pago de internet, pero eso es parcialmente cierto; lo que realmente venden es la atención de PERSONAS VIRTUALES. Los clientes de esas industrias son las demás empresas que requieren ESCLAVOS DIGITALES sumisos, azombizados y adictos para venderles lo inimaginable y así seguir concentrando riqueza y poder. Por supuesto, no todo es negativo en la web; sería necedad no reconocer los beneficios y placeres que las redes proveyeron a las nuevas generaciones, pero no se puede ignorar que los impactos negativos, de continuar sin regulación social, superarán en cantidad y gravedad a los beneficios.

Las siguientes entrevistas, realizadas por el director de cine Jeff Orlowski a personajes que trabajaron para las más poderosas plataformas de internet (Facebook, Tweeter Google, Youtube, etc) expuestas en el documental “El Dilema de las redes Sociales” (2020) prueban que los impactos NEGATIVOS (suicidios, depresiones, adicciones, alteraciones de la personalidad, confusión, soledad, trastornos nerviosos, superficialidad) en las nuevas generaciones son ocasionados, en muchos casos, por el modo de operar dichas empresas. Los entrevistados accedieron brindar su testimonio sólo después de darse cuenta que fueron colaboradores inconscientes de lo que hoy es cada vez más cuestionado: la manipulación de las personas en las redes sociales. Es en cierto modo un “mea culpa” de quienes laboraron en Silicon Valley. Al director del film, Orlowsky, preocupado por la otra amenaza que polariza al mundo, (cambio climático) y a partir de conocer la enorme cantidad de negacionistas del calentamiento global, le surgió la idea de filmar los documentales “En busca del coral” (2017) y “Persiguiendo el hielo”(2012) ¿Por qué había tantos y por qué estaban tan convencidos de que el calentamiento global NO es cierto? Se preguntó. Su intuición le dijo que “algo” o “alguien” influenciaba las posturas fanáticas desde las redes sociales. Incluso, él mismo reconoce que en 2017 había cuestionado su fanatismo (adicción) por las redes y relación con el mundo. Produce terror enterarse que la misma gente que trabajó y diseñó dichas plataformas se hayan convencido de que algo está podrido en ellas. Por razones de espacio, en este y en el siguiente artículo, se citarán partes resumidas de las confesiones de algunos, escritores, creativos, ejecutivos, ingenieros y científicos que sirvieron a los monstruos propietarios de la web, tales como Tim Kendall (Facebook), Jeff Seibert (Twitter), Justin Rosenstein (Asana), Tristan Harris (Google), Aza Rakin (Mozilla y Firefox), entre otros.

Comencemos con el poeta y escritor Tim Kendall, un ex – adicto a las redes.

TIM KENDAL  : Siendo  presidente de pinterest, cuando llegaba a casa no podía desprenderme de la red, tenia dos hijos pero era cautivo de mi mismo; preso de la tecnología. A veces no podía controlarme, aún sabiendo lo que hay detrás del telón. Eso asusta. Traté  miles de veces con pura fuerza de voluntad dejar el teléfono en el auto, no llevarlo a la alcoba cuando llegara a casa; para las nueve de la noche ya había regresado por él. Yo lo tengo muy claro, estos servicios (redes) MATAN PERSONAS y causa que se quiten la vida. Decir que la tecnología es una amenaza existencial es una gran afirmación; aunque no en si misma sino por su capacidad de sacar lo peor de la sociedad. Puede crear caos masivo, indignación, incivilidad, falta de confianza en los demás, soledad, alienación, POLARIZACIÓN, fraudes electorales y populismos con relativa facilidad.  Al distraernos de los problemas reales hace incapaz a la sociedad de curarse a si misma. Esto afecta a todo el mundo incluso si no se usan estos productos. Estas cosas se han convertido en el Frankenstein digital que están transformando al mundo a su imagen. Altera la salud mental de los niños, invade la política sin hacerse responsable de nada. Lamentablemente la carrera por retener la atención de la gente (con técnicas fascistas) no va a desaparecer. Los algoritmos van a mejorar y el enganche va a empeorar, si no se regulan antes las acciones de estas empresas. Continuará el 12 de julio…

Fuente de la información e imagen: https://insurgenciamagisterial.com

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La Unesco tendrá una regulación ética de la inteligencia artificial

La Unesco anunció este viernes que sus países miembros han llegado a un acuerdo sobre un proyecto de texto normativo que regulará desde el punto de vista ético el despliegue de la inteligencia artificial.

Esa regulación, que debe concretarse en una recomendación que se someterá formalmente a los Estados en noviembre, «supondrá un marco global para garantizar que las transformaciones digitales promuevan los derechos humanos y contribuyan a la consecución de los Objetivos del Desarrollo Sostenible», destacó la Unesco en un comunicado.

Ese texto abordará cuestiones relacionadas con la transparencia, la responsabilidad y la privacidad; incluirá capítulos para orientar las políticas sobre la gestión de los datos, la educación, la cultura, la atención sanitaria y la economía.

Se trata de proporcionar a los gobiernos y a los responsables políticos un marco para la normativa sobre la inteligencia artificial.

Según la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), contendrá disposiciones «para garantizar que los sesgos del mundo real no se reproduzcan en línea» y ofrecerá «acciones políticas concretas asentadas en valores y principios universales».

La recomendación establecerá un dispositivo para que la Unesco analice el nivel de avance de cada país en la inteligencia artificial con la intención de ayudarles en la fase de aplicación.

Para su directora general, Audrey Azoulay, una vez adoptada «los líderes de todo el mundo tendrán un punto de referencia común sobre cómo controlar los riesgos y aprovechar estas nuevas tecnologías como una fuerza para el bien».

Azoulay se mostró convencida de que la inteligencia artificial «tiene el potencial de reducir radicalmente las desigualdades, promover la diversidad y beneficiar a la humanidad en su conjunto».

Fuente: https://www.swissinfo.ch/spa/unesco-tecnolog%C3%ADa_la-unesco-tendr%C3%A1-una-regulaci%C3%B3n-%C3%A9tica-de-la-inteligencia-artificial/46754418

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Trabajadores latinoamericanos y derechos laborales del siglo XXI

Por: Juan J. Paz y Miño Cepeda

La región ha logrado asimilar las tecnologías de la 3-RI y de la 4-RI en los tiempos actuales, pero en forma contradictoria, pues la modernización solo ha operado en sectores limitados.

En general, se reconocen cuatro revoluciones industriales (RI): la primera, a mediados del siglo XVIII (Inglaterra), con la que se inició el régimen capitalista, se basó en la máquina de vapor, aplicada especialmente a la producción textil, la minería, el transporte (ferrocarriles y vapores) y en parte la agricultura.

La segunda, a fines del siglo XIX y comienzos del XX (EEUU y Europa), asociada al desarrollo del imperialismo, se basó en la electricidad y los derivados del petróleo, trasformó no solo las fábricas, sino toda la vida social, particularmente con automóviles, aviones, electrodomésticos, teléfonos, radio, periódicos impresos en rotativas y más tarde televisión.

La tercera (sobre todo EE. UU.), a mediados del siglo XX, nacida de la energía atómica y la extensión de la electrónica y la informática, igualmente alteró las sociedades mundiales y repercutió sobre amplias esferas del trabajo y de la vida cotidiana, especialmente con la difusión de los computadores.

La cuarta (nuevamente los EE. UU. a la cabeza) es reciente, vinculada al avance del siglo XXI y basada en una gama de desarrollos de la inteligencia artificial (AI), el internet de las cosas (IoT), robótica, realidad aumentada y virtual, “Big Data”, “fábricas inteligentes”, impresiones 3D y 4D, nanotecnología, biogenética.

Por su condición de región subordinada al desarrollo del capitalismo mundial y, además, porque las estructuras internas permanecieron como “pre-capitalistas” hasta bien entrado el siglo XX, caracterizándose permanentemente como zona primario-exportadora, América Latina no generó ninguna revolución industrial, de manera que lo que hizo es aprovechar de los avances originados en los países centrales para traerlos, aplicarlos y adaptarlos al desarrollo de su industria y sus tecnologías.

Con distintos ritmos, países como Argentina, Brasil o México, ya iniciaron su industrialización desde fines del siglo XIX, mientras los más “atrasados” (Bolivia, Ecuador, otros centroamericanos) apenas tenían unas contadas industrias hasta inicios de la década de 1960, cuando todavía predominaban las haciendas, los latifundios o las plantaciones basadas en relaciones de servidumbre y no en el trabajo asalariado típicamente capitalista.

La región ha logrado asimilar las tecnologías de la 3-RI y de la 4-RI en los tiempos actuales, pero en forma contradictoria, pues la modernización solo ha operado en sectores limitados, ha provocado mayores diferencias productivas y ha agudizado diferencias sociales y laborales, porque lo común en América Latina es la existencia de reducidos sectores propiamente proletarios (obreros fabriles), diversificados trabajadores en el sector de servicios (comercio, bancos, infraestructuras, educación, salud, seguridad, profesionales), numerosos “informales” y subocupados, junto con amplios sectores de desocupados.

En el marco de ese panorama general, las organizaciones obreras o de trabajadores, nacieron y se fortalecieron en asocio a las demandas tradicionales generadas por los avances de la 1-RI y de la 2-RI en los distintos países. Conquistar una legislación laboral favorable fue el espacio de su actuación y de sus luchas. De modo que gracias al sindicalismo y a las organizaciones tradicionales de los trabajadores fue posible conquistar códigos del trabajo, que garanticen el principio pro-operario, así como los derechos a la jornada máxima, salario mínimo, contrato individual y colectivo, seguridad social, indemnizaciones, sindicalización, huelgas y garantías específicas para las mujeres trabajadoras.

Pero se han quedado cortas las reivindicaciones, demandas y luchas por nuevos derechos laborales, que exigen los procesos de expansión y asimilación de la 3-RI y de la 4-RI. Además, la pandemia del Covid-19 potenció, en forma rápida, los productos de la 4-RI, obligando al nacimiento de formas de trabajo inéditas: teletrabajo o Smart-working, provisión de bienes y servicios a domicilio (“uberización”), labores semi presenciales, tele-oficinas, horarios variados y flexibles, jornadas intermitentes o parciales. Hasta se ha creado un lenguaje económico y social que trata de conceptualizar las nuevas situaciones, a menudo en forma engañosa: Plattform Capitalism, Gig Economy, Economy on Demand, Intelligent Manufacturing System, Ciberusina, Smart-Cities, Cebots, Machine Learning…

La mayoría de los países latinoamericanos están lejos de llegar a los niveles del espectacular desarrollo de la 4-RI que demuestran empresas como Google, Amazon, Uber o Apple, pioneras en el mundo. La región carece de capas empresariales o de líderes innovadores capaces de lograr revoluciones semejantes. Simplemente asumen tecnologías extranjeras o desarrollan aplicaciones a las que bautizan como “innovaciones”.

Pero, además, en la región las dirigencias y organizaciones de trabajadores tampoco se han mostrado ágiles para las nuevas conquistas de derechos ante el avance bien sea limitado o bien sea amplio, de las nuevas cyber-tecnologías, del “capitalismo inteligente”. No hay idea sobre los trabajos del “futuro” (como White-hackers, Growth-hackers, expertos en IA o también en IoT, desarrolladores de sistemas, diseñadores robóticos, etc.).

En América Latina, en medio de la pandemia del Coronavirus, se afirmaron sectores empresariales que están aprovechándose del trabajo a casa sin límites horarios y en cualquier momento, lo que merece demandar el derecho a la desconexión, que en Europa ya se implementa. Informes, como el del Banco Mundial en 2016 calculan que la 4-RI desplazará a cientos de miles de trabajadores, reemplazados por robots, máquinas inteligentes y drones.

Por eso, igualmente en Europa se discute y se avanza en el derecho a una renta básica universal, apenas pensada en reducidos círculos intelectuales de América Latina.

Mientras los capitalistas de la nueva era hablan de “jornada emocional” y de “salarios emocionales”, particularmente atribuibles a los jóvenes, que supuestamente no desean ni jornadas fijas, ni salarios obligados, los gobiernos conservadores, empresariales y neoliberales quieren ajustar los códigos del trabajo ya existentes a las nuevas realidades, pero arrasando con los derechos históricos conquistados por décadas de movilización social.

De modo que las organizaciones de trabajadores se ven en la obligación de defender los derechos logrados, pero también están forzadas a entender las nuevas dinamias del trabajo y, por tanto, a generar las nuevas garantías y derechos para esos nuevos trabajos.

Los trabajadores “uberizados”, los trabajadores “emocionales” (también se los llama “knowmads” o knowledge nomads), no tienen seguridad social, por lo que se acentúa el derecho a la seguridad social universal pública; los trabajadores ya no se concentran en grandes fábricas, como para afirmar las luchas colectivas en sindicatos, porque se extiende el trabajo individualizado y autónomo, sin salarios mínimos ni jornadas máximas.

Con mayor razón, es necesario crear más garantías para estos trabajadores, utilizados por capitalistas que ya no asumen riesgos laborales propios, sino que contratan “servicios” por horas, tareas u objetivos predeterminados. Su rentabilidad se ha vuelto más “fácil” y se multiplica.

Como nunca antes, las condiciones contemporáneas creadas por las revoluciones industriales del siglo XX y particularmente la 4-RI, imponen una triple necesidad histórica: uno, Estados fuertes, capaces de garantizar los derechos individuales, laborales, colectivos, ambientales y creen la renta básica universal; dos, urgente redistribución de la riqueza, a fin de que ella no se siga concentrando en unas elites capitalistas que ahora superexplotan a “trabajadores emocionales”, al mismo tiempo que se liberan de responsabilidades frente a jornadas, salarios y seguridad social ultraflexibles; tres, fuertes impuestos a las capas ricas, un asunto que han comenzado a ver los EEUU y Europa, que ahora se deciden a incrementar impuestos a las grandes corporaciones y se fijan en los paraísos fiscales, donde se evaden impuestos.

Fuente:  https://www.alainet.org

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Mundo: Elaboración de una Recomendación sobre la ética de la inteligencia artificial

Mundo/25-06-2021/Autor(a) y Fuente: en.unesco.org

AI y tu …

Hoy, la inteligencia artificial juega un papel en la vida de miles de millones de personas. A veces pasa desapercibida, pero a menudo tiene profundas consecuencias, transforma nuestras sociedades y desafía lo que significa ser humano.

La IA puede brindar apoyo a millones de estudiantes para completar la educación secundaria, cubrir 3,3 millones de puestos de trabajo adicionales y, lo que es más urgente, ayudarnos a abordar la propagación y las secuelas de la pandemia de COVID-19. Junto con múltiples ventajas, estas tecnologías también generan riesgos y desafíos a la baja, derivados del uso malicioso de la tecnología o la profundización de las desigualdades y divisiones.

Necesitamos políticas y marcos regulatorios nacionales e internacionales para garantizar que estas tecnologías emergentes beneficien a la humanidad en su conjunto.

Necesitamos una IA centrada en el ser humano. La IA debe ser para el mayor interés de la gente, no al revés.

La UNESCO propone el desarrollo de un instrumento global de establecimiento de normas integral para dotar a la IA de una sólida base ética, que no solo protegerá sino que también promoverá los derechos humanos y la dignidad humana. Si se adopta, será una brújula de guía ética y un cimiento normativo global que permitirá construir un fuerte respeto por el estado de derecho en el mundo digital.

Gabriela Ramos, Subdirectora General de Ciencias Sociales y Humanas de la UNESCO, sobre cómo construir el estado de derecho en el mundo digital:

5 cosas que debes saber sobre la IA

La IA ha demostrado su valor para enfrentar la pandemia de COVID-19

Contribuye a frenar el impacto económico de la crisis a través de plataformas digitales. También ayuda a los investigadores a procesar grandes cantidades de datos en la carrera por encontrar una vacuna o un tratamiento. AI ha participado para contener la propagación del virus a través de tecnologías de prueba, seguimiento y rastreo. Sin embargo, a medida que las personas dan acceso a sus datos, el uso de IA durante esta pandemia ha reabierto las preocupaciones con respecto a la privacidad, la protección de datos y el uso de datos más allá de las necesidades de rastreo de virus.

Es probable que el crecimiento impulsado por la IA sea muy desigual

Se espera que la IA genere casi 4 billones de dólares en valor agregado para 2022. Para 2030, se espera que las ganancias económicas sean más fuertes en China y América del Norte, lo que representa el 70% del impacto económico global de la IA. La IA tiene una dinámica de “el ganador se lo lleva todo” que necesita ser regulada: la concentración de IA en manos de unos pocos países de altos ingresos probablemente dejará a los países en desarrollo muy atrás. Estos últimos no se beneficiarán o se beneficiarán muy poco de las tecnologías de inteligencia artificial y carecerán de propiedad de dichas tecnologías.

La IA contribuye a ampliar las brechas de género existentes

Solo el 22% de todos los profesionales de la IA son mujeres. Debido a que están subrepresentados en la industria, los prejuicios de género y los estereotipos se reproducen en las tecnologías de IA. No es una coincidencia que los asistentes personales virtuales como Siri, Alexa o Cortana sean «mujeres» por defecto. El servilismo y, a veces, la sumisión que expresan son un ejemplo de cómo la IA puede (continuar) reforzando y difundiendo los prejuicios de género en nuestras sociedades.

La IA puede ser una herramienta poderosa para abordar el cambio climático y los problemas ambientales

A medida que el planeta continúa calentándose, los impactos del cambio climático están empeorando. Al recopilar y analizar datos, los modelos impulsados ​​por IA podrían, por ejemplo, ayudar a mejorar la gestión de los ecosistemas y la restauración del hábitat, algo esencial para disminuir la disminución de las poblaciones de peces y vida silvestre. Dicho esto, la extracción de datos consume casi el 10% de la energía a nivel mundial. Por lo tanto, también es esencial abordar el alto consumo de energía de la IA y el impacto consiguiente en las emisiones de carbono.

La IA no puede ser una zona prohibida por la ley

La IA ya está en nuestras vidas, dirigiendo nuestras elecciones, a menudo de formas que pueden ser perjudiciales. Hay algunos vacíos legislativos en la industria que deben llenarse rápidamente. El primer paso es acordar exactamente qué valores deben consagrarse y qué reglas deben aplicarse. Existen muchos marcos y directrices, pero se implementan de manera desigual y ninguno es verdaderamente global. La IA es global, por eso necesitamos un instrumento global para regularla.

Fuente: https://en.unesco.org/artificial-intelligence/ethics

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¿Puede la Inteligencia Artificial mejorar el Aprendizaje? La Inteligencia Artificial se ha Infiltrado en Nuestras Vidas

Por Nicole Krueger

Cuando el maestro de tercer grado, Brad Upshaw, trajo un Amazon Echo a su salón de clases, los estudiantes lo detectaron de inmediato. Al igual que los periodistas en una conferencia de prensa, ellos se amontonaron alrededor del dispositivo y comenzaron a formular preguntas.

«Estaba enchufado detrás de mi pizarra interactiva», dice el maestro de la Escuela Primaria Vanalden Avenue del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles. «Era apenas visible debajo de la pantalla, y los estudiantes no sabían que lo había traído».

Su rapidez para reconocer el dispositivo de Inteligencia Artificial (IA) y su valentía para interactuar con él fueron reveladores. Los niños, él cree, están listos para la IA.

«Tal como están las cosas, cada vez que los estudiantes o yo nos quedamos atascados al necesitar que se responda algo en clase durante el día, los estudiantes simplemente sugieren: ‘Solo pregúntale a Siri'», dice Brad. «No tengo dudas que los estudiantes de este año, y todos los que siguen, no tendrán barreras para interactuar con la IA».

En cierto modo, la revolución de la IA se aceleró cuando la mayoría de nosotros estábamos mirando para otro lado. Durante décadas, los investigadores han estado exaltando las hazañas potenciales de la inteligencia artificial, pero la tecnología aún no estaba allí. Ahora de repente está. Podemos hablar con nuestros dispositivos y obtener respuestas a nuestras preguntas. Tenemos hogares inteligentes, autos inteligentes, electrodomésticos inteligentes y parlantes inteligentes. Los algoritmos predicen lo que nos gustará, anticipan nuestro comportamiento e incluso diagnostican nuestras afecciones médicas, todo con una precisión aterradora.

La inteligencia artificial ya se ha infiltrado en nuestras vidas. Simplemente no se parece a lo que esperábamos.

Sin embargo, la IA permanece extrañamente ausente de las escuelas. El aprendizaje automático “machine learning” (la tecnología que permite que la IA se vuelva más inteligente) ha enriquecido a casi todas las industrias, pero casi ninguno de esos avances ha mejorado significativamente la educación, señala Barbara Kurshan, directora ejecutiva de Innovación Académica en la Universidad de Pensilvania. Los estudiantes de hoy pueden esperar interactuar con la IA tanto en sus vidas laborales como en sus hogares. No obstante, aparte de algunos experimentos aislados, el impulso de la IA en el aula de clase parece haberse desvanecido en gran medida.

Pero no por mucho. En el próximo año o dos, la IA va a explotar en las escuelas (K-12), predice Hall Davidson, director senior de “Discovery Education” y miembro de la Junta Directiva de ISTE.

«Ya sea que lo hagas ahora o no, absolutamente vendrá», dice Davidson. «No queremos que los educadores sean tomados por sorpresa».

HABLANDO A LAS PAREDES

Dispositivos como Amazon Echo o Google Home nos han puesto en una realidad de ciencia ficción, donde la forma más rápida de obtener respuestas es simplemente lanzando la pregunta a la habitación. A medida que las tecnologías de reconocimiento de voz como Siri y Alexa se vuelven más inteligentes, buscar información a la antigua, al iniciar un navegador web y escribir un término de búsqueda, pronto parecerá torpe, arcaico e irrazonablemente lento.

Davidson ve el potencial de la IA de reconocimiento de voz para ayudar a los estudiantes a alcanzar niveles más altos de aprendizaje y pensamiento. Al hacer preguntas inteligentes y pensar en voz alta, los estudiantes pueden usar estos dispositivos para obtener nuevos conocimientos e impulsar sus exploraciones.

Davidson dice: «Estamos entrando en un mundo donde la conversación con las máquinas será en muchas áreas esclarecedora y más eficiente». “Creo que realmente debería ser parte del ambiente escolar desde el momento que entran por la puerta. Queremos que las personas puedan lanzar sus preguntas a la pared y recibir sus respuestas para que puedan continuar con sus pensamientos”.

Hace décadas, los primeros investigadores de IA describieron una tecnología llamada un compañero de aprendizaje permanente, que seguiría a los estudiantes año tras año, conociendo sus intereses, habilidades y hábitos de aprendizaje y respondiendo con preguntas o comentarios para mantenerlos motivados. Está llegando, pero ¿estarán los estudiantes listos para aprovechar la IA como aprendices empoderados? Aprovechar el poder de Siri para resolver problemas, desarrollar conocimiento y guiar su propio aprendizaje los prepara para este futuro, mientras los ayuda a cumplir con los Estándares ISTE para Estudiantes.

La capacidad de interactuar efectivamente con la IA activada por voz puede incluso convertirse en una habilidad laboral necesaria para muchos estudiantes. Por ejemplo, un médico podría encontrar un valor sustancial al conversar con un dispositivo que ha leído todos los artículos sobre un tema médico en particular.

“Un médico no puede leer todo eso por sí mismo. Simplemente no hay tiempo para hacerlo”, dice Davidson. “No se puede reemplazar a un médico con IA, pero sería bueno tener a alguien sentado ahí que haya leído todos los artículos en todas las revistas. «Si queremos que los niños sean innovadores y realmente dominen ese mundo, deberíamos introducirlos desde ahora».

¿ES LA IA LA NUEVA ASISTENTE DE CLASE?

La mejor manera de enseñar a los estudiantes cómo interactuar con la inteligencia artificial es, por supuesto, modelarla. Los expertos describen un futuro no muy lejano en el que los maestros trabajarán codo a codo con asistentes de inteligencia artificial, que aumentarán su experiencia humana con recomendaciones de aprendizaje basadas en datos, en tiempo real.

Uno de los mayores impactos potenciales del aprendizaje automático en la educación, es su capacidad de multiplicar la inteligencia a disposición del maestro.

«El aula generalmente tiene una inteligencia, un maestro, que maneja a 30 niños», dice Scott Garrigan, profesor de la Universidad de Lehigh, quien presentó una sesión sobre «Qué esperar de la inteligencia artificial en K-12» en ISTE de 2017.

«La IA es la primera tecnología que puede hacer los tipos de juicios que solíamos necesitar que los maestros hicieran. Con la IA, tienes múltiples inteligencias en la sala y múltiples fuentes de juicio».

Los programas de aprendizaje adaptativo como Khan Academy permiten a los educadores alcanzar nuevos niveles de aprendizaje personalizado mediante el uso de algoritmos para evaluar el nivel de conocimiento de un estudiante, identificar brechas y ajustar la instrucción en consecuencia. Mediante una combinación de reconocimiento de voz y seguimiento ocular, la IA puede identificar quién está haciendo o diciendo qué en una actividad grupal, y determinar cuáles alumnos se están centrando en qué recursos de aprendizaje, en un momento dado. Puede hacer inferencias sobre los patrones de aprendizaje de los estudiantes, sus intereses y el estado emocional, entre otros; y luego puede tomar decisiones basadas en dichas inferencias.

Quizás, aún más críticamente, puede dar a los educadores una visión más profunda del proceso de aprendizaje. Pearson, un servicio de publicación y evaluación de la educación, llama a la inteligencia artificial «una herramienta poderosa para abrir lo que a veces se llama la ‘caja negra del aprendizaje’, que nos brinda una comprensión más profunda y detallada de cómo sucede realmente el aprendizaje». Por ejemplo, la IA puede rastrear los micro pasos que los estudiantes siguen para aprender sobre un tema específico, como la física, para ayudar a los maestros a diseñar planes de clase más efectivos.

Hasta ahora, el aprendizaje adaptativo se ha utilizado principalmente como un tutor individual. La investigación sugiere que este tipo de sistemas de tutoría inteligente (ITS – Intelligent Tutoring Systems) puede lograr «notables incrementos en el aprendizaje de los estudiantes sobre la enseñanza tradicional en el aula de clase del mundo real», ayudando a los estudiantes a lograr una mayor competencia en un período de tiempo más corto, dice Bill Ferster, autor de   Enseñando a las maquinas: Aprendiendo de la intersección de la educación y la tecnología.

En un estudio, los estudiantes que usaron un sistema de tutoría inteligente alcanzaron el mismo nivel de competencia en 20-25 horas de instrucción que los estudiantes que pasaron más de cuatro años en una educación tradicional. Del mismo modo, los investigadores encontraron que los estudiantes que usaron un tutor de álgebra inteligente, obtuvieron un 85 por ciento de mejora en evaluaciones de habilidades complejas de resolución de problemas. En otra revisión, los sistemas de tutoría inteligente se asociaron a resultados con los puntajes más altos en una amplia gama de condiciones de aprendizaje.

“No hay duda; la investigación es concluyente, si estos sistemas inteligentes se diseñan adecuadamente, pueden enseñar a los niños mejor y más rápido con respecto a casi cualquier otra técnica», dice Ferster.

Eso no significa que la IA reemplazará a los maestros. Como cualquier otra tecnología, es tan buena como la persona que la usa, y las aulas de clase siempre necesitarán cerebros humanos para orquestar experiencias de aprendizaje significativas. Pero el software inteligente puede automatizar muchas de las tareas que solo los maestros solían hacer, como la calificación, las evaluaciones y la gestión del aula. Incluso puede tomar decisiones sobre cómo organizar grupos de estudiantes para optimizar el aprendizaje colaborativo.

«Un maestro tiene las manos llenas y no puede satisfacer las necesidades de cada niño de manera individual», dice Garrigan. «La Inteligencia Artificial puede tomar decisiones sobre los datos para que el maestro no se convierta en un cuello de botella en el aprendizaje de los niños».

ABRIENDO LA PUERTA A LA IA

¿Cómo será finalmente la IA en el aula de clase? Nadie lo sabe todavía.

En este momento, «no se parece a nada», dice Davidson. «Como lo estamos viendo ahora, cualquier integración sería un éxito».

Dado que la mayoría de los programas disponibles de aprendizaje adaptativo en la actualidad están diseñados para la tutoría individualizada, estos no se traducen bien en el típico entorno de aula de clase, donde un maestro esta interactuando con 30 niños o más a la vez.

«Tienes un problema de estructura en la relación entre los estudiantes, el profesor y el aula de clase», dice Ferster. “Es un desafío para las aulas de clase usar estas nuevas tecnologías, porque no están configuradas para toda la clase. Eso es un impedimento para cualquier tipo de progreso».

El aprendizaje adaptativo tiene más sentido en entornos de aprendizaje invertidos o combinados (blended learning), donde de manera rutinaria los estudiantes trabajan de forma independiente en dispositivos conectados. A medida que más aulas de clase transiten a estos modelos, podremos comenzar a ver estas tecnologías aplicadas a mayor escala.

Hasta entonces, Davidson alienta a los maestros a comenzar de a poco. Con todos los iPhones que entran a las aulas de clase en la actualidad, no es difícil incorporar a Siri en una clase. Y solo cuesta $49 obtener un Echo para el aula de clase, siempre que pueda pasar los filtros de su escuela para conectarse a Internet. (Ese es un problema con el que Upshaw se encontró al conectar su Echo.)

Como mínimo, los maestros pueden usar tecnologías emergentes para enseñar a los estudiantes cómo ser consumidores de información inteligentes, al experimentar haciendo diferentes tipos de preguntas que exploran los límites de la inteligencia artificial actual.

«Lo que realmente queremos es que los niños comprendan el poder de esta herramienta y que encuentren formas de usarla, en las cuales no hubiéramos pensado», dice Davidson. Pero, agrega, también es importante mostrarles que los dispositivos de inteligencia artificial «son tontos y pueden ser engañados». Aunque se volverán más inteligentes a medida que más personas los usen, las aplicaciones de inteligencia artificial como Siri o Alexa siguen siendo fáciles de engañar. La capacidad de hacer preguntas inteligentes marcará la diferencia en la calidad de las respuestas que reciben los estudiantes.

«Un buen maestro hace muy buenas preguntas», dice Upshaw. “La tarea importante para los maestros de K-12 es guiar a los estudiantes para que formulen las preguntas esenciales para su aprendizaje. Espero con ansias esta nueva asociación entre las mentes jóvenes y curiosas, y las bases de datos interactivas disponibles».

CRÉDITOS:
Traducción al español del artículo “Artificial intelligence has infiltrated our lives. Can it improve learning?”, escrito por Nicole Krueger y publicado por ISTE en la revista Empowered Learner. Nicole Krueger es escritora independiente y fue periodista. Ella escribe sobre tecnología educativa y la transformación del aprendizaje. Esta traducción se realiza en el marco de la Alianza establecida entre ISTE y la Universidad Icesi para realizar actividades internacionales conjuntas que promuevan la constante actualización de la comunidad académica hispanoamericana. La presente traducción no es obra de ISTE y no deberá considerarse traducción oficial de dicha organización. ISTE no responderá por el contenido ni por posibles errores de la traducción.

Publicación de este documento en EDUTEKA: Mayo 28 de 2021.
Última actualización de este documento: Mayo 28 de 2021.

 

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Las corporaciones imponen en recursos humanos la informatización en dirección a la inteligencia artificial

22 de junio, 2021

Por Julián A. de Diego – CRONISTA – Ha comenzado el proceso de deshumanización de los recursos humanos de las corporaciones en la metamorfosis que implica pasar de la aplicación de las tecnologías exponenciales de la informática a la sustitución de los aportes del trabajo humano a través de la inteligencia artificial.

Con el efecto aceleración impuesto por la pandemia, en todas las actividades que podemos incluir entre las más exitosas y rentables las dotaciones de personal van declinando, y los nuevos puestos creados por las tecnologías exponenciales no compensan la caída. Es más, la especialización profesional de alto nivel en informática, ingeniería de sistemas y de la robotización, y en comunicaciones por vía de la web son las grandes demandas del mercado. Con ello resulta clave que la educación se oriente a la alfabetización informática y de las nuevas tecnologías.

En la era digital se produjo la despapelización de la burocracia (paperless), el registro informático de todos los procesos, y la implementación de distintos programas y apps destinados a optimizar los servicios aumentando la productividad de cada sistema.

Una evidencia de este proceso es la aparición de múltiples competencias inesperadas como ocurrió con los bancos y la moneda de curso legal basada en el uso de medios alternativos de pago dejando de lado el billete y la moneda física, con los sistemas extra-bancarios, las billeteras digitales, los de las empresas financieras, o las criptomonedas resguardadas por las blockchains.

Estamos en los albores de la inteligencia artificial, donde las máquinas y las computadoras pensarán, actuarán, razonarán, solucionarán problemas y se desenvolverán como lo haría un ser humano.

El machine learning automatiza el aprendizaje y la construcción de modelos analíticos, agrega inteligencia con sus ejercicios, propicia el aprendizaje progresivo recurriendo a la “Big Data”, introduce las redes neuronales profundas interconectando unidades independientes, y escudriña en la inteligencia del aprendiente los escenarios más apropiados para mejorar su desarrollo intelectual.

Las unidades de procesamiento gráfico aportan los elementos requeridos por el procesamiento interactivo de la información. Las interfaces de programación de aplicaciones son paquetes portables de códigos que agregan funcionalidad a los paquetes de software ya existentes. Si bien en educación se sigue propiciando la alternancia con la actividad presencial, la transformación de la educación es vertiginosa.

El control sobre grandes volúmenes de datos permite detectar los hábitos, las costumbres y las preferencias de los habitantes en su calidad de ciudadanos, de usuarios o de clientes, como lo han hecho, en un marco de fundados cuestionamientos, para determinar la intención de voto en grandes urbes en los Estados Unidos que permiten manipular acciones que modifiquen la voluntad de los ciudadanos, reorientarla y hasta transformarla al servicio de un determinado partido político. En parte se logró con el relevamiento de la información personal volcada en Facebook y en las redes sociales. La página web de las redes de compra clasifican las preferencias de cada persona, identifican sus deseos, expectativas y necesidades, y cuando el sujeto ingresa al sistema se las vuelcan en forma preferente, cuando se lee un portal de noticias, cuando se interesa por un producto, o cuando ingresa por Internet a un procedimiento de compra. El hombre se convierte en objetivo y deja de ser protagonista.

En este contexto aparece el Proceso de Sustitución o de Reemplazo de Seres Humanos por máquinas inteligentes, que lo suplen en las facultades cognitivas sino que además lo reemplaza en su voluntad reorientando las preferencias en un amplio rango de factibilidad positiva.

Es posible inclusive, como ya se ha simulado en experimentos recientes, que se pueda suplir el marco espiritual y hasta afectivo del sujeto, identificando la tipología psicosocial de cada destinatario. En un reciente experimento, se empleó el sensor facial de expectativas en donde no solo se identifica a la persona por las facciones de su rostro sino que se puede detectar su estado de ánimo, si está atento o no, si está concentrado o disperso, si está triste, feliz o entusiasmado, y hasta gradúa los niveles de frustración. En la universidad en donde se ensayó su uso recibió tantas críticas, que debió desactivarse.

Si la inteligencia artificial, por medio de los sistema computarizados  y de la robótica pueden sustituir al trabajo y la actividad humana, también pueden hacerse cargo de todas las actividades en donde el hombre mostró ineficiencia, donde propició su autodestrucción a niveles inimaginables en las contiendas y el uso de los recursos naturales. La diferencia entre el “deber ser” y lo que ocurre en la realidad se pondrá permanentemente en tela de juicio.

No necesitamos llevar nuestra imaginación muy lejos, ya Ray Bradbury (1929-2012) e Isaac Asimov (1920-1992) lo hicieron por nosotros en sus cuentos sobre ciencia ficción y robots, creando las tres leyes: 1. Un robot no hará daño a un ser humano ni, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño. 2. Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entren en conflicto con la primera ley. 3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley.

Stanley Kubrik en 1968 en “2001 Odisea del Espacio” con la supercomputadora Hale 9000 planteó la rebelión de la inteligencia artificial cuando el ser humano se había alejado del propósito; en la película Terminator (1984) se plantea la rebelión de la supercomputadora Skynet y la decisión de exterminar al ser humano, o en la película Yo Robot (2004) donde la inteligencia artificial que controlaba los robot resolvieron controlar a la humanidad para inhibirlo de todo acto violento y de autodestrucción.

La inteligencia artificial está llegando a todas las organizaciones públicas y privadas, y es un avance científico irreversible que nos obligará a debatir el nuevo marco legal de la robótica y la informática, los alcances y los límites éticos, morales y jurídicos de su implementación, y hasta filosóficos, y las restricciones con las cuales quienes la crearon deberán operar para que las máquinas estén al servicio del bien común y para que no se revelen ni restrinjan los derechos y las libertades fundamentales que hacen a la esencia de la humanidad.

 

Enlace original:

Las corporaciones imponen en recursos humanos la informatización en dirección a la inteligencia artificial

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