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Como un enorme elefante blanco

 Por: Ilka Oliva Corado

 

Lleva apareciendo en mi televisor varias semanas, pero me hago la desentendida y busco películas por otro lugar, es un documental sobre la violencia que vivieron las comunidades indígenas en Guatemala en el tiempo de dictadura. Qué fácil poder cambiar de canal o fingir que una imagen no está en la pantalla de un televisor. Más de 200 mil desaparecidos, dice en letras grandes, pero yo no lo quiero ver, no ahora que estoy relajándome viendo documentales sobre cultura, gastronomía y cualquier otra cosa menos sobre lo que duele. Qué fácil, insisto, poder cambiar de canal y fingir que esa imagen no existe, por lo menos momentáneamente.

Decir, hoy no quiero ver tal cosa, poder elegir. Pero esas miles de familias que vivieron la violencia por parte del Estado en Guatemala no tuvieron opción de nada, fueron masacradas, torturadas, desaparecidas. ¿Cuántos fueron en realidad? Oficialmente acaso 200 mil, pero  cuántos fueron.  ¿A cuántas niñas, adolescentes y mujeres violaron?, ¿cuántas quedaron embarazadas de esa violación?, ¿qué fue de ellas?, ¿qué fue de todas esas familias que salieron al exilio, huyendo? Dejaron en el camino todo, muchas dejaron hijos, cónyuges, padres, hermanos desaparecidos, asesinados. Muchas nunca lograron el retorno y estas personas murieron en el exilio, no solamente lejos de su tierra, pero lejos de la justicia, una justicia que aún no llega.

200 mil, en letras grandes y yo cambio de canal. ¿Cómo le hicieron para sobrevivir todos estos años? Me refiero al dolor, al estigma, a la pérdida, con el delirio, con las ganas de gritar en una sociedad racista, clasista y haragana que se niega  a pronunciar  siquiera la palabra genocidio mucho menos a reconocerlo. A reconocer que en Guatemala hubo crímenes de lesa humanidad. Y el tiempo sigue pasando y la memoria histórica se empolva cada día más, abandonada, solitaria, despojada en el olvido colectivo. Porque nos empeñamos en hablar del presente sin atrevernos a pronunciar los nombres de los desaparecidos, sin hablar de justicia, sin leer de historia, sin devolver lo robado. Sí, sin hacer como sociedad que los que se robaron devuelvan lo que les quitaron a tantas comunidades que hasta el día de hoy siguen peregrinando porque las arrancaron de sus tierras. Tierras que hoy tienen las grandes franquicias de la estafa en contubernio con un Estado opresor, con la misma tiranía de siempre.

Cómo fue la vida de aquellos jóvenes que hoy son abuelos, el hilo emocional que traspasaron a las generaciones de hijos y nietos. Es fácil olvidar lo que nos cuestiona y encara como sociedad, tan fácil como cambiar de canal en un televisor. Pretender es lo más común, fingir que nada pasó, que otros fueron los culpables y que lo mejor será borrón y cuenta nueva. ¿Y los niños que desapareció el Estado en los tiempos de dictadura? ¿Cómo han vivido todos estos años, qué fue de ellos, de sus familias de sangre? La ausencia, el vacío, la búsqueda, la frustración, el dolor, la insistencia o la resignación. 200 mil, por decir un número pero, ¿y las fosas clandestinas? ¿Los que andan hoy en los 40 años viviendo en algún lugar del mundo con un apellido distinto, en otras familias, tendrán pesadillas o les habla el inconsciente acerca de un pasado en otro lugar, con otras personas? ¿Y los padres que perdieron a sus hijos?, ¿cómo vivieron todos estos años? ¿Los que sobrevivieron a las torturas? 200 mil, y cambio de canal.

Y la justicia ausente y la impunidad perversa. Retrocedemos en cada elección presidencial, siempre le apostamos al más ruin porque nos representa a cabalidad, al más machista, al más racista, al más clasista, al más pedante, al más estafador y lo aplaudimos porque es un espejo donde nos reflejamos. Porque no nos importa lo que les pasó a los otros, lo que viven los otros: los ultrajados, empobrecidos, excluidos que obligamos a emigrar. 200 mil hace 40 años pero vemos que hoy en día, grupos armados  que son enviados por las oligarquías se roban las tierras de poblaciones completas, entran a comunidades y les queman sus casas, sus siembras y los sacan de sus tierras como en los tiempos de aquella otra dictadura y no miramos pero ni soslayo para allá. Mejor cambiamos de canal, de página, de red social. Porque es mejor fingir, no ver, no saber, que hacer algo al respecto.

Por eso hundimos cada día más a Guatemala, porque permitimos con nuestra pasividad y desmemoria que los ruines hagan y deshagan con los más vulnerados. Podremos cambiar de canal, no ver documentales, no leer los libros que cuentan los testimonios o verlos, leerlos y ya cambiar de hoja, ignorar a los sobrevivientes aunque vivan en la casa siguiente, o limpien nuestras casas,  encerrarnos en nuestra pequeña y mísera burbuja de comodidad pero eso no elimina la realidad ni el pasado; estamos caminando sobre huesos de masacrados en las innumerables fosas clandestinas que hay a lo largo y ancho del país. Y esos huesos hablan, son la memoria histórica que aunque nos neguemos a ocultar está ahí como un enorme elefante blanco.

Y muy a pesar nuestro, de nuestra desidia, de cuando en cuando se producen encuentros entre familiares que la dictadura separó, muchos cuando apenas eran unos niños. Cada abrazo entre hermanos, entre padres e hijos, entre abuelos y nietos que tenían 40 años de no verse, de darse por muertos, es un triunfo de la vida ante la opresión, ante la injusticia, ante la desmemoria colectiva. Cada encuentro es  un botón  de la esperanza que nos dice que no importa qué tan poderosa sea la impunidad, siempre la honra de la vida florecerá.

Así nos lo mostró el reciente reencuentro entre las hermanas Teresa Pérez Ramos  y Teresa Pérez Rodríguez que después de 38 años separadas se volvieron a ver. La señora Teresa Pérez Rodríguez desapareció durante la dictadura cuando apenas tenía 9 años. El reencuentro se produjo en el departamento del Quiché, en el municipio de Chajul el 5 de agosto de 2020. El departamento de Quiché fue uno con los que más se ensañó el Estado en tiempos de dictadura, la mayor parte de su población es indígena. Este reencuentro debería tener a Guatemala entera brincando de felicidad.

Fuente e imagen: https://cronicasdeunainquilina.com

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Argentina: ¡Basta de #JUSTICIAPATRIARCAL, queremos a las #INFANCIASLIBRES!

América del Sur/Argentina/16-08-2020/Autoras: María Fernanda Pagura(☆) y Dolores Covacevich(☆☆) | INESI/Fuente: inesi.com.ar

En las últimas horas trascendió un hecho de abuso sexual que implica a un padre y su hija de 6 años. [1]

Si bien el caso está en investigación en la UFI N°3 de Esteban Echeverría, especializada en delitos sexuales y violencia de género, creemos que es importante señalar que la situación de pandemia los abusos sexuales en las infancias continúan pasando y al no estar la escuela en modo presencial, las denuncias han bajado considerablemente, por lo que las personas mayores responsables deben estar aún más atentas.

Según los datos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, 1 de cada 5 niñes sufre abuso sexual. Casi el 80% de los abusadores son familiares. El 90% son varones. [2]

Esperamos que este no sea otro caso donde se vulneren los derechos de niñes. Ya pasamos por muchas instancias donde la justicia no es tal y revictimiza a las víctimas de violencias y abusos, colaborando a perpetuar el sometimiento de las mujeres y la impunidad de varones. Como plantea Rita Segato en su libro “Contra-Pedagogías de la crueldad” la historia de la burocracia no es la historia de las mujeres, es la historia del patriarcado. La historia del Estado es la historia del patriarcado. Siendo la justicia uno de sus tres poderes, en estas prácticas de jueces y juezas se materializa la defensa del sistema de dominación, desconociendo vergonzante el plexo normativo vigente y justificando la vulneración de derechos de las infancias. Se torna urgente deconstruir estos sistemas de complicidades entre varones y con quienes gestionan la justicia.

Por todo ello, volvemos a insistir en la importancia de la Educación Sexual Integral en todos los niveles y modalidades del sistema educativo desde una perspectiva de género y de derechos humanos.

Reiteramos que en la Resolución  340/18 (2018) se establecen los núcleos de aprendizajes prioritarios por nivel en donde se propone trabajar sobre todo en el Nivel inicial y Primario la confianza, la libertad y la seguridad para expresar ideas, opiniones y pedir ayuda, la adquisición de pautas de cuidado y auto-protección, el concepto de intimidad y cuidado de la intimidad propia y de los otros/as, poder decir “no” frente a interacciones inadecuadas con otras personas, la vulneración de derechos: el abuso sexual, la violencia de género y la trata de personas, entre otros.

La ESI es una de los principales recursos que tenemos en las aulas para habilitarles la palabra a niñes y jóvenes. Porque muchas veces, los espacios de crianza no son “el lugar de afecto, confianza y respeto”.

También nos preguntamos como sociedad ¿qué pasa en las redes sociales?  ¿qué entendemos por cuidar a las víctimas, difundiendo audios donde se relata un abuso? ¿sirve el escrache como práctica de “información”, sobre todo cuando hay menores involucrades que no dieron su consentimiento para esto? ¿estamos teniendo en cuenta a las infancias en el brote del enojo de “salir a decir que repudiamos un hecho”?

Por todo esto, recordamos que les niñes son sujetos de derechos, y les adultes (desde familiares hasta usuaries de redes) tenemos una responsabilidad en todos los procesos que les involucren, no hacemos lo que queremos con elles, no son nuestra propiedad. ¡Tampoco de la justicia!!!!

#bastadeimpunidad #bastadecomplicidad #bastadejusticiapatriarcal #infanciaslibresdeviolencias #esiparavivirlibres #esiparapoderhablar #laprofetecreesiempre

☆María Fernanda Pagura es investigadora, extensionista y docente, Fac. Cs. Económicas UNL e Institutos de formación docente Pcia de Santa Fe y parte del Equipo INESI.
☆☆Dolores Covacevich es Lic. en Ciencias de la Educación. Integrante del área de Género y Sexualidades del Instituto Olga Cossettini, y del Programa ESI FHUMyAR UNR y parte del Equipo Inesi.

[1] https://www.infobae.com/sociedad/policiales/2020/08/15/acusaron-en-las-redes-a-un-hombre-de-abusar-de-su-hija-se-volvio-tendencia-y-un-grupo-de-vecinos-quiso-lincharlo/

[2] https://www.argentina.gob.ar/abusosexualinfantil

Fuente: https://inesi.com.ar/basta-de-justiciapatriarcal-queremos-a-las-infanciaslibres/#top

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México: Segundo día de protestas por el asesinato de estudiante y activista LGBTI+

Convocan a protesta por homicidio de Jonathan Santos

Por Rubí Bobadilla

La Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) convocó a través de sus redes sociales a una protesta para exigir justicia por Jonathan Santos, el joven estudiante de la Universidad de Guadalajara que fue asesinado la mañana del martes.

“En Jalisco, la cifra de desaparecidos y la inseguridad, aumentan día con día; hace una semana exigimos #JusticiaParaFrancisco y hoy desafortunadamente, vamos a exigir #JusticiaParaJonathanSantos”, expresó la FEU.

La protesta está convocada para llevarse a cabo este viernes 14 de agosto a las 20:00 horas afuera de Casa Jalisco.

A los estudiantes y personas que deseen asistir se les pidió que acudieran con su respectivo cubrebocas, paraguas y una vela blanca, además de recordarles que durante la manifestación deben mantener la “sana distancia”.

Este jueves por la mañana compañeros de Jonathan realizaron un homenaje en la Escuela Politécnica Ingeniero Matute Remus, donde él estudiaba.

Ahí, con carteles y globos de color blanco, recordaron al estudiante como un joven alegre y libre y exigieron justicia por su homicidio, solicitando a las autoridades que atrapen a los responsables y los hagan pagar por el crimen.

Informador

*Fuente: https://www.nodal.am/2020/08/mexico-segundo-dia-de-protestas-por-el-asesinaro-de-estudiante-y-activista-lgbti/

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El problemático concepto de paz

Por: Leonardo Díaz

En nuestra región, un estudio como el que comento podría confirmar si existen las referidas discrepancias a nivel de la ciudadanía no organizada de manera política.

Javier Salas, en el diario El Paíshttps://elpais.com/ciencia/2020-07-31/de-que-hablamos-cuando-hablamos-de-paz.htmlreseña un estudio realizado por Oded Adomi Leshem y Eran Halperin, de la Universidad Hebrea de Jerusalem, sobre la percepción del concepto de paz en las ciudadanías palestina e israelí.

El estudio arrojó una distinción muy interesante. Mientras en el grupo de los israelíes  predominó el concepto de paz entendido en términos de relaciones armoniosas (“paz positiva”), en el colectivo de los palestinos prevaleció la noción de paz asociada a vivir dentro de una sociedad justa, sin discriminaciones (“paz estructural”).

Los investigadores interpretan que, en el marco de un escenario caracterizado por  relaciones asimétricas de poder, la noción de paz varía en función de la posición que un grupo ocupe dentro de esas relaciones. El discurso de los grupos dominantes se refiere a la paz en función de relaciones armoniosas que minimizan la solución a los problemas relacionados con la ausencia de justicia dentro de un orden social que los favorece. El discurso de los grupos subordinados remite a una noción de paz que entra en conflicto directo con esa noción de paz positiva.

Por consiguiente, este problema de inconmensurabilidad genera serios problemas a la hora de buscar consensos entre grupos que viven un conflicto de relaciones asimétricas.

Leshem piensa que esta situación puede no ser exclusiva de regiones inmersas en conflictos bélicos como el de Israel-Palestina. Sería interesante estudiar el caso de sociedades latinoamericanas donde no existen conflictos armados, pero una parte significativa de la ciudadanía vive situaciones de “violencia estructural” propia de modelos económicos excluyentes.

En un análisis del discurso superficial, podemos visualizar el referido problema de inconmensurabilidad entre los grupos dominantes que han ostentado el poder en América Latina, con sus proclamas a favor del orden y de la paz, y las arengas de los movimientos sociales organizados que han rechazado ese orden como violento.

En nuestra región, un estudio como el que comento podría confirmar si existen las referidas discrepancias a nivel de la ciudadanía no organizada de manera política.

O también, podría arrojar como resultado que los grupos desfavorecidos por las relaciones sociales desiguales no tienen un concepto de paz muy distinto al de los grupos privilegiados por el orden económico y político. Si esto es así, ¿será que los resultados del estudio referido no son generalizables a zonas donde hay ausencia de un conflicto armado? O tal vez,  ¿la situación de mayor estabilidad económico-social por la ausencia de conflictos armados permite una mayor estabilización de las estructuras ideológicas de la sociedad y, con ello, una mayor capacidad de funcionamiento para reproducir los discursos de los grupos dominantes? ¿Es posible que la ausencia de una situación de confrontación armada, como ocurre en el Oriente Medio, dificulte a poblaciones educadas por la vida en un pensamiento concreto comprender conceptualizaciones más abstractas de la paz y la violencia?

Fuente: https://acento.com.do/opinion/el-problematico-concepto-de-paz-8846549.html

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La banalidad del mal y sus consecuencias

Por: Gonzalo Busqué/ Nueva Revolución

 

Tenemos la obligación moral como individuos y como sociedad de preguntarnos cuáles son las consecuencias de nuestras acciones y también de nuestras omisiones.

En la Alemania de finales de los años 20 y principios de los 30 con el auge del nazismo, se pasó de la difamación y ataques en sus medios de propaganda, a la agresión física y finalmente al asesinato de los adversarios políticos de Hitler, con la connivencia de la Policía, del aparato judicial y de los grandes oligarcas alemanes que les apoyaron y los financiaron.

Mientras eso sucedía la mayoría de la sociedad alemana, en una actitud cobarde y ruin miraba para otro lado propiciando con su actitud el ascenso de aquellos criminales. Acabada la guerra y militarmente derrotadas las hordas hitlerianas, ésa misma población se desatendió de su responsabilidad por dejación, del mismo modo mezquino que los niños malcriados cuando se sienten cogidos en falta, con un “Yo no he sido, han sido ellos”,  y a otra cosa.

Hannah Arendt nos habla de la banalidad del mal y nos dice que una sociedad puede llegar a aceptar el exterminio de los otros, llámese judíos, negros, u opositores, no por maldad sino por una extraña mezcla de imbécil mediocridad, egoísmo trivial y  rutina cotidiana.

“Únicamente la pura y simple irreflexión nos puede llevar como sociedad a convertirnos en criminales. No se trata de estupidez, sino la auténtica, incapacidad para pensar lo que puede convertirnos en monstruos. El problema no son las intenciones, sino que no nos paremos a pensar en las consecuencias de nuestros actos y en las alternativas que tenemos”.

Si no ponemos en práctica lo que Arendt llamaba juicio crítico, que enlaza con la idea de Kant de pensar por uno mismo, de modo independiente y sin prejuicios, añadiéndole la necesidad de ponernos en el lugar de los demás, estamos posibilitando la diseminación del mal y la tolerancia frente a este, estamos abriendo las puertas al fascismo.

Tenemos la obligación moral como individuos y como sociedad de preguntarnos cuáles son las consecuencias de nuestras acciones y también de nuestras omisiones. ¿Qué efectos tiene en los demás lo que hacemos o lo que no hacemos? ¿El banco en el que tenemos nuestro dinero pone a otras personas en dificultades económicas? ¿ Lo que compramos está producido de forma ética o a costa de la indefensión económica de sus trabajadores? ¿Compramos a nuestro vecino en lugar de darle el beneficio a los grandes distribuidores? ¿Cómo nos relacionamos con los inmigrantes, si les negamos  el derecho a tener derechos? ¿Cuál es nuestra actitud ante la infamia de una parte de nuestra sociedad? ¿Callamos ante la injusticia mientras miramos para otro lado y con nuestro silencio nos convertimos en los cómplices necesarios?

No, al totalitarismo no se llega de un día para otro, o de un gran salto, se llega un poquito cada momento. Se llega paso a paso. Se llega olvidando las palabras de Martín Niemöller:

«Primero vinieron por los socialistas, y yo no dije nada, porque yo no era socialista.

Luego vinieron por los sindicalistas, y yo no dije nada, porque yo no era sindicalista.

Luego vinieron por los judíos, y yo no dije nada, porque yo no era judío.

Luego vinieron por mí, y no quedó nadie para hablar por mí.»

Fuente e imagen:  https://nuevarevolucion.es/la-banalidad-del-mal-y-sus-consecuencias/

 

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Huellas de la Memoria: El surgimiento de un proyecto

América/México/15/07/2020/Fuente:  desinformemonos.org/

 

I

Hace más de 6 años nació un proyecto que ofrece registrar las  historias de familias que van dejando testimonio de su caminar en la búsqueda de sus seres queridos, desaparecidos y desaparecidas. Su exigencia es de presentación con vida y la necesidad urgente de justicia. Lo que en un inicio surgió como una iniciativa personal, muy pronto se transformó en un proyecto colectivo que ha acompañado sus luchas en todo el país.

El proyecto no estaba planeado ni diseñado, surgió de manera intempestiva, fue un momento de claridad, como esa luz que se cuela en medio de la oscuridad por una rendija y es aprovechada.

Hoy hemos vuelto al recuerdo para presentarles en esta primera entrega cómo nació Huellas de la Memoria y en qué momento se encuentra.

II La marcha 

El 10 de mayo de 2014 está a punto de iniciar la Tercera  Marcha por la Dignidad Nacional: Madres buscando a sus Hijos, Hijas, Verdad y Justicia. Hay alrededor de dos mil  personas. Hace calor. Entre las 11 y 12 de la mañana, las sombras de las familias se proyectan en el suelo. Caminan en grupos compactos por estados o por organizaciones. Es fácil distinguir los grupos que vienen de Veracruz, de Coahuila, Estado de México, de  Monterrey. Entre ellas se observan las generaciones de lucha contra la desaparición forzada y la exigencia por la presentación de sus familiares. Se agolpan con fuerza en una consigna que es emblema desde hace muchos años: “Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos”. Y así, caminan retumbando sus gritos como lo hicieron desde los años 70 las doñas de Eureka, las madres de los presos políticos de Chihuahua, de Michoacán, que son ejemplo de resistencia frente al poder. Viene en la marcha los de el colectivo H.I J.O.S México, con sus 15 años de lucha, haciendo escraches sorpresivos, y acciones de resistencia contra el olvido.

El ambiente está impregnado de tristeza, es la suma de todos los dolores del país que se concentran desde Tijuana hasta Chiapas, que gritan, se saludan, se comparten miradas. La marcha sale del Monumento a la Madre hacia la Glorieta de la Columna a La Independencia, de pronto una mujer que viene en el contingente de Coahuila grita otra consigna que lo resume todo: “10 de mayo no es de fiesta, es de lucha y de protesta”.

En algún momento Leticia Hidalgo, que viene desde Monterrey y es madre de Roy, un estudiante de la Universidad Autónoma de Nuevo León, que fue desaparecido por elementos de la policía cuando una noche entraron a su casa y se lo llevaron con violencia, platica conmigo, mientras sus pasos se mezclan con los sonidos de los altoparlantes. Pasamos frente al edificio de la PGR, ahora abandonado por el temblor de 2017. Me cuenta de las largas búsquedas que las familias han realizado. Las idas a las oficinas, ministerios públicos, dependencias. Sus citas casi siempre inútiles y desesperantes. Caminan una y otra vez, como ahora lo hacemos en esta marcha. Hablamos del cansancio de ir de un lugar a otro para buscar algún rastro, alguna pista que dé con sus hijos. Le pregunto  por sus zapatos. Me dice que ha gastado varios pares y que lo que ha notado es que ha cambiado a zapatos más planos, más cómodos, hasta en eso ha cambiado. Hemos caminado varias cuadras y estamos por llegar a la Columna de la Independencia, punto de la concentración. Una cuadra antes de llegar le pido que nos paremos un momento y volteemos hacia atrás y le digo: “¿Te imaginas si todas las familias registraran en el suelo las pisadas dejando las huellas de sus historias?”. Ella, con sus lentes negros, contiene la respiración y la suelta, “uff, sería muy fuerte y a la vez doloroso”.

Huellas de Letty Hidalgo

Llegando a la columna nos dispersamos. Las familias se acomodan en los escalones de la glorieta desplegando sus lonas, pancartas y luego van pasando por grupos al micrófono.

Sentado en el peldaño más alto, veo el desarrollo de la protesta, sigo pensando en los zapatos y sigo imaginando en el caminar de la gente en distintas regiones del país. Desde la altura veo sólo sus pies y sus distintos tipos de calzado, el desgaste disparejo de las suelas. De los bocinas salen desgarradoras historias de violencia y dolor. La impotencia ante la impunidad en el país que, desde finales de los años 60s, ha hecho que las deudas de justicia se acumulen, ahora nos muestra esta película de horror que tenemos de frente.

La protesta termina a las 3 de la tarde y algunas familias se van a sus camiones y otras se quedan a comer ahí mismo. El Colectivo de FUNDENL donde viene Letty, se va a recoger unas cosas al Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro y las acompañamos. Le pregunto si tiene unos zapatos que me pueda prestar, le digo que estoy pensando algo de lo que platicamos.

Ella dice que sí, que me los hará llegar pronto.

III EL proyecto 

14 días después de la marcha, Letty Hidalgo nos hizo llegar sus zapatos y empezamos a buscar algunas soluciones, pues la suela de esos zapatos está muy complicada y no se le pueden hacer incisiones con navajas. Para junio de 2014 ya se tiene la idea más clara. Se grabaron las suelas sobre linóleo y se pegaron al zapato para luego imprimir sobre papel, como si fueran huellas dejadas o impregnadas al caminar. El mes de agosto del mismo año llegaron los segundos zapatos de Torreón. Son los de Luz Elena Montalvo, integrante de FUNDEC-Torreón quien busca a su hijo Daniel Roberto, que fue desaparecido el 23 junio de 2009. Estos zapatos tenían una carta escrita a mano dirigida a su hijo, en ella se encontraron las palabras clave: “Caminar y buscar.” ¿Qué les dicen a las familias estas palabras? Esa carta es fundamental para terminar de construir la idea del proyecto que inmediatamente encontrara su nombre: “Huellas de la Memoria”.

Huellas de Luz Elena

Luz Elena recordará 6 años después cómo le llegó la invitación: “Me enteré de este proyecto en una reunión que tuvimos en del Centro de Derechos Humanos Juan Gerardi, acá en Torreón, nos explicaron la idea general del proyecto, y me gustó porque refleja de alguna manera mi caminar arduo y doloroso en esta búsqueda de mi hijo, ya que ha sido un camino sin límite ni fronteras como el amor que le tiene uno a un hijo. Son 11 años que sigo caminando en búsqueda a mi hijo y de muchos más. Tristemente camino en un país lleno de corrupción, de impunidad, en donde las autoridades están coludidas con los narcotraficantes. Estoy buscando y siguiendo las huellas de mi hijo Dani hasta encontrarlo y también dejando huellas en este caminar”.

Cuando terminé las primeras impresiones, envié a Letty y Luz Elena el resultado del experimento y ellas aceptaron que el resultado se difundiera abiertamente desde las redes sociales. El impacto generado fue muy importante porque empezaron a llegar más zapatos y después, en reunión nacional de familias en Casa Xitla, se les hizo una invitación general, contando inicialmente con el apoyo del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro como punto de contacto para dejar o mandar zapatos, huaraches, tenis, botas que hayan usado en el camino de la búsqueda.

En el proceso de construcción del proyecto se fueron definiendo criterios: se decidió que los zapatos de familiares que buscan a sus desaparecidos se imprimieran en verde recogiendo la experiencia de los bordados de paz, que usa ese color como representación de la esperanza de encontrarlos con vida. En el transcurrir del tiempo, Huellas de la memoria amplió su espacio geográfico y temporal, pues no sólo empezaron a llegar zapatos de otras regiones de México. Llegaron también de América Latina, como Argentina, Colombia, y Centroamérica. Y también las cartas que llegaban dentro de los zapatos documentan desapariciones forzadas como la de doña Braulia Jaimes, que documenta y denuncia con claridad a los responsables de la desaparición forzada de su esposo, Epifanio Avilés Rojas el 19 de mayo de 1969.

Huellas de Braulia Jaimes

IV Visibilizar y hacer memoria 

Para mayo del 2016, Huellas de la Memoria logró reunir 84 pares de zapatos que fueron grabados e impresos en dos años. El proyecto pasó de una iniciativa personal a transformarse, por la vía de los hechos, en una experiencia de construcción colectiva, que camina junto a las organizaciones de familiares en su exigencia de presentación de sus seres queridos desaparecidos y la exigencia de justicia.

La primera muestra se realizó el 9 de mayo de 2016 en el Museo Casa de la Memoria Indómita con la presencia de gran parte de familiares y colectivos que entregaron sus zapatos al proyecto.

Después, la muestra inició un recorrido en varios estados de la república organizado junto con familiares, y para marzo del 2017, Huellas de la Memoria inició un largo recorrido en Europa organizada como Campaña Internacional Contra la desaparición Forzada en México, que tuvo como objetivo denunciar la desaparición forzada desde los años 60’s y la responsabilidad que tiene el Estado mexicano en este delito de lesa humanidad.

El testimonio registrado en las huellas dá para una reflexión que tendrá que hacerse posteriormente.

V Ahora  

El Colectivo Huellas de la Memoria se encuentra en una fase de reorganización y construcción de archivo.

Actualmente se ha logrado reunir 230 pares de zapatos que constituyen por ahora, un memorial que refleja también las desapariciones en África en las regiones de Argelia, Túnez y el Sáhara Occidental (República Árabe Saharaui). La iniciativa crece y se expande lentamente de acuerdo a los tiempos y trabajo voluntario de sus integrantes.

Huellas de la Memoria es también una ventana para ver y mostrar la voz de las y los familiares a través de los textos que acompañan al calzado, pero también ellas y ellos han reflexionado lo que este proyecto les representa en su lucha. En el marco de la exposición en Monterrey, Letty Hidalgo leyó un texto del cual extraemos un párrafo: “Dejamos huellas de miles de pasos, dejamos huellas del cansancio, del dolor y la tristeza, dejamos huella de nuestras fortaleza y esperanza. Pero sobre todo dejamos huella del amor que les tenemos a nuestras hijas e hijos. Por eso los buscamos. Buscamos Vida, la de ellos y la nuestra, la de todxs. Buscamos verdad y justicia. Porque hasta entonces podrá haber Paz. Porque al encontrarles, nos vamos a encontrar como sociedad. Por eso seguimos caminando, porque la esperanza no desaparece. Les encontraremos”.

Así inició este proyecto que nos ha permitido hacer memoria y caminar junto con las familias hasta que la justicia llegue.

Fuente: https://desinformemonos.org/huellas-de-la-memoria-el-surgimiento-de-un-proyecto/

Fotos: Archivo Huellas de la Memoria

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Robo de bebés en el franquismo: madres que mueren sin llegar a la verdad

Por:  Sonia Santoro

 Ante el lastre de la impunidad, hay familias que buscan justicia fuera de España.

La investigadora Carolina Escudero analiza el plan sistemático de robo de niños desde 1940 hasta avanzada la democracia española y la hendija que recién se abrió para juzgar ese crimen. Señala que se silenció a las mujeres con medicación y manipulación.

A mediados de junio el Tribunal Supremo español dejó abierta la puerta a la investigación de los casos de bebés robados en España desde la dictadura franquista hasta avanzada la democracia. Una investigadora que trabajo con organizaciones sociales que piden justicia por sus hijos desaparecidos explica cómo fue el plan sistemático para el robo de bebés y cuál es la situación actual. “Hay que hacer un gran trabajo de reconstrucción de la memoria histórica interdisciplinaria (no nos podemos quedar solo con lo que dice la ley de lo que han vivido esas familias) para que los contemporáneos sepan que esto no puede volver a pasar”, dice.

El fallo del alto tribunal español revisó una sentencia de 2018 que absolvió al médico retirado Eduardo Vela de los delitos de detención ilegal, suposición de parto y falsedad documental en el caso denunciado por Inés Madrigal, por considerar que estaban prescritos. La nueva sentencia dictamina que la detención ilegal no está probada, pero confirma la falsedad documental y la ilegalidad de la adopción de Madrigal, la primera víctima en llegar a juicio, quien denunció haber sido sustraída de sus padres biológicos en el sanatorio San Ramón de Madrid, en 1969. Frente a esto las familias están expectantes pero tampoco están súper crédulas, dice la doctora en Psicología Social Carolina Escudero, que acompaña a familiares e investiga el tema desde hace cuatro años.

La campaña “SOS te estamos buscando” denuncia que desde 1940 hasta bien avanzada la democracia, se robaron sistemáticamente bebés a lo largo y ancho de España. Se trató de una red integrada por profesionales de medicina, enfermería y por curas y monjas, entre otros. Desde la Asociación SOS Bebés Robados de Catalunya se estima que son 300.000. “Empezó como un proyecto eugenista, mejorar la raza española y eliminar los genes rojos de la izquierda (1940 -1960) pero luego a partir de 1960 y hasta 1999 se observó que era un negocio, a esos bebés se los podía vender a familias españolas o extranjeras. Entonces España se convirtió en un mercado de bebés”, explicó Escudero, quien acaba de publicar dos papers en revistas científicas sobre el tema: “Dándole voz al evento traumático. Madres españolas de bebés robados. Tres estrategias para silenciar a las madres durante y después de la dictadura»   y «Bebés robados en España. Historia mediatizadas para la recuperación. El activismo de las madres a través de las campañas online» . Desde Barcelona, respondió a Pagina/12.

-Una de sus investigaciones corrobora tres formas de silenciar a las madres durante la dictadura franquista, ¿en qué consisten?

El paper “Darle voz al efecto traumático…” se basa en entrevistas en profundidad a SOS bebés robados en Catalunya. Empecé en 2016. Me interesaba trabajar desde un lugar de investigación-acción donde la investigación en su acción le da un aporte concreto a su objeto de estudio. Este paper representa eso: se creó la campaña “SOS te estamos buscando”, se generó confianza y las personas mostraron interés en contar sus casos y fue así que pude profundizar más en aquel evento traumático. De estas entrevistas sale como resultado el robo sistemático de los bebés, pero también la trastienda, este cuerpo, esta memoria que queda tapada por los años, por el franquismo, por una democracia donde no se evalúa, no se juzga el pasado y nos obligan a cambiar de página y a olvidar; y ninguna madre olvidó esto. Entonces son los recuerdos de cómo fueron silenciadas.

Vamos a tener madres que van a decir que las silenciaron con mucha medicación y con las recomendaciones de los médicos a la familia: “saquen todo lo que haya del bebé en la casa para cuando ella vuelva”, “no se habla del bebé”, “cuando esté un poco más repuesta sigan con la medicación”. “van a tener que hacer un viaje con el marido”; “lo mejor es reemplazar la muerte de un bebé con otro”. Muchas de ellas estaban paralizadas con la medicación, en su cabeza estaba la conciencia de que no estaba el bebé pero eran incapaces de decir algo o moverse. Entonces, de las tres maneras de silenciar a las madres, estas tres categorías, la primera es a través de la medicación, la segunda, a través de la manipulación (“eres joven y para cuando te quieras acordar ya pasó”; “tenés que tener otro bebe”) y la tercera conjuga las dos: medicación y manipulación. Cuando a la madre no se la podía manipular a través de consignas, esta manipulación llegaba a través de familiares o del compañero. Fue una manipulación que duró muchos años.

-¿Qué pasó después del franquismo?

Las madres que les robaron sus bebés durante el franquismo, cuando llega la democracia, el gobierno de transición, siguen pensando que su bebé ha muerto. Y hasta fines de los años 90 van a seguir robando bebés. Lo que pasa que estas nuevas madres no saben que hay madres de los años 60 y 70 a las que les pasó lo mismo. ¿Por qué sigue sucediendo? Porque el gobierno de transición dice “lo que pasó durante el franquismo quedó atrás”, no son juzgados los funcionarios de la época y tampoco tienen voz ni votos las familias de personas desaparecidas… no pasa nada. Es un cambio de página e impera el “no necesitamos volver atrás, no queremos más enfrentamientos entre los nuestros, no queremos una guerra civil”. Entonces se configuran unas dinámicas y acuerdos de no volver atrás. Y el que quiere volver atrás es un ser de conflicto.

En este no juzgar al pasado quedan historias silenciadas. Estas familias de bebes robados descubrieron que no eran las únicas a través de un programa de televisión en 2010 en que se difunden investigaciones especiales con relatos de mujeres. Y ahí las que miraban se decían “pero si a mí me pasó lo mismo”. Se colapsan las líneas de teléfono del programa. Así se empezaron a juntar.

-¿Qué hicieron frente a la falta de justicia todos estos años?

Entre 2011 y 2012 van a ir formándose las organizaciones de bebés robados a lo largo de toda España. Y van a ir juntando sus casos y moviéndose solas sin apoyos del gobierno. Y así van a ir creando informes en cada organización. Y así se van sumando más casos.

Hicieron mucho pero es una población que está envejeciendo. Se están muriendo muchas madres sin haber llegado a la verdad, y sin haber visto una predisposición de los gobiernos. De cara a la justicia las madres que tienen pruebas de que el bebe fue robado y en muchos casos certeza de que está vivo, no son consideradas víctimas. Los funcionarios hablan de supuestos casos, siempre está la duda. Esto también genera un cansancio. Nunca recibieron un tratamiento específico por el evento traumático. Se hace muy difícil cuando no hay apoyo institucional, lo tienen que subvencionar todo de su bolsillo, los casos prescriben. Buscar justicia fuera de España es uno de los caminos que han ido escogiendo las familias.

Se hace necesario que los gobiernos tomen nota. La reparación es una acción, es un resultado también empático por parte del gobierno, de ponerse en el lugar de y de difundir esos casos. Es una espera que se ha dilatado muchísimo. En esta nueva normalidad nos preguntamos dónde quedan los casos de bebés robados.

Fuente e imagen:  https://www.pagina12.com.ar/276161-robo-de-bebes-en-el-franquismo-madres-que-mueren-sin-llegar-

 

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