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¿Por qué enseñar justicia retributiva y restaurativa en el aula?

Por:

En las clases de civismo y ética es crucial la educación en distintas vertientes de justicia y sus aplicaciones en el mundo moderno.

Desde el 2017 hemos visto el surgimiento y repunte de diversos movimientos sociales que han hecho de estos tres años un periodo sumamente activo en términos de la búsqueda de la equidad y la justicia social. Instancias de activismo como #MeToo y #BlackLivesMatter han sido la punta de lanza para una tendencia de crítica y reevaluación sobre las estructuras sociales que generan violencia sexista, racial, xenofóbica, homofóbica y transfóbica.

Pero este despertar epistemológico tuvo un precio que nos ha llevado a reflexionar sobre la validez de los métodos y proceder de estos movimientos. Si bien su necesidad es indiscutible, existe una razón por la cual los movimientos de justicia social están siendo cuestionados. El motivo de este desafío no es propiamente una negación de que la equidad que pretende traer consigo es necesaria, es más bien que la idea de justicia que tenemos, aún antes de entrar a su dimensión social, es un concepto que entendemos superficialmente.

Si no fuera así, sabríamos que estamos usando justicia de retribución como base de los movimientos sociales más importantes hoy en día, y que este tipo particular de justicia no es suficiente para conseguir los objetivos que persiguen los grupos activistas, para esto habría que tener un mayor dominio de la justicia restaurativa. ¿Pero qué significa esto? ¿Hay más de un tipo de justicia? ¿En qué consiste cada uno?¿Por qué necesitamos los dos?

Estos serían cuestionamientos de gran utilidad que deberían enseñarse  en las escuelas y universidades. Si eres maestro de ética, civismo, ciencias sociales o solo buscas una forma de proporcionar a tus alumnos un mejor entendimiento de cómo funciona el activismo, la justicia y cómo ha resultado esta última ola de movimiento social, los conceptos de justicia de retribución y justicia restaurativa te resultarán útiles.

Justicia de retribución: un sistema de relevancia histórica

La justicia de retribución se define como una respuesta directa hacia una conducta criminal que se enfoca el castigo sobre los infractores y la compensación para las víctimas. En teoría, la mayoría de los casos considera la severidad de castigo en proporción a la seriedad del crimen. Este es el tipo de justicia con el que estamos más familiarizados, y en el que se basan el grueso de los códigos penales desde sus inicios históricos.

Si bien se pueden encontrar instancias de justicia restaurativa en los códigos antiguos penales y modernos, las bases que tenemos para entender la justicia hoy en día, que serían documentos como el Código de Hamurabi o La Ley de las 12 tablas, fueron estructuradas de acuerdo a un entendimiento punitivo de la justicia.

El principio filosófico sobre el cual se escribieron estos códigos penales designaba un crimen como una violación a los derechos de otra persona. Bajo este contexto, las víctimas tendrían que ser compensadas por el daño sufrido, intencional o no, y los infractores tendrían que ser castigados en consecuencia de sus acciones incorrectas.

Estas primeras instancias de justicia impartida por el Estado y sus consecuentes evoluciones, fueron eficaces en desplazar las disputas generacionales entre familias o clanes como la forma más aceptada administración de justicia. Gracias a esto, en distintas civilizaciones se pudieron instaurar códigos basados mayoritariamente en justicia retributiva bajo la tutela de un poder judicial. Esto ayudó a que se estableciera un sistema de leyes que partiera de la intención de un orden social y no de un deseo directo de venganza o ajuste de cuentas. Sin este cambio en el mundo antiguo no habría sido posible concebir ni perseguir la idea de equidad social que tenemos hoy en día.

Pero los principios y evoluciones de la justicia de retribución vienen de las necesidades de un mundo que se cobraba justicia “ojo por ojo”. Por eso, en el ambiente social que marca el siglo XXI comienza a presentar limitaciones que se traducen en trabas y hasta tropezones en los esfuerzos de los movimientos sociales de actualidad.

Para un contexto tan complejo como el de aquí y ahora, la justicia de retribución no logra abarcar todas las ramificaciones necesarias para cubrir la agenda de movimientos sociales  de actualidad. Si lo que se busca dentro del ejercicio del activismo en 2020 son mecanismos para rendición de cuentas, instancias de aprendizaje, diálogo, entendimiento, trabajo en conjunto y superación de situaciones sistémicas sin la invalidación o deshumanización de afectados o infractores; un marco teórico que sólo considera delito, pena y compensación se queda corto.

Sin duda, el trabajo planteado por los activistas actuales es en extremo retador, sin embargo, para completar su conjunto de herramientas, es necesario traer al centro otro tipo de aproximación a la justicia que no se limite a considerar solo crimen y castigo.

Justicia restaurativa: una nueva aproximación al equilibrio social

Una justicia basada en el castigo para los infractores y la compensación para las víctimas es buena para establecer un orden social, pero no presenta utilidad si lo que se busca es el progreso a una sociedad más equilibrada, empática y con conciencia propia. La justicia restaurativa, también llamada justicia reparadora o justicia compasiva, se compone de elementos que expanden el alcance de la justicia de retribución.

Este tipo de justicia se conforma de un sistema en el que las partes involucradas o que poseen un interés sobre cierto delito o acción incorrecta, deciden cómo lidiar con las consecuencias inmediatas de este y sus repercusiones para el futuro.

La justicia restaurativa ve un crimen como algo más que el rompimiento de la ley, también dimensiona el daño que esta acción causa a las personas involucradas, las relaciones interpersonales entre infractores y afectados, así como el impacto en la comunidad a la que pertenecen. El proceso restaurativo se entiende como un medio de gestión para la resolución de conflictos. Más que castigar y compensar, se enfoca en comprender, conciliar y solucionar. El diálogo es su base y su objetivo principal es restablecer la paz social fracturada por un conflicto o acto criminal.

Gordon Bazemore, profesor, catedrático y director del Instituto de Justicia en Comunidad para la Universidad Atlántica de Florida, así como Lode Walgrave, catedrático de la Red Internacional de Investigación de Justicia Restaurativa para jóvenes, puntualizan certeramente el resultado final ideal de la justicia restaurativa: hacer justicia a través de la restauración o reparación del daño causado por el delito.

La justicia restaurativa permite a los involucrados acordar en conjunto una manera de actuar a posteriori, que tome en cuenta los impactos y las necesidades de todas las partes. Tanto infractor como afectado. Esta es la parte más difícil de entender, de cómo funciona este tipo de justicia o porqué podría ser útil para la resolución de conflictos modernos. Estamos históricamente condicionados a pensar en el crimen como la violación de los derechos de otra persona, y como consecuencia, los derechos de quien comete el crimen deben ser reducidos o anulados en cierta capacidad para encontrar un balance.

Esto no nos permite ver la raíz de las acciones incorrectas o los crímenes y si bien sirve como medida de control, no nos ayuda a prevenir que determinado crimen o acción incorrecta vuelva a repetirse, castigo y corrección no son lo mismo que aprendizaje. 

En algunos casos, el disparador de crímenes, como el robo, puede ser la pobreza sistemática. La razón para crímenes como destrucción de propiedad pública o manifestaciones no pacíficas puede ser un hartazgo hacia un sistema de seguridad pública y síntomas sociales tan marcados que imposibilitan al Estado de brindar una vida digna y libre de violencia a todos sus ciudadanos. Estos actos traen consigo un desorden social, y sí pueden ser tipificados como crímenes, pero al aplicar un enfoque mayoritariamente retributivo, ¿estamos resolviendo el problema que generó el crimen en primer lugar?, ¿estamos evitando su reincidencia?, ¿estamos aprendiendo algo?

Por otro lado, existe mérito y utilidad en remover de una posición de poder a personas que han causado daño sistémico, que han contribuido consciente y voluntariamente para crear estructuras que favorecen el ejercicio de la violencia. Idealmente, esto es lo que grupos de activistas en movimientos como #MeToo y #BlackLivesMatter pretenden hacer, pero no puede lograrse sólo con el uso de la justicia de retribución que se ha estado usando desde hace milenios y que no dimensiona completamente las aristas de las necesidades sociales actuales.

Si no hay en el centro de la conversación instancias tanto de retribución como de restauración, caemos en el riesgo de no ser efectivos en la obtención de una rendición de cuentas para los infractores o de no lograr un aprendizaje que prevenga las infracciones que se quieren erradicar en primer lugar.

La necesidad de aproximaciones nuevas a la justicia que incluyan un uso proporcionado y utilitario de ambos rubros es crucial para evitar un estancamiento y desacreditación de los movimientos sociales, así como para asegurar la continuidad de un avance hacia la sociedad más justa y equitativa que pretenden lograr a través de su activismo. En las clases de civismo y ética, ¿has aprendido o enseñado sobre diversos tipos de justicia?, ¿crees que saber más sobre esto es necesario para tener un mejor entendimiento de cómo avanzar hacia una sociedad mejor? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/teoria-justicia

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Anhelo de justicia

Por: Dinorah García Romero

La primera contribución ha de ser que cada ciudadano respete y cumpla las leyes. Es fácil celebrar apresamientos y demandar prisa para que apresen a otros; mientras en mi pequeño mundo voy infringiendo las leyes; voy erosionando la justicia con una práctica distante de la ética y que lesiona el desarrollo de la sociedad dominicana.

Pero parece que los tiempos están cambiando y ya no es aceptable repetir las prácticas y las políticas que acomodan la justicia a los que tienen más poder económico, poder político o poder religioso. Estos tres poderes han utilizado la justicia a su antojo. Estamos frente a nuevas prácticas culturales; pues la mayor parte de la sociedad entiende que la justicia ha de romper el círculo de la corrupción y la cultura de la impunidad. La sociedad está muy atenta a las acciones de las nuevas autoridades judiciales. Confía en que, por fin, en nuestro país, la justicia va a proceder conforme a lo que indican las leyes, en coherencia con los dictados de la Constitución de la República. Solo pensar que esto va a ser posible, trae tranquilidad al pueblo. Pero no podemos considerar a los representantes de la Procuraduría General de la República como los sustitutos del Mesías Salvador. No. Estas personas están sencillamente cumpliendo las funciones que se les han  asignado dentro de la esfera del Poder Judicial. Son mortales que están trabajando arduamente y necesitan el concurso, el apoyo de la población para que sus responsabilidades se puedan llevar a cabo. No realizan nada extraordinario. Cumplen con su deber y esto se aplica a todos los ciudadanos. Hemos de ser responsables de los cargos y de las funciones que asumimos.

La primera contribución ha de ser que cada ciudadano respete y cumpla las leyes. Es fácil celebrar apresamientos y demandar prisa para que apresen a otros; mientras en mi pequeño mundo voy infringiendo las leyes; voy erosionando la justicia con una práctica distante de la ética y que lesiona el desarrollo de la sociedad dominicana.

El Sistema Educativo Dominicano y, de forma especial, las instituciones de Educación Superior han de trabajar para que la educación que se ofrece en el país posibilite el desarrollo de actitudes y prácticas favorables al comportamiento personal y social justo. La Academia ha de reforzar, tanto de estudiantes como de los docentes, la formación, la investigación y la producción en la perspectiva de la justicia. Pedro Poveda exhorta a las personas a que se comprometan con un mundo y una educación cada vez más justa; y, por esto, le dice a cada ciudadano “estima la justicia tanto como la vida”. Aspiro a que en ningún dominicano disminuya el hambre de justicia. Una justicia para todos, sin distinción de ningún tipo; una justicia sistémica, generadora de una cultura de paz y de estabilidad personal y social.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/anhelo-de-justicia-8890513.html

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OPINIÓN: El arcoíris de la Montaña

Por: Tlachinollan

Entre los pueblos indígenas de Guerrero persiste la leyenda de que el lugar donde nace el arcoíris, subyace el tesoro del pueblo. Se trata de un encanto, que solo los elegidos o elegidas por las potencias sagradas, lo pueden descubrir. Desde la infancia se nos inculca que no debemos señalar al arco refulgente, que es un deleite para nuestra vista. Si lo hacemos, nos advierten que nuestra mano se puede secar. Es una ilusión visual, encantadora y terrible.

Para las comunidades indígenas de la Montaña el rayo anuncia y atrae las lluvias. Es como un látigo que le pega a la serpiente, que simboliza a Quetzalcóatl y vive al pie del arcoíris. Las sabias y los sabios, tienen que congraciarse con la serpiente, porque obstaculiza la llegada de la lluvia buena.

El arcoíris tiene un significado dual: puede ser malo, porque anuncia sequía y enfermedades, pero también, se transforma en un buena augurio, cuando se presenta la ofrenda a la culebra, elaborada con tamal de calabaza, se baila a su alrededor en la cima del cerro, y ritualmente se le sacrifica. Es cuando el arcoíris anuncia el advenimiento de las lluvias, del tiempo bueno. Esta dualidad es la que explica la doble dimensión del arcoíris y el dinamismo que se tiene en las potencias cósmicas, de que las fuerzas contrarias pueden vencer la adversidad.

En el arcoíris de culturas y lenguas, Tlachinollan sembró con las comunidades, la semilla de los derechos humanos, para hacer frente a la violencia institucionalizada.
El hechizo del arco multicolor es una señal funesta, por eso los sabios y las sabias rezan en las cimas de la Montaña. La entrada del coronavirus a las comunidades indígenas, obligó a instalar cercos sanitarios y a limitar las salidas a la ciudad. El confinamiento comunitario, así como el uso de las plantas medicinales, el baño del temazcal y la acción ritual del “Xtambá”, que es el rezo que amarra al pueblo para protegerlo contra las plagas y las enfermedades, fueron las medidas tomadas en asamblea, ante la carencia de personal médico e infraestructura hospitalaria en la Montaña.

En este enclave rocoso, la muerte es la compañera inseparable de quienes luchan contra el atraco y la felonía. Los caciques imponen la ley del yugo con sus pistoleros que extorsionan a los pobres, mientras a los rebeldes, los torturan, desaparecen o zurcen sus cuerpos con plomo.

En el arcoíris de culturas y lenguas, Tlachinollan sembró con las comunidades, la semilla de los derechos humanos, para hacer frente a la violencia institucionalizada. Con la entereza de las víctimas desmadejamos el nudo de la impunidad y sentamos en el banquillo de los acusados a los perpetradores. A pesar de esta lucha titánica, el estado aún protege a quienes violan los derechos humanos, porque para los jueces, en la balanza de la justicia, el poder y el dinero tienen más peso.

En estos manantiales de agua cristalina, las víctimas de feminicidio, las sobrevivientes de la tortura sexual, los pueblos que defienden sus territorios contra las mineras, los familiares de las personas desaparecidas, la lucha emblemática de los 43 padres y madres de familia de Ayotzinapa, nos han enseñado a exigir justicia con el corazón por delante. En medio de peligros y amenazas, sus figuras se agigantan, porque tienen autoridad moral que arruina los planes aviesos que han urdido gobernantes, cuerpos de seguridad y crimen organizado. Los pueblos de la Montaña, que se encuentran cercados por el coronavirus, la violencia y el hambre, son el fortín de la dignidad en esta noche de la ignominia.

Siempre cuesta arriba, sembrando en el tlacolol, el maíz que no alcanza; caminando en los lodazales; padeciendo el maltrato y la discriminación de las autoridades; enfrentando al sicariato coludido con los grupos de poder; cargando en todo momento con el dolor, por la desaparición o asesinato de algún ser querido, las mujeres y los hombres de la Montaña, son el arcoíris de los derechos humanos, el arcoíris que ha escuchado los rezos de los sabios y las sabias.

Fuente e imagen: http://www.tlachinollan.org

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México: Policía de Cancún dispara contra mujeres que exigían justicia por feminicidios

Encapuchados, con chalecos antibalas y armas largas, alrededor de 50 policías municipales dispararon durante varios minutos frente al Palacio Municipal de Cancún para dispersar una protesta de mujeres, quienes exigían justicia por tres feminicidios registrados el fin de semana en Quintana Roo.

Mujeres protestaron por el feminicidio de Vianca Alejandría, las inconformes realizaron pintas en el edificio del gobierno local pero fueron agredidas por policías que salieron del lugar haciendo disparos al aire, se habla de una persona herida, varias de las manifestantes fueron detenidas. FOTO: ELIZABETH RUIZ/CUARTOSCURO.COM

Al menos dos periodistas que cubrían la manifestación resultaron heridos por las balas, las cuales fueron disparadas a mansalva por los uniformados que aparecieron repentinamente cuando las mujeres se aproximaban a entrar al edificio principal del Palacio Municipal.

Los policías abrieron fuego a tiro limpio y persiguieron y golpearon a quienes trataban de grabar la agresión, así como detuvieron e intentaron quitar teléfonos y cámaras a los periodistas en la protesta.

Mujeres protestaron por el feminicidio de Vianca Alejandría, las inconformes realizaron pintas en el edificio del gobierno local pero fueron agredidas por policías que salieron del lugar haciendo disparos al aire, se habla de una persona herida, varias de las manifestantes fueron detenidas. FOTO: ELIZABETH RUIZ/CUARTOSCURO.COM

De acuerdo con la periodista Paola Chiomante, del periódico Novedades, los policías dispararon desde la azotea del Palacio Municipal y gritaron “ahora si van a valer madres las pinches mujeres” cuando entraron en la plaza.

La protesta fue convocada por la Red Feminista de Quintana Roo y congregó a alrededor de 2 mil jóvenes que exigían justicia al fiscal Óscar Montes de Oca, al gobernador Carlos Joaquín González y la alcaldesa “Mara” Lezama, acusados de dedicarse al “cuidado de la imagen” de Cancún y no a la seguridad y protección de las mujeres.

Las autoridades de Cancún y del estado se deslindaron de los hechos, por lo que nadie asumió la responsabilidad de la brutalidad policial. Sin embargo, Lezama informó que fue separado de su cargo el director de Seguridad Pública de Cancún, Eduardo Santamaría, para proceder con la investigación oficial de los hechos.

Con información de El País y El Universal

Fuente: https://desinformemonos.org/policia-de-cancun-dispara-contra-mujeres-que-exigian-justicia-por-feminicidios/

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México: Familiares de la Guardería ABC exigen cumplimiento de amparos para reparación del daño

Los padres de los 49 niños que murieron en el incendio de la Guardería ABC en Hermosillo, Sonora, cumplieron más 48 horas “a la intemperie” frente a la Secretaría de Gobernación (Segob) en la Ciudad de México, para exigir una reunión con el subsecretario Alejandro Encinas y que se cumplan los amparos ganados a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV).

De acuerdo con los 28 familiares que permanecen en las afueras de la Segob, no se han hecho efectivos los 25 amparos ganados a la CEAV, por los cuales la Comisión debe pagar 10 millones de pesos para la reparación del daño por la muerte de los 49 bebés y niños en el incendio de la Guardería ABC, el 5 de junio de 2009.

El representante legal de los familiares de las víctimas, Miguel Nava, acusó que la reunión no se llevó a cabo porque las autoridades no quieren que los padres acudan acompañados de un abogado.

“El tema es muy sencillo: no quieren que los padres entren con abogados, porque hemos logrado ganarles ‘N’ cantidad de amparos, pero la CEAV, por órdenes de Gobernación, emite resoluciones desapegadas a derecho”, explicó el abogado.

La reunión con Alejandro Encinas estaba programada para el mediodía del 3 de noviembre, sin embargo, los padres de los 49 niños no asistieron al encuentro porque “de última hora” se cambió el lugar de la cita a un hotel cercano a la Secretaría.

“No hubo accesibilidad de su parte (Alejandro Encinas). Cuando llegamos le dijimos que ya estábamos aquí y él nos dijo que nos esperaba en el hotel, aludiendo a que la contingencia es prioridad, pero fue mentira porque hubo contingentes mayores al de nosotros que salían de Gobernación y es ilógico que a nosotros no nos quisieran atender aquí”, denunció Pedro González, padre de Nayeli Estefanía González, una de las víctimas del incendio.

“Las familias dicen: ‘tenemos 11 años en la lucha, recíbannos en una oficina pública, no en un hotel’. Ahorita están muy molestos y se van a quedar ahí (frente a Gobernación) un buen tiempo”, dijo el abogado Miguel Nava.

En protesta, los familiares de las víctimas colocaron frente a la Secretaría una estructura metálica con 49 cruces y los nombres de los menores que murieron en el incendio de la Guardería ABC.

A pesar de las condiciones del clima, los padres de los 49 niños aseguraron que permanecerán afuera de la Segob hasta que sean atendidos y que continuarán en la exigencia de justicia y reparación del daño.

Fuente: https://desinformemonos.org/familiares-de-la-guarderia-abc-exigen-cumplimiento-de-amparos-para-reparacion-del-dano/

Con información de La Jornada

Imagen: Roberto García Ortiz / La Jornada

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El Papa llama a unirse al Pacto Educativo Global para “humanizar el mundo”

En la tarde de hoy, 15 de octubre de 2020, en un evento de la Pontificia Universidad de Letrán de Roma, se emitió un mensaje en vídeo del Papa Francisco en el que llama a un Pacto Educativo Mundial.

En mayo de 2020 se iba a llevar a cabo el evento sobre el Pacto Educativo Global, promovido por el Papa Francisco para generar, a través de la educación, “un cambio de mentalidad a escala planetaria”, indica un comunicado de la Congregación para la Educación Católica difundido el 24 de septiembre de 2020.

Debido a la pandemia de COVID-19, el evento en el Vaticano, tuvo que ser cancelado. No obstante, su planificación no se ha interrumpido y hoy se han retomado las iniciativas con este acto en la Universidad Lateranense promovido por la Congregación para la Educación Católica,

“Catástrofe educativa”

Durante el evento de hoy, transmitido en directo por streaming, el Santo Padre ha subrayado que, en este camino de preparación de un Pacto Educativo Global, la COVID-19 “ha acelerado y amplificado muchas de las urgencias y emergencias que habíamos constatado, y ha manifestado muchas otras” y “los sistemas educativos de todo el mundo han sufrido la pandemia tanto a nivel escolar como académico”.

Según algunos datos recientes de organismos internacionales, se habla de una “catástrofe educativa”, ante aproximadamente diez millones de niños “que podrían verse obligados a abandonar la escuela a causa de la crisis económica generada por el coronavirus, aumentando una brecha educativa ya alarmante —con más de 250 millones de niños en edad escolar excluidos de cualquier actividad educativa—”, indica Francisco.

La educación como antídoto

Esta situación “ha hecho incrementar la conciencia de que se debe realizar un cambio en el modelo de desarrollo” y, en este sentido, el Papa resalta “el poder transformador de la educación”, pues “educar es apostar y dar al presente la esperanza que rompe los determinismos y fatalismos”.

“Creemos que la educación es una de las formas más efectivas de humanizar el mundo y la historia. La educación es ante todo una cuestión de amor y responsabilidad que se transmite en el tiempo de generación en generación”, continúa.

Por tanto, la educación “se propone como el antídoto natural de la cultura individualista, que a veces degenera en un verdadero culto al yo y en la primacía de la indiferencia”.

Itinerario integral

En consecuencia, el Pontífice considera necesario “un nuevo periodo de compromiso educativo, que involucre a todos los componentes de la sociedad”, un “itinerario integral”, que salga al encuentro “de aquellas situaciones de soledad y desconfianza hacia el futuro que generan depresión, adicciones, agresiones, odio verbal, fenómenos de intimidación y acoso entre los jóvenes”.

Un “camino compartido”, en el que no se permanezca indiferentes “ante el flagelo de la violencia y el maltrato de menores, el fenómeno de las niñas esposas y de los niños soldados, la tragedia de los menores vendidos y esclavizados” y ante el “sufrimiento” de nuestro planeta, sumido en “una grave crisis medioambiental y climática”.

Llamamiento

Por todo ello, el Papa Francisco realizó un llamamiento “de manera particular a los hombres y las mujeres de cultura, de ciencia y de deporte, a los artistas, a los operadores de los medios de comunicación, en todas partes del mundo”, para firmar este pacto y que, “con su testimonio y su trabajo, se hagan promotores de los valores del cuidado, la paz, la justicia, la bondad, la belleza, la acogida del otro y la fraternidad.”

Este Pacto Educativo Global supone un proceso plural y multifacético “capaz de involucrarnos a todos en respuestas significativas, donde la diversidad y los enfoques se puedan armonizar en la búsqueda del bien común. Capacidad para crear una armonía: esto es lo que necesitamos hoy”, aclara.

Compromiso

De este modo, el Santo Padre apunta que “nos comprometemos personal y conjuntamente” a: “Poner en el centro de todo proceso educativo formal e informal a la persona, su valor, su dignidad, para hacer sobresalir su propia especificidad, su belleza, su singularidad y, al mismo tiempo, su capacidad de relacionarse con los demás y con la realidad que la rodea, rechazando esos estilos de vida que favorecen la difusión de la cultura del descarte”.

A “escuchar la voz de los niños, adolescentes y jóvenes a quienes transmitimos valores y conocimientos, para construir juntos un futuro de justicia y de paz, una vida digna para cada persona; a fomentar “la plena participación de las niñas y de las jóvenes en la educación”; a “tener a la familia como primera e indispensable educadora”.

A “educar y educarnos para acoger, abriéndonos a los más vulnerables y marginados” y a “comprometernos a estudiar para encontrar otras formas de entender la economía, la política, el crecimiento y el progreso, para que estén verdaderamente al servicio del hombre y de toda la familia humana en la perspectiva de una ecología integral”.

Por último, se encuentra el compromiso de “salvaguardar y cultivar nuestra casa común, protegiéndola de la explotación de sus recursos, adoptando estilos de vida más sobrios y buscando el aprovechamiento integral de las energías renovables y respetuosas del entorno humano y natural, siguiendo los principios de subsidiariedad y solidaridad y de la economía circular”.

“Mirar hacia delante” con esperanza

Tal inversión formativa “debe garantizar el acceso de todos a una educación de calidad, a la altura de la dignidad de la persona humana y de su vocación a la fraternidad”.

“Es hora de mirar hacia adelante con valentía y esperanza”, remarca el Papa, es preciso seguir “todos juntos, cada uno como es, pero siempre mirando juntos hacia adelante, hacia esta construcción de una civilización de la armonía, de la unidad, donde no haya lugar para esta virulenta pandemia de la cultura del descarte”.

Mensaje del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas:

Cuando los invité a iniciar este camino de preparación, participación y planificación de un pacto educativo global, no imaginábamos la situación en la que se desarrollaría: el Covid ha acelerado y amplificado muchas de las urgencias y emergencias que habíamos constatado, y ha manifestado muchas otras. A las dificultades sanitarias se sumaron después las económicas y sociales. Los sistemas educativos de todo el mundo han sufrido la pandemia tanto a nivel escolar como académico.

En todas partes se ha intentado activar una respuesta rápida a través de plataformas educativas informatizadas, que han mostrado no sólo una marcada disparidad en las oportunidades educativas y tecnológicas, sino también, debido al confinamiento y muchas otras deficiencias existentes, muchos niños y adolescentes se han quedado atrás en el proceso natural de desarrollo pedagógico. Según algunos datos recientes de organismos internacionales, se habla de una “catástrofe educativa” —es un poco fuerte, pero se habla de una “catástrofe educativa”—, ante los aproximadamente diez millones de niños que podrían verse obligados a abandonar la escuela a causa de la crisis económica generada por el coronavirus, aumentando una brecha educativa ya alarmante —con más de 250 millones de niños en edad escolar excluidos de cualquier actividad educativa—.

Ante esta dramática realidad, sabemos que las medidas sanitarias necesarias serán insuficientes si no van acompañadas de un nuevo modelo cultural. Esta situación ha hecho incrementar la conciencia de que se debe realizar un cambio en el modelo de desarrollo. Para que respete y proteja la dignidad de la persona humana, debe partir de las oportunidades que la interdependencia mundial ofrece a la comunidad y a los pueblos, cuidando nuestra casa común y protegiendo la paz. La crisis que atravesamos es una crisis global, que no se puede reducir ni limitar a un único ámbito o sector. Es general. El Covid ha hecho posible reconocer de forma global que lo que está en crisis es nuestro modo de entender la realidad y de relacionarnos.

En este contexto, vemos que no son suficientes las recetas simplistas o los vanos optimismos. Conocemos el poder transformador de la educación: educar es apostar y dar al presente la esperanza que rompe los determinismos y fatalismos con los que el egoísmo de los fuertes, el conformismo de los débiles y la ideología de los utópicos quieren imponerse tantas veces como el único camino posible.1

Educar es siempre un acto de esperanza que invita a la coparticipación y a la transformación de la lógica estéril y paralizante de la indiferencia en otra lógica distinta, capaz de acoger nuestra pertenencia común. Si los espacios educativos hoy se ajustan a la lógica de la sustitución y de la repetición; y son incapaces de generar y mostrar nuevos horizontes, en los que la hospitalidad, la solidaridad intergeneracional y el valor de la trascendencia construyan una nueva cultura, ¿no estaremos faltando a la cita con este momento histórico?

También somos conscientes de que un camino de vida necesita una esperanza basada en la solidaridad, y que cualquier cambio requiere un itinerario educativo, para construir nuevos paradigmas capaces de responder a los desafíos y emergencias del mundo contemporáneo, para comprender y encontrar soluciones a las exigencias de cada generación y hacer florecer la humanidad de hoy y de mañana.

Creemos que la educación es una de las formas más efectivas de humanizar el mundo y la historia. La educación es ante todo una cuestión de amor y responsabilidad que se transmite en el tiempo de generación en generación.

Por tanto, la educación se propone como el antídoto natural de la cultura individualista, que a veces degenera en un verdadero culto al yo y en la primacía de la indiferencia. Nuestro futuro no puede ser la división, el empobrecimiento de las facultades de pensamiento e imaginación, de escucha, de diálogo y de comprensión mutua. Nuestro futuro no puede ser este.

Hoy es necesario un nuevo periodo de compromiso educativo, que involucre a todos los componentes de la sociedad. Escuchemos el grito de las nuevas generaciones, que manifiesta la necesidad y, al mismo tiempo, la oportunidad estimulante de un renovado camino educativo, que no mire para otro lado, favoreciendo graves injusticias sociales, violaciones de derechos, grandes pobrezas y exclusiones humanas.

Se trata de un itinerario integral, en el que se salga al encuentro de aquellas situaciones de soledad y desconfianza hacia el futuro que generan depresión, adicciones, agresiones, odio verbal, fenómenos de intimidación y acoso entre los jóvenes. Un camino compartido, en el que no se permanezca indiferentes ante el flagelo de la violencia y el maltrato de menores, el fenómeno de las niñas esposas y de los niños soldados, la tragedia de los menores vendidos y esclavizados. A esto se suma el dolor por el “sufrimiento” de nuestro planeta, provocado por una explotación sin inteligencia y sin corazón, que ha generado una grave crisis medioambiental y climática.

En la historia hay momentos en los que es necesario tomar decisiones fundamentales, que no sólo dan una impronta a nuestra forma de vida, sino sobre todo una determinada posición ante posibles escenarios futuros. En la actual situación de crisis sanitaria —llena de desánimo y desconcierto—, consideramos que es el momento de firmar un pacto educativo global para y con las generaciones más jóvenes, que involucre en la formación de personas maduras a las familias, comunidades, escuelas y universidades, instituciones, religiones, gobernantes, a toda la humanidad.

Hoy se requiere la parresia necesaria para ir más allá de visiones extrínsecas de los procesos educativos, para superar las excesivas simplificaciones aplanadas sobre la utilidad, sobre el resultado —estandarizado—, sobre la funcionalidad y la burocracia que confunden educación con instrucción y terminan destruyendo nuestras culturas; más bien se nos pide que busquemos una cultura integral, participativa y multifacética. Necesitamos valentía para generar procesos que asuman conscientemente la fragmentación existente y los contrastes que de hecho llevamos con nosotros; la audacia para recrear el tejido de las relaciones a favor de una humanidad capaz de hablar el lenguaje de la fraternidad. El valor de nuestras prácticas educativas no se medirá simplemente por haber superado pruebas estandarizadas, sino por la capacidad de incidir en el corazón de una sociedad y dar nacimiento a una nueva cultura. Un mundo diferente es posible y requiere que aprendamos a construirlo, y esto involucra a toda nuestra humanidad, tanto personal como comunitaria.

Hacemos un llamamiento de manera particular a los hombres y las mujeres de cultura, de ciencia y de deporte, a los artistas, a los operadores de los medios de comunicación, en todas partes del mundo, para que ellos también firmen este pacto y, con su testimonio y su trabajo, se hagan promotores de los valores del cuidado, la paz, la justicia, la bondad, la belleza, la acogida del otro y la fraternidad. “No tenemos que esperar todo de los que nos gobiernan, sería infantil. Gozamos de un espacio de corresponsabilidad capaz de iniciar y generar nuevos procesos y transformaciones. Seamos parte activa en la rehabilitación y el auxilio de las sociedades heridas. Hoy estamos ante la gran oportunidad de manifestar nuestra esencia fraterna, de ser otros buenos samaritanos que carguen sobre sí el dolor de los fracasos, en vez de acentuar odios y resentimientos” (Carta enc. Fratelli tutti, 77). Un proceso plural y multifacético capaz de involucrarnos a todos en respuestas significativas, donde la diversidad y los enfoques se puedan armonizar en la búsqueda del bien común. Capacidad para crear una armonía: esto es lo que necesitamos hoy.

Por estos motivos nos comprometemos personal y conjuntamente a:

Poner en el centro de todo proceso educativo formal e informal a la persona, su valor, su dignidad, para hacer sobresalir su propia especificidad, su belleza, su singularidad y, al mismo tiempo, su capacidad de relacionarse con los demás y con la realidad que la rodea, rechazando esos estilos de vida que favorecen la difusión de la cultura del descarte.

Segundo: Escuchar la voz de los niños, adolescentes y jóvenes a quienes transmitimos valores y conocimientos, para construir juntos un futuro de justicia y de paz, una vida digna para cada persona.

Tercero: Fomentar la plena participación de las niñas y de las jóvenes en la educación.

Cuarto: Tener a la familia como primera e indispensable educadora.

Quinto: Educar y educarnos para acoger, abriéndonos a los más vulnerables y marginados.

Sexto: Comprometernos a estudiar para encontrar otras formas de entender la economía, la política, el crecimiento y el progreso, para que estén verdaderamente al servicio del hombre y de toda la familia humana en la perspectiva de una ecología integral.

Séptimo: Salvaguardar y cultivar nuestra casa común, protegiéndola de la explotación de sus recursos, adoptando estilos de vida más sobrios y buscando el aprovechamiento integral de las energías renovables y respetuosas del entorno humano y natural, siguiendo los principios de subsidiariedad y solidaridad y de la economía circular.

Queridos hermanos y hermanas: En definitiva, queremos comprometernos con valentía para dar vida, en nuestros países de origen, a un proyecto educativo, invirtiendo nuestras mejores energías e iniciando procesos creativos y transformadores en colaboración con la sociedad civil. En este proceso, un punto de referencia es la doctrina social que, inspirada en las enseñanzas de la Revelación y el humanismo cristiano, se ofrece como base sólida y fuente viva para encontrar los caminos a seguir en la actual situación de emergencia.

Tal inversión formativa, basada en una red de relaciones humanas y abiertas, debe garantizar el acceso de todos a una educación de calidad, a la altura de la dignidad de la persona humana y de su vocación a la fraternidad. Es hora de mirar hacia adelante con valentía y esperanza. Que nos sostenga, por tanto, la convicción de que en la educación se encuentra la semilla de la esperanza: una esperanza de paz y de justicia. Una esperanza de belleza, de bondad; una esperanza de armonía social.

Recordemos, hermanos y hermanas, que las grandes transformaciones no se construyen en el escritorio. Hay una “arquitectura” de la paz en la que intervienen las diversas instituciones y personas de una sociedad, cada una según su propia competencia, pero sin excluir a nadie (cf. ibíd., 231). Así tenemos que seguir: todos juntos, cada uno como es, pero siempre mirando juntos hacia adelante, hacia esta construcción de una civilización de la armonía, de la unidad, donde no haya lugar para esta virulenta pandemia de la cultura del descarte. Gracias.

Fuente: https://elperiodicodemexico.com/nota.php?id=954919

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¿Qué es la Noviolencia Activa? ¿Luchas en México hoy?

Por: Pietro Ameglio

 

El 2 de octubre es el día mundial de la noviolencia, en memoria del aniversario del nacimiento de Gandhi, en Portbandar (Gujarat, 1869). Es también el aniversario de la muerte -en 1995- del padre Donald Hessler, pionero de la noviolecia y las comunidades eclesiales de base en México, quien acuñó dos ideas centrales para caracterizar esta forma de vida y lucha social (www.serpajmx.org): “La noviolencia es la más violenta de las violencias, pero no busca destruir al adversario sino su cambio hacia la justicia”. Y agregaría aquí una frase complementaria de Gandhi: “no podemos esperar a que el adversario tarde treinta años en cambiar, por eso recurrimos a la acción directa”. La otra concepción muy original que Donald difundía tenía relación con el Nican Mopohua (Aquí se narra), versión náhuatl del siglo XVI del relato de la aparición de María de Guadalupe a Juan Diego, donde cuestionaba: “¿Qué le pidió María a Juan Diego? Que sea humilde y audaz”. Para quienes hemos luchado desde esta práctica y cultura (“antigua como las montañas”, según Gandhi, quizás con demasiado optimismo), sabemos por experiencia directa la veracidad, complejidad y potencialidad de ambas ideas.

En México, el 2 de octubre es también la fecha en que se realizó -en 1968- el mayor hecho social de violencia masiva brutal de ejecuciones extrajudiciales, en nuestra historia posrevolucionaria. Así, violencia y noviolencia, guerra y paz, son caras de una misma moneda del orden social que nos atraviesa, y exigen tanto conocimiento de una como de otra.

Profundicemos un poco en la conceptualización de la noviolencia (http://www.ceprevide.gob.mx/wp-content/uploads/sites/15/2019/11/Cevepride-no-4-DIC-2019-ISSUU_page-0001.jpg), ya que es un término que siempre se ha prestado a confusiones y por eso desde hace algunas décadas se le ha agregado el complemento de “activa”, para distinguirla de un “pacifismo o resistencia pasiva”. Creemos que es mejor escribir la palabra toda junta porque expresa así una cultura y forma de acción con principios y lógicas históricas propias, que van mucho más allá de verse como una simple oposición a la violencia, como si al no haber una aparente violencia directa (no-violencia o no violencia), existiera ya la noviolencia (justicia, dignidad, co-operación, desobediencia a las órdenes inhumanas). Es un poco lo que sucede con la “paz armada” o “negativa”, que se cree es dada por la “ausencia de guerra”. Ni la noviolencia ni la paz positiva se definen como opuestas a la violencia o a la guerra.

Por ello, los diferentes movimientos sociales de muchos pueblos en todas partes del mundo, que realizaron luchas justicieras o de liberación noviolentas, han buscado siempre definiciones más precisas desde sus culturas autóctonas, para que la gente las entendiera mejor y no se cayera en discusiones maniqueas o bizantinas: Gandhi hablaba del “Satyagraha” (Fuerza de la verdad) y del “Ahimsa” (Fuerza del alma, no causar daño a ningún ser viviente); Martin Luther King de la “Fuerza del amor”; en Filipinas contra el dictador Ferdinand Marcos esta forma de lucha se llamó el “Poder del pueblo”; en Checoslovaquia en la lucha contra la dictadura soviética fue el “Poder de los sin poder”; en México actualmente es la “Resistencia civil”.

Para Gandhi, sistematizador e innovador moderno de esta filosofía y práctica:

“La noviolencia es la fuerza más grande que la humanidad tiene a su disposición, tan antigua como las montañas. No es una virtud monacal destinada a procurar la paz interior y a garantizar la salvación individual, sino una regla de conducta necesaria para vivir en sociedad, ya que asegura el respeto a la dignidad humana y permite que progrese la causa de la paz, según los anhelos más fervientes de la humanidad. La noviolencia no consiste en ‘abstenerse de todo combate real contra la maldad’. Por el contrario, veo en la noviolencia una forma de lucha más enérgica y más auténtica que la simple ley del talión, que acababa multiplicando por dos la maldad. Contra todo lo que es inmoral, pienso recurrir a armas morales y espirituales. A mi juicio, la noviolencia no tiene nada de pasivo. Por el contrario, es la fuerza más activa del mundo…Es la ley suprema. No se puede ser noviolento de verdad y permanecer pasivo ante las injusticias sociales”.

Si pudiéramos explicitar -con base en nuestra experiencia- un poco las diferentes áreas desde donde la noviolencia se puede abordar o incorporarse a ella, sin perder de vista que se trata de una “totalidad”, podríamos decir que se han desarrollado históricamente aspectos de acción social directa, de filosofía, de espiritualidad, de experiencias de vida comunitaria, de economía justa y solidaria.

Por otro lado, los principios de fondo tienen raíces en tradiciones religiosas, espirituales, humanistas, culturales, sociales, económicas y políticas de la humanidad en el sentido más amplio y plural. Por ejemplo, el cristianismo ve en la vida de Jesús un modelo noviolento sobre todo en el pasaje del “amor al enemigo”; el budismo en la “compasión” y el “desapego”; los pueblos indios y autóctonos de todo el mundo han crecido y sobrevivido con su gran integración a la Madre Tierra (”Pacha Mama”) y al Buen Vivir (“Lekil Kuxlejal” en tzeltal); el islam tiene en la frase de Mahoma “no hagas daño y no recibirás daño” uno de los principios universales más importantes de la noviolencia, que unen a todas las tradiciones: no hagas al otro lo que no quieres que te hagan a tí.

Asimismo, si quisiéramos profundizar y agrupar conceptualmente en ciertos ejes algunos de estos principios esenciales más universales y característicos de la filosofía y práctica de la noviolencia, que se han ido acumulando y enriqueciendo desde la acción y reflexión de pueblos y personajes de todo el mundo y tiempo, podríamos decir que: 1) es una fuerza basada en el poder de verdad y del Amor, cuya primera exigencia consiste en respetar y promover la justicia legítima alrededor de nosotros y en todos los territorios posibles, distinguiendo entre el ser humano y sus actos. Para evitar “deshumanizar” al otro, es necesario conocer más acerca del proceso social que construyó en él esa inhumanidad, enfrentarla y detenerla, sin odiarlo ni eliminarlo a él también, aunque él quiera hacer eso con nosotros y nosotras; 2) es también necesario evitar caer en reproducir y aumentar la “espiral del odio, la violencia y la guerra”; 3) los medios deben ser tan justos y humanizantes como los fines, porque los medios ya son un fin en sí mismos (decía Gandhi que: “Los medios son como la semilla y el fin como el árbol. Entre el fin y los medios hay una relación ineludible como entre el árbol y la semilla”); 4) finalmente, en el plano de la cultura, la educación y la acción directa resulta esencial construir cuerpos, grupos y movimientos capaces de practicar la “desobediencia debida a toda orden inhumana” (Juan Carlos Marín), en oposición a la “obediencia a priori a la autoridad y a toda orden de castigo que emita”.

En México es muy extendida y usada actualmente la idea de resistencia civil, incluyendo en este concepto a toda forma de lucha por las propias territorialidades, identidades, culturas, recursos naturales y cuerpos, principalmente en un sentido de “defensa de”, ante un ataque de despojo, expropiación, represión o exterminio. Michael Randle afirma que “La resistencia civil es un método de lucha política colectiva basada en la idea de que los gobiernos dependen en último término de la colaboración, o por lo menos de la obediencia de la mayoría de la población, y de la lealtad de los militares, la policía y los servicios de seguridad civil…Funciona a base de movilizar a la población civil para que retire ese consenso, de procurar socavar las fuentes de poder del oponente, y de hacerse con el apoyo de terceras partes”.

En el “Programa Constructivo de la India”, Gandhi apuntaba al inicio su idea fundamental respecto del poder en las relaciones pueblo-autoridad, para la lucha social:

“Hace mucho tiempo que estamos acostumbrados a pensar que el poder emana únicamente de las asambleas legislativas. Considero esta creencia como un grave error, debido a la inercia o al efecto de una sugestión colectiva. Un estudio superficial de la historia británica nos ha llevado a creer que el poder es confiado al pueblo por las asambleas parlamentarias. La verdad es que el poder viene del pueblo y que para un tiempo determinado confiamos su ejercicio a los representantes del pueblo que hemos escogido. El parlamento no tiene ningún poder, ni existencia siquiera, independientemente del pueblo. Durante estos últimos veinte años me he esforzado en convencer al pueblo de esta verdad tan sencilla. La desobediencia civil es la llave del poder. Imaginemos a un pueblo entero negándose a conformarse con las leyes vigentes y dispuesto a soportar las consecuencias de esta insubordinación”. Y complementaba el mismo Gandhi: “Hasta a los gobiernos más despóticos les es imposible permanecer en el poder sin el acuerdo de sus gobernados. Es verdad que el déspota cuenta muchas veces, gracias a la fuerza, con el consentimiento del pueblo. Pero apenas el pueblo deja de temer a la fuerza del tirano, su poder se derrumba. La democracia no está hecha para los que soportan como borregos. En un régimen democrático, cada individuo guarda celosamente su libertad de opinión y acción”.

A su vez, aunada a esta toma de conciencia individual y colectiva del “propio poder”, otra de las principales armas noviolentas está en la acumulación de “fuerza moral” -derivada también del incremento de “fuerza material”-, en la “firmeza permanente” (a veces significa no moverse de un lugar hasta lograr la demanda) para lograr los objetivos de la lucha. Por ello resulta tan importante lograr que la verdad de una lucha sea muy visible y conocida en la sociedad -a través de los medios, alianzas y las acciones públicas-, para que la autoridad -por la presión social- sea forzada a aplicar la justicia. Resulta también clave tomar conciencia que las acciones de resistencia civil noviolenta que un grupo, movimiento o persona emprenda, tienen que buscar tener una relación de intensidad y proporcionalidad con las acciones de violencia que el adversario desarrolle, si no el efecto de presión sobre él será insuficiente. Y es claro también que las propias acciones deben medirse según las fuerzas y apoyos de que se disponga, para evitar riesgos, provocaciones, represión o derrotas innecesarias.

Dos luchas de resistencia civil en México hoy ¿cuál noviolencia?

Por supuesto, que la lucha noviolenta -o pacífica como la llaman algunos- no es la única forma de resistencia civil, ni necesariamente la más válida o legítima. De ninguna manera queremos absolutizar, hacer proselitismo ni catecismo de esta forma de lucha milenaria. Adherirse o no a ella no es invalidar o negar otras formas de lucha. Pero, nos parece que la mejor forma de respetar y meter el cuerpo en las distintas luchas es tomar conciencia de lo que realmente proponen como estrategia y táctica, y conceptualizarlas lo más claramente posible. También es cierto que, desde siempre, en muchas luchas se han mezclado diferentes enfoques lo que a veces hace compleja su caracterización. Pero, plantearse de llevar adelante una lucha noviolenta sin acumular “fuerza moral” -legitimidad- es impensable.

En este sentido, quisiéramos reflexionar acerca de dos movimientos de resistencia civil que atraviesan actualmente a nuestro país: la toma feminista de la CNDH y el campamento (¿?) del Frena en el zócalo. Ambos son muy opuestos en casi todo, pero tienen un enfrentamiento directo con el gobierno federal, que los une.

En el caso de los grupos feministas -unidas en un inicio también con las madres de desaparecidos- su causa es totalmente legítima y humanizante, tan ejemplar como urgente de resolver ¡ya!. Pero nos parece que existe una gran confusión entre el fin y los medios (tácticas y acciones), lo que deriva en un debilitamiento de su fuerza moral y material también: la legitimidad de las causas de ninguna manera legitima los medios usados!.Una gran mayoría de la población ni se acerca a esta lucha, por muy variados motivos que van desde el miedo, el separatismo hacia los hombres o la estrategia -en parte del llamado “anarquismo insurreccional”- de grupo o célula de acción directa (“Que arda todo lo que tenga que arder”), buscando sembrar el “caos” como objetivo inicial y casi único.

No voy a entrar en la reflexión táctica de las acciones, sino en la de la estrategia, estamos hablando sólo desde el punto de vista de una lucha social, no desde juicios moralistas sobre si está mal o no pintar cuadros, paredes, encapucharse, etc. Porque queremos que las demandas de esa lucha avancen verdadera y rápidamente, y no sólo quedarnos apantallados por “fuegos artificiales”. Por eso no aceptamos la frase que nos han dicho acerca de “¿Quién tiene el derecho a cuestionar nuestras formas?”, ya que todos y todas las que luchamos o somos solidarios con una lucha, tenemos derecho a “pensar en voz alta” la lucha -en sus medios y fines-, pues la reflexión colectiva es un arma central de apoyo a cualquier lucha.

Unas preguntas estratégicas, por ejemplo: ¿por qué convertir la CNDH -institución que claramente hay que reformar de fondo pero no destruir, pues sin duda ha sido un avance en comparación a lo que existía antes- en casa de refugio para mujeres buscando destruir todo, en vez de tomar o exigir al gobierno algún espacio igualmente grande en el mismo centro histórico para ese fin, con presupuesto incluido? ¿Por qué no crear un órgano autónomo ciudadano de familiares de desaparecidos al que la institución esté obligada por ley a darles semanalmente la información del seguimiento directo a los casos y avances en cuestión, y pueda denunciar y vigilar a funcionarios, retirando a los incompetentes o cómplices? Estoy casi seguro que eso y más, se lograría con apoyo masivo por la legitimidad de la causa. Pero ¿es realmente eso lo que se busca?

Tengo cercanía de mucho tiempo con grupos y personas muy valiosas y valientes que están luchando junto a Black Lives Matter en Estados Unidos -en Oregon y California-, y un tema recurrente en sus reflexiones estratégicas es el daño que hacen a la lucha antirracista y antiTrump los grupos muy pequeños de choque que hacen acciones de fuego en las grandes movilizaciones, porque el más feliz y beneficiado está siendo Trump, que ha revivido su campaña con sus consignas de “ley y orden”. No es que esté bien o mal esa forma de lucha, pero en la coyuntura electoral actual norteamericana con Trump, está siendo muy perjudicial y él la está usando para sus falsas y patéticas acusaciones al Partido demócrata de terroristas y anarquistas. Y más allá del infantilismo social que eso nos parezca, es innegable que “opera” a nivel voto en grandes mayorías conservadoras.

Regreso a México. El dizque campamento del Frena en el zócalo es una de las más patéticas y miserables acciones de manipulación social de la peor derecha que uno podría ver, pero en algo “funciona”, en el sentido de ir construyendo -aunque sea sólo mediáticamente- una imagen social “virtual” de pequeñas masas opositoras con aparente legitimidad. Sabemos perfecto el nivel de intereses, impunidad y corrupción que hay detrás en los liderazgos, pero lo único que no se puede hacer es “bajar la guardia” y banalizarlos.

En lo personal, no conozco prácticamente a nadie de los firmantes de la carta de los 650 -que claro tienen derecho a hacerla-, más que a unos pocos personajes públicos de mínima fuerza moral -pero disfrazadas y disfrazados de ovejas puras defensoras de la democracia-, con intereses muy oscuros de décadas, pero cuesta creer que un número -aunque sea muy pequeño- de personas del quehacer científico o intelectual puedan haber firmado una carta tan pueril, infantil (no es un despectivo sino un estadio epistémico del conocimiento) y falsa, digna del más bajo populismo al que se critica. Que alguien mínimamente reflexivo e informado diga que hay “asedio a la libertad de expresión en México”, o aún peor que afirme de la manera más pueril y genérica posible -como niños pequeños pataleando sin saber qué decir- que este gobierno ha “despreciado la lucha de las mujeres y el feminismo, el dolor de las víctimas por la violencia, ha ignorado los reclamos ambientalistas..ha tratado de humillar al poder judicial, ha golpeado a las instituciones culturales, científicas y académicas…”. ¡Increíble la generalización abstracta y parcial, tomando un hecho y haciéndolo total! ¡Cero pruebas y cero objetividad sobre todas las acciones a favor precisamente de esas luchas y demandas, que son infinitamente más de las objeciones legítimas! ¡Qué “falta de proporción” diría Iván Illich!

Y lo más patético está en el nombre: Frente antiAmlo. Qué puede haber más bélico y constructor de violencia social que estar estigmatizando y creando chivos expiatorios individualizados satanizados, esa es la base de la “guerra sucia” y en su versión más inhumana del “exterminio”. Propagar odio “infantilmente” hacia una persona, por la pura emotividad sin nada de reflexión y objetividad fáctica, esa es su consigna; cosechar en el caos social de la guerra y la polarización. ¿Esos aparentes intelectuales, científicos o campamentistas -y por supuesto los grupos detrás- no pensaron en hacer algo antes por un Frente antiCalderón (metió al país en la peor ¡guerra de exterminio! posible con el narco gobernando) o antiPeña (¡saqueó! todo lo Nuestro)? Ni siquiera ha existido un Frente antiChapo…Lo que ha hecho Amlo, entonces, se ve que para esas personas ha sido más terrible, violento y deshumanizante para el país que una guerra de exterminio contra la población encabezada por el narco-gobierno o el saqueo de todos los recursos naturales. Si fuéramos ingenuos, y no conociéramos nada de los procesos e “infantilización social”, les creeríamos y nos preguntaríamos ¿Qué habrá hecho Amlo de tan monstruoso, que sea peor que ser genocida o depredador, y que ocasione que esas personas lo odien más a él que a sus antecesores?

Si uno le preguntara a la gente de a pie que anda por ahí curioseando o dando vida a una tienda vacía en el campamento: ¿por qué eres antiAmlo? ¿Qué ha hecho de tan terrible o qué te ha hecho de tan atroz como para crear y que participes en un frente anti él? Estoy seguro que nadie podría contestar algo racional, más allá del odio de generalidades pueriles y patéticas por lo sesgadas (sólo ven la aguja en el pajar), sin el mínimo análisis objetivo y serio con algo de rigor político, social y económico.

Y lo más paradójico, aunque sea difícil de creer, es que no soy un seguidor de “obediencia ciega” a AMLO, soy crítico del tren maya, del corredor transísmico, del trato a migrantes y de la militarización masiva, pero tampoco me considero tan ciego e “infantilizado, ni alguien sin memoria que olvidó el horror del que venimos por décadas y al que ni por asomo queremos siquiera pensar en volver.

Fuente: https://desinformemonos.org/que-es-la-noviolencia-activa-luchas-en-mexico-hoy/

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