Page 5 of 6
1 3 4 5 6

El reconocernos como forma de aprender.

Desde donde estoy, en mi recorrido vital, logro identificar algunas escenas cotidianas que me permitieron afianzar formas experimentales de aprendizaje. Sin lugar a dudas, todas ellas vienen marcadas de una manera decisiva por la figura de mi madre, pues compartía con ella el diario convivir y la observaba curioseando todo cuanto estaba a su alrededor.

Cuando mi hermano mayor tenía un par de años, ella decidió aventurarse en un curso de repostería. Aprendió en El Vigía, estado Mérida, a comienzos de los 70 la repostería de las grandes y pomposas tortas de pastillaje, y tortas rellenas. Las mujeres de la época aprendían algo que se llamaba «economía doméstica» donde se les mostraba cómo manejar los exquisitos secretos de la administración del hogar o, lo que traduje muchos años después, a cómo mantenerse ocupadas con los oficios del hogar y rendir el dinero que ingresaba. Ella, además de hacer su curso de economía doméstica, cuyas notas me leía con embeleso luego de mis 10 años de edad, hizo este curso de repostería.

Hay una hermosa foto del día de su grado, en la cual mi padre carga en brazos a mi hermano y ella luce un espectaular vestido color salmón acompañado de uno de esos peinados que sólo podían llevarse puestos con el orgullo de un logro alcanzado. De esa foto no sé qué me atrapa más: pensar cómo construyó el peinado, o ver la alegría en sus ojos.

Aunque aprendió a hacer el pastillaje y lo hacía de un modo realmente excepcional, comenzó a experimentar con texturas y técnicas de modo que pudiera construir un trabajo único y, al mismo tiempo, mucho más preciado para sus clientes. Debo decir que durante varios años, sus clientes fuimos nosotros mismos en casa, pues sus habilidades para la repostería no se convirtieron en nuestro sustento familiar hasta un par de años antes que falleciera mi papá, cuando yo tenía 13 años.

Entre la finalización de su curso de repostería tradicional, sus experimentos y el momento en que se convirtió en la fuente de ingreso familiar que garantizó una vida cómoda para ella y sus dos hijos, decidió aprender a pintar. Su aprendizaje en distintas técnicas de pintura, desde cerámica hasta tela pasando por tarjetería y óleo, fue convirtiéndose en pilar de lo que sería una práctica única en repostería que le garantizaría, por parte de sus futuros clientes, incluso, tristeza al momento de consumir sus tortas. La cual me hizo aprender a mi por la observación … y la experimentación.

Mi madre, que aprendió repostería básica y luego a pintar con distintas técnicas, creó un modo en el cual sus tortas eran esos cuadros que, estoy segura, siempre soñó con pintar y exponer ante otras personas. Cada figura o motivo que sus clientes escogían para decorarlas, era cuidadosamente realzados con su mano artística, pinceles y pinturas vegetales, dándole sombras y luces a placer y configurando una manera irrepetible de representar sus deseos.

Nadie le enseñó en un aula de clases a hacerlo así y, aunque creo que no hizo una relfexión consciente sobre su propia búsqueda artística, esta senda que ahora groseramente relato es para mi un recorrido rápido por su proceso de autoreconocimiento de su ser, en un entorno y momento en el cual no estaba permitido para las mujeres pensar más allá de las convenciones.

Lo primero que el ser humano experimenta (y lo que más rápido olvida también) es el ejercicio de su propio re-conocimiento. Creo que en ocasiones la educación formal coopta este propio mecanismo de autoretrato sensorial que ocurre de modo natural desde nuestro nacimiento. Nuestros modos formales de aprendizaje reservan la experimentación y la observación al ejercicio de las mal llamadas ciencias duras.

De bebés nos divertíamos saboreándonos cada parte de nuestro cuerpo, ahora de mayores muchos sólo sabemos criticarnos y reclamarnos por su apariencia. Cuando escribimos, unos comienzan por escribir mamá o papá y otros, otros se fijan en corregir errores ortográficos o tamaño e inclinación de la letra, y los que han logrado ausentarse de los ejercicios memorísticos de la escuela, escriben y nombran lo que les rodea.

Mi madre escapó en tercer grado de la escuela formal de su Machiques natal, para ponerse a trabajar junto con mi abuela. Mi abuela cosía por lo que aprendió viendo a otros, mi madre fue aprendiendo a desarrollar sus habilidades viendo a otros y explorándose a si misma. Nuestra hija mayor tuvo por primera frase “bola de pelo” que describía a su pequeño perro Moro y ella en un afán por demostrar cuánto sabía no articulaba palabras sueltas, ¡si no una frase completa! Aunque comenzó a escribir «BoadPo» y faltaban allí casi todas las consonantes que podían faltar, evocaba la textura de su amado compañero. Nuestro segundo hijo, apasionado con video juegos desde muy pequeño, comenzó a leer antes que escribir, cerca de los 4 años. Lo hizo casi por un proceso autodidacta pidiendo a su padre que consultara y le leyera trucos de sus juegos favoritos. Para él, sus primeros reconocimientos fueron “Mario” y “Luigi” en los resultados de la wikipedia. La pequeña Abril, nuestra tercera hija, creo que la bateó de homerun: su primer reconocimiento es a sí misma: “Abril” fue la primera palabra que aprendió a leer y a escribir de forma simultánea.

En los tres, con sus bemoles, ha coincidido un escape deliberado de los procesos formales de aprendizaje de la lectura y una búsqueda que incentivamos en ellos, como parte del rescate de una deuda que consideramos tuvo la escuela con nosotros como padres: el reconocernos aquí y ahora, es una forma única de ver al mundo, y aprender.

Comparte este contenido:

Innovación en el Altiplano.

Nuevos aires soplan para el aprendizaje de la lectoescritura.

Centro América/Guatemala/Fuente:http://elperiodico.com.gt/

Por: Roberto Moreno Godoy.

Manuela, maestra de primer grado en San Pedro Jocopilas, practica nuevas metodologías para entornos bilingües. Paula, oriunda de Quetzaltenango, muestra con orgullo el plan diferenciado incluido en su portafolio docente, el cual contempla distintas iniciativas según el nivel de avance de sus estudiantes. Aura ha logrado que sus alumnos pierdan el miedo a expresarse.

La Señora Encarnación y sus pequeños han fabricado títeres para ilustrar los cuentos que han leído en clase. Olga, maestra del Caserío Laguna Seca, emplea materiales reciclados para enseñar a leer y escribir. Ha incorporado el juego de la serpiente emplumada y el de los anillos formadores de palabras a su repertorio de actividades. En Joyabaj, Maribel aprovecha la media hora de lectura diaria para reforzar los aprendizajes del currículo nacional base, buscando que sus alumnos no solo lean correctamente, sino que comprendan lo que leen.

Juana Alicia, quien labora en Concepción Chiquirichapa, ha reincorporado las rondas al salón de clases para motivar a sus estudiantes a leer. Los niños de la maestra Marilú también disfrutan aprendiendo con canciones. Para Olga Marina, al igual que para varios de los participantes, esta ha sido su primera experiencia usando la tecnología como un medio de aprendizaje. La Seño Janet busca seguir actualizándose para tener un mejor desempeño.

Elvira, maestra en una escuela multigrado de Totonicapán, aprecia la orientación que ha recibido de su tutor. Los módulos del programa han permitido a Griselda, maestra de Concepción Tutuapa, idear estrategias para que los niños aprendan en su lengua materna. Imelda, maestra de segundo grado en la escuela de la Aldea Sichivilá, está aprendiendo junto a sus alumnos cómo mejorar en lectura. Floridalma, maestra de preprimaria en la aldea Ninchim, invita a otros maestros a que aprovechen las oportunidades de capacitación a su alcance.

Hace poco el Campus de la Universidad del Valle en Sololá se vistió de gala. Ciento treinta maestras y 48 maestros de 12 municipios de Huehuetenango, Quetzaltenango, Quiché, San Marcos y Totonicapán concluyeron exitosamente un diplomado sobre enseñanza de la lectoescritura en ambientes bilingües e interculturales, el cual fue auspiciado por la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos de América, USAID, en el marco del Proyecto Leer y Aprender.

Algunos de sus testimonios aparecen arriba. El objetivo del diplomado es brindar herramientas metodológicas a los docentes para la enseñanza y aprendizaje de la lectoescritura en lengua materna y castellano, respondiendo a las características lingüísticas y socioculturales de la región. Esta primera cohorte inició en el 2015 y una segunda comenzó en marzo recién pasado.

El proceso ha contemplado el uso de una plataforma en línea, que permite que una buena parte del programa de formación sea realizado a distancia. Además, se ha contado con algunas actividades presenciales y con la participación de tutores, quienes acompañan a los maestros en el proceso. También se ha estimulado el intercambio entre docentes, mediante comunidades de aprendizaje y círculos de lectura. Las diversas actividades han promovido la aplicación inmediata de aprendizajes y la autorreflexión sobre la práctica educativa, motivando a los docentes a mejorar.

El éxito de los niños y niñas en su primer contacto con la escuela es fundamental para sus aprendizajes futuros. Este diplomado es un proyecto pionero en su género. Los maestros participantes, los tutores y los expertos del Mineduc, de la UVG y de la USAID están abriendo brecha, emprendiendo formas novedosas de aprendizaje y de formación docente. Por ello, es importante documentar y replicar esfuerzos como este. Asimismo, la experiencia permite beneficiarse de los recursos al alcance de los maestros.

Se debe reconocer que los libros proporcionados por el Mineduc en los últimos años, a través del Programa Leamos Juntos, han hecho posible que las escuelas cuenten con materiales de lectura de gran calidad, lo cual es un recurso invaluable y que debe ser aprovechado.

Fuente: http://elperiodico.com.gt/2016/07/29/opinion/innovacion-en-el-altiplano/

Imagen: https://encrypted-tbn1.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcRAVxeqjlFta6454e4CiToNnybdhmBlVrWsA8-Nf1UuNC8WA8i5

Comparte este contenido:

Más lectura, mejor calidad educativa.

Centro América/Panamá/Fuente:http://www.prensa.com/

Por:Ana Isabel Morales

La lectura es capaz de transportarnos a mundos inimaginables, hacernos vivir fantásticas aventuras y convertirnos en pensadores reflexivos, poetas, novelistas, lectores críticos, etc. Más allá de la capacidad de inferir la intención del autor está la facultad para autoevaluarnos, como lectores intérpretes, y mejorar nuestra comunicación oral y escrita.

A finales de 2015, 100 estudiantes de octavo grado del I.P.T. Jeptha B. Duncan, con frecuentes faltas ortográficas en sus escritos, fueron intervenidos por medio de un proyecto de investigación de lectoescritura realizado por dos docentes de español: Maribel Hernández y mi persona. Buscábamos inculcar el placer por la lectura y fortalecer competencias lectoras y escriturales que posibilitaran la disminución del nivel de errores ortográficos.

Inicialmente, los estudiantes completaron una prueba diagnóstica con diferentes ítems. Los resultados mostraron altos niveles de errores que iban desde un 22% en el uso correcto del punto y las mayúsculas, hasta un 51%, en palabras de uso frecuente con “b-v”, así como las que se escribe con “c-s-z”.

Luego, se llevó a cabo el seminario de lectura y escritura para el que creamos y adaptamos textos expositivos y narrativos, basados en aspectos socioculturales de Panamá, con el objetivo de ampliar sus conocimientos sobre la historia y la cultura panameñas y realizar prácticas ortográficas que lograran disminuir el nivel de los errores ortográficos.

Finalizado el seminario, se realizó una prueba que mostró grados de mejoría en los cuatro aspectos ortográficos incluidos. Los niveles de errores disminuyeron a 1% en el uso correcto del punto, y a 13% en palabras de uso frecuente con “b-v” y “c-s-z”.

Se elaboró un informe que fue presentado a Ministerio de Educación y, un mes más tarde, en el Octavo Congreso de Cátedra, de la Unesco, celebrado en Costa Rica, entre el 29 de febrero y el 4 de marzo de este año.

Sin embargo, esto es tan solo un pequeñísimo grano de arena en el inmenso mar del problema de la baja calidad educativa, por eso, animamos a los docentes de todas las áreas para que apoyen a los alumnos en sus debilidades académicas, mediante estrategias pedagógicas de intervención en el aula.

Consideramos que la baja calidad de la educación en Panamá, declarada en los informes del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (Pisa), de 2009 y (Perce, Serce, Terce) de 2013, podría superarse, si las autoridades educativas se enfocaran en programas nacionales de lectura bien estructurados.

Ninguna transformación, así implique horarios extendidos, podrá elevar la calidad educativa panameña, si no compromete la lectura constante en el aula de clases y programas completos de comprensión de lectura, como herramientas de desarrollo cognitivo, comunicativo, social y sostenible.

Fuente: http://www.prensa.com/opinion/lectura-educativa-Ana-Isabel-Morales_0_4540046102.html

Imagen: https://encrypted-tbn2.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcQkEQqOMElVSjGOnAS0b1AuFiyrIJtbk42wScVKkAT2PlAf0H4p

Comparte este contenido:

España: Un plan de Educación busca que afectados por dislexia tengan enseñanza bilingüe

España/14 julio 2016/ Fuente: Cieza

Los centros escolares de la Región, incluidos algunos de la ciudad de Cieza, acogen a 2.389 alumnos con este tipo de necesidades especiales, de los que el 60% son varones. Analizar actuaciones para favorecer la atención a los alumnos con necesidades educativas especiales y acercarles el bilingüismo. Ese es el objetivo de la reunión que ayer mantuvieron la consejera de Educación y Universidades, María Isabel Sánchez-Mora, y la presidenta de la Asociación de Dislexia y otras dificultades de Aprendizaje de la Región (Adixmur), Ana Martí.

En la actualidad hay 2.389 alumnos escolarizados con estas características en los centros educativos de la Comunidad Autónoma. Su mayor incidencia está en los niños, con un 60%, mientras que en las niñas es de un 40%. Para facilitar el aprendizaje de lenguas extranjeras a este tipo de alumnado existen medidas contempladas en un plan de trabajo individualizado, tal y como recoge la guía de dislexia que fue presentada al inicio del curso 2015-2016.

Entre estas estrategias destacan métodos dispensatorios, como facilitar previamente el temario, trabajos en grupo, ofrecer un tiempo extra y adaptar el material docente. También se busca reforzar la competencia en comunicación lingüística, en lugar de segunda lengua extranjera, o proporcionar la estructura, el tiempo y la práctica necesaria para adquirir los elementos básicos a todos los niveles (lectura, escritura, expresión oral y comprensión).

La consejera reconoció que ¿los programas bilingües pueden ser a veces muy exigentes con el alumnado y tratamos de impulsar actuaciones concretas para facilitar la participación de estudiantes con necesidades educativas especiales¿. Sánchez-Mora apostó por «poner a su disposición los mecanismos necesarios¿, tales como métodos que compensen las desventajas que presenta este tipo de alumnado con dislexia. Algunos de los que ya se emplean consisten en ayudas técnicas, como grabar las lecciones y explicaciones, utilizar audio-libros, usar soportes digitales (libro en formato PDF), utilizar tipografía adaptada y realizar presentaciones orales.

Los planes de trabajo individualizados se han extendido durante el curso escolar a estudiantes de Educación Primaria, de primero y tercero de Educación Secundaria Obligatoria, así como del primer curso de Bachiller. Esta planificación posibilita el ajuste curricular y metodológico para suplir las carencias educativas que cada alumno presenta.

Por otro lado, se ha reforzado la identificación del alumnado que presenta este tipo de necesidad específica de apoyo educativo llevada a cabo por los servicios de orientación educativa. Esto ha posibilitado, según datos de la Consejería, que se hayan identificado más de 300 nuevos alumnos. Asimismo, se realizaron actividades formativas llevadas a cabo por el Centro de Profesores y Recursos, dirigidas al personal docente y relacionadas con la mejora de la respuesta educativa de los estudiantes que presenta este tipo de problemática en el aula.

Fuente noticia: http://www.cieza.es/portal/p_129_final_Contenedor9.jsp?seccion=s_fnot_d4_v1.jsp&contenido=31423&tipo=8&nivel=1400&layout=p_129_final_Contenedor9.jsp#gsc.tab=0

Fuente imagen: http://www.mujeresdemiedad.com/wp-content/uploads/2014/07/dislexia.jpg

Comparte este contenido:

Método Filadelfia: Jugar y Aprender

Por: Elisa Guerra Cruz

Nuestros niños aprenden todo el tiempo. Y uno de los retos que tenemos como educadores, es lograr que ellos utilicen sus recién adquiridas habilidades y conocimientos en situaciones lúdicas concretas. Nunca como un examen, sino como una oportunidad para resolver un problema interesante.

También con el Método Filadelfia, cuando hablamos de lectura temprana, escritura temprana y cultura global, podemos estimular a nuestros niños con actividades que impliquen poner en juego de manera relajada y divertida las capacidades que han desarrollado. Por supuesto, antes de realizar cualquiera de estos juegos, debemos estar seguros que hemos presentado el material (palabras, bits) con suficiente duración, intensidad y frecuencia.

Una oportunidad para resolver un problema es, por definición, opcional. El niño puede decidir si quiere jugar o no, sin temor a represalias. Si no fuera así, se trataría de una “obligación” más que de una “oportunidad”. Eso no es lo que buscamos.

Los juegos nos permiten ponernos a prueba en un entorno seguro y agradable. Los juegos que implican resolver problemas nos dan la oportunidad de sentir la satisfacción del éxito o el acicateo del reto.

Un juego es, para el niño, una actividad en la que se involucra voluntariamente por la única razón del disfrute. Un juego demasiado fácil resulta aburrido, un juego demasiado difícil resulta frustrante. En cualquier caso, el niño abandona el juego porque ya no es divertido.

El reto que tenemos como educadores es el de presentar a los niños oportunidades de juego que sean suficientemente estimulantes sin ser demasiado complejos, que tomen en cuenta sus intereses y que les permitan utilizar sus conocimientos y habilidades. El juego, por supuesto, es aprendizaje, pero antes que ninguna otra cosa, es juego es gozo.

Algunos ejemplos de juegos que sugerimos para fortalecer el aprendizaje sin detrimento del disfrute:

TRES AÑOS:

  • Localización de palabras. Colocar tarjetas de palabras en el suelo y pedirle al niño que nos traiga la que le solicitamos.
  • Entrega de materiales. Etiquetar las pertenencias de los estudiantes solamente con su nombre en tamaño mediano, sin colores ni dibujos que lo identifiquen. Después, pedirle a uno de los alumnos que nos ayude a repartir el material a sus compañeros.
  • Palabras ocultas. Esconder una palabra en el salón. Decir la palabra y pedir a los alumnos que nos ayuden a buscarla. Los alumnos pueden ir leyendo las palabras que encuentren hasta dar con la indicada. También puede realizarse esta actividad con el objeto, por ejemplo, mostrar una pelota y pedir a los alumnos su ayuda para encontrar la tarjeta con la palabra que corresponde.
  • Mímica. Jugar a actuar el personaje, acción o color que se presenta en la tarjeta. Por ejemplo, mostramos la palabra “tigre”, en la categoría de animales, y todos rugimos y damos zarpazos al aire. O mostramos “llorar” en la categoría de verbos / acciones, y todos nos tallamos los ojos. O mostramos la palabra “verde” y todos buscamos tocar algo de ese color en el salón. Al principio, se puede efectuar este juego cuando se presentan las palabras, y eventualmente, al haberlo hecho ya durante algunos días, la maestra omite mencionar en voz alta la palabra mientras la muestra, y espera para ver si los alumnos hacen el ademán correspondiente.
  • Galerías de arte. Hacer juegos de clasificación con las imágenes de cultura (en el caso que la maestra los haya impreso previamente), por ejemplo, comentarle a los alumnos que aquí tienen las obras de dos pintores en desorden y que necesitamos ayuda para organizarlas. Puede decir algo como: “De un lado pondremos las pinturas de Van Gogh, y del otro, las de Picasso.”

CUATRO AÑOS

Retomar las actividades de primer grado, e integrar las siguientes:

  • Jugar a la memoria de palabras / imágenes. En lugar de emparejar dos imágenes iguales, se forman pares de la imagen con la palabra que le corresponde.
  • Jugar a los duendes traviesos. Se pueden etiquetar con tarjetas de palabras elaboradas por la maestra las cosas del salón, por ejemplo: piso, mesa, silla, ventana, escritorio, pizarrón, puerta y dejarlas ahí por varios días, sin perder la oportunidad de leerlas varias veces durante el día. Una mañana, antes de la llegada de los alumnos, la maestra despega y cambia de lugar las palabras, de manera que las etiquetas ahora no corresponden con el objeto. Cuando llegan los alumnos, la maestra les hace notar que las palabras están desordenadas y pide su ayuda para volver a colocar las etiquetas con las palabras en donde corresponden.
  • Localización de palabras. Con sus cinco palabras recortables de la semana, los alumnos pueden intentar localizar la que es igual a la que su maestra enseña en la tarjeta: ella presenta tarjeta con la palabra “amigo”, y los alumnos, observando el modelo, intentan encontrar la misma palabra entre las que tienen en su mesa.
  • Organización de obras de arte. Organizar en grupos las obras de pintores, ahora añadiendo uno más: “Aquí ponemos las pinturas de Van Gogh, acá, las de Picasso, y allá, las de Da Vinci”.
  • Lotería de arte. Se van “cantando” las tarjetas individuales que contienen obras de los pintores conocidos, conforme se presentan las imágenes.
  • Guía de museos. Pedir a un alumno que explique a un compañero que se ha ausentado lo aprendido sobre alguno de los países, pintores o compositores.

CINCO AÑOS

Aquí podemos retomar las actividades de tres y cuatro años, y además:

  • Memoria de palabra/palabra. En lugar de emparejar dos ilustraciones iguales, se forman pares de palabras iguales, sin imágenes.
  • Lotería de palabras. La maestra muestra y dice una palabra y los alumnos la buscan en sus cartones de juego. Puede hacerse combinando palabras con imágenes o solamente con palabras. La maestra puede, en ocasiones, solamente mostrar la palabra, sin leerla en voz alta, o mostrar la imagen que represente la palabra, sin enseñar el modelo escrito de ésta.
  • Pares de palabras y frases. Con palabras ya vistas y retiradas, la maestra elabora cartones de lectura un poco más largos, con un tamaño de letra menor, que incluyan pares de palabras o frases cortas. Lee solamente la primera palabra y pregunta al grupo si alguien quiere terminar de leer lo que dice el cartón. Por ejemplo: pelota grande. La maestra lee “pelota….” y espera a que algún alumno lea, “grande”.
  • Armar pares y frases con pequeñas palabras recortables. La maestra puede presentar un ejemplo escrito y pedir a los alumnos que lo reproduzcan en su mesa. Con el tiempo, puede poner sobre la mesa más palabras que las que son necesarias para el armado de una frase, y también más adelante podrá sólo decir la frase y pedir que la formen.
  • Jugar al supermercado y entregar a cada niño una lista de compras.Conforme “encuentren” las cosas mencionadas en su lista, las irán marcando. Las listas pueden ser iguales o diferentes.
  • Hacer juegos de lotería y de memoria culturales. Donde se busque emparejar mapas de países con sus banderas, trajes típicos, compositores o pintores con los nombres de sus obras.
  • Jugar a ser maestra. Preguntarle a los alumnos si alguno quisiera ser la maestra en alguno de los módulos, y presentar una serie de imágenes conocidas a sus compañeros o a alumnos de otro grupo.
  • Adivinar el pintor de una obra. Mostrar obras de arte de los pintores que estudiamos, pero que no fueron presentadas dentro del material del programa, para ver si los alumnos pudieran reconocer el estilo del pintor. Podría decir algo como: “Aquí tenemos una pintura que se llama El sueño. No la hemos visto antes, pero la pintó un artista que ya conocemos. ¿Alguien puede decir de quién cree que es?

Estas actividades presentan un reto a los alumnos para utilizar la información que ya conocen y las habilidades que han desarrollado, además de una oportunidad para seguir aprendiendo.

La manera preferida por las maestras para evaluar la habilidad de leer es la lectura en voz alta. Sin embargo, ésta debería solicitarse sólo hasta que el niño ha leído por sí mismo y ha comprendido el texto. Y como el resto de las oportunidades para resolver problemas, la lectura en voz alta debe ser opcional, algo que el niño pueda decidir si hace o no. Esto es igualmente aplicable para la lectura de palabras sueltas como para la de frases y textos completos.

Recordemos que el propósito de nuestro programa no es la acumulación de conocimientos sin sentido para los alumnos. Por el contrario, queremos generar experiencias significativas de aprendizaje que desarrollen las competencias deseables durante la etapa preescolar y deseamos acercar a los niños a la cultura mundial, despertar su interés por el conocimiento y nutrir la semilla del investigador, el científico, el artista y el genio, que está dentro de cada niño o niña.

Tomado de:

Método Filadelfia: Jugar y Aprender

Comparte este contenido:

España: Premio a un proyecto educativo europeo

Europa/España/Julio de 2016/Diario Jaen

El aprendizaje de la lectura puede convertirse en todo un reto que la profesora del colegio Gloria Fuertes, María Gracia Moya, ha logrado convertir en toda una experiencia para los pequeños aprendices, sus familias e, incluso, los docentes. A lo largo de este curso que acaba de finalizar, la maestra de Educación Infantil puso en marcha un proyecto en el que ha logrado implicar a las familias con sus menores y, al mismo tiempo, crear lazos con otros pequeños de un centro educativo francés. Una enriquecedora iniciativa con la que el Servicio Nacional de Apoyo eTwinning, del Ministerio de Educación le concedió el Sello de Calidad Nacional eTwinning por su participación en el proyecto “eTwinning: Reading in community”.
“Primero quería motivar a los niños para que conocieran a los menores de otro colegio en Francia. Así, para que fuera más real hicimos videoconferencias, para verse, hacerles preguntas, bailes y les cantaran, lo que les daba un valor añadido. De hecho, llegaron a intentar alguna palabra en francés”, explica Moya.
Con la base del cuento “El Principito”, las maestras —Moya y la francesa con la que cooperó— seleccionaron textos para acercar distintos valores a los menores. “Por ejemplo, el personaje del zorro, una vez nos pidió que quería conocer nuestra ciudad, entonces los niños pasearon con una marioneta de zorro por algunas zonas de Jaén, junto a sus familias y se hicieron fotos. Luego, se lo contamos a los franceses y les enviamos por correo postal un zorro de juguete”, cuenta. Mientras, sus compañeros galos les regalaron unas semillas para plantarlas, con el fin de averiguar si el clima de Andalucía era bueno para su crecimiento. Igualmente, como trabajaron los planetas mandaron a los alumnos del “Gloria Fuertes” un planeta con el Principito y un zorro. Entre las múltiples actividades, intercambiaron cartas en las que contaron la parte de la historia que más les gustó, así como fotografías dedicadas. “Compaginamos las nuevas tecnologías con lo tradicional”, apunta Moya, quien afirma, orgullosa, que el resultado fue muy enriquecedor. “Queremos que esta experiencia la lleven a cabo otros centros, por eso estamos redactando las experiencias y recopilando todos los documentos en una página web”, cuenta la profesora. El enlace es https://twinspace.etwinning.net/11275/pages/page/134801.
El Sello de Calidad Nacional eTwinning supone un reconocimiento al trabajo realizado por alumnos y docentes con el diseño y realización de un proyecto que cumple con los criterios marcados desde Europa como la innovación pedagógica, la integración en el plan de estudios y la comunicación e interacción entre los socios, entre otros.
Foto: INFANTIL. La profesora del “Gloria Fuertes” María Gracia Moya.
Fuente: http://www.diariojaen.es/jaen/premio-a-un-proyecto-educativo-europeo-CE1798370}

Comparte este contenido:

Uso del arte como mejora de la lectoescritura

España/23 junio 2016/ Autora: Elaime Maciques/ Fuente: Autismo Diario

Hace mucho tiempo emprendí el camino del arte, para poder transitar por las fronteras de lo desconocido, el autismo era una palabra rara que comenzaba a oírse por aquel entonces en Cuba, pero que me atrapó, no por su magia, ni porque me hiciera mejor, sino por los desafíos que profesionalmente me imponía.

Comencé utilizando el dibujo, la pintura, la expresión corporal y danza, como un lenguaje que me permitió comunicarme, y a través del cual pude dar herramientas para que se dieran esos procesos de construcción dialógica, procesos de intercambio social naciendo así un método de trabajo al que llamé Performance, el cual con el correr del tiempo se ha ido enriqueciendo y transformando.

Entendí a través de estos cambios, la importancia de los procesos sensoriales en el desarrollo ya que cuando se logra procesar adecuadamente toda la entrada de estímulos sensoriales se desarrolla una buena madurez  neurológica, que facilita que toda la información que se recibe sea procesada adecuadamente y que tenga un significado para el aprendizaje del niño, quien responde al medio de manera adecuada.  Todo nuestro aprendizaje se sustenta en esas entradas sensoriales y aprendemos a conocer e interpretar nuestro mundo a través de lo que escuchamos, vemos, olemos, tocamos, de cómo vamos dándole sentido al movimiento para integrar nociones de espacialidad, temporalidad, esquema corporal, entre otras adquisiciones psicomotrices.

La percepción como un proceso que le permite al organismo recoger, interpretar y comprender la información del mundo exterior, información que se acopla con las asociaciones cognitivas, dirigiéndose y relacionándose con las diferentes cosas que hay en la memoria, es decir, los conceptos que hemos ido adquiriendo en la conformación tangible del mundo.  Este proceso perceptivo va a depender del desarrollo o madurez y los aprendizajes adquiridos, los bebés no tienen conciencia de su cuerpo, lo perciben fragmentado y aprenden a  autopercibirse de manera gradual y aprenden a controlar las diferentes partes del cuerpo para realizar movimientos intencionados, durante su desarrollo perceptivo aprenden a diferenciar los diferentes estímulos procedentes de un sin fin de sonidos, formas, colores, patrones, movimientos, desarrollando así la habilidad de diferenciarlos, es decir, aprenden a usar sus órganos sensoriales y a conectar esas imágenes sensoriales con sus significados”[1]

El mundo real y el mundo que se percibe – imagen mental – son diferentes ya que todo lo que percibimos a través de nuestros sentidos se construye en el cerebro, por lo que la percepción es un proceso de dos vías, por un lado la información recibida por los órganos sensoriales está influida por la información interna, es decir,  – lo almacenado y adaptado a las vivencias anteriores-, por lo que la percepción  implica tomar  información y darle sentido, siendo un mecanismo  activo, selectivo, constructivo e interpretativo, donde influyen nuestras motivaciones, necesidades, actitudes con  un trasfondo socio – cultural.

Procesos más complejos como el acto comunicativo por ejemplo, necesita de una percepción auditiva, que permita procesar los sonidos e identificarlos para poderlos integrar en unidades fonológicas y producir el habla de manera correcta, sin distorsiones.  Para poder escribir, necesito tener una percepción gestalt visual que integre u organice el todo a partir de sus partes, necesito tener el proceso de figura fondo, una buena coordinación visomotora, así como las percepciones espaciales, para integrar las letras en sílabas y éstas en palabras.  Cuando las percepciones no se integran puede suceder que el niño vea el todo como una entidad individual llena de detalles, pero los cuales no puede procesar de manera simultánea.

Bogdasshina en su libro pone un ejemplo claro a través de la pintura de  Stephen Wiltshire, un pintor con autismo  cuya obra refleja obras arquitectónicas de grandes detalles.  Esta autora explica que “puede deberse a una gran memoria fotográfica que le ayuda a retener toda la escena y algo que es interesante es que puede comenzar a pintarlos a partir de cualquier detalle – que en ocasiones son insignificantes –  y acabarlo con mucha facilidad”.

Lowenfeld (1972) dijo “consideramos el dibujo como un proceso que el niño utiliza para transmitir un significado y reconstruir su ambiente, el proceso del dibujo es algo mucho más complejo que el simple intento que una representación visual”[2]. Ese proceso implica que el niño dibuja para expresar sus propias necesidades, para socializar, para aprender a interiorizar el mundo en el cual está inmerso y así ir poniendo los sustentos de aprendizajes cada vez más complejos.

Troyano et al (2009) en su investigación hace un análisis sobre el dibujo y su relación con funciones y diferentes habilidades que intervienen en el dibujo y que actúan de manera conjunta, entre los que destacamos la percepción visoespacial, mecanismos atencionales, conceptos previos adquiridos, funcionamiento ejecutivo, manipulación y control motor, entre otras. Para Cohn N. (2012) cuando las personas están pintando, están almacenando al mismo tiempo muchos modelos mentales en la memoria a largo plazo o de trabajo que luego combinan para crear representaciones gráficas diferentes. Este proceso resulta muy similar al lenguaje, en el que se almacenan diferentes elementos léxicos que se combinan para generar nuevas y múltiples producciones lingüísticas.

Al pedirle al niño que dibuje o pinte de manera libre y espontánea tiene un componente simbólico, pero además necesita acceder a su léxico mental para poder crear su dibujo, por lo tanto, a medida que se va desarrollando el control de la mano y el niño transita las diferentes etapas del dibujo, hay mayor nivel de desarrollo lingüístico, y las habilidades implícitas en el lenguaje.  Pero además el dibujo y el lenguaje se desarrollan bajo un contexto cultural, el cual es individual y propio de cada niño, lo que enriquece ambos procesos.

Ahora bien, una vez puestos en contexto, la razón de ser de este artículo es compartir con ustedes un caso de una niña de 6 años 7 meses que cursa primero de primaria, con un trastorno del aprendizaje escolar.  Cuando se le pide que dibuje tres figuras geométricas y después la figura compleja de Rey, así como escritura de letras y dibujo de la figura humana se pone en evidencia una dificultad a nivel perceptivo y en la integración de las partes en el todo. Conocía las letras del alfabeto, pero no lograba unirlas en sílabas, por lo que no tenía integrado aún el código de lectura y escritura, los números de dos cifras los leía separados, no tiene el concepto de número, cantidad ni domina las operaciones básicas de cálculo.  Las letras de semejanza gráfica y fonética las cambia y su grafía era distorsionada y poco legible.  Sus habilidades creativas e imaginativas son pobres y si le pedías que dibujara algo, decía que quería dibujar sillas y mesas de la escuela, o un zapato o una falda, pero no lo lograba.

Dentro de su programa de intervención incluyo el Performance, y utilicé para desarrollar la percepción visual algunas pinturas de Joan Miró, debido a su trabajo con las líneas y figuras geométricas, enfocándome en su serie azul y constelaciones la cual se inicia con una conformación de signos caracterizada por la presencia de astros, pájaros y mujeres. Los fondos de las obras están pintados con tonos suaves, y la gran mayoría de ellas están llenas de intersecciones lineales de color negro, con pequeños detalles pintados en los colores primarios que utilizaba Miró: rojo, azul, amarillo.  Unido al arte realizamos ejercicios psicomotrices y sensoriales para trabajar las relaciones espaciales para favorecer así la integración de las letras en sílabas de manera oral para después acceder al código de lectoescritura.

Después de 5 meses de trabajo hemos comenzado a ver los primeros destellos de luz, comienza a realizar un análisis fónico de las sílabas y a leer, aunque aún no de manera fluida.  Su caligrafía en relación a las letras que más dificultades le traían por su orientación empieza a ser más legible y las calificaciones en la escuela pasaron de 4 puntos a 6, poniéndose de manifiesto por parte de la maestra que ha mejorado en un 20% en relación a todo el ciclo escolar.  Ha adquirido la habilidad de utilizar una calculadora y trabaja de manera independiente en sus operaciones de suma y resta, aún los números de dos cifras son percepciones fragmentadas, pero estoy satisfecha con lo logrado.

Aún le cuesta trabajo el realizar frases a partir de una palabra, o sencillamente ponerle un nombre a su obra, pero lo más significativo en ella es su motivación hacia lo que hace, su empeño por lograr más avances, pues es consciente de sus dificultades.  Llega buscando los nuevos retos del día y las nuevas pinturas que trabajará, escoge y selecciona lo que quiere y otros días sencillamente pide dibujar el entorno.  Hemos comenzado a integrar la fotografía para buscar mejorar su campo visual y el foco de su atención.

Sé que nos queda un largo camino, pero aprendí que nada es imposible cuando le pones a tu trabajo algo más que el conocimiento, sencillamente las ganas de dar, hacer y sobre todo divertirte.

Fuente:

http://autismodiario.org/2016/04/22/

 

Comparte este contenido:
Page 5 of 6
1 3 4 5 6