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Chile: No a la Educación Pública, sí al Adiestramiento

Por: Arturo Alejandro Muñoz

Asfixiaron la prensa libre como primer paso, y luego le hincaron el diente a la Educación Pública. Los predadores neoliberales usan al MINEDUC como mano de gato

“Es peligroso pensar, amigo”… esa frase jamás la he olvidado. La hice piel cuando tuve en suerte asistir –en agosto de 1970– a la presentación, en el viejo Estadio Chile (hoy, ‘Víctor Jara’) de la Cantata Santa María de Iquique, la obra musical del profesor Luis Advis, en las voces del conjunto Quilapayún, con el recitado a cargo del actor Marcelo Romo (posteriormente lo haría Héctor Duvauchelle), durante el Segundo Festival de la Nueva Canción Chilena, a escasos días de la elección presidencial que llevaría al doctor Salvador Allende a ocupar el sillón de O’Higgins.

Durante los 17 años de dictadura el pensamiento libre fue aherrojado, prohibido y perseguido, Sin embargo, recuperada la democracia los gobiernos de la Concertación (y hoy los de la Nueva Mayoría) se esmeraron en continuar la saga de iniquidades contra el grueso de la población, a la que desde el inicio mismo de las administraciones del duopolio se le privó de informaciones veraces, de prensa libre y de educación de calidad, pública, laica y gratuita.

Para lograrlo, el bloque en el gobierno –siempre con el visto bueno de la derecha dura– dio los primeros pasos en su objetivo de minimizar al pueblo en asuntos políticos logrando que muchas revistas y diarios, que habían luchado fieramente contra la dictadura, desaparecieran de los quioscos del país.

Fue así que medios informativos de enorme valer como las revistas “Análisis”, ‘Cauce’, ‘Rocinante’, ‘Apsi’ y ‘Hoy’, y diarios y periódicos como “El Fortín Mapocho”, “Siete más siete”, ‘Los Tiempos’, ‘Página abierta’, ‘Diario Siete’, “Plan B”, etc., desaparecieron.

La misma Concertación de Partidos por la Democracia (?) impidió el resurgimiento en Chile del popular diario “Clarín” que, hasta el mismo día martes once de septiembre de 1973 era el de mayor venta en Chile.ch educacion gratuita

Ya sin prensa alternativa a la del poder financiero, los ‘renovados’ socialistas –aliados con viejos alfiles de la sedición derechista – se ocuparon de la Educación. En estricto rigor casi únicamente de la educación pública municipal: los establecimientos de enseñanza básica y media –en manos de empresarios privados– quedaron en libertad de estructurar sus propias mallas currriculares, con un mínimo exigido por el Estado docente.

Puede parecer algo cercano a una conspiración para evitar que los hijos de las masas populares “aprendan a pensar, a discernir, a calificar y comparar”, capacidades que pueden ser alcanzadas mediante el conocimiento de materias como la Filosofía y la Historia.

Quizá es sólo una acción propia de la mediocridad de quienes gobiernan ese Estado docente. Lo cierto es que los datos duros certifican que desde hace dos décadas el MINEDUC da palos de ciego en las materias que le corresponden.

¿Cuántas ‘reformas y reformitas’ parió ese ministerio en los últimos 26 años? Los cambios curriculares son ya un asunto anual, y siempre se traducen en avances a medias o en fracasos completos, obligando al MINEDUC a volver con otra propuesta de reforma al año siguiente,

Así se continúa destruyendo la igualdad de oportunidades que garantiza la igualdad de calidad y de contenidos.

¿Es preciso dar un ejemplo? Una de las tantas reformas’ parida por la mente de profesionales de ese ministerio consistió en mezclar dos asignaturas –Ciencias Naturales y Ciencias Sociales– en un todo pomposamente bautizado como “Comprensión del Medio Natural y Social”…

El fracaso fue estrepitoso (como ha ocurrido con casi todas las ‘novedades’ de esa repartición pública), y los docentes se vieron obligados a separar las asignaturas, enseñando en una jornada ciencias naturales, y ciencias sociales en otra.

Años más tarde, a los ‘sabios’ del MINEDUC les cayó la chaucha y decidieron volver a separar las asignaturas, pero millones de alumnos de educación básica ya habían sido dramáticamente perjudicados en sus aprendizajes.

ch patria es educacionPara los ‘expertos’ que ofician de autoridades educacionales en los gobiernos del duopolio es de máxima prioridad evitar, oficialmente, que las masas populares aprendan a pensar, a criticar, a comparar, a dudar (como hacía Descartes).

Aprovechando la muerte de la prensa libre, los gobiernos post-dictadura iniciaron el largo camino del “ensayo y el error” en materias educacionales, pero usando siempre como lauchas de laboratorio al
alumnado de la educación pública.

A comienzos de siglo la Concertación –pauteada por la Alianza por Chile– le hincó el diente al objetivo principal: separar aguas y estructurar un andamiaje que marcara diferencias entre “empleado y patrón”.

Este último era el dueño de la educación verdadera, mientras que el primero –el empleado– sólo recibía una especie de instrucción mínima, –un adiestramiento, como los animales–, que coartaba sus posibilidades de entender el mundo y el orden de las cosas. El buey tira del yugo, y no necesita comprender las leyes de la mecánica de Newton.

Por consiguiente disminuyeron las horas docentes en Historia y Geografía, intentaron eliminar la enseñanza de Música y de Arte en general, rechazaron –durante años– el regreso de la Educación Cívica y, cuando finalmente parecen aceptarlo, pretenden que puede rebajar aún más las horas de la asignatura de Historia.

Insatisfechos, plantean la necesidad de eliminar la asignatura de Filosofía y reemplazarla por un engendro llamado “Ética y Comportamiento Ciudadano.” Rara vez el chilenísimo “como” alcanzó tal potencia: ya no hay filosofía, sino una “como” filosofía. En el seno de una sociedad que no vive en democracia sino en una “como” democracia. Me dan ganas de replicar que no se puede confundir “Madre dame una chaucha para comprar chicha con…”

Los programas ‘oficiales’, cercanos al espanto mismo, le permitirían a la casta política corrupta, venal y clasista, determinar qué es ética y qué es ser ciudadano en el Chile neoliberal. Un chiste cruel, sin duda.

Definitivamente, en estos 26 años el MINEDUC borró la esencia de la Educación en escuelas y liceos públicos, sustituyéndola por una simple Instrucción, un adiestramiento necesario en el mundo del trabajo, como se adiestraba al caballo para entrar en los túneles de la minería, o al burro para girar sin fin frente al pozo de agua.

Tal Instrucción es insuficiente cuando se trata de seres humanos, la ciudadanía que busca vivir en libertad, democracia y humanismo.

Los expertos del MINEDUC soslayan (o desconocen) que el futuro será cada vez más exigente. Las generaciones futuras necesitarán de toda su capacidad intelectual, –no de gestos reflejos, mecánicos–, y esa capacidad encuentra en la Filosofía su potenciador por excelencia.

En vez de lo cual se automatiza a los niños y jóvenes de la educación pública, estructurándolos como seres no pensantes, sin reflexión, ni ideas ni decisiones propias.

Para la autoridad (?) sigue vigente eso de “es peligroso pensar, amigo”. O mejor dicho, es peligroso mi amigo que el pueblo piense, reflexione, discierna.

Miel sobre hojuelas para el mundillo megaempresarial, y para el leprosario en que habitan los políticos del duopolio que intentan, por todos los medios, continuar agarrados con uñas y dientes a la ubre fiscal.

Fuente: http://www.surysur.net/autor/arturo-alejandro-munoz/

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Entrevista con Leonardo Boff “No toleran que haya en el Atlántico Sur una potencia con autonomía, que no siga su dirección hegemónica”

América del Sur/Brasil/03 Septiembre 2016/Autor: Sergio Ferrari/Fuente: Rebelión

P: Brasil vive en los últimos meses profundos cambios institucionales. Un gobierno con sensibilidad social que ha sido revertido por mecanismos parlamentarios. ¿Cuál es su análisis?

Leonardo Boff (LB): La oligarquía brasilera, es decir esos 71 mil multimillonarios que controlan una gran parte de la riqueza nacional, nunca aceptó un obrero metalúrgico llegara a ser presidente. Toleraron a Lula porque no afectó su proceso de acumulación de riqueza y porque los proyectos sociales no interferían en su propia estrategia de acumulación. Pero cuando percibieron que después de 13 años de gobierno de Lula y de su seguidora, Dilma Rousseff, iba a consolidarse una política popular que benefició a 40 millones de personas, no lo aceptaron. Y decidieron interrumpir esa tendencia amenazadora para sus intereses de clase rica. Como no ganaron el gobierno mediante elecciones, optaron por el camino del golpe parlamentario. Atrás del mismo se alinean fuerzas conservadoras, partidos neoliberales, sectores de la justicia, la policía militar, una parte de la Corte Suprema y la prensa más conservadora de Rio de Janeiro y Sao Paulo.

Ofensiva reaccionaria, errores del campo progresista

P: Se aprovecharon de errores de altos funcionarios del Partido de los Trabajadores (PT)…

LB: Usaron como pretexto la participación de altos dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT) en hechos graves de corrupción en la empresa nacional de petróleo PETROBRAS. Y aprovecharon del contexto de la nueva crisis económica, consecuencia de una profunda crisis política. Todo esto creó el marco para destituir a la presidenta Dilma, que es una persona honrada a quien no se le puede imputar ningún crimen. Crearon la figura de “irresponsabilidad fiscal”, a la que los mejores especialistas de derecho y de la economía niegan fundamentos. Desde la destitución provisoria de Dilma asumió el ejecutivo el vicepresidente Michel Temer quien lanzó el programa “Un puente para el futuro” nutrido de un virulento neoliberalismo. El mismo privilegia el mercado y suprime muchos de las conquistas sociales alcanzadas durante el gobierno del PT.

P: ¿Con consecuencias también en el rol de Brasil a nivel internacional?

LB: En efecto. En el terreno internacional las iniciativas del ministro de relaciones exteriores brasilero buscan romper el MERCOSUR y alinearse a las potencias hegemónicas: Estados Unidos y Europa. Es la ofensiva neoliberal que comenzó con los golpes en Honduras (2009) y Paraguay (2012), y se prolongó con Mauricio Macri elegido en Argentina a fines del 2015. No hay que subestimar un importante elemento geopolítico: Brasil pertenece a los BRICS (junto con Rusia, India, China y Sudáfrica). China está penetrando furiosamente en América Latina, incluso en Brasil. Diría que está comenzando una nueva “guerra fría” entre China y los Estados Unidos. La cuestión para los Estados Unidos es cómo controlar a Brasil en tanto séptima economía mundial. No toleran que haya en el Atlántico Sur una potencia con autonomía en sus visiones, que no siga su dirección hegemónica. Por su dimensión geográfica –más de 8 millones de kilómetros cuadrados- y una población de más de 200 millones de habitantes, la importancia de Brasil en el concierto latinoamericano es significativa. Y puede pensarse que los rumbos que tome Brasil podrían indicar el camino de los demás países del continente. Por eso es muy trascendente analizar de muy cerca lo que va a pasar ahora, después de la destitución de Dilma. Decisión tomada por un Senado que cuenta con 81 miembros, de los cuales 49 están investigados por corrupción. Es paradójico: los que deberían ser juzgados son los que han juzgado a una persona honesta e inocente.

P: ¿En este complejo proceso brasilero, cuánto se debe a la ofensiva de la oligarquía y cuánto a fallas políticas cometidas por los gobiernos del PT?

LB: Se dieron varios errores del Partido de los Trabajadores. Para garantizar la gobernabilidad estableció alianzas con partidos conservadores y claramente corruptos. Fue descuidando la articulación orgánica con los movimientos sociales, exactamente la fuerza principal que llevó a Lula a la presidencia en 2002. No se dio continuidad a la formación política de las bases partidarias. No han realizado una concientización activa de los beneficiados por los proyectos sociales para que no fueran solo consumidores sino, y fundamentalmente, ciudadanos críticos. Cuadros importantes del PT han participado en varios niveles de corrupción. Todo esto ha desmoralizado, desgastado, la autoridad política del PT. Los sectores conservadores, aliados a los grandes grupos mediáticos, han explotado esta situación y crearon la identificación del PT con la corrupción, cuando había tantos o más corruptos en los otros partidos, todos denunciados en el proceso de PETROBRAS. Lamentablemente el PT nunca hizo una autocrítica pública de sus errores. El pueblo, con toda seguridad, iba a comprender la situación. Y hubiera continuado a darle su apoyo porque representa las conquistas políticas de los pobres y de los que durante siglos fueron marginados.

 

Recrear la solidaridad internacional con los movimientos sociales

P: ¿Ante esta nueva ofensiva los movimientos sociales brasileros corren mayores riesgos?

LB: El Congreso elitista y conservador busca afectar a esos movimientos. Ha aprobado una ley que los criminaliza como si fueran terroristas. Ya la aplicaron a algunos miembros del Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra (MST), el más crítico al sistema neoliberal y a la espantosa acumulación de tierras y riquezas que se da en Brasil. El MST constituye la oposición más sistemática y fuerte al rumbo neoliberal y antipopular del gobierno Temer.

P: ¿Cuál es el rol de la cooperación y de la solidaridad internacional en la actual coyuntura brasilera?

LB: Es muy importante implementar una articulación de los movimientos sociales brasileros con otros movimientos y ONG que en la escena internacional tienen una visión crítica hacia el actual modelo y apuestan a otro mundo posible y necesario. Conocemos el aporte significativo, por ejemplo, que E-CHANGER (INTERCAMBIAR)  y otras organizaciones suizas, europeas y de otras nacionalidades, han asegurado desde años en distintas regiones de Brasil. Pienso que es un momento esencial para promover una especie de diplomacia popular con intercambio de personas y de experiencias entre Suiza (Europa) y Brasil (Latinoamérica). Puede expresar una fuerza de resistencia. Y compartir la búsqueda de nuevos caminos alternativos a los actuales rumbos antisociales y privatizadores de los gobiernos neoliberales que vuelven a imponerse en nuestro continente.

P: No faltan en Europa  las voces que dicen que dado que Brasil es una potencia de primer nivel mundial la cooperación internacional debe retirarse.

LB: ¡Nada más falso! Insisto en lo que hemos dicho antes sobre la concentración brutal de la riqueza y de la existencia en Brasil de amplios sectores mayoritarios excluidos. Y mucho más si vemos la actual etapa que atraviesa mi país. Quiero insistir, por ejemplo, que E-CHANGER ha demostrado un fuerte sentido de solidaridad. Y sus cooperantes han demostrado siempre una gran capacidad de adaptación y encarnación en el mundo de los pobres. Se insertan sin problemas en los medios sociales más pobres y aportan mucho, con sus conocimientos y experiencias propias, a la búsqueda de soluciones a los problemas de los sectores más marginados. Siempre me ha impresionado el respeto profundo de esos cooper-actores suizos, en las comunidades más alejadas, a la escucha de la gente y evitando todo protagonismo. Son aliados importantes. Le aseguran a la gente con quienes trabajan la percepción que no está sola, sino que son actores reconocidos y respetados en el extranjero. Esa gente marginada siente que sus anhelos a mejoras son compartidos por muchos hermanos en el mundo. Sienten que sus vidas y experiencias llegan a otros pueblos y promueven oídos receptivos y más cooperación solidaria.

Conciencia ecológica creciente

P: ¿La coyuntura latinoamericana, con sus propias prioridades de política interna, así como la de Europa, con agendas propias -inmigración, terrorismo-, dejan en segundo plano otros temas trascendentes como el cambio climático?

LB: Constato una conciencia creciente de que la Tierra está enferma y que no podemos continuar en el rumbo actual porque puede llevarnos a un camino sin retorno. La gente siente en su propia piel los cambios climáticos. Los campesinos se dan cuenta que las aguas decrecen, que los agro tóxicos desbordan sus suelos, que el régimen de lluvias cambia radicalmente impactando negativamente en las cosechas. Esta conciencia extendida, sin embargo, no es compartida por los gobiernos, que son rehenes del sistema capitalista que necesita explotar al extremo los bienes y servicios de la naturaleza para permitir la acumulación de pocos. Más y más va quedando en evidencia que un planeta finito y limitado en sus “bondades” –al decir de los pueblos andinos- ya no soporta un proyecto infinito e ilimitado de enriquecimiento. La Tierra necesita un año y medio para reponer lo que extraemos en un año. Ya no es sostenible, y se manifiesta en el calentamiento global. Por primera vez en la COP21 de París, del año pasado, se llegó al consenso de hacer esfuerzos para limitar el calentamiento a 1,5 grados Celsius. Pero esa decisión consensual no es vinculante, de aplicación obligatoria. Y las naciones más grandes no asumen sus obligaciones…

P: Para terminar… ¿Cuál es el valor del paradigma del Hombre Nuevo, tan cercano a la reflexión y práctica política en los años setenta y que parece ahora diluirse conceptualmente?

LB: Estoy convencido, más que nunca, que debemos reinventar una forma nueva de habitar la Casa Común, tal como lo menciona el Papa Francisco en su Encíclica Laudato si. Esto exige reinventar una nueva forma de ser humano y de realizar la misión del hombre y de la mujer en tanto guardianes y cuidadores de la herencia sagrada que recibimos del universo o de Dios. “O cambiamos o vamos al encuentro de la oscuridad”, decía el gran historiador Eric Hobsbawm en su libro “La era de los extremos”. En otra parte de su libro dice: “O cambiamos o morimos”. Estoy convencido que al paradigma del poder como dominación – que es el eje del mundo moderno desde los últimos siglos- hay que oponerle el cuidado esencial y la responsabilidad colectiva por el futuro común de la Tierra y de la humanidad. Esto es lo que nos motivó a elaborar la Carta de la Tierra. Y que motiva al Papa a compartir su clara conciencia sobre “cómo cuidar la casa común”.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216211&titular=%93no-toleran-que-haya-en-el-atl%E1ntico-sur-una-potencia-con-autonom%EDa-que-no-siga-

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“El videoclip dominante consigue el consenso cultural e ideológico por medio de la seducción audiovisual centrada en dos pilares: la música y el sexo”

 

Entrevista a Jon E. Illescas sobre La dictadura del videoclip. Industria musical y sueños prefabricados (I)

Jon E Illescas Martínez es doctor cum laude en Sociología y Comunicación por la UA y Licenciado en Bellas Artes con Premio Extraordinario Fin de Carrera y Premio Universitario 5 Estrellas por la UMH. Artista plástico e inventor del sociorreproducionismo bajo el seudónimo de Jon Juanma, es autor de más se sesenta publicaciones sobre cultura, geopolítica, arte, comunicación y economía, varias de ellas traducidas al italiano y al portugués. En 2012 publicó su primer libro Nepal, la revolución desconocida. Colabora con frecuencia en las páginas de rebelión y de El Viejo Topo.

-Te felicito por tu libro, por tu enorme libro (y por el inmerecido y generoso agradecimiento que has escrito). ¡Más de 600 páginas, algunas de ellas bastante densas además! ¿A quiénes va destinado? ¿En quiénes han pensado mientras lo escribías?

-En realidad son 450 páginas, el resto son notas, bibliografía y anexos. Cuando lo escribía pensé sobre todo en la comunidad educativa y en general en todos aquellos interesados en conocer las razones por las cuales el pop actual es como es, lo que incluye a personas críticas de todas las edades. También va dirigido a los estudiantes y profesores de Sociología, Comunicación, Economía, Periodismo, Bellas Artes, etc. Por otra parte, creo que los marxistas tienen la oportunidad de comprobar que se puede hacer un análisis riguroso de la industria cultural y su influencia ideológica desde esta perspectiva que supere las fronteras del ensayo filosófico para adentrarse en la exposición y la rigurosidad científica. Algo de lo que carecían los autores de la Escuela de Frankfurt, una de las tradiciones más cercanas al marxismo que se han ocupado de la cultura industrialmente manufacturada.

-Más de 1.350 notas y 40 páginas de bibliografía. ¿Cuánto tiempo te ha llevado la investigación y la escritura de tu ensayo? ¿Desde cuándo tu interés por el tema de los videoclips?

-La investigación siete años y la escritura del libro, que no es un ensayo sino una mezcla heterodoxa de divulgación científica con partes ensayísticas y otras de teoría, casi un año. Mi interés por los videoclips proviene de cuando los conocí cuando era niño pero, sobre todo, desde la adolescencia, que es la edad donde más nos fascinan por nuestra eclosión sexual.

-Para los no puestos en el tema, ¿qué es un videoclip? ¿Por qué hablas de dictadura? ¿Qué dictadura es ésa?

-Un videoclip es un cortometraje basado en el desarrollo de una composición musical previa que fundamenta el despliegue de un conjunto de imágenes, las cuales, unidades a la música, dan lugar a un nuevo discurso estético.

Hablo de dictadura porque su producción no está regida por la voluntad democrática de las mayorías que la consumen. Es la dictadura cultural de la gran industria musical controlada por una oligarquía mediática con conexiones con la oligarquía política y económica trasnacional. Piensa que de los 500 videoclips más vistos de YouTube, más del 92% son distribuidos por tan solo tres grandes discográficas: Universal, Sony y Warner Music. Y parte del resto son vídeos que reproducen los contenidos de los controlados por las grandes empresas que son las que marcan los tipos predominantes. Las mayorías no tienen voz ni voto a la hora de decidir cómo será este flujo audiovisual que bañará sus mentes.

-Un videoclip hegemónico, uso tu terminología, ¿qué características tiene?

-Es aquel videoclip comercial producido y difundido por las industrias culturales hegemónicas con la intención de conquistar un público mayoritario dentro de una o varias franjas de edad en un territorio determinado, usualmente, de amplitud trasnacional. Un videoclip hegemónico tiene la particularidad de que además de ser una mercancía que busca obtener beneficios económicos es un reproductor de hegemonía, siguiendo la acepción gramsciana.

-Hablas en el subtítulo de la industria musical. ¿Es importante esta industria? ¿Mueve mucho dinero? La mayoría de la gente se descarga música de la red, sobre todo la gente joven, ¿no han perdido mucho mercado y con ello muchos beneficios? ¿No venden muchos menos discos?

-Venden menos discos pero se quedan más dinero de conciertos, merchandising, patrocinios, etc. Además, son empresas mucho más rentables que antes gracias a la tecnología de medición del consumo, en especial online. Hace una década, sólo 1 de cada 10 inversiones era un éxito, hoy lo son 1 de cada 5. Por otra parte, los videoclips les reportan más dinero en publicidad que nunca gracias a portales de streaming como YouTube, pues el público es mucho más numeroso que el que tenían los videoclips en la MTV (en la mayoría de lugares, una cadena de pago). En definitiva: la industria musical mueve el mismo o más dinero que antes, sólo que sus tentáculos se diversifican en distintos sectores de la industria, como haría cualquier buen inversor en cualquier sector.

-Esos sueños prefabricados a los que haces referencia en el subtítulo, ¿de quiénes son? ¿Cómo se generan? ¿No ha ocurrido siempre así?

-Son de la oligarquía mediática que controla las industrias culturales hegemónicas, entre ellas, las tres grandes discográficas y las empresas difusoras como YouTube o Vevo que controlan el negocio del videoclip dominante. También lo son de los intelectuales orgánicos que esta oligarquía burguesa contrata.

Históricamente, los sueños se han cocinado desde las alturas desde que, con la conservación del excedente y la profundización en la división del trabajo (con su separación radical entre trabajo manual y trabajo intelectual), vivimos en sociedades de clase. Sin embargo, esa continuidad adquiere diversas manifestaciones según el modo de producción dominante y dentro de él, en cada etapa de su desarrollo evolutivo. En el capitalismo global en el que vivimos, no es lo mismo que en el feudalismo, por ejemplo, pero tampoco que en el capitalismo de los años setenta del siglo pasado. Nunca antes en la historia tan pocas personas de la clase dominante han podido decidir y manipular los sueños de las mayorías globales como en nuestros días. Del mismo modo que se concentra y centraliza el capital lo hace el poder de decisión política y cultural.

-La tesis, una de las tesis del libro, con tus propias palabras: “Los videoclips dominantes son un instrumento mediante el cual la oligarquía capitalista mundial consigue el consenso político de la juventud asalariada internacional”. Tres preguntas sobre lo anterior: a) ese instrumento al que aludes, ¿está diseñado y planificado o ha surgido espontáneamente, por evolución musical y tecnológica? b) ¿cómo un videoclip consigue consenso? ¿Por su factura? ¿Consenso con qué, con el capitalismo, con el militarismo, con el sexismo,…? c) ¿No hay jóvenes asalariados que están a años-luz de todo ese mundo?, ¿no hay demasiados disidentes críticos en ese consenso?

-¿Tres preguntas en una?

-Es un truco…, un mal truco por lo que veo.

-Vayamos por partes. Sobre la primera, surge de dos formas: de modo consciente e inconsciente. La mayoría de las veces se genera sin que nadie sea consciente ni lo manipule porque el funcionamiento de la base económica lo “pare” de un modo natural. Digamos que la arquitectura capitalista, estructuralmente, “conspira” para que los videoclips mainstream o dominantes sean como son. Es su funcionamiento en “modo automático”. No olvidemos que, en nuestras insuficientemente democráticas sociedades, la empresa privada es una dictadura en sí misma, de estricto funcionamiento jerárquico y piramidal, por tanto es lógico que la producción cultural controlada por ella sólo pueda tener un origen dictatorial. Así no hace falta que nadie “conspire” desde las alturas.

Sin embargo, esto último también sucede en situaciones en las que la clase dominante lo requiere. Como cuando se desea introducir contenidos que “naturalmente” no surgirían del funcionamiento del “negocio” o cuando se desea censurar otros a contracorriente que sí surgen en situaciones excepcionales, como es el caso de la crisis actual. Es decir, si se quiere incrustar propaganda del Pentágono en un vídeo de Katy Perry se necesitará que alguien del Ministerio de Defensa de los EUA toque la puerta y haga la oferta. Así se pondrá a trabajar codo con codo con el resto de profesionales de la industria de un modo excepcional. Del mismo modo, pero en sentido inverso, si a alguna estrella del pop, de repente, le diera por realizar un videoclip con contenidos contrahegemónicos, llegaría alguien de la cima de la compañía y se encargaría que ese vídeo no arribara a las mayorías mediante su censura pura y dura o mediante la estrategia de la infrapromoción consciente.

-Vamos con la siguiente

-El videoclip dominante consigue el consenso cultural e ideológico por medio de la seducción audiovisual centrada en dos pilares: la música y el sexo. Y esos dos medios llevan al joven a naturalizar el orden capitalista como algo bueno. De este modo a los jóvenes este sistema no sólo les parece deseable sino el único posible. El militarismo, el sexismo, etc., son extras que pueden ser funcionales (o no) para determinados segmentos de la juventud, pero el núcleo incuestionable del mensaje es celebrar la riqueza capitalista como súmmum de la felicidad humana y esconder todo lo negativo que este sistema genera: desigualdad, paro creciente, guerras, cambio climático, consumismo, alienación social sin parangón, precarización de los proyectos vitales, mercantilización de todo lo que nos rodea y por ende el afianzamiento del imperio del dinero con su fetichismo adosado, la incesante cosificación de las personas, etc.

-Te falta la última

-¿Demasiados disidentes? ¿Has visto los resultados electorales de diciembre? ¿Ha ganado un partido comunista que se disponga a superar el capitalismo o quizás al menos una coalición socialista dispuesta a nacionalizar la banca y me lo he perdido? Claro que hay jóvenes críticos pero son una minoría en continua reducción. La juventud sufre cifras de paro que duplican la de los adultos y su participación y contestación político-social es mínima en relación a la gravedad de la crisis y la falta de oportunidades que sufren. Pero ojo, no sólo aquí en España, sino en cualquier parte del mundo, desde Latinoamérica a Asia. Porque cada vez más vivimos en una sociedad global moldeada por un mercado mundial de donde nos proveemos de la mayoría de los productos y servicios que no solo nutren nuestro estómago sino también nuestra forma de pensar. Ya lo apuntaron en 1848 Marx y Engels en el Manifiesto. Imagínate ahora con la velocidad y la baratura de los transportes o nuestra dependencia a Internet. Las mercancías culturales son los alimentos con los que la mayoría forjamos nuestros valores e ideologías, lo queramos o no.

-Dedicas el libro a todos los “músicos que aun ganándose la vida en este mundo imperfecto, saben que tanto la música como la melodía de la dignidad humana, no tienen precio”. Tal vez no la dignidad, pero ¿no tiene precio la música? A mí me gusta mucho Van Morrison y no he conseguido verle nunca, los precios de las entradas me lo impiden. En otro orden de cosas, jamás he podido ver una ópera mozartiana, verdiana o rossiniana en condiciones. Escucho pero no puedo ver desde mis localidades “tiradas de precio” de quinto piso del Liceo barcelonés. La platea me está prohibida.

-Claro, en el capitalismo la música, como todo producto o servicio mercantilizable, tiene un precio que paga el consumidor final. Alguien debe retribuir a los trabajadores musicales y no musicales que permiten su existencia y fruición. Si algún día consiguieras ver una ópera de Rossini en una buena localidad sería porque te ha tocado la lotería o porque hay un gobierno subvencionando la función, es decir, que no la pagarías directamente porque ya lo haría el Estado. Al final, de un modo u otro, alguien tendrá que retribuir a los trabajadores en cualquier sistema. En el socialismo la fruición musical tampoco será “gratis” (desde un punto de vista social, no me refiero a si tendremos o no que pagar la entrada con dinero) sino que la sufragaremos partiendo del excedente social generado entre todos. Lo positivo será que por la planificación de la economía se podrá decidir democráticamente que servicios merecen la pena que sean subvencionados total o parcialmente, por debajo de su costo de producción, y cuáles no. Espero y anhelo que tus admirados clásicos lo sean. Dependerá de nosotros.

-Abres el libro con una cita (muy dialéctica, en el mejor sentido de la expresión, de Marx, del padre de la gran Tussy: “La producción no solamente produce un objeto para el sujeto, sino también un sujeto para el objeto. La producción produce, pues, el consumo”. Te pregunto sobre ella.

-De acuerdo, a tu disposición.

Fuente: El Viejo Topo, junio de 2016.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216101&titular=%93el-videoclip-dominante-consigue-el-consenso-cultural-e-ideol%F3gico-por-medio-de-la-seducci%F3n-audiovisual-

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La tragedia brasileña

Por: Atilio Boron

No está demás recordar que al capitalismo jamás le interesó la democracia: uno de sus principales teóricos, Friedrich von Hayek, decía que aquella era una simple “conveniencia”, admisible en la medida en que no interfiriese con el “libre mercado”, que es la no-negociable necesidad del sistema.

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Una banda de “malandros”, como canta el incisivo y premonitorio poema de Chico Buarque -“malandro oficial, malandro candidato a malandro federal, malandro con contrato, con corbata y capital”- acaba de consumar, desde su madriguera en el Palacio Legislativo de Brasil, un golpe de estado (mal llamado “blando”) en contra de la legítima y legal presidenta de Brasil Dilma Rousseff. Y decimos “mal llamado blando” porque como enseña la experiencia de este tipo de crímenes en países como Paraguay y Honduras, lo que invariablemente viene luego de esos derrocamientos es una salvaje represión para erradicar de la faz de la tierra cualquier tentativa de reconstrucción democrática. El tridente de la reacción: jueces, parlamentarios y medios de comunicación, todos corruptos hasta la médula, puso en marcha un proceso pseudo legal y claramente ilegítimo mediante el cual la democracia en Brasil, con sus deficiencias como cualquier otra, fue reemplazada por una descarada plutocracia animada por el sólo propósito de revertir el proceso iniciado en el 2002 con la elección de Luiz Inacio “Lula” da Silva a la presidencia. La voz de orden es retornar a la normalidad brasileña y poner a cada cual en su sitio: el “povao” admitiendo sin chistar su opresión y exclusión, y los ricos disfrutando de sus riquezas y privilegios sin temores a un desborde “populista” desde el Planalto. Por supuesto que esta conspiración contó con el apoyo y la bendición de Washington, que desde hacía años venía espiando, con aviesos propósitos, la correspondencia electrónica de Dilma y de distintos funcionarios del estado, además de Petrobras. No sólo eso: este triste episodio brasileño es un capítulo más de la contraofensiva estadounidense para acabar con los procesos progresistas y de izquierda que caracterizaron a varios países de la región desde finales del siglo pasado. Al inesperado triunfo de la derecha en la Argentina se le agrega ahora el manotazo propinado a la democracia en Brasil y la supresión de cualquier alternativa política en el Perú, donde el electorado tuvo que optar entre dos variantes de la derecha radical.

No está demás recordar que al capitalismo jamás le interesó la democracia: uno de sus principales teóricos, Friedrich von Hayek, decía que aquella era una simple “conveniencia”, admisible en la medida en que no interfiriese con el “libre mercado”, que es la no-negociable necesidad del sistema. Por eso era (y es) ingenuo esperar una “oposición leal” de los capitalistas y sus voceros políticos o intelectuales a un gobierno aún tan moderado como el de Dilma. De la tragedia brasileña se desprenden muchas lecciones, que deberán ser aprendidas y grabadas a fuego en nuestros países. Menciono apenas unas pocas. Primero, cualquier concesion a la derecha por parte de gobiernos de izquierda o progresistas sólo sirve para precipitar su ruina. Y el PT desde el mismo gobierno de Lula no cesó de incurrir en este error favoreciendo hasta lo indecible al capital financiero, a ciertos sectores industriales, al agronegocios y a los medios de comunicación más reaccionarios. Segundo, no olvidar que el proceso político no sólo transcurre por los canales institucionales del estado sino también por “la calle”, el turbulento mundo plebeyo. Y el PT, desde sus primeros años de gobierno, desmovilizó a sus militantes y simpatizantes y los redujo a la simple e inerme condición de base electoral. Cuando la derecha se lanzó a tomar el poder por asalto y Dilma se asomó al balcón del Palacio de Planalto esperando encontrar una multitud en su apoyo apenas si vió un pequeño puñado de descorazonados militantes, incapaces de resistir la violenta ofensiva “institucional” de la derecha. Tercero, las fuerzas progresistas y de izquierda no pueden caer otra vez en el error de apostar todas sus cartas exclusivamente en el juego democrático. No olvidar que para la derecha la democracia es sólo una opción táctica, fácilmente descartable. Por eso las fuerzas del cambio y la transformación social, ni hablar los sectores radicalmente reformistas o revolucionarios, tienen siempre que tener a mano “un plan B”, para enfrentar a las maniobras de la burguesía y el imperialismo que manejan a su antojo la institucionalidad y las normas del estado capitalista. Y esto supone la organización, movilización y educación política del vasto y heterogéneo conglomerado popular, cosa que el PT no hizo.

Conclusión: cuando se hable de la crisis de la democracia, una obviedad a esta altura de los acontecimientos, hay que señalar a los causantes de esta crisis. A la izquierda siempre se la acusó, con argumentos amañados, de no creer en la democracia. La evidencia histórica demuestra, en cambio, que quien ha cometido una serie de fríos asesinatos a la democracia, en todo el mundo, ha sido la derecha, que siempre se opondrá con todas la armas que estén a su alcance a cualquier proyecto encaminado a crear una buena sociedad y que no se arredrará si para lograrlo tiene que destruir un régimen democrático. Para los que tengan dudas allí están, en fechas recientes, los casos de Honduras, Paraguay, Brasil y, en Europa, Grecia. ¿Quién mató a la democracia en esos países? ¿Quiénes quieren matarla en Venezuela, Bolivia y Ecuador? ¿Quién la mató en Chile en 1973, en Indonesia en 1965, en el Congo Belga en 1961, en Irán en 1953 y en Guatemala en 1954?

Fuente: http://kaosenlared.net/la-tragedia-brasilena/

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Una libertad nada libre

Por: Marcelo Colussi

I

Durante los años de la Guerra Fría se hablaba del “mundo libre”, opuesto al ¿mundo de las tinieblas? que quedaba más allá de la “oprobiosa e infame” Cortina de Hierro. El Muro de Berlín fue, quizá, su ícono por excelencia.

La propaganda de Occidente (eufemismo por decir “mundo capitalista”) pregonaba insistentemente que más allá de esa frontera ideológica (¡y militar!) que dividía el mundo, reinaba la más completa falta de libertad y desasosiego, mientras que, por aquí, teníamos el reino de la bonhomía y la prosperidad. Pero más que nada: ¡de la libertad! ¿Alguien se lo habrá creído? Seguramente sí. En eso consiste, justamente, la ideología. El manejo de las mentes no es algo nuevo; el ejercicio del poder va siempre de la mano de ello. “Pan y circo” decían los romanos hace dos mil años; la historia no ha cambiado mucho.

Hoy por hoy asistimos a una compleja y muy bien estructurada tecnología del manejo de las mentalidades colectivas; del circo, dicho en otros términos. De hecho, se habla de una guerra de cuarta generación, término acuñado por el estratega militar estadounidense William Lind en 1989 para referirse a este tipo de lucha donde no hay un enfrentamiento directo entre dos cuerpos combatientes regulares, sino que se trata de dominar al oponente por medio de todo tipo de ardid, entrando allí el manejo de lo mediático, de la psicología colectiva, de la verdad. En otras palabras, se retoma aquella máxima de los nazis de “Una mentira repetida mil veces termina haciéndose una verdad”. En la guerra la primera víctima es la verdad, se ha dicho. No caben dudas que la guerra social sigue, aunque nos habían dicho que las luchas de clases ya habían terminado (aunque nunca nos dijeron exactamente cuándo y de qué modo).

En ese marco de mentiras bien urdidas, se nos dijo hasta el cansancio que nosotros éramos el “mundo libre”. Ahora el mundo ya no está dividido en estos dos grandes bloques. El socialismo murió (o, al menos, eso es lo que se nos dice). ¿Viviremos todos, entonces, en el reino de la libertad? Bueno, quedan islas de oprobio aún, según se nos sigue diciendo. Cuba y Corea del Norte, por ejemplo. Pero nosotros nos podemos dar por contentos porque estamos del lado de la libertad.

II

Un niño de nueve años me preguntó los otros días qué es la libertad. ¡Pregunta por demás difícil de responder! ¿Cómo explicarlo convincentemente? Se me vino a la imaginación esto del mundo dividido en los “libres” y los “no libres”. ¿Esclavos habría que decir, con mayor precisión? Siguiendo esa lógica, si somos libres, obviamente no somos esclavos.

Pero ahí empezaron los problemas: vivimos en países libres, pero ¿libres de qué? De poder elegir, pensé rápidamente. ¿Elegir qué? Si es a las autoridades de gobierno, eso es tan relativo que no me atreví de manifestárselo a mi infantil interlocutor. Uno elige a quienes lo van a gobernar por un cierto tiempo, entendiendo que ellos son nuestros representantes.

¿Lo son? ¿Me representan? Lo reflexioné seriamente, y no me atreví a mentirle a mi inquisidor. Nuestras autoridades gubernamentales no nos representan en lo más mínimo, por supuesto. ¿Cuántas veces por mes, o por semestre, o por año -bueno…, digámoslo claramente: ¿cuántas veces en la vida?- un funcionario electo por voto popular nos consulta algo para luego, supuestamente representándonos, transformarlo en una acción de gobierno? Creo que nunca. Es por ello que no pude decirle a mi joven demandante que allí había libertad. Podemos elegir libremente a un mentiroso que manejará las palancas de la estructura estatal, y terminado su período no habré cambiado en mucho. ¿Eso es libertad: ir a votar? No me pareció correcto decir eso.

Quise enfocar la respuesta, entonces, por el lado económico. Soy libre, claro, de “hacer dinero” si lo deseo. Onassis lo hizo en su momento, o Bill Gates, según nos cuenta la historia. Pero… ¿es cierto eso? La gran mayoría, inmensamente grande mayoría, no sale de pobre, aunque trabaje y se esfuerce toda la vida. Por lo que se ve, no somos tan libres. ¿Dónde está la libertad entonces?

¡En lo que consumimos! Ahí pude encontrar ese nivel de libertad con el que tanto se nos bombardea. “Estamos condenados a ser libres”, había dicho Jean-Paul Sartre. Por tanto, parece ser que con esto de comprar lo que me plazca podemos encontrar la verdadera libertad. Aunque pensándolo bien… ¿es cierto eso? ¿Por qué consumimos lo que consumimos?

Si lo profundizamos, no parece muy libre todo esto. Consumimos ¿enfermizamente? una cantidad creciente de productos solo porque nos lo imponen. ¿Para qué tomamos bebidas gaseosas? ¿O por qué cambiamos los modelos de aparatos de la industria moderna cada cierto tiempo? (refrigeradoras, teléfonos móviles, hornos a microondas, automóviles, computadoras, y una larga, casi interminable lista de productos). Me pregunto seriamente: ¿alguien decide con libertad el modelo de teléfono que hay que usar, por ejemplo? Pareciera que no. Las modas, la presión de la publicidad, la corriente que nos arrastra, nos fuerza en casi todas (¿en todas?) las decisiones de compra de algún bien o servicio.

Pero algo más profundo aún: ¿de dónde salió eso que compramos lo que queremos, con total libertad? En todo caso, en los opulentos países del Norte (que albergan apenas el 10% de la población planetaria), existe un alto poder de compra. En los del Sur (¡el grueso de la Humanidad!), a duras penas se sobrevive. Como alguien expresó alguna vez: “en el Norte se discute sobre la calidad de vida; en el Sur…, sobre su posibilidad”. Por más que los escaparates estén llenos de mercaderías y tenga toda la libertad del mundo para comprar lo que quiera, el bolsillo me dice que eso no es así. La libertad, una vez más, queda en entredicho.

¿Entonces: qué es la libertad? Se me hacía difícil encontrar la respuesta adecuada para mi joven interrogador. ¡Pero la encontré!

III

 

¡La libertad de locomoción! Podemos irnos libremente de un lugar a otro. Esa es la libertad que tenemos. Y reflexioné que en los países aquellos de la ignominia, de la noche eterna donde no había libertad, los que estaban detrás de la “bochornosa Cortina de Hierro”, su población tenía que escapar si quería la libertad. Aquí, en nuestros países libres, podemos irnos de un lado para otro cuando queramos. ¡Eso es la libertad!

Aunque…, bien pensado: eso no es exactamente así. En los países pobres de lo que antes se llamaba Tercer Mundo (pero que ahora, aunque no se les llame así, siguen siendo pobres), la gente no puede viajar con tanta facilidad precisamente. Comprar un boleto aéreo es cosa seria, muy seria. Averigüé un poco, y en nuestros pobres países del Sur (que son la amplísima mayoría del mundo) muy buena parte de sus habitantes nunca subió a un avión. En todo caso, si viajan, en general lo hacen como migrantes irregulares a los países más prósperos. Y así vemos corrientes monumentales de pobres que se van arriesgando su vida, cruzando mares o desiertos en condiciones de alto peligro, para buscar el “sueño” de algún país tentador. ¿Eso es la libertad?

La verdad, no me atreví a decirle a mi interlocutor que eso es la libertad, porque me pareció muy frágil la respuesta. Se decía que de Cuba escapaba la gente por la “dictadura comunista” que los encerraba. Me informé, y encontré que en la actualidad 30 personas por día abandonan la isla, con una población de 11 millones y medio de habitantes. Lo comparé con Guatemala, que no está muy lejos; allí, con una población de 15 millones de personas, no menos de 200 salen diariamente con rumbo a Estados Unidos. En el país centroamericano hay libertad, pero se va más gente (en realidad: huye de la pobreza crónica) que de Cuba.

Me empecé a encontrar sumamente contrariado por no poder darle una respuesta convincente y bien fundamentada a quien me había interrogado. Pero ¿es que no somos libres de nada entonces? ¡Y finalmente creí haberlo encontrado!: ¡el suicidio!

Yo, y solamente yo, puedo decidir lo que hago con mi vida. Suicidarse es el más alto indicador de libertad. Había encontrado la respuesta, y estaba ya casi listo para dársela a quien me había preguntado…, pero siempre hay un aguafiestas.

Por un lado, me dijo un sacerdote amigo que no es de buen católico suicidarse, que dios no desea eso, y que quien lo hace -contrariando la voluntad divina, que es la única instancia que puede disponer de nuestras vidas- no va al cielo sino que arderá eternamente en el infierno.

¡Y no solo eso! Otra amiga, psicoanalista ella, me dijo que no es cierto que esa es una decisión voluntaria. “La sombra del objeto ha caído sobre el Yo”, me explicó para fundamentar el suicidio. Fórmula, por cierto, que no entendí bien, pero que se me aclaró cuando me dijo que, según Freud, el iniciador del psicoanálisis, “nadie es dueño en su propia casa”. Es decir: que nuestras aparentes decisiones voluntarias no son tales. Y me puso como ejemplo para graficarlo el nombre propio: algo que nos hace ser lo que somos, que nos acompaña toda la vida, lo más propio que tenemos, no lo elegimos nosotros. ¡Patético! ¿no? Nuestros actos, nuestras conductas, nuestras decisiones más personales, aparentemente libres, no son tales; continuamente hay una vida psicológica que, aunque digamos racional, no depende de nuestra voluntad: ¡es inconsciente! Y me explicó que eso lo vemos en los sueños, en los actos fallidos, en el chiste, pero fundamentalmente en los síntomas, las inhibiciones y las angustias que nos acompañan. No soy libre de decidir mi vida…, ni mi muerte.

Llegado a ese punto, ya no supe qué decirle a mi amiguito. Pero como no podía dejarlo en ascuas, le contesté con algo que, quizá, le resultó incomprensible, pero él es libre de tomarlo o no: la libertad es una estatua francesa obsequiada al gobierno estadounidense que se encuentra a la entrada de Nueva York.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216097&titular=una-libertad-nada-libre-

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Recortes al presupuesto 2017 en México

América del Norte/México/31 Agosto 2016/Fuente: Prensa Latina

En el presupuesto del 2017 en México se prevé un recorte a los gastos de 300 mil millones de pesos (17 mil millones de dólares) confirmó hoy la secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP) de la Cámara de Diputados.
Jorge Estefan, máximo dirigente de la SHCP comentó que el paquete económico se enviará al Presidente Enrique Peña Nieto para su consenso.

Entre los sectores que afectará la medida están las secretarías de Salud, Educación Pública y Agricultura.

Se espera que el resto de los programas mantengan las cifras del actual año, con excepción de la Secretaría de Turismo donde se proyecta un incremento sustancial.

Este reajuste, uno de los mayores en los últimos años, se hará sin deteriorar el crecimiento económico, manteniendo el compromiso de no elevar la deuda pública ni los impuestos, estimó.

El legislador puntualizó que la contracción de gasto será en todo aquello que no genera valor agregado al país; el consumo tiene que ser menor que los ingresos.

Para Estefan cualquier decisión mal tomada puede poner en riesgo la estabilidad macroeconómica, el tipo de cambio se puede disparar.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=23094&SEO=recortes-al-presupuesto-2017-en-mexico
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Entrevista a Osvaldo Bayer: «El gobierno de Macri es como volver a la Edad Media»

América del Sur/Argentina/20 Agosto 2016/Autora: Silvina Friera/Fuente: La Haine

Acaban de reeditar parte de su obra a través de la Biblioteca Bayer. Emblema de las luchas libertarias, subraya frente a la coyuntura política actual: “Vamos a salir muchas veces a la calle”.

 

“El Tugurio” –así se llama la casa de Osvaldo Bayer sobre la calle Arcos, casi esquina Monroe– es un hogar de puertas abiertas, como corresponde a los ideales de un entrañable anarquista que recibe a escritores, periodistas, estudiantes, amigos y artistas. Hay que atravesar un exiguo pasillo para llegar a un patio cubierto, donde se despliega un festín óptico de potus que cubren de punta a punta una de las paredes. Su mesa de trabajo y lectura es un gran caos de pilas de diarios que no se derrumban por milagros libertarios, hileras de libros entre los que se destacan los cuentos completos de Haroldo Conti y papeles manuscritos. A los 89 años, el escritor, historiador y periodista continúa viajando y dando conferencias por todo el país. Nunca rechaza una invitación. “La salud me responde –dice mientras toma su primer vaso de Campari con hielo–. Hay que vivir profundamente la vida, el amor, los hijos, el estudio, las lecturas… hay que actuar siempre, no encerrarse, mostrar la cara en la sociedad”. Osvaldo sonríe y enumera con orgullo que tiene 4 hijos, 10 nietos, 6 bisnietos y 11 libros publicados; cuatro se acaban de reeditar por la editorial Planeta en la colección Biblioteca Bayer: Rebeldía y esperanza, En camino al paraíso, Ventana a Plaza de Mayo y Fútbol argentino. Hace casi un año, en septiembre del año pasado, murió Marlies Joos, su inseparable compañera durante 67 años. El espíritu combativo de Bayer se prepara para viejas-nuevas batallas. Si antes denunció la explotación y muerte de peones rurales en la Patagonia y acompañó a las Madres de Plaza de Mayo, ahora sabe que hay que poner el cuerpo en las calles para protestar contra el avasallamiento neoliberal de los derechos humanos y sociales. “El gobierno de (Mauricio) Macri es como volver a la Edad Media”, afirma el escritor en la entrevista con Página/12.

Cuando llega esta cronista a la casa de la calle Arcos, Bayer está todavía reunido con Víctor Heredia. Antes que se vaya el músico, anuncia que para sus 90 años –los cumple el 18 de febrero de 2017– va a tirar “la casa por la ventana”. Se viene una fiesta, a todo trapo, en “El Tugurio”, nombre que le puso el escritor Osvaldo Soriano, quien solía juntarse con León Rozitchner y el propio Bayer en el mismo patio con potus. “Para mis 88 años paramos el tráfico –recuerda con satisfacción–. Vino una delegación de gente que se quedó en la puerta cantando. Y se fueron reuniendo y al final cortamos el tránsito. Fue muy lindo. Ojalá que llegue a los 90, espero que sí porque estoy sano todavía. Pero la vida tiene sus encuentros, ¿no? De pronto uno chac –golpea las dos manos como si atrapara un mosquito– y sonó… estoy muy sano y me tomo mis buenos camparis. Estuve preso, me quemaron mis libros, me persiguieron, pero aquí estamos. No me arrepiento de nada, repetiría mi vida tal cual la viví. Me acuerdo que en Ezeiza el militar que me dejó salir al exilio, me dijo: ‘usted nunca más va a pisar el suelo de la patria’. Y sin embargo volví a pisar el suelo de la patria. Y cómo, con toda actividad. Hay que tener fe en el futuro. Voy a vivir hasta los 100 años, me quedan 11 años de vida para escribir mis memorias y recibir todos los días a la gente que viene a visitarme. No me quejo, pienso en todos aquellos escritores que fueron desaparecidos y no pudieron ver el renacimiento de la democracia, como Rodolfo Walsh, mi gran amigo”.

De repente, la mirada de Osvaldo se eclipsa, como si volviera el dolor por una vieja herida que nunca cicatrizó. “La dictadura fue el momento más duro de mi vida, tuve que abandonar el país después de tantos años de trabajo, tuve que abandonar todas mis posiciones, mis lugares de enseñanza, y empezar de nuevo en Alemania. Fue muy duro. Me llevé a toda mi familia porque tenía miedo de que secuestraran a alguno de mis cuatro hijos. La dictadura fue el período más triste de mi vida”, repite el escritor. “La Patagonia rebelde es mi obra fundamental, tardé casi diez años en escribir esos cuatro tomos y quedó para siempre en la historia de Santa Cruz. Por primera vez se escribió sobre esos hechos y se ha tomado como libro de lectura en las escuelas. Me gustó mucho escribir Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia, la historia de un bandido absolutamente simpático que repartía el dinero entre los pobres. Nunca se pudo filmar porque no lo permitió ningún gobierno”, aclara el escritor.

–¿Qué opina de lo que dijo el presidente Mauricio Macri, que no sabe si fueron 30.000 los desaparecidos?

–No saber que hubo 30.000 desaparecidos, que es uno de los hechos fundamentales de la política de derechos humanos del país, es de una ignorancia que no se puede perdonar, no se puede disculpar. No saber eso es como no saber qué pasó el 9 de julio de 1816 porque es fundamental para la historia. Los 30.000 desaparecidos va ser siempre la vergüenza más grande de la historia argentina.

–¿Qué explicación encuentra a esa supuesta ignorancia de Macri?

–Macri desprecia la lucha por los derechos humanos. Él nunca intervino en la lucha contra la dictadura. Al contrario, ellos hicieron buenos negocios con la dictadura, así que tiene el mejor recuerdo. En ningún momento se les tocó nada, ni él hizo absolutamente nada por los derechos humanos; es un hombre nulo políticamente. Y sin embargo fue electo… cosas de los argentinos. Lo de Macri presidente es inexplicable, es algo bien argentino, es algo que nos vamos a reprochar toda la vida. Por supuesto yo no lo elegí. Son sorpresas argentinas; tenemos que volver a nuestros orígenes.

–¿A qué orígenes se refiere?

–Al 25 de mayo, qué movimiento, el pueblo en la calle, el pueblo exigiendo libertad, el pueblo eligiendo ser protagonista, ¡qué hermoso! Y no Macri, que nunca estuvo en ninguna reunión popular ni luchó por nada que fuera en beneficio para el pueblo.

–Macri definió a Hebe de Bonafini como una mujer “desquiciada”… ¿Qué le diría al presidente?

–Y bueno… eso lo dice todo de él, ¿no? Si Hebe es desquiciada, entonces lo que será Macri… mejor ni calificarlo porque merecería varios insultos para definirlo bien.

–A medida que la crisis económica y social se agudice, ¿cree que el pueblo se va a movilizar?

–Espero que sí. Cuando empiecen a tomar más medidas regresivas, espero que el pueblo salga a las calles. Hay que exigir más democracia desde las calles.

–¿Cómo analiza este gobierno a más de ocho meses de la asunción de Macri?

–Este gobierno es un gran paso atrás, yo no lo esperaba. El triunfo de Macri fue la gran decepción de mi vida, fue como haber luchado toda la vida para que subiera nada menos que Macri, representante de la ultra derecha. El gobierno de Macri es como volver a la Edad Media. Y no me equivoco cuando digo esto; es un gobierno conservador, para la élite nada más. No puede pensar más allá de los intereses de su clase. No puede. Ni se siente obligado de gobernar para todos. Él gobierna para su clase social, lo demás no le interesa. No sé en qué vamos a terminar con esta presidencia. Creo que va a durar muy poco porque no sabe gobernar para un pueblo que tiene muchísima experiencia política. Macri es un hombre de Barrio Norte y no lo sacamos de ahí. No ha tomado medidas populares para hacer una verdadera democracia, para repartir los bienes, para vivir en forma comunitaria.

–¿Qué piensa hacer Osvaldo Bayer como luchador y anarquista?

–Hay que seguir luchando por más democracia, denunciando los errores y los pasos atrás que el gobierno va a dar con respecto a la verdadera democracia. Voy a luchar para no perder ninguna de las ventajas democráticas que hemos obtenido durante tantos años de lucha. Tengo 89 años y nunca pensé que volvería a ver un gobierno de derecha. No hemos aprendido absolutamente nada, hemos tenido gobiernos de derecha hasta el hartazgo. Ahora volvimos a la década del 30 con un candidato de la llamada aristocracia de Recoleta, como teníamos antes del 45.

La voz de Osvaldo se levanta contra el olvido y la impunidad. En la contratapa de uno de los libros reeditados, En camino al paraíso, el propio historiador “que tira la piedra y nunca esconde la mano” explica su ideario. “Me he propuesto no tener piedad con los despiadados. Mi falta de piedad con los asesinos, con los verdugos que actúan desde el poder, se reduce a descubrirlos, dejarlos desnudos ante la historia y la sociedad y reivindicar de alguna manera a los de abajo, a los que en todas las épocas salieron a la calle a dar sus gritos de protesta y fueron masacrados, tratados como delincuentes, torturados, robados, tirados en alguna fosa común”. Bayer está escribiendo sus memorias en esta misma casa a la que llegó en 1935, cuando tenía 8 años. Antes vivió en Bernal, en Tucumán, en Concepción del Uruguay y Santa Fe, la ciudad donde nació en 1927. Aún no tienen título sus memorias, de las que lleva escritas unas 120 páginas, pero cree que podría ser algo así como: “En un país difícil”….

–¿Por qué Argentina es un país difícil?

–No sé… porque no ha luchado nunca por cimentar su democracia; es un país al que le gustaron las dictaduras. Los gobiernos militares fueron aplaudidos por la población y nunca tuvieron una gran resistencia. Recién la juventud empezó a hacer resistencia en los años 60 y 70, cuando salió a las calles.

–¿Cree que se vienen años oscuros?

–Sí, vamos a tener que luchar mucho, vamos a salir muchas veces a la calle. Ahí estaré, en Plaza de Mayo. Durante el período de asambleas después de 2001, yo pertenecía a la asamblea de Belgrano. ¡Qué positivo fue eso! Qué bien se hablaba, hablaba todo el barrio, que nunca había hablado. Esa es la forma: se va más despacio, pero se va con más libertades, con más alegría y con más fundamentos democráticos; es decir todo para todos. ¡Pero qué increíble que la gente eligió a Macri… qué increíble!

–¿Cuál es el ideal de un gobierno anarquista? ¿Cómo lo imagina?

–El gobierno por asamblea, todo el pueblo tiene que intervenir. Pude comprobar lo positivo que eran las asambleas en la asamblea de Belgrano. Con cuánta sabiduría se habló; hasta las viejitas que nunca habían hablado en toda su vida hablaban. Era un espectáculo hermoso escuchar a los vecinos que nunca en su vida habían hablado y decían lo que pensaban. Qué lindo período fue esa democracia de barrio.

–¿Es posible recuperar ese tipo de experiencias democráticas?

–Este es un momento difícil y complicado, la gente votó nada menos que a Macri, un ultraconservador, un hombre que actuó con las dictaduras. Increíble… vamos a ver qué pasa, antes de abandonar el poder por la reacción popular. Si Macri sigue gobernando nada más que para barrio Norte, no va a durar mucho.

Fuente: http://www.lahaine.org/mm_ss_mundo.php/osvaldo-bayer-el-gobierno-de
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