Detrás del vidrio: diario de la pandemia

Detrás del vidrio: diario de la pandemia
Por Silvia Duschatzky, investigadora del Programa Políticas, Lenguajes y Subjetividades en Educación de la FLACSO Argentina


Hay vidas que necesitan existir para expandirse, otras sólo “respiran” al ritmo del flujo del capital. No pueden mutar, solo modularse en su propia materia. Para estas “vidas” la muerte no existe. Crecen en el sí mismo de la maquinaria mercantil, travestida, pero igual.

Reclusión obligada, conectividad obligada 24/7. El agobio es distinto pero agobio al fin. Impregnado de novedad radical, de no saber mañana, no sabe después, no saber cuándo termina, no saber cómo seguir…

El “acontecimiento” nos lanza a nuevos automatismos. En eso somos torpes, como el bebé que camina a tientas en su inaugural aventura bípeda. Alcohol en gel, lavandina diluida, zapatos abandonados a la entrada de la casa, lavado hoja por hoja, billete por billete, alimento por alimento. Esta hiperexigencia sigue secuestrando nuestro tiempo vital y paradójicamente nos aferramos a prótesis finitas. ¿Es la vida que quiere perseverar en su ser?.

El ser de lo vital bucea en huecos de aire.

Avizorar otras formas de vida, necesita ahuyentar la cercanía de la amenaza, ahora mortal más que mortífera.

No hablemos del capitalismo en su misma lengua, la de la abstracción… las urgencias piden pragmáticas que frenen la suya, siempre atenta a la especulación canalla. No me envíen sesudas reflexiones… no me ofrezcan soluciones… no hablemos igual que antes. La fragilidad humana se impone en su pequeñez y en su grandeza. El alma llora y ríe cuando lo que se aproxima huele a abrazo y a poema. “No quiero tener la terrible limitación de quien vive sólo de lo que puede tener sentido. Yo no: lo que quiero es una verdad inventada”, Clarice Lispector.

“La luna brilla en un charco de rabia”… canturrean niñxs que confinados adentro imaginan su afuera.

Del laberinto se sale por arriba: “… llueven pedacitos de muerte por todos lados. Desde lo alto de mi piedra un gato negro clavó su mirada rubia sobre el pozo… en donde alguna vez vivieron mis grises y dilatados ojos. Con filosofía y altivez parece inspeccionar cada recoveco de mi alma, atrapada allí abajo, donde nada vive sin morir primero. El hueco en mi boca espera aquel grito sordo que espante a la bestia. Como el rayo aguarda el trueno con paciencia de hormiga… Acurruco coraje… tan sólo un parpadeo para despegarme de los huesos que me aprisionan bajo tierra y volver al agua, allá Arriba… tan sólo un parpadeo para volver a ser pez”, Leopoldo Marechal.

Y en la desesperación que huye del desconcierto se levantan maquinarias que no admiten que “continuar” es no escuchar el intervalo que nos “propone” el cimbronazo. Tareas escolares a distancia, conectividad a full. Profesores en soledad, enfrascados en sus disciplinas, no pueden más que intentar aventajar inútilmente el tiempo involuntariamente interrumpido.

Encontrar juntos la pregunta, la tarea, la ficción, el juego… podría ser una manera de salir “del laberinto por arriba”. No es posible continuar… no es aconsejable intentarlo. Más bien navegar las aguas turbias hasta que algo renazca. Grupos de maestrxs suspendiendo cronogramas, arrimando alguna invitación. Ahí encontraremos los mejores aliados, los pibes.

28 de marzo

Coletazos de realismo. El virus no sólo carga con su fuerza genética infectable. El virus desparrama otras infecciones, tan mortales como su inoculación. La reclusión “protege” también de las proximidades. Del acceso a los recursos básicos de subsistencia. De la circulación urbana. De otros cuerpos. El común necesita “contagios”. No sea cosa que la inmunización anule al eros. El repliegue abre su reverso… y entonces, sumamos una firma para frenar los femicidios y entonces, le gritamos al chabón que cuarentena en la calle que ahí va una bolsa con víveres y un guiño de compañía. Y entonces, buscamos maneras de seguir vivos, en la soledad y en la compañía mediada…

31 de marzo

Sospecho que no es lo mismo el virus que la experiencia virus. El virus nos mata pero no sólo si nos atrapa, nos mata cuando nos recuerda que allí, agazapada asoma la muerte. El virus derriba velos. No, el virus no, nosotrxs ofreciendo(le) la tierra del deseo. Cada vez que salgo a comprar una rutina antecede al momento de abrir la puerta. Guantes, ropa que luego me sacaré apenas vuelva, alcohol en gel en la mochila… no es inocuo este instante, ni los similares que le siguen adentro, montos de enorme energía se van sin recarga…

Atisbos de experiencia “virus”. Llego a la verdulería, unxs y otrxs guardamos la distancia prudencial, giro la cabeza intentando encontrar alguna mirada cómplice. Las calles casi desérticas. Miro el cielo mientras voy andando, instantes fugaces de “alegría” o algo así. Nacer es nacer al mundo. Es contra natura el encierro. Y a su vez nacemos otra vez cuando la pequeñez de los pasos, la mirada al horizonte, el deseo que esas dos cuadras sean eternas, el aire rozándonos, los rostros desconocidos que abrazamos con la mirada nos vuelven a la vida.

Me despiertan los pájaros. Algo vive aún… la escucha de un canto.

Me despiertan los pájaros, existo fuera de mí.

3 de abril

Olvidar el virus y hacer la experiencia virus. La experiencia de atender urgencias sustrayéndonos del miedo urgente. Un grupo de profesores se junta con la distancia que no obstruye cercanías y a la velocidad de la emergencia confeccionan protectores de acetato para los médicos y enfermeros de un hospital. La escuela se aleja del “valor de cambio” y se arroja al valor de uso. Desoye la continuidad pedagógica y se lanza a la continuidad vital y fraterna.

Escuchar las urgencias no es un andar desesperado. Ecos de pensamiento dejarán huellas en la invención de otras formas de escuela. De la mutación viral a la mutación de existencias. Escuela molecular se impone al modelo de escuela, a la molarización cansada y empequeñecida.

4 de abril

Hoy es sábado. Lo dice el calendario. No hay más señales. Sólo las sutilezas del ánimo me cuentan de alguna diferencia entre ayer y hoy, entre hace un rato y ahora.

Cuando iba a la escuela, tomábamos distancia. Un brazo alzado hacia adelante marcaba la separación que los ojos vigilantes chequeaban.

Camino hacia la farmacia, el cielo de un celeste inusual, el sol abarcando las calles. Algunos pocos caminan ensimismados, enfundados de barbijos y guantes. Me ubico en la cola, a distancia del de adelante. No es necesario medir los pasos que nos distancian a unos de otrxs. El virus ya hizo lo suyo. La única señal es advertir al “semejante” en una peligrosa proximidad.

Mi cuerpo está cansado… el señor de adelante me cuenta cómo preservar al barbijo para que dure. Me distraigo viendo los bares alrededor. Las sillas en su interior apiladas. Gente tomando un café, leyendo, charlando… banalidades de “antaño”. Piden reiniciarse.

“Mi agenda” dice: a las 18 skype con una amiga. Skype, zoom, whatsapp, teléfono, Facebook. Variedades igualadas en la ausencia de piel.

Hace días que intento pintar… aún no pude. Hay tiempo.

Una amiga me cuenta que casi se incendia su edificio. Sus moradoras son mujeres mayores, no tanto y más jóvenes. Un ruido sordo, monocorde se infiltraba en su casa. Luego el humo, su olor, su pesadez. El parate aguza los sentidos. Se juntan algunas. Los peligros sorprenden donde no imaginamos. Algunos necesitan tribu para conjurarse.

Caminaban a tientas por el sótano hasta dar con las llaves de luz. La humareda nublaba la atmósfera. Las viejitas se protegían en los balcones. “Tranquilas, ya pasa”, gritaba alguna desde el sótano. Cercanías olvidaron el metro 20 de distancia. En ocasiones ampara la vecindad de los cuerpos. Mujeres que olvidan “la inmunización “ cuando la vida acecha con lo incalculable.

5 de abril

Desde que arrancó la pandemia es la primera vez que intento leer un libro, de papel. Los diarios de Emilio Renzi de Ricardo Piglia. Abro en la página 113, ahí había quedado hace meses. Veo un subrayado…“la novela se va a llamar Respiración artificial. Encuentro un poema de Eliot…el epígrafe de la novela. Tuvimos la experiencia pero no su sentido”…

Tenemos la experiencia pero no su sentido… Sobrevivir al sentido es la experiencia.

11 de abril

Ayer salí a comprar. De barbijo a barbijo se oían murmullos emocionados haciendo umbral frente a una dietética. “¡¡¡Yo a Alberto lo banco!!! Se me eriza la piel cuando pienso que nos cuida”… Una mezcla de sensaciones me asalta. Mi mirada se anclaba en la escena de la charla: distancia + barbijos + voces conmovidas bancando al señor que traza la cancha. Yo, siempre iconoclasta, al costado de cualquier centro, derribando padres… Hoy, mis lentes y barbijo ocultaban un nimio guiño de complicidad. Hoy.

Una mujer levanta sus manos enfundadas en guantes naranjas, esos que se usan para la limpieza. “Gracias pachamama”… Giraba sobre sí misma, pedía aplausos. No me pregunte nada, ni el motivo de su agradecimiento, ni el porqué de su sonrisa. Guantes naranjas que portaban manos hacia arriba interrumpían el gris de las “protecciones”… risas y cuerpo danzando alcanzaban.

Mi nieta de cuatro canta… “entro en un túnel, no sabemos hoy, ni sé quien soy”. Veo a los niñxs crecer a través de la pantalla, escucho sus voces en audio. Inventemos abrazos de verdad… “cuando termine la cuarentena, y te asusten los monstruos, vení a casa que te voy a abrazar” dice Pedro. Simulacros de abrazo en la lejanía, convenidos simulacros.

Un amor me dice… “no hay más que hoy, no falta nada, escucha eso que se le escapa a la ansiedad de un después”. Me propongo repetirlo como un mantra… no funciona. Sí, su voz.

Conversación en zoom con un grupo de maestrxs… plano cuadriculado expone rostros y nombres en formato foto carnet. Iconos de micrófonos cruzados o despejados indican el silencio o la toma de la palabra. Conversamos sobre escuelas que se desdibujan sin territorio, profesorxs que distraídos de sus planes se encuentran enredados en charlas inesperadas. Lapsos de olvido mediático. Desvíos de aislamiento.

Otto baila, sonríe, busca con su mirada el rostro de su papá, de su mamá. Sigue con su rutina o casi. Los  jueves íbamos a la plaza. ¿Hace cuánto ya no es jueves?

14 de abril

15 hs. Me quedé sin efectivo. Y sin huevos y sin aceite. Me obsesiona el budín de banana que imagino cocinar. Y no es posible sin huevos ni aceite. Salgo con la idea de volver en media hora. Estoy en una interminable cola, pregunto la hora. No tengo celular. Cinco y veinte me contesta el de atrás mío. Aún resta un rato para mi turno. Dos personas delante. Cada compra que me antecede me resulta interminable. Respiro, vacilo entre irme o quedarme. Ya perdí una reunión acordada por whatssap y mi sesión de análisis. Me quedo. Nada justifica continuar postergando el budín de banana.

Regreso a paso firme tratando de desafiar el cansancio que me invade. Luego del trámite agobiante que se repite cada vez al volver, subo las escaleras. Me tiro al sillón en el que suelo leer y ahí, esperándome nuevamente Piglia. Leo un párrafo del Diario en el que Renzi relata una caminata post resaca. Descalzo recorre la calle Ayacucho cubierto de un gabán que esconde su pijama. Una ansiedad se fija en mi estómago. ¿Cómo es que vagabundea tan liviano frente al peligro del virus?. Todos los tiempos son este tiempo.

15 de abril

Me despierto abombada. Dormí mal, de a intervalos. Soñé que abrazaba a mi hija. No recuerdo más. ¿Me pregunto de qué sirve el análisis hoy? Se me angostan las palabras.

Ayer abrí una canilla del baño, intenté cerrarla pero giraba en falso. La opción plomero descartada. Desconozco donde se encuentra la llave de paso. La profecía de la biblia se encarnó en mi casa… “haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches y borraré de la faz de la tierra a todo ser viviente que he creado”.

20 de abril

Leo un escrito de Ana Longoni. No alcancé a conocerla el pasado septiembre cuando estuve con María Acaso, Amador y otra gente en el Reina Sofía charlando sobre las formas urgentes de perforar tanto automatismo que insiste en las escuelas. Leo “No tener olfato”. Es curioso que su relato pequeño se “huele”, su escritura emana olores, sensaciones físicas. Me anima leerla, como si aún hubiera algo que descubrir. No en el encierro sino en lo que se filtra. Encontrar maneras de decir que huelan a ajo, jengibre, cúrcuma y ganas.

26 de abril

Me enfundo para salir, camino unas cuadras… aún no llegué a los 500 metros permitidos. Licencia de cinco cuadras dan respiro. Me cruzo con un vecino que va sin barbijo. Estiro el brazo, le rozo la mano. Me acompaña el tacto de su mano unos segundos. Ey no podés salir así, le grito tras mi barbijo con una sonrisa cómplice. Se ríe. Hace cuánto no sonrío por la calle. Hace cuánto. La atmósfera pesa. Humedad y sordidez. Caminantes con sus compras cabisbajos. Bolsas que dejan ver alimentos. Necesitamos nutrientes. Me paro frente a un negocio. Levanto la mirada al cielo. Calles que tanto pisaba hoy están cubiertas de amarillo, colchón de hojas que crujen al pisar. Mullidas, doradas… Abro la puerta de mi casa, tiro las bolsas… cierro. Un poco más, unas cuadras más. Unos metros más…

Leo el diario por internet. Una entrevista a Alberto. “¿Cómo puede enojar una cuarentena si es para cuidar la vida”? Me tranquiliza que sea él y no ese que lo antecedió. Me tranquiliza no parecernos a EEUU ni a Brasil. ¿Qué es vivir? ¿Un corazón latiendo? A mí me late cuando juego con mis nietos, cuando mi amor me abraza tan fuerte que temo que mi columna se quiebre. Me late cuando quiero probar cómo no ser tanto yo. Adentro conjuro al bichito, adentro vivo cuando habito las fisuras ignoradas de mi sabida casa…Vivo cuando olvido el encierro, cuando imagino los abrazos que vendrán. Bancamos Alberto, pero no olvides que una vida se cuida cuando se vive “sin techo”, en horizontal.

Hace días charlaba por teléfono con un querido amigo. Solíamos encontrarnos de tanto en tanto. Mate, abrazos y divagues nos unía. Las moléculas interpretan escribe en una nota que acabo de leer. Le pregunto, frente al vértigo de indiferenciarnos con microscópicos organismos, ¿las moléculas se enamoran? ¿sufren? ¿Se ríen?. No hubo mate, sí abrazos y divagues que pueblan un tiempo sin contacto.

Fuente: https://www.flacso.org.ar/noticias/detras-del-vidrio-diario-de-la-pandemia/

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Mind-reading AI may spell end to humanity as we know it, but not because it will enslave us – Zizek

By: Russia Today

Technologies linking human consciousness to any sort of a cloud computing service could not just open the way for totalitarian mind control, but destroy the very essence of human relations, philosopher Slavoj Zizek says.

A computer that can read the thoughts of many people at once would make normal human life impossible, the Slovenian cultural philosopher told RT in the wake of the World Artificial Intelligence (AI) Conference in Shanghai, which saw Alibaba’s chairman Jack Ma and Tesla CEO Elon Musk clashing over the future of AI.

RT

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While the two technopreneurs engaged in a heated discussion over the possibility of humans being controlled by machines in the future, the senior researcher at the Institute for Sociology and Philosophy at the University of Ljubljana shared his thoughts on the issue with RT.

Our brain being connected to a machine is not a utopia

What I am studying now is the so-called phenomenon of wired brains, a possibility of our brains being connected with strong digital machines. And that is not a utopia. In the media lab at MIT, Massachusetts, they already have simple machines like that. It is like a helmet, nothing intrusive, they put it on your head.

And then something horrible happens – I saw the video – you think certain thoughts, you do not say anything, and the machine reproduces them either in writing or with artificial voice.

60 Minutes

@60Minutes

Embedded video

The primitive level machines can already read your thoughts. It is ok, if it involves your agreement but what if it is done (and it is easy to imagine that) without you knowing it?

Now, there is a serious option to read our thoughts, not just our emotional attitudes like being angry or sad but even the line of our thoughts in our mind. The next step in this “utopia” will be a computer that can read my thoughts and your thoughts that can connect us so that we can share our thoughts. If you and I are connected through the same computer, I can literally participate in your thinking directly without any external communication like word typing.

As you probably know, modern technology theorists Ray Kurzweil and Melanie Swan called it a new form of divinity.

It will no longer be a transcendent God but all of us sharing our thoughts through some AI cloud system. Millions of people will be participating together in a new form of awareness. I find this prospect pretty horrifying.

We are entering a post-human era if computers can identify & share a person’s thoughts

We as human beings are precisely what we are, free individuals as far as we can be sure that you do not know what I am thinking. I think what I think, I am free in my mind. What happens if I cannot be sure even of this?

If I think about something and computer can identify what I am thinking and then share it with others, we are really entering a post-human era. I believe that we should not be just fascinated about what it means technologically.

Do you not agree that we should worry about who will control these digital machines?

I do not have fears about the machines controlling us. We are not there yet. However, who will control this, who will use this? What remains of our freedom? Private companies, like Google or Facebook, are already developing similar technologies.

Thought ‘transparency’ is biggest threat to our freedom today

I see it as the biggest threat to our freedom. We will literally become transparent. Let’s think about the everyday consequences of this. All flirting will be out. I meet someone and instead of all the lovely games of erotic hints she can read ‘I want to go to bed with you’ and the eroticism will disappear.

Another simple example is everyday politeness. Let’s say we know each other but we are not mega-close friends. I see you on the street and say the usual polite things like: “hello, how are you? I am glad to meet you.” But if you can read my mind this is nonsense because this is politeness and I do not mean it. Usually, I do not care how you feel.

This intrigues me very much. What is happening? How will it affect our everyday manners, our old civilization social inventions? All our cultivated interactions are based on this.

There is another thing.

What new way of suffering and torture can be developed in this way? Can you even imagine someone controlling your mind? What can they do to you? What horrible thoughts can I implant into your mind? There might be images [of] your nearest terribly tortured, and so on.

I know this is not a joke. It is a very serious thing.

Lying will become more complicated and more privileged

If we imagine this happening in a society where economic and power relations are structured the way they are now, I think, this will mean that the privileged ones will be those who will be able to conceal their minds, who will exclude themselves from this network.

Not everybody will be controlled in the same way. That’s the first problem, who will control the game and who will be excommunicated?

It is always like this. The first thought when a new spying device is developed usually is ‘how can I escape it?’ The privilege is to be outside of it. Lying will become more complicated but it will also become more privileged.

RT

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Embedded video

Computers are smarter on mechanical level, but lack the ability to simplify

An idea of AI beating humans in the field of intellect in fact depends on how you define being smart. If by smart you simply mean a more complex mathematical or logical operation as well as knowing more data, computers are definitely smarter. Yet, there is still hope for us.

The greatness of [the] human mind is not in knowing all the details but in picking out from the multitude of data to catch the essence and simplify it.

A book by a Soviet psychologist Aleksandr Luria titled ‘The Mind of a Mnemonist’ describes a guy with perfect memory. He remembered almost everything that he read and saw. The psychological consequences of this were horrible because he knew so much [that] he could not decide anything, the moment he wanted to take a decision, hundreds of other data popped up in his mind. He lacked the great ability of simplification.

Computers can be smarter than us on some mechanical level – and even in learning – but I do not think they can deal with the phenomenon of simplification.

Robots will not take menial jobs, they will be tasked with planning

Today’s paradox is that we are afraid of robots that could supposedly take our jobs, but those of us who work, work more than ever. Second, we still have the idea that robots will do the primitive work for us and we will just plan what they are doing. In many companies, from McDonald’s to those which do day services, it is robots that do the planning and individuals that execute it.

In McDonald’s everything is programmed by robots and ‘stupid’ people just serve other people. It eventually depends on the social order, if we remain in the same capitalist order, in which we are, it will be even worse than today.

There is a possibility, a hope, that we will work less. Yet, many new stupid forms of amusement might fill our free time. I still believe in work and creativity. If we do not have enough things to do, even if we will feel happy just sitting, watching films and drinking, it will be a very stupid existence. It will soon get dire.

It is not technology as such, it is how we will use technology socially.

Information Reference: https://www.rt.com/news/468228-mind-reading-computer-humanity-zizek/

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Haití arde mientras el mundo lo ignora

Por: Karen Varon Rojas

Haití es conocido mundialmente por ser el país con los índices de desigualdad más altos de América Latina y el Caribe; también ha sido tema de conversación los últimos días debido a las publicaciones en prensa internacional y a las reacciones en redes sociales producto de las fuertes manifestaciones que vienen desarrollándose desde el pasado jueves en la capital y en distintas zonas del país.

Si nos proponemos por dos minutos tejer algo de memoria sobre este lugar, que parece ajeno para muchos en el mundo, podemos mencionar que fue la primera y única nación de esclavos negros que logró liberarse; que el kreyol o criollo haitiano (lengua materna y herencia de la revolución) es uno de sus idiomas oficiales además del francés, y aproximadamente un 99% de la población lo conoce y/o habla.

También podemos decir, que históricamente su lectura de la religión, de la espiritualidad, del arte, de la música y de la cultura han sido señaladas, estigmatizadas y juzgadas debido a que configuran una cosmovisión del mundo distinta a las convencionales y/o a las occidentales, por involucrar y reconocer el medio ambiente, la música, los tambores y los orígenes en la ancestralidad africana.

Un poco de contexto necesario

El 7 de febrero de 1986, Jean Claude Duvalier dictador haitiano conocido como «Baby Doc» fue derrocado por una revuelta popular dando fin a su atroz dictadura, a las constantes violaciones de derechos humanos y a los numerosos casos de corrupción que se vivieron durante su mandato. Paradójicamente, en esta misma fecha en 2017, Jovenel Moise, se posicionó como presidente de Haití.

Dos años más tarde, es decir el pasado jueves 7 de febrero, iniciaron las fuertes manifestaciones en Puerto Príncipe y en distintas zonas del país reclamando la renuncia del mandatario, luego de que el Tribunal Superior de Cuentas emitiera un informe de auditoría que evidencia una infinidad de irregularidades, la terrible gestión de recursos y las posibles desviaciones de fondos prestados por Venezuela en 2008 para ayudar y potenciar el desarrollo económico y social de Haití con el programa de PetroCaribe.

El informe revela además la participación en este grave escándalo de corrupción de 15 exministros y altos funcionarios del gobierno, entre ellos el actual presidente Jovenel Moise, quien apareció como responsable de una empresa que se benefició de dichos fondos para la construcción de una carretera, por medio de un proyecto en el que no se encontraron contratos o procesos legales oficiales, y quien además siempre había defendido su inocencia en declaraciones pasadas cuando se referían a este caso.

Es importante señalar, que esta situación sale a la luz pública en un momento de tensión, ya que el pasado 5 de febrero, el Gobierno declaró el país en urgencia económica, lo que se ha visto traducido en la devaluación de la moneda local frente al dólar de manera exponencial las últimas semanas, una inflación cercana al 15% acumulada en 2 años, la escasez de combustible en el país que también resulta en una de crisis de electricidad y en general la imposibilidad de garantizar el acceso a alimentos básicos para suplir una canasta familiar.

7 días de fuertes manifestaciones

Hoy las calles amanecen con un ambiente de incertidumbre en el séptimo día de manifestaciones convocadas por la oposición y diferentes sectores sociales reclamando la renuncia inmediata de Jovenel y el gobierno aún permanece en silencio; el único pronunciamiento lo hizo el secretario de gobierno Eddy Jackson Alexis el lunes 11 de febrero a través de un comunicado de prensa, en el cual rechaza la violencia y llama al diálogo entre la oposición y el gabinete del actual mandatario. La comunidad internacional y el sector económico nacional también emitieron un comunicado a través del Core Group llamando al diálogo entre ambas partes, no obstante, las protestas continúan en Puerto Príncipe y en el resto del país.

La situación es de tal urgencia que el día de ayer al menos 78 prisioneros de la cárcel civil en la comunidad de Aquin, escaparon en medio de las manifestaciones; la embajada estadounidense recomendó a mujeres, niños y personas no esenciales abandonar el país, y se percibe un ambiente de tensión e incertidumbre por una posible crisis migratoria.

Ahora veamos en qué lugar tiene los ojos el mundo, veamos en donde centra su dolor selectivo, pues en este país, el Estado además de estar absolutamente ausente, también es represor y violento con los manifestantes: desde que iniciaron las protestas el número de muertos supera los 16 y hasta el día de hoy, según reportes no oficiales, la cantidad de heridos es desconocida (el reporte oficial de la PNH es de 4 muertos).

Veamos si su nivel de indignación permanece intacto cuando muchos de los muertos han sido consecuencia de la violencia policial y la imposibilidad del Estado por responder a las demandas de los manifestantes; o porque el acceso a salud y a educación es limitado y casi nulo; o en general, por las condiciones de vida en las que viven la mayoría de los haitianos que no suplen muchas de sus necesidades básicas.

En Haití no hay petróleo, y Estados Unidos ya vino «a salvarlo», o mejor a intervenirlo (siempre luego de algún momento de desestabilidad política o algún fenómeno natural como el terremoto de 2010 o el Huracán Jeann en 2004), a través de la «donación» de casi 60 mil sacos de semillas híbridas de maíz y otros vegetales provenientes de MONSANTO, alterando la agricultura local y afectando la semilla nativa, porque nunca se explicaron los efectos futuros sobre el suelo y las posibles consecuencias de su uso en el medio ambiente y en la salud de las personas.

Organismos como la ONU ya se han pronunciado y la comunidad internacional también, de hecho, su presencia en el territorio haitiano ya tiene varios años; sin embargo, es de vital importancia señalar que la descomunal ayuda humanitaria y los mecanismos de control eran y/o siguen siendo el motor del fenómeno de corrupción que agobia este país. Un ejemplo de ello fue el despliegue militar que hubo con los llamados cascos azules que vinieron a «impartir orden y a traer la paz a las calles haitianas» en 2004 a través de la llamada Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH), no obstante, olvidaron mencionar que fueron dichos cuerpos de seguridad quienes también trajeron el cólera, violaron y dejaron a muchas mujeres haitianas en embarazo antes de retornar a sus países, entre otras graves vulneraciones a los derechos humanos.

El daño que le ha hecho la «ayuda humanitaria» a Haití, la sobre intervención de organizaciones no gubernamentales, los altos montos de dinero que le pagan a extranjeros en las organizaciones de «expertos» cuando en la realidad ni siquiera se les exige hablar criollo haitiano o hacer contacto con la gente en la cotidianidad, o con la cultura local. El complejo modelo de Estado, la centralización del poder en Puerto Príncipe y a su vez la gobernabilidad desdibujada ha resultado en la opción de desarrollo del país a manos de organismos internacionales sin una adecuada regulación por el Estado haitiano.

Lo anterior, es sólo una opinión que me permito construir luego de vivir dos años en este país, y trabajar con comunidades; es un llamado a analizar y a reflexionar cómo EEUU salva los países, con qué criterios, con qué objetivos, y sobre todo a repensar hacia dónde están nuestras preocupaciones, nuestra indignación, nuestro dolor y también nuestra indiferencia.

Fuente: http://www.radiolaprimerisima.com/articulos/8200/haiti-arde-mientras-el-mundo-lo-ignora/

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