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Una fotografía pedagógica destinada al mercado

Adriana Puiggrós

El gobierno nacional ha puesto en marcha una evaluación de carácter obligatorio que alcanzaría cerca de un millón y medio de alumnos de primaria y secundaria de todas las escuelas del país. Se trata de un operativo denominado “Aprender”, elaborado bajo los lineamientos de una empresa líder en el negocio de la evaluación internacional (primer rubro mundial del mercado de la educación).

Fue diseñado con una estructura vertical en cuya cúspide está el ministro de Educación de la Nación, continúa una enredada burocracia y en la base quedan los “aplicadores”. Estos últimos son los docentes a los que se ha quitado toda posibilidad de opinar en todas las fases del operativo y que deben ser desconocidos por los alumnos. En las guías producidas por el Ministerio se indican medidas que imponen un clima signado por fuertes indicaciones disciplinarias.

El Ministerio informa que los resultados serán un insumo fundamental para el conjunto de las políticas educativas y orientaciones pedagógicas, lo cual es especialmente preocupante, dado que el “Aprender”, adolece de graves faltas desde los puntos de vista técnico y pedagógico, y de una explícita orientación política que invalida su pretendida cientificidad. El hecho es que funcionarios involucrados en el análisis y uso de los resultados (el “Aprender” aclara que sólo una parte será de difusión pública, y otra de acceso restringido) han anticipado su veredicto sobre delicados temas que aborda la prueba: el ministro Esteban Bullrich ha sido el más explícito, vinculando a los alumnos que provienen de sectores populares con la violencia y, con su frase más famosa, anunciando una nueva “Campaña al Desierto”.

El ex ministro de educación de la CABA por el PRO, Mariano Narodowski, expresa muy bien las ideas del gobierno sosteniendo que las escuelas y los docentes son dispositivos caducos cuya desaparición es segura: deberíamos acostumbrarnos a un futuro en el que el problema será qué grado de desigualdad producirán las intervenciones en los genes destinadas a modelar la inteligencia, procedimiento al que quedará reducida la educación.

Estos preconceptos sociales (porque no son ni siquiera hipótesis) son antiquísimos, aunque adornados con un lenguaje Siglo XXI. Toman como sujeto (mejor dicho objeto) a un supuesto alumno universal, que es introducido en una situación artificial y atemorizante, y se le toma un examen que juega el papel de una fotografía. Pero la educación es un proceso y no un instante de chicos iluminados o amedrentados. Las respuestas por SI o por No del cuestionario estilo “múltiple choice”(que contiene unos ítems incisivos respecto al trabajo de los docentes y otros desorientadores de los alumnos) no es posible que reflejen de manera objetiva cómo se desarrolla la educación en el país.

Por el contrario, es altamente probable que se usen para justificar un resultado previsto, que sería rankings de escuelas, maestros y alumnos destinados a ordenar y regular el mercado educativo, tal como se hace con productos de perfumerías, bebidas o automóviles. Es una política educativa muy lamentable. En una evaluación educativa científica y socialmente adecuada, el núcleo es la participación de los docentes y alumnos, no como aplicadores y objetos de la aplicación, sino como sujetos activos de la revisión conjunta del proceso que transitan juntos.

Ese fue el criterio acordado entre los gremios y el gobierno, hasta el año pasado. Ahora no solamente no se cumple con lo pactado (que tiene fuerza de ley) sino que tampoco convoca el gobierno a la reunión colectiva de trabajo. En definitiva, el operativo “Aprender” obtendrá una foto de chicos desasosegados frente a docentes transformados en “aplicadores”. Siguiendo la línea de análisis de los funcionarios oficiales, será una radiografía del Ser de distintos sectores sociales: “así son”, dirá la prueba, tomando como definitiva una situación ficticia y traumática.

La película de largometraje en que debe consistir una buena evaluación no será tomada porque obligaría a mostrar los resultados de anteriores Operativos Nacionales de Evaluación e incluso algunos internacionales, en los cuales la educación argentina no está tan mal como el gobierno querría.

Fuente del articulo: http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-312151-2016-10-19.html

Fuente de la imagen: Foto de Archivo

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El palito de selfie

Por: Enrique Amestoy

La llegada de los teléfonos inteligentesi o smartphones, ha hecho que la industria toda se ponga a trabajar para producir servicios y productos que complementen a los dispositivos, que generen nuevas funcionalidades, mejoren otras y siempre, siempre, generar la necesidad de consumo, para que el ciclo de vida del sistema en el que vivimos siga rodando y engordando.

Sin lugar a dudas los teléfonos inteligentes, junto con todo el desarrollo tecnológico que hemos logrado en esta etapa de evolución de la raza humana, para que dichos aparatos funcionen con todas sus posibilidades (redes de datos y telefonía veloces, cableados de fibra, tecnología GSM, 3G y 4G, nanotecnología y tantos otros etcéteras), marcan ya un punto de inflexión en la historia de la humanidad. No soy tipo que viene de las ciencias sociales por lo que por adelantado pido mis disculpas a todos ellos por los “horrores” que pueda deslizar en los próximos párrafos.

Rumbo al trabajo, por la mañana, un edificio emblemático de mi país: el Palacio Legislativo. Era temprano, la llovizna acariciaba mi rostro, caminaba tanto o mas despacio que cuando lo hago bajo la cálida caricia del sol de un día primaveral. Como casi siempre pasa, el Palacio Legislativo está en la ruta de los “city tour” y por eso me cruzo con un grupo de turistas que utilizaban sus 5 minutos (normalmente no se autoriza mas de eso para bajar de la camioneta u ómnibus que realiza el tour) para tomar fotografías con sus teléfonos inteligentes. Muchos de ellos tomaban auto retratos o “selifes”. Pucha: ya casi no queda nada por globalizar: la moneda, la deuda, la pobreza, las marcas de ropa, la comida, los vehículos, los programas de TV, todos utilizando formatos comprados a alguna cadena internacional, poniendo actores o conductores locales, pero creo que lo mas jorobado es globalizar el idioma en tanto poco a poco perdemos identidad como nación, como sociedad.

Pero quiero detenerme en los auto retratos. Me hice alguno, claro está, a lo largo de los mas o menos 15 años en que utilizo teléfono con cámara fotográfica (o cámara fotográfica, radio, agenda, recordatorio, alarma despertador, aparato para jugar, navegar por Internet, con la posibilidad, ADEMAS, de hablar por teléfono y enviar mensajes de texto). Sin embargo el palito es mas reciente. Y tiene la lógica óptica de permitir mejorar la perspectiva y abrir el plano a ser fotografiado. El palito de selfie es un invento genial! Si estamos en La Habana podemos ir a la Plaza de la Revoluciónii y hacernos –nosotros solitos– la foto con el Che a nuestras espaldas (vieron que nadie la hace con la de Camilo Cienfuegosiii que está a menos de 100 metros?) y distribuirla por doquier, so pena de que se nos acuse de no haber ido a Cuba si no la tomamos!! Esto último es solo para decirles que no me crean cuando digo que una vez fui a La Habana, no tengo el testimonio fotográfico.

Recuerdo al “corto” Buscaglia y el “Cuento de Sensemayá”iv cuando escribo: lo escucho retumbando en mi cabeza diciendo “ya volví a irme por las ramas” (no se si es en la versión que cito pero lo tengo muy presente, con el bajo de Gonzalo Moreira, supongo, haciendo una musiquita como para abajo “plin, plin, plin, plin…”) y pucha ando por La Habana sin comenzar a decir lo que realmente quería decir cuando me decidí a escribir luego de cruzarme con los turistas y sus fotos. Ahí vuelvo….

Recuerdo años atrás cuando en Buenos Aires me senté en el banco con Mafaldav y quería una foto con la pequeña gran gurisa salida de esa inigualable pluma de Quino. Andaba solo, de pasadita nomás, unas horas a un debate en un programa de televisión y me volvía. No tenía palito de selfie! No se habían inventado! Pero en la calle había cientos de personas por lo que le pedí a un grupo de adolescentes que andaba por ahí si me tomaban la fotografía. También recuerdo los cientos de comentarios del tipo “pudieron robarte el teléfono! Sos un inconsciente!”

Y a ese punto es al que me llevó esta gente con el palito de selfie: eran varios, iban todos juntos por lo que debo suponer que los unía al menos el mismo viaje por Montevideo. Sin embargo no se tomaban fotos ni todos juntos ni uno le solicitaba a otro que le tomara la fotografía. De forma cuasi onanista cada cual tomaba su propia fotografía. Y entonces pensé en Mafalda, en las bondades de la tecnología y en la sociedad en la que vivo y en cientos de cosas que reconozco no me dan los dedos para poner todas juntas: porque es bien sabido que la mente va mas rápido que las manos, aunque los magos insistan en decirnos que las manos van más rápido.

Y esas fotos seguro están, desde el minuto siguiente, en Instagram, Facebook, Twitter, Dropbox, Icloud y demás redes sociales. Obviamente en los discos duros de las agencias como la NSAvi, las bases de datos del gigante acaparador, goloso, glotón, Google, para su posterior desparramo por todo el mundo y su imposibilidad de ser borradas.

La georeferenciación de los GPS’s o la simple conexión telefónica de cada uno de esos aparatos, haciendo que se marque un puntito en algunos mapas en el mundo indicando que estamos exáctamente en ese lugar parados, con uno o dos metros de error en la precisión pero mas que suficiente para que manden un misil que le pegue a cada uno en la cabeza si es que así lo indicara alguna orden de algún loco en algún lugar.

Realmente no miré al resto de quienes caminaban por esa vereda. Quizá algunos cazaban pokemones, otros hablaban solos (porque cuando los miras parece que hablan solos: no logro que primero se me venga la idea de que tienen enchufado un aparato bluetooth en la oreja o un simple auriculares para ir conversando), seguramente sin pagar la llamada gracias a las nuevas tecnologías que nos permiten hablar gratis por internet, cosa que en los papeles está prohibida en mi país debido al monopolio estatal sobre las comunicaciones y puchaaaaaa!!! volveeeee!!!! el palito de selfieeeee!!!. Confieso que no miré al resto ni tomé mi celular para fotografiar ese instante.

Y ahora es el contador de palabras de mi LibreOfficevii, uso software libreviii si, para quienes aún no lo sepan, dice que voy en 7000 y algo de caracteres por lo que de eso y el consumismo y la lectura política que tengo de las tecnologías lo dejo para otros escritos que he ido dejando por ahí con el correr de los años o simplemente para otros que me surjan mas adelante.

Solo me quedé con una foto en la retina: estamos extremadamente solos, en sociedades cada vez mas hostiles, con toda la tecnología a nuestra disposición para estar conectados, sin siquiera la capacidad de pedir a quien tenemos al lado que nos tome una fotografía. Y no se quien pone el cascabel a ese gato pero lo cierto es que quiero escuchar, ansioso, a los profesionales de las ciencias sociales contemporáneos, a los de vanguardia, que me cuenten para donde entienden que estamos yendo. Por lo pronto un simple informático debe confesarse: nos vamos al carajo y sin retorno!

Notas:

i https://en.wikipedia.org/wiki/Smartphone

ii https://en.wikipedia.org/wiki/Plaza_de_la_Revoluci%C3%B3n#/media/File:Plaza_of_the_Revolution.JPG

iii https://en.wikipedia.org/wiki/Camilo_Cienfuegos#/media/File:Homenaje_a_Camilo_Cienfuegos_en_La_Habana.jpg

iv Cuento de Sensemayá – https://www.youtube.com/watch?v=2a0kBtHyvEU

v http://wikimapia.org/14223641/es/Estatua-Homenaje-a-Mafalda

vi https://es.wikipedia.org/wiki/Agencia_de_Seguridad_Nacional

vii https://www.libreoffice.org/

viii https://www.gnu.org/philosophy/free-sw.es.html

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=217713&titular=el-palito-de-%3Ci%3Eselfie%3C/i%3E-

Imagen:http://www.indicepr.com/noticias/2014/12/08/nova/32964/prohiben-baston-para-hacer-selfies/

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Globalización y salarios. Más allá de la austeridad

Fernando Luengo

A menudo se asocia la represión salarial con las políticas de ajuste presupuestario y con la búsqueda de posiciones competitivas en el mercado internacional. Esa asociación es, sin duda, correcta. La pérdida de capacidad adquisitiva de los salarios y la degradación de las condiciones de trabajo tiene mucho que ver con esas políticas, aplicadas en los años de crisis. Propongo al lector, no obstante, trascender la coyuntura de la Gran Recesión para situar la reflexión en la impronta globalizadora de las últimas décadas.

Ese horizonte temporal más amplio permite dar cuenta de un cambio trascendental en la configuración de la economía global: el formidable crecimiento de la oferta de fuerza de trabajo. Desde esta perspectiva, la existencia de relativamente altos niveles de desempleo en periodos de auge económico apunta a un desequilibrio sistémico: el capitalismo no crea empleos suficientes para absorber la oferta de los que quieren trabajar (por no hablar de la cada vez más baja calidad de los mismos). Existía, pues, un desequilibrio oferta-demanda que la globalización de los mercados ha acentuado.

Entre los factores que explican el aumento de la cantidad de trabajo disponible en el mercado internacional cabe señalar el desmoronamiento del orden comunista y su integración en el universo capitalista, la creciente inserción externa de los capitalismos periféricos, la persistencia de la pobreza, la proliferación de conflictos civiles y militares y las consecuencias del cambio climático.

Fruto de todo ello se han intensificado las corrientes migratorias y las exportaciones procedentes de esos territorios, que también han recibido un porcentaje asimismo creciente de las inversiones extranjeras directas. De este modo, una oleada de fuerza de trabajo localizada en las periferias ha entrado en los circuitos económicos globales; en proporciones mucho mayores que las conocidas hasta ahora,

No se trata sólo de que los salarios de estos trabajadores sean, por lo general, muy inferiores a los de las economías desarrolladas. Más trascendental todavía es que el capital transnacional está en condiciones de aprovechar estas diferencias y de esta manera acentuar la competencia salarial a escala global.

No hay que olvidar, en este sentido, que este escenario se ha abierto camino en un contexto muy desfavorable para el mundo del trabajo. La lógica de la competitividad –esto es, orientar la política económica a conquistar parcelas crecientes del mercado internacional- ha estado en el centro de las agendas de los gobiernos y de las organizaciones internacionales. Y lo más importante, se ha dado por buena la idea-fuerza de que es necesario contener los salarios para mantener y reforzar las posiciones competitivas.

Competir a través de los salarios en un espacio global caracterizado por la baja densidad institucional. Ha formado parte de la lógica dominante que el buen funcionamiento de los mercados –y la garantía de que el proceso globalizador sea un juego de suma positiva donde todos ganen- dependía de la eliminación de lo que los partidarios del “todo mercado” denominan trabas e injerencias administrativas. Más aun, las instituciones debían impulsar las dinámicas internacionalizadoras; y, en su caso, exigir a los países díscolos que sigan esa hoja de ruta.

Así pues, la globalización ha puesto a los trabajadores a competir globalmente, en un contexto donde las instituciones han sido capturadas por las elites y donde se ha producido un drástico cambio de las relaciones de poder en beneficio del capital corporativo.

La pugna entre todos los países por atraer inversiones extranjeras directas o por integrarse en las cadenas globales de creación de valor ha reforzado la capacidad de presión y negociación del capital transnacional para hacer valer los intereses corporativos; no sólo ante los gobiernos, sino también ante los trabajadores.

Al respecto, resultan muy ilustrativas y bien conocidas las amenazas, nada sutiles, de cierre y deslocalización de las plantas o líneas de producción para imponer a los sindicatos la aceptación de rebajas en los salarios y cambios en las condiciones de trabajo. En paralelo, dentro de la transnacional, entre las subsidiarias y las plantas del grupo corporativo, los trabajadores y sus representantes se han visto atrapados –o han participado voluntariamente- en esta carrera competitiva, colaborando con la dirección para conseguir más carga de trabajo y así intentar defender su empleo.

La imposición de una lógica donde los salarios compiten con los salarios y los trabajadores con los trabajadores explica, en buena medida, que los mayores beneficios de los procesos globalizadores hayan ido a parar a las grandes corporaciones y a los ejecutivos y principales accionistas de estas firmas, los rentistas, las compañías auditoras, los analistas y asesores financieros, las empresas de consultoría, los grandes bufetes de abogados y los bancos.

De los comentarios anteriores se extraen sendas conclusiones sobre las que, en mi opinión, conviene reflexionar y dotarlas de contenido. La primera es la necesidad de proceder a un rediseño de las instituciones globales orientado a proteger los derechos sindicales y ciudadanos y a reequilibrar las relaciones de poder a escala global. La segunda apunta en la dirección de una reconsideración de los beneficios y los costes asociados a las estrategias competitivas y de la centralidad que en las mismas tienen las políticas de moderación salarial.

Fuente del articulo:https://fernandoluengo.wordpress.com/2016/08/28/globalizacion-y-salarios-mas-alla-de-la-austeridad/#more-439

Fuente de la imagen: http://1.bp.blogspot.com/-y3s2P3Ijbq0/UN9mi2mfdGI/AAAAAAAAMVg/xCIB4ozWrqE/s1600/globalizaci%C3%B3n-jpg

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Monopolio o competencia capitalistas: ¿qué es peor?

Por Michael Roberts

En un artículo reciente, Joseph Stiglitz, ex economista jefe del Banco Mundial, ganador del premio Nobel de Economía y ahora asesor del Partido Laborista británico, considera que estamos en una nueva era de monopolio y que esta es una de la principales causas de la desigualdad extrema del ingreso y la riqueza, la ineficiencia y […]

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En un artículo reciente, Joseph Stiglitz, ex economista jefe del Banco Mundial, ganador del premio Nobel de Economía y ahora asesor del Partido Laborista británico, considera que estamos en una nueva era de monopolio y que esta es una de la principales causas de la desigualdad extrema del ingreso y la riqueza, la ineficiencia y el bajo crecimiento de la productividad y el estancamiento general de las principales economías.

Stiglitz sostiene que las escuelas clásica y neoclásica de economía asumen que  en los ”mercados competitivos” todas las empresas están al mismo nivel a la hora de competir. Esto significa que los propietarios del capital ganan beneficios según  su contribución al aumento de la producción, su “producto marginal”.

Esta visión optimista es descartada por Stiglitz. En realidad, lo que determina quién recibe qué en la sociedad depende del “poder”. Las grandes empresas pueden imponer los precios en los mercados a las empresas pequeñas y pueden dictar los salarios de la mano de obra cuando esta no tiene poder de negociación colectiva (los sindicatos). Este “monopolio” (sobre los mercados de las materias primas y la mano de obra) es lo que está arruinando el capitalismo, sostiene Stiglitz.

Evidentemente, hay más de un elemento de verdad en esta perspectiva del capitalismo. La correlación de fuerzas en la lucha entre el capital y el trabajo determina la proporción del ingreso que recibe el trabajo entre beneficios y salarios. Y también es cierto que las grandes empresas a menudo pueden fijar los precios y el acceso al mercado para ganar la parte del león de las ventas y los beneficios.

De hecho, Marx predijo hace más de 160 años que la lucha competitiva por los beneficios entre los capitales y las crisis recurrentes en la producción conducirían a una mayor concentración del capital en manos de unos pocos y a la centralización del capital en los sectores financieros, íntimamente conectados con el estado.

Stiglitz cita un informe muy reciente de la concentración del mercado en los EE.UU. realizado por el gobierno de Estados Unidos. El informe encontró que en la mayoría de las industrias, de acuerdo con la CEA, los datos muestran grandes – y en algunos casos, dramáticos – aumentos en la concentración del mercado. La cuota de mercado de los depósitos de los 10 grandes bancos, por ejemplo, aumentó del 20% al 50% en tan sólo 30 años, de 1980 y 2010.

Stiglitz concluye que “los mercados actuales se caracterizan por la persistencia de elevadas ganancias monopolistas“. En consecuencia, Stiglitz hace un llamamiento a la “intervención del gobierno” para reducir el poder de los monopolios y, presumiblemente, crear un entorno de mayor competencia para que haya “más eficiencia y prosperidad compartida”. Pero esto plantea la pregunta: ¿es el “capitalismo competitivo” más propensos a ofrecer un mejor crecimiento económico, una mayor productividad de la fuerza de trabajo (eficiencia) y una menor desigualdad que el “capitalismo monopolista”?

La respuesta a la pregunta está parcialmente resuelta señalando el espejismo de que alguna hubiera un gran ‘capitalismo competitivo” que creciese rápidamente y sin crisis y  distribuyese los ingresos y la riqueza de una “manera más justa”. El capitalismo se convirtió en el modo de producción dominante a nivel mundial llevando consigo las “imperfecciones” de los monopolios, el apoyo del Estado y la represión de la fuerza de los trabajadores. Nunca hubo una igualdad de condiciones y, a nivel mundial, a pesar de la lucha competitiva por los mercados, continua habiendo diferentes niveles de monopolio o poder imperialista.

Pero el otro lado contradictorio de la respuesta a la pregunta es que la competencia no ha desaparecido. Stiglitz rechaza la opinión de Joseph Schumpeter de que los monopolios son finalmente socavados por nuevos competidores con nuevas tecnologías o nuevos productos y mercados. Sin embargo, como demostró Marx, el desarrollo de las plusvalías “monopolistas” son un incentivo para atraer la inversión de nuevos capitales (si se puede superar las tarifas, la escala y otras barreras del monopolista). Y esto sucede todo el tiempo: desde los editores hasta Amazon; desde  la industria británica en el siglo XIX hasta la industria alemana y estadounidense en el XX; pasando por la fabricación industrial en China en el siglo XXI.

Después de todo, el poder monopolista es en realidad oligopólico (unas pocas grandes empresas) y los oligopolios pueden desarrollar una fuerte competencia entre si, nacional e internacionalmente. La verdadera causa de la desigualdad no es monopolio, sino el aumento de la explotación del trabajo por el gran capital desde los años 1980 para intentar revertir la caída y baja rentabilidad experimentada en la década de 1970. Y la causa real del ‘estancamiento’ y el bajo crecimiento de la productividad no son los monopolios, sino la falta de inversión, no sólo por los “grandes monopolios”,  sino también por las capitales más pequeños que sufren la baja rentabilidad y acumulan grandes deudas. En otras palabras, los monopolios no son un problema en sí, sino la debilidad del modo de producción capitalista, en la que la inversión y la creación de empleo tienen lugar únicamente con fines de lucro.

Stiglitz ignora este hecho. Como resultado, su solución es la intervención del gobierno para reducir la desigualdad y crear una situación de “igualdad de oportunidades” que favorezca la “competencia” entre las empresas capitalistas. Pero es utópica (no se puede dar marcha atrás en la historia del capitalismo) e inviable (No lograría una mayor igualdad ni mejor crecimiento).

Irónicamente, hay otro estudio que Stiglitz no recoge que demuestra que el aumento de la desigualdad en Estados Unidos coincide con el declive de las grandes empresas que solían emplear a cientos de miles o incluso millones de trabajadores y su sustitución por empresas mucho más pequeñas. La parte de los grandes empleadores en el empleo total se ha reducido de forma inversa al aumento de la desigualdad en el ingreso en Estados Unidos. Este estudio demuestra que ha sido la disminución del poder de la mano de obra a través de la subcontratación y la globalización la que ha hecho crecer la desigualdad en los ingresos.

La división “interna” del empleo de la gran empresa (fordista) en pequeños contratistas es la característica clave del mundo “monopolista” de Stiglitz. En otras palabras, lo que los trabajadores necesitan en América no es la ruptura de los monopolios para crear pequeñas empresas que compitan entre si, sino sindicatos. El poder de monopolio que de verdad importa es el del capital sobre el trabajo.

Un nuevo informe esta semana del Centro de Estudios Laborales de la Universidad de California en Berkeley, señala que un tercio de los trabajadores de producción –  los que trabajan en las cadenas de producción y en ocupaciones afines – ganan tan poco que sus familias reciben algún tipo de asistencia pública, como cupones de alimentos o subvenciones de inserción social. Muchos de esos trabajadoresson temporales, y representan una parte creciente del empleo en las fábricas. El salario medio de un trabajador industrial, de acuerdo con datos de la Oficina de Estadísticas Laborales, era 16.14 dólares a la hora en 2015, por debajo de los 17.40 a la hora promedio de todos los trabajadores

El trabajador promedio de la producción manufacturera en Michigan gana 20.80 dólares la hora, frente a los 18,86 en Carolina del Sur, de acuerdo con datos de la Oficina de Estadísticas Laborales. ¿Por qué los trabajadores de las fábricas de Michigan ganan más? En una palabra: sindicatos. El medio oeste era, al menos hasta hace poco, un bastión de los sindicatos. Los estados del sur, por el contrario, no reconocen en su mayoría la obligatoriedad de la “negociación colectiva”, y los sindicatos nunca han desarrollado una base de apoyo fuerte. Los sindicatos del sector privado han perdido fuerza en general, pero siguen siendo más fuertes en la región central que en la mayoría de las otras partes de EE UU. En Michigan, el 23 por ciento de los trabajadores industriales de producción eran miembros de sindicatos en 2015; en Carolina del Sur, menos del 2 por ciento.

Los sindicatos también ayudan a explicar por qué la clase media goza de mejor salud en el medio oeste que en el sureste, donde los trabajos industriales han crecido rápidamente en las últimas décadas. Un nuevo análisis del Centro de Investigación Pew esta semana exploró el estado de la clase media en diferentes partes del país, examinado la proporción de hogares que ganan entre dos tercios y el doble de la renta media nacional, después de igualar el coste de vida local . En muchas ciudades del medio oeste, el 60 por ciento o más de los hogares son considerados de ” ingresos medios” según esta definición; en algunas ciudades del sur, incluso las que tienen grandes industrias, los hogares de ingresos medios son una minoría.

El poder del capital sobre el trabajo ha hecho que tras la Gran Recesión millones de hogares en EE UU estén en peligro de caer en la pobreza absoluta. Una encuesta de la Reserva Federal señala que el 47% de los estadounidenses no sería capaz de hacer frente a gastos inesperados de más de 400 dólares sin pedir prestado o vender algo. El índice del Empleo Decente de Gallup mide el porcentaje de la población adulta que trabaja 30 horas a la semana por un sueldo fijo. Se situó en el 45,1%. En los EE.UU., el 62,8% de la población civil fuera del sector público participa en la fuerza de trabajo, y el 5% está en paro, mientras que Gallup nos dice que solamente el 45,1% tiene lo que se considera un “buen trabajo”. No se trata de bases de datos directamente comparables, sino de una estimación aproximada que sugiere que tal vez una quinta parte de la población activa está desempleada o tienen empleos menos-que-buenos.

Las personas que pierden sus puestos de trabajo en una recesión experimentan una variedad de efectos a largo plazo. Sus nuevos puestos de trabajo a menudo a menudo suponen sueldos más bajos y tardan años hasta que recuperan el nivel de los salarios más altos anteriores. Estas personas tienen menos probabilidades de poseer una casa; experimentan más problemas psicológicos; y sus hijos tienen peores resultados en la escuela. Es lo que se llama las ‘cicatrices salariales’.

Cerca de 40 millones de estadounidenses perdieron sus empleos en la recesión de 2007-2009. Sólo uno de cada cuatro trabajadores despedidos consiguen volver a los niveles previos de sueldo anteriores después de cinco años, según  el economista Till von Wachter, de la Universidad de California en Los Ángeles. La brecha salarial persiste, incluso décadas más tarde, entre los trabajadores que experimentaron un período de desempleo y trabajadores similares que no fueron despedidos. Las personas que han perdido un empleo durante las recesiones ganan un 15-20% menos que sus pares no despedidos después de 10 o 20 años. Y esas personas llegan a la edad de jubilación con pocos o ningún ahorro. Tienen que seguir trabajando o se ven obligados a vivir frugalmente.

El informe de empleo de abril mostró una tasa de desempleo del 16% entre los adolescentes de 16-19 años de edad. Esta muestra incluye sólo a aquellos que estaban buscando activamente empleo, que no son estudiantes a tiempo completo. Han abandonado la enseñanza, o quieren trabajar mientras estudian. Y está la tasa de mortalidad sorprendentemente mayor entre los blancos de mediana edad en EE UU. Esa tasa es el resultado directo del aumento de los suicidios y el abuso de drogas y alcohol – todo ello parte del proceso de depresión psicológica. Durante la última década, los hispanos mueren a un ritmo más lento. Las personas negras, también; incluso los blancos en otros países.

(Cuadro Las tasas de mortalidad, 45-54 años)

Sí, el poder de los monopolios (con más precisión, de los oligopolios) se ha incrementado en los últimos 150 años desde que Marx pronosticara que el modo de producción capitalista conduciría a un aumento de la concentración y centralización del capital. Y eso demuestra que el capitalismo se encuentra en su última etapa de desarrollo y que, por lo tanto, debe ser sustituido por un “monopolio social”. Pero eso también significa que la vuelta atrás a una competencia regulada por el gobierno, como sugiere Stiglitz, no funcionaría; tanto para relanzar la capacidad de crecimiento capitalista como para reducir la desigualdad.

Este daño permanente a la vida de millones de personas en Estados Unidos, una de las economías capitalistas más ricas del mundo y la “tierra de la libertad” no es consecuencia de los monopolios, sino del fracaso del capitalismo para producir suficientes productos y servicios que la gente necesitan , de forma asequible. Sí, una élite de ricachones preside sus enormes empresas y bancos y ‘ganan’ enormes salarios y primas y los gestores de los fondos buitres y los banqueros cosechan grandes ganancias de capital. Pero la gran mayoría de los estadounidenses no llega a fin de mes, a causa del “capitalismo competitivo” y su fracaso.

Fuente: https://thenextrecession.wordpress.com/2016/05/17/monopoly-or-competition-which-is-worse/

Traducción: G. Buster

Fuente de la imagen: http://www.periodicodelbiencomun.com/wp-content/uploads/2015/10/capitalismo-y-patentes.jpg

Fecha de Publicación  en OVE: 23 Mayo 2016

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BID: “Solo el 15% de personas se forma en su centro de trabajo”

En países de la OCDE cifra llega al 50%, dice Carmen Pagés, jefa de División de Mercados Laborales y Seguridad Social del BID. La funcionaria del BID lamentó que el 45% de los empleadores no encuentre la mano de obra que se necesita.(Foto: Difusión)

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) considera a la educación para el trabajo como un motor para el desarrollo económico, pero dice que en los países de la Alianza del Pacífico (Perú, México, Chile y Colombia) no ha podido darse su despegue.

“En Latinoamérica uno se educa primero y trabaja después. Eso estaría bien si solo tiene un trabajo en su vida, pero hoy en promedio una persona tiene 10 trabajos en su vida y constantemente debe estar formándose”, dijo Carmen Pagés, jefa de División de Mercados Laborales y Seguridad Social del BID, durante su participación en el Foro de Educación de la Alianza del Pacífico.

Páges dijo que en la Alianza del Pacífico las tasas de rotación son altísimas y en un ambiente en el que la tecnología avanza a pasos agigantados ese es un problema. “Mucha gente no tiene habilidades básicas para sobrevivir en el mercado laboral. Solo en la Alianza del Pacífico hay 7.6 millones de jóvenes que no estudian ni trabajan (Ninis)”, añadió.

La funcionaria sostuvo que hoy solo el 15% de trabajadores de los países de la alianza se forman en su trabajo, mientras que en las naciones que integran la OCDE la cifra alcanza el 50%. “No solo se imparten conocimientos, sino que se refrescan”.

TRES CLAVES PARA MEJORAR
La funcionaria del BID lamentó que el 45% de los empleadores no encuentre la mano de obra que se necesita. En gran medida, sostuvo, se debe a la baja calidad de formación en las instituciones educativas. “No tenemos medida de calidad ni si se alcanzan los aprendizajes”.

Páges dijo que los países de la Alianza del Pacífico deben trabajar en tres grandes temas: la identificación de requerimiento de los empleadores, una currícula basada en competencias y el aseguramiento de la calidad.

“Los sistemas formativos deben mirar al mercado y tener involucramiento de los empresarios. También se deben tener un mapa de competencias para saber cuáles son los niveles que se deben ir alcanzando con la formación, y por último se debe priorizar la calidad educativa, los jóvenes no solo deben llegar al mercado; sino que al llegar deben hacerlo muy bien capacitados”, finalizó.

Fuente: http://elcomercio.pe/economia/peru/bid-solo-15-personas-se-forma-su-centro-trabajo-noticia-1902555

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Estudiantes chinos se enfrentan a la trampa de la deuda en línea

Traducción publicada el 03/05/2016 7:30 Global Voices 

“Para los universitarios chinos, el tema más delicado después de la graduación es la devolución de préstamos, más que la separación de un novio o una novia, o el hecho de afrontar el desempleo”, comentó recientemente un internauta en Weibo, el equivalente a Twitter en China.

Los servicios financieros chinos en línea han estado prosperando en los últimos años y muchas plataformas están ofreciendo pequeños préstamos a sus clientes para realizar compras en línea.

Dichos servicios de microcréditos son muy populares entre los estudiantes universitarios. Sin embargo, muchos de estos últimos terminan cayendo en la trampa de la usura.

Du, un estudiante universitario de Huai’an, situada en la provincia de Jiangsu, una parte oriental de China, compró a plazos un iPhone a una empresa de préstamos en línea, pero descubrió que era incapaz de pagar su deuda a tiempo.

Para evitar un retraso en los pagos, pidió un préstamo tras otro y finalmente acumuló deudas de casi 80,000 yuanes (aproximadamente 12,380 dólares) en total. Él es uno de muchos.

El creciente mercado de servicios financieros por Internet que abarcan desde préstamos hasta inversiones carece de regulación y está lleno de trampas, tanto para los inversores como para los clientes.

Ezubao, una organización financiera en línea, fue acusada por las autoridades a comienzos de este año por haber retirado de forma ilegal fondos con valor de 50 mil millones de yuanes (7.8 mil millones de dólares) pertenecientes a 900 mil personas de todo el país, según la agencia de noticias estatal Xinhua.

Cargos por servicio ocultos

Los estudiantes universitarios con poco dinero a menudo sienten una presión social considerable para mantenerse al día con las modas en constante cambio del país. Las depredadoras empresas de préstamos se han enfocado deliberadamente en este grupo crédulo. Muchas de estas empresas trabajan de manera conjunta con plataformas de compras en línea y proporcionan incentivos para que los estudiantes compren sus productos a plazos. Los estudiantes, a su vez, tan solo necesitan enseñar sus documentos de identidad y rellenar un pequeño formulario como parte del procedimiento de solicitud de crédito, y la aprobación tarda normalmente menos de 24 horas.

Generalmente, los universitarios pasan por alto las exigencias de cargos por servicio extras de las empresas de préstamos por haber organizado el acuerdo. Cuando los estudiantes no son capaces de pagar las deudas, sus padres deben hacerse cargo de ellas (en caso de que puedan permitírselo).

Como informó el Southern Weekend el mes pasado, un estudiante universitario compró un iPhone mediante un contrato con Hi Cash, una conocida empresa de préstamos por Internet. Terminó pagando un 50% más del precio marcado a causa de los cargos por servicio ocultos, pero lo peor estaba aún por llegar. Para su espanto, el estudiante descubrió más tarde que el contrato que había firmado era un acuerdo a cuatro partes, que aprobaba el uso de su información por parte de Hi Cash para solicitar un préstamo de otra empresa en su nombre, una transacción de la que asegura que no tuvo ningún conocimiento.

Conforme a la práctica actual, a las empresas de préstamos por Internet simplemente se les exige que se registren en la Oficina Administrativa de Industria y Comercio, pero no se encuentran sujetas a la supervisión de las autoridades financieras. Es más, la solicitud de crédito en línea, que únicamente requiere información de identidad básica, deja mucho espacio para los vacíos legales.

Zheng, un estudiante universitario de la provincia de Henan, situada en China, se suicidó tras haber acumulado deudas de hasta un millón de yuanes (más de 150,000 dólares) el mes pasado, según el China Times. El informe señalaba que Zheng había utilizado los documentos de identidad de 28 compañeros estudiantes para solicitar préstamos con el fin de realizar apuestas de fútbol en línea. En una entrevista con China Central Television, la televisión pública de China, el padre de Zheng dijo que la empresa de préstamos debería aceptar su parte de responsabilidad por la muerte de su hijo.

Además de las técnicas habituales para hostigar a los deudores (llamadas telefónicas constantes, cartas de los abogados, etc.), las empresas de préstamos supuestamente recurren al acoso de los miembros de sus familias y a revelar al público los nombres de los estudiantes deudores a través de plataformas en línea.

Mientras tanto People’s Daily, el portavoz del gobierno, ha pedido que la responsabilidad comience en el hogar y ha dicho a los padres de los estudiantes que “guíen sus pensamientos, cultiven su alfabetización financiera y los conciencen sobre el riesgo”.

Necesidad de regulaciones

Para evitar el uso abusivo de la información privada de los estudiantes, Wang Xinrui y Guo Junlei, abogados en Anli Partners en Pekín, escribieron un artículo en el Financial Times en el que urgían al gobierno a garantizar la protección de los datos privados y a extender el control reglamentario a las finanzas en línea.

La industria financiera en línea incluye información confidencial relativa a las identidades y a las transacciones. Las filtraciones de información pondrán en peligro el interés público. Las autoridades deberían imponer más restricciones para evitar dichas filtraciones y castigar duramente a los responsables.

Sheng Songcheng, el director general del Departamento de Estadística y Análisis del Banco Popular de China, dijo en enero que el banco se concentrará en realizar un seguimiento de los préstamos por Internetcomo parte de un sistema de supervisión fortalecido, mientras que a finales del año pasado el banco y otros departamentos financieros del gobierno publicaron una guía completa para el fomento del desarrollo saludable de las finanzas en línea.

La guía especifica que los servicios financieros en línea deberían cumplir con el marco jurídico actual, como por ejemplo las Disposiciones sobre Préstamos Privados, que establecieron un tipo de interés anual que no excediera el 24% como jurídicamente vinculante.

Aún está por ver, sin embargo, cómo se aplicará esta guía.

Fuente: https://es.globalvoices.org/2016/05/03/estudiantes-chinos-se-enfrentan-a-la-trampa-de-la-deuda-en-linea/

(Foto: Patrick Wong).

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Perú: el culto al Mercado Camuflado en los planes de gobierno

lobo con piel cordero

 

Lima, Perú / 02 de marzo de 2016 / Teresa Tovar/ Fuente: Diario UNO

 

FORO EDUCACIÓN Y ELECCIONES

El Foro sobre Educación organizado por La República, mostró algunos consensos aparentes sobre “calidad educativa” que, sin embargo, esconden orientaciones divergentes. Veamos.

Educación Pública y privatización. Hoy en América Latina hay una tendencia hacia diversas modalidades de privatización de la educación: escuelas privadas subsidiadas, escuelas públicas concesionadas al sector privado, Asociaciones Público Privadas, Obras por impuestos, servicios privados para materiales y otros componentes de la educación pública, redes de escuelas privadas de bajo costo, etc.

Por fuera flores y por dentro temblores. Así aparecen las propuestas sobre educación de los partidos conservadores que encabezan las encuestas. ¿Por qué? Porque por fuera hablan de “calidad educativa”, pero por dentro preconizan o cobijan el lucro en la educación.

 

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Veamos 5 propuestas textuales de 5 partidos que expresan claramente esta tendencia:

  1. “(proponemos) la administración de los colegios públicos y de sus programas de educación pública por la empresa privada… En un Estado de derecho las reglas deben ser claras y simples para hacer empresa en busca de más y mayores mercados, emprender al menor costo posible”.
  2. “que se entienda que las entidades privadas que hoy existen, de acuerdo a la Constitución pueden ser con fines de lucro o sin fines de lucro” “se propondrá la reinstauración de incentivos al sector privado para que este se vincule con las entidades de educación superior y técnica, con el fin de encargarles el desarrollo de investigaciones para sus negocios”.
  3. “para continuar con el proceso de renovación de infraestructura escolar se deberá evaluar el esquema de las Asociaciones Público-Privadas, con la finalidad de fortalecerlas en el ámbito urbano”.
  4. “las instituciones financieras darán créditos para estudios superiores… con el objetivo de mejorar la calidad educativa y agilizar el mercado financiero para la educación superior que actualmente es limitado”.
  5. “es necesario generar un shock en la calidad educativa de los institutos superiores tecnológicos públicos. En algunos casos se podrá lograr concesionándolos a través de asociaciones público-privadas (APP)… Facilitaremos y desburocratizaremos los procesos para permitir que los Institutos Superiores Tecnológicos puedan ser gestionados bajo APP”.

Intente ahora adivinar a cuál partido pertenece cada Frase. Opciones: Alianza Para el Progreso, Fuerza Popular, Todos por el Perú, Peruanos por el Cambio o Alianza Popular.

Estas propuestas aparecen detrás de grandilocuentes declaraciones en favor de la prioridad de la educación y, lamentablemente, constituyen parte de una tendencia creciente en A. Latina. Estamos ante la instauración de una nueva relación entre el Estado y el sector privado, que reduce la educación pública, la subordina crecientemente a la lógica de los grandes capitales y busca que el Estado subsidie parte de la inversión privada. Dato: hoy el Estado dispone de 26% de presupuesto para gastos de inversión mientras que hace 10 años el 93% del presupuesto público se destinaba a gasto corriente.

Hay que votar por el derecho a una educación pública de calidad, no por la calidad de la educación a cualquier costo.

Nota. La solución al ejercicio es: Frase 1: Alianza Popular. Frase 2: Fuerza Popular. Frase 3: Peruanos por el Cambio. Frase 4: Todos por el Perú, y Frase 5: Alianza para el Progreso.

 

FUENTES CONSULTADAS:

http://diariouno.pe/columna/el-culto-al-mercado-camuflado-en-los-planes-de-gobierno/

FUENTE DE IMAGEN:

http://1.bp.blogspot.com/-QR3yN2zogEc/TdfHrjdFaQI/AAAAAAAAEBM/JvwilgtTW6I/s1600/lobo-elecciones.jpg

 

PROCESADO POR:

Hans Mejía Guerrero

hans_mguerrero@hotmail.com

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