Las golondrinas nos enseñan que las estaciones ya no son lo que eran

Carmelo Marcén

La escuela puede ser un lugar de investigación del mundo animal, más allá de los libros, a base de la observación de lo que ocurre alrededor.

Las vemos que van y vienen desde la ventana de nuestra aula. Las grandes cigüeñas nos recuerdan que el mundo animal es un libro vivo, cambiante, más entretenido que los que hay que estudiar en la escuela. Muchos animales -aunque demasiados no lleguen a su destino- buscan con las largas o cortas migraciones asegurar la vida, como han hecho desde siglos. Parece que el número ha disminuido mucho con respecto a hace unas décadas. Lo tienen más fácil los animales alados. Dicen que más de 200 especies de aves de las 3.000 que viven en Sudamérica migran estacionalmente. Hay viajes extremadamente largos (4.000 km) como los que hacen cada año las mariposas monarca, famosas en Norteamérica por su eclosión multicolor; o los que efectúa el zarapito trinador entre Chile y Alaska. Pero la reina de las migraciones es una diminuta libélula, unos 4 cm, que recorre 7.000 km entre la India y Áfricacon una sola intención: tener la humedad necesaria para reproducirse.

Las pequeñas golondrinas, ajenas al calendario que usamos los humanos, han adelantado un año más su llegada a Europa. Se ve que por sus tierras africanas también se siente lo del calentamiento global y el subsiguiente cambio climático, aunque ellas no lo llamarán así. Porque no ven la tele, ni leen, pero perciben como nadie las alteraciones de su hábitat. Quién sabe de qué medios se valen para auscultar el tiempo. Se han hecho estudios que aseguran que ahora llegan un mes antes de lo que lo hacían hace un siglo. No son las únicas que se han puesto en marcha siguiendo los itinerarios que unen de sur a norte el continente americano, o África con Europa. Nos recuerdan el poema de Pablo Neruda ‘Migración’: “Todo el día una línea y otra línea, /un escuadrón de plumas, /un navío/ palpitaba en el aire,/… Sobre el agua, en el aire,/ el ave innumerable va volando,…/ construye la unidad con tantas alas,/… y solo un ala inmensa se desplaza”. Dicen que todas las especies de larga migración -algunas paran a descansar en los mismos sitios todos los años- efectúan sus travesías utilizando una brújula que les sirve para guiarse; esperemos que no se les altere con el calentamiento global.

Con ellas debemos preguntarnos si cambia o no el tiempo cada año -así lo hacían nuestros antepasados-, o acaso se está modificando la dinámica atmosférica global. La observación de estas idas y venidas de los animales migrantes -también los cambios en las plantas- se llama fenológica, y fue muy importante hace muchos años. La escuela puede ser un lugar de investigación, observando y anotando con detalle las señales que nos envían las especies migratorias, u otros seres vivos. Así lo hizo el naturalista español Félix de Azara a comienzos del siglo XIX con los pájaros rioplatenses. Hay redes de Organizaciones ecologistas (BridLife y Audubon entre ellas) con las que se puede colaborar.

Fuente del articulo: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/03/10/las-golondrinas-nos-ensenan-que-las-estaciones-ya-no-son-lo-que-eran/

Fuente de la imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/wp-content/uploads/2017/03/GOLONDRINA-De-I-Malene-CC-BY-2.5.jpg

Comparte este contenido:

La migración de las aves une a alumnos de Churriana, Polonia e Italia en un programa Erasmus+

Europa/Polonia/25 Marzo 2017/Fuente: Diariosur

El trabajo promueve la preocupación por la conservación del litoral y el conocimiento de las aves, así como su papel como indicadores del cambio climático

El proyecto ‘Youth4Earth. Spaces without Borders’ (‘Jóvenes por la Tierra. Espacios sin Fronteras’) que fue seleccionado para su financiación dentro del programa europeo Erasmus+, ha culminado su desarrollo, después de dos cursos escolares, con la estancia de una semana en Málaga del alumnado y profesorado de los socios europeos de centros educativos de Italia y Polonia, que han compartido una semana de convivencia con las familias de los estudiantes de 4.º de ESO y visitando Málaga, la Alhambra, el Torcal de Antequera y realizando un proyecto de educación ambiental.

La realización del proyecto se basa en compartir con otros centros educativos europeos las buenas prácticas docentes que se realizan en el IES Carlos Álvarez de Churriana, relativas al conocimiento y concienciación sobre la conservación del medio natural.

Desde hace años en este instituto se lleva a cabo el programa de inspección costera ‘Coastwatch’ promovido por diversos colectivos e instituciones educativas europeas y el proyecto de educación ambiental ‘Correlimos’, promovido por la Agencia de Medio Ambiente y la Consejería de Educación.

Los jóvenes también visitaron el Torcal de Antequera
Los jóvenes también visitaron el Torcal de Antequera / Sur

En el caso del IES Carlos Álvarez, los trabajos se realizan en el tramo de playa situado entre el puerto de Málaga y la desembocadura del río Guadalhorce y en el paraje natural de dicha desembocadura.

Se le da una especial importancia a promover en el alumnado la preocupación por la conservación del litoral y el interés por el conocimiento de las aves migratorias y los cambios que están ocurriendo en el comportamiento de las mismas, que tienen que ver y que sirven como indicadores del cambio climático que estamos sufriendo.

Diversas aves realizan migraciones entre espacios naturales de las tres localidades de España, Italia y Polonia en las que se sitúan los centros educativos participantes en el proyecto. En la biosfera todo está conectado y se quiere concienciar en la idea de que una mala gestión de un espacio natural en Málaga repercute negativamente en espacios naturales muy lejanos, que se sitúan en esos países y viceversa.

Con este proyecto Erasmus+ los objetivos finales que se persiguen son: la mejora de la competencia lingüística del alumnado y del profesorado, compartir y enseñar buenas prácticas docentes a profesores y estudiantes de otros países, practicar el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación y concienciar de la importancia de conocer, mantener y respetar la biodiversidad y el medio natural.

El colofón final de la estancia de los estudiantes extranjeros en Churriana fue el evento de despedida del pasado viernes en el que los alumnos de los tres países presentaron sus trabajos a los asistentes: el profesorado y equipos directivos de los tres institutos y de otros centros educativos de la localidad, familias, AMPA y, en representación del Ayuntamiento de Málaga, la presidenta de la Junta Municipal del Distrito n.º 8, y en el que se pudo disfrutar de las delicias gastronómicas preparadas por los padres y madres de los alumnos.

Fuente: http://www.diariosur.es/universidad/201703/23/migracion-aves-alumnos-churriana-20170323182324.html

Comparte este contenido:

Las migraciones animales más duras del planeta

Por:  Joe Riis/Ecoportal/17-03-2017

Numerosas especies, desde las mariposas a los caribúes, se enfrentan a caminatas increíblemente largas y desafiantes.Según Jamie Gillooly, biólogo en la Universidad de Florida, las aves son probablemente las que se enfrentan a las migraciones más impresionantes, tanto en términos de distancia como de dificultad.Por ejemplo, las aves limícolas y paseriformes reducen el tamaño de sus órganos digestivos antes y durante las migraciones para así aligerar su carga. Una vez la migración ha terminado, vuelven a crecer, afirma Gillooly, que recientemente ha sido coautor de un estudio sobre la masa corporal y las migraciones junto con Andrew Hein, de la Universidad de Princeton.Al vueloEl ranking a la migración más larga del mundo lo lidera el diminuto charrán ártico, que vuela “del Ártico al Antártico y viceversa”, dice Gillooly.En su tortuosa ruta, este pájaro de poco más de 100 gramos, viaja alrededor de 71.000 kilómetros. Sí, has leído bien. De hecho, gracias a un reciente estudio de seguimiento, se estima que a lo largo de toda su vida, el charrán ártico migra aproximadamente una distancia de 2,4 millones de kilómetros –¡lo que equivale a tres viajes de ida y vuelta a la Luna! –.Hugh Dingle, autor del libro Migrations: The Biology of Life on the Move, explica que los charranes realizan esta proeza en cuestión de días, pero “paran y se alimentan durante el viaje”. ¡Menos mal!Carsten Egevang, autor principal del estudio sobre la materia, añade que estas aves toman diversos desvíos en su camino hacia el norte en primavera, yendo desde la Antártida y pasando por África y Sudamérica hasta finalmente llegar al Ártico. Pero los charranes siguen siendo todo un enigma para los investigadores, ya que se desconoce el motivo por el que viajan tan lejos.En la categoría de los viajes más impresionantes sin detenerse, la clara ganadora es la aguja colipinta. En los seguimientos realizados a a estas pequeñas aves limícolas de pico largo en su vuelo desde Nueva Zelanda hasta el norte de China, se concluyó que no paraban para alimentarse, beber ni descansar, afirma Gillooly.Una aguja colipinta etiquetada recorrió 11.500 kilómetros en un solo viaje sin detenerse desde Alaska a Nueva Zelanda. Esto supone el vuelo sin paradas más largo que se haya registrado nunca. Además, el ave incluso “durmió” durante el viaje apagando una de las mitades de su cerebro cada vez.“Las únicas ocasiones en las que tienen que consumir una gran cantidad de energía es en las zonas de calmas ecuatoriales”, una región del Pacífico en torno al Ecuador con aire en calma y tiempo impredecible, añade Dingle.“Sino, siguen los vientos y realizan el viaje en dos o tres días”. De hecho, esta aguja colipinta consumió durante su maratoniano viaje todos los depósitos de grasa acumulados: más del 50% de su peso corporal.
¡Al agua!

Pero si de lo que hablamos es de migraciones por cantidad de animales, las sardinas se llevan la palma. Cada año un gigantesco grupo de sardinas recorre las aguas del océano Índico en busca de aguas más cálidas. Durante la “Sardine Run” –nombre con el que se conoce popularmente– se enfrentan a un peligroso recorrido de 1.500 kilómetros a lo largo de las costas de Sudáfrica.

Se han registrado bancos que alcanzan los 15 kilómetros de longitud y entre los 30 y 60 metros de profundidad. De hecho, su magnitud es tal que se pueden observar desde los satélites del espacio.

Y cómo no, esta migración masiva atrae también a diversos depredadores: delfines, tiburones, gaviotas, cormoranes e incluso lobos marinos están invitados a este enorme bufet libre de peces.

Insectos extraordinarios

Las mariposas monarca pueden presumir de ser las estrellas entre los insectos migrantes, cubriendo cerca de 5.000 kilómetros en sus migraciones, pese a la drástica reducción en sus migraciones.

Pero Dingle habla también de los pulgones de la hoja de maíz, a los que llama “desvalidos ambulantes”. Esta especie es autóctona de Estados Unidos y Canadá, y se encuentra normalmente en campos de maíz, de ahí su nombre. Utilizan sus mandíbulas para perforar la planta y extraer la savia, de la que obtienen el alimento necesario.

A pesar de su tamaño –de aproximadamente 2 milímetros de largo– estos insectos viajan aproximadamente 1.000 kilómetros desde Texas a Illinois en busca de comida, atraídos por el color amarillo claro de las nuevas plantas.

“Tienen que alcanzar un objetivo: nuevas plantas en crecimiento”, dice Dingle.

Estos bichitos contrarrestan sus escasas posibilidades –ya que son la presa favorita para aves y otros animales– creando “cientos y cientos de pulgones”, añade.

Además, el tiempo seco les favorece, ya que impide que se desarrollen los patógenos que pueden resultar mortales para los pulgones de la hoja de maíz.

¿Y los mamíferos?

Pero incluso las migraciones de grandes mamíferos pueden pasar desapercibidas. De hecho, solo recientemente se ha descubierto que el ciervo mula migra aproximadamente 241 kilómetros por Wyoming, atravesando en su camino autopistas, vallas y ríos.

Los caribúes de las regiones árticas se desplazan desde los bosques boreales a las tundras  y de las tundras de nuevo hacia los bosques boreales cada año, afirma Dingle. Una vez llegan a su destino, pasan varios meses alimentándose de pastos, llegando a consumir hasta cinco kilogramos al día.

Además, son las hembras de caribú las que inician la ruta migratoria, y semanas después las siguen los machos y las crías. A pesar de que su viaje no es tan largo cuando se compara con el de otros migrantes –aproximadamente 1.000 kilómetros–, es un viaje difícil ya que caminar consume más energía que volar o nadar.

Después de todo, los mamíferos ungulados no pueden impulsarse con el viento

Y finalmente…

También es necesario añadir que la dificultad de las migraciones animales es muchas veces sobrestimada por parte de nosotros, los humanos, afirma Dingle. La mayoría de las especies se han adaptado bien a su estilo de vida.

En realidad, para la mayoría de los animales, la parte más difícil es conseguir llegar a la edad adulta, dice.

Así que si es o no “arduo”, depende del ojo –o la pezuña, ala o aleta– de quien mire.

Ecoportal.netNational Geographic

http://www.nationalgeographic.com.es/

Comparte este contenido: