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Esta boca es nuestra  

Por Claudia Korol

Son niños, niñas y adolescentes de quienes poco se habla salvo cuando se los señala como criminales –a ellos en general– o se encuentran sus fotos en las búsquedas de paradero –las de ellas–. Viven en la calle y se refugian en casas de noche o centros de día para paliar la intemperie que se siente aun más allá de la piel. Pero en esos lugares encuentran también oportunidades, como la de convertirse en cronistas de la movilización que el viernes pasado colmó las calles. Indagaron, hicieron sus carteles, recogieron otras voces, sumaron las propias y conjuraron el estigma de ser víctimas, criminales o invisibles.

Son pibas y pibes de los barrios. Viven en las calles y utilizan las casas de noche o los centros de día para pasar ahí parte de su vida cotidiana. Pero “pasar”, en este caso, se vuelve un modo de ser y de dejar de ser. De transformarse.

Son pibas y pibes que viven en la precariedad, pero que han aprendido, en la calle y en la dureza del tránsito diario, a caer y a volver a levantarse, a no paralizarse frente al miedo, a organizarse, a compartir, a estar con otros y otras, a ser protagonistas.

Son pibas y pibes que han sufrido y sufren muchas violencias. Sin embargo, al juntarse, al trabajar en grupo, al participar en procesos de educación popular, van formando una conciencia crítica que les permite hacer gestos y acciones creativas, como la cobertura periodística original que han realizado de la movilización #NiUnaMenos #VivasNosQueremos.

En una jornada previa al 3, el viernes 27 de mayo, se hizo en el espacio de la CTA Autónoma un taller para coordinar los esfuerzos de lxs jóvenes “cronistas populares”, integrantes de organizaciones de niñez. La convocatoria decía: “Que no te cuenten otra historia, escuchá la que te cuentan lxs pibxs”, en la búsqueda de que sean protagonistas de la preparación de la jornada del 3, en su difusión previa, y en su relato posterior. Desde abajito, desde los territorios y cuerpos negados, ocultados, criminalizados, recuperamos estas voces.

No todxs pudieron llegar al taller, pero luego lo fueron replicando en sus lugares. De este modo participaron antes o después en el esfuerzo, pibas y pibes de Fiorito –integrantes de “Chicos del Sur” y de “Che Pibe”–, de El Transformador –colectivos que actúan en el Oeste y en el centro comunitario “El Ranchito” de Lomas de Zamora–, de Ruca Hueney –General Rodríguez–, del Frente Territorial Salvador Herrera –integrado por diferentes villas y barrios de CABA–, y las compañeras que coordinan el espacio de niñez de la CTA. Una parte de estos grupos se organiza en el espacio “Niñez y Territorio”. 3

Participaron en la coordinación del taller varias educadoras populares de esos colectivos, del portal informativo Marcha, y del Equipo de Educación Popular Pañuelos en Rebeldía. Con estas voces que compartimos en el andar intenso de las jornadas del #NiUnaMenos, fue naciendo y enredándose esta crónica.

Muchos modos de contar

Por grupos de whatsap, facebook, blogs, siguen circulando las fotos, videos, audios, escritos, que lxs cronistas populares fueron produciendo, y que se pondrán en común a partir de un próximo taller. La tecnología, en este caso, es apropiada por chicos y chicas como recurso para contar y difundir lo que nadie cuenta. Quienes han sido desde siempre convertidos en invisibles, quienes sufren la criminalización de la pobreza, las pibas que viven amenazadas por las redes de trata y de prostitución, los pibes que intentan ser captados como “soldaditos” por las redes de narcos, las pibas atrapadas en los laberintos de la violencia de sus padres, hermanos, reproducidas a su vez en noviazgos violentos, los pibes que sufren la violencia institucional, hoy se paran no como víctimas, sino como cronistas. No se quejan. Denuncian y señalan. “El Estado es responsable” dicen, replicando la consigna que acompaña la convocatoria en este año del #NiUnaMenos.

La creatividad se vuelca en carteles, en pinturas, en frases desafiantes. “No dejemos que nos maltraten”, “Para decir Ni una menos, hay que enseñar que el amor entre mujeres existe”, “Para decir Ni una menos, hay que dejar de preguntar cómo iba vestida cuando la violó”, “Para decir Ni una menos, hay que dejar de decir que los celos son amor”, “Piquetera mata galán”, “Mujeres unidas jamás serán vencidas”, “Si tocan a una, estamos todas”, “No podemos vivir asustadas ni aterrorizadas”. En las creaciones coloridas, se adivina la marca del sistemático trabajo previo realizado por los educadoras y educadores populares. Una gran parte de los grupos fueron el año pasado al Ni Una Menos, y realizan cotidianamente experiencias de comunicación popular, de “contar” su mirada de la historia.

En Che Pibe, relatan, vienen acompañando a chichos y chicas para que manifiesten sus opiniones, preocupaciones, y propuestas, como parte del ejercicio del derecho a la participación de niños, niñas y adolescentes. En ese camino, un grupo de ellas participó en el 2015 en el Encuentro de Mujeres, donde junto a otros grupos lograron que se creara una comisión de niñas. También participaron en el primer #NiUnaMenos, y generaron crónicas de aquella cita multitudinaria. En un video producido por Che Pibe el año pasado, una de las “che pibas” explica que luchar contra la violencia hacia las mujeres “es muy importante, por lo que viene pasando con el tema de las mujeres, el maltrato, que se llega a matar a las mujeres”. Otra nos dice que el #NiUnaMenos es necesario, “para que las chicas chiquitas y grandes no desaparezcan más. Como son bonitas y eso, los chicos se las llevan, las matan, les hacen otras cosas. No pueden ser libres, porque las matan”.

En Ruca Hueney, una organización social cuyo eje central es el trabajo comunitario con niños, niñas y jóvenes en General Rodríguez, convivenpib@s de 11, 12 hasta 18 años, con adultos que asumen el rol de educadores. Los y las adolescentes que viven en la casa, son víctimas de desigualdades sociales, de vulneración de derechos, y encuentran en el modelo familiar comunitario, una alternativa para reparar los daños y abusos a los que han sido sometidxs. Dice Marcos (13 años), de Ruca Hueney, en su crónica: “Ni una menos para mí, es basta de violencia. Es que dejen de desaparecer a las mujeres”. Rocío, también de Ruca, lo expresa así: “Las mujeres somos bonitas porque luchamos. Los varones son nuestros compañeros cuando nos respetan”. Las suyas son voces que tienen la experiencia de animar una radio comunitaria, la FM Ruca Hueney 91.5, donde cuentan cómo ven su barrio. Es parte de la experiencia también, el funcionamiento de una escuela primaria y secundaria con talleres diversos, vinculados a un emprendimiento productivo agroecológico, donde la producción central es de lácteos orgánicos.

“La previa”

En el taller preparatorio de la actividad, se pensaron los diferentes modos en que se iba a comunicar. Carteles. Videos. Fotos. Audios. Escritos. Se decidió utilizar algunas preguntas comunes, y salir con ellas a los barrios, de modo que al preguntar, también se estuviera difundiendo la convocatoria para marchar el 3 de junio.

Michelle, de Chicos del Sur, dice ahí que “la violencia es algo que sucede mucho en el barrio… se le puede preguntar a los pibes y pibas qué piensan sobre la violencia de género”. Se discute si hablar de violencia de género o de violencia contra las mujeres. Alguien dice que violencia de género es más amplio, y que abarca también a lxs trans y travestis, que sufren muchas violencias. Alguien responde que tal vez no se entienda en el barrio lo de género, y que mejor digamos violencia contra las mujeres. Se acuerda hacer las dos preguntas. Uno de los chicos sugiere preguntar si “las mujeres se merecen que les peguen”. Explica la pregunta. “Es que cuando se les dice que eso no puede ser, los pibes te responden que les pegan porque se lo merecen”. Los pibes piensan, dicen, proponen. Por momentos sienten vergüenza, pero finalmente todos y todas hablan. Se hacen cargo del protagonismo.

Después del diálogo se descarta la pregunta sobre si las mujeres merecemos que nos peguen, pero releyendo las respuestas recibidas en los barrios, podemos adivinar esa tensión: “¿Violencia hacia la mujer? Negro, el que le pega a una mina es un cobarde. Te puede meter los cuernos, te puede hacer lo que quieras, pero sos un cobarde. Andá y tomátelas. Sos un cagón si le pegás a una mina. Eso es lo que yo pienso”, responde uno de los entrevistados por los Chicos del Sur. Una chica responde: “Pienso que la violencia hacia la mujer está mal, porque los hombres son más fuertes que nosotras. Y nosotras no tenemos con qué defendernos. Si los hombres piensan que somos zorras, que somos putas, que somos esto o lo otro, no importa, no nos tienen que pegar, porque no nos podemos defender hacia ellos. Yo ya vi muchos casos que mataron a muchas mujeres por esto. Eso es lo que pienso. Que está mal”. Otra mujer responde también: “Sí, es horrible, y hay un montón de casos de esos de violencia hacia la mujer, que no se pueden defender. Los hombres tienen más fuerza. A algunas mujeres las matan. Tendrían que poner un límite. Hay bastantes mujeres que mueren, están quemadas, sufren. Algunas no lo pueden ni decir, ni hablar”. Los cronistas populares multiplican las voces del barrio, las confusiones del barrio, los miedos del barrio, los sueños del barrio.

Entre los carteles hechos por lxs pibxs, hay uno que dice: “Ni una Casa menos”. Se refieren a la amenaza que significa la decisión del Concejo Deliberante de Morón de poner en evaluación del Poder Ejecutivo la continuidad de la Casa de Noche de El Transformador. En un comunicado explican que “la casa no es sólo un techo para dormir, es también la posibilidad de repensar aquellos vínculos dañados, y de construir nuevos a través de experiencias saludables de convivencia. Esto implica nuestro compromiso sostenido durante el día en el acompañamiento y armado de las estrategias que nos planteamos junto a las personas que la habitan”. Quitarles el techo que lxs cobija, es una violencia que golpea sobre otra violencia.

El Transformador organizó la “callejeada” en Morón, trabajando con pibes y pibas en la calle los temas de la violencia de género. Nos cuentan que la “callejeada” es parte de sus prácticas como colectivo. “Es una “intervención recreativa en las calles, con pibas y pibes que la transitan en su cotidiano. A partir de ella comenzamos a acompañar sus situaciones e historias de vida, e intervenimos la vía pública, dando cuenta de esa niñez que parecía invisible”. Dicen desde su experiencia de callejeadas que “el objetivo es conocer para poder, a partir de ahí, generar un vínculo. Desde un saludo, conocer los nombres, pero siempre desde el lugar que ellos le impriman al encuentro. Este reconocimiento de su existencia fractura la monotonía de la constante invisibilización a la que son sometidxs diariamente, y abre una puerta para la vinculación”.

El 3 y después

Una parte de esta generación de comunicadores y comunicadoras asumió el desafío de “contar” la historia el mismo 3. Retrataron la salida del barrio, la llegada al Congreso, el encuentro con otros chicos y chicas, la chocolateada en la Avenida de Mayo. Fueron con sus rostros pintados de colores, con los carteles artísticos discutidos y elaborados colectivamente.

La gente de Ruca Hueney nos dice que ahí están marchando “pibes de los barrios, hijas de lxs laburantes, que vienen de las ollas populares, los merenderos, las huertas comunitarias, el trueque, que hoy se organizan teniendo presente esa memoria de lucha colectiva”. Desde esa memoria crearon la escuela, la radio “nuestras formas cooperativas de organización laboral, nuestros modos de alimentarnos y curarnos”. Nos dicen que los pibes son vistos por lo general cuando se los criminaliza, y que las pibas son vistas cuando se las desaparece.

Michelle y Franco, corresponsales de Chicos del Sur, entrevistados por Camila Parodi, comparten su evaluación de la experiencia. Dice Franco: “Fue una experiencia muy linda, porque había gente que pensaba cosas distintas que las que pensábamos nosotros. Por ejemplo, nosotros le preguntamos a unos chicos, a dos chabones que estaban ahí, y nos dijeron: “¿Te parece esa pregunta? ¿Justo a nosotros vas a preguntarnos eso? Andá a preguntar para allá””. Michelle agrega: “Otro chabón dijo: “El que le pega a una mujer es un cagón. El que le pega a una mujer no es hombre”. Esa respuesta me gustó mucho. En nuestro barrio hay gente que se enteró de la movilización cuando salimos a hacer las entrevistas, antes que saliera por la tele. … El taller estuvo bueno, estuvo muy copado porque de ahí sacamos las ideas, nos organizamos entre todos. Después hicimos un grupo de whatsap, donde compartíamos lo que pensábamos en los distintos barrios. En la marcha hicimos el mismo reportaje con preguntas que eran: “¿Cómo te llamás? ¿De dónde venís? ¿Por qué estás hoy acá?”. La gente respondió muy bien. Otros no respondieron porque estaban apurados. Hicimos 21 audios, 18 videos. La marcha estuvo muy buena… Nosotros éramos muchos. Fue una de las movilizaciones más grandes que yo vi hasta ahora. Era impresionante ver a tanta gente que estaba en contra de la violencia hacia las mujeres. Eso me emocionó mucho”.

“Vivas nos queremos”

“Desaparecer para ser vistas.” Esta paradoja es parte de la historia de nuestro continente, donde los cuerpos de las mujeres han sido históricamente territorios de ocupación, lugares de conquista, trofeos de guerras coloniales. Las pibas de los barrios, sin embargo, empiezan a contar nuevas historias. Llenaron las calles de todo el país, reclamando un “Ya basta”. Nunca más la lucha contra la violencia patriarcal, será tarea sólo de las feministas.

Este año la cita del 3 de junio partió del Ni Una Menos, para decir que Vivas nos queremos. No se trata sólo de un agregado de consignas. Es la contraseña para pasar del lugar de víctimas, al lugar de protagonistas.

Las pibas de los barrios, las cronistas populares, lo están sintiendo y diciendo. Han aprendido que si tocan a una nos movilizamos todas, una práctica fundante del feminismo popular. Han aprendido que tienen derecho a decidir sobre sus cuerpos y sobre sus vidas. Han aprendido que los celos no son amor. Han aprendido que pueden escribir una historia nueva.

Vivas nos queremos. Vivas, deseantes, actuantes. No mujeres peleando entre sí por un lugarcito bajo el sol, sino caminando juntas con la alegría del encuentro. Vivas nos queremos, que significa que nos queremos vivas, pero también que nos queremos. A nosotras mismas, a nuestros cuerpos, a nuestras vidas, a nuestras comunidades, a nuestras semillas, a nuestros territorios… vivas.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-10632-2016-06-11.html

Imagen tomada de: https://bedia.files.wordpress.com/2010/01/caricatura11.jpg

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Entrevista a Jordi Mir Garcia sobre «Movimientos sociales. Construyendo democracia. 5 años del 15 M» (I)

“La PAH ha sido capaz de generar más conciencia de clase que los actores tradicionales que asociamos al movimiento obrero”

Por Salvador López Arnal

El Viejo Topo

Jordi Mir Garcia es doctor en Humanidades, profesor de la UPF y de la UAB y miembro del CEMS (Centro de Estudios de los Movimientos Sociales) y del Observatorio del Sistema Universitario.

mir_llibre-Me centro en tu nuevo libro -¡felicidades!- aunque no es imposible que formule alguna pregunta complementaria. Me centro en lo más esencial, quedarán cosas en el tintero-archivo: ¡son muchos los temas y argumentos! En el título usas la categoría “movimientos sociales”. ¿Qué es un movimiento social?

-Muchas gracias por tu generosidad, Salvador. Hay cierto debate académico sobre esta cuestión que no he tratado en el libro, ya que aquí se recogen un conjunto de materiales de análisis y reflexión de estos últimos cinco años sin pretensión de exhaustividad. Se acostumbra a hablar de movimientos sociales como si todos supiéramos de lo que hablamos y seguramente no es así. Por ejemplo, se acostumbra a entender que un movimiento social es un conjunto de personas que se moviliza para reivindicar o defender algo a partir de algún tipo de actuación que iría más allá de la política institucionalizada. ¿Es la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) un movimiento social? Está claro que no es un partido político. Es una organización, con su diversidad, y yo diría que forma parte de un movimiento social, el del derecho a la vivienda, por ejemplo. Pero la categoría de movimiento social sería más amplia que un colectivo u organización para incorporar las personas que individualmente participan y otro tipo de actores que luchan por objetivos que podemos considerar más o menos compartidos. No sé si quieres entrar en más detalles.

-Está bien así, creo que nos entendemos. Entre los movimientos sociales de los que hablas en el libro, hay uno -no es ninguna crítica- que no está muy presente, el asociado a la clase obrera, al movimiento obrero. ¿A qué crees que es debido?

-El llamado movimiento obrero ha sido históricamente muy importante y seguramente hoy lo continúa siendo, pero en los últimos años ha estado menos presente o presente de otros modos. Intento explicarme.

-Adelante.

-¿No hay clase obrera en la PAH? Diría que sí, incluso diría mucho más. Diría que la PAH ha sido capaz de generar más conciencia de clase que los actores tradicionales que asociamos al movimiento obrero. Pienso en la diferencia entre hablar de clase obrera como definición sociológica o económica o la definición que nos lleva a hablar de personas que tienen conciencia de su explotación y luchan por conquistar derechos. Por lo tanto, diría que sí hay clase obrera, pero movilizada por condiciones que no son directamente laborales. ¿No ha habido movilizaciones laborales durante estos años? Sí. Las principales movilizaciones antes del 15 de mayo de 2011 tuvieron que ver con los recortes, pero diría que no son la clave de lo que ha sucedido durante estos años.

Muestra de ello son algunos de los mismos cambios que se están produciendo en el movimiento obrero. Los sindicatos llamados mayoritarios, CCOO y UGT, por ejemplo, empezaron a vivir una especie de 15M interno que me cuesta ver la repercusión que haya podido tener. Se ha producido un crecimiento de los sindicatos considerados minoritarios como alternativa factible y, también han ido desarrollándose formas de organización entre colectivos de la llamada clase obrera a los que no llegan los sindicatos: personas sin trabajo, con trabajos precarizantes, migrantes…

-¿Qué tipo de democracia están construyendo esos movimientos?

-Sin evitar la pregunta, diría que de entrada, los movimientos sociales, los colectivos movilizados, señalan limitaciones de la democracia realmente existente. Cuestionan su calidad y denuncian involuciones o deficiencias coyunturales o estructurales. Eso ya implica construcción. Entiendo que sus aportaciones van por la vía del cómo hacemos política y por qué políticas hay que hacer. La PAH, por ejemplo, es capaz de parar desahucios desde la movilización y plantear el debate sobre si la vivienda debe ser un mercancía o un derecho, acompañar y empoderar a personas en una situación de gran fragilidad por la situación vivida, negociar con entidades financieras y administraciones públicas, impulsar (junto a otros actores) una ley contra los desahucios y la pobreza energética aprobada en el Parlament de Catalunya… Veo grandes aportaciones a partir de la polítización o repolitización de la población a partir del 15M y en las maneras de hacer política que se plantean y en políticas concretas propuestas. Pero estamos en una fase que debería ser inicial para ir ampliando y desarrollando una buenas prácticas que hagan posible una democracia que signifique que el pueblo gobierna y por tanto que no se aprueban leyes contra el pueblo.

-¿No caemos -no hablo ahora de tu libro- en una excesiva idealización de los movimientos sociales? Movimientos sociales los hubo en Ucrania, por ejemplo, y no parece que aquello fuera un proceso de emancipación social. Si miramos a Brasil en estos momentos (también a Venezuela desde luego), cuatro quintos de lo mismo. ¿No habría que distinguir entre movimientos de avance y movimientos de retroceso o abonados por las reacciones? ¿Con qué criterio si fuera así?

-Me parece que tienes toda la razón. Con perspectiva histórica podríamos decir que los movimientos sociales han sido desarrollados, principalmente, por colectivos que buscaban la creación de nuevos derechos o la ampliación de los existentes. Es decir surgían con voluntad de evitar exclusión y opresión. ¿Quién se ha movilizado históricamente en la calle? Quien no está en el palacio, quien puede resolver sus problemas desde el poder o sus cercanías no ha necesitado utilizar los instrumentos de la movilización social. Pero tampoco es siempre así, cuando los que habitualmente han estado en el poder pierden presencia, cuando disminuye su capacidad de actuación, pueden recurrir a la movilización social. Por ejemplo, lo hemos visto claramente con el Partido Popular. El PP aprendió que en 2004 pierde el poder, en parte, por la actuación en la calle: movilizaciones contra la Guerra, contra la gestión del Prestige, contra los atentados en Madrid el 11 de marzo y como actuó el gobierno… A partir de entonces, el PP, cuando está en la oposición dinamiza e impulsa movilizaciones sociales contra determinadas políticas del gobierno de José Luis Rodriguez Zapatero (PSOE). Recordaremos las manifestaciones en favor de la familia tradicional, especialmente en Madrid, las llamadas a la desobediencia a la asignatura de Educación para la ciudadanía… Soy de la opinión que el uso de la categoría “movimiento social” debería ser neutra y que nos sirva para analizar formas de organización, actuación, movilización… sin pensar que han de responder a un determinado pensamiento político o que ha de ser algo bueno por definición.

-De acuerdo. El 15M, por supuesto, es uno de los grandes protagonistas del libro. Si tuvieras que decir en muy pocas líneas lo más esencial del 15M, ¿qué dirías? No se me olvida que antes ya has comentado varias cosas.

-Diría que el 15M es un punto de inflexión. Una movilización que ha conseguido politizar o repolitizar a amplios sectores de la población a partir de unas pocas ideas claves: “No nos representan” “No somos mercancía en manos de banqueros y empresarios” “Democracia real ya”. Eso implica conseguir establecer un conexión más o menos sólida con amplios sectores de la sociedad que comparten esas ideas y buscan cambios substanciales en su sociedad para hacer política de otro modo y hacer otras políticas. ¿Cómo lo ves?

-Lo veo bien, lo veo como tú lo explicas: hacer política de otro modo y otras políticas. ¿Podemos ha sido la gran derivada política básica del 15M? ¿Podemos, en tu opinión, representa fielmente el ideario o los idearios asociados al 15M?

-Me parece que Podemos es un interesante ejercicio para establecer una conexión con el malestar que el 15M ayuda a mostrar. Pero no diría que haya sido la deriva política básica del 15M. Diría que la deriva básica del 15M como proyecto electoral se dio especialmente en las elecciones municipales de 2015 con la proliferación de candidaturas surgida de la movilización local. Y algunas de ellas han llegado a los gobiernos. Podemos quiso conectar y aprovechar la oportunidad generada. Las expectativas que generó fueron grandes, lo pudimos ver en su ruta de presentación por España antes de la elecciones europeas. Otra cosa me parece que es el proceso de construcción del proyecto político que responde menos a lo que fue el 15M si lo comparamos, por ejemplo, con los procesos para la creación de Ahora Madrid o Barcelona en Comú. Podemos era una cabeza en busca de cuerpo y pies en la tierra, por eso no se presentó sola a las municipales, y Ahora Madrid, Barcelona en Comú y otros muchos casos, crecían desde espacios de movilización local. Dicho todo esto, conviene tener presente que a una parte de las personas movilizadas en el 15M no se consideran representados por ninguna opción electoral e incluso se sienten molestos por cierta utilización del 15M por proyectos que se presentan a las elecciones.

-Es importante lo que acabas de señalar. La PAH, vuelvo otra vez, es otro de los protagonistas de tu ensayo. ¿Por qué ha sido, por qué es tan importante este movimiento? En definitiva, si no ando errado (y haciendo un poco de tonto-estúpido), lo que trata es de evitar desahucios -¡qué menos!- y defender el derecho a una vivienda digna. No parece que eso sea muy revolucionario. Una sociedad puede admitir la dación de pago y administrar un apoyo a la vivienda digna de gran parte de la ciudadanía y ser una sociedad capitalista con las corporaciones sediendas de beneficios en plano destacado.

-Seguramente tienes razón, pero hoy hay miles de personas que han perdido su casa, a las que se les cortan los suministros, que no pueden hacer tres comidas al día… Sólo desde enero de 2016, gracias a la ley impulsada por la PAH en Catalunya, la Alianza contra la Pobreza Energética y el Observatori DESC, el ayuntamiento de Barcelona ha podido parar 639 desahucios y se han conseguido 400 viviendas de bancos para uso social. Aplicar el derecho a la vivienda no debería ser nada revolucionario hoy, entre otras cosas porque la Constitución española dice en su artículo 47: “ Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes público”.

-Julio Anguita suele recordar este artículo con frecuencia.

-No debemos dejar de hacerlo y luchar para que se cumpla. Y el artículo 128: “ Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general”. Pero esos derechos alguien tiene que garantizarlos y no ha sido así y todavía no es así. La PAH nació para hacerlo. Tampoco me parece que debiera ser revolucionario conseguir una dación en pago. Detrás de toda dación en pago hay dinero perdido por las personas que al final tienen que renunciar a su piso. Es decir, tienes razón.

-Es decir, no la tengo…

-No diría eso… Pero, a mi entender, en el escenario actual lo que hace la PAH acaba siendo muy revolucionario porque se enfrenta a unos poderes que no se preocupan por las vidas que la crisis y sus decisiones pueden destrozar. Dicho todo esto, me cuesta pensar en algún actor colectivo que durante estos años se haya enfrentado con más radicalidad, al ir a la raíz de los problemas, con los gobiernos que tienen responsabilidades y con las instituciones financieras. Y también me cuesta, como decía antes, pensar en otro actor que haya acompañado y empoderado a tanta gente golpeada desde diferentes lugares durante estos años.

-Insisto en este punto. ¿No hubieron, no hay, muchos militantes de organizaciones de izquierda -pienso, por ejemplo, en colectivos de EUiA que conozco de Santa Coloma de Gramenet-, de los tan denostados ¡partidos políticos!, que se han esforzado todo lo posible y un poco más por abonar la plataforma?

-La PAH surge de un pequeño grupo de activistas que vienen de V de Vivienda, un proyecto anterior, que en tiempos de la burbuja inmobiliaria ya denunciaban las dificultades para acceder a una vivienda y que debía ser un derecho que saliera del mercado. Su expansión tiene mucho que ver con la inflexión que supone el 15M y con la llegada a la PAH de gente muy diversa, también vinculada a diferentes partidos políticos, como EUiA en Catalunya o IU en el conjunto de España.

-Antes hablabas de ello, insisto un poco más. ¿Barcelona en comú es la principal herencia, o la herencia sin más, de las PAH? ¿Las finalidades básicas de las PAH son apoyadas y defendidas desde el consistorio barcelonés?

-El proyecto de Barcelona en Comú puede ser visto como un fruto de la PAH, o de algunos sectores de la PAH de Barcelona para ser más concretos. Puede ser visto como un resultado no necesariamente previsto surgido a partir de diferentes constataciones. Por ejemplo, las limitaciones de la movilización social y los movimientos sociales en este momento. La PAH, pese a todo lo conseguido, se encuentra con barreras muy difíciles de superar. Intentar ir a formar parte de las instituciones tiene que ser visto como la voluntad de poder ampliar sus ámbitos de actuación y acceder a espacios desde donde legislar y aplicar políticas públicas que no se han podido conseguir como movimiento. Barcelona en Comú es de los pocos actores que se presentan a las elecciones y asumen las propuestas de la PAH como propias. Otra cosa es la dificultad para aplicarlas desde el gobierno municipal.

Eso provocó que PAH Barcelona enviará una carta pública a la alcaldesa Ada Colau para reclamar acciones decididas. No se quedaron callados y hay quien esperaba que así pasara. Después, igual que habían criticado la acción del consistorio, valoraron muy positivamente algunas de las primeras medidas tomadas. En Barcelona todavía hay desahucios. Y los hay porque el Ayuntamiento, pese a tener voluntad política, no tiene todos los instrumentos que necesitaría para evitarlos. La PAH es consciente de ello, pero no se resigna. Continúa buscando forzar a las instituciones para que garanticen el derecho a la vivienda. La ley 24/2015 puede ayudar a que se acabe con los desahucios. Es por eso que el Partido Popular quiere evitar que esté vigente, como ha hecho con otras leyes surgidas de otros gobiernos autonómicos. A Convergència Democràtica de Catalunya, o a Junts pel Sí, esta ley también le causó problemas. Le costó aplicarla cuando podía hacerlo. Ahora la defiende como una agresión recentralizadora. La PAH ha conseguido que se muy difícil enfrentarse al derecho a la vivienda. Pero hay quien continúa haciéndolo. Y eso es muestra de que se ha hecho mucho, pero que queda por hacer si queremos que se garantice.

-Las PAH, afirmas en el libro, se han convertido en garantes de derechos. ¿De qué derechos? ¿Con éxito demostrado?

-La PAH no es solo reivindicación, también hay otros actores en la lucha por el derecho a la vivienda que actúa de manera parecida. Para la PAH no basta con reivindicar, no es suficiente decir que es una injusticia. El 15M aporta una cierta extensión de la conciencia de que si ellos, los representantes políticos, no hacen lo haremos nosotros. Recuerdo a Joan Herrera decir, tras la irrupción del 15M, que ellos (ICV) ya estaban reivindicando lo mismo desde hacía años. En parte, tenía razón. Pero no bastaba ya reclamar. En el 15M se pedía hacer. La PAH reclama, negocia y hace. Hace parando desahucios y ocupando pisos y bloques vacíos propiedad de entidades financieras rescatadas con dinero público. Ahí estaría la voluntad y el intento de garantizar derechos que se consigue desde la desobediencia civil no violenta. También estaría en los casos de exitosa negociación con entidades financiares para lograr alquileres sociales, por ejemplo.

-Me cuesta hacerte esta pregunta pero me veo forzado a ello. Creo que fue en 2013, hablas de ello en el libro, cuando las PAH recibieron el premio del Parlamento europeo “Ciudadano europeo del año”. De manos, además, de Martin Schulz. ¿Alguien tan sistémico dando un premio a un colectivo, a un movimiento social, tan antisistémico? ¿No hay aquí alguna contradicción o algo que no casa bien?

-Seguro que hay contradicciones y no hay que tener reparos en abordarlas. No tiene que costarte hacer esa pregunta ni ninguna otra. ¿Hizo mal la PAH en aceptarlo? ¿Hizo mal Martin Schulz en entregarlo? La PAH se ha declarado apartidista, que no apolítica, y ha intentado huir de los intentos de manipulación sufridos por muchos actores que han querido aparecer a su lado. Mucha gente ha querido hacerse fotos con ellos. Esa es una evidencia de lo conseguido. Recuerdo un debate con motivo de que la revista Pronto , la de más difusión en España, regalara pegatinas de la PAH. No solo eran las pegatinas, había un consultorio de la PAH para resolver dudas sobre el derecho a la vivienda que tenían personas lectoras de la revista y que estaban en una situación delicada. Hay quien no lo entendió.

También hay quien no entendió la participación en determinados programas de televisión. Tengo bastante claro que estas actuaciones han sido claves para la extensión de su movilización: para llegar a las personas que están sufriendo y leen el Pronto o ven a Ana Rosa Quintana y para que las personas que leen estas revistas o ven estos programas aunque no sufran la situación se solidaricen con la causa. Había que ir más allá de los círculos activistas y de gente potencialmente cercana.

-No tengo nada que oponer a eso que señalas siempre y cuando no nos confundamos. ¿Crees que Simone Weil, como creo que apuntas, ha inspirado a algunos movimientos sociales como las PAH?

-¡Ya me gustaría que Simone Weil fuera tan conocida! ¡Me gustaría que saliera en el Pronto ! No, no creo que ella haya inspirado. Pero lo importante, así lo veo, es que sus ideas estén en la PAH. No me cuesta nada imaginar a Weil con una camiseta verde poniendo su cuerpo para parar un desahucio, igual que lo quiso poner para frenar tantas realidades que consideró injustas.

-Si pudiera leerte, creo que estaría de acuerdo con lo que has dicho. El 15M, que irrumpió en la plaza del Sol de Madrid, ¿crees que ha ayudado a hermanar los diferentes pueblos de España o, en curiosa y frecuente terminología nacionalista muy usada por la izquierda, del Estado español?

-Me parece que las movilizaciones del 15M han hecho más por la comunidad de las diferentes gentes de este país que la mayor parte de los gobiernos existentes hasta el momento, que tampoco es muy difícil me parece. Y lo digo con tristeza. El 15M es una evidencia de lo que une a la gente que desde abajo cuestiona lo que hacen los que están arriba. Y los que están arriba se preocupan menos de lo necesario por las libertades de los de abajo en Madrid o Barcelona… En Barcelona hubo debates importantes para incorporar el derecho a la autodeterminación entre las reivindicaciones de la acampada, así se hizo al final. Pero diría que este hecho no generó problemas. Si buscamos una democracia real, ese debate era inevitable. Diría que eso no separó, más bien unió. Y hoy vemos unos lazos entre Madrid y Barcelona que seguramente hace años que no se daban. Podemos me parece que amplifica lo que históricamente ya había planteado IU en esa dirección.

-Déjame que no entre en este punto (queda pendiente para otra ocasión). ¿A qué llamas desobediencia civil noviolenta? ¿Cuándo hay motivos para practicarla? ¿Cuándo podemos afirmar que una ley es injusta?

-Acostumbramos a entender la desobediencia civil no violenta como una actuación que no cumpliendo con alguna ley buscar cambiar esa ley o evidenciar alguna realidad que debería ser transformada. Es decir, si se ocupa un piso, desobedeciendo la ley, se hace para evidenciar una ley hipotecaria que se considera injusta, la vulneración de derechos que implica no garantizar una vivienda… Se practica cuando hay personas que consideran que no se puede continuar tolerando algo que entienden que es intolerable. Se da un choque entre lo que consideran legítimo y lo que es legal en su sociedad. La legitimidad se construye a partir de lo que entendemos que es justo, aquello que entendemos bueno, correcto, adecuado, necesario. Si entendemos que las personas tienen derecho a una casa para poder vivir y a otras condiciones materiales mínimas, en caso que no se estén garantizando se actúa para conseguir cambiar la ley y que se cumpla. Se hace sin el uso de agresiones, pero con contundencia si es necesario. Es decir sin violencia física, pero ocupando un piso que se entiende que debería estar a disposición de las personas sin vivienda si ha estado pagado con dinero público al rescatar una entidad financiera y no se le da ningún uso.

La desobediencia civil no violenta es un recurso usado a lo largo de la historia por diferentes movimientos sociales. Por ejemplo, uno de los más conocidos y divulgados es el de los derechos civiles en Estados Unidos. Recordamos episodios como los protagonizados por personas como Rosa Parks, Martin Luther King Jr y tantas otras de las que no nos ha llegado su nombre pero que decidieron sentarse, por ejemplo, en cafeterías donde lo tenían prohibido. Me preguntas quién decide lo que es justo y lo que no, cuándo podemos afirmar que una ley es injusta. Estas son algunas de las grandes cuestiones que, me parece, no hemos abordado como sociedad y es necesario hacerlo.

Estamos en un momento en el que se ha popularizado la idea de desobediencia. Incluso el gobierno de la Generalitat coquetea con ella, utiliza su épica. En un sociedad plural lo que consideremos legítimo para que se convierta en ley debería surgir de un tipo de acuerdos intersubjetivos que no se acostumbran a dar. Más bien funciona la imposición de las posiciones propias y el no reconocimiento de las ajenas. Las leyes que van contra los derechos humanos deberían cambiarse. Las leyes que van contra los derechos que tienen los españoles reconocidos en la constitución deberían cambiarse. Más allá de esto deberíamos abrir debates rigurosos y profundos para conseguir que lo legítimo y lo legal se unan. Analizar las diferencias legitimidades, a veces enfrentadas, que pueden existir ante una misma realidad y buscar posiciones de encuentro que si es necesario reconozcan la objeción de conciencia si entendemos que no se debe forzar. La desobediencia civil no violenta suele ser una voz que avisa de serios problemas a resolver, no debemos criminalizarla, apartarla del debate público o perseguirla sin más.

-Citas a Bertrand Russell, uno de los filósofos más admirados por nuestro maestro y amigo Francisco Fernández Buey. Del siguiente modo: “Russell nos apunta una cuestión clave: ¿qué es lo que está en juego en un acto de desobediencia? La democracia”. ¿Qué democracia está en juego? Te pregunto por eso a continuación.

  -De acuerdo, cuando quieras.

Fuente: http://www.elviejotopo.com/topoexpress/el-15m-y-la-democracia/  

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Australia: Reinstate Roz Ward! Stand Up for Safe Schools!

Resumen: Roz Ward, es el cofundador del programa de escuelas seguras en la Universidad de La Trobe y ha sido suspendido luego de los ataque continuos por parte de políticos de derecha y medios de comunicación. El Programa de Escuelas Seguras se ha convertido en un estandarte en la defensa de las personas homosexuales y transexuales presentes en las escuelas, con una considerable disminución de los casos de acoso, discriminación, initimidación y maltrato a los LGBTI. La suspensión lleva por trasfondo la homofobia presente en los representantes de la Universidad y los medios

 

Roz Ward, co-founder of the Safe Schools program has been suspended from her role at La Trobe University following sustained attacks by right wing politicians and the Murdoch press.

This program has had tremendous success in reducing homophobic and transphobic bullying at schools. Young LGBTI people are starting to feel better about themselves and the conservative right can’t handle it.

Roz has been the most strident and courageous defender of the program and young people struggling with anti-LGBTI discrimination and bullying. La Trobe university management used the pretext of a political opinion on Roz’s private facebook page for the suspension, which is itself a serious attack on her freedom of speech. But we know that what really motivated this is the hounding of Murdoch’s press and extreme homophobes & transphobes.

We demand that Roz Ward be reinstated to her position and that the Safe Schools program be rolled out everywhere!

Tomado de: https://www.change.org/p/la-trobe-university-reinstate-roz-ward-stand-up-for-safe-schools?recruiter=2627348&utm_source=share_petition&utm_medium=facebook&utm_campaign=autopublish&utm_term=des-lg-no_src-no_msg&fb_ref=Default

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Brasil: una juventud que no naturaliza el capitalismo

Lanzamiento de Faísca – Juventud Anticapitalista y Revolucionaria en Río de Janeiro.

2Jun/LaizquierdaDiario

La agrupación se propone poner en debate los rumbos del país frente a los ataques del gobierno golpista de Michel Temer, para seguir el ejemplo de los secundarios de todo el país que vienen luchando contra los ataques a la educación, y para organizar la lucha contra la opresión machista, racista y contra la comunidad LGTB estructural al capitalismo.

La mentira que les contaron a nuestros padres de que la Historia se había acabado y el que capitalismo había vencido, no caló nunca en nuestra generación. Somos los hijos de las crisis del 2008, y protagonizamos los primeros procesos de lucha contra este sistema desde entonces. La juventud en todo el mundo, acostumbrada a luchar para vivir en este sistema, se levanta en varios países del mundo contra la ruina social que nos reserva como futuro el capitalismo.

Como la juventud en Chile que se levantó contra las reformas educativas de un régimen que todavía lleva las marcas de la dictadura de Pinochet, herencia que se mantiene de gobierno a gobierno. Una juventud que se enfrenta a la policía para defenderse de la contrarreforma educativa de Bachelet y lucha por una educación gratuita y de calidad para todos.

Estos jóvenes, que notificaron esta semana al gobierno chileno que empezaron la ofensiva, encuentran eco en otro continente, en la juventud francesa, que está siendo la punta de lanza de uno de los mayores procesos de lucha que se desarrollan actualmente contra la reforma laboral del presidente Hollande, en una fuerte alianza con los trabajadores.

Reformas que el gobierno decreta sin ni siquiera consultar al parlamento francés, en una de las democracias más antiguas del mundo, mostrando que estas democracias al final no son más que farsas al servicio de la explotación capitalista.

La lucha de la juventud contra la reforma laboral en Francia despertó a los batallones de la clase obrera, que pararon refinerías de petróleo y plantas de energía nuclear, impidiendo la impresión de diarios, por lo que se enfrentaron a durísimas represiones policiales. Esta lucha es un ejemplo del potencial explosivo de esta alianza.

Este es la tarea de la juventud en todo el mundo y también en Brasil, donde la juventud fue el primer sector en despertar y darse cuenta que los años de “bonanza” de Lula y Dilma habían terminado en el pacto con grandes capitalistas y latifundistas, los que siempre mandaron en el país, a los que el PT y la burocracia sindical acomodaba con cargos en el Estado cumplió siempre un papel fundamental para contener a la juventud y los trabajadores.

La juventud en junio del 2013 anticipó el descontento social sacando a luz los problemas latentes en el país, enfrentando las expectativas con el fin de ciclo de Lula-Dilma, mostrando que los 13 años del PT en el poder garantizaron la conciliación entre las clases y la contención social, y un plan para que los trabajadores y los jóvenes sean los que paguen por la crisis. El PT terminó siendo eyectado para asegurar que los ajustes y los recortes que venía implementando sean hechos de forma más veloz por un gobierno golpista y sin legitimidad creado para hacer que la factura de la crisis la paguemos más rapidamente.

El gobierno golpista de Temer apenas llegó al poder, comenzó a tratar de callar rápidamente nuestras protestas, fortaleciendo la justicia de los poderosos y su policía antidisturbios, que fue utilizada para reprimir en las jornadas de junio de 2013 y ahora es utilizada nuevamente con los estudiantes secundarios de las escuelas técnicas del estado de San Pablo, y los estudiantes de Rio de Janeiro que fueron reprimidos brutalmente por la Secretaría de Estado de Educación. Los sectores más reaccionarios dan la cara para mostrar que quieren atacar aun más a las mujeres, negros, a la comunidad LGTBI, pero no pasaran!

La juventud está enfurecida, no carga en su espalda la traición del PT, porque odia desde siempre a esta derecha golpista con la que el PT se alió para intentar evitar el golpe, en lugar de recurrir a la movilización de la juventud y los trabajadores para impedirlo. La ola de la juventud toma todo el país, en Río de Janeiro, Rio Grande do Sul, Ceará, Paraná, siendo ya más de 300 escuelas ocupadas en todo el país.

Las huelgas y ocupaciones en las tres universidades estaduales de San Pablo, de la Universidad Estadual (UERJ) y de los docentes de Río de Janeiro, o de las universidades de Rio Grande do Sul. De norte a sur, los jóvenes estamos en la primera línea de lucha, mostrando que no bajamos la cabeza. Por el contrario, tomaremos las calles en defensa de nuestros derechos y por un mundo libre de toda explotación y opresión.

Lucharemos contra esa derecha que nos quiere impedir expresar libremente nuestra sexualidad y la construcción de nuestra identidad, lo hacen en nombre de la moral de una «familia tradicional brasilera» que no existe. Familia que ellos mismos destruyen a través de la explotación laboral, el aumento del desempleo y los recortes de derechos sociales que los trabajadores habían impuesto con su lucha.

Una derecha racista heredera de la esclavitud que no soporta la idea de ver a negros en la universidad en lugar de la prisión. Que no soporta la posibilidad de que mujeres puedan ser libres, por lo que impiden el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, mientras ponen bajo la alfombra la violencia machista, estructural a este sistema.

Una derecha que junto a los medios de comunicación machistas intentan a todo momento naturalizar, legitimar y justificar los injustificables casos de violencia sexual y de género, como el caso de la violación en grupo de la joven de 16 años en Río de Janeiro.

Una derecha golpista que secuestró con la ayuda de los medios y del partido judicial el voto de millones de brasileros para llevar a cabo un golpe institucional en toda la línea.

La agrupación Faísca – Juventud Anticapitalista y Revolucionaria se dirige a todos los jóvenes que no naturalizan la miseria en la que vivimos en el capitalismo para construir una nueva juventud, que ya está mostrando en todo el mundo, como en Francia y Chile, que han comenzado la ofensiva contra este sistema. Para romper la miseria de lo posible y por una vida con sentido, libre de explotación y opresión.

Por la vida de las mujeres, negros y negras y de la comunidad LTGB.

Por las víctimas de violencia que se enfrentan diariamente a 1, 2, 3… 30.

Por los cinco jóvenes muertos con 111 tiros de la Policía y por las víctimas del genocidio a la juventud negra.

Por los trabajadores y trabajadoras que dejan su vida y sudor, mientras una casta corrupta gobierna para sus propios intereses y negocios.

Si atacan, luchamos miles.

Somos las mujeres que no vamos a aceptar las violaciones, somos los secundarios que estamos enseñando con esta lucha por la educación. Somos la juventud que no acepta este gobierno golpista y que no tiene miedo a luchar. Somos la juventud chilena, somos la juventud francesa que está haciendo arder Francia junto a los trabajadores.

Somos la juventud que quiere derribar el capitalismo.

 Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Brasil-una-juventud-que-no-naturaliza-el-capitalismo

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Entrevista con Nilma Gomez (Brasil): «Una de las formas de racismo y el machismo es hacernos creer que si no estamos allí, es por falta de competencia»

Nilma Lino Gomes, profesora y pedagoga, fue la primera mujer negra en dirigir una universidad pública en Brasil, la Universidad de Integración Internacional africanos de habla portuguesa-brasileña (Unilab). Dejando Belo Horizonte, se fue a Brasilia, donde ocupó durante un año y medio, el Ministerio de la Mujer, la igualdad racial y los derechos humanos. Sin embargo con la entrada del gobierno de Michel Temer se extinguió dicha instancia ejecutiva para formar un equipo ministerial compuesta por sólo hombres blancos. «La sociedad brasileña no está acostumbrado a vivir con la diversidad en los lugares de poder», dice Nilma.

Conocido como una de las principales expertas en políticas de acción afirmativa, la ministro ha  vuelto de nuevo a Belo Horizonte para asumir el puesto de profesor ade la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), en las próximas semanas.

Brasil de Fato – ¿Cómo fue la experiencia de ser una mujer negro ocupando posiciones importantes en Brasil?

Nilma Gomes – Siempre es un reto. Estamos todavía muy pocos. la sociedad brasileña no está acostumbrado a vivir con la diversidad en los lugares de poder, ya sea de género, como la raza. Todavía estamos tratando con el racismo y una mirada que primero ver nuestro cuerpo, nuestro color, nuestro género antes de ver a nuestra competencias. Y la lucha es también decir «mira, no te necesito para demostrar que soy más competente que otras personas porque soy negro. Tengo que ser tratado con la misma dignidad y los derechos de otras personas debido a la diversidad es parte del ser humano «. Siempre es muy difícil y nunca se puede estar solo. Nunca es buena la distancia de sus orígenes,  alejarse de la comunidad negra o alejarse de la circulación de la familia. Porque esos orígenes nos da apoyo subjetivo y emocional.

¿Qué pasa ahora con las políticas para las mujeres, los derechos humanos y los afroamericanos?

El gobierno de Lula tenía un compromiso con los movimientos sociales que ayudaron a construir una plataforma política. El movimiento negro siempre ha llevado al gobierno federal a entender que tenemos que tener políticas estructurales que perduran, incluso con el cambio en la mente de los gobiernos. Lo que estamos viviendo en Brasil en este momento es un golpe parlamentario, clase, género y raza. Tengo mucho miedo de un revés importante. Y esto sucede no sólo con la eliminación de la política, sino también una muerte por inanición: no alimentar a estas políticas, no abiertos a la participación social, no se enfrentan a los conflictos, sin acondicionar presupuesto.

Michel Temer eligió sólo hombres blancos para hacerse cargo de los ministerios de su gobierno y algunos ministros argumentó que eran opciones para la competencia. ¿Cuál es su opinión sobre esto?

No hay ninguna expectativa de reconocimiento de la diversidad en un gobierno de facto. Sería demasiado si, en la composición del equipo ministerial habían considerado la diversidad. El equipo es un cuadro de diseño que está detrás de cada gobierno. Un gobierno formado por los hombres blancos de la misma generación, heteronormativa, de la misma clase, incluyendo trayectorias políticas complicadas en la justicia en sí, ya tiene un mensaje a la población. Ocultar esta competencia es un discurso que, las mujeres y los negros, escuchan mucho. ¿Por qué? Una de las formas de racismo y el machismo es hacernos creer que no estamos allí, es por falta de competencia. Si nosotros no estamos representados en un solo lugar, la culpa y la responsabilidad sería la nuestra y no un sistema, pero este es el tipo de justificación que no es convincente y no tiene ningún significado. La diversidad puede cambiar y calificar tanto la política y el mundo privado. Tengo algunos colegas investigadores que estudian cómo las empresas hacen el proceso de inclusión y ejercen su responsabilidad social y la diversidad ha mejorado tanto la producción de la empresa como en las relaciones y la creatividad. Esto demuestra que la diversidad enriquece.

¿Cómo califica la extinción del Ministerio de la Mujer, la igualdad racial, los derechos humanos y la juventud, en la que usted era ministra?

Considero un gran revés. El gobierno ilegítimo ha comenzado a traerlo. Tuvimos la fusión de otras carpetas como MDS y MDA, o llevar la cultura en el MEC, pero sí la extinción sólo ocurrió con el Ministerio de la Mujer, la igualdad racial, los derechos humanos y la juventud. Uno tiene que preguntarse por qué, ¿verdad? Este ministerio fue la cara de los movimientos sociales en relación con el gobierno, en colaboración con los sujetos sociales que tuvieron coincidencia desigualdad, la discriminación y la exclusión. La existencia de este ministerio, las áreas en las que se dividió y directrices dentro de ella son respuestas que el gobierno ha dado a la sociedad. Es una señal muy negativa cuando se extingue este ministerio y pone el Ministerio de Justicia.

¿Qué ocurre con las mujeres políticas, los negros y los derechos humanos ya que depende del Ministerio de Justicia?

Hago dos lecturas. La primera es que el gobierno considera ahora que los movimientos sociales son los casos de la seguridad pública y deben estar bajo vigilancia. La propia trayectoria que ahora ocupa el Ministerio de Justicia significa una relación muy difícil con los movimientos sociales. En segundo lugar, está la cuestión de la ciudadanía. Durante la reforma administrativa se luchó demasiado ante la idea que mantenía que hay un buen lugar por lo que diferentes individuos entran en una carpeta llamada «ciudadanía» que funcionaba como un paraguas homogeneizador de las grandes diferencias en la desigualdad que sufren estos grupos. Y ahora, lo que se coloca en este gobierno ilegítimo es una ciudadanía en general.

Fuente: http://www.mined.gov.mz/Pages/Comentarios.aspx?listName=NoticiasMined&newsId=261

Imagen tomada de: https://encrypted-tbn2.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcTbTbQ0oMPG7AwD87Y2nsYLNjlubCHX52A3FvkFuBRhG6uUiqHe

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«Sobre la explotación de carbón en la Sierra de Perijá y las alternativas energéticas renovables en el occidente del Venezuela»

Carta al Vicepresidente Ejecutivo de la República Bolivariana de Venezuela, Aristóbulo Istúriz

En esta nueva etapa, de circunstancias históricas difíciles cuando la derecha usa sus mejores disfraces para alcanzar los intereses más rastreros, volvemos desde la acción popular a interpretar las causas que tienen años moviéndonos sin descanso: la explotación de carbón en la cuenca hidrográfica del Guasare, ubicada al norte del estado Zulia, y las alternativas energéticas más favorables para la nación asumiendo con seriedad el proyecto político ecosocialista.

Hoy saludamos y vemos a bien que el diálogo se plantee con un compañero de larga trayectoria en la lucha revolucionaria y que desde la madurez política acumulada sabe lo indispensable y urgente que es la crítica revolucionaria en circunstancias históricas de crisis donde el timón debe enfilarse hacia la profundización del proyecto político socialista.

En una breve descripción del proceso, es necesario traer al tapete que luego de la dolorosa desaparición física del presidente Chávez, surgieron dos escenarios donde el carbón apareció de nuevo: el primero se materializó a través del decreto 1.606 con el que se pretendía elevar el área de explotación de carbón en la cuenca del Guasare de 7500 a 24.192 hectáreas, para soportar un proyecto carboeléctrico cuya viabilidad fue desmontada por las organizaciones sociales y ecologistas, la comunidad científica del Zulia y las comunidades amenazadas por la explotación, en un informe presentado públicamente en distintas asambleas populares, así como, ante las instituciones del Estado, demostrando que el impacto a las fuentes hídricas que alimentan seis municipios de la región y la intervención al ecosistema sería inminente e irreversible. Otro esfuerzo del pueblo organizado, se hizo en noviembre del año 2015, cuando le entregamos, al entonces Vicepresidente Jorge Arreaza, una propuesta que contiene a detalle la hoja de ruta para avanzar hacia la construcción de Territorios Energéticamente Sustentables (TES) con fuentes renovables, como alternativa al modelo de generación centralizada hoy vigente en nuestro país.

El segundo escenario es el contexto en el que nos encontramos actualmente: el 18 de enero de 2016, en el palacio de gobierno del estado Zulia, el Ministro Eulogio del Pino reunido con el gobernador y el sector empresarial lanzó lo que, según dijo, será el plan minero-carbonífero para la región zuliana, todo esto enmarcado en el motor minero de la Agenda Económica Bolivariana. En esa ocasión el ministro anunció varios aspectos que han sido cuidadosamente estudiados y debatidos por las organizaciones sociales y ecologistas, la comunidad científica y las comunidades Wayuu de la Sierra de Perijá, en el estado Zulia.

Luego de las movilizaciones realizadas, las investigaciones y los documentos publicados, la reiterada posición ante el tema del carbón de parte del presidente Chávez, junto a dirigentes nacionales como la compañera Jaqueline Farías, a quien le fue asignado en su momento la tarea de generar un informe sobre la situación del carbón en el Zulia, preocupa sobremanera que el Ministro Del Pino viniera a la región y sin la participación de organizaciones sociales, ni considerar los argumentos presentados durante años ante un aspecto tan movido de la política regional, anunciara una serie de políticas que están en franca contradicción con lo expresado en varias oportunidades por el máximo líder de la revolución bolivariana.

Necesario es debatir, ninguno de los actores antes mencionados luego de tantos años de investigación y movilización puede callar y paralizarse ante la menuda información ofrecida sobre tales proyectos, sería una contradicción imperdonable. Sin ánimos de descalificar, el Ministro Del Pino pareciera haber sido engañado o no tener conocimiento en detalle sobre las consecuencias reales que traería el desarrollo de un proyecto de esa naturaleza en un ecosistema tan frágil. Con la minería no podemos hacer tabla rasa. No se puede tener en cuenta nada más que el recurso del subsuelo que se “necesita” sin mirar a detalle el contexto geográfico, ambiental, hídrico, social, económico, cultural y las contradicciones profundas que podrían existir con el proyecto político revolucionario, podemos perder mucho más de lo que ganaríamos.

El carbón ha sido, es y será el proyecto minero piloto de la burguesía zuliana desde los tiempos de Fernando Chumaceiro, junto a los lobistas de las transnacionales que hoy orbitan en torno al gobierno regional. Si algo hay que recordar en la evolución de este tema es el enorme esfuerzo que estos personajes hicieron para intentar convencer al presidente Chávez y, a pesar de todo no lo lograron, por lo menos según lo declarado públicamente al respecto por el alto gobierno en distintos momentos desde el año 2006 hasta la actualidad.

En vista entonces de la gravedad que implica para toda una región y para todo nuestro país asumir la minería otorgándole preponderancia a un área sobre otras de mayor importancia, enumeramos algunos aspectos a considerar y le solicitamos, con toda la seriedad que amerita el caso, una reunión con Usted y el grupo de expertos que promueven este proyecto para debatir francamente la problemática de la extracción de carbón en la región zuliana asumiendo lo económico, político, ambiental, social y cultural; es decir, todo lo que implica su ejecución, para volver a evaluar con espíritu revolucionario los beneficios (si los tuviese) y los daños que la actividad minera ocasionaría a la Bioregión de esta cuenca occidental, al país y al pueblo venezolano:

  1. Aspectos que preocupan sobre la situación actual de la minería de carbón en el Zulia:
  1. El primer argumento presentado por el Ministro Del Pino está enmarcado en la necesidad de diversificar las fuentes de ingresos dada la crisis económica que atraviesa el país, producto de la guerra económica orquestada por la derecha nacional e internacional, y la baja cerca del 70% de los ingresos nacionales por concepto de comercialización del petróleo, debido al precio actual en el mercado internacional.

Analicemos si acudir a la minería de carbón solo es parte de una estrategia para la diversificación de las fuentes de ingresos, pues necesario es precisar que ante tal medida, el modelo de desarrollo energético que padece el planeta actualmente permanecería intacto, y las consecuencias de una economía de puerto extractivista se agudizaría: el principio de diversificación solo es considerado en materia “económica”, más específicamente en lo relativo a un área de la economía; es decir, se diversifica la fuente de ingreso producto de la comercialización de un recurso no-renovable, sin evaluar, en un similar nivel de importancia lo ambiental, político, social y cultural que implica tal explotación dentro del ecosistema en cuestión, lo que desde el poder popular, repetimos, hemos estudiado con lupa y vivido en detalle. Incluso considerando lo que el capitalismo internacional más salvaje, enmascarado en la llamada “minería responsable” ha llamado “costos ambientales” esa relación económica de ganancia de la que habla el Ministro Del Pino se vería dramáticamente cuestionada, lo que parecería no haberse tomado en cuenta ni siquiera desde esa óptica, para seguir considerando que es un “negocio para Venezuela” la extracción de carbón. La pregunta que cabe sería: ¿vamos nosotros desde un modelo ecosocialista a diseñar la política con las mismas categorías de análisis e indicadores de cálculos que las utilizadas por el capitalismo minero internacional, principal responsable de los indicadores climáticos post-industriales declarados en el último informe del IPCC de la ONU?

  1. El Ministro Del Pino anunció la intención de llamar al empresariado internacional y nacional para que participe en las distintas fases de la industria del carbón, además de comprometer el proceso de nacionalización desarrollado por el presidente Chávez, que implicaba directamente mayor control sobre el recurso. La puesta en marcha de esa política minera carece de factibilidad económica para un proyecto nacional, incluso entendida ésta de la manera más aislada y capitalista. En el anuncio se dijo que se necesitaba una inversión cerca de ochocientos millones de dólares (800 MM$) solo para la activación de las minas existentes debido al deterioro en el que se encuentran ambos proyectos. Sin embargo, también se dijo que la meta era elevar progresivamente la producción hasta alcanzar el límite histórico de ocho millones de toneladas métricas al año (8 MM TN/año) y luego superar ese límite.

Pensamos, que en contraparte, la Agenda Económica Bolivariana cuenta con motores que apuntan hacia la consolidación de una productividad agrícola, asumida desde la economía ecológica, que incluye el factor ambiental, con planes mucho más acordes tanto con las necesidades actuales del pueblo y el país como con la política que hemos defendido en los últimos años. Consideramos que existen acciones del gobierno que buscan generar ingresos, pero también atender las problemáticas sociales que tienen que ver con el consumo y la dependencia de alimentos que actualmente no estamos produciendo.

Compañero vicepresidente, según los datos oficiales para el año 2006 (informe de la comisión presidencial sobre la situación de la explotación de carbón en el estado Zulia) ambas minas: Mina Norte y Paso Diablo, alcanzaron el volumen máximo de producción histórico antes mencionado y por concepto de comercialización en el mercado internacional solo generó el 0.34% al Producto Interno Bruto. Llevando a cabo un plan meramente economicista, como el padre de familia que lleva dinero a casa sin ver las consecuencias que traen las prácticas aplicadas para conseguirlo, Venezuela además, según lo declarado por el Ministro, le pagaría con el recurso a las empresas que inviertan lo necesario para activar las minas. Ello nos llevaría en lo inmediato a la disminución del ingreso en divisas. Es necesario evaluar además que las minas en cuestión cuentan con aproximadamente 7 años de recurso extrayendo ese volumen anual, luego para llegar a 10 MM TN/año, se haría necesario abrir nuevas minas, específicamente la llamada mina Socuy, proyecto previsto para sostener por 21 años más la extracción, hecho que de darse, irremediablemente contaminaría el recurso hídrico y acabaría con un ecosistema fundamental para alimentar los municipios Maracaibo, San Francisco, Miranda, Mara, Guajira y “Jesús Enrique Losada”. Cabe aquí hacerse otra pregunta: ¿para quién es el negocio del carbón, incluso viéndolo desde la óptica capitalista más bárbara, para Venezuela que sería el país productor de la materia prima, para el socio privado en la extracción y comercialización o para el consumidor de carbón?

Hay que analizar juntos entonces esta realidad Vicepresidente, en el marco de una democracia popular, participativa y protagónica en la que militamos y a la que fuimos convocados y convocadas, asumiendo el análisis desde un hacer-pensar-decir ecosocialista.

  1. Territorios Energéticamente sustentables (TES)

Luego de la reunión con el Vicepresidente Ejecutivo Jorge Arreaza el día 30 de julio de 2015 llegamos a tres acuerdos claves: 1) la enmienda oficial del decreto 1.606 para eliminar la ampliación a 24.192 hectáreas en la cuenca Guasare para explotar carbón, 2) detener totalmente el proyecto sobre una planta termoeléctrica a base de carbón en el estado Zulia para generar 1000 MW y 3) la presentación de una propuesta por parte de las organizaciones sociales y ecologistas para el sector eléctrico coherente con el proyecto político que permita estabilizar el Sistema Interconectado Nacional, logrando la sustentabilidad energética del Zulia y posteriormente, del occidente del país sin necesidad de acudir al carbón como fuente energética. Como un ejemplo significativo de seriedad política valga resaltar que todas las partes cumplieron su palabra: el decreto fue enmendado, los actores gubernamentales que defendían el proyecto carboeléctrico callaron por lo menos en el escenario público; sin embargo, queda latente la amenaza de ese proyecto dado que ningún representante del gobierno lo rechazó públicamente. Y la propuesta solicitada fue entregada.

El movimiento social, asumiendo su responsabilidad, el 4 de noviembre de 2015 hicimos entrega formal del documento a la Vicepresidencia Ejecutiva de la República. Posterior a la entrega, se nos solicitó un tiempo de evaluación del documento por parte de la institución. Sin embargo, el escenario político del país sufrió cambios dentro del Ejecutivo Nacional, resultando ahora Usted en la conducción de la Vicepresidencia Ejecutiva de le República y, en consecuencia, como el responsable de atender los planteamientos que presentamos. En tal sentido le solicitamos:

La revisión y debida evaluación de la propuesta entregada al despacho que hoy dirige con el propósito de retomar las acciones necesarias para avanzar en la hoja de ruta planteada, ya que:

  1. Es una propuesta que atiende a corto, mediano y largo plazo la crisis eléctrica nacional desde el occidente del país.
  2. La materialización de la propuesta elevaría estratégicamente la seguridad nacional territorial, debido al bajo nivel de vulnerabilidad en situaciones de conflictos que implica la articulación de territorios energéticamente sustentables en un sistema de generación eléctrico distribuido y descentralizado.
  3. Surge del diálogo permanente de las organizaciones sociales, personas con alta capacidad científica-técnica, comunidades afectadas, comunas y consejos comunales urbanos de la ciudad de Maracaibo.
  4. Se trata de una propuesta estratégicamente elaborada para trascender el modelo centralizado de generación eléctrica heredado del sistema capitalista.
  5. Implica el ahorro a mediano plazo de aprox. 6 millones de litros de combustibles líquidos que al comercializarse en el mercado internacional significaría un ingreso a la nación cercano a 5 millones de dólares diarios.
  6. Por último, y quizás el objetivo de mayor alcance, contribuye directamente a la construcción de una subjetividad ecosocialista centrada en el consumo energético consciente y el fortalecimiento de los procesos productivos territoriales a partir de energías renovables y limpias.

Para finalizar, los planteamientos de este documento apuntan hacia la construcción de la patria socialista, asumiendo el ecosocialismo como un camino incuestionable para alcanzar los objetivos históricos revolucionarios. Logramos colectivamente la elaboración de una síntesis de gran valor dialéctico que titulamos: Territorios Energéticamente Sustentables, una propuesta para superar el modelo de generación eléctrica centralizado; donde participaron organizaciones sociales y ecologistas, reconocidos investigadores de la comunidad científica zuliana y nacional, las comunidades indígenas y fronterizas wayuu de la zona norte de la Sierra de Perijá, servidores públicos del MPPEE, CORPOELEC y FUNDAELEC, comprometidos política y profesionalmente con las responsabilidades de Estado que desempeñan, así como trabajadores de la UBT del sector eléctrico e integrantes de la comunidad universitaria de las distintas casas de estudio superior presentes en el estado Zulia.

Con el firme propósito de que estas líneas no mueran en alguna gaveta, esperamos que Usted, vicepresidente, atienda lo que aquí le planteamos y nos convoque al diálogo, con fecha y hora de encuentro, y nos dé respuesta, como lo hicieron Jorge Arreaza y el Presidente Chávez en su momento. No deje que se acumulen más los malestares y hagamos viable el gobierno popular desde la efectiva organización del pueblo, pues básicamente desde allí es que se podrá profundizar el proyecto político que apoyamos.

Frente de Resistencia Ecológica del Zulia

Comunidades Wayuu de la Sierra de Perijá amenazadas por la minería de carbón

Servidores públicos del sector eléctrico del estado Zulia

Nota: en el documento entregado a la Vicepresidencia Ejecutiva de la República Bolivariana de Venezuela se pueden conseguir todas las vías de contacto: nombres y apellidos de los voceros responsables con los debidos correos y números telefónicos. Además, contamos con un listado de todos los que apoyamos esta propuesta.

Tomado de: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=212704

Fuente de la imagen: http://static.laverdad.com/images/2015/mayo/31/76077b.jpg

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La Educación Popular en clave de debate

Claudia Korol

La educación popular nació en Nuestramérica como pedagogía de “los oprimidos”, que comprendiendo las razones de su opresión se organizan para enfrentar a la explotación capitalista e imperialista. Al caminar se volvió también pedagogía de “las oprimidas” y de quienes, sintiéndose vulneradxs por el patriarcado, enfrentan su dominación; y se entrelazó como pedagogía de la descolonización cultural, con las experiencias diversas de más de cinco siglos de resistencia indígena, negra y popular.

En la marcha, frente a los intentos de disolución de su sentido subversivo, tuvo que aprender a ser –una y otra vez- pedagogía de los y las de abajo, e insubordinación frente a las instituciones que ponen chaleco de fuerza a los procesos transformadores.

En Argentina, una parte significativa de la energía desatada en el 2001, parece acorralada actualmente en discursos en los cuales un recorte de las superganancias de los sectores oligárquicos es presentado como la “reforma agraria”; o los planes asistencialistas como “redistribución de la riqueza”. Los gestos simbólicos –después de décadas de oscuridad- tienen una luz enceguecedora, que dificulta el análisis de los cambios reales en las relaciones de fuerzas, de los reagrupamientos en el poder, o de los desafíos a las políticas capitalistas y patriarcales hegemónicas. La división y cooptación de los movimientos populares se acompaña del secuestro del lenguaje, de las palabras, e incluso de los sueños. Sin embargo, seguimos soñando un mundo diferente, humanizado por nuestras acciones. Pero como no nos gusta soñar sin actuar para ver el sueño realizado, revisamos una y otra vez críticamente nuestras prácticas y creencias sobre las mismas, volvemos sobre nuestros propios pasos.

El siglo 21 desde América Latina

El sistema capitalista en nuestro continente es –como el patriarcado y el racismo- producto de siglos de colonialismo y neocolonialismo. En este momento en que su crisis se agrava en todas las dimensiones (es crisis económica, financiera, alimentaria, energética, política, cultural) a nivel mundial, se refuerzan los mecanismos de salvataje de su “prestigio” y sobre todo, de sus desmedidas ganancias. Al mismo tiempo, se multiplican los discursos fundamentalistas religiosos y políticos que tienden a legitimar la dominación a través de la imposición de una cultura que justifica la exclusión y estigmatización del “otro”, del “diferente”.
El continente es pensado desde una voz principal, a partir de un sujeto hegemónico: blanco, burgués, masculino, urbano, heterosexual. El resto -la mayoría- es el otro: bárbaro, primitivo, negro, indio, mujer, homosexual, pobre, extranjero; y como tal es subalterno, es negado, es desvalorizado. La cultura de los violentos vencedores se vuelve dominación, pero también sentido común entre los vencidos y vencidas. Esto explica la colonización no sólo como ideología del poder, sino como legitimación del mismo en los cuerpos, ideas, sentimientos, sentidos y acciones de los colonizados y colonizadas.

La formación de militantes, en este contexto, se encuentra obligada a desafiar a la cultura hegemónica que atraviesa y modela -a través de los grandes medios de comunicación, las religiones, las prácticas políticas clientelares, la escuela pública en liquidación-, la subjetividad y los imaginarios populares, especialmente de los sectores más vulnerables.

Pero también es necesario cuestionar a las culturas que se proponen ser contrahegemónicas, discutiendo su eficacia. La posmodernidad progresista, acentuando las dimensiones fragmentarias de la creación popular, proponiendo la lógica del acontecimiento, de la situación, de los micropoderes… debilita los esfuerzos para la articulación de un pensamiento y una práctica que puedan derrotar a un enemigo globalizado y poderoso. Por otra parte, las formaciones dogmáticas de las izquierdas, que intentan encerrar en unas pocas categorías predominantemente económicas la riqueza de la existencia social y de las posibilidades de lucha cultural, favorecen la fragmentación. Unos y otros, posmodernxs y dogmáticxs, resultan altamente funcionales a los mecanismos culturales de la hegemonía dominante.

Desde las corrientes dogmáticas, el diálogo con culturas originarias o con las corrientes feministas, son consideradas como parte de las lógicas “posmodernas”. Se acusa a quienes sostenemos la necesidad de este diálogo, de complicidad con los procesos de fragmentación del sujeto popular promovidos por la cultura posmoderna. Sin embargo, en nuestra experiencia, las posiciones dogmáticas lejos de contribuir a superar esa fragmentación, la estimulan, al dejar fuera del proceso de articulación del sujeto a un conjunto de experiencias que consideran “secundarias”.

Es imprescindible reconocer las múltiples dinámicas de la dominación, para aportar al proceso complejo de creación de un bloque popular contrahegemónico, y para debatir el carácter y la metodología de las propuestas de formación política que actúen como dimensión pedagógica de esa creación. Los actuales momentos de fragmentación social tienen en su base material la desarticulación de las clases y sectores sociales, como resultado de la flexibilización y precarización laboral, la desindustrialización, el despoblamiento del campo, y por el retroceso en los niveles de conciencia social producido por la dictadura primero, así como por el fuerte impacto de la cultura neoliberal, patriarcal, heteronormativa, en los movimientos populares.

Las urgencias de la sobrevivencia generan formas de militancia basadas en el pragmatismo y en el cortoplacismo, que estimulan la manera efímera de constitución y desarticulación sucesiva de los agrupamientos de hombres y mujeres agredidos por el sistema, que no alcanzan a volverse sujetos políticos en la vivencia cotidiana de la inmediatez. Estas concepciones llevan al desprecio por la teoría, a la acentuación de la ruptura entre teorías y prácticas, a la limitación a procesos acotados de “capacitación” pero no de formación, a la subordinación ideológica a las diversas “modas” que se van renovando desde las usinas de la producción cultural hegemónica.

¿Qué pasa con la Educación Popular?

En la última década se ha producido una multiplicación de experiencias que se reconocen como de educación popular. Desde aquellas que pretenden -aun con dificultades- seguir siendo pedagogía de los oprimidos y oprimidas, pedagogía revolucionaria, y aquellas que han disociado las dinámicas y algunas técnicas participativas de la propuesta liberadora, y tienden a utilizarlas para instituir en su nombre un espacio de contención social con una fuerte marca de asistencialismo, gobernabilidad, y de inclusión subordinada en la dominación.

En la experiencia colectiva que venimos realizando desde Pañuelos en Rebeldía, intentamos recrear cotidianamente una pedagogía emancipatoria, a la que concebimos como una dimensión específica de los procesos organizativos y de lucha de las fuerzas populares y revolucionarias.

Intentamos que sea una pedagogía de la rebeldía, de la esperanza, de la libertad. Una pedagogía que tiene en su horizonte el socialismo –no como calco ni copia, sino como creación heroica de los pueblos (tal como lo concebía José Carlos Mariátegui)-. La entendemos por lo tanto en clave de revolución permanente, de desafío a las opresiones, de proceso y de proyecto libertario de los y las de abajo.

Desde Pañuelos en Rebeldía participamos en experiencias de recuperación del trabajo –con la modalidad de fábricas sin patrones, de cooperativas, de emprendimientos sociales-, en experiencias de salud comunitaria –que se realizan simultáneamente con la socialización de saberes ancestrales-, en propuestas de recreación y comunicación popular que se alejan del pasatismo promovido por los grandes medios de comunicación. También somos parte de las batallas de defensa de los bienes comunes, de los territorios, del medio ambiente, frente a las políticas depredadoras y expropiatorias del capital. Junto a las mujeres y a los colectivos de la diversidad sexual desafiamos el avasallamiento de nuestros cuerpos, de nuestras subjetividades, de nuestra sexualidad realizado sistemáticamente por el machismo y por la heteronormatividad impuestos violentamente por la cultura patriarcal.

Trataremos ahora de explicitar un poco más algunos elementos de nuestra propuesta y de nuestra experiencia:

– Concebimos a la Educación Popular como pedagogía de los oprimidos y oprimidas, y no como pedagogía para los oprimidos y oprimidas. A nuestro entender, el sujeto de la educación popular está constituido fundamentalmente por los movimientos populares que se organizan en procesos de resistencia, y que conciben a la educación como una de sus dimensiones organizativas. El sujeto no son lxs educadorxs que pretenden “iluminar” con sus teorías revolucionarias a lxs sectores populares, ni siquiera lxs educandxs de manera aislada, sino los sectores populares que –con o sin ayuda de educadorxs externos al movimiento- se preparan en diferentes terrenos para hacer sus luchas más eficaces. Entender la Educación Popular como pedagogía de los oprimidos y oprimidas, significa afirmar el protagonismo del sujeto popular en la creación histórica revolucionaria.

– Es pedagogía de la rebeldía frente al sistema y no de la adaptación al mismo. Esta posición está en polémica con quienes realizan prácticas que tienen fuertes componentes de asistencialismo y clientelismo, promovidas fundamentalmente desde algunos espacios gubernamentales, ONGs e Iglesias, con el objetivo de “contener” y de “adaptar” a los sectores sociales excluidos, en una inclusión subordinada. Es una contención que funciona en clave de disciplinamiento: se trata de “contener” en el corralito de las políticas de sobrevivencia, reduciéndose la formación -por lo general- a propuestas de “entrenamiento” en algunos saberes necesarios para no morir. Estas “capacitaciones” en proyectos productivos del circuito asistencial, no sólo van dando legitimidad a ese circuito; también son mecanismos de multiplicación de la explotación, de la extracción de plusvalía, e incluso de “autoexplotación”.

En la mayoría de los casos, los mismos educadores y educadoras están precarizados, con lo que se va creando un “acostumbramiento” a la idea de sobrevivir de cualquier manera, perdiendo los derechos sociales conquistados por los trabajadores y trabajadoras, y se legitima una concepción de la educación en la que se fragmentan los saberes hasta el punto de decidirse de manera pragmática cuáles deben ser “transmitidos” y cuáles “no son necesarios”, en procesos que más de formación vienen a resultar de “adiestramiento” para algunas labores.

Rechazar estas propuestas nos coloca muchas veces en los límites testimoniales del ejercicio crítico… pero aceptar la subordinación a las lógicas ideológicas y simbólicas del poder nos arrastra a un terreno abonado por el cortoplacismo y la mediocridad (cuando no como socios/as subordinados de corruptelas escandalosas).

De esta manera, el objetivo de la educación popular no es la adaptación ni la inclusión en el sistema de dominación, sino el combate al mismo con el objetivo de su destrucción. Y en el “mientras tanto”, el objetivo es crear las fuerzas populares con capacidad para dar esa batalla.

– Es pedagogía de la organización popular. Se realiza prioritariamente desde las organizaciones en lucha, tendiendo a fortalecer a su militancia en los distintos ámbitos que tienen de análisis crítico de la realidad y de transformación de la misma. En este marco, polemizamos con los criterios que establecen fuertes diferencias jerárquicas entre los procesos educativos “de base”, y los destinados a “los cuadros”. Pensamos a la Educación Popular como teoría del conocimiento, que sustenta todos los procesos de estudio y de reflexión sobre la práctica, o de debate teórico. La división en “base” y “cuadros”, establece una jerarquía en las organizaciones que en gran medida ha sido desmentida por el proceso histórico. Son muchos los “cuadros” revolucionarios que rápidamente se han vuelto “cuadros” del sistema. Y son muchos los y las “militantes de base” que se han mantenido fieles al ideario y a las necesidades populares. El reconocimiento de diferentes tipos de experiencias –hecho real, que constituye una riqueza de los movimientos- no debiera derivar en una construcción jerárquica, sino en la oportunidad de un intercambio de saberes enriquecido por las mismas.

Tampoco creemos que se deba establecer una jerarquía entre los diferentes tipos de opresiones y de luchas contra las mismas. Concebimos a la educación popular como una pedagogía de los sujetos organizados o que tienden a organizarse para luchar contra todas las formas de alienación, de negación de nuestro ser social, de enajenación de nuestra fuerza y capacidad creativa. La dimensión organizativa es una parte esencial de esta teoría del conocimiento, basada en el trabajo grupal, y en la convicción de que la única manera de transformación del mundo es a partir de la lucha colectiva de los oprimidos y oprimidas.

– Es una pedagogía del conflicto social, que se desenvuelve al calor de las movilizaciones sociales y políticas, y de la creación de experiencia de poder popular. Sus contenidos, métodos, propuestas, no se deciden por fuera del grupo social que forma parte del proceso educativo, sino que se va realizando junto y como decisión del grupo. En este sentido, se aleja de aquellas concepciones de algunas izquierdas que se consideran poseedoras de verdades que deben “enseñar” a “la clase”; posición que Paulo Freire caracterizó como “educación bancaria”, porque sigue suponiendo que en un lugar elitista está el dominio del saber y en otro está la ignorancia, y considera que el acto educativo se limita a “transferir” o “depositar” ese saber, para “iluminar” a los que no lo tienen. La Educación Popular estimula, por el contrario, procesos de creación colectiva de conocimientos, de descubrimiento del mundo, de diálogo de saberes.

– Es una pedagogía de la descolonización, del develamiento de las marcas eurocéntricas y occidentales de la cultura dominante. En nuestro continente, marcado a fuego por los genocidios propiciados por la cultura capitalista, patriarcal, racista, impuesta por la conquista, la colonización y la recolonización, es imprescindible pensar en una mirada profundamente crítica del eurocentrismo y de sus lógicas racionalistas, basadas en ideales como el “desarrollo”, el “progreso”, la “civilización”. Es necesario plantearnos -en el contexto de la crisis del capitalismo “desarrollado” y de llamado “socialismo real”-, la necesidad de dar una vuelta radical en las maneras de pensar y pensarnos, de sentir, de crear, haciendo del reconocimiento de la multiculturalidad una oportunidad de crecer en la diversidad, y de encuentro de pistas que permitan detener la destrucción del planeta.

Esto nos obliga a cuestionar nuestras propias ideas sobre las formas de vida deseables, tanto en su dimensión colectiva como individual, los modelos pensados de socialismo, los proyectos populares en los que nos involucramos.

Esta concepción propone un debate tanto al modelo hegemónico de educación –esencialmente colonial-, como a las propuestas de algunas corrientes de izquierda que han hecho del paradigma occidental de desarrollo su principal fuente de inspiración.

Sin renunciar a los aportes que puedan provenir de todos los saberes existentes en el mundo, es necesario pensar la realidad desde América Latina, desde nuestra historia, desde los sujetos que la constituyen, desde nuestra identidad indoamericana, desde nuestros saberes, desde nuestros sueños, desde nuestros cuerpos sometidos, y desde nuestros cuerpos rebeldes.

Polemizamos con algunas construcciones sostenidas desde la izquierda, que llevan a negar las raíces culturales y políticas de los movimientos populares del continente, reduciendo el conjunto de contradicciones de una sociedad a la contradicción clasista (jerarquizada como contradicción principal, y considerada en muchos casos como única y prioritaria).

Fundamentamos nuestro pensamiento en el marxismo, e intentamos despojar al mismo de las connotaciones que provienen de interpretaciones sectarias, dogmáticas, que esterilizan su mayor potencia: la capacidad crítica, la dialéctica revolucionaria, la metodología de análisis de la realidad con el objetivo de su transformación. Esto significa al menos dos desafíos inmediatos: una reflexión profunda sobre nuestra historia, y sobre la manera en la que se enseña en escuelas y universidades, y la crítica de las bases epistemológicas de todas las ciencias, que han convertido a las universidades en dependencias de las grandes empresas.

La colonización de los saberes es especialmente visible en las prácticas académicas, que -con valiosas excepciones- cada vez más se han colocado al servicio de los intereses de las corporaciones transnacionales, como se expresa en la aceptación de fondos por parte de muchas universidades de las mineras como La Alumbrera, o de “donaciones” de transnacionales del agronegocio como Monsanto. La reacción que una parte de la comunidad universitaria viene realizando frente a estos fondos, inaugura nuevos debates en el campo académico, y promueve puentes con el mundo de las víctimas de las políticas de las transnacionales.
Desde nuestra experiencia, interactuamos con aquellas franjas del movimiento universitario que tejen sus compromisos con los movimientos populares, contribuyendo con seriedad y profundidad al develamiento de los intereses que están hoy en juego en aquellas disputas.

También tejemos redes con las educadoras y educadores que en los diferentes niveles del sistema de educación pública intentan abrir paso a una pedagogía crítica, cuestionadora del statu quo, transformadora y desafiante de las lógicas que esperan de este espacio la mera reproducción de los saberes de la dominación.

Descolonizar nuestras maneras de estar y de sentir, de pensar y de vivir, exige un enorme esfuerzo grupal que tenga signos claros de cambio, de crítica, de re-educación; que desafíe lo “aprendido” en la “socialización” en la que nos hemos de-formado. Es un esfuerzo que sólo puede concretarse en la lucha, en la praxis transformadora, en la fuerza que se reúne en el gesto colectivo. Es un proceso fundante de nuevas identidades, de nuevas prácticas, de proyectos de creación de poder popular, de soberanía, de independencia, de libertad, de socialismo, que seguramente no podrán realizarse tan sólo en términos de un grupo –por más amplio que éste fuera-, ni siquiera de un pueblo-nación; sino que tendrán que ir forjándose en una perspectiva continental, indoamericana, desde nuestra América mestiza.

Se trata de la posibilidad de ir proyectando la integralidad de la lucha, superando los mecanismos de fragmentación y dispersión de los esfuerzos populares. No hablamos de la suma caótica de fragmentos, sino de la posibilidad de inventar y realizar un proyecto popular, con un horizonte que se proyecte desde las luchas anticoloniales hacia prácticas alternativas originales, comunitarias, sociales, nacionales, continentales, internacionalistas, en las que el diálogo de saberes, de haceres, de sentires, de sueños, permitan que nuestros colores y olores, gustos y palabras, cuerpos y gestos, avancen hacia una manera de encuentro basada en la alegría del descubrimiento, en la continuidad terca y rebelde de más de cinco siglos de resistencia indígena, negra, feminista y popular.

– Es una pedagogía de la dialéctica práctica-teoría-práctica, que intenta superar las dicotomías trabajo manual-trabajo intelectual. Creemos firmemente que las experiencias históricas de los pueblos son una fuente ineludible de conocimiento, que la teoría debe integrar, a partir del esfuerzo colectivo por leer y reescribir el mundo. Desde esta perspectiva, los procesos de conocimiento no se agotan en las búsquedas académicas. Es imprescindible el diálogo de los saberes académicos y de los diversos saberes populares.
La educación liberal y su pedagogía han ido creando sucesivas disociaciones. Una de ellas es la dicotomía entre trabajo manual y trabajo intelectual, en la cual queda desvalorizado el trabajo manual. Esta experiencia conduce a la distancia entre “los que hacen” y “los que piensan”, entre los “intelectuales” y “los trabajadores”. Estas dicotomías, al tiempo que privilegian el pensar sobre el hacer, también priorizan el pensar sobre el sentir, y la “mente” sobre “el cuerpo”. Este sistema dicotómico escinde no sólo a los grupos, sino también a las personas, siendo un factor de alienación de los seres humanos.

En los grupos populares, cuando se traslada esa dicotomía, queda de un lado la teoría y del otro la práctica. De ahí surge una concepción elitista de la elaboración teórica, que deposita en los intelectuales o en los “cuadros políticos” esta tarea, como supuestos portadores del saber. La teoría queda fuera del movimiento, y debe ser “transmitida” al mismo, perdiéndose la capacidad de que el movimiento popular en sí se constituya como intelectual colectivo, en el cual los “intelectuales orgánicos”, al decir de Gramsci, sean parte –y no aparte- del mismo.

En nuestra concepción de Educación Popular, la clave del proceso educativo es la batalla contra la alienación que escinde a las personas, y la constitución de los movimientos populares como intelectuales colectivos. En ellos aportan de manera destacada los intelectuales “orgánicos”, tanto los que provienen de la academia, como los que se han formado en las organizaciones populares. La integración en la praxis cotidiana, permite a los intelectuales y a los movimientos –intelectuales colectivos- ganar capacidad de comprensión de la realidad que quieren transformar.

La sistematización de los procesos de lucha, de debate, la relación práctica –teoría – práctica, enriquece los análisis y es en sí mismo un momento educativo por excelencia.

Aporta a esta reflexión el concepto de “hombre nuevo” del Che, quien creía en el trabajo voluntario como camino para su formación en la lucha revolucionaria. El Che analizaba que en la educación anticapitalista, era imprescindible librar una batalla cotidiana contra la enajenación que produce el trabajo convertido en mercancía. Veía al trabajo voluntario como una de las posibles expresiones de un tipo de trabajo liberado de la coacción del capital y del mercado.

Otro debate necesario, vinculado con la relación teoría-práctica, es el tema de la dogmatización de la teoría. Muchas veces, los compañeros y compañeras considerados “intelectuales” por el movimiento revolucionario, comparten muy poco de las vivencias de este movimiento, salvo en momentos en que actúan como “docentes”, “enseñando” de manera directa o a través de sus libros, lo que “el pueblo debería saber para luchar mejor”. Es una reproducción de las concepciones iluministas, en la que se perjudican fuertemente tanto la teoría como las prácticas.

Es importante a la hora de repensar los horizontes de la formación política, someter a crítica no sólo la cultura capitalista, sino también aquellos modelos que en nombre del socialismo cimentaron diferentes corrientes de dogmatismo, una de cuyas características comunes es la negación de la dialéctica marxista, que permite establecer el carácter cambiante, las fuentes del movimiento, la historicidad de los procesos. Los enfoques dogmáticos, simplifican el análisis de la realidad en unas pocas contradicciones antagónicas –retrato en blanco y negro-. Desde esa lógica, se reacciona ante los procesos de despolitización y desideologización de los movimientos, regresando a los enfoques tradicionales de homogeneización política que no favorecen el análisis del complejo mundo en el que estamos insertos, quienes aspiramos a revolucionarlo. Se reproducen modelos de enajenación de los sujetos, al reforzar la vivencia de un saber que desvaloriza el conocimiento construido por los colectivos populares.
La necesidad de colocar en el centro de la acción política la tarea de formar un bloque político social contrahegemónico, no puede resolverse pretendiendo instalar una lógica falsamente homogeneizadora de las diferencias

– Es una pedagogía de la autonomía. Entendemos la autonomía como la capacidad de las organizaciones populares para determinar por sí mismas sus rumbos, sus proyectos, las maneras de realizarlos, sin volverse instrumentos de políticas que se resuelven sin su protagonismo. Aun aceptando las posibilidades que ofrece el Estado nacional como trinchera de disputa de las políticas de soberanía nacional y popular, es necesario cuestionar las concepciones que niegan la autonomía de los movimientos populares, y pretenden manipularlos desde la gestión estatal, atravesada como está la misma por fuertes lógicas de burocracia, clientelismo y corrupción. La autonomía de los movimientos populares, en esta perspectiva, no significa la reclusión en un lugar testimonial de crítica o de oposición a uno u otro gobierno, sino la capacidad de los mismos para actuar desde sus intereses y necesidades, en diálogo con otros movimientos, y si es conveniente, interpelar o apoyar a los diferentes niveles de los gobiernos que pueden favorecer una resolución positiva de sus demandas.

– Es una pedagogía anticapitalista, antiimperialista, de liberación nacional e internacionalista. Frente al ascenso de las movilizaciones populares que se enfrentan a las políticas de saqueo y destrucción de nuestras sociedades, estimuladas por el deterioro en el imaginario social del mito publicitario de los años 90 sobre los supuestos beneficios de las políticas neoliberales, la respuesta desde las fracciones del poder es el resurgimiento y fortalecimiento de tendencias militaristas, guerreristas, con las que se disponen a defender, reproducir y ampliar la explotación de los pueblos oprimidos. En esta dinámica se ponen a la orden del día nuevas invasiones, golpes de estado, intervenciones, bases militares, aumento de la carrera armamentista, políticas de desestabilización de los regímenes democrático populares. Se plantea un escenario internacional en el que cobran un fuerte protagonismo las propuestas antiimperialistas, que enfrentan el nuevo reparto del mundo que promueven las corporaciones transnacionales, y los grandes bloques imperialistas.

La Educación Popular tiene el desafío de asumir un aporte concreto en las batallas de liberación nacional, de defensa de la soberanía, en los procesos antiimperialistas locales, regionales y continentales, en la gestación de alternativas frente a los bloques de poder mundial.

La batalla antiimperialista, como dimensión específica de la lucha anticapitalista, implica conocer mejor las modalidades que asume hoy esta dominación, y en particular sus mecanismos de generación de consenso y de cooptación de las fuerzas sociales, y de los centros de producción de conocimiento. El poder mundial disputa e intenta apropiarse de todo el campo de los saberes, desde los saberes académicos, generados en los centros propios de investigación, hasta los saberes populares, a los que no sólo aspira a “conocer”, sino también a “poseer” y “patentar”

Desde la Educación Popular realizamos una revalorización del saber popular en la lucha contrahegemónica, que tiende a resguardar los conocimientos acumulados por los pueblos originarios, las comunidades campesinas, las mujeres de los sectores populares, como parte de las “armas” de la resistencia, de su capacidad de sobrevivencia y de gestión de alternativas.

El internacionalismo, en las condiciones de globalización del capitalismo, es una exigencia de nuestro proyecto político pedagógico. Comprender las relaciones existentes en el mundo hegemónico, ha vuelto más complejas las luchas reivindicativas y políticas. En tal sentido se trata no sólo de asumir, como lo hace la Vía Campesina, la consigna de “Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza”, pensadas estas “globalizaciones” en una perspectiva contrahegemónica. Es fundamental también hacer del internacionalismo práctico, de la solidaridad con los que luchan en cualquier parte del mundo, una manera de autoeducarnos, de formar nuestra sensibilidad ante los sufrimientos y dolores, sueños y esperanzas en cualquier rincón del planeta. Estas vivencias internacionalistas amplían al mismo tiempo nuestros horizontes de análisis, y nos permiten aprender de las múltiples experiencias de lucha que se desarrollan en nuestro tiempo.

– Es una pedagogía feminista, socialista, libertaria, del “buen vivir”. Nuestra meta es crear colectivamente, en un diálogo fraternal con los diferentes colectivos de lucha, un proyecto que permita el encuentro de las propuestas emancipatorias, libertarias, que los pueblos han ido inventando en su marcha. No se trata de la suma de demandas, sino de la ampliación del horizonte de nuestros sueños. Es por ello una pedagogía de cuerpos en movimiento, de sujetos colectivos, de socialización de los saberes y de las esperanzas, de creación de nuevas relaciones entre los diversos géneros, y de los seres humanos con la naturaleza.

El paradigma libertario anima nuestras iniciativas, cada vez que pensamos a la educación “como práctica de la libertad” –de acuerdo con las primeras búsquedas “humanistas” de Paulo Freire-. Y es desde esa libertad que imaginamos la posibilidad de que la humanidad vuelva a plantearse como meta el proyecto socialista. Un proyecto que necesariamente tendrá que enamorar la lucha anticapitalista con la lucha antipatriarcal y anticolonial. Que requiere de la mirada crítica de todas las experiencias realizadas hasta el momento, en nombre del socialismo.

Con esta concepción de Educación Popular intentamos trabajar. Nuestra propuesta es inacabada, y no pretende ser más que un aporte al diálogo que puede realizarse en cualquier ámbito donde haya sujetos con disposición a la lucha y al diálogo creativo.

Nos resulta sumamente auspiciosa la multiplicación de experiencias de Educación Popular que vienen promoviendo diferentes movimientos sociales. También valoramos la gran batalla que están dando los educadores y educadoras que defienden la educación pública, como espacio fundamental de lucha política y pedagógica. No creemos que haya que optar obligatoriamente por un lugar u otro de construcción de la propuesta, sino que las posibilidades que tenemos en este momento, nos permiten trabajar críticamente en los más diversos campos de acción

Entendemos que sería sumamente productiva la creación de espacios comunes en los que podamos problematizar las experiencias en las que participamos, de manera de aprender colectivamente de las mismas, y fortalecerlas, identificando sus debilidades, y sumando fuerzas para superarlas.

La Educación Popular está en una encrucijada. Si se conforma con ser una metodología “democrática” de intervención social, con fines de inclusión de los marginados y marginadas, quedará atrapada en las redes fuertes y resistentes del poder, que se rehacen a cada paso.

Quisiéramos pensar que en sus diferentes expresiones, tenderemos a multiplicar la experiencia desde el lugar de la rebeldía, de la insubordinación frente a todas las dominaciones. A hacer de la Educación Popular el lugar donde la indignación, la rabia, el deseo, y las esperanzas de cambiar la vida encuentren no sólo su lugar, sino también un camino posible.

Fuente: la-educacion-popular-en-clave-de-debate-por-claudia-korol

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