Es claro que las mujeres han sido el pilar para el desarrollo de las sociedades, sin embargo, lejos de destacar en los distintos ámbitos se han mantenido a la sombra de género masculino. Hoy tenemos «La mujer en la ciencia: serie animada»
Una cultura del patriarcado ha hecho que los aportes a la cultura y a la ciencia hayan sido opacadas de manera consciente e inconsciente, incluso por las mismas mujeres. Vivimos una tendencia donde el feminismo retoma el papel de la mujer en la justa dimensión en que debe estar, a la par de su género contrario.
Son muchas las iniciativas que siguen en busca de este reconocimiento, sobre todo velando por aquellas voces que ya no pueden ser escuchadas, como con la app Grandes Mujeres en la Ciencia.
Ahora es turno del Museo de Ciencias Universidad de Navarra que presenta el proyecto “La mujer en la ciencia”: una serie de animación que narra, a través de pequeños videos y en un tono divulgativo, la biografía de científicas relevantes en su campo pero que resultan desconocidas para el público general.
De momento esta serie solo consta de 4 vídeos y ojalá sigan publicando más. Las protagonistas de estas historias son la microbióloga Alice Catherine Evans (1881-1975), la enfermera y estadística Florence Nightingale (1820-1910), la bióloga y divulgadora Rachel Louise Carson (1907-1964), la astrónoma Cecilia Payne-Gaposchkin (1900-1979), Margarita Salas (1938-2019).
Poner fin a la disparidad de oeste a este en el pago de los científicos que trabajan en proyectos Marie Curie en Horizon Europe sería una forma de limitar la fuga de cerebros de los países más pobres de la UE, dijo a los eurodiputados el ministro de Ciencia croata
La presidencia croata del consejo de la UE respaldará los planes de la Comisión Europea para otorgar un salario igual a los investigadores que trabajan en las acciones Marie Skłodowska Curie, dijo a los eurodiputados el ministro croata de ciencia y educación, Blaženka Divjak.
Hablando en una reunión del comité de industria e investigación en el Parlamento Europeo el miércoles, Divjak argumentó que la igualdad de salarios para los investigadores que trabajan en proyectos Marie Curie en Horizon Europe sería una forma en que la UE podría limitar la fuga de cerebros de las partes más pobres de Europa.
«Podemos planificar pilotos en [el programa Marie Curie] para obtener el mismo salario por los mismos trabajos para los investigadores», dijo Divjak. «Eso podría darnos información sobre qué otros instrumentos podemos aplicar a otras partes de Horizon Europe».
Los salarios de los investigadores en proyectos financiados por la UE se calculan actualmente en función de un coeficiente nacional, y los beneficiarios de los estados miembros más pobres no están contentos de recibir un pago menor que los colegas en el noroeste de Europa.
Una de las principales prioridades de la presidencia croata del consejo de la UE es reducir el éxodo de talentos, incluidos los investigadores, de los estados miembros más pobres a los más ricos y estimular intercambios mutuamente beneficiosos entre países. Divjak dijo que Croacia trabajará en un plan para la «circulación cerebral» que también incluye propuestas de igualdad de remuneración para los investigadores. «La presidencia reconoce que avanzar hacia una circulación cerebral equilibrada necesita mejores incentivos y reformas a nivel nacional y de la UE», dijo.
La presidencia croata publicará un llamado a la acción sobre la circulación cerebral durante la conferencia Marie Skłodowska Curie Actions en Zagreb en abril.
En una entrevista con Science | Business a principios de este mes, Mariya Gabriel, la nueva comisionada de investigación e innovación de la UE, fue la primera en plantear la idea de que todos los investigadores de Marie Curie en Horizon Europe tienen el mismo salario en todos los estados miembros.
Gabriel dijo que se espera que la comisión presente a fines de 2021 un análisis de las diferencias salariales entre los estados miembros.
Los eurodiputados generalmente están de acuerdo en que la UE debería tomar más medidas para reducir la fuga de cerebros, pero no hay consenso sobre el método correcto. La igualdad salarial en los proyectos financiados por la UE también requeriría financiación adicional y el dinero ahora es escaso, ya que el parlamento y la comisión intentan convencer a los Estados miembros de que acepten un ambicioso presupuesto de la UE para 2021-2027.
Croacia asumió el mando del consejo de la UE este mes, no mucho después de que la presidencia finlandesa presentó una propuesta de presupuesto plurianual que vio recortes de hasta 12 mil millones de euros en Horizon Europe. En las últimas semanas de 2019, la comisión se apresuró a movilizar una comunidad de investigación e innovación en pánico y negoció para reducir el recorte propuesto a € 3 mil millones.
Camioneros v. Investigadores
El eurodiputado rumano y co-relator de Horizon Europe, Dan Nica, considera irónico que el Parlamento Europeo haya tomado medidas rápidas contra el «dumping social» en la industria del transporte de mercancías, obligando a las compañías de transporte a dar la misma remuneración a los conductores de camiones, independientemente de su país de origen, pero es lento hacer lo mismo cuando se trata de investigadores.
«Solo logramos traer el mismo salario para los conductores de camiones, pero no para los investigadores», dijo Nica. «Parece que los investigadores pueden ser parte del dumping social».
Nica espera que Croacia pueda persuadir al consejo de la UE para que acuerde la igualdad salarial para los investigadores en todos los ámbitos. «Para reducir la fuga de cerebros, los investigadores deben recibir un pago justo», dijo.
Una prioridad para Croacia
Crear un entorno más favorable para la circulación cerebral en la UE es una prioridad para Croacia. Antes de asumir la presidencia del consejo de la UE, secretario de Estado croata de ciencia y educación, Tome Antičić dijo a Science | Business que su país quiere centrarse en encontrar formas de atraer a más científicos a Europa central y oriental.
El gobierno croata sostiene que la circulación libre y justa de investigadores conducirá a una mejor asignación de recursos en toda la UE y a una mejor calidad de la investigación.
La investigación de la UE muestra que las regiones con bajas inversiones en investigación e intensidad de innovación reportan niveles más altos de fuga de cerebros. «Somos conscientes de que hay diferencias entre países y regiones», dijo Divjak. «La circulación cerebral debería ser motivo de preocupación para toda Europa»
El Gobierno incluye una prórroga por maternidad para “mantener vivos” los sexenios investigadores y evitar la brecha de género en la carrera académica
2020 arranca con buenas nuevas para quienes aúnan ese cóctel de difícil digestión que supone ser mujer, madre e investigadora. Por primera vez, el gobierno incluye una prórroga por maternidad para evitar la brecha de género en la carrera académica. La medida, recogida en el BOE del 11 de diciembre, quiere evitar que la maternidad, y los permisos ligados a ella, penalicen a las mujeres en su trayectoria como investigadoras. “Da respuesta a una demanda histórica”, recuerda la delegada de Igualdad de CRUE Universidades Españolas y rectora de la Universitat Jaume I de Castelló, Eva Alcón.
Y es que la delgada línea roja que transita entre los llamados sexenios vivos –seis años de actividad investigadora de alto nivel e ininterrumpida- y la temida entrada en vigor de los sexenios muertos –que se produce cuando, por un permiso maternal u otra circunstancia familiar, se corta esa continuidad y es inviable cumplir con los plazos ordinarios de producción de publicaciones de alto impacto- tiene su lastre. “Sin esta nueva medida, se pierde tiempo de investigación y su evaluación puede ser negativa. Ello implica aumentar la carga de horas de docencia, lo que impide investigar al mismo ritmo. Al final es un círculo vicioso”, apunta Alcón.
“Lo que consigue el nuevo decreto es que el sexenio siga vivo” y poder investigar, requisito para el acceso a las cátedras, señala en la misma línea María José Esteve. Doctora en Filología Inglesa y profesora en la UJI, donde ha sido vicedecana de Estudios Ingleses, a esta vila-realense la noticia le ha sorprendido en Escocia, su hogar desde septiembre. Inmersa en pleno año sabático en la Universidad de Glasgow –hasta donde se ha trasladado con sus hijos de 11 y 8 años- para darle un impulso a su vertiente como investigadora, celebra la medida, que busca alcanzar la igualdad efectiva entre mujeres y hombres. Un paso más para poner fin a la segregación vertical que sufren las científicas en España por disfrutar de unos permisos que ralentizan su carrera investigadora, y para romper ese techo de cristal que persiste en el mundo universitario: el del acceso a las cátedras y a la posibilidad de que haya más mujeres rectoras. Las cifras hablan: el 40,3% de docentes titulares en el sistema universitario español son mujeres. El porcentaje cae al 21,3% en el cuerpo de catedráticas.
Desde el 15 de enero se abre la convocatoria para pedir el citado sexenio de investigación. Poder beneficiarse de la moratoria implica que los permisos hayan sido disfrutados entre los dos años anteriores a la entrada en vigor de esta resolución y los seis años posteriores del último sexenio en tramitación. Ahora, aquellas investigadoras que hayan sido madres en 2018 o 2019 y les toque formalizar la demanda del sexenio en 2020 y quieran, podrán prorrogar la solicitud un año, hasta 2021, sin que se les aplique ninguna penalización. Es el caso de Carmen Fernández, vicedecana y profesora titular del Departamento de Historia, Geografía y Arte de la UJI y madre de un niño de 21 meses. “El permiso maternal y el de lactancia los disfruté en 2018”, dice. Se acoge a la prórroga y confía en su incidencia positiva. “Espero que me dé algo de margen para solicitar el siguiente sexenio; la llegada de mi hijo ha supuesto para mí un cambio que ha afectado a mi dedicación investigadora”, añade.
A María José Esteve la opción le llega tarde pero la aplaude sin fisuras. “Para nosotras el decreto no es algo completamente nuevo porque en la UJI se aplican ya medidas como la conciliación horaria cuando tienes menores de 12 años o el propio año sabático del que estoy disfrutando, además de otras que liman el efecto punitivo del decreto Wert, que planteaba la maternidad casi como un obstáculo a solventar, y al que la nueva resolución planta cara. Este nuevo decreto iguala en derechos a toda la comunidad universitaria. Es algo para celebrar”, explica a EL PAÍS.
“La sociedad en su conjunto se verá beneficiada si se acuerdan y aplican medidas que atajen los problemas de igualdad y la crisis demográfica”, suscribe Carmen Fernández. También optimistas se muestran otras compañeras de la Jaume I, como la vicedecana de Humanidades Mónica Velando o Pilar Ordóñez, profesora titular del Departamento de Traducción y Comunicación. La resolución les pasa de largo, al haber tenido que pedir el sexenio en la anterior convocatoria, “pero la medida es estupenda”, matiza Velando. Con cuatro hijos, sí pudo beneficiarse de una moratoria de un año ofrecida por la UJI. “Aseguré el sexenio, pues con cuatro maternidades entre un sexenio y el siguiente era prácticamente imposible tener las publicaciones que te solicitan”. La valoración de todas ellas, cautelosa pero esperanzada, convive con las voces críticas de otras docentes que apelan a la “ineficacia” de una resolución “que no soluciona nada y nos sigue discriminando”, indican.
Pero la mayoría ve en la recién activada medida un paso en esta carrera de fondo. María José Esteve cita entre sus virtudes que contemple la heterogeneidad del día a día. De la vida. La personal y la académica. Y se adapte a la realidad social y profesional. Lo expone con el mismo grafismo dialéctico que hila toda la entrevista telefónica con ella. “Investigar no es una línea recta. Tiene ciclos, fases de efervescencia de ideas y de ausencia de ellas; si a esto unimos las circunstancias familiares que rodean a la persona que investiga, que tampoco van en línea recta, el resultado es que se producía una línea muy desigual y con un efecto de castigo para quienes no pueden seguir esa dinámica de publicar, pereciendo en el intento, que es la que de alguna manera se promovía hasta ahora”, dice.
“Hemos dado un paso, pero quedan retos”, coinciden Eva Alcón y María José Esteve. “Hay que seguir proporcionando herramientas que permitan encajar la vida familiar y la profesional y en ningún caso generar espacios que supongan una renuncia a cualquiera de ellas”, indica Esteve. Mientras llegan los nuevos pasos, el dado ahora es, dicen, un aliento para el futuro inmediato de miles de investigadoras en España. María José, ilusionada por su curso sabático, “que me va a suponer poder volver a tener mi sexenio vivo y ponerme a un buen nivel de actividad investigadora”, señala con seguridad que “se van a producir más cambios con nuestra rectora al frente, para quien la igualdad es un desvelo”. Ella, Eva Alcón, deposita por su parte su confianza en el trabajo colectivo entre administraciones para avanzar en esa igualdad real, “porque cuando se va de la mano, el resultado no sólo suma, sino que se multiplica”.
A lo largo de la historia, muchas mujeres han realizado grandes avances científicos y, sin embargo, han estado a la sombra de sus homólogos masculinos. Estos son algunos ejemplos ideales para trabajar en clase.
La historia está repleta de mujeres que han sido clave en el avance de la ciencia y en la configuración del mundo tal y como lo conocemos. Aunque su reconocimiento ha estado en la sombra durante años y muchas aún sean anónimas, el trabajo de estas 15 mujeres científicas que cambiaron la ciencia es recomendable para estudiar en el aula.
Física y química polaca, pionera en el campo de la radioactividad, fue la primera mujer de la historia en ganar un premio Nobel. Para lograr ese galardón tuvo que superar numerosos obstáculos, incluida la dificultad de acceso a la universidad, pues en Polonia las mujeres tenían prohibido acceder a la Enseñanza Superior. A pesar de ello, años más tarde se convirtió en la primera mujer que llegó a catedrática en la Universidad de París y una de las únicas cuatro personas ganadoras de dos premios Nobel (uno de ellos compartido con su marido, Pierre Curie).
La física responsable de la fusión nuclear y la única mujer que tiene un elemento de la tabla periódica en su honor: el meitnerio. El resto son mujeres de la mitología y, ni siquiera el curio hace homenaje a la recién mencionada Marie Curie: es compartido con su marido Pierre Curie. Lise Meitner, tuvo que llevar a cabo sus experimentos de radioquímica lejos de los focos de los grandes investigadores en una época en la que las mujeres no tenían permitido pisar un laboratorio. Sus investigaciones sobre la fusión nuclear fueron cruciales para descubrir el meitnerio, que dio inicio a la era atómica.
A comienzos del siglo XX advertía sobre los efectos nocivos de los pesticidas en el medio ambiente y de la creciente contaminación. Su libro “Primavera silenciosa” logró erradicar el DDT (Dicloro Difenil Tricloroetano) y marcó el nacimiento de la preocupación por el deterioro del planeta debido a la acción humana. Su libro sigue siendo uno de los títulos de referencia del ecologismo y la polémica que suscitaron llevó a que Estados Unidos creara la Agencia de Protección del Medio Ambiente e incorporara a su agenda la política medioambiental.
Mae Jemison fue la primera mujer afroestadounidense en viajar al espacio. Entró en la Universidad de Stanford a la edad de 16 años, graduándose con títulos de ingeniera química y estudios afro-americanos. En septiembre de 1992, tras completar el entrenamiento de la NASA, llegó al espacio como especialista de la misión a bordo del transbordador Endeavour. En la actualidad focaliza sus esfuerzos en la mejora de la salud en África y en el avance de las tecnologías en países en desarrollo.
Biofísica y cristalógrafa, sus investigaciones sobre el ADN permitieron los increíbles avances científicos producidos en el siglo XX. Sin embargo, muchos de sus descubrimientos fueron robados y permitieron a Watson, Crick y Wilkins ganar el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1962. Más tarde, Watson puntualizó que Franklin debió haber sido galardonada también gracias a su descubrimiento de la llamada “fotografía 51” (que mostraba la estructura de doble hélice del ADN). Para aquel entonces, Franklin ya había fallecido.
Lehman fue la primera sismóloga en afirmar que el núcleo terrestre se divide en una parte sólida y otra líquida. Sus estudios sobre el núcleo de la Tierra, llamados “discontinuidad de Lehmann”, se publicaron en un documento conocido como ‘P’ y también demostraron que la Tierra no es una esfera compacta e inactiva, como se creía hasta ese momento. Utilizó los terremotos para confirmar su teoría.
Nació en el seno de una familia humilde de Virginia y su destino como mujer y negra parecía decidido (las leyes de segregación racial no le permitían mucho más que dedicarse a ser maestra). Pero Katherine pronto empezó a destacar por su control de los números y las matemáticas: su intelecto le permitió graduarse en matemáticas y francés a la temprana edad de 18 años. Trabajó como profesora durante años y en 1953 comenzó a trabajar en el departamento de cálculo de la NACA (predecesora de la NASA), donde realizaba todas las operaciones que necesitaban los ingenieros aeronáuticos. Su curiosidad y control numérico la llevó a realizar todos los cálculos del proyecto Mercury, siendo así la responsable de la trayectoria parabólica del primer vuelo tripulado al espacio. También calculó la trayectoria del Apolo 11 que llevaría al hombre a la luna y fue clave en el retorno del Apolo 13.
Lovelance fue la primera persona en desarrollar un código de computación y una adelantada a su tiempo. Descubrió que, a través de una serie de símbolos y normas matemáticas, se podían calcular grandes series de números, adelantando así las capacidades que más adelante tendrían las máquinas. Hija de una matemática y activista política y del poeta George Byron, gracias a su posición social llegó a conocer a científicos importantes, lo que le permitió desarrollarse educativamente.
La primera paleontóloga en identificar correctamente un esqueleto de ictiosauro, reptil marino de la época del Jurásico. Encontró los primeros dos esqueletos de plesiosauros y el primero de pterosaurio fuera de Alemania. Realizó importantes aportaciones a la paleontología y la geología en una época en la que muchos aún pensaban que ninguna especie se había extinguido. Sin embargo, sufrió la desigualdad de género de la época: la Sociedad Geológica de Londres jamás la admitió entre sus miembros y vivió el desprecio de muchos paleontólogos varones, que durante años se apropiaron de sus descubrimientos y estudios.
Una de las grandes científicas en el campo de la genética, fue Premio Nobel de Medicina en 1983, aunque no lo tuvo fácil como mujer investigadora. Sus innovadores resultados llegaron de la mano del maíz y de la investigación de su genoma. McClintok observó las ‘letras’ que componían su ADN y vio, por primera vez, que existían una serie de secuencias genéticas que podían cambiar su posición. De esta manera. produjo el primer mapa genético del maíz, que más tarde serviría para demostrar los mecanismos del cambio y de la regulación genética.
Es bioquímica australiana y bióloga molecular por la Universidad de Cambridge, además de ganadora del premio ‘Nobel de Medicina y Fisiología’ en 2009 gracias a su descubrimiento de la telomerasa, enzima que forma los telómetros durante la duplicación del ADN. Estas estructuras son vitales para entender la degradación molecular y el desarrollo del cáncer. También pertenece a las sociedades científicas más prestigiosas del mundo: Royal Society (Londres, Inglaterra) y Sociedad Americana de Biología Celular (Instituto de Medicina, Estados Unidos). Actualmente es profesora de biología y fisiología en la Universidad de San Francisco, en California.
Responsable del hallazgo de la ADN polimerasa del virus bacteriófago phi29, su investigación permite a los oncólogos ampliar pequeñas poblaciones de células que podrían dar lugar a tumores y, de esta manera, estudiarlos con más facilidad. Primera mujer española en ingresar en la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, cuenta con una larga e importante carrera: fue doctora en bioquímica por la Universidad Complutense de Madrid y profesora ad honorem en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa del CSIC, del que también fue directora en 1992. Además, fundó el primer grupo de investigación en genética molecular en España y recibió galardones internacionales y nacionales como la Medalla Mendel, Premio L’Oreal de UNESCO y el Premio Nacional Ramón y Cajal, entre otros.
Detectó por primera vez la radioseñal de un púlsar junto a su tutor, Antony Hewish, a quien le otorgaron el Premio Nobel de Física en 1974. Jocelyn, sin embargo, fue excluida del premio.Durante sus años en la Universidad Southampton (Inglaterra), esta astrofísica comenzó a explorar e investigar sobre astronomía en rayos gamma y enseñó astronomía en Rayos X en el Mullard Space Science Laboratory (Londres). Recibió en 2015 la Medalla de Oro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la mayor institución científica española. Es miembro de la Real Sociedad Astronómica de Londres y profesora visitante de la Universidad de Oxford. A su vez, es presidenta de la Real Sociedad de Edimburgo.
Einstein la consideraba la mujer más importante en la historia de las matemáticas. A pesar de que en su época (finales del siglo XIX y principios del XX) las mujeres no podían acceder a la universidad, Noether rompió todas las barreras científicas y sociales y revolucionó con su forma de hacer matemáticas. Fue artífice el álgebra moderna y el teorema de Noether, que permitía entender y resolver el problema de la conservación de la energía, clave para la visión actual del Universo y para comprender la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein. Fue expulsada de Alemania por los nazis al ser judía y pacifista, lo que le obligó a emigrar a Estados Unidos. Se convirtió en un hito al convertirse en la primera mujer plenaria en un Congreso Internacional de Matemáticos, en 1932, y en ser la primera también en estar habilitada para dar clases en la Universidad de Erlanger-Nuremberg (Baviera, Alemania).
Premiada por la Academia Sueca en 1964, Dorothy fue una química británica que desarrolló la técnica de difracción de rayos X para aplicarla en la estructura tridimensional de las moléculas orgánicas complejas. Además, desplegó la cristalografía de proteínas, razón por la que fue ganadora del Premio Nobel el 1964 (la tercera mujer en recibirlo después de Marie Curie y su hija Irène Joliot-Curie). En 1969 halló la estructura cristalina de la insulina, medicamento necesario para el tratamiento de pacientes con diabetes mellitus. Posteriormente consiguió investigar el calciferol y la vitamina D2. Se convirtió en profesora investigadora de la Royal Society en 1960.
Fuente de la reseña: https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/mujeres-cientificas-aula/70277.html
Desde la Antártida: el batallón de científicas que se forma para salvar el planeta
Cientos de mujeres científicas de todo el mundo se están formando como líderes frente a la emergencia climática que enfrenta nuestro planeta. Sputnik comparte historias de las participantes del proyecto de expedición de mujeres a la Antártida más grande de la historia.
A lo largo de 10 años, este proyecto promete formar a una red internacional de 1.000 mujeres de los cinco continentes con el objetivo de cambiar los modelos de liderazgo que nos llevaron a desconfiar de nuestros actuales líderes. Desde 2016, el programa global Homeward Bound está llevando a mujeres expertas en ciencia, tecnología, ingeniería, matemática y medicina a la Antártida para formarlas como líderes conscientes frente a la crisis climática que enfrenta nuestro planeta.
La cuarta camada del programa zarpó del puerto de Ushuaia, Argentina, el 22 de noviembre de 2019 llevando a 100 científicas, convirtiéndose así en la expedición de mujeres al continente blanco más grande de la historia. Representan 35 países desde Australia, India, Zimbabwe, Alemania, Costa Rica, Paquistán, Francia hasta Kenia, Argentina y Rusia.
Sus edades van de 23 a 70 años. Sus areas de experticia incluyen biología marina, pediatría, oceanografía, geoquímica, ingeniería, guardaparques, diplomacia científica, manejo de desastres naturales, astronomía, política medioambiental y comunicación científica. También es extensa la lista con ejemplos de los temas que investigan: cambio climático, biodiversidad, ecosistemas marinos, ondas gravitacionales, protección de océanos, epidemiología, plásticos, ingeniería aeroespacial y salud pública, entre otros.
Si bien cada una había sido seleccionada por una razón, llevó al menos tres semanas conocer las historias de cada una y las razones personales para salir de la zona de confort y formar parte de este proyecto.
Cada una presentó su historia durante un simposio en altamar. Algunas eligieron darle un enfoque estrictamente profesional mientras que muchas se animaron a mostrarse vulnerables. Sin excepción, cada una generó una gran admiración.
¿Qué tienen en común las mujeres y la crisis climática?
La emergencia climática que está viviendo nuestro planeta pone en evidencia la extrema vulnerabilidad del ecosistema en el que vivimos. Y nos exige esa misma vulnerabilidad para hacer un verdadero cambio.
La experiencia en la Antártida nos dio la posibilidad de ser vulnerables, de mostrarnos como realmente somos y vernos reflejadas la una en la otra. Detrás de cada una de estas mujeres tan exitosas se esconde una historia, de logros y de fracasos, de desafíos y luchas en una sociedad que históricamente ignoró la igualdad de género.
Gran parte de nuestro trabajo en la Antártida estuvo enfocado en la visibilidad; para nosotras mismas, para otros y como comunidad. Uno de los factores clave de la verdadera visibilidad es la vulnerabilidad. «No se puede ser visible sin ser vulnerable, y no se puede ser vulnerable sin ser valiente», comenta Julia May, docente a bordo y especialista en visibilidad de Australia. «El estilo de liderazgo que aportan las mujeres en su mejor expresión es inclusivo, colaborativo y centrado en el futuro y el bien común» asegura.
El permiso que nos dimos de ser vulnerables, de sentir en carne propia el daño que le estamos haciendo a nuestro planeta, nuestro único hogar, nos permitió encontrar juntas la fuerza para transformar nuestro dolor en acciones. Tanto las mujeres como la naturaleza han sido históricamente explotadas y necesitamos trabajar en conjunto para cuidar el ambiente y defender la equidad de género.
«Fue mágico e inspirador ver a 100 mujeres abrazar la vulnerabilidad y el coraje para hacerse más visibles para sí mismas, y luego ponerse en el lugar de los líderes visibles que desean ser», recuerda Julia, emocionada.»
Las mujeres frente a la emergencia climática
Para tomar acción frente a la crisis del planeta, hay que necesariamente salir de la zona de confort, sentir en carne propia el daño que le estamos haciendo a nuestra Madre Tierra y cambiar radicalmente la forma de vivir. La sociedad consumista y descartable a la que estamos acostumbrados, explotando indiscriminadamente los recursos naturales, es un modelo que tiene que cambiar si queremos seguir existiendo como especie humana; y el liderazgo de las mujeres es fundamental en este proceso.
La activista por los derechos humanos y presidenta del Fondo Mundial para las Mujeres, Musimbi Kanyoro, se enfocó en debatir temas como la diversidad y la inclusión. Muchas de las mujeres de Homeward Bound representan a grupos minoritarios como comunidades aborígenes, homosexuales o minorías étnicas que se sintieron sistemáticamente desplazadas del liderazgo y la toma de decisiones durante sus carreras profesionales. Musimbi hizo hincapié en nosotras debemos velar por traer a las mesas de discusión las voces de los grupos minoritarios, que somos privilegiadas por tener la posibilidad (y responsabilidad que eso conlleva) de ser escuchadas.
El rol de la mujer en posiciones de liderazgo no se puede discutir sin tratar el tema de la maternidad. Esto se discutió desde diferentes puntos de vista: mujeres que dejaron todo para ser madres, mujeres que hacen todo para proteger el futuro de sus hijos, aquellas que sienten que la sociedad las obliga a elegir entre ser madres o profesionales exitosas y aquellas que son juzgadas por su decisión de no traer hijos a este mundo.
También trabajamos en colaboraciones, especificando nuestros objetivos individuales y colectivos, lo que cada una tiene para ofrecer y en qué necesita ayuda. Un proyecto que la mayoría nos comprometimos a apoyar es una campaña para declarar la península antártica como Área Marina Protegida, algo que hasta el momento no se logró a pesar de la evidencia científica y que va a requerir de los contactos y experticia de cada una de nosotras.
Mujeres que inspiran
Conocer la trayectoria, desafíos y logros de cada una nos ayudó a comprender por qué estábamos ahí. Si bien no es posible reproducir las historias de vida de cada una de las 100 mujeres de estuvieron conmigo en la Antártida, quisiera compartir algunas entre tanta inspiración.
Emma Kennedy es ecologista e investigadora postdoctoral de arrecifes de coral en Australia. Desde pequeña, Emma sintió la pasión por la naturaleza y la biología marina y sintió un fuerte dolor al observar que desde su infancia a la actualidad, los arrecifes de coral que ella tanto amaba prácticamente habían desaparecido; estas pintorescas y coloridas fuentes de absorción de carbono se habían convertido en pálidos recuerdos fantasma debido al calentamiento global y la acidificación de los océanos. Tanto Emma como su equipo de científicos, se comprometió a no dejar que estas especies terminen en los museos como único lugar donde las generaciones futuras los puedan observar, y ella lo cuenta con lagrimas en sus ojos.
Samia Elfekih es una luchadora que nació en Túnez y de pequeña creía que nunca iba a poder cumplir su sueño de ser científica debido a la falta de recursos económicos y manejo del idioma inglés entre otras limitaciones. Sin embargo, eso no la detuvo. Samia estudió ingeniería, recibió una beca Fulbright para realizar su doctorado en genética en Estados Unidos, recibió el premio UNESCO-L’Oréal para mujeres en la ciencia que le permitió realizar su postdoctorado en Londres e incluso fue entrevistada para la revista Elle. Hoy, lidera proyectos multimillonarios alrededor de todo el mundo investigando y previniendo epidemias de dengue y malaria. Estos estudios son de vital importancia frente al cambio climático ya que con el aumento de las temperaturas las enfermedades tropicales se van a propagar cada vez de manera más rápida.
Yuxi Lei es investigadora en nanomateriales y fundadora de NANOxARCH en China, un emprendimiento de diseño de indumentaria sustentable confeccionada con materiales reciclados. Yuxi afirma que no deberíamos generar residuos en la tierra ya que todo se puede reutilizar y todos deberíamos repensar nuestras conductas de consumo para sostener aquellos proyectos y productos que sean sustentables.
Lily Brown es guardaparques y lucha contra incendios forestales en Australia. Ella vio con sus propios ojos el impacto devastador de los incendios forestales en su país, que este año llegaron a escalas sin precedentes con enormes pérdidas de vida silvestre e incluso humanas. Para ella, Antártida fue tan similar como diferente a su labor cotidiana. La urgencia en las acciones frente a la crisis climática es tan relevante para los incendios en Australia como para los deshielos en Antártida. «Este lugar es tan especial y lo estamos modificando de manera irreversible» comenta Lily.
Tuve momentos de culpa, vergüenza y tristeza. Pero estando en la Antártida, particularmente con este grupo de mujeres, me hace querer transformar estas emociones negativas en acciones».
Una de las mujeres más inspiradoras que conocí es Rachel Cooper. Con tan solo 23 años, la participante más joven de Homeward Bound está cambiando el curso de la política medioambiental de Nueva Zelanda. Hace pocos meses redactó e impulsó la ley de carbono cero para 2050 poniendo precio a las emisiones de gases del efecto invernadero provenientes de la actividad agropecuaria y ayudando a los productores a reducir sus emisiones. A su corta edad, Rachel es asesora del jefe científico del primer ministro y tiene toda la vida por delante para seguir trabajando por el bien común.
Estas son solo algunas de las razones por la cuales estas mujeres dejaron la comodidad de sus hogares, sus familias y muchas incluso sus trabajos para luchar juntas por un futuro sustentable para nuestro planeta.
El futuro de nuestro planeta
Estamos viviendo un momento clave en la historia de la especie humana en este planeta. Como muy elocuentemente puso en palabras Joaquín Sánchez Mariño, «los dinosaurios también pensaban que les quedaba tiempo». Y todavía podemos decidir ser parte del problema o de la solución.
Los niños y adolescentes están pidiendo a gritos un sistema diferente, y mujeres de todo el mundo preocupadas por el legado que les dejamos a las generaciones futuras están alzando sus voces para proteger a sus hijos. Desde la ciencia, ya sabemos las causas, las consecuencias y las soluciones, pero el mensaje está fallando en generar conciencia individual y políticas públicas para lograr el cambio a tiempo.
Como describió a la perfección la doctora en microbiología molecular Jana Schniete, «somos solo una pieza muy pequeña de algo mucho más grande, pero hemos tenido un gran impacto en la tierra. Estamos esencialmente destruyendo nuestro propio hábitat, nuestra propia casa. A la naturaleza no le importará si estamos o no, así que si queremos cuidar el lugar donde vivimos, tenemos que hacer algo al respecto. Somos invitados aquí y tenemos que comportarnos como tales».
El mayor aprendizaje que me llevo de la Antártida es el efecto que tenemos en el ambiente que nos rodea. Cuando visitamos el continente blanco, nos aseguramos de modificarlo lo menos posible, de no dejar ni llevarnos nada, de alterar mínimamente los ecosistemas que lo habitan. Por alguna razón, nos sentimos con derecho de alterar la naturaleza que nos rodea en nuestra vida cotidiana. Talamos bosques para agricultura y ganadería, matamos animales por deporte, cambiamos el curso de los ríos y contaminamos el aire que respiramos, ya sea de manera consciente o inconsciente. Y me pregunto:
¿Qué pasaría si cuidamos nuestro entorno de la misma manera que cuidamos la Antártida o nuestra propia casa?
Las temperaturas del planeta aumentan, los océanos se calientan y se acidifican, desaparecen especies y los desastres naturales destruyen la vida de miles de personas. Este panorama no va a cambiar ni mejorar a menos que activamente hagamos algo al respecto. Las mujeres de Homeward Bound estamos comprometidas con un cambio que viene desde los más profundo de nuestras entrañas. Una vez que vimos con nuestros propios ojos que una realidad diferente es posible, que nuestras acciones cotidianas destruyen ambientes tan lejanos y vírgenes como la Antártida y que nosotros tenemos la posibilidad de cambio en nuestras manos, ya no hay vuelta atrás.
Ingenieras, científicas, madres, esposas, profesionales, luchadoras, estudiantes, frágiles, fuertes, conscientes, líderes. Hijas de la Madre Naturaleza. Cada una de estas mujeres me dejó una enseñanza, de sus éxitos y sus fracasos, y sobre todo de su perseverancia para no bajar los brazos. Contrario a lo que uno imagina sobre las mujeres en la ciencia, que somos fuertes y podemos con todo, esta experiencia nos invitó a repensar los paradigmas en los que vivimos y a encarar la problemática de la crisis climática desde nuestra vulnerabilidad y la del planeta y protegerlo desde la comunicación, la búsqueda de conciencia, la diplomacia científica y el bien común. Una realidad diferente es posible, y empieza hoy.
Fuente de la Información: https://mundo.sputniknews.com/ecologia/202001211090198454-la-mision-de-100-mujeres-cientificas-en-la-lucha-para-salvar-el-planeta/
Este seminario tuvo lugar en la Facultad de Sociología de la Universidade da Coruña (www.udc.es) el martes, 21 de Mayo de 2013. La clase forma parte de la docencia del Máster Oficial de Migraciones Internacionales (MOMI) de la Universidade da Coruña. Este evento estuvo organizado por el Equipo de Sociología de las Migraciones Internacionales (ESOMI).
Toda la información puedes encontrarla en la página web: www.esomi.es
La igualdad entre mujeres y hombres en el campo de la investigación y la innovación es uno de los principios más importantes del proyecto europeo . Un desafío clave es que, si bien es más probable que las mujeres se gradúen de la educación superior que los hombres en el grupo de edad de 25 a 34 años en la Unión Europea, la proporción de hombres científicos o ingenieros en la fuerza laboral está muy por encima de la proporción de mujeres .
En muchos países de la Unión Europea, las investigadoras están realmente subrepresentadas, con los Países Bajos en la parte inferior (25% en 2016), mientras que Rumania es un ejemplo con el 46%. Francia, con su 28% de investigadoras, está por debajo del promedio europeo: 33%. En la Unión Europea, como en Francia, solo el 20% de los investigadores de negocios son mujeres, con una mayor representación en España (31%).
En estas circunstancias, no sorprende que apenas una de cada siete patentes sea presentada por una mujer. A pesar de la tendencia positiva al alza en la participación de inventoras en el sistema internacional de patentes en relación con sus homólogos masculinos, la situación aún está lejos de ser equilibrada. La proporción de mujeres que utilizan el sistema de patentes sigue siendo baja en relación con el número de artículos científicos que publican cada año, lo que se conoce como un fenómeno de «tubería con fugas». Según las tasas de crecimiento actuales, la paridad de género en las patentes no se logrará hasta 2070.
Todavía no hay suficientes científicos
Mientras que los niños y niñas muestran desempeños similares en asignaturas de ciencias en la escuela secundaria, las niñas se alejan gradualmente de las asignaturas de ciencias durante sus estudios. En Francia, en 2017, el 55% de los estudiantes de educación superior eran mujeres. En dieciséis años, desde 2001, su número ha aumentado en las escuelas de ingeniería (+4,9 puntos) y en los cursos universitarios de salud (+6,8 puntos). Sin embargo, permanecen en minoría en la formación más selectiva (42,8% en la clase preparatoria para las grandes escuelas) y, sobre todo, en los campos científicos (37%). En 2017, 10,600 de 38,000 graduados de ingeniería eran mujeres, o 28%. Un aumento del 32% en 10 años pero que sigue siendo lento.
Entre las estudiantes de ciencias femeninas, la elección de la opción sigue siendo muy de género : en 2017, había un 61% de mujeres en ciencias de la vida contra un 28% en ciencias básicas. Esta especialización de género en cursos de capacitación continúa en la empresa . En 2015 , en el campo de las matemáticas y el diseño de software, el 14% de los investigadores de negocios son mujeres. En el campo de las ciencias médicas, representan el 61% del número de investigadores.
Otro hallazgo, al final de un grado, las condiciones de empleo de las mujeres son sistemáticamente menos favorables (tasa de empleo, estabilidad, salario …) que las de los hombres. El techo de cristal todavía está muy presente en la Unión Europea y particularmente en el mundo académico . Se refiere a todos los obstáculos que enfrentan las mujeres para acceder a posiciones altas: es como si un techo invisible evitara que las mujeres subieran la escalera. Así, durante una carrera universitaria, por ejemplo, las desigualdades entre hombres y mujeres aumentan constantemente.
Francia no es un ejemplo en Europa
El caso de la comunidad universitaria francesa es claro : no hay suficientes mujeres en las universidades francesas (37%) y su progresión al puesto de profesores es baja (25% de los investigadores universitarios). El reclutamiento de docentes-investigadores tiende a feminizar, pero es menos probable que las mujeres soliciten el reclutamiento. La paridad en los órganos de gestión ha aumentado gracias a los mecanismos legislativos y reglamentarios que lo requieren, en particular la ley ESR de 22 de julio de 2013, que enumera la paridad en todos los órganos de gobierno. Sin embargo, las mujeres permanecen mucho en minoría en los puestos más altos. Solo el 17% de las universidades están encabezadas por mujeres en 2019.
Esta tendencia puede estar vinculada al peso de la tradición: las mujeres deben cuidar su familia y su vida cotidiana. Algunos también renuncian a tener más ambición, reduciendo la cantidad de trabajo que se debe hacer para lograrlo. Por ejemplo, la necesidad de viajar tanto en Francia como en el extranjero para colaborar o participar en conferencias a nivel internacional, a fin de elevar el nivel de investigación, puede plantear serios problemas si el investigador no No hay ayuda «blanda» para el cuidado infantil.
Hacia una nueva generación más libre
Sin embargo, las nuevas generaciones se están deshaciendo lentamente de este peso. Además, quienes superan este obstáculo están logrando muy buenos resultados, y la búsqueda de excelencia en el sector público por parte de las mujeres (que representan el 39% de los investigadores en el público) ahora es ampliamente reconocida ya que, en los últimos años, Las organizaciones públicas de investigación otorgaron el 42% de las más altas distinciones a las mujeres .
El objetivo del Ministerio de Educación Superior, Investigación e Innovación es llegar al 40% de las mujeres en los campos científicos al comienzo del año escolar 2020. Para ello, se basa en particular en iniciativas como propuesta por nuestra asociación Femmes & Sciences, cuyo objetivo es alentar a las niñas a avanzar hacia carreras en ciencia y tecnología y fortalecer la posición de las mujeres en estos oficios.
Entre los medios implementados, un programa de tutoría para mujeres científicas para apoyar a estudiantes de doctorado en la construcción de sus carreras. Este programa se basa en particular en la formación de parejas: un mentor acompaña a un alumno aprendiz. Las parejas se forman por afinidad durante una reunión rápida al garantizar que la tutoría y el mentoreado no pertenezcan a la misma entidad.
Los intercambios pueden enfocarse en los objetivos de carrera del aprendiz, consultas, dificultades encontradas o cualquier otro tema que desee abordar en función de sus necesidades. Nuestro grupo pionero de Montpellier F&S lanzó la tutoría en 2015, confiando en una escuela de doctorado (15 pares).
Desde entonces, este programa ha crecido, cuenta con el apoyo de la Universidad de Montpellier, el CNRS y, desde este año, una escuela de ingeniería en agricultura. El campo de disciplina se está expandiendo, y la cantidad de voluntarios (mujeres y hombres) que desean ser mentores también. Esta tutoría ya ha resultado útil en situaciones difíciles (acoso, por ejemplo) en las que el mentor ha podido ayudar, con las autoridades universitarias, a aliviar las tensiones.
En Francia, las autoridades públicas y los fabricantes han tenido en cuenta el desequilibrio en el número de mujeres científicas. La brecha se está cerrando gradualmente, pero desafortunadamente muy lentamente, y todavía estamos atrasados en comparación con otros países europeos. Los testimonios en las escuelas, el Día de las Niñas, los concursos y las acciones como la tutoría tienen la intención de cerrar la diferencia existente.
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