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«Creo que las mujeres podemos llevar un mensaje de esperanza a la población de Gaza»

Entrevista a Sandra Barrilaro, participante en el barco Zaytoune-Oliva que se dirige a Gaza para romper el bloqueo israelí

Por: Rebelión

RaG- Cuéntanos el porqué de tu implicación con Gaza y sus habitantes

– Primero, porque es Palestina. A la ocupación de toda Palestina, los cerca de dos millones de personas que habitan -muchos de ellos, refugiados- en ese territorio sufren el bloqueo. Bloqueo israelí ante los ojos de todo el mundo.

La situación de destrucción en Gaza y de las carencias que existen desde el agua, la energía, el paso limitado de lo que consumen o lo que puedan vender, sin poder decidir, no proviene de un desastre natural, de un terremoto o un tsunami. Es producto de la ocupación y destrucción sistemática israelí y como lo sé, lo conozco, tengo una responsabilidad. Además, esto ocurre ante la vista del resto del mundo. Es difícil comprender como se puede mirar hacia otro lado ignorando este sufrimiento humano.

Estuve en Gaza en el año 2011, pasé unos días allí en casa de un buen amigo, el escritor y poeta palestino Ahmed Yacoub, al que conocí en Ramallah gracias a un amigo mío, fotógrafo, con su familia, Siham su mujer y tres niños pequeños. En ese momento, sucedía la revolución democrática en Egipto, país por el que habíamos pasado antes de llegar a Gaza. Ver la situación de Gaza en esos momentos, con el contraste de lo que se vivía en Egipto, euforia, drama e incertidumbre que tenía como protagonista a la gente, te dabas cuenta que la ocupación israelí en Gaza, aun sin ser tan obvia como en Cisjordania y Jerusalén, porque no ves la omnipresencia del muro o un check point, se concretaba en el bloqueo, la miseria, las carencias, la mirada de los pescadores, de la gente común que te miraba con los brazos cruzados, impotentes,.. Sientes que debes hacer algo, dar algo de ti, el dar y buscar solidaridad. No puedo ser indiferente.

RaG-¿Y cómo te llegó la propuesta de unirte a Rumbo a Gaza, a formar parte de la nueva flotilla?

-Había estado en contacto con anteriores campañas de Rumbo a Gaza, con pequeñas colaboraciones, como en otras manifestaciones de apoyo a la causa palestina. Pero era una más de las personas que participan en las diferentes actividades, sin mayor significación.

La fotografía ha sido mi medio de transmisión de la vida palestina. He montado exposiciones con fotografías hechas en Palestina, en las que he querido mostrar la injusticia que se hace con el pueblo palestino con impunidad por parte israelí. Impunidad que es posible porque tiene la complicidad de nuestros gobiernos.

Gracias al profesor Mansour y junto a otras personas, en especial Teresa Aranguren, Bichara Khader y Pedro Martínez Montávez hemos publicado un libro, ‘Contra el olvido, Una memoria fotográfica de Palestina antes de la Nakba, 1889-1948’. Desde una conversación informal con Teresa, desarrollamos todo un proyecto y libro en el que hemos intentado recoger la vida cotidiana, la complejidad de una sociedad como la palestina, antes del intento de su destrucción, su forma de divertirse, comidas de familias o amigos, mujeres trabajadoras ya sea en el campo o enfermeras, mujeres tradicionales o mujeres a la última, de reivindicar al pueblo palestino antes del intento de su destrucción.

Quizá, esta circunstancia es la que ha motivado que las gentes de Rumbo a Gaza se hayan fijado en mí, y cuando me preguntaron si estaba dispuesta a participar en la flotilla de la libertad no lo dudé. Por una cuestión de coherencia con la causa palestina, El simple hecho que me preguntasen mi disposición a colaborar en esta iniciativa ha sido un honor para mí. Hacer una acción directa, lo que pueda aportar con mi testimonio, como en otras ocasiones, para contribuir a levantar el bloqueo y las conciencias de nuestros burócratas y gobernantes, bienvenido sea.

RaG-Por último, desde el principio se decidió que fuera tanto tripulación como pasajeras sólo mujeres, ¿cuál crees que puede ser esta contribución específica?

-Es una llamada de atención sobre la situación de la mujer palestina. Es, para mí, una muestra de solidaridad acercarnos a la mujer gazatí. Resaltar su existencia y la nuestra. Creo que las mujeres podemos llevar un mensaje de esperanza a la población de Gaza con una acción pacifica como esta. Pero no es creer que por el hecho de ser mujer arreglaremos lo que sea. Las soldados o las gobernantas israelíes son igual de responsables que los varones en la ocupación. Golda Meir fue una de las publicistas y enemiga del pueblo palestino que hacia suya la frase de que había una tierra, la Palestina, para un pueblo -y ahí vemos la sinrazón sionista- (el judío) sin tierra. El libro que te mencioné es una pequeña contribución a recuperar la memoria, el señalar que la tierra palestina tenía un pueblo, complejo y tan desarrollado como los de los países mediterráneos por esos años. Pero insisto, como mujer y madre, y sobretodo persona, reclamo y reivindico la responsabilidad personal, a la mujer palestina (quien está manteniendo la cohesión social), la causa palestina y rechazo el patriarcado o la sumisión. Reivindico la libertad y el derecho a equivocarnos y nunca la opresión o la ocupación física o mental.

Sandra Barrilaro Muñoz, fotógrafa. Madre de dos hijos, ya adultos. Ha trabajado en el mundo de la edición y autora de un libro de cuentos y coautora el libro bilingüe árabe y español de texto y fotografías mencionado en la entrevista. Ha participado en el VIII Congreso de Escritores de Ramallah en el año 2016. Cofundadora de la plataforma de crowdfunding Namlebee que tiene una categoría específica para proyectos con Palestina. Consejera editorial de Palestina digital.

El barco Zaytoune tiene a trece mujeres a bordo. La lista completa de las mujeres que participan está en:

https://wbg.freedomflotilla.org/participants-on-board-messina-to-gaza

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=217556

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El estigma de ser mujer en Sudán del Sur

Por: Mónica Chinchilla

El pasado 9 de julio de 2016, Sudán del Sur celebraba el quinto aniversario de la proclamación de su independencia. La fecha, que debiera haber sido festiva en el país, se tiñó de sangre tras la muerte de, al menos, 272 personas, 32 de ellas civiles. Los enfrentamientos entre las fuerzas militares afines al presidente, Salva Kiir, y su vicepresidente y rival político, Riek Machar, no son más que el penúltimo episodio de una cruenta guerra civil que data de diciembre de 2013 y que hace tambalear los cimientos del que se considera el país más joven del mundo.

Tras más de 20 años de guerra, en enero de 2011 Sudán del Sur votó un referendo a favor de la independencia de Sudán. La decisión estuvo respaldada por un 98,93% de la población sursudanesa, provocando la secesión. La paz y la tranquilidad, sin embargo, apenas duraron un par de años, ya que desde que estalló la Guerra Civil a finales de 2013, la situación económica, política, humanitaria y sanitaria ha sumido al país en una situación crítica. Y todo, a pesar del supuesto acuerdo de paz que tuvo lugar en agosto del año 2015.

En el conflicto, la población civil ha sido la principal perjudicada. Tanto es así que, según los últimos datos que proporciona la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (UNOCHA por sus siglas en inglés), en Sudán del Sur hay 1.616.026 personas desplazadas internamente (en adelante PDI). A pesar de que es necesario ser prudente al tratar cifras procedentes o relativas a países inmersos en conflictos de tales dimensiones, a nadie escapa lo alarmante del dato, pues la población del país no alcanza los 12 millones de habitantes.

Refugiados y desplazados internos en Sudán del Sur a 1 de enero de 2015. Fuente: ACNUR
Refugiados y desplazados internos en Sudán del Sur a 1 de enero de 2015. Fuente: ACNUR

Se consideran PDIs a aquellas personas que, aun permaneciendo en su propio país de origen, deciden abandonar su hogar por razones de inseguridad. Siguen así bajo la protección del Gobierno local, aunque paradójicamente sea éste en buena medida el causante del conflicto, como es el caso de Sudán del Sur. Además, las más de 50 tribus que existen en el país propician que los procesos de integración que encuentran los desplazados al abandonar sus ciudades de origen sean muy complejos.

Por su parte, la cifra de personas que deciden establecerse en alguno de los países fronterizos de Sudán del Sur es mucho menor, debido a las dificultades humanitarias, económicas e incluso psicológicas que supone para los emigrantes abandonar un país por el que han luchado durante varios lustros. A pesar de ello, el recrudecimiento de la situación y el incremento de sucesos violentos acaecidos durante los últimos meses está provocando una oleada de refugiados que tratan de abandonar el país.

De acuerdo con la cifras proporcionadas por ACNUR, un 70% de la población civil considerada refugiada son niños. Esto constituye, sin duda, una amenaza potencial para el futuro del país, que necesita de protección internacional y de ayuda humanitaria urgente para subsistir. Además de los niños, hay otro colectivo cuya vulnerabilidad se ha incrementado a lo largo de los últimos meses; se trata de las mujeres, segmento clave en la sociedad sursudanesa para garantizar el próspero desarrollo de un país en donde la figura de la mujer es vilipendiada y despreciada.

Nuevas estrategias que fomentan el conflicto interno: la inseguridad

El problema va más allá de una cuestión de género, presente todavía a día de hoy en tantos países, y no únicamente en aquellos subdesarrollados. Supone también una grave cuestión de seguridad que impide a Sudán del Sur y a su población impulsar, siquiera, un mínimo desarrollo. Anteriormente, la violencia sexual suponía una especie de instrumento dentro del conflicto. Pero el modo de hacer la guerra ha sufrido una importante transformación, pasando las violaciones, el maltrato o la humillación a ser componentes inherentes a éstas. Incluso la búsqueda de la muerte tanto de mujeres como de niñas es una realidad fomentada por el conflicto interno. Y Sudán del Sur es el vivo ejemplo de este tipo de cambios.

La principal consecuencia de estos actos es el rechazo, por parte de los propios familiares o de la comunidad en general, de aquellas mujeres que han sufrido abusos. Se trata de acabar, mediante la ruptura de los vínculos más cercanos, con la estructura social de las minorías étnicas. A medio plazo, el aumento de estos sucesos podría conllevar la desaparición de ciertas tribus con escaso protagonismo, circunstancia que podría calificarse de limpieza étnica. Estaríamos hablando entonces de una estrategia efectiva para conducir un conflicto. Todo esto se suma, por ejemplo, a los matrimonios forzosos que, durante décadas, han supuesto de igual manera abusos y violencia sobre las niñas de entre 15 y 19 años.

Es conocido el resultado de atrocidades como estas. Los niveles de SIDA en el país han aumentado en los últimos años. Una enfermedad provocada de modo intencionado que, una vez más, pretende frenar el desarrollo de ciertas regiones del país o de minorías étnicas. Naciones Unidas estima que 190.000 personas sufren SIDA en Sudán del Sur y que solo en torno a un 10% de los afectados puede recibir tratamiento. La situación, además, se agrava por momentos, pues en la actualidad se estima que unas 50 personas resultan infectadas cada día.

La indefensión procedente de la inseguridad también puede verse acentuada por el sistema legal establecido en el país. La existencia de un derecho consuetudinario supone, por un lado, el menor coste de los procesos judiciales, a los que pueden someterse las mujeres sursudanesas al reclamar, por ejemplo, su derecho a ciertas tierras. Este abaratamiento del proceso, junto con la no necesidad de desplazamiento a tribunales situados en grandes ciudades, supone una mayor accesibilidad a la justicia.  

Por su parte, el derecho estatutario, es decir, aquel que proviene del Estado y que incluye la constitución, los cuerpos legislativos y los precedentes jurisdiccionales, es de difícil alcance para las mujeres, especialmente para aquellas que habitan en zonas rurales o aquellas consideradas PDI. Junto con su elevado coste, son comunes las prácticas discriminatorias hacia las mujeres por parte de jueces y demás personal del orden, debido a las diferencias sociales y culturales.

La realidad es que dentro de cada una de las más de 50 tribus que componen Sudán del Sur, cada una de ellas posee un derecho consuetudinario, no escrito, que también da paso a la arbitrariedad y a la indefensión. Además, en muchos de los casos, las mujeres desconocen las posibilidades que les ofrece la Justicia para reclamar, o no saben cómo acceder a estas posibilidades. Tal argumento se ve reforzado por la baja tasa de alfabetización de las mujeres, que asciende a un 16%.

De tal modo, puede decirse que los problemas causados por la inseguridad forman parte de una estrategia desarrollada dentro del conflicto interno por todos los bandos participantes, que apunta a la mujer como principal blanco, por suponer éstas realmente el futuro de Sudán del Sur, al menos mientras el conflicto perdure.

Derechos de tierra, vivienda y propiedad como solución para las mujeres consideradas PDI

Son precisamente las mujeres sursudanesas las consideradas pilar fundamental en la estructura familiar. Debido al conflicto, su responsabilidad para con la familia ha aumentado considerablemente, e incluso en mayor medida para aquellas consideradas personas desplazadas internamente. Los hombres pasan a formar parte de la guerra cobrando salarios bajos, dejando a sus hijos en manos de sus esposas y quedando, a la postre, gran parte de ellas viudas.  Es por ello de especial trascendencia garantizar los derechos a la tierra, a una vivienda y el derecho de propiedad al colectivo femenino, que se muestra más indefenso ante el conflicto.

La reconocida posesión de un hogar y de unas tierras por parte de las mujeres está legalmente recogida tanto en cuerpos legales, como en la Ley de Tierras vigente desde 2009, como por la jurisprudencia constitucional del país. Aunque la capacidad de registrar tierras a su nombre es supuestamente cada vez mayor, forma también parte de la normativa sursudanesa la realidad por la cual las mujeres adquieren los derechos de los maridos, pero no los suyos propios. Esto es, existe una dependencia de la mujer hacia el hombre en lo que a la adquisición de derechos se refiere.

En la práctica diaria de esta problemática, las mujeres viudas, solteras o sin familia son privadas del acceso o control sobre unas tierras. Su no dependencia hacia un hombre las convierte en “extranjeras” ante los tribunales, impidiendo la integración de aquellas desplazadas que vuelven a sus poblaciones de origen. Esto es especialmente relevante cuando las mujeres son madres, ya que si pudieran disfrutar de la herencia de esas tierras estarían garantizando un futuro y una forma de supervivencia a sus descendientes.

Por si hasta este punto no fuera suficiente, con el elevado coste que supone el registro oficial de las tierras, la comercialización de éstas dificulta a las mujeres desplazadas la recuperación de sus antiguas parcelas. Su desconocimiento les impide recibir una compensación y son con frecuencia realojadas en zonas inseguras, con difícil acceso a agua o madera, y con apenas posibilidad de escolarización de los hijos.

En el marco de las relaciones internacionales, se reconoce el derecho de propiedad como pieza angular en el crecimiento de los países más subdesarrollados. En el caso particular de Sudán del Sur, la garantía de estos derechos supondría uno de los principales remedios para la correcta integración de las mujeres desplazadas a causa del conflicto interno. No solo se vería reducido el riesgo a la desprotección de este colectivo, sino que además fomentaría su capacidad de proporcionar tanto un presente como un futuro a sus descendientes. El derecho de propiedad funciona, además, como medio de acceso a los recursos financieros, ofreciendo una vivienda o unas tierras como garantía de la devolución de un crédito. Todo el proceso puede resultar no solo en una mejora en las condiciones de vida, sino también en un incremento en la productividad o desarrollo de la economía familiar.

El papel de la corrupción a la hora de garantizar estos derechos

De los 168 países que el llamado Corruption Perception Index tiene en cuenta para establecer un orden según los niveles de corrupción, Sudán del Sur ocupa el lugar 163, con apenas 15 puntos sobre 100 –el 0 corresponde a un país completamente corrupto–. Estos guarismos reflejan a la perfección la situación política del país y la inestabilidad que esto provoca en la población civil.

En cuanto a los abusos sexuales a mujeres y niñas se refiere, confirma Naciones Unidas la trata de éstas como forma de salario que reciben las fuerzas gubernamentales, especialmente la denominada SPLA (Armada Popular de Liberación de Sudán) a cambio de sus labores de combate y protección. Así, sólo entre los meses de abril y septiembre de 2015, en la provincia sursudanesa de Unity, se recogieron 1.300 denuncias por violación, según la propia Organización de las Naciones Unidas. Estos crímenes, considerados por la ONU crímenes contra la Humanidad, quedan impunes al ser el propio Gobierno el que los autoriza, fomentando que se repitan con mayor frecuencia entre todos los bandos combatientes.

En lo que se refiere a términos legales relacionados con la propiedad y las tierras, a pesar del reconocimiento de titularidad de las parcelas, se han dado ocupaciones ilegales por parte de soldados, oficiales del gobierno o de familias adineradas con capacidad de ejercer una influencia tanto en las comunidades como en el Gobierno. Además, las fuertes inundaciones que han tenido lugar en los últimos años de forma periódica han creado una mayor necesidad de tierras aptas, lo que ha traído consigo un incremento en el control del Estado de propiedades ajenas de acuerdo con sus intereses. Este desigual reparto de las tierras afecta en mayor medida, como era de esperar, a aquellas mujeres que vuelven a sus poblaciones de origen.

Sudán del Sur, uno de los países más corruptos del mundo. Fuente: Transparencia Internacional
Sudán del Sur, uno de los países más corruptos del mundo. Fuente: Transparencia Internacional

Cómo fortalecer la imagen de la mujer en Sudán del Sur. Posibles soluciones

Existen varias formas de abordar la situación de Sudán del Sur. Probablemente, todas ellas incluyen un importante cambio político o una reforma sustancial de las principales instituciones, ya que la pobreza extrema del país dificulta sobremanera que los ciudadanos puedan salir adelante por sus propios medios.

Una vez encaminada la democratización de los órganos de Gobierno como palanca fundamental del cambio, se antoja necesaria una profunda reforma en sectores como la Educación o la Sanidad, cruciales ambos para el desarrollo del país. Más adelante, será vital atender a otras lacras patentes como son la corrupción o el papel de la mujer en la Sociedad y en instituciones públicas como el Parlamento, donde tan solo ocupan el 24,3% del total de los escaños.

En este escenario, la participación de organismos internacionales se considera necesaria. Así, por ejemplo, la Corte Internacional de Justicia podría convertirse en observador garante de la independencia e imparcialidad de los tribunales. También puede actuar como asesor para tratar que casos tan graves como la violencia extrema o la violación de derechos fundamentales dependan en todo punto de un derecho consuetudinario arbitrario peligrosamente cambiante.

Del mismo modo, la sociedad internacional debería hacerse cargo del problema y colaborar en consecuencia para la inclusión del colectivo femenino en la toma de decisiones trascendentes, en negociaciones y en conversaciones de Paz. Su participación en cuestiones extraordinarias, sin duda ayudaría a que el papel de la mujer en la vida ordinaria fuera, poco a poco, tomando más valor.

Los movimientos ciudadanos liderados por aquellos sursudaneses que han tenido una mejor educación también tienen una importancia capital. Gracias a su perspectiva más amplia de la sociedad local y global, estos movimientos están llamados a garantizar aquello que en los países más desarrollados se consideran Derechos Fundamentales.

Presencia de ayuda en el país según organizaciones y sectores. Fuente: OCHA
Presencia de ayuda en el país según organizaciones y sectores. Fuente: OCHA

Otra traba importante del conflicto es la escasa repercusión que éste tiene en países desarrollados. Al no verse afectados de modo directo, tanto los estados como las organizaciones supranacionales hacen oídos sordos a una realidad que aún no ha calado, ni tiene visos de hacerlo, en la opinión pública occidental. Como consecuencia, son las Organizaciones No Gubernamentales, sobre todo las internacionales, las que asumen, por su cuenta y riesgo, la responsabilidad de ayudar en la zona.

Como se ha visto, la cruda realidad que atraviesa Sudán del Sur es resultado de diversas cuestiones. Entre ellas destaca el fuerte arraigo cultural de una sociedad anclada en la tradición. Tal involución afecta de modo directo e inmediato a otros aspectos políticos, económicos y sociológicos y tiene como principal víctima a la mujer, utilizada por el hombre como mercancía y relegada de continuo a un segundo plano por instituciones públicas y privadas. En los movimientos ciudadanos y en la educación de las generaciones venideras está la esperanza de un país imberbe que pide Paz como principal premisa para el cambio.

Fuente: http://elordenmundial.com/2016/08/18/el-estigma-de-ser-mujer-en-sudan-del-sur/

Imagen tomada de: https://es.jrs.net

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Declaración de Directora Ejecutiva de ONU Mujeres Phumzile Mlambo-Ngcuka sobre el asesinato de Lesbia Yaneth y Jo Cox

07 Agosto 2016/Fuente y Autor: UNWomen

El 7 de julio lloramos la muerte de Lesbia Yaneth, activista medioambiental en Honduras y miembro del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh). Su asesinato sucede poco después del de su compatriota y compañera Berta Cáceres, por su papel de líder indígena, ecologista y defensora de los derechos humanos y del de su también compañero de Copinh, Nelson García.

Ellos se unen a la lista cada vez mayor de mujeres y hombres alrededor del mundo agredidas/os por sus creencias políticas y por su perfil público, en la que se incluye el reciente ataque en contra de Jo Cox, miembro del Parlamento británico que recibió un disparo y fue apuñalada a muerte en el Reino Unido el pasado 16 de junio. Ella fue una luchadora incansable por los derechos de las mujeres en todo el mundo y una abierta defensora de las cuestiones humanitarias, la paz y la igualdad.

Sus voces han sido silenciadas. Pero las causas que apoyaban se ven fortalecidas por los que siguen alzando la voz por la justicia.

Hoy en día, alrededor del mundo hay más mujeres en cargos públicos que en cualquier otro momento de la historia. Más de 10.300 mujeres son parlamentarias en sus países, esto es equivalente a más del 22 por ciento de los parlamentarios en todo el mundo y más del doble de la proporción que en 1995. El ritmo del cambio es demasiado lento y está muy lejos aún de lograr la paridad, pero hay progreso.

De manera alarmante, casi universalmente, esta mayor representación de las mujeres ha venido acompañada de la violencia basada en el género. Esto se manifiesta de diversas formas -con hostigamiento y agresión en diversos medios de comunicación, con intimidación y la violencia sexual y física contra las mujeres en cargos públicos; obligando a las mujeres a renunciar a cargos políticos; y bajo el escrutinio público de las candidatas con comentarios que examinan su apariencia en lugar de su experiencia y sus políticas. En su forma más extrema, las mujeres en puestos políticos han sido encarceladas o asesinadas por ejercer sus derechos políticos y por atreverse a defender lo que es correcto.

Esta reacción violenta al progreso es un fenómeno global. Su existencia es hoy uno de los obstáculos más graves para la realización de los derechos políticos de las mujeres. Es una manifestación que intenta evitar que las mujeres reclamen sus derechos – y que protejan los de los demás. Se les impide votar o ejercer cargos públicos, hacer campaña libremente, o expresar una opinión política sin temor a represalias o a ser cuestionadas en sus propios hogares, comunidades, y en el ámbito público. Es un impedimento directo a las mujeres que buscan un cargo electoral, y un elemento disuasivo para las mujeres jóvenes que tratan de romper el molde.

Hay que alzar la voz ante esta situación. Hay que confrontarla. Hay que pararla. Ninguna mujer debería pagar con su dignidad o su vida por ejercer sus derechos políticos. Esta debe ser una iniciativa en colaboración con las mujeres en cargos, con los partidos políticos, los parlamentos, con los ciudadanos y con el movimiento de mujeres. Tenemos que actuar de manera colectiva en contra de la discriminación, mediante la sensibilización de los medios de comunicación, trabajando con hombres y niños, y convirtiendo las leyes en políticas efectivas contra el acoso político y la violencia contra las mujeres.

Acabar con la violencia contra las mujeres y las niñas, incluyendo en la política, es una batalla clave, al mismo tiempo que un objetivo de nuestro tiempo. Todos tenemos un papel que desempeñar en exponerlo y en actuar para combatirlo.

Fuente de la noticia: http://www.unwomen.org/es/news/stories/2016/7/ed-statement-on-killing-of-lesbia-yaneth-and-jo-cox#sthash.fNALu9q9.dpuf

Fuente de la imagen: http://www2.unwomen.org/~/media/headquarters/images/sections/about%20us/ed/phumzilemlambongcuka_official_300x200%20jpg.jpg?v=1&d=20141013T122026

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Los libros, las mujeres y la guerra

Por Lola Arias

Una francotiradora rusa cuenta cómo fue la primera vez que disparó sobre un hombre, el temblor de su cuerpo al apretar el gatillo, los huesos golpeándose unos contra otros. Otra relata cómo después de matar a cientos de alemanes ya no sentía nada, pero se puso a llorar desconsoladamente el día que tuvo que disparar a un potrillo para hacer una sopa para sus compañeras que desfallecían de hambre. Otra dice que era tan niña cuando fue al frente que, cuando volvió, su madre la midió y había crecido diez centímetros.

La guerra no tiene rostro de mujer recopila las historias de un grupo de mujeres que fueron parte del Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial. Mujeres francotiradoras, radio operadoras, conductoras de camiones. Un millón de mujeres que ocuparon todas las posiciones posibles durante la guerra y cuyas historias eran desconocidas hasta que una escritora bielorrusa llamada Svetlana Alexievich decidió escribir sobre ellas. Sus relatos se van cruzando en un complejo tejido de voces. Al ir pasando las hojas, parece como si oyéramos a cada una de las figuras pequeñas de una foto de un grupo de mujeres con uniformes.

El libro fue escrito a principios de los ochenta y publicado en 1983. Pero en el 2002, Svetlana Alexievich decidió reescribirlo incluyendo el diario del proceso mismo de escritura, las partes que había decidido dejar afuera, las conversaciones con los censores. Uno de los censores critica: «Después de leer un libro como éste, nadie querrá ir a la guerra. Usted, con su primitivo naturalismo, está humillando a las mujeres». En varios momentos le objetan que su libro es sucio, no heroico, que destruye la victoria del Ejército.

Mientras entrevista a las protagonistas, la misma Alexievich se pregunta por qué escribir sobre la guerra. Y se responde: «Todo lo que sabemos de la guerra lo sabemos por la voz masculina […]. La guerra femenina tiene sus colores, sus olores, su iluminación y su espacio. Tiene sus propias palabras. En esta guerra no hay héroes ni hazañas increíbles, tan sólo seres humanos involucrados en una tarea inhumana».

Durante el día estoy en una sala con ex combatientes mirando fotos de la colimba, representando el hundimiento del Belgrano con un barco en miniatura, escuchando cómo unos soldados volaron por el aire en un campo minado por ir a buscar comida. Por las noches leo el libro de Svetlana Alexievich y me pregunto por qué yo misma me interesé en escribir una obra sobre la guerra. Supongo que me interesa lo que queda en la memoria, esos pedazos de historias que son como los restos de borceguíes o cantimploras que los veteranos buscan entre las piedras cuando viajan a las islas.

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1879283-los-libros-las-mujeres-y-la-guerra

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La pionera de la ciencia ficción que imaginó utopías feministas en los años 30

03 de agosto de 2016 / Por: Marta Sofía Ruiz / Fuente: http://www.eldiario.es/

Pionera de la ciencia ficción, la estadounidense Lilith Lorraine escribió historias utópicas en las que imaginaba futuros lejanos con sociedades socialistas y feministas. Mientras, en su presente, fuera de las páginas de las revistas pulp en las que publicaba sus relatos, Estados Unidos se sumía en la Gran Depresión. Borrada de la historia del género, como muchas otras mujeres de la época, en sus narraciones la tecnología libera a la mujer y permite conseguir, después de una época de guerra, una sociedad elevada en armonía total.

Lilith Lorraine fue uno de los seudónimos de la escritora, editora y poetisa  Mary Maud Wright, originaria de Corpus Christi (Texas) donde situó muchas de sus historias. Fundadora de una escuela de idiomas en México, donde residió durante algunos años, de una escuela de radio y de una asociación de poesía llamada Avalon, Lorraine escribió historias de ciencia ficción en las que volcó su feminismo y su socialismo e imaginó utopías en las que la tecnología transformaba el mundo.

“Le inspiraba la posibilidad de que la ciencia ficción pudiera hacer que la gente imaginara futuros mejores”, explica a  HojaDeRouter.Com Lisa Yaszek, profesora universitaria y autora del libro  “Hermanas del mañana. Las primeras mujeres de la ciencia ficción”.

 Sus ideas políticas y su misticismo colorearon sus relatos, en los que elucubraba sobre los posibles efectos de las máquinas e innovaciones técnicas. “Como otras mujeres escritoras de la época, Lilith Lorraine se preocupó por cómo experimentaríamos el futuro. En su caso, era una persona muy activa política y socialmente, por lo que trasladó esas preocupaciones a sus relatos”, añade la experta.

Su primera historia, ‘The Brain of the Planet’, se publica en el año 1929 como parte de una novela de diez centavos editada por Hugo Gernsback. Lorraine sitúa la acción en 1935 y presenta a un profesor de la Universidad de Arizona queprueba la existencia de la telepatía y construye una radio telepática gigante en las montañas de México con el objetivo de convertir el mundo en una utopía socialista.

Este profesor justifica su intromisión y el uso de la máquina explicando que es necesario abolir la esclavitud impuesta “por aquellos que controlan los medios de producción y distribución”, que llevan a cabo guerras únicamente “por su beneficio personal” y que explotan a la sociedad a través de la psicología de masas que se sustenta en “el patriotismo, el honor y la religión”.

Imagen de 'The Brain of the Planet'
Imagen de ‘The Brain of the Planet’

Cuando otro de los personajes del libro afirma que el empleo de esa máquina impedirá el libre albedrío y le robará la libertad al ser humano, el profesor, caracterizado como una especie de salvador al estilo de Jesucristo, afirma que “aquel que murió en la cruz también tuvo una gran responsabilidad” y defiende la necesidad de su invento escudándose en el pésimo estado en que se encuentra el mundo.

Tras emplearla, proyectando su rayo a lo largo del planeta, la humanidad es liberada de su represión y el mundo se transforma en una utopía: nuevas invenciones facilitan el trabajo que ya no pueden controlar los capitalistas, la religión y los nacionalismos caen y “los celos sexuales y la presión económica desaparecen de un hachazo y todos los matrimonios se basan en el amor verdadero y en la afinidad de gustos”. Cuando se alcanza la sociedad perfecta, el profesor destruye la máquina y se marcha a la jungla. La humanidad, acostumbrada al nuevo sistema, vive en armonía.

UN VIAJE AL FUTURO TECNOFEMINISTA

Su segundo trabajo, ‘Into the 28th century’, se centra en un hombre que viaja 800 años hacia delante desde 1932, a través de un portal que los habitantes del futuro han dejado abierto. Se encuentra con una sociedad en la que el socialismo y el feminismo han triunfado después de distintas etapas. Algunas de ellas son violentas, como la revuelta de los jóvenes en la que estos destruyen con un rayo a la generación de ancianos cuyos cerebros habían sido modificados por el sistema.

Son los personajes que lo recogen, todos con aspecto joven y sano debido a que han encontrado la fórmula del rejuvenecimiento y la inmortalidad, los que le explican los detalles de este nuevo orden. En él, hombres y mujeres son iguales –el movimiento feminista fue parte importante de la gran revolución– y las necesidades físicas han sido simplificadas por la tecnología.

La comida se aspira, el conocimiento se adquiere a través de una máquinadurante el sueño y la mayoría de los objetos y aparatos funcionan gracias a máquinas de  proyección mental que se potencian con cristales y espejos. Además, la ciencia ha acabado con los virus y “ha purificado el torrente sanguíneo de enfermedades hereditarias”.

Ilustración del futuro imaginado en "Into the 28th century"
Ilustración del futuro imaginado en ‘Into the 28th century’

En este futuro, cuando se concibe un niño, aunque ya no es una necesidad debido a la inmortalidad –según el texto, “la reproducción era solo una manera de intentar ganarle a la muerte”–, el embrión se extrae del cuerpo de la madre y se desarrolla en una máquina para que las mujeres no se vean sometidas a los “dolores y las dificultades” de la experiencia del parto. Al no tener que encargarse de forma continua de los cuidados de los hijos, las mujeres tienen puestos en el Gobierno.

Los habitantes del futuro también le explican al protagonista que a lo largo de distintas generaciones se ha cimentado un respeto mutuo entre sexos, que ahora basan sus relaciones en el concepto de igualdad. Aunque el sexo y el matrimonio siguen vigentes, cada vez son más raros, ya que las relaciones han alcanzado un nivel espiritual superior en el que dichas concepciones no son necesarias.

Una vez más, en este segundo relato, la escritora estadounidense emplea la tecnología para transformar el mundo y basa en ella el triunfo de sus ideas. Sin embargo, la figura dictatorial desaparece y las revueltas son comunes y con una pronta transición democrática.

UNA GENERACIÓN BORRADA DE LAS ANTOLOGÍAS

Clare Winger Harris, Leslie F. Stone, L. Taylor Hansen y Dorothy Gertrude Quick son algunos de los nombres de las pioneras de la ciencia ficción estadounidense cuyas historias se publicaron, aparentemente sin problemas ni oposición, durante finales de los años 20 y la década de los 30, junto a las ya mencionadas y otras de Lilith Lorraine. Sin embargo, sus nombres no han pasado a formar parte de la historia del género. La llegada de editores más jóvenes y más alejados de la lucha por los derechos de la mujer trajo consigo trabas a la publicación de los relatos de estas autoras, que además fueron borradas de las antologías.

“Durante mucho tiempo solo tuvimos las antologías para escribir la historia de la ciencia ficción», explica Yaszek. «Hay muchas de estas escritoras que explicaron en su momento cómo sus textos empezaron a ser rechazados por las revistas y cómo sus relatos no fueron incluidos en las recopilaciones de textos”.

Lorraine escribió sobre utopías socialistas y feministas
Lorraine escribió sobre utopías socialistas y feministas

“Leslie F. Stone, a la que tomaban por un varón debido a su nombre, iba a ser incluida en una antología hasta que su nuevo editor se dio cuenta de que era una mujer y le llegó una carta diciéndole que una decisión de última hora la había dejado fuera”, explica la experta.

Cuando sus historias empezaron a ser rechazadas tras la partida de Hugo Gernsback, su editor habitual, Lorraine decidió que, además de escribir poesía, publicaría y editaría algunas revistas semiprofesionales y fanzines que se enfrentaran a las nuevas barreras de la comunidad. En ellas dio voz a las mujeres, y solía contar con autoras, editoras y artistas para crear sus números. “Publicó al menos una docena de revistas de ciencia ficción. Quería promocionar a las mujeres de la industria y hablar de los temas que le parecían importantes”, afirma Yaszek.

Con sus ideas siempre al frente, Lorraine experimentó con la ciencia ficción para provocar que otros soñaran, como ella, con un futuro más justo. Escritora, editora, profesora y poetisa, ahora aparece junto a otras pioneras en una antología que nos recuerda que, aunque sus nombres desaparecieron durante un tiempo, ellas y sus firmas estuvieron ahí.

Fuente artículo: http://www.eldiario.es/hojaderouter/tecnologia/Lilith_Lorraine-ciencia_ficcion-pioneras-Hugo_Gernsback_0_541746180.html

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UNICEF: Madres deben darle pecho a sus bebés rápidamente

España/ Agosto  2016/ UNICEF

La UNICEF exhortó a las madres del mundo a dar pecho a sus bebés a la hora después de parir, afirmando que la leche materna «es la primera vacuna» de los bebés. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia calcula que unos 77 millones de recién nacidos — aproximadamente uno de cada dos — no son amamantados en la primera hora después del parto, lo que les priva de importantes nutrientes, anticuerpos y contacto físico con la madre.

La UNICEF declaró el viernes que los recién nacidos comprenden casi la mitad de todas las muertes de pequeños menores de 5 años a nivel mundial, y que darle pecho a los bebés en sus primeros seis meses de vida salvaría unas 800.000 vidas anuales. Fadela Chaib, portavoz de la Organización Mundial de la Salud, criticó a quienes dicen que la fórmula para bebés tiene los mismos beneficios que la leche materna, afirmando: «Eso es mentira. No son lo mismo».

Fuente: http://www.20minutos.com/noticia/55563/0/unicef-madres-deben-darle-pecho-a-sus-bebes-rapidamente/#xtor=AD-1&xts=513357

Fuente de la Imagen: http://peru.com/mujeres/soy-mama/maternidad-mujeres-madres-embarazo-amamantar-noticia-466435

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ONU Mujeres: en Colombia la capacitación lleva a mas mujeres a la política

Fuente: ONU Mujeres / 10 de junio de 2016

“Yo me presenté como candidata y gané; conseguí vencer al miedo de asumir una conducta de candidata”, explica Lucía del Socorro Basante, abogada de 60 años, y única mujer concejal del Concejo de Pasto, en el Departamento [estado] de Nariño, en la zona costera al sur-oeste de Colombia.

Lucía del Socorro Basante

Lucía del Socorro Basante en su oficina en Pasto, Nariño. Foto cortesía de la Sra. Socorro Basante

Fue elegida en las elecciones locales de octubre de 2015, tras obtener la diplomatura en Liderazgo Político con Perspectiva de Género impulsado por ONU Mujeres.

Las anteriores elecciones locales celebradas en 2011 habían puesto de manifiesto una representación muy desigual: Nariño tuvo el segundo porcentaje más bajo de candidaturas de mujeres a alcaldías en el país (18 de las 195), estuvo entre los departamentos del país con menos concejalas electas (88 de las 702) y se ubicó entre las asambleas con más baja participación femenina (1 de 13 miembros de la Asamblea).

Para revertir esta situación, ONU Mujeres con el apoyo de la Cooperación Española, puso en marcha en 2015 el proyecto “En Nariño: Más Mujeres, Más Democracia” [1], con el objetivo de fortalecer la participación político-electoral de las mujeres del departamento, especialmente en tres de sus municipios (Pasto, Ipiales y Tumaco), para aumentar su representación al interior de partidos y movimientos políticos locales y regionales en condiciones de igualdad.

“El proyecto nos permitió conocer la realidad objetiva de la participación de las mujeres en política local, a través de cifras y estadísticas; pero lo verdaderamente estratégico fue conocer la trama en la que se sustenta la realidad”, continúa la Sra. del Socorro.

Unas 150 personas —80 por ciento de ellas mujeres— mejoraron sus capacidades para la participación político-electoral en las elecciones de octubre de 2015 luego de dos meses de cursos de formación de candidatas, obteniendo al final un diplomado en Liderazgo Político con Perspectiva de Género.

“Muchas mujeres asistieron al curso de diplomatura para tener más conocimiento pero no tenían intención de ser candidatas”, explica Amanda Montenegro, diplomada. “Mira el ejemplo de nuestra concejala: que me iba a acompañar… Y decía que ella no se veía como candidata y cuando finaliza el diplomado, sorpresa para todas que se lanzó de candidata”.

El proyecto también apuntó a la formación de las estructuras de partido, explica Yuri René Rosero, Secretario Nacional de uno de los principales partidos del país. “Para promover nuevos liderazgos hace falta formación, que cuesta dinero y los partidos de ámbito regional no reciben las subvenciones con las que cuentan los partidos de ámbito nacional”, explica el Sr. Rosero, que participó en calidad de dirigente en numerosas actividades.

La participación de los compañeros de partido es fundamental para incidir en el cambio social, concuerda Anaydu Arteaga, ex candidata al Concejo de Pasto. “Inclusive en el lenguaje, si ellos están entre mujeres tienen que empezar a hablar de ‘las y los’ —eso es importante. Al principio yo no lo entendía, yo decía que habían cosas mucho más importantes que nos debían indignar— más allá que no nos reconozcan con el lenguaje. Pero luego entendí que si no partimos de eso que es lo más simple, menos vamos a llegar a lo más contundente y lo más grueso”.

Elected women representatives gather for a summit of new local leaders in Nariño, held on 16-17 December 2015 in Pasto. Photo: UN Women Colombia

Las mujeres electas se reunieron para una Cumbre Nariñense de Nuevas Autoridades Locales, realizada el 16 y 17 de diciembre de 2015 en Pasto. Foto cortesía del Fondo Mixto de Cultura.

A través del país, fueron electas 5 gobernadoras (aumentando las mandatarias regionales del 9,38 por ciento en 2011 al 15,6 por ciento en 2015) así como 70 diputadas, 134 alcaldesas y 2.127 concejalas.

El proyecto también contribuyó a generar información estadística sobre la situación de las mujeres en política, identificando los factores que posibilitan y dificultan su liderazgo y representación para fomentar una mayor participación en las elecciones de 2015. Para ello se elaboraron censos y campañas de información pública y sensibilización para promover cambios de actitudes discriminatorias entre votantes y estructuras políticas.

Escucha algunas cuñas emitidas en más de 1.000 radios comerciales y en 2.800 radios comunitarias, financiadas en el marco del Proyecto: “Jugar un partido con la mitad del equipo”; “Votaría por ella?

Vea algunas de las infografías producidas:

Las Mujeres en Narino.
Violencia en el marco del conflicto armado.
Mujeres electas en Narino

“Es importante generar estrategias que permitan que en las próximas elecciones se eliminen las barreras que históricamente han impedido la plena participación política de las mujeres en Colombia”, asevera Belén Sanz, Representante de ONU Mujeres en Colombia. “Los cambios no se van a dar por sí solos: es necesario establecer reglas de juego y medidas concretas que promuevan el cambio”.

Agrega que datos recogidos para la revisión de Beijing+20pusieron de manifiesto lo lento e irregular que ha sido el progreso en Colombia, ya que para llegar al 49,4% en los Concejos, si siguiéramos al ritmo que vamos, tendríamos que esperar hasta el año 2075, y para llegar al 50,3% en las Asambleas hasta el 2263.

Para acelerar aún más los esfuerzos en este ámbito y otros, en septiembre de 2015, Colombia se unió a la iniciativa “Demos el paso: Por un planeta 50-50 en 2030” de ONU Mujeres, comprometiéndose a acciones concretas para “Fortalecer los mecanismos de representación democrática y participación electoral, e incrementar la plena y efectiva participación de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles de la adopción de decisiones en la vida política, económica y pública”.

Este proyecto es financiado a través de financiamiento básico de ONU Mujeres y del Gobierno de España.

Notas

[1] Implementado por ONU Mujeres con el apoyo de la Cooperación Española, el proyecto busca avanzar en la promoción efectiva del liderazgo y representación política de las mujeres en el Departamento de Nariño. Se articuló con la Alianza por la Transparencia y la Calidad de la Democracia “Nariño Decide”, cuya secretaria técnica está a cargo de PNUD, y se trabajó de forma articulada con entidades públicas como la Secretaria de Género e Inclusión Social de la Gobernación.

– See more at: http://www.unwomen.org/es/news/stories/2016/6/in-colombia-training-ushers-more-women-into-politics#sthash.ibPy8thZ.dpuf

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