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ChatGPT y educación: ¿un nuevo enemigo o aliado de los profesores?

¿Cómo luchar contra una aplicación en apariencia indetectable que es capaz de generar, en menos de un minuto, una redacción de 600 palabras sobre la energía nuclear, las crisis migratorias del siglo XX o la desigualdad de género, y hacerlo además con un lenguaje completamente natural? La irrupción de la inteligencia artificial generativa en el ámbito educativo está dando sus primeros pasos y ya ha supuesto un auténtico vuelco en todo el mundo. Cuando, a finales de 2022, OpenAI lanzó el popular ChatGPT, un sistema de inteligencia artificial capaz de generar textos originales, contestar preguntas y resolver multitud de tareas, les bastó cinco días para superar el millón de usuarios, y los 100 millones en apenas dos meses. Ante el peligro de una herramienta que facilita el plagio y las trampas, las alarmas en escuelas y universidades no tardaron en sonar, hasta el punto de que ya son muchos los casos (el Estado de Nueva York y las escuelas de Seattle, en EE UU, y las universidades australianas son solo unos pocos ejemplos) en los que se optó rápidamente por prohibir su uso.

La pregunta, sin embargo, no es si este fenómeno puede contenerse, sino más bien de qué manera incorporar su uso de forma productiva: según una reciente encuesta de Impact Research, un tercio de los estudiantes estadounidenses de entre 12 y 17 años, y el 51 % de los docentes, utilizan ya esta herramienta (un porcentaje que llega al 69 % en el caso de los profesores latinos o negros), ya sea para planificar sus clases, encontrar actividades creativas o elaborar un conocimiento de base con el que empezar sus lecciones. Sus conclusiones no pueden ser mejores: el 89 % de los enseñantes y el 79 % de los alumnos que han usado ChatGPT piensan que el impacto ha sido francamente positivo. La ola es imparable: Microsoft ha anunciado ya la incorporación de su propia IA generativa, Copilot, al Office 365; y Standford ha lanzado Alpaca, una IA basada en el ChatGPT de código abierto. “Ni los estudiantes, ni los profesores ni los periodistas volverán a empezar algo con una página en blanco; se lo pedirán al ChatGPT”, aventura Guillem García Brustenga, experto del eLearning Innovation Center de la UOC.

Luchar contra el plagio

En lugar de entregar un texto copiado o memorizado de la Wikipedia, señala García, el profesor puede pedirles que hagan una infografía, que lo contextualicen con su realidad o que usen portafolios para documentar su proceso de aprendizaje, desde el momento en que no saben nada hasta el que saben mucho. “Paradójicamente, la incorporación de la IA a través de herramientas como ChatGPT nos va a obligar a reflexionar en profundidad sobre qué es lo que queremos hacer, cómo lo queremos hacer, cómo lo vamos a evaluar y qué tipo de competencias queremos cultivar”, sostiene Joaquín Rodríguez, director de Diseño, Innovación y Tecnologías para el Aprendizaje de la Institución Educativa SEK. Y es que, en lugar de intentar prohibir su uso, sugiere incorporarlo a la enseñanza como punto de partida de discusiones y debates en el aula: “Yo les pediría a los alumnos que la utilizaran y que le hicieran preguntas. Y toda esa información que nos da la IA la pondría después sobre la mesa en el aula, para someterla a escrutinio, debate y crítica por parte de los estudiantes. Que reflexionen sobre ella y aprendan a sintetizar su contenido, a profundizar y a contrastar las diferentes respuestas que obtengan… Deben estar seguros de sus aciertos, sus limitaciones y los sesgos que pueda tener”.

Ahí está, precisamente, uno de los mayores peligros de ChatGPT: la asunción de veracidad, porque nunca reconocerá que no está diciendo la verdad sobre algo. “Uno de los errores de ChatGPT es que tiene lo que se conoce como “alucinaciones”: tiene siempre pretensiones de verdad, por lo que, si no sabe algo, se lo inventa”, advierte Rodríguez. Por eso, desde el punto de vista pedagógico, recomienda preservar y reforzar competencias cognitivas fundamentales como, por ejemplo, la capacidad de verificación y de evaluación de cualquier enunciado que te de una inteligencia artificial; tener presente que la responsabilidad final sobre los dictámenes de una IA sigue siendo humana (se puede usar la IA en una consulta médica, pero la responsabilidad del diagnóstico recaerá siempre sobre el facultativo); y hacer un uso crítico, productivo y ético de las tecnologías.

Reinventar el papel del profesor

El vuelco que ha supuesto la llegada de la inteligencia artificial supone un reto ante el cual las instituciones educativas no pueden, ni deben, mirar hacia otro lado. “Una asunción más o menos acrítica de la tecnología, es decir, dejar que cada uno haga lo que le parezca, llevaría a un caos incontrolado. Por eso, es necesario aceptarlo meditadamente, que es la postura que nosotros, de momento, asumimos”, explica Rodríguez. Y eso pasa, necesariamente, por facilitar un cambio radical en el rol que el profesor tiene dentro del aula. “El papel del docente tendría que haber cambiado hace mucho tiempo. Cuando yo estudié, el profesor era quien tenía el conocimiento; yo iba a clase, él [o ella] me contaba cosas y luego me decía: “Ahora repítelo”. Pero eso ya no es así: cuando el conocimiento está en todas partes, no tiene sentido que yo vaya a clase solamente para escuchar a alguien que me lee lo que yo puedo buscar por mi cuenta”, afirma García.

Para el experto de la UOC, el rol del profesor tiene que ser el de “alguien que me ayude a interpretar esa información y a aprender con ella. En el mundo del ChatGPT, será lo mismo, y este docente que explicaba algo que él mismo había leído en un libro, tendrá que cambiar”. Y lo mismo sucede con la evaluación: en vez de pedir que los alumnos repitan lo que les han dicho, será necesario preguntar de otra forma, “hacer trabajos colaborativos o incluso pruebas orales que pueden realizarse de forma síncrona o asíncrona, en las que los estudiantes se graben respondiendo a una pregunta, razonando o explicando qué le ha preguntado al chat”, añade.

Mientras empresas como TurnItIn, especializadas precisamente en detectar el plagio en trabajos académicos, afirman estar trabajando ya en el desarrollo de una herramienta capaz de detectar el uso de IA generativas, los expertos se muestran escépticos: “Como mucho, podría analizar algo de ChatGPT y afirmar, con un 80 % de probabilidades, que es una IA. Pero yo no puedo suspender a nadie por esto. Además, si tú coges el texto de la IA, lo cambias y lo haces tuyo, eso ya no lo puede detectar nadie. Es un tema complejo”, sostiene García.

Desafíos en el mundo laboral

Si algo llevamos escuchando mucho tiempo es que la inteligencia artificial vendría para sustituir al ser humano en aquellas tareas y oficios más mecanizados. Sin embargo, las aplicaciones de IA generativas como ChatGPT o Copilot demuestran que tampoco permanecerán ajenas a las profesiones más creativas. “Son capaces de desarrollar (y ejecutar) código por sí mismas, y de desarrollar textos y novelas completas. Ya hay editoriales basadas en inteligencia artificial, o libros que se están subiendo a Amazon; y si tú les pides que te hagan un cuadro al estilo de Picasso o Monet, también lo harán. Por eso, una de las preguntas más importantes que se plantean ahora es la de qué competencias será necesario desarrollar”, plantea Rodríguez.

Ahora bien, ¿será capaz la IA de quitarnos puestos de trabajo? Para García Brustenga, no será exactamente así: “Yo creo que no es la inteligencia artificial la que nos quitará esos puestos; más bien serán los profesionales que sepan utilizar las inteligencias artificiales los que quitarán trabajo a aquellos que no las sepan usar. Ese es el verdadero tema. Por eso, tenemos que formar a los futuros profesionales a la vez que reciclarnos nosotros, para saber hacer uso de todas estas herramientas; y aun así, sufriremos por la velocidad del cambio. No será la tecnología por sí sola la que nos quite el trabajo”.

Fuente: https://elpais.com/economia/formacion/2023-03-30/chatgpt-y-educacion-un-nuevo-enemigo-o-aliado-de-los-profesores.html

 

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La educación está creando una gran división, debemos transformarla, dice Guterres

La pandemia ha tenido un impacto devastador, pero la crisis de la educación empezó mucho antes y es muy profunda. Los sistemas educativos en general refuerzan y reproducen la desigualdad, los ricos tienen acceso a mejores escuelas mientras que los pobres enfrentan grandes obstáculos para obtener las calificaciones que podrían cambiar sus vida, dice el titular de la ONU.

Pese a que todos sabemos que la educación transforma vidas, economías y sociedades, hoy se está convirtiendo en la causa de una gran división en vez de propiciar esos cambios positivos, dijo este lunes el Secretario General de las Naciones Unidas en la Cumbre sobre la Transformación de la Educación.

“Incluso en los países desarrollados, los sistemas educativos suelen reforzar la desigualdad en lugar de reducirla, y la reproducen de generación en generación. Los ricos tienen acceso a los mejores recursos, escuelas y universidades, lo que los lleva a los mejores trabajos, mientras que los pobres, especialmente las niñas, enfrentan enormes obstáculos para obtener las calificaciones que podrían cambiar sus vidas”, apuntó António Guterres en el auditorio de la Asamblea General durante la jornada de líderes del cónclave, iniciado el viernes pasado.

“La educación está en una crisis profunda”, afirmó y llamó a transformarla.

Guterres señaló que si bien la pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto devastador en el aprendizaje en todo el mundo, esta crisis comenzó mucho antes y es mucho más grave.

Los sistemas educativos no están a la altura y favorecen la memorización en el aprendizaje y la competencia por obtener mejores puntuaciones, además de que los programas de estudio a menudo son obsoletos y limitados, y los docentes están subcapacitados, infravalorados y mal pagados.

Por otra parte, la brecha digital penaliza a los estudiantes más pobres y la falta de financiamiento es más grande que nunca, agregó.

“No terminaremos con esta crisis simplemente haciendo más de lo mismo, más rápido o mejor. Ha llegado el momento de transformar los sistemas educativos”, advirtió Guterres.

Para lograrlo, el líder de la ONU destacó las cinco áreas que requieren atención y compromiso inmediatos:

Un grupo de niñas estudiantes de primaria en una escuela de la provincia de Nuristan, Afganistán.
© UNICEF/Sayed Bidel
Un grupo de niñas estudiantes de primaria en una escuela de la provincia de Nuristan, Afganistán.

1.      Proteger el derecho a la educación de calidad

Proteger el derecho a una educación de calidad para todos, especialmente para las niñas, recobrando el terreno perdido debido a la pandemia de COVID-19, requiere que las escuelas estén abiertas para toda la población en edad escolar sin ningún tipo de discriminación.

“Una educación de calidad para todos significa abordar la crisis del aprendizaje fundamental y garantizar que dure toda la vida”, acotó, instando también a poner un mayor énfasis en los puntos de crisis.

En este renglón, Guterres apeló a las autoridades de Afganistán a poner fin inmediatamente a la restricción de acceso a las niñas a la educación secundaria.

“La educación de las niñas es uno de los elementos más importantes para lograr la paz, la seguridad y el desarrollo sostenible en todas partes”, aseveró.

Una maestra con sus estudiantes en el centro de Desarrollo para Niños Pequeños en Garin Badjin, Nigeria.
© UNICEF/Giacomo Pirozzi
Una maestra con sus estudiantes en el centro de Desarrollo para Niños Pequeños en Garin Badjin, Nigeria.

2.      Capacitar a los maestros

El Secretario General recordó que los docentes son la savia vital de los sistemas educativos y como tales se les debe capacitar para que no sólo sean instructores sino para que incentiven el aprendizaje constante.

En este punto, subrayó la urgencia de subsanar el déficit global de maestros elevando su estatus social y garantizándoles condiciones decentes de trabajo, así como oportunidades continuas de actualización y adiestramiento.

Niñas estudiando afuera de una escuela apoyada por UNICEF en Tigray, Etiopía.
© UNICEF/Esiey Leul Kinfu
Niñas estudiando afuera de una escuela apoyada por UNICEF en Tigray, Etiopía.

3.      Escuelas seguras

La tercera área por atender, continuó Guterres, es convertir las escuelas en espacios seguros y saludables que no den cabida a la violencia, el estigma o la intimidación.

Los sistemas educativos también deben promover la salud física y mental de todos los estudiantes, incluida la salud sexual y reproductiva.

La estudiante refugiada venezolana Emily usa su computadora portátil en Quito, Ecuador.
© ACNUR/ Ramiro Aguilar Villamar
La estudiante refugiada venezolana Emily usa su computadora portátil en Quito, Ecuador.

4.      Revolución digital

La revolución digital debe beneficiar a todos los estudiantes, argumentó el titular de la ONU y exhortó a los Estados a garantizar que los alumnos y las instituciones educativas estén mejor conectados.

“Pero la conectividad, por sí sola, no es suficiente para brindar educación”, alertó, añadiendo que los gobiernos y docentes precisan trabajar con el sector privado para desarrollar contenido educativo digital de alta calidad para todos.

Nathaly (dcha.) durante un taller para combatir el acoso escolar en una Escuela Secundaria en Palenque, Chiapas.
Cortesía de Nathaly Raquel Velasco
Nathaly (dcha.) durante un taller para combatir el acoso escolar en una Escuela Secundaria en Palenque, Chiapas.

5.      Financiamiento

Sin aumentar las inversiones en educación, no será posible mejorar la agenda educativa. Tampoco sin solidaridad mundial, sostuvo Guterres.

“En estos tiempos difíciles, insto a todos los países a proteger los presupuestos educativos y asegurar que su gasto en esta área se traduzca en un aumento gradual de los recursos por estudiante y mejores resultados de aprendizaje”, dijo.

El Secretario General hizo hincapié en la necesidad de que la educación sea prioritaria para los gobiernos puesto que “es la mejor inversión que un país puede hacer por su gente y su futuro”.

En este contexto, el papel de la comunidad internacional es fundamental, por lo que conminó a los socios para el desarrollo a revertir los cortes a la asistencia y asignar a la educación al menos el 15% de la asistencia oficial para el desarrollo.

Además, precisó, las instituciones financieras internacionales deben proporcionar recursos a los países en desarrollo y dejarles margen de maniobra presupuestario para que puedan invertir.

Su gasto y asesoramiento deben alinearse con el objetivo de garantizar una educación de calidad para todos.

A propósito de esto, citó el Servicio Financiero Internacional para la Educación es una herramienta internacional que busca movilizar 10.000 millones de dólares para ayudara a unos 700 millones de niños que viven en países de renta media baja a recibir una educación de calidad.

Visión educativa para el siglo XXI

António Guterres abogó por una visión para la educación moderna y acorde con este siglo, una educación que enseñe a las personas a aprender, resolver problemas y colaborar.

“Sobre todo, la educación de calidad debe apoyar el desarrollo del alumno individual a lo largo de su vida”, precisó.

La educación, abundó, debe proporcionar las bases para el aprendizaje, “desde la lectura, la escritura y las matemáticas hasta las habilidades científicas, digitales, sociales y emocionales”.

Del mismo modo, debe desarrollar la capacidad de los estudiantes para adaptarse al cambiante mundo laboral.

“Y debe ayudarnos a aprender a vivir y trabajar juntos, y a entendernos a nosotros mismos y nuestras responsabilidades con los demás y con nuestro planeta”, recalcó, aludiendo a problemas como el cambio climático, la desinformación y los ataques a los derechos humanos. “Precisamos sistemas educativos que distingan los hechos de las conspiraciones, inculquen respeto por la ciencia y celebren a la humanidad en toda su diversidad”, concluyó el Secretario General.

En el cónclave para la transformación de la educación participan numerosos jefes de Estado y de Gobierno y dirigentes de organismos internacionales, líderes mundiales del rubro educativo y sectores relacionados, y activistas de la educación, entre los que destaca la pakistaní Malala Yousafzai.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2022/09/1514691

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Gran estafa a la Formación Profesional

Por: Diego Aguilera Pineda

El pasado 3 mayo pude leer un artículo de opinión que pretendía justificar la expulsión de la docencia de miles de Profesores Técnicos de Formación Profesional, menospreciando el trabajo realizado durante décadas por este colectivo, resultando ser un artículo que no puede estar más alejado de la realidad.

Se habla en él de la capacidad que adquiere el alumnado de FP para su incorporación en el mundo laboral, exaltando que muchos alumnos ingresan posteriormente en la Universidad para tener más oportunidades de futuro, pero obviando que este proceso se produce también a la inversa; cada vez más alumnos universitarios se matriculan en estudios de Formación Profesional para adquirir las destrezas que les demanda el mundo empresarial, y conseguir trabajo de un forma más rápida.

El autor del texto atribuye la alta cualificación del profesorado a su paso por la Universidad, menospreciando aquellos que han accedido a la docencia desde el mundo de la F.P. y que tienen una extraordinaria preparación para impartir los módulos formativos que les corresponden.

Habla de cómo la LOMLOE culmina un proceso que se inició con la LOGSE y siguió con la LOE en busca de la excelencia del profesorado, pero no menciona que en la legislación anterior se dio protección a los docentes con titulación superior de Formación Profesional, ya que son una figura imprescindible para que el engranaje de estos estudios funcione perfectamente.

Después tenemos una serie de afirmaciones sobre el saber hacer, el saber estar…, culminando el párrafo con afirmaciones como que los alumnos adquirirán sus conocimientos en las propias empresas gracias a la FP dual, y ahí se desmonta todo, de eso se trata, de que los alumnos reciban una formación más teórica, científica… en los institutos y que sean las propias empresas quienes los formen, aniquilando así el espíritu de la Formación Profesional.

No se puede empezar un texto afirmando que las empresas reclaman personal cualificado y especializado para defender después todo lo contrario, y reducir estas enseñanzas a una pequeña universidad, olvidando sus orígenes y fundamentos.

El profesorado Técnico de Formación Profesional con titulación de FP Superior forman junto a sus compañeros con estudios universitarios un tándem perfecto que no debe desaparecer, y que ha contribuido a que sus alumnos sean apreciados en el mundo laboral, y a que otros con estudios universitarios recalen después en la FP Superior.

Resaltar, para aquellos que se escudan en los nuevos retos tecnológicos y en la modernización, que los Profesores Técnicos de F.P. llevan décadas impartiendo docencia, que se han adaptado a la aparición de internet, de nuevos programas informáticos, de nuevos tipos de motores, de nueva maquinaria en aquellas especialidades con mayor carga práctica, de cambios brutales en todos los sectores productivos…; puede que no hayan accedido a estudios universitarios pero su formación y actualización ha sido constante, siempre encaminada a adquirir nuevos conocimientos relacionados con las materias que imparten, realizando también cursos de formación pedagógica, participando activamente en la vida de sus centros, preocupándose de sus alumnos, siendo en definitiva una parte imprescindible de la Formación Profesional.

Esta nueva Ley conlleva una serie de modificaciones que en nada benefician a la Formación Profesional, que revientan de un plumazo todo lo conseguido en estos años, todo ello de manera unilateral, impidiendo la participación de los implicados en cualquiera de sus trámites, a excepción de los promotores de la extinción del Cuerpo de Profesores Técnicos de Formación Profesional, que solo buscaban el beneficio de unos pocos en perjuicio del resto de profesorado, alumnos, pequeñas empresas y la propia Formación Profesional.

Es por todo ello que desde esta tribuna solicito a las Administraciones que se replanteen el exterminio de todo este profesorado o, en el mejor de los casos, reducirlo a una figura residual degradándolo de una manera irreversible, y a aquellos que solo buscan sacar rédito de todo esto que prioricen a la Formación Profesional en lugar de justificar lo injustificable.

*Diego Aguilera Pineda. Profesor de FP y presidente de la Asociación Red de Profesorado Técnico de Formación Profesional.

 

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Los salarios bajan a consecuencia de la covid-19, informa la OIT

Poco a poco el miedo se ha propagado universalmente, y si antes nos refugiábamos en el horizonte de la esperanza, ahora solo nos encogemos de hombros cuasi con resignación e indiferencia ante la pandemia que nos gobierna: según un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la pandemia de Covid 19 provocó que en el primer semestre de 2020 los salarios mensuales de dos terceras partes de los países se redujeran o crecieran más lentamente.

Además, es probable que en el futuro cercano la crisis ejerza una inmensa presión a la baja sobre los salarios. Los efectos más adversos de la crisis se han hecho sentir en el salario de las mujeres y de los trabajadores con remuneraciones más bajas.

Al analizar los datos, parecía observarse un aumento del salario medio en una tercera parte de los países que habían facilitado datos; sin embargo, ello se debía a la distorsión del valor promedio provocada por el gran número de trabajadores mal pagados que habían perdido el empleo y cuyos datos ya no se incluían entre los de los asalariados.

En los países en los que se adoptaron medidas firmes para preservar el empleo, los efectos de la crisis se sintieron fundamentalmente como reducciones salariales, más que como pérdidamasiva de puestos de trabajo.

El informe Mundial sobre Salarios 2020-2021 indica que la crisis no ha afectado del mismo modo a todos los trabajadores. Las mujeres se han visto más perjudicadas que los hombres. De las estimaciones basadas en una muestra de 28 países europeos se desprende que, sin los subsidios, en el segundo trimestre de 2020 la pérdida salarial para las mujeres hubiera sido del 8,1 por ciento frente al 5,4 por ciento para los hombres.

La crisis también ha asestado un duro golpe a los trabajadores con remuneraciones más bajas. Quienes tenían una ocupación de baja calificación perdieron más horas de trabajo que quienes ocupaban un cargo directivo o profesional mejor remunerado. A partir de los datos del grupo de 28 países europeos el informe explica que, sin los subsidios temporarios, el 50 por ciento de quienes menos ganan hubiera perdido aproximadamente el 17,3 por ciento de su salario. Sin los subsidios, la cuantía salarial media perdida en todos los grupos hubiera sido del 6,5 por ciento. Sin embargo, dichas prestaciones compensaron el 40 por ciento de este monto.

Según Guy Ryder, Director General de la OIT, el crecimiento de la desigualdad a causa de la crisis de la Covid-19 podría dejar un desolador saldo de pobreza e inestabilidad social y económica de enormes proporciones. “Nuestra estrategia de recuperación debe centrarse en las personas. Necesitamos políticas salariales adecuadas que tengan en cuenta la sostenibilidad del empleo y de las empresas, en las que se aborden también las desigualdades y la necesidad de sostener la demanda”, señaló.

“Si queremos reconstruir pensando en un futuro mejor, también hemos de plantearnos cuestiones incómodas, como por qué con tanta frecuencia las ocupaciones de gran valor social, como la de cuidadores/as y personal docente son sinónimo de sueldo bajo”, añadió. En el Informe se incluye un análisis de los sistemas de salario mínimo, que podrían ser un factor determinante para conseguir una recuperación sostenible y justa. En la actualidad, el 90 por ciento de los Estados Miembros de la OIT tiene establecida alguna modalidad de salario mínimo. Incluso antes de comenzar la pandemia de Covid-19  a nivel mundial, 266 millones de personas –el 15 por ciento de todos los asalariados del mundo– percibían una remuneración inferior a la del salario mínimo por hora, ya fuera a causa del incumplimiento de la normativa pertinente o porque su ocupación estaba excluida de la misma. Las mujeres son mayoría entre los trabajadores que perciben el salario mínimo o una suma inferior.

“Un salario mínimo adecuado pone al trabajador a salvo de una remuneración baja y reduce la desigualdad”, señaló Rosalía Vázquez Álvarez, una de las autoras del Informe. “Sin embargo, lograr la efectividad de las políticas del salario mínimo exige un conjunto exhaustivo e inclusivo de medidas. Significa lograr un mayor cumplimiento, ampliar la cobertura a más trabajadores, y establecer un salario mínimo a un nivel adecuado e ir actualizándolo, a fin de que el trabajador y la familia puedan tener un mejor nivel de vida. En los países en desarrollo y emergentes, la mejora del cumplimiento exigirá la transición de los trabajadores desde el sector informal hacia el sector formal”, añadió.

La hegemonía económica determina la realidad

¿Será cierto que un mundo de transformación seguirá reduciéndose en la nostálgica llorona de un universo perdido en décadas de miseria o en la retórica del discurso del neoliberalismo conservador globalista? La pandemia está exacerbando las desigualdades ya existentes; desde enfermar del virus o padecer las dramáticas consecuencias económicas. De los Informes a las advertencias, la OIT pretende poner el acento en los olvidados de siempre, aquellas personas cuyas dificultades se acrecientan en tiempos de crisis. Pero sabemos que el lenguaje es una de las herramientas usuales para interpretar y comprender la realidad. No obstante en nuestros días es habitual la utilización del lenguaje fingido, para controlar la forma de pensar o legitimar desigualdades. Las malas condiciones de trabajo también se manifiestan en los bajos ingresos. En 2019, más de 630 millones de trabajadores de todo el mundo, no ganaron lo suficientes para que ellos y sus familias salieran de la pobreza extrema o moderada, que se define como la situación en la que los trabajadores ganan menos de 3.20 dólares al día.

Sin embargo, nunca en la historia ha habido tanta riqueza acumulada como ahora. Es un problema de equidad, de solidaridad y de justicia, que debe traducirse en prioridades políticas, económicas y sociales. Aunque los mercados accionarios mundiales siguen marcando récords en sus bolsas de valores, aparentemente descontando un futuro promisorio de la mano del descubrimiento de las vacunas de aún desconocida eficiencia contra el Covid 19, la realidad económica actual y la previsible para el futuro inmediato parece bien complicada. Necesitamos trabajo y sustento y nos ofrecen empleo cada vez más precario, cada vez más indecente. Este es el problema por resolver. Y no tiene solución viable razonando con la lógica del lucro y el dinero. La lógica del modelo económico neoliberal dominante ha impuesto una nueva configuración del trabajo en la que el desempleo y la precariedad son lo habitual, lo normal, puesto que lo nuclear no son las personas sino la rentabilidad.

Eduardo Camín. Periodista uruguayo acreditado en la ONU-Ginebra Miembro asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

Fuente: https://rebelion.org/los-salarios-bajan-a-consecuencia-de-la-covid-19-informa-la-oit/

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La pandemia empuja a la juventud húngara a los brazos del Ejército

Redacción: La Vanguardia

«Desde que comenzó la epidemia, el número de solicitantes ha aumentado un 100%, así como el número de consultas, y, obviamente, estamos contentos. Por supuesto, se han puesto en marcha una serie de medidas para poder gestionarlo. Hemos flexibilizado el procedimiento de admisión, lo que no significa que las condiciones de entrada sean más fáciles, sino que el procedimiento se ha acelerado», afirma Durgó.

«No era capaz de encontrar un trabajo fijo», explica el soldado Tibor Tőkei. «Trabajé en diferentes sitios, aquí y allá, por semanas o meses. Mi principal objetivo al presentarme fue encontrar un empleo estable».

Aunque el paro apenas ronda el 4,1% en Hungría, asusta tras años de bonanza económica en los que era prácticamente inexistente. El subsidio por desempleo se mueve en una horquilla que va de los 200 a los 350 euros mensuales y solo se cobra un máximo de tres meses. Unas perspectivas económicas sombrías (se prevé una caída del PIB nacional del 8% a finales de año en el mejor de los casos) completan un argumentario que refuerza emocionalmente el Gobierno de Viktor Orbán con mensajes patrióticos en los que se promociona al Ejército y sus valores.

 

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Mujeres programadoras: el difícil reto de ‘hackear’ los estereotipos

Reseñas/España/03 Enero 2020/El país

Solo uno de cada 10 desarrolladores en España es una mujer. Los expertos achacan la falta de vocación a los sesgos de género y la falta de orientación

Grace Murray Hopper creó el primer lenguaje complejo de ordenador. Margaret Hamilton codificó el software que hizo posible que el hombre llegara a la Luna. Radia Perlman está detrás de uno de los descubrimientos esenciales para el funcionamiento de Internet. Son solo tres de las mujeres programadoras que han marcado la historia de la tecnología. Al igual que ellas, miles de mujeres en todo el mundo que escriben código se han desenvuelto, y se desenvuelven a diario, en un sector totalmente dominado por hombres.

“Si bien el porcentaje de las mujeres nunca ha sido muy alto en los sectores relativos a la informática y programación, a partir de los años 90 empeoró aún más”, afirma Marta Jiménez Castells, doctora en Arquitectura de Computadores y profesora desde hace 25 años en la Universidad Politécnica de Cataluña. En esa década, “el número de mujeres dedicadas a la informática descendió un 50%, coincidiendo con el cambio de nombre que realizó esta carrera de Licenciatura a Ingeniería”: “Esa bajada aún no la hemos recuperado”, añade.

En la actualidad, las mujeres solo representan el 11% del total de desarrolladores a nivel mundial, según el informe Java, web, mobile and PHP salary survey de la consultora Pearson para el ejercicio 2017/2018. En España, la media de mujeres que escriben código se sitúa en el 9,3%, ligeramente por debajo de la media mundial y muy alejada de la cifra, por ejemplo, de Reino Unido, donde las mujeres representan el 54,6% del total.

Sara Ylipoti conoce bien la situación. Es COO de Ride On, una tecnológica del sector de la movilidad, y coordina un equipo de 20 programadores —todos chicos salvo una chica—. Para ella, la ausencia de mujeres en el sector se debe a “la brecha de género y a los estereotipos” y hay que combatirla desde la infancia: “Si no incentivamos a las chicas a dedicarse a la ciencia o a las matemáticas siempre vamos a arrastrar una brecha en el trabajo. Tenemos que empezar por la educación, tanto la que imparten las escuelas como la que transmiten los padres y madres y eso iniciará una reacción en cadena que acabará abarcando a toda la sociedad”.

Las niñas se creen menos capaces que los niños a la hora de alcanzar objetivos que requieran habilidades científicas, según los datos del informe PISA de 2015. Castells es madre de cuatro hijos, tres niñas y un niño: “He podido ver que cuando las mujeres somos niñas nos sentimos atraídas por la informática y la tecnología, pero fácilmente nos alejamos de ese mundo. Por ejemplo, en el colegio los niños rápidamente dominan toda la tecnología, les atrae, saben cómo usarla y presumen de ello. Las niñas, frente a este mayor interés o dominio de la tecnología de los niños, se empiezan a sentir más lejanas a ello, creyendo que es algo que no dominan tanto y se distancian”.

Esta falta de confianza junto a la falta de mujeres referentes afecta, según los expertos, a su orientación profesional y su elección de cursos. Solo una de cada 100 adolescentes en España quiere dedicarse a las tecnologías de la información y la comunicación, según datos del mismo informe.

Formación en informática

Para la profesora, la solución pasa por “impartir la asignatura de informática desde los 10 años y no dejarlo para bachillerato o incluso la universidad”. El objetivo final debería ser “mostrar que la ingeniería informática no es una carrera inalcanzable. Mientras que en la universidad las mujeres forman el colectivo mayoritario, su representación en ingenierías no superó el 25% en 2018, según el estudio El desafío de las vocaciones STEM. “Hasta que no pisamos la universidad, ni los chicos ni las chicas sabemos cómo programar ni cómo crear la tecnología. Hasta ese momento solo la hemos utilizado. En la universidad ya se puede hacer poco dado que las mujeres que han llegado hasta esta etapa de su educación ya han tomado una decisión”, afirma.

Maider Agirrezabal tiene 23 años y estudia ingeniería de telecomunicaciones en la Universidad Politécnica de Cataluña. Pese a que la tecnología le llama la atención desde que era pequeña, hasta que llegó a la universidad no sabía en qué consistía programar. “Al principio lo odiaba, pero poco a poco me fue gustando y vi que, en ingeniería, de un lado o de otro, acabas usando la programación. Es algo necesario y útil, además ayuda a encarar los problemas y a buscar soluciones”, afirma la joven.

Su caso es el claro ejemplo de la falta de información antes de entrar en la universidad acerca de qué salidas tienen determinadas carreras. Pese a la demanda laboral, el número de matriculados en España en carreras técnicas como Ingeniería y Arquitectura ha caído un 28% entre 2010 y 2017, según El desafío de las vocaciones STEM. Los alumnos achacan la falta de vocación a la dificultad académica y la falta de orientación. “Antes de iniciarme en la universidad pensaba que solo estaba relacionada con antenas, telecomunicaciones… pero ahora he visto que la programación está en todo y la aplicación de la tecnología puede resultar muy interesante para las mujeres”.

Agirrezabal participa en un programa de mentoring en el que trabajadores del sector les orientan y les explican “de una forma muy práctica” qué van a encontrar en el ámbito laboral. “Ahí he podido conocer el hermetismo y la masculinización que existe en este negocio”, explica la joven, que asegura que nunca se ha sentido discriminada durante sus estudios por razón de sexo.

El mundo laboral

Tampoco lo hizo en esa etapa Laura Ribes, desarrolladora (Frontend Developer) en Signaturit, una fintech de Barcelona con 100 empleados. Pero sí después. “Las barreras empiezan cuando entras en el mercado laboral. En las empresas más tradicionales, las reuniones están enfocadas más en el producto y a los desarrolladores en general se nos deja participar poco, pero si eres mujer tu voz tiene todavía menos peso y eso es algo que he sufrido en primera persona”, afirma.

En sus 17 años de experiencia en el sector recuerda alguna situación desagradable: “Hace unos años estaba en un evento en el que todos éramos desarrolladores y, al terminar la ponencia, la persona que tenía al lado se giró y me preguntó en todo despectivo: ‘¿Y tú programas?‘ Este tipo de comentarios cada vez son menos habituales pero hieren la sensibilidad y hacen que en ocasiones sea complicado e incluso desmotivador”.

A los obstáculos para que su trabajo sea reconocido se suman los problemas de conciliación familiar y laboral y la dificultad a la hora de conseguir financiación para sus proyectos. Existe un techo de cristal que impide a las mujeres llegar a los puestos más altos. “Puede existir un factor también determinante que tiene que ver con la equiparación del sueldo entre hombres y mujeres”, afirma Consuelo Castilla. Es presidenta y socia de AdQualis, una compañía dedicada a la búsqueda de talento, y explica que aunque las mujeres que trabajan en el sector tecnológico están sobradamente preparadas, “a la hora de negociar sus salarios siempre están por debajo de los hombres incluso en un sector como el suyo, con sueldos medios elevados”. Para ella, este aspecto influye en su acceso a roles de mayor responsabilidad.

Pese a ser ser partidaria de apostar siempre por el talento con independencia del género, Castilla considera que en el caso del sector tecnológico la brecha es lo bastante considerable “como para que quizás sí tenga sentido aplicar alguna política de cuotas”: “Sería en todo caso una medida de corto plazo. En el medio y largo plazo debe trabajarse en la base del problema para solucionarlo de forma permanente y estructural”.

Las empresas son más eficientes si cuentan con talento diverso. De hecho, tres de cada cuatro empresas que han promovido la presencia de mujeres en cargos directivos han registrado un aumento de sus beneficios del 5% al 20%, según un análisis realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Las mujeres, según Castilla, son especialmente buenas a la hora de trabajar en equipo, planificar comunicar y empatizar: “Tanto en el sector tecnológico en general como en el ámbito de la programación en particular, en que suele trabajarse de forma muy individual, estas aptitudes son especialmente bien valoradas por las compañías”.

“Las personas tendemos a estudiar y trabajar en lugares a los que sentimos que pertenecemos. El hecho de que en las empresas tecnológicas no trabajen en ocasiones muchas mujeres hace que muchas no las percibamos como espacios en los que queramos trabajar”, afirma Ylipoti. Pero a la hora de desarrollar un producto, según sostiene, la presencia de mujeres en el equipo es primordial para tener en cuenta la opinión de las mujeres, que son la mitad de la población: “Cualquier producto tecnológico va a tener clientas femeninas y, por lo tanto, en su fase de desarrollo va a enriquecerse con las aportaciones de una mujer programadora o de una mujer directiva”.

Fuente e imagen: https://elpais.com/tecnologia/2019/12/11/actualidad/1576060561_868981.html

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Gaudencio Frigotto: La educación como formadora de personas competentes

Redacción: República

El experto brasilero Gaudencio Frigotto aboga por «dejar de lado» el concepto de «calificación».

Los cambios tecnológicos que se registran motivan a la educación formal a «integrar la formación técnico-profesional a la educación básica», aseguró el experto brasilero Gaudencio Frigotto. El especialista considera que las personas, para integrarse al mercado laboral, deben formarse en «competencias» dejando el anterior concepto de «calificación», informaron a LA REPÚBLICA desde la ANEP.

El profesor Gaudencio Frigotto participó de un debate organizado por las Unidades de Alfabetización Laboral de la UTU denominado «La Educación Tecnológica y Profesional, más allá de las Competencias», realizado en el Instituto Tecnológico Superior (ITS) «Arias Balparda», que congregó a estudiantes y docentes de Educación Media.

Formar gente competente

¿Por qué está en debate la educación tecnológica y profesional más allá de las competencias? ¿Incorporar formación no es adquirir competencias?

Este es un debate que hace mucho tiempo estamos haciendo en Brasil. Por cierto, todo el trabajo educativo en cualquier ámbito tiene que generar competencias. Por lo tanto no hay nada en contra de la idea de formar gente competente. Lo que estamos discutiendo es que los términos asumen sentidos distintos, en relaciones sociales específicas.

Entonces, ¿por qué cambiaron tanto los vocabularios educativos? La generación que hoy tiene más de 60 años de edad nos formamos bajo un término que era clásico: calificación. Este término tenía detrás derechos e instituciones, por lo tanto también tenía sindicatos detrás.

Ahora no hablamos más de calificación sino de competencias, no hablamos más de empleo sino de empleabilidad, no hablamos más de conocimiento sino de sociedad del conocimiento.

Enseñanza integrada

¿Esto quiere decir que los sistemas educativos que antes nos formaban en conocimientos generales ahora deben tender a formar a los jóvenes para adaptarlos al mundo del trabajo?

Hoy la base de las ciencias está en todos los ramos. El cambio tecnológico -que llamamos digital molecular, de la inteligencia artificial- está en la cocina de nuestra casa, está en los aviones, está en los pequeños grabadores de audio, está en los celulares.

Entonces, ¿quiénes son los trabajadores que tienen más posibilidades de ganar los pocos empleos? Incluso la palabra «empleo» hoy es para pocos. No es una educación generalista, es una educación básica que proporcione los fundamentos de las ciencias, de la naturaleza, de la física, de la química. Pero también los fundamentos de la historia, de la psicología, porque en definitiva quienes manejan esos recursos son los seres humanos.

Por lo tanto ese conocimiento es tecnológico porque tenemos que mirar que aquellos que tienen una educación muy estrecha, muy específica, no van a entender los cambios, pues no tienen la base.

Es por esto que nosotros trabajamos la idea de una enseñanza integrada. Es decir, integrar la formación técnico-profesional a la educación básica es un diálogo.

Redacción: https://www.republica.com.uy/la-educacion-como-formadora-de-personas-competentes-id737205/

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