El sendero ascendente de la rebeldía

POR: REINALDO ITURRIZA
El aumento de la movilización popular durante este 2022 parece demostrar que mucho más intolerable que las privaciones materiales y espirituales, resulta un relato oficial que sugiere la existencia de un “milagro económico”

“Pero nadie deberá hacer nunca sus propias paces con la pobreza, si esta, cual gigantesca sombra, se abatiera sobre su pueblo y su casa. Tendrá entonces que mantener sus sentidos muy despiertos frente a cualquier humillación que le toque en suerte, y someterlos a una disciplina hasta que sus sufrimientos hayan abierto no ya el abrupto camino de la aflicción, que lleva cuesta abajo, sino el sendero ascendente de la rebeldía”

Walter Benjamin, Dirección única I

Promediando la década de los 20 del siglo pasado, muy fresco el recuerdo de la hiperinflación que azotara a la República de Weimar entre 1921 y 1923, Walter Benjamin escribía a propósito de cierta percepción de “catástrofe inminente” prevaleciente en el seno de la burguesía alemana. Esta se expresaba a través de una de esas “frases hechas que revelan a diario la forma de vida del burgués alemán”: «esto no puede seguir así».

Esta percepción de profunda “inestabilidad”, apuntaba Benjamin, respondía al hecho de que, a diferencia de lo que había ocurrido durante los años previos a la Primera Guerra Mundial, sus intereses de clase estaban siendo afectados: “Como la relativa estabilización de los años anteriores a la guerra le favorecía, se cree obligado a considerar inestable cualquier situación que lo desposea”.

Pero lo central en Benjamin es el planteo de que, con frecuencia, la “estabilización” económica condena a la desposesión a enormes contingentes humanos: “las situaciones estables no tienen por qué ser, ni ahora ni nunca, situaciones agradables, y ya antes de la guerra había estratos para los que las situaciones de estabilidad no eran sino miseria estabilizada”.

Es preciso recordarlo: rara vez el “humor” burgués coincide con el de las clases populares.

II.

¿Qué sabemos del origen de la frase «Venezuela se arregló», recurrida de manera muy frecuente hoy día, y qué puede revelarnos su uso?

Cualquiera que indague más o menos a fondo se encontrará con dos grandes sorpresas: en primer lugar, que esta comienza a emplearse mayoritariamente no en el propio país, sino en el exterior; y en segundo lugar, que su uso está directamente relacionado con una cierta actitud de distancia crítica respecto de la instrumentalización del tema Venezuela por parte de los medios del establishment en países como España, Colombia, Argentina y Chile, casi siempre en coyunturas electorales y buscando favorecer a fuerzas políticas conservadoras.

Es lo que se desprende de una revisión en la red social Twitter, que sirve aquí como una referencia parcial y aproximada, pero bastante ilustrativa. En efecto, durante el trienio 2016/2018 la frase fue empleada alrededor de cincuenta veces. En casi la mitad de los casos su uso aludió expresamente, con tono irónico, a la súbita desaparición del tema Venezuela en los noticieros de los referidos países, inmediatamente después de celebrarse jornadas electorales, en marcado contraste con la sobreexposición del mismo tema en tiempos de campaña.

Esto cambiará lenta pero progresivamente a partir de 2019: entonces, la frase aparecerá referida tantas veces como durante el trienio anterior, comenzará a ser utilizada principalmente desde cuentas nacionales y, lo más importante, en lugar de reflejar una actitud crítica frente al relato hegemónico sobre la realidad venezolana, su uso irá dando cuenta de una actitud más bien cínica: en la mayoría de los casos se afirmará que «Venezuela se arregló» en tono sarcástico, a sabiendas de que es falso o, dicho correctamente, a partir de la convicción de que lo que se afirma es mentira.

Este filón cínico de la frase tiende a imponerse en coincidencia con, o más bien en respuesta a fenómenos de hondo calado social, como la dolarización de facto de la economía nacional, la liberación de precios, la masiva eliminación de aranceles para las importaciones, entre otros, que pronto se traducen, para parte de la población, en una percepción de mínima “normalización”, en tanto que, eventualmente, desde entonces es posible transar con una moneda fuerte, reaparecen los productos en los anaqueles, el mercado se ve inundado de productos importados y, al menos en teoría, se multiplican las posibilidades para el consumo suntuario. Todo lo cual en un contexto hiperinflacionario.

En principio, la frase «Venezuela se arregló» vendría a significar un desmentido de tal “normalización”. Incluso, en ocasiones puede identificarse la intención de cuestionar el carácter profundamente regresivo de las políticas orientadas a controlar la hiperinflación y “estabilizar” la economía. Pero no es esto lo que predomina. En general vaciado de sentido crítico, su uso tiende a asociarse a una renuncia manifiesta a intentar comprender lo que está ocurriendo.

A decir verdad, esta actitud cínica es en buena medida la resultante de tiempos confusos, en los que resulta cada vez más cuesta arriba concluir que siguen en disputa dos proyectos antagónicos de sociedad. Las fronteras programáticas se han difuminado. En la noche de la revolución bolivariana, todos los gatos son pardos. El oficialismo ha adoptado una política económica que, de estar siendo aplicada por un gobierno antichavista, no solo la base social del chavismo, sino también parte importante de su actual dirigencia, denunciarían sin ambages como neoliberal. Mientras tanto, la dirigencia antichavista, fracturada y derrotada política y militarmente, se debate entre celebrar o rechazar públicamente la orientación general de una política económica con la que está fundamentalmente de acuerdo. La desorientación es la norma.

“A decir verdad, esta actitud cínica es en buena medida la resultante de tiempos confusos, en los que resulta cada vez más cuesta arriba concluir que siguen en disputa dos proyectos antagónicos de sociedad. Las fronteras programáticas se han difuminado”

De allí el carácter ambivalente de una frase que perfectamente pudiera formar parte del repertorio del discurso autodenigratorio, característico del antichavismo («Venezuela no tiene arreglo»), pero que también pudiera tributar a un sentido común potencialmente subversivo («Si se arregló para una minoría, Venezuela no se arregló»).

Este carácter ambivalente se reforzará a partir de 2021, con motivo de la viralización de la frase. De apenas seis menciones en abril pasará a casi el centenar durante el mes de mayo. Ese será el punto de inflexión. A partir de entonces el incremento será exponencial: más de quinientas menciones en agosto, más de mil quinientas en septiembre, más de dos mil en diciembre.

¿Qué puede explicar semejante comportamiento? ¿Qué ocurre durante 2021? Me parece que dos cosas, fundamentalmente: en primer lugar, que se afianza la “normalización” todavía en ciernes en 2019. Este afianzamiento trae consigo la percepción de que los fenómenos previamente mencionados, a saber, dolarización, reabastecimiento, productos importados por doquier, la multiplicación de bodegones, la reapertura de bingos y casinos, etc., han llegado para quedarse. En segundo lugar, las medidas de política económica dirigidas a controlar la hiperinflación comienzan a dar resultados: la inflación se mantiene por debajo del 50% durante doce meses consecutivos e incluso llega a ubicarse por debajo del 10% entre septiembre y diciembre.

Ambas circunstancias, una economía que camina a paso seguro hacia la “normalización” y la derrota de la hiperinflación, permiten comprender no solo el optimismo rebosante del oficialismo, sino el hecho de que decidiera disputar el significado de la frase «Venezuela se arregló», a veces de manera explícita, casi siempre de manera implícita, a través de un relato abundante en referencias a la “recuperación económica” y tópicos similares.

Es mi hipótesis que esa decisión del oficialismo de disputar el significado de la frase, sumado a la respuesta que eso generó en un auditorio en buena media propenso al cinismo, y en menor medida inclinado a adoptar posturas más críticas, es lo que explica la viralización de la expresión.

III.

Más allá de la burguesía y sus “frases hechas”, señalaba Walter Benjamin, el detalle está en que esa “estabilización” que le beneficia en tanto clase, suele perjudicar a la clase trabajadora. De nuevo, una economía en vías de “estabilización” bien puede significar “miseria estabilizada” para las mayorías.

Puede ser debatible si la expresión “miseria estabilizada” sirve para describir la actual situación venezolana. Lo que no puede discutirse es que la pobreza, la miseria y la desigualdad han aumentado significativamente a partir de 2014; pero además, y a mi juicio esto es lo más importante, difícilmente pueda argumentarse que la política económica gubernamental apunta en la dirección de revertir esta situación. De hecho, podría afirmarse que sucede todo lo contrario.

El aumento de la movilización popular, y más específicamente de sindicatos, docentes, pensionados, jubilados, trabajadores de la administración pública, etc., durante este 2022, parece demostrar que mucho más intolerable que las mismas privaciones materiales y espirituales, resulta un relato oficial que, ciertamente amparado en cifras oficiales, sugiere la existencia de un “milagro económico”. Evidencia de esto último sería el crecimiento de la economía durante cuatro trimestres consecutivos, a partir del tercer trimestre de 2021, en un promedio superior al 17%.

Pero si lo anterior puede ser traducido por el discurso oficial como la señal de un “milagro”, ¿Cómo habría que nombrar el hecho de que entre el 15 de marzo y el 20 de septiembre de 2022, es decir, en el brevísimo período de seis meses, el salario mínimo integral haya pasado de valer 39,95 dólares a 21,77 dólares? De igual forma, ¿Cómo habría que nombrar la modificación regresiva de las tablas salariales o la detención arbitraria de trabajadores que han denunciado graves casos de corrupción?

La persistente movilización de la clase trabajadora ha sido posible a pesar de los chantajes y las presiones del oficialismo, y de la muy evidente intención de algunos actores vinculados al antichavismo de pescar en río revuelto. Unos y otros han sido mantenidos a raya. Pero quizá lo más significativo de esta movilización es que podría estar anunciando tiempos en los que el cinismo, a la postre funcional a la preservación del estado de cosas, pierda terreno frente a posturas más críticas y beligerantes.

Para decirlo con Walter Benjamin, en lugar de hacer las paces con la pobreza, se trata de aguzar los sentidos, adormilados tras años de humillaciones y privaciones, y retomar el sendero ascendente de la rebeldía. Irónicamente, puede que un relato oficial desmesuradamente optimista, cuando las mayorías populares la están pasando realmente mal, haya contribuido decisivamente a espuelear la dignidad popular. Es sabido que, lo mismo que obra “milagros”, Dios actúa de formas misteriosas.

Fuente de la información e imagen: https://www.alai.info/

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La investigación humanística ante la pandemia

Por:  Leonardo Díaz

 

Las situaciones de urgencia generan problemas inmediatos que deben ser tratados con soluciones rápidas y eficientes, pero dichas situaciones son a su vez consecuencias de una cadena de acontecimientos que requieren ser pensados de modo transdisciplinar.

Cuando este artículo haya sido publicado, habrá concluido el IV Seminario de Investigación Humanística: la investigación humanística ante la pandemia, evento virtual organizado por la Dirección de Investigación de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

El evento fue organizado por primera vez en el año 2017, con la iniciativa del ex Director de Investigación de la facultad, el Premio Nacional de Literatura, Dr. Manuel Matos Moquete. Desde entonces, hemos organizado tres seminarios dedicados a presentar el estado y los resultados de las investigaciones que profesores investigadores de la principal universidad pública de la nación realizan en los campos de la filosofía, la lingüística, la literatura, la psicología, la historia y la antropología.

Desde una mirada superficial, puede pensarse que los tiempos que transcurren

no son propicios para la interpretación sino para la acción. Semejante supuesto obvia que nuestros actos son ejercicios de interpretación. Las situaciones críticas no son una excepción.

Podemos pensar que las situaciones excepcionales, como esta pandemia que vivimos, deben marginar la reflexión pausada. Es un error conceptual. Las situaciones de urgencia generan problemas inmediatos que deben ser tratados con soluciones rápidas y eficientes, pero dichas situaciones son a su vez consecuencias de una cadena de acontecimientos que requieren ser pensados de modo transdisciplinar. Además, las decisiones tomadas en medio de la crisis tendrán repercusiones para el período poscrítico.

Por esta razón, la búsqueda de soluciones inmediatas no elimina la función de la reflexión humanística. No puede posponerse para cuando se haya normalizado la vida. De hecho, esta normalización requiere ser cuestionada constantemente, en todas sus facetas.

De ahí la necesidad de seguir organizando eventos como el señalado para seguir pensando las narrativas que construimos para pensarnos como sociedad y los retos que nos depara el futuro en el proyecto de una sociedad más inclusiva.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/la-investigacion-humanistica-ante-la-pandemia-8832957.html

Imagen: https://pixabay.com/

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Gamificación: pedagogías emergentes para tiempos de confinamiento (VI)

Por: Educación 3.0

El objetivo de la gamificación es mejorar habilidades y adquirir conocimiento, además de ser una herramienta eficaz en relación con la motivación del alumnado. Así lo cree Macarena Gutiérrez, Licenciada en Psicología con un posgrado en Patrones de Aprendizaje y Educación de calidad por la UAB, que analiza su aplicación educativa en este artículo.

“¡El mundo se ha parado, una pandemia mundial nos ataca y debemos encontrar la solución!”. Hace unos meses atrás, esta podría haber sido una frase fantasiosa para iniciar una clase gamificada en las aulas de primaria. Y como la realidad siempre supera a la ficción, aquí estamos, con el mundo en pausa y buscando soluciones.

Esta situación tan disruptiva que nos ha tocado vivir nos exige también encontrar nuevos recursos educativos que posibiliten diseñar actuaciones efectivas para el aprendizaje y el bienestar de nuestro alumnado. Traemos en este artículo algunas ideas generales de una pedagogía emergente, que viene creciendo a nivel educativo en todo el mundo por su potencial y atractivo: la gamificación.

¿Qué es la gamificación?

La gamificación es definida como “un proceso relacionado con el pensamiento del jugador y las técnicas de juego para atraer a los usuarios y resolver problemas” (Zichermann & Cunningham, 2011, p11) y como “la utilización de mecanismos, la estética y el uso del pensamiento, para atraer a las personas, incitar a la acción, promover el aprendizaje y resolver problemas” (Kapp, M, 2012, p9).

Muchas de las aplicaciones más reconocidas utilizan la gamificación (Linkedin es un claro ejemplo) puesto que su utilización también está presente en marketing, organizaciones, empresas, etc.

El objetivo de esta pedagogía emergente en el ámbito educativo es mejorar habilidades y adquirir conocimiento, además de ser una herramienta eficaz en relación con la motivación del alumnado: el uso de estos elementos, estimula y potencia el esfuerzo de los estudiantes con mayor claridad que el aprendizaje convencional.

Segura-Robles (2019) asegura que las mecánicas de los juegos pueden ser utilizadas en todos los niveles, desde educación primaria (Su y Cheng, 2015) pasando por secundaria (Giannakos, 2013) hasta llegar a la educación superior (Dib y AdamoVillani, 2014). Además puede desarrollarse, nutrirse y  complementarse con infinidad de recursos tecnológicos, como veremos más adelante, no solo en la modalidad de educación presencial, sino también en modalidades semipresenciales o virtuales. Para estos momentos de confinamiento es sumamente útil, pues no implica modificar el contenido planificado, sino cómo lo trabajamos con los alumnos.

¿Cómo gamificar?

Gamificar en educación implica la utilización de mecánicas, dinámicas y componentes de los juegos con un objetivo educativo. Estas dinámicas hacen referencia a los aspectos centrales que hacen que los seres humanos disfrutemos de jugar: la narrativa, el reconocimiento, la competencia etc. Las mecánicas implican la existencia de reglas: las clasificaciones, el feedback, los turnos, los premios etc. Y los componentes son lo que le dan estructura al juego; las insignias, los puntos, los niveles etc. (Valda Sanchez y Arteaga Rivero, 2015)

  • Desafíos o retos: actividades que motiven a superarse.
  • Puntos: dan un valor cuantitativo a una acción.
  • Insignias: acreditan logros o acciones.
  • Barras de progreso: reconocen el grado de avance.
  • Tablas de ranking: posición relativa de cada uno de los participantes.
  • Bonus: recursos inesperados para la consecución de desafíos.
  • Normas del juego: identifican los límites y posibilidades como jugador.

El contenido

Gamificación pedagogías en tiempos de confinamiento.

Teniendo en cuenta estos elementos, lo primero que debemos hacer es pensar un objetivo: ¿Qué contenido trabajar con los alumnos? Luego es necesario pensar ese objetivo desde la perspectiva de la gamificación, lo cual no significa diseñar un juego  sino utilizar las dinámicas y mecánicas del juego para aplicarlas a nuestro contenido.

La narrativa que aportemos es clave para lograr que los alumnos se sientan parte del proceso, sientan la emoción de participar y, a la vez, superarse. Para elaborar esto, una herramienta sumamente útil puede ser realizar un brainstorming y dejar volar la creatividad para generar una narrativa interesante que haga que los alumnos se sientan parte del juego.

Ahora es momento de diseñar un reto que combine esta narrativa y el contenido educativo que se ha decidido gamificar. “Nos han enviado nuestra primera misión a nuestro equipo de superhéroes ¿se animan?”: el arte de gamificar está en convertir tareas que los alumnos pueden vivir como algo monótono o aburrido en algo que los emocione alcanzar.

Elementos adicionales

Una vez creado el objetivo y su narrativa, es cuestión de articularlo con los diferentes elementos. Diseñar diferentes insignias, definir las acciones que generarán puntos, establecer cuáles son los niveles, y las reglas que deben tener presentes los alumnos para el desarrollo del mismo.  Siguiendo la narrativa del coronavirus y el equipo de superhéroes, una insignia podría ser “Superhéroe creativo” por resolver alguna de las actividades de forma diferente, los puntos podrían darse por completar actividades en fecha, animarse a hacer preguntas o por ayudar a otros. En este marco, una de las reglas para un proyecto gamificado en Educación Infantil o Primaria podría ser que al realizar las misiones, siempre deben iniciar o terminarlas lavándose las manos.

Gamificación pedagogías confinamiento

Definido esto  solo se debe narrar esta actividad a los alumnos, contarles las reglas del juego y motivarlos con los diferentes retos y reconocimientos que dan forma a  la gamificación. En este contexto de confinamiento, se pueden ir definiendo retos cada semana, dando seguimiento continuo y al final de la semana contar a la clase cómo les ha ido y reconocer lo bien que lo han hecho.

En definitiva, la gamificación puede ser un buen complemento para las actividades y tareas que estamos creando durante este tiempo de confinamiento. Puede aportarnos un hilo conductor para las mismas, un factor emocional añadido y una clara secuencia de trabajo. Así pues, ¡bienvenidos a la gamificación!

Para aquellos interesados en utilizar recursos tecnológicos para gamificar y complementar su tarea, pueden ayudarse con los siguientes recursos y herramientas:

·  https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/herramientas-gamificacion-educacion/

·  https://www.educatribu.net/index.php/herramientas

·  https://gamificacioneducativa.com/category/recursos/

El INTEF ofrece un MOOC sobre Gamificación, #GamificaMOOC, cuyos vídeos puedes ver en YouTube.

Y para el que tenga dudas de que gamificar en tiempos duros es posible, recomendamos un clásico del cine: ‘La vida es bella’ del director Roberto Benigni. No se nos ocurre mejor manera de explicar qué es y qué sentido tiene el uso de la gamificación en un momento como este.

Bibliografía: Kapp, K. M. (2012). The gamification of learning and instruction: game-based methods and strategies for training and education. John Wiley & Sons. Marín Santiago, I. (2018). ¿Jugamos? Cómo el aprendizaje lúdico puede transformar la educación. Ediciones Paidós. Segura-Robles, A. (2019). Producción científica sobre gamificación en educación: un análisis cienciométrico Scientific production about gamification in education: A Scientometric analysis. Revista de Educación, 386, 113-135. Valda Sanchez, F., & Arteaga Rivero, C. (2015). Diseño e implementación de una estrategia de gamificación en una plataforma virtual de educación. Fides et Ratio-Revista de Difusión cultural y científica de la Universidad La Salle en Bolivia, 9(9), 65-80. Zichermann, G., & Cunningham, C. (2011). Gamification by design: Implementing game mechanics in web and mobile apps. O’Reilly Media, Inc.

Macarena Gutiérrez, es Licenciada en Psicología con un posgrado en Patrones de Aprendizaje y Educación de calidad, de la UAB. Actualmente alumna en la Maestría de Innovación Educativa de la Universidad Carlos Tercero de Madrid. Profesionalmente está vinculada al mundo educativo y formativo en ONGs de infancia y adolescencia. Este artículo forma parte de un proyecto de aprendizaje-servicio coordinado por el profesor Fernando Trujillo Sáez y Conecta13 dentro del Máster en Innovación Educativa de la Universidad Carlos III, la Fundación Estudio y la Institución Libre de Enseñanza.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/gamificacion-pedagogias-confinamiento/

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Cómics y ciencia: la divulgación científica con héroes y villanos de papel

Redacción: Xataka

Actualmente existen en divulgación científica una serie de propuestas que explotan nuevos formatos: cómics, podcast, vídeos en YouTube, videojuegos… Entre los más populares se encuentra la ilustración y el cómic científico. Gracias al dibujo, la comunicación de los mensajes se hace de manera más amena, destinada a todo tipo de público.

Pero, además, este tipo de formato permite explorar otras narrativas, más naturales al ser humano. Es decir, mediante el cómic se pueden contar historias que emocionen, que despierten la curiosidad o que causen inquietud, manifestaciones esenciales de la narrativa. Los cómics han vuelto a sus orígenes, relacionados más con la ciencia, pero con un objetivo distinto: que esta llegue a todo el mundo.

En el origen de los cómics estaba la ciencia

Por mucho que los identifiquemos en un sentido lúdico, lo cierto es que la relación entre las historias ilustradas y la ciencia es inexpugnable. La historieta es un género al que no podemos seguir del todo la pista hasta su origen: siempre ha estado ahí. Consideramos una historieta como una serie de dibujos que constituyen un relato, con o sin texto, así como al medio de comunicación en su conjunto. Las historietas están presentes en muchas culturas de todas las edades, desde el antiguo Egipto hasta la modernidad, pasando por la Edad Media, el Renacimiento…

Si bien en las historias gráficas se cuentan numerosos ejemplos de ciencia de la época, como en los libros iluminados medievales o los grabados industriales, estos no están dentro del cómic. El cómic, como soporte de una historia de ciencia ficción aparece por primera vez en 1907, probablemente. En él se muestra a Mr. Skygak, un marciano que anota en sus estudios un montón de costumbres humanas, mostrando un humor cínico y una disección bastante ácida.

Mr Skygack From Mars 1907 10 18

Pero lo interesante, como decimos, es que es el primer cómic de ciencia ficción. Ciencia, porque muestra a un ser tecnológicamente superior, procedente de Marte. A principios de siglo Marte estaba de moda. Una gran cantidad de estudios sobre el planeta, y las primeras imágenes sobre nuestro vecino rojo, lo pusieron en candelero. Los primeros cómics de ciencia ficción, sencillamente, muestran la inquietud procedente de un hecho científico.

Aun así, la relación entre ciencia y cómics, aunque inevitable, es demasiado efímera, como también lo fue en los siguientes cómics de Amazing Stories, donde la ciencia que impulsaba los robots en Buck Rogers, o las historias modificadas del propio Julio Verne, era una excusa para inventar fantasías. Más de un siglo después, sin embargo, se han vuelto las tornas: la ciencia es ahora la protagonista en las tiras de las historietas.

A día de hoy, encontramos decenas de cómics y obras de humor gráfico, infografías e ilustraciones cuyo objetivo es hablar de la ciencia en sí. ¿Por qué se han vuelto los autores a un origen pasado casi de puntillas? ¿Qué ha hecho que la atención se centre en la propia ciencia, en vez de en sus usos fantásticos? Hemos hablado con cuatro autores, quienes nos cuentan su experiencia como divulgadores y dibujantes de cómics científicos.

¿Qué tiene el cómic de especial para querer usarlo en ciencia?

Carlos Pazos

La primera pregunta es inevitable: ¿por qué escoger el cómic como vehículo de divulgación? ¿Qué tiene de especial? «Es evidente», nos explica Carlos Pazos, ilustrador y divulgador científico, autor de la conocida marca Molasaber y coordinador en Scenio, una comunidad que promueve la divulgación científica en formatos como el cómic y la ilustración, entre otros. «Usamos la visión para movernos por el mundo, procesamos imágenes continuamente. Retenemos mejor un dibujo, que puede estar cargado de información, que un texto, cuyo acto de leerlo es un ejercicio de abstracción importante».

Los comics permiten transmitir emociones de forma directa, algo que considero clave a la hora de llegar al público y, por tanto, también de divulgar ciencia.
Carlos

Para Carlos Romá Mateo, o Dr. Litos, como lo conocen en sus círculos íntimos, que es doctor en Bioquímica, divulgador, investigador e ilustrador por afición, algunos conceptos científicos son mejor explicados mediante el dibujo: «Sin ir más lejos los mundos que escapan a la escala humana como el universo, o el mundo microscópico, son muy difíciles de describir usando únicamente la palabra escrita o hablada. El material gráfico es hoy día indispensable para poner orden en la cantidad de conceptos científicos que debemos usar, por ejemplo, a lo largo de una clase cualquiera». Carlos es autor de Jindetrés y The Oobik, una aventura de ciencia ficción con «un fuerte componente biológico», alojada ahora mismo en Principia Magazine, una publicación que aúna ilustraciones magníficas para enmarcar divulgación de la ciencia.

Oobik

«Por todo esto», continúa el divulgador, «el cómic y la ilustración parten con ventaja a la hora de transmitir. La metáfora, un recurso muy usado en divulgación, es una herramienta básica en la narrativa secuencial que usa el cómic, donde la ilustración es algo más que un adorno: una viñeta permite no solo describir una acción, sino hablar del personaje que la realiza, contextualizar su escenario, y además tiene potencial para general segundos e incluso terceros niveles de interpretación… el peso de una comunicación tan compleja se reparte entre el dibujo y el texto, que puede entonces reducirse sustancialmente».

Miriam Rivera es graduada en Biología humana, aunque también ha escogido el cómic como vía de comunicación. Sus Biomiic, han debutado ya en varios escenarios por toda España: «Recordamos una mayor cantidad de información cuando la vemos que cuando la leemos. Además, existen varias teorías, como la Teoría del Código Dual de Paivio o la Teoría Cognitivo-Afectiva del aprendizaje Multimedia de Roxana Moreno que explican que usar texto e imagen también facilita el aprendizaje. Por otro lado, los cómics suelen contar una historia, lo cual constituye un componente afectivo que también nos ayuda a recordar la información, ya sea porque nos divierte, nos pone tristes o nos genera algún tipo de emoción».

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Jesus

Jesús Sánchez es doctor en Biología molecular, aunque la vida le ha llevado por el camino de la comunicación de la ciencia. En concreto, mediante la ilustración y el dibujo científico. Hace poco estrenó Laboratoons, su propio proyecto de comunicación científica en cómic: «Aunque mucha gente todavía asocia los cómics a un público infantil-juvenil, lo cierto es que son una herramienta poderosa para transmitir cualquier cosa que se te ocurra, independientemente de su complejidad o profundidad».

«Un detalle que me gustaría remarcar es que el uso del cómic no restringe ni limita la profundidad en la que se traten los contenidos. Se pueden tratar conceptos complicados y elaborados». Uno los proyectos de Jesús es un curso de inmunoterapia contra el cáncer, hecho en cómic, realizado en colaboración con el Grupo Español de Melanoma. «Explicamos desde cero: ¿en qué consiste el sistema inmunitario?, ¿cómo nos defiende contra el cáncer? ¿Cómo elude el cáncer a nuestras defensas? ¿Cómo consigue la inmunoterapia restablecer nuestras defensas contra el cáncer? A pesar de que está orientado a médicos que necesiten adquirir unas bases en inmunología, lo puede leer cualquiera. Y se llegan a niveles de complejidad bastante elevados, lo suficiente como para resultar útil para un oncólogo».

Aventuras científicamente correctas

Oobik es ¿una proteína? ¿Un prototipo? Un proteo-tipo más bien, cuya misión, habilidades y origen entran dentro del misterio. Con estas premisas, Carlos Romá, en colaboración con Gerardo Sanz, ilustrador y voz del grupo La Pulquería, le dan vida a un cómic de superhéroes donde todo es rigurósamente biológico. «Hay cómics para todos los gustos y públicos; Oobik, podríamos decir que se engloba dentro de lo que se dice ‘de género’, aunque nos gusta el hecho de que en ese sentido es más bien multigénero: encaja dentro de la ciencia ficción, el cómic de aventuras o incluso el de superhéroes».

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Y no es de extrañar, como decíamos, lo que hace su obra tan especial es el carácter divulgativo, en el sentido de que el escenario, historia y personajes, que son presentados con todo el rigor posible en base al conocimiento científico más actual, pero con una narrativa propia de los cómics de acción y humor. «Que esté guionizado por alguien que se dedica a investigar y enseñar ciencia, es una de sus particularidades. Pero desde el momento de su concepción tuvimos claro que debía tratarse de un cómic que narrase una aventura, con un protagonista, un compañero de aventuras, un villano a batir…», nos explica Litos.

Gerardo Sanz, ilustrador, coautor de The Oobik y voz de La Pulquería

De esta manera, The Oobik no es un cómic para «explicar qué ocurre dentro de una célula». «La célula es el escenario para contar una historia clásica de descubrimiento, una especie de viaje del héroe a nivel molecular», nos confirma. Parecido en el sentido narrativo, pero con un componente más didáctico, están las creaciones de Jesús. Sus cómics tienen como protagonistas diversos aspectos celulares, moléculas, enfermedades… pero también hechos de actualidad científica y otras cosas.

«Laboratoons es la plataforma en la que agrupo todos los trabajos de ciencia y cómics que hago», nos comenta. «A Lymph’s Life está más centrado en inmunología y es un cómic online». Este, por ejemplo se aglutina a modo didáctico. El arma principal de Jesús es el humor, el cual se esgrime dentro de sus creaciones con intención de enseñar conceptos complicados de manera sencilla y amena. Este es el planteamiento, más o menos, de los Biomiics de Miriam.

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Para la autora, su trabajo tiene como objetivo «que la gente pueda pasarlo bien leyendo ciencia». «Mientras», nos comenta, «hago lo que me gusta: dibujar cómics. De eso [de disfrutar leyendo ciencia] ya se derivará que aumente su cultura, que sepan qué hacen los centros de investigación con sus impuestos y que puedan tomar decisiones informadas en su día a día, ya sea sobre salud u otro tema. A nivel personal, me gustaría poder dedicarme enteramente a esto. A veces incluso fantaseo con publicar un libro.

Marcha BiomiicAlgunas de las temáticas, como este Biomiic de Miriam, son reivindicativas y actuales

Por último, en la misma línea de humor y didáctica, pero con un componente más ocioso, Carlos Pazos, Molasaber, crea pequeñas tiras ilustradas o imágenes con conceptos científicos, pero con mucho humor, también. «Considero que soy un diseñador que ilustra», contesta cuando le preguntamos por su trabajo. «Mi mayor fortaleza, me gusta pensar, está en el control del mensaje, mi relación con la ciencia y la combinación de conceptos aparentemente incompatibles. Creo que eso, sumado al formato sencillo que uso, hace que mi estilo pueda parecer ingenioso, simpático y que sea fácil entender».

Del laboratorio al papel: un reto, un objetivo, un cómic

Para poder alcanzar el conocimiento y la rigurosidad que dan ese sabor tan especial a los cómics divulgativos hace falta una preparación y un trabajo arduos. Cualquier obra requiere de una documentación y trabajo previos. Pero en materia científica, esta documentación lleva un esfuerzo especialmente grande.

De hecho, para Miriam, el mayor reto al que se enfrenta, de primeras, consiste en buscar información, entenderla, sintetizarla y seleccionar los mensajes principales. «Todo eso, y transformarla en una historia, es lo más difícil», cuenta. «Podría no hacer el esfuerzo de integrar una historia y limitarme a escribir cada mensaje con un dibujo al lado en cada viñeta, pero no es lo que busco en un cómic».
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«La ilustración final es lo que menos me preocupa. Yo me quedo tranquila cuando ya tengo el boceto, aunque sea a lápiz y muy feo. El resto va rodado. Lo más difícil para mí son los pasos previos a la ilustración«. ¿Cómo funciona este proceso? «Busco reviews en bases de datos, e incluso artículos divulgativos o periodísticos. Si el Biomiic es para un cliente, uso también la información que me proporciona, pero siempre acabo buscando algo más por mi cuenta que me ayude a entenderlo todo bien o que sea interesante añadir. Después redacto tres o cuatro mensajes principales y una sinopsis, una pequeña historia. A continuación, escribo el guion técnico, detallando el número de viñetas y qué aparecerá en cada una. Dibujo el boceto a lápiz, lo escaneo y le doy color con un programa de dibujo vectorial. En el mejor de los casos, me lleva una semana como mínimo».

Evento Marea

En contraste, los dibujos de Carlos Pazos pueden parecer más sencillos. Nada más lejos de la verdad: «Lo primero que hago antes de dibujar nada, es elegir el tema que voy a divulgar y lo investigo para estar seguro de que no meto la pata. Cuando tengo claro los conceptos que voy a trasmitir, y que suelen ser pocos para que sean digeribles, escribo un guion para introducir dichos conceptos en una historia. Pulo el guion y boceto un Story Board inicial. El proceso es iterativo porque a veces tengo que volver a repasar mis conocimientos si se me ocurre una idea que no había contemplado antes. Poco a poco me voy formando una imagen general de la historia, los textos y los dibujos. Solo entonces, cuando tengo un Story Board que considero adecuado, me pongo a dibujar en serio, hoja a hoja, haciendo ajustes a medida que avanzo. El tiempo y esfuerzo depende de cada trabajo pero no es poco».

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Jesús confirma lo que decían los otros ilustradores: «Pese a lo que uno pueda pensar, la mayoría del tiempo dedicado a un cómic sobre temas científicos no se dedica a dibujar. La mayor dificultad es seleccionar la información. Para hacer esto, es imprescindible conocer en profundidad el tema, así que toca irse a Pubmed y empezar a estudiar. No solo acabas documentándote sobre el tema que quieres explicar, sino sobre todos los que te pueden ayudar a situar al lector. Solo cuando uno sabe exactamente qué es lo que quiere decir puede empezar a plantearse cómo lo quiere decir. Otra gran parte del tiempo se me va en pensar cómo expresar con dibujos los conceptos científicos, haciendo pruebas y gastando mucho papel de libretas. Sólo entonces es cuando me pongo a dibujar. A nivel más técnico y práctico, suelo hacer los bocetos en papel, los fotografío y hago los dibujos definitivos, coloreado y maquetación en el ordenador con la ayuda de mi fiel Wacom Intuos Pro».

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¿Y qué hay de los cómics de Dr. Litos? «El reto al que se enfrenta un dibujante de cómics científicos es el mismo al que se enfrenta la divulgación: el fino equilibrio entre simplicidad y rigor«, apunta el investigador. «Eliminar información hasta dejar lo básico, usar unos mimbres que sean robustos desde el punto de vista del rigor científico, pero no tanto como para encorsetar la narración. Las licencias a nivel gráfico pueden irse de las manos fácilmente, pero hay que confiar en que el lector sepa en todo momento que el medio que tiene entre manos no es académico, sino una forma de entretenimiento, y que las metáforas a menudo obvian detalles y simplifican enormemente la realidad que tienen detrás».

¿Se puede vivir del cómic científico?

A pesar de que cada vez son más los formatos y la cantidad de divulgación disponible, especialmente en, y gracias a, Internet, lo cierto es que todavía cuesta hacer un trabajo en divulgación que sea bien reconocido (por no hablar de remunerado). Los rumores cuentan que ganarse la vida como dibujante de cómics tampoco es fácil. ¿Pasa lo mismo con los cómics científicos? ¿O esta combinación puede solucionar el problema de ambos mundos?

«Confesaré que ninguna de las personas que me han servido de inspiración se gana la vida con los cómics científicos, creo», nos cuenta Miriam. «Al menos, no completamente». «Sinceramente, me sorprendería», contesta a su vez Carlos Pazos. «Si ya son pocos los que se ganan la vida haciendo cómics en general, si acotamos a un género más concreto, las oportunidades se reducen. Pero, de un tiempo a esta parte, he visto como el interés por la ciencia crece. Es posible que si uno se concentra en este nicho y se convierte en un referente, pueda ganarse la vida con ello».
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«Yo compagino mis Biomiics con mi trabajo como secretaria técnica y responsable de comunicación en la Asociación Catalana de Comunicación Científica (ACCC) y en ACIERTAS, un proyecto educativo de la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE). Pero sí creo que podríamos llegar a conseguirlo», aclara la bióloga.

«Que a nadie le dé vergüenza pedir una remuneración por el trabajo que realiza»

«De hecho, sí hubo unos meses en los que solo trabajaba en mis Biomiics. Lo que pasa es que hay que arriesgarse y lanzarse, y trabajar mucho otros aspectos a los que la gente con nuestro perfil no suele estar acostumbrada, como la marca personal, la estrategia de comunicación y marketing que usarás para llegar a los clientes que buscas. Y, desde luego, comportarse como una profesional: que a nadie le dé vergüenza pedir una remuneración por el trabajo que realiza. Cobrar justamente y vivir de ello solo significa que podrás ayudar a más personas o instituciones a divulgar ciencia porque podrás dedicarles el tiempo que necesiten y que necesitas para hacer un buen trabajo», zanja la divulgadora.

Fuente: https://www.xataka.com/investigacion/comics-ciencia-divulgacion-cientifica-heroes-villanos-papel

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