Educación Híbrida y Resistencias desde Nuestra América

Por: Fernando Santana

Desde el 20 de marzo Argentina ha entrado en la cuarentena social preventiva y obligatoria. Los números que arrojan los efectos de esta pandemia lejos están de ser los más altos en la región, aunque en la primera quincena del mes en curso se está observando un crecimiento significativo en la cantidad de casos. No obstante, y dado que la situación de aislamiento propiciada por el gobierno se renueva cada quince días, todo parece indicar que la próxima etapa supondrá una flexibilización mayor de las condiciones hasta aquí planteadas, pero dentro de una cuarentena que es la más larga de toda la región y del mundo.

También, en este escenario, desde las políticas de Estado se anuncia el regreso a las aulas, aún sin determinar un momento exacto, pero reglamentada a partir de cuadernillos que buscan configurar la ¨nueva normalidad¨ a la que se volverá tras el receso invernal.

El sistema capitalista aparece así en su lado más frágil y precario. En su variante neoliberal, destruyó la educación, el trabajo, la salud, los derechos laborales. En esta coyuntura, demuestra, además, su incapacidad para resolver los asuntos más urgentes. Las desigualdades materiales, sociales y culturales existentes en esta situación se ven aflorar con mayor crudeza que en tiempos anteriores. El paradigma capitalista está en crisis. Y como tal, en su acepción más gramsciana, crisis equivale a posibilidad: tenemos el desafío histórico y la posibilidad de que nazca algo nuevo, que permita superar las situaciones de injusticia social y potencie, por qué no, la creación de otro mundo posible, en donde primen otras relaciones sociales por fuera de las determinadas por el capitalismo. El pensador italiano anticipaba que una crisis se genera cuando lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer, y en ese punto, entonces, afloran los monstruos. Esta metáfora, de alguna manera, nos puede permitir entender el estado actual del asunto, al menos en lo referido a América Latina.

La debilidad del sistema capitalista se demuestra en que en los días que llevamos en esta situación millones de personas se encuentran en situación de deterioro de sus condiciones de vida. Miles que ya no tienen para comer. Miles que deben pedir un subsidio al Estado para llegar a fin de mes. Miles que deben compartir la comida para que ésta dure lo más posible. Miles que acceden a un sistema de salud precario y colapsado o a punto de colapsar. Si bien el Estado ha implantado algunos planes sociales con la finalidad de apalear la crisis, estas propuestas lejos están de resolver las violencias estructurales de la desigualdad y mucho menos, el problema del hambre o del acceso desigual a los bienes, servicios y a una vida digna.

Un informe realizado como GIPE (Grupo de Incidencia en Política Educativa) del CEAAL en los últimos días[1], nos muestra las similitudes que conlleva el tratamiento de esta situación en el continente. Con excepciones peligrosas, si pensamos en el caso de Brasil, por lo general el lema levantado por las voces autorizadas en materia de salud y de gobierno, ha sido el ¨Quedate en casa¨ como principal medida preventiva para poner un freno a la circulación y número de contagios en la región. Lo que genera de por sí un problema de índole estructural, porque el cumplimiento del aislamiento social y obligatorio encierra en su misma condición una profunda cuestión de clase. La naturalización de esta desigualdad se expresó en las variantes que adoptó ese slogan, que según las condiciones materiales de existencia pasó de ser la casa el refugio de cuidado a ser el barrio, los mismos barrios que vieron morir a muchos de sus líderes y lideresas comunitarias, en el reclamo por cuestiones tan esenciales como el acceso al agua corriente, por comida, por garantizar la alimentación de miles de personas que tienen en las ollas populares impulsadas por movimientos sociales su principal si no único sustento alimenticio. Por otro lado, en los marcos de otra pandemia que viene azotando a la región como son los femicidios, transfemicidios, travesticidios y crímenes de odios a las identidades que escapan al heteronormativismo, no es de extrañar que el confinamiento obligatorio haya redundado en un aumento de crímenes y de violencia hacia las mujeres, como muestran los datos estadísticos a nivel latinoamericano.

Las políticas educativas emanadas desde los ministerios oficiales se escudan en la supuesta democratización del acceso a la educación, para cuyo fin se elaboraron materiales y guías para el nivel primario y secundario (con el objetivo de que lleguen a aquellos puntos de la geografía local más distantes y remotos) y a la generación de programas televisivos o radiales, que se presentan como sustitutos de los y las docentes: las clases continúan, por eso se habla de continuidad pedagógica. El Ministerio de Educación es el educador, a través de estos dispositivos. Sin embargo, en la confección de estos cuadernillos no tuvieron participación alguna los y las docentes, aunque recaiga luego en ellos y ellas el trabajo de corrección y/o evaluación. Docentes como ejecutores de contenidos y propuestas diseñadas por otros, cuya tarea se centra en el monitoreo a distancia y su posterior convalidación. De todas maneras, y más allá de estas iniciativas, la propuesta que se convierte en hegemónica como decisión de Estado es la de la virtualidad. ¿Qué significa? Básicamente, la idea de reemplazar las instancias de trabajo presenciales por medio de plataformas digitales, sin que medie ningún tipo de formación al respecto, y que por eso mismo, muchas veces terminan funcionando como ejemplos perfectos de lo que Paulo Freire llamó educación bancaria, al promover un tipo de educación medible en términos de acumulación de trabajos. El gran supuesto que orienta esta práctica es que el conocimiento es resultado de una suma de trabajos y consignas, sin que medie ningún tipo de reflexión o instancia de construcción colectiva. Es la voz docente la que emerge, en el mejor de los casos, la encargada de explicar de manera unilateral aquello que resulta más importante. El estudiante se limita a hacer, a completar.

De ninguna manera esto sería equiparable a culpar a la docencia argentina; por el contrario, nos encontramos ante una situación que en su carácter de emergente y de excepcionalidad sólo desnuda la desigualdad social y la desigualdad en lo que hace a los accesos a las tecnologías. Que existen circuitos diferenciados de educación según el poder adquisitivo de los y las estudiantes, parece ser una realidad revelada, y ya no una mera suposición teórica. Las escuelas privadas con cuotas más altas, casi en su totalidad, ya disponían al momento de la declaración de la pandemia, de las herramientas tecnológicas que permitían la elaboración de aulas virtuales y un trabajo desde la virtualidad. Las aulas virtuales ya existían, llamadas a funcionar como complemento de las propuestas presenciales, cuando no, como su reemplazo, cuando esos estudiantes no podían asistir a clase. Es entendible, entonces, que la adopción de esta modalidad, en estos casos, no haya suscitado grandes problemas, sino que, por el contrario, encontró en lo mismo que ya se venía haciendo, una posibilidad de seguir expandiendo sus propias configuraciones ya existentes e incluso, a través de la contratación de empresas multinacionales destinadas a la elaboración de propuestas, una vía de acceso a la mercantilización educativa. La premisa de la neutralidad ideológica de estas compañías pareciera ser parte del espejismo en que se sustenta esta ilusión.

Sin embargo, ésta lejos está de ser la situación preponderante en los que hace a las escuelas que conforman el sistema educativo argentino. Ante la ¨obligatoriedad¨ de su extensión a todos los sectores de la población y a todas las escuelas que se insertan dentro del territorio nacional, lo que emerge en primer lugar es la falta de preparación desde la formación docente del manejo de las tecnologías básicas para la sustentabilidad de esta propuesta. Lo mismo sucede de igual manera y en proporción directa con su clase social entre los y las estudiantes. El Ministerio de Educación como respuesta ha llevado la virtualidad como forma de trabajo para continuar las clases desde las casas, y esto obliga a los docentes a un sinfín de actividades que abruma a estudiantes y familias que tienen acceso a la virtualidad, pero como ya fuera mencionado, esto está lejos de ser algo universal. Jornadas de trabajo que van más allá de los horarios que deberían cumplirse en condiciones presenciales, precarización del trabajo docente ante el exceso de horas no remuneradas, son indicadores de este momento, que además, se complejizan más según cuestiones de género. Esas mismas docentes que ahora tienen que preparar clases de manera virtual y además encargarse de la corrección de los trabajos asignados, son las mismas que muchas veces tienen también hijos o hijas en situación escolar, y deben así cumplimentar el doble rol, de ser quienes enseñan a su propia familia, así como también a sus estudiantes.

Por otro lado, la idea de la familia como espacio educativo primario, ahora que la escuela se ha visto desplazada, nos enfrenta a los otros problemas de la desigualdad, que tiene que ver con el acceso al capital cultural, que también es proporcional a una cuestión de clase. En la interseccionalidad clase social y género encontramos una de las expresiones más profundas de los efectos de la pandemia sobre los y las educadores y educadoras. No es de extrañar que aparezcan los primeros reclamos sindicales en esta dirección, llamando a paros virtuales, como expresión del descontento ante el deterioro de las condiciones de trabajo y al hecho de que garantizar las clases, en su soporte material y de conectividad, es un gasto que recae también sobre los y las trabajadores y trabajadoras de la educación y no una responsabilidad que el Estado haya asumido.

El modelo que sigue siendo el imperante es el de la Educación Primaria. El sistema educativo desde sus orígenes encontró en la Educación Primaria el principal foco de interés y de desarrollo en lo concerniente a políticas educativas. En el otro polo, dentro de la periferia, aparece la Educación de personas adultas, para quienes no hay asignada una propuesta de trabajo específica, ni mucho menos, que contemple alguna especificidad. ¿Qué sucede con la educación de adultos que nunca ha recibido o ha entrado en los programas de conectividad? ¿Qué sucede con aquellas familias o estudiantes que no acceden a internet? Se sigue profundizando la brecha educativa. La brecha cultural. Este año nuevamente miles de personas no terminarán sus estudios y aumentará la brecha educativa. Se ha profundizado lo que venía ocurriendo antes de la pandemia, las clases virtuales, el individualismo, y la pérdida del contacto con el otro.

Las grandes corporaciones mundiales van a intentar aprovechar esta situación: los planes virtuales de educación, la educación a distancia, los contenidos mínimos y adaptables, la no problematización de los mismos, la acumulación de secuencias didácticas solo para la acreditación. En lo que hace a política educativa, en Argentina poco se habla de la situación de jóvenes y adultos en esta emergencia educativa. Las propuestas oficiales por parte del Estado no contemplan una particularidad de trabajo con este sector de la población.

En Argentina 14 millones de personas no han culminado sus estudios secundarios según los datos proporcionados por el Censo Nacional Habitacional del año 2011, que según los estudios de Sirvent y Stein (2018) no muestra cambios significativos en las proporciones respecto al Censo anterior del año 2001. Es sabido que, de ese número total, solo es una pequeña porción la que decide finalmente acceder a culminar sus estudios correspondientes a la educación media.

Son los sectores populares, los marginados, los y las desclasados, los y las trabajadores, los y las jóvenes excluidos los principales destinatarios de esta propuesta y por eso mismo, esta ausencia desde el Estado no hace más que perpetuar la desigualdad y las posibilidades de permanencia. En otras palabras, son aquellos que el sistema ya ha excluido. Son aquellos a los que hoy el sistema vuelve a golpear en esta situación de aislamiento. Esta población se encuentra en situación de vulnerabilidad en todos sus sentidos.

El acceso a los dispositivos y a la conectividad sigue siendo un privilegio de clase. Lejos está de ser un derecho garantizado para toda la población. Y en el caso de que dispusieran de ellos, su acceso a la tecnología es mínimo e instrumental, algo que no está al alcance de todas las personas. Por esto mismo, e incluso en el marco de la cuarta revolución industrial, en la emergencia de la inteligencia artificial y del avance de neotecnologías en todos los sentidos y dimensiones que caracteriza lo que viene siendo este siglo XXI, estos estudiantes se encuentran por fuera de este proceso.

El llamado a la vuelta a clases (próximo a implementar en al menos 9 provincias de nuestro país a partir de agosto), constituye una muestra de lo que se denomina educación híbrida, en la medida que combina la educación a distancia online con la modalidad presencial, en proporción mucho menor a lo que implica lo virtual. El discurso de la optimización de la eficiencia aparece como sustrato ideológico de esta propuesta. Se habla en estos formatos de una recuperación de la autonomía y de una mayor flexibilización para los estudiantes, así como de la capacidad de fomento de la autoformación y del autodidactismo. Sin embargo, y más allá de las críticas que puede hacerse de por sí al espontaneísmo cuando se trata de direccionar el proceso educativo, resulta por lo menos cuestionable pensar que la autonomía pueda ser algo universal y aplicable a todas las situaciones y realidades de quienes sean los receptores de este planteo.

La extensión de la cuarentena implica una necesidad de revisar el papel del docente y del trabajo docente. El tiempo tal como estaba estipulado y que regulaba la actividad laboral se ha modificado. Largas horas frente a la computadora, excesivas jornadas de correcciones de manera virtual, imposibilidad de establecer un contacto fluido y cercano con les estudiantes, genera una situación de corrimiento del papel docente tal como la escuela lo pensó hace más de un siglo. Su centralidad se corre, y de cierta manera se reemplaza. La modalidad de escuelas híbridas redunda en esta dirección: aulas mediatizadas por la tecnología, en donde la figura del educador o la educadora se pierde o desdibuja.

A las desigualdades del acceso a la tecnología, se suma también las condiciones objetivas y materiales en que se encuentran las propias instituciones educativas, en lo que hace al mantenimiento e infraestructura de sus edificios. Hace casi dos años, el crimen social de Sandra Calamano y de Rubén Rodríguez, dos trabajadores de la educación de una escuela de Moreno, provincia de Buenos Aires, a causa de una explosión por la existencia de una fuga de gas cuya denuncia ya había sido realizada por lo menos en ocho ocasiones, desnudaba de la peor manera la aguda crisis que atraviesa la educación en esta materia y la desidia estatal, ante problemas que se arrastran hace tiempo. El protocolo que se supone deberán asumir las instituciones para evitar contagios y garantizar el cuidado de los y las estudiantes, parece ser más una proyección utópica que una posibilidad palpable, cuando ni siquiera están garantizadas las condiciones mínimas que permitan el desarrollo de las actividades en condiciones nada extraordinarias. Escuelas sin calefacción, con los edificios con peligro de derrumbe, sin vidrios, son algunas de las muestras que asume el variopinto de las escuelas en el país. La conectividad y el reparto de computadoras para los y las estudiantes de menos recursos lejos está de ser algo que suceda o con lo que se pueda contar en nuestras escuelas. Pensar también en la cantidad de elementos de sanidad o de limpieza que implicaría este regreso a las aulas, es también en cierto punto problemático cuando al día de hoy las escuelas no cuentas muchas veces ni con los elementos mínimos necesarios. Volviendo a la metáfora gramsciana de los monstruos, quizás sea esta forma educativa el peligro que acecha y sobre el cual tenemos que estar atentos para no permitir su avance.

Desde la educación popular, además, hay un llamado irrenunciable a la presencia, al encuentro, al contacto con los otros y las otras. La construcción de conocimientos solo puede darse a partir de encontrarnos con los educandos, prefigurando otras relaciones sociales que puedan trascender a las actuales, poder establecer el diálogo de saberes.

La educación popular tiene una apuesta que es siempre política, la apuesta es al cambio de la historia, al acceso al pensamiento científico sin perder su condición de clase. Se pronuncia abiertamente a favor de los oprimidos y oprimidas de esta tierra, en una opción de liberación y de superación de las desigualdades, en contra de quienes niegan y avasallan los derechos de los pueblos y les niegan la posibilidad de ser.

Esta reconfiguración del escenario local y mundial nos obliga como educadores/as populares a plantearnos nuevos desafíos y ubicarnos frente a una nueva situación, que agrava no sólo las condiciones de desigualdad económica y social; sino que también profundiza la brecha educativa que ya existía. El planteo de escuelas híbridas que se impulsará de aquí en más debe colocarnos no solo en una situación de alerta, sino también llamarnos a rechazar de cuajo que se siga excluyendo a quienes no tienen acceso a la tecnología, que se siga excluyendo a causa de la pobreza.

Esta situación nos obliga a replantear el papel que como educadores populares tenemos en la sociedad y el debate conjunto que debemos dar ante el conjunto del sistema educativo. No está habiendo respuestas que contemplen la particularidad de la educación de jóvenes y adultos. La declaración de la universalidad de la educación como derecho humano hoy resulta más un enunciado enfático que una realidad concreta. Exigir por el cumplimiento de medidas que signifiquen realmente la garantía del derecho a la educación y políticas públicas que den cuenta de los sujetos reales que son destinatarios de estas propuestas aparece como la exigencia histórica del momento. Debemos pensar estrategias conjuntas y específicas según cada situación particular, local, provincial, nacional y como región para dar la batalla cultural.

¿Qué es lo viejo que no quiere morir?

¿Qué es lo nuevo que no termina de nacer?

No podemos ser neutrales ni espectadores frente a este momento que nos exige tomar la cuestión educativa en nuestras manos. Sobre los cimientos de esta escuela que ya no volverá a ser igual a la que fue antes, tendremos que sentar las bases de una nueva escuela dentro del orden de lo posible, una escuela que sea pública y popular, que contemple los intereses de los sectores subalternos, que permita la construcción de la utopía, como realidad cercana, como anhelo a construir, pero de manera urgente.

Debemos pensar qué escuela queremos y hacia dónde queremos que vaya. No se trata de dar la pelea por la vieja escuela capitalista para que siga dejando por fuera a los sectores más postergados de la sociedad. Se trata de construir una nueva escuela, que sea más igualitaria, más humana, que no reproduzca las desigualdades, que sea decolonial, antipatriarcal, feminista, y permita la construcción de otras relaciones sociales en la lucha por la emancipación de nuestros pueblos. Debemos generar un gran movimiento pedagógico que incluya a todos los actores vinculados a la comunidad educativa para pensar otra educación. Debemos partir de las realidades de nuestros territorios para llegar a un horizonte común, generando diálogos y lazos con los educadores y las educadoras populares y los pedagogos y las pedagogas críticas que busquen cambiar el mundo, cuestionando las relaciones establecidas, el neoliberalismo, el fascismo, el racismo y al capitalismo actual en su etapa financiera.

Debemos, en definitiva, trabajar incansablemente para crear una sociedad más justa, haciendo de la educación popular nuestra bandera y nuestro grito de denuncia ante cualquier forma de opresión y con ello, que nos permita proyectar en el aquí y ahora, prefigurativamente, la sociedad que queremos.

Nuestra América Latina tiene su tierra manchada de la sangre derramada de los trabajadores y las trabajadoras que fueron brutalmente reprimidos, asesinados, golpeados por la pelea del acceso a mejores condiciones de trabajo; tiene la sangre de los pueblos originarios de nuestro continente, regada por las manos criminales de la conquista europea; tiene sus muertos y sus héroes, sus tradiciones y saberes ancestrales que no pudieron borrarse pese a los intentos dogmáticos de implementar no solo religiones sino paradigmas de pensamiento. Nuestra América quiso ser despojada de la comunalidad y del buen vivir, anteponiendo un pensamiento blanco occidental eurocéntrico que poco y nada decía de nosotros y nosotras. Elijo, para cerrar, una frase de José Martí, pionero en esto de pensar nuevas educaciones para nuestros pueblos: ¨A un pueblo ignorante puede engañársele con la superstición, y hacérsele servil. Un pueblo instruido será siempre fuerte y libre. Un hombre o mujer ignorante está en camino de ser bestia, y un hombre o mujer instruido en la ciencia y en la conciencia, ya está en camino de ser Dios. No hay que dudar entre un pueblo de Dioses y un pueblo de bestias. El mejor modo de defender nuestros derechos es conocerlos bien; así se tiene fe y fuerza: toda nación será infeliz en tanto que no eduque a todos sus hijos e hijas. Un pueblo de hombre y mujeres educados será siempre un pueblo de hombres y mujeres libres. –La educación es el único medio de salvarse de la esclavitud. Tan repugnante es un pueblo que es esclavo de hombres de otro pueblo, como esclavo de hombres de sí mismo¨.

[1] Se trata de La educación de personas jóvenes y adultas (EPJA) en América Latina y el Caribe durante la pandemia por la COVID-19, junio 2020.

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Nuestra América, tiempos de esperanza

 

La rebeldía que recorre Nuestra América dignifica el sentido pleno del sueño unitario e integrador de los próceres fundadores de las naciones hoy en disputa, los tiempos esperanzadores vuelven con la brisa enfurecida que derriba la injuria pedante del opresor, las cordilleras ven pasar a sus pueblos enardecidos de orgullo y valentía dirigiéndose a los centros del desprecio para tender la mano incluso a quienes por siglos los ignoraron, pueblos originarios, mestizos, campesinos, obreros, mujeres y hombres, proletarios todos en el sentido emancipador, Nuestra América despierta y entre piedras y palos clama por su liberación. Tiemblan los poderes sostenidos por las capillas y capellanes de la explotación, caen las rejas, muros y ballestas, en su lugar nacerán las flores primaverales que tanto cantara Pablo Neruda, pues nos han robado todo menos la dignidad.Terremoto profundo en el neurálgico centro de lo convencional, grietas de nuevo siglo, singular muestra antiortodoxa de las variables palpables de la verdad, el subterráneo malestar que aflora es producto del desprecio acumulado, gota por gota rebosa la inoperancia de un mundo regido por la idea y el deseo de poseer mucho antes de ser, por la imaginaria felicidad construida por la valoración material de la esencia habiendo relegado la única e innegable necesidad; el ser humano es en sí mismo la razón de su existencia, todas las determinaciones impuestas por normas codificadoras y enajenadoras no son más que meras distracciones de la dominación, lo que hoy vivimos va mucho más allá de una simple reivindicación de los oprimidos, vivimos la expresión de la crisis capitalista y todo el mundo que creó, los tiempos que nos asisten traen como reto la responsabilidad de asumir el rol correspondiente para contribuir a la nueva era que nos llama.

Las grandes movilizaciones de Haití, Ecuador, Chile, Costa Rica, Brasil, Argentina, Perú, Guatemala, Honduras, Colombia contra el neoliberalismo y la resistencia heroica de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia frente a los intentos de golpes de estado imperialistas, exigen el resurgimiento del pensamiento crítico libertario reformulando cada una de sus concepciones de la realidad concreta, la puesta en juicio de los conceptos elementales, generales y específicos se mezcla con la necesaria revisión táctica y estratégica para la resistencia y el proyecto emancipador, cuestionar todo fue la premisa siempre de Carlos Marx, incluso lo planteado por él mismo, cuestionarnos todo el presente no es ir en contra de esa gran enseñanza, es justamente ponerla en práctica reconociendo la vigencia del marxismo y el pensamiento latinoamericano (antiimperialista y anticolonial) para dar su lugar al planteamiento revolucionario que agrupe una y otra herencia con el fin de servir a la humanidad, las voces que claman por la libertad nos conducen al ejercicio pleno del compromiso y del pensamiento.

La ejemplar hazaña revolucionaria de Cuba tras sesenta años, sigue brillando como la estrella suprema en el cielo rebelde de nuestros pueblos, su grandeza va más lejos que el hecho de vencer a la potencia imperialista en el sentido de la guerra, su ejemplo se funda en la moral y la ética de transformación, en el compromiso y el estudio objetivo de las condiciones de lucha, en el continuo análisis de los avances y los retrocesos, en el hacer y el revisar, en el rectificar si es necesario, pero nunca jamás en traicionar, desertar o rendirse, el ejemplo revolucionario cubano ha hecho importantes aportaciones al pensamiento revolucionario latinoamericano y mundial, las ideas y análisis de José Martí, Fidel Castro, Ernesto Che Guevara, Raúl Castro, Roberto Fernández Retamar y otros pensadores y pensadoras muestran ese paradigma vigente que se debe asumir, que sumado al de Simón Bolívar, Augusto Sandino, José Carlos Mariátegui y tanto más, acrecienta la luz del saber nuestro. El socialismo sigue vigente y su construcción es necesaria: la fuerza viva transformadora que recorre nuevamente Nuestra América habrá de nutrirse de la herencia para superarla cambiando el mundo.

Los tiempos de esperanza regresan como brisa y como anhelo, Nuestra América se renueva dejando a un lado al fin heridas palpitantes, las huellas de las dictaduras que tan obstinadamente la ultraderecha quiere revivir, son aplastadas los pueblos retomando la memoria robada y exigiendo constituyentes que borren toda ley dictatorial, los sujetos revolucionarios siguen multiplicándose, con su diversidad agrietan la profundidad de la opresión, hacen complejo el entramado del acontecer pero lo enriquecen para la formulación de naciones realmente integradoras de toda su necesidad, la belleza que cubre la rebeldía tiene su poética propia, son los pueblos los que hacen la historia, Nuestra América escribe ahora una página nueva de libertad.

Fuente del artículo: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=262086

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Por el Día internacional del libro: Oscar Jara recomienda 8 publicaciones sobre Educación Emancipadora

Por: educarparalalibertad.

En el marco de las celebraciones del Día Internacional del Libro, 23 de abril, el sociólogo y educador popular Oscar Jara indica ocho publicaciones que se pueden descargar gratuitamente a través de Internet. Son desde cartas y libros escritos por el educador brasileño Paulo Freire hasta una revista que introduce el tema de la educación popular.

¡Buena lectura!

1. Pedagogía del Oprimido – Paulo Freire

En esta obra, Freire presenta el carácter político de la educación y la necesidad de crear una escuela popular en América Latina y el Caribe. El pedagogo brasileño plantea un movimiento de educación de base, que se ha llamado “Método Freire” de la pedagogía liberadora.

A través de la alfabetización y la educación popular, Paulo Freire señaló la importancia de crear una conciencia colectiva en las masas populares sobre su realidad y sobre la necesidad de una pedagogía de la liberación para llegar a la justicia social.

2. Pedagogía de la Autonomía – Paulo Freire

El libro se divide en tres capítulos: “No hay enseñanza sin aprendizaje”, “Enseñar no es transferir conocimientos” y “Proceso de educar es sólo una empresa humana”.

En ellos, el pedagogo aborda los saberes necesarios y las condiciones para enseñar que deben asumir docentes de América Latina y el Caribe para formar personas más libres y autónomas.

3. Cartas a Cristina – Paulo Freire

En este libro se encuentran referencias a hechos de la infancia, adolescencia y juventud de Paulo Freire. La escoja de estos momentos se debe al hecho de que estén relacionados, en algunos aspectos, a su trabajo como educador. En estas cartas, Paulo Freire analiza cuestiones que consideraba fundamentales y relaciona sus dimensiones personales al contexto histórico vigente.

4. Pedagogía de la Indignación – Paulo Freire

En su último libro, Freire aborda la violencia entre adolescentes, la cual debe ser abordada con seriedad, sin estigmatizar a nadie. Comenta también las revoluciones tecnológicas y la transmisión generacional de valores y experiencias.

La publicación analiza el quehacer y compromiso docente, y además las luchas sociales pacíficas, la conciencia ecológica, la alfabetización en la era de la televisión, y la educación de personas adultas. El tono y el discurrir de los textos buscan un diálogo de igual a igual con lectoras y lectores, cifra del verdadero aprendizaje.

5. Diccionario Paulo Freire – CEAAL

Resultado de muchos diálogos, esta publicación tiene como objetivo continuar proyectando un quehacer dialógico, crítico, creativo que sea coherente con el desafío que Paulo Freire lanzó cuando, al crearse el Instituto Paulo Freire en São Paulo, señaló: “No quiero que me repitan, quiero que me reinventen”.

Cada uno de los términos o conceptos comentados por distintas personas en esta obra es una palabra generadora de nuevas reflexiones, que nos permiten abrir espacios de diálogo, debate y confrontación con nuestras propias realidades y pensamientos.

6. Revista América Latina en Movimiento – ed. 533 – ALAI

Siendo una coedición de la Agencia Latinoamericana de Información (ALAI) con el Consejo de Educación Popular de América Latina y el Caribe (CEAAL), esta edición 533 de la revista América Latina en Movimiento presenta la educación popular como una apuesta política que plantea la transformación de la realidad a partir de la lectura crítica del mundo.

La revista explora diversas facetas de esta apuesta, con énfasis en la formación política, la participación democrática, las luchas sociales y la presentación de algunas experiencias.

7. Utopías y Emancipaciones desde Nuestra América – Alfonso Ibáñez

Este libro reúne siete ensayos en que personajes expresan de algún modo el imaginario utópico latinoamericano que se encuentra vinculado a las luchas por emancipación, desde el “socialismo indoamericano” de Mariátegui, hasta la organización de la esperanza por rebeldes zapatistas.

Estas aproximaciones tienen la intención de nutrir una memoria compartida que pueda orientarnos hacia un “buen vivir” o Sumaq Kawsay, según la sabiduría de los pueblos originarios andinos. “Nuestra imaginación poética de hoy aspira a un mundo lleno de vida donde nunca deje de florecer el árbol de la esperanza, referencia utópica de nuestras emancipaciones”.

8. Educaciones y Pedagogías críticas desde el Sur – Marco Raul Mejía

Este texto expone el pensamiento educativo y pedagógico latinoamericano. Para ello, el autor realiza un recorrido histórico, mostrando cómo el fundamento de esta acción y pensamiento se inscribe en las corrientes críticas del mundo, que en América Latina y el Caribe adquieren particularidades específicas trazadas por los contextos.

Fuente de la reseña: http://www.educarparalalibertad.org/noticia/oscar-jara-recomienda-8-publicaciones/?fbclid=IwAR0p8Tb_bplpvWYeODDoahr9dZLbSRQca6NsirRqsIR6yMOtpHWtC5hM2LE

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El Pensamiento Decolonial en ‘Nuestra América’ de José Martí

Por: Fernando Limeres Novoa.

Yo sé que el necio se entierra

con gran lujo y con gran llanto.

Y que no hay fruta en la tierra

como la del camposanto.

                                           José Martí

El genocidio, en particular el genocidio perpetuo que se abate sobre América, es muy distinto de otros genocidios, por supuesto tremendos, pero que se encuentran acotados en su espacio temporal.

A lo largo de la historia se cometieron numerosas aberraciones que grupos étnicos o estados nacionales enmascararon con distintos ropajes para eliminar a los Otros, al que se desviste de memoria y se le sustituye el futuro, se lo desnuda de su condición de hombre y se lo invisibiliza para luego exterminarlo

Marcelo Valko

Colonialidad colonialidad del poder supone una modalidad de poder específica de la modernidad. Su génesis es la conquista de América en tanto que su consecuencia preponderante radica en el establecimiento de la hegemonía europea a escala planetaria. De este modo, modernidad  y colonialidad constituyen conceptos concomitantes. En contraposición, pensar de modo decolonial implica un esfuerzo por arraigar la reflexión, esto es, contextualizar su desarrollo discursivo: el primer movimiento es excluir apriorismo. Significa, en el campo de las ciencias sociales, no someter la experiencia americana a la teorización de conceptos exógenos sino, por el contrario, diseñar categorías propias que articulen una narrativa científica desde la perspectiva americana, es decir, desde la perspectiva de los colonizados.

Cuando empezamos a pensar desde este lugar llamado América latina, poco a poco se nos fue apareciendo el problema que ahora da que pensar, el pensar en toda su radicalidad. Esto aconteció cuando descubrimos que el problema central del pensar era la vida, es decir, la vida humana y la vida de la naturaleza, esto es, la vida de todos nos-otros y no solo la vida de los pobres latinoamericanos (…) Dicho de otro modo, tal parece que ahora el pensar debe ponerse al servicio de aquello que nos hizo posible, para que siga siendo posible la vida de todos, o, para decirlo de otra manera, parece que el problema del pensamiento no es el pensamiento mismo sino la producción de la vida (Bautista 2014, 76).

El ilustre precedente de Bautista es Martí. En efecto, Martí opera de este modo en su celebérrimo artículo “Nuestra América” (1891). Texto cuyo valor primordial es establecer los postulados básicos para que el determinante posesivo no solo se mantenga en el título sino en la realidad extratextual de todo el continente. Porque, en definitiva, a lo que apela el título es a que los americanos asuman América como proyecto propio, aun cuando hayan alcanzado la emancipación política sin la intelectual. Entonces, ¿cómo consolidar la primera sin haber logrado la segunda?

Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con al que él quede de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la novia o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima, ni de la pelea de los cometas en el Cielo, que van por el aire dormidos engulllendo mundos. Lo que quede de aldea en América ha de despertar. Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo en la cabeza, sino con las armas en la almohada, como los varones de Juan de Castellanos: las armas del juicio, que vencen a las otras. Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra (Martí1891).

Este comienzo se organiza desde el punto de vista formal como el introito de los ejemplos medievales. Sin embargo, sus propiedades formales no valen per se, sino que se subordinan, desde la perspectiva pragmática, a interpelar a sus lectores. Moralizar sí, pero ni religiosa ni éticamente sino políticamente. En efecto, el contenido se organiza a partir de la crítica de un caso; de esta manera, Martí emplea una estructura inductiva: parte de lo particular para comunicar un mensaje que atañe a lo general; generalísimo y omnicomprensivo dado que se dirige todos los americanos. Pero, ¿en qué radica el componente decolonial? Martí es un poeta, poeta revolucionario, por lo que su mensaje será codificado poéticamente;  constituye un mensaje decolonial en dos aspectos: primero, supone una advertencia respecto de la voracidad imperial de Estados Unidos; segundo, adquiere un tono exhortativo a fin de que América se gobierne a sí misma, esto es, mediante instituciones genuinamente americanas. Además,  un encadenamiento metafórico determina “Nuestra América” en términos de género como una alegoría; una alegoría de significación decolonial.

Así, critica la vanidad del aldeano causada por un prejuicio que confunde lo universal con lo particular arraigado en su engreimiento. Es menester apuntar que la vanidad para el catolicismo constituye uno de los  siete pecados capitales (además de un modo de idolatría), mientras que para Nietzsche la vanidad es el temor a parecer original. En efecto, la idolatría del aldeano funciona en dos direcciones de significación complementarias: en primer lugar, su equívoco (confunde lo ajeno con lo propio: el mundo entero es su aldea)Segundo, da por bueno el orden universal.Ambos equívocos persiguen intereses egoístas. Principalmente políticos, con tal que él quede de alcaldey económicos, “le crezcan en la alcancía los ahorros.

De esta manera, la conveniencia política y económica determina para el poeta cubano la colonialidad del poder en manos del aldeano americano que en resumidas cuentas se traduce como un subterfugio que  maquilla discursivamente un interés individual en términos de beneficio colectivo. Es así como la creencia en la bondad del orden universal funciona como coartada del movimiento anterior y profundiza su falsedad ya que el “bien”, en el contexto de la reflexión axiológico, no puede sino beneficiar a la totalidad de la humanidad; nunca a uno a costa de otros.

Por otra parte,  en la línea de Nietzsche, la sobrevaloración interesada del orden universal, idealizado, esto es, no examinado en sus condiciones históricas, implica la infravaloración interesada del orden particular al que pertenece el aldeano. Ya que si la originalidad absoluta es un mito; la mímesis perfecta como garantía de eficacia lo es también. Sin embargo, para Martí, más que una falta privada concerniente a la moral individual; la vanidad conduce primero a un error epistemológico  y a la prolongación de una configuración social colonial, después. En razón de que la adjetivación del orden con el calificativo bueno encubre sus  condiciones materiales e históricas que lo han determinado. Dado que su afirmación en tanto creencia no puede plasmarse lingüísticamente más allá de su calificación; esto es, nunca podrá enunciar un discurso racional que dé cuenta de sus contradicciones. En consecuencia, la adjetivación establece el límite discursivo formal y de sentido, no solo por lo que explicita: la fe en una condición positiva que parece inherente al ordenamiento universal, pero que nunca es explicada sino fundamentalmente por lo que se excluye del discurso. En este sentido, Martí en su crítica al concepto de universalidad anticipa en más de un siglo el desarrollo del concepto de la colonialidad del poder. Para Mignolo (2005) “La geopolítica y la política corporal del conocimiento se ocultaron mediante su sublimación en un universal abstracto proveniente de Dios o de un yo trascendental.

Para Martí no solo la vanidad crédula del aldeano se define por lo que enuncia y omite, sino también por lo que ignora. Así el equívoco no solo sucede por asignar un valor positivo a un orden no analizado, sino por la consecuencia principal de lo anterior: desconocer las amenazas que ese mismo orden entraña. Desconocer significa no contextualizar el peligro que se cierne sobre la soberanía política y económica de América.  Desconocimiento expresado mediante la metáfora de  los gigantes que llevan siete leguas en sus botas. Charles Perrault popularizó en el siglo XIX el motivo de las bottes de sept lieues, provenientes del folklore europeo. En rigor, constituyen un elemento mágico que permiten que su usuario se desplace a gran velocidad y realice una hazaña heroica. Así la poética martiniana metaforiza la hegemonía yanqui y europea mediante la hipérbole organizada en dos miembros: gigantes + siete leguas. Por ende, frente a este poder inmenso, la conciencia americana -antialdeana- debe despertar y armarse.

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En este sentido, el poeta cubano exige de los americanos una actitud épica; de aquí el símil con los personajes del escritor sevillano Juan de Castellanos (1522-1607), presentes en su poema épico Elegías de varones ilustres de Indias. De este modo, frente a los gigantes de siete leguas, Martí aboga por una actitud épica, pero una épica no de la gesta, sino de la reflexión; una épica de las ideas, una épica del valor creador del pensar (…) con las armas en la almohada, como los varones de Juan de Castellanos: las armas del juicio, que vencen a las otras. Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra (Martí 1891, 3).

Para terminar,  podemos afirmar que en “Nuestra América”, Martí anticipa muchos de los temas que ocuparán la reflexión de los principales teóricos de la colonialidad: la crítica de la mentalidad del colonizado ejemplificado por el aldeano vanidoso, el peligro para América del imperio estadounidense, la condena de la superstición eurocéntrica y el análisis de las formas culturales autóctonas no solo para superar la anterior, sino para constituir gobiernos y estados en auténtica relación con las necesidades de sus colectividades. De aquí no solo proviene el mérito de “Nuestra América”, sino  su actualidad y el imperativo de repensar su mensaje.

Referencias

Bautista Segalés. Juan José. 2014. ¿Qué significa pensar desde América latina?. Madrid: Akal.

Fernández Retamar, Roberto. 2015. ¿Cuál es la literatura que inicia José Martí”?. Cuba:Cubadebate.

Martí, José. 2002. Nuestra América. Jalisco: Universidad de Guadalajara.

Martí, José. 2009. Versos sencillos. Madrid: Cátedra.

Mignolo, Walter. 2005.  La idea de América latina La herida colonial y la opción decolonial. Barcelona: Gedisa.

Valko, Marcelo. 2013. Pedagogía de la desmemoria. Buenos Aires: Peña Lillo-Ediciones Continente.

Cite este post:

Limeres Novoa, Fernando.  2019. El pensamiento decolonial en ‘Nuestra América’ de José Martí. Blog nuestrAmérica, 23 de enero, sección Columnas. Acceso [día de mes de año]. https://rvnuestramerica.blogspot.com/2019/01/el-pensamiento-decolonial-en-nuestra.html

Fuente del artículo: https://rvnuestramerica.blogspot.com/2019/01/el-pensamiento-decolonial-en-nuestra.html

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Programa #21 – Entrevista a Martín Ferrari / Educación Popular en Latinoamérica

Entrevista a Martín Ferrari

Por: Luisa F. Aguas M. y  José  E.  Machain.

La EDUCACIÓN POPULAR entendida en tanto “Educación a partir de las experiencias construidas históricamente por la clase trabajadora”.
En más de dos décadas de democracia en América Latina, las organizaciones y movimientos sociales de Nuestra América han logrado poner en práctica nuevas formas de educarnos y relacionarnos. Es por esto que salieron a indagar sobre la educación en los movimientos sociales (MS) en Latinoamérica, porque estos movimientos vienen resistiendo, organizándose y creando otras relaciones, otros mundos, y otros espacios educativos.
En La educación en movimiento (documental), se trata de un recorrido por América latina que la pareja de directores realizó para registrar la existencia de espacios de educación alternativa, vinculados a organizaciones sociales y populares que buscan formar y crear conciencia en la clase trabajadora. Dichos espacios se sostienen en distintas corrientes del pensamiento social, como las culturas originarias ancestrales, los movimientos sin tierra o el feminismo, que tienen en común su carácter contra hegemónico. Es decir, que están movidos por la voluntad de construir por fuera o sobre el margen del modelo de la educación escolástica.
Los movimientos sociales aprenden a cada paso, en cada lucha, en cada escuela que levantan, porque han tomado la educación en sus manos.
Mujeres campesinas producen y se forman en medio del avance del agronegocio sobre sus tierras. Docentes y estudiantes indígenas reivindican su historia y recuperan su lengua. Jóvenes y adult@s buscan terminar sus estudios pero también organizarse para defender sus derechos. Educadores construyen escuelas junto con su comunidad. Resistencias de l@s de abajo por defender lo propio, lo común, y por construir otras vidas, otra educación y otro mundo posible.
El documental busca problematizar el sentido de la educación, desde las vidas y voces de los protagonistas de siete experiencias, para pensarla  a lo largo y ancho de Nuestramérica, para abrir el debate sobre qué educación queremos y para qué sociedad.
 
MARTÍN FERRARI. Educador. Docente de Escuelas Médias de Sectores Populares. Prof. de Filosofía y de Ciencias de la Educación. Maestrando en Pedagogías Críticas en la UBA (Arg.). Realizador Documentalista.
Tanto MARTÍN FERRARI como MALENA NOGUER (co-realizadora) vienen transitando diversos espacios y experiencias desde las organizaciones sociales, desde lo académico, lo artístico y lo vincular. Actualmente son parte de ÑANDEROGA, una organización popular en la Villa Las Flores, en el conurbano de la provincia de Buenos Aires, en la cual están construyendo propuestas en relación a la Educación popular y el feminismo.

Fuente de la reseña: 

http://cuestionesdeinfancias.blogspot.com/2018/10/programa-21-martin-ferrari-educacion.html

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Convocatoria seminario Salvador Allende: La vigencia de su pensamiento y la agenda del Foro de São Paulo

Por ANDNoticias

“Algún día América tendrá una voz de continente, una voz de pueblo unido. Una voz que será respetada y oída, porque será la voz de pueblos dueños de su destino” Salvador Allende

Invitamos fraternalmente a todas y todos a participar en un Seminario de Reflexión del mundo progresista y de izquierda, con el propósito de desarrollar un intercambio respecto del pensamiento de Salvador Allende sobre Nuestra América y su consistente visión internacionalista y en particular sobre su vigencia en la definición de los desafíos actuales para una perspectiva de transformación social, recogidos en el reciente XXIV Encuentro del Foro de São Paulo realizado en La Habana.

La iniciativa es organizada por institutos y organismos no gubernamentales de estudio, investigación y acción social, identificados con el pensamiento progresista. Asimismo, cuenta con patrocinio de partidos y fuerzas políticas que integran el Foro de São Paulo. Como se sabe, el Foro es una plataforma de articulación de partidos y organizaciones de izquierda de América Latina y El Caribe, que fue fundado en 1990.

El Seminario se desarrollará sobre la base de tres mesas temáticas: Derechos Humanos, Modelos de Desarrollo y Pensamiento Latinoamericano.

La actividad se desarrollará el viernes 28 de septiembre, entre 17:00 y 21:00 horas, y el sábado 29 de septiembre de 9:00 a 13:00 horas, en la sede de la Universidad de los Lagos, en República 517, Santiago. La participación es gratuita y abierta.

Los esperamos fraternalmente.

Organizadores:

Centro de Estudios e Investigaciones Pedagógicas Patricio Sobarzo

Corporación Ciudadanía & Justicia (CCJ)

Fundación Chile Movilizado

Fundación Constituyente XXI

Fundación Progresa

Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz (ICAL)

Patrocinan Partidos y Organizaciones que integran el Foro de São Paulo:

Partido Comunista de Chile

Partido Igualdad

Partido MAS

Izquierda Ciudadana

Izquierda Libertaria

Movimiento del Socialismo Allendista – MDP

Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)

Partido País Progresista

Partido Poder Ciudadano

Fuente de la noticia: https://www.andnoticias.cl/politica/1037-convocatoria-seminario-salvador-allende-la-vigencia-de-su-pensamiento-y-la-agenda-del-foro-de-sao-paulo-3

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