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Escenario Económico Internacional del 23-11-2022 Temas centrales: OCDE, Meta, China, Coibase, Moody, América Latina, FED

Observatorio Latinoamericano y Caribeño de Organismos Multilaterales, Bancas de Desarrollo, Corporaciones Tecnológicas y Filantropía

Escenario Económico Internacional del 23-11-2022

Temas centrales: OCDE, Meta, China, Coibase, Moody, América Latina, FED

OCDE descarta una recesión: sin embargo, pronostica una ralentización del crecimiento económico.

Zuckerberg podría renunciar como CEO de Meta: la razón se debería a los malos resultados trimestrales de la compañía.

China ha incrementado sus compras de oro y petróleo: con esto China estaría reduciendo su dependencia monetaria de EEUU, y se estaría preparando para una crisis de corto plazo.

Economía de China estaría afectada por la pandemia: estaría cayendo de manera importante el comercio a nivel mundial, según la OCDE.

Previsiones a una caída de los mercados por medidas de la FED: la actitud conservadora de elevar las tasas de interés en 0,5% podría estar afectando los pronósticos del mercado.

Coinbase afirma que posee 2 millones de BTC: lo que representaría un 10% de la capitalización del mercado actual

Moody’s con perspectiva negativas para el sector financiero de América  Latina: esta situación continuaría al menos hasta finales del 2023.

Indicadores más relevantes
Þ Futuros de crudo: caída durante la semana de 1,87 % ubicándose alrededor de los 78,80 dólares.
Þ Bitcoin: subida de 1,68% durante la semana ubicándose alrededor de los 16.501 dólares

Documento disponible en formato PDF: EEIOVE-23112022

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Los fundamentos de la reforma de la educación media superior

Por: Gabriel Vargas Lozano*

Publicado en www.jornada.com.mx

La Subsecretaría de Educación Media Superior de la SEP ha publicado en su página oficial el documento Fundamentos del marco curricular común de la educación media superior. En él se exponen las ideas principales que han guiado la reforma que se presentó oficialmente el 26 de agosto pasado y que entrará en vigor el próximo año.

Según el documento, se pretende formar una nueva generación que desafíe los preceptos de la ideología del neoliberalismo, que comprenda en su complejidad el contexto social, económico y político donde se desenvuelve y haga uso del espacio público como el principal escenario para construir un mundo más justo, pacífico y sustentable (p. 5).

Expone lo que llama siete paradojas, aunque, a mi juicio, deberían llamarse principios normativos, que son: 1) crítica al modelo de competencias promovidas por la lógica del mercado. Ahora se pretende desarrollar otro modelo; 2) inclusión del docente en la educación; 3) vínculo de las instituciones educativas en una sociedad caracterizada por la heterogeneidad. Mientras el anterior plan se basaba en la globalización, ahora se basará en la localización que implica traer la comunidad a la escuela; 4) contra la meritocracia, porque dice que no hay piso parejo para los estudiantes y se cita al conocido filósofo estadunidense comunitarista Michael Sandel; 5) se refuta el menosprecio del que han sido objeto las carreras profesionales técnicas y tecnológicas como efecto de las dinámicas de mercado. Lo anterior está ligado a la meritocracia, la cual no sólo supone que aquellos que logran superar ciertas pruebas son merecedores de los mejores puestos y salarios (p. 15); 6) contra la vigencia de las calificaciones para medir avances en el aprendizaje; 7) fragmentación del conocimiento y por ello uso del método de transversalidad.

Luego se describe el currículo fundamental y el ampliado, y termina con una reflexión final donde se afirma que el marco curricular se fundamenta en un proyecto educativo que busca formar una nueva generación de personas libres de pensamiento; que revaloren de manera crítica el espacio de lo público y lo social, la colaboración y los valores éticos.

Como se observa, la nueva reforma pretende desligarse del neoliberalismo en su aspecto educativo y que estaba basado en una educación tecnocrática y mercantilista promovida por la OCDE, y que fue adoptada por los anteriores regímenes a partir de la idea que tenían de un país dependiente y subsidiario de las grandes trasnacionales (esto no se dice con claridad). Además, en ningún lado se menciona que uno de los fines de la educación debería ser la configuración de una auténtica democracia. Pero, además, el problema es el método para establecer una educación alternativa. Lo primero que debería haberse hecho es un verdadero diagnóstico sobre la educación a ese nivel. Este diagnóstico debería haber destacado sus problemas principales; en segundo lugar, se tendría que haber definido el tipo de persona y sociedad que se busca conformar en una sociedad plural y multicultural; profundamente desigual; en donde prevalece la discriminación de raza, género y clase; una sociedad dependiente de la economía estadunidense. Pero, además, no sólo se requiere definir los fines de la educación, sino aplicar un método pedagógico adecuado. En esta dirección se persiste en el método de transversalidad que disuelve el estudio de las disciplinas pretendiendo que con el análisis de una determinada problemática se logrará una formación sólida de los estudiantes. Nada más alejado de ello. Con tal método, el estudiante egresará del nivel medio superior con una concepción fragmentaria de la realidad y sin ninguna formación sólida que se debería adquirir mediante el estudio de las disciplinas completas. El análisis fragmentario que proponen podrá iluminar un problema determinado, pero deja en la oscuridad lo demás. Esto no quiere decir que no deba llevarse a cabo el análisis de temas en forma interdisciplinaria. La forma en que proponen la transversalidad fragmenta el conocimiento. Por otro lado, en lugar de referirse a las críticas a la democracia liberal de Villoro; la relación entre ética y política de Sánchez Vázquez; la concepción de García Canclini sobre la pluralidad cultural; la tesis del colonialismo interno de González Casanova o la visión del mundo de los pueblos originarios propuesta por Alfredo López Austin o la interacción dialógica entre estudiantes y maestros propuesta por Freire, se cita a Michael Sandel. Finalmente, se ha anunciado que su programa no será sometido a las pruebas piloto necesarias para corregir errores de aplicación, sino que se iniciará sin más. Esto significa que el experimento afectará a toda una generación con las consecuencias correspondientes.

Profesor-investigador del Departamento de Filosofía de la UAM-I y Observatorio Filosófico de México

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2022/09/14/opinion/022a2pol

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Las infancias del mundo pagan la factura de la opulencia de los ricos

Por: Baher Kamal / IPS Noticias

Los países más ricos del mundo contribuyen de manera desproporcionada a la destrucción del ambiente mundial y de la vida de la población infantil fuera de sus fronteras

Los excesos cometidos por los ricos pueden ser mortales, y de hecho lo son. Ya sea en materia de alimentos, energía o despilfarro en general, esos excesos han ido agotando los recursos naturales del mundo y empujando a las generaciones actuales y futuras hacia el borde de un previsible abismo.

El consumo excesivo en los países más ricos del mundo está destruyendo el medioambiente de los niños en todo el mundo, explica el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en el último informe de su oficina de investigación Innocenti, titulado Report Card 17: Lugares y Espacios.

Los países más ricos del mundo proporcionan entornos más saludables para los niños dentro de sus fronteras, pero contribuyen de forma desproporcionada a la destrucción del ambiente mundial.

De hecho, si todas las personas del mundo consumieran recursos al ritmo que lo hace la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos  (OCDE, 38 países) y los Estados de la Unión Europea (UE, 27), se necesitaría el equivalente a 3.3 planetas para mantener los niveles de consumo.

Pero si todo el mundo consumiera recursos al ritmo que lo hacen los habitantes de Canadá, Luxemburgo y Estados Unidos, se necesitarían al menos cinco Tierras

Unicef compara los resultados de los países de la OCDE y de la UE en cuanto a la provisión de entornos saludables para los niños.

Para ello, presenta indicadores como la exposición a contaminantes nocivos, como el aire tóxico, los pesticidas, la humedad y el plomo; el acceso a la luz, los espacios verdes y las carreteras seguras; y la contribución de los países a la crisis climática, el consumo de recursos y el vertido de residuos electrónicos.

La destrucción del ambiente de los niños… y de sus vidas

“La mayoría de los países ricos no solo no proporcionan un entorno saludable para los niños dentro de sus fronteras, sino que también contribuyen a la destrucción del entorno de los niños en otras partes del mundo”, dijo Gunilla Olsson, directora de Innocenti, al presentar el 24 de mayo el nuevo Report Card (boleta de calificaciones) en la ciudad italiana de Florencia.

“La acumulación de residuos, los contaminantes nocivos y el agotamiento de los recursos naturales están afectando a la salud física y mental de los niños y amenazando la sostenibilidad de nuestro planeta».

Gunilla Olsson, directora de Innocenti.

Otras realidades

El Informe Innocenti incluye otras conclusiones clave. Entre ellas:

-Más de 20 millones de niños tienen niveles elevados de plomo en la sangre. El plomo es una de las sustancias tóxicas ambientales más peligrosas.

-Finlandia, Islandia y Noruega se sitúan en el tercio superior en cuanto a la provisión de un entorno saludable para sus niños, pero se sitúan en el tercio inferior del mundo en general, con altos índices de emisiones, residuos electrónicos y consumo.

-En Islandia, Letonia, Portugal y el Reino Unido, uno de cada cinco niños está expuesto a la humedad y el moho en su casa, mientras que en Chipre, Hungría y Turquía más de uno de cada cuatro 4 niños está expuesto a lo mismo.

-Muchos niños respiran aire tóxico tanto fuera como dentro de sus casas. México (uno de los pocos países del Sur miembro de la OCDE) es uno de los países con mayor número de años de vida saludable perdidos a causa de la contaminación atmosférica, con 3.7 años por cada mil niños, mientras que Finlandia y Japón tienen los más bajos, con 0.2 años.

-En Bélgica, Chequia, Israel, Países Bajos, Polonia y Suiza, más de uno de cada 12 niños está expuesto a una elevada contaminación por plaguicidas.

-La contaminación por plaguicidas se ha relacionado con el cáncer, incluida la leucemia infantil, y puede dañar los sistemas nervioso, cardiovascular, digestivo, reproductivo, endocrino, sanguíneo e inmunológico de los niños.

Pero hay más, mucho más…

Lamentablemente, lo anterior no es la única causa que perjudica el presente y el futuro de los niños. Hay otras, como por ejemplo:

-Fórmulas infantiles. El escandaloso alcance de la comercialización de leche de fórmula infantil con fines de explotación. La Organización Mundial de la Salud (OMS) denunció los “… insidiosos, explotadores, agresivos, engañosos y omnipresentes” trucos de mercadeo utilizados por el negocio de la leche de fórmula para bebés con el único objetivo de aumentar, aún más, sus ya elevados beneficios.

-Emaciación severa. Unicef advierte que el número de niños con emaciación severa está aumentando y empeorando. Su informe “La emaciación severa: Una emergencia de supervivencia infantil” alerta sobre el aumento del fenómeno en la población infantil,  mientras los costes del tratamiento que salva esas vidas sube y la financiación mundial para esos tratamientos está amenazada.

La emaciación severa, en la que los niños están demasiado delgados para su estatura, lo que provoca el debilitamiento de su sistema inmunológico, es la forma más inmediata, visible y potencialmente mortal de la malnutrición. En todo el mundo, al menos 13,6 millones de niños menores de cinco años sufren de emaciación severa, lo que provoca una de cada cinco muertes evitables en este grupo de edad.

-Niños migrantes: En todo el mundo, los niños migrantes se enfrentan a niveles alarmantes de xenofobia, a las consecuencias socioeconómicas de la pandemia de covid-19 y a un acceso limitado a los servicios esenciales, según la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell.

-Los niños en la guerra: Casi 90 % de la población de Siria vive en la pobreza. Más de 6,5 millones de niños necesitan ayuda urgente, el mayor número de niños sirios necesitados desde que comenzó el conflicto interno. Allí, solo uno de cada cuatro niños pequeños recibe la dieta que necesita para crecer sano. El precio de la cesta media de alimentos casi se duplicó en 2021.

En Yemen, otro país en guerra, 45 % de los niños sufre retraso en el crecimiento y más de 86 % tiene anemia.

En otras naciones de Medio Oriente,  como Líbano, 94 % de los niños pequeños no reciben la dieta que necesitan, mientras que más de 40 % de las mujeres y los niños menores de cinco años tienen anemia.

-Niños soldados: Miles de niños son reclutados y utilizados en conflictos armados en todo el mundo. Entre 2005 y 2020, se verificó que más de 93 000 niños fueron reclutados y utilizados por las partes en conflicto, aunque se cree que el número real de casos es mucho mayor.

Estos niños y niñas sufren extensas formas de explotación y abuso que no se captan totalmente con ese término. Las partes en conflicto utilizan a los niños no sólo como combatientes, sino como exploradores, cocineros, porteadores, guardias, mensajeros y otros. Muchos de ellos, especialmente las niñas, son también objeto de violencia de género.

-Trabajo infantil forzado: Hay más de 160 millones de niños obligados a trabajar en el mundo.

Son niños que lavan la ropa en los ríos, que mendigan en las calles, que son vendedores ambulantes, que caminan kilómetros en busca de agua y leña, que sus diminutas manos compiten con las de otros más mayores y experimentados para recoger café o té, o que son niños soldados.

Todas esas formas de explotación forman parte del paisaje de África, Asia y América Latina y el Caribe, según recabó IPS durante la Conferencia Mundial sobre la Erradicación del Trabajo Infantil, celebrada en la ciudad sudafricana de Durban, del 15 al 20 de mayo.

Recursos escasos

Hay muchos otros crímenes que se cometen contra los niños del mundo.

Uno de ellos es realmente asombroso. El propio Unicef, nacido hace 75 años para afrontar las emergencias de la población infantil europea tras la Segunda Guerra Mundial, carece ahora de los fondos necesarios para salvar las vidas de millones de niños del mundo.

Y no solo eso, sino que una buena parte de estos escasos recursos se dedica, justificadamente, a salvar a los niños de otra guerra europea: la que sucede en Ucrania por su invasión de Rusia.

Fuente de la información e imagen: https://ipsnoticias.net

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Política educativa y salario profesional docente

Por: Manuel Alberto Navarro Weckmann

Corrían los primeros años de la década de los noventa del siglo pasado, yo apenas superaba el primer lustro en el servicio y el entonces Departamento de Educación que aún no era Secretaría citó a los directores de las escuelas para presentar el nuevo plan de estudio y los nuevos programas para lo que, mi director, que era un docente mayor, consideró que yo sería un buen elemento para acudir en representación del centro escolar, porque, además, en esa ocasión no serían los Servicios Técnicos a dar la capacitación a los docentes, sino quien acudiera y hacerlo “en cascada” por parte de quien acudiera.

Fue un tiempo de muchas sorpresas, aparte de los planes y programas de estudio, estaba en el ambiente la reciente firma del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica en donde se daba un cambio muy importante pues serían las entidades federativas las que se harían cargo de la operación y pago de la nómina magisterial (Que generaría enormes desequilibrios financieros a estos por la malas negociaciones, la presión política y la corrupción), la reducción de horas de taller (cuyos maestros de electricidad, carpintería, soldadura, mecánica, etc. fueron enviados por las autoridades educativas estatales a cubrir dichas horas llamadas por decreto “excedentes” para impartir las clases de ciencias, matemáticas, español, ética, etc. de acuerdo a como se iban jubilando los titulares de las mismas y ya no se reponían a los centros educativos),la reducción de orientadores educativos y trabajadoras sociales (que entonces había una por grado y quedó en uno por centro educativo) el incremento de las horas de español y matemáticas y la atomización de las horas de ciencias naturales y sociales (que se fragmentaban en historia, geografía, física, química, etc.), entre otros cambios importantes.

En aquel momento, a propósito del polémico incremento salarial de este año, se establecía además por vez primera en la historia, el salario mínimo profesional docente, el cual, podemos leer en el Diario Oficial de la Federación del 18 de mayo de 1992 que expresaba que “Con este nuevo esfuerzo -que hace que en la actual Administración se haya acumulado un incremento muy sustancial- el salario de la plaza inicial, que es el más bajo del escalafón docente y que en diciembre de 1988 equivalía a 1.5 salarios mínimos, superará el equivalente a tres salarios mínimos, y la mayoría de los maestros estará percibiendo un equivalente superior a 3.5 veces el salario mínimo general del país”, con lo que un maestro de plaza inicial, al tabulador actual, estaría recibiendo un salario de 18,151.35 pesos y ni siquiera en la zona del 100% en donde se elevaría a 27,335.70 mensuales, casi el doble o el triple respectivamente de lo que recibe actualmente un docente de nuevo ingreso.

La historia de lo que sucedió de entonces a la fecha no es desconocida, aquellos planes y programas representaron el primer pago de buena intención de México a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que ingresaría formalmente de manera curiosa, exactamente 2 años posterior a esa fecha, el 18 de mayo de 1994 ¿Simbólico o simple casualidad?

La reducción del personal de apoyo educativo, la atomización de las horas docentes, la integración de personal sin perfil adecuado, el énfasis en una educación que solo sepa leer, escribir, sumar y restar, apto para la empresa maquiladora que es la ideología del mercado, es solo la punta del iceberg de la debacle educativa en la que nos encontramos en la actualidad y que aquellos años de los noventa fueron el inicio de una serie de cambios lamentables de los que el sexenio pasado fue el culmen con aquella frase devastadora de “cualquiera puede ser maestro” del triste y lamentablemente célebre Aurelio Nuño.

manuelnavarrow@gmail.com

Fuente: https://profelandia.com/politica-educativa-y-salario-profesional-docente/

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Evaluación de la calidad de la educación

POR: NOEL AGUIRRE LEDEZMA

Las más de las veces, la cotidianidad genera experiencias que motivan análisis y aprendizajes, así como contribuye a la construcción de teorías y propuestas, un ejemplo de ello se presenta en el blog de la Editorial Vicens Vives (2021), que como introducción a una entrevista a Andreas Schleicher, director de Educación de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), coordinador del informe PISA (Programme for International Student Assessment) de la OCDE, textual dice lo siguiente: “Andreas Schleicher también conocido en Alemania como Mr. Pisa, contó en una entrevista a Deutschlandfunk que su maestro de primaria de la escuela estatal lo calificó como ‘No apto’ para estudiar secundaria. Su padre, profesor de pedagogía, no estuvo de acuerdo con el juicio, y decidió apuntar a su hijo a una escuela Waldorf. La decisión se mostró acertada: Schleicher no solo consiguió los mejores resultados en la escuela, sino que ganó un premio especial en el prestigioso concurso nacional ‘Jugend forscht’ (‘La juventud investiga’) por el desarrollo, junto a su primo, de un programa de reconocimiento de voz. Esta experiencia le mostró a Andreas Schleicher la importancia de no cerrar las puertas de la escuela a ningún estudiante, porque nadie puede saber con exactitud todo el potencial que se esconde en cada uno de ellos” (sic).

Este relato motiva a plantearse varios interrogantes. Entre otros, ¿qué explica que, al cambiarse de una escuela a otra, Schleicher no solo consiguió mejores resultados sino que ganó un premio especial?, ¿qué hubiese pasado con Schleicher si las evaluaciones fueran homogéneas?, ¿qué podría haber ocurrido si no hubiese acudido a otras alternativas?, ¿qué se puede deducir de esta experiencia para entender los procesos de evaluación en educación?, ¿el propósito de la evaluación es establecer rankings o para calificar a unos de buenos y a otros de malos? La evaluación, más de un sistema educativo, tiene distintas comprensiones, metodologías, alcances e implicancias; responde a un sinfín de experiencias institucionales y cotidianas que requieren análisis y debates en sus múltiples dimensiones. Es una invitación a dejar de hacer “opinática” y profundizar el estudio, debate y construcción de propuestas, mucho más de quienes en automático piden “PISA, PISA,…”

Eso explica por qué la evaluación de la educación en el último tiempo sufre un constante acoso de tendencias que son contrarias a postulados de educación liberadora y transformadora, corrientes favorables a la mercantilización y visión empresarial de la educación que al amparo de un supuesto criterio de mayor eficiencia del sistema deriva en evaluaciones que incorporan conceptos como privatización y competitividad; rendimiento académico, desempeño y competencias; estándares e indicadores como una manera solapada de imponer una lógica y concepción de educación. De esta manera, aparecen temas que pretenden convertirse en una moda antes que en una discusión de fondo sobre educación, como las evaluaciones internacionales con una visión homogénea o como las de calidad educativa que, en el marco del enfoque de capital humano, se concentran en la calidad del aprendizaje cognitivo de lo que ocurre únicamente en el ámbito de la escuela y aula reduciendo la concepción de educación a escuela, para colmo de carácter tradicional (Vega, 2014). Es tal la arremetida de estas corrientes que en tiempos previos a la emisión de resultados de las evaluaciones internacionales se comienza a buscar la “nota” de la evaluación para señalarlos en público: “éstos son los países, departamentos, instituciones educativas y estudiantes malos y éstos son los buenos”. Estas miradas sobre calidad educativa y evaluación en el sector educativo distorsionan el carácter de política pública y la constitución de una sociedad democrática, además que hacen olvidar la naturaleza de la educación.

Queda mucho por reflexionar, debatir, analizar y proponer. Es tiempo de “…evaluar la evaluación educativa” (Gentili, 2014), fortalecer la cultura de participación y evaluación de políticas públicas e impedir que la euforia evaluadora que “perjudica a nuestros hijos y empobrece nuestras aulas” se consolide. No olvidemos que “La evaluación se comprende como un medio: el acento está puesto en los fines formativos y pedagógicos” (OREALC/ UNESCO Santiago, 2020). En el tema hay mucho que decir, seguiremos debatiendo en próximos artículos.

Noel Aguirre Ledezma es educador popular y pedagogo. Fue ministro de Planificación del Desarrollo y viceministro de Educación Alternativa y Especial.

Fuente de la información: https://insurgenciamagisterial.com

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Tiempo y aprendizaje escolar

Por: Julio Leonardo Valeirón Ureña

El director de una de las escuelas que siempre quedaba entre las 10 mejores escuelas en las Pruebas Nacionales de 8º me respondió a mi cuestionamiento de la manera siguiente: “En Mi Escuela, No Tenemos Tiempo Para Perder el Tiempo”.

Es frecuente en educación encontrarse con concepciones lineales acerca de los logros de aprendizaje y los factores con los cuales se asocian o relacionan. Es una lógica que nos viene al pretender aplicar en las ciencias sociales una racionalidad propia de las ciencias naturales y, que incluso hoy, no se sostiene en todos los ámbitos de ésta. Es decir, muchas de nuestras políticas parten del supuesto de que, si hacemos tal cosa, obtendremos tal otra. Esa suerte de causalidad la andamos buscando desde hace ya mucho tiempo, pues resultaría muy efectivo, por adelantado que, si B es una condición de A, bastaría con cambiar A. O lo que es lo mismo, si A, entonces B.

En educación contamos con bastantes evidencias acerca de lo que saben o dominan nuestros estudiantes de un conjunto de contenidos. Las evaluaciones realizadas desde el MINERD dan cuenta de ello. Las Pruebas Nacionales como las evaluaciones diagnósticas proporcionan información importante acerca de estos resultados; así mismo, los estudios PISA, ICCS, como los ERCE. El primero es el Programa de Evaluación de Estudiantes organizado por la OCDE; el segundo el Estudio Internacional de Educación Cívica y Ciudadanía, llevado a cabo por la IEA (Asociación Internacional para la Evaluación de los Aprendizajes); el último, el Estudio Regional de Comparativo y Explicativo, organizado y coordinado por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad Educativa-LLECE.

Todos esos estudios ofrecen evidencias acerca de lo que saben o no, o si se tienen o no desarrolladas determinadas competencias. La riqueza, en ese sentido, es encomiable. En sentido general, y en cada uno de estos estudios afloran “factores asociados” a los aprendizajes. Por ejemplo, sabemos que la variable relativa al nivel socioeconómico de la familia de los estudiantes es posiblemente la mejor predictora de los aprendizajes. Sin embargo, hurgando a profundidad en los datos encontramos reiteradamente que hay escuelas y, por supuesto, estudiantes de los niveles económicos más bajos con logros de aprendizajes iguales o superiores a los del nivel socioeconómico más alto. Eso fue evidentísimo en las PISA 2019, cuando un 12% de los estudiantes del quintil uno (más pobre) mostró logros superiores a los del quintil cinco (más rico), contrario a toda predicción. A esos estudiantes PISA los llamó, “estudiantes resilientes”. Algo ocurre en esas escuelas, en esos estudiantes y, muy probablemente, en dichas familias y comunidades, que es capaz de dirigir la diagonal en un sentido distinto al esperado. Hace ya bastante tiempo, que el director de una de las escuelas que siempre quedaba entre las 10 mejores escuelas en las Pruebas Nacionales de 8º me respondió a mi cuestionamiento de la manera siguiente: “EMEscuela, NTenemos Tiempo Para Perder el Tiempo”.

Una respuesta simple, que denota el compromiso asumido por la comunidad en esa escuela por colocar los intereses de los estudiantes por encima de cualquier otro.

Por supuesto, y fue lo que el director de esa escuela rural y aislada no me dijo entonces, pero que me explicó una estudiante en mi clase de Metodología de la Investigación Psicológica en INTEC, siendo ella una de las estudiantes sobresaliente becada por la Institución: “Yo se lo puedo explicar porque yo vengo de esa escuela”. Y lo dijo con un orgullo y un convencimiento que a todos en el curso sorprendió. “Iniciamos la clase a las 7 de la mañana todos los días, no importa que esté lloviendo. Como es una comunidad pequeña, hay una relación muy directa entre los profesores y las familias, y así ellos van monitoreando si dedicamos tiempo para el estudio. En la escuela disfrutamos mucho, pues los profesores son muy buenos y nos tratan bien, y un largo etcétera”. Todo ese conjunto de cosas, en sus múltiples vínculos y relaciones, apuesta a los aprendizajes. No es solo un factor: el maestro, el director, el tiempo… es la manera como esos factores se vinculan y lo que ellos generan en el corazón y la cabecita de esos niños y jóvenes.

EDUCA, hace ya un tiempo, puso de relieve en más de una ocasión, que en nuestras escuelas no se cumplía ni con el horario ni el calendario escolar. Es más, se hablaba de que en promedio los estudiantes estaban expuestos a no más de dos horas y media de clase. Es decir, que un estudiante que había terminado el 6º de primaria, en promedio, había recibido un tiempo de clase no mayor de un 3º de primaria. Por supuesto, esto levantó de su asiento a los funcionarios y técnicos del ministerio. Se postuló incluso aquella política nacional de 1000×1000, que llenó pancartas, anuncios de radio y televisión, murales, en fin, el slogan prendió. Pero, como son y han sido las cosas en la educación dominicana, y no parece que hayan cambiado mucho, las paralizaciones de la docencia, el incumplimiento del horario y el calendario siguió siendo un tema que no cambiaba. Siempre ha habido y habrá “una razón justa” para detener los procesos de enseñanza y aprendizaje en nuestras escuelas. Y, por supuesto, siempre se programarán operativos de recuperación de clases, bajo la ingenuidad de que una hora perdida con una hora recuperada más tarde, podrá subsanar el impacto negativo en los aprendizajes escolares. Sabemos, por la evidencia científica, que eso no es así, que de esa manera no funcionan los procesos que tienen que ver con los aprendizajes escolares.

El tiempo siempre será la dimensión en que las cosas acontecen; lo mismo que el espacio. Espacio y tiempo son condiciones esenciales del desarrollo de la vida y, por supuesto, de los procesos de enseñanza y aprendizaje en las escuelas. ¿Pero es el tiempo o la calidad de su uso? ¿Será el espacio por sí solo o las características y cualidades con que lo adornamos, en el buen sentido, en ese hermoso proceso que es enseñar y aprender?

En el ámbito de las neurociencias cognitivas, cada vez está más claro, que cuando se producen aprendizajes nuevas conexiones neuronales se están organizando y estructurando, y ello así para un buen como un “mal aprendizaje”, es decir, “un aprendizaje inadecuado” – que por supuesto es muy común- solo que tomará más tiempo y mayores esfuerzos eliminar este último. Por ejemplo, si él o la estudiante no aprende que, para realizar una operación aritmética simple de sumar dos números, tiene que cerciorarse que las unidades van debajo de las unidades, lo mismo que las decenas y las centenas, y de no hacerlo así, corre el riesgo de obtener un resultado equivocado, que se repetirá siempre.

Hace ya varios años, en un estudio que hiciéramos la Universidad de Albany del Estado de Nueva York, la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra y el Instituto Tecnológico de Santo Domingo, en el cual, entre otras cosas, se midió el dominio de varios contenidos en aritmética y comprensión lectora en los estudiantes de 200 centros educativos elegidos al azar y que debían haber sido aprendidos en el 4º de primaria; la evidencia, que aún en el 7º, esos mismos estudiantes presentaban un bajo dominio de los mismos. Es decir, pasados cuatro años, estos estudiantes habían “bien aprendido” muy poco, reproduciéndose los mismos errores años tras años. Eran centros públicos y privados, rurales y urbanos. ¿Era un problema del tiempo? La evidencia apuntaba hacia un uso inadecuado del tiempo de enseñanza en el aula. Miles de fotos que fueron tomadas a los cuadernos de los estudiantes, además de que era casi imposible encontrar una estructura lógica de los procesos de enseñanza tomados por los estudiantes, ponían en evidencias muchos de estos errores sin corregir. ¿Qué se puede esperar de una situación con esas características?

El currículo termina siendo no lo que pretende el ministerio en sus documentos, como tampoco lo que logra entender y aprender el maestro, sino lo que el estudiante llega a procesar y comprender correctamente.

No me cabe la menor duda de que el cumplimiento del horario y el calendario escolar es una cuestión importante, que de no cumplirse pone en entredicho la necesidad incluso de la escuela misma. ¿Para qué construir y mantener edificaciones? ¿Para qué adquirir y disponer en las escuelas de materiales didácticos, computadoras, laboratorios y otros tantos artefactos, si estos no se van a emplear a su máxima posibilidad y con la calidad necesaria?

Esta cruda realidad de lo que ocurre en muchas de nuestras escuelas es lo que justifica que, para poder ingresar a un aula como profesional de la educación, los aspirantes no solo deben contar con una certificación de estudios universitarios, sino que tienen que mostrar un alto nivel de dominio de los conocimientos y competencias necesarios para una enseñanza de alta calidad. De seguir el camino, que en los últimos meses se ha estado ventilando por los medios de comunicación respecto a los procesos del concurso docente, estaremos proporcionándole a la educación un golpe muy duro que, en varios años, se manifestará con logros de aprendizaje más bajos que los que hoy muestran en las evaluaciones nacionales e internacionales nuestros estudiantes en los diferentes grados y niveles. Esperar otros resultados, es algo más que ingenuidad.

Hay un derecho que preservar y que está por encima de los demás, y es el que tiene todo niño, niña, joven adolescentes y adultos, según nuestra Constitución, de recibir una educación de calidad.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/tiempo-y-aprendizaje-escolar-9058722.html

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La apertura de centros desde 2020 frena la pérdida de aprendizajes

Por: 

  • Un estudio elaborado por Cotec y EsadePol con datos del Instituto Vasco de Evaluación llega a la conclusión de que a pesar de la pérdida de aprendizajes durante los meses de confibnamiento y el verano de 2020, estos se vieron muy equilibrados a partir de septiembre.

España es uno de los países de la OCDE que menos tiempo cerró los centros educativos. Tan solo desde marzo hasta junio (y hasta septiembre si se cuentan los meses de vacaciones de verano). Desde septiembre de 2020 por supuesto, ha habido cierres de centros y aulas, así como miles y miles de cuarentenas, pero no cierres de todo el sistema educativo. En otros países sí.

Tanto la anterior ministrar de Educación, Isabel Celaá, como la actual, Pilar Alegría, han asegurado todo este tiempo que esto suponía un hito importantísimo para el sistema educativo español. Tal vez la investigación realizada por la Fundación Cotec junto a EsadeEcPol (el Centro de Políticas Económicas de Esade) pueda dar la razón, al menos en parte, a estas afirmaciones.

Ambas instituciones han contado con los datos de las evaluaciones que realiza el Instituto Vasco de Evaluación Educativa, una entidad del Gobierno vasco que realiza importantes informes sobre el estado de salud de su sistema educativo. Elaboran pruebas censales en 4º de primaria y 2º de ESO, con seguimiento del alumnado, con preguntas iguales para poder comparar a lo largo del tiempo y siempre hechas por personal externo a los centros educativos.

Con estas cifras han llegado a la conclusión de que el alumnado español ha sufrido una cierta pérdida de aprendizajes equilavelante, en algunos casos, al 20% de un curso lectivo. De media, a un 13% de dicho curso. A pesar de que no es poco, al comparar con los otros tres estudios hechos en diferentes países más allá del confinamiento (Dinamarca, Alemania y Brasil), la perdida de aprendizaje es menor en España. La clave, así lo entienden los investigadores como Lucas Gortázar, de EsadeEcPol, uno de los cuatro que firman el estudio, se encuentra en el hecho de que no se hayan cerrado las escuelas. Pero no solo.

Además de esta continuidad en la presencialidad a partir de septiembre, que podría relazionarse con otro proceso que se da todos los veranos y es el de la perdida de aprendizajes que rápidamente se recuperan en el momento en el que se retoman las clases, habría un elemento más, el de la «compresión de los aprendizajes». El hecho de que durante el confinamiento y en la reapertura del curso pasado hubiese una apuesta importante por ir a los contenidos mínimos y básicos ha tenido sus efectos positivos, aunque también contradictorios.

Por una parte, el alumnado que tenía peores resultados antes de la pandemia ha podido sostener su aprendizaje sin sufrir una pérdida este tiempo. Gortázar cree, como el resto de los compañeros de investigación, que esto se debe a esa compresión de los aprendizajes. Pero al mismo tiempo que se producía este efecto, había otro, que el alumnado que antes del confinamiento tenía mejores rendimientos perdía más aprendizajes al comparar sus resultados en las evaluaciones con el alumnado de su mismo año de la evaluación anterior.

Para realizar la investigación se han tenido en cuenta dos puntos diferentes: la evaluación que el Gobierno vasco realizó en marzo de 2021 a alumnado de 2º de ESO y 4º de primaria y la comparó con la evaluación que se realizó dos años antes, en 2019. La comparación entre ambas es la que refleja esa pérdida de aprendizajes.

Peor la pública

Los datos del alumnado de la escuela pública, aseguran los investigadores, son sustancialmente peores que los de la concertada. Eso sí, dice el informe que este resultado no tiene relación con el nivel socioeconómico ni del alumnado ni de la escuela en sí misma. A mismo nivel pública-concertada, la primera obtuvo peores resultados.

Preguntado Gortázar por este particular, asegura que no tienen información suficiente como para señalar una o varias razones unívocas. Pero sí plantean la hipótesis, apoyada en un informe previo realizado en Cataluña por el equipo de Xavier Bonal, sociólogo de la Universidad de Barcelona. Ambos creen que esta diferencia se debe a que la concertada ha estado más presionada este tiempo atrás, entre confinamiento y vuelta a la presencialidad, para mantener la relación estrecha con las familias y el alumnado. La posibilidad de perder estudiantes ante unas situaciones económicas muy inciertas para todas las partes, podría haber sid un acicate importante para la concertada a la hora de recuperar aprendizajes.

También señalan una mayor autonomía de los centros educativos para dar respuestas a los problemas y necesidades de su alumnado así como una mayor costumbre o posibilidad de llevar a cabo educación online.

Eso sí, señala el informe que también hay importantes diferencias dentro de la propia concertada, de manera que aquella con peores resultados previos a la pandemia tenía, ha perido aprendizajes, frente a la que tenía buenos resultados que no lo ha hecho.

Euskera y Matemáticas, peor

Las evaluaciones del ISEI-IVEI, así como los resultado de la investigación ahora publicada, toman en cuenta tres materias: Euskera, Matemáticas y Castellano. Las tres primeras son las que han salido peor paradas en esta pérdida de aprendizajes después de un año de pandemia. El castellano, sin embargo, se ha mantenido en el valor cero.

En este punto, así como en el de las razones para que la concertada salga mejor parada que la pública, no hay explicaciones claras. Comenta Gortázar que no han encontrado grandes diferencias de resultados entre los alumnos que hablan euskera o castellano en casa en estas pérdidas de aprendizaje. Es decir, que sus resultados han sido igual de buenos o malos independientemente del idioma que se habla principalmente en su casa.

En cualquier caso, Matemáticas y Euskera son las dos materias que se perciben como más complicadas y que, además, se aprenden fundamentalmente en la escuela. Además de que en el País Vasco, las matemáticas en secundaria se imparten en euskera.

Para Gortázar, más allá de que haya datos que podrían ser mejores, el hecho de que no haya habido una sangría en los aprendizajes, que las y los estudiantes con peores resultados hayan aguantado mejor el tirón estos meses o el uso de flexibilización y compresión curricular, son buenas noticias. Buenas noticias producto del no haber cerrado los centros educativos más allá del confinamiento de 2020.

Eso sí, lo malo de estos datos es que no son extrapolables a todos los territorios. Es presumible que hayan sucedido cosas parecidas en el resto de las comunidades autónomas, pero muy pocas administraciones se han tomado la molestia de realizar evaluaciones parecidas (Gortázar enumera Canarias y Cataluña, aunque insiste que el ISEI-IVEI «va 15 años por delante» del resto). Tampoco lo hizo en su momento el Ministerio de Educación y FP a pesar, recuerda el investigador, que personas y entidades se lo solicitaran.

Otra de las cuestiones que queda en el aire es que los datos que recoge el ISEI-IVEI con los que se ha elaborado el informe se refieren a primaria y, justamente, 2º de secundaria obligatoria, es decir, etapas y cursos en los que la presencialidad estuvo garantizada en todo el país. A partir de 3º y 4º de la ESO, cada territorio, cada centro, tuvo que hacer de su capa un sayo por la falta de recursos (materiales y humano), así como de espacios, para organizar las cosas: semanas, días u horas en casa porque no cabían todos los estudiantes al mismo tiempo fueron bastante comunes en buena parte del país. Ninguna adminsitración educativa ha recogido datos en este tiempo sobre los aprendizajes que se han perdido o no este tiempo en los últimos años de la ESO o en el bachillerato y la FP.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/03/16/la-apertura-de-centros-desde-2020-frena-la-perdida-de-aprendizajes/

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