España / www.lainformacion.com / 11 de Enero de 2017
España es el tercer país de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) que menos porcentaje del PIB destina a Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), con un 0,12%, sólo por delante de Eslovaquia y Polonia (0,10%).Así se desprende de los datos finales de 2015 cerrados por el Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la OCDE sobre asistencia a las naciones más pobres, que agrupa a los 28 principales países donantes del mundo, más la Comisión Europea.Según estos datos, recogidos por Servimedia, los países ricos destinaron en 2015 un total de 131.433 millones de dólares (125.910 millones de euros) a AOD neta, lo que representa un aumento del 6,6% en términos reales si se tiene en cuenta la inflación y la apreciación del dólar en Estados Unidos.La mayor parte de ese aumento se debió al incremento del gasto para refugiados después de una oleada de solicitantes de asilo en Europa. Los países donantes destinaron a este concepto alrededor de 12.100 millones de dólares (11.587 millones de euros), es decir, un 9,2% de la AOD total. Si se excluyen los fondos para los refugiados, la Ayuda Oficial al Desarrollo aumentó un 1,3% en 2015.Los principales países receptores de fondos de la AOD en 2015 fueron Siria (unos 4.900 millones de dólares), Afganistán (4.300), Pakistán (3.800) y Etiopía e India (3.200).La AOD de 2015 supone un 0,30% del PIB de los 28 países de la OCDE, el mismo que en 2014. Ajustando la inflación y la depreciación de muchas monedas de los países del CAD, la ayuda a los países más pobres ha aumentado en términos reales un 83% desde 2000, cuando se acordaron los Objetivos de Desarrollo del Milenio para reducir la pobreza en el mundo.LOS PAÍSES MÁS SOLIDARIOSEn cuanto a España, su aportación a las naciones pobres en 2015 fue de 1.397 millones de dólares (1.338 millones de euros), lo que supone un 0,12% del PIB, esto es, un 0,01% menos que en 2014.De esta forma, España es el tercer país por la cola de la OCDE en cuanto a la apuesta por la cooperación al desarrollo, sólo por delante de Eslovaquia y Polonia (0,10% del PIB) y empatada con Chequia (0,12%).Por el contrario, seis países de la OCDE alcanzaron o superaron el año pasado la meta de la ONU de destinar al menos un 0,7% de la renta nacional bruta a los Estados más pobres: Suecia (1,40%), Noruega (1,05%), Luxemburgo (0,95%), Dinamarca (0,85%), Países Bajos (0,75%) y Reino Unido (0,70%). España alcanzó su techo en términos absolutos en 2008, con 6.867 millones de dólares (0,45% del PIB), y en términos relativos en 2009, cuando destinó el 0,46% de la riqueza (6.584 millones) a los países más pobres.Entonces, España echó el freno a casi tres décadas de ascenso casi sostenido, desde los 162 millones de dólares de 1980 pasando por los 1.262 millones de 1991 (0,24% del PIB), año en el que entró a formar parte del CAD de la OCDE, a los 1.737 millones de 2001.Estados Unidos se mantiene como el país más solidario con las naciones más pobres del mundo, al destinar en 2015 un total de 30.986 millones de dólares a AOD, por delante del Reino Unido (18.545), Alemania (17.940), Japón (9.203), Francia (9.039) y Suecia (7.089). España está en medio de la tabla y ocupa el 13º puesto (1.397).La AOD aumentó en términos absolutos en 21 países entre 2014 y 2015, con los mayores incrementos en Suecia (+36,8%), Alemania (+27,0%), Austria (+26,5%), Eslovenia (+22,8%) y Países Bajos (+22,5%). Por el contrario, otros siete países recortaron en ayuda al desarrollo: Portugal (-15,5%), España (-11,6%), Bélgica y Estados Unidos (-7,3%), Finlandia (-6,0%), Australia (-3,6%) y Luxemburgo (-0,8%).
Cuánta desigualdad es demasiada? Cualquiera que sea la respuesta, será difícil salir bien librado. Lo mismo pensó la BBC de Londres (http://bbc.in/2iCouke), cuando en marzo del 2016 dio a conocer que el 10% de su población concentra el 40% de la riqueza. ¿Deberían sentirse aliviados porque en Estados Unidos el porcentaje se eleva a 50%? Evidentemente, NO.
En México, la situación es aún más crítica. De acuerdo con Oxfam México (http://bit.ly/2aopPHj), en nuestro país el 64.4% de la riqueza esta concentrada por el 10% de la pirámide poblacional.
¿Podemos pensar que las consecuencias de un problema de esta naturaleza se limitan a un solo ámbito de la vida pública? Lo dudo. Si tal es el caso, entonces la interrogante no se plantea en términos de justicia, sino respecto del impacto de esta realidad en la concretización de otros objetivos.
Tratándose del Derecho a Aprender de las niñas, niños y jóvenes (NNJ) en México, ¿la desigualdad afecta la garantía de su debido cumplimiento? La respuesta es sencilla: totalmente.
Garantizar un derecho significa contar con un mínimo indispensable asegurado. Suponer que la desigualdad que se respira en el país no trastoca este derecho, sería tanto como negar la necesidad de políticas públicas compensatorias, tan válidas como insuficientes. Reconocerlo implica asumir que el instrumento para combatir la desigualdad también está dañado y cada vez exige de intervenciones mayores, que se caracterizan por su inefectividad. No es un asunto de tamaño, sino de enfoque.
Los resultados del Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés) presentado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) el pasado 6 de diciembre en Londres, mostraron un sistema educativo incapaz de cumplir con el Derecho a Aprender de sus NNJ en México. Lejos de combatir la desigualdad, el sistema educativo la expande y la reproduce, al tiempo que entorpece las posibilidades para que la escuela enfrente con éxito los desafíos impuestos por su realidad más próxima (http://bit.ly/2hQucuj).
Mexicanos Primero (MP) cumple sus primeros diez años de vida durante el 2017. La mejor manera de celebrarlo es proponiendo. Si la conquista del Derecho a Aprender es progresiva, como cualquier otro derecho, entonces lo trascendente radica en mantener vigente la convocatoria, que lo alcanzado no sea parte del paisaje, ni figura de ornamento sin variedad entre los convocados ni variación en el alcance de lo esperado. Después de la modificación al Articulo 3ro Constitucional, ¿qué?
La indiferencia nunca ha convocado a nada. Es imposible seguir pasando de lado frente a esta realidad lacerante. La escuela enfrenta el reto de convertirse en el motor hacia la ruta de la equidad. En este camino se presentan por lo menos tres desafíos para el 2017:
1. La agenda pública. Impulsar el Derecho a Aprender desde la lógica de la inclusión implica ubicar a la persona en el centro del sistema educativo. Esto es, dejar de pensar en las escuelas como ladrillos, centros de trabajo o mecanismos de clientelismo corporativo y concentrar toda la posibilidad en el derecho que tienen los niños y jóvenes a SER sí mismos.
Cambiar las coordenadas de la discusión es el primer paso para una política pública de distinto orden, que plantea la equidad como meta en un punto determinado. El debate público no es sólo en términos de equidad para hablar sobre calidad educativa, sino sobre la urgencia de fortalecer las estrategias focalizadas, aunque con fechas previstas para su reemplazo. Sólo un sistema con una visión incluyente terminará por volver innecesaria la política compensatoria.
2. La política pública. Las modificaciones al Artículo Tercero Constitucional representan uno de los cambios más ambiciosos de los últimos tiempos en la transformación de nuestro sistema educativo. Si bien es cierto que ha enfrentado tropiezos y resistencias, lo elemental es concentrarnos en el “cómo SÍ” de su cabal implementación. Renunciar a esta oportunidad elimina de tajo cualquier viabilidad de un sistema educativo comprometido con la persona, además de evidenciar la incapacidad de un país por renovarse.
3. Generar espacios para nuevos actores: familias y maestros. Aprender es un proceso que se realiza en comunidad. Transformar es una exigencia capaz de realizarse mediante un esfuerzo de conjunto. Mandar a nuestros hijos a la escuela resulta insuficiente para garantizar su Derecho a Aprender. En MP creemos en la triple inclusión, una donde además de trayectorias completas y exitosas, se impulsa una trayectoria participativa. Esta última propone poner punto final al modelo de “escuelas sin sociedad”, en donde los niños y jóvenes participan de su proceso de aprendizaje. Sin el apoyo de las familias, los maestros y toda una red de apoyo, el esfuerzo es inviable.
2017 nos acerca a nuevos desafíos. Estamos en la antesala de la elección presidencial del 2018, en la que nuevas ventajas de oportunidad se abren para todos: para quienes están a favor de la transformación, como para quienes prefieren la inmovilidad. Desde MP celebraremos proponiendo la viabilidad de resguardar primero el Derecho de los niños y jóvenes a Ser SÍ mismos, su Derecho a Aprender.
España es uno de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) donde los centros educativos tienen menor autonomía. La mayor parte de las decisiones relacionadas con la escuela la toman los gobiernos regionales, mientras que los directores, los profesores y los consejos escolares apenas cuentan con margen para gestionar, innovar y establecer proyectos educativos propios.
Así lo indica la OCDE en el análisis de los datos del Informe PISA2015, en donde ha creado un Índice de Autonomía Escolar, entendido como el porcentaje de tareas en las cuales los centros tienen una responsabilidad considerable. Si la media de la OCDE llega al 71%, en España es del 57%. Ocupa el puesto número 31 de una lista de 35 estados y sólo está por encima de Italia, México, Turquía y Grecia.
Éste es uno de los países donde los directores disponen de menos capacidad para contratar a profesores (el 34%, frente al 70% de media de la OCDE); despedirlos (33% frente al 57%); fijar sus salarios (4% frente al 20%); subirles el sueldo (5% frente al 23%); seleccionar a estudiantes (29% frente al 75%) o determinar el currículo (15% frente al 27%). Son bastante autónomos, eso sí, cuando se trata de poner normas disciplinarias y fijar el presupuesto del centro.
En la misma situación se encuentran los consejos escolares y los profesores, quienes, en la práctica, sólo pueden decidir cuando se trata de escoger los libros de texto (91% frente al 81% de la media).
La OCDE dice que «obtienen mejores resultados aquellos alumnos que estudian en centros donde los directores y, por extensión, los profesores han disfrutado de mayor autonomía para gestionar la escuela». Por contra, «logran peores notas cuando el Gobierno se encarga de todo, especialmente del currículo».
La investigación se remite también al trabajo del profesor de la Universidad de Stanford Eric A. Hanushek, que advierte que la autonomía de los centros no siempre es efectiva: repercute de forma positiva en los sistemas educativos que lo hacen bien, pero perjudica a los que lo hacen mal. Sus ventajas, en definitiva, dependen de cómo de preparados estén los centros -y, sobre todo, los directores- para usar su libertad de forma responsable y para rendir cuentas. Pero la OCDE la aconseja porque la escuela «conoce las necesidades de los estudiantes mejor que los altos cuerpos administrativos».
La Lomce, en teoría, daba más autonomía
No deja de ser paradójico que los datos de la OCDE saquen los colores a España en este asunto, cuando uno de los objetivos de la Ley Orgánica para la Mejora Educativa (Lomce) era, precisamente, que colegios e institutos ganaran en autonomía.
Distintas fuentes educativas señalan que se trataba de «una aspiración» del Gobierno que «finalmente no se ha podido realizar», tal y como reflejan los datos de PISA. El estudio de la OCDE no aprecia un incremento significativo de la autonomía de los centros entre 2009 y 2015; es decir, entre antes y después de la aprobación de la Lomce.
La reforma educativa del PP permite a los centros impartir las asignaturas que consideren oportunas, pero los directores denuncian que, «en la práctica, no hay sitio en la programación para hacerlo, porque el currículo está muy marcado».
El Ejecutivo insiste, sin embargo, en que las escuelas tienen ahora más margen de actuación. Incluso atribuyen a esta circunstancia el progreso de los alumnos españoles de 10 años en las pruebas internacionales TIMSS. «La clave de la mejora ha sido la introducción de una nueva ley educativa que ha pretendido atender la diversidad. La Lomce ha insistido en la autonomía de los centros, una de las claves para adaptar el sistema educativo a esos alumnos. La clave es la profesionalidad del profesorado, con autonomía para adaptar los currículos», dijo hace unas semanas José Luis Blanco, director general de Evaluación y Cooperación Territorial del Ministerio de Educación.
«La autonomía es insuficiente»
«No es verdad que la Lomce haya aumentado la autonomía de los centros. Simplemente quita competencias al consejo escolar y se las da al director, pero no son muy significativas», objeta Alberto Arriazu, presidente de la Federación de Asociaciones de Directivos de Centros Educativos (Fedadi).
En su opinión, la escuela debería tener «una mayor capacidad» para poner en marcha proyectos propios y «seleccionar el personal». «Pero es muy complicado hacerlo, porque no tenemos responsabilidades. Un ejemplo: si, como director, decido que todos vamos a modernizarnos y formarnos en nuevas tecnologías y un profesor se niega, no puedo hacer absolutamente nada al respecto».
Nicolás Fernández Guisado, presidente del sindicato de profesores Anpe, coincide en que «la autonomía es aún muy insuficiente». «Existe una actuación todavía muy intervencionista por parte de la Administración», señala. Y apunta que «uno de los pilares del pacto educativo pasa por la autonomía organizativa, pero también por la selección del profesorado o la movilidad de los docentes», cuestiones que durante décadas han estado arrinconadas en la agenda educativa.
«En algunos países, los directores tienen amplios poderes para desarrollar su misión, y son elegidos directamente por la Administración. Creo que éste era el espíritu de la Lomce», expresa Antonio Cabrales, profesor de Economía de la University College London. «Pero España tiene un problema brutal de falta de confianza en la Administración y los profesionales tienen miedo de que les coloquen comisarios políticos en el centro, y quizá con buen motivo».
¿Qué fórmulas podrían aplicarse en España para lograr más autonomía de forma responsable? «Yo creo que lo primero es recuperar un clima de diálogo entre el profesorado y las consejerías, y luego ir experimentando con distintos sistemas que conjuguen autonomía y rendición de cuentas. No va a ser fácil, pero es la única vía», responde Cabrales.
América del Norte/México/07.01.2017/Autor y Fuente: http://www.snte.org.mx/
PISA es un estudio comparativo de evalución de los resultados de los sistemas educativos, coordinado por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), su propósito es conocer el nivel de las habilidades necesarias que han adquirido los estudiantes para participar plenamente en la sociedad, centrándose en dominios claves como Lectura, Ciencias y Matemáticas.
¿Qué dice la OCDE con PISA?
1. En relación con los puntajes nacionales promedio, hace referencia a la posición que ocupa un país en comparación con otras naciones y economías, así como a la distancia que los separa.
2. Permite apreciar las brechas en el rendimiento académico en lo relativo a las diferencias entre estudiantes de alto y bajo desempeño en cada país.
3. Habla de los porcentajes de estudiantes que logran ubicarse en cada uno de los niveles de desempeño definidos para las distintas competencias evaluadas.
4. Mide el impacto que tiene el nivel socioeconómico de los estudiantes en su rendimiento académico, lo que es un indicador del grado de inequidad educativa de cada país.
5. Permite apreciar el progreso educativo de un país a lo largo del tiempo en términos de las tendencias de aprendizaje.
¿Cuál es la postura del Internacional de la Educación (IE) frente a los resultados de la prueba PISA 2015?
El informe PISA de la OCDE de 2015 contiene un abanico de propuestas sólidas y positivas en materia de equidad, de alumnado desaventajado y de promoción de la enseñanza de las ciencias, pero adolece de una argumentación coherente sobre la necesidad de una política docente positiva.
«En el último informe PISA de la OCDE abundan las afirmaciones sobre la importancia que tiene para los países contar con sistemas públicos educativos sólidos y próspero”, señala Fred Van Leeuwen, Secretario General de la IE.
No obstante, Van Leeuwen admite su decepción con las conclusiones y el tono del informe con respecto a la utilización de los recursos para las escuelas: «Un mayor gasto público en educación no siempre condujo a mejores resultados. Esto contradice directamente la necesidad de recursos suficientes. Los mejores expertos en recursos son los propios docentes”, afirma, y lamenta la ausencia de la voz de los docentes en esta edición de PISA.
¿Cuál es la postura del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) al respecto?
Por su parte, el Presidente Nacional del SNTE, Maestro Juan Díaz de la Torre señaló que los maestros «están cumpliendo con sus responsabilidades convencidos de que el trabajo conjunto es la clave para triunfar y desde ahí, se están realizando acciones concretas” y que, «mejorando su desempeño es como los maestros están contribuyendo a la educación y defendiendo su profesión”.
¿Qué analiza el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE)?
Con el Informe «México en PISA 2015”, el INEE realiza las siguientes recomendaciones en materia de política educativa.
Seguir aumentando la oferta de ese tipo educativo, pero no con opciones de bajo costo y menor calidad, para que las carencias de la escuela no refuercen a las del hogar. Implica aumentar significativamente el gasto público en EMS.
· Atacar el problema del rezago escolar y la deserción temprana.
· Mejorar la infraestructura básica de los centros escolares.
· Incrementar el equipamiento informático y de conectividad a Internet de las escuelas y planteles.
· Reducir el número de alumnos que debe atender cada docente para mejorar la instrucción, la asesoría y la retroalimentación que recibe cada alumno.
· Compactar las horas que los docentes tienen contratadas en un mismo plantel, de forma que puedan estar más cerca de las necesidades de sus alumnos y de la institución en la que trabajan.
Por lo que toca a los problemas relacionados con las prácticas educativas que realizan los docentes mexicanos, señala, entre otras recomendaciones:
· Se ofrezcan opciones diversificadas y pertinentes de formación y actualización de docentes en servicio.
· Opere en todos los centros educativos el Servicio de Asesoría Técnica Escolar (SATE).
· Se asegure que la evaluación docente se vuelva realmente un factor que contribuya a mejorar la calidad educativa, y sea percibida así por los maestros.
· Dar prioridad a una profunda reforma de la formación inicial y las actividades de desarrollo profesional para maestros en servicio, con base en lo que aporta la investigación al respecto, para que el mayor número posible de docentes de educación básica y media superior tenga la capacidad necesaria para que sus prácticas propicien el aprendizaje de las competencias para el siglo XXI.
Es necesario también un gran consenso en pro de la calidad educativa que debe basarse en una postura que valore lo positivo y lo negativo en forma equilibrada para evitar lecturas extremas no sustentadas; siguiendo la propuesta de un experimentado educador latinoamericano:
(Bitar, 2011).
Bibliografía:
Bitar, S. (2011). Cómo construir consensos en educación. En C. Larroulet y P. Montt (eds.),
El acuerdo en educación: Lecciones para el futuro. Santiago de Chile: U. Diego Portales e
Estancamiento es quizá la palabra más adecuada para describir la situación en la que está Uruguay en la educación.
Seguirán por algunos días las repercusiones de las pruebas PISA 2015, de las idas y venidas, de las mejoras y de los retrocesos, y sobre todo del estancamiento, quizá la palabra más adecuada para describir la situación en que se encuentra Uruguay respecto de sí mismo y de los demás países que participan del examen.
Algunos dirán que nos conviene retirarnos de las pruebas PISA y evitarnos así el bochorno trianual. Otros minimizan su importancia. Lo cierto es que, tomado a lo largo del tiempo, es un buen instrumento para comparar la evolución de nuestra educación con otros países y con nosotros mismos, y para determinar caminos futuros de acción.
Según un estudio del BID, para Uruguay es «inalcanzable» llegar al promedio de los países de OCDE en las pruebas PISA (lo mismo dice para Chile, Brasil, Costa Rica y México).
El dato tiene una nota de pesimismo, pues en 2012 el BID había dicho que a Uruguay le llevarían «20 años alcanzar el promedio PISA». Ahora ya no tenemos ni chance. Y ello debido a que casi la mitad de los jóvenes escolarizados no cuentan con las capacidades para vivir en el siglo XXI o, por decirlo de otra manera, en la sociedad moderna.
Sin embargo, el estancamiento no puede ser considerado como una condena a la desesperanza. El ranking de los líderes en las pruebas PISA suele variar muy poco y siempre están países asiáticos (Singapur, Hong Kong) o nórdicos como la llevada y traída Finlandia. Pero en el medio de la tabla sí hay movimiento y hay dos países que merecen que se les preste atención: Estonia y Portugal.
Estonia ya comienza a jugar en las grandes ligas y compite con Japón, Canadá y supera a Finlandia en ciencias, área tradicionalmente dominada por los finlandeses. ¿Será que a los países nórdicos se les da bien el estudio porque hace frío y los chicos se quedan en casa o será porque tienen políticas públicas de largo plazo que incentivan la mejora? Los países bálticos hace 30 años no eran ejemplares y se debatían por conseguir su independencia. Ahora se centran en mantener la excelencia educativa.
Quizá más llamativo sea el caso de Portugal. En 2015, supera claramente la media de la OCDE cuando 10 años atrás estaba claramente por debajo. Ejemplo claro de que «sí, se puede». Y en ciencias, supera a potencias como Francia, Austria, Italia o España, y se compara con países avanzados como Dinamarca y Bélgica. Y más llamativo aún es que ese progreso se hizo en una época de enormes dificultades económicas por la crisis financiera del 2008 y sus secuelas de ajuste del gasto público.
De hecho, en Portugal la mejoría se consiguió pese a que se redujo el gasto público por estudiante como consecuencia de las políticas de ajuste que tuvo que llevar a cabo la nación lusitana para no hundirse financieramente y continuar dentro de la UE.
Estonia no ha reducido su gasto educativo pero tiene los mismos resultados que Dinamarca, cuyo gasto por estudiante es el triple.
De ahí la insistencia del informe PISA: el aumento del gasto en educación es importante para alcanzar un nivel mínimo de exigencia, pero por encima de ese nivel no hay relación clara entre aumento de gasto y desempeño educativo.
Estos ejemplos son buenos para que no tiremos la toalla y sepamos que llegar al promedio PISA no es una utopía ni algo inalcanzable, como sostiene el BID extrapolando los resultados en los últimos tres o seis años.
Es algo que está a nuestro alcance. Depende sobre todo de la voluntad política de mejorar la educación pública, algo que en los últimos tres gobiernos ha estado presente en las palabras pero no en los hechos.
Y que está a nuestro alcance es algo que han demostrado los liceos privados que trabajan en la cuenca de Casavalle y en otros lugares de contexto social crítico.
Ahora, esa meta sí es imposible de lograr si seguimos jugando a las escondidas, a que no se puede mejorar por algún factor genético desconocido, o si seguimos haciendo trampas al solitario como ocurrió con el Codicen a la hora de comparar los resultados y echar campanas al vuelo para marcar una mejora que no existió.
Lo que existió y seguirá existiendo, hasta que alguien se anime a poner a la educación como prioridad nacional, es la mediocridad. Estamos mal, vamos empeorando, pero igual somos con Chile los mejores de América Latina.
Razonamiento nefasto que solo conduce al retroceso. Algo que ya no se puede tolerar más, como la violencia en el fútbol. Pero si no tomamos el tren de las reformas con rapidez, seguro que la proyección del BID será una triste realidad que afectará a quienes vienen detrás de nosotros. Y ello no tendría perdón.
Turquía fue incorporada por la OCDE entre los países con altos ingresos.
El Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE), declaró que Turquía y algunos otros países con ingresos medianos pasaron a la categoría de países con ingresos altos.
La OCDE indicó en su informe 2017 de las Perspectivas sobre el Desarrollo Global que hubo cambios en el nivel de ingresos de algunos países.
En el informe se destacó que la diferencia se produjo por las diferencias del bajo crecimiento en los países desarrollados y del alto crecimiento registrado en los países en vías de desarrollo.
Turquía se incorporó en el informe en la lista de los países de un “Crecimiento Alto y Sostenible”.
También China, Colombia, Costa Rica, Indonesia, Kazajistán, México y África del Sur, que eran países con ingresos medianos en 2015, se agregaron a esta lista.
En el informe 2017 de las Perspectivas sobre el Desarrollo Global también se llamó la atención los gastos que Turquía hizo pata los refugiados sirios.
Europa/Portugal/26 Diciembre 2016/Fuente: La Vanguardia
El primer ministro luso, António Costa, dijo hoy durante su mensaje de Navidad que el «verdadero déficit» de Portugal respecto a otros países es el conocimiento y defendió que la apuesta por la educación debe ser una prioridad.
En su segundo mensaje navideño como jefe de Gobierno, Costa dejó de lado el tono político que centró su discurso el año pasado para ofrecer un mensaje dedicado casi por completo al tema de la educación desde una escuela infantil de Lisboa, en lugar de su residencia oficial, como es habitual.
«Nuestro mayor y verdadero déficit, cuando comparamos Portugal con los otros países europeos, es el del conocimiento», defendió el socialista.
El primer ministro resaltó los resultados obtenidos por los alumnos portugueses en el ultimo informe PISA, que mostraron una mejora significativa respecto a ediciones anteriores y colocaron a los estudiantes por primera vez por encima de la media de la OCDE.
Estos resultados «revelan el éxito del esfuerzo, la dedicación y la calidad de alumnos, educadores y profesores» y la inversión realizada en la cultura, la educación, la ciencia y la formación, «para vencer este atraso histórico» de Portugal respecto a otros países.
«Los niños deben estar todos los días en el centro de nuestras preocupaciones y su educación tiene que ser la primera de nuestras prioridades, como familias y como sociedad», dijo Costa, que resaltó que el conocimiento «es la clave del futuro».
Por ello, subrayó que la escuela pública es «la garantía universal de una educación de calidad» y destacó algunas medidas impulsadas por su Gobierno en el primer año de legislatura, como los nuevos modelos de evaluación en el sistema educativo.
Costa refirió también que la inversión en la educación y la ciencia permite tener una ciudadanía «más exigente y formada», así como «mejores empleos, empresas más productivas y una economía más competitiva».
En ese sentido, señaló que la precariedad laboral es «el mayor enemigo de una mejor economía» y apeló a los esfuerzos para que los jóvenes portugueses, cada vez más preparados, «no se vean obligados a emigrar».
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