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PISA 2015 y el “nuevo aliento” del oxidado discurso

Por: Mauro Jarquin

A partir de la presentación y discusión de los resultados de México en el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) 2015, ejecutada por la OCDE, la problemática educativa en nuestro país ha sido nuevamente objeto de interés, principalmente por aquellos fervientes militantes de la —llamada—Reforma Educativa en curso. Distintas voces oficiales y oficialistas han salido a la palestra para, aprovechando los pésimos resultados nacionales, argüir la urgencia de implementar con “eficacia” y “contundencia” cada uno de los puntos de la Reforma, desde la profesionalización del magisterio (dígase evaluación punitiva) hasta la aplicación del Modelo Educativo 2016, el cual, dicho sea de paso, ha sido ampliamente criticado por su falta de coherencia, su nula articulación con la política implementada por el Gobierno Federal y por supuesto, el autoritarismo con el que se ha impuesto a la comunidad escolar.

Posiblemente el más extasiado con PISA 2015 sea Claudio Xavier González, el líder moral y presidente de la asociación civil-patronal Mexicanos Primero, quien, para no perder la gran oportunidad, ha hecho gala de sus profundos conocimientos teóricos sobre educación, así como de la realidad que nuestros estudiantes y profesores viven cotidianamente al llevar a cabo sus prácticas pedagógicas y labores docentes. El ya mencionado empresario, expresidente de Fundación Televisa y promotor de los planteamientos educativos de la OCDE, publicó unas reflexiones generales a propósito de los resultados internacionales que México obtuvo, las cuales pueden encontrarse en la web con el título “ PISA: ¡Adelante la Reforma!”[1]. Después de leer la masa compacta de enunciados ideológicos que expone González, he considerado pertinente realizar algunos comentarios.

En primer lugar, creo que el título por el que ha optado el líder de Mexicanos Primero no es fortuito, en absoluto. Los resultados internacionales en pruebas estandarizadas se han convertido en algo más que un referente del estado de la educación en nuestro país, pasando a ser un auténtico fetiche en la discusión pública sobre la educación; para el bloque de la reforma, los números de PISA tienen la capacidad intrínseca de explicarnos el qué y el por qué de los problemas en nuestro sistema educativo. Tal vez por ello la burocracia educativa construya sus políticas más enfocadas a las necesidades y propuestas de la OCDE que a las de nuestro propio pueblo.

Los números y el ranking publicado por la OCDE se han convertido en el leitmotiv del discurso empresarial y del oficialismo. En este sentido, aumentar el puntaje mexicano en PISA se torna el objetivo fundamental de la transformación educativa, y no así la atención integral de la amplia gama de problemas que tiene nuestro sistema educativo nacional. En pocas palabras, parece que para los empresarios y el Gobierno Federal, el problema educativo mexicano se resume a elevar el puntaje en un ranking internacional.

Anteponer los resultados de PISA a una lectura sensata de las necesidades concretas de la educación mexicana ha sido una jugada constante de los líderes de Mexicanos Primero. Ellos  saben que su discurso globalizante no tiene los pies en la tierra, y por ende, tampoco en los espacios escolares. Más aún, comprenden que la Reforma Educativa, que en gran medida ellos impulsaron, está herida de muerte, al construirse sobre el aire, y de arriba para abajo. Es menester para ellos, pues, recurrir a lo que se ha convertido su principal ariete para intervenir en el futuro de nuestra educación pública.

Llama la atención que, aquellos que toman los resultados de PISA como un fundamento que la política educativa debería tener, intenten culpar de todos los males al sistema educativo nacional, a las escuelas y principalmente a los docentes. La misma prueba indica que: “ Si un país puntúa más que otro no se puede inferir que sus escuelas sean más efectivas, pues el aprendizaje comienza antes de la escuela y tiene lugar en una diversidad de contextos institucionales…” Es decir, las “aptitudes” que mide PISA, no se enmarcan en una dinámica escolar, sino también se refieren a las posibilidades de desarrollo cultural, cognoscitivo y académico que un contexto social determinado permite.

En un país con índices tan altos de marginación y pobreza, y por ende con una disponibilidad tan precaria de capital cultural entre la población —la cual encuentra entre sus más importantes “educadores” a un duopolio televiso de contenidos francamente aberrantes— es, cuando menos, un descaro culpar a las escuelas y a los docentes del “desastre educativo” nacional.

No obstante lo anterior, los promotores de la Reforma siguen pretendiendo tratar al tema educativo como si fuera una variable independiente de la vida social, buscando encontrar en la educación el motor del desarrollo económico y la prosperidad. De esta forma, González afirma que, con respecto a los países y provincias de oriente lejano, “su eficacia educativa les asegura seguir gozando de niveles superiores de vida y de actividad económica.” En el mismo sentido, afirma que “La falta de preparación de la juventud latinoamericana […] explica en parte su altísimo nivel de desigualdad y su falta de movilidad social. La carencia de educación de calidad es el Talon de Aquiles de nuestra región”.

A la luz de lo anterior me pregunto… ¿es realmente la calidad educativa ese “Talón de Aquiles” la condicionante que no permite el desarrollo regional? ¿O acaso la educación es el chivo expiatorio con el cual, aquellos beneficiados por el capitalismo dependiente latinoamericano, buscan evitar discutir en serio las limitantes estructurales de nuestra sociedad? Personalmente opto por lo segundo. Si a estas personas (y a los grupos de élite de la burguesía nacional que representan) les interesara en verdad el desarrollo social en nuestro país, podrían comenzar por remunerar la fuerza de trabajo local de una manera digna, para así poder tener acceso a servicios y contenidos culturales que ahora le son prácticamente imposibles a un gran porcentaje de la población nacional. Digo, posiblemente también podrían dejar de presionar al Estado para que éste disminuya cada vez más su gasto público en salud, educación, etc., destinando esos montos, por ejemplo, al pago de la deuda externa.

Quizás, si les interesara realmente la falta de desarrollo en nuestra sociedad, podrían desistir de achacar cierto subdesarrollo cognitivo a nuestros jóvenes, y entender por qué las “competencias propias del siglo XXI” no han sido aprehendidas en nuestra sociedad. Creo que de hacer un examen más consciente de ello, podrían encontrar la respuesta ya no en la culpade los docentes mexicanos —de los cuales más del 80% ha sido catalogado como “apto”—,  sino en el contexto social, político y económico tan violento y permeado de miseria que nuestras escuelas enfrentan día con día. No obstante, sé que no lo harán, porque lo que buscan no es conocer, es imponer; en sus formas no se encuentra el escuchar, ellos señalan y persiguen, para después condenar a quienes representan una resistencia a su proyecto político.

Al final de su texto, “el mentor” Claudio X. dice que: “la batalla para transformar nuestro sistema educativo apenas comienza”, lo cual es del todo una mentira[2]. Esta lucha no es nueva, porque la lucha por la educación en México siempre ha estado vinculada a una correlación de fuerzas específica en un momento específico, y es de recordar que en este momento, aún con la violencia estatal y la campaña negra de los medios de comunicación en contra del magisterio, la comunidad escolar está avanzando y los maestros organizándose.

Sigue tú, Claudio, con tus rankings internacionales y tus dogmas neoclásicos sobre “economía de la educación”. Continúa venerando al fetiche de los números en cuantos espacios pueda tu organización gestionar… total, al final de cuentas, tanta demagogia tiene su propio “Talón de Aquiles”, y para encontrarlo, basta con mirar a la ventana.

[1] PISA: ¡Adelante la Reforma!, disponible en: http://www.educacionfutura.org/pisa-adelante-la-reforma/

[2] Véase: La lucha por la hegemonía educativa en México. Una lectura, en: http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/153295

 

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/pisa-2015-y-el-nuevo-aliento-del-oxidado-discurso/

 

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México, el país de la OCDE donde más bajó el paro en octubre

México / www.efe.com / 14 de Diciembre de 2016.

El paro en el conjunto de la OCDE bajó una décima en octubre para quedarse en el 6,2 % de la población activa, y México fue el país miembro donde esa caída fue más pronunciada en términos relativos, de tres décimas hasta el 3,6 %, según los datos presentados hoy.

México tenía así una de las tasas de desempleo más bajas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), ya que únicamente se registraron cifras inferiores en Islandia (2,9 %) y Japón (3 %), dos países donde no hubo cambios respecto a septiembre.

Fuente:http://www.efe.com/efe/america/economia/mexico-el-pais-de-la-ocde-donde-mas-bajo-paro-en-octubre/20000011-3122200

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México ocupa el ultimo lugar en educación según la OCDE.

América del Norte/México/13.12.2016/Autor y Fuente: http://www.cdnoticias.com.mx/

En México, las tasas de matriculación en educación media superior y el porcentaje de población que ha alcanzado dicho nivel educativo ha aumentado, pero los niveles aún son bajos comparados con otros países de la OCDE y países asociados.

De 2005 a 2012 la población de 25 a 34 años en México que habían alcanzado la educación media superior aumentó en 8 puntos porcentuales, de 38% a 46%. No obstante, este porcentaje es mucho menor que el promedio de la OCDE de 83%. Sólo uno de tres adultos de 25 a 64 años de edad terminó ese nivel de educación.

México está aumentando el nivel de adolescentes de 15 a 19 años que están en educación: del48% al 54% entre 2005 y 2013. A pesar de este aumento, en 2013 México fue uno de sólo dos países de la OCDE y asociados (el segundo fue Colombia) donde menos de 60% de los jóvenes de 15 a 19 años estaban inscritos en el sistema educativo.

Los adultos con niveles educativos más altos tienen más probabilidades de estar empleados que los adultos con menos educación. Además, los ingresos relativos de los graduados aumentan con el nivel educativo, y esto sucede en México aún más que en la mayoría de los países de la OCDE.

Sin tomar en cuenta el grupo de edad, las tasas de empleo son de 5 a 9 puntos porcentuales más altas para los adultos con educación terciaria que para los adultos con sólo educación me media superior, quienes, a su vez, tienen tasas de empleo de 6 a 12 puntos porcentuales más altas que las de aquellos cuyo nivel más alto de logro educativo es menor que la educación media superior.

Fuente: http://www.cdnoticias.com.mx/articulos/mexico-ocupa-ultimo-lugar-educacion-segun-la-ocde

Imagen: http://www.cdnoticias.com.mx/contenido/uploads/2016/12/06/educacion-mexico-3.jpg

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La preocupante realidad educativa.

Por: Cesar Calvar.

Estancada. Así está España en materia educativa, según corrobora el último informe PISA. El estudio de la OCDE que mide la eficacia de los sistemas formativos de más de 70 países a partir de pruebas realizadas a alumnos de 15 y 16 años en ciencias, matemáticas y comprensión lectora, constata que llevamos quince años de viaje a ninguna parte a pesar de las tres reformas y contrarreformas legales impulsadas en ese período. O quizá por culpa de ellas.

Un año más, el informe dibuja un país incapaz de alcanzar los 500 puntos consensuados como la frontera que separa a los estados que salvan la cara de los que enrojecen de vergüenza cuando se publican los resultados. Se mire como se mire, en educación no tenemos consuelo posible, ni siquiera podemos decir aquello de menos mal que nos queda Portugal: nuestros vecinos estaban peor que nosotros cuando empezaron a participar en el estudio, pero desde entonces han registrado una espectacular mejora de treinta puntos y ya nos superan en las tres materias a examen. Aquí, seguimos repitiendo curso.

En estos tres lustros nuestros políticos han intentado dulcificar las malas notas con pretextos tan peregrinos como echar la culpa al creciente número de alumnos inmigrantes -una realidad que afecta por igual a todos los países desarrollados- o a la presencia de repetidores entre los examinados. Esta vez, sin embargo, hemos asistido a una sorprendente exhibición de triunfalismo del ministro de Educación, que consideró el resultado “muy satisfactorio” porque España, dijo, “rompe la brecha educativa y se sitúa por primera vez en la historia al nivel de los países más avanzados”.

Lo que no nos contó el ministro es que en realidad España sigue, con 493 puntos, anclada en sus niveles de siempre y si esta vez supera la media de la OCDE y se codea en el ranking con Estados Unidos, Francia, Rusia, Austria, Noruega o la República Checa no es por mérito propio sino porque la media de esos países ha empeorado. La autocomplacencia de Íñigo Méndez de Vigo me recuerda a la de un amigo mío cincuentón que cuando sale a ligar vuelve muy feliz porque la mayoría de los hombres que hace 30 años eran guapos y populares entre las chicas hoy están calvos, pesan más de cien kilos y no se comen una rosca. Y claro, cuando la calidad de la competencia baja el que ha mantenido el tipo aumenta sus posibilidades.

El informe PISA publicado el martes, en coincidencia con la también autocomplaciente fiesta de la Constitución, constata otras dos realidades preocupantes que los expertos deberán analizar para diseñar nuestro enésimo modelo educativo del futuro: por un lado, la brecha educativa que se ha abierto en España entre comunidades autónomas, equivalente a casi un curso y medio entre las que salen mejor y peor paradas. Por otro, que a nivel global hay una serie de países de Asia que ya nos superan a los europeos en la formación de las nuevas generaciones.

A escala doméstica me parece un error buscar el origen de la desigualdad educativa en el color político de los gobiernos autonómicos. Los resultados sugieren que las diferencias entre regiones tienen más que ver con la situación geográfica y la renta per cápita: salvo en el extraño caso del País Vasco, la actual brecha educativa interior es también una ruptura entre norte y sur, entre ricos y pobres. Consensuar un modelo de calidad que garantice una mayor equidad en la asignación de fondos para formar a todos nuestros jóvenes independientemente de donde residan es el principal desafío para un país que, a falta de riquezas naturales, tiene como principal recurso a su gente.

Y en relación con los campeones asiáticos, no se equivoquen: Singapur, Japón y Corea del Sur lideran ahora los índices, pero sus modelos educativos autoritarios y semiprivados, basados en jornadas interminables de diez y doce horas que agotan y roban la infancia a los niños, no son mejores que el sistema público deFinlandia, el gran referente europeo, donde los escolares van a clase cuatro horas al día, apenas hay deberes, la base del aprendizaje es lúdica, inclusiva, participativa y democrática, los profesores están bien formados y pagados, disponen de buenos medios y gozan de gran prestigio social. Ojo pues con lo que imitamos a la hora de reformar. No conviene caer en enfoques cortoplacistas que pueden retrotraernos a fórmulas pasadas y empeorar la vida de nuestros niños.

Fuente: http://www.estrelladigital.es/opinion/cesar-calvar/preocupante-realidad-educativa/20161208183831307021.html

Imagen: http://cdn01.ib.infobae.com/adjuntos/162/imagenes/014/557/0014557566.jpg

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Colombia: Santos promete aumentar un 57% la cobertura de educación superior.

América del Sur/Colombia/13.12.2016/Autor y Fuente: http://www.nodal.am/

Al destacar los resultados de las pruebas PISA, el jefe de Estadogarantizó 30.000 mil aulas para implementar la jornada única.

El presidente Juan Manuel Santos en alocución y al resaltar los resultados de las últimas pruebas PISA, que considera las más rigurosas a nivel mundial en materia de calidad de la educación, y que practica la OCDE realizó algunos compromisos para lograr mejorar los indicadores en esta materia.

Teniendo en cuenta que los índices del país no llegan a los estándares mínimos establecidos por la OCDE, el jefe de Estado reconoció que “falta mucho por hacer”.Es por esto que en materia de educación superior, si bien se subió del 37 % al 50 % en la cobertura, estableció que “nuestra meta es dejarla en 57 %”.

“Estamos duplicando el acceso de los jóvenes a instituciones de educación superior acreditadas por su alta calidad”, afirmó.

Se comprometió a que en 2 años habrá 40.000 jóvenes beneficiados en este programa, “quienes están cumpliendo ese sueño de ir a las mejores universidades sin pagar un solo peso por la matrícula”.

Otro de los retos será avanzar en la implementación de la Jornada única, aquí el Gobierno ha prometido más de 2,3 millones de niños, pero apenas a alcanzado los 500 mil.

Para esto “estamos construyendo más de 30.000 aulas nuevas de aquí a 2018.

Al ritmo que veníamos antes, habríamos tardado 80 años en hacerlas”.

Sobre los resultados de las pruebas PISA afirmó que “en las pruebas pasadas estábamos de penúltimos en la región. Sobrepasamos este año a países como México, Brasil y Perú y estamos de cuartos, muy cerca de Uruguay y Costa Rica (segundo y tercero) y acercándonos al puntero que es Chile”.

“Hoy, con estos resultados en el aprendizaje de nuestros jóvenes, se confirma que la educación de calidad si puede ser para todos”, puntualizó el jefe de Estado.

Fuente: http://www.nodal.am/2016/12/santos-promete-aumentar-un-57-la-cobertura-de-educacion-superior/

Imagen: http://www.nodal.am/wp-content/uploads/2016/12/1480961311_552298_1480961474_noticia_normal-750×350.jpg

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Los niños se aburren.

¿Y si además de evaluar y examinar probamos a preguntar y escuchar?

Por: José Ignacio Torreblanca.

Lo peor del debate educativo, se dice, es que todo el mundo tiene una opinión al respecto. Y claro, así es imposible ponerse de acuerdo.

Falso. Porque aunque todo el mundo opina con rotundidad a favor o en contra del informe PISA, las reválidas, el pacto educativo, el abandono escolar o la ratio ideal de alumnos por clase, nadie se ha molestado en preguntar a los niños qué es lo que piensan. No se les pregunta, se supone, porque son menores de edad cuya opinión no está formada, no es fiable o no importa, lo mismo da. Así que como ni son ciudadanos con derecho a voz y voto ni usuarios de un servicio público ni consumidores de un producto, ni el Estado ni el mercado ni la sociedad tienen interés alguno en conocer cuál es su experiencia de aprendizaje y a partir de ahí valorar qué cosas cambiar.
 De ahí que ignoremos un problema central de nuestro sistema educativo: que es enormemente aburrido. Porque se aburren los que aprueban, los que suspenden y hasta los que encuentran la disciplina y la concentración para sacar sobresaliente. Pregúntenles y lo comprobarán.

Cada día, en las aulas, volcamos enormes cantidades de contenidos sobre los niños con la esperanza de que, como quien riega una maceta, de esa inundación termine germinando algo. Con ello reproducimos el mismo sistema del que fueron víctimas sus profesores cuando se formaron, que también se pasaron horas y horas acumulando contenidos de forma pasiva para luego pasar una oposición memorística. De ahí que nuestros hijos parezcan pequeños opositores que por la mañana van a la academia a escuchar y tomar apuntes y por la tarde en casa los repasan y memorizan de forma mecánica. Y si lo repiten todo como papagayos, les ponemos sobresaliente y les damos una palmadita en la espalda. Y si no, les llamamos fracasados.

Lo peor es que muchos piensan que el nivel de aburrimiento cósmico que los niños padecen en las aulas no es un problema, sino una virtud, porque la educación es algo muy serio que por necesidad tiene que ser aburrida. ¿Y si además de evaluar y examinar probamos a preguntar y escuchar? ¿No hay un PISA del aburrimiento?

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/12/07/opinion/1481127996_234022.html

Imagen: http://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2016/12/07/opinion/1481127996_234022_1481132722_noticia_normal_recorte1.jpg

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Argentina: Las Pruebas Pisa por el piso.

América del Sur/Argentina/13.12.2016/Autor y Fuente: http://www.ctera.org.ar/

Desde CTERA históricamente hemos cuestionado los sistemas internacionales de pruebas estandarizadas y, especialmente, las pruebas PISA, que son coordinadas por una organización internacional económica que nuclea a los países más ricos del mundo y que, como fin último, pretende imponer un sistema capitalista global que hace permear las lógicas y las reglas económicas dominantes hacia los sistemas de educación, salud y seguridad social, entre otros.

Acerca de este tema, observamos que el día 6 de diciembre de 2016, las tapas de los principales diarios del país que responden al poder hegemónico dan cuenta de un hecho que pone en tela de juicio la supuesta infalibilidad y objetividad de las prueba PISA. Evidentemente, se trata de una reprochable y nefasta operación tejida entre el Gobierno de Mauricio Macri y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) a los efectos de deslegitimar la mejora en los resultados obtenidos por la Argentina.

A la hora de presentar dichos resultados -y no antes-, la OCDE argumenta que, producto de la reestructuración del nivel secundario en la Argentina, hubo una disminución significativa en la proporción de jóvenes de 15 años que formaron parte de la prueba, y que, por tanto, los resultados pueden no ser “comparables”. Por ello, los excluye del «ranking».

Evidentemente, se trata de una decisión tomada luego de muchas idas y venidas de los funcionarios del gobierno que evidentemente ya sabían con antelación que los resultados habían mejorado -a pesar de que los datos son “confidenciales” hasta el día de la publicación-.

No podemos dejar de preguntarnos si este tipo de “contactos reservados” que se establecen entre la OCDE y las autoridades de los ministerios de educación, también se dan entre la misma OCDE y los “gobiernos amigables” con políticas neoliberales para que, en estos países, “se llegue a buenos resultados”. Como es el caso tan referenciado de México, que es presentado por el poder hegemónico como un país del Continente con muy buenos resultados en PISA, pero que, sin embargo, mantiene los mayores índices de analfabetismo.

También nos preguntamos ¿por qué desde la OCDE igualmente recibieron la muestra, la analizaron, interpretaron, puntuaron y tabularon? ¿recién el día de la publicación de los “resultados” se dieron cuenta de que no era válida la muestra? ¿Qué “laboratorio” -de cualquier rubro que sea- decide analizar una muestra si sabe de antemano que el procedimiento de recolección ha estado viciado, es “defectuoso” o tiene errores? ¿O será que: una vez vistos los resultados, se tuvieron que tejer argumentos ad hoc para no tener que reconocer que, en países como la Argentina, donde se venían aplicando políticas populares de inclusión e igualdad e incrementando considerablemente el presupuesto educativo, igualmente se podían mejorar no solo la calidad educativa, sino también los resultados en pruebas de este tipo?

Tal como lo expresaba Adriana Puiggrós en su nota del diario Página 12, precisamente aquello que la OCDE considera “errores” no son otra cosa que las particularidades y cambios de los sistemas educativos de cualquier país. Específicamente en Argentina, los sistemas escolares han estado en procesos de cambio a partir de la implementación de la Ley de Educación Nacional, en la cual se redefine el nivel de educación secundaria, luego de un período en el que la misma había estado fragmentada en dos instituciones separadas, según las diferentes provincias. Hecho por el cual se redujo la cantidad de escuelas a ser tenidas en cuenta para la muestra. Evidentemente, la rigidez de los instrumentos que utiliza la OCDE no permite adecuación alguna frente a los cambios que se producen en el objeto que “miden”. Esta vez, los instrumentos aplicados en la Argentina chocaron contra la realidad: los sistemas educativos cambian y no pueden ser medidos siempre de un único modo, sino que se requiere tener en cuenta los procesos históricos y los contextos. “Evaluar como se debe la educación no admite la ´instantánea´ sino que requiere el análisis de una película”.

ARGENTINA 2006 2009 2012 2015
Ciencias 391 401 406 432
Matemática 381 388 388 409
Lengua 374 398 396 425

                   Fuente: OCDE, PISA.

Así dan los números de PISA que reflejan que la Argentina mejoró en los resultados de las pruebas. Pero desde CTERA seguimos sosteniendo que estos datos no dan cuenta de la realidad educativa en toda su complejidad, porque son limitados, reduccionistas, descontextualizados, jerárquicos, homogeneizantes y prescriptivos; en definitiva, colonizantes.

Hoy es necesario intervenir para la construcción de un proyecto político-pedagógico democrático, con inclusión, igualdad y respeto por la diversidad, y recién en ese marco definir un verdadero sistema de evaluación educativa que no quede reducido a lo que este gobierno hoy quiere imponer como un simple dispositivo de pruebas estandarizadas.

Fuente: http://www.ctera.org.ar/index.php/educacion/item/2493-las-pruebas-pisa-por-el-piso

Imagen: http://www.ctera.org.ar/media/k2/items/cache/feb00ae3fda016faf0ad16c0e9a373a6_XL.jpg

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