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México ocupa el ultimo lugar en educación según la OCDE.

América del Norte/México/13.12.2016/Autor y Fuente: http://www.cdnoticias.com.mx/

En México, las tasas de matriculación en educación media superior y el porcentaje de población que ha alcanzado dicho nivel educativo ha aumentado, pero los niveles aún son bajos comparados con otros países de la OCDE y países asociados.

De 2005 a 2012 la población de 25 a 34 años en México que habían alcanzado la educación media superior aumentó en 8 puntos porcentuales, de 38% a 46%. No obstante, este porcentaje es mucho menor que el promedio de la OCDE de 83%. Sólo uno de tres adultos de 25 a 64 años de edad terminó ese nivel de educación.

México está aumentando el nivel de adolescentes de 15 a 19 años que están en educación: del48% al 54% entre 2005 y 2013. A pesar de este aumento, en 2013 México fue uno de sólo dos países de la OCDE y asociados (el segundo fue Colombia) donde menos de 60% de los jóvenes de 15 a 19 años estaban inscritos en el sistema educativo.

Los adultos con niveles educativos más altos tienen más probabilidades de estar empleados que los adultos con menos educación. Además, los ingresos relativos de los graduados aumentan con el nivel educativo, y esto sucede en México aún más que en la mayoría de los países de la OCDE.

Sin tomar en cuenta el grupo de edad, las tasas de empleo son de 5 a 9 puntos porcentuales más altas para los adultos con educación terciaria que para los adultos con sólo educación me media superior, quienes, a su vez, tienen tasas de empleo de 6 a 12 puntos porcentuales más altas que las de aquellos cuyo nivel más alto de logro educativo es menor que la educación media superior.

Fuente: http://www.cdnoticias.com.mx/articulos/mexico-ocupa-ultimo-lugar-educacion-segun-la-ocde

Imagen: http://www.cdnoticias.com.mx/contenido/uploads/2016/12/06/educacion-mexico-3.jpg

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La preocupante realidad educativa.

Por: Cesar Calvar.

Estancada. Así está España en materia educativa, según corrobora el último informe PISA. El estudio de la OCDE que mide la eficacia de los sistemas formativos de más de 70 países a partir de pruebas realizadas a alumnos de 15 y 16 años en ciencias, matemáticas y comprensión lectora, constata que llevamos quince años de viaje a ninguna parte a pesar de las tres reformas y contrarreformas legales impulsadas en ese período. O quizá por culpa de ellas.

Un año más, el informe dibuja un país incapaz de alcanzar los 500 puntos consensuados como la frontera que separa a los estados que salvan la cara de los que enrojecen de vergüenza cuando se publican los resultados. Se mire como se mire, en educación no tenemos consuelo posible, ni siquiera podemos decir aquello de menos mal que nos queda Portugal: nuestros vecinos estaban peor que nosotros cuando empezaron a participar en el estudio, pero desde entonces han registrado una espectacular mejora de treinta puntos y ya nos superan en las tres materias a examen. Aquí, seguimos repitiendo curso.

En estos tres lustros nuestros políticos han intentado dulcificar las malas notas con pretextos tan peregrinos como echar la culpa al creciente número de alumnos inmigrantes -una realidad que afecta por igual a todos los países desarrollados- o a la presencia de repetidores entre los examinados. Esta vez, sin embargo, hemos asistido a una sorprendente exhibición de triunfalismo del ministro de Educación, que consideró el resultado “muy satisfactorio” porque España, dijo, “rompe la brecha educativa y se sitúa por primera vez en la historia al nivel de los países más avanzados”.

Lo que no nos contó el ministro es que en realidad España sigue, con 493 puntos, anclada en sus niveles de siempre y si esta vez supera la media de la OCDE y se codea en el ranking con Estados Unidos, Francia, Rusia, Austria, Noruega o la República Checa no es por mérito propio sino porque la media de esos países ha empeorado. La autocomplacencia de Íñigo Méndez de Vigo me recuerda a la de un amigo mío cincuentón que cuando sale a ligar vuelve muy feliz porque la mayoría de los hombres que hace 30 años eran guapos y populares entre las chicas hoy están calvos, pesan más de cien kilos y no se comen una rosca. Y claro, cuando la calidad de la competencia baja el que ha mantenido el tipo aumenta sus posibilidades.

El informe PISA publicado el martes, en coincidencia con la también autocomplaciente fiesta de la Constitución, constata otras dos realidades preocupantes que los expertos deberán analizar para diseñar nuestro enésimo modelo educativo del futuro: por un lado, la brecha educativa que se ha abierto en España entre comunidades autónomas, equivalente a casi un curso y medio entre las que salen mejor y peor paradas. Por otro, que a nivel global hay una serie de países de Asia que ya nos superan a los europeos en la formación de las nuevas generaciones.

A escala doméstica me parece un error buscar el origen de la desigualdad educativa en el color político de los gobiernos autonómicos. Los resultados sugieren que las diferencias entre regiones tienen más que ver con la situación geográfica y la renta per cápita: salvo en el extraño caso del País Vasco, la actual brecha educativa interior es también una ruptura entre norte y sur, entre ricos y pobres. Consensuar un modelo de calidad que garantice una mayor equidad en la asignación de fondos para formar a todos nuestros jóvenes independientemente de donde residan es el principal desafío para un país que, a falta de riquezas naturales, tiene como principal recurso a su gente.

Y en relación con los campeones asiáticos, no se equivoquen: Singapur, Japón y Corea del Sur lideran ahora los índices, pero sus modelos educativos autoritarios y semiprivados, basados en jornadas interminables de diez y doce horas que agotan y roban la infancia a los niños, no son mejores que el sistema público deFinlandia, el gran referente europeo, donde los escolares van a clase cuatro horas al día, apenas hay deberes, la base del aprendizaje es lúdica, inclusiva, participativa y democrática, los profesores están bien formados y pagados, disponen de buenos medios y gozan de gran prestigio social. Ojo pues con lo que imitamos a la hora de reformar. No conviene caer en enfoques cortoplacistas que pueden retrotraernos a fórmulas pasadas y empeorar la vida de nuestros niños.

Fuente: http://www.estrelladigital.es/opinion/cesar-calvar/preocupante-realidad-educativa/20161208183831307021.html

Imagen: http://cdn01.ib.infobae.com/adjuntos/162/imagenes/014/557/0014557566.jpg

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Colombia: Santos promete aumentar un 57% la cobertura de educación superior.

América del Sur/Colombia/13.12.2016/Autor y Fuente: http://www.nodal.am/

Al destacar los resultados de las pruebas PISA, el jefe de Estadogarantizó 30.000 mil aulas para implementar la jornada única.

El presidente Juan Manuel Santos en alocución y al resaltar los resultados de las últimas pruebas PISA, que considera las más rigurosas a nivel mundial en materia de calidad de la educación, y que practica la OCDE realizó algunos compromisos para lograr mejorar los indicadores en esta materia.

Teniendo en cuenta que los índices del país no llegan a los estándares mínimos establecidos por la OCDE, el jefe de Estado reconoció que “falta mucho por hacer”.Es por esto que en materia de educación superior, si bien se subió del 37 % al 50 % en la cobertura, estableció que “nuestra meta es dejarla en 57 %”.

“Estamos duplicando el acceso de los jóvenes a instituciones de educación superior acreditadas por su alta calidad”, afirmó.

Se comprometió a que en 2 años habrá 40.000 jóvenes beneficiados en este programa, “quienes están cumpliendo ese sueño de ir a las mejores universidades sin pagar un solo peso por la matrícula”.

Otro de los retos será avanzar en la implementación de la Jornada única, aquí el Gobierno ha prometido más de 2,3 millones de niños, pero apenas a alcanzado los 500 mil.

Para esto “estamos construyendo más de 30.000 aulas nuevas de aquí a 2018.

Al ritmo que veníamos antes, habríamos tardado 80 años en hacerlas”.

Sobre los resultados de las pruebas PISA afirmó que “en las pruebas pasadas estábamos de penúltimos en la región. Sobrepasamos este año a países como México, Brasil y Perú y estamos de cuartos, muy cerca de Uruguay y Costa Rica (segundo y tercero) y acercándonos al puntero que es Chile”.

“Hoy, con estos resultados en el aprendizaje de nuestros jóvenes, se confirma que la educación de calidad si puede ser para todos”, puntualizó el jefe de Estado.

Fuente: http://www.nodal.am/2016/12/santos-promete-aumentar-un-57-la-cobertura-de-educacion-superior/

Imagen: http://www.nodal.am/wp-content/uploads/2016/12/1480961311_552298_1480961474_noticia_normal-750×350.jpg

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Los niños se aburren.

¿Y si además de evaluar y examinar probamos a preguntar y escuchar?

Por: José Ignacio Torreblanca.

Lo peor del debate educativo, se dice, es que todo el mundo tiene una opinión al respecto. Y claro, así es imposible ponerse de acuerdo.

Falso. Porque aunque todo el mundo opina con rotundidad a favor o en contra del informe PISA, las reválidas, el pacto educativo, el abandono escolar o la ratio ideal de alumnos por clase, nadie se ha molestado en preguntar a los niños qué es lo que piensan. No se les pregunta, se supone, porque son menores de edad cuya opinión no está formada, no es fiable o no importa, lo mismo da. Así que como ni son ciudadanos con derecho a voz y voto ni usuarios de un servicio público ni consumidores de un producto, ni el Estado ni el mercado ni la sociedad tienen interés alguno en conocer cuál es su experiencia de aprendizaje y a partir de ahí valorar qué cosas cambiar.
 De ahí que ignoremos un problema central de nuestro sistema educativo: que es enormemente aburrido. Porque se aburren los que aprueban, los que suspenden y hasta los que encuentran la disciplina y la concentración para sacar sobresaliente. Pregúntenles y lo comprobarán.

Cada día, en las aulas, volcamos enormes cantidades de contenidos sobre los niños con la esperanza de que, como quien riega una maceta, de esa inundación termine germinando algo. Con ello reproducimos el mismo sistema del que fueron víctimas sus profesores cuando se formaron, que también se pasaron horas y horas acumulando contenidos de forma pasiva para luego pasar una oposición memorística. De ahí que nuestros hijos parezcan pequeños opositores que por la mañana van a la academia a escuchar y tomar apuntes y por la tarde en casa los repasan y memorizan de forma mecánica. Y si lo repiten todo como papagayos, les ponemos sobresaliente y les damos una palmadita en la espalda. Y si no, les llamamos fracasados.

Lo peor es que muchos piensan que el nivel de aburrimiento cósmico que los niños padecen en las aulas no es un problema, sino una virtud, porque la educación es algo muy serio que por necesidad tiene que ser aburrida. ¿Y si además de evaluar y examinar probamos a preguntar y escuchar? ¿No hay un PISA del aburrimiento?

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/12/07/opinion/1481127996_234022.html

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Argentina: Las Pruebas Pisa por el piso.

América del Sur/Argentina/13.12.2016/Autor y Fuente: http://www.ctera.org.ar/

Desde CTERA históricamente hemos cuestionado los sistemas internacionales de pruebas estandarizadas y, especialmente, las pruebas PISA, que son coordinadas por una organización internacional económica que nuclea a los países más ricos del mundo y que, como fin último, pretende imponer un sistema capitalista global que hace permear las lógicas y las reglas económicas dominantes hacia los sistemas de educación, salud y seguridad social, entre otros.

Acerca de este tema, observamos que el día 6 de diciembre de 2016, las tapas de los principales diarios del país que responden al poder hegemónico dan cuenta de un hecho que pone en tela de juicio la supuesta infalibilidad y objetividad de las prueba PISA. Evidentemente, se trata de una reprochable y nefasta operación tejida entre el Gobierno de Mauricio Macri y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) a los efectos de deslegitimar la mejora en los resultados obtenidos por la Argentina.

A la hora de presentar dichos resultados -y no antes-, la OCDE argumenta que, producto de la reestructuración del nivel secundario en la Argentina, hubo una disminución significativa en la proporción de jóvenes de 15 años que formaron parte de la prueba, y que, por tanto, los resultados pueden no ser “comparables”. Por ello, los excluye del «ranking».

Evidentemente, se trata de una decisión tomada luego de muchas idas y venidas de los funcionarios del gobierno que evidentemente ya sabían con antelación que los resultados habían mejorado -a pesar de que los datos son “confidenciales” hasta el día de la publicación-.

No podemos dejar de preguntarnos si este tipo de “contactos reservados” que se establecen entre la OCDE y las autoridades de los ministerios de educación, también se dan entre la misma OCDE y los “gobiernos amigables” con políticas neoliberales para que, en estos países, “se llegue a buenos resultados”. Como es el caso tan referenciado de México, que es presentado por el poder hegemónico como un país del Continente con muy buenos resultados en PISA, pero que, sin embargo, mantiene los mayores índices de analfabetismo.

También nos preguntamos ¿por qué desde la OCDE igualmente recibieron la muestra, la analizaron, interpretaron, puntuaron y tabularon? ¿recién el día de la publicación de los “resultados” se dieron cuenta de que no era válida la muestra? ¿Qué “laboratorio” -de cualquier rubro que sea- decide analizar una muestra si sabe de antemano que el procedimiento de recolección ha estado viciado, es “defectuoso” o tiene errores? ¿O será que: una vez vistos los resultados, se tuvieron que tejer argumentos ad hoc para no tener que reconocer que, en países como la Argentina, donde se venían aplicando políticas populares de inclusión e igualdad e incrementando considerablemente el presupuesto educativo, igualmente se podían mejorar no solo la calidad educativa, sino también los resultados en pruebas de este tipo?

Tal como lo expresaba Adriana Puiggrós en su nota del diario Página 12, precisamente aquello que la OCDE considera “errores” no son otra cosa que las particularidades y cambios de los sistemas educativos de cualquier país. Específicamente en Argentina, los sistemas escolares han estado en procesos de cambio a partir de la implementación de la Ley de Educación Nacional, en la cual se redefine el nivel de educación secundaria, luego de un período en el que la misma había estado fragmentada en dos instituciones separadas, según las diferentes provincias. Hecho por el cual se redujo la cantidad de escuelas a ser tenidas en cuenta para la muestra. Evidentemente, la rigidez de los instrumentos que utiliza la OCDE no permite adecuación alguna frente a los cambios que se producen en el objeto que “miden”. Esta vez, los instrumentos aplicados en la Argentina chocaron contra la realidad: los sistemas educativos cambian y no pueden ser medidos siempre de un único modo, sino que se requiere tener en cuenta los procesos históricos y los contextos. “Evaluar como se debe la educación no admite la ´instantánea´ sino que requiere el análisis de una película”.

ARGENTINA 2006 2009 2012 2015
Ciencias 391 401 406 432
Matemática 381 388 388 409
Lengua 374 398 396 425

                   Fuente: OCDE, PISA.

Así dan los números de PISA que reflejan que la Argentina mejoró en los resultados de las pruebas. Pero desde CTERA seguimos sosteniendo que estos datos no dan cuenta de la realidad educativa en toda su complejidad, porque son limitados, reduccionistas, descontextualizados, jerárquicos, homogeneizantes y prescriptivos; en definitiva, colonizantes.

Hoy es necesario intervenir para la construcción de un proyecto político-pedagógico democrático, con inclusión, igualdad y respeto por la diversidad, y recién en ese marco definir un verdadero sistema de evaluación educativa que no quede reducido a lo que este gobierno hoy quiere imponer como un simple dispositivo de pruebas estandarizadas.

Fuente: http://www.ctera.org.ar/index.php/educacion/item/2493-las-pruebas-pisa-por-el-piso

Imagen: http://www.ctera.org.ar/media/k2/items/cache/feb00ae3fda016faf0ad16c0e9a373a6_XL.jpg

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¿Qué hay de nuevo, PISA?

El sistema educativo en España no lograr corregir la penalización cada vez mayor de los alumnos vulnerables.

Por: Lucas Gortazar.

Como cada año, la OCDE ha publicado los datos de su informe PISA. Y como cada año, comienzan las interpretaciones de los datos, triunfalistas unas, derrotistas otras, simplificadoras de la realidad casi todas. Entre el ruido de las comparaciones con otros países, la lista del año pasado y las divergencias autonómicas, conviene dar un paso atrás y mirar los datos con detenimiento para verlos en perspectiva. Es cierto que los niños españoles aprenden en relación con la media de los países de la OCDE y que la mayoría de los jóvenes de 15 años adquieren las competencias mínimas para progresar en etapas posobligatorias, en la vida personal y la vida laboral. También, que dicha adquisición de competencias se produce de una forma equitativa en comparación con otros países.

Sin embargo, en un país con un paro juvenil desorbitado y un sistema laboral quedestruye las competencias de los trabajadores con contratos temporales, a muchos de esos jóvenes de 15 años, especialmente a aquellos que no adquieren estudios posobligatorios, les espera un futuro poco prometedor. Por esa razón, más allá de clasificaciones, los resultados de PISA deberían fomentar un debate sobre la educación, centrado en los elementos disfuncionales del sistema. Un debate que nos permita analizar las distintas etapas del ciclo educativo, las trabas de los jóvenes para progresar durante primaria y secundaria y los motivos que les llevan al fracaso escolar.

 

En este sentido, PISA nos ha contado muchas cosas que serán difíciles de encontrar en los grandes titulares. Por ejemplo, que cuando comparamos PISA con las mediciones de primaria como PIRLS, vemos que las diferencias que se observan en secundaria ya están presentes al final de primaria. Es decir, los alumnos que comienzan a rezagarse en primaria no consiguen remontar en secundaria. Es en primaria donde aparecen las brechas y las trabas al aprendizaje en el camino al abandono escolar, y es por tanto en los primeros años de la escuela donde deberíamos centrar nuestra atención.

El mejor reflejo de este problema es la repetición de curso, una medida muy extendida en nuestro sistema educativo, que afecta a más de un 30% de los jóvenes. La repetición es, además, un mecanismo poco efectivo y extremadamente caro; pero lo que es más importante, en el caso de nuestro país, es sumamente injusto. A igualdad de competencias de matemáticas y lectoescritura en PISA, un joven de 15 años de un grupo socioeconómico bajo tiene una probabilidad casi 6 veces más alta de repetir que ese mismo joven de un grupo socioeconómico alto. Esta brecha se ha disparado desde 2012, cuando la proporción era ya de 3 a 1. Esto implica que el sistema penaliza de forma cada vez más brutal a los más desfavorecidos en términos socioeconómicos, con independencia de su potencial de aprendizaje.

La investigación en educación nos dice que el factor que mejor predice el abandono temprano, nuestro mayor problema, es precisamente la repetición de curso. Esto es importante porque implica que, si las oportunidades de progresar y no abandonar están relacionadas con un mecanismo injusto, tenemos un sistema que refuerza las desigualdades. De hecho, cuando observamos cómo ha disminuido el abandono escolar temprano a lo largo de la crisis, vemos que se ha producido en todos los grupos socioeconómicos excepto en el último, el de los jóvenes del 20% más pobre, que siguen con tasas de abandono temprano por encima del 40%.

Existe una disonancia entre aprender y aprobar

Todo esto quiere decir que, en España, más allá de las listas PISA, existe una disonancia entre aprender y aprobar. Una disonancia que se traduce en la falta de mecanismos en la escuela para dotar de flexibilidad a cada alumno para progresar y avanzar en el aprendizaje a su ritmo, y que penaliza al mismo tiempo la equidad y la excelencia. Son carencias fundamentales, fruto de la excesiva regulación de la enseñanza a todos los niveles administrativos, la falta de apoyo al profesorado en cuestiones prácticas de la docencia o la difícil transición de los currículos hacia un enfoque multicompetencial. Unas carencias que se convierten en una grieta, especialmente para los más vulnerables, que nuestro sistema educativo no les permite sortear.

Es fundamental aprovechar la publicación de PISA para ir más allá de los grandes titulares, tanto triunfalistas como derrotistas. Más aún si tenemos en cuenta que cambios de menos de 8 o 10 puntos tienen más que ver con diferencias metodológicas que con impactos reales. Si somos capaces de hacer un análisis más profundo, deberíamos tratar de extraer una lección fundamental que PISA sí nos proporciona: existe una brecha educativa que penaliza cada vez más a los alumnos vulnerables, y que nuestro sistema educativo no consigue corregir. Si conseguimos reflexionar sobre esto para mejorar nuestro sistema educativo PISA habrá conseguido su propósito. Si por el contrario lo único que sirve es para lanzarnos puestos de clasificaciones unos a otros, un año más, habremos dejado pasar una excelente oportunidad

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/12/07/opinion/1481100851_420112.html

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La prueba PISA y la ruta del dinero

Por Luis Hernández Navarro

La difusión de los resultados de la prueba PISA en México ha provocado un pequeño escándalo mediático. Las autoridades educativas se desagarran las vestiduras, los empresarios disfrazados de sociedad civil responsabilizan a los maestros del fracaso en la evaluación y una parte de la prensa pone el grito en el cielo. Ni hablar, como decía John F. Kennedy, el éxito tiene muchos padres, pero el fracaso es huérfano.

Ante semejante bullicio conviene escudriñar un poco en lo que se encuentra detrás de la prueba PISA. Por ejemplo, ver quién hace negocio con ella. Porque, no hay que olvidarlo, la realización del examen no es un acto de filantropía, sino business.Como informó Sylvia Schmelkes, presidenta del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, México invirtió 44 millones de pesos en la evaluación.

Los primeros rastros de la ruta del dinero de esta medición pueden encontrarse en un comunicado difundido el 7 de octubre de 2011 por Pearson, el gigante trasnacional de la enseñanza: Pearson, la empresa líder en el aprendizaje del mundo, anuncia que ha sido elegida por la OCDE para desarrollar los marcos para la prueba PISA de 2015 (https://goo.gl/v7zs6p).

Orgullosa, la empresa informó que el negocio no quedaba allí. Pearson también asesorará al estudio PISA sobre los beneficios, las oportunidades y las implicaciones de la implementación de pruebas adaptativas por computadora para PISA en el futuro.

Entusiasmado, John Fallon, presidente ejecutivo de Pearson International, declaró: Una educación de alta calidad es vital para el desarrollo económico y el bienestar social de una nación y PISA es un punto de referencia clave por el cual las naciones pueden medir su propio progreso y aprender unos de otros. Así que estamos encantados de tener la oportunidad de trabajar con la OCDE y las comunidades académicas de todo el mundo para desarrollar la prueba 2015.

Emocionado con el acuerdo, Andreas Schleicher, subdirector de la OCDE y director de PISA, afirmó: La prueba de 2015 tiene el potencial para comenzar una nueva era en los exámenes internacionales. Tenemos que hacer un uso mucho más inteligente de la tecnología.

Curiosamente, míster Pisa forma parte del panel asesor de Pearson. Un hecho nada excepcional en la estrategia de esta compañía, en la que, con harta frecuencia, sus ejecutivos y asesores tienen estrechos vínculos con funcionarios educativos claves de diversos países.

Dedicado a servicios y contenidos educativos, Pearson es uno de los cuatro grupos editoriales más importantes en el mundo. Se describe a sí misma como la compañía líder mundial en educación, con más de 35 mil empleados en más de 70 países, que ayudan a la gente de todas las edades a que sus vidas progresen. En 2015 facturó más de 5 mil 655 millones de dólares.

La multinacional Pearson posee 50 por ciento de las acciones de la editorial Penguin Random House; de Longman, del influyente diario Financial Times y la mitad de la revista The Economist. Es dueña, también, de la más importante empresa estadunidense dedicada a la elaboración de exámenes, la National Evaluation Series. Su objetivo es lograr el monopolio de la medición de la eficacia del sistema educativo.

Pearson –apunta su página web– es la compañía mundial de aprendizaje, con experiencia en cursos educativos y evaluación, y una gama de servicios de enseñanza y aprendizaje impulsados por la tecnología. Su gran apuesta comercial es la elaboración de exámenes estandarizados, similares a los utilizados en la reforma educativa de México.

En un estudio sobre la estrategia empresarial de Pearson para conquistar el mercado estadunidense y canadiense, Donald Guststein documentó cómo este consorcio obtiene el grueso de sus ganancias a través de los textos digitales, las herramientas de enseñanza virtual y los exámenes online, convirtiendo a cada estudiante y a cada maestro en sus clientes.

Aunque parezca historia de ciencia ficción, no lo es. El objetivo de Pearson es convertirse en un poder fáctico trasnacional, capaz de definir en qué consiste una educación exitosa, al tiempo que garantiza que sus productos y servicios permiten alcanzarla. Su creciente control de los mercados de evaluación, elaboración de guías de estudio y plataformas digitales, producción de libros de texto y su actual papel en la prueba PISA son un paso adelante en ese propósito.

La empresa justifica su estrategia con base en consideraciones altruistas. Según Alice Hunt, su directora de comunicaciones para las operaciones no estadunidenses, la compañía tomó conciencia de los debates sobre la educación en todo el mundo y la necesidad de contribuir a ellos. Vemos nuestra contribución a estos debates como una parte realmente importante de la discusión general, que abarca gobiernos, otros políticos y grupos de la sociedad civil.

Cada día, el monopolio crece e invade áreas antes ocupadas por los estados. De acuerdo con la académica estadunidense Diane Ravitch, Pearson está sobrepasando los límites del papel de un negocio lucrativo. En varios casos, la corporación actúa como una agencia cuasi gubernamental. Pero no es una agencia cuasi gubernamental: es un negocio que vende productos y servicios ¿Qué parte de la cadena educativa no está controlada por Pearson? ¿Actúa en el mejor interés de los estudiantes, de la nación o de su propio negocio?

Pearson respondió esta pregunta. En 2011 firmó un contrato por 32 millones de dolares para realizar los exámenes oficiales de las escuelas públicas de Nueva York durante cinco años. La compañía fue multada con 7.5 millones de dólares. Un fiscal encontró que utilizaba para sus propios negocios la información que obtenía al hacer los exámenes. Si esto hizo en Nueva York, imaginemos qué no hará con la información de la prueba PISA.

La barahúnda por los resultados del examen de la OCDE no debe llevarnos a perder de vista una de las consecuencias más relevantes y graves de la prueba PISA. Con ella (y con la reforma educativa en marcha) Pearson está dando un paso más en el control y la gestión de la educación en nuestro país y en el mundo.

Twitter: @lhan55

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/12/13/politica/016a2pol?partner=rss

Imagen: www.lr21.com.uy/wp-content/uploads/2013/12/FOTOPISA.jpg

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