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Neoliberalismo educativo: educando al nuevo sujeto neoliberal*

España / 13 de enero de 2019 / Autor: Pedro López López / Fuente: Crónica Popular

En el ámbito educativo, Enrique Díez es uno de los puntales de la resistencia contra ese proyecto antisocial, antihumano y depredador del planeta que es el neoliberalismo, y no cesa de denunciar desde hace años las consecuencias de este modelo en la educación. Como profesor y activista social, participa en plataformas e iniciativas como Uni-Digna (unidigna.org), Redes por una Nueva Política Educativa (porotrapoliticaeducativa.org) o la Marea Verde, y, por supuesto, se ha posicionado contra esa estafa educativa perpetrada en la universidad bajo el nombre de Proceso de Bolonia; pero también está comprometido con la memoria histórica (Foro por la Memoria de León), con el movimiento por la igualdad entre hombres y mujeres, con la abolición de la prostitución, con el movimiento laico (forma parte del Grupo de Pensamiento Laico, que publica sus artículos en el diario Público), y es un lujo para Izquierda Unida tenerlo como coordinador del área federal de Educación.

Como ensayista, Enrique Díez destaca por sus lúcidas y didácticas reflexiones sobre las nefastas consecuencias de la aplicación de las recetas neoliberales, reflexiones que difunde tanto en conferencias como en artículos de prensa, en participaciones en congresos o en libros y capítulos de libro. Uno de sus libros, La globalización neoliberal y sus repercusiones en la educación, publicado en 2007, hace un análisis magistral del modelo neoliberal de globalización y sus consecuencias, tanto en la sociedad en general como en el medio educativo. El texto que comentamos ahora es un ensayo breve, de apenas un centenar de páginas. En él, el profesor analiza capítulo a capítulo la transformación del derecho a la educación en un negocio, acompañada del falso lema de la “libertad de elección”, y, por tanto, la comercialización de la educación, los valores potenciados por el actual modelo educativo y funcionales al capitalismo financiero, la macdonalización de la educación, la apropiación privada del conocimiento público, la construcción del sujeto neoliberal –al que ha dedicado más de un trabajo anterior- y, por último, un capítulo dedicado a “otra educación es posible”. Valga alguna cita para animar a los futuros lectores; en la página 84 se dice:

Antes que ver la enseñanza como una práctica técnica, la educación debe ser considerada una práctica moral y política bajo la premisa de que el aprendizaje no se centra únicamente en el procesamiento del conocimiento recibido, sino en la transformación de este como parte de una lucha más amplia por los derechos sociales, la solidaridad y la construcción de un mundo más justo y mejor

Frente a los presuntos “neutrales” (que se lo creen de verdad o que intentan estafar con esa etiqueta), se advierte: “El problema no es si la educación pública ha llegado a contaminarse con la política, sino que toda educación es ya de por sí un espacio de la política y el poder, lo queramos o no”. El mito interesado de la “neutralidad” está al servicio, se dice, del mantenimiento y consolidación de “una visión ideológica determinada de la realidad, la que consolida el poder establecido y su reproducción. Por eso debemos asumir la responsabilidad de conseguir que toda la ciudadanía esté políticamente alfabetizada”.

Como la conquista por la fuerza es costosa y siempre inestable, las élites prefieran dominar por la persuasión, y el éxito del neoliberalismo (“un capitalismo sin contemplaciones”, dice Enrique Díez; “sin complejos”, que diría Aznar) consiste en colonizar el sentido común. Un “sentido común” que se ha instalado gracias al soporte que le dan el sistema educativo y los medios de comunicación (ya advertía Malcom X que si el pueblo no está prevenido con los medios, amará al opresor y odiará al oprimido, como estamos viendo con demasiada frecuencia en el éxito del discurso contra los inmigrantes).

El libro tiene tres partes, con cierto desequilibrio en cuanto a la extensión, ya que la primera abarca 56 páginas, la segunda 12 y la tercera 21; un desequilibrio que no afecta a la calidad del contenido. En la primera parte (“El mercado educativo neoliberal”), se recorren los mecanismos para potenciar

la “oferta” privada, los valores y la ideología de la pedagogía neoliberal, la “macdonalización” (término que puso en circulación con notable éxito el sociólogo George Ritter) que prima en la gestión de los centros, con la eficacia y eficiencia por bandera (incremento a toda costa del rendimiento de profesores y estudiantes de cara a rendir pleitesía ante un mercado cada vez más exigente), así como la cohorte de indicadores y rankings que acompañan al proceso, y, por último, un apartado dedicado a la educación superior, con su crítica al Plan Bolonia, verdadero caballo de Troya en la universidad para introducir el llamado “capitalismo académico”: “universidades cada vez más comprometidas en una competencia de tipo comercial, en busca de fuentes de financiación complementarias, ofreciendo su espacio público para que lo rentabilicen marcas comerciales…”. Acompañando a este proceso depredador va la apropiación privada del conocimiento y la distorsión de la investigación.

En la segunda parte (“El nuevo sujeto neoliberal”), el autor comenta cómo se inyecta la ideología neoliberal en el sujeto a través del sistema educativo apoyado por otros medios de socialización (publicidad, medios de comunicación, cine videoclips….). Aparte de la legitimación del saqueo, la ideología neoliberal es “productora de una forma de vivir y de relacionarse socialmente, de una cosmovisión y comprensión del mundo y de un imaginario social; de un tipo, en definitiva, de subjetividad determinada”.

En este sentido, nos dice el autor, el sistema neoliberal ha pasado de la disciplina al nuevo modelo de “gobierno-por-la-mente”. Del ser humano del cálculo individual, en un modelo económico que entiende el egoísmo prácticamente como un deber social (que por intrincados mecanismos revierte en el interés general, según el modelo liberal del “homo oeconomicus”), se pasa, a través de la empresa como modelo general que define una nueva ética, al emprendedor, ese sujeto que se convierte en empresa en sí mismo, siendo portador de un talento-capital individual que tiene incesantemente que revalorizar.

El problema de este modelo es la cantidad de fracasos individuales que lleva consigo, con la consiguiente secuela de patologías (depresión, aumento del consumo de medicamentos, suicidios), además de la corrosión de la solidaridad. Y su victoria ha sido el éxito de la estafa de la neutralidad ideológica: el capitalismo neoliberal niega ser ideológico y se considera la “razón” misma.

La tercera parte, bajo el título “Otra educación es posible”, aborda la necesaria lucha que hemos de entablar en el campo de batalla de la educación para comprometer a las nuevas generaciones con valores alternativos a la erosión social que conlleva el ideario neoliberal. Para ello, es necesario contemplar la enseñanza no -o no solo- como una práctica técnica, sino como “una práctica moral y política”, considerando que el aprendizaje no debe consistir solo en el procesamiento del conocimiento recibido, sino que debe ponerse al servicio de una lucha por los derechos sociales, por la solidaridad y por la construcción de un mundo más justo y mejor.

En esta parte, el autor reflexiona brevemente sobre los dos proyectos ideológicos en liza en el mundo actual, el capitalista, con su ideal de vida como una competición permanente y descarnada, y el democrático, con valores como la inclusión, la equidad, la solidaridad y todos aquellos que deben llevarnos a ese mundo más justo. Evidentemente, en el trasfondo está la educación concebida como un negocio por el primer modelo, o como un derecho en el segundo.

El libro termina citando un decálogo de principios y prácticas que incluye la planificación democrática de la educación, la inclusión que promueva la igualdad y atienda a la diversidad, la educación laica que respete la libertad de conciencia, la educación democrática, el rechazo de la gestión empresarial de los centros educativos, etc., decálogo que debe traducirse a su vez en el desarrollo de un currículum, una metodología y una formación inicial del profesorado que también se comenta en otros diez puntos.

Y, para finalizar, uno de los párrafos se refiere a la necesidad de construir colectivamente un discurso que desmonte el lenguaje neoorwelliano que emplea el poder. Parafraseando a Rosa Luxemburgo, la disyuntiva es educación o barbarie (neoliberal), no hay neutralidad posible.

El libro viene precedido por un magnífico prólogo del propio autor que abre el apetito para cogerlo con verdadera avidez, describiendo una serie de anécdotas sacadas de sus vivencias en la universidad durante tres días consecutivos, anécdotas que conforman categoría y que se refieren a la creciente colonización del espacio público que alientan las universidades públicas en favor de marcas e intereses comerciales, una colonización en la que no solo se trata de la ocupación del espacio físico, sino -y esto es más grave- de cómo a través de la persuasión se va formando la mentalidad de las nuevas generaciones fabricando un nuevo “sentido común” neoliberal.

Materiales como los que aporta Enrique Díez nos ayudan a trabajar la resistencia contra este modelo de capitalismo tóxico para el ser humano y el planeta, nos aporta un valioso argumentario para desmontar los mitos neoliberales. Esta obra es tan útil como necesaria para toda la comunidad educativa (profesores, estudiantes, sindicatos estudiantiles y de trabajadores, activistas sociales…). Solo me resta celebrar que el autor sea tan prolífico y que, por su edad, todavía le quede mucha guerra que dar a un sistema que está condenado a desaparecer, pero que hace falta que le empujemos para que no tarde demasiado en hacerlo.

Neoliberalismo educativo, Enrique Javier Díez Gutiérrez, Editorial Octaedro, 2018, 112 páginas.

Fuente de la Reseña:

https://www.cronicapopular.es/2019/01/neoliberalismo-educativo-educando-al-nuevo-sujeto-neoliberal/

ove/mahv

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10 grandes diferencias entre el sistema educativo finlandés y la educación convencional

Finlandia / 13 de enero de 2019 / Autor: Redacción / Fuente: Latin Money

Como ya muchos saben, el sistema educativo finlandés ha sido durante mucho tiempo el mejor clasificado en todo tipo de evaluaciones. Según los estudios internacionales realizados cada tres años por la organización PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes), los alumnos finlandeses son los que más han demostrado Alto nivel de conocimiento en el mundo. También se convirtieron en los niños que más leen, ocupan el segundo lugar en ciencias naturales y el quinto en matemáticas.

Sin embargo, no son solo estos rankings los que hacen que la comunidad educativa mundial admire. Es increíble que, con puntuaciones tan altas, los alumnos finlandeses pasen menos tiempo estudiando que sus compañeros en otros países.

Aquí les compartiremos 10 comparaciones entre la educación finlandesa y la educación convencional que emplean algunos países.

#1. EN FINLANDIA LOS HORARIOS DE CLASES SON FLEXIBLES

Las horas de clases en Finlandia empiezan desde las 09:00 de la mañana hasta las 15:00 horas, dentro de clases hay una pausa de 15 minutos entre cada curso tomado, cuentan con recreos intermedios en donde los estudiantes pueden disfrutar de sus refrigerios.

Educación convencional

Los estudiantes son obligados a acudir en un horario rígido y autoritario que empieza a las 07:00 de la mañana, privándoles son horas de sueño, lo que origina un rechazo hacia su colegio, tienen en muchos casos 3 horas continuas de cursos como las matemáticas y ciencias, lo que hace que algunos alumnos terminen durmiéndose en clases.

#2. EN FINLANDIA TODAS LAS ESCUELAS SON IGUALES

No hay escuela para las “elites”, ni para los “débiles”. En la escuela más grande del país, estudian 960 alumnos y en la más pequeña solo 11. Todos tienen absolutamente el mismo equipo, oportunidades y financiamiento proporcional. Casi todos los establecimientos son públicos. Sólo hay una docena de escuelas privadas. Todas deben contar con laboratorios pedagógicos originales, de acuerdo con la instrucción elegida.

Educación convencional

En la educación convencional, el estado no llega a todas las localidades, existen un sinnúmero de escuelas privadas, en donde la educación no es la adecuada, otras que si son consideradas optimas cobran sumas exorbitantes, creando una sensación de desigualdad para quienes no cuentan con los recursos económicos para poder darles una mejor educación a sus hijos.

#3. EN FINLANDIA EXISTE LA IGUALDAD DE LOS CURSOS Y HABILIDADES

No se aprueba el estudio a fondo de ciertos temas en detrimento de otros. En Finlandia, no se considera que las matemáticas son, por ejemplo, más importantes que el arte. La única excepción es la creación de clases para niños superdotados en pintura, música y deportes.

Educación convencional

En la educación convencional, priorizan cursos como las matemáticas y las ciencias, desplazando a los alumnos que no son buenos para estas materias, existen incluso colegios que llevan por nombre “Los matemáticos, los ingenieros, las ciencias aplicadas, etc.” Esto definitivamente origina una falsa idea de que si no eres bueno en matemáticas eres un mediocre.

#4. EN FINLANDIA EXISTE LA IGUALDAD DE LOS ESTUDIANTES

Los finlandeses no colocan a los estudiantes en el aula de acuerdo con sus habilidades o preferencias profesionales. Tampoco hay un estudiante “malo” o “bueno”. La comparación de alumnos entre sí está prohibida. Los niños dotados y los niños superdotados se consideran “especiales” y estudian juntos.

Educación convencional

Con algunas excepciones, no existe tal cosa, muchas veces los maestros no saben llegar al alumno e identificar sus cualidades.

#5. EN FINLANDIA EXISTE LA IGUALDAD DE MAESTROS

No hay maestros que sean favoritos, ni tampoco los odiados. Los maestros mismos no distinguen entre estudiantes buenos y malos. Cualquier infracción de esta regla lleva a la terminación del contrato con dicho maestro. Los educadores finlandeses solo deben hacer su trabajo como entrenadores. Todos son igualmente importantes en el trabajo, el grupo literario, científico o de educación física.

Educación convencional

En la educación convencional, seleccionan a los maestros y dan prioridad e incluso son mejor remunerados los que se dedican a las matemáticas, la literatura y las ciencias, los maestros de educación física o de arte, entre otros; son los menos remunerados y menos contratados. En algunos países, por ejemplo, la educación física fue descartada por que se consideraba no esencial en el aprendizaje.

#6. EN FINLANDIA EXISTE LA IGUALDAD DE DERECHOS ENTRE EL ADULTO (MAESTRO, PADRE) Y EL NIÑO

Los finlandeses llaman a este principio “actitud respetuosa hacia el alumno”. Desde la primera clase, se informa a los niños sobre sus derechos, incluido el derecho a “quejarse” ante los adultos acerca de un trabajador social. Esto deja claro a los padres finlandeses que su hijo es una persona independiente y que está prohibido ofenderlo por palabra o castigo corporal. La humillación de los alumnos por parte de los profesores está prohibida debido a las peculiaridades adoptadas en la legislación laboral finlandesa sobre la profesión del profesor.

Educación convencional

Este es otro grave problema de la educación convencional, muchas veces etiquetan a los alumnos como “el más inquieto”, “el más irresponsable”, “el menos inteligente”, etc., (en épocas pasadas, los casos de bullying eran perpetrados incluso por los mismos maestros hacia los alumnos), los mismos padres dan su autorización al profesor para que “corrija” (con castigo físico) a sus hijos si no obedecen.

#7. EN FINLANDIA NO EXISTEN LOS EXÁMENES ESTRESANTES

La gente finlandesa suele decir: “O nos estamos preparando para la vida, o nos estamos preparando para los exámenes y estamos eligiendo la primera opción”. Como resultado, no hay exámenes en las escuelas finlandesas. Los controles y las pruebas intermedias son a discreción del profesor. Solo hay un examen estandarizado obligatorio al final del ciclo secundario. Los maestros no se preocupan por los resultados, no los tienen en cuenta y no preparan específicamente a los niños para esta prueba.

Educación convencional

En la educación convencional, los estudiantes están estresados con la idea de rendir los exámenes (parciales, intermedios y finales), los maestros muchas veces, son quienes ejercen esa presión al decirles “no se olviden de estudiar para el examen” creando una sensación de angustia y terror a esta simple idea, ya que, de fallar, la consecuencia es muchas veces la desaprobación del curso.

#8. EN FINLANDIA PREPARAN A LOS ESTUDIANTES SOBRE FINANZAS

Sólo lo que puede ser necesario en la vida práctica se enseña en la escuela. Los registros no son útiles, no son estudiados. Pero desde una edad temprana, los niños saben qué es una cartera, un contrato, una tarjeta bancaria. Pueden calcular el porcentaje del impuesto sobre el patrimonio o los ingresos, crear una tarjeta de visita en línea en Internet, pueden calcular el precio de los bienes después de varios descuentos.

Educación convencional

Siendo algo tan importante, y que los futuros ciudadanos deben aprender, en la educación convencional esto no es ni remotamente una prioridad, prefieren mantener a los alumnos aprendiendo el nombre de los ríos, los años de las guerras y uno que otro curso sin ningún sentido y que bien podría ser estudiado con el internet.

#9. EN FINLANDIA SABEN RECONOCER LAS HABILIDADES DE LOS ESTUDIANTES

Los maestros intentan captar la atención del alumno, pero si él o ella no tiene ningún interés en absoluto o no tiene la capacidad de aprender, está orientado hacia un aprendizaje significativo para una profesión “simple”. No es bombardeado con malas notas. Todos no construyen aviones, alguien debe manejar bien los autobuses.

Educación convencional

Este es otro gran problema del que adolece la educación convencional, se cree que todos los estudiantes están hechos para que sean buenos en las matemáticas, literatura o ciencias sociales, luego de eso si el alumno no rinde en cualquiera de estas materias los consideran como no aptos, irresponsables, flojos y ciertamente los desaprueban del curso, teniendo que repetir nuevamente el año.

#10. EN FINLANDIA PREPARAN A LOS NIÑOS PARA SER INDEPENDIENTES Y EXITOSOS

Los finlandeses creen que el papel de la escuela es preparar al niño para una vida futura independiente y exitosa. Por lo tanto, la escuela enseña a pensar y adquirir conocimiento por uno mismo. Lo importante no es aprender las fórmulas, sino saber usar un directorio, un texto, Internet, una calculadora. Todos los recursos necesarios para resolver problemas comunes.

Educación convencional

Muchas veces en la educación convencional todo se trata de imposición, los maestros determinan que está bien y que no, en base a su juicio y criterio, “encasillan” a los alumnos y no les dan la oportunidad de pensar libremente o tener ideas distintas, todo se basa en la “currícula escolar” que otorga el estado, nadie puede salirse de esos parámetros.

Fuente de la Noticia:

https://latinmoney.net/10-grandes-diferencias-entre-el-sistema-educativo-finlandes-y-la-educacion-convencional/

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De la piel a la pedagogía: las 10 «p» de la educación

España / 13 de enero de 2019 / Autor: Salvador Rodríguez Ojaos / Fuente: El Blog de Salvaroj

Hay muchas palabras en castellano que empiezan con la letra P y algunas de ellas están relacionadas con la educación… y otras no.

Entre las que no, destacaría PostureoPolítica y Petulancia. Que son palabras que están demasiado presentes en los debates educativos en la redes sociales. De hecho, las discusiones educativas tuiteras me recuerdan aquella famosa canción del dúo musical Pimpinela «Olvídate y pega la vuelta»: reproches mutuos y acusaciones varias, desacuerdo e imposibilidad de encuentro.

10 son las palabras que empiezan con la letra P que caracterizan la educación:

1. Pedagogía. Lejos de ser el problema de la educación actual, como algunos pretenden, es la solución a muchos de sus males (que no a todos). Es muy peligroso e inconsciente pretender transformar o renovar la educación sin conocer la historia y la tradición de la praxis y la teoría pedagógica.

2. Piel. La educación debe emocionar, debe sentirse como se sienten las caricias en la piel. Hay que sentir para aprender porque los aprendizaje vividos, aquellos que consiguen despertar sentimientos, emocionar, son los verdaderamente significativos y perdurables.

3. Placer. El placer por el conocimiento debe dirigir el aprendizaje de los alumnos y alumnas y junto con su curiosidad innata son el fundamento para que puedan aprender de forma autónoma a lo largo de toda la vida.

4. Pensar. La educación debe hacer que las personas tengan espíritu crítico y sean capaces de discernir por sí mismas lo que es correcto y adecuado de o que no lo es, sin dejarse manipular o dirigir de forma autómata. Enseñar a pensar es tener la aplicar el conocimiento.

5. Pluralidad. Ser capaz de aceptar las diferencias y respetarlas debe ser uno de los propósitos de la educación. Entender que las diferencias nos enriquecen y nos permiten mejorar es clave para afrontar el futuro con garantías.

6. Perseverancia. También podría valer la palabra Paciencia. La constancia, el esfuerzo para conseguir sus objetivos, la capacidad de no rendirse ante las dificultades y de aprender de los errores es un valor esencial de la educación. El esfuerzo y la capacidad para perseverar no debe confundirse con el sufrimiento y la ansiedad ante el aprendizaje.

7. Profesor/a. El factor humano en la transmisión de conocimientos, destrezas y habilidades es indispensable e indiscutible en la sociedad de la información. La labor docente es, y será, fundamental para el aprendizaje de la nuevas generaciones.

8. Poesía. En un mundo donde los contenidos STEM tienen cada vez más importancia, la educación que reciben nuestros alumnos y alumnas debe contemplarlos sin duda alguna. Pero la poesía, el arte, la literatura deben formar también una parte fundamental de esa educación, porque nos hace mejores personas y porque ayudan a consolidar los conocimientos técnico-científicos.

9. Pregunta. Cuestionarse sobre el mundo es básico para aprender sobre él. La pregunta es generadora de conocimiento y la búsqueda de respuestas es el camino para acceder al aprendizaje en un mundo complejo.

10. Paradoja. Para finalizar la cuestión clave: se da la paradoja de que no hay una única forma de acceder al conocimiento, que no hay una única forma de aprender, que no existen fórmulas mágicas ni recetas infalibles… Por tanto, cuando debatamos sobre educación seamos respetuosos y tengamos la capacidad de entender la posición del otro, así y solo así conseguiremos una educación mejor.

Fuente del Artículo:

http://www.salvarojeducacion.com/2019/01/de-la-piel-la-pedagogia-las-10-p-de-la.html

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Bolsonaro acusa al marxismo de causar bajo nivel educativo en Brasil

Brasil / 13 de enero de 2019 / Autor: Gabriel Ramírez Cuevas / Fuente: Regeneración

Brasil, el astrólogo favorito de Bolsonaro señaló y le fue concedido, que nuevo ministro de educación sea el derechista Ricardo Vélez

Brasil, a un dia de tomar posesión como presidente de Brasil, Jair Bolsonaro denunció al marxismo como culpable del bajo nivel educativo del coloso sudamericano.

En un mensaje en redes sociales dijo que una de las metas de su gobierno será “combatir la basura marxista que se instaló en las instituciones de enseñanza”.

Educación para el mercado

Bolsonaro dijo que la educación en Brasil forma “militantes políticos” y que el se encargará de “formar ciudadanos”.

El nuevo ministro de educación escogido por astrólogo favorito del nuevo presidente.

Lejos de la intenciones humanistas y universales de la educación, el nuevo perfil educativo en Brasil seré educar mano de obra para el mercado.

Por ello las declaraciones de Bolsonaro fue interpretado como una declaración de guerra a la educación y el profesorado de Brasil.

El texto señala el inicio de un período de persecución en las escuelas y especialmente en las Universidades federales de Brasil.

“Una de las metas para sacar a Brasil de las peores posiciones en los rankings de educación del mundo es combatir la basura marxista que se instaló en las instituciones de enseñanza. Junto con el Ministro de Educación y otros involucrados vamos a evolucionar en formar ciudadanos y no más militantes políticos”.

El nuevo ministro de Educación, Vélez Rodríguez, fue nominado para el cargo por el “gurú” de Bolsonaro, el mixto de astrólogo y filósofo Olavo de Carvalho.

Vélez es uno de los más agresivos cuadros de extrema derecha del nuevo gobierno.

Ha recordado insistentemente lo dicho por  Papa Benedicto XVI  en el sentido de que “niños y adolescentes pobres deben ser meramente adiestrados para el mercado de trabajo en las escuelas.

Fuente de la Noticia:

Bolsonaro acusa al marxismo de causar bajo nivel educativo en Brasil

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El ir y venir de las modas educativas

España / 13 de enero de 2019 / Autor: Marta Ferrero / Fuente: Cuaderno de Cultura Científica

Las modas educativas han existido siempre. Por moda educativa se entiende aquí a cualquier propuesta metodológica o recurso educativo que, en un momento dado, se cuela con furor en un determinado distrito escolar y, transcurrido un tiempo más o menos extenso, desaparece sin dejar prueba sólida alguna de haber contribuido al aprendizaje de los alumnos.

No todas las modas educativas son iguales. Hay modas “inofensivas”, ya que no implican cambios ni medidas significativas de ningún tipo, como aquella que introdujo la música de Mozart en las aulas para mejorar el rendimiento cognitivo de los alumnos. Y hay modas claramente perjudiciales, bien porque suponen un gasto sustancial de tiempo y dinero que pueden dedicarse a metodologías con eficacia probada (Busso y Pollack, 2014), bien porque pueden dificultar o impedir el aprendizaje de todo el alumnado o, como mínimo, de una parte del mismo (Carnine, 2000). Un ejemplo del primer caso, en referencia a las modas perjudiciales, es la aplicación de la teoría de las Inteligencias Múltiples en las aulas (Hodge, 2005). Mientras que un ejemplo del segundo caso es (o, quiero pensar, fue) la adopción del método global para la enseñanza inicial de la lectura (Stahl, 1999). Son estas últimas modas las que centran el contenido de este post.

Antes de continuar, conviene aclarar que el término moda educativa no es irremediablemente sinónimo de innovación educativa. Una moda educativa no se apoya en ninguna teoría válida ni está respaldada por estudios científicos que demuestren su eficacia. Habitualmente, su difusión viene de la mano de determinadas empresas o personas afines que logran popularizarla entre los responsables de la formación continua del profesorado, las autoridades educativas o los propios docentes a través de libros, publicaciones periódicas o estudios preliminares de baja calidad (Slavin, 1989). Por el contrario, una innovación educativa puede referirse a cualquier elemento novedoso que se introduce en un sistema educativo o colegio y conduce a un cambio en las ideas, prácticas, productos o servicios del mismo (Carrier, 2015). Este cambio puede estar o no respaldado por la evidencia.

¿Cómo se popularizan las modas educativas?

En el año 2017, Nathalie Carrier publicó un trabajo fruto de su tesis doctoral que tenía como objetivo determinar qué estrategias se habían utilizado para difundir siete modas educativas concretas y qué lugar ocupaba la evidencia en este fenómeno, aunque ella emplea el término innovación. Los medios que examinó para determinar cómo se difunden las modas educativas fueron revistas de divulgación educativa y comerciales, periódicos locales y blogs. Para analizar el contenido de estos medios, utilizó seis criterios de persuasión recogidos en la literatura sobre psicología social: Compatibilidad con las ideas previas, accesibilidad para su uso mediante explicaciones claras, practicidad para el trabajo en el aula, evidencia o calidad de la investigación que lo avala, credibilidad de las fuentes de las que procede la información y atractivo, referido a si la innovación resulta profesional, personalizada y/o divertida. Para ser consideradas populares, las modas analizadas tenían que cumplir al menos cuatro de un total de seis requisitos como, por ejemplo, poseer una entrada en diez blogs diferentes, contar con un hashtag en Twitter o una página en Facebook o haber sido empleadas por 10.000 individuos, 10 colegios o 5 distritos escolares.

A continuación, se presentan las conclusiones principales de su trabajo. En general, las dos estrategias más utilizadas para promocionar las modas educativas fueron, en primer lugar y a gran distancia del resto, el atractivo y en segundo lugar la credibilidad percibida, por delante de la evidencia, la practicidad, la accesibilidad y la compatibilidad. Junto a esto, los medios recurrían a un lenguaje emotivo o descriptivo, más que a uno basado en la evidencia disponible, para publicitar la moda en cuestión. Además, apenas unos pocos documentos citaban estudios de investigación sobre las modas anunciadas para determinar la efectividad de las intervenciones y ninguno de ellos describía o exploraba en profundidad dichos estudios. Más bien, el tipo de evidencia en la que se apoyaban los documentos consultados eran estudios informales, anécdotas basadas en experiencias personales o datos estadísticos generales sobre los problemas que abordaban las modas o sobre su uso.

La información sobre un determinado método educativo puede sonar convincente al mostrarse adornada con historias y anécdotas emotivas o referencias a fuentes afines creíbles. Pero, a la vez, esta información puede no estar corroborada sino simplemente basada en argumentos incorrectos y rudimentarios. Por esta razón, la autora recomendaba a los docentes estar alerta ante las influencias y sesgos que pueden producir las estrategias usadas para difundir las modas educativas. Junto a esto, les aconsejaba ser prudentes y formular preguntas críticas sobre dichas modas como, por ejemplo, qué estudios cuestionan su eficacia o, al menos, cuestionan los inconvenientes potenciales de la misma. Para terminar, Carrier sentenciaba que las estrategias detectadas a través de su trabajo de investigación pueden conducir a la difusión de modas ineficaces, inútiles e incluso perjudiciales para los alumnos.

En 1989, Robert E. Slavin describía las etapas por las que pasan las modas educativas hasta popularizarse dentro de la comunidad educativa. A modo de resumen, este investigador situaba como primera etapa la publicación de un método concreto en un libro, publicación periódica popular o evento educativo, seguida por la presentación de resultados preliminares y prometedores, aunque frecuentemente con pruebas muy deficientes. A pesar de ello, el método se expande entre algunos distritos escolares, más tarde entre otros colegios entusiastas de la innovación para hacerlo más tarde entre los responsables de la formación del profesorado, inspectores de educación, etc. Por último, el método termina expandiéndose rápidamente al resto de colegios a través de breves talleres impartidos o bien por los propios creadores del método o bien por formadores profesionales o bien por personal del centro formado ex profeso para ello. Desafortunadamente, solamente cuando el programa ya está de moda y muchos profesores lo están aplicando en sus aulas, comienzan a hacerse evaluaciones rigurosas de su eficacia. De hecho, para cuando comienzan a publicarse estudios de calidad y revisiones, con resultados a menudo negativos, ya es tarde. También ocurre con frecuencia que, a estas alturas, el interés por el método ya ha disminuido y es otra moda la que ha comenzado a despertar entusiasmo entre el profesorado.

¿Qué se puede hacer para evitar que las modas educativas se cuelen en los colegios?

La forma de frenar este péndulo, este ir y venir de las modas educativas, sostiene Slavin (1989), es cambiar las reglas del juego bajo las que las innovaciones educativas son elegidas, implementadas, evaluadas e institucionalizadas. El autor afirma que la comunidad educativa tiene que demandar evaluaciones rigurosas sobre las propuestas educativas que se ofertan antes de adoptarlas. También subraya la necesidad de reemplazar los cursos y talleres de formación breves por otros más extensos que incluyan un seguimiento a medio y largo plazo para comprobar si una determinada propuesta educativa está funcionando o no. Este seguimiento, esta evaluación de la eficacia de la propuesta, ha de incluir grupo experimental y control, con medidas de pre y postest (a poder ser estandarizadas) y garantizando que la aplicación de la propuesta en el aula se ha evaluado bajo condiciones reales y durante períodos de tiempo realistas. Además, sería recomendable que esta evaluación se hicieran primero a pequeña escala y después a gran escala.

Ya en el año 2006, Ben Goldacre, científico y divulgador, advertía de la necesidad de dotar al profesorado de las herramientas y autonomía suficientes para juzgar críticamente si un método educativo dispone o no de pruebas suficientes y válidas para su implementación en las aulas, lo cual favorecería que los docentes dejaran de depender de las injerencias externas (opiniones de expertos, ideologías de uno y otro color, etc.). Sin embargo, son varias las señales que ponen de relieve que aún estamos lejos de este objetivo. Por poner solamente algunos ejemplos, los profesores tanto en formación como en activo, dentro y fuera de nuestro país, albergan hoy en día un elevado número de ideas erróneas sobre teorías y métodos educativos (Cunningham, Perry, Stanovich & Stanovich, 2004; Dekker, Lee, Howard-Jones, & Jolles, 2012; Echegaray-Bengoa & Soriano-Ferrer, 2015; Ferrero, Garaizar, & Vadillo, 2016; Fuentes & Risso, 2015; Tardif, Doudin, & Meylan, 2015; Washburn, Mulcahy, Musante, & Joshi, 2017). Además, consultan más revistas divulgativas que científicas (Ferrero et al., 2016), a las que por cierto consideran menos fiables, accesibles y útiles que los talleres y cursos de formación (Landrum, Cook, Tankersley & Fitzgerald, 2002). Por último, la formación que reciben los estudiantes de educación en métodos de investigación, estadística, búsqueda en bases de datos o lectura de artículos científicos es insuficiente (Ferrero, 2018) y puede impedir que los futuros maestros puedan beneficiarse de los avances científicos en materia educativa.

Si nuestra sociedad aspira a una educación basada en las mejores pruebas disponibles y no en modas que vienen y van, es fundamental mejorar la cultura científica de todos los agentes de la comunidad educativa. Mientras esto ocurre, se presentan a continuación diez señales de alerta que pueden emplear los docentes para detectar prácticas educativas sin pruebas válidas sobre su eficacia (Lilienfeld, Ammirati & David, 2012).

Fotograma de “The Simsons”, serie creada por Matt Groening para Fox Broadcasting Company

Diez señales de alerta para detectar prácticas pseudocientíficas

1. Falta de falsabilidad y uso excesivo de hipótesis ad hoc

La falsabilidad se refiere a la capacidad de refutar una teoría con la ayuda de la evidencia. Una forma de convertir una teoría en irrefutable es usando hipótesis ad hoc. Esto es, invocando nuevas hipótesis sobre un determinado fenómeno a los resultados obtenidos para explicar por qué no se han confirmado las predicciones de la teoría. Por ejemplo, ante la inferioridad del método global frente al alfabético en la enseñanza de la lectura, los defensores del primero podrían alegar que las tareas empleadas para medir la velocidad y precisión lectoras no son las adecuadas.

2. Falta de autocorrección

Frente a las correcciones graduales que se hacen constantemente a las afirmaciones científicas, las pseudociencias tienden a mantenerse estancadas a pesar de que cada vez haya más evidencia en contra de lo que defienden. Un ejemplo de esta falta de autocorrección se puede observar en torno a la teoría de los estilos de aprendizaje. A pesar de la cada más abundante y sólida evidencia sobre su invalidez, su uso está aún muy generalizado en las escuelas.

3. Énfasis en la confirmación

El sesgo de confirmación consiste en buscar únicamente evidencia que apoya las hipótesis propias a la vez que se ignoran o reinterpretan de forma selectiva aquellas que van en contra. Este sería el caso, por ejemplo, del método Berard, Para defender su eficacia ante múltiples problemas de aprendizaje y conducta (ver la última señal de alerta), sus creadores aportan en la web oficial diversos testimonios de clientes que afirman que el método ha cambiado sus vidas. Sin embargo, esta web no contiene ninguna mención sobre la posibilidad de que el método puede no funcionar en todos los niños.

4. Evasión de la revisión por pares

Aunque no es perfecta, la revisión por pares proporciona cierta protección frente a la investigación de baja calidad. Brevemente, ésta consiste en la revisión de los trabajos de investigación por parte de varios investigadores independientes, a menudo tres o más, antes de su publicación. Sin embargo, no todas las revistas exigen una revisión por pares para publicar un trabajo de investigación. Este es el caso, por ejemplo, de Brain Gym. Este método de gimnasia cerebral, que llegó a utilizarse en más de 80 países (Hyatt, 2007), incluye en su web oficial una pestaña con un extenso listado de estudios de investigación que supuestamente demuestran su eficacia. Sin embargo, la mayoría son estudios cualitativos. Y, entre los que son experimentales, solamente dos han sido publicados en revistas de revisión por pares.

5. Confianza excesiva en pruebas basadas en anécdotas y testimonios

La suma de anécdotas no equivale a hechos. Las anécdotas son difíciles de verificar, tienen una representatividad muy cuestionable y siempre son muy vulnerables a múltiples explicaciones alternativas. Un claro ejemplo del uso de anécdotas aisladas para defender la eficacia de una intervención la encontramos en torno al método Doman. No hay estudios empíricos válidos sobre su eficacia pero sí múltiples testimonios de usuarios particulares, normalmente familias, que defienden el “a mí me funciona” y que son presentadas por los promotores del método como pruebas irrefutables de su éxito.

6. Ausencia de conexión

La conexión se refiere a si un conjunto de afirmaciones están edificadas sobre o conectadas con afirmaciones o hallazgos previos válidos. Las pseudociencias a menudo carecen de esta conexión. Un ejemplo de ello es la idea de que las diferencias en el hemisferio dominante (cerebro izquierdo, cerebro derecho) pueden ayudar a explicar las diferencias individuales entre estudiantes. Los defensores de esta idea ignoran la gran cantidad de investigación que muestra que los dos hemisferios cerebrales siempre trabajan juntos así como que ambos hemisferios son mucho más similares que diferentes a la hora de procesar la información.

7. Afirmaciones extraordinarias

Las afirmaciones extraordinarias requieren de hechos extraordinarios. Sin embargo, muchas pseudociencias no cumplen esta premisa. Un ejemplo de ello lo encontramos en los llamados niños índigo, de los que los creadores del método Asiri (que ha aterrizado en nuestro país) hacen bandera. Según ellos, estos niños irían más allá en la evolución humana desde el punto de vista espiritual y mental. Sin embargo, no aportan ninguna prueba que demuestre esta sorprendente afirmación.

8. Falacia ad antequitem

Consiste en apelar a la antigüedad, al “se ha hecho siempre”, para defender la validez de una práctica concreta. Esto sucede en muchas escuelas de educación infantil de nuestro país que llevan décadas empleando el método Doman y el método patterning (del mismo autor) en las aulas. Otro ejemplo claro es el uso de ciertas pruebas proyectivas, como el dibujo de la figura humana, en el ámbito de la psicología escolar a pesar de la falta de pruebas sobre su validez.

9. Uso de un lenguaje hipertécnico

Dentro de la comunidad científica, con frecuencia es preciso introducir nuevos términos para describir un hallazgo reciente. Sin embargo, desde el campo de las pseudociencias, se hace un abuso de la jerga técnica para dotar de mayor credibilidad a sus afirmaciones. Por ejemplo, los partidarios de las terapias auditivas, como el método Tomatis o Berard, recurren a menudo a un lenguaje hipertécnico, con expresiones como “hipersensibilidad al sonido” o “interferencia con un procesamiento eficiente de las señales sonoras” a la hora de describir los problemas que supuestamente remedian.

10. Ausencia de condiciones límite

En contra de lo que hacen los científicos, los defensores de prácticas pseudocientíficas no definen los límites de las prácticas que defienden. Esto es, no especifican en qué casos es o no eficaz una intervención. De hecho, defienden su uso para un abanico excesivamente amplio de condiciones. Este es el caso por ejemplo del método Irlen, cuyos promotores defienden su utilidad para innumerables problemáticas tanto físicas (por ejemplo, confort y sensibilidad a la luz) como psicológicas (por ejemplo, atención y concentración).

Nota: Aunque para cada alerta se han aportado uno o dos ejemplos concretos, prácticamente todos ellos podría utilizarse para ejemplificar muchas de las diez alertas.

Referencias:

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Carrier, N. (2017). How educational ideas catch on: The promotion of popular education innovations and the role of evidence. Educational Research, 59, 228-240.

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Ferrero, M. ¿Qué saben los estudiantes de educación sobre métodos de investigación? Un estudio de los programas docentes españoles (en preparación).

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Fuentes, A., & Riso, A. (2015). Evaluación de conocimientos y actitudes sobre neuromitos en futuros/as maestros/as. Revista de Estudios de Investigación en Psicología y Educación, 6, 193-198.

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Hodge, E. E. (2005). A best-evidence synthesis of the relationship of multiple intelligence instructional approaches and student achievement indicators in secondary school classrooms (tesis doctoral). Universidad Cedarville , Ohio, Estados Unidos.

Hyatt, K. J. (2007). Brain Gym®: Building stronger brains or wishful thinking? Remedial and Special Education, 28, 117-124.

Landrum, T. J., Cook, B. G., Tankersley, M., & Fitzgerald, S. (2002). Teacher perceptions of the trustworthiness, usability, and accessibility of information from different sources. Remedial and Special Education, 23, 42-48.

Lilienfeld, S. O., Ammirati, R., and David, M. (2012). Distinguishing science from pseudoscience in school psychology: science and scientific thinking as safeguards against human error. Journal of School Psychology, 50, 7-36.

Tardif, E., Doudin, P-A., & Meylan, N. (2015). Neuromyths among teachers and student teachers. Mind, Brain and Education, 9, 50-59.

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Fuente del Artículo:

https://culturacientifica.com/2018/05/17/el-ir-y-venir-de-las-modas-educativas/

ove/mahv

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Educación humanizadora y deshumanizadora

Ecuador / 13 de enero de 2019 / Autor: Edmundo Vera Manzo / Fuente: El Telégrafo

La educación humanizadora es la que cultiva las cualidades superiores de los seres humanos como la
tolerancia, el enriquecimiento mutuo por el intercambio de valores diferentes y complementarios, el
respeto a la diversidad, la honradez, la humildad, el amor a sí mismo y a los demás, la solidaridad, el
servicio a la comunidad y la espiritualidad.

No es suficiente recibir educación en el hogar, el sistema educativo y los diferentes miembros de la
comunidad local, nacional e internacional. La educación puede ser parcial, pobre, limitadora e incluso
educar tan solo las capacidades y aptitudes para poder realizar actividades productivas.

Una deficiencia generalizada de la educación es ser únicamente intelectualista que cultiva las
capacidades cognoscitivas del modelo cartesiano y newtoniano de la ciencia clásica. Se están formando
seres reprimidos en sus sentimientos, insensibles y sin conciencia. Pascal decía que “la razón tiene sus
razones, pero el corazón tiene sus razones que la razón no entiende.

La humanidad se encuentra viviendo un momento regresivo. Los grupos transnacionales y nacionales
más ricos ejercen su influencia para ampliar sus ganancias en detrimento de la mayoría de los seres
humanos y la naturaleza. El elitismo, el enriquecimiento fácil, la inmoral e ilegal ganancia se
encuentran muy extendidos y con la tendencia a aumentar. Existen epidemias de elitismo, racismo,
sexismo, machismo, irrespeto a la diversidad sexual, fobia a los migrantes y falta de solidaridad humana,
etc.

La educación requiere de buenos modelos a seguir. De gobernantes, autoridades, profesores y padres de
familias íntegros, ejemplares. Existen gobernantes y autoridades que desprecian los derechos humanos.
Aristóteles decía que el ser humano es un animal político. Parafraseando expresó: “si la política es la
máxima pedagogía, si quitamos a la política y la pedagogía humanizadora corremos el riesgo de
descender a animales”.

Fuente del Artículo:

https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/columnistas/15/educacion-humanizadora-deshumanizadora

Fuente de la Imagen:

http://necesitodetodos.org/2013/03/educacion-global/

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Trenzar. Revista de Educación Popular, Pedagogía Crítica e Investigación Militante N°1 (octubre 2018 -marzo 2019) – PDF

Chile / 13 de enero de 2019 / Autor: Daniel Fauré / Fuente: Latinoamericana Revistas

Editorial

Entrevistas

Fuente de la Reseña:

http://latinoamericanarevistas.org/2019/01/04/trenzar-revista-de-educacion-popular-pedagogia-critica-e-investigacion-militante-n1-octubre-2018-marzo-2019/

ove/mahv

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