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El pacto educativo, un espacio que se desgasta vertiginosamente

Por: Dinorah García Romero

Otro factor que influye en la inamovilidad del Pacto Educativo es la baja participación de las distintas representaciones institucionales en el análisis de las ideas, de los problemas y de los disensos; asimismo, en la construcción de los consensos durante el desarrollo de las sesiones plenarias.

El Pacto Nacional para la Reforma Educativa 2014-2030, cuya convocatoria se realizó mediante el Decreto 228-13, por el presidente Danilo Medina, constituye un hito importante en la historia de la educación de la República Dominicana. En este Pacto Educativo se observa una representación amplia y diversa de funcionarios del gobierno, de actores y sectores de la educación y de entidades de la sociedad civil comprometidas con el desarrollo socioeconómico, el desarrollo educativo-cultural; y, sobre todo, con el fortalecimiento de la calidad de la educación. El Pacto Educativo es el resultado de una construcción social,  de una negociación  política y educativa de primer orden.

Desde sus orígenes, el Pacto Nacional para la Reforma Educativa 2014-2030 es foco de atención de las instituciones y de los actores preocupados por cambios cualitativos en la educación preuniversitaria y en la educación superior. El Pacto Educativo no puede resolver todo. Se espera que mueva algo, que muestre indicios de vida y de innovación en educación y en la sociedad. Se espera, también, que sea capaz de definir una agenda que tenga como ejes los problemas prioritarios de la educación del país. Pero, ha sido imposible avanzar en esta dirección. Desde nuestra mirada y experiencia, los factores que afectan al Pacto Educativo son la burocracia, el énfasis en la organización interna y poca habilidad para lograr articulación orgánica entre los Ministerios responsables de liderarlo.

Otro factor que influye en la inamovilidad del Pacto Educativo es la baja participación de las distintas representaciones institucionales en el análisis de las ideas, de los problemas y de los disensos; asimismo, en la construcción de los consensos durante el desarrollo de las sesiones plenarias. Resuenan las mismas voces, mientras una mayoría de los participantes opta por una escucha serena y pasiva. La realidad es preocupante, porque el Pacto Educativo cuenta con un capital intelectual de alto nivel y posee un caudal de experiencias educativas, sociales y políticas invaluable. Por esto no se entiende por qué desde el 2014 hasta la fecha no da un salto que lo coloque a la vanguardia del impulso a la innovación y a la calidad de la educación.

Tampoco se entiende que, casi al cumplirse diez años de su puesta en ejecución, la sociedad dominicana no tenga información sobre qué se hace desde el Pacto Educativo. De igual manera, desconoce para qué lo hace, cómo lo hace y qué resultados se obtienen.  Este vacío de información requiere atención. La sociedad tiene derecho a información transparente y en tiempo real sobre el quehacer del Pacto Educativo. Urge rediseñar su organización y su funcionamiento. La demora en los cambios que requiere el Pacto Educativo profundiza el desgaste de este espacio. Es preciso un plan de trabajo que responda a las necesidades prioritarias de la educación dominicana.

Se requieren sesiones plenarias enfocadas en trabajos específicos que contribuyan  al mejoramiento de la educación. Repensar el Pacto Educativo no es un deseo, es una urgencia.  Es conveniente superar con agilidad el desgaste vertiginoso que se produce en el Pacto Educativo. Esta plataforma cuenta con capacidades y con voluntades decididas a pensar y a proponer nuevas alternativas que lo revitalicen y potencien su productividad. Es necesario analizar y recomponer la inversión que se hace en el Pacto Educativo y lo que realmente produce. Este espacio es fundamental para la sociedad y para el sector educación; descuidarlo pone en cuestionamiento la responsabilidad de todos sus signatarios.

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/opinion/el-pacto-educativo-un-espacio-que-se-desgasta-vertiginosamente-9210645.html

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El Pacto Educativo da vuelta a la rotonda

Por: Dinorah García Romero 

Los urbanistas me podrán decir que la rotonda tiene su utilidad. Como educadora, puedo decirles y demostrarles que no funciona para la transformación de la realidad social y educativa del país.

El 19 de mayo del año en curso, se celebró la 14a Asamblea Plenaria del Pacto Nacional para la Reforma Educativa 2014-2030. En esta sesión, estuvo presente un selecto grupo caracterizado por el trabajo y por la preocupación a favor de la calidad y de la equidad de la educación en la República Dominicana. Sin lugar a duda, el Pacto Educativo constituye uno de los hitos más importantes del quehacer educativo en los últimos años. De igual manera, evidencia, al menos en el discurso, el interés por liberar, al sistema educativo dominicano, del atraso y de la deficiencia sistémica. Este Pacto expresa la voluntad de la diversidad de sectores de la sociedad dominicana de hacer avanzar la educación y al país, desde la articulación de visiones, prácticas y recursos, de sectores gubernamentales y empresariales; así como del trabajo y experiencia de organizaciones de la sociedad civil y de los representantes de los partidos políticos. La composición del Pacto es plural; por ello, aunque no se aproveche, es un espacio idóneo para optimizar la construcción colectiva y la conjunción de talentos para ver y hacer más allá de los intereses particulares. Otro rasgo distintivo del Pacto Educativo es la presencia de diversidad de Ministerios comprometidos con su desarrollo. Asimismo, incluye la representación de ámbitos educativos, como la educación preuniversitaria, la educación superior y la educación de las personas con condiciones especiales. El ámbito de la educación técnica ha de retomar su participación activa.

A los 8 años de la firma del Pacto Educativo, nos encontramos con una plataforma que se especializa en dar la vuelta a la rotonda. Esta especialidad se caracteriza por girar en torno a la misma idea, sin aplicación  práctica que eleve cualitativamente la educación nacional. Se plantea la necesidad de un sistema de indicadores que posibilite las concreciones y la calidad de la educación. El tiempo se va, y se descubren carencias en detrimento de una acción razonada y efectiva. Esta cultura no favorece el desarrollo institucional; tampoco contribuye a la aplicación de las razones y objetivos que les dieron sentido al Pacto. Por tal motivo, esta instancia tiene que redireccionar su dinámica de funcionamiento y su política, para darle cumplimiento a las metas que ha de impulsar y alcanzar. Es injustificable que, en 8 años, no se pueda exhibir ninguna acción creíble derivada del trabajo desde este organismo. Los pasos que se han dado no han tenido el impacto que la educación necesita y que la sociedad demanda. En cada sesión no podemos acordar y reacordar que vamos a fortalecer la calidad de la educación. Todos los actores del Pacto Educativo somos responsables de una acción más eficiente y eficaz. Hemos de poner los medios y los recursos necesarios para ello. De continuar dando la vuelta a la rotonda, se acentuará el desfallecimiento educativo nacional y paralizará a la sociedad dominicana. Me atrevo a afirmar que ninguno de los participantes en el Pacto Educativo está interesado en que esto ocurra. Por lo tanto, urge un cambio radical en la conducción, en el trabajo y en los resultados del Pacto Educativo. Es necesario cambiar el tecnicismo que domina el desarrollo de la Asamblea Plenaria. De la misma forma, es importante que la agenda contemple menos temas de reflexión y que estos sean trabajados previamente. Las sesiones han de ser para el análisis y debate de las propuestas surgidas del estudio y de la praxis de los temas de la agenda que previamente se acordó. Estas sesiones de trabajo han de ser también para tomar decisiones sobre las propuestas presentadas y aprobadas. Tenemos que retomar el sentido y la acción estratégica del Pacto. En este orden,  la lógica de la acción-reflexión-acción se debe aplicar sin pusilanimidad. La articulación entre reflexión-procesos y resultados es imprescindible. Es preciso, también, imprimir un carácter más ágil y práctico a las estrategias utilizadas por el Pacto Educativo, sin que mengue la calidad. Los urbanistas me podrán decir que la rotonda tiene su utilidad. Como educadora, puedo decirles y demostrarles que no funciona para la transformación de la realidad social y educativa del país.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/el-pacto-educativo-da-vuelta-a-la-rotonda-9064926.html

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Por la conformación de un nuevo pacto educativo

Por: Miguel Ángel Pérez

En la historia reciente de la educación en nuestro país, se han generado reformas, pactos, acuerdos, alianzas por la calidad, planes nacionales o sectoriales etc., todos ellos tienen como finalidad la de traducirse en política pública en educación para un periodo de tiempo determinado y con contenidos y aspiraciones también determinadas.

 Aunque si nos detenemos un poco y miramos un poco más de cerca, cómo se gestan y tienen su curso de acción las distintas propuestas de reforma (le llamaremos así genéricamente), es posible darnos cuenta de que realmente viene siendo una alianza del grupo en el poder con los grupos o las agencias cercanas o afines a dicha postura, incluso se invita a los contrincantes políticos, pero con la convicción de que estén de acuerdo en los contenidos de que se les propone.

Toda iniciativa de reforma (aunque se diga lo contrario) es de carácter coyuntural y muchas veces remedial, su plazo de gestión no va más allá de los cinco o seis años (con excepción del Plan de Once años que trascendió los sexenios entre Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz). De ahí cada seis años en educación “se descubre el hilo negro y se inventa el agua tibia”. Y junto a ello los que estaban mal era los del sexenio anterior “los emisarios del pasado” como les llamó Luis Echeverría”.

Así las cosas, el cual actual gobierno le llama Acuerdo por la educación a su propuesta y en el corazón aparece la propuesta educativa de la Nueva Escuela Mexicana (nombre muy poco creativo). Sus aspiraciones no son radicales, en cuanto a los contenidos, pero si ambiciosas en cuanto a los grupos y sectores sociales involucrados, (grupos empresariales, sindicales, representantes magisteriales, colegios de profesionistas). A la actual propuesta de desarrollo educativo le preocupa más, con quien negociarla por encima de que los contenidos programáticos, los fines y las aspiraciones educativas de la misma.

La Nueva Escuela Mexicana y el Gran Acuerdo por la Educación en México caminan despacio, además no ha sido fácil desmantelar todos los excesos de lo que representó la reforma educativa de Enrique Peña Nieto, de supeditar todo lo que implique la tarea educativa, la evaluación y lo que diga la OCDE, en ese orden.

Bajo este contexto en donde prevalece el inmovilismo y la parálisis institucional, se antoja más pensar en un nuevo acuerdo o en un pacto educativo que inaugure no sólo el método para generar consensos, sino los contenidos del mismo.

De entrada, se requiere tener una mirada con una perspectiva estratégica que se proyecte más allá de los seis años de una administración de gobierno como sucede en nuestro país. Y el otro punto es acerca de los actores sociales y políticos que firman dicho pacto. Hasta ahora (y este gobierno no ha sido la excepción) los acuerdos educativos se negocian de manera cupular con distintas instancias en cuya intención se trata de que dicho acuerdo siga adelante.

En la coyuntura actual es importante involucrar a nuevos actores que tradicionalmente han estado silenciados, marginados y excluidos de los acuerdos políticos trascendentales del campo educativo y no me refiero a la CNTE y a los grupos cercanos de la Cuarta Transformación (la 4T) que en los últimos meses han conseguido amplios espacios de interlocución con las instancias del poder, me refiero a colectivos y grupos magisteriales que trabajan en redes o en agrupamientos, pero bajo rasgos de clara marginalidad, las asociaciones de padres de familia democráticas que no dependen de los grupos corporativos de derecha que dicen representar a la totalidad de padres de familia en México y los grupos de jóvenes, que han demostrado que la educación en nuestro país debe transformarse radicalmente de cara a construir un modelo educativo diferente.

Los anteriores son solo algunos ejemplos de los nuevos actores que deberán incluirse en un pacto inaugural educativo, de cara a la sociedad y al futuro. Hoy la pandemia nos ha enseñado a mesurar las propuestas, a plantearlas con mayor rigor y aquí me refiero y a buscar formas de interlocución con nuevos actores, en alianzas también inéditas.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/por-la-conformacion-de-un-nuevo-pacto-educativo/

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Organizaciones de la sociedad civil anuncian proceso de diálogo para reflexionar sobre la educación en Chile

Iniciativa, impulsada por más de 20 instituciones educativas, busca que los establecimientos y miles de personas autoconvocadas a nivel nacional, discutan y analicen los desafíos del sistema educacional.

América del Sur/Chile/Elmostrador.cl

Con el apoyo transversal de autoridades, organizaciones de la sociedad civil y líderes de opinión, este lunes se dio el puntapié inicial de “Tenemos que Hablar de Educación”, un espacio de diálogo y encuentro que busca posicionar a la educación como una temática relevante dentro de la agenda país y generar una hoja de ruta para el diseño de futuras políticas públicas.

El espacio es impulsado por Acción Colectiva, una alianza entre más de 20 organizaciones de la sociedad civil –comprometidas con una educación de calidad, equitativa e inclusiva–, y cuenta además con el apoyo de Fundación Mustakis y el respaldo de Unicef. Este proceso se enmarca dentro del proceso de diálogo “Tenemos que Hablar de Chile”, una plataforma de encuentro colaborativo de incidencia ciudadana impulsado por la Pontificia Universidad Católica y la Universidad de Chile.

“Nos encontramos en un periodo inédito a nivel mundial. En este contexto la educación juega un rol central. Hoy más que nunca es pertinente preguntarnos por el sentido y el tipo de educación que como sociedad estamos entregando a las presentes y futuras generaciones. A través de este proyecto buscamos que cientos de establecimientos educativos –representativos de todo el país– y miles de personas autoconvocadas puedan analizar y discutir los grandes desafíos en materia educacional”, destacó el director ejecutivo de Elige Educar, Joaquín Walker.

En la misma línea, la directora ejecutiva de la Fundación Educación 2020, Alejandra Arratia, relevó que “desde Acción Colectiva vemos que uno de los principales desafíos en materia de educación es articular esfuerzos desde los distintos sectores para promover una agenda de largo plazo, con mirada sistémica, que aborde los grandes desafíos que tenemos y así fortalecer la experiencia formativa y los aprendizajes de los y las estudiantes. En esto, creemos que la forma de hacerlo es con mayor colaboración, sumando esfuerzos colectivos, para lo cual espacios de diálogo y participación como el proceso Tenemos que hablar de Educación son fundamentales”.

Metodologías de participación

El proceso contempla distintas etapas de participación que se desarrollarán durante 2020 y 2021. La primera, se realizará a través de la Consulta Ciudadana disponible para todos y todas quienes estén interesados en participar en el sitio web de Tenemos que Hablar de Chile.

Por otro lado, los establecimientos educativos de todo el país podrán generar sus propios espacios de diálogo y reflexión, en sus establecimientos, a través de un kit de participación que podrán descargar desde el sitio web de Tenemos que Hablar de Educación. “Con este proceso buscamos levantar la voz de los protagonistas de la educación en Chile, las comunidades escolares. Son ellos quienes mejor conocen sus necesidades y oportunidades. Escuchando sus voces podremos pensar en la educación del mañana desde distintas realidades y contextos pedagógicos, lo que sumado a los contextos nacional, global e histórico, logra una mirada sistémica a los desafíos en educación”, puntualizó el director ejecutivo de Enseña Chile, Tomás Recart.

Respecto a la sistematización y análisis de los resultados de ambos procesos, la investigadora del CIAE de la Universidad de Chile y Premio Nacional de Educación, Beatrice Ávalos explicó que “este proceso de diálogo, nos permite evaluar lo que está sucediendo y a partir de allí diseñar la nueva enseñanza para todos y todas que recoja diferencias, promueva capacidades y ayude a superar las dificultades”.

Apoyo transversal

Respecto al proyecto, el rector de la Pontificia Universidad Católica, Ignacio Sánchez, recalcó la importancia de impulsar procesos de diálogo en materia educativa.

“Es a través de la educación que vamos a poder generar un nuevo encuentro y realidad social en nuestro país, por lo que a través de una amplia conversación se debe entender, analizar y ver el tipo de educación que queremos para las futuras generaciones. Una educación en la cual es clave la interacción entre la familia y los profesores, esta es una alianza que se debe fortalecer, a través del diálogo, el conocimiento y la interacción permanente”, expuso Ignacio Sánchez.

Por su parte, Ennio Vivaldi, rector de la Universidad de Chile afirmó que “el estallido social y la pandemia han hecho ineludible la necesidad de hacernos cargo de la desigualdad que existe en nuestro país. Es algo que Chile debe enfrentar de manera colectiva y todos tienen que ser invitados a sentirse parte del problema y de la solución. La educación, y sobre todo la educación pública, es la instancia clave para lograr esa cohesión social y ese sentimiento de ser parte de un proyecto compartido”.

Este proceso de diálogo y reflexión concluirá con una sistematización de las respuestas a cargo de la Universidad de Chile, generando los lineamientos para el diseño de futuras políticas públicas educativas.

Acción Colectiva por la Educación es una alianza entre organizaciones de la sociedad civil comprometidas con una educación de calidad, equitativa e inclusiva. Esta organización busca promover un esfuerzo colectivo capaz de generar una agenda educativa a largo plazo, trabajando con el Estado, independiente del gobierno de turno, desde el conocimiento y la experiencia en terreno, para generar un cambio educativo a gran escala.

Fuente: https://www.elmostrador.cl/agenda-pais/2020/07/13/organizaciones-de-la-sociedad-civil-anuncian-proceso-de-dialogo-para-reflexionar-sobre-la-educacion-en-chile/

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Campaña unitaria «Por una escuela pública y laica. Religión fuera de la escuela»

Campaña unitaria «Por una escuela pública y laica. Religión fuera de la escuela»

La Campaña “Por una Escuela Pública y Laica: Religión fuera de la Escuela” surgió hace más de dos décadas, como una iniciativa y un compromiso unitario y activo en torno al objetivo democrático de lograr la plena laicidad del sistema educativo.

Ha tenido diversas fases, sin apenas resultados positivos hasta la fecha, pese al creciente respaldo social que, sin embargo, se enfrenta a las obstinadas posiciones confesionales de las Administraciones Públicas y de las principales formaciones políticas.

Gracias a una iniciativa unitaria de la Campaña y a la  presión que venimos ejerciendo desde hace años, con recogida de decenas de miles de firmas y de apoyos sociales y políticos diversos, el pasado 22 de febrero de 2018 en la Comisión de Educación del Congreso se aprobó una proposición no de ley, respaldada por diversos grupos parlamentarios que instaba al Gobierno a:

1-Garantizar el imprescindible carácter laico que debe revestir la Escuela como institución pública, dejando la religión confesional fuera del sistema educativo oficial, es decir, del currículo y del ámbito escolar.

1-Denunciar y derogar los Acuerdos del Estado español con la Santa Sede, así como los suscritos en el mismo sentido con otras confesiones religiosas, obligando al gobierno a proceder para el cumplimiento de ese mandato.

Moción que,  de momento, ha quedado en vía muerta, dada la disolución de las Cámaras, como ha quedado paralizada una  reforma de la Ley de Educación y el Pacto Educativo.

Ante la nueva campaña electoral y la configuración de un nuevo Parlamento y de un nuevo Gobierno, se plantea otra nueva etapa, en la que trataremos, una vez más, de buscar el diálogo y el compromiso con las distintas formaciones políticas y candidaturas que se presentan a  las elecciones municipales, autonómicas y generales y que deseen promover la laicidad en el marco escolar.

Hacemos, en consecuencia, un llamamiento a todas las organizaciones y colectivos defensores de una Escuela Pública y Laica a renovar su apoyo explícito y hacer suya esta Campaña, firmando un nuevo CONTRATO de COMPROMISO ELECTORAL

CONTRATO ELECTORAL: POR UN SISTEMA EDUCATIVO LAICO


La actual política educativa está provocando graves consecuencias. Y está actuando en dos frentes: Por una parte, desarrollando diferentes procesos de mercantilización y privatización de la Enseñanza, tanto por vía de precarizar la enseñanza pública, como a través de medidas de apoyo descarado al sector privado, en su mayoría bajo control ideológico de la Iglesia católica. Y por otra parte, manteniendo en los centros escolares a personas designadas por obispos, con la misión de, además de impartir clases de  religión,  cristianizar a la comunidad educativa y hacer proselitismo religioso. A todo ello habría que añadir la  entrada en los centros de personas de religiones minoritarias, también con fines de adoctrinamiento.

Junto a la promoción de las concepciones neoliberales de la economía y de la sociedad, se han retomado elementos nunca abandonados del nacional-catolicismo, haciéndose eco de las presiones de la Conferencia Episcopal,  que para no renunciar a sus privilegios, se ampara en el Concordato franquista de 1953 y los Acuerdos del Estado español con la Santa Sede de 1979.

Todo ello conlleva un doble grave perjuicio para el alumnado que, por un lado, es segregado por motivos ideológicos, desde edades muy tempranas, vulnerando diversos convenios de la Infancia y, por otro lado, también es segregado por motivos económicos y sociales. La mercantilización/privatización de la Enseñanza está ahondando en las diferencias entre el alumnado, como consecuencia de un Sistema Educativo selectivo e injusto y cada vez más elitista..

Ante el periodo electoral que se abre en las próximas semanas, hacemos llegar a todas las formaciones políticas y candidaturas, el análisis y compromiso explícito en torno a la laicidad que debe presidir el marco escolar, para el desarrollo de la libertad de conciencia que debe respetarse, de una forma más escrupulosa, si cabe, cuando se trata de niños y jóvenes en su periodo de formación.

Muy en particular, aquí y ahora, además del propósito expresado de abogar por la derogación definitiva de la LOMCE (y parte de la LOE), queremos centrar el análisis sobre dos ejes que, por su importancia decisiva y su remisión a simples principios democráticos, deberían figurar en sus programas, con el serio compromiso de proceder a su defensa desde el ámbito propio:

A- Garantizar la plena laicidad de la enseñanza, para ello:

 1-Hay que sacar la religión confesional de la Enseñanza, de forma inmediata.

2-NO financiar -con dinero público- el adoctrinamiento religioso en ningún centro escolar.

3.-Potenciar la Red Pública de Enseñanza, como fundamental para vertebrar el Derecho a la Educación de todos y todas, evitando -de forma progresiva- la desviación de fondos públicos hacia intereses privados de todo tipo.

B- La derogación de los Acuerdos con el Vaticano, por constituir la base “legal” de los privilegios que sigue reclamando la Iglesia, especialmente dentro del sistema educativo y, al mismo tiempo,  haberse  producido un progresivo rechazo social y político a sus contenidos antidemocráticos. De igual forma deberá procederse a la anulación de Acuerdos con otras confesiones en los que se establece la posibilidad de impartir religión en la escuela.

Organizaciones sindicales, sociales y políticas que lo respaldan, hasta el 7 de abril de 2019

Europa Laica / STES. Intersindical / Sindicato de Estudiantes / CEAPA (Confederación Española de AMPAS)  / Federación de Enseñanza de CCOO / STEPV – Intersindical Valenciana  / Confederación Estatal de MRPS /  FETE – Sector Enseñanza de FeSP-UGT / Federación Enseñanza de CGT / Sindicato de Enseñanza de Madrid de CGT / Izquierda Unida  / Izquierda Unida – Madrid / Izquierda Republicana / EHIGE (Confederación de Madres y Padres de la Escuela Pública Vasca)  / FELAMPA Sierra Pambley – León  / FELGTB (Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales) / Redes Cristianas / Cristianas y cristianos de base de Madrid / Colectivo Infancia / UAL (Unión de Ateos y Librepensadores) / AMAL (Asociación Madrileña de ateos y librepensadores) / MHUEL-Aragón / Laikotasuna (Colectivo para la laicidad de Guipuzcoa) / Asturias Laica / Andalucía Laica / Extremadura Laica / Asociación Laica de Rivas Vaciamadrid / CAUM. (Club amigos de la Unesco de Madrid) / Madrid Laica / Valencia Laica / Asamblea Marea Verde Madrid / Red IRES (Red Investigación y Renovación Escolar) / Plataforma contra la impunidad del franquismo / AMESDE / Fundación Acción Laica / Asociación Manuel Azaña / Alternativa Republicana / Unidad Cívica por la República /  León Laica  / FAPA María Moliner. Albacete / STE-CLM / CCOO Enseñanza Madrid /  Familia Sociedad siglo XXI / Partido Socialista Libre Federación / Partido ACTÚA / CIDESPU (Ciudadanas Defensa Escuela Pública) / PCE (Partido Comunista de España) / Partido PODEMOS / FAPAR – (Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Aragón) / EH BILDU / Esquerra Republicana del País Valencià / STEM-STEsi–Madrid / Coalició COMPROMÍS / FADEA (Fed. Asoc. Estudiantes Aragón) / Asociación Pro Derechos Humanos de España / Católicas Por el Derecho a Decidir / Partido EQUO / Asamblea Feminista de Madrid  / PEPA (Plataforma Escuela Pública Aranjuez) / APALHU  (Associació per a l’humanisme) / Movimiento de renovación pedagóxica Nova Escola Galega / Plataforma Laicista de Jerez  / Fórum de política feminista agrupación de Córdoba  / Movimiento Social por la Escuela Pública de Asturias  / Asociación vecinal “Impulsa Montijo”  / Asociación Lánzate LGTBI de Canarias  / Lucha Internacionalista / Colectivo Republicano de Euskal Herria  /  Fundació Ferrer i Guàrdia

Las organizaciones políticas, sociales y sindicales que lo deseen pueden adherirse al Contrato Electoral, enviado un correo a: escuelalaica@europalaica.org  

También puedes firmar FIRMA: Por una Escuela Pública y Laica. Religión fuera de la escuela. Derogación de los Acuerdos 

 

Fuente de la Información: https://kaosenlared.net/campana-por-una-escuela-publica-y-laica-religion-fuera-de-la-escuela/

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Pacto educativo por una escuela pública, laica e inclusiva

Por: Enrique Díez

Seamos claros. Necesitamos un giro de 180 grados en la política educativa de este país, si queremos una educación para el bien común.

Un cambio de rumbo radical en tres aspectos clave: supresión de conciertos educativos, laicidad en la escuela y blindaje de la financiación de la educación pública por encima del 6% del PIB. A esto se pueden añadir muchos aspectos de mejora pedagógica, metodologías más innovadoras, estabilización de las plantillas del profesorado, formación inicial y permanente mejor y más práctica, medidas efectivas de inclusión educativa y social, de coeducación y feminismo en las aulas y los centros, de ecología y educación para el decrecimiento, potenciar una FP más diversa y dotada, desarrollar el valor de la escuela rural y de la educación de personas adultas, y muchas más propuestas e iniciativas que tenemos en mente y puedan ayudar a construir y asentar una educación más justa, solidaria y mejor en el siglo XXI.

Pero sin las tres primeras, de nada o prácticamente de muy poco servirán. Porque estos tres elementos son la “clave de bóveda” de un sistema público, laico e inclusivo. De poco valen las medidas para remozar o renovar un sistema, si venden, privatizan, deterioran y destruyen el sistema. Porque es a través de estos tres “agujeros negros” por donde se desangra a raudales el actual sistema educativo público. Agujeros negros que se evita abordar de una forma decidida y clara en las propuestas electorales y en las reformas educativas, heredando modelos obsoletos sin cuestionarlos. Agujeros negros que marcan el eje fundamental de una disyuntiva básica: una educación pensada al servicio de todos y para el bien común o centrada en la selección, la segregación y el negocio para una élite.

Porque la educación o es pública, o es segregación por clase social, sexo o ideología. La educación o es laica, o es adoctrinamiento religioso en creencias particulares. La educación o está financiada, o se produce un progresivo deterioro e imposibilidad de una inclusión real con recursos. Es una ecuación bien fácil de entender y de constatar.

Por eso, en una educación pensada para el bien común es necesario y urgente parar y revertir la segregación que supone el sistema de conciertos educativos, una “anomalía española” en el panorama europeo, que sangra las arcas públicas para financiar empresas y opciones privadas. Este modelo de conciertos alienta y naturaliza la selección y la competencia entre la comunidad educativa. Ya no se trata de garantizar el derecho a la mejor educación de todos los niños y niñas, sean propios o ajenos. Ya no se trata de que la comunidad educativa luche conjuntamente para que todos los niños y niñas tengan el mejor colegio público al lado de su casa. Lo que se pretende es normalizar un sistema de consumo competitivo y de mercado, donde cada familia se vea como un “avispado inversor” que ha de seleccionar la mejor “inversión educativa” para el futuro de sus hijos e hijas frente a los demás. Ya no se trata de involucrarse en la asociación de madres y padres del colegio al lado de tu casa, para mejorarlo, pensando en el bien común de todos los niños y niñas del centro, sino en ser un “consumidor inteligente” y adelantarte, buscando la oportunidad, para conseguir colocar a tu hijo o hija, aunque sea al otro lado de la ciudad –si tienes recursos y medios para desplazarte diariamente-, en aquel centro privado en el que te han asegurado que estará con los que son de su clase social o, al menos, que no se mezclará con los que no lo son. Recordemos que los centros privados-concertados solo escolarizan a menos del 20% de la población migrante, de minorías o con necesidades educativas.

El otro gran agujero negro de la educación es la imposición de la religión en los centros escolares y en las facultades de Educación de todo el Estado, herencia nacionalcatólica aún de la dictadura fascista. Esta segunda anomalía histórica, que todavía sujeta con mano de hierro la influencia inexplicable de la jerarquía católica en España, impide respetar la libertad de conciencia de los niños y las niñas, educar sin dogmas y eliminar toda forma de adoctrinamiento en el currículo escolar y en la escuela. Además, impide igualmente garantizar una convivencia plural en la que todas las personas sean acogidas en igualdad de condiciones, sin privilegios ni discriminaciones en función de sus particulares convicciones ideológicas, posibilitando la convivencia entre quienes no tienen las mismas convicciones.

El tercer agujero negro es la financiación de la educación pública. Elemento clave para sentar las bases y los medios para dotar de recursos una educación inclusiva que atienda realmente la diversidad en las aulas y los centros, que permita reducir el número de alumnado por aula en función de las recomendaciones de la UNESCO, que elimine la precariedad del profesorado interino y estabilice plantillas docentes para desarrollar proyectos educativos que necesitan tiempo y persistencia, que impida que 50.000 escolares empiecen el curso en barracones, que se pueda implementar una formación inicial y permanente más práctica, que se potencie una Formación Profesional con recursos y medios, etc., etc.

Si proclamamos que la educación es el futuro de un país, si mantenemos que una sociedad educada es base de la democracia y el desarrollo social y comunitario de la humanidad, si aseguramos incluso que el desarrollo tecnológico y productivo sostenible y respetuoso con el entorno se asegura con más y mejor educación, invirtamos en ella. No hay excusa. No puede haber dilación. En vez de rescatar a bancos, y destinar 60.000 millones de nuestros impuestos a los responsables en buena parte de la crisis, o rescatar autopistas de las grandes empresas y los empresarios de siempre o el Castor…, o tantas barbaridades, destinemos el dinero público a la educación pública. Ha sido voluntad política rescatar a los bancos. Se sacó dinero para ello. Que no nos digan que no se puede blindar la financiación de la educación pública para que, como mínim,o se invierta el 6% del Producto Interior Bruto que producimos anualmente. Y que se blinde constitucionalmente para que ningún gobierno lo pueda modificar. Es cuestión de voluntad política, porque dinero, como se dice tradicionalmente, “haberlo haylo” (si lo hay para rescates o para armamento, no va a haberlo para educación).

Dejemos por tanto de marear la perdiz. Es hora de abordar el futuro educativo en España. Y afrontar de forma clara y decidida el modelo de educación que queremos: pública, laica e inclusiva al servicio del bien común y considerada como un derecho para todos y todas; o concertada y privada, confesional y segregadora al servicio del interés privado y el negocio educativo, al servicio de la selección.

Tras el trabajo de varios años, amplios sectores del mundo de la educación (asociaciones, colectivos y movimientos de renovación pedagógica, sindicatos, organizaciones estudiantiles, confederaciones de asociaciones de familias y partidos políticos), han conseguido consensuar un Acuerdo Social y Político, surgido de la propia comunidad educativa, plasmando en el Documento de bases para una nueva Ley de Educación una alternativa que sirva de base para un Pacto por una Educación Pública, Laica e Inclusiva que dé estabilidad, calidad y equidad al sistema educativo por generaciones. Nunca antes se había logrado un consenso tan amplio en torno al modelo educativo que necesitamos para el siglo XXI.

Solo es necesaria voluntad política para que se lleve a la práctica en torno a la educación como un bien común, un derecho básico universal que solo se puede garantizar para todos y todas en y por la educación pública, laica e inclusiva.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/10/08/pacto-educativo-por-una-escuela-publica-laica-e-inclusiva/

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¿Cuál es la mayor urgencia de nuestro sistema educativo?

Por: El País.

El curso escolar acaba de comenzar en España en unas aulas que emiten múltiples señales de alarma. Las plantillas de profesores y numerosas instalaciones escolares están pendientes de renovación tras años de recortes, existe una temporalidad laboral elevada, el modelo de formación de los docentes y los currículos escolares están cuestionados, los centros deben lidiar con problemas sociales sin disponer de los recursos necesarios para ello y persiste la ausencia de un gran pacto educativo que dé una ley estable al sistema.

¿Eres miembro de la comunidad educativa? Participa en el Foro de Educación de EL PAÍS respondiendo a la pregunta de esta semana: ¿Cuál es la mayor urgencia de nuestro sistema educativo? Publicaremos aquí una selección de las respuestas.

«Hay que dejar de dar bandazos»

Un pacto educativo en el que los partidos se comprometan a dar estabilidad al sistema es lo que urge en este momento. Se necesita tiempo para asentar las bases, y que las bondades de ese sistema, con tiempo puedan salir a la luz. El profesorado no puede estar cada dos años cambiando la organización del centro al arbitrio del partido que esté en su Administración. Después de recortes, LODES, LOES, LEAS y LOMCES a los colegios de Andalucía llegaron en junio unas instrucciones que nos han cercenado la autonomía y nos han cambiado toda la organización del centro, aumentando la religión y poniéndola, en carga horaria, por encima de la musica, la plastica, el segundo idioma e igualándola con naturales y sociales. En esta situación de incertidumbre y con carga burocrática brutal se trabaja con la sensación de ser parte de la tripulación de un barco que va dando bandazos sin rumbo fijo. Un pacto educativo a largo plazo es lo que se necesita.

TERESA SIMONET | Maestra de Música y Primaria en Chiclana (Cádiz).

«Se sigue dando clases como cuando yo estudiaba»

Hay muchos temas que repensar en el mundo de la educación pero el que creo que no es negociable es cómo se atiende la diversidad en centro y el aula. Cuál es mi desilusión cuando aún hoy en día mucha parte del profesorado no tiene formación para atender la diversidad y la mayoría de clases siguen siendo magistrales, aburridas y poco motivantes. No es necesario que la educación sea innovadora, pero sí conectada con la realidad. Por ejemplo, se está librando una batalla social, política, humana y económica sobre el cambio climático y se hace muy poco para abordar el tema, integrarlo en el día a día, trabajarlo en profundidad en las clases. A veces hago de apoyo en las clases y las cosas se cuentan exactamente de la misma forma que cuando yo iba a clase. De eso ya hace algunas décadas y todo sigue prácticamente igual. Los centros educativos están faltos de capacidad de reinvención. La mayoría del profesorado solo está preocupado por dar la materia y que los alumnos sigan el ritmo, sin importar si saben trabajar en equipo, expresarse oralmente, resolver conflictos, gestionar sus vidas, buscar qué les motiva. Los centros educativos parecen centros de producción en cadena de nuevos sujetos que alimenten al sistema… y deberían ser algo distinto, deberían ser lugares donde cada alumno pudiera sacar y aprovechar su potencial. A excepción de algunos centros, la situación no parece que vaya a cambiar, quizás porque no interesa o porque, en el fondo, cambiar y mover ficha asusta.

FRANCESC BOSCH | Profesor de Orientación Educativa en Premià de Dalt (Barcelona).

 

«El sistema necesita respeto y reconocimiento»

Lo que el sistema educativo necesita con mayor urgencia es respeto y reconocimiento. Frente al discurso catastrofista promocionado por numerosos medios de comunicación, que dan altavoz a expertos que pocas veces han pisado un aula, empresas deseosas de ampliar su negocio u opiniones partidistas y parciales que buscan réditos electorales, debe valorarse el trabajo realizado por decenas de miles de profesionales, las leyes aprobadas durante décadas y el esfuerzo presupuestario, todavía insuficiente, de las Administraciones. Sin pretender revoluciones utópicas, sin recetas mágicas y sin utilizar la innovación como un mantra vacío de contenido, podemos comenzar a conocer lo hecho hasta ahora y mejorarlo, aumentar la inversión y apostar por una escuela como una pata imprescindible del estado de bienestar y, en general, de la cohesión social. Pero de verdad, con más docentes, más recursos y un trato equitativo para todo el alumnado.

Fuente del artículo: https://elpais.com/sociedad/2019/09/22/actualidad/1569168639_213851.html

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