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Los nazis de nuestro tiempo no usan bigote

Por Jorge Majfud

No deja de ser una trágica ironía de la historia que aquellos que desde el principio condenaron las acciones bélicas de Hamás y del Gobierno de Israel sean acusados de estar a favor del  terrorismo por aquellos que solo condenan a Hamás y justifican el terrorismo masivo, histórico y sistemático del Gobierno de Israel.

Afortunadamente, cientos de miles de judíos (sobre todo en el hemisferio norte) han tenido el coraje que no han tenido evangélicos o laicos políticamente correctos y previsibles de salir a las calles y a los centros del poder mundial a aclarar que el Estado de Israel y el judaísmo no son la misma cosa, confusión básica, estratégica y funcional que radica en el centro del conflicto y beneficia solo a unos pocos con la complicidad fanática e ignorante de muchos otros.

De hecho, decenas de miles de judíos estudiosos de libros sagrados del judaísmo como la Torá han afirmado que el judaísmo es anti sionista. Muchos dirán que es materia de opiniones, pero no veo por qué su opinión deba ser menos importante que la del resto de charlatanes belicosos.

Ha sido este pueblo judío, que sabe que su convivencia con los musulmanes ha sido, por siglos, mucho mejor que esta tragedia moderna, quienes han gritado en Washington y Nueva York “No en nuestro nombre”, “Paren el genocidio del Apartheid” y no en pocos casos han sido arrestados por ejercer su libertad de expresión, que en las democracias imperiales siempre fue la libertad de aquellos que no eran tan importantes como para desafiar el poder político, como lo demuestra, por ejemplo, la libertad de expresión en tiempos de la esclavitud. Pero a estos pertenecerá la dignidad otorgada por la historia.

Cuando vuelva la luz a Gaza y el mundo se entere qué ha hecho uno de los ejércitos nucleares más poderosos del mundo, con la complicidad de Europa y Estados Unidos, sobre un gueto sin ejército y un pueblo sin derecho a nada más que respirar, cuando puede, se enterará de que no son miles sino decenas de miles de vidas tan valiosas como las nuestras, aplastadas por el odio racista y mecánico de gente enferma, unas pocas de ellas con mucho poder político, geopolítico, mediático y financiero, que es, en definitiva, lo que gobierna el mundo. Naturalmente, la propaganda comercial tratará de negarlo. La Historia no podrá. Será implacable, como suele serlo cuando las víctimas ya no molestan más.

Muchos callarán, temblorosos de las consecuencias, de las listas negras (periodistas sin trabajo, estudiantes sin becas, políticos sin donaciones, como lo han informado hasta medios como el New York Times), del estigma social que sufren y sufrirán aquellos que se atreven a decir que no hay ni pueblos ni individuos elegidos por Dios ni por el Diablo, sino meras injusticias del poder desatado.

Que una vida vale tanto y lo mismo que cualquier otra.

Que el pueblo palestino (con una población ocho veces la de Alaska, cuatro o cinco veces la de otros estados de Estados Unidos) arrinconado en un área invivible, tiene los mismos derechos que cualquier otro pueblo sobre la superficie de la esfera planetaria.

Que los palestinos, hombres, mujeres y niños aplastados por las bombas indicriminadas, no son “animales sobre dos patas”, como afirma el Primer Ministro Netanyahu (si fueran perros al menos serían tratados mejor). Ni los israelíes son “el pueblo de la luz” luchando contra “el pueblo de las tinieblas”.

Que los palestinos no son terroristas por nacer palestinos, sino uno de los pueblos que más ha sufrido la deshumanización y el constante asedio, robo, humillación y asesinato impune por ya casi un siglo.

Pero éstos, quienes se atreven a protestar por una masacre histórica, una de las tantas, son, vaya casualidad, los acusados de apoyar el terrorismo. Nada nuevo. Así han procedido siempre los terroristas de Estado en todas partes del mundo, a lo largo de toda la historia y bajo banderas de todos los colores.

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La escuelas de Palestina en huelga contra las políticas de Israel

Por: Tercera Información

  • Varias escuelas palestinas en la zona ocupada de Jerusalén Este mantienen hoy una huelga indefinida para denunciar medidas arbitrarias adoptadas por las autoridades municipales israelíes contra los estudiantes.

El Comité Central de Padres de las Escuelas del barrio árabe de Jabal al-Mukaber afirmaron que la medida continuará hasta que sus demandas legítimas sean atendidas.

Estas incluyen la reubicación de los estudiantes de dos planteles debido al mal estado y la presentación de un plan de acción para construir nuevas instituciones educativas, señaló la agencia oficial de noticias Wafa.

La huelga resalta los desafíos que enfrentan los estudiantes y padres palestinos en la Jerusalén ocupada debido a las políticas racistas israelíes, subrayó la fuente.

El pasado año las escuelas palestinas en esa zona cerraron sus puertas por otra huelga general en rechazo a los intentos de Israel de imponer el plan de estudios de ese país y cambiar los libros de textos.

El Ministerio de Educación israelí revocó en julio de 2022 la licencia a seis centros educativos en Jerusalén Este por un período de un año al considerar que impartían un discurso contra su país.

Argumentó que esos planteles usaban libros que incluían “la glorificación de los prisioneros (palestinos) y su lucha armada contra el Estado de Israel”.

Los textos culpaban a nuestra nación por la crisis de agua en la zona y denunciaban “asesinatos, desplazamientos y masacres militares”, afirmó esa cartera en un comunicado.

En respuesta, el gobierno palestino condenó la decisión al estimar que era otro paso más en la estrategia para judaizar la ciudad.

La cancillería subrayó que esa disposición busca imponer el currículo israelí y la narrativa colonial en los centros de enseñanza a los ciudadanos de Jerusalén.

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/internacional/03/09/2023/la-escuelas-de-palestina-en-huelga-contra-las-politicas-de-israel/

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ONU pide a Israel respetar derecho de niños palestinos a la educación

Según la ONU, al menos 58 escuelas que atienden a 6.500 niños enfrentan amenaza de demolición.

La Organización de Naciones Unidas (ONU) pidió este lunes a Israel que respete el derecho de los niños palestinos a la educación y cese de inmediato la demolición de escuelas en este territorio.

«Profundamente perturbado por la demolición el 7 de mayo por parte de las autoridades israelíes de una escuela financiada por la Unión Europea (UE) en el Área C, que afectó directamente a más de 40 niños. El derecho del niño a la educación debe ser respetado», escribió en su cuenta de Twitter el Coordinador Especial de la ONU para la Paz en Oriente Medio, Tor Wennesland.

Acto seguido, hizo un llamado a Israel para que detenga de inmediato este tipo de demoliciones que cataloga como ilegales, según el Derecho Internacional.

El funcionario se refirió a la escuela de Jubbet Adh Dhib, situada en la aldea palestina de Bayt Ta’mar, al este de Belén quefue demolida en la víepera por fuerzas israelíes.

La destrucción de este centro propició la pérdida de educación de al menos 40 niños que viven en la pequeña aldea y zonas aledañas.

“Actualmente, 58 escuelas que atienden a 6.500 niños, enfrentan la amenaza de demolición debido a la falta de permisos de construcción que son casi imposibles de obtener para los palestinos”, reza un comunicado adjunto a la publicación.

En el texto, Wennesland afirmó que como reiteró en una reunión en Bruselas, Bélgica, la pasada semana, estas acciones israelíes afectan la prestación de servicios en Palestina y amenazan la estabilidad.

«Además, los factores persistentes del conflicto, incluidas las demoliciones, generan un clima de desconfianza y tensión entre palestinos e israelíes y socavan la perspectiva de lograr una solución política”, concluyó el alto funcionario.

https://www.telesurtv.net/news/onu-pide-israel-respetar-derecho-ninos-palestinos-educacion-20230508-0034.htm

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El triunfo del día de la Nakba: cómo la ONU está corrigiendo un error histórico

Por The Palestine Chronicle

El próximo Día de la Nakba será conmemorado oficialmente por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 15 de mayo de 2023. La decisión de la institución democrática más grande del mundo es significativa, si no un cambio de juego.

Durante casi 75 años, la Nakba palestina , la ‘catástrofe’ provocada por la limpieza étnica de Palestina por parte de las milicias sionistas en 1947-48, ha sido el epicentro de la tragedia palestina, así como de la lucha colectiva palestina por la libertad.

Hace tres décadas, concretamente tras la firma de los Acuerdos de Oslo entre Israel y la dirigencia palestina en 1993, la Nakba prácticamente dejó de existir como variable política relevante. Se instó a los palestinos a superar esa fecha ya invertir sus energías y su capital político en un objetivo alternativo y más «práctico», el regreso a las fronteras de 1967.

En junio de 1967, Israel ocupó el resto de la Palestina histórica (Jerusalén Este, Cisjordania y Gaza), lo que provocó otra ola de limpieza étnica.

Con base en estas dos fechas, las animadoras occidentales de Oslo dividieron a los palestinos en dos campos: los ‘extremistas’ que insistieron en la centralidad de la Nakba de 1948 y los ‘moderados’ que acordaron cambiar el centro de gravedad de la historia y la política palestina a 1967. .

Tal revisionismo histórico impactó cada aspecto de la lucha palestina: dividió a los palestinos ideológica y políticamente; relegó el derecho al retorno de los refugiados palestinos, consagrado en la Resolución 194 de la ONU; ahorró a Israel la responsabilidad legal y moral de su establecimiento violento sobre las ruinas de Palestina, y más.

El destacado historiador palestino de la Nakba, Salman Abu Sitta, explicó en una entrevista hace unos años la diferencia entre la llamada política pragmática de Oslo y la lucha colectiva de los palestinos como la diferencia entre ‘objetivos’ y ‘derechos’. Los palestinos “no tienen ‘objetivos’… (sino) derechos”, dijo. “… Estos derechos son inalienables, representan la línea roja inferior más allá de la cual no es posible ninguna concesión. Porque hacerlo destruirá su vida”.

De hecho, alejar la centralidad histórica de la narrativa de la Nakba fue equivalente a la destrucción misma de las vidas de los refugiados palestinos, como ha sido trágicamente evidente en Gaza, Líbano y Siria en los últimos años.

Mientras los políticos de todos los bandos relevantes seguían lamentando el proceso de paz ‘estancado’ o incluso ‘muerto’, a menudo culpándose unos a otros por esa supuesta calamidad, se estaba produciendo un tipo diferente de conflicto. Por un lado, los palestinos comunes junto con sus historiadores e intelectuales lucharon para reafirmar la importancia de la Nakba, mientras que los israelíes continuaron ignorando casi por completo el evento trascendental, como si no tuviera consecuencias para el presente igualmente trágico.

La ‘ Gran Marcha del Retorno ‘ de Gaza (2018-2019) fue posiblemente la acción palestina colectiva y sostenible más significativa que intentó reorientar a la nueva generación en torno a la fecha de inicio de la tragedia palestina.

Más de 300 personas, en su mayoría de la tercera o cuarta generación posterior a la Nakba, fueron asesinadas por francotiradores israelíes en la valla de Gaza por exigir su derecho al retorno. Los hechos sangrientos de esos años fueron suficientes para decirnos que los palestinos no han olvidado las raíces de su lucha, ya que también ilustraron el miedo de Israel a la memoria palestina.

El trabajo de Rosemary Sayigh sobre la exclusión de la Nakba del género traumático, y también el de Samah Sabawi, demuestran, no solo la complejidad del impacto de la Nakba en la conciencia colectiva palestina, sino también la continua negación, si no borrado, de la Nakba desde los discursos académicos e históricos.

“El evento traumático más significativo en la historia palestina está ausente del ‘género del trauma’”, escribió Sabawi en el volumen publicado recientemente, Nuestra visión para la liberación .

Sayigh argumentó que “la pérdida del reconocimiento de los derechos (de los refugiados palestinos) al pueblo y al estado creado por la Nakba ha llevado a una vulnerabilidad excepcional a la violencia”, siendo Siria el ejemplo más reciente.

Israel siempre fue consciente de esto. Cuando los líderes israelíes aceptaron el paradigma político de Oslo, entendieron que eliminar la Nakba del discurso político de los líderes palestinos constituía una gran victoria para la narrativa israelí.

Gracias a los palestinos comunes, aquellos que se han aferrado a las llaves y las escrituras de sus hogares y tierras originales en la Palestina histórica, la historia finalmente se está reescribiendo, volviendo a su forma original y precisa.

Al aprobar la Resolución A/77/L.24, que declaró el 15 de mayo de 2023 como el ‘Día de la Nakba’, la AGNU ha corregido un error histórico.

El embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan, entendió correctamente la decisión de la ONU como un paso importante hacia la deslegitimación de Israel como ocupante militar de Palestina. “Trate de imaginar a la comunidad internacional conmemorando el Día de la Independencia de su país calificándolo de desastre. Qué vergüenza”, dijo .

En los comentarios de Erdan y otras respuestas de los funcionarios israelíes no se encuentra el mero indicio de responsabilidad política o incluso moral por la limpieza étnica de más de 530 pueblos y aldeas palestinas, y la expulsión de más de 750.000 palestinos, cuyos descendientes ahora se cuentan en millones de refugiados. .

Israel no solo invirtió décadas en cancelar y borrar la Nakba, sino que también la criminalizó al aprobar lo que ahora se conoce como la Ley Nakba de 2011.

Pero cuanto más se involucra Israel en esta forma de negacionismo histórico, más luchan los palestinos para reclamar sus derechos históricos.

El 15 de mayo de 2023, el Día de la Nakba de la ONU representa el triunfo de la narrativa palestina sobre la de los negacionistas israelíes. Esto significa que la sangre derramada durante la Marcha del Retorno de Gaza no fue en vano, ya que la Nakba y el Derecho al Retorno vuelven a estar ahora en el centro de la historia palestina.

Fuente de la información e imagen:  https://nuevarevolucion.es

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La salud mental en Palestina, una cuestión política

Por: Carmen Diez Salvatierra

Corría el año 2017, yo apenas llevaba un año viviendo en Francia, lo suficiente como para darme cuenta de que Palestina era un tema tabú. En un pequeño cine del barrio latino proyectaban un documental, Tras los frentes: resistencias y resiliencias en Palestina, que había visto anunciado en un cartel de una calle del barrio de Belleville.

Después de dos horas de documental, se abrió frente a mí una realidad hasta entonces desconocida: cómo la ocupación y el apartheid israelí estaban afectando a la salud mental de las y los palestinos. Hasta hace nada, poco se hablaba de salud mental. Menos aún de las consecuencias que tiene este violento sistema capitalista, patriarcal y colonial en ella, en nuestras relaciones afectivas, en nuestro esquema relacional con el mundo. Y ahí estaba Samah Jabr, poniendo el dedo en la llaga, desde su propio contexto, pero abriéndonos las puertas a una situación que en realidad es universal: la de cómo el sistema de opresiones se enzarza en dificultarnos el bienestar.

La verdadera solución para la salud mental en Palestina está en manos de los políticos, no de los psiquiatras. Porque vivimos nuestras vidas, a pesar de nosotras, bajo ocupación militar, tenemos que combatir a nuestro opresor, luchar cada día por liberar nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestra tierra.

Al salir de la proyección, vi que se había editado una recopilación de artículos de Samah en francés. No necesité reflexionarlo mucho antes de proponer al comité de la editorial Hojas Monfíes la traducción y publicación al castellano. Y, gracias al paro técnico del covid, que me libró de la insoportable carga del trabajo, pude traducir y coordinar la aparición de este libro que hoy ha podido ver la luz: Tras los frentes, crónicas de una psiquiatra y psicoterapeuta palestina bajo ocupación.

Un abanico andaluz con el estampado de una kufiya palestina. Fatima Azahara
Abanico andaluz con estampado de kufiya palestina. @ftmzzhr1492 (©)

Pero, ¿quién es Samah Jabr? Es una psiquiatra, psicoterapeuta y escritora palestina, que ha recibido varios premios internacionales y hoy es la jefa de la Unidad de Servicios de Salud Mental de Cisjordania. Gran parte de su trabajo se centra en sensibilizar a la opinión pública, tanto a nivel local como internacional, sobre la importancia de la salud mental y el impacto de la ocupación en la integridad mental de los ocupados. El poco tiempo libre que le queda lo dedica a escribir artículos, dar conferencias y participar en emisoras de radio y televisión locales e internacionales.

Tenemos fe en nuestra capacidad colectiva para embellecer la ladera desnuda de la montaña e inspirar una primavera revolucionaria entre los oprimidos de la tierra.

Samah aprendió inglés de forma autodidacta y empezó a publicar sus crónicas a principios de los 2000 en medios como The Middle East Monitor o The Washington Report on Middle East Affairs. Su testimonio, tierno e incisivo a la vez, propone una mirada crítica de la ocupación ahondando en el trauma colectivo, la colonización cultural y psicológica y las estrategias israelíes de deshumanización progresiva del pueblo palestino. Humillación, aislamiento, control y sospecha, torturas, checkpoints, precariedad, marginación… Todos los males posibles se dan en Palestina. Como ella afirma en una de sus crónicas, “Un trauma individual puede dañar el espíritu, un trauma colectivo puede dañar el conjunto de la sociedad”. Ese trauma no dejará de existir mientras Palestina no sea libre.

Esperar que los palestinos no tengan odio o sentimientos negativos hacia Israel es como esperar que una mujer violada empatice con su violador. El activismo contra la opresión es el remedio para nuestro trauma político.

Samah denuncia en estas crónicas las múltiples violencias sistemáticas a las que está expuesto el pueblo palestino, lo que provoca un problema de salud mental generalizado. Para ella, la tierra palestina no podrá liberarse si no se liberan las mentes de su pueblo, si no se pone la vida en el centro. Hacer de la vida un acto de resistencia, hacer de la ternura un lugar de enunciación que nos libere: es lo que nos enseña este libro que, partiendo de un contexto particular, nos regala una mirada universal.

Hoy, cuando nos siguen llegando noticias tan aberrantes como la de Ahmad Manasra, preso desde los 12 años de edad, me digo que ni el dolor ni la rabia bastan. Como diría Samah, “nuestra acción de curación y recuperación es inseparable de nuestra lucha por la liberación. La vida bajo la opresión y la sumisión a la injusticia es incompatible con la salud psicológica”.

El libro de Samah Jabr puede adquirirse aquí.

Una entrevista que me hicieron las amigas de Mujeres por carta Francia, donde hablo de Samah y de su libro:

Fuente de la información e imagen:  El Salto

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Unicef condena muerte de menores palestinos por represión israelí

La represión del régimen sionista ha cobrado la vida de 20 menores de edad en la Cisjordania ocupada en este 2022

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) condenó este miércoles la muerte de niños palestinos como consecuencia de la represión israelí en los territorios ocupados.

Los últimos menores víctimas de los ataques de uniformados sionistas se reportaron en los territorios de Nablús y Hebrón, con los que suman 20 los ultimados en Cisjordania en lo que va de este año 2022.

En tal sentido, la oficina de Unicef para Palestina expresó en la plataforma Twitter que todo niño tiene derecho a la vida y a no estar expuesto a violencia ni represión.

A lo que añadieron que muchos pequeños han sido testigos de este conflicto por mucho tiempo, “no han conocido más que guerras, conflictos y violencia. La mayoría vive con el impacto psicológico a largo plazo en su salud mental”, señaló el organismo en su página oficial.

A propósito, hicieron un llamado a las partes implicadas para hacer todo lo posible para evitar más violencia. “Otro conflicto sólo traerá más sufrimiento y más pena. Es necesario encontrar una solución duradera a este conflicto», remarcaron.

En tal sentido, la representante de Unicef para Palestina, Lynn Hastings, desarrolló una visita a la Franja de Gaza para atestiguar y evaluar los recientes impactos en niños y sus familias tras la ofensiva desplegada con misiles por Israel sobre ese territorio.

Mientras, el ministro palestino de Desarrollo Social, Ahmed Majdalani, denunció que las violaciones practicadas de manera sistemática por Israel, además de dejar secuelas indiscutibles en los menores, los privan de vivir seguros y con acceso a sus derechos básicos.

Según el Ministerio de Salud palestino, los uniformados sionistas asesinaron a 355 palestinos e hirieron a otros 16.500 en 2021, incluidos 87 menores, 60 mujeres y 18 ancianos.

Fuente de la información e imagen: https://www.telesurtv.net

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Shireen Abu Akleh, la periodista que llevó su voz al mundo

Fuentes: eldiario.es

Shireen Abu Akleh entraba cada día en millones de hogares árabes a través de Al Jazeera, relatando los últimos acontecimientos en los territorios ocupados palestinos. Toda una generación creció siguiendo sus crónicas.

Shireen Abu Akleh, de 51 años, era una respetada reportera que llevaba más de dos décadas informando sobre la actualidad palestina. Coincidí con ella en varias ocasiones en Cisjordania durante los años de la Segunda Intifada palestina y posteriormente en entierros de víctimas alcanzadas por fuego israelí. Shireen entraba cada día en millones de hogares árabes a través del canal Al Jazeera, relatando los últimos acontecimientos en los territorios ocupados. Sus colegas de profesión la admiraban. Era un referente al que también periodistas europeos acudíamos para solventar dudas o solicitar el teléfono de alguna fuente de información, conscientes de que siempre estaba dispuesta a ayudar.

“Toda una nación en duelo. Era un icono para todos los que crecimos viéndola diariamente en televisión. Todavía no puedo creerlo”, recordaba esta mañana el arquitecto e historiador palestino licenciado en Cambridge Nadi Abusaala. “Qué terrible noticia para despertar. Crecimos viendo a Shireen en televisión. Estoy en conmoción total”, ha escrito en Twitter la productora de Al Jazeera Linah Alssafin, recordando que desde 2000 hasta ahora Israel “ha matado a cerca de 50 periodistas palestinos”. La organización Reporteros Árabes de Periodismo de Investigación ha lamentado que “los periodistas en Palestina todavía son objetivo de Israel por su trabajo cubriendo lo que ocurre en el terreno. Un triste día para el periodismo y los periodistas de todo el mundo”.

Una reportera palestina testigo de lo ocurrido ha explicado ante las cámaras que cuando el equipo llegó esta mañana al área de Jenin tomada por francotiradores israelíes, estos abrieron fuego contra su vehículo. Shireen salió entonces del coche para que los soldados la vieran –iba identificada con un chaleco de prensa y un casco– “pero dispararon igualmente”.

Ali Samoudi, reportero del diario Al Quds, resultó herido: “Íbamos a grabar la operación del ejército israelí y de repente nos dispararon sin pedirnos antes que nos fuéramos o que detuviéramos la filmación”, ha señalado ante las cámaras de Al Jazeera. Otro periodista ha relatado que “francotiradores israelíes dispararon contra el vehículo, así que Shireen salió y fue acorralada por los disparos” antes de ser alcanzada. “Shireen recibió el disparo cerca de su oreja, donde el casco no le cubría. Fue un disparo de extrema precisión”, ha denunciado la presentadora y productora Dena Takruri.

Shatha Hanaysha, periodista palestina que se encontraba junto a Shireen, ha explicado que no había enfrentamientos en el lugar donde se encontraban: “Éramos cuatro periodistas, todos llevábamos chalecos y cascos. El ejército de ocupación [israelí] siguió disparando después de abatir a Shireen. Ni siquiera pude extender mi brazo hacia ella porque seguían disparando”. Al Jazeera ha difundido imágenes en las que la periodista superviviente del ataque Shatha Hanaysha, agazapada junto a una pared, intenta sin éxito alcanzar el cuerpo inerte de Shireen, tumbado junto al mismo muro.

La redacción del Al Jazeera en Ramala ha indicado que esta mañana, a las seis y trece minutos, la veterana reportera había enviado un email en el que señalaba que “las fuerzas de ocupación asaltan Jenin y rodean una vivienda en el barrio de Jabriyat. Estoy de camino, os traeré noticias en cuanto recopile datos claros”. La conmoción en los territorios ocupados palestinos y entre la comunidad internacional de periodistas que han trabajado en la región es notable. Shireen, palestina cristiana nacida en Jerusalén, licenciada en Jordania y con pasaporte estadounidense, se había ganado la admiración en su oficio. En las redes circula esta mañana un vídeo de hace algunos años, en el que relata lo que experimentó en 2002, en plena Segunda Intifada:

“Nunca olvidaré la envergadura de semejante destrucción ni la sensación de que a veces la muerte estaba muy cerca. (…) Nos quedábamos a dormir en hospitales o en casas de gente que conocíamos. Y, a pesar del peligro, seguíamos trabajando. Aquello fue en 2002, cuando Cisjordania sufrió un ataque que no había vivido desde 1967. En los momento difíciles he superado el miedo. Elegí el periodismo para estar cerca del ser humano. Puede que no sea fácil cambiar la realidad, pero por lo menos he podido llevar esta voz al mundo. Soy Shireen Abu Akleh”.

Shireen llevó su voz y su denuncia a millones de personas en todo el planeta. Puede que no haya podido cambiar la realidad, pero ha muerto intentándolo. Así es este oficio: sacrificado, obsesionado con la persistencia y la verdad mientras otros intentan amordazarla. Nunca ha sido fácil ser periodista en zonas de conflicto, donde los informadores son a menudo objetivo. Más difícil aún es ser reportera palestina en una tierra ocupada por las tropas israelíes.

Fuente: https://www.eldiario.es/internacional/shireen-abu-akleh-periodista-llevo-voz-mundo_129_8983752.html

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