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El Apagón Pedagógico y la No Sociedad. Entrevista a Luis Bonilla-Molina

Redacción: Tatuy TV

En esta entrevista para Tatuy TV, el profesor e investigador venezolano Luis Bonilla advierte sobre las corrientes neoliberales en el sector educativo que tienen algunos Estados, en especial hacía la pedagogía. Aunque la entrevista se hizo en el 2018, evidencia ciertos elementos que están actualmente en la mesa de discusión. El Covid-19 ha generado a nivel mundial un confinamiento masivo, apresurando la migración de los procesos educativos de las aulas de clase a las casas. Pero, ¿quiénes tienen acceso a la educación en línea? ¿Cuáles son los límites que generan estos modelos de educación en casa? Luis Bonilla defiende que el neoliberalismo no busca privatizar la educación al mismo estilo de la década de los 90. ¿Entonces qué forma tomará esta privatización?

Entrevista

En el marco del mes del maestro y la maestra, TatuyTv recibe a Luis Bonilla-Molina, investigador, militante, Coordinador del Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docente, y candidato a la secretaria general del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). En esta ocasión nos advierte del neoliberalismo y sus planes hacia la educación y en especial hacia la pedagogía, al servicio del lucro y la dominación.

En Venezuela, en el marco de la Revolución Bolivariana, se han cumplido las metas históricas planteadas desde la consagración de la constitución en el año 1999: el derecho a la educación gratuita nos ha permitido a través de las misiones sociales la promoción de una educación de calidad y al servicio de toda la población en sus distintas escalas, logrando así ganar la batalla a la privatización de la educación, punta de lanza del proyecto al servicio del capital.

Bonilla nos advierte que el neoliberalismo en su nueva etapa busca aprovechar la revolución científico tecnológica para ahorrar costos y en consecuencia dar comienzo a la virtualización de la educación. Para entender ese proyecto nos recomienda indagar en la propuesta de Korsewil el director de proyectos tecnológicos de Google que plantea entre otras cosas que en las próximas décadas a corto plazo la nube puede conectarse con la neo-corteza cerebral, lo que nos habla de la dimensión de la neuro-política en la dominación global del capitalismo.

Bonilla identifica mutaciones que viene sufriendo el sistema capitalista: la primera es de orden económico: a partir de lo que conocemos como segunda guerra mundial, el capitalismo comenzó un proceso de inversión de carreteras, puertos y aeropuertos para llevar sus mercancías a lo más cercano de quien consume. Esto muta hacia un modelo de sociabilidad donde se ha trasladado el nicho a la casa, logrando así con el conjunto de redes sociales que el espacio virtual se convierta en el nuevo elemento de sociedad. El avance tecnológico apunta en la misma dirección: todos los dispositivos que están en uso son para no estar en la calle, son para reducir a la población a sus casas. Algunos gobiernos en Latinoamérica hacen reformas de ley para aumentar las horas de trabajo y así reconfigurar el espacio de producción de mercancía inmateriales. El ingreso de la virtualidad en la casa, su valoración como un espacio de trabajo lleva consigo fuertes implicaciones para la edificación de una educación que en tanto colectiva, es y será liberadora.

 

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México: 23 de mayo, día del/a trabajador/a de la Educación

📌 Los/as trabajadores/as de la educación recordamos nuestro día en conmemoración a la histórica *Marcha Blanca de 1988.*
*Docentes y celadores/as* fueron verdaderos/as protagonistas en la defensa de la escuela pública, como tantas veces, a lo largo de la historia. Después de *42 días de huelga,* marcharon desde cada una de las provincias a Plaza de Mayo. Miles y miles de compañeros y compañeras se concentraron en un gran abrazo simbólico y consagraron a esta jornada, como el *día del/a trabajador/a de la educación*.
✊🏽 Hoy, a 32 años, en un marco histórico para la humanidad con una pandemia sin precedentes, *continuamos ese camino de lucha.*
🗣️ *Desde el SUTE* queremos hacerles llegar a todos/as los/as compañeros/as *nuestro reconocimiento por la invaluable tarea.*  Somos nosotros/as quienes, día a día, y a pesar de los atropellos y el abuso del gobierno, seguimos haciendo posible *la educación pública.*
*SECRETARIADO EJECUTIVO SUTE*
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UNICEF denuncia que el aumento de los ataques en Ucrania ha causado «numerosas» víctimas infantiles

Redacción: Notimérica

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia ha denunciado este viernes que el aumento de bombardeos en el este de Ucrania ha causado «numerosas» víctimas infantiles, una situación exacerbada por la limitación de movimientos para niños y familias debido a la pandemia de la COVID-19.

A juicio del organismo, que también ha puesto el foco en los daños que estos ataques causan a las escuelas de la región, la vida se ha vuelto «aún más insoportable» para los aproximadamente 430.000 niños afectados por el conflicto en Ucrania, que dura ya seis años.

Desde comienzos de este año se han producido diez muertes infantiles relacionadas con el conflicto, el doble que el año pasado en el mismo periodo, ha precisado el organismo. Seis de los incidentes se produjeron solo en la primera semana de mayo.

En concreto, UNICEF ha revelado que seis niños resultaron heridos en sus casas tras los bombardeos contra sus pueblos durante la primera semana de este mes. Además, en uno de esos bombardeos, tres niñas resultaron «gravemente» heridas: dos hermanas, de siete y diez años, y una amiga, también de siete.

«Llegué a casa y encontré a mis dos niñitas y a su amiga en el baño cubiertas de sangre», ha relatado el padre de las niñas, Oleksander, a los trabajadores humanitarios. «Tenían tanto miedo que se metieron en el baño para esperar a que las encontraran», ha agregado.

En cuanto a las escuelas, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia ha especificado que se han registrado nueve ataques contra las mismas desde que comenzó 2020, cinco de ellos en abril. Durante uno de los ataques, una niña de 17 años resultó herida por metralla mientras estaba en el patio de la escuela.

«Todo ello ocurre a pesar de que en noviembre de 2019 Ucrania se convirtió en el país número 100 en firmar la Declaración de Escuelas Seguras, comprometiéndose a proteger las escuelas durante el conflicto», ha criticado el organismo.

ALTO EL FUEGO

La directora regional de UNICEF para Europa y Asia Central, Afshan Khan, ha descrito como «inadmisible» que los niños y las familias del este de Ucrania «tengan que lidiar no sólo con las estrictas medidas de confinamiento, sino también con la constante amenaza de que sus casas puedan sufrir algún ataque».

«Después de más de seis años de un conflicto letal, los niños y sus familias necesitan urgentemente la paz», ha añadido, instando «a todas las partes» a que se comprometan a un alto el fuego. El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ya pidió un alto el fuego global para concentrar todos los esfuerzos en responder a la crisis de la COVID-19.

En Ucrania, las familias, incluidas las que están en zonas afectadas por el conflicto, están confinadas desde finales de marzo. Hasta el momento, en el país hay 19.000 casos confirmados de coronavirus.

En este contexto, y debido a la pandemia, el año escolar terminará a distancia. Esto deja a muchos niños que viven cerca de la llamada ‘línea de contacto’ –donde la violencia es más intensa– sin una manera real de continuar su educación, debido a la limitada conexión de internet y a la falta de acceso al equipamiento necesario.

Además, el trauma emocional causado por la restricción de movimientos, el cierre de escuelas y el aislamiento intensificará los ya altos niveles de estrés que sufren estos niños, ha precisado UNICEF, cuyo trabajo en esta zona se ha ampliado debido a la crisis del coronavirus.

Así, UNICEF entregó suministros médicos, de protección y de higiene a 19 hospitales del este de Ucrania, además de proporcionar a niños, jóvenes y cuidadores apoyo psicosocial, asesoramiento sobre los efectos de la violencia y formación sobre el riesgo de minas. También ayuda a reparar las escuelas y jardines de infancia dañados y colabora con el Ministerio de Educación y Ciencia para proporcionar educación a distancia.

Por ello, el organismo ha pedido 23 millones de dólares (casi 21 millones de euros) para dar respuesta a la crisis del coronavirus en Ucrania. Este montante se une al llamamiento humanitario anterior de 9,8 millones de dólares (casi 9 millones de euros) para dar apoyo a los niños y familias afectados por el conflicto en el este del país. Hasta el momento, sólo se han recibido el 27 por ciento de los fondos.

Fuente: https://www.notimerica.com/politica/noticia-ucrania-unicef-denuncia-aumento-ataques-ucrania-causado-numerosas-victimas-infantiles-20200522030117.html

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Wuhan prohíbe la cría y el consumo de animales salvajes, posible origen del coronavirus, durante cinco años

Redacción:  El Mundo

Como parte de la prohibición, la ciudad ha introducido controles estrictos sobre la cría de todos los animales salvajes, según informó la cadena CBS. Además, Wuhan formará parte de un plan más amplio en todo el país que comprará los animales a los ganaderos que crían especies salvajes.

Una mujer prepara noodles en un mercadillo de Wuhan. HECTOR RETAMAL AF

Las autoridades en Wuhan, el origen de la pandemia de coronavirus, han prohibido oficialmente el consumo de todos los animales salvajes.

La administración local de la ciudad china ha asegurado este miércoles que, junto con la prohibición del consumo, Wuhan se convertiría en un «santuario de vida silvestre» donde prácticamente se prohíbe la caza de animales salvajes, con la excepción de medidas para «investigación científica, regulación de la población, monitorización de epidemias, enfermedades y otras circunstancias especiales «.

Como parte de la prohibición, la ciudad ha introducido controles estrictos sobre la cría de todos los animales salvajes, según informó la cadena CBS. Además, Wuhan formará parte de un plan más amplio en todo el país que comprará los animales a los ganaderos que crían especies salvajes.

Los primeros casos de Covid-19 se registraron en Wuhan, una ciudad de 11 millones de habitantes en la provincia china de Hubei, a finales del año pasado. Aunque los orígenes de la pandemia aún se están investigando, uno de los puntos sospechosos es el Mercado Mayorista de Mariscos de Huanan en la ciudad, que incluía una sección de animales vivos que supuestamente vendía más de 30 especies de animales, incluidos cachorros de lobo vivo, cigarras doradas, escorpiones y civetas. China clausuró el mercado en enero.

En general, los investigadores coinciden en que la explicación más plausible es que el virus diera el salto de un animal a un humano en un caso de «desbordamiento zoonótico». Ya antes, China había recibido presiones de la comunidad internacional para frenar su comercio ilegal de vida silvestre después de que se vinculó con la aparición de enfermedades zoonóticas.

La cifra global de muertes por coronavirus en el mundo es de 318,789 personas, según los datos de la Organización Mundial de la Salud. Además, más de 4,7 millones de personas han sido infectadas en todo el mundo.

La semana pasada, dos provincias centrales de China anunciaron planes para que el gobierno comprara a los ganaderos que crían animales silvestres los ejemplares. Además, se ha anunciado un plan para ayudar a estos criadores a transformar su forma de ganarse la vida.

Una mujer protegida con mascarilla espera la llegada de clientes a su puesto de Wuhan.
Una mujer protegida con mascarilla espera la llegada de clientes a su puesto de Wuhan.HECTOR RETAMALAFP

Así, los planes darían a los criadores de especies silvestres en las provincias de Hunan y Jiangxi, dos regiones vecinas, la opción de ser compensados por cambiar la cría de animales por el cultivo de frutas, verduras, plantas de té o hierbas para la medicina tradicional china. También hay una opción para criar otros animales como cerdos y pollos.

A los agricultores de Hunan se les ofrece una compensación de 630 yuanes (81 euros) por puercoespín; 600 yuanes (77 euros) por civeta; 75 yuanes (10 euros) por cada kilo de rata de bambú y 120 yuanes (unos 15 euros) por kg de cobra. Además, cada ganso salvaje tendrá un valor de 2.457 yuanes (315 euros) cada uno.

El pasado febrero, China emitió una orden temporal sin precedentes a nivel nacional en la que se prohibía todo el comercio y consumo de animales salvajes terrestres, incluidas las especies exóticas criadas en granjas.

La compra inicial cubre 14 especies silvestres y sólo para las granjas que operaban legalmente con permisos de reproducción antes de la prohibición de febrero pueden beneficiarse del programa.

En la actualidad, la prohibición de Wuhan tiene una duración de cinco años. Medidas similares existen en las ciudades de Beijing, Shenzhen y Zhuhai, pero ya se han hecho permanentes.

Fuente: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2020/05/20/5ec59a05fdddffe4ac8b45b6.html

 

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Una pandemia no esconde la otra

Desde la ONU, Ginebra, Suiza

El planeta sigue transpirando. Las temperaturas globales se disparan, a pesar del leve respiro que, paradójicamente, le da el COVID-19 con su corolario de contracción económica y reducción del transporte. Los próximos e imprevistos desastres naturales seguirán tocando a la puerta de la Tierra, aunque el coronavirus buscará desplazarlos del primer plano mediático.

Las emisiones de gases de efecto invernadero, como el C02, responsables principales del deterioro climático, se redujeron drásticamente durante la actual crisis. Por ejemplo, en China, principal emisor del mundo, se estima que las mismas bajaron en torno de un 25 %.

“Suspiro” en sala de emergencia

Sin embargo, descenso momentáneo no implica solución estratégica. Y hacia allí apunta Greenpeace, cuando afirma en su estudio de abril del año en curso que “pese a la reducción de las emisiones en algunos sectores como el transporte y el eléctrico, la concentración de CO2 en la atmósfera no baja, sino que sigue aumentando. Consecuentemente la crisis sanitaria no está contribuyendo a paliar la otra gran crisis que enfrenta el mundo: el cambio climático”  (https://es.greenpeace.org/es/noticias/la-concentracion-de-co2-sigue-creciendo-a-pesar-de-la-crisis-sanitaria-causada-por-el-covid-19/)

La ONG internacional sistematiza algunas estimaciones sobre la reducción transitoria a raíz de la crisis. Y afirma que Alemania podría emitir entre 50 y 120 millones de toneladas menos de CO2 este año por la enorme bajada en la demanda de electricidad. En la ciudad de Nueva York se estima una caída del 5-10% de las emisiones de CO2 y una caída sólida en el metano.

Carbon Brief, referencia en el tema, sostiene que esa reducción podría ser de un 5% con respecto a 2019 (https://www.carbonbrief.org/analysis-coronavirus-set-to-cause-largest-ever-annual-fall-in-co2-emissions). Y sostiene que dicho descenso va a ser el más importante de la historia, desde que se realizan inventarios. Será más significativo que las caídas de CO2 registradas, en orden descendente, durante la recesión del 1991-1992; la crisis energética del 1980-81; la Gripe Española de 1918-1919; y la crisis financiera del 2008-2009.

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) constata que la demanda de petróleo de este año ha caído por primera vez desde 2009. Una reducción de cerca de 90.000 barriles de petróleo/día respecto a 2019, debido a la profunda contracción del consumo en China y a las suspensiones en los viajes y el comercio mundiales. Los datos más recientes indican que la demanda de petróleo se desplomó un 25%. Para visualizarlo con una imagen, esa caída sería como si toda Norteamérica (EEUU, Canadá y México) dejasen de consumir ese combustible de golpe.

Cada vez peor

Los últimos cinco años, según el balance de diferentes organizaciones internacionales especializadas, han sido dramáticos para el clima. A pesar de los gritos crecientes de nuevos actores sociales que ganaron asidua y activamente las calles, las cifras son categóricas.

Desde los años 80 cada década ha sido más cálida que la anterior. La concentración del CO2, en el último quinquenio resultó un 18% mayor que en el anterior. El año pasado se registraron los valores más elevados en cuanto a contenido calorífico en los 700 metros superiores de los océanos, amenazando significativamente la vida marina y los ecosistemas.

Las olas de calor golpearon entre 2015-2019 a todos los continentes sin distinción. Y fueron una de las causas principales de los incendios forestales sin precedentes, no solo en la selva amazónica, sino en Australia, América del Norte y Europa.

En cuanto a la repercusión directa en la especie humana, cerca un tercio de la población mundial vive en zonas con temperaturas potencialmente mortales, al menos 20 días por año, debido a las enfermedades propias de ese clima excesivo. La sequía multiplicó la inseguridad alimentaria en numerosas regiones del globo, en particular en África, en tanto los ciclones tropicales repetidos produjeron pérdidas incalculables.

Las lluvias intensas y desbocadas, facilitan la aparición de brotes epidémicos. Allí donde el cólera es ya endémico, 1300 millones de personas corren el riesgo de contraer la enfermedad.

50 años de “poco o nada”

Hace exactamente medio siglo, se “celebró” por primera vez el Día de la Tierra. Entonces, los expertos comenzaron a alertar sobre las consecuencias irreparables para la humanidad producto del calentamiento global.

El diagnóstico de entonces no era errado. Según datos de la Organización Meteorológica Mundial, la concentración de CO2 es actualmente un 26% mayor que las marcas de 50 años atrás. La temperatura aumentó en igual período un 0,86°C y ya supera holgadamente en 1,1°C la de la era preindustrial. Y la tendencia sigue en ascenso. La misma agencia de la ONU calcula saltos significativos hasta 2024, en particular en las regiones de altas latitudes y zonas terrestres, siendo más lento en los océanos, en particular el Atlántico Norte y el Austral. (https://public.wmo.int/es/media/comunicados-de-prensa/el-d%C3%ADa-de-la-tierra-hace-hincapi%C3%A9-en-la-acci%C3%B3n-clim%C3%A1tica)

Desafíos monumentales

En tanto la pandemia produjo un cimbronazo mundial sin precedentes desde la 2da Guerra Mundial, pero con impacto a corto y mediano plazo, la lucha contra el calentamiento apuesta a la estrategia misma de sobrevivencia de la humanidad.

“Se debe actuar con decisión para proteger el planeta tanto del coronavirus como de la amenaza existencial del cambio climático”, declaró recientemente Petteri Talas, director de la Organización Meteorológica Mundial.  Agregando que “debemos aplanar la curva tanto de la pandemia como del cambio climático…Tenemos que actuar juntos en interés de la salud y la prosperidad de la humanidad, no solo durante las próximas semanas y meses, sino pensando en muchas generaciones futuras”.

Si se quiere controlar la pandemia climática, se debería asegurar – lo que parece ya casi imposible- una disminución de las emisiones globales de carbono de 7,6% para fines del año en curso. Y mantener ese porcentaje de reducción anual durante la próxima década para mantener el calentamiento global por debajo del 1,5°C a fines del siglo, según las previsiones del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

Visión compartida, al menos retóricamente, por el Secretario General de las Naciones Unidas. En su mensaje por el Día Internacional de la Madre Tierra, el pasado 22 de abril, Antonio Guterres insistió en que “las perturbaciones del clima se están acercando a un punto de no retorno”. Y definió seis principios para que la recuperación económica y financiera postcrisis se impulse en el marco de una nueva conciencia de protección del medioambiente. “La recuperación debe ir acompañada de la creación de nuevos trabajos y empresas mediante una transición limpia y ecológica …la artillería fiscal debe impulsar el paso de la economía gris a la verde y aumentar la resiliencia de las sociedades y las personas” (https://www.un.org/es/observances/earth-day/message)

Greenpeace, por su parte, en el estudio de abril, considera que, “aunque las reducciones puntuales en las emisiones no van a paliar la crisis climática, sí deberían servir para iniciar los cambios profundos y necesarios para reducir las emisiones a cero”. Sostiene que este punto de inflexión puede y debe ser un motor de la recuperación económica y ser la base de la prosperidad a largo plazo. Y llama a que los Gobiernos abandonen las subvenciones a los combustibles fósiles al mismo tiempo que el apoyo a las inversiones públicas se destinen a actividades productivas que garanticen la sostenibilidad del planeta.

Recuperar la calle

La pandemia y las restricciones de movilización y concentración humana frenaron en seco, por algunas semanas, la protesta ciudadana a nivel planetario. La misma estaba en ascenso en muchos países cuando se desató el COVID-19.

Esa cuarentena de calle golpeó particularmente a las movilizaciones juveniles en defensa del clima, principales protagonistas sociales durante todo 2019, en todo caso en Europa. Y hoy, una de las *víctimas* indirectas de la pandemia.

Las organizaciones nucleadas en torno la Huelga Climática, que marcaron la dinámica social en Suiza en los últimos dos años, se vieron obligadas a renunciar, por ejemplo, a la gran jornada de acción que había sido originalmente convocada para el pasado viernes 15 de mayo. Que había logrado consensuar las fuerzas juveniles medioambientales y las principales organizaciones sindicales. Y que se proponía crear un hecho político de la dimensión de la Huelga de Mujeres, del 14 de junio del 2019, cuando se movilizaron en todo el país medio millón de participantes.

Cuando la lenta reapertura comienza a transitarse en una buena parte del planeta, la pregunta de fondo es doble. ¿Logrará imponerse una nueva racionalidad productiva que sea ecológicamente sustentable? Y, adicionalmente, ¿conseguirán las organizaciones sociales -especialmente juveniles- a favor del clima recuperar la energía de un año antes o sufrirán el impacto del lockdown impuesto por los gobiernos para evitar la propagación de la pandemia?

Fuente: https://rebelion.org/una-pandemia-no-esconde-la-otra/

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Entrevista a Henri Giroux: «El virus pone de manifiesto la quiebra del proyecto ideológico del neoliberalismo»

Redacción: La Marea

Henry Giroux, referente mundial de la pedagogía crítica, considera que la pandemia de la COVID-19 es más una crisis política que sanitaria o económica. En su opinión, la ineficacia de los Estados ante el virus responde a cuarenta años de políticas mercantilistas y privatizadoras.

Contactamos con Henry Giroux mientras se encuentra confinado en su casa de Hamilton (Ontario) corrigiendo exámenes de sus alumnos de la Universidad de McMaster. El coronavirus llegó a Canadá a finales de enero, casi un mes antes que a España, pero la situación parece más tranquila, con una cifra de contagiados y muertos mucho más baja en términos absolutos y relativos.

Para este intelectual, referente mundial de la pedagogía crítica, la COVID-19 en realidad está poniendo en evidencia la destrucción del neoliberalismo desde la época de Reagan y Thatcher, y por eso, sostiene, cuando todo esto acabe habrá que plantear una auténtica reestructuración, que no reforma, del sistema capitalista.

¿Cómo está llevando esta situación?

Al igual que muchas personas, estoy intentando cumplir las reglas que evitan la propagación del virus y al mismo tiempo tratando de comprender el contexto político más amplio en el que se desencadenó la pandemia.

¿Qué lecciones deberíamos extraer como sociedad de esta crisis?

La primera lección es que un sistema político social construido sobre la codicia, el beneficio, la mercantilización y la privatización de todo no puede abordar una crisis de esta magnitud. Además, durante los últimos cuarenta años, el neoliberalismo global ha minado y debilitado estas instituciones, como la sanidad pública, que son fundamentales para afrontar una crisis de este calibre. Es importante entender que no sólo estamos lidiando con una crisis sanitaria, sino también con una crisis política e ideológica. El virus del neoliberalismo, con su racismo, sus noticias falsas, sus políticas de austeridad y su desigualdad masiva en riqueza y poder, junto con la destrucción del estado de bienestar, es una fuerza letal muy poderosa que ataca la sociedad.

Algunas personas ven esta crisis una cura de humildad de la que debe surgir una sociedad más solidaria y con un mayor espíritu comunitario. Pero otras voces intuyen que quien saldrá reforzado será el autoritarismo, ya que, por ejemplo, por razones sanitarias aceptaremos estar geolocalizados. ¿Cómo lo ve usted?

Ciertamente, una crisis de esta magnitud arroja luz sobre estas fuerzas ocultas que la propia crisis ha intensificado, como la expansión de los poderes policiales, el hecho de culpar del virus a los migrantes, el cierre de fronteras y, como hemos visto en Hungría, las amplias restricciones de las libertades democráticas. Todas estas fuerzas nos transmiten la posibilidad de que, cuando la crisis retroceda, habrá una avalancha de gobiernos autoritarios que asumirán más poder, al convertirse en permanentes muchas de las actuales restricciones.

En otras palabras, el estado de alarma ya no será, en palabras de Giorgio Agamben, un estado de excepción. En algunos casos, se intensificará lo que se ha llamado fascismo neoliberal, una combinación de crueldad basada en el mercado y las formas explosivas de racismo y limpieza racial. Pero, por otro lado, una crisis también puede servir para airear la corrupción y los poderes fácticos opresores, y para abrir la posibilidad de apostar por cambios radicales como una renta básica universal, la creación de un sistema de atención médica gratuita de calidad, una guerra contra los movimientos acientíficos, y una renovada preocupación por la justicia ambiental.

Con suerte, se evidenciará la barbarie y las patologías que hoy en día definen muchas sociedades y se impondrá un nuevo lenguaje y un sentido de responsabilidad y solidaridad colectiva. Me temo que, cuando la pandemia retroceda, la elección que tendremos que tomar en muchos países será entre el totalitarismo, en sus formas suaves y fuertes, o el empoderamiento ciudadano y una llamada radical a la solidaridad global.

Un sistema político social construido sobre la codicia, el beneficio, la mercantilización y la privatización de todo no puede abordar una crisis de esta magnitud

¿Se fortalecerán aún más los pilares básicos del Estado de Bienestar, como los sistemas de salud y educación pública?

Será muy difícil volver a estas políticas de austeridad que debilitaron los pilares del Estado de Bienestar, como la salud pública, aunque creo que otros bienes públicos como la educación, si no hay una transformación radical alejada del capitalismo, seguirán como están o incluso involucionar hacia una mayor represión. Algunas reformas esenciales no suponen un peligro para la derecha, porque no socavan el Estado neoliberal. Otros no serán toleradas.

A ver si lo entiendo, ¿fortalecer la sanidad pública no es una amenaza para el Estado neoliberal pero fortalecer la educación pública sí lo es? Me cuesta mucho imaginar una política presupuestaria expansiva en sanidad y regresiva en educación.

Lo que digo es que el hechizo de la era Reagan-Thatcher se ha roto. Este sistema aísla las personas, desprecia cualquier forma viable de solidaridad, promueve un individualismo rabioso y una forma de competencia similar a una jaula y, al hacerlo, produce grandes niveles de pobreza, destrucción ambiental, inseguridad, sufrimiento y precariedad. El Estado deberá reinventarse al servicio de la atención, la justicia y la compasión, y esto sólo sucederá si las personas pueden imaginar una forma de vida diferente, una forma diferente de organizar la sociedad. Pero recordemos que esta lucha por una sociedad más justa surgirá de una catástrofe y de sus inimaginables consecuencias.

No hay garantías sobre lo que surgirá. Se ampliarán algunas instituciones, como la salud pública, se debatirán algunas políticas, como el salario universal, y se repensará la educación en función de su propósito y de cómo se organizará. Y, desde mi punto de vista, de todas las políticas que serán objeto de debate, la educación será la más volátil, porque no trata únicamente de proporcionar beneficios importantes, de preparar a los jóvenes para el trabajo, sino también de la formación de valores, deseos, voluntades e identidades.

La educación se volverá más virtual y se moverá en gran manera en línea. Este será un territorio inexplorado y corre el riesgo de desautorizar aún más a los claustros, debilitar sus filas y convertir la educación simplemente en un sistema de entrega definido en términos completamente técnicos e instrumentales. El legado de la reforma educativa bajo el neoliberalismo ha sido terrible, nos ha dejado la estandarización, las pruebas y otras formas represivas de pedagogía. Por lo tanto, este legado volverá para vengarse, por lo que habrá que luchar para repensar el significado y el propósito de la educación en términos críticos, cívicos y emancipatorios.

Los niños y adolescentes pasarán meses sin abandonar sus hogares o ver a sus compañeros; pero hay personas que advierten que, si bien esta situación es soportable para los niños de las clases altas y medias, debe ser muy insoportable para aquellos que viven en condiciones más precarias. ¿Cómo tendremos que enfrentar el retorno a la ‘normalidad’ en estos casos? ¿Están teniendo ese mismo debate en Estados Unidos?

Este debate es importante, porque el virus afecta más agresivamente a aquellas poblaciones consideradas prescindibles, que eran invisibles en el pasado. Y esto ya no es cierto, porque su presencia está relacionada con la posible propagación del virus, que puede infectar a cualquier persona, y por tanto no pueden ser ignoradas. Lo que hay que recordar es que la cuestión sobre quién muere y quién vive es un tema político nuclear que nos define como sociedad. Esto es particularmente así para los niños y los ancianos.

Y lo que está claro es que la mayoría de las sociedades capitalistas ni están proporcionando un futuro a sus jóvenes ni están protegiendo a sus mayores, o a sus personas con discapacidad, especialmente aquellas que viven en residencias o que son pobres. El coronavirus no afecta a todas las personas indiscriminadamente. En realidad, los pobres, los viejos y las personas racializadas soportan la carga de los efectos de este virus como ningún otro grupo, especialmente en Estados Unidos. Este es un tema político. Estos niños que pertenecen a las llamadas poblaciones excedentarias deben ser amparados por los poderes públicos; de lo contrario, existe la posibilidad de infecciones masivas y también de protestas masivas contra la crueldad y exclusiones del sistema.

La mayoría de las sociedades capitalistas ni están proporcionando un futuro a sus jóvenes ni están protegiendo a sus mayores, o las personas con discapacidad, especialmente aquellas que viven en residencias o que son pobres

Pero estamos viendo cómo caen enfermas personas ricas y famosas. Por ejemplo, Boris Johnson, que tuvo que pasar por la UCI de un hospital público. Esto debería ayudar a valorar la sanidad pública…

El hecho de que los ricos y famosos contraigan el virus no significa que el virus no afecte a diferentes poblaciones de maneras muy desiguales. En Estados Unidos, el número de negros pobres que contraen y mueren a causa del virus es muy desproporcionado respecto a su peso relativo en la población. Muchas personas no pueden autoaislarse porque son pobres, sin hogar y viven en condiciones miserables y abarrotadas. El virus se está propagando rápidamente entre los internos de las cárceles, que en su mayoría son personas pobres de piel oscura. En la ciudad de Nueva York, los pobres contraen el virus y mueren en tasas desproporcionadas.

Estas poblaciones no cuentan con una atención médica adecuada y sufren incidencias desproporcionadas de presión arterial alta, diabetes, estrés, aislamiento y falta de acceso a una educación de calidad. Es importante tener en cuenta que muchas comunidades negras y latinas viven en áreas desatendidas y contaminadas, y son mucho más vulnerables ante el virus. Este es un tema político y económico vinculado a políticas de racismo, pobreza y desigualdades masivas en riqueza y poder.

El virus puede infectar a cualquier persona, pero algunas están más protegidas que otras y tienen acceso a redes de seguridad social, atención médica de calidad, medicamentos y otras salvaguardas, y esto no es simplemente un problema médico sino un problema político e ideológico.

Como John Gray ha señalado, el virus ha expuesto algunas de las debilidades fatales del capitalismo al tiempo que deja en evidencia la situación de quiebra en la que se encuentra el proyecto intelectual e ideológico del neoliberalismo, pero una cosa es arrancar la ropa del emperador y otra reestructurar el sistema, en vez de simplemente reformarlo. Piense en la respuesta de Trump a la pandemia, que equivale a un rescate empresarial y políticas que sugieren que está más interesado en la economía que en la vida humana.

La sensación de ansiedad y fragilidad que experimenta la gente no ofrece garantías políticas, pero abre nuevas posibilidades para una visión y un mundo alternativos. El Estado deberá ser repensado, deberá renacer en cuanto a sus funciones protectoras y en el centro de este reto está la creación de un sistema educativo que pueda educar a una generación de jóvenes para asumir este desafío. Esta será la gran lucha del siglo XXI.

¿Le preocupan las consecuencias económicas de esta crisis? En España, el primer impacto, en cuanto a personas que han perdido sus empleos, es peor que en 2008.

La gran cantidad de personas que cada vez más pierden sus trabajos o trabajan en condiciones extremadamente peligrosas pone de manifiesto la naturaleza tóxica de la relación capital-trabajo. En primer lugar, en Estados Unidos el consumismo impulsa el 70% de la economía. Termine con él y la economía entrará en colapso. En segundo lugar, este tipo de desempleo crea una crisis ideológica y política que revela cómo en el seno del capitalismo neoliberal coexisten una crisis de legitimación y una crisis de conciencia. Esta situación es explosiva, las personas no morirán de hambre si pueden luchar y combatir un sistema que no ha conseguido satisfacer sus necesidades humanas básicas.

El desempleo crea una crisis ideológica y política que revela cómo en el seno del capitalismo neoliberal coexisten una crisis de legitimación y una crisis de conciencia

Se ha referido varias veces a la renta básica universal. Entiendo que una medida de este estilo la consideraría en la dirección correcta …

Absolutamente, es esencial. Pero es sólo un paso en la reestructuración de sociedades que se preocupan poco por las necesidades humanas y priorizan la acumulación de capital por encima de todo lo demás. La clave para entender esta crisis es que debemos repensar el hecho de que el capitalismo y la democracia no son lo mismo, y que ya es hora de que un nuevo lenguaje, visión y movimiento de masas den sentido a un futuro en el que la justicia, la igualdad y la libertad se unan en la forma de una sociedad socialista democrática, una que vaya más allá de las fronteras para abrazar un nuevo reinado de democracia global.

Fuente: https://www.lamarea.com/2020/05/20/el-virus-pone-de-manifiesto-la-quiebra-del-proyecto-ideologico-del-neoliberalismo/

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Educación: no habrá calificaciones con nota mientras dure la pandemia en Argentina

Redacción: Página 12

En primaria y secundaria habrá «evaluaciones formativas».

El Consejo Federal de Educación decidió por unanimidad que no haya calificaciones numéricas en el país por la situación de excepcionalidad que generó el coronavirus, en un contexto de clases presenciales suspendidas desde marzo. El encuentro entre los ministros provinciales de Educación y el titular de la cartera educativa a nivel nacional, Nicolás Trotta, se dio en el marco de una asamblea virtual.

De este modo, habrá evaluación de carácter formativo con el objeto de retroalimentar el proceso de aprendizaje, adaptar contenidos y hacer devoluciones orientativas al estudiantado y a sus familias. Además, se acordó realizar una encuesta nacional a directivos, docentes y familias para evaluar la respuesta del sistema educativo en el marco de la continuidad pedagógica. La encuesta, señalaron, será útil para tomar decisiones respecto de los procesos de enseñanza y el regreso a las aulas cuando se pueda hacerlo.  

Silvina Gvirtz, actual secretaria de Ciencia, Tecnología y Políticas Educativas de La Matanza, y exministra de Educación bonaerense, defendió la medida por la eclosión de la pandemia. «No tiene sentido calificar con número en este momento, el docente no puede distinguir por qué un trabajo merece un 7 o un 8», afirmó a este diario. En su opinión, los chicos trabajan en el aula de modo sincrónico, por la simultaneidad, y lo pueden hacer fuera de la escuela, con herramientas como Zoom, pero hay también una comunicación ascincrónica, que se da básicamente con la tarea en el hogar. El coronavirus alteró todo.

«Hay familias angustiadas, y los padres, en gran medida, no son maestros», estimó Givrtz. «Por eso lo ideal no es hacer una calificación, sino una valoración», en un contexto en el que los docentes no pueden seguir el proceso como en el aula. «Lo que se puede hacer en este momento es reforzar los aprendizajes», añade.»Y estar pendiente de los recursos de los hogares», subrayó, «en la selección de contenidos que se pueden enseñar». En ese sentido, la cuarentena es una etapa que juzgó propicia «para comprensión de textos complejos de estudiar, o incluso de producción de textos, así como matemática».

Por su parte, Adrián Cannellotto, rector de la Universidad Pedagógica, coincidió con la funcionaria en lo positivo de la medida y resaltó un punto también señalado por Gvirtz:  «Se trabaja con herramientas digitales desde el hogar, y no en todas las casas hay acceso a Internet», dijo a Página/12. Para el rector de la UniPe, «la pandemia puso a prueba a muchas cosas, y en el plano escolar no es lo mismo el acceso para un pobre que para un rico, las familias cuentan con pocas herramientas y no todos los padres pueden acompañar del mismo modo».

Cannelloto estimó que «si no hay nota, no hay evaluación» y que «la formación implica un  seguimiento» que se dificulta con los alumnos desde el hogar. «La nota aparecerá cuando se retomen las clases presenciales», dijo, y manifestó que «el sistema no es resultadista ni facilista, solamente se posterga la nota y se reabre el ámbito de la evaluación». La calificación, adujo, se «recuperará en el próximo cuatrimestre si se reabren las aulas. Y ponderó que «los 24 ministros y la Nación acordaron poner el foco en la evaluación como proceso».

Respecto de la vuelta a clases, ambos especialistas coincidieron en que deberá ser gradual. No hay un modelo único en el mundo y es factible un regreso que alterne días en el aula y en casa, con grupos chicos, si bien la realidad de cada distrito es distinta. «No es lo mismo la provincia de Buenos Aires que Misiones», ejemplifica Cannellotto, ya que «hay que ver la capacidad de infraestructura».

Gvirtz recalcó que «no es lo mismo la clase en la escuela que on line, entre otros motivos por el nivel de dispersión. El chico en su casa tiende a concentrarse menos» y resaltó que «la escuela no puede replicar por Zoom». En su opinón, «se deben seleccionar bien los contenidos» e incluso «repensar la secundaria, no se trabaja sobre alfabetización digital», al tiempo que deslizó que la situación sería más llevadera si se hubiera mantenido el reparto de computadoras de Conectar Igualdad con el ritmo que tuvo hasta 2015. Mientras «la brecha educativa se amplió» por esta situación y hoy la mitad del alumnado tiene acceso a Internet de alta velocidad, en un contexto en el que «los padres quieren que los chicos vuelvan al aula y se destaca el valor de la presencialidad».

Para Cannellotto, «hubo etapas» a lo largo de estas semanas. «Primero se habló de dos semanas de encierro, las escuelas buscaban contener, luego se desplegaron otras herramientas, aulas virtuales, Zoom. Ya se piensa en encarar la transición, y pasar de la virtualidad a la realidad no es tan fácil. Hay un proceso de enseñanza interrumpido, falta trabajo en el aula». Y eso fundamenta que en vez de la calificación numérica haya una orientación en cada alumno respecto de lo que puede corregir y mejorar.

En opinión de Gvirtz, «no volveremos a las clases  tal y como teníamos antes de la pandemia. Hay varias posibilidades, un sistema mixto, que permita a su vez que los chicos que puedan seguir desde casa continúen así, pero los que vuelvan deberán hacerlo con distanciamiento dentro de las escuelas, y esto es para verlo localidad por localidad, escuela por escuela».

Los dos especialistas coinciden en que desde que se tomó la decisión de cerrar las escuelas por la covid-19 «se hizo mucho» y que «se pusieron muchos recursos desde el Estado», en un contexto en el que se proveyó de libros y cuadernillos y, en muchos casos, bolsones de comida. La situación, por cierto, es de alcance global. La Unesco calcula que el cese de clases por la pandemia afectó a unos 1200 millones de estudiantes en 160 países.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/266373-educacion-no-habra-calificaciones-con-nota-mientras-dure-la-

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