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Educación emocional Resiliencia en tiempos de pandemia

Por: Educación 3.0.

 

Una buena autoestima, autonomía, empatía y un entorno familiar afectivo son claves para desarrollar la resiliencia, una cualidad necesaria en estos tiempos de crisis sanitaria. Silvia Arribas, Joana Jauregizar e Itziar Kerexeta, profesoras de la Universidad Pública del País Vasco y colaboradoras de airea-elearning, ahondan en el significado y claves de este concepto.

El concepto de ‘resiliencia’ procede de la palabra latina ‘resilio’ (Kotliarenco, Cáceres y Fontecilla, 1997), que significa volver atrás o rebotar. Se trata de un concepto originariamente utilizado en el ámbito de la física para hacer referencia a la capacidad de un material para recobrar su forma original o su resistencia a un golpe, choque o percusión. Posteriormente, el concepto fue adaptado a las ciencias sociales para hacer referencia a la resistencia al sufrimiento y a la capacidad de, además, salir fortalecido de dichas experiencias de sufrimiento.

Así, el origen del estudio de la resiliencia en el ámbito de la Psicología y Psiquiatría se centró en investigaciones que trataban de entender por qué algunos niños que vivían en contextos muy adversos (enfermedades mentales de los padres, problemas perinatales, abandono, abuso, guerra, hambre…) no desarrollaban problemas psicológicos.

Precisamente, fue en uno de estos contextos extremadamente adversos en el que vivió Boris Cyrulnick, autor de múltiples publicaciones sobre la temática, que fue testigo del holocausto nazi durante su infancia. Nacido en Burdeos en 1937 en una familia judía, Boris Cyrulnik sufrió la muerte de sus padres en un campo de concentración nazi del que logró huir cuando sólo tenía 6 años. Tras la guerra, deambuló por centros de acogida hasta acabar en una granja de la beneficencia. Por suerte, unos vecinos le inculcaron el amor a la vida y a la literatura y pudo educarse y crecer superando su pasado.

Resiliencia en tiempos del COVID-19

Resiliencia en tiempos de pandemia

Sin caer en la ingenuidad y siendo conscientes de que las situaciones traumáticas o las crisis globales como la que estamos atravesando a raíz del COVID19 afectan en mayor medida a personas más vulnerables, vemos en el ejemplo de Boris Cyrulnick una llamada a la esperanza y a creer en lo positivo de estos procesos.

Existen algunos factores personales que favorecen la resiliencia como es una buena autoestima, la orientación y motivación al logro, la conciencia de la auto-capacidad para la superación, la autonomía y la empatía. A nivel socio-cultural también será de ayuda contar con una buena red de apoyo, una figura o tutor de resiliencia y un entorno familiar cohesionado y afectivo.

Pero, ¿qué es un tutor de resiliencia? Es una persona que, siendo consciente de ello o sin percatarse, es investido de una influencia orientadora sobre la persona que vive alterada su seguridad después de un trauma. En palabras de Boris Cyrulnik (1999), “un tutor de resiliencia es alguien, una persona, un lugar, un acontecimiento o una obra de arte que provoca un renacer del desarrollo psicológico tras el trauma. Casi siempre se trata de un adulto que encuentra al menor y que asume para él o ella el significado de un modelo de identidad, el viraje de su existencia. No se trata necesariamente de un profesional”. Un encuentro significativo puede ser suficiente “para permitir a la persona desarrollar sus fortalezas internas, su capacidad de resolver problemas y de entablar relaciones con los demás”, añadiría Grotberg (2006), “desarrollándose de manera óptima a pesar de su vulnerabilidad”.

¿Recuerdas quién pudo jugar este papel de tutor de resiliencia para ti cuando eras menor? ¿Crees que estás siendo el modelo de alguno de tus alumnos menores con los que te relacionas?

Fuente del artículo: https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/educacion-emocional/resiliencia-en-tiempos-de-pandemia/

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Duterte se muestra contrario a regresar a las aulas en Filipinas hasta que no haya vacuna contra el coronavirus

Asia/ Filipinas/ 26.05.2020/ Fuente: m.europapress.es.

El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, se ha mostrado este lunes contrario a retomar las clases presenciales en los colegios hasta que no haya una vacuna contra la COVID-19 disponible.

En un discurso televisado recogido por el diario ‘Philstar’, Duterte, que ha insistido en que quiere que la vuelta sea «realmente segura», ha destacado que el distanciamiento físico es difícil de implementar en los colegios, lo que puede aumentar la probabilidad de expansión del coronavirus.

La secretaria de Educación de Filipinas, Leonor Briones, anunció a principios de mayo que el curso académico 2020/2021 comenzaría formalmente el 24 de agosto, ya fuera con clases físicas o virtuales.

Filipinas ha confirmado hasta ahora más de 14.300 casos de coronavirus, mientras que las muertes sobrepasan las 870.

Fuente de la noticia: https://m.europapress.es/internacional/noticia-duterte-muestra-contrario-regresar-aulas-no-haya-vacuna-contra-coronavirus-20200526074958.html

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“Quédense en casa, sigan vivos y organícense”

Por: Amy Goodman. 

El reverendo Barber es copresidente de la Campaña de los Pobres y presidente de la organización sin fines de lucro Repairers of the Breach. Junto a otros líderes ha lanzado una convocatoria a personas de todos los ámbitos sociales a participar de una asamblea virtual y una multitudinaria marcha de los pobres on line el próximo 20 de junio a través de la página web june2020.org. Barber imploró “No crean en las mentiras que estos gobernadores nos están diciendo sobre que es el momento de abrir todo de nuevo. Quédense en casa, sigan vivos y organícense”.

Actualmente estamos entre dos épocas históricas: AC y DC; antes de la Covid-19 y después de la Covid-19. Las instituciones ya establecidas, los regímenes arraigados y las corporaciones poderosas se encuentran bien posicionadas para navegar por las aguas desconocidas de este tiempo intermedio, el del “durante la Covid-19”. Menos equipados están los pobres y la clase trabajadora, que no pueden reunirse para protestar o manifestarse en busca de mejores condiciones de vida sin ponerse en riesgo. El nuevo coronavirus ha amplificado la enorme desigualdad que domina nuestra sociedad. Basta con observar la desconexión entre el mercado de valores y la difícil situación de los trabajadores. Parece que con cada anuncio de pérdida histórica de empleos, el índice Dow Jones y el Standard & Poor’s 500 se disparan hacia arriba. En Wall Street cuentan ganancias mientras que en el resto de la ciudad cada día se cuentan más tumbas.

El miércoles, el reverendo William Barber II concedió una entrevista a Democracy Now!: “Estos son tiempos difíciles. Gran parte del dolor es por elección. No tendría que ser así. No es por el virus per se. Es a causa de la pandemia de codicia y la mentira de la teoría económica del derrame que nos condujo a movernos en la dirección equivocada desde el principio. Incluso antes de que llegara el nuevo coronavirus, demasiadas personas en cargos de poder estaban muy cómodas con la muerte de otras personas. Tenemos 140 millones de personas pobres y de bajos ingresos en el país, el 43% de la nación, 700 personas al día que mueren por la pobreza o por no contar con suficientes recursos económicos. Ya antes de la llegada de la Covid-19, teníamos dos millones y un cuarto de personas al año y 80 millones de personas en total sin seguro de salud o con seguro de salud limitado”.

El reverendo Barber es copresidente de la Campaña de los Pobres y presidente de la organización sin fines de lucro Repairers of the Breach (“Reparadores de la brecha”, en español). Él y la copresidenta de la campaña, la reverenda Liz Theoharis, del Seminario Teológico de Unión, han lanzado una convocatoria a personas de todos los ámbitos sociales a participar de una asamblea virtual y una multitudinaria marcha de los pobres on line el próximo 20 de junio a través de la página web june2020.org. Barber imploró “No crean en las mentiras que estos gobernadores nos están diciendo sobre que es el momento de abrir todo de nuevo. Quédense en casa, sigan vivos y organícense”.

Pese a las increíbles dificultades, pese a las demandas de no salir de los hogares (para aquellos que tienen la suerte de poder quedarse en casa), la gente se organiza y se manifiesta de manera creativa y valiente. Como ha sucedido a lo largo de la historia de Estados Unidos, los movimientos populares son los que impulsan el cambio. Este momento no es la excepción.

Poco después de su entrevista para Democracy Now!, Barber habló en una manifestación virtual, una huelga nacional organizada por trabajadores de la cadena de restaurantes McDonald’s. Los trabajadores de McDonald’s y de otras cadenas de comidas rápidas han estado organizando campañas por un salario digno durante años. La campaña “Lucha por 15” reclama un salario mínimo de 15 dólares por hora. Varios trabajadores hablaron en la transmisión de video en vivo y detallaron las dificultades y los riesgos que enfrentan diariamente como parte de la fuerza laboral esencial mal paga, prácticamente ignorada y en crecimiento.

Estas son las palabras de Fred Marion: “Soy un trabajador de McDonald’s aquí, en Kansas City, Missouri. Hago huelga porque, como pueden ver y escuchar, soy un humano como ustedes. Puede que no sea médico o paramédico, pero estoy aquí en el frente como ellos, y soy humano como ellos. Nos merecemos equipos de protección, pago de riesgos, atención médica y ganar 15 dólares la hora: es apenas un salario digno. Nosotros no tenemos un salario digno. Solo merezco ser tratado como un ser humano y es por eso que estoy en huelga”.

Angélica Hernández habló en español. Un compañero de trabajo que contrajo Covid-19 y actualmente está conectado a un respirador fue quien la inspiró a sumarse a la huelga. Según ella, McDonald’s no mostró interés en brindarles equipos de protección a los trabajadores. Katerra Wilkins agregó: “La gente puede contraerlo, [al coronavirus]. A cualquiera le puede tocar. Así que creo que es un poco peligroso y estamos arriesgando nuestras vidas por 7,25 dólares la hora”.

En solidaridad con los trabajadores en huelga hubo oradores como Mary Kay Henry, presidenta del Sindicato Internacional de Empleados de Servicio (SEIU, por su sigla en inglés) y el epidemiólogo David Michaels, quien se desempeñó como director de la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional durante la presidencia de Barack Obama. La senadora demócrata de Nueva York Kirsten Gillibrand señaló lo siguiente: “Incluso después de que el Congreso aprobara en marzo una ley de emergencia de licencia paga por enfermedad, el 75% de los trabajadores quedaron desamparados por la exclusión de grandes empresas como McDonald’s. Si ellos o un ser querido se enferman, tendrán que enfrentar una elección imposible entre la seguridad económica de su familia y su salud. Ninguno de nosotros debería verse obligado a tomar esa decisión. Es un fracaso de la política. Si uno no puede permitirse quedarse en casa cuando está enfermo, es un problema para uno y para todas las personas con las que entre en contacto cuando esté en el trabajo. Asegurarse de que todos puedan permitirse quedarse en casa cuando presenten más riesgo de contagiar es crucial para combatir este virus”.

Mientras tanto, los activistas montaron una protesta simbólica frente a la sede central de McDonald’s en Chicago, con siluetas de cartón que representaban a los trabajadores en huelga. La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por su sigla en inglés) salió a recorrer las calles del centro de Chicago con un camión con una cartelera electrónica que transmitía el mensaje de los trabajadores con la demanda por un salario digno.

Estamos viviendo tiempos difíciles y peligrosos. Mientras los autoproclamados “justicieros” armados de derecha, mayormente blancos, inundan las capitales de los estados, los indocumentados, los pobres y las comunidades de color, quienes están en mayor riesgo, mantienen nuestra economía en movimiento: cultivan nuestros alimentos, trabajan en mataderos y almacenes, entregan paquetes y comidas, limpian nuestros hospitales y cuidan de nuestros ancianos. Ellos se exponen a contraer Covid-19 a diario, prácticamente sin redes de contención. Independientemente del futuro que forjemos colectivamente en la era después de la Covid-19, las necesidades de los pobres y de estos trabajadores esenciales deben ser una prioridad.


© 2020 Amy Goodman

Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

Fuente del artículo: https://rebelion.org/quedense-en-casa-sigan-vivos-y-organicense/

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La covid-19, un nuevo reto para la Unión Africana

Por: Hedelberto López Blanch.

La Organización de la Unidad Africana (OUA), hoy Unidad Africana (UA) ha tenido que lidiar a lo largo de sus 57 años de fundación con numerosos escollos y dificultades que dejaron los siglos de colonialismo que padecieron sus naciones y ahora deberá enfrentar otro gran reto al extenderse por el continente la pandemia del nuevo coronavirus.

Datos oficiales indican que el Sars-Covid-2 ya ha contagiado a alrededor de 90 100 personas y provocado más de 3 000 muertes en 54 de sus 55 naciones.

Las cifras del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de África revelan que los países africanos más afectados son Sudáfrica con 14 735 casos confirmados, Egipto con 12 519, Marruecos con 7 441 y Argelia con 7 621.

Mientras en el mundo se ha expandido con gran rapidez la epidemia, en este continente el saldo es muy inferior a los primeros pronósticos a pesar de ser el segundo más poblado del orbe.

Los especialistas aseguran que los gobiernos han tomado medidas más rápido que el resto del planeta a lo que se une la experiencia que tienen por haber enfrentado otras enfermedades como la malaria, tuberculosis, cólera, VIH y ébola, además de tener la población más joven del mundo con promedio de 19,7 años lo que ha ayudado a que el saldo mortal no sea mayor en la región.

Resulta que la UA ha tenido un rol significativo en estos resultados pues a lo largo de estos años ha logrado con mayor o menor grado y con fuerzas propias trabajar por la integridad, el avance de sus afiliados, profundizar en la estabilidad y la paz en el continente.

Con una extensión de 30 221 000 kilómetros cuadrados, 1 300 millones de habitantes que hablan 2 000 lenguas diferentes, la Organización ha tenido progresos relevantes pese a los años de colonialismo, esclavitud, empobrecimiento, dilapidación de los recursos naturales por corporaciones transnacionales y millonarias ventas de armas a las partes en conflicto, entre otras adversidades.

Específicamente, el continente comenzó a liberarse a fines de la década de 1950 y principios de 1960, después de siglos de colonialismo donde primaron las luchas por las independencias nacionales, contra la esclavitud, el saqueo de los territorios y de sus riquezas.

El 25 de mayo de 1963, 31 líderes africanos se reunieron en Addis Abeba y firmaron la Carta de Principios de la OUA, después de un proceso en el que comenzaron a dejar a un lado las diferencias regionales e ideológicas que habían sembrado los colonialistas. Aun quedaban muchos desafíos como la liberación de otras naciones, la lucha contra la discriminación racial y contra el régimen del apartheid.

Analicemos que cuando aún se habla sobre África, muchas personas piensan en pobreza extrema, subdesarrollo, hambre, tráfico de personas o enfermedades. Esa imagen, aunque no es menos cierta porque cuenta con 38 países de los 50 menos desarrollados del mundo, se debe fundamentalmente a los largos siglos de colonialismo y de neocolonialismo.

Esto se ha debido primordialmente a que los medios de comunicación hegemónicos, pagados y controlados por las antiguas naciones colonizadoras y por grandes transnacionales que han saqueado el continente, solo hablan o escriben de África noticias o sucesos peyorativos sin exponer los avances sustanciales desarrollados en casi todas esas naciones.

No es menos cierto que el continente, pese a disponer de abundantes recursos naturales, no ha podido mejorar más la vida de sus ciudadanos porque gran parte de las ganancias se las llevan las compañías transnacionales y también por la incidencia de la corrupción en algunos gobiernos.

Otro factor que ha influido es que las estructuras económicas son altamente dependientes del exterior, mientras los programas de ajustes estructurales impuestos por Occidente para que puedan recibir inversiones, obligan a abrir sus mercados a productos de las naciones ricas, no subvencionar la producción local y pagar una deuda externa que colapsa a varios países.

No obstante, África fue la región que más rápido se recuperó de la recesión económica mundial de 2008. En los últimos 10 años el Producto Interno Bruto (PIB) global alcanzó 5,7 %, y antes de la pandemia varios organismos económicos estimaban que alcanzaría 2,6 billones de dólares en 2020.

El Banco Africano de Desarrollo (BAD) destacó que el número de personas de África que vive en pobreza extrema con menos de 1,25 dólares al día, se redujo del 33 % en 1992 a 22 % en 2019, entre los que destacan Argelia, Etiopía, República Democrática  del Congo, Costa de Marfil, Djibouti, Angola, Gabón, Senegal, Namibia y Guinea Ecuatorial.

En ese sentido, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres instó al mundo a solidarizarse con el continente para que la pandemia no revierta los logros obtenidos con tanto esfuerzo por los africanos.

Al aprobar en 2013 la llamada Agenda 2063, la UA se encuentra enfrascada en buscar avances más tangibles para que el continente alcance un crecimiento integrador con desarrollo sostenible y de bienestar para todos sus ciudadanos.

En el contexto pandémico que vive el planeta, resulta halagüeño citar al director de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África, Stephen Karingi, quien afirmó  al diario británico The Guardian: “se debe reconocer que las autoridades africanas han estado «haciendo mucho» para contener el brote”. La Unión Africana ha sido esencial en esta enorme tarea.

 

Fuente del artículo: https://rebelion.org/la-covid-19-un-nuevo-reto-para-la-union-africana/

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Coronavirus en la Argentina: diputados proponen una «tarifa social» de Internet para garantizar la educación a distancia

América del Sur/ Argentina/ 26.05.2020/ Fuente: www.lanacion.com.ar.

 

Un grupo de diputados del interbloque de Juntos por el Cambio impulsa un proyecto de ley para establecer una «tarifa social» de Internet y achicar así la brecha tecnológica en materia de acceso a la educación. La propuesta impulsa que se subsidie Internet tal como se subsidian la luz y el gas, reconocidos como servicios esenciales. Promueve también que se liberen datos en los teléfonos móviles con fines educativos.

«Más del 47% de los hogares con niños y adolescentes no cuentan con conexión a Internet. Nos preocupa la enorme desigualdad que existe en las aulas virtuales o para acceder a los contenidos», dijo el diputado nacional Marcelo Orrego, presidente del bloque Producción y Trabajo en la Cámara de Diputados e impulsor del proyecto, que cuenta con el apoyo de otros 13 legisladores del interbloque de Juntos por el Cambio.

«Hoy la señal debe ser considerada un servicio esencial», dijo Orrego. «Me llamaron profesores que se van durante horas a estaciones de servicio para poder captar señal de WiFi, dar clases o subir contenido a las plataformas», relató.

El retorno a las aulas no tiene fecha prevista. El jueves pasado, la Cámara de Diputados aprobó y envió al Senado el proyecto de ley que permite la educación a distancia de los menores de 18 años cuando exista una emergencia, tal como ocurre ahora con las restricciones impuestas por el aislamiento social, preventivo y obligatorio ante la pandemia del coronavirus.

El proyecto de Orrego propone que también sean reconocidos como un servicio esencial «los servicios de datos móviles» para garantizar el apoyo educativo, y que no se puedan gestionar cargos por la navegación, a través de teléfonos móviles, en páginas gubernamentales de dominio «.gov.ar» y «.gob.ar», para la realización de trámites (como por ejemplo, gestionar el permiso para circular), para la descarga y utilización de la aplicación CuidAR, y para la navegación por plataformas educativas «.edu.ar» y «uba.ar».

En marzo, el Observatorio de la Deuda Social Argentina, de la Universidad Católica Argentina (UCA), presentó un informe que advirtió que «el déficit de acceso a la información en la infancia y adolescencia en tiempos de pandemia adquiere una relevancia mayúscula» y es determinante en términos de «desigualdad social». El informe destaca que hoy muchos niños y adolescentes acceden a la educación a través de una PC con conexión a internet desde su casa. «Los más aventajados de la sociedad tienen clases casi regularmente a través de plataformas donde se encuentran con sus docentes y compañeros de clase», dice, pero relata otras dos realidades: la de quienes tienen un acceso, pero limitado, y la de quienes directamente «no tienen PC en casa ni conexión adecuada para sostener este proceso de formación» en el hogar. Se trata de «una parte muy relevante» de la población -advierte el informe- porque 48,7% no tiene PC y 47,1% no tiene acceso a servicio de internet.

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“Ni sueño, ni vida”: La crisis de la pandemia para los indígenas, entre Colombia y Brasil

Por: telesurtv.

Dos líderes de los indígenas han muerto por la Covid-19 a cada lado de la frontera. El cacique de Manaos, MessíasKokama y el diputado Camilo Suárez, indígena Murui, exponen con el sacrificio de sus vidas, una crisis endémica, mucho más profunda que una “debilidad demográfica”entre Brasil y Colombia.

Dos líderes de los indígenas han muerto por la Covid-19 a cada lado de la frontera. El cacique de Manaos, MessíasKokama y el diputado Camilo Suárez, indígena Murui, exponen con el sacrificio de sus vidas, una crisis endémica, mucho más profunda que una “debilidad demográfica”entre Brasil y Colombia.

“La debilidad demográfica de los pueblos indígenas asentados en el departamento de Amazonas agrava el riesgo de extinción que enfrentan en medio de esta pandemia”: La frase fue expuesta por el Procurador General de Colombia, Fernando Carrillo, quien ha pedido urgentemente en Twitter, una mayor coordinación de Bogotá con el Perú y el Brasil.

En 1767 los portugueses fundaron el fuerte Tabatinga, para tomar posesión de la frontera de Brasil con Colombia, desde entonces se establece la barrera militar. Mucho ha llovido desde entonces, mientras nadie les pregunta a los indígenas, por qué para ellos no existen las fronteras.

Los indígenas ticuna han ocupado este escenario geográfico desde hace más de 2.000 años, lo que demuestra que el establecimiento de las fronteras entre los tres países, incluyendo al Perú, conforman imaginarios nacionales creados por intereses políticos.

“Los ticuna constituyen una población aproximada de 40.000 personas, de las cuales unas 26.000 viven en Brasil, 9.000 en Colombia y de 5.000 a 6.000 en Perú, de acuerdo con la investigadora del Museo Paraense, Claudia López Garcés.

¿Cuál es el origen de la “debilidad demográfica”?

“Le pedimos al Gobierno central que nos ayude con el tema de más médicos para el departamento de Amazonas, ayuda humanitaria, personal de salud, ventiladores mecánicos, camas, camillas”, dijo otra voz: el gobernador de Amazonas, Jesús Galindo. De los 79.000 habitantes que tiene Amazonas -precisa- 605 necesitarían de una unidad de cuidados intensivos en el caso de ser contagiados con Covid-19, pero actualmente solo existe una.

“Las acciones que ha manifestado el señor ministro de Salud, no llegan al departamento. Quiero decirle señor presidente que Amazonas es Colombia, por favor, la esperanza del mundo”, aseveró Camilo Suárez, diputado de Amazonas.

El indígena de Murui, hace días clamaba: “El Amazonas está en SOS y necesitamos de su ayuda. No estamos preparados para atender esta pandemia”. Suárez le había enviado al periodista Omer Sánchez, de la emisora Ondas del Amazonas, afiliada a RCN Radio, varios mensajes de Whatsapp, repudiando la falta de atención, por parte de los encargados de la salud pública del departamento.

Y “todos los que han muerto en casa, porque ese puto comité Covid-19 no sirve pa’ nada. Yo llevo seis días esperando que alguien de ese comité venga a tomarme la muestra y no llegan”, escribió el dirigente indígena.

Camilo Suárez agonizó a la espera sin asistencia médica, a consecuencia del virus y la desprotección sanitaria. Tampoco pudieron hacerle las pruebas diagnósticas de la Covid-19, dadas las insuficiencias del sistema de salud. El líder Murui fue víctima de las malas condiciones de vida de los amazonenses, que había denunciado consistentemente: falta de acceso a la salud y la educación, ambientes infrahumanos por carencia de agua potable en algunas regiones, entre otras.

El departamento de Amazonas solo cuenta con el Hospital de San Rafael y la clínica privada de Leticia, su capital. Entre ambas instituciones, cuentan con cinco camas de cuidados intermedios, cuatro camas para adultos y tres pediátricas. Se dice que hay ocho ventiladores y que no poseen insumos para enfrentar al virus.

Hasta el 20 de mayo de 2020, el coronavirus supera los 1.000 contagios y 35 fallecidos, entre los 49.000 pobladores de Leticia, el territorio con más casos por millón de habitantes de toda Colombia. Unos días antes, se conoció del primer contagio entre indígenas.

Colombia es una de las naciones con un mayor número de comunidades indígenas en Latinoamérica. En 2005, se contabilizó a casi 1.400.000 personas indígenas, 3,5 por ciento de la población del país. En las 102 comunidades indígenas colombianas, algunas auto aisladas, han visto morir a sus ancianos, la población más susceptible y clave para la supervivencia y memoria cultural.

“El abrazo de la serpiente”

La productora cinematográfica, Cristina Gallego, dice que allí donde filmaron, hay unas 80.000 personas que necesitan asistencia médica, de las cuales el 75 por ciento es indígena. Bien lo sabe ella, porque convivió con “el abuelo”, cuando fueron a rodar la película. Karamakate, fue elegido para representar a un hombre nativo y nómada que vive solo en la selva.

Pero el virus mató al abuelo. Como mismo nadie pudo salvarlo, tampoco hubo pruebas de confirmación de la enfermedad. El nativo, Antonio Bolívar, fue uno de los protagonistas de “El abrazo de la serpiente”.

Nominada al Oscar en 2016 como la mejor película de habla no inglesa, fue realizada en coproducción de Colombia, Venezuela y Argentina. Dirigida por el joven colombiano Ciro Guerra, fue filmada durante siete semanas en la selva de los departamentos de Guainía y Vaupés.

¿Aislados o atrapados?

“Solo cuando llegué a Vaupés, me enteré que la película fue grabada aquí, en las comunidades de Santa Marta, Puerto Golondrina, y otras zonas en el caño Cuduyarí, a veinte minutos de Mitú, navegando por el río Vaupés”, dice a Telesur la socióloga Jenn Romero, quien llegó en septiembre del año pasado para apoyar un proyecto de seguridad alimentaria en comunidades indígenas.

“Me encontré con pueblos y etnias, en un 90 por ciento indígenas, donde se hablan más de 24 lenguas nativas. A ésta zona, la he llamado la ‘Amazonía invisible’, porque para los colombianos y extranjeros, solo existe Leticia. Y no quiero ser sarcástica, pero donde estoy, hace apenas tres décadas, los hombres usaban ‘guayuco’ -taparrabos- y las mujeres andaban naturalmente en ‘tetas”.

“La entidad que me trajo y la gobernación del Departamento de Vaupés, nos dejaron terminar el trabajo y cerraron el municipio. Ahora no podemos salir, no tenemos cobertura médica y tampoco nos pagan por nuestros servicios. Ni a mí, ni a los indígenas de aquí, porque los dejaron sin trabajo y no reciben ayuda humanitaria. Se sostienen de su “chagra”.

“El hospitalito no puede atender a más de 10 personas a la vez. Desde hace una semana hay once contagios, pero creemos que nos mienten, no están haciendo las pruebas”.

“Aquí estamos en un toque de queda, mientras tanto el Gobierno de Colombia falla a favor de leyes, buscando aceptar medidas de extracción de petróleo en la zona”.

“Tampoco han enviado ayuda a los pobladores con que hacer frente a la pandemia- responde la socióloga a la entrevista- conocemos de una campaña de donación en el departamento, pero los recursos no se distribuyen a la gente. Los indígenas no tienen qué comer, ahora les suspendieron las ayudas del Programa de Alimentación Escolar. Muchos están aislados en sus chagras y comunidades, sin poder comprar lo que necesitan, ni alimentos, ni artículos de aseo. El mercado indígena no abre y se les tiene prohibido entrar al casco urbano”

“Donde estoy, el internet va y viene y la poca información que llega es para quienes estamos en las redes sociales -Facebook y Whatsapp- con un celular. Aquí no hay Wifi. Algunos se informan por la radio comunitaria. Son unas 35.000 personas que intentan reinventar su cotidianidad, pero es difícil en la selva. La realidad es que la educación occidental deja como lastre, que les enseñan la religión, pero no a trabajar la tierra, que es a donde tienen que mirar  y producir alimentos para sobrevivir. Será un largo proceso, en medio de una situación económica que siempre ha sido difícil para los indígenas”

“Los únicos que tienen estabilidad en los ingresos permanentes -precisa la socióloga Jenn Romero- son los comerciantes, los colonos provenientes de Medellín, Villavicencio y otras zonas del país. Son ‘los blancos’, nunca los indígenas, quienes manejan el dinero de la cooperación internacional y las regalías nacionales.Siempre a través de ONG y del gobierno departamental, donde tampoco hay indígenas”.

“Lo único que se hace presente es la malversación de fondos, ya que en plena contingencia, el Gobernador está siendo investigado por corrupción en la contratación de vuelos chárter con presuntas misiones médicas”.

“Las paisanas y los paisanos -concluye la investigadora- como se reconocen los ‘originarios’, caminan rápido y nadan bien. Comen lo que les da el monte, duermen en hamacas y tienen una contextura física para moverse con fluidez en un entorno, que para el resto de nosotros sería imposible. Ellos no dejarán morir a sus hermanos, así sean de Brasil. Porque del lado colombiano, apenas les toma dos minutos cruzar el río y ya están en la ribera brasileña. Una ‘frontera porosa’, donde los paisanos hablan español o portugués y la lengua de su etnia”

Sin embargo, el virus los ha dejado indefensos. Tanto es así, que algunos ancianos -los sabedores- de las comunidades, han querido quitarse la vida por no poder respirar, aún después de tomar su medicina natural, como desde hace tiempo, es la única que tienen.

La muerte los alcanza primero

Por más rápido que anden, el abrazo de la muerte alcanza primero a los indígenas. El cacique MessíasKokama, considerado el líder principal de Manaos, capital del estado brasileño de Amazonas, murió víctima del virus y su comunidad apenas pudo decirle adiós sin ceremonia.

“Perdimos a nuestro líder, un cacique que soñó el primer barrio indígena. Hoy nos deja un ejemplo de persistencia y un legado conquistado, con lucha y coraje ante los conflictos y obstáculos”, dijo la profesora Claudia Baré, también fundadora de esa comunidad, en el mayor centro urbano de la Amazonía.

La muerte del cacique se supone la primera en Manaos. Mientras, la Secretaría Especial de Salud Indígena del Ministerio de Salud, había reportado 277 casos confirmados y 19 muertes de indígenas en todo el país. En la capital del estado de Amazonas, ahora cuentan 37 contagios en nativos.

Y fue precisamente Manaos el detonante del sistema de salud brasileño ante la pandemia.“Ya no estamos en estado de emergencia, sino en absoluta calamidad”, dijo el alcalde Arthur Virgilio Neto. Por día se triplica el número de muertos. En esa ciudad de 2.1 millones de habitantes, durante el tercer mes del año, se registraron 2.435 funerales, unos 80 por día, o sea, más de tres muertos por hora.

Se estima que en Brasil, unas 900.000 personas viven en 305 tribus, aunque la mitad de los indígenas de Brasil están fuera de la Amazonia. El Gobierno ha reconocido 690 territorios para sus habitantes indígenas, que abarcan aproximadamente el 13 por ciento de la superficie del país.

Brasil con más de 300.000 casos de coronavirus a finales de mayo, es uno de los focos globales de la enfermedad. La zona más afectada es el estado de Sao Paulo, seguido de Río de Janeiro. En eso ya Brasil emula a los Estados Unidos. El gigante sudamericano es ahora -tristemente- el segundo a nivel mundial en la lista de contagios.

Dos exministros de Salud, Nelson Teich y Luiz Henrique Mandetta, dimitieron por discrepancias con Jair Bolsonaro en la gestión de la crisis sanitaria, mientras el jefe de Estado rechaza las medidas de aislamiento social por priorizar a la economía.

Desaparecería el patrimonio ancestral

Allá lejos de todo, a casi dos meses después de iniciado el autoaislamiento, los indígenas intentan sobrevivir internos en la selva, entre Brasil y Colombia.

Aun así, “hacia Vaupés -declara la socióloga, asentada en territorio indígena- esto será un etnocidio y terminaríamos perdiendo el privilegio de conocer estos pluriversos culturales, los pueblos: Majiñá, Macuna, Carapana, Itana, Desano, Tanimuca, Tuyuca, Letuama, Barasana, Tucano, Bará, Yuhup, Curripaco, Yeral, Piratapuyo, Guanano, Cubeo, Yurutí, Siriano, Tatuyo, de los cuales cada uno tiene su lengua propia. Nos perderemos de conocer familias multiétnicas, que solo tienen en común el español o el portugués. Desaparecería el patrimonio ancestral de políglotas que hablan hasta diez lenguas originarias, las chagras ya no serían las unidades productivas más importantes, para ayudar a nuevas formas de desarrollo y crecimiento productivo sostenible”.

Podría perderse eso que los une hasta hoy, la vida de los indígenas, testigos ancestrales de Suramérica. Lo que los asecha ahora es la muerte.

El protagonista de “El abrazo de la serpiente” en su personaje Karamatake-encargado de guiar a través de la selva al etnobotánico Richard Evans- quedó para siempre como el indígena que nos lleva en búsqueda de la milagrosa yakruna.

Antonio Bolívar, ya no espera en el corazón de la selva a que aparezca desde la sabiduría de sus Dioses, una planta sagrada o algo que estimule la capacidad de soñar -ni siquiera eso- porque a Karamatake, MessíasKokama y Camilo Suárez o a tantos indígenas a cada lado de la frontera, la enfermedad y el etnocidio, le arrebataron sus vidas y sus profundas conexiones espirituales con la tierra que los hacían soñar.

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Menos de la mitad de los profesores cree que escolares están aprendiendo en sus casas

Por: Carlos Said. 

Los 3,6 millones de escolares han estado fuera de las aulas más tiempo que las clases perdidas en 2019 y la reapertura de los colegios se ve cada vez más lejana. Ante esa incertidumbre, las actividades y clases a distancia serán la única alternativa por mucho tiempo más.

Pero ¿están siendo efectivas? Según la encuesta Docencia durante la crisis sanitaria, aplicada por académicos de la U. de La Frontera, U. Católica, U. Diego Portales y U. Católica de Valparaíso, junto a Summa (Laboratorio de Investigación e Innovación en Educación para América Latina y el Caribe, del BID), solo el 49% de los profesores cree que los escolares están aprendiendo durante la pandemia.

El sondeo tomó la opinión de 3.176 docentes, entre el 20 y 30 de abril, y revela que solo el 9% de los profesores cree que sus alumnos tienen hábitos de estudio y que el 75% piensa que los niños no tienen habilidades para usar aplicaciones de trabajo a distancia.

Además, solo el 37% de los maestros dice que sus alumnos tienen acceso a internet de manera constante, mientras que el 33% cree que los jóvenes tienen espacios físicos y recursos para estudiar en sus casas.

La directora del Observatorio de Prácticas Educativas Digitales (Oped) y académica de la Facultad de Educación de la UC, Magdalena Claro, participó en el estudio y dice que las cifras muestran que “hay que tener una mirada realista sobre lo que se puede hacer, porque las condiciones de los escolares son limitadas”.

Plantea que una buena solución para abordar el problema es la priorización curricular que está haciendo el Consejo Nacional de Educación, que reducirá los contenidos y objetivos a lograr este año. “Hay que buscar objetivos menos ambiciosos, mejorando las estrategias de apoyo y la capacitación a los docentes, con guías para organizar el trabajo remoto”, dice.

El director del Instituto de Informática Educativa de la U. de La Frontera, Enrique Hinostroza, advierte que es necesario abordar esta precariedad, “para no aumentar las brechas existentes” entre los escolares. “Hay que aprovechar la experiencia nacional e internacional, ya que muchos países enfrentan desafíos similares”, dice.

Y el director de Summa, Javier González, afirma que “el derecho a la educación de muchos estudiantes se está viendo vulnerado, dado el bajo acceso efectivo a internet, redes de apoyo y servicios sociales”.

El sondeo consigna que el 27% de los profesores está usando la plataforma online del Mineduc www.aprendoenlinea.mineduc.cl, y que el 30% utiliza Google Classroom. Respecto a lo mismo, solo un tercio de los maestros dice haber recibido apoyo en el uso de recursos digitales.

El subsecretario de Educación, Jorge Poblete, maneja cifras más alentadoras: asegura que la plataforma del Mineduc ha sido usada por 6,6 millones de usuarios y que 3 mil colegios tienen acceso a Google Classroom, y recuerda que el canal TV Educa Chile apoya esta labor. Además, afirma que “valoramos que cada establecimiento ocupe sus propias herramientas, sin embargo, llama la atención que teniendo textos escolares gratuitos de calidad no se utilicen sobre todo en los lugares con baja o escasa conectividad”, dice.

La brecha digital

Esta falta de conectividad también queda demostrada en la relación que tienen los profesores con sus alumnos. Según el sondeo el 62% de los docentes dice que se ha comunicado con los escolares, pero solo lo ha logrado con la mitad de ellos.

En el caso de los colegios particulares pagados, la comunicación entre profesores y alumnos se da casi exclusivamente por internet, mientras que en los municipales, el contacto es principalmente telefónico, lo que revela la brecha digital de los más vulnerables. Por eso, el principal método de trabajo de los profesores es el envío de guías (81%) y tareas (75%), mientras que las actividades interactivas son residuales: el 11% de los docentes organiza grupos de trabajo entre los niños y solo el 16% imparte clases online. Entre estos últimos, la enseñanza interactiva supera el 40% en los colegios particulares y cae al 15% entre las escuelas municipales.

“Se necesitan estrategias de trabajo remoto alternativas a internet, los docentes requieren más apoyo para ajustar la enseñanza y brindar acompañamiento”, al igual que los equipos directivos, plantea Ignacio Jara, director del Centro de Desarrollo Profesional Docente de la U. Diego Portales.

En la elaboración de la encuesta participaron el Instituto de Informática Educativa de la U. de La Frontera, el laboratorio de innovación Summa, el Observatorio de Prácticas Educativas Digitales de la U. Católica; el Centro de Desarrollo Profesional Docente de la U. Diego Portales y el Centro Costadigital de la U. Católica de Valparaíso.

Fuente del articulo: https://www.latercera.com/nacional/noticia/menos-de-la-mitad-de-los-profesores-cree-que-escolares-estan-aprendiendo-en-sus-casas/CSMS6XVAPRCILEYMKNSUDGNX3I/

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