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¡Alerta, pantallas!

Varios autores 

El impacto de la digitalización en el desarrollo infantil, en el territorio y en nuestro futuro como sociedad

En pocos años los dispositivos digitales –smartphones, tabletas, ordenadores, pizarras digitales, etc.– han ocupado nuestras escuelas debido a las decisiones de los responsables políticos. Este proceso de digitalización de la educación, que hasta hace poco avanzaba a un paso lento, aunque constante, se aceleró a partir del año 2020, después del cierre de escuelas, institutos y universidades durante el confinamiento por la covid.

Profesoradofamiliasorganizaciones y expertos comenzamos a sentir y constatar cada vez con más fuerza los efectos nocivos para niñas, niños y adolescentes de la exposición constante a pantallas, dentro y fuera de las aulas. Parece ya incuestionable que las pantallas no mejoran los procesos educativos, sino que los deterioran. La adicción a los dispositivos móviles hace que tanto la concentración como la comprensión lectora se desplomen. Se multiplican los casos de ciberacoso escolar, los pequeños están cada vez más expuestos a contenidos violentos, se deteriora la memoria y se extienden problemas de salud como la obesidad. Lo ideal, hasta los seis años, es no estar expuesto ningún tipo de pantalla. Neurocientíficos e investigadores como Desmurget afirman que la introducción de dispositivos digitales en el colegio ha sido un desastre y que estos son nocivos, venenosos, para el desarrollo del cerebro. Una afirmación que parece confirmar los desastrosos resultados del último informe PISA, donde se apunta explícitamente a las pantallas como uno de los grandes responsables.

No es por tanto de extrañar que algunos países, como Suecia, estén paralizando la digitalización escolar. También aquí se ha abierto un debate social para prohibir los móviles en las escuelas, como ya han hecho Italia, Portugal o Francia. Como colectivo vemos necesario prohibir el uso de teléfonos en los centros educativos, una medida que debería ser el detonante para poner en cuestión la presencia excesiva de dispositivos digitales en los centros. Entendemos que la incompatibilidad demostrada entre digitalización y procesos educativos justifica replantear el modelo promovido por los dirigentes en todos los ámbitos educativos: infantil, primaria, secundaria y universidades. Necesitamos priorizar y fomentar la educación cara a cara. La interacción humana ha demostrado ser la mejor estrategia educativa. Por ello, apoyamos y animamos a todas las familias que se están coordinando para retrasar la edad de acceso a los dispositivos digitales, creando espacios seguros para sus hijas e hijos.

¿Es sólo un problema de la juventud? La digitalización de la vida es un problema social y ecológico que nos afecta a todos y todas. Los cuadros de adicción a las pantallas, y también sus impactos en la concentración y la capacidad crítica, se extienden a todos los grupos de edad. La implementación de algoritmos e inteligencias artificiales a cada vez más ámbitos de la vida plantea dificultades en nuestra convivencia. Disminuye la fiabilidad de la información y aumenta la incapacidad para generar un criterio propio, se reproducen y automatizan sesgos de género y clase, incluso en ámbitos como el de la justicia, se pierden puestos de trabajo, se extienden las lógicas de control social y vigilancia y, en un sentido amplio, erosiona nuestra autonomía y provocando que cada vez seamos menos capaces de comprender y decidir sobre nuestro entorno.

Además, nos encontramos inmersos en una crisis ecosocial global; con dimensiones climáticas, energéticas, de biodiversidad y sociales, que ponen en riesgo la supervivencia de nuestra civilización. Necesitamos poner en marcha transformaciones rápidas y profundas que superen las lógicas de crecimiento económico ilimitado y sus impactos, una tarea para la que la digitalización constituye más un obstáculo que un aliado. La fase digital del capitalismo industrial está suponiendo una alarmante profundización del extractivismo y un aumento de las emisiones de efecto invernaderodel consumo de agua y energía, y de desechos contaminantesPara descarbonizar necesitamos desdigitalizar, como argumenta Ben Tarnoff. La digitalización nos aleja de la vida, de lo que importa, y de la urgente tarea de hacer colectivamente de este planeta una casa habitable para todos y todas.

Es urgente cuestionar la digitalización generalizada de la sociedad, algo imprescindible para avanzar hacia sociedades más justas, democráticas, igualitarias y, sobre todo, capaces de frenar la trayectoria ecosocialmente destructiva en la que nos encontramos. Una parte crucial de ello es seguir mejorando nuestra educación. Por ello, nuestro objetivo como colectivo es continuar trabajando por desdigitalizar y ecologizar tanto los contenidos educativos como los centros. Podríamos así destinar los recursos que la administración dedica a la digitalización, que únicamente benefician a las grandes empresas, a la contratación de más profesorado que posibilite un modelo acorde a las necesidades del alumnado y la sociedad. Para ello es imprescindible una implicación activa de los docentes y centros, pero también de las familias. La puesta en cuestión de la digitalización puede y debe empezar en nuestras vidas, para desde allí convertirse en un debate social necesario y urgente.

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Primeros firmantes:

  • Adrián Almazán. Universidad Carlos III de Madrid.
  • Jorge Riechmann. Universidad Autónoma de Madrid.
  • Javier Martínez Aznar. Universidad de Zaragoza.
  • Paula Mingell Gracia. Directora de la Escuela Infantil Municipal Las Pajaritas (Huesca).
  • Fabiola Ruiz Ramón. Profesora IES Dos Mares (San Pedro del Pinatar, Murcia).
  • Juan Carlos García Sánchez. Profesor IES Federico Baraibar (Vitoria-Gasteiz).
  • Cecilia Serrano Martínez. Universidad de La Rioja.
  • Helios Escalante. Universidad de Granada.
  • Anabel Corral Granados. Universidad de Almería.
  • Yayo Herrero, Cooperativa Garúa.
  • María García Lavilla. Maestra CRA L’Albardín (Azuara, Zaragoza).
  • David García Ruíz. Educador ambiental y facilitador de grupos.
  • Alicia Guerrero Fernández. Universidad de Sevilla.
  • Pablo Gutiérrez Watson. Profesor Escuela de Jardinería Bouregreg (Rabat, Marruecos).
  • Javier Fuertes. Profesor IES Pablo Gargallo (Zaragoza).
  • Charo Guillén Moliner. Maestra en El Camino Real Academy (Santa Fe, EE.UU.).
  • José Albelda Raga. Universitat Politècnica de València.
  • María Polo Alonso. Duero Natura (Soria).
  • Ángel de Frutos Tena. Universidad de Zaragoza.
  • Virginia Val Campo. Acompañante en espacios de educación libre y profesora de Secundaria.
  • Andoni Alonso. Universidad Carlos III de Madrid.
  • Yolanda Villa Hernández. Profesora FP Agraria (Asturias).
  • Jaume Sastre. Universitat Autònoma de Barcelona.
  • Rosa Ros Pueyo. Profesora IES Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria).
  • Antonio Ballestín Liarte. Profesor Conservatorio Profesional de Música (Huesca).
  • Teresa Velilla. Doctora de Atención Primaria.
  • Julio Carmona, Ecologistas en Acción.
  • Guillermo Benítez Cruz. Universidad de Granada.
  • Ángela Sánchez-Pérez Merino. Maestra CEIP Gloria Fuertes (Getafe, Madrid).
  • Luis Miguel Ferrer Bueno. Director CPEPA Sobrarbe (L´Aínsa, Huesca) y Universidad de Zaragoza.
  • María Martínez Chico. Universidad de Almería.
  • María Fuertes Vicente. Maestra CEIP Sancho Ramírez (Huesca).

Para sumar tu firma aquí.

Fuente: https://ctxt.es/es/20240201/Firmas/45397/Manifiesto-digitalizacion-impacto-riesgos-crisis-educacion-futuro.htm

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Mundo: Demasiado tiempo frente a la pantalla incrementa el riesgo de comportamiento suicida en tus hijos

Mundo/24-03-2023/Autor:Daniel Casillas/Fuente: www.publimetro.co

Una nueva y preocupante investigación sugiere que los preadolescentes que pasan demasiado tiempo frente a una pantalla pueden tener un mayor riesgo de comportamiento suicida en etapas posteriores de su vida.

En los últimos años han surgido muchos estudios que advierten de lo perjudiciales que pueden ser las pantallas para los jóvenes, y uno reciente afirma que el uso recurrente de dispositivos de pantalla podría llevar a los preadolescentes a pensar en el suicidio.

Un nuevo estudio publicado en Preventive Medicine revela que el aumento del tiempo de pantalla entre los niños de 9 a 11 años se asocia con un mayor riesgo de desarrollar conductas suicidas dos años después.

La investigación se ha hecho pública en medio de un empeoramiento de la crisis de salud mental de los adolescentes y una nueva legislación que propone prohibir a los menores de 16 años el uso de las redes sociales, ante la posibilidad de que pueda afectar a su desarrollo cognitivo.

Los resultados concluyen que cada hora adicional de tiempo frente a una pantalla se asocia con un 9% más de riesgo de comportamiento suicida dos años después. En concreto, cada hora adicional dedicada a ver videos, jugar a videojuegos, enviar mensajes de texto y hacer videochat conllevaba un mayor riesgo de comportamiento suicida.

“El uso de pantallas puede conducir al aislamiento social, el acoso cibernético y la interrupción del sueño, lo que puede empeorar la salud mental”, dijo el autor principal Jason Nagata, MD, profesor asistente de pediatría en la Universidad de California en San Francisco. “Más tiempo frente a la pantalla suele restar tiempo a la socialización en persona, la actividad física y el sueño”, añadió.

El estudio se basa en los conocimientos existentes sobre la crisis de salud mental juvenil. El suicidio es la segunda causa de muerte entre los adolescentes.

El estudio se basa en datos del estudio nacional Adolescent Brain Cognitive Development (ABCD), el mayor estudio a largo plazo sobre el desarrollo del cerebro en Estados Unidos. El estudio recopiló datos sobre el tiempo frente a la pantalla de 11.633 niños de entre 9 y 11 años a los que se hizo un seguimiento durante dos años. Los niños respondieron a preguntas sobre el tiempo que pasaban frente a seis modalidades de pantalla diferentes, así como sobre comportamientos suicidas.

En un estudio publicado en JAMA Pediatrics, los investigadores descubrieron previamente que el tiempo que los adolescentes pasaban frente a una pantalla se había duplicado hasta alcanzar casi las ocho horas diarias al comienzo de la pandemia.

Uno de los autores del estudio señala que el uso de pantallas en la adolescencia también puede tener beneficios, pero los padres deben regular el tiempo de pantalla.

“El tiempo de pantalla puede tener importantes beneficios, como la educación y la socialización, pero los padres deben tratar de mitigar los riesgos adversos para la salud mental derivados de un tiempo de pantalla excesivo. Los padres deben hablar regularmente con sus hijos sobre el uso de la pantalla y ser un modelo a seguir frente a las pantallas”, dijo Nagata.

9%

aumenta el riesgo de comportamiento suicida con cada hora adicional de pantalla.

“El estudio se realizó en su mayor parte antes de la pandemia de COVID-19, pero sus conclusiones son especialmente relevantes ahora, ya que la salud mental de los jóvenes empeoró durante la pandemia”.

—  Kyle T. Ganson, profesor adjunto de la Facultad de Trabajo Social Factor-Inwentash de la Universidad de Toronto y coautor del estudio

¿Qué hábitos saludables frente a la pantalla recomienda a los preadolescentes?

Jason Nagata responde:

-Evitar las pantallas antes de acostarse. Sabemos que el uso de pantallas interfiere en el sueño, y dormir bien es muy importante para la salud mental.

-Evitar picar algo mientras se usan las pantallas, para que la comida sea más intencionada; y no usar pantallas durante las comidas familiares. Esto ayuda a que el tiempo en familia se centre en la conexión, y también ayuda a los padres a controlar la alimentación de sus hijos, lo cual es importante porque el uso excesivo de las pantallas está relacionado con la alimentación desordenada, un problema de salud mental.

-Los padres también pueden establecer zonas libres de pantallas, como baños y dormitorios. Los niños son menos propensos a meterse en contenidos violentos o nocivos en los espacios públicos de la casa.

-Los padres deben intentar modelar todos estos comportamientos para sus hijos, que puede ser la parte más difícil.

-¿Qué preguntas está usted intentando responder todavía sobre el tiempo frente a la pantalla y el riesgo de suicidio?

-Una de ellas es si el uso de pantallas causa suicidio, o si el aumento de las probabilidades de suicidio se debe a que los niños que ya están deprimidos son más propensos a usar pantallas. Con este trabajo, vemos un poco más de evidencia de que son las pantallas las que conducen al comportamiento suicida, porque ajustamos la salud mental en la línea de base y observamos a los niños dos años más tarde.

Entrevista

Jason Nagata,

Profesor adjunto de Pediatría, División de Adolescentes y Jóvenes Adultos de la Universidad de California, San Francisco

¿Cuánto ha aumentado el uso de pantallas entre los adolescentes?

–Durante la pandemia, el tiempo frente a las pantallas se duplicó hasta alcanzar las ocho horas diarias y se asoció con una peor salud mental y un mayor estrés. Los adolescentes declararon una media de 7,7 horas de tiempo de pantalla recreativo al comienzo de la pandemia.

¿Cómo puede el uso de pantallas aumentar el riesgo de conductas suicidas?

–El tiempo dedicado a las pantallas a menudo desplaza el tiempo dedicado a la socialización en persona, la actividad física y el sueño, todos los cuales son buenos para la salud mental. El uso de pantallas puede conducir al ciberacoso, a malos hábitos alimenticios y al aislamiento, todo lo cual puede empeorar la salud mental. También aumenta la exposición a contenidos que pueden provocar ansiedad o angustia.

¿Cuál podría ser un horario razonable para el uso de pantallas en los jóvenes?

–Es importante que los padres hagan lo que es apropiado para su desarrollo. Para los adolescentes mayores, se trata de dar consejos. Con los niños más pequeños, los preadolescentes y los adolescentes jóvenes, tiene sentido tener un enfoque más práctico, como utilizar controles parentales y mantenerlos alejados de las redes sociales hasta los 13 años. En esta etapa, durante la adolescencia temprana, es cuando se establecen los comportamientos que ayudarán a los niños a desarrollar hábitos saludables frente a las pantallas más adelante.

¿Qué pueden hacer los padres para prevenir el uso excesivo de las pantallas y los comportamientos suicidas?

–Los padres deben hablar regularmente con sus hijos adolescentes sobre el uso de la pantalla y desarrollar un plan familiar de uso de los medios.

Fuente: https://www.publimetro.co/noticias/2023/03/21/demasiado-tiempo-frente-a-la-pantalla-incrementa-el-riesgo-de-comportamiento-suicida-en-tus-hijos/

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Vuelta a clases: tenemos que enseñar a nuestros hijos a gestionar su atención. Argentina

América del Sur/Argentina/03-03-2023/Autor(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

Por el Licenciado Federico García, Docente – Psicopedagogo / MP: 371

Un dilema para muchos padres, volver a las tareas, a los aprendizajes, es importante tener presente que la educación comienza en casa,  es función de las familias, el poder acompañar a nuestros chicos en sus procesos, ser ese complemento con la escuela. Trabajando codo a codo. Y este 2023 tenemos que ayudar a nuestros hijos en gestionar su atención y concentración.

Los niños,  los adolescentes presentan la dificultad de que no se pueden concentrar, existen neurotransmisores, que son sustancias químicas que el cerebro produce de forma natural ante ciertos estímulos.

Cuando un niño, un adolescente pasa mucho tiempo frente a un dispositivo, principalmente el  celular, se la pasa jugando, va generando adrenalina, esa adrenalina le hace sentir bien. Entonces como es un neurotransmisor que nos da placer, el niño, el adolescente va a buscar más estado de placer, entonces va a desear estar más tiempo frente a estos dispositivos

Esos juegos van a generar otro neurotransmisor, que aparece en la competitividad, y es de lo que hoy se habla mucho, conocido como cortisol, esto genera temor, frustración, no estrés, porque lo que  quiero, es ganar, ahora estamos inmersos en esta sociedad de competencia, donde todo es competir, que llega a un grado tal de producir el cortisol que se pierde la CONCENTRACIÓN. Si yo no estoy atento, no estoy concentrado y no voy aprender, osea todos son procesos.

Lo importante es que como padres, aprendamos en primer lugar a gestionar nuestras emociones y que nuestros hijos sepan gestionar tanto el estrés como el aburrimiento y la frustración; que son tres grandes ingredientes que pasan en el día a día de nuestras vidas

Entramos en un concepto hoy fundamental que creo que como educadores, padres, psicopedagogos, psicólogos educativos  deberíamos volver a rever,  la ATENCIÓN, que es la ventana al mundo exterior, hay investigaciones, sobre todo la de un psiquiatra alemán que dice que “la gente más feliz, es la que tiene dominada su atención” ¿Dónde está la Atención? Esta se encuentra en la parte superior del cerebro, en la corteza prefrontal , zona que se encarga de la atención, concentración, de la resolución de problemas, y del control de impulsos, es una zona que nos hace entre comillas, seres superiores porque nos hace dominar  y resolver  situaciones, gestionamos nuestras emociones, somos capaces de planificar. Entre otras competencias.

Cuando un bebé nace, la corteza prefrontal  es profundamente inmadura, y madura la parte de atrás, poco a poco la parte de adelante, por eso la impulsividad es lo que más tarda en dominar un adolescente, ¿Con que se activa la corteza prefrontal de un bebé? ¿Con que se estimula? ¿ A que presta atención un bebé?  A tres cosas principalmente, luz, sonido y movimiento. Bien nos podemos dar cuenta aquellos que son papas, que al ver luz un bebe presta atención.

La pregunta es ¿Qué queremos nosotros de la atención de nuestros hijos? ¿Qué queremos de la corteza prefrontal de nuestros hijos?  Que en la medida que vayan creciendo ( 2, 3,4,5,6 7 años) preste atención a objetos inmóviles, a objetos no luminosos, es decir a un profesor, que este tranquilo en la salita de espera de un médico, entre otras actividades, es decir que el niño aprenda a gestionar su corteza prefrontal. ¿Qué pasa si yo a ese bebé, a ese niño de 2, 3 años le doy una Tablet, un celular ( que hoy muchos papas se lo facilitan con el fin de que ellos puedan hacer sus tareas o simplemente para que se “distraigan”)  ahí tenemos luz, sonido y movimiento; y el cerebro funciona con un mecanismo que se denomina como dice mi tan admirada psiquiatra española, Marian Rojas Estapé… o lo usas o lo pierdes. En la atención sucede cuanto más la estimulo con una herramienta exterior peor funciona en mi cerebro por eso hoy en día los profesionales de la salud y educación con niños de 10 años con unas cortezas prefrontales muy inmaduras porque solo se estimula su atención con luz, sonido y movimiento y necesitan cada vez más, estímulos más fuertes, imágenes, videos, escenas más intensas para ser capaces de activar su atención.

Hoy en día la economía que nos mueve es la economía de la atención,  no son  tan solo las drogas, las farmacéuticas, la información, el poder, sino la capacidad de retener la atención nuestra, y la de nuestros hijos, el mayor tiempo posible frente a una pantalla. Lo que le interesa a las programadoras, y a las empresas de tecnología. Es por eso que nosotros como padres, tenemos que ayudar a que nuestros hijos aprendan a gestionar su atención.

Las únicas dos cosas que nos hacen feliz o que nos acercan al concepto de felicidad, que nos podemos encontrar en este mundo, tiene que ver con dos conceptos, uno.. Con el amor, el amor de pareja, de familia, el amor de amigos, y el otro el trabajo, ese trabajo que lo conseguimos a partir de un proceso de orientación vocacional, en donde verdaderamente logré encontrar mi “Ikigai” que es un concepto japonés que significa “la razón de ser” “la razón de vivir”

Recomendaciones para realizar con nuestros hijos:

Acompañar a nuestros hijos, sin ser padres helicópteros

Promover la gestión de sus emociones, no invalidando las mismas.

Dar la importancia que tiene la Educación para su desarrollo personal

Hoy los adolescentes, quieren ser youtuber, influencer, generador de contenido, háblales de un proyecto de vida, de vocación, de iligai

Comparti tiempo de calidad con ellos, sin dispositivos de por medio.

El rendir materias, implican esfuerzo personal, tenacidad, y crecimiento personal.

Fomentar su autoestima y seguridad en si mismos, Dejarles algún mensajito personal en su mochila, en su cartuchera, en el espejo.

Estimular la oxitocina, la hormona del amor, dar abrazos, cariño, contención, escucha activa.

Realizar el deporte que ellos quieran, promover el encuentro con el otro, con sus pares, con sus amigos.

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Ojo con los dispositivos navideños si quieres evitar problemas visuales en menores

Por: ABC

En unas fechas en las que abundan las ofertas y la tendencia a regalar ordenadores, portátiles, móviles, tabletas y videoconsolas, el Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas de España (CNOO)recomienda a padres y madres supervisar el uso de estos dispositivos digitales con objeto de evitar una sobreexposición a las pantallas por parte de los menores que pueda provocar fatiga visual.

Para ello, aconseja mantener una distancia mínima de 30 cm en el caso de móviles y tabletas, y 50 cm para ordenadores o videoconsolas; contar con una correcta iluminación en las habitaciones, evitando los reflejos en la pantalla; y aplicar la regla 20-20-20, esto es, descansar 20 segundos cada 20 minutos mirando a 20 pies de distancia (seis metros) o relajar la vista observando objetos lejanos a través de la ventana.

Asimismo, ubicar el dispositivo ligeramente por debajo de la altura de los ojos, mantener una postura correcta mientras se utiliza y ajustar el brillo y el contraste son otras de las medidas que se pueden tomar para reducir el riesgo de sufrir alguna deficiencia refractiva.

La fatiga ocular se manifiesta cuando los ojos realizan un esfuerzo excesivo como consecuencia de actividades que implican ver de cerca durante un largo periodo. Esto se explica porque «la musculatura del ojo se encuentra relajada cuando utilizamos la visión lejana, pero cuando miramos algo de cerca durante mucho tiempo el ojo tiene que realizar un trabajo mayor y la musculatura puede llegar a bloquearse, lo que se conoce como exceso o incluso espasmo de la acomodación», matiza el decano del CNOO, Juan Carlos Martínez Moral.

Precauciones con las pantallas

Algunos síntomas derivados de un uso prolongado de los dispositivos electrónicos sin mantener la distancia mínima y las medidas adecuadas son visión borrosa transitoria, dificultad de enfoque de distancias, sensibilidad al brillo de la luz, incomodidad ocular, dolor de cabeza y ojos irritados, secos o cansados.

En este sentido, los ópticos-optometristas aconsejan tener en cuenta las propiedades de las pantallas, apostando por aquellas que presentan características menos nocivas para la salud visual. De esta forma se evitará el riesgo de padecer alteraciones como el enrojecimiento o la fotofobia, es decir, la sensibilidad a la luz. Además, existen monitores que ofrecen gráficos con cortes o incorrecciones, por lo que en muchas ocasiones es conveniente cambiar la configuración de la pantalla para adaptar la luz de forma correcta.

Por último, acudir a un establecimiento sanitario de óptica al menos una vez al año ayuda a prevenir problemas visuales. Y es que el profesional óptico-optometrista puede prescribir unas gafas personalizadas según el tipo de dispositivo digital que se utilice y en función de los síntomas que se presenten para evitar que la situación se agrave.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-dispositivos-navidenos-si-quieres-evitar-problemas-visuales-menores-202112200028_noticia.html

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Los niños que pasan más de una hora al día ante una pantalla comen más comida basura

Por: ABC

Según señala este estudio de la UIC Barcelona el porcentaje de niños que consume este tipo de alimentos es menor en aquellos que hacen deporte varios días por semana que en los que no hacen nunca ejercicio.

Los niños de entre 1 y 14 años que pasan más de una hora al día de su tiempo de ocio frente a una pantalla comen más comida basura, como dulces y «snacks», que el resto de menores, según un estudio elaborado por el Grupo de Evaluación de Determinantes de Salud y Políticas Sanitarias de UIC Barcelona.

El estudio, liderado por la doctoranda Àurea Cartanya-Hueso y el doctor Adrián González Marrón y publicado en la revista Healthcare, analiza por primera vez la relación entre el uso recreativo de pantallas y el consumo de alimentos poco saludables, como dulces, bebidas azucaradas, comida rápida y «snacks» en niños españoles de entre 1 y 14 años.

El trabajo constata que a medida que aumentan las horas de exposición a las pantallas se incrementa el consumo de dulces, bebidas azucaradas, comida rápida y «snacks», por lo que «nuestro trabajo aporta evidencia a la hipótesis de que pasar mucho tiempo delante de la pantalla va asociado a unos hábitos peores de alimentación infantil» comentan los autores.

Àurea Cartanyà y el doctor González también han destacado que, entre el grupo de población analizado, los niños de entre 12 y 14 años son los que más pasan un mínimo de dos horas diarias frente a las pantallas con fines recreativos, un porcentaje que asciende al 63,9%. Este colectivo también es el que más consume bebidas azucaradas (20,9%) y comida rápida (12,2%), dentro del grupo analizado.

Otro de los datos relevantes que se desprende del informe es que el porcentaje de niños que consume dulces y comida basura es menor en aquellos que hacen deporte varios días por semana que en los que no hacen nunca ejercicio.

Los autores del trabajo han explicado que « el uso de pantallas puede generar cierta ansiedad entre la población infantil que se acaba traduciendo en el consumo de comida basura». Además, en su opinión, «el hecho de estar más horas expuestos a la publicidad de comida basura puede aumentar también su consumo».

Nivel socio-económico bajo: más pantallas

El nivel socio-económico de las familias es otros de los factores que puede llevar a los menores «a tener un peor estilo de vida». Así, han recordado que las familias más empobrecidas «tienen salarios más bajos, horarios menos flexibles y jornadas laborales más largas, lo que puede provocar que los niños pasen más horas delante de las pantallas y que los padres ofrezcan a sus hijos opciones más rápidas de comida, aunque de menor calidad nutricional».

El grupo de investigadores de UIC Barcelona ha recordado que, como muestra otro estudio suyo publicado en la misma revista ( https://www.mdpi.com/2227-9032/9/1/96), durante la pandemia de la covid-19 se disparó la exposición infantil a las pantallas En este sentido, ha destacado que dos de cada tres niños menores de 48 meses estuvieron expuestos a teléfonos inteligentes y tabletas durante el confinamiento de la primera ola y un 30% de ellos utilizaron estos aparatos incluso durante las comidas. Al margen de la pandemia, el uso de pantallas se ha incrementado en los últimos años. «Si en 2011 el porcentaje de niños expuestos a pantallas dos horas o más al día era de entre el 10 y 30%, en 2017 se situaba en el 44,7%», han añadido los autores del trabajo.

Ante estas cifras, que siguen aumentando, el profesor José M. Martínez-Sánchez responsable del grupo de investigación se ha mostrado convencido de que la exposición a pantallas, especialmente a los smartphones y tabletas, en la población infantil será «un nuevo determinante de la salud en los próximos años», ya que también han detectado que «está relacionada con un número insuficiente de horas de sueño, obesidad, y con un mayor riesgo de desarrollar problemas emocionales y de comportamiento».

El doctor Martínez-Sánchez ha afirmado que trasladarán los resultados del estudio a las autoridades sanitarias para que tomen medidas y ha recordado a las familias la importancia de seguir las recomendaciones de las instituciones sanitarias: evitando el uso de pantallas en niños menores de 2 años, limitar a 1 hora diaria el tiempo en menores de entre 2 y 4 años y a 2 horas el uso recreativo de pantallas en niños de entre 5 y 17 años. Además, ha insistido en la necesidad de que las instituciones sanitarias «revisen y regulen la publicidad de comida basura».

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-ninos-pasan-mas-hora-ante-pantalla-comen-mas-comida-basura-202103241721_noticia.html

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El mundo necesita una desintoxicación digital

Texto de: Fabiola Méndez/Damián Mendoza

El cuerpo se está adecuando a posturas que dan atención a las pantallas y celulares.

En los últimos años se ha detectado un uso exponencial de los dispositivos móviles. La empresa de telecomunicaciones TollFreeForwarding analizó los hábitos de los usuarios para determinar cuáles podrían ser los cambios físicos que se presentarán en el futuro, especialmente debido al uso excesivo de los teléfonos y otros gadgets que forman parte fundamental de la vida actual.

La compañía creó un prototipo llamado Mindy, el cual manifiesta los cambios físicos que se presentarán por estos hábitos tecnológicos. La mujer futurista tiene la espalda encorvada, que es el resultado de pasar horas sentados frente a una pantalla de computadora en la oficina y por la mala postura que se adopta, un cuello más alargado, que sería el resultado de la inclinación que se le da a la cabeza cuando se mira hacia abajo para ver el teléfono.

En entrevista con Alejandro García Romero, profesor de la Facultad de la Ingeniería de la UNAM, refirió que la compañía hizo una predicción un tanto idealizada, ya que los cambios reales de los seres vivos necesitan más tiempo. Las evoluciones requieren decenas de miles de años, “sin duda es idealizado pero no dista de la realidad, ya que el cuerpo se está adecuando a posturas que le están dando atención a las pantallas y celulares”.

Comentó que a la par de este prototipo también surge la iniciativa de los grandes fabricantes de dispositivos para hacerle saber a los usuarios que están pasando mucho tiempo usándolos. “Pareciera que a las grandes compañías le beneficiarían, sin embargo, es importante que los usuarios sepan de esta realidad”.

En ese contexto, las grandes compañías han desarrollado aplicaciones nativas en los teléfonos que les avisa a los usuarios cuánto tiempo llevan usándolo, y con ello, lograr la desintoxicación digital. “La situación es compleja, ya que con el paso de los años se pasa más tiempo frente a la pantalla”.

El académico y director de UNAM Mobile aseguró que lo más importante es que haya participación de las compañías y el usuario final. Las grandes compañías de tecnología están haciendo su trabajo alertando a los usuarios, a través de aplicaciones, sobre el tiempo que llevan en un sitio. “La desintoxicación digital logra que la app no permita el acceso durante cierto tiempo al usuario, si así se le configura, como Tik tok por ejemplo. Los fabricantes y desarrolladores están haciendo su trabajo, los usuarios debemos de tomar esa información para usar en positivo la tecnología, para medir cuánto tiempo se le dedica al día y calificar si es el correcto o está exagerando”.

Por otro lado, no hay que olvidar que los dispositivos están enganchando tanto a los usuarios que están dejando de tener contacto y relaciones sociales. “Hay que hacer un juicio personal para calificar qué tanto lo hace y este prototipo de Mindy es otra iniciativa más que busca crear conciencia en los hábitos de consumo de tecnología”, finalizó.

Fuente e imagen:  UNAM Global

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Cinco consejos para desenganchar a los niños de las pantallas

Por: ABC

Aunque se haya podido acentuar en estos últimos meses, el abuso de las pantallas viene de atrás.

Los interminables meses de confinamiento se convirtieron en una «tormenta perfecta» para que los niños se engancharan a las pantallas. Mientras muchas familias se vieron obligadas a teletrabajar, los más pequeños quedaron bajo el amparo de los móviles, las tabletas y la televisión. Estas mismas herramientas también se convirtieron en el principal recurso educativo con el que conectarse a las clases en línea y seguir aprendiendo. Y, al acabar la jornada lectiva, los momentos de ocio (individual y en familia) se vieron reflejados en los mismos dispositivos. «¿Se abusó de las pantallas? Sí, pero no creo que debamos buscar culpables. Todos lo hicimos lo mejor que pudimos. Ahora solo podemos mirar hacia atrás e intentar aprender algo de aquella etapa», reflexiona Manuel Armayones, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) e investigador del eHealth Center.

Aunque se haya podido acentuar en estos últimos meses, el abuso de las pantallas viene de atrás. «Se trata de un abuso, no de una adicción. Entendemos que es un problema cuando distorsiona otras esferas de la vida personal», puntualiza Armayones. En el caso de los niños, una exposición abusiva a estas tecnologías puede generar un excesivo malestar, irritabilidad y aislamiento. A largo plazo, la actividad sedentaria puede alterar las horas de sueño y puede provocar problemas de sobrepeso u obesidad. Algunos estudios, publicados en revistas científicas como The Lancet, también sugieren que el uso excesivo de las pantallas en menores podría lastrar su desarrollo cognitivo. De ahí la necesidad de romper el vínculo de dependencia con la tecnología, es decir, de una «desconexión digital».

Los expertos recomiendan limitar el tiempo dedicado a las pantallas en función de la edad. Por norma general, se recomienda que los menores de dos años no hagan un uso rutinario de las pantallas. De tres a cinco años, se recomienda un uso máximo de 30 minutos diarios. De seis a doce años, se aconseja usarlas una hora al día como mucho. Y de trece a dieciséis años, el límite es de dos horas diarias. Hasta ahora, se estimaba que los niños españoles pasaban unas tres horas diarias enganchados a todo tipo de pantallas. Pero durante el confinamiento, los pequeños aumentaron su consumo de televisión hasta un 70 %, y el uso de móviles, tabletas y consolas subió un 80 %, tal y como recoge el último Boletín de información sobre el audiovisual en Cataluña (BIAC), de Kantar Media.

Armayones, experto en el impacto de estas nuevas tecnologías y autor del libro El efecto smartphone: conectarse con sentido, apunta cinco consejos para hacer que los niños desconecten de las pantallas.

1. Establece unas normas claras

El primer paso para regular el uso de las pantallas en menores es establecer normas claras. «Hay que mantener una conversación sincera para que entiendan por qué no pueden estar todo el día «enganchados» y «por qué deben seguir algunas normas», explica Armayones. En este sentido, hay que explicarles qué se puede (y qué no se puede) hacer con el móvil, cuánto tiempo se le puede dedicar y en qué momentos hay que reducir su uso.

«Todos sabemos que los venenos son veneno en función de la dosis. Con las nuevas tecnologías pasa lo mismo», explica el experto. «Cuánto es mucho o cuánto es poco depende del efecto que tenga en la vida personal. En el caso de los niños, hay que prestar atención a si el uso de estos dispositivos cambia su comportamiento o si las actividades que realizan, como es el caso de los videojuegos, les crean una cierta adicción», añade.

2. Negocia sin miedo

Más allá de las recomendaciones generales, Armayones recuerda que «no hay normas de oro para el uso de los móviles» y que, por lo tanto, «como cada niño es diferente, las condiciones se pueden pactar». De ahí la importancia de negociar el tiempo de uso. «Si un niño se porta bien y tiene buen rendimiento escolar, a veces podemos dejarle el móvil un ratito más. En otros casos, cuando vemos que el uso de estas herramientas genera un problema, es importante restringir su uso», explica el experto. Asimismo, hay que aclarar que el tiempo pactado también puede variar en función de las circunstancias. En periodos de exámenes, por ejemplo, habrá casos en los que será necesario reducir el uso de estas herramientas.

«Hay que recordar que abordamos esta conversación como padres; ni como amigos, ni como colegas. Hay veces que, nos guste más o menos, tenemos que imponer ciertas normas», comenta. Por eso mismo, la última palabra siempre debe recaer en los progenitores.

3. Antes que prohibir, es mejor ofrecer alternativas

Los límites sobre el uso del móvil pueden resultar más llevaderos si, a cambio, se ofrece una alternativa. Las actividades al aire libre, por ejemplo, resultan claves para el desarrollo de los más pequeños. Y en ellas no hace falta depender de ningún elemento tecnológico. «Los niños nunca piden el móvil cuando están en la playa o en un parque acuático, porque se lo están pasando bien y andan entretenidos. Sí lo piden, por ejemplo, cuando vamos a comer y se aburren con las conversaciones de los adultos. Esto nos debería hacer pensar», comenta.

Las alternativas al móvil pasan por actividades recreativas de todo tipo: desde jugar al aire libre hasta hacer deporte, pintar, hacer manualidades, leer un cuento o pasar un rato en familia. «Es lo que se ha hecho toda la vida. No tiene más secretos», explica Armayones.

4. No prediques, también da ejemplo

De nada sirven los consejos sobre el buen uso del móvil si los niños ven que sus padres hacen justamente lo contrario. Antes de predicar, pues, es mejor intentar dar ejemplo. «Enseñamos muchas más cosas a los niños cuando no les intentamos enseñar nada que cuando sí intentamos hacerlo», comenta Armayones. «Si queremos enseñar a los niños que no deben depender de una pantalla, es imprescindible que los mayores les demostremos lo mismo con nuestras acciones», señala el investigador, quien también recuerda que el uso excesivo de las pantallas también perjudica (y mucho) a los adultos. De hecho, se estima que los adultos miran el móvil cada diez minutos. Y los menores de 25 años, cada siete.

5. Con seguridad y sin contraseñas

Los móviles que utilizan los niños deben estar siempre bajo supervisión, de modo que nada de contraseñas en estos dispositivos. Y es mejor no utilizarlos a puerta cerrada. «Es más importante la seguridad de los niños que su privacidad. Por eso es fundamental que estemos pendientes de cómo utilizan el móvil y de qué hacen con él», comenta. Para ello, el experto también recomienda aplicaciones diseñadas para el control parental de estos dispositivos.

Y un consejo extra: paciencia en tiempos de rebrotes

La incierta expansión de la pandemia de la COVID-19 hace temer que haya nuevos confinamientos. «No hay que culpabilizar ni a los padres ni a los niños. Ambos lo han pasado mal y ambos lo han llevado lo mejor que han podido», reflexiona el profesor de la UOC. Ahora, pues, toca aprovechar los periodos de calma para desconectar del móvil y pasar más tiempo en familia alejados de las pantallas. Estos momentos servirán para «cargar las pilas» de cara a un futuro incierto. Y, cuando llegue otro (posible) encierro, tocará adaptarse de nuevo a las circunstancias, siempre con cabeza y empatía.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-cinco-consejos-para-desenganchar-ninos-pantallas-202009130126_noticia.html

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