Por qué paran las mujeres el 8 de marzo

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Por Cecilia Bazán

Las mujeres trabajan más y por menos dinero que los hombres. Son mayoría en los índices de trabajo informal y precarización. No es una opinión sino un hecho y por eso se convoca a un paro mundial de mujeres el próximo 8 de marzo. La efeméride surgida del incendio en una fábrica donde trabajaban mujeres ha sido muchas veces frivolizada, pero esta medida busca reivindicarla.

Quienes lo impulsan dicen que reconocer el trabajo no remunerado de las mujeres, tanto de cuidados como de tareas domésticas, es un peldaño importante en la escalera hacia la igualdad. “El paro está orientado a la denuncia de las diferencias económicas que el estado de cosas marca entre géneros”, define Julieta Fantini, integrante del colectivo Ni Una Menos Córdoba.
El paro es apoyado por esta organización y tendrá su versión en muchas ciudades del mundo, sostenido por agrupaciones feministas, políticas y sindicatos.

Australia, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, República Checa, Ecuador, Inglaterra, Francia, Alemania, Guatemala, Honduras, Islandia, Irlanda del Norte, República de Irlanda, Israel, Italia, México, Nicaragua, Perú, Polonia, Rusia, Salvador, Escocia, Corea del Sur, Suecia, Togo, Turquía, Urugua y Estados Unidos ya tienen convocatorias propias. “Si nuestro trabajo no vale, produzcan sin nosotras”, alegan.

En Córdoba, el 8 de marzo habrá una movilización de tres horas a partir de las 13. “Paramos las tres horas que no nos pagan por trabajos domésticos, en un promedio general”, señala Fantini.

El sentido del paro. La brecha salarial entre hombres y mujeres en Argentina ronda el 27 por ciento. Pero el paro de mujeres no solo es aplicable a las “asalariadas” sino que abarca a las mujeres monotributistas, las que trabajan por su cuenta y a las amas de casa.

“Este paro marca un punto de partida, abre la posibilidad de pensar en un cese de actividades de mujeres, más allá de su condición salarial”, define la socióloga Marisa Fournier, coordinadora de la Diplomatura en Género, Políticas y Participación de la Universidad Nacional de General Sarmiento.

“Muestra que somos trabajadoras por dentro y por fuera de la familia, asalariadas o no, precarizadas o no, pero hay algo que tiene que ver en lo que representamos las mujeres para la reproducción de la vida que este paro pone en agenda”.

Esta investigadora y docente sitúa la iniciativa del 8 de marzo en un contexto en el que “la organización territorial, política, que venimos teniendo en Argentina desde la conquista de la democracia es fruto de un trabajo enorme e inmenso de las que nos abrieron el camino, militantes y académicas feministas”, que hoy tienen 80 o 90 años.

“A toda esa construcción densa se suma la movida del Ni Una Menos, que hizo un uso inteligente y comprometido de las redes sociales. Son estas cosas que se conjugan para que en Argentina podamos estar planteando un paro internacional de mujeres”, grafica en diálogo con Día a Día.

Fournier pone de manifiesto lo importante que es el “reconocimiento de todo lo que hacen las trabajadoras comunitarias, las educadoras comunitarias, el activismo cultural, lo que no es estatal pero sin lo cual la reproducción de la vida se debilita”. Y pone como ejemplo los centros de desarrollo infantil del conurbano bonaerense –su ámbito de investigación– sin los cuales muchas chicas y chicos estarían en la calle todo el día sin contención.

Una importante brecha. ¿Qué tan grande es la diferencia de horas de trabajo entre sexos? Los datos de la Encuesta sobre Trabajo no remunerado y uso del tiempo generados por un módulo de la Encuesta Anual de Hogares por el Indec en 2013 permiten observar que tanto la participación en el mercado de trabajo remunerado como la distribución de los trabajos domésticos no remunerados (los quehaceres domésticos, las tareas de cuidados de niños, niñas y adolescentes y el apoyo escolar) se encuentran atravesadas por profundas desigualdades de género.

Según lo reseña un artículo de los investigadores María Marta Santillán Pizarro y Hugo Rabbia, ambos del Conicet, “las mujeres afrontan el doble del costo temporal en la realización de trabajos domésticos y de cuidados no remunerados en el hogar respecto de los varones, incluso cuando ambos participan del mercado de trabajo remunerado”.

“Las mujeres con empleo y con menores ingresos realizan hasta 5 horas más de trabajo doméstico no remunerado que los varones en igual situación, mientras que en las mujeres desocupadas o inactivas la desigual distribución de estas tareas alcanza diferencias de hasta 6 horas en los menores quintiles de ingreso”, describe el trabajo.

Los datos muestran “un panorama donde las desigualdades de usos del tiempo entre varones y mujeres de Argentina son marcadas y reflejan la persistencia de un patrón de división sociosexual del trabajo”.

Las tareas domésticas y de cuidado de niños, niñas y adolescentes implican la existencia de una “doble jornada” de trabajo para las mujeres con empleo, al tiempo que las actividades no remuneradas abocadas a la satisfacción de las necesidades de dependientes menores de 5 años constituyen una jornada laboral excluyente para las mujeres desocupadas o inactivas, especialmente aquellas de hogares con varios ingresos.

Desigualdad, violencia. El 19 de octubre de 2016 se dio un antecedente del paro de mujeres, convocado también por diversas organizaciones sociales y de mujeres, movilizado por el conmocionante femicidio de Lucía Pérez, abusada y torturada en Mar del Plata.

Es que entre las denuncias del paro de mujeres se busca reconocer que “que estas violencias económicas aumentan nuestra vulnerabilidad frente a la violencia machista, cuyo extremo más aberrante son los femicidios”. La desigualdad económica, social y cultural, está vinculada a la violencia contra las mujeres, afirmó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en un informe de 2014.

“Paramos para hacer visible que mientras las tareas de cuidado no sean una responsabilidad de toda la sociedad nos vemos obligadas a reproducir la explotación clasista y colonial entre mujeres. Para salir a trabajar dependemos de otras mujeres. Para migrar dependemos de otras mujeres. Paramos para valorizar el trabajo invisibilizado que hacemos, que construye red, apoyo y estrategias vitales en contextos difíciles y de crisis”, postulan oficialmente las organizadoras del Paro de Mujeres.

Ni una Menos, inspirador. A modo de manifiesto, un grupo de mujeres de Estados Unidos busca objetivos comunes en el paro: “Al plantear un feminismo para el 99 por ciento, nos inspiramos en la coalición argentina Ni Una Menos”, afirman.

“La violencia contra las mujeres, como ellas la definen, tiene muchas facetas: es doméstica, pero también del mercado, de las relaciones de propiedad capitalista, y del Estado; la violencia de las políticas discriminatorias contra las lesbianas, las trans y las queer, la violencia de la criminalización estatal de los movimientos de migrantes, la violencia de la encarcelación masiva, y la violencia institucional contra los cuerpos de las mujeres a través de la prohibición del aborto y la falta de acceso a la salud y el aborto libre”, dice el texto traducido y publicado en español por el colectivo de comunicación Emergente, y que en su versión original firman Linda Martín Alcoff, Cinzia Arruzza, Tithi Bhattacharya, Nancy Fraser, Barbara Ransby, Keeanga-Yamahtta Taylor, Rasmea Yousef Odeh y Angela Davis.

Los distintos cambios que se están generando con la lucha de las mujeres tienen impacto en el universo masculino. “Estamos como en un momento de mucho movimiento y este reposicionamiento de nosotras genera un desconcierto en el género masculino, que ya no encuentra el lugar conocido para ellos. Y desde allí también se puede explicar hipotéticamente el crecimiento de la crueldad y la violencia hacia nuestros cuerpos”, analiza María Fournier, de la Universidad de General Sarmiento.

Sí pueden parar, pero con aviso

Por ahora, poco se habla del paro de mujeres entre las diferentes cámaras empresariales de Córdoba. Los representantes de las mismas alegan que por el momento no ha habido interés o no han sido notificados de una participación masiva.

Indican que las empleadas que eventualmente quieran participar de la marcha del 8 de marzo podrán hacerlo por su derecho a huelga, pero solicitan que se avise la medida con anticipación.

Desde la Cámara de Supermercados aseguran que se pueden organizar con el personal masculino para tener cubierta la franja horaria del paro, mientras que desde la Cámara de Comercio de Electrodomésticos para el Hogar sostienen que apoyan la igualdad de género y que no le impedirán a ninguna mujer ir a la marcha.

Cómo pueden participar el 8 de marzo

Hay muchas opciones. Desde abandonar las tareas algunas horas o el día completo, apoyar desde la vereda de casa o en las redes sociales, toda acción que haga visible la protesta suma, dicen las impulsoras.

“Los varones pueden acompañar encargándose de aquello que dejamos de hacer en el momento del paro”, sugieren desde Ni Una Menos.

¿Te podés imaginar un día sin mujeres? Sucedió en Islandia el 24 de octubre de 1975, cuando el 90 por ciento de las ciudadanas abandonó sus puestos de trabajo para manifestarse por la igualdad de derechos.

La marcha en repudio a Donald Trump el día después de su asunción y los temas que vienen llevando a las mujeres argentinas a la calle de forma masiva en los últimos dos año hacen que este 8 de marzo se llene de sentido. “Tenemos fe desde las diferentes comisiones que integramos el movimiento que esto va a tener impacto, por el contexto político, social del mundo”, aseguran desde Ni Una Menos Córdoba.

“Este paro abrirá las puertas para sucesivos paros más planificados, con más tiempo de tejidos, densos, es como una herramienta de trabajo para los años sucesivos. Más allá del éxito cuantitativo que tenga, sí marca un punto de inflexión en relación al trabajo, las violencias y las mujeres luchando por esas cuestiones”, sintetiza Fournier.

El 8 de marzo se alzará la voz sobre la desigualdad económica como una barrera para que la mujer consiga su autonomía y pueda empoderarse. Una “violencia invisible” que aún sigue pendiente de resolver, enfatizan las organizadoras.

 Fuente: http://www.diaadia.com.ar/cordoba/por-que-paran-las-mujeres-el-8-de-marzo

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#8M. Silvia Federicci: El paro como momento de comprensión y transformación

Tercera Información
Desde que la conocemos, las conversaciones con Silvia han sido siempre muy fértiles. No solo por su lucidez y agudeza teórico-política, sino también por su generosidad infinita en el relato de su experiencia, en esa búsqueda de coherencia entre lo que se hace y se piensa. En la previa del 8 de marzo, conversamos con ella sobre el paro internacional de mujeres y la actualidad de la lucha feminista.

Elegimos volver a escucharla hoy, en este contexto tan intenso donde la lucha de las mujeres se despliega con una fuerza por momentos inesperada. Donde cada una desde su comunidad de mujeres pone empeño en organizar, difundir y participar del 8 de marzo y del paro histórico que sucederá en más de treinta países alrededor del mundo.

En lo vertiginoso de estos acontecimientos nos venimos diciendo unas a otras: no aceptemos más la violencia, potenciemos nuestra fuerza para multiplicar nuestro ya basta, organicemos encuentros, espacios y marchas que hagan temblar la tierra. Pero también nos repetimos una y otra vez: hagamos más denso el tejido del entre mujeres; potenciemos nuestra ayuda mutua, nuestro autocuidado y reciprocidad; estemos cada vez más movilizadas pero también robemos tiempo para sentir y pensar cómo seguimos, cómo nos auto organizamos cada vez más y qué desafíos está alumbrando la lucha.

Dicho de otro modo, al desplegar la lucha ésta ilumina nuevos problemas políticos. De nada sirve hacer sin pensar. Pensemos a partir de lo que estamos experimentando y abramos los espacios para construir los cómo seguir. Nuestras compañeras y hermanas nacidas en las luchas que nos antecedieron portan experiencias que es preciso recuperar para no empezar de cero, para nutrirnos y cambiar. Por eso esta conversación busca ser un espacio-momento para que Silvia nos comparta palabras que nos ayuden a pensar lo que está sucediendo.

¿Qué está sucediendo con la lucha de las mujeres? ¿Qué has reflexionado sobre las últimas manifestaciones en Estados Unidos?

Aquí es un momento en el que se está dando una movilización muy fuerte de todos los movimiento sociales, y sobre todo del movimiento de las mujeres. Hemos visto estas marchas en Washington, en Nueva York, en varias ciudades. Mujeres de todo tipo, de todas las edades se están movilizando, sintieron la necesidad de salir a la calle. Y pienso que no es solamente una necesidad de responder a Trump, es la expresión de un gran descontento que se ha acumulado en estos años, porque las situación de las mujeres en todos los niveles, con excepción de una minoría, se ha deteriorado desde hace mucho tiempo, enfrentando una crisis en su vida cotidiana.

Esta es una crisis de trabajo, una crisis de falta de tiempo para sí mismas, una crisis de la relación con los otros, es el no tener recursos, no tener tiempo ni acceso a los servicios más fundamentales. Además de enfrentarse continuamente a la violencia, que es violencia individual pero también del estado, de la policía, en las cárceles, es la militarización de la vida que aquí es cada vez más fuerte. Creo que ahora estos son los elementos que unifican y pueden unificar al movimiento feminista. Es un movimiento contra la violencia y los abusos institucionales, pero también es una manifestación de deseo, de voluntad de construir una sociedad diferente. En estas marchas, en Nueva York por ejemplo, se podía ver una gran creatividad, mucha fuerza y energía, por eso se puede comparar con lo que sucedió en los años setenta.

Es un movimiento que ha crecido mucho en los últimos años, sobre todo a partir de la desilusión que tantas mujeres han experimentado. Se pensó que trabajar fuera de la casa posibilitaba conseguir autonomía. Y no nos dio autonomía porque el trabajo es precario, no da seguridad. Lo que vemos es un gran número de mujeres, y hombres también, cargadas de deudas. Han luchado por entrar a las universidades, como se luchaba en los años setenta, y ahora con la privatización de la educación deben un montón de dinero para poder estudiar. Muchas jóvenes con veinte años no pueden ver cuál va a ser su futuro.

¿De qué luchas previas se nutren estas manifestaciones? Porque al mirar las imágenes -no podíamos dejar de mirar lo que pasaba, la cantidad de personas- desde el sur nos preguntamos ¿de dónde se están nutriendo? ¿de dónde nació ese desborde? ¿qué había previamente organizado?

Creo que la decisión de una parte del establishment americano de apoyar a Trump ha sido una respuesta a las luchas que ya se estaban dando. Por ejemplo, la lucha por el aumento del salario mínimo ha involucrado a muchas mujeres muy fuertemente, y siempre se cruzaba con la lucha de los migrantes. Porque son sobre todo las mujeres y las personas migrantes las que tienen salarios muy bajos. También ha crecido un movimiento estudiantil contra la deuda generada por la falta de gratuidad. Por otro lado, muchos han apoyado a Trump pensando que sería el presidente que cortaría las deudas e implementaría una educación gratuita. Es también creciente la movilización contra el control del cuerpo. Por ejemplo, en muchos estados se redujo drásticamente el acceso al aborto. Hoy las mujeres se enfrentan con dificultades en todos los lugares donde están, con cortes en servicios como la educación y la precariedad de la vida, ninguna sabe si tendrá o no trabajo. Sobre todo entre jóvenes y mujeres no se ve qué tipo de futuro se tendrá. También la rabia y la indignación contra estos abusos, la violencia institucional continua, la matanza de la policía sobre los y las jóvenes de color, migrantes, latinos. La conciencia de que vivimos en un régimen muy brutal, que no es una novedad, pero que ahora ya no se puede no ver. En los últimos años casi todos los días un joven negro fue asesinado con una impunidad absoluta. Entonces, hay un descontento muy fuerte, económico y no económico, porque los dos están conectados. Porque está claro que esta violencia se justifica y se sostiene en la represión y en la precariedad económica.

¿Cómo estás viviendo estos mismos movimientos en el plano internacional, por ejemplo lo que está siendo en este momento la organización del paro internacional de mujeres? 

Es una idea muy excitante, sobre todo esta dimensión internacional de las luchas es muy importante. En las últimas semanas ha sido muy importante ver tantas movilizaciones en todas las ciudades al mismo tiempo, el sentimiento de ser parte de algo que se está moviendo en muchas partes del país y del mundo. Así como la respuesta al llamamiento de paro de las compañeras en Argentina en octubre pasado que fue muy fuerte. También aquí muchas compañeras salieron a la calle. Todavía es difícil saber, pero es claro que solamente algunas podrán hacer el paro porque hay tantas dificultades prácticas para organizar un paro de las mujeres, sobre todo en un país como Estados Unidos, donde existen realidades tan diferentes y hay grupos de mujeres tan diversas, en una situación donde faltan los servicios sociales, donde muchas mujeres son solteras y no tienen un marido que pueda sustituirla. Pero se envía una señal importante, es una posibilidad de compromiso con las nuevas formas de lucha y de organización. Ojalá sea un compromiso para crear redes de comunicación entre mujeres de diverso tipo. Crear un tejido social más fuerte, capaz de resistir a lo que está sucediendo y también empezar a construir nuevas relaciones. Empezar a implementar lo que se viene hablando sobre formas de auto gobernarnos, reclamar el control de nuestra vida, empezar el proceso de no solamente ponernos en contra sino ir definiendo qué tipo de sociedad queremos, cómo vamos a construirla, qué precisamos de inmediato y cuáles son los objetivos del futuro.

Yo creo que es importante hoy abrir una visión estratégica, no solamente salir a la calle, sino salir a la calle con una visión de lo que deseamos e intentamos construir. Sería una pena si vamos a la calle todas contentas y después regresamos a casa y no se une este momento con la construcción de algo distinto. Por eso es importante no solo demandar a un estado que no responde, sino comprender contra qué luchamos, que no son personajes. Estos personajes son la expresión de un mal que es el sistema. Comprender lo que está sucediendo a nivel económico, político, ecológico y empezar a hacer las conexiones. Es verdaderamente la misma lucha: luchar contra la contaminación, contra el capitalismo, la precarización de la vida y el despojo y luchar contra el patriarcado son momentos diferentes de una misma lucha. Pienso que esta movilización puede ayudar a crear conciencia sobre la interconexión de estas luchas. Ojalá tengamos la capacidad crear un terreno de unificación entre mujeres distintas.

Nosotras sentimos que nos entusiasma el paro y la movilización porque es un mensaje, es una disputa en varios planos, también simbólica. Acá en el sur, sobre todo la idea de la doble jornada, el trabajo doméstico, ha tomado mucha fuerza porque al discutir el paro hubo que intercambiar sobre qué precisábamos para parar. Eso dio lugar a un montón de discusión entre mujeres. Muchas han planteado que no pueden parar porque están solas con sus hijos e hijas, entonces vemos formas diversas de parar y participar. No nos proponemos hacer un paro en el que si no podés parar las veinticuatro horas no formás parte de la jornada y de la lucha, sino hacer un paro que diversifique las opciones y todas podamos participar.

Justamente, yo pienso que a partir de las dificultades de hacer este paro, de las dificultades de las mujeres que no pueden dejar a sus hijos, es importante comprender cuál es el paso próximo. Porque, ¿qué pasa con estas mujeres que están encarceladas por el trabajo doméstico todos los días y que no tienen a nadie que las pueda ayudar? El paro es un momento de comprensión y de transformación, porque mirando estas dificultades organizativas se puede ver qué necesitamos, qué se puede hacer como cosa urgente. Ver que existen tantas mujeres que no pueden ir a una reunión, al cine, porque son prisioneras de ese trabajo. Cuando estuve en Bruselas unos meses vi que allá las compañeras han impulsado la iniciativa de describir su jornada de trabajo y luego han recogido esos testimonios. Han dicho también al estado “todo esto es lo que las mujeres hacen”, están intentado decir “esta es la cuenta por todo lo que hemos realizado”. Este tipo de acciones pueden incrementar la conciencia y permiten pensar nuevas prácticas. Porque si estamos encarceladas en el hogar entonces ¿qué estructura necesitamos en lo urbano, en el barrio, para dar respuesta?, ¿cuáles son las necesidades inmediatas y urgentes?

En esa clave, al pensar el paro lo estábamos concibiendo como un momento pedagógico para nosotras y para todas las mujeres, por tanto para señalar los desafíos en todos los sentidos que vos nombras, para pensar qué movimiento tenemos que construir, bien atado a la vida y la cotidianidad. Pero también señalar los límites de la izquierda, los límites de ciertas formas de hacer política, lo que sucede con el sindicalismo. El paro iluminó muchas cosas, no solo para el propio movimiento de mujeres sino para muchas más personas.

Así es. Antes existieron sindicatos que se ocupaban de la vida, del barrio, que luchaban tomando en cuenta toda la vida de las trabajadoras y trabajadores, no solo sobre las ocho o nueve horas. Ahora es una forma burocrática que ya no funciona más, que no puede dar respuestas. He estado hablando con una compañera que organizó en Islandia el paro de 1975, desde allí las mujeres se han organizado en espacios urbanos donde se conversa, se circula información, en todas las ciudades están estos espacios que son experiencias colectivas para las mujeres. Estos lugares han facilitado mucho la organización, porque cada uno ha sido un punto de expansión de la información, de la táctica. Me gusta mucho pensar que se pueden crear estos lugares, espacios de las mujeres. Crear, desde donde una vive, espacios donde cuidarnos y dar discusiones entre mujeres. Insistir en la capacidad de crear, reclamar el espacio, el derecho a la ciudad. Es importante pensar este momento como un momento histórico, lo que está pasando con el Encuentro de Mujeres en Argentina, que se organice algo internacionalmente de forma autónoma sin los recursos y la intervención de la ONU. Se han hecho acciones todos los 8 de marzo, pero este año está la dimensión internacional. Esta jornada está reviviendo el sentido del 8 de marzo y dando lugar a un nuevo internacionalismo.

Pero es importante pensar estratégicamente qué es lo que queremos. Claro que no podemos saber muchas cosas, pero sí qué precisamos saber. Necesitamos una visión estratégica más allá de la manifestación. También la memoria histórica es importante para crear resistencia, la memoria sobre lo que ha significado este día para la lucha de la mujeres, sobre el internacionalismo feminista y el  significado de eso en la actualidad. Creo que hoy las mujeres debemos estar más presentes en las luchas contra la guerra. En estas manifestaciones en Estados Unidos no se le ha dado suficiente atención a la problemática de la guerra.

Este punto es importante desde la perspectiva latinoamericana y también nos preguntamos por esto que nombras. La gente se moviliza cuando puede, cuando hay conciencia y voluntad, pero ¿qué piensa sobre las invasiones y la guerra el pueblo estadounidense?

Ahora se ven límites que no se veían y se empieza a insistir en la necesidad de la lucha contra la guerra. Han estado y están bombardeando con drones Yemen, han destruido Medio Oriente. Existe una relación fuerte entre la guerra permanente y la militarización de la vida aquí, por eso es importante esta temática. ¿De qué internacionalismo hablamos si no? Es importante que todos digamos que no se puede excluir a las personas de ningún país, pero también que no se debe bombardear ni destruir la vida en ningún país. Pienso que en los materiales que se van a preparar y escribir es importante tener esta visión histórica del internacionalismo feminista.

Con respecto a la memoria histórica, al crecer bastante la auto organización de las mujeres en varias ciudades de Uruguay, las compañeras plantean una sensación de ser huérfanas, de empezar una lucha sin saber que otras mujeres lucharon antes, desconociendo qué problemas tuvieron y cómo se organizaron. ¿Tuvieron esta sensación en los años setenta cuando el movimiento desbordaba las calles?

Para nosotras fue muy importante el trabajo de comenzar a reconstruir la historia de otras mujeres, de comprender de dónde venimos, cuales fueron nuestras madres, reconstruir y pensar en el feminismo liberal, en el feminismo socialista -del que nace el 8 de marzo-, saber lo que planteaban sobre la liberación de la mujer. De la historia del feminismo en América Latina he descubierto dos años atrás la lucha de las mujeres en Argentina, a Virginia Bolten y su consigna “ni patrón ni marido” y su periódico La Voz de la Mujer.

Las historias locales, en el Río de la Plata, también son muy potentes. Por ejemplo, la consigna de las mujeres en Uruguay en los años ochenta era “nosotras queremos cambiar la vida”. Es hermoso reconectar con esas luchas.

Es imprescindible conversar con estas mujeres que son libros vivientes, libros de la historia de las luchas. Esta concepción que planteas es importante para construir una memoria larga. Tú te sientes parte de algo, no puedes mirar el futuro sin mirar el pasado. Solamente cuando ves toda la historia de lucha, los límites, los problemas de las experiencias organizativas pasadas, intentas no repetir las mismas cosas. No puedes identificar lo que estás haciendo si no miras que se ha hecho antes y cuáles son las diferencias, aprender de esa experiencia, no pensar que has inventado todo.

Fuente del articulo:http://tercerainformacion.es/opinion/entrevistas/2017/02/27/8m-silvia-federicci-el-paro-como-momento-de-comprension-y-transformacion

Fuente de la imagen: http://tercerainformacion.es/sites/default/files/silvia-federici-feminismo-la-tinta.jpg

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Argentina: Habrá paro docente: el MPL y el Fute no iniciarán las clases

Argentina/18 de Febrero de 2017/El Diario-Primera Edición

Se reunieron en Jardín América y resolvieron convocar a 72 horas de huelga en rechazo al 13% de aumento. Amet, que representa a las escuelas técnicas, afirmó que «hubo un quiebre» en la mesa de diálogo y pidió un 20 a 35% de suba salarial.

El rápido acuerdo salarial firmado entre la UDPM y el Gobierno provincial ya comenzó a organizar a los gremios que no se quieren someter a la arbitrariedad de la homologación que dejó a los docentes con un aumento de entre 13 y 18% y que además incrementa los pagos en negro. 


En la Asamblea Extraordinaria del Movimiento Pedagógico de Liberación llevada a cabo en Jardín América, se hicieron presentes 67 delegados del MPL y las cinco organizaciones que integran el Frente Unido de Trabajadores de la Educación (Fute). Allí definieron los pasos a seguir respecto al conflicto salarial planteado. 
 
“Repudiaron el acuerdo” del pasado 13 de marzo. Decidieron “no iniciar las clases y anunciar jornadas de paro y movilización docente a acordar el lugar el día 6 de marzo”. 
 
Por otra parte definieron que elaborarán una “propuesta salarial unificada, que rompa con la matriz de corrupción y ajuste permanente del Gobierno provincial y nacional”.
 
Informaron que “el 7 de marzo acompañarán la movilización nacional y el 8 apoyarán el paro mundial de mujeres”. En ese contexto adelantaron que la huelga se extenderá por 72 horas. 
 
Decidieron también “impulsar la mayor unidad de acción para la defensa de los derechos de los trabajadores”. 
 
La propuesta que llevarán al Ejecutivo provincial incluye “las jubilaciones y la lucha contra la corrupción”, porque entienden que “la matriz salarial combina ajuste con corrupción”. 
 
Defensa de la paritaria libre, libertad y democracia sindical y reclamo del fin de las persecuciones y judicializaciones de la protesta social. Mayor presupuesto para los comedores, bibliotecas y acciones para poner fin a la precariedad laboral de porteros y cocineros”.
 
Asimismo convocaron a sumarse a los otros gremios que no firmaron el acuerdo (Uda, Sidepp, Sadop, Amet). 
Precisaron que este sábado 18 habrá una reunión en Montecarlo en la Asociación de Maestros. Además, el 22 de febrero participarán en la reunión de la Federación Nacional Docente y el próximo 24 a las 15 horas convocarán a un  nuevo encuentro en Jardín América.
 
“No va a pasar el acuerdo”
Estela Genesini, titular de la Unión de Docentes Nueva Argentina Misiones (Udnam), comentó que en la reunión de delegados del martes último decidieron que “así como se habían plantado los colegas respecto a que ‘no pase’ el fraude en la elección del Consejo General de Educación, este arreglo salarial tampoco ‘pase’”. 
 
Insisten en reclamar que convoquen “a todos” a la Mesa de Diálogo. Respecto al acuerdo nacional del año pasado, en el que se estipuló que ningún docente podía cobrar menos que el salario mínimo vital y móvil + un 20%, de esos $9.672 pesos “un 60% tiene que estar en el básico docente en la provincia”, reclamó Genesini. 
 
Recordemos que en el acta de la homologación, el básico se incrementó de $3.370,77 a $4.000,77, pero 1.800 pesos abajo de lo que firmó la provincia con la Nación en 2016. 
 
“Primero reclaman que se reabra la paritaria nacional, algo que nosotros acompañamos, pero ellos no cumplen con el acuerdo firmado con Bullrich y segundo, aquí no hay paritarias, solo eligen con quien juntarse en una ‘mesa de amigos’”, fustigó la sindicalista. 
 
“La Udnam es un gremio legalmente constituido y aún así no estamos convocados”, dijo Genesini.
 
 “Lo que exigimos al Gobierno de la provincia es que retrotraiga el acuerdo y convoque a todas las organizaciones a la Mesa de Diálogo”.
 
Respecto al rechazo de los miembros de la intersindical docente a firmar el acta acuerdo, la dirigente opinó que “seguramente no lo hicieron porque si reclaman en línea con los gremios nacionales un 35%, no pueden apoyar el aumento del 13% que han ofrecido”. 
 
En el contexto de la negativa del Ministerio de Educación Nacional a no llamar a paritaria, Genesini dijo que “Misiones se convirtió en un (mal) ejemplo para los demás distritos del país al cerrar un acuerdo de 13%”.
 
 En la contradicción de UDPM al pedir la reapertura nacional y por otro lado apoyar salarios a la baja, en la provincia, la dirigente de Udnam dijo que la situación es clara “antes tenían línea directa con el kirchnerismo y ahora la tienen con el macrismo”. 
 
Adelantó que decidieron “no iniciar las clases si la situación no se modifica y avanzar con otras organizaciones para establecer un plan de acción”. 
Cuestionó además que Leverberg se arrogue la representatividad de todos los docentes: “No puede firmar a nombre de todos los docentes de la provincia”. 
 
Comentó además que en la reunión del martes fueron visitados por la policía, “tocaron el timbre y preguntaron cuántas personas éramos, por qué estábamos reunidos y cuánto tiempo íbamos a estar ahí”. Algo que según comentó ya les había pasado en otras oportunidades. 
 
“No representan a los trabajadores”
Mariana Lescaffette, del Sindicato Docente Alfredo Bravo (Sidab), se mostró en desacuerdo con el acuerdo firmado entre UDPM y el Gobierno provincial, “porque no representa los intereses de los trabajadores”.
 
Cuestionó también que el acuerdo de paritaria nacional del año pasado fijaba además que el 60% esté integrado en el salario básico, muy lejos de los 4.000 pesos que entregará el Gobierno”.
 
 “Al no ir al básico, esa cifra impacta directamente en la pirámide salarial y así cobrará lo mismo un recién iniciado que uno que tiene 20 años de antigüedad”, se quejó. 
 
 “Lo que aumentan es el salario en negro. En 2011 teníamos un 33% en negro y ahora vamos a tener un 58% en esa condición, producto de los acuerdos que hace esta gente aquí en la provincia. Se llenan la boca hablando contra la Nación, pero a la hora de la verdad acomodan el discurso y acuerdan una miseria con el gobernador al cual responden”, lamentó.
 
“El daño es doble, porque por un lado generan la degradación del salario y por otro lado perjudicará a los que se jubilen al no figurar en el salario básico”.
 
Asimismo, con respecto al reclamo por la paritaria nacional de parte de UDPM, Lescaffette dijo que “ahí se percibe el oportunismo político de Leverberg y su gremio, brazo político de la renovación, porque este no es un gobierno nuevo, hace 17 años que está en el poder y viene sosteniendo una política de destrucción de la escuela pública, de precarización laboral y clientelismo en el ámbito de Educación, nombrando gente sin título específico o directamente sin pasar por una escuela. El presupuesto se malversa con el aval de la UDPM. Con la misma vehemencia que reclaman al Gobierno nacional por la paritaria, deberían hacerlo con el gobierno local lo que piden a la Nación”, manifestó. 
 
En referencia al plan de lucha que se avecina, la gremialista anticipó que van a “demostrar con contundencia que Misiones no es Leverberg ni Passalacqua y no están dispuestos a aceptar migajas, menos con lo que ya les robaron del salario del año pasado y con el incremento de la parte en negro que ellos han firmado”. 
 
Respecto al Congreso Provincial Extraordinario de la UDPM donde los asistentes aprobaron el acuerdo salarial con el Gobierno, Lescaffette señaló que los delegados que votaron en esa reunión forman parte de “una red clientelar, hace años que no pisan una escuela, cobran viáticos y si no votan en línea los mandan otra vez a las aulas”.
 
“No es un voto que representa a los trabajadores”. “Son militantes de una agrupación más política que gremial”, finalizó. 
 
Castro-Amet: “Hubo un quiebre”
Desde el gremio de la Asociación Magisterio de Enseñanza Técnica, (Amet), su secretario general, Carlos Castro, comentó que en esa reunión del 13 de febrero, tras la propuesta que ofreció el Gobierno, ellos pidieron tiempo para analizarlo con los agremiados pero les fue denegada la petición. Ellos “no aceptaron el ofrecimiento” y se retiraron. 
 
Dijo que lo que ellos reclamaban se ubicaba entre un 30 y 35% de aumento. Pero les dijeron que lo único que había era “eso”, “lo toman o lo dejan”. “Nos pusieron en una situación límite”, explicó. 
 
“Nuestro pedido estaba fundamentado en recuperar entre un 10 o 15% de atraso salarial del año pasado y tratar de hacer frente a lo que se supone será la inflación de este año”, señaló. 
 
Comentó además que en el pedido solicitaban que “no menos del 25% vaya incluido al básico y consideraban que esa suma era para iniciar la discusión. En base a la paritaria nacional del año pasado, el salario básico docente en Misiones debería estar arriba de los 5.000 pesos”, explicó.
 
Cabe reiterar que el Ejecutivo provincial fijó en 4.000 pesos el básico. “Hoy esa cifra está sumamente retrasada y eso también complica la discusión salarial”, subrayó el dirigente. 
 
Ante la proyección de inicio de clases el próximo 6 de marzo, Castro adelantó que “Amet, junto al Frente Nacional Docente ya han comunicado que ese día habrá medidas de fuerza. Nosotros entendíamos que había tiempo para acordar algo en la provincia, pero ese escenario hoy ya no está. Creemos que no debían haber cerrado la discusión  y dar tiempo para las consultas y contraofertas”. 
 
“Ha habido un quiebre institucional, porque la Mesa de Diálogo la han sostenido los sindicatos trabajando responsablemente y siempre en el marco del respeto. No nos explicamos ni entendemos por qué cerraron tan rápido la discusión, porque si bien el fundamento que nos dieron era la urgencia de poder liquidar los sueldos con ese incremento, creemos que si había voluntad política, se podía esperar unos días, hacerlo retroactivo y hallar los mecanismos necesarios para ajustar ese aumento”, subrayó Castro.
 
 “Suponemos que la administración provincial quiso dar una señal de que la Provincia respeta la pauta que se quiere imponer desde la Nación y que ha sido rechazada desde los sindicatos de las distintas provincias sobre el tope de 18%”.
 
 Remarcó que “el acuerdo podrá ser legal, pero carece de la legitimidad que otorga el consenso”. 
 
“En este contexto vamos a acompañar las medidas de fuerza proyectadas por el Frente Nacional Docente junto a la CGT”, finalizó. 
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